PODER JUDICIAL DEL ESTADO SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA SEGUNDA SALA SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA 406-2005 21 veintiuno de Enero del 2015 dos mil quince. San Luis Potosí, S.L.P. a 21 veintiuno de Enero del 2015 dos mil quince. V I S T O, para cumplimentar la Ejecutoria de fecha 17 diecisiete de Diciembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el H. Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito en el Estado, dentro del Juicio de Amparo número 619/2014, promovido por el C. ELIMINADO, contra actos reclamados de la Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, consistentes en la resolución dictada con fecha 28 veintiocho de Junio de 2005 dos mil cinco, mediante la cual ese Tribunal Ad quem confirmó la Sentencia Condenatoria pronunciada el 23 veintitrés de Febrero de 2005 dos mil cinco, por el C. Juez Mixto de Primera Instancia de Tamazunchale, S.L.P., en contra del C. ELIMINADO por el delito de Homicidio Calificado. R E S U L T A N D O:I. La resolución dictada por ésta Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, contra la cual se promovió el Juicio de Amparo, contiene los siguientes puntos resolutivos: “...PRIMERO:- Se confirma en sus términos la Sentencia de fecha 23 veintitrés de Febrero del 2005, dictada por el C. Juez Mixto de Primera Instancia de Tamazunchale, S.L.P., en contra de ELIMINADO, por el delito de HOMICIDIO CALIFICADO, dentro de los autos del proceso original número 133-04. SEGUNDO:- Notifíquese personalmente la presente resolución. TERCERO:- Con copia certificada, devuélvase el expediente al Juzgado de su procedencia, para los fines legales consiguientes y archívese el Toca donde corresponda...”. II. La resolución dictada por el C. Juez Mixto de Primera Instancia de Tamazunchale, S.L.P., contiene los siguientes puntos resolutivos: “...PRIMERO:- Este Juzgado es competente para conocer y resolver la presente causa. SEGUNDO:- ELIMINADO en el presente proceso, es penalmente responsable en la comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO. TERCERO:- Por su probada responsabilidad en la comisión del ilícito de HOMICIDIO CALIFICADO, se le impone la pena consistente en 27 VEINTISIETE AÑOS 6 SEIS MESES DE PRISIÓN ORDINARIA y SANCIÓN PECUNIARIA por la cantidad de $23,160.50 veintitrés mil ciento sesenta pesos 50/100 M.N., correspondiente a 800 días de salario mínimo vigente en la época en que se suscitaron los hechos, a razón de $42.11 cuarenta y dos pesos 11/100 M.N., de conformidad con lo previsto por el dispositivo 113 del Código Penal vigente en el Estado. Pena Privativa de libertad que deberá compurgar en el Establecimiento destinado para ello por el Ejecutivo del Estado y la Pecuniaria que deberá enterar cada uno ante este Juzgado a través del depósito bancario que se realice en la institución de crédito denominada Banorte, en la cuenta 064-25545-2 a nombre de FONDO DE APOYO PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA, para incorporarla al patrimonio del Poder Judicial del Estado y a su vez este Tribunal remitir el oficio correspondiente a Oficialía Mayor del mismo para su control y conocimiento. CUARTO:- No se concede beneficio alguno al sentenciado ELIMINADO, por no satisfacerse las exigencias a que se refiere la Ley Represiva en cita vigente en la época de la perpetración del injusto. QUINTO:- Se condena a ELIMINADO al pago de la Reparación del Daño, cuya cuantificación deberá establecerse en ejecución de sentencia. SEXTO: Amonéstese al sentenciado ELIMINADO en los términos de Ley. SÉPTIMO:Se suspende en sus derechos políticos y civiles al sentenciado ELIMINADO por las razones y en los términos asentados en el considerando respectivo. OCTAVO:- Notifíquese personalmente a las partes, hágaseles saber el derecho y término que la ley le concede para apelar en la presente resolución, si con la misma no fuere conforme...”. III. Inconforme con el fallo dictado por la Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, el señor ELIMINADO promovió Juicio de Garantías en el que con fecha 17 diecisiete de Diciembre de 2014 dos mil catorce, el Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito en el Estado dictó Ejecutoria cuya parte conducente señala: “...SEXTO.- Uno de los conceptos de violación expresados por el quejoso resulta sustancialmente fundado, aunque suplido en sus deficiencias en la medida en que se precisará, de conformidad con lo previsto por el artículo 79, fracción III, inciso a) de la Ley de Amparo. En parte de sus conceptos de violación el promovente de la acción constitucional, sustancialmente, señala que la autoridad responsable transgredió en su perjuicio el contenido del artículo 2° constitucional, ya que no tomó en consideración su calidad como miembro de una comunidad indígena, así como lo dispuesto por el artículo 60 del Código Penal del Estado y lo previsto por el 220 del Código de Procedimientos Penales. Motivo de disenso que, como ha quedado apuntado, deviene, sustancialmente, fundado aunque suplido en sus deficiencias ya que, como acertadamente lo sostiene el promovente del amparo, la autoridad responsable al emitir el acto reclamado soslayó apreciar que, en el caso, el quejoso puede ser sujeto de los derechos de las personas pertenecientes a un pueblo o comunidad indígena, quienes cuentan con la prerrogativa que para el efecto prevé el artículo 2°, apartado A, fracción VIII, de la Constitución Federal, relativas al derecho del acceso pleno a la jurisdicción del Estado; circunstancia que indubitablemente se tradujo en que se vulneraran las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del fallo, en términos del artículo 170, fracción 1° y 173, fracción XIII de la Ley de Amparo. ...Ahora, quienes resuelven, advierten que al rendir su declaración preparatoria ante la juez de la causa, el aquí quejoso manifestó, en lo que aquí interesa, ser originario de ELIMINADO, perteneciente al Municipio de ELIMINADO, así como que habla ELIMINADO; aspectos que de manera indiciaria permiten presumir que cuenta con la calidad de sujeto indígena, como lo expone en su demanda de amparo y, que, no