Fazendo Gênero 8 - Corpo, Violência e Poder Florianópolis, de 25 a 28 de agosto de 2008 Desandando estereótipos: Expresion corporal, una danza para tod@s Nora Edith Miranda (Consejo Nacional del Deporte y las Mujeres - Argentina) Expresion Corporal; Estereotipos; Escuela ST 67 - Gênero e práticas corporais e esportivas Introducción: Una persona, un cuerpo en un espacio: todo un idioma por aprender, todo un otro por conocer. La manera de estar en el mundo es a través del cuerpo, un cuerpo que “habla” tanto en su movimiento como en su quietud, sus poses, sus silencios, sus miradas. Llamamos a esto la expresión corporal cotidiana, inherente a todo individuo. El término “Expresión Corporal”, como disciplina artística, surge en la Argentina en 1950, de la mano de Patricia Stokoe, quien tuvo la intención de “legalizar el derecho de todo el mundo a bailar”1, sumando aportes de Isadora Duncan, Rudolf Laban, Jaques Dalcroze y con un doble propósito, por un lado generar un espacio de danza para los varones, quienes tenían prácticamente vedado su acceso, por ser considerada una actividad “femenina”; y por otro, que quedara encuadrada dentro de la corriente de Educación por el Arte, revalorizando la creatividad individual; posibilitando el acercamiento a quienes quisieran bailar simplemente por el placer que la actividad provoca, mas allá de exigencias profesionales, estilos tradicionales, coreografías específicas y de habilidades casi exquisitas. A partir de este concepto, la Expresión Corporal en la escuela, tanto en el nivel inicial como en la escuela primaria es la oportunidad de ofrecer una forma de arte realmente al alcance de tod@s. La población que asiste a la escuela pública en la Ciudad de Bs. As. se caracteriza por la diversidad de clases sociales y nacionalidades, conviviendo niñas y niños de Argentina, Bolivia, Perú, Paraguay, entre otros. En su gran mayoría, sin demasiadas oportunidades de aprendizajes por fuera del ámbito escolar, mucho menos de actividades artísticas. Esta experiencia se desarrolla en escuelas del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el primer caso en el Nivel Inicial, con niñas y niños de 3, 4 y 5 años, con la intención de realizar un trabajo sistemático de los contenidos de la Expresión Corporal que si bien figuran en el Diseño Curricular, no son abordados por un/a docente específico/a porque no existe el institucionalmente el cargo de Profesor/a de Expresión Corporal. En el segundo caso, en el Nivel Primario, con alumnas y alumnos de 1° a 5° grado, en una escuela con Intensificación en Artes, donde sí aparece el cargo de maestra de Danzas. En ambos casos el objetivo es “habilitar” en la escuela pública una propuesta de trabajo corporal más integral que el que ofrece habitualmente la Educación Física, en forma más igualitaria para niñas y varones. “Habilitar” el cuerpo en la escuela 2 desde un lugar artístico con posibilidades para todas y todos, un espacio de permisos sin prejuicios donde todo “hacer” es posible en la medida que no se pierda el cuidado por el otro/a, favoreciendo una búsqueda personal para poder “decir” y “escuchar” La escuela es el lugar de socialización por excelencia, donde los aprendizajes son altamente significativos e inciden en el desarrollo de la personalidad. Este es el motivo por el cual se considera tan importante una multiplicidad y diversidad de estímulos que posibiliten elecciones futuras más libres. Es importante recordar que es una Institución “fundamental para el mantenimiento y reforzamiento del proceso de reproducción social […]”, que incide “en la reproducción de un sistema de poder diferenciado con respecto al sexo […]”2. Es válido entonces cuestionarse como influye la escolarización en el hecho de que niñas y niños egresen de la escuela con identidades marcadas por el género, preparados para ocupar roles “femeninos” y “masculinos”; o bien con ideas menos estereotipadas que les permitan optar con mayor autonomía. A partir de esta experiencia se pretende demostrar que es factible ofrecer oportunidades igualitarias de espacios de expresión para niñas y niños, haciendo