nº 37, febrero 2016, año XI. ISSN: 1886-1083 serie histórica: nº 114 - año XXVIII. 8 euros T ra s el 2 0D Marco Assennato, Marco Bascetta, Catarina Caldeira Beatriz Gimeno, Sandro Mezzadra, Martine Aubry Isabel Pires, Juan D. Sánchez Estop, Yanis Varoufakis... La descomposición de Europa Nagua Alba, José M. Roca, Luis M. Sáenz Lecturas del 20D José Luis Carretero Remunipalización - construir lo común Carmen Castro, Teresa Mollá, María Pazos División del trabajo, ciudad y patriarcado Rolando Astarita Economía global: ¿qué sucede? Juan Baz Fernández Poesía José Babiano Mora Europa ¿Plan B? SEAT: la huelga silenciada José Luis Mateos Querella al franquismo Lois Valsa Faralaes + Tarántula Aki Ginory, 2016 Por las libertades civiles en España y Europa Europa marcha hacia su decadencia. El continente que pretendió emerger de la posguerra como garante de las libertades y derechos civiles, se está hundiendo en la naturalización de la barbarie y en el vacío de una forma de gobierno crecientemente autoritaria. Enfrentada a la crisis más severa de su historia reciente, ha elegido el peor de los caminos, emprendiendo políticas que creíamos erradicadas. (...) Conscientes de que sin derechos civiles no existe siquiera el basamento mínimo de una democracia, y ante la preocupacio n por la rápida involución hacia el autoritarismo en muchos países de la Unión, los abajo firmantes exigimos a nuestros representantes políticos en Europa que trabajen por el reconocimiento y ampliación del derecho europeo al asilo y que se establezca algún tipo de carta que, a nivel continental, blinde los derechos civiles. En la misma línea, pero en relación con la legislación y la arquitectura institucional española, exigimos: - La inviolabilidad efectiva de los derechos de libertad de expresión, manifestación, asociación y reunión. Esto implica la derogación de la Ley Mordaza, así como de todas las formas de represión burocrática para hechos que no constituyen claros comportamientos sancionables. - La garantía plena del derecho de huelga, lo que supone la derogación del artículo 315.3 del Código Penal reconocido como “delito de coacción a la huelga”, que ha sido utilizado contra la movilización de los trabajadores. - La independencia efectiva de la judicatura de intereses políticos y económicos, y la plena garantía del derecho a la Justicia. Dentro de este capítulo cabe considerar la reforma o liquidación de la Audiencia Nacional, que actúa a los efectos como un tribunal de excepción. http://www.porlaslibertadesciviles.org Trasversales 37, febrero 2016 lo que hay… EDITORIAL. La Unión Europea en descomposición, 3-4. EN LA CONTRA. Por las libertades civiles en España y Europa TRAVESÍA. ¿UN PLAN B PARA LA UE? La democracia de los libres y de los pobres en Europa, Marco Bascetta y Sandro Mezzadra entrevistan a Yanis Varoufakis, 5-9. Llamamiento Un Plan B para Europa, 10. Un plan B para las mujeres, Beatriz Gimeno, 11-12. 2015: Notas para un balance de un año "increíble", Sandro Mezzadra, 13-15. Más allá del miedo, Marco Assennato, 17-23. Precariedad, ¿para qué?, Isabel Pires, 25-26. Marisa es la utopía que deseamos, Catarina Caldeira Martins,27-29. Reflexiones sobre un plan B para Europa, Juan Domingo Sánchez Estop, 31-32. Salir del impasse, Martine Audry y otros, 33-36 ESPACIOS. Lecturas del 20-D-2015, José M. Roca, 37-40. ¿Qué pasó en Euskadi?, Nagua Alba, 41-42. Tras el 20D: primacía de lo social, Luis M. Sáenz, 43-48. Remunicipalización y construcción de lo común, José Luis Carretero Miramar, 49-51. ¿Compensar a las mujeres o eliminar la división sexual del trabajo?, María Pazos Morán, 53-58. ¿Dónde están los sindicatos?, Jose Babiano Mora, 59-60. Del apoyo a la querella a ser querella, José Luis Mateos, 61-63. Repensar la ciudad desde la igualdad de género (I y II), Carmen Castro, 65-68. Petróleo, caída de las bolsas y economía global, Rolando Astarita, 69-75. El PKK debe salir de la lista de organizaciones terroristas de la UE, llamamiento, 76. Ofensiva patriarcal, Teresa Mollá Castells, 77-78. 20082015: dos legislaturas de retroceso social, redacción Trasversales, 79-82. LA POESÍA ES UN DERECHO HUMANO. Juan Baz Fernández, 83-86 SEÑAS. Como chupar un limón, Lois Valsa, 87-89. GRAFISMOS. Obras de Aki Ginory. Viñetas de Juan Ramón Mora. la redacción Ángel Barón, Pedro A. Bueno, José Luis Carretero, Francisco Carvajal, Miquel Coll, Margarita Díaz, Manuela Fernández, Almudena Gª Mayordomo, Beatriz Gimeno, Aquilino Ginory, Jesús Jaén, Ramón Linaza, Luis Martín, Teresa Martínez, Pilar Membrillera, Enrique del Olmo, Toñi Ortega, Celia Pérez, Manuel Pozuelo, Freddy Quezada, José L. Redondo, Fernando Ruiz, José M. Roca, Ángel Rodríguez Kauth, Miguel A. Rodríguez Lorite, Luis M. Saénz, Belén Saiz, Juan Manuel Vera, José Luis Yuguero. LOGO: Ana Muiña y Agustín Villalba. MAQUETA: Akilino & Armando CORRIGE: Marga Propiedad Y EDICIÓN: Asociación TRASVERSALES http://www.trasversales.net - trasversales@trasversales.net - ap. 6088, 28080 IMprime: Torculo Artes Graficas, S.A. Depósito legal: C-2456-05. ISSN: 1886-1083 SUSCRIPCIONES: ver http://www.trasversales.net/susc.pdf La opinión colectiva de Trasversales se expresa sólo en textos editoriales. Se autoriza el uso de aquellos materiales de cuyos derechos dispongamos, lo que confirmaremos tras aviso previo. 1 Trasversales 37, febrero 2016 consejo internacional de apoyo La pertenencia a este Consejo no implica compromiso con la labor editorial, la línea general o el contenido y criterios de selección de los artículos publicados. Muchos de sus miembros lo eran ya durante la primera etapa de la publicación (1989-2005). Pilar Miró (1940-1997) José A. Valente (1929-2000) Eugenio Royo (1931-2001) José M. de la Parra (1952-2001) Laurent Schwartz (1915-2002) Ignacio Iglesias (1912-2005) Pierre Broué (1926-2005) Joel James Figarola (1942-2006) Jesús Cos Causse (1945-2007) Leopoldo Alas (1962-2008) Phyllis Jacobson (1922-2010) Wilebaldo Solano (1916-2010) Jean-René Chauvin (1919-2011) Alex Falconer (1940-2012) Francisco Fernández Buey (1943-2012) Isidro Guardia Abella (1921-2012) Maurice Nadeau (1911-2013 Cristina Almeida Vicent Alvarez Ana Belén Fernando Ariel del Val Alejando Arizkun Enrique Baquedano Aaron Barnea Rui Bebiano José M. Benítez de Lugo Jacobo Bermejo Alain Caillé David Casacuberta Antoni Castells Durán Carmen Castro Marisa Castro Reinaldo Cedeño Linda de Sousa Luis Antonio de Villena Elías Díaz Javier Doz Javier Esteinou Rafael Estrella Sam Farber Rafael Feito Benjamín Forcano Vasco Franco Antonio Gala Dan Gallin Vicent Garcés Pere Gimferrer José A. Gómez Yáñez Carlos Gómez Gil Juan González Díaz Enrique González Macho Jordi Gordon Ramón Górriz Juan Goytisolo Isabel Gutiérrez Arija Esteban Ibarra Jesús Jaén Miguel de Julián Boris Kagarlitsky Adam Keller 2 Veronique Kleck Raúl Kollman Tamas Krausz Bernard Langlois José Manzanares Bill Marshall Rosa Martínez José Enrique Martínez Jean-Luc Mélenchon José Mª Mendiluce Vicente Molina Foix Juan Moreno Manuel Núñez Encabo Awilda Palau Rosana Pastor María Pazos Luis Alejandro Pedraza Pedro Pérez Ramírez Miguel Serras Pereira Gilles Perrault Gonzalo Puente Ojea Ángel Requena Laura Restrepo Christian Retamal Manuel de la Rocha Peter Rossman Fanny Rubio Antonio Ruiz Pedro Sabando Robinson Salazar Víctor Manuel San José Carlos Sánchez Marisol Sánchez Gómez Mariano Sánchez Soler José M. Sánchez Zegarra Andrés Sorel Carlos Téllez Anne Vernet Isabel Vilallonga Immanuel Wallerstein La opinión de Trasversales Trasversales 37, febrero 2016 La descomposición de la Unión Europea La UE está en descomposición. Lejos quedan las respuestas a crisis anteriores, que llevaron a nuevos acuerdos comunitarios, por discutibles que fueran algunos. La construcción de la UE ha supuesto un paso atrás y dos adelante hasta el fracaso de la Constitución y el posterior remiendo del Tratado de Lisboa, pero ahora asistimos a respuestas desordenadas desde los Estados y al abandono explícito de los proclamados fundamentos de la Unión. La UE tiene un déficit de democracia, el Parlamento no controla al Consejo (reunión de jefes de Estado, que toma las decisiones principales y en parte legisla) y la Comisión ejecuta las decisiones de éste. No existe un Tesoro europeo y hay enormes diferencias en fiscalidad entre los estados. La UE permite la existencia de paraísos fiscales en su interior y carece de una política exterior común, aunque haya ministra de exteriores y cuerpo diplomático. No sabe cómo responder a problemas de su entorno, como el conflicto RusiaUcrania -ya pasó en la crisis de los Balcanes- y a los conflictos de Oriente Medio. Este deterioro se acentuó con la respuesta a la crisis económica de 2008. La política de "austeridad" ha dado lugar a un estancamiento económico, ha apoyado a los bancos acreedores y a los gobiernos que los protegen frente a los ciudadanos, el de Alemania en primer lugar pero con complicidades de la mayor parte o todos los gobiernos, incluidos los de Zapatero y Rajoy. El último episodio es el acuerdo con Reino Unido de quitar protección social a ciudadanos de otros países de la UE, reduciendo a nada la “ciudadanía europea”. La crisis ha demostrado que el euro era una moneda mal concebida que ha funcionado mientras todo “iba bien”. A diferencia del dólar carece de un Tesoro que le apoye, el Banco Central no puede emitir bonos ni repartir los déficits entre los estados de la Unión. El Consejo y la Troika han impulsado condiciones muy lesivas para las clases populares y los países del sur. Se les ha impuesto un abaratamiento del coste del trabajo, con bajadas de salarios, desregulación de las condiciones de contratación y reducción del salario indirecto, desmantelando parte de los estados de bienestar. Los momentos más destructivos han sido la imposición de un gobierno tecnocrático en Italia, la conversión de la deuda bancaria en deuda pública en España, la presión sobre Grecia, que ha conseguido torcer el brazo a Syriza y a la voluntad de los griegos, y la gestión de la “crisis de los refugiados”. Se han impuesto condiciones desiguales, más exigentes con los déficits para los países del sur de lo que fueron para Alemania y Francia. Esta política no ha arreglado los problemas. La banca italiana está en situación parecida a la que tuvo la española. Ha estancado la economía de la UE, ha abierto grietas profundas entre los países y ha conseguido que cada vez más ciudadanos desconfíen de las medidas que vienen de la UE. Ha servido para abaratar el coste de la mano de obra y aumentar la desigualdad de ingresos, que es lo que se perseguía. A esto se añade la crisis de los refugiados. La guerra en Siria, Irak y Libia ha supuesto el desplazamiento de millones de personas, de Siria hay 5 millones de refugiados, la mayor parte en estados limítrofes como Líbano, Jordania, Irak y Turquía, y puede esperarse que seguirá la emigración mientras continúen las guerras. Se calcula que han muerto ahogadas más de 3000 personas en el Mediterráneo oriental, sólo en este enero han llegado seis veces más refugiados que la suma de los llegados en enero de 2014 y 2015. ¿Cuál ha sido la respuesta de la UE? Ha presionado a los países de llegada, sobre todo Grecia, para que los paralicen y clasifiquen en sus fronteras. La Comisión propone expulsar a Grecia del tratado de libre circulación de Schengen si no construye barracones para miles de refugiados, al tiempo se la chantajea con quitas de la deuda, lo que antes era imposible. Esta expulsión tampoco serviría de nada ya que Macedonia no está en el tratado y sería el estado de paso. La Comisión ha propuesto acoger a 160.000 refugiados, lo 3 La opinión de Trasversales Trasversales 37, febrero 2016 que es irrisorio frente a las oleadas de llegadas, y en realidad sólo se ha acogido a unos cientos. La ayuda al salvamento de náufragos llevada a cabo por la armada italiana fue sustituida por una acción de vigilancia. Se está apoyando al gobierno turco que masacra a los kurdos combatientes con éxito contra Daesh, lo que confirma una total ausencia de voluntad de derrotar a Daesh sobre el terreno y dierta complicidad con ese fascismo criminal. Merkel abrió Alemania a una mayor acogida, pero ha retrocedido ante la presión de su partido, de parte de la población y de otros gobiernos. Ante la incapacidad de dar respuestas conjuntas se están estableciendo barreras de alambre o de control de fronteras, con imágenes inimaginables en Europa desde hace décadas. Se está suspendiendo Schengen, proponen que sea hasta por dos años, pero podría ser para siempre. No sólo ponen barreras Hungría o Austria, Dinamarca se incauta de los bienes de los que piden asilo y nos enteramos de que esto ya ocurre en Suiza. Siguen maquinando medidas restrictivas, tanto la UE como algunos estados por su cuenta, medidas como dificultar las uniones familiares o incluso para prohibir a las ONG las ayudas a los refugiados. Están violando la carta de Derechos Fundamentales, que tiene carácter jurídico en el Tratado de Lisboa y según la cual es obligado dar asilo a las personas que huyen por persecución política. Las respuestas dadas o la ausencia de ellas llevan a que el discurso xenófobo de la ultraderecha se asimile por los gobiernos. La política de la UE frente a los refugiados ha consistido en la externalización del acogimiento, con acuerdos globales o entre estados para que sean “acogidos” en países africanos o en Turquía. Asistimos a una deriva que viola los derechos humanos. Deriva que se convierte en autoritarismo con sus propios ciudadanos. El peligro de terrorismo yihadista ha sido utilizado para limitar las libertades en Francia y otros países. En la misma línea está el retroceso democrático y de las libertades en Hungría o Polonia, en deriva católico-autoritaria, con un régimen parecido al nacional-católico que hemos vivido en España. En poco tiempo se están produciendo limitación de libertades y actuaciones autoritarias en distintos países sin que actúen los organismos de la Unión. En realidad, todo apunta a que las élites económicas y políticas europeas se han desinteresado en la construcción política de Europa, incluso bajo su propios parámetros, pues en ella ya ven más peligro que oportunidad. Quieren deshacerse de los estándares sociales y políticos que, pese a sus muchas limitaciones, singularizaban la zona UE. Utilizan la cáscara institucional de la UE al servicio de otro plan, de cara al cual no ven como competitores a las pujantes extremas derechas nacionalistas e incluso neofascistas, sino como potenciales aliados, útiles para bloquear una respuesta social solidaria y transnacional. ¿Qué respuesta puede darse?: la presión de la población de cada estado y a escala europea contra la política de recortes, las limitaciones democráticas, las formas autoritarias y la xenofobia. Y respuestas sociales y políticas transnacionales, línea en la que se lanza Dem 25 (Democracia en el Movimiento Europeo 2025) por Varoufakis, Ada Colau y otros. Es un movimiento transversal que parte de la escala europea para aterrizar en regiones y localidades, lo que, además de su interés como experiencia específica, sugiere un camino a explorar para movimientos sociales y alianzas políticas más amplias. A corto plazo puede resultar eficaz conseguir la cooperación entre gobiernos de los países que sufren la imposición de recortes y la mayor presión migratoria, para proponer estímulos económicos europeos y flexibilidad en el cumplimiento de los déficits, así como medidas para acoger a los refugiados en las zonas de salida y distribuirlos con dignidad entre todos los países de la Unión, lo que sería más factible entre gobiernos “progresistas” si hay presión social. Ahora bien, parar este proceso de descomposición o reiniciar una dinamica de construcción política europea no es posible desde cada país por separado, es necesario conseguir movilizaciones y presiones transnacionales. Sin ellas ya no serán realizados ni siquiera los mejores de los principios declarados por la UE, hoy pisoteados. 