fueron observados por la responsable ni por el juzgador de instancia, ya que de conformidad con lo previsto por el artículo 2°, apartado A, fracción VIII, de la Constitución General de la República, dichas personas cuentan con prerrogativas especiales en el proceso. ...En tal tesitura, en términos del artículo 1, párrafo segundo, de la Constitución Federal, que prevé que las normas en materia de derechos humanos se interpretaran de conformidad con la propia Constitución y con los tratados internacionales en la materia, procurando favorecer en todo tiempo a las personas con la protección más amplia, esto es, el principio pro persona que consiste en ponderar en cada caso el peso de los derechos humanos, para estar siempre a favor de la persona, lo que implica que debe acudirse a la norma más amplia o a la interpretación más extensiva cuando se trate de derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más restringida, si se busca establecer límites a su ejercicio; quienes resuelven, consideran que se transgredieron en perjuicio del peticionario de amparo, sus derechos fundamentales señalados en el artículo 2, apartado A, fracción VIII, de la Constitución Federal, toda vez que tanto el juez de la causa como la Sala responsable omitieron adoptar una postura activa pro-derechos, a fin de determinar si la persona sujeta a una investigación o proceso penal pertenece a un grupo o comunidad indígena, ante la sospecha derivada de lo expresado en la declaración preparatoria concerniente al lugar del que es originario y lo relativo a que habla la lengua ELIMINADO, para con ello determinar si era necesaria la designación de un intérprete y con ello garantizarle el derecho de adecuada defensa y de pleno acceso a la jurisdicción del Estado. En las relatadas condiciones, lo procedente es conceder la protección constitucional solicitada para el efecto de que la Sala responsable deje insubsistente el acto reclamado y en su lugar, emita uno nuevo en el que: 1.- En términos del artículo 384 del Código de Procedimientos Penales del Estado, aplicable al caso, examine al apelante con la finalidad de que éste le exponga si cuenta con la calidad de sujeto indígena. 2.Hecho lo anterior, y seguido el procedimiento de segunda instancia, si el aquí quejoso manifiesta pertenecer a un grupo o comunidad indígena, al dictar la sentencia correspondiente, la Sala responsable deberá revocar la sentencia de primera instancia y ordenar al A quo, la reposición del procedimiento en el juicio natural, a partir de la diligencia de declaración preparatoria del diecinueve de Julio de dos mil cuatro, para el efecto de que se señale nueva fecha y hora para recepcionar la declaración preparatoria del sujeto activo, en la que deberá designarle un intérprete que conozca su lengua, cultura y especificidades culturales, quien deberá asistirlo en todas y cada una de las diligencias que se lleven a cabo durante el proceso, haciéndole del conocimiento de las prerrogativas con las que cuentan los sujetos indígenas, de conformidad con lo previsto por el artículo 2°, apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos...”. C O N S I D E R A N D O:PRIMERO:- El artículo 77 de la Ley de Amparo, establece: “...Los efectos de la concesión del amparo serán: I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija. En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá determinar con precisión los efectos del mismo, especificando las medidas que las autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la restitución del quejoso en el goce del derecho…”. Bajo esa perspectiva legal, y en acatamiento a la ejecutoria de amparo que aquí se cumplimenta, se deja insubsistente la resolución reclamada inherente a la sentencia condenatoria dictada al señor ELIMINADO por el delito de Homicidio calificado, de fecha 28 veintiocho de Junio de 2005 dos mil cinco, por ésta Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, se pronuncia una nueva resolución, siguiendo puntualmente los lineamientos especificados en la sentencia que otorgó el amparo al quejoso. Partiendo ahora, tal como lo indica la Autoridad Federal en la Ejecutoria a cumplimentar, a dictar una nueva resolución en la que se pronuncie esta Sala Colegiada en términos del artículo 4°del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado. Razón por la cual, la Autoridad responsable procede a estudiar de nueva cuenta el Toca en los términos expuestos a continuación: SEGUNDO:- Esta H. Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado es legalmente competente para conocer y resolver el presente Recurso, de acuerdo con los artículos 116, fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos, artículos 90, tercer párrafo y 91, fracción I de la Constitución Particular del Estado; artículos 3º y 4º, fracción 1 y 25, fracción I de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, así como los artículos1° y 5° del Código Penal en vigor en la fecha de los hechos denunciados, 9° y tercero transitorio del Código Penal vigente; y, 17 del Código de Procedimientos Penales del Estado. TERCERO:- Los conceptos de agravio esgrimidos por la Defensora ELIMINADO, adscrita a ésta Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, son del tenor literal siguiente: “...PRIMER CONCEPTO DE AGRAVIO: Causa agravio a mi defenso el considerando tercero de la sentencia que se apela, pues contrariamente a lo que afirma el A quo, no se llevaron a cabo las formalidades y requisitos para la comprobación del cuerpo del delito de Homicidio, según lo señala el artículo 110 del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado, violentándose las garantías procesales de mi representado y vulnerando los principios reguladores de valoración de las pruebas. De la misma manera, tampoco quedaron debidamente demostradas las calificativas que injustamente le impone en razón de las omisiones por parte del juez natural al no fundamentar ni motivar suficientemente dichas agravantes; de tal suerte que al no quedar bien comprobados los elementos materiales del delito que se trata, resulta imposible entrar al estudio de la responsabilidad penal del