INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES CURSO TÉCNICAS, HABILIDADÉS Y DÉSTRÉZAS DÉ LITIGACION ORAL Caso Hipotético #3 Acusación a Miguel Juárez Sánchez Por Robo con Violencia Lugar: Colima, Colima. Fecha: 19 al 30 de Mayo de 2014 pág. 1 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES I. IMPUTACIÓN a) Resumen de los hechos: El 18 de febrero de 2013, en el estacionamiento de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México, a las 08.45 horas aproximadamente, Miguel Juárez Sánchez presuntamente asaltó a Rigoberto Aceves Hernández a quien robó $7,000 siete mil dólares en billetes de cien, golpeándolo en la cabeza y dándose a la fuga. b) Conducta típica: Robo con violencia, prevista y sancionada por el artículo 367 del Código Penal Federal en relación con los artículos 369, 370, 371, 372 y 373 de ese mismo ordenamiento. Artículo 367.- Comete el delito de robo: el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley. Artículo 369.- Para la aplicación de la sanción, se dará por consumado el robo desde el momento en que el ladrón tiene en su poder la cosa robada; aun cuando la abandone o la desapoderen de ella. En cuanto a la fijación del valor de lo robado, así como la multa impuesta, se tomará en consideración el salario en el momento de la ejecución del delito. Artículo 370.- Cuando el valor de lo robado no exceda de cien veces el salario, se impondrá hasta dos años de prisión y multa hasta de cien veces el salario. Cuando exceda de cien veces el salario, pero no de quinientas, la sanción será de dos a cuatro años de prisión y multa de cien hasta ciento ochenta veces el salario. Cuando exceda de quinientas veces el salario, la sanción será de cuatro a diez años de prisión y multa de ciento ochenta hasta quinientas veces el salario. Artículo 371.- Para estimar la cuantía del robo se atenderá únicamente el valor intrínseco del objeto del apoderamiento, pero si por alguna circunstancia no fuere estimable en dinero o si por su naturaleza no fuere posible fijar su valor, se aplicará prisión de tres días hasta cinco años. […] Artículo 372.- Si el robo se ejecutare con violencia, a la pena que corresponda por el robo simple se agregarán de seis meses a cinco años de prisión. Si la violencia constituye otro delito, se aplicarán las reglas de la acumulación. Artículo 373.- La violencia a las personas se distingue en física y moral. Se entiende por violencia física en el robo: la fuerza material que para cometerlo se hace a una persona. […] pág. 2 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES c) Elementos (para fines didácticos de este caso hipotético): - Acción (verbo rector): apoderarse. - Objeto material: una cosa. - Elementos normativos: “ajena”, “mueble”, “sin derecho” y “sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”. - Medio comisivo: violencia física. d) Acusado: Miguel Juárez Sánchez e) Ofendido: Rigoberto Aceves Hernández f) Penalidad posible: Hasta siete años seis meses de prisión pág. 3 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES II. REPORTE DEL AGENTE DE POLICÍA FEDERAL DANIEL JOSÉ VERGÉS HERNÁNDEZ Ubicación: Delito: Fecha del reporte: Oficial: Estacionamiento de la Terminal 2, Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México Robo con violencia 18 de febrero de 2013 Daniel José Vergés Hernández . En la mañana del 18 de febrero de 2013, cerca de las 8:45 a.m., estaba haciendo mis rondines de rutina, caminando dentro de la planta alta del estacionamiento de la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México, cuando vi a un hombre fornido, a quien más tarde identifiqué (con su credencial de elector) como Miguel Juárez Sánchez, quien parecía estar discutiendo con otro hombre más joven en un lugar cercano al acceso peatonal del área de comida en el pasillo que conecta al estacionamiento con la Terminal 2, cerca de las máquinas de pago de los boletos de estacionamiento. Juárez Sánchez vestía pantalón negro, camisa blanca y chaleco oscuro. En ese momento, un conductor se detuvo a hacerme algunas preguntas y mi atención se desvió por varios minutos. Luego voltee al lugar donde había visto a los dos