ACTA DE LA SESION EXTRAORDINARIA URGENTE CELEBRADA POR EL AYUNTAMIENTO PLENO EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 2011 1.- RATIFICACION DE LA URGENCIA DE LA SESION. Es ratificada por unanimidad. 2- EXPEDIENTE RELATIVO A LA CONTRATACIÓN DE SUMINISTRO DE ENERGÍA ELÉCTRICA. PRÓRROGA DEL CONTRATO.Se da lectura del siguiente dictamen: “El Ayuntamiento Pleno, en sesión de fecha 9 de diciembre de 2009, acordó aprobar los Pliegos de Cláusulas Administrativas Particulares y de Prescripciones Técnicas para la contratación, por procedimiento abierto del suministro de energía eléctrica en el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina. La Junta de Gobierno Local, en sesión de fecha 18 de marzo de 2010, acordó adjudicar provisionalmente a la empresa HIDROCANTÁBRICO ENERGÍA, S.A.U. los lotes 1,2,3,4 y 5 del contrato referido. Se acuerda, igualmente, requerir al adjudicatario para que, dentro del plazo de quince días hábiles, a contar desde el siguiente a aquél en que se publique la adjudicación en el perfil de contratante, presentase los documentos acreditativos de estar al corriente en el cumplimiento de obligaciones tributarias y con la seguridad social, así como la acreditación de la constitución de la garantía definitiva. La Junta de Gobierno Local, en sesión de fecha 9 de junio de 2010, en virtud de delegación conferida mediante acuerdo plenario de fecha 13 de julio de 2007, acordó elevar a definitiva la adjudicación provisional del contrato suministro de energía eléctrica en el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina, acordada por la Junta de Gobierno Local, en sesión de fecha 18 de marzo de 2010, a favor a la empresa HIDROCANTÁBRICO ENERGÍA, S.A.U., por los precios unitarios que figuran en la oferta presentada por la empresa señalada con el límite máximo de 210.000 € (DOSCIENTOS DIEZ MIL EUROS). Se acuerda, igualmente notificar la presente resolución al adjudicatario con requerimiento para que en plazo de 10 días hábiles, a contar desde el siguiente al de la notificación de la presente resolución, compareciere a formalizar el correspondiente contrato en documento administrativo, así como al resto de licitadores, para su conocimiento y efectos legales oportunos. El contrato precitado fue formalizado con fecha 20 de julio de 2010. La Cláusula Novena del Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares que rigió la contratación señalada, incorporado como anexo al documento de formalización del contrato, dispone que la contratación se realizará por periodo de un año prorrogable por periodos de seis meses hasta una duración máxima de contrato y prórrogas de dos años. Considerando que dado que el comienzo efectivo del suministro por parte de la empresa adjudicataria tuvo lugar con fecha 1 de octubre de 2010, la finalización del periodo inicial del contrato tendrá lugar el día 1 de octubre de 2011. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 23, párrafo 2º de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público, el contrato podrá prever una o varias prórrogas siempre que sus características permanezcan inalterables durante el periodo de duración de éstas y que la concurrencia para su adjudicación haya sido realizada teniendo en cuenta la duración máxima del contrato, incluidos los periodos de prórroga. La prórroga se acordará por el órgano de contratación y será obligatoria para el empresario, salvo que el contrato expresamente prevea lo contrario, sin que pueda producirse por el consentimiento tácito de las partes. Vista la necesidad de proceder a la prórroga del contrato, al tratarse de un suministro imprescindible para la prestación de los servicios municipales, así como en atención al carácter ventajoso de los precios derivados de la licitación efectuada. 1 Previamente a la adopción del acuerdo se requiere el informe de fiscalización de la Intervención General Municipal, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 214 del Real Decreto Legislativo 2/2004 de 5 de marzo por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales. Seguidamente, por 3 votos a favor y 2 abstenciones (Sr. Garcés Pérez y Moreno Artiaga), se propone al Ayuntamiento Pleno la adopción del siguiente acuerdo: PRIMERO.- Prorrogar por seis meses, hasta el 1 de abril de 2012, el contrato de contrato de suministro de energía eléctrica en el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina, adjudicado mediante acuerdo de la Junta de Gobierno Local de fecha 9 de junio de 2010, a la empresa HIDROCANTÁBRICO ENERGÍA, S.A.U. SEGUNDO.- Notificar la presente resolución a la empresa HIDROCANTÁBRICO ENERGÍA, S.A.U. para su conocimiento y efectos. TERCERO.- Comunicar la presente resolución a la Intervención Municipal para su conocimiento. CUARTO.- Facultar a la Alcaldía-Presidencia para la realización de cuantas actuaciones sean necesarias para la ejecución del presente acuerdo.” VOTACION Votos a favor 7 Votos en contra 0 Abstenciones 4 (Grupo PSOE Y Grupo CHA) En consecuencia se aprueba el dictamen referido por mayoría. 3.- EXPEDIENTE RELATIVO A PRÓRROGA DEL CONTRATO DE SERVICIOS DE ACTIVIDADES DEPORTIVAS ORGANIZADAS POR EL PATRONATO MUNICIPAL DE DEPORTES.Se da lectura del siguiente dictamen: “El Ayuntamiento Pleno, en sesión celebrada con fecha 7 de julio de 2008, acordó aprobar los Pliegos de Cláusulas Administrativas Particulares y de Prescripciones Técnicas para la contratación del Servicio “Actividades Deportivas para el Patronato Municipal de Deportes, mediante tramitación ordinaria y procedimiento abierto”. Mediante acuerdo plenario de fecha 5 de septiembre de 2008 se acordó adjudicar provisionalmente el referido contrato a la empresa Jalón Gestión Deportiva S.L. por un precio de 16,80 €/hora IVA excluido, con sujeción a los Pliegos de Condiciones, por un plazo de dos años a contar desde el 1 de octubre de 2008, y por un precio máximo total de 57.120 € IVA excluido. El referido contrato se formalizó el día 1 de octubre de 2008, estipulando la cláusula segunda del mismo que su duración sería de dos años, contados a partir de dicha fecha. La Junta de Gobierno Local, en virtud de delegación conferida mediante acuerdo plenario de fecha 13 de julio de 2007, acordó prorrogar durante un año, hasta el 1 de octubre de 2011, el contrato precitado. Se presenta en esta Secretaría General escrito de Andrea Tello Lorén, Administradora Solidaria de la empresa Jalón Gestión Deportiva S.L., según se desprende de escritura de cese y nombramiento de cargos autorizada por el notario de Zaragoza D. Enrique Vililla Esteban, de fecha 14 de diciembre de 2007, por el que manifiesta su voluntad de prorrogar el contrato señalado. De conformidad con el epígrafe 19 del Anexo núm. 1 al Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares, el contrato se podrá prorrogar de año en año hasta dos años por mutuo acuerdo de las partes. Considerando lo dispuesto en el artículo 23, párrafo 2º de la Ley 30/2007, de Contratos del Sector Público, en cuanto a las prórrogas de los contratos que se podrán prever siempre que sus características permanezcan inalterables durante el periodo de duración de éstas y que la concurrencia para su adjudicación haya sido realizada teniendo en cuenta la duración máxima del contrato, incluidos los periodos de prórroga. 2 La prórroga se acordará por el órgano de contratación y será obligatoria para el empresario, salvo que el contrato expresamente prevea lo contrario, sin que pueda producirse por el consentimiento tácito de las partes. La competencia para acordar la prórroga del contrato corresponde al Ayuntamiento Pleno. Previamente a la adopción del acuerdo de prórroga del contrato debería emitirse informe por el Director del Servicio sobre la oportunidad de proceder a dicha prórroga. Previamente a la adopción del acuerdo se requiere el informe de fiscalización de la Intervención General Municipal, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 214 del Real Decreto Legislativo 2/2004 de 5 de marzo por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales. Se aprueba por unanimidad la adopción del siguiente dictamen para su posterior aprobación por el Pleno del Ayuntamiento: PRIMERO.- Prorrogar por un año, hasta el 1 de octubre de 2012, el contrato de Servicio “Actividades Deportivas para el Patronato Municipal de Deportes”, adjudicado mediante acuerdo plenario de fecha 5 de septiembre de 2008 a la empresa Jalón Gestión Deportiva S.L. SEGUNDO.- Notificar la presente resolución a la empresa Jalón Gestión Deportiva S.L. para su conocimiento y efectos. TERCERO.- Comunicar la presente resolución al Patronato Municipal de Deportes, a efectos de que se informe a los miembros de dicho órgano, en la próxima sesión que celebre, pudiendo determinarse, en su caso la procedencia de proceder al debate del asunto, así como a la Intervención Municipal para su conocimiento. CUARTO.- Facultar a la Alcaldía-Presidencia para la realización de cuantas actuaciones sean necesarias para la ejecución del presente acuerdo.” VOTACION Votos a favor 11 Votos en contra 0 Abstenciones 0 En consecuencia se aprueba el dictamen referido por unanimidad. 4.