PAU junio 2014 (mundo estudiante) (El subrayado es nuestro) OPCIÓN A (solo cuestión 1 hecha) "Digo que la idea de ese ser sumamente perfecto e infinito es absolutamente verdadera; pues aunque acaso como pudiera fingirse que un ser así no existe, con todo, no puede fingirse que su idea no me representa nada real, como dije antes de la idea de frío". Esa idea es también muy clara y distinta, puesto que contiene en sí todo lo que mi espíritu concibe clara y distintamente como real y verdadero, y todo lo que comporta alguna perfección". Y eso no deja de ser cierto, aunque yo no comprenda lo infinito, o aunque haya en Dios innumerables cosas que no pueda yo entender, y ni siquiera alcanzar con mi pensamiento: pues es propio de la naturaleza de lo infinito que yo, siendo finito, no pueda comprenderlo. Y basta con que entienda esto bien, y juzgue que todas las cosas que concibo claramente, y en las que se que hay alguna perfección, así como acaso también infinidad de otras que ignoro, están en Dios formalmente o eminentemente, para que la idea que tengo de Dios sea la más verdadera, clara y distinta de todas". (Descartes, Meditaciones metafísicas) En este texto Descartes reflexiona sobre el problema de Dios. Cuestiones: 1. Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas. 2. Explicar el problema de Dios en Descartes y desarrollar sistemáticamente las principales líneas de pensamiento de este autor. 3. Explicar el problema de Dios en un autor o corriente filosófica de la época medieval (o sea, Agustín o Tomás de Aquino). 4. Explicar el problema del conocimiento en un autor o corriente que no pertenezca ni a la época medieval ni a la moderna (o sea, antigua, Platón o Aristóteles, o contemporánea, Nietzsche u Ortega). 1. René Descartes fue un filósofo perteneciente a la Edad Moderna y a la corriente racionalista. Se propuso conseguir un método científico y de valor universal tomando como ejemplo las matemáticas y partiendo de una duda radical pero no escéptica. Entre sus obras destacan el Discurso del método y las Meditaciones metafísicas. En este fragmento, perteneciente a la tercera meditación, Descartes defiende la existencia de la sustancia infinita, Dios, tras haberla sometido previamente a la duda. En primer lugar, define esta idea como “muy clara y distinta”, propiedades que garantizan su autenticidad según la primera regla del método que elabora para llegar al conocimiento. Las ideas para este autor tienen todas una realidad subjetiva, como prueba el cogito, y algunas de ellas son innatas, pues no parecen proceder de la experiencia pero se encuentran en el sujeto. Entre estas últimas podemos situar la idea de dios, cuya existencia queda probada por el argumento de objetividad de las ideas (toda idea requiere de una causa proporcionada, por lo que mi idea de infinito hace necesaria la existencia de un ser infinito: “pues aunque acaso como pudiera fingirse que un ser así no existe, con todo, no puede fingirse que su idea no me representa nada real,”) y el argumento ontológico de San Anselmo (la idea de Dios que tenemos es la de un ser perfecto; dado que la existencia es un rasgo de perfección, Dios ha de existir). Pese a que esta idea de Dios sea verdadera, esto no quiere decir que podamos comprenderla; es por ello que en el texto Descartes distingue entre “comprender” (capacidad de abarcar la idea entera) y “entender” (tener un conocimiento sin abarcarla por completo pero que permita captar y diferenciar su contenido). OPCIÓN B (todas las cuestiones hechas; se ha intentado que ocupen los dos folios que tenéis para realizar el examen) "El conocimiento es la adquisición de verdades, y en las verdades se nos manifiesta el universo trascendente (transubjetivo) de la realidad. Las verdades son eternas, únicas e invariables. ¿Cómo es posible su insaculación dentro del sujeto?.1) La respuesta del racionalismo es taxativa: sólo es posible el conocimiento si la realidad puede penetrar en él sin la menor deformación. El sujeto tiene, pues, que ser un medio transparente, sin peculiaridad o color alguno, ayer igual a hoy y a mañana- por tanto, ultravital y extrahistórico. Vida es peculiaridad, cambio, desarrollo; en una palabra: historia. 2)La respuesta del relativismo no es menos taxativa. El conocimiento es imposible; no hay una realidad trascendente, porque todo sujeto real es un recinto peculiarmente modelado. Al entrar en él, la realidad se deformaría, y ésta deformación individual sería lo que cada ser tomase por la pretendida realidad. Es interesante advertir cómo en estos últimos tiempos, sin común acuerdo ni premeditación, psicología, "biología" y teoría del conocimiento, al revisar los hechos de que ambas actitudes partían, han tenido que rectificarlos, coincidiendo en una nueva manera de plantear la cuestión" (Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo). En este texto, Ortega reflexiona sobre el problema del conocimiento. Cuestiones: 1. Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas. 2. Explicar el problema del conocimiento en Ortega y Gasset y desarrollar sistemáticamente las principales líneas de pensamiento del autor. 3. Explicar el problema del conocimiento en un autor o corriente filosófica de la época moderna (o sea, Descartes, Hume o Kant). 4. Desarrollar el problema de la moral en un autor o corriente filosófica que no pertenezca ni a la época moderna ni a la contemporánea (o sea, la antigua, Platón o Aristóteles, o la medieval, Agustín o Tomás de Aquino) . 1. Este fragmento de El tema de nuestro tiempo pertenece al capítulo X donde Ortega desarrolla el Perspectivismo y aparecen dos términos fundamentales. Racionalismo: Ortega utiliza este término para referirse no sólo a esta corriente filosófica moderna, sino para aludir a todas las filosofías que presentan las siguientes tesis: a) la razón pura es lo que define al ser humano, b) la razón está por encima de las particularidades del ser humano, es ultravital y extrahistórica, c) la razón es capaz de conocer la verdad absoluta que es eterna, única e invariable. En este sentido general de racionalismo, sus antecedentes históricos ya están en Platón. Como dice en el texto, para el Racionalismo cualquier elemento subjetivo en el conocimiento contamina la verdad. Para hacer posible la captación de estas verdades, el sujeto debe ser un medio transparente, es decir, renunciar a todo lo que es propiamente el sujeto (la subjetividad), y convertirse la razón en una razón “utópica”, “pura”, extravital y ultrahistórica, es decir, fuera de la temporalidad ( de la historia). Estas tesis, a juicio de Ortega, son unos errores en torno al conocimiento y la metafísica que hay superar ya que termina dando la espalda a la realidad radical: la vida humana...Esta razón del Racionalismo es la adoración a los conceptos abstractos. Frente a esta razón ahistórica y a este Racionalismo, Ortega propone su razón vital e histórica y su Raciovitalismo. Historia: El concepto de historia, en este fragmento, es el “contrapunto” a las tesis racionalistas que Ortega quiere resaltar para mostrar su error. Se identifica aquí con la vida como realidad indudable y radical que ha sido obviada por el racionalismo En el texto Ortega especifica que la vida es aquello que el racionalismo elimina para justificar el hecho de alcanzar sus verdades eternas e invariables. Si las verdades tienen tal carácter, un ser peculiar, cambiante, no puede alcanzarlas, tiene que ser un sujeto que esté más allá de lo que supone la vida: cambio, desarrollo, particularidad, resumiendo: historia. En al análisis de las categorías de la vida, del vivir concreto del ser humano concreto, la temporalidad es su dimensión fundamental: vivir es proyectarse al futuro (la vida es futurición), desde el presente y el pasado de la circunstancia, pues el sujeto no se entiende separado del mundo en el que vive. Tiene tal importancia la temporalidad, que Ortega llega a decir que el ser humano no tiene naturaleza, tiene historia, dando a entender que el ser humano no es un dato, un hecho o una sustancia ( como el sujeto del racionalismo, ultravital y extrahistórico, igual ayer que hoy y mañana), sino un proyecto particular que desarrollar. Por tanto, la razón que dé cuenta de esta realidad debe ser una razón vital e histórica, atenta a las peculiaridades de la vida, del sujeto y su circunstancia. 2. Ante el problema del conocimiento Ortega rechaza: • El idealismo: El mundo no existe con independencia del sujeto: la realidad es una construcción del sujeto o un contenido de la conciencia que se lo representa. Se da primacía al sujeto en el acto de conocimiento. • El realismo: La realidad existe con independencia del sujeto. El mundo no necesita del hombre para existir. El entendimiento es pasivo, no pone nada de su parte en la construcción del mundo. Para el subjetivismo, la realidad radical es el sujeto, para el realismo es el objeto. Resulta que el hombre es un ser vivo y que no puede existir independientemente del mundo que le rodea. El concepto de “razón vital” engloba a la vez el concepto de razón y de vida. Ortega rechaza racionalismo y vitalismo porque se limitan a aceptar uno u otro concepto: • El racionalismo: Rechaza que el mundo