apelante, independientemente de que éste hubiese aceptado la comisión de tal ilícito. Los dos elementos fundamentales para la comprobación del delito de Homicidio que se refieren uno a la existencia previa de la vida humana, y el segundo a la posterior privación de la misma se actualizan en el presente caso, pues se acreditó la vida anterior del occiso ELIMINADO y su posterior privación de la vida, según la conclusión del médico forense; no obstante lo anterior es necesario señalar las violaciones al procedimiento y a las formalidades del mismo que se observaron en este caso. De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 110 de la ley adjetiva penal, éste en el primer párrafo señala que: “Si se tratare de homicidio, el tipo penal se tendrá por comprobado con la inspección y descripción del cadáver hechas en los términos de los dos artículos anteriores y con el dictamen de los peritos médicos, quienes practicaron la necropsia y expresaron con minuciosidad el estado que guarda el cadáver y las causas que originaron la muerte. Si se hubiere sepultado, se procederá a exhumarlo. De lo anterior se desprenden dos cosas: una que para la comprobación es necesaria la inspección y descripción del cadáver con descripción de las lesiones de manera pormenorizada y detallada. Es justo también señalar en el presente ocurso la ausencia de legalidad del certificado de necropsia que extendió la perito, quien no señaló si es perito médico legista y tampoco indicó el número de registro de perito; por tanto cabe deducir que la necropsia no se realizó como lo requiere la disposición legal y el juez de primera instancia debió desechar tal probanza u ordenar que se subsanara tal omisión. Por otro lado, y de acuerdo al ya señalado artículo de la ley adjetiva penal, el dictamen de necropsia debió realizarse con dos peritos médicos, pues así se entiende de la exégesis del artículo, y en ese sentido la ley es suficientemente clara al respecto. Por tanto no cabe el argumento que se utiliza en muchos casos acerca de que no se requiere que el dictamen lo realicen dos peritos, sino que basta uno. Esta defensa sostiene que debe atenderse al señalamiento legal, pues si no fuese así entonces el término peritos médicos estaría en singular y no en plural como lo está actualmente. Tampoco se aplica el argumento de que cuando no haya disponibilidad de dos peritos en el lugar, entonces bastaría con que uno solo lo realizase; no aplica por el sólo hecho de que de las constancias que obran en autos se deduce que un perito médico legista realizó la inspección y descripción del cadáver y otro -perito quien no manifestó ser perito médico- fue quien llevó a cabo la necropsia. Así las cosas, debe concluirse que no se encuentran debidamente aplicados los requisitos formales que señala la ley para la acreditación de los elementos del cuerpo del delito de Homicidio. Respecto de las calificativas que se le atribuyen al activo en la comisión del ilícito, es válido insistir en la falta de fundamentación y motivación suficiente, pues el A quo no hizo más que describir cada una de las calificativas, a qué se refieren y cómo deben acreditarse. De tal manera que no quedaron éstas debidamente argumentadas ni fundamentadas por parte de la autoridad judicial. Sin embargo, esta defensa considera que no se acredita la calificativa de ventaja, pues de la declaración del activo puede desprenderse la situación en que acontecieron los hechos y sobre ello se demostró que el pasivo estaba esperando al apelante para provocarlo, como frecuentemente lo hacía; y que posterior a la provocación el hoy occiso realizó actos para sacar su machete de la funda que traía fajada al pantalón, por lo que el activo, haciendo lo mismo es decir, sacando el machete, resultó más rápido en su movimiento y fue que llevó a cabo la acción ilícita. Sobre la calificativa de cruel perversidad, resulta incorrecta la argumentación que hace el juzgador, pues dedujo de manera arbitraria la forma en que el activo cometió el ilícito, ya que en el expediente no obran fotografía alguna que indique que la acción ilícita se cometió de manera cruel y despiadada; en conclusión, no quedó debidamente demostrada la calificativa de cruel perversidad que aduce el juzgador de origen, resultado de lo anterior no debe considerarse de ninguna forma las calificativas que se consideraron en la comisión del ilícito de que se trata. SEGUNDO CONCEPTO DE AGRAVIO. Respecto de la responsabilidad, es justo señalar nuevamente que de la declaración del apelante se desprende que éste aceptó haber sacado su machete y le hirió de tal forma al pasivo que lo mató. No obstante lo anterior esta defensa considera debe tomarse en cuenta por este H. Tribunal de Alzada, al momento de resolver, que el activo se encontró en una situación temporal donde la ausencia de control de su coraje, le hizo presa de la comisión de tal ilícito; motivado también por la provocación del propio pasivo en el momento de los hechos y desde hacía un tiempo atrás, como el propio activo y los testigos lo señalaron. De tal suerte que no significó en ninguna forma que hubiese programado de manera anticipada la acción reprobable que ejecutó y que él mismo reconoció ante la autoridad ministerial y luego judicial. Así las cosas deben atenderse a las circunstancias particulares del caso que nos ocupa para disminuir el grado de responsabilidad del activo, conjuntamente con la pena aplicada de manera injusta. TERCER CONCEPTO DE AGRAVIO. Causa agravio a mi defendido el considerando quinto de la sentencia que se impugna, pues el A quo consideró al sentenciado en una peligrosidad media, sin que en el caso existan medios de convicción plenos y suficientes para ello, incurriendo la ordenadora, en una inexacta valoración de pruebas y excediéndose en su arbitrio judicial. El artículo 59 del Código Penal vigente en el Estado, dispone que “el Juez, dentro de los límites establecidos por este Código, fijará las penas y las medidas de seguridad que correspondan según su prudente arbitrio y la peligrosidad del infractor, tomando en cuenta: I. Los antecedentes y condiciones personales del responsable, así como