- EXPEDIENTE REFERIDO A LA INTERPOSICION DE RECURSO POR EL COLEGIO DE SECRETARIOS, INTERVENTORES Y TESOREROS DE ADMINSTRACION LOCAL CONTRA ACUERDO PLENARIO DE FECHA 21-03-2011 DE APROBACION DE BASES Y CONVOCATORIA DE PLAZA DE SECRETARIO GENERAL DEL AYUNTAMIENTO. Se da lectura del siguiente dictamen: “I.-Que por Decreto de Alcaldía de 28 de febrero de 2011 y acuerdo Plenario de la Corporación de 21 de marzo de 2011, fueron aprobadas las bases y convocatoria respectivamente para la provisión definitiva de la plaza de Secretario General del Ayuntamiento. II.-Que contra dicha resolución y acuerdo plenario ha sido interpuesto recurso de reposición, siendo admitido por resolución de la Alcaldía-Presidencia nº 522/2011 de fecha 1 de agosto. III.-Que se dieron traslado de las alegaciones presentadas por los recurrentes al único aspirante en el proceso de provisión de la citada plaza, DON SERGIO DIEGO GARCIA, en virtud del art. 35.e), y 79 de la ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, 30/1992, de 26 de noviembre (–LRJAP y PAC-). IV.-Que el 23 de agosto de 2011, fue presentado escrito de alegaciones por DON SERGIO DIEGO GARCIA en virtud de la notificación efectuada que se trascribe a continuación en su integridad: PRIMERO.- Sostiene la entidad recurrente que el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina debería acreditar la existencia y vigencia de su Relación de Puestos de Trabajo en el momento de la aprobación de las bases del concurso, así como la inclusión en este instrumento de los correspondientes 3 méritos específicos. Y afirma que, de no cumplirse dichas condiciones, los actos administrativos recurridos incurrirían en vicio de nulidad de pleno de derecho al haberse dictado prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido, de acuerdo con lo preceptuado en el artículo 62, párrafo 1º letra e) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y de Procedimiento Administrativo Común. Frente a la tesis manifestada por el Colegio profesional recurrente se ha de señalar que, de acuerdo con las reglas que regulan la asignación de la carga de la prueba en procedimientos de impugnación, será la entidad recurrente la que deba acreditar la existencia de posibles vicios en la tramitación del expediente, pudiendo proponer en su caso los medios de prueba que considere oportunos. Al margen del aspecto meramente formal a que se refiere el párrafo precedente se ha de rechazar el argumento esgrimido por la entidad recurrente, relativo a la necesidad de que los méritos específicos del concurso ordinario se encuentren incluidos en la correspondiente relación de puestos de trabajo. Es cierto que el artículo 5 del Real Decreto 834/2003, de 27 de junio, por el que se modifica la normativa reguladora de los sistemas de selección y provisión de los puestos de trabajo reservados a funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional, añadió un último inciso en el artículo 17.1 del Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, de provisión de puestos de trabajo reservados a funcionarios con habilitación de carácter nacional, con la redacción siguiente: “Los méritos específicos formarán parte integrante de la relación de puestos de trabajo de la entidad local correspondiente”. Pero no resulta menos cierto que la Dirección General para la Administración Local del Ministerio de Administraciones Públicas, con fecha 29 de enero de 2004, emitió informe, según el cual: “se considera admisible que con carácter provisional, hasta que se apruebe la relación de puestos correspondiente, las Corporaciones locales que carezcan de ellas, puedan aprobar los méritos específicos mediante acuerdo del Pleno.” Considerando que tal y como como reza la parte expositiva del texto reglamentario invocado, éste fue aprobado a propuesta del Ministerio de Administraciones Públicas, el informe citado en el párrafo precedente ha de tener la consideración de interpretación auténtica, al haber partido el proyecto precisamente de dicho centro directivo. Lo que resulta suficiente para rechazar dicho motivo de recurso. El criterio defendido por el Ministerio de Administraciones Públicas es, además, compartido, por otros centros directivos dotados de competencias en materia de asesoramiento a Entidades Locales, como el Servicio de Asesoramiento Municipal y Gestión de Habilitados Estatales de la Dirección General de Cohesión Territorial de la Generalitat Valenciana (Circular 1/2009), el Servicio de Asesoramiento a Entidades Locales de la Dirección General de Administración Local, Relaciones Institucionales y Acción Exterior, de la Región de Murcia (Nota informativa Concurso Ordinario 2011), o la propia Dirección General de Administración Local del Gobierno de Aragón, que en su comunicación dirigida a los Ayuntamientos con puestos reservados susceptibles de inclusión en el concurso ordinario, requería la remisión de acuerdo plenario de determinación de méritos específicos, sin contener alusión alguna a las relaciones de puestos de trabajo. No se entiende, por todo lo expuesto, el interés que pueda tener la organización representativa de los intereses profesionales de los funcionarios pertenecientes a la Escala de Habilitación Estatal en generar inseguridad jurídica en una cuestión hasta el momento pacífica y, que como se ha señalado, había quedado resuelta por el propio departamento ministerial autor de la disposición invocada. A las anteriores consideraciones se ha añadir que la Relación de Puestos de Trabajo, a juicio de quien suscribe, no es el instrumento jurídico adecuado para incluir los méritos específicos correspondientes a ningún concurso de provisión de puestos de trabajo. Manifiesta la organización recurrente en su escrito que la convocatoria y bases aprobadas deben ser reflejo del contenido, requisitos para su desempeño y características del puesto de trabajo en las correspondientes relaciones de puestos de trabajo. Dicha afirmación sin embargo, resulta extraña al propio concepto y contenido del instrumento de ordenación de personal referido. El contenido básico que ha de integrar la relación de puestos de trabajo, según el artículo 74 de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público es el siguiente: denominación de los puestos, los grupos de clasificación profesional, los cuerpos o escalas, en su caso, a que estén adscritos, los sistemas de provisión y las retribuciones complementarias. A este contenido se debería añadir el relativo a los requisitos necesarios para el desempeño del puesto de trabajo, de acuerdo con lo señalado el artículo 15, párrafo 1º de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para Reforma de la Función Pública (vigente, de conformidad con lo señalado en la Disposición Final Cuarta, párrafo 3º del primero de los textos legales citados). Aspecto, por otro lado, que resulta obvio ya que dichos requisitos han de figurar necesariamente en algún tipo de instrumento jurídico, siendo la RPT el único idóneo para ello. Como se puede observar difícilmente la determinación de los méritos específicos puede ser reflejo de ninguno de los contenidos propios de la Relación de Puestos de Trabajo referidos, al tratarse de elementos ajenos por completo al de “características del puesto de trabajo” a que se han de referir dichos méritos específicos de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 17, párrafo 1º del Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, habida cuenta de que las características y requisitos para el desempeño serán, por imperativo normativo, idénticos para todos los puestos de trabajo correspondientes a la misma Subescala y Categoría, sin que las entidades locales puedan introducir innovación alguna en este sentido. 4 Por que se refiere a la relación entre “méritos específicos y “funciones del puesto trabajo”, a que se refiere el precepto reglamentario precitado, se ha de tener en cuenta que no existe en la actualidad ningún precepto legal o reglamentario que establezca dicha referencia a las funciones como contenido integrante de las Relaciones de Puestos de Trabajo. Pese a lo cual, y para el supuesto de que dichas funciones estuvieran recogidas en este u otro instrumento, lo cierto es que esta determinación no podría efectuarse en modo sustancialmente diverso, tratándose de puestos de trabajo reservados y clasificados de forma homogénea, como se verá a continuación. La posibilidad de asignar a los funcionarios con habilitación de carácter estatal de funciones diversas a las contempladas en el artículo 92, párrafo 3º de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local (actualmente Disposición Adicional 2ª, párrafo 1º de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público), venía establecida por el artículo 166 del Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de Disposiciones Legales Vigentes en materia de Régimen Local. Prescindiendo de entrar en un análisis exhaustivo de la polémica generada en su momento por este precepto, se ha de indicar únicamente que la mayor parte de la doctrina consideró que éste excedía del ámbito de la delegación legislativa conferida al Gobierno de la Nación mediante la Disposición Final Primera de la Ley