sujetos, y ya no estaban ahí. Continué con mis rondines y aproximadamente diez minutos más tarde, vi a un sujeto recostado sobre una de las columnas que se encuentran en el pasillo “F” cerca del hueco del elevador, a un costado de las rampas de bajada del estacionamiento. Me acerqué para investigar. En principio creí que el sujeto estaba borracho. Luego lo reconocí como el sujeto que había estado hablando con Miguel Juárez Sánchez del otro lado del estacionamiento. Lo toqué para ver si se encontraba bien. Le pregunté “¿está bien?”, y él me contestó “no sé”, con mirada perdida. Luego se levantó y miró sus bolsillos. Agregó, “no está”. Le pregunté qué era lo que no estaba. Él empezó a decir algo y luego se detuvo. Unos momentos después dijo, “me robaron el dinero y me golpearon en la cabeza”. Le pregunté si podía sentarse. Él dijo que le dolía la cabeza, pero que no era serio. Le pregunté su nombre y me respondió “Aceves”. Le dije que esperara, que conseguiría ayuda. Inmediatamente hice parar una patrulla conducida por el oficial Ramón Patiño Jiménez que estaba circulando por el interior del estacionamiento de la Terminal 2, quien llamó por radio a una ambulancia y se quedó en la escena de los hechos acompañando a la víctima mientras que yo partí a tratar de encontrar a Juárez Sánchez. Primero lo busqué en el pasillo de comida. No lo encontré. Regresé al sitio donde estaba la víctima y abordé la patrulla de Patiño para salir a buscar al Juárez Sánchez, de quien sospechaba haberlo visto con la pág. 4 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES víctima minutos antes. Lo encontré a los cinco minutos caminando por la acera sur de la calle Miguel Lebrija rumbo a la estación del metro de Pantitlán, a unas cuadras hacia el oriente de la escena de los hechos. No había mucha gente en la zona a esa hora. Bajé del carro y corrí hasta encontrarme justo enfrente de Juárez Sánchez. Corrí porque no quise darle tiempo para que se escapara después de ver mi uniforme. Juárez Sánchez se detuvo y le pregunté si podía hacerle algunas preguntas. Él dijo, “adelante, sin problema”. Le pedí su identificación y me mostró su credencial de elector que lo identificaba como Miguel Juárez Sánchez, de 33 años de edad, con domicilio en la calle 9 número 81-A, en la colonia San Pedro de los Pinos, México, Distrito Federal. A mí me pareció que ya lo había visto antes, en otras ocasiones rondando por la Terminal 2 del aeropuerto, pero no tengo certeza de ello. Llevaba un portafolio algo antiguo y rígido, algo dañado. Negro tipo piel. Le dije que iba a revisarlo. Al abrirlo tenía 65 sesenta y cinco billetes de $100 cien dólares americanos. Los recogí. Fue ahí cuando le dije que sospechaba que había cometido un robo y que iba a llevarlo para que la víctima lo viera. Él respondió que no tenía nada que ocultar, que no era cierto que se hubiera robado nada, y que estaba dispuesto a sostenerlo frente a cualquier persona. Aceptó subirse voluntariamente a la patrulla, sin que yo lo arrestara. Llevé entonces a Juárez Sánchez al sitio exacto del estacionamiento de la Terminal 2 donde se encontraban el Sr. Aceves y mi compañero. Tan pronto Juárez Sánchez se bajó del carro, el Sr. Aceves espontáneamente dijo: “ese es el tipo que me robó”. Entonces puse a Juárez Sánchez bajo arresto por robo, esposándolo e informándole de sus derechos. Aceves también identificó el dinero. Dijo que no estaba seguro de haber visto el portafolio, pero aseguró que fue golpeado por algo tremendamente duro. En eso llegó la ambulancia y la víctima fue transportada al hospital más cercano. El oficial Patiño y yo llevamos a Juárez Sánchez a la agencia del Ministerio Público Federal que se encuentra en el interior del aeropuerto para ponerlo a disposición. Al llegar, lo conduje al área de detenidos, le reiteré sus derechos. Le informé que tenía el derecho a ser considerado inocente hasta que se le declarara responsable del delito del cual estaba siendo acusado; que no se le podía obligar a declarar contra sí mismo y que tenía derecho a guardar silencio; que también tenía derecho a un abogado defensor. Juárez Sánchez me dijo que entendía sus derechos y