pueda y deba reducirse a la razón para ser comprendido. • El vitalismo: La vida es la realidad radical. Para la vida solo cuenta el presente, los impulsos, los sentimientos, los instintos: si solo contásemos con la vida, nuestro comportamiento sería irracional. En un intento de conciliar ambas posturas, Ortega señala que el hombre es una razón vital: debe guiar su vida por la razón, pero a su vez la razón tiene una función vital. No puede haber auténtica vida humana sin la razón, ni auténtica razón si esta se encuentra alejada de la vida. Porque las categorías de la vida y la razón se entrelazan: • La vida y el conocimiento se necesitan: para poder vivir necesito comprenderme. • El hombre hace un proyecto de su vida y para él cuenta más el futuro que el presente. Por eso dice que la vida es futurización. Ortega no renuncia al ejercicio de la razón, pero debe tratarse de una razón que aprecia la vida y sus valores. La historia es la categoría fundamental para entender al ser humano. El mundo de las cosas puede ser explicado mediante las categorías de la ciencia física, pero el hombre y su historia no. La razón vital es una razón histórica que permite superar las limitaciones de la razón pura y comprender al hombre en su historia. Esta razón histórica se sirve de recursos como el análisis biográfico o la teoría de las generaciones para dar sentido a un presente determinado por el pasado. Ortega y Gasset defiende el perspectivismo ya que afirma que para encontrar la verdad hay que encontrarla desde el punto de vista del sujeto que al ser parcial, necesita integrarse en la perspectiva de los demás. Esta postura es consecuencia del raciovitalismo: la razón y la vida son los componentes fundamentales de la realidad. No conocemos la realidad total sino la realidad tal y como se presenta a nuestra perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización. Una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. Todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado. Esta perspectiva se impone a un doble nivel: • Individual: cada uno de los sujetos humanos ve el mundo desde su propia óptica. • Histórico-social: cada pueblo o cada cultura percibe de un modo determinado la realidad. El perspectivismo se enfrenta tanto al dogmatismo racionalista como al escepticismo. Según el primero, existen verdades absolutas, eternas y sólo va a ser verdad aquello que la razón concibe de una forma clara y distinta. Para el segundo, ni siquiera existe la verdad. El escepticismo guarda relación con el relativismo: este último niega también la verdad. El perspectivismo no es un relativismo: afirma que existe la verdad, pero esta sólo se capta parcialmente desde una perspectiva individual o colectiva. Estas visiones necesitan completarse mutuamente, pero eso no quiere decir que sean falsas, debido a que todas las perspectivas son verdaderas. Ortega afirma que mi ser es un ser con el mundo. No puede disociarse al yo del mundo, y hay que partir de esta unidad para estudiar al yo y al mundo 3. Descartes fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, así como uno de los nombres más destacados de la revolución científica. El conocimiento en Descartes se basa en su proyecto para construir un sistema de conocimiento basado en proporciones ciertas, sustentado en principios verdaderos e indudables. El modelo tiene como referente a las matemáticas, una ciencia en la que la mente pasa de verdades evidentes por sí mismas a otras deducidas a partir de las primeras. El orden matemático considera que este es aplicable a cualquier otra ciencia. La premisa cartesiana fundamenta es que es posible un método científico universal, porque la razón es una y la misma para todos los seres humanos. Este principio de la unidad de la razón garantiza que el saber sea también uno. Hay una sola ciencia con muchas ramificaciones y un único método aplicable a todas las ramas del saber. Por tanto el proyecto cartesiano va a empezar por la metafísica. EL MÉTODO: Descartes se plantea la necesidad de conocer la estructura de la razón para poder aplicarla a los objetos de estudio. La razón conoce gracias a dos operaciones fundamentales: la intuición y la deducción. Descartes define la intuición como una luz o instinto natural que permite conocer un concepto con toda claridad y distinción, con absoluta certeza. La deducción consiste en la cadena de conexiones necesarias que se establece a partir de conceptos que conocemos con certeza a partir de intuiciones. El método consistirá en una serie de reglas que garanticen el empleo correcto de estas dos operaciones de la mente: 1. Evidencia: No caer en la precipitación y admitir únicamente como verdadero aquello que se presenta en nuestra razón como evidente. La claridad y la distinción son las características de la evidencia: una idea es clara cuando la mente la percibe sin obstáculos, y es distinta cuando la percibe separada de cualquier otra idea. Solo la intuición puede proporcionar certezas de este tipo. 2. Análisis: Dividir cada una de la dificultades que se han de examinar en el mayor número de partes posibles y necesarias para resolverlas mejor, es decir, descomponer los conocimientos hasta llegar a los elementos más simples, de manera que podamos llegar a percepciones claras, a intuiciones. 