de Bases de Régimen Local, atribuyendo las correspondientes consecuencias de degradación normativa o, incluso inexistencia jurídica de este precepto reglamentario. Se de recordar, igualmente, que la postura del entonces Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y Depositarios de Administración Local fue contraria a la introducción de dicha posibilidad, solicitando la modificación del artículo 166 del Texto Refundido mediante recurso contencioso-administrativo 145/1986, acumulado con otros en recurso contencioso-administrativo núm. 259/1996 (si se hubiera impugnado el precepto en lugar de solicitar la modificación del mismo el recurso hubiera tenido alguna posibilidad de prosperar). El repetido precepto fue impugnado, igualmente por la Federación Española de Municipios y Provincias, si bien desistió del recurso. En cualquier caso, el artículo 166 del Texto Refundido ha desparecido del ordenamiento jurídico, al haber sido derogado expresamente por la Disposición Derogatoria Única, apartado f) del Estatuto Básico del Empleado Público, por lo que no existe actualmente la posibilidad de que las Entidades Locales atribuyan a los funcionarios de habilitación estatal funciones diversas a las reservadas ni, por tanto, resulta jurídicamente viable consignar dichas funciones en las relaciones de puestos. De donde deriva como consecuencia lógica que las funciones de los puestos de trabajo reservados a los funcionarios pertenecientes a cada una de las Subescalas del Cuerpo Nacional señalado han de ser idénticas. Difícilmente se puede entender, por ello, cómo los méritos específicos determinados en forma diversa por cada corporación local, pueden ser reflejo de un elemento como las funciones que ha de ser homogéneo en cualesquiera entidades locales (para puestos reservados a la misma subescala). No se entiende, por otro lado, que sea precisamente el Colegio Provincial de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local, apartándose del criterio del antiguo Colegio Nacional, el que defienda que la Relación de Puestos de Trabajo haya de contener diferencias funcionales en los puestos reservados más allá de las propias que impone el sistema de clasificación en las diversas Subescalas, de modo que sean estas diferencias las que justifiquen la determinación de los méritos específicos del concurso ordinario. Se trata de un terreno extremadamente resbaladizo y que en absoluto beneficia a los funcionarios integrantes del Cuerpo. Admitir esta posibilidad supone dar carta de naturaleza a la encomienda de funciones por completo ajenas a la naturaleza, conocimientos y formación de los funcionarios referidos. Centrándonos en el puesto de trabajo objeto de recurso, las funciones correspondientes al mismo no son sino las definidas legal y reglamentariamente como de “Secretaría”, esto es, comprensivas de la fe pública y asesoramiento legal preceptivo de la Corporación, así como la jefatura de los servicios encargados de su realización; e idénticas, por ello, a las de cualquier otro puesto de trabajo de la misma denominación. Las diferencias entre las características de este puesto de trabajo con las de cualquier otro de la misma Subescala no pueden venir determinadas por un diverso tratamiento en la Relación de Puestos de Trabajo, sino por las características territoriales, demográficas, sociales u organizativas de la concreta entidad en la que el puesto se ubica. La fe pública y el asesoramiento legal preceptivo serán diferentes en una u otra entidad local en atención a la mayor o menor importancia, frecuencia o relevancia de las diversas materias jurídicas sobre las que estas actividades intelectuales se proyectan. En una entidad tendrán más importancia los expedientes relacionados con el urbanismo; en otra los relativos a personal, en otras los relacionados con la contratación. Unos Ayuntamientos tendrán en un momento concretos problemas derivados de la gestión patrimonial, otros cuestiones medioambientales o de deficiente configuración jurídica de determinados servicios públicos, etc. Y son precisamente estas diferencias las que van a justificar la búsqueda en la determinación de los méritos específicos, de unos determinados conocimientos y habilidades. Estas circunstancias son las que la entidad recurrente denomina acertadamente “características locales”, elemento de muy difícil por no decir de imposible plasmación en un instrumento de las características de la Relación de Puestos de Trabajo. Aun en el supuesto en el que se admitiera la peligrosa hipótesis de la legítima introducción en la RPT de funciones diferentes para puestos de trabajo reservados, resulta obvio que la generalidad y abstracción de los términos de dicha determinación, su carácter estático, así como la necesidad de que las funciones vengan referidas a las unidades administrativas antes que a los puestos de trabajo concretos, 5 resultan incompatibles con el carácter concreto y extraordinariamente dinámico propio de las “características locales” anteriormente descritas. ¿Qué sentido tiene entonces que el artículo 17 del Reglamento de Provisión Puestos de Trabajo determine que los méritos específicos formen parte de la Relación de Puestos de la Entidad correspondiente? Pues ninguno. Se trata de un precepto que no es sino reflejo de la desconfianza existente frente a la actuación de la Administración Local y, en particular, de sus funcionarios pertenecientes a Cuerpo Nacional. Sin otro objeto que dificultar la determinación de los méritos específicos en los concursos ordinarios y que incurre, a juicio de quien suscribe, en clara contradicción con la propia Ley de Bases de Régimen Local. El Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, así como La Orden APU de 10 de agosto de 1994, por la que se dictan normas sobre concursos de provisión de puestos reservados a funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional, determinan que las Bases Específicas de los concursos ordinarios son aprobadas por los Plenos de las corporaciones respectivas. Dicha previsión no suponía asignación competencial alguna a los Plenos de las entidades locales, habida cuenta de que los artículos 22 y 33 de la Ley de Bases de Régimen Local, en su redacción original, atribuían a los Plenos de Ayuntamientos y Diputaciones la competencia para la aprobación de las bases de cualesquiera concursos de provisión de puestos de trabajo. Posteriormente, sin embargo, la Ley 11/1999, de 21 de abril, modificó la distribución competencial anterior, atribuyendo a Alcaldes y Presidentes de las Diputaciones Provinciales la competencia para “aprobar las bases de las pruebas para la selección del personal y para los concursos de provisión de puestos de trabajo”, sin establecer especialidad alguna para los entonces denominados funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional (las especialidades se contienen en la letra h) del art. 21.1 y se refieren, únicamente al nombramiento y sanciones). Dicha modificación supone, a juicio de quien suscribe la derogación tácita de los preceptos reglamentarios mencionados que atribuían a los Plenos de las entidades locales la competencia para la aprobación de las bases de los concursos ordinarios. De la misma manera que en ningún Ayuntamiento se aprueban mediante acuerdo plenario las bases de los procesos de selectivos para el ingreso en los Cuerpos de Policía Local, pese a la dicción literal del artículo 27 del Reglamento Marco de Policías Locales de Aragón, al haber quedado dicho precepto desplazado por la Ley 11/1999, los preceptos reglamentarios estatales que atribuían al Pleno de la Corporación competencia para la aprobación de las Bases de los Concursos, debieron entenderse derogados por dicho texto legal. No resulta posible, a juicio de quien suscribe, pretender la aplicación a este supuesto del principio “generalia, especialia non derogat”, pues como se ha dicho anteriormente, los textos reglamentarios analizados no introducían especialidad alguna en la materia y se limitaban a reproducir el régimen general contenido en la Ley. En este sentido, el Tribunal Constitucional en Sentencia de 21 de febrero del 2000 (RJ 2000\10112) ha manifestado que las normas generales posteriores desplazan a las pretendidas normas especiales, cuando estas últimas han sido dictadas en consonancia con una normativa general anterior, de modo que no eran, en realidad, auténticamente especiales, al no apartarse de la regla general del momento en atención a un caso específico. Por todo ello, no se entiende que el Real Decreto 834/2003, de 27 de junio, altere el reparto legal de competencias entre los órganos necesarios de las entidades locales establecido en la ley básica, preceptuando que un elemento integrante de las bases de los concursos, como son los méritos específicos, se determinen a través de un instrumento, la RPT, cuya aprobación se encuentra atribuida al Pleno de la Corporación. De todo ello se ha de predicar la nulidad de pleno derecho del artículo 5 del Real Decreto 834/2003, de 27 de junio, al incurrir en contradicción con la ley cabecera del grupo normativo al que pertenece. La inaplicación administrativa de normas reglamentarias ilegales ha sido defendida por parte de la doctrina científica (GABRIEL DOMÉNECH PASCUAL, Revista de administración pública Nº 155, 2001 , pags. 59-106, entre otros) que, a partir de la doctrina alemana de la “Inzidentverwerfung”, consideran la aplicación administrativa de dicha figura compatible con el principio de inderogabilidad singular del Reglamento en base a la regulación contenida en los artículos 26 y 27 de la Ley de Jurisdicción Contencioso-Administrativa, que posibilitan la impugnación y anulación directa de actos administrativos sin necesidad de plantear cuestión prejudicial previa, del artículo 107.3 de la Ley 30/1999, de 26 de noviembre (Recurso Indirecto contra disposiciones administrativas ilegales), así como en atención a lo declarado en ciertas sentencias judiciales y a la práctica habitual de la Dirección General de los Registros y de Notariado. Por todo lo expuesto se considera que no deriva vicio de nulidad de pleno derecho alguno en los actos municipales recurridos por el mero hecho de que los méritos específicos cuestionados no estuvieran incluidos en la correspondiente Relación de Puestos de Trabajo. SEGUNDO.