firmó de consentimiento. Además, dijo que no quería hablar conmigo pero que sí quería un abogado defensor. Por tanto, di aviso a la Oficina de la Defensoría Pública Federal para los efectos correspondientes y puse a Juárez Sánchez a disposición del Ministerio Público, no sin antes haber registrado su detención y haber embalado el portafolio y rotulado su envoltura, lo mismo que los 65 (sesenta y cinco) pág. 5 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES billetes de cien dólares que también guardé en envoltura de evidencia, habiendo rotulado la envoltura, y almacené adecuadamente ambos elementos de evidencia. En la tarde del mismo día, regresé al lugar de los hechos para un escrutinio del área y posibles testigos. Ubiqué al Sr. Martín Márquez Gómez, que labora en la misma Terminal 2 del aeropuerto. El Sr. Márquez me indicó que fue testigo ocular del momento en el que el asaltante se encontraba con la víctima cerca del pasillo “F”. Por lo tanto, con propósitos de identificación, se le citó esa misma noche en la agencia del Ministerio Público Federal donde se le mostró una serie de fotografías que incluía la de Miguel Juárez Sánchez. La declaración del Sr. Márquez se adjunta a mi informe. También anexo un croquis de la zona que yo mismo elaboré, y fotografías del portafolio y los billetes encontrados en posesión de Juárez Sánchez. pág. 6 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES pág. 7 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES III. ACTA DE ENTREVISTA No. Carpeta de Investigación: 025/2013 Lugar Distrito Federal, México Fecha 18 de febrero de 2013 Hora 23:35 horas Policía Daniel José Vergés Hernández Investigador DATOS DEL ENTREVISTADO Imputado o Detenido ( ) Testigo (X) Víctima (X) Ofendido ( ) Nombre Martín Márquez Gómez Domicilio 20 de Noviembre no. 514, Colonia Zapata, Cuernavaca, Morelos Tel. Casa 55 85 33 45 Cel 0 44 55 55 75 35 67 Fecha y Lugar 7 de julio de 1985 Cuernavaca, Morelos de Nacimiento Sexo Masculino (X) Femenino ( ) Edad 27 años Estado Civil Soltero Ocupación Ingeniero en sistemas RELATO DE LOS HECHOS Con relación a los hechos manifiesto lo siguiente: Trabajo para la Empresa ABSCO SYSTEMS y normalmente laboro en la oficina matriz ubicada en Azcapotzalco; sin embargo, el 18 de febrero de 2013 tuve que trabajar en el local de un cliente, que se encuentra en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Estuve ayudando con la instalación de un sistema nuevo de contabilidad y gestión. Fue un trabajo de emergencia, e ingresamos a las 6 a.m. ese día. Aproximadamente las 8:45 a.m. de ese día tomé el pasillo hacia el estacionamiento y en donde esperaba encontrar algún sitio para desayunar algo. Como no se me antojó nada de lo que venden en los locales del pasillo, decidí subirme a mi coche. Cuando iba a subirme a mi carro vi a un hombre recostado en el suelo. Estaba recargado contra la pared cerca de los elevadores. También vi a otra persona del sexo masculino inclinado sobre el que estaba en el suelo. A pesar de que no es tan raro ver a la gente durmiendo en sitios así, la escena me sorprendió. También había algo extraño acerca de la manera que la otra persona estaba inclinado sobre el dormido. Pensé que algo se traía. Cuando abrí la puerta de mi carro que estaba estacionado cerca de ese sitio, el hombre pág. 8 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES inclinado me miró por un momento. Después de mirarme por uno o dos segundos, se levantó, giró, y bajó las escaleras hacia la planta baja del estacionamiento, pero siempre mantuvo su rostro hacia el lado opuesto al mío mientras caminaba y solamente pude ver una pequeña parte del lado de su cara. Antes de conducir fuera del estacionamiento, volví a mirar al sujeto que estaba recostado. Me di cuenta que no estaba durmiendo, sino que estaba borracho. Me di cuenta de esto por la apariencia de su ropa y por el hecho de que había un charco de vómito cerca de su cabeza. Esa misma noche acudí a la oficina del Ministerio Público Federal donde el agente Vergés me enseñó una foto de una persona que me dijeron se llamaba Miguel Juárez Sánchez. Es posible que se trate de la persona