4 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Marco Bascetta y Sandro Mezzadra Entrevista con Yanis Varoufakis La democracia de los libres y de los pobres en Europa Versión original en italiano: http://www.euronomade.info/?p=6701 Nos encontramos con Yanis Varoufakis al día siguiente del lanzamiento del Movimiento para la Democracia en Europa (DiEM 25) en el teatro berlinés Volksbühne am RosaLuxemburg-Platz. Es una oportunidad de hacer balance de los temas que se han discutido en los últimos días y para examinar con él los aspectos que parecen más delicados y controvertidos. Comenzamos la conversación pidiéndole una breve descripción del proyecto. En 2015 hemos tenido en Europa una especie de tormenta perfecta, por la conjunción de múltiples factores de crisis: el choque entre el gobierno griego y la troika, los refugiados, la ausencia de política exterior europea sobre lo que ocurre en el norte de África y Siria, pero también en Ucrania. Estas crisis tienen dos consecuencias principales: impulsan una tendencia a acelerar la desintegración de la Unión Europea, pero al mismo tiempo, y ésta es la buena noticia, alarman incluso a quienes en los últimos años no han tenido posiciones críticas sobre Europa. Muchos demócratas liberales, moderados, afectos a la democracia, difícilmente pueden sentirse a gusto en esta Unión Europea tras lo sucedido en 2015. Esta incomodidad deja espacio para nuevas coaliciones, entre demócratas liberales, socialdemócratas, radicales de izquierda, verdes, activistas como los de Blockupy. Es una oportunidad que no va a durar mucho tiempo. Si no la aprovechamos, si no construimos un movimiento "paneuropeo" capaz de detener la tendencia a la desintegración de Europa y al resurgimiento del nacionalismo, creo que dejaremos sin cumplir una tarea crucial. DiEM trata de hacer precisamente esto. El proyecto y el manifiesto de DiEM se centra en la cuestión de la democracia. ¿Pero cómo pretendéis superar la crisis de la democracia representativa, evidente no sólo a escala europea sino también en los Estados miembros? Nos parece que hay razones estructurales que empujan hacia la emergencia de gobiernos "post-democráticos". Y que, por tanto, la referencia a la democracia debe hacerse de una manera radicalmente innovadora. Creo que hay que distinguir dos aspectos. Hay una crisis general de la democracia, en la época del capitalismo financiarizado. El capital financiero es enemigo de la democracia, en cualquier parte del mundo, en Estados Unidos y en Europa. El problema es universal, por así decirlo. Pero Europa cuenta con una especificidad tóxica: no tenemos una federación con instituciones democráticas propias, el mismo Banco Central Europeo tiene un estatus singular, no comparable, por ejemplo, al de la Reserva Federal de EEUU. Por 5 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 supuesto, también hay una crisis de la democracia en EEUU. El ascenso de Bernie Sanders, que representa la desafección hacia el establishment, es en el fondo un síntoma positivo de ello, como el ascenso de Donald Trump es un síntoma de signo contrario. Pero en Europa no tenemos ni siquiera los mecanismos de control y equilibro básicos que caracterizan a la democracia. De hecho, hay dos asuntos que deben distinguirse. En primer lugar, está la pregunta sobre si la democracia podrá seguir existiendo y desarrollándose en las condiciones del capitalismo contemporáneo. Estoy convencido de que la respuesta es no. En segundo lugar, hay un problema específicamente europeo: aquí la democracia está simplemente ausente. La propia crisis de la democracia en los estados nacionales está vinculada a la forma en que funciona la Unión: ésta toma todas las decisiones que son importantes para un país como Italia, por ejemplo, y el demos no tiene ninguna posibilidad de intervenir. Sus representantes nacionales no tienen poder para cumplir sus promesas, como hemos visto en Grecia. Nos parece, sin embargo, que así no se logra eludir la dificultad de proponer a escala europea soluciones institucionales centradas en la representación, cuando ésta hace frente a factores de crisis que han sido definidos como "universales". Estos factores, y en particular la relación antagónica entre capital financiero y democracia, ¿no comprometen quizá la eficacia de un proceso democrático tradicional sea cual sea el nivel al que se propongan? No soy federalista en el sentido conservador del término, no creo que la solución radique simplemente en que los gobiernos se reúnan y decidan algún tipo de federación. Pienso por ejemplo en las propuestas de Schäuble: no conducirían a la democracia sino a la autocracia, darían lugar a una especie de despotismo fiscal. Insisto en que la unión política no es necesariamente democrática, tenemos muchos ejemplos, empezando por la Unión Soviética... La clave reside precisamente en que no creemos que la democratización pueda venir desde arriba. Sólo puede venir desde abajo, y esta convicción es lo que hace de DiEM un movimiento, no algún tipo de grupo de reflexión o de partido federalista europeo. Entendemos que el primer paso es la transparencia en la toma de decisiones: estamos convencidos de que este asunto no es marginal, ya que puede cambiar las reglas del juego. La segunda prioridad, para discutir con sensatez sobre la democratización de la Unión Europea, es eliminar los factores que han estado conduciendo hacia la desintegración. Pienso en medidas radicales sobre la deuda, sobre el sistema bancario, sobre la baja tasa de inversión, sobre la pobreza y las migraciones. Esto se puede hacer mediante una reinterpretación de las normas vigentes, no simplemente invocando la "flexibilidad", es decir, la amable concesión de que no se sigan las reglas. Debemos reorganizar las instituciones existentes, cambiar la política del BCE y del Banco Europeo de Inversiones. Se puede trabajar dentro de las reglas, pero reinterpretándolas de manera radical, lo que por cierto hace constantemente Schäuble, a su manera. Y de ahí debe pasarse a plantear la urgencia de una asamblea constituyente. La desintegración de Europa, de la que has hablado, tiene algunos aspectos que se pueden definir en términos geográficos. A la división Norte-Sur se ha añadido, de manera muy abrupta, la división Este-Oeste, no sólo en lo que se refiere a los refugiados, sino a la idea misma de la relación entre gobernantes y gobernados. En estas condiciones, ¿cómo se puede desarrollar una iniciativa "paneuropea"? En efecto, la brecha entre Este y Oeste cruza todos los ámbitos, desde el tema de los migrantes al de la organización de la zona del euro, así como la política exterior. Muchos países de Europa del Este piden una política agresiva y militarista contra Rusia, piden nuestra solidaridad en ese campo sin ofrecer recíprocamente la suya en asuntos como la reestructuración de la 6 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 deuda pública. ¿Cómo podemos construir puentes entre Este y Oeste? La única forma es a través de movimientos capaces de implicar a los demócratas, progresistas, desde Hungría hasta los países del Báltico, ofreciéndoles una oportunidad. Imaginad que sois jóvenes disidentes húngaros, que carecen de una iniciativa, de un sujeto al que adherirse. La Izquierda Unitaria Europea no acepta afiliaciones directas, es una confederación de partidos políticos nacionales, y sus representantes en países como Hungría o la República Checa están muy desacreditados. Si DiEM, a través de su manifiesto y de sus campañas, logra afirmarse como un punto de referencia creíble y atractivo para los demócratas en Europa del Este, se podrían construir puentes. La relación con Rusia nos parece crucial y plagada de peligros. Tras esa cuestión se encuentra otra, la relación entre la Unión Europea y los Estados Unidos, y en particular el papel de la OTAN. ¿Qué opinas? He trabajado mucho tiempo en EEUU y tuve colegas que habían colaborado previamente con la OTAN. Muchos de ellos están convencidos de que la OTAN ha dejado de ser útil. Si piensan eso, ¿qué debemos decir nosotros? El problema es que la OTAN está buscando constantemente razones que legitimen su existencia, una vez finalizada su razón de ser. Tiene que inventar constantemente nuevos enemigos. ¿Eso es lo que queremos en Europa? No creo. Pensemos, por ejemplo, en Putin. Lo considero un criminal de guerra, no por lo ocurrido en Ucrania, sino por lo que hizo en Chechenia. El mayor regalo hecho a la carrera política de Putin ha sido la expansión de la OTAN hacia el Este. Puede decir a su pueblo que el autoritarismo en Rusia se justifica por la amenaza de un enemigo. Hoy en día la OTAN proporciona una sensación ficticia de seguridad a Estonia, Georgia, Ucrania. En realidad su expansión hacia el Este implica militarización y comporta continuas ocasiones de conflicto con Rusia. Una Unión Europea consciente de sus intereses no debería participar en este juego. El objetivo a largo plazo de DiEM es la convocatoria de una asamblea constituyente en Europa. ¿Cuáles son las condiciones para que se dé ese paso, que, en la historia, siempre ha seguido a grandes rupturas y tumultos sociales? ¿Cuáles son las energías sociales ya en movimiento que pueden determinar la ruptura necesaria para abrir el espacio constituyente? Mi compañera, que es artista, me dijo una vez: ¿por qué hay en los aviones una caja negra que después de una catástrofe nos podrá decir por qué hemos muerto? ¿No sería mejor tener una caja negra que se pueda abrir antes del accidente para que éste no suceda? Me parece una excelente pregunta: ¿por qué deberíamos esperar al desastre para organizar una asamblea constituyente en vez de hacerlo antes para que no suceda? Las condiciones objetivas para una asamblea constituyente se dan en Europa, dada la fragmentación ante la que nos encontramos. Necesitamos un conjunto de movimientos que impongan a las instituciones europeas un programa de estabilización en el sentido que he intentado explicar antes. Sólo sobre esa base se puede crear un sistema electoral inclusivo y verdaderamente europeo para la elección de la Asamblea Constituyente. Los alemanes, por ejemplo, deben tener la oportunidad de votar candidatos italianos o franceses (y viceversa, por supuesto). Una buena fuente de inspiración pueden ser los proyectos de investigación financiados por la Comisión en las universidades europeas: para pedir financiación hay que crear un consorcio de universidades de al menos siete países. ¿Por qué no imaginar que las listas a la Asamblea Constituyente debiesen tener candidatos de al menos diez o quince países diferentes? En estos días has hablado de la austeridad como una forma de "guerra de clases" desde arriba. Pero, hoy en día, ¿de qué fuerzas puede disponer el campo de "abajo", no sólo para defenderse de los ataques, sino para ejercitar un poder constituyente real? Nos parece una pregunta ineludible, 7 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Inversiones en lugar de comprar la de los bancos alemanes o italianos, para financiar un ambicioso Nuevo Acuerdo Verde para Europa. Así que, en lugar de generar dinero para los circuitos de capital financiero, se generaría para financiar la cooperación productiva, para crear puestos de trabajo en sectores innovadores, creando al mismo tiempo condiciones favorables para la organización y la lucha de los trabajadores y chocando con la mercantilización y la precarización del trabajo. DiEM tiene la ambición de establecer una fuerza transnacional de nuevo tipo, que agrupe a activistas, políticos, intelectuales, artistas, sindicalistas, en un ámbito directamente "paneuropeo". No es una apuesta fácil y hay pocos modelos en los que inspirarse. ¿Cuál es el proceso innovador que tienes en mente? La desintegración de la Unión Europea es algo nuevo, contradice una historia basada en el avance progresivo de la integración. Para hacer frente a este problema es necesario un instrumento totalmente nuevo. Los partidos de izquierda europeos tienen su base en los estados nacionales y la Izquierda Unitaria Europea es una especie de confederación que no cuestiona este fundamento nacional. Esta es una de las razones de su impotencia. No es cuestión de mala voluntad: el hecho es que por su acción a escala nacional se ven obligados a articular programas de gobierno que nunca van a poder ser aplicados. Si este diagnóstico es correcto, una plataforma común para los demócratas en Europa debe construirse de manera diferente, a través de una acción política no basada en los estados nacionales. Y no puede ser un partido, porque un partido es jerárquico por definición. Los militantes de los partidos de izquierda pueden unirse a DiEM y seguir siendo miembros de su partido a nivel nacional. Pero en DiEM abordaremos nuestros problemas comunes independientemente de la afiliación partidista o las convicciones filosóficas que cada cual tiene. La respuesta a vuestra pregunta sólo podrá encontrarse de que obliga a tomar en consideración los profundos cambios en la composición del trabajo y de las formas de vida. Estas transformaciones obligan a la búsqueda de instrumentos políticos y organizativos diferentes a los del pasado. Muchos compañeros y amigos me han recriminado hacer referencias demasiado generales a la democracia. Pero hay que pensar en la definición que dio de ella Aristóteles, que no era un demócrata: el gobierno de los libres y los pobres. Es una buena definición: los pobres, los subalternos, los explotados, son de hecho la mayoría. Por lo que una verdadera democracia sólo puede ser dominada por los movimientos de los pobres. Las democracias liberales, que tienen sus raíces en la tradición de la Carta Magna, han sido otra cosa. La Carta Magna es una carta de los barones, de los terratenientes ante el Rey, que les garantizaba tener sus propios siervos y que no se los quitaría el soberano. La democracia liberal tiene este árbol genealógico. Por ejemplo, si leéis Federalist veréis claramente que el problema se reduce a cómo evitar que la multitud gobierne. Esta democracia ha llegado a su límite con el capitalismo financiarizado. Un movimiento democrático hoy es, por definición, un movimiento que tiene