3. Síntesis: A partir de las ideas simples y evidentes percibidas por la intuición, empieza un proceso de deducción mediante una cadena de intuiciones hasta llegar a reconstruir lo más complejo. 4. Enumeración: Revisar y comprobar todo el proceso de análisis y síntesis. Las reglas del método que produce Descartes suponen poner en duda todo el saber tradicional y aceptar únicamente aquella precisa que pueda resistir todas las críticas. De ahí que la duda sea el punto de partida de toda la filosofía cartesiana. LA DUDA METÓDICA: La duda es una exigencia del método en el momento del análisis: al buscar los elementos más simples del conocimiento para encontrar verdades evidentes que resistan toda duda, Descartes pone en cuestión todo conocimiento comúnmente aceptado y solo confía en la razón del sujeto. La duda cartesiana tiene características propias: 1. Es universal y radical: cuestiona todas las certezas aunque sean evidentes. 2. Es metódica y no es escéptica: la duda escéptica es una duda permanente, mientras que la cartesiana es provisional y constructiva. 3. Es teorética: significa que solo debe afectar al nivel de la reflexión filosófica y no al de las creencias y la conducta. Para justificar la necesidad de esta duda universal, Descartes esgrime una serie de razones: - El engaño de los sentidos: debemos dudar del conocimiento sensible, puesto que los sentidos nos engañan a veces. - La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: podemos soñar lo que creemos estar viviendo y confundir el sueño con la realidad. - La hipótesis de un genio maligno que nos engaña y nos hace equivocarnos en los razonamientos. La duda cartesiana tropezará con una primera certeza de la que no es posible dudar y que tiene su origen en la duda misma: la propia existencia del sujeto que piensa y duda. 4. (esta cuestión la tenemos hecha en la web, y creo que más completa, ya que relacionamos la ética con la política) Aristóteles nació en 384 a. C. en la ciudad de Estagira, los puntos centrales en los que se articula la ética aristotélica son: La felicidad: Es la meta o fin que el ser humano pretende alcanzar. Sólo ella es perfecta, se trata de un objeto complejo al que deben contribuir otros bienes menores sin lo que sería imposible alcanzarla y que son: a. Bienes externos: riqueza, honores. b. Bienes del cuerpo: placeres, riqueza… c. Bienes del alma: contemplación, sabiduría… Su felicidad va a consistir en el pleno desarrollo de aquello que le es más esencial: la inteligencia que se alcanza mediante la actividad contemplativa (conocimiento puro). - La virtud: Es imposible que exista la felicidad sin virtud, esta se adquiere mediante el hábito y no sólo mediante la educación y el saber. Porque saber qué es el bien no implica hacer el bien ya que también es necesaria la voluntad. A este saber hacer conforme a la razón se le llama prudencia y es una de las virtudes éticas básicas. Divide entre dos tipos de virtudes: 1. Las virtudes dianoéticas: se adquieren a través de la educación y se relacionan con la parte racional del alma. Los principales son: entendimiento, ciencia, sabiduría, arte y prudencia. 2. Las virtudes éticas: se adquieren a través de la costumbre y cuyo fin es dominar la parte irracional del alma. Sin ella sería imposible la convivencia. Las más importantes son: fortaleza, templanza y justicia (consiste en dar a cada uno lo que es debido. - El término medio: La virtud se identifica con el término medio entre dos extremos o vicios. El valor es un medio entre la cobardía y la temeridad, y la generosidad será el justo medio entre la prodigalidad y la avaricia. La templanza es el término medio entre el libertinaje y la inapetencia. Pero el término medio no es igual para todos, cada uno haciendo uso de la prudencia debe determinar cuál es el suyo. La vida más feliz y perfecta es la dedicada al saber, ya que supone desarrollar la parte racional del alma.