que estaba inclinada sobre el hombre tendido. Se parecen muchísimo, pero no estoy totalmente seguro. Ambos sujetos tienen rasgos ordinarios – cabello café oscuro, cortado en estilo similar, las facciones de su cara se parecen y sus complexiones, altura y peso también son similares–. Sin embargo, me parece que la persona que yo vi era un poco más flaca que Juárez Sánchez. También vi que usaba anteojos. Caí en la cuenta de las diferencias al momento que me mostraron la foto. Cuando bajó las escaleras hacia la planta baja del estacionamiento alcancé a fijarme que no estaba bien afeitado. Era un día nublado pero claro. A pesar de que no había luz del sol dentro del estacionamiento, había suficiente iluminación y luz natural para ver tan clarito como en un día muy nublado en una calle normal. No me detuve a examinar a la persona borracha, ya que tenía muy poco tiempo para regresar al trabajo. Arranqué y salí a desayunar. Volví como una hora después, y me percaté que había una patrulla y una ambulancia en el lugar, así que para no meterme en líos me estacioné en otro sitio, y regresé a mi trabajo. Daniel José Vergés Hernández, Policía Firma o Huella del Entrevistado investigador pág. 9 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES IV. ACTA DE CADENA DE CUSTODIA DE EVIDENCIA CADENA DE CUSTODIA Carpeta 025/2013 Lugar de Levanta miento Fecha Miguel Lebrija ru 18 Febrero 2013 Hora mbo a la estación del metro de Pant 10:30 Hrs itlán, Responsable del L evantamiento y Embalaje Daniel José Vergés Hernández Responsable del Traslado Daniel José Vergés Hernández DESCRIPCIÓN DE LA EVIDENCIA Número de Descr ipción de la Evid encia 01 Portafolio negro rí gido de piel, algo 02 65 (sesenta y cinc o) billetes de 100 Origen Exá menes Solicitados Posesión de M anuel Juárez Sánch ez NA Posesión de M anuel Juárez Sánch ez NA dañado. dolares E SLABONES DE LA CA DENA DE CUSTODIA ENTREGA RECIBE Apellido Paterno, Apellido Matern Vergés Hernández , Daniel José o, Nombre(s) Apellido Paterno, Apellido Mate rno, Nombre(s) Santos, Orozco, Marcelino Día/Mes/Año 18/Feb/2013 Firma Día/Mes/Año 18/Feb/2013 Apellido Paterno, Apellido Matern Santos, Orozco, M arcelino o, Nombre(s) Apellido Paterno, Apellido Mate rno, Nombre(s) Día/Mes/Año 18/Feb/2013 Firma Día/Mes/Año 18/Feb/2013 o, Nombre(s) Apellido Paterno, Apellido Mate rno, Nombre(s) Hora 10:30 hrs Hora 10:35 hrs Apellido Paterno, Apellido Matern pág. 10 Hora 10:30 hrs Firma Suarez, Rosero, Mario Fran cisco Hora 10:35 hrs Firma INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES Día/Mes/Año Firma Día/Mes/Año Apellido Paterno, Apellido Matern o, Nombre(s) Apellido Paterno, Apellido Mate rno, Nombre(s) Día/Mes/Año Firma Día/Mes/Año pág. 11 Hora Hora Hora Hora Firma Firma INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES pág. 12 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES V. REPORTE DEL AGENTE DE POLICÍA FEDERAL DANIEL RAMÓN PATIÑO JIMÉNEZ Ubicación: Delito: Fecha del reporte: Oficial: Estacionamiento de la Terminal 2, Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México Robo con violencia 18 de febrero de 2013 Ramón Patiño Jiménez . En la mañana del 18 de febrero de 2013, cerca de las 9:10 a.m., estaba de patrulla en mi vehículo dentro del estacionamiento de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, cuando el agente de la policía Daniel José Vergés Hernández me hizo ademanes de parar. El agente Vergés me pidió que llamara por radio a una ambulancia para socorrer a una víctima de robo con violencia que se encontraba cerca del pasillo “F” del estacionamiento. Una vez hecho el llamado, Vergés partió en persecución del sospechoso primero a pie y luego en mi carro mientras yo me quedé acompañando a la víctima y tomando su declaración. La víctima se identificó con su credencial de elector como Rigoberto Aceves Hernández, estudiante, de 21 años. En resumen me dijo que alguien le pegó en la cabeza con un objeto contundente y le robó todo el dinero, que eran $7,000 siete mil dólares. La declaración completa de la víctima se adjunta a mi informe. Me fijé que Rigoberto Aceves Hernández tenía aliento alcohólico, y tenía los ojos