como objetivo poner fin a la lucha de clases desde arriba mediante la organización de un contraataque desde abajo. Esto plantea el reto, fundamental a nuestro entender, de pensar una nueva articulación entre el movimiento democrático y la lucha de clases. ¿Cómo ves concretamente esa articulación? ¿Cómo pueden entrecruzarse positivamente las insurgencias sociales y diversas formas de acción institucional? Si, como he dicho, el problema fundamental en Europa es la estabilización, eso no es posible sin el crecimiento tumultuoso de un movimiento democrático. Los poderes existentes no son capaces de hacerlo. Pondré un ejemplo sencillo y absolutamente concreto: imaginaros un movimiento que imponga al Banco Central que comience a comprar la deuda del Banco Europeo de 8 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 forma gradual. Es un work in progress, un camino que se hace al andar. Como dijo Brian Eno el martes en el teatro Volksbühne, si no tenemos una receta, empecemos a cocinar, ya llegará la receta. Por último, ¿cuáles son los próximos pasos de DiEM? Ya hemos anunciado una petición, dirigida a los presidentes del Eurogrupo, del Consejo Europeo y del Banco Central Europeo, pidiendo que retransmitan por streaming sus reuniones, salvo en el caso del BCE, al que hemos pedido que, como la Reserva Federal, publique las actas de sus reuniones dos semanas después de su realización. También será una oportunidad para comenzar a organizar el movimiento en torno a una campaña específica. Nos estamos preparando para crear grupos de trabajo para desarrollar una plataforma digital eficiente y segura, que nos permita intervenir en el debate público y articular nuestro trabajo. Hemos identificado cinco áreas temáticas cruciales para el futuro de Europa: el Nuevo Acuerdo Verde que he mencionado antes, la cuestión de la deuda y el sistema bancario, las migraciones y las fronteras, la transparencia y el tipo de Constitución que Europa necesita. Queremos disponer de cinco documentos sobre estos temas en el plazo de un año. Vamos a empezar haciendo una lista de problemas y preguntas para cada una de estas áreas temáticas, con el fin de poner en marcha una gran campaña de consultas en diferentes lugares y países. De estas reuniones surgirán propuestas que serán "filtradas" y "recombinadas" por grupos de trabajo que presentarán el resultado en grandes asambleas temáticas. Estas asambleas votarán un documento final, que luego será sometido a la aprobación de todos los miembros de DiEM. Es un proceso que puede ser definido como democracia en acción, del cual surgirá un verdadero manifiesto de DiEM, no una mera declaración de principios. 9 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Un Plan B para Europa. Para construir un espacio de convergencia europeo contra la austeridad y para la construcción de una verdadera democracia En julio de 2015 asistimos a un Golpe de Estado financiero ejecutado desde la UE y sus Instituciones contra el Gobierno griego condenando a la población griega a seguir sufriendo las políticas de austeridad que ya había rechazado en dos ocasiones a través de las urnas. Este golpe ha intensificado el debate sobre el poder de las instituciones de la Unión Europea, su incompatibilidad con la democracia y su papel como garante de los derechos básicos exigidos por los europeos. Sabemos que existen alternativas a la austeridad. Iniciativas como Por un Plan B en Europa, Austerexit o! DiEM25 denuncian! el chantaje del tercer memorando de entendimiento impuesto a Grecia, el fracaso económico que supondrá y el carácter antidemocrático de la UE, reconocido por el mismo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien declaró:! No puede haber decisiones democráticas contra los tratados europeos. También somos testigos de la respuesta insolidaria (en ocasiones hasta xenófoba) de las Instituciones Europeas y los Estados Miembros ante la llegada de refugiados procedentes de Oriente Medio y África, y ante el drama humano que ello conlleva. Remarcando la hipocresía del discurso de la UE respecto a los DDHH, que de forma indirecta, a través de la venta de armas o con políticas comerciales, es un actor clave en los conflictos que han provocado las recientes crisis humanitarias. El régimen de crisis de la UE, iniciado hace 8 años y basado en la austeridad, privatiza los bienes comunes y destruye los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales de la crisis: la desregulación del sistema financiero y la captura corporativa de las instituciones de la UE a través de los grandes lobbies y las puertas giratorias. La UE promueve soluciones falsas negociando, con gran opacidad y sin apenas control democrático, tratados de comercio e inversión como el TTIP, el CETA o el TiSA, que eliminan lo que consideran barreras al comercio: los derechos y normas que protegen a la ciudadanía, a los trabajadores o al medio ambiente. Es el golpe definitivo a nuestras democracias y al Estado de Derecho, especialmente a través de los mecanismos de protección al inversor. La actual UE está gobernada de facto por una tecnocracia al servicio de los intereses de una pequeña, pero poderosa, minoría de poderes económicos y financieros. Todo ello ha provocado el resurgimiento del discurso de la extrema derecha y de posiciones xenófobas y nacionalistas en muchos países de Europa. Los demócratas tenemos la responsabilidad de reaccionar ante esta amenaza e impedir que los fascismos capitalicen el dolor y el descontento de la ciudadanía, la cual a pesar de todo ha demostrado solidaridad ante la tragedia humanitaria que sufren cientos de miles de personas refugiadas. La sociedad ya se ha puesto a trabajar por un cambio radical en las políticas de la UE. Movilizaciones sociales, como Blockupy, la campaña NO al TTIP, el Alter Summit, la huelga general europea en 2012, las Euromarchas, o el ingente trabajo realizado por numerosas plataformas ciudadanas y ONG, suponen un valioso capital humano, intelectual e ideológico por la defensa de los Derechos Humanos, el respeto a la Tierra y a la dignidad de las personas por encima de intereses políticos y económicos. Creemos, sin embargo, que es necesaria una mayor coordinación y cooperación práctica para la movilización a nivel europeo. Hay muchas propuestas en marcha para acabar con la austeridad: una política fiscal justa y el cierre de paraísos fiscales, sistemas de intercambio complementarios, la remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de todos los trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad, la apuesta por un modelo de producción basado en las energías renovables, y reformar o abolir el pacto fiscal europeo, formalmente Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria. El ejemplo de Grecia nos ha mostrado que para hacer frente a la actual coyuntura debemos aunar esfuerzos desde todos los Estados Miembros y desde todas las esferas: política, intelectual y de la sociedad civil. Nuestra visión es solidaria e internacionalista. Por estos motivos, queremos generar un espacio de confluencia! en el que todas las personas, movimientos y organizaciones que nos oponemos al modelo actual de Unión Europea puedan discutir y consensuar una agenda común de objetivos, proyectos y acciones,! con el fin último de romper con el régimen de austeridad de la UE y democratizar radicalmente las Instituciones Europeas, poniéndolas al servicio de la ciudadanía (http://planbeuropa.es) 10 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Beatriz Gimeno http://beatrizgimeno.es Un plan B para las mujeres Publicado originalmente en... blogs.publico.es/econonuestra/2016/01/23/un-plan-b-para-las-mujeres Hace unos días se presentó una iniciativa llamada Plan B, promovida por políticos, intelectuales y activistas europeos entre los que figura Yanis Varoufakis, y entre los españoles el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, entre otras muchas personas. La que firma este artículo también lo ha firmado como diputada de este partido en la Asamblea de Madrid. La iniciativa exige una alternativa a la austeridad y por una Europa democrática, y propone crear "una red de pensamiento" a partir de una Conferencia Europea que se celebrará en Madrid del 19 al 21 de febrero de 2016. No se trata de crear un partido europeo, sino de crear un espacio de confluencia capaz de generar una agenda común que pueda combatir las políticas de austeridad y democratizar radicalmente las instituciones europeas. Las políticas neoliberales han creado la mayor desigualdad vivida en Europa desde hace mucho tiempo, como han puesto de manifiesto diversos informes de distintos organismos internacionales, pero esta desigualdad afecta también, de manera muy especial, a la igualdad de género, seriamente dañada por esta crisis. Las mujeres europeas, después de décadas de lucha por la igualdad, nos encontramos en un momento crítico. El neoliberalismo, esta fase históricamente específica del capitalismo, está reconfigurando el orden de género. No es nada inesperado porque las crisis económicas y la respuesta a las mismas tienen siempre un impacto en las normas de género, que se cuestionan, se debilitan o se refuerzan. Esta crisis está, entre otras cosas, tensionando los límites entre producción y reproducción de manera muy evidente. Por una parte está recortando drásticamente los servicios sociales que han permitido a las mujeres acceder al trabajo asalariado pero, al mismo tiempo, en esta ocasión no cabe la posibilidad (afortunadamente) de volver a lo doméstico, como ocurrió por ejemplo en los años 50 y 60. En esta ocasión la entrada en el mercado laboral es irreversible. Por una parte porque el propio capitalismo necesita ahora de esa mano de obra y es, además, imposible ya vivir con un salario. Además, porque el camino recorrido por las mujeres, de reivindicación de derechos, es imparable, irreversible, y no se concibe sin la autonomía de un salario propio. Ahora más que nunca estamos situadas en ese vértice complicado entre patriarcado y liberalismo, doblemente apretadas. 11 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Entregadas por una parte a nuestra lucha de siempre, una lucha cultural, ideológica, antropológica, de desmantelamiento de las jerarquías de género; y por la otra sometidas a nuevos modos de subordinación impuestos por el mercado que son los que están presionando la reproducción social hasta el límite. No se trata únicamente de estar asistiendo a una reprivatización de eso que llamamos los servicios de cuidado, lo que sostiene la vida, por otra parte; no se trata sólo de la tradicional transferencia de lo público a lo privado; lo que está en juego es, por una parte, la posición de las mujeres en la vida social, y, por la otra, la cuestión de la democracia: la transferencia de la responsabilidad pública al ámbito de lo privado, la reducción de la esfera pública y por tanto la desaparición de los espacios de deliberación y negociación colectivos, el desmantelamiento de la democracia, en una palabra. Las feministas tenemos que denunciar estos nuevos modos de opresión que están erosionando los avances de las mujeres en las últimas décadas pero que también están eviscerando la democracia y que están sometiendo a amplias capas de la población a situaciones de explotación insoportables. Las mujeres hemos estado ahí desde el principio. Las mujeres somos mayoría en la Marea Verde, en la Marea Blanca o en la lucha antidesahucios. Las mujeres somos pieza clave de las estrategias de control social pero también en las resistencias y en cualquier lucha por la justicia y la igualdad. Hemos estado en las calles y en la resistencia todo este tiempo y ahora estamos preguntándonos si vamos a salir de aquí de la mano de los compañeros que están manteniendo esta misma lucha o si vamos a salir, como nos ha pasado históricamente tantas veces, traicionadas. Lo que nos estamos jugando en este momento es la posición que va a jugar el feminismo en la batalla por la superación de esta crisis. ¿Vamos a luchar por cambiar la actual correlación de fuerzas económicas y políticas considerando que el eje de igualdad de género es fundamental en la construcción de una nueva sociedad, o vamos a salir de esta desde el androcentrismo tradicional que ignora nuestras luchas e incluso nuestras vidas? ¿Vamos a incluir en ese Plan B, que apoyo, la denuncia de la dominación masculina y los modos específicos de dominación neoliberal aplicados a las mujeres? ¿Vamos a denunciar entre todos y todas el imaginario patriarcal que oculta la desigualdad estructural de género o quizá la redefinición de las jerarquías de género que se está pretendiendo hacer va a contemplar la desigualdad como una diferencia individual y no sistémica? ¿Va la resistencia antineoliberal a ser capaz de hacer una denuncia radical de la estructura del androcentrismo neoliberal… o no? Porque de la respuesta a esas preguntas va a depender que el Plan B que proponemos sea una salida justa u otra traición más a las mujeres que hemos resistido, luchado, mantenido a las familias, que hemos salido a las calles, puesto el cuerpo ante un desahucio, cuidado de los enfermos y dependientes abandonados por el estado, trabajado en condiciones de explotación. Necesitamos un Plan B para Europa que tenga en cuenta que las mujeres somos Europa. 12 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Sandro Mezzadra 2015: Notas para un balance de un año "increíble" Original en italiano: http://www.euronomade.info/?p=6450 Durante el congreso de la CDU realizado a mediados de diciembre Angela Merkel declaró que "ha sido un año increíble, difícil de explicar". No se puede estar en desacuerdo con ella; en efecto, también para nosotros 2015 fue un año "increíble". Hemos vivido momentos emocionantes en los últimos doce meses: por ejemplo, la liberación de Kobane, las elecciones de enero de 2015 en Grecia y la victoria del OXI, del No, en el referéndum del 5 de julio. Hemos participado con entusiasmo en el estate della migrazione [en España más citado como "verano de la vergüenza"], conmoviéndonos ante la fuerza extraordinaria y la obstinación con las que hombres y mujeres en fuga han desafiado y pasado por encima de fronteras inútilmente fortificadas. O nos hemos alegrado cuando coaliciones heterogéneas de movimientos, asociaciones y fuerzas políticas de izquierda han ganado ciudades españolas como Barcelona y Madrid. Pero también ha habido ocasiones en las que hemos sentido el sabor de la derrota, por ejemplo después del "acuerdo" con la troika firmado por el gobierno griego en julio. Y hubo días en que nos sentimos impotentes ante el avance del nacionalismo y el racismo, en Polonia, en Francia y en otros países europeos. Hemos chocado con una atroz violencia, con los atentados en París, con los ataques contra refugiados y migrantes en Alemania o Italia, con la continuación de la guerra en las fronteras de Europa, con los naufragios y las muertes en el Mediterráneo. 