posible que participen de actividades que tal vez les estarían vedadas en otros contextos, que no son específicamente elegidas por las familias en caso de que realizaran alguna actividad extraescolar. La Expresión Corporal en el Nivel Inicial, tal como lo describe Perla Jaritonsky, no tiene por objetivo la formación de bailarines sino de personas que piensen, elaboren y estructuren sus propias danzas, con placer y disfrute por esta producción. No es importante el estudio y repetición de una coreografía o secuencia de movimientos, sino ofrecer, dentro del contexto del aprendizaje, actividades que les permitan descubrir los movimientos de su cuerpo, exteriorizar sensaciones, imágenes o situaciones a través de la acción corporal, que puedan imaginar y producir movimientos que les pertenezcan, que sean únicos, auténticos y les brinden un espacio de creatividad.3. En cuanto al Nivel Primario, en las Escuelas con Intensificación en Artes, “la incorporación de Danza de primero a quinto grado tiene por objetivo enriquecer la comunicación de los niños desde el lenguaje del movimiento […] Moverse en el espacio con fluidez, manejar la energía y las calidades de movimiento, inventar secuencias, interactuar con los compañeros, son maneras de trabajar la apropiación de una forma de expresarse y de estar con los demás de manera diferente de la cotidiana […] No apunta a imitar prácticas profesionales”4 En estos objetivos no se hace ningún tipo de diferenciación de sexo ni de género, está pensado en forma equitativa para niñas y niños; se desprende entonces que la Expresión Corporal es un espacio sin exclusiones. Lo importante es respetar los tiempos y las maneras de cada persona para incorporarse a la actividad. Especialmente en el comienzo, es muy positivo promover diversas formas de participación que no deje expuesto/a a quien necesita mayor intimidad –sea niño o niña-, por ejemplo, bajando el nivel de las luces, proponiendo que cierren los ojos, que trabajen más cerca 3 del piso acostad@s o sentad@s, de espaldas a l@s demás, en la perisferia del salón, realizando movimientos menos amplios, con sólo una parte del cuerpo, etc. De a poco, a medida que la propuesta crece según lo que cada uno y cada una necesite, aparece la salida al espacio, el pasaje al nivel alto o una mayor amplitud de los movimientos. Siempre la intención es que cada quien busque en su propio repertorio y lo enriquezca. Promover una actitud relajada es más propicia para esta búsqueda aunque esto no implica un tono bajo sino simplemente estar atent@ y abiert@ a lo que pueda suceder, centrando la mirada en lo propio para después poder mirar a l@s demás. Descripcion de la experiencia En cuanto a la experiencia en el Nivel Inicial, la actividad que se está llevando a cabo en un Jardín de Infantes del Gobierno de la Ciudad de Bs. As. desde el año 2006. Allí, de los dos estímulos semanales de Educación Física, se destina uno a esa asignatura y el otro a un taller de Expresión Corporal donde se trabajan los contenidos para el nivel propuestos por el diseño curricular. Una característica de l@s niñ@s a estas edades es permanecer muy junt@s, tienen dificultad para utilizar todo el espacio y tienden a amontonarse. Por esta razón es tan importante comenzar con el contenido “espacio”, que permitirá adentrarse luego en otras tareas. La primer diferenciación que l@s alumn@s deben poder comprender es el espacio total (el de toda la clase) y espacio parcial (el de cada un@ sin desplazamientos). De esta manera, van incorporando la noción de trabajar con otros/as sin interferir en la tarea ajena, ni limitar la propia. Una opción5 es comenzar con “una imagen posible de corporizar”. Cualesquiera sean las imágenes a utilizar, tienen que ser siempre cercanas a l@s niñ@s. En este caso fue “la casita”. La actividad consiste en delimitar el espacio, por ejemplo con aros, donde cada un@ esté separad@ de l@s demás, espacios personales en los cuales desarrollar la improvisación. La idea es “construir” una casa en ese espacio, “colocar” ladrillos, puertas, ventanas, techo” En un primer momento copiando la propuesta