rojos y vidriosos, su ropa arrugada y se tambaleaba si se ponía de pie. Mientras hablábamos, no mantuvo contacto ocular conmigo. El agente Vergés regresó unos 20 o 25 minutos después, aproximadamente, con un individuo a quien la víctima identificó espontáneamente como el asaltante. Vergés puso bajo arresto al sospechoso, le informó de sus derechos y lo sentamos dentro de mi patrulla para ser transportado a la Agencia Ministerial. En eso llegó la ambulancia y la víctima fue transportada al hospital más cercano. Ramón Patiño Jiménez Policía Federal pág. 13 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES VI. DECLARACIÓN DEL IMPUTADO MIGUEL JUÁREZ SÁNCHEZ Carpeta de Investigación No.: Delito: Fecha: Ministerio Público: 25/2013 Robo con violencia 18 de febrero de 2013 Luisa Martínez Pérez Entiendo que debo ser completamente honesto acerca de mi participación en el delito del que se me acusa. Sin embargo, yo no ataqué ni robé al muchacho quien ahora sé que se llama Rigoberto Aceves Hernández. Es más, nadie le robó la mañana de 18 de febrero de 2013, porque cuando lo vi esa mañana, él me dijo que estaba en bancarrota. Tengo 33 años, me gradué de licenciatura en matemáticas de la Universidad Progresista, y actualmente estoy en el programa de doctorado en matemáticas en esa misma institución. He estado trabajando para obtener mi título durante 3 años. Hasta el 2009, fui asistente de cátedra. No pude continuar con ese trabajo porque en la facultad pensaron que estaba muy atrasado con mi tesis doctoral y me dijeron que me tenía que concentrar en ello. Desde ese entonces, me he tenido que ganar la vida como corredor de apuestas o “bookie” en “El Trébol Casino”. He estado trabajando muy duro en la tesis, y me mantengo recolectando y pagando las apuestas de muchos clientes ejecutivos, quienes no quieren realizarlas directamente. Muchos de mis mejores clientes son hombres de negocios que pasan mucho tiempo en las terminales del aeropuerto y sobre todo en los restaurantes, por lo que pasó mucho tiempo en los Wing’s de la Terminal 2. Lo que yo hago no es ilegal, aunque hay muchos colegas que hacen trampa o están relacionados con gente de mala reputación. Yo nunca hago eso. Solamente hago de intermediario con las casas de apuestas y cobro la misma comisión a todos. Nada más. No hago ningún daño a nadie. Usualmente hago mi ronda de recolección según me contacten mis clientes. A veces por la mañana, a veces por la tarde, pero en la Terminal 2 casi siempre me veo con los clientes en alguno de los restaurantes Wing’s que mencioné. Es muy normal que lleve billetes de $100 cien dólares, porque a veces tengo que pagar a los clientes y otras veces ellos me pagan con esos billetes. Tengo una condena por fraude. Me acusaron de haberle hecho una tranza a una persona que se enteró de mis servicios de “bookie” y que luego dijo que lo había engañado. Me declaré culpable, pero el cliente estaba mintiendo. Lo que pasó es que perdió en la apuesta y se quiso desquitar, y como es muy poderoso y yo no tenía ningún papel, pues no me quedó de otra. pág. 14 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES Vivo en un departamento en la colonia San Pedro de los Pinos. Es cómodo porque puedo caminar dos cuadras y tomar el camión a la Universidad. Vivo con un compañero de cuarto, Javier González Robles. Hemos vivido juntos desde que dejé de enseñar en la Universidad Progresista en 2009. Javier me ayuda con las cuentas y trabaja como barman en un bar bastante elegante. A veces me manda a algunos clientes que conoce en el bar. Esto es lo que sucedió en la mañana del sábado 18 de febrero: me levanté temprano, me sentía muy bien porque había hecho un buen negocio, ya que había logrado que un cliente ganara $6,500 seis mil quinientos dólares. Había quedado en encontrarme con mi cliente en el aeropuerto a las 9:00 am de ese día, pero me fui antes para desayunar. Invité a Javier. Traía una morralla adicional con la que pagué los desayunos. Yo llevaba mi uniforme porque de ahí me iba a ir al casino. Javier iba a visitar a un tío después del desayuno. El restaurante está cerca del Aeropuerto, al que llegamos a eso de las 8 