2015 fue, por tanto, un año "increíble", profundamente contradictorio, que se presta a múltiples lecturas e interpretaciones políticas. La perspectiva que asumo en este artículo es la perspectiva europea de las luchas y de los movimientos que, por ejemplo, se ha manifestado con fuerza en las calles de Frankfurt el 18 de marzo de 2015, durante la iniciativa de Blockupy contra la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo. Es una perspectiva que se ha consolidado en el transcurso de 2015, no sólo en las campañas de solidaridad con Grecia sino también en el activismo transnacional en las fronteras externas e internas de Europa y en el apoyo a la resistencia de Kobane y al proyecto confederal democrático de Rojava, en plena guerra siria. Es una perspectiva a la vez europea e internacionalista, que considera que sólo es posible y deseable una profunda democratización de Europa si se asocia a una transformación radical de su posición en el mundo. Desde este punto de vista, la coincidencia entre la liberación de Kobane y la victoria de Syriza en Grecia en enero de 2015 representó realmente el mejor comienzo de año imaginable. Pero volvamos a Grecia. ¿Qué estaba en juego en las elecciones de enero? Ciertamente no era la "revolución social", sino más bien un poderoso intento de construir un camino para salir de la crisis y de la austeridad a través de la interacción, necesariamente conflictiva, 13 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 entre la iniciativa de los movimientos sociales y una nueva política reformista llevada a cabo por un gobierno de izquierda. Se trataba de reinventar el reformismo tras la conversión al neoliberalismo de la socialdemocracia europea y, al mismo tiempo, abrir nuevos espacios para los movimientos y las luchas sociales que el gobierno no podía "representar". Ese fue el gran desafío en Grecia, y en torno a él debe medirse y juzgarse la propia política de Syriza. Sabemos que el intento griego ha sido reprimido con dureza. La Troika ha hecho de la lucha contra este experimento una lucha simbólica y ejemplar. Se ha aprovechado del aislamiento institucional del gobierno griego y ha hecho valer con violencia inusitada las relaciones de fuerza existentes en Europa. Sin duda, se podría discutir mucho sobre los errores de "nuestro" bando, de las oportunidades que se han perdido. Pero las preguntas cruciales al final de este 2015, son otras: ¿"nuestra" derrota en Grecia coincidió con la victoria de la clase dominante y del capital financiero? ¿La "solución" de la crisis griega ha llevado a la afirmación definitiva del proyecto neoliberal en Europa? No creo que se pueda dar respuestas afirmativas a estas preguntas. 2015 se ha caracterizado más bien por una multiplicidad de "crisis", que finalmente han llevado a una crisis global de la Unión Europea. La trama y concatenación de la crisis griega y de lo que se ha denominado "crisis de las migraciones" han mostrado inmediatamente que la imposición violenta de la disciplina financiera y monetaria es insuficiente para crear las condiciones políticas para el gobierno del espacio europeo como espacio unificado, aunque sólo sea desde el punto de vista de la valorización y la acumulación de capital. El espectáculo de los muros y fronteras fortificadas dentro del espacio Schengen es una imagen ejemplar de un proceso más general de fragmentación de la geografía del proyecto de integración europea y, en última instancia, de su profunda crisis. Mientras que los acontecimientos de los últimos años han acentuado y dramatizado la división entre el Norte y el Sur del continente, en torno a la "crisis de la migración" se han manifestado violentamente nuevas tensiones y divisiones en torno al eje Este/Oeste. El crecimiento de viejas y nuevas fuerzas de derecha, más o menos explícitamente racistas y fascistas, es a la vez efecto y acelerador de la crisis del proceso de integración europea. Al mismo tiempo, es bastante claro que el fin de la austeridad sigue siendo un espejismo, que la crisis financiera no deja de circular por Europa. No sólo está en cuestión la depresión sustancial en la que siguen las economías de países del sur como Grecia, Italia o España. Si miramos hacia el norte, la situación no parece necesariamente mejor. Finlandia, cuyo gobierno ha sido uno de los críticos más inflexibles de Grecia en la primera mitad de 2015, se enfrenta ahora a una profunda crisis de la deuda pública. Y la "solución" es siempre la misma: recortes en los gastos sociales y programas de austeridad que provocan una oposición social creciente en el país. Finlandia es de por sí un país importante en los confines norte y este de la Unión Europea. Pero, simultáneamente, la crisis de Finlandia también se puede leer como síntoma de lo que he llamado la circulación persistente de la crisis financiera en Europa. Incluso en países como Alemania, donde no se habla de crisis, la tasa de inversión es extraordinariamente baja y el "crecimiento" está estancado. El panorama social se ha transformado radicalmente, como en cualquier lugar de Europa, con un espectacular aumento de la desigualdad y de la polarización en la distribución de la riqueza, así como con una profundización de los procesos de precarización. El propio tejido de la "ciudadanía europea" padece crecientes infiltraciones de elementos de violencia, de lógicas de guerra. Ciertamente, todo esto no explica los ataques de París, pero define el marco general en el que han tenido lugar y contribuye, al me14 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 nos, a contextualizar la fuerza de atracción del islamismo radical dentro de la propia Europa. Hay que añadir la incapacidad absoluta de la Unión Europea y sus Estados miembros para desarrollar y afirmar una política de paz y estabilización en las zonas de crisis y de guerra en sus propias frontera, incluso aunque esta política fuese entendida simple y exclusivamente en favor de intereses de las clases dominantes. Y eso pese a que la participación europea en las guerras, desde Ucrania al "Gran Oriente Medio", se está haciendo cada día más profunda, bajo el signo de una integración atlántica en la OTAN -en una posición subordinada- que tiende a aparecer como inevitable bajo la amenaza (el chantaje) del Brexit, esto es, de que el Reino Unido abandone la UE. La incapacidad de los socialistas franceses para reaccionar ante los ataques de noviembre de una manera diferente al anuncio, proclamación y anclaje constitucional del estado de emergencia alude a una situación en la que la guerra va a "sobredeterminar" la crisis, asegurando su reproducción: una situación ideal para la vieja y nueva derecha. En este sentido, tanto más importante y ejemplar se hace para nosotros, desde una perspectiva europea, un experimento democrático como el de Kobane y Rojava, fuente de inspiración para la misma resistencia ante las políticas autoritarias, el militarismo y el nacionalismo de Erdogan en Turquía. A finales de 2015 encontramos Europa ante una situación marcada por una profunda inestabilidad de las relaciones de fuerza y por la crisis del proyecto neoliberal. Esta inestabilidad y esta crisis acarrean una serie de riesgos y amenazas: desde el crecimiento del nacionalismo y del racismo en muchas partes del continente hasta la fragmentación y división de la Unión Europea frente a los procesos de renacionalización que dejan intacto el núcleo neoliberal de las políticas económicas y sociales. La inestabilidad y la crisis, sin embargo, también muestran que la situación está abierta, que las experiencias, las luchas, las conexiones acumuladas en este año extraordinario pueden ser la base para un nuevo ciclo político de lucha y organización que podría desafiar y derrotar al ''extremismo de centro" que se ha manifestado en Europa bajo las formas del "partido de la nación" de Renzi en Italia, la alineación en posiciones bélicas y autoritarias de Hollande en Francia o la "gran coalición"en el modelo alemán. Las elecciones españolas del 20 de diciembre tienen precisamente este significado. El mismo reto lanzado con la victoria de Syriza en enero ha vuelto a plantearse con fuerza a finales de 2015 en un país como España, que tiene un peso mucho mayor en Europa que Grecia y que se presenta como un "modelo" para la eficacia de las políticas de austeridad. Que quede claro: el éxito de Podemos no es una "victoria" y, sobre todo, no constituye, a su vez, un modelo, una "solución" a los problemas de la izquierda en Europa. Demuestra, sin embargo, que siempre es posible una respuesta radicalmente democrática a la crisis y que la reivindicación de "democracia real", de derechos sociales y de redistribución de la riqueza sigue viva en Europa. La ingobernabilidad sustancial de España, en una situación caracterizada por una presencia activa e insistente de los movimientos y luchas sociales, pero también por las experiencias extraordinarias en el ámbito del gobierno municipal, debe ser interpretada y politizada como una contradicción europea, como un síntoma de que a lo largo y ancho de Europa hay espacio para una nueva política orientada a la transformación radical de lo existente en nombre de la libertad y la igualdad. Ocupar estos espacios, a escala urbana, nacional y europea, mediante la construcción de coaliciones sociales y políticas, con una nueva imaginación constituyente y con un programa eficaz es nuestro reto para el año 2016 y para los próximos años. 15 diem25.org... diem25.org... diem25.org... diem25.org... diem25.org... Trasversales 37 / febrero 2016 Travesía: ¿un plan B para la UE? 16 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Marco Assennato Más allá del miedo Versión orginal en italiano: http://www.euronomade.info/?p=6657 El centro reaccionario que domina Europa Según su representación convencional, la crisis europea se tensa en torno al choque entre burocracias transnacionales y populismos nacionalistas. En medio quedarían atrapados los diferentes gobiernos empeñados en difíciles reformas. En Italia, por ejemplo, la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) parecen encarnar la única oposición al ejecutivo de un Matteo Renzi que jura no querer recibir más lecciones de Bruselas. Una Liga cada día más parecida a un clásico partido de derecha nacional, hasta el punto de que recibe el apoyo entusiasta de Marine Le Pen, y un M5S que, como explicó su diputado Alessandro Di Battista en Il Manifiesto (1), no persigue objetivos muy diferentes a los de Matteo Salvini, dirigente de la Liga Norte. "Non più sudditi, ma paese sovrano", "nunca más súbditos, un país soberano". Este es el programa que el M5S, controlado por Gianroberto Casaleggio a través de Casaleggio Associati, quiere proponer a partir de la convención sobre política exterior organizada en Roma para el 16 de febrero, en la que participarán, entre otros, varios militantes de los comités No Muos, No Camp Darby, Gettiamo le Basi y No dal Molin. Di Battista, desde luego, tiene la virtud de la claridad: "La propiedad privada está garantizada por la Constitución y estamos de acuerdo en protegerla. Estamos a favor de la soberanía monetaria y de la renta de ciudadanía para que los últimos no se queden atrás. Impulsamos una política de ayuda a las pequeñas y medianas empresas, que son la base del crecimiento económico del país. Luchamos por derechos económicos que antes eran el corazón de la izquierda. No votamos contra los partidos implicados en los gobiernos anteriores, pero sí lo hacemos en temas específicos: junto a la derecha hemos votado en contra del decreto svuota-carceri (2) y la semana pasada en Bruselas votamos con la Liga contra la invasión de la UE por 35.000 toneladas de aceite de oliva tunecino". En resumen: políticas "seguritarias", lucha contra la invasión de personas y mercancías procedentes del sur del Mediterráneo, defensa de la propiedad privada, renta de ciudadanía como contribución asistencial a las personas desempleadas, defensa de la soberanía monetaria y política, del Estado nacional y de la centralidad de empresa como verdadera y única base para el crecimiento económico. Así toma cuerpo un perfecto manifiesto rojipardo -cada vez menos rojo y más pardo-, dicho sin querer ofender a los que inesperadamente han decidido asistir al encuentro. Se diría que a fuerza de leer a Chomsky se termina apreciando a Alain de Benoist. 17 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Por otra parte, como ha recordado Marco Bascetta (3), el contagio reaccionario en Europa parece creciente, tanto que en todos los países de la UE se está cuestionando el Tratado de Schengen, lo que era una vieja bandera de la derecha xenófoba. El cuadro definido por Bascetta, sin embargo, aún es móvil y contradictorio, como si estuviera suspendido en un delicado equilibrio entre tres opciones básicas: - por un lado, los que sostienen la necesidad de destruir la unión europea para salvar la unión europea, imaginando dos niveles diferentes de integración, tanto para la fronteriza como para la monetaria, vieja receta que emergió en el climax de la crisis financiera y que ahora retorna extendiéndose también al ámbito territorial; - por otro lado, los que tratan de mantener las cosas como están, cristalizando la hegemonía administrativa de algunos países sobre toda la Eurozona, confirmando su carácter multinacional y descargando todas las contradicciones sobre los socios díscolos, principalmente Grecia, aunque mañana podrían ser España o Italia; - por último, contra ambos escenarios, se expanden las opciones neosoberanistas. En este escenario, entre los gobiernos nacionales y las burocracias financieras se estructura una especie de centro reaccionario que gobierna sobre el continente, bajo el estímulo constante de crecientes pulsiones racistas y nacionalistas. De hecho, las tradicionales distinciones políticas entre derecha e izquierda dejan de ser operativas. En Francia, el gobierno socialista y el partido de Sarkozy coinciden -con diferencias superficiales- en responder al crecimiento del Frente Nacional sumando a las medidas de emergencia para la seguridad un plan de emergencia para la economía. En suma, socialistas y republicanos piensan que, ante la crisis, tienen que exacerbar los controles policiales, cambiar el orden constitucional de la República e insistir en las políticas antisociales, típicamente neoliberistas: la reforma de la legislación laboral a partir del informe Badinter (en realidad bastante tímido), poner fin a las 35 horas de jornada semanal, aplicar la liberalización de acuerdo con las directrices del ministro Emmanuel Macron (muy similares a las contenidas en la Jobs Act o Ley de Empleo aprobada por el gobierno italiano). Mientras, en el horizonte se preparan nuevas guerras bajo los auspicios de la OTAN. Estado seguritario En referencia a las recientes decisiones de François Hollande, Giorgio Agamben, en uno de los artículos seleccionados por la redacción de Le Monde, ha propuesto una interpretación basada en el paradigma del Estado seguritario (4). Según Agamben, el debate francés sigue una tendencia más general. Todas las democracias occidentales estarían incubando una inédita forma de gobierno, que ya no se fundaría sobre