de movimiento de la docente y de a poco, permitiendo la improvisación de cada un@. Luego, en el momento final de la clase, proponer un tiempo de cada un@ para evocar las imágenes y movimientos realizados. Es importante también, desde el comienzo, habilitar la posibilidad de copiar algún movimiento de otra persona. De esta forma, quien sienta que “no se le ocurre nada”, puede utilizar algo de lo que ve que hacen los demás y de a poco, ir encontrando lo propio, de manera mas relajada o menos exigida.. Es este otro punto a revalorizar: la posibilidad de enriquecer el propio movimiento con el movimiento de otr@, dar al otr@ un lugar auténtico, reconocerlo como diferente ya que es esa diferencia la que aporta y suma. En ese encuentro es donde cada un@ se entrega a la posibilidad de encontrar en el/la otr@ algo que le resuene, que le abra paso a un nuevo movimiento, una nueva danza que no hubiera sido posible si ese otr@ no hubiera estado ahí, en ese momento. 4 Se puede continuar con la búsqueda de la concientización de alguna parte del cuerpo, por ejemplo las manos, los brazos, las piernas, la columna, la cabeza. Explorar los movimientos posibles de esas partes del cuerpo para más tarde agregar las posibilidades que ofrece un uso total del espacio. Se utilizan también objetos auxiliares, en general de diversas texturas, tamaños, formas; siempre pensando en aquellos que favorezcan la concreción del objetivo. Se usan con la intención de presentar un contenido, profundizarlo o percibirlo con mayor claridad. Puede ser casi cualquier cosa, según el objetivo que se persiga. El objeto auxiliar es un recurso no un fin, por lo tanto se elige en función del contenido a trabajar. Para que esta elección sea correcta, es importante que el o la docente experimente previamente con ese objeto antes de ofrecerlo en la clase. En general, se propone a l@s alumn@s que exploren las posibilidades que ese elemento ofrece, los movimientos que se les ocurren, las acciones que se pueden realizar, para luego evocar todo ese trabajo en una improvisación, ya sin el objeto. Por último es muy importante, también, en la elección del objeto, que no implique riesgo alguno. Hay una cuarta alternativa para adentrarse en la tarea y es partiendo de acciones cotidianas. Esta forma se trabaja tomando algún gesto con la mímica de la acción, para ir pasando del gesto puro al gesto bailado, y dando la posibilidad de recrearlo modificando alguna de las constantes del movimiento: tiempo, espacio y energía. Por ejemplo, si realizamos la acción de “cocinar” como batiendo dentro de una olla, se puede realizar la mímica para luego realizar la misma acción con un movimiento más grande o más pequeño (espacio), más rápido o más lento (tiempo) o más fuerte o más suave (energía) Una propuesta similar se realiza con l@s alumn@s del nivel primario, de 1º a 5º grado, también en una escuela del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs. As. La diferencia está dada por las imágenes que se utilizan, acordes a las edades de l@s alumn@s; el nivel de concientización de las diferentes partes del cuerpo, el tipo de objetos auxiliares y una mayor posibilidad de abstracción en cuanto a las acciones cotidianas. En los dos casos, el objetivo es que a partir de un mayor conocimiento de las posibilidades de movimiento de cada un@, encuentren la propia danza y el placer que esto produce. Podemos hablar de una primer área; el conocimiento del propio cuerpo en movimiento y en quietud. El cuerpo en movimiento es un lenguaje que se enriquece en el contacto con los demás. Hay entonces otra área a tener en cuenta: la comunicación. En un primer momento consigo mismo, donde la escucha de “lo propio” da lugar a movimientos auténticos de cada persona. Luego, la comunicación con los demás: en parejas, tríos, pequeños grupos y grupos entre sí. Por último, una tercer área a desarrollar es la creatividad, la manera personal de desplegar una idea de movimiento. En una improvisación se abre la opción a la creación. 