- Continúa la entidad recurrente imputando la existencia de una posible vulneración del principio de igualdad en el acceso a las funciones públicas a que se refieren los artículos 14, 23 y 103 de la Constitución. Cita en defensa de su argumentación una copiosa Jurisprudencia relativa a la interdicción de la “selección ad personam” y a la exigencia de que los requisitos o méritos se establezcan con carácter general. Olvida, sin embargo, el Colegio Provincial que el concepto de generalidad en el establecimiento de los méritos o requisitos ha sido perfilado por el propio Tribunal Constitucional en sentencias 281/1993 y 42/1981, en los términos siguientes: 6 “es preciso que «la diferencia impuesta en razón de la capacitación técnica sea adecuada a la naturaleza propia de las tareas a realizar» (lo que permite computar como mérito la experiencia adquirida en puestos idénticos o similares a los que son objeto de concurso) «y se establezca con carácter general, esto es, en referencia directa a la posesión de determinados conocimientos o determinada titulación acreditativa de éstos, pero no al procedimiento seguido para adquirirlos o al Centro en donde fueron adquiridos, pues cualquiera de estas fórmulas sí implica ya una diferencia no justificada y, en consecuencia, una violación del principio de igualdad» (fundamento jurídico 4.). Y una diferencia no justificada es, precisamente, la contenida en el baremo ahora enjuiciado, toda vez que diferenciar a los concursantes en función del Ayuntamiento en el que han adquirido determinada experiencia y no a partir de la experiencia misma, con independencia de la Corporación en la que se hubiera adquirido, no es criterio razonable, compatible con el principio constitucional de igualdad” En este sentido los méritos incluidos en las bases recurridas se ajustan a dicho requisito de generalidad, pues los mismos permiten comprobar la existencia de unos conocimientos o capacidades partir del desarrollo de unas tareas definidas con carácter general, con total independencia de las características territoriales y funcionales de los posibles puestos de trabajo en que las mismas hayan tenido desarrollo. En los méritos señalados en el apartado A) ni siquiera se hace referencia a la necesidad de que las tareas referidas se hayan desempeñado en entidades locales, de modo que puntuarían por este concepto las realizadas en cualquier Administración Pública ya sea Local, Estatal, Autonómica, o Institucional dependiente de cualquiera de ellas. En cuanto al apartado B), se circunscribe a entidades locales, dadas las peculiaridades que presenta la regulación propia del personal al servicio de los entes de esta naturaleza. Pero, tal y como se puede observar, no se circunscribe a entidades municipales, de modo que encajarían como mérito los trabajos realizados en Comarcas, Diputaciones Provinciales, o cualesquiera otras entidades, de cualquier ámbito territorial. Se admiten, igualmente, los relativos a entidades de carácter administrativo dependientes de las anteriores. En ninguno de los casos se hace referencia a criterio territorial, demográfico o de cualquier otro tipo que permita restringir la valoración de los méritos. Ni siquiera se determina que los trabajos efectuados lo hayan sido en el ejercicio de la profesión de Secretario de Administración Local, pues dichos méritos tal y como se desprende con claridad de su lectura, no tienen por objeto valorar la experiencia en el desempeño de puestos de trabajo similares, sino la existencia de unos conocimientos, habilidades y capacidades, con independencia del procedimiento concreto y de los anteriores destinos que han permitido la adquisición de tales conocimientos. Todo ello de acuerdo con la doctrina constitucional precitada. Sólo se introduce un criterio restrictivo en el apartado B) cuando se hace referencia a que el instrumento considerado ha de afectar a un mínimo de 100 empleados públicos. Este último elemento se analizará en su momento. Si Ayuntamiento Pleno hubiera pretendido favorecer a un aspirante concreto, excluyendo de manera discriminatoria a otros posibles interesados, hubiera bastado con añadir a los méritos analizados cualquiera de los criterios restrictivos señalados en el párrafo precedente, como la referencia a entidades municipales aragonesas con población comprendida entre 5.000 y 10.000 (tal y como, por otro lado, se suele recoger en este tipo de concursos), de manera que los candidatos susceptibles de puntuar por méritos específicos no hubieran podido alcanzar el número de 10. Continúa el escrito de recurso refiriéndose la doctrina de la desviación de poder en los concursos de provisión de puestos de trabajo con cita en la Sentencia del Tribunal Supremo de 7 de octubre de 1971 y las Sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha de 22 de mayo de 1995 y 16 de noviembre del mismo año. En dichos pronunciamientos judiciales se advierte la existencia de desviación de poder en aquellos supuestos en los que un candidato obtenía la máxima puntuación en cada uno de los méritos incluidos en el baremo. Frente a esta argumentación se ha de manifestar que se está en condiciones de acreditar que, no sólo que en el momento de la aprobación de las bases el funcionario alegante distaba considerablemente de alcanzar la puntuación máxima posible del concurso, sino que la circunstancia de que finalmente se haya alcanzado dicha puntuación obedece la circunstancia completamente impredecible e igualmente constatable del anormal y excepcional retraso que se ha producido en la publicación de la convocatoria del concurso ordinario 2011. Con independencia de la anterior manifestación, debe aclararse que la doctrina citada por el recurrente, amén de referirse a supuestos diversos al ahora analizado se encuentra superada y corregida. Así el Tribunal Supremo en sentencias de 6 de Marzo de 1992, de 25 de Febrero de 1993, de 2 de abril y 27 de Abril de 1993, entre otras ha declarado que “la necesaria constatación de que en la génesis del acto administrativo se ha detectado la concurrencia de una causa ilícita, reflejada en la disfunción manifiesta entre el fin objetivo que emana de su naturaleza y de su integración en el ordenamiento jurídico y el fin subjetivo instrumental propuesto por el órgano decisorio, se erigen como elementos determinantes para su estimación, en la forma que vienen declarando reiteradas sentencias de esta Sala, al insistir en que el vicio de desviación de poder, consagrado a nivel constitucional en el artículo 106.1, precisa para poder ser apreciado que quien lo invoque alegue los supuestos de hecho en que se funde, los prueba cumplidamente, no se funde en meras opiniones subjetivas ni suspicacias interpretativas, ni tampoco se base en una oculta intención que lo determine”. Para precisar en Sentencia de 23 de Mayo de 1995, (rec. 3782/1992), que no resulta suficiente para apreciar la desviación de poder, la mera constatación de que un concursante ha 7 alcanzado la máxima puntuación posible en el concurso, debiendo ser objeto de análisis la adecuación al ordenamiento jurídico de los méritos considerados en si mismos. “La sentencia apelada nos dice, literalmente, que "basta con la doctrina de la desviación de poder para estimar el recurso, ya que la absoluta coincidencia entre el baremo impugnado y las circunstancias de la persona que venía desempeñando interinamente el cargo de cuya provisión se trata, única que obtuvo la puntuación máxima, demuestra sin lugar a dudas que se identificaron las necesidades del Ayuntamiento con el deseo de no producir cambios en la titularidad de la Secretaría, convirtiendo el concurso en una mera formalidad, dirigiéndolo a seleccionar a un candidato determinado y no al de mayores méritos y que ello se logró mediante el establecimiento de una sería de méritos, que si aisladamente pueden estimarse como razonables, no lo son en su conjunto, dada la finalidad con ellos pretendida". La argumentación de la sentencia para considerar acreditada