la razón de Estado sino sobre razones de seguridad. El Estado seguritario inscribe sus instituciones en un conjunto de estrategias administrativas que desmienten el objetivo de prevenir los actos de terrorismo, ya que se deja que ocurran para poder "gobernarles en una dirección que se considere rentable". Agamben hace la hipótesis de una "relación sistemática entre terrorismo y Estado seguritario" que persigue el objetivo del "control generalizado y sin límites" como única forma de relación entre gobernantes y gobernados. Ese modelo se basa en dos perversas presuposiones. En primer lugar, la despolitización de la ciudadanía en general, considerada como elemento inactivo que sólo puede ser movilizado desde arriba, por las instituciones, contra imaginarios enemigos extranjeros. En segundo lugar, la "transformación radical de los criterios de verdad y certeza en la esfera pública". El análisis, hasta aquí, parece congruente. De hecho, tras los atentados terroristas en París, el Gobierno francés y la Presidencia de la República han llevado a cabo un verdadero secuestro del espacio público, a través de un dispositivo que combina las políticas de seguridad y la proliferación hipertrófica de 18 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 ceremonias blindadas en las que llorar por las víctimas y digerir el propio e invididual miedo. Por otro lado, es imposible no sorprenderse ante la impresionante frivolidad con que las instituciones eluden cualquier examen mínimamente realista de la eficacia de las medidas antiterroristas aplicadas. Según Agamben, en este tipo de temas los representantes de la República sólo tienen en cuenta "lo que dicen la policía y los medios de comunicación", instancias que siempre se han considerado poco fiables". ¿Acaso muestra otra cosa el patético debate sobre la retirada de la nacionalidad, propuesto recientemente por Hollande y Sarkozy al alimón? Ciertamente, la hipótesis de Agamben tiene el merito de reducir considerablemente la distancia entre los aparatos de gobierno y el planteamiento político de las fuerzas de ultraderecha. En resumen, no esconde la cabeza como el avestruz. Pero el razonamiento queda colgando en el vacío, pues se basa en una indeterminación jurídica definida unilateralmente como ficción. Sin duda, inscribe el terror en el corazón de la racionalización neoliberista, pero no es capaz de comprender sus contradicciones y debilidades. Como siempre, el profeta de la nuda vida encardina sus palabras a lo largo de los rieles del destino de Occidente, incapaz de saltar hacia un lado y romper la jaula de acero. Europa es flagrante y reconocida por todos. Sin embargo, en este vacío de la política se estructuran estrategias y discursos, técnicas de gobierno e hipótesis administrativas. El presidente Juncker, por ejemplo, no deja de repetir como un mantra amenazador que la crisis del Tratado de Schengen implicaría inevitablemente la implosión de la Unión Monetaria, estableciendo así un singular paralelismo entre los movimientos migratorios, el retorno de los nacionalismos, las guerras y el miedo a la crisis económica y financiera. Una amalgama que sin embargo revela posiciones en torno a las cuales no existe unanimidad. Una vez más, hay que hacer distinciones. Las elites europeas están sumidas en un sistema de políticas ilógicas que, como ha señalado Bascetta, aunque "se ponen en circulación para sedar la alarma pública, obtienen el resultado diametralmente opuesto, la alimentan". Pero todo esto no deriva de la "flecha del destino". Es consecuencia de una lectura totalmente subalterna del cambio del paradigma económico y político después de la caída del muro de Berlín, dicho así para entendernos. Cuando digo subalterna me refiero a una cultura política que interpreta los movimientos sociales subjetivos sólo en términos de control neoliberista y que es incapaz de imaginar una revolución de los equilibrios geopolíticos e institucionales a la altura de la situación. Esto da como resultado un callejón sin salida catastrófico. La política exterior occidental en los últimos 25 años está ahí para demostrarlo: todos reconocen su fracaso, pero ningún líder europeo parece capaz de cuestionarla. Nos movemos por tanto sobre un plano absolutamente contradictorio, en el que actuan voluntades intervencionistas mezcladas con nostalgias por el declive de las soberanías estatales, pero mudas en cuanto al ámbito económico y social. El neoliberismo lo impregna todo como un alma negra e insondable que condena a repetir las recetas de los noventa: flexibilidad, pri- Un catastrófico callejón sin salida Sin embargo, quizá valdría la pena acostumbrarse a situar los discursos. La involución francesa se situa en el contexto del colapso político europeo. Ahora es preciso comprender no sólo en qué términos las medidas administrativas seguritarias y xenófobas que varios países están adoptando perfilan una transformación decisiva en la actitud de la gobernanza continental, sino también con qué consecuencias y aporías. Crisis, emergencia, seguridad, son hoy palabras tan redundantes como vacías y banalizadas. La incapacidad política de 19 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 vatización, precarización laboral, reducción de los presupuestos públicos, ataque a los derechos sociales. Sin embargo, ese final de siglo ya está lejano y las respuestas de entonces están agotadas. Entendámonos: nadie puede presentar tales políticas como progresistas, como hizo la Internacional Socialista en la época de la tercera vía de Blair o en Italia durante las dos décadas Prodi-Berlusconi, o como se hizo durante el primer gobierno de Sarkozy en Francia. El neoliberismo europeo ha perdido todo dinamismo y configura una inédita fenomenología de la violencia conservadora, coercitiva y continuada, sobre los cuerpos sociales y sobre las cenizas de las instituciones democráticas nacionales. Funciona poniendo barreras y límites, tiende a convertirse en una técnica de confinamiento de las potencialidades sociales o en exorcismo del impulso distributivo que pese a todo se incuba en ellas. El problema es que hoy la perspectiva de centro (en sus declinaciones de derecha o izquierda) no tiene nada en común con la que se difundió en los años noventa. La hipótesis reformista no se sostiene ya, el espacio para la competencia por la moderación es residual y todos los sistemas mecánicamente bipolares parecen romperse. La austeridad, en otras palabras, se redefine fuera o incluso contra el ejercicio de la democracia, en una especie de banalización de la crisis que no conduce nunca a decisiones soberanas, sino más bien a la práctica inagotable del compromiso burocrático e institucional. El weberismo está realmente dislocado y de nuevo la realpolitik tiende a caer en brazos de la reacción. Además, una buena parte de los países europeos se encuentra ya en esa situación. Basta mirar hacia el Este, a aquellos países que, como ha señalado Bascetta, "declaran abiertamente su divergencia con los modelos democráticos occidentales". Pero la lista es larga, si tomamos en cuenta la actitud ante quienes buscan refugio mantenida por el gobierno danés o en la Baviera de la civilizadísima Alemania, o en Suiza o en el Reino Unido de Cameron, o las deportaciones masivas anunciadas por Suecia y Holanda. El único derecho de los pobres (5) practicado activamente en el espacio europeo sufre una rastrera y violentísima represión interna. Por otro lado, la banalización de la crisis se traduce en el uso endémico de leyes de excepción contra los derechos de ciudadanía y contra los cuerpos productivos del cognitariado metropolitano: desde la italiana Jobs Act a los miniempleos alemanes y la ley Macron en Francia. ¿No es cierto que todas estas medidas se relacionan con las políticas de orden público? ¿No asistimos a la progresiva crisis del derecho laboral subsumido en la malla del derecho civil? Hasta aquí, todo esto parece bastante claro. Entonces, ¿funciona el razonamiento de Agamben? Creo que no, que, por el contrario, oculta el espacio de acción posible aquí y ahora. Que previene y compensa el desa- La implosión socialista Particularmente significativo, en este contexto, es el colapso de los partidos adheridos a la Internacional Socialista, sobre los que parecen descargarse todas las tensiones del momento. Su subordinación cultural les obliga a vivir en constante espera de las medidas expansivas prometidas por el gobernador Mario Draghi o a perseguir posiciones de privilegio -cuando están en el gobierno- entre los países más influyentes, intentado una enésima remodelación de centro para escapar de la catástrofe. El llamado Partido de la Nación en Italia, el pacto republicano en Francia, la paradójica timidez del PSOE de cara a las propuestas de Podemos, las convulsiones del laborismo respecto a las posiciones de su actual secretario Corbyn, marcan una geografía política que tiende a unir imperativos financieros y nuevas prácticas represivas, causando una inexorable erosión del consenso que se traduce en enfados y crisis de conciencia, cuya última muestra es la salida de Christiane Taubira del gobierno francés. 20 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 rrollo de una inteligencia subversiva dentro y contra del espacio europeo. Preguntémonos más bien: ¿cómo es posible que mientras todos, desde Bruselas o desde los gobiernos nacionales, recitan retóricamente que la UE necesita más política, sea golpeado precisamente el único derecho político adquirido desde la fundación de la unión, el derecho a la libre circulación de los ciudadanos en el espacio continental? El Estado seguritario del que habla Agamben se sostiene sobre una paradoja: acentúa el dominio sobre la población en proporción directa a la pérdida de soberanía de los Estados individuales. Esto parece más un relato para los gobernados que una estrategia consciente puesta en marcha por los gobernantes. Sus demostraciones de fuerza son el espejo de la impotencia de los estados individuales en el ámbito de una gobernanza transnacional europea nada reticente a alcanzar compromisos con las tendencias más reaccionarias presentes en la eurozona. Por otro lado, para nada valen las apelaciones a dar marcha atrás al reloj de la historia: cuanto más se insiste en la defensa de la soberanía económica y constitucional de cada país, más se termina en la autocompasión por los territorios perdidos de la República o en la humillación ante los dictados de la troika. En cualquier caso, ese tipo de hipótesis sólo pueden ser interpretadas si las situamos a la derecha y en el exterior del esquema democrático. Si la situación es así, en lugar de tratar de hacer arqueología política de la forma Estado, como hace Agamben renovando los fundamentos teológicos, se debe intentar una fenomenología del espacio político que decante sus fallos y debilidades. ca compleja, un conjunto de dispositivos destinados a vincular el miedo con "contenidos cómodos y, si es posible, lejanos, para escapar a los problemas que realmente plantea la vida social". Esta perspectiva muestra bien cómo la receta neoliberista, tras un largo periodo en el que buscó el consentimiento de los cuerpos productivos, presentándose así como una fuerza liberadora de los gravámenes burocráticos del Estado de Bienestar y del trabajo asalariado, ha pasado hoy a "hacer temer, en vez de hacer creer, sin hacer comprender nunca. Esa es la mejor manera de hacerse obedecer". Boucheron ha escrito: "En el campo de la economía política, por ejemplo, la gestión es el laboratorio de la política del miedo: el miedo que el desempleo inspira a los asalariados es el principal instrumento de dominación, mientras que los empleadores no tienen nada que temer. Esto podría explicar brevemente, pero con eficacia, la situación de desempleo masivo en la que han entrado las sociedades modernas". El mismo esquema de análisis -asustar, para que no se comprenda y para obtener obediencia- es válido para el espectáculo cotidiano ofrecido por los medios de comunicación. Véase, por ejemplo, las reacciones homofóbicas cada vez más generalizadas contra la simple puesta al día de leyes de uniones civiles, o la crónica de los hechos de Colonia, tras los cuales, como recuerda Bascetta, "miles de militantes de extrema derecha se dispondrán a emprender acciones violentas contra los refugiados". Además, la utilización política del miedo, como sostienen Boucheron y Corey, no sólo es interna, siempre tiene dos direcciones: una mira al interior, al cuerpo de la nación, y otra mira al enemigo lejano. En el ámbito analítico, es necesario conectar lo que parece dividido. En efecto, al obstinado repliegue tras las barreras nacionales, a la proliferación de controles y medidas represivas, a la exaltación de un hipotético y estático estilo de vida occidental, corresponden perfectamente las inter- El uso político del miedo Por ejemplo, después de los ataques de París, Patrick Boucheron y Corey Robin (6) investigaron el juego de espejos desarrollado entre las medidas administrativas aplicadas y el uso político del miedo. De hecho, el estado de emergencia permanente parece ocultar una infraestructura políti21 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 venciones militares impulsadas por líderes europeos, la alianza con la Turquía de Erdogan y la total subordinación a la OTAN, que ahora, más que paraguas, es el mando efectivo de las prácticas beligerantes que desde Oriente Medio a Siria o al África subsahariana reproducen punto por punto la hipótesis de una guerra entre civilizaciones propuesta por Daesh. No obstante, eso no es todo: podrían abrirse escenarios muy diferentes y contradicciones articuladas de otro modo, allá donde imponentes capacidades de conflicto social han encontrado el coraje necesario para una verticalización política, como en España y Grecia. Vista desde esa perspectiva, la crisis europea parece una ilustración perfecta de la estrecha relación que siempre une el uso político del miedo a la "lenta subversión de los principios republicanos". Miedo y democracia aparecen entonces como palabras enemigas entre sí. Los ataques al Tratado de Schengen y la práctica de compromisos a la baja que unen a la dirección burocrática y financiera, a los gobiernos nacionales y a las fuerzas de extrema derecha, en la actualidad sirven principalmente para evitar una salida constituyente de la crisis europea. Pero todo esto demuestra que hoy la afirmación de una Europa política es -en sí misma- un programa subversivo, el único posible. nificado político del célebre fresco de Lorenzetti sobre el Buen Gobierno, ha señalado, frente a la siniestra alegoría del Timor, la dulce figura de la Securitas (7). Toni Negri ha observado con frecuencia, en sus estudios sobre Spinoza, la necesidad de entrelazar la confianza con la búsqueda de la seguridad. Esto no implica ninguna autonomía de lo político: por el contrario, se trata de reconocer, en la crisis de soberanía que atravesamos, la posibilidad de organizar un desenlace constituyente que vaya más allá de la indignación y del miedo, que vaya al