5 “¿Cómo se aprende a improvisar? La única respuesta es otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser y es inmaculada y originariamente nosotros mismos. Lo que tenemos que expresar ya está en nosotros, es nosotros, de manera que la obra de la creatividad no es cuestión de hacer venir el material sino de desbloquear los obstáculos para su flujo natural”6 Es de este modo que al ofrecer situaciones para improvisar, cuando la persona, en su cuerpo está más “atenta”, más “presente”, estamos en el camino del encuentro con la propia danza, con la comunicación, con la creatividad…con la Expresión Corporal. Conclusiones En las propuestas descriptas, la participación fue igualitaria de niñas y niños. Las diferencias pueden surgir en el tipo de movimiento realizado, siendo, a veces, más controlado y suave en las niñas y un poco más enérgico en los varones. Sin embargo, se considera que más que hablar de diferencias de género, se puede hablar de diferencias en el acervo motor, las distintas experiencias previas, los estímulos recibidos. Es decir, en el grupo de 3 años las calidades de movimiento de nenas y nenes no son tan distintas, pero a medida que son más grandes, esto se vuelve un poco más evidente. Cabe preguntarnos entonces cuán responsables somos l@s docentes de la reproducción o modificación de ciertas estructuras. Si desde la propuesta no hay ninguna objeción acerca de lo “no se debe hacer por ser nene o nena”, si las oportunidades son iguales para todos y todas, cada uno podrá permitirse dejar surgir lo propio sin tapujos ni inhibiciones. En el caso de l@s alumn@s del Nivel Primario, en los primeros grados, las niñas tienden también a realizar movimientos más suaves, acercándose a los movimientos de la danza clásica. Son más amplios pero muy controlados, redondeados y prolijos. Pareciera que están muy pendientes de lo que se ve “de afuera”. Tienden a reproducir coreografías de programas de televisión. Los varones, en cambio, realizan movimientos más fuertes. Lo primero que surge es la imitación de luchas, movimientos que ven en series televisivas y dibujos animados. Están menos pendientes “del afuera” e incluso terminan por ser menos cuidadosos de l@s demás. Con el tiempo, a medida que se comprometen con la actividad, que se adentran en la búsqueda, comienzan a aparecer movimientos controlados, donde se nota la concentración y el compromiso que tienen con la tarea y con l@s dem@s. Es decir, que cuando se les brinda la oportunidad, no solo se demuestra que pueden bailar sino que además pueden disfrutar mucho con la experiencia. En tareas que se realizan en parejas, en Jardín y los primeros grados de Primaria, no hay dificultad para trabajar en forma mixta, recién a partir de tercer grado empiezan a preferir trabajar con otra persona de su mismo sexo. De todas maneras, esto depende mucho de las características de cada grupo y su historia, siendo difícil establecer normas generales. 6 Finalmente, si queremos “romper” con los estereotipos tenemos que empezar por nosotros y nosotras y por la escuela; habilitando espacios sin prejuicios para prácticas corporales factibles, reales y auténticas para todas y todos. Nota: Para la presentación de este trabajo se mostrará, en el transcurso de la disertación, un video donde se podrán apreciar fragmentos de las actividades descriptas. 1 Débora Kalmar. ¿Qué es la Expresión Corporal?. Grupo Editorial Lumen. Argentina. 2005 Pág. 30 Sheila Scraton, Educación Física en las niñas: un enfoque feminista. Editorial Morata. 1995. Pág. 13 3 Perla Jaritonsky, A muchas preguntas, algunas respuestas en Recorridos Didácticos en la Educación Inicial, Ana Malajovich (compiladora) Argentina. Paidós. 2000. Pág. 95 4 Carina Tarnofky. Intensificación en Artes. Marco Curricular para la Escuela Primaria. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs. As. Secretaría de Educación. Dirección de Currícula. 2005 Pág. 18 5 Liliana García Cabana, “De dónde partir para una propuesta de Expresión Corporal” apunte de cátedra del curso Didáctica de la Expresión Corporal en el Nivel Inicial, CePA 2006 6 Stephen Nachmanovitch. Free Play. La improvisación en la vida y en el arte. Editorial Paidós. Bs. As. Argentina 2006. Pág. 23 2