la finalidad desviada del Ayuntamiento resulta acertada pero insuficiente, puesto que se basa sólo en el dato de que el único concursante que ha puntuado por la totalidad de los méritos específicos ha sido la titular interina de la Secretaría. El defecto en el razonamiento de la sentencia se origina en no haberse detenido en el examen de la posible ilegalidad de cada uno de los méritos del baremo específico, -que era lo sustancialmente denunciado en la demanda- y aceptar acríticamente la legalidad de su conjunto, para introducir de inmediato la cuestión de la desviación de poder”. Este criterio es compartido por el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja en Sentencia de 8 Sep. 2000, rec. 275/1997, “Aplicando la doctrina jurisprudencial precedente en el caso examinado, La Sala, después de un examen del Baremo aprobado por el acuerdo del Pleno impugnado no llega a la convicción de que se haya producido una actitud manifiestamente encubridora de una situación generadora de desviación de poder, pues los méritos específicos establecidos se ajustan a las necesidades profesionales propias de la plaza convocada --Secretaria-Intervención-- siendo comunes a los aprobados por otras Corporaciones en concursos para la provisión de puestos de trabajo semejantes, sin que el hecho de que encajen más o menos en los méritos profesionales de determinado funcionario sea razón suficiente para estimar la desviación de poder alegada, al no ser estos méritos ajenos a la función a desempeñar, y estar fijados atendiendo a las características intrínsecas de la corporación donde se va a desarrollar la plaza convocada. Procede, por tanto, efectuar el estudio del baremo de méritos contenido en las bases impugnadas, a fin de enjuiciar su adecuación o no al ordenamiento jurídico. TERCERO.- Sostiene el recurrente que el apartado A) del baremo podría ser discriminatorio, al exigir que los expedientes referidos en el mismo, se hayan aprobado durante la vigencia de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público, así como a la necesidad de justificar que el volumen de expedientes referido en las bases es parejo al habitual de la entidad convocante. Respecto a la primera de las cuestiones señaladas se ha manifestar que no se entiende en qué medida puede resultar discriminatoria una referencia temporal objetiva, como es la vigencia de un texto legal, y de qué manera puede beneficiar la misma a un concreto aspirante, habida cuenta de que dicha circunstancia, la vigencia de la Ley de Contratos del Sector Público, se ha producido de manera idéntica para cualesquiera posibles interesados en concurrir al proceso. Se ha de advertir, por otro lado, que la valoración de dicho mérito tiene por objeto premiar los conocimientos, habilidades y aptitudes adquiridos en la realización de las tareas señaladas y no su realización en si misma. Y resulta evidente, que el texto legal referenciado ha supuesto una auténtica revolución en materia de contratación pública, de modo que difícilmente un funcionario que acreditara las experiencias objeto de valoración bajo la vigencia de otro texto legal podría cumplir las funciones de informe preceptivo propias del puesto de trabajo convocado, en relación con expedientes de la naturaleza referida con la misma eficacia que otro que las hubiera desarrollado en los términos señalados en las bases. La limitación temporal en orden a la determinación de los méritos valorables resulta, por otro lado, la regla general en los concursos de provisión de puestos de trabajo convocados por las Administraciones Públicas. Así, en los méritos relacionados con la formación la norma es establecer un intervalo de tiempo de modo que sólo los cursos de formación realizados en el mismo son objeto de valoración. Y ello con la legítima finalidad de asegurar la vigencia y utilidad práctica de los conocimientos adquiridos. Por otro lado, la circunstancia de que únicamente sean objeto de valoración los trabajos realizados en el periodo considerado, asegura no sólo la vigencia de unos conocimientos (el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de Valladolid, Sala en Sentencia de 27 de Febrero de 2004, ha considerado que el establecimiento de límites temporales en la valoración de unos cursos determinados es un elemento “objetivo, como es la trascendencia jurídica de las modificaciones que en los últimos años se han operado en la disciplina urbanística y que permite primar los cursos de esta materia de los últimos cinco años) sino también y fundamentalmente, la intensidad de su adquisición, así como otros valores como son la capacidad de trabajo, la productividad y rendimiento, cuya apreciación positiva es objeto de creciente consideración, hasta el punto de ser recogida en los más recientes textos normativos en materia de función pública. Basta con la lectura de las expresiones empleadas en el informe de la Comisión de Expertos para el estudio y preparación del Estatuto Básico del Empleado Público, de abril de 2005, tales como “excelencia profesional”, “nueva carrera administrativa articulada en torno al desempeño del puesto de trabajo y al desarrollo de las competencias de los empleados públicos”, “evaluación del desempeño”, todos ellos 8 recogidos finalmente en el texto legal de 2007, para comprobar que las nuevas tendencias en materia de función pública van precisamente por un camino al que responden plenamente las bases cuestionadas. Resulta evidente que, desde la dimensión señalada, la tramitación de 60 expedientes de una determinada naturaleza, en un periodo de tres años, nada tiene que ver con la tramitación de un número idéntico en el curso de veinte o veinticinco años. De modo que la valoración de estos trabajos sin el establecimiento de un límite temporal no se ajustaría a dichos principios y valores, como tampoco a los tradicionales de mérito y capacidad. El hacer coincidir dicho límite temporal con la vigencia de un determinado texto legal hace que dicha determinación tenga un carácter plenamente objetivo y justificado. Por lo que se refiere a la exigencia de que el volumen valorable sea reflejo del propio de la entidad convocante, resulta cumplida más que sobradamente, y es fácilmente acreditable. En los 15 meses que he prestado servicios en el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina he intervenido personalmente en la aprobación de 35 expedientes de contratación. Lo que implica una ratio de 2,33 expedientes mensuales, frente a las ratios 1,38, 1,66, y 1,94 que representan los apartados a.1, a.2, a.3, del baremo cuestionado, computando el periodo comprendido entre la entrada en vigor de la Ley 30/2007, de 30 de octubre y la publicación de la convocatoria del concurso ordinario. Con independencia de los expedientes señalados se ha tenido intervención en otras fases, como la adjudicación o modificación, de al menos 10 expedientes aprobados en los meses anteriores a mi toma de posesión, lo que justifica que el baremo contenido en las bases es fiel reflejo de las características de la entidad convocante. CUARTO.- Señala la recurrente que debería motivarse debidamente la valoración asignada al apartado B) del baremo, habida cuenta de que se trata de un expediente que la Administración va a tramitar una vez cada muchos años y que, por tanto supone un porcentaje muy bajo del conjunto de la actividad correspondiente a la Secretaría. Añade que debería justificarse porqué dicha tarea no se valora por fases ni se tienen en cuenta entidades con una plantilla inferior a la indicada. No se comparte la afirmación relativa al carácter desproporcionado de la valoración asignada al mérito señalado. En primer lugar se ha de señalar que la valoración asignada no supone el 60% de la puntuación total máxima del concurso. Tanto el recurrente como el órgano judicial cuyo pronunciamiento cita, parecen olvidar que los méritos específicos suponen únicamente 7,50 puntos sobre 30 posibles. Por ello el mérito cuestionado supone únicamente un 15% de dicha puntuación total máxima. La Sentencia del Tribunal Constitucional STC 67/1989 se ha pronunciado sobre la validez constitucional del establecimiento de un único mérito "en detrimento de otros admisibles y defendibles", y lo hizo señalando que ya la STC 137/1986 dio una respuesta afirmativa a dicha cuestión. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid en Sentencia de 26 de Marzo de 2008 señala, en relación con la puntuación asignada a los diferentes méritos en un concurso que “sin perjuicio de que pueda discreparse del valor que se les asigna, discrepancia en la que ha de prevalecer, como decimos, el criterio del órgano competente para la aprobación del baremo”. En los mismo términos el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de Sevilla, declara en Sentencia de 14 de Febrero de 2003 que “En cuanto a la proporcionalidad de los dos puntos que se otorgan por concurrir esa circunstancia, no se razona por qué es desmesurada, o, está falta de proporcionalidad y como es una cuestión de apreciación de la Corporación, no hay razón que autorice a variarla o sustituirla por otra puntuación”. Por ello se considera que no existiría contravención alguna del ordenamiento jurídico aun en el supuesto en que se hubiese asignado al mérito cuestionado la totalidad de la puntuación correspondiente a los méritos de determinación local, siempre y cuando dicho valor responda a la acreditación de conocimientos, habilidades o aptitudes suficientemente relacionadas con las características del puesto de trabajo, y relevantes para su correcto desempeño. En este sentido, considero que la circunstancia de haber ejecutado las tareas mencionadas y relativas a relaciones de puestos de trabajo, no puede tener por objeto valorar la experiencia y aptitud necesarias para el desarrollo de tareas futuras similares en relación con la confección de dicho instrumento de ordenación de personal, sino los conocimientos en si mismos adquiridos en el curso de la realización de estos trabajos. La confección, informe, y asesoramiento en los trámites de aprobación de la Relación de Puestos de Trabajo exige poseer un dominio absoluto en todos y cada uno de los diversos aspectos relacionados con la disciplina de gestión de recursos humanos, desde su dimensión jurídica y organizativa. Estas tareas requieren un profundo estudio en materia de planificación de necesidades de personal (oferta de empleo público), ordenación (delimitación de unidades administrativas y sus jefaturas, clasificación en cuerpos y categorías profesionales, funciones, competencias profesionales, titulaciones habilitantes), gestión de personal (régimen de jornada, horarios y sus limitaciones, régimen retributivo), provisión de puestos de trabajo, situaciones administrativas (por modificación o supresión de puestos de trabajo), además de las relacionadas con la negociación colectiva; incluyendo las peculiaridades del régimen jurídico del personal laboral (pactos de homogeneización de retribuciones, posible reconocimiento de la condición de indefinidos no fijos sobre la base de la RPT, modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo, posible rescisión de contratos, régimen de despidos vinculados a las previsiones de la RPT), entre otras múltiples cuestiones. Materias, todas ellas, vinculadas a expedientes de los cuales no se puede predicar la expresión “que la Administración va a tramitar una vez cada muchos años y que, por tanto, supone un porcentaje muy bajo 9 del conjunto de la actividad municipal”, empleada por el Colegio Provincial, y que en el Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina tienen una especial relevancia como se motivará seguidamente. El Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina posee una singularidad que lo hace por completo diverso a cualquier otra entidad municipal existente en el territorio nacional. Dicha peculiaridad, bien conocida, se refiere a la existencia de un organismo autónomo “EUPLA” cuyo objeto es la enseñanza universitaria, y que genera un enorme impacto económico, social e, incluso, cultural sobre el municipio. Las funciones propias del puesto de trabajo de Secretaría en este Ayuntamiento se ejercen igualmente en relación con la actividad de este organismo autónomo, por disposición de sus estatutos, exigiendo una dedicación de, al menos, un cincuenta por ciento de la total del puesto de trabajo. Y la práctica totalidad de la actividad profesional referida a esta entidad se proyecta sobre expedientes relacionados con la gestión del personal que presta servicios en ésta. En la actualidad, además, el proceso de adaptación de las titulaciones impartidas por la EUPLA al Espacio Europeo de Educación Superior, unido a la insuficiencia de los instrumentos reguladores de las condiciones de empleo del personal al servicio del O.A.L., y la problemática que de ello se deriva en relación con cuestiones como el nacimiento y extinción de las relaciones de empleo, competencias profesionales, régimen de jornada y dedicación, y gestión en general de recursos humanos, hacen que las cuestiones relacionadas con la disciplina jurídica examinada sean de una importancia crucial para el adecuado funcionamiento de la entidad, hasta el punto de ser, con diferencia, el área de conocimientos más relevante para el adecuado desempeño del puesto de trabajo. Lo anteriormente expuesto justifica, a juicio del alegante, la introducción de un mérito que permite comprobar, de una manera fiable, la posesión de los conocimientos y aptitudes precisos para atender a la problemática y cuestiones descritas. Resultando igualmente adecuada la ponderación contenida en el baremo que, a todas luces, tiene por objeto, favorecer la búsqueda de un profesional con una determinada especialización y no favorecer injustificadamente a un concreto aspirante, dado el carácter de generalidad que presenta su formulación. El método elegido por la Corporación convocante, sin ser el único susceptible de la consecución del fin indicado, es sin lugar a dudas el que presenta mayores caracteres de complitud, al tiempo que simplifica la gestión del proceso de provisión de puestos, dada la sencillez de su acreditación frente a otros posibles. Lo que, sin duda, tiene cabida en el ámbito de discrecionalidad que corresponde a la Administración Municipal. Existen numerosos pronunciamientos judiciales que han admitido la inclusión como méritos en los baremos de los concursos ordinarios propios de los funcionarios con habilitación estatal, de actividades que, sin formar parte de las funciones propias del puesto de trabajo correspondiente, evidencian la existencia de conocimientos o especialización en materias sobre las que sí se tienen reflejo dichas funciones. Así, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en Sentencia de 26 Marzo de 2008, considera correcto el establecimiento de los siguientes méritos: - Haber ejercido docencia universitaria en materias relacionadas con el Derecho Público. - Haber ejercido docencia en materia de formación de funcionarios. - Haber desempeñado puestos de carácter directivo de la Administración General del Estado o en la Administración de las Comunidades Autónomas. - Haber ejercido la Abogacía. Y ello, en base a la motivación siguiente dada por el Ayuntamiento demandado “que el enfoque de agilidad y polivalencia es directamente aplicable a todas las funciones que desarrollan los servicios administrativos en la localidad y por ello la futura reorganización administrativa precisará de una persona con unos determinados conocimientos que no sólo se refieran a técnico en legislación local, sino también a labores extra-locales que han quedado reseñadas en el perfil del futuro secretario municipal”. Del mismo modo se ha estimado conforme al ordenamiento jurídico “la valoración de la obtención del Primer Premio a la mejor Tesis de Diplomado en concurso convocado por el Instituto de Estudios de Administración Local” al entender que ello implica una presunción iuris tantum de poseer una alta cualificación como jurista (TSJ Andalucía, Sentencia de 14 de Febrero de 2003); el ejercicio de funciones docentes en Facultad de Derecho “pues la designación -a salvo prueba suficiente en contra ya presupone un mérito en quien accede a ese ejercicio, que a su vez es formativo (al margen de cual sea el área docente) y siempre enriquecedor, mérito que también está señalado con suficientes elementos de generalidad (y que no puede, sin más, reputarse infrecuente o consignado con apariencia de objetividad que encubra un propósito subjetivista e individualizador)” (Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Sala de lo Contencioso-administrativo, Sentencia de 13 Nov. 1989). Señala la entidad recurrente que debería justificarse la referencia al número mínimo de empleados a que ha de afectar la relación de puestos de trabajo, así como la circunstancia de no incluir como valorable la realización parcial de las tareas señaladas. A ello se ha de oponer, en primer término, la consideración de que el hecho de exigir una determinada extensión o impacto en los trabajos referidos resulta consecuente con la finalidad de acreditar la existencia de los conocimientos señalados, en la medida que los instrumentos que afectan a plantillas de dimensiones inferiores a la señalada no presentan una complejidad suficiente para dicho objeto. A lo que se ha de añadir que el conjunto de trabajadores del Ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina y sus Organismos Autónomos supera ampliamente el doble de la cifra señalada en las bases. 