deseo, a la mesura, al ejercicio de la igualdad, de la pietas, de la fortitudo [firmeza y generosidad]. Entonces, la Securitas pierde la oscura connotación que encontramos en Agamben y se construye como práctica de una "confianza política que se perpetúa sobre la base de las instituciones democráticas, armadas de contrapoder" (8). En suma, se convierte en virtus imperii que potencia el cuerpo multitudinario en lugar de absorberlo en la representación. Por lo tanto, como escribe Boucheron, la seguridad puede hacerse tangible experimentanto formas de gobierno "que no atenten contra la vida de los cuerpos, que no pesen sobre los modos de la existencia, sino que dejen a las vidas y a los cuerpos afanarse de acuerdo con el movimiento propio de su deseo". En lugar de aferrase al Estado seguritario o ahogarse en prácticas destituyentes, se puede intentar conjurarse contra el miedo y transponer la crisis europea haciendo de ella una oportunidad radicalmente democrática. Al menos se debe sentir la necesidad de intentarlo. Timor y Securitas En realidad, es el momento de recuperar las palabras. O, si carecemos de ellas, de recurrir provisionalemte a las imágenes, para asimilar el ritmo incierto del momento. Hagamos una pequeña digresión. Miedo, seguridad, democracia: ¿a dónde nos lleva la arqueología de estos términos? ¿A la refundación teológica de la Forma-Estado, a subvertir por medio de su contracción en enclaves depurados del horrendo monstruo del poder secular, como querría Agamben? Creo que podemos devolver a su remitente esta narración para cándidos siervos y articular un nuevo vocabulario civil. Patrick Boucheron, reconstruyendo el sig- Tres espacios de iniciativa Ahora mismo hay al menos tres ámbitos de iniciativa imprescindibles y no absorbibles por el bloque centrista que gobierna el continente: la lucha por la paz y por la salida de la OTAN, como premisa para el desarrollo de una política exterior continental autónoma; la exigencia del derecho a la libre circulación, contra la suspensión del Tratado 22 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 puede ser puesta en práctica fuera de las luchas que tienen la inteligente capacidad de conectar lo laboral y social con los derechos civiles, por la libre circulación y por el acceso a los saberes y conocimientos, por un uso diferente de los territorios y de los espacios metropolitanos. Conjurarse contra el miedo no tiene nada que ver con la simple evocación de una nueva organización de la representación. Más bien, significa proyectar y experimentar contrapoderes efectivos y diseminados, coordinados a nivel continental: en este sentido, las luchas europeas pueden ganar espacio, pero sólo si se conecta la horizontalidad y la diversidad de los conflictos sociales con un salto vertical en el ejercicio del del poder. de Schengen; y la reivindicación de la naturaleza común y cooperativa de los sujetos productivos como dispositivo central de toda política monetaria, fiscal y laboral. En esos tres campos es imposible cualquier convergencia con la derecha xenófoba, siempre y cuando que se conjuguen con el objetivo explícito de construir instituciones democráticas de lo común, de modificar las relaciones de fuerza a escala continental y de golpear allá donde las autoridades económicas, financieras y tributarias llevan a cabo efectivamente sus alternativas: dejando descomponerse el corpachón muerto de los Estados-nación. El extremismo de centro y el neosoberanismo son nuestros enemigos. Frente a ellos hay que llevar adelante la iniciativa política. Pero ninguna invención institucional Notas 1. http://ilmanifesto.info/di-battista-non-piu-sudditi-ma-un-paese-sovrano 2. (NT) Este decreto, "vacía cárceles", declara en su presentación que se propone restituir a las personas detenida sus derechos fundamentales y hacer frente al hacinamiento carcelario. 3. http://ilmanifesto.info/suicidio-a-due-velocita 4. http://www.lemonde.fr/idees/article/2015/12/23/de-l-etat-de-droit-a-l-etat-de-securite_4836816_3232.html?xtmc=giorgio_agamben&xtcr=3 5. http://www.dinamopress.it/news/schengen-e-leuropa-dei-poveri 6. Robin C. P. Boucheron, L'exercice de la peur. Usages politiques d’ne émotion, PUL París, 2015 7. P. Boucheron, Conjurer la peur - Siena 1338. Essai sur la politique des forzar imágenes, París, Seuil, 2013. 8. T. Negri, Essai sur la force politique des images http://www.euronomade.info/?p=1522. 23 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Fotogalería de Paulete Matos. Originales en color: http://www.esquerda.net/sites/default/files/dsc_8675_0.jpg http://www.esquerda.net/sites/default/files/dsc_8282.jpg 24 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Isabel Pires www.esquerda.net/autor/isabel-pires Precariedad, ¿para qué? Isabel Pires es diputada portuguesa y dirigente del Bloco de Esquerda Original en portugués: www.esquerda.net/opiniao/precariedade-para-que-te-quero/40869 Los recientes proyectos presentados por el Bloco de Esquerda en la lucha contra la precariedad representan avances importantes y deben entenderse como un camino que, en realidad, sólo el Bloco se atrevió a recorrer con más firmeza en los últimos años. Los proyectos presentados por el Bloco son los siguientes: - Reforzamiento de los mecanismos de presunción de contrato de trabajo y combate efectivo contra la precariedad. - Propuesta de consagración de una nueva misión de la Autoridad para las Condiciones de Trabajo. - Combate contra la práctica de utilización de "falsos autónomos" y de trabajo sumergido, incluyendo los falsos empleos en prácticas y el falso voluntariado. De nada sirve crear mitos sobre la validez de las propuestas y sobre quién es más contrario a la precariedad. En este momento, se observa en el escenario político existente cierta cohesión en relación con la lucha contra la precariedad, a partir de un análisis bastante correcto: en el ámbito laboral nada se ha expandido con tanta rapidez e intensidad como el uso de mecanismos precarios de contratación de trabajadores y trabajadoras. Así que combatir todo esto es una prioridad. Los proyectos presentados no están aislados en el espacio y el tiempo, ni desconectados de la realidad; la realidad de las trabajadoras y trabajadores, la realidad narrada por varios sindicatos, la realidad de los números. Las aportaciones realizadas por estas realidades convergen en el resultado final. Nada nos debe contentar y tenemos que aspirar a más, siempre deseando más, pero es necesario destacar los avances que implicarían estas propuestas de ser aprobadas. Hay que recordar el programa electoral del Bloco de Esquerda, en el que se enmarcan. Nos 25 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 oponemos a las empresas de trabajo temporal (ETT) por la grave alteración que imprimen a las relaciones laborales, estableciendo una relación triangular, en la que el eslabón más débil es el trabajador, que pierde salario y derechos. A largo plazo, las ETT tienen que desaparecer y las empresas que recurren a ellas deberán contratar directamente a los trabajadores. Es innegable que el trabajo temporal es una realidad efectiva, y en algunos sectores específicos se utiliza de una manera muy concreta. El falso trabajo temporal es algo muy diferente. Por tanto, hay que combatir el uso de mecanismos de contratación temporal para cubrir necesidades permanentes, aún más si se hace a través de las ETT. La externalización de servicios utilizando las ETT de forma abusiva, tanto en el sector privado como en el público, también es algo muy diferente al verdadero trabajo temporal. Por tanto, es urgente terminar con ella. Esta práctica es incorrecta por tantas razones que se hace necesario acabar pronto con ella. Para eso necesitamos el apoyo de todos los sindicatos, de los comités de empresa y de todas y todos aquellos que no cuentan con la cobertura de sindicatos o comités. Algunas de las soluciones que se proponen ahora, y no serán las únicas, representarían avances importantes. Por ejemplo, la limitación del margen de arbitrariedad en la decisión del tribunal sobre la presunción de existencia de un contrato de trabajo. ¿Por qué? Porque se propone que si se cumplen al menos dos condiciones haya que presumir la existencia de un contrato de trabajo, lo que es importante porque la práctica actual da margen para mucha arbitrariedad en las decisiones del tribunal. La eliminación de la arbitrariedad aumentará la capacidad de defensa del trabajador. Otras medidas propuestas refuerzan prácticas ya existentes por parte de la Autoridad para las Condiciones de Trabajo y eliminan la posibilidad de presiones sobre los trabajadores durante los litigios. ¿Vamos a cambiar por completo el mundo del trabajo con estas propuestas? No, pero estamos construyendo un mundo más seguro para quienes trabajan, garantizando derechos que nos fueron robados. Son necesarias medidas más fuertes para hacer frente al problema generado por las ETT en el sector privado y en el sector público, pero el camino se hace al andar. No vamos a anticiparnos lanzando cohetes antes de la fiesta, pero estamos creando las condiciones para que pueda llegar a ser posible. La defensa de los trabajadores no es propiedad exclusiva de ningún partido o sindicato, pero es un deber de todas y todos, con toda la convicción, determinación y humildad de quien asume esa responsabilidad. 26 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Catarina Caldeira Martins www.esquerda.net/autor/catarina-caldeira-martins Marisa es la utopía que deseamos Versión original en portugués: www.esquerda.net/opiniao/marisa-e-utopia-que-desejamos/40350 Catarina Caldeira Martins es profesora universitaria, dirigente del Bloco de Esquerda en Coimbra, diputada municipal por la lista "Cidadãos por Coimbra". El artículo hace una semblanza de Marisa Matias, candidata en las elecciones presidenciales de Portugal de 2016, quedando en tercera posición con cerca de medio millón de votos, más de un 10%. Tengo la inmensa alegría de contar con la inigualable amistad de Marisa, con perdón de mis otras amigas y amigos. Contar con la amistad de Marisa es un privilegio especial, al que, por mucho esfuerzo que haga, no puedo corresponder equitativamente. Nadie consigue como Marisa albergar en su corazón ilimitado los afectos, la ternura, una dedicación insuperable, o los comprensibles dictámenes de una vida dedicada a luchar constantemente, sin descanso, sin concesiones, en favor de aquellas y aquellos que más lo necesitan. Siempre en el epicentro de las grandes causas, que es donde queremos que esté, porque sabemos que ella es esencial, que no olvida y que siempre encuentra el tiempo, la palabra de apoyo y el cariño, la inspiración que necesitamos. Por lo tanto, tengo la inmensa alegría de tener a Marisa como amiga y por eso, por el amor y la inmensa admiración que nos une, querría exponer en palabras lo que nunca conseguí darle en la misma medida en que ella da incondicionalmente. Nuestra amistad tiene ya algunos años y una trayectoria común en esta cosa que se llama política. Nos presentamos juntas, en 2001, a las elecciones locales en Coimbra, Marisa como candidata a la Cámara, yo a la Asamblea Municipal. Marisa tenía algunos recelos, pero las incertidumbres nunca fueron impedimento para los desafíos que enfrenta con la cabeza bien alta. Yo me sentía apoyada, porque sabía que Marisa sabría llevar la tarea a buen término y yo la seguiría y apoyaría lo mejor que pudiese y supiese. Fue muy difícil hacer la foto y el cartel de campaña, yo tan pequeña y ella tan alta, vertical y grande, tanto que tenía que agacharse para que entrásemos juntas en el marco de la cámara. Salí elegida. Ella no. Pero la victoria no era mía, era de Marisa, que hizo así su ensayo de cara a espacios más amplios que los de la política municipal, por mucho que también sea importante ésta. Yo me quedé. Marisa iría hacia espacios de mucha mayor altura, los que corresponden a su grandeza y a los que ella ha sabido elevar hasta donde nadie antes lo hizo. 27 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Algún tiempo después, como colegas que aún estábamos en el Centro de Estudos Sociais de la Universidad de Coimbra, Marisa me pidió consejo: ¿debía aceptar la propuesta de Miguel Portas para que fuese candidata al Parlamento Europeo? Ese desafío afectaba a muchas otras cosas, pero le dije que sí, que aceptase sin dudarlo, que era totalmente capaz de ejercer bien esas funciones y, sobre todo, predije lo obvio. Le dije que fuese, porque iba a crecer de tal manera que su vida nunca sería ya la misma. Tengo guardado en algún sitio el correo electrónico que le envié al final de esa tarde, reiterando lo que antes le había dicho pero quizá con poca vehemencia. Vete, porque vas a crecer, vas a sentir que las luchas valen la pena, que vas a cambiar el mundo, todo esto se te queda pequeño. Lo que estaba lejos de imaginar era que no sería la función de eurodiputada lo que haría crecer a Marisa, sino que Marisa haría crecer la política europea usando con enorme inteligencia todas las brechas inusitadas de una máquina hermética y kafkiana de destruir a la gente, en un sitio donde las personas y la ética de los derechos comenzaron a tener un lugar gracias a las preocupaciones humanas y la solidaridad sin igual de una sola diputada. Enfrentándose, aunque fuese con miedo, a los representantes de poderes a los que nos habíamos acostumbrado a ver como inevitables e inescrutables, desde los principales líderes europeos a los poderes económicos y a los sombríos dictadores de Oriente Medio. Una mujer portuguesa, de Alcouce, que aún no había cumplido los 40 años, exigió a la máquina europea lo imposible, con sabiduría y estrategias sorprendentes, yendo de frente y con un coraje inquebrantable. Su fuerza, su competencia, su inteligencia, su ética y, sobre todo, su verticalidad, su compromiso emocional con la justicia y la ética, poniendo todo su cuerpo y alma en sus intervenciones y en las causas que asumía, tendría que ser reconocida, como lo es y lo fue, por todos los sectores, incluso por sus oponentes. En todas las situaciones Marisa ha hecho posible lo imposible. La política europea ha crecido con ella. Quienes hemos seguido su trayectoria sabemos que el proyecto europeo, tan quebrantado, podría ser radicalmente diferente si hubiese más Marisas. Es una pena que en Portugal se sepa tan poco de lo que esta mujer excepcional hizo y hace. Marisa crecería, dije aquella tarde, pero no me imaginaba cuánto. Yo no fui capaz de discernir el potencial de gran humanismo que llevaba en sí misma, aunque ya supiese que era enorme, tan grande como su capacidad de sacrificio y su profunda implicación ante las injusticias. Así, Marisa está siempre donde no hay nadie más, está siempre allá donde sepa que hay alguien que lo necesita, que sufre, alguien que, para la máquina europea y el aparato burocrático de los estados, ni siquiera existe como ciudadano o en el recuento de votos. Para otros, estas personas no importan, para Marisa sí. Y desde Gaza a Calais, los refugiados, las víctimas de la guerra, las víctimas de