sus usos y costumbres tratándose de una perteneciente a grupos étnicos; II. Los móviles del delito; III. Los daños materiales y morales causados; IV. El peligro corrido; V. Las circunstancias que concurrieron en el hecho, y VI. Las condiciones personales del ofendido... para los fines de este artículo, el juez requerirá a la autoridad encargada de la custodia del procesado que rinda los dictámenes periciales tendientes a conocer la personalidad del sujeto y los demás elementos que sean conducentes, en su caso, para la fijación de las sanciones penales. Este dictamen deberá recabarse antes de dictar sentencia.” Del precepto legal citado, se deduce que para la individualización de la pena, se requiere el arbitrio judicial y la peligrosidad del sujeto activo, con base en los lineamientos que señala el referido artículo 59 del Código Penal, además de los dictámenes periciales de personalidad; extremos los anteriores que en el caso no se satisfacen, por ello se deduce que la peligrosidad fue ilegalmente estudiada, violándose en perjuicio del apelante, además de las garantías individuales consagradas en los artículos 14 y 16 de la Carta Magna, las disposiciones ya referidas contenidas en la ley penal. La peligrosidad es una circunstancia personal del delincuente que lo hace socialmente temible por su malignidad, esto es, la perversidad constante y activa que se debe esperar de parte del mismo autor del delito, entendida también como la saña y maldad manifestada por el sujeto activo del ilícito penal en la realización de los actos criminales. Por tal razón, dichas circunstancias deben quedar determinadas en forma plena que no den margen a dudas, a fin de indicarle al activo, las razones y motivos por los cuales se le considera de cierta o determinada peligrosidad, lo que en el caso no sucedió pues el A quo sólo se limitó a señalar que el sentenciado tiene una peligrosidad media sin que precise las causas, pruebas y razones motivadas que hayan tenido para tal efecto; por ello causa el agravio señalado. Acorde a lo anterior, se observa que la autoridad apelada, no hace un adecuado razonamiento de la individualización de la pena, pues se limita a citar en forma genérica las incidencias del proceso, pero de ninguna manera establece la pormenorización con las peculiaridades del reo y de los hechos delictuosos, especificando en forma exhaustiva la forma y manera cómo influyen en su arbitrio judicial tales circunstancias para tener al apelante en el grado de peligrosidad media, puesto que los razonamientos vertidos sólo constituyen expresiones vagas contrarias a las constancias procesales, dado que en ningún momento se determina eficazmente con argumentos racionales, las razones del porqué se estima al inculpado en el grado de peligrosidad en que se le ubicó, pues las escasas razones que alude el A quo, de ninguna manera indican una peligrosidad media, ya que las consideraciones en que se sustenta la peligrosidad decretada se refieren únicamente a sus circunstancias personales, sin tomar en consideración, los dictámenes periciales de conducta, mismos que brillaron por su ausencia; por ello debe concluirse que la peligrosidad del activo, es mínima. Así lo sostiene la tesis que dice: PENA, INDIVIDUALIZACIÓN DE LA. CUANDO NO SE IMPONE LA MÍNIMA DEBEN RAZONARSE LAS CIRCUNSTANCIAS FAVORABLES Y DESFAVORABLES AL REO QUE INCLUYERON EN EL JUZGADOR PARA AUMENTARLA. La cuantificación de la pena corresponde exclusivamente al juzgador, quien goza de plena autonomía para fijar el monto que estime justo dentro de los mínimos y máximos señalados en la ley; por tanto, no está obligado a imponer la pena mínima conforme a la tesis de jurisprudencia de la entonces Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicadas en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo II, Materia Penal, página 178 y 182, respectivamente de rubros: PENA, INDIVIDUALIZACIÓN DE LA. ARBITRIO JUDICIAL” y “PENA MÍNIMA NO OBLIGATORIA”; sin embargo, esa discrecionalidad debe basarse en las reglas normativas de la individualización de la pena, y cuando no se fija la peligrosidad del acusado como mínima, la autoridad está obligada a señalar y fundar las razones por las cuales aumentó –poco o mucho- la sanción, mediante el análisis de las circunstancias favorables y desfavorables al reo, lo que no ocurre cuando sólo se mencionan sus características tales como la edad, ocupación, si es delincuente primario, la forma en que realizó el delito, grado de intervención, etc., pues si no se analizan dichas circunstancias ello implica que el juzgador realice esa cuantificación con base en apreciaciones subjetivas, atendiendo a la conciencia o ánimo en que se encuentre al momento de resolver el asunto, lo que jurídicamente es inadmisible, en virtud de que conforme al artículo 18 Constitucional, el sistema penitenciario se basa en la readaptación y no en el castigo; por tanto, resulta ilegal que no se consideren las circunstancias favorables al sentenciado, cuando no hay en su contra aspectos que le perjudiquen como sería la reincidencia o proclividad a las conductas delictivas.- Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito.- ...Por otra parte debe señalarse que el juez de primera instancia debe observar los principios jurídicos para aplicar la pena de manera congruente con el grado de peligrosidad atribuir el grado de peligrosidad en que se le ubicó, y considerando entonces que se le considere con la peligrosidad mínima, debe pues imponerse la mínima pena según la disposición legal. Así lo sostiene la tesis que dice: “SANCIONES PENALES Y PELIGROSIDAD DEL INCULPADO. CONGRUENCIA ENTRE LAS. Las sanciones penales tienen una doble finalidad, la transformación del delincuente y evitar la reincidencia, de ahí la necesidad de que tales sanciones sean proporcionales a la peligrosidad del reo, y aun cuando es verdad que el juez puede usar libremente su arbitrio para cuantificar las sanciones, ellas deben ser congruentes con dicha peligrosidad. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SÉPTIMO CIRCUITO. ...De todo lo anteriormente expuesto debe ese H. Tribunal de Alzada considerar también, que de los autos se deduce que el apelante colaboró desde el primer momento con las autoridades jurisdiccionales para el esclarecimiento de los hechos, por lo que con mayor razón debió el juez aplicar la pena mínima en razón de la peligrosidad mínima que debió atribuirse al sentenciado. Al efecto, es prudente solicitar a este H. Tribunal de alzada, revoque la sentencia dictada en razón de los anteriores argumentos, fundados y dicte en su lugar sentencia absolutoria, por los motivos ya expuestos. Por lo antes expuesto y fundado: ...atentamente pido:- UNICO:- Con el carácter de abogado defensor, se me tenga por formulando en tiempo y forma los agravios a favor del recurrente ELIMINADO, mismos que solicito sean declarados fundados y operantes, ordenando en su caso la revocación de la sentencia apelada...”. CUARTO:- Los conceptos de agravio planteados por la Abogada de la defensa devienen inatendibles, y luego de realizar un análisis acucioso de las constancias y actuaciones que integran la presente causa penal, bajo la luz de los artículos 362 primer párrafo y 392 del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado, este Tribunal Ad quem encuentra que existe agravio que hacer suplir en favor del sentenciado ELIMINADO, de acuerdo con los razonamientos lógicos y jurídicos que se expresarán en el cuerpo de la presente resolución. En efecto, este Tribunal de apelación al hacer un estudio integral de las constancias y medios de prueba que obran en el proceso de origen, instruido en contra del C. ELIMINADO por su responsabilidad penal en la comisión del delito de Homicidio Calificado, en agravio de la persona que en vida llevó el nombre de ELIMINADO, conviene que en el caso fueron violadas las reglas fundamentales del procedimiento y se incurrió por ello en una omisión que ha dejado sin defensa al procesado, violaciones que a continuación se precisan. El artículo 391 del Código de Procedimientos Penales en vigor, establece: “La reposición del procedimiento se decretará a petición de parte, debiéndose expresar los agravios en que se apoye la petición. No se podrá alegar aquellos con los que la parte agraviada se hubiere conformado expresamente, ni los que cause alguna resolución contra la que no se hubiere intentado el recurso que la ley conceda, o si no hay recurso, si no se protesta contra dichos agravios al tenerse en conocimiento de ellos en la instancia en que se causaron”. Por su parte, de precepto 392 del ordenamiento legal en consulta dispone: “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior si el tribunal de alzada encuentra que hubo violación manifiesta del procedimiento que haya dejado sin defensa al procesado, y que solo por torpeza o la deficiencia y ordenar que se reponga dicho procedimiento”. En el marco jurídico anterior, se advierte violación manifiesta del procedimiento que dejó sin defensa al ahora sentenciado, y que por torpeza o negligencia de su defensor no fue combatida debidamente. Y en el caso concreto que se revisa, la ley faculta al Tribunal Superior para suplir esa deficiencia y ordenar que se reponga el procedimiento, según las consideraciones legales que se expresan en el cuerpo de la presente resolución. Ante todo debe puntualizarse que Reposición del procedimiento es la denominación de un medio legal anulatorio que se plantea a raíz de la sentencia, cuyo efecto es precisamente anular o dejar sin eficacia jurídica todo lo actuado a fin de que se reponga a partir del acto en el que se produjo una violación procesal. En la especie se actualiza la hipótesis prevista en la fracción III del artículo 393 del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado. Dispone el artículo 393. “Habrá lugar a la reposición del proceso por alguna de las causas siguientes: ...III. Por haberse omitido la designación del traductor al inculpado que no hable o no entienda suficientemente el idioma español, en los términos que señale la ley…”. El supuesto a que se refiere el dispositivo legal, alude a una clara transgresión del derecho fundamental al acceso pleno a la jurisdicción del Estado, que el artículo 2o., apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reconoce a los pueblos y las comunidades indígenas, en cuanto establece: “…A. Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía para: …VIII. Acceder plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese derecho, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidades culturales respetando los preceptos de esta Constitución. Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura…”. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 8, reconoce el derecho al debido proceso legal como garantía judicial de un juicio justo, y establece: “Artículo 8. Garantías Judiciales. 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) Derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) Comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) Concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa; d) Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor; e) Derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley; f) Derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos; g) Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y h) Derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. 