10 En cuanto a la segunda de las cuestiones, considero que excede con creces del ámbito del control de legalidad de la actuación administrativa, una vez acreditado el fin legítimo de la consideración del mérito. La impugnación de un acto administrativo no puede tener como objeto sustituir a los órganos competentes en el ejercicio de sus potestades legítimas. Entiendo, en cualquier caso, que la argumentación referida a los conocimientos y especialización que derivan de la realización de los trabajos señalados puede aplicarse igualmente a este motivo de impugnación. Y ello porque la realización parcial del trabajo mencionado no puede de ninguna manera acreditar estar en posesión parcial y proporcional de dichos conocimientos y aptitudes. De igual manera que no se puede valorar la realización parcial de un curso de formación tampoco debería estimarse la solicitud contenida en el escrito de recurso. Pues nada se acredita con la confección de una Relación de Puestos de Trabajo sino se asume la responsabilidad de la legalidad de su contenido. Y, en sentido contrario, resulta claro que la labor intelectual desarrollada en la confección de dicho instrumento va mucho más allá de su simple corrección jurídica, como se ha motivado anteriormente. La Sentencia del TSJ Andalucía de 14 de Febrero de 2003, anteriormente citada, tras declarar conforme a derecho la valoración del Diploma señalado, señala que “Es razonable también desde el punto de vista del baremo y de quien lo redacta y lo aprueba, que sólo se valore el primer premio y no los denominados accésit”. En sentido contrario, no considera correcto valorar la superación parcial de los estudios conducentes a la obtención del título de doctor, al considerar que resultan inescindibles de dicha titulación. QUINTO.- Como se ha manifestado al inicio de este escrito, la impugnación planteada no puede afectar a la resolución del concurso de provisión de puestos trabajo efectuada a favor de quien suscribe, al haber sido el único aspirante en concurrir a dicho proceso. Incluso en el supuesto de que el Pleno de la Corporación decidiera estimar el recurso de reposición interpuesto, resulta claro que la anulación de los dos méritos cuestionados, no ha de impedir la valoración de los restantes méritos, incluidos en el baremo de méritos generales y autonómicos y no afectados por dicha anulación. Ello en virtud del principio de conservación de los actos administrativos contenido en el artículo 66 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y de Procedimiento Administrativo Común. Los órganos del orden jurisdiccional contencioso-administrativo han admitido de forma constante la aplicación de este principio, cuando éste se ha invocado, en supuestos de anulación parcial de los baremos de méritos contenidos en las bases de los concursos de provisión de puestos, tanto en el caso de los propios de los funcionarios con habilitación de carácter estatal como los generales relativos a otros cuerpos funcionariales. Así, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en sentencia de 27 de marzo de 2001, tras anular el baremo de méritos específicos del concurso ordinario para la provisión del puesto de oficial mayor de la Diputación Provincial de Ávila, manifiesta que “Se plantea por la apelante que de la propuesta de nombramiento que se remitió a la Dirección General para la Administración Local del MAP se deduce que no se presentaron méritos específicos por ningún solicitante, habiéndose valorado únicamente los méritos generales, con lo que cualquiera que fuera el resultado del recurso no habría de tener efectos sobre el concurso, extremo éste que no ha sido negado por la contraparte al evacuar el traslado conferido del recurso de apelación. A este respecto conviene traer a colación el principio de conservación de los actos que inspira los artículos 63 y siguientes de la Ley 30/1.992. Dispone el art. 63.2 que «el defecto de forma solo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o de lugar a la indefensión de los interesados». En la misma línea, el principio de la conservación subyace en el art. 64, que dispone: «1. La nulidad o anulabilidad de un acto no implicará la de los sucesivos en el procedimiento que sean independientes del primero. 2. La nulidad o anulabilidad en parte del acto administrativo no implicará la de las partes del mismo independientes de aquélla salvo que la parte viciada sea de tal importancia que sin ella el acto administrativo no hubiera sido dictado.» Por último, el art. 66 establece que «el órgano que declare la nulidad o anule las actuaciones dispondrá siempre la conservación de aquellos actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la infracción.» La Sala constata que la sentencia de instancia, aún cuando no invoca de forma directa tales preceptos, probablemente por su obviedad, sin embargo los tiene en cuenta a la hora de pronunciar el fallo, pues de los actos impugnados solo anula «la concreta mención y regulación del baremo de los méritos específicos», lo que supone, a la postre, que permanecerá válido el resto de actos de la convocatoria que hubieran permanecido invariables, no obstante la anulación del mérito, y también la propuesta de nombramiento, al no haberse presentado méritos específicos por ningún solicitante de la plaza. Igualmente el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Sevilla (Sala de lo ContenciosoAdministrativo, Sección 1ª) en Sentencia de 14 febrero 2003, dictada en relación con la provisión del puesto de trabajo reservado en el Ayuntamiento de Sevilla anula uno de los méritos contemplados en las bases, señalando que dicho mérito y su valor no ha de ser tenido en cuenta. Del mismo modo, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en su 701/2001, de 22 octubre, señala que “A efectos de evitar ulteriores incidentes en la ejecución de sentencia es preciso ver también si deducidos esos dos puntos que supone este requisito ahora anulado variase o no la posterior adjudicación del Concurso, y se comprueba que deduciendo estos dos puntos del baremo específico, el 11 resultado sigue siendo el mismo. El mérito además no es de entidad suficiente como para desvirtuar la consistencia del perfil requerido en el puesto que se convocó, haciendo asimismo esta Sala uso del principio de conservación de actos”. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias, Sala de lo Contenciosoadministrativo, Sección 1ª, en su reciente Sentencia de 25 de Enero de 2010, que resuelve, igualmente un supuesto análogo, declara que “pese a la anulación de esos apartados el procedimiento seguiría perfectamente reconocible dada la escasa relevancia que sobre el total de puntuación de los méritos específicos, 7,5 de un total de 30 puntos, por lo que tal pronunciamiento es contrario al principio de conservación de los actos administrativos”. Aplican, igualmente dicho principio con carácter general en materia de selección y provisión de puestos de trabajo el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Sala de lo Contenciosoadministrativo, Sección 2ª, en Sentencia de 22 de Febrero de 2007, rec. 248/2005, así como el Tribunal Supremo, Sala Tercera, de lo Contencioso-administrativo, Sección 7ª, Sentencia de 18 May. 2007. La aplicación del principio de conservación del acto administrativo permite lograr no sólo el objetivo del mantenimiento de aquellas partes de la actuación administrativa no afectadas por infracción alguna del ordenamiento jurídico, sino además y fundamentalmente, no perjudicar los derechos y situaciones jurídicas generadas para el administrado. En el supuesto concreto del recurso planteado la aplicación de cualquier otra consecuencia jurídica diversa, provocaría el efecto injusto de permitir la participación en el concurso de provisión impugnado de posibles aspirantes que en su momento, bien no pudieron tomar parte en el mismo, por no haber cumplido el plazo mínimo de permanencia en anteriores destinos o no reunir otros requisitos, o bien que no tuvieron interés en concurrir a este procedimiento en el momento concreto de su convocatoria. Lo que podría derivar en una frustración injustificada e injusta de las expectativas generadas para aquellos que sí tuvieron participación en el procedimiento. Considero, por otra parte, que el recurso planteado por el Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Provincia de Zaragoza tiene por objeto el asegurar el cumplimiento de la legalidad y la integridad del ordenamiento jurídico en aquellos asuntos que afectan a los intereses profesionales colectivos cuya defensa tiene encomendados y, en ningún caso, modificar situaciones jurídicas individualizadas, tal y como parece desprenderse de las propias pretensiones expresadas en el escrito de interposición. Si el momento de la publicación de la convocatoria existía algún funcionario interesado en concurrir a ésta, debería haber presentado la correspondiente instancia de participación y, en su caso, haber impugnado el baremo en el caso de considerar que este lesionaba de forma antijurídica sus intereses. En cualquier caso, tanto en un supuesto como en otro, la consecuencia jurídica de la anulación total o parcial del baremo contenido en las bases específicas del concurso habría de ser, de acuerdo con lo dispuesto en el precepto legal citado y los pronunciamientos judiciales existentes sobre el particular, la expuesta con anterioridad y relativa a la resolución del concurso con arreglo al baremo de méritos generales y autonómicos. Fundamentos de Derecho I.