Tratado de libre comercio entre EE.UU.− Centroamérica y República Dominicana Es un acuerdo comercial suscrito por los cinco países de Centroamérica y Estados Unidos, que tiene dos partes: contiene reglas comunes que regulan el comercio entre los países que firmaron el acuerdo, y otra con disposiciones sobre el acceso de los productos de un país al mercado de otro. Esta segunda parte, de acceso a mercados, contiene los compromisos que los países adquieren para la eliminación gradual de los impuestos y las restricciones al comercio recíproco. Costa Rica ha negociado TLC con México (1995), Chile (2002), República Dominicana (2002), Canadá (2002) y los países caribeños reunidos en el CARICOM (2004 ) y tiene vigente, desde hace muchos años, un esquema de integración comercial aun más ambicioso con el resto de países centroamericanos. La suscripción del TLC es un paso importante en la política comercial de Costa Rica que busca la apertura de nuevos mercados para sus exportaciones, el estímulo a la producción y la creación de más empleos de mejor calidad. Todo ello orientado hacia el logro de un mayor bienestar para los costarricenses. El TLC tiene gran relevancia por ser Estados Unidos el principal socio comercial de Costa Rica. A ese país se vende la mitad de todo lo que se exporta y se compra la mitad de todo lo que se importa. En productos agrícolas Costa Rica vende a ese país tres veces más de lo que le compra. El tratado fue inicialmente firmado el año pasado por Centroamérica y más tarde por República Dominicana. El acuerdo entrará en vigencia el 1º. De enero de 2006, al menos entre Estados Unidos, Guatemala, Honduras y El Salvador, los países de Centroamérica cuyos parlamentos ya lo han ratificado. En tanto, queda pendiente la ratificación por parte de Costa Rica, Nicaragua y República Dominicana, donde existe fuerte oposición. Los que están en contra son fundamentalmente algunos sectores agrícolas e industriales, que sostienen que el tratado de libre comercio posiblemente enviará a la quiebra a medianos productores y campesinos de la región. Es por eso que, más allá de la firma de papeles, lo importante es analizar lo que se espera de este tratado comercial y las consecuencias que tendrá sobre las economías de estos países, y mucho más importante aún, sobre su gente. Los pronósticos sobre las consecuencias de este tratado de libre comercio son marcadamente opuestos. Por un lado, tras la aprobación en el senado estadounidense, expresiones como "es una victoria para Centroamérica" o "es un sueño acariciado por muchos años", se escucharon de boca de presidentes de la región. Y es que para aquellos que están a favor del CAFTA, este tratado comercial ayudará a dinamizar las economías de Centroamérica y de República Dominicana, al aumentar las exportaciones tanto de productos tradicionales como no tradicionales −al incrementarse el comercio entre Estados Unidos y la región−, lo cual es sinónimo de impulsar el Producto Interno Bruto (PIB) y el empleo en estos países. Según los partidarios, el tratado de libre comercio ayudará a generar una especie de "atmósfera segura" que contribuirá a atraer mayor inversión extranjera a la región, al mismo tiempo que asegurará que los países se concentren en las actividades en las que tienen mayor productividad. Sin embargo, los que se oponen afirman que el tratado traerá aún más miseria y sufrimiento para la región. 1 Una de las preguntas claves que se hacen los sindicatos y organizaciones agrícolas así como también microempresarios, es cómo van a resistir la libre competencia (la reducción de las barreras comerciales) con Estados Unidos cuando se encuentran en inferioridad de condiciones con respecto a tecnología y volumen. Ellos destacan que el libre comercio hace desaparecer a aquellos sectores que no son competitivos. También les preocupan los subsidios agrícolas que benefician a los productores estadounidenses (fundamentalmente sobre el arroz, el fríjol y el maíz) y que hacen a sus productos altamente competitivos (más baratos) frente a los de la región. De igual forma, algunos sectores temen que una vez eliminadas las barreras arancelarias, cualquier multinacional pueda competir con cualquier pequeña o mediana empresa en Centroamérica, sofocando a la industria nacional. ¿Qué busca EE.UU.? agrícolas y del sector empresarial apoyan el CAFTA, ya que éste eliminaría las barreras arancelarias de la región centroamericana y eso significará una mayor entrada de sus productos. En pocas palabras, el tratado de libre comercio con la región significa un mayor mercado y, por ende, mayores ventas y abultadas ganancias. Al mismo tiempo se espera que el CAFTA ayude a amortiguar el impacto negativo de la competencia de China, al alentar una mayor integración con la industria centroamericana. Ante estas positivas perspectivas, se hace difícil pensar que alguien en EE.UU. se pueda oponer al CAFTA. Sin embargo, este tratado comercial enfrenta la oposición de los sectores azucarero y el textil, que aseguran que el convenio siembra el precedente de la apertura del merca No es de extrañar que en Estados Unidos, la mayoría de los grupos do estadounidense al ingreso de más productos de la región. Hasta el momento, los demócratas habían marcado fuerte oposición al tratado pero viraron su postura en la última votación y le dieron un espaldarazo a la política económica del presidente Bush, dejando el terreno listo para la entrada en vigencia del CAFTA. CONCLUSIÓN El TLC servirá para atraer inversiones es decir, crecimiento, su necesario complemento son reformas integrales de política pública y social que promuevan equidad interna y solidaridad. Porque la democracia, en el fondo, es la suma de esos dos factores: crecimiento y equidad. El país tiene que avanzar en ambos aspectos. Abrirse al libre comercio es importante, pero hacerlo sin reformas internas es un error, y es generar una sociedad con mayores brechas económicas. Más allá de estar a favor o en contra del CAFTA, lo que está bien claro es que éste no será una perdida para Centroamérica. Según un informe reciente del Banco Mundial (BM), el CAFTA por sí mismo no aumentará el crecimiento ni el desarrollo en los países firmantes. Por el contrario, se puede esperar que la población rural de estos países centroamericanos (especialmente aquellos que basan sus actividades económicas en la producción de granos y los lácteos) se vea afectada por la 2 entrada en vigencia del acuerdo, al enfrentar una bajada de precios en algunos productos y una reestructuración en las economías. Es por eso que resultará fundamental una agenda paralela de los gobiernos centroamericanos para brindar capacitación a los campesinos y productores, así como mayor acceso al crédito en las áreas rurales y una mayor inversión en infraestructura. Sin estos esfuerzos, será muy difícil generar empleos, mucho más solucionar los problemas de desigualdad y pobreza, en una región donde casi la mitad de la población vive en zonas rurales y que depende fundamentalmente de la agricultura para sobrevivir. UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CENTROAMÉRICA CURSO DE TÉCNICAS DE REDACCIÓN Y ESTILISTICA Tratado de libre comercio entre EE.UU.−Centroamérica y EE.UU. y República Dominicana PROFESOR: ALFREDO VILLALOBOS Adriana van Ginkel Mourelo Bachillerato en relaciones públicas 3 de octubre del 2005 San José, Costa Rica 3