3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza”. Y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; Resolución aprobada por la Asamblea General en Nueva York, el 13 de septiembre de 2007, en cuyo artículo 13.2 prevé: “Los Estados adoptarán medidas eficaces para asegurar la protección de ese derecho y también para asegurar que los pueblos indígenas puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas, jurídicas y administrativas, proporcionando para ello, cuando sea necesario, servicios de interpretación u otros medios adecuados”. La interpretación armónica de los preceptos legales en cita permite colegir -en el ámbito de los pueblos indígenas- que el derecho fundamental de acceso a la justicia o de acceder plenamente a la jurisdicción del Estado, comprende tanto la protección de todos los derechos sustantivos como de los procesales, que los sitúan en un plano de igualdad respecto de los demás sujetos del proceso para así garantizar el ejercicio del derecho fundamental a la jurisdicción del Estado. Además, en todos los juicios y procedimientos en que sea parte una persona con la calidad de indígena, debe tomarse en cuenta sus costumbres y especificidades culturales, esencialmente su derecho fundamental a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura. Es así, que el alcance jurídico que comprende el derecho fundamental de acceso pleno a la jurisdicción del Estado de que goza toda persona que tiene calidad de indígena, se hace efectivo mediante la asistencia por intérprete y defensor que conozca su lenguaje y costumbres, en términos de la fracción VIII del Apartado B, del artículo 20 de la Constitución Federal. En ese marco normativo, para que las personas que pertenecen a un grupo étnico tengan efectivo acceso a la jurisdicción debe preservarse también su derecho a la Igualdad jurídica, mediante la creación y aplicación de normas que disminuyan los obstáculos sociales o culturales que padecen grupos vulnerables como lo son los pueblos indígenas, que les impide ejercer de manera real y efectiva sus derechos humanos en condiciones de paridad con otro conjunto de personas o grupo social. De manera que, los derechos fundamentales a la igualdad jurídica entre las partes y el acceso a la justicia de las personas con calidad de indígenas, se hacen efectivos en el momento en que son asistidas por un intérprete, en cuanto se minimiza la desventaja de comparecer en un sistema penal que desconocen, ya que se le explica en su idioma cuestiones relativas al procedimiento penal y los derechos fundamentales que la Constitución y los instrumentos internacionales de derechos humanos reconocen a toda persona imputada por la comisión de un delito, como lo es el de guardar silencio y a ser tratado como inocente en tanto no se demuestre su responsabilidad mediante sentencia, la naturaleza los hechos imputados y sus consecuencias jurídicas; puesto que una persona que no entiende perfectamente el significado, sentido y alcance de las palabras del idioma español no está en posibilidades de comprender los motivos por los que se le está imputando un delito, ni el ámbito protector de los derechos que en su favor consagra el corpus iuris interamericano, lo cual trae como consecuencia que en el momento de responder a los cargos utilice expresiones que lo incriminan o agravan su situación sin estar consciente de ello. Y si no entiende la imputación, menos aún tendrá la posibilidad de formular su defensa y ofrecer las pruebas que demuestren su versión de los hechos y la teoría del caso que pudiese elaborar con su defensor. Por consiguiente, la asistencia de un traductor o intérprete en todas las etapas del procedimiento penal, atempera las desigualdades por identidad indígena e impide que estas incidan en la oportunidad y calidad de la justicia. En esa línea argumentativa, con fecha 20 veinte de Julio de 2004 dos mil cuatro, fue examinado en preparatoria el señor ELIMINADO quien manifestó que no sabe leer ni escribir, ser originario de ELIMINADO, perteneciente al Municipio de ELIMINADO, así como que habla ELIMINADO. Y en esas condiciones se confesó responsable de la comisión del delito de homicidio, en agravio de la persona que en vida llevó el nombre de ELIMINADO. De la lectura del acta en la que se asentó la declaración preparatoria del señor ELIMINADO, se advierten circunstancias que de manera indiciaria permiten considerar que el sentenciado cuenta con la calidad de sujeto indígena, y que no fueron observadas por el Juez de la causa, dado que no designó un intérprete para que asistiera al imputado, y debido a que no contaba con abogado defensor se le asignó al defensor de oficio para que lo asesorara, sin que exista constancia de que previo a rendir su declaración se hubiese entrevistado en privado con su defensor y, por ende que tuviese acceso a una defensa adecuada, que en su calidad de persona indígena implica contar con un intérprete que conozca la lengua y cultura y ser asistido por un Abogado defensor que preferentemente también conozca dichas circunstancias. Contexto en el que, el Juez del conocimiento soslayó que el justiciable pude ser titular de los derechos fundamentales de las personas que forman parte de comunidades o pueblos indígenas, reconocidos en el artículo 2°, Apartado A, fracción VIII de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuya observancia garantiza el ejercicio real del derecho al acceso efectivo a la jurisdicción del Estado, dado que pone fin a la discriminación y marginación sufridas por la población indígena en todos los ámbitos, inclusive en el jurisdiccional, y esa omisión sin lugar a dudas se tradujo en la vulneración del derecho de defensa del señor ELIMINADO, trascendiendo al resultado del fallo en términos del artículo 393 fracción III del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado. En su espíritu es aplicable al tema que nos ocupa, el criterio que sostiene la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I, Materias Constitucional, Penal, Tesis: 1a./J. 61/2013 (10a.), Página: 285, Registro: 2005031, bajo la voz: “PERSONAS INDÍGENAS. MODALIDADES PARA EJERCER EL DERECHO FUNDAMENTAL DE DEFENSA ADECUADA CONSAGRADO EN EL ARTÍCULO 2o., APARTADO A, FRACCIÓN VIII, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Las figuras del intérprete con conocimiento de una determinada lengua y cultura, así como del defensor, constituyen parte del derecho fundamental a la defensa adecuada de las personas indígenas, en términos del artículo 2o., apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que el Poder Reformador plasmó para tutelar sus derechos, eliminar las barreras lingüísticas existentes y dar certeza al contenido de la interpretación. Así, el defensor junto con el intérprete con conocimientos de su lengua y cultura son quienes acercan al órgano jurisdiccional con la especificidad cultural del indígena; de ahí que deben señalarse las modalidades para ejercer dicho derecho fundamental. En cuanto al intérprete: 1) La asistencia por intérprete es disponible, pero únicamente por el imputado, lo que le permitiría rechazarla; sin embargo, sólo sería aceptable el rechazo cuando la autoridad ministerial o judicial advierta que el imputado, evidentemente, tiene un desenvolvimiento aceptable sobre el entendimiento en idioma español del procedimiento al que está sujeto y sus consecuencias. La autoridad que conozca del caso deberá asentar constancia de ello en la que tenga intervención un perito intérprete que conozca la lengua y cultura del imputado, que sirva para corroborar su voluntad y lo innecesario de su intervención, apercibido de las consecuencias legales aplicables por la probable generación de un estado de indefensión en contra de aquél. 