de la mañana.. Javier se fue por su lado y yo me dirigí a la Terminal 2 del aeropuerto para ver a mi cliente en el Wing’s de la planta alta, a quien tenía que entregarle sus $6,500 seis mil quinientos dólares que había ganado en una apuesta sobre un juego de Las Chivas. Llegué caminando al aeropuerto y antes de dirigirme al Wing’s pensé en ir a una tiendita que está en el pasillo de comidas para comprar unos chicles. En eso, me fijé en un hombre joven parado cerca de la salida al estacionamiento balanceándose como si fuera a caerse. Parecía que tenía algún problema. Eran aproximadamente las 8:40 a.m., y fui a ver si el sujeto necesitaba ayuda. Su cara se me hizo conocida, y por eso decidí ir a ayudarle, si no, no lo habría hecho, pero es que pensé que ya lo había visto antes. Cuando me acerqué, el hombre dio unos pocos pasos y se tambaleó fuerte. Realmente se le veía enfermo. Le pregunté si se sentía bien. No hablaba bien, pero me preguntó qué hora era. Le contesté que eran las 8:40. Dijo, “¡Carajo! Ya se me hizo tarde. Me gasté todo mi dinero anoche. Demasiada parranda, y esa morra me bajó todo lo que me quedaba. Tengo que llegar a la universidad, para no meterme en mayores broncas” Parecía estar borracho. Se balanceaba hacia mí mientras hablaba. Le dije que debería sentarse por un momento hasta que se sintiera mejor. Pensé en ayudarle a acercarse a las mesas de los restaurantes que están por ahí, para que se sentara a que se le pasara la borrachera, pero él estaba muy necio con caminar hacia el estacionamiento así que lo acompañé para evitar que hiciera tonterías y le ayudé a sentarse en un espacio donde pensé que podía quedarse un rato seguro, para alivianarse, entre los carros y la pared, cerca de una columna, pero cuando vomitó, de plano me harté. Le dije que tenía que irme. Cuando me iba, trató de pararse, pero me di la media vuelta y me fui rumbo al Wing’s. Mi cliente pág. 15 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES no llegó a la cita, por lo que decidí irme a mi casa para guardar el dinero, y la mejor opción es tomando el metro, así que me dirigí a la estación de Pantitlán. Cuando iba caminando sobre la banqueta de la calle, un policía me paró y me pidió mi identificación, y después me pidió que lo acompañara. Me revisó y me metió en su carro. Cuando llegamos al pasillo el tipo borracho empezó a gritar “ese fue el que me robó”. No es cierto que yo lo haya golpeado, ni a él ni a nadie más, ni con las manos ni con un portafolio. Tampoco le quité los $7,000 siete mil dólares que él dice. Yo tenía $6,500 seis mil quinientos dólares en mi maletín, que son los que le iba a entregar a mi cliente. Miguel Juárez Sánchez pág. 16 Luisa Martínez Pérez Agente del Ministerio Público INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES VII. COMPARECENIA DEL C. RIGOBERTO ACEVES HERNÁNDEZ Carpeta de Investigación No.: 25/2013 Delito: Robo con violencia Fecha: 18 de febrero de 2013 Ministerio Público: Luisa Martínez Pérez Mi nombre es RIGOBERTO ACEVES HERNÁNDEZ, en cuanto a mi datos generales, manifiesto que soy de Mazatlán, Sinaloa, que es ahí donde tengo mi domicilio y vive mi familia, tengo 21 años de edad, nací el 7 de julio de 1991 en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa. Estoy enterado del apercibimiento que se me hace esta autoridad en ejercicio de sus funciones, y advertido de las penas en que incurran los falsos declarantes como lo establecen los artículos 247 y 247 bis del Código Penal Federal, es por ellos que me conduzco con verdad, y es mi deseo declarar lo siguiente: --------------------------------------------------------------------Comparezco ante esta representación social, para manifestar lo siguiente: Estoy por entrar a la universidad y espero hacer mi maestría en administración, algún día. Estuve fuera de la escuela durante un año porque tuve problemas con el alcohol. Era tanta la carga de trabajo en la escuela que me volví adicto a las medicinas y luego al alcohol que usaba para calmar el efecto de las pastillas. Pasé varios meses en una clínica de desintoxicación. Tomé varios cursos de verano y me reincorporé de tiempo completo en el