Retomando el ciclo “El cine llega al Colegio” el viernes 6 de junio a las 21 hs en Ovidio Lagos 163, presentaremos el film Nostalgia de la luz, presentado por el Equipo de acompañamiento psicológico a testigos victimas, querellantes y familiares de la megacausa la Perla. Nostalgia de la luz (2010) del chileno Patricio Guzmán, "es un filme sobre la distancia entre el cielo y la tierra, entre la luz del cosmos y los seres humanos y las misteriosas idas y vueltas que se crean entre ellos. En Chile, a tres mil metros de altura, los astrónomos venidos de todo el mundo se reúnen en el desierto de Atacama para observar las estrellas. Aquí, la transparencia del cielo permite ver hasta los confines del universo. Abajo, la sequedad del suelo preserva los restos humanos intactos para siempre: momias, exploradores, mineros, indígenas y osamentas de los prisioneros políticos de la dictadura. Mientras los astrónomos buscan la vida extra terrestre, un grupo de mujeres remueve las piedras: busca a sus familiares desaparecidos durante la dictadura militar de Pinochet." Guzmán, conocido por sus documentales sobre el Chile de Allende y la dictadura de Pinochet (1973-1988), logra en este filme una asombrosa «composición» sobre el pasado y la memoria, la historia, la política, el tiempo...; composición que se opone con fecunda serenidad a uno de los rasgos patognómicos de nuestra época: la aceleración. Los ‘ríos de luz’ que emanan entre planos, voces, personajes y testimonios conmovedores ofrecen una reflexión serena y potente (sobre una realidad concreta -situada y fechada- y un 'contrapunto' universal) que se desenvuelve lentamente, plano a plano, como ríos fecundos que derivan y resuenan también, si les hacemos lugar, en nosotros mismos. Película de hechura poética y comprometida entonces, capaz de refrescarnos la mirada… Es sabido que la ‘luz’ también remite, indefectiblemente, a la ‘oscuridad’. Nos parece interesante terminar esta invitación a compartir la proyección del filme conectando esta ‘trama’ con aquella conclusión que Marco Polo desgrana en el párrafo final de Las ciudades invisibles (Ítalo Calvino): «El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.» Otra manera de abrir. Lxs esperamos!