2) En caso de que no exista renuncia al intérprete, la autoridad ministerial o judicial que conozca del caso deberá constatar que el intérprete efectivamente conoce la lengua y cultura del imputado. Podrá tratarse de un intérprete práctico respaldado por la comunidad indígena o certificado por las instituciones correspondientes; o bien, mediante el uso de tecnologías, se podría implementar la asistencia de intérprete por medio de videoconferencia. En cuanto al defensor: 1) La asistencia por abogado defensor es irrenunciable y podrá ser prestada por instituciones oficiales o a cargo de particulares, a elección del imputado. Esta figura puede reunir, además, la calidad constitucional de que conozca la lengua y cultura del imputado, mas no es un requisito de validez del proceso, ya que también a elección de éste puede ser prescindible esta última calidad. En caso de que el defensor sí cuente con dichos conocimientos, deberá exhibir la constancia que lo avale, cuya autoridad competente para expedir dicha certificación puede ser la Defensoría Pública Federal o estatal, o el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. 2) En los casos en que el ejercicio del derecho de defensa sea ejercido por defensor oficial o particular que desconozca la lengua y cultura del imputado, la figura del intérprete que sí conoce ambos es insustituible, pues a través de ella se garantiza el pleno conocimiento del imputado sobre la naturaleza y las consecuencias de la acusación; los derechos que le asisten y la comunicación efectiva con su defensor, entre otros. Amparo directo 50/2012. 28 de noviembre de 2012. Cinco votos en cuanto a la concesión del amparo y mayoría de tres votos por lo que se refiere a sus efectos. Disidentes: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quienes reservaron su derecho a formular voto de minoría; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y José Ramón Cossío Díaz reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretarios: José Díaz de León Cruz, Jorge Antonio Medina Gaona, Jorge Roberto Ordóñez Escobar, Jaime Santana Turral y Julio Veredín Sena Velázquez. Amparo directo 47/2011. 28 de noviembre de 2012. Cinco votos en cuanto a la concesión del amparo y mayoría de tres votos por lo que se refiere a sus efectos. Disidentes: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quienes reservaron su derecho a formular voto de minoría; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y José Ramón Cossío Díaz reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Julio Veredín Sena Velázquez, José Díaz de León Cruz, Jorge Antonio Medina Gaona, Jorge Roberto Ordóñez Escobar y Jaime Santana Turral. Amparo en revisión 450/2012. 28 de noviembre de 2012. Cinco votos en cuanto a la concesión del amparo y mayoría de tres votos por lo que se refiere a sus efectos. Disidentes: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quienes reservaron su derecho a formular voto de minoría; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y José Ramón Cossío Díaz reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretarios: Jorge Roberto Ordóñez Escobar, José Díaz de León Cruz, Jorge Antonio Medina Gaona, Jaime Santana Turral y Julio Veredín Sena Velázquez. Amparo directo 59/2011. 28 de noviembre de 2012. Cinco votos en cuanto a la concesión del amparo y mayoría de tres votos por lo que se refiere a sus efectos. Disidentes: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quienes reservaron su derecho a formular voto de minoría; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y José Ramón Cossío Díaz reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Jaime Santana Turral, José Díaz de León Cruz, Jorge Antonio Medina Gaona, Jorge Roberto Ordóñez Escobar y Julio Veredín Sena Velázquez. Amparo directo 54/2011. 30 de enero de 2013. Cinco votos en cuanto a la concesión del amparo y mayoría de tres votos por lo que se refiere a sus efectos. Disidentes: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quienes reservaron su derecho a formular voto de minoría; José Ramón Cossío Díaz reservó su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretarios: Juan José Ruiz Carreón, Jaime Santana Turral, José Díaz de León Cruz, Jorge Roberto Ordóñez Escobar y Julio Veredín Sena Velázquez. Tesis de jurisprudencia 61/2013 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada de veintidós de mayo de dos mil trece. Esta tesis se publicó el viernes 06 de diciembre de 2013 a las 06:00 horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 09 de diciembre de 2013, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013”. Concomitante a lo anterior, cabe señalar que el hecho de que el señor ELIMINADO manifestara que entendía bien el castellano o español, no es determinante para que el Juez decidiera no nombrarle un intérprete sin cerciorarse de manera evidente que éste tenía un nivel aceptable de comprensión en el idioma español, conforme a las prerrogativas previstas en el artículo 2° en relación con el artículo 20 de la Carta Magna. Porque si bien, el justiciable dijo que entendía bien el castellano o español, lo cierto es que no existe constancia de que se le hubiese informado de su derecho a ser asistido por un intérprete y que él lo rechazara; y aun así el rechazo sería aceptado únicamente cuando el Juez advirtiera que el imputado comprendía en el idioma español, el procedimiento al