semestre que empezó en agosto de 2011, y terminé la prepa en diciembre. En febrero de 2013 mi papá dijo que lo mejor era que estudiara la universidad en el Distrito Federal. Así que me vine para acá el viernes 17 de febrero de 2013. Mi papá me había dado $8,000 ocho mil dólares en billetes de $100 cien dólares para buscar departamento, pagar la inscripción de la universidad y comprarme las cosas básicas, como refri, una tele, la cama y cosas así. Pero al llegar al DF, en lugar de buscar hotel y descansar para levantarme temprano, se me hizo fácil irme de antro, así que le hablé a unos amigos que viven aquí y nos fuimos a un bar. Fue un error. Tomé mucho, demasiado, y luego, cerca de las 10 p.m. dejé a mis amigos porque conocí a una chava. Ella sugirió que nos fuéramos a un hotel cercano, el que está dentro de la Terminal 2 del Aeropuerto. Compré una botella y nos fuimos al hotel, donde renté una habitación. No recuerdo el nombre, pero estaba dentro del aeropuerto. Estuvimos despiertos toda la noche. En algún momento, le di una feria y ella regresó con un churro de marihuana. Ella se fue a las 7:30 a.m. Yo me iba a dormir, pero me dio miedo no despertarme a tiempo y no llegar a la cita que tenía en la universidad, así que mejor me metí a la regadera y pensé en ir a los restaurantes de la Terminal para desayunar algo, porque es más barato que en el restaurante del hotel. pág. 17 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES Entre los tragos del bar, el rollo con la chava y la habitación del hotel, había gastado cerca de $1000 mil dólares (unos $200 doscientos de mi dinero y quizás unos $800 ochocientos dólares de lo que mi papá me había dado). Tenía $7,000 siete mil dólares en billetes de cien. No esperaba tener ningún problema con mis padres, porque salvo la universidad y la renta del departamento, del resto no se iban a enterar. Para tratar de despertarme y que me diera el aire, pensé en caminar alrededor de la Terminal. Salí del hotel por el elevador cercano a la zona de los restaurantitos, al lado del estacionamiento y ahí por la entrada vi a un sujeto que se me acercó. Era de estatura mediana, delgado, y vestía un pantalón negro y un chaleco oscuro. Me pareció conocido. Recuerdo que su cabello era café oscuro, ni corto ni largo, y no estaba bien rasurado. Se acercó a mí y trató de venderme droga, pero le dije que no. La verdad todavía estaba muy crudo y no quería volver a enfiestarme. Entonces dijo que tenía unos celulares realmente baratos dentro del portafolio. Eso sí me interesó porque los vendedores callejeros siempre traen buen material a precios baratos porque consiguen cosas que se han “caído de los camiones”, pero a mí no me consta nada. Caminamos alrededor de veinte o treinta metros hacia un pasillo en medio del estacionamiento, donde están las escaleras. Cuando estábamos ahí y el tipo me iba a enseñar la mercancía, escuché unos gritos que venían de la planta baja por lo que me di la vuelta para ver qué estaba ocurriendo. No recuerdo nada más. Me golpearon. Cuando abrí los ojos, me dolía muchísimo la cabeza y tenía un chichón muy grande en la parte de atrás; me sentía muy mareado y estaba muy tembloroso. Estaba en el suelo y el Oficial Vergés me preguntó qué era lo que había pasado. Le dije que no lo sabía. Vergés entonces me pidió que mirara en mis bolsillos. Me paré y sentí en mis bolsillos. Descubrí que mi dinero no estaba, así que le dije a Vergés que me habían robado mi lana. El oficial Vergés me preguntó quién me había atacado. Le dije que tenía un chichón atrás de mi cabeza y que fui golpeado desde atrás. El oficial Vergés dijo que sabía quién había sido. Estaba muy atontado para levantarme, por eso solamente me senté allí mientras el Oficial Vergés se fue a buscar al tipo. Un momento después, otro oficial se me acercó y me dijo que llamaría a una ambulancia y que mientras llegaba yo me quedara ahí sentado y él me cuidaría. Me quedé sentado en el estacionamiento sintiéndome bastante mal por alrededor de diez o quince minutos. El Oficial Vergés regresó. Vi que un carro de la policía se detuvo cerca de mí. Vergés sacó del carro a un hombre con un chaleco