-Que la competencia para resolver el recurso de reposición en virtud de Los artículos 116 y 117 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, señalan que los actos administrativos que pongan fin a la vía administrativa podrán ser recurridos potestativamente en reposición, ante el mismo órgano que los hubiera dictado, estableciendo que el plazo para la interposición del recurso de reposición será de un mes si el acto fuera expreso; si no lo fuera, el plazo será de tres meses y se contará para el solicitante y otros posibles interesados, a partir del día siguiente a aquél en que de acuerdo con su normativa específica se produzca el acto presunto. El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del recurso será de un mes. Asimismo contra la resolución del recurso de reposición no podrá interponerse de nuevo dicho recurso. II.-Que tal y como se ha descrito en los antecedentes el recurso fue admitido por resolución del Alcalde Presidente, al ser presentado en tiempo y forma. III.-Que con respecto a las alegaciones realizadas por el recurrente la Técnico que suscribe ha de señalar lo siguiente: Primero.-Que se alude a la posible nulidad de pleno derecho, en concreto el apartado e) del art. 65.1 del al LRJAP y PAC , “ son nulos …los actos de las Administraciones Públicas que prescinden total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido o las normas que contienen la reglas esenciales para la formación de la voluntad de los órganos colegiados..”.; y de otra el art. 17.1 del RD 1732/1994, de 29 de julio sobre provisión de puestos de trabajo reservados a los funcionarios de Administración Lócal con habilitación de carácter nacional, que establece que los méritos específicos formarán parte l integrante de la Relación de 12 Puestos de Trabajo de la Entidad Local correspondiente”;según la redacción dada tras la aprobación del RD 834/2003, de 27 de junio. Hace referencia el recurrente a la necesidad de que figuren dichos méritos específicos en la Relación de Puestos de Trabajo para poder ser incluidos en la convocatoria, atribuyendo a dicho instrumento de organización de personal carácter normativo. En primer lugar haré referencia a la normativa aplicable al caso : La ley 7/2007 de 5 de abril que aprobó el Estatuto Básico del Empleado Público, en adelante -EBEP, alteró la distribución competencial preexistente en materia de habilitación de carácter estatal, atribuyendo a las Comunidades Autónomas la mayor parte de las competencias que, hasta el año 2007, ejercía el entonces Ministerio de Administraciones Públicas en relación con los funcionarios pertenecientes a esta Escala. Así, el apartado 5.1 de la Disposición Adicional Segunda de esta ley recoge importantes modificaciones en el sistema de provisión de dichos funcionarios y, en concreto, respecto del concurso ordinario, se pueden observar grandes diferencias si lo comparamos con la regulación que para este mismo tipo de concurso se contenía en el artículo 99.1 (hoy derogado por el EBEP) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, de Bases de Régimen Local (en adelante LBRL). Aluden los recurrentes a la necesidad de que los méritos generales figuren en la Relación de Puestos de Trabajo. Ante esto señalar que el Alcalde tiene competencia para convocar el concurso Ordinario y aprobar las Bases, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12.1 del Real Decreto 1732/1994, de 29 de julio, y el artículo 21 de la LBRL, relativos a las competencias de los órganos de las Corporaciones Locales, salvo en aquellos casos en que se incorporen méritos específicos que no consten en la Relación de Puestos de Trabajo del Ayuntamiento, en cuyo caso será competencia del Pleno. Dicha interpretación fue la que la Dirección General para la Administración Local del Ministerio de Administraciones Públicas, con fecha 29 de enero de 2004, estableció en su informe, según el cual: “ se considera admisible que con carácter provisional, hasta que se apruebe la relación de puestos correspondiente, las Corporaciones Locales que carezcan de ellas, puedan aprobar los méritos específicos mediante acuerdo del Pleno”. Este criterio defendido por el Ministerio de Administraciones Públicas ha sido compartido por otros centros directivos dotados de competencia para el asesoramiento a Entidades Locales, como el Servicio de Asesoramiento a EELL de la Región de Murcia, o la propia Dirección General de Administración Local del Gobierno de Aragón, que en comunicación dirigida a los Ayuntamientos con puestos reservados susceptibles de inclusión en el concurso ordinario, requería la remisión de acuerdo plenario de determinación de méritos específicos, sin contener alusión a las relaciones de puestos de trabajo. En consecuencia, la existencia o no de un mero instrumento organizativo no puede implicar privar a un Ayuntamiento de la competencia atribuida por la ley para establecer esos méritos específicos, también llamadas “características locales”. Dichas características locales son las que hacen que el trabajo o desempeño de un puesto reservado en un municipio determinado sea distinto que en otros. Porque dichas características han de ser entendidas como méritos o cualidades que teniendo que ver con las funciones legalmente atribuidas al puesto reservado, permitan diseñar un perfil profesional determinado que no “ad personam” y que responda a esas necesidades que hacen distinto el ejercicio, y reitero ejercicio o desempeño que no las funciones “reservadas”, en un municipio o entidad local. Transcienden a mi modesto entender dichas cualidades de la mera descripción de funciones de puesto que consiste una Relación de Puestos de Trabajo y su inclusión en el art. 17.1 del RD 1732/1994, de 29 de julio, no es más que otro ejemplo de desacierto legislativo no teniendo en cuenta la realidad municipal introduciendo mas confusión e incertidumbre que una supuesta garantía de transparencia en el citado proceso. Por todo ello considero que no cabe vicio de nulidad de pleno derecho en los actos municipales recurridos por el mero hecho de que esta Corporación no incluyera los méritos en la Relación de Puestos de Trabajo. Segundo.-Con relación a la posible vulneración del principio de igualdad en el acceso a las funciones públicas. El recurrente alude a la vulneración de los artículos 14, 23 y 103 de la CE del 1978, haciendo referencia a que la Administración se le reconoce en el ordenamiento jurídico una potestad autoorganizativa y una discreccionalidad para elegir entre alternativas igualmente justas, pero se le prohibe la arbitrariedad, la quiebra del principio de igualdad o de los de mérito y capacidad. Ante esto, señalar lo ya expuesto, los méritos específicos aprobados por el Pleno de esta Corporación en ejercicio de su potestad auto-organizativa no suponen discriminación ni limitación alguna a la participación en el concurso de cuantos aspirantes reúnan los requisitos para poder tomar parte en el mismo. Hasta el punto de no hacer referencia a la necesidad de que las tareas referidas hayan sido desempeñadas en una Administración Local, sino en cualquier Administración Pública, en el caso de la 13 experiencia en la confección de informes y Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares durante la vigencia de la ley de Contratos del Sector Público. En cuanto a la experiencia en realizar Relaciones de Puestos de Trabajo, se circunscribe a las Entidades Locales, dadas las peculiaridades del régimen jurídico aplicable al personal de las Administraciones Locales, sin bien es cierto que no se establece limitación ni exclusión alguna por el número de habitantes o presupuesto de las mismas. A ello, debemos añadir que no existe valoración desproporcionada sino ponderada con la puntuación total del concurso y que esta Administración ha actuado de acuerdo a los principios de igualdad, mérito y capacidad que debe regir todo proceso de selección o provisión de puestos en la misma. Por ello tampoco incurre en nulidad por vulneración de los principios de igualdad, mérito y capacidad. Ni esta Administración ha incurrido en arbitrariedad alguna por lo que hemos de rechazar de plano las argumentaciones del recurrente por carecer de fundamento alguno. Tercero.-Por último hacer referencia al escrito presentado por el único aspirante al concurso DON SERGIO DIEGO GARCIA, en el que expone su desacuerdo con las argumentaciones esgrimidas por el recurrente. Por lo ya expuesto doy por reproducidas las consideraciones antes aludidas que coinciden en su mayor parte con las presentadas por el alegante. Por todo lo expuesto, por unanimidad, se adopta el siguiente dictamen para su aprobación por el Ayuntamiento Pleno: PRIMERO.- Desestimar el recurso potestativo de reposición interpuesto contra el acuerdo plenario 21 de diciembre de 2010, por parte del Colegio de Secretarios Interventores y Tesoreros de Administración Local de Zaragoza, por las razones legales expuestas. SEGUNDO.- Notificar a DON SERGIO IBARZ BOSQUED, presidente del Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local de Zaragoza lo aquí resuelto, con indicación de las acciones legales pertinentes. TERCERO.-Dar traslado de esta resolución a DON SERGIO DIEGO GARCIA, como interesado en el procedimiento a los efectos legales oportunos.” VOTACION Votos a favor 11 Votos en contra 0 Abstenciones 0 En consecuencia se aprueba el dictamen referido por unanimidad. No habiendo más asuntos que tratar, siendo las trece horas y cincuenta minutos, la Presidencia levanta la sesión. Doy fe. LA SECRETARIA ACCTAL., Fdo.: Natividad Alfranca Luengo 14