que está sujeto y sus consecuencias, lo que necesariamente tuvo que asentarse en la diligencia. Así, y a efecto de dar eficacia al derecho fundamental de acceso pleno a la jurisdicción del Estado, el A quo hubo de asentar constancia de la intervención un perito intérprete que conociera la lengua y cultura del imputado, para corroborar su voluntad de no ser asistido por un intérprete y de lo innecesario de la intervención del mismo. Y en razón de que no llevó a cabo lo anterior, y a efecto de preservar los derechos fundamentales del justiciable, con fecha 20 veinte de Enero del presente año, éste Tribunal Ad quem requirió al Director del Centro Estatal de Reinserción Social de Ciudad Valles S.L.P., para que expidiera constancia, previo interrogatorio que realizara al señor ELIMINADO, en relación a qué si pertenece a un grupo étnico. Y mediante oficio número 158/2015 suscrito con fecha 20 veinte de enero del mismo año, el Director del Centro Estatal de Reinserción Social de Ciudad Valles informó que atendiendo a lo solicitado por éste Tribunal, entrevistó al interno ELIMINADO en el área de audiencias de ese Centro Penitenciario, y de viva voz refirió contar con ELIMINADO años de edad por haber nacido el ELIMINADO, ser originario de ELIMINADO, perteneciente al Municipio de ELIMINADO y que habla y entiende perfectamente el dialecto ELIMINADO por pertenecer a dicho grupo étnico. Ante ese panorama legal, en el caso a estudio se actualiza una manifiesta violación del procedimiento en términos del artículo 393 fracción III de la Ley Adjetiva Penal, que afectó las defensas del sentenciado y trascendió al resultado del fallo, porque no obstante que el señor ELIMINADO cuenta con la calidad de sujeto indígena no se le designó un intérprete que lo asistiera en su declaración preparatoria; por tanto, en cumplimiento de la Ejecutoria dictada con fecha 17 diecisiete de diciembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito en el Estado, dentro del Juicio de Amparo número 619/2014, se deja insubsistente la resolución dictada por ésta Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, el 28 veintiocho de junio de 2005 dos mil cinco, dentro del Toca Penal número 406/05, y lo que en derecho procede es revocar la sentencia condenatoria dictada con fecha 23 veintitrés de febrero de 2005 dos mil cinco, por el Juez Mixto de Primera Instancia del Octavo Distrito Judicial con residencia en Tamazunchale S.L.P., y se ordena al A quo la reposición del procedimiento a partir de la diligencia de declaración preparatoria de 20 veinte de Julio de 2004 dos mil cuatro, dejando nulo todo lo actuado a partir de dicha declaración, para el efecto de que en Juez de primer grado señale nueva fecha y hora para recepcionar la declaración preparatoria del señor ELIMINADO, en la que deberá designarle un intérprete que conozca su lengua, cultura y especificidades culturales, quien deberá asistirlo en todas y cada una de las diligencias que se lleven a cabo durante el proceso, haciendo de su conocimiento las prerrogativas con las que cuentan los sujetos indígenas, de conformidad con lo previsto en el artículo 2° apartado A, fracción VIII de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Hecho lo anterior se continúe con el procedimiento hasta dictarse la sentencia que en derecho proceda. Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 193 y 383 del Código de Procedimientos Penales vigente en el Estado, es de resolverse y se resuelve: PRIMERO:- Por las consideraciones legales plasmadas en la presente resolución, los conceptos de agravios planteados por la Abogada de la defensa resultaron inatendibles. SEGUNDO:- En cumplimiento de la Ejecutoria dictada con fecha 17 diecisiete de Diciembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por el Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito en el Estado, dentro del Juicio de Amparo número 619/2014, se deja insubsistente la resolución dictada por ésta Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, el 28 veintiocho de Junio de 2005 dos mil cinco, dentro del Toca Penal número 406/05, y lo que en derecho procede es revocar la sentencia condenatoria dictada con fecha 23 veintitrés de Febrero de 2005 dos mil cinco, por el C. Juez Mixto de Primera Instancia del Octavo Distrito Judicial con residencia en Tamazunchale, S.L.P., y se ordena al A quo la reposición del procedimiento a partir de la diligencia de declaración preparatoria de 20 veinte de Julio de 2004 dos mil cuatro, dejando nulo todo lo actuado con a partir de dicha declaración, para el efecto de que en Juez de primer grado señale nueva fecha y hora para recepcionar la declaración preparatoria del señor ELIMINADO, en la que deberá designarle un intérprete que conozca su lengua, cultura y especificidades culturales, quien deberá asistirlo en todas y cada una de las diligencias que se lleven a cabo durante el proceso, haciendo de su conocimiento las prerrogativas con las que cuentan los sujetos indígenas, de conformidad con lo previsto en el artículo 2° apartado A, fracción VIII de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Hecho lo anterior se continúe con el procedimiento hasta dictarse la sentencia que en derecho proceda. TERCERO:- Envíese copia certificada de la presente resolución al H. Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito en el Estado, como constancia de que se dio cumplimiento al fallo dictado. CUARTO:- Asimismo, remítase al C. Juez Mixto de Primera Instancia del Octavo Distrito Judicial con residencia en Tamazunchale, S.L.P., copia certificada de la resolución mediante la cual se dio cumplimiento, para su conocimiento y fines legales. QUINTO:- Notifíquese, y en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido. A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores Magistrados que integran la H. Segunda Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Maestra ELIMINADO, Licenciado ELIMINADO y Licenciado ELIMINADO, siendo ponente el segundo de los nombrados y Secretario de Estudio y Cuenta, Licenciada ELIMINADO, quienes actúan con Secretaria de Acuerdos que autoriza, Licenciada ELIMINADO. Doy fe.