oscuro, y lo condujo hacia mí, sosteniendo su brazo mientras caminaban. Cuando llegaron a donde yo estaba sentado, el pág. 18 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES Oficial Vergés me pidió que mirara al tipo y me preguntó si ese era el sujeto que me había atacado. Ya no estaba tan mareado para entonces. Era el tipo que había tratado de venderme la droga. Le dije al Oficial Vergés que sí lo reconocía. Recuerdo mis palabras exactas: “este es el tipo que me atacó.” El Oficial Vergés entonces me enseñó algunos billetes de $100 dólares y preguntó si eran míos. Claramente eran los billetes de $100 dólares que me habían robado, ya que inclusive estaban igual de nuevecitos. El sujeto que identifiqué es el acusado, Miguel Juárez Sánchez. Entonces fui llevado al hospital pero de camino algo pasó porque solo recuerdo despertarme en terapia intensiva. Rigoberto Aceves Hernández Luisa Martínez Pérez Agente del Ministerio Público pág. 19 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES VIII. DECLARACIÓN DE JAVIER GONZÁLEZ ROBLES Carpeta de Investigación No.: 25/2013 Delito: Robo con violencia Fecha: 18 de febrero de 2013 Ministerio Público: Luisa Martínez Pérez Mi nombre es JAVIER GONZÁLEZ ROBLES, en cuanto a mi datos generales, manifiesto que soy de Distrito Federal, que es aquí donde tengo mi domicilio y vive mi familia, tengo 30 años de edad, nací el 25 de enero de 1983 en la ciudad de Puebla. Estoy enterado del apercibimiento que se me hace esta autoridad en ejercicio de sus funciones, y advertido de las penas en que incurran los falsos declarantes como lo establecen los artículos 247 y 247 bis del Código Penal Federal, es por ellos que me conduzco con verdad, y es mi deseo declarar lo siguiente: -------------------------------------------------------------------Comparezco ante esta representación social, para manifestar lo siguiente: Vengo a declarar y a contar la verdad sobre lo sucedido con Miguel Juárez Sánchez. Conozco a Miguel desde hace más de 5 años, desde que vino a compartir departamento conmigo en lo que acaba su tesis. Es muy trabajador y honrado, y es muy luchón, le echa ganas a pesar de que batalla para poder financiarse mientras logra terminar su tesis. Yo le ayudo en todo lo que puedo en su chamba. El sábado 18 de febrero, Miguel y yo fuimos a desayunar a un restaurante cercano al aeropuerto, porque yo tenía que ir a visitar a un familiar enfermo esa mañana y no me encontraba de humor como para estar solo. Era muy temprano, a eso de las 7:30 u 8:00 am. Después de desayunar y cotorrear un rato me fui, dejando allí a Miguel para que hiciera sus cosas. Él trabaja cerca de ahí, por lo que no tenía ninguna prisa. Javier González Robles Luisa Martínez Pérez Agente del Ministerio Público pág. 20 INSTITUTO COLIMENSE DE ESTUDIOS SUPERIORES IX. INFORME PERICIAL DE MONICA DÍAZ COSSIO Carpeta de Investigación No.: 25/2013 Asunto Informe pericial Fecha: 18 de febrero de 2013 Ministerio Público: Luisa Martínez Pérez En atención a la solicitud del Agente del Ministerio Público, manifiesto que he ejercido la medicina con especialidad en urgencias por 17 años y estoy encargada del Departamento de Urgencias del Hospital Benavides en el Distrito Federal. El 18 de febrero de 2013 a las 10:05 a.m. atendí al paciente Rigoberto Aceves Hernández, mayor de edad, quien fue traído al recinto hospitalario en ambulancia. El informe de la ambulancia indicaba que el Sr. Aceves había sido víctima de un robo con violencia, y que había sido golpeado en la cabeza con un objeto contundente. Durante el viaje, el paciente se desmayó y tuvo convulsiones como efectos a raíz del golpe. El examen neurofisiológico en la sala de urgencias reveló la existencia de presión hemorrágica intracraneal, por lo que tuvo que entrar a quirófano para someterlo a un ¿procedimiento para liberar la presión. El paciente además presentó un cuadro toxicológico de posible efecto de algún tipo de sustancia posiblemente narcótica y desprendía un fuerte olor a licor, tenía los ojos rojos, se encontraba inestable y con dificultad para expresarse claramente. Dra. Mónica Díaz Cossio. Cedula Profesional: 4500567896123 pág. 21