ataques ambientales, los masacrados por los poderes que reinan en esta máquina europea, se vieron acogidos por ella, reconocidos, con voz. Marisa cruzó el barro en el que los principales líderes europeos no quieren ensuciarse los zapatos, pero en el que dejan que esas personas vivan. Lo hizo para extender sus corazones en un abrazo, con una caricia de sus manos. Marisa es capaz de establecer diálogos, poner puentes, construir la reconciliación sobre la base del concepto irrefutable de justicia. Marisa sabe ser inflexible cuando eso es lo que está en juego. Marisa crece de una manera diferente, está a añoz-luz de la dimensión humana de quienes hablan ex cátedra en cualquier programa televisivo semanal, sin abandonar el sofá en que se apilan libros descritos a partir de los resúmenes de las solapas. No sabe ser política cuando no interviene en las causas determinantes del país, desde los asuntos económicos a la defensa del Estado de bienestar, tomando posiciones claras 28 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 con una indispensable definición ideológica: como mujer de izquierda, como feminista, explicitando, sin duda, que está del lado de quien tiene necesidad. Marisa reescribió la noción de poder político en torno a lo que importa y a lo que debería ser, la participación humana, la justicia social sin excepciones, la primacía absoluta de los derechos, una implicación total y sin vacilaciones, un compromiso completo de la inteligencia y el corazón, hasta el agotamiento del cuerpo y la mente, el sacrificio por los demás. Si ustedes quieren llámenlo ética cristiana. Llámenlo simplemente ética o política de verdad. Llámenlo política, porque la otra política es en realidad su negación. Marisa, mujer de 40 años, convirtió estas semillas en logros que ningún otro candidato a la presidencia de la República y muy pocas personas igualan. También tiene títulos académicos, como si sirviesen para algo, pero lo que más cuenta es la esperanza que nos trae. La esperanza que conquistó como nadie lo ha hecho y que ha llevado luego a la gente. La esperanza, como he dicho anteriormente, en la reescritura de lo político y del poder. Lo que Marisa nos dice, en todo lo que es y en todo lo que hace, por ejemplo en Gaza cuando juega con los niños, con el corazón en la mano, la belleza de su sonrisa embelesada, el calor que transmite conteniendo las lágrimas, lo que Marisa nos dice, en todo lo que es y en todo lo que hace, haya o no una cámara de televisión delante pretendiendo reducirla a banalidad y mediocridad, sin saber qué hacer con una verdadera y gran mujer, lo que Marisa nos dice, en todo lo que es y en todo lo que hace, es que todas y todos contamos, cada una y cada uno, que tenemos un lugar, que ¡podemos! Lo que Marisa nos muestra es que podemos, con esperanza, recuperar la democracia, que el voto puede cambiar el mundo, que la política no es algo sucio sino que ha sido envilecida por sus protagonistas. Marisa nos muestra que la política puede ser la tarea más noble que existe y que el poder, combinado con un profundo humanismo, puede ser ejercido para un mundo justo, libre e igualitario en el que todas y todos podamos ser felices. Marisa es la prueba viviente. Marisa es la utopía que queremos. Imaginemos la política llena de Marisas. Imaginemos que todas y todos vivimos según el ejemplo de Marisa. Imaginemos nuestras pequeñas vidas, convertidas en grandes, transformando el mundo, como Marisa. Sería un mundo pleno, justo, feliz. Votemos por Marisa por la inspiración que siempre supo ser, por su ejemplo, por la belleza humana que emana, por la grandeza de su espíritu, por su dedicación sin igual, por su sacrificio para causas mayores. ¡Qué bello país tendríamos con Marisa de presidenta! 29 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 30 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Juan Domingo Sánchez Estop Un Plan B para Europa: reflexiones La expresión "Plan B" se utiliza cuando un primer proyecto, el Plan A, ha salido mal. En el caso europeo, lo que ha fracasado, el Plan A, es claramente el intento de resolver a nivel nacional toda una serie de problemas que tenían y tienen que ver con el nivel específicamente europeo como la imposición de las políticas neoliberales. El fracaso, en concreto, de los intentos de modificar de manera significativa la política económica neoliberal desde un solo país quedó ilustrado este verano por el fracaso del gobierno griego de Syriza a la hora de negociar con el Eurogrupo un acuerdo que le permitiese realizar elementos esenciales de su programa. Ese fracaso es interpretado desde una perspectiva soberanista -muy presente en una izquierda aún presa de las tradiciones estatalistas y soberanistas del socialismo- como una rendición o una claudicación. Puede verse simplemente como un fracaso, tras el cual el gobierno griego, reelegido por una mayoría amplia, ha intentado realizar políticas que paliasen los efectos de las medidas de austeridad impuestas y nunca aceptadas. Así, mientras denuncia la irracionalidad del marco económico impuesto por el Eurogrupo, el gobierno de Syriza ha tomado medidas como la ley de protección de la primera residencia contra los desahucios o la extensión universal de la cobertura sanitaria, junto a otras muchas. Ciertamente, también ha recortado las pensiones más altas y se ha visto obligado a tomar toda una serie de medidas impopulares impuestas por los acreedores de una deuda ilegítima. Obviamente, mientras no se logre alterar la correlación de fuerzas a nivel europeo y modificar en elementos decisivos el funcionamiento del actual sistema institucional, todo gobierno europeo se verá encerrado en la misma jaula que el gobierno de Syriza. Lo que hace el gobierno socialista portugués apoyado por el Bloco de Esquerda y el PCP no deja de ser esencialmente lo mismo que hoy está haciéndose en Grecia. Lo mismo puede decirse que se vería obligado a hacer un gobierno español de izquierdas con participación de Podemos. Lo mismo también puede decirse de los ayuntamientos españoles dirigidos por coaliciones municipalistas. Estos deben hacer frente a feroces ataques políticos de las derechas, pero también a cierta asfixia presupuestaria como la que se ha puesto de relieve en Barcelona con la huelga del metro en la que el gobierno municipal debe optar entre conceder un aumento salarial a los trabajadores o mantener las tarifas que pagan los usuarios. Solo será posible ir más allá de unas simples medidas defensivas y paliativas si se abre a la política la Unión Europea. El problema de la UE no es la temible "burocracia de Bruselas", sino la ausencia de un sujeto político europeo con el que los movimientos sociales y los gobiernos que les son favorables puedan negociar. Es algo que pudo comprobar Yanis Varoufakis a lo largo del año pasado cuando las propuestas que realizaba a las distintas instituciones europeas y, en particular, al Eurogrupo, recibían la callada por respuesta. No había en Bruselas, en el marco del Eurogrupo, ni siquiera en la Comisión Europea nadie capaz de responder a las propuestas con contrapropuestas: la única posibilidad era mantener la fórmula absurda que estos últimos años ya sirviera para hundir la economía griega. Y es que ningún sujeto político europeo se está jugando su legitimidad ante la población. La UE como tal es, según el Tribunal de Justicia de la UE: "una comunidad de derecho", por lo tanto no un Estado ni ningún tipo de sujeto político, sino la mera custodia meramente administrativa y jurídica de un orden de derecho que garantiza el funcionamiento del mercado único. Sujeto político es el que tiene que obtener y negociar su legitimidad (o lo que es lo mismo, la obediencia de la población) en un pulso con la multitud. Muy lejos de cualquier espacio democrático, el propio Partido 31 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Comunista Chino lo tiene que hacer, lo que tiene como resultado el éxito de gran número de huelgas y movilizaciones populares. El propio generalísimo Franco lo tuvo que hacer e implantó un birrioso pero existente Estado del bienestar. Las instituciones europeas no tienen que negociar con nadie porque no son portadoras de una racionalidad política directa, sino agentes de una potestad indirecta. Si en el mundo premoderno, la potestad indirecta que determinaba a la potestad directa de los gobenantes era la Iglesia, hoy, esa potestad indirecta corresponde a la economía. En lo cual existe una sutil continuidad, pues economía es, como ha mostrado Giorgio Agamben, término de Iglesia. La economía se presenta como una evidencia, algo que se revela a una casta técnica de economistas y administradores portadores de una racionalidad económica en cuyo nombre "se gobierna sin gobernar" el ámbito de la producción material así como del reparto y circulación de la riqueza. La lógica de la economía no es la de la representación, que admite cierto margen de resistencia al no coincidir nunca -fuera de la imaginación totalitaria- los representantes con los representados, sino la de la evidencia indiscutible de algo casi "natural". La UE es el resultado de la extensión a escala de casi todo el continente de la lógica liberal ya operante en los distintos Estados. En cada uno de ellos, la economía se constituyó como espacio autónomo al retirarse el poder soberano de la administración de una serie de cuestiones relacionadas con la riqueza, su producción y su reparto, por considerarse estas cuestiones, por un lado, demasiado complejas para gestionarlas por decreto del soberano, y, por otro lado, por resultar, según el dictamen de la economía política, capaces de autorregulación. La autolimitación soberana en la UE ha terminado coordinándose entre diversos Estados soberanos para configurar un mercado y un espacio económico común. Esto, sin embargo, y contrariamente a la opinión comúnmente admitida, no entraña ninguna auténtica transferencia de soberanía a ningún órgano político común, sino un mero acuerdo de coordinación de la autolimitación del poder soberano. Son cosas muy distintas: una "transferencia de soberanía" o, en realidad, una transferencia de competencias, pues la soberanía como tal es intransferible, tiene como condición y como resultado la creación de una soberanía común, pues solo pueden transferirse competencias de un poder soberano a otro de nivel superior. Sí se puede, sin embargo, establecer un determinado marco administrativo y jurídico, no soberano y no político que gestione la cosa económica sin tocar por ello la soberanía de cada Estado. Para que la UE fuese una entidad política federal, tendría que haberse producido un proceso constituyente, pero este proceso nunca ha tenido lugar ni probablemente lo pueda tener nunca en las condiciones del neoliberalismo. De ahí el fracaso de propuestas constitucionales como la de Giscard d'Estaing que terminaron convirtiéndose en mero marco formal de acomodo de un régimen liberal común sin sujeto político alguno. Una Europa política, una Europa constituida como sujeto político sería una Europa a la que sería posible oponerse, en la que la oposición y la resistencia de la multitud podría transformarse en contrapoder y elemento potente de democratización. Todo eso es imposible frente a una Europa políticamente inexistente. De ahí que sea indispensable, antes de que termine de hundirse la actual construcción europea bajo los embates del nacionalismo y de una gestión asimétrica y antisocial de la crisis, lanzar un proceso de construcción europea, un auténtico proceso constituyente desde abajo que tenga la forma y los efectos de una auténtica rebelión democrática. Iniciativas como Diem 25 o Plan B para Europa apuntan en ese sentido. No podemos permitirnos una Europa sin democracia y, sobre todo, una Europa sin política: aunque parezca paradójico, los europeos tendremos que dotarnos de nuestras propias instituciones políticas para poder oponernos a ellas. 32 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 Claude Alphandery, Martine Aubry Daniel Cohn-Bendit, Daniel Cohen Laurence Dumont, Yann Galut Jean Marc Germain, Annie Guillemot Benoit Hamon, Yannick Jadot Bruno Julliard, Axel Kahn Chaynesse Khirouni, François Lamy Gilles Pargneaux, Christian Paul Laura Slimani, Michel Wieworka http://sortirdelimpasse.fr Salir del impasse Hay verdades desagradables, pero hay momentos en que es necesario sacarlas a relucir. ¡Basta, ya basta! No han faltado motivos de insatisfacción con las políticas llevadas a cabo desde 2012. Junto a otras personas hemos venido alertando de ello. En los últimos meses estos desacuerdos se han convertido en una gran preocupación. La ira popular se ha confirmado indiscutiblemente con cuatro derrotas electorales sucesivas. Lo que se está preparando no es sólo el fracaso del quinquenio presidencial sino también un debilitamiento duradero de Francia, y, obviamente, de la izquierda, si no paramos a tiempo la actual caída en picado. Por supuesto no olvidamos el éxito de la Conferencia sobre el cambio climático, la prioridad dada a la lucha contra las desigualdades en la escuela, los avances de la ley de modernización del sistema sanitario. Pero junto a eso, ¡cuántos retrocesos! 33 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 La izquierda ya había asistido incrédula, en enero de 2014, al pacto con el Mouvement des entreprises de France (MEDEF), que resultó ser un timo. Nuestras advertencias fueron ignoradas. Nos hubiera gustado equivocarnos. Por desgracia, tal y como ha confesado el Primer ministro, la realidad, tan predecible, es la siguiente: se prometió la creación de un millón de puestos de trabajo, pero, como mucho, no han pasado de algunas decenas de miles. Por supuesto, hacía falta ayudar a la recuperación de la competitividad de nuestras empresas, pero para eso era necesario dirigir las ayudas a las que están expuestas a la competencia internacional y vincularlas a contrapartidas precisas. Los 41 mil millones movilizados para nada o para tan poco habrían sido muy útiles para la nueva economía, la ecología, la educación y la formación, en los territorios, para el acceso al empleo de aquellos que más difícil tienen conseguirlo, para elevar el poder adquisitivo, para las inversiones públicas y privadas y, por tanto, para la cartera de pedidos de las empresas. En cada etapa y a través de múltiples canales, hemos hecho propuestas concretas para impulsar el crecimiento y el empleo en el marco de un nuevo modelo de desarrollo social y ecológico, y para una reorientación de Europa, ¡pongámonos a ello! Después llegó, en invierno de 2015, este desolador debate sobre la privación de nacionalidad. Sin embargo, Francia, en torno al Presidente de la República, se había mostrado digna y fuerte tras los ataques de enero y de noviembre. Habíamos aprobado el estado de emergencia y el fortalecimiento de los medios de acción de los cuerpos de seguridad y de los servicios de inteligencia para hacer frente a una amenaza terrorista de una gravedad sin precedentes. En Versalles, el Presidente de la República emitió la idea de establecer la pena de privación de la nacionalidad para los terroristas. Pronto, entendimos el callejón sin salida en el que entrábamos: reservada a las personas con doble nacionalidad, es contra- ria al principio de igualdad; aplicada a las personas que sólo tienen nacionalidad francesa, fabricaría apátridas. Y si este debate nos afecta tanto es porque atañe al fondo de nuestra concepción de la identidad de Francia. Para la izquierda, la identidad francesa debe ser republicana, definida como una comunidad que no es de origen, sino de destino, basada en los valores de libertad, igualdad, fraternidad y laicismo. El texto aprobado por la Asamblea Nacional ha suavizado las asperezas sin suprimir sus efectos y de hecho agravándolos al extender la privación de nacionalidad a los delitos menos graves [délits], y no sólo a los graves [crimes]. Esa ley abre la puerta a todo tipo de desviaciones en manos de futuros gobiernos con malas intenciones. Ir en estas condiciones al Congreso de Versalles [en el que se reunen conjuntamente la Asamblea Nacional y el Senado] abriría una fisura profunda para la izquierda y también para algunos demócratas. Evitémoslo. Sustituyamos esta privación de nacionalidad con una pena de privación de ciudadanía o de indignidad nacional inscrita en la ley, castigando a todos los terroristas sea cual sea su origen. La semana pasada, durante la Conferencia de Seguridad de Munich, se produjo una lamentable aceleración del tiempo, con el indecente discurso [de Manuel Valls] sobre los refugiados. No, reivindicar la libertad en la manera de hablar no autoriza a decir cualquier cosa. No, Angela Merkel no es ingenua, señor Primer Ministro. No, ella no ha cometido un error histórico. No, no ha puesto en peligro a Europa, la ha salvado, la ha salvado de la deshonra en que habríamos incurrido de cerrar completamente las puertas a estos hombres, mujeres y niños que huyen de las persecuciones y de la muerte, olvidando a quienes mueren cada día en el Mediterráneo. La firmeza es el lenguaje que hay que mantener ante los estados europeos que se exoneran de cualquier solidaridad y responsabilidad hacia los refugiados. Francia es un 34 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 país respetado, admirado y querido cuando se apoya en esos valores, como ha hecho a lo largo de su historia acogiendo a quienes se oponen a las dictaduras, por ejemplo. Esto obliga a las mujeres y los hombres que dirigen Francia. La misión de Francia no es alzar muros sino construir puentes. Sin negar ni un momento la magnitud del problema, esperamos que Francia esté del lado de quienes actuan. ¡Y ahora atacan el código laboral! Los movimientos obreros han enseñado a la izquierda que no hay libertad sin igualdad. No es cosa de tabús. La ley no bloquea, libera. Libera al poner límites a la libertad de unos allá donde comienza la de otros. Libera aportando a los más débiles derechos que tienen como objetivo reequilibrar las relaciones en la empresa. Lo que dondequiera ha provocado entre la izquierda no ya decepción, sino cólera, es que el anteproyecto de ley conocido como "ley El Khomri" [en referencia a la ministra de Trabajo Myriam El Khomri] es que lo haya ignorado. Ha echado abajo toda la construcción de las relaciones sociales en nuestro país al invertir la jerarquía de las normas y favorecer la prevalencia de los acuerdos de empresa en un país con baja tasa de sindicalización y cuya patronal nunca ha sido propensa a la negociación. Los asalariados van a sufrir un chantaje permanente y las empresas estarán sometidas a las distorsiones de la competencia, mientras que los acuerdos por ramas unifican las condiciones generales de trabajo dentro de un mismo sector. El proyecto de ley prevé multiplicar la facilidad para el despido, a través de la limitación de la capacidad de decisión del juez respecto a las causas económicas, evaluando las dificultades económicas de las multinacionales sólo por la situación de sus filiales francesas, limitando mucho las indemnizaciones que los tribunales de conciliación y arbitraje pueden establecer por despido improcedente... ¿Pero quién se va a creer que eso favorecerá la creación de empleo? Es mucho más probable que la reducción de la protección de los trabajadores frente al despido provoque más despidos. ¿Quién puede creerse que mejorará la situación del empleo en Francia con la generalización de la posibilidad de no pagar las horas extras como tales horas extras: computo trianual de la jornada de trabajo, remuneración forfait de las horas extras en las PYME, posibilidad de no aplicar los convenios de rama en lo que se refiere a los coeficientes multiplicadores de la remuneración...? ¿Quién puede creer que el aumento del tiempo de trabajo reducirá el desempleo? Menor poder adquisitivo para los asalariados, menos contratación de parados en caso de aumento de la actividad, ¿es esto lo que queremos en un país con más de 3,5 millones de parados y cuya empresas tienen pocos pedidos? Que las entidades patronales tengan estas reinvindicacione, ¿por qué no?, incluso si nos parecen poco acordes con lo que nos dicen las propias empresas. Pero que se conviertan en leyes de la República, ¡de ninguna manera! Eso no, no nosotros, no la izquierda. Por supuesto, como cualquier texto normativo, el Código laboral debe evolucionar a la luz de los cambios en el mundo, pero sin debilitar su fuerza protectora. En este tema la izquierda debe llevar adelante grandes reformas que sean fuente de competitividad para las empresas y de progreso social para los trabajadores, como la seguridad social profesional, que en el siglo XXI permitan a cada persona recuperarse ante las dificultades sin pasar por el desempleo, progresando a lo largo de toda su vida profesional. Además, el método utilizado es inaceptable. Se ha agitado de nuevo la amenaza del artículo 49-3 [que permite al gobierno imponer sin voto un texto a la Asamblea Nacional, sin más recurso en contra que la presentación de una moción de censura]. Entonces, ¿nuestros diputados que están en desacuerdo con la ley deben votar una moción de censura? Todo esto no es razonable. Una Francia gobernada sin su Parlamento está mal gobernada. Se daña a 35 Travesía: ¿un plan B para la UE? Trasversales 37 / febrero 2016 la democracia. Devolviendo todo su poder al Parlamento, respetando la Constitución, los textos que saldrán de él serán mejores y tendrán más legitimidad. Los valores, la ambición social, los derechos humanos universales, el equilibrio de poderes, ¿quedará algo de los ideales del socialismo cuando día tras día se minan sus principios y sus fundamentos? Conocemos las dificultades del momento, la crisis económica, el ascenso del terrorismo, el cambio climático, las migraciones, la crisis agrícola... No ignoramos ninguna de las dificultades para el ejercicio del poder, lo hemos demostrado. Entre lo ideal y lo real siempre hay una distancia que, desde Jaurès, sabemos aceptar. Pero tomar el mundo tal como es no equivale a renunciar a transformarle para acercarle constantemente a lo que debería ser. Tampoco equivale a renunciar a cualquier noción de justicia. Y, sin embargo, esto es lo que está sucediendo.No basta con reinvindicar el reformismo social para merecer ese título. En muchas de las políticas aplicadas en los dos últimos años no hay nada de reforma ni nada de social. Contienen propuestas elaboradas desde el campo opuesto, que nada tienen de modernas y que no son eficaces. Y cuando se nos habla de nuestro juramento de Versalles, recordemos el hecho por Hollande el 22 de enero de 2012 en Bourget, una vez más maltratado y que sin embargo es aquel sobre el que se funda la legitimidad en cuyo nombre se ejerce el poder desde 2012. Para salir de este punto muerto, necesitamos verdaderas reformas, sinónimos de progreso económico, social, ecológico y democrático. Reformas portadoras de emancipación para cada persona y de convivencia para todos. Ese es el camino al que tenemos que volver. Sencillamente, el camino de la izquierda. 36 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 José M. Roca Lecturas del 20-D-2015 En el dinámico proceso político en que estamos inmersos, cada cual extrae de los acontecimientos las consecuencias que le parecen más significativas o, quizá, las que sin serlo más le preocupan. En mi caso, y admitiendo que puedo estar mal informado, percibo que hasta ahora los partidos de la izquierda, enredados en declaraciones, ofertas, rechazos y tanteos para configurar las Cortes y formar el nuevo gobierno, parecen, lógicamente, muy preocupados por el corto, cortísimo plazo, sin descartar unas nuevas elecciones, y han dedicado menos atención a examinar los efectos a largo plazo, derivados también del resultado electoral del 20 de diciembre. Para mí, por lo abultado y evidente, el signo más preocupante de los recientes comicios es la lealtad de los votantes de la derecha, porque conservando esa base electoral el Partido Popular puede impedir durante bastante tiempo que las reformas en profundidad anunciadas por la izquierda y deseadas por gran parte de la ciudadanía se puedan llevar a cabo. Estoy hablando de hegemonía. Y eso atendiendo únicamente a la situación interna; es decir, sin aludir a los efectos que hubiera tenido en la Unión Europea un resultado electoral catastrófico de la derecha española. El Partido Popular obtuvo, en número redondos, 7.200.000 votos (el 29%), 123 escaños en el Congreso y 124 en el Senado (mayoría absoluta), y Ciudadanos 3.500.000 votos (el 14%) y 40 escaños. En total, la derecha alcanzó el 43% de los votos válidos, sin sumar los votos de los partidos nacionalistas y regionalistas. En el caso de Ciudadanos, sus votos se pueden explicar por la novedad, por su apariencia (centro-derecha, técnica, moderna y honrada) y porque su discurso no ha sido bien conocido por parte de electores no catalanes, pero en el caso del Partido Popular, cuya trayectoria es ampliamente conocida y ha gobernado con mayoría absoluta, no hay paliativos: ha perdido 3.650.000 votos y 63 diputados, pero ha ganado; a pesar de lo hecho, de la austeridad, de la opacidad, del autoritarismo, de las privatizaciones y de la corrupción, es el partido más votado. Ya he tratado este asunto en otros artículos de Trasversales y en Perdidos. España sin pulso y sin rumbo, Madrid, La linterna sorda, 2015. En una legislatura en que la orientación principal del Gobierno de Rajoy ha estado dirigida, de forma brutal y permanente, a erosionar las condiciones de vida y trabajo de la clase media, de los asalariados y las clases populares, la reacción defensiva de los colectivos más perjudicados por esta ofensiva habría sido esperar que menguase más el voto a la derecha y creciera el voto a los partidos de la izquierda, que representan, aun con diferencias, un proyecto alternativo. Pero no ha sido así. El moderado triunfo del PP señala las carencias de esos adversarios, que la emergencia de Podemos no ha podido compensar, pero no es el objeto de este artículo detenerse en ellas, sino sólo situarlas como reverso de la parcial pero significativa victoria de la derecha. El PP es un partido orientado por y para el poder del Estado, porque sus dirigentes son conscientes de que su ejercicio es necesario para configurar el modelo de sociedad que tienen en mente y, además, para tener la llave que permite hacer buenos negocios a la parte más selecta de sus electores, así que saben muy bien lo que quieren y también lo que temen; saben dónde situarse y con quién en Europa y en España, sociedades moldeadas por treinta años de prédica de valores y objetivos conservadores y neoliberales y descon37 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 certadas por una crisis que los ha desmentido -la doctrina del shock (Naomi Klein)-; saben cuáles son los grupos principales de su clientela y quiénes son sus aliados más estables (la banca, la Iglesia, los oligopolios, los gerifaltes del mundo de los negocios, los grandes y pequeños gremios patronales, la parte alta de la casta burocrática que coloniza las instituciones, los beneficiarios de privatizaciones y externalizaciones de servicios públicos, los emprendedores aprovechados y corruptos y la legión de estómagos agradecidos por el clientelismo) y saben también quiénes son sus adversarios y cuál es su base social, sobre la que no han escatimado propaganda con el propósito de arrebatarles votantes (somos el partido de los trabajadores, ha llegado a afirmar Cospedal, sin ningún tipo de rubor). Y tener eso claro es esencial en política, porque ayuda a no perder de vista el objetivo principal. En las presentes circunstancias, el moderado triunfo del Partido Popular se debe a esas certezas y a la combinación de su estrategia de clase con la artera utilización de las instituciones públicas y a la eficacia de la propaganda. Sobre este asunto, remito a los interesados al Capítulo 2, "El control de la sociedad mediática. Estrategias de comunicación, desinformación y propaganda, La antitransición. La derecha neofranquista y el saqueo de España, en Cotarelo, R. y Roca, J. M., Valencia, Tirant, 2015. contradicción, ya señalada por Marx, de la burguesía moderna, que aspira a ser defensora del orden político y moral y provocadora a la vez del desorden económico generado por la evolución del capital buscando maximizar el beneficio de sus propietarios. Asunto sobre el que volveremos más adelante, pero, ahora hay que preguntar qué es lo que asegura la fidelidad de votantes ideológicamente tan diversos, después de lo que ha sucedido en la pasada legislatura. Inicialmente, parecen votantes favorecidos por el Gobierno de Rajoy o personas insensibles al aumento de la desigualdad, el desequilibrio entre rentas, el paro, las medidas de austeridad, las privatizaciones, el aumento de la pobreza, la restricción de libertades, la pérdida de derechos, la gobernación por decreto, la opacidad y la corrupción. Entre esos votantes hay que empezar por contar a los afiliados del PP, 800.000 según Rajoy, más sus familias, hijos, parejas, parientes, amigos y círculos de influencia, más los beneficiados por las redes clientelares tejidas a escala local, provincial, autonómica o nacional y los muchos depredadores de fondos públicos que les han acompañado; gentes bien informadas por el tráfico de influencias y conocedoras de los engrasados vericuetos de la corrupción, que les han permitido medrar captando subvenciones, ayudas y contratos del Estado. En no pocas ocasiones ha parecido que las medidas contra la gran recesión aplicadas por el Gobierno estaban dictadas directamente por los grupos de presión económicos, por los lobbies políticos, los laboratorios ideológicos y las reservas confesionales del país. El Partido Popular es el partido de los poderes fácticos, por lo que se puede pensar que le han votado los muy ricos, los dueños de grandes, medianas y pequeñas fortunas, los banqueros, el IBEX 35, los grandes empresarios, los directivos, consejeros y accionistas de monopolios, oligopolios y compañías transnacionales, las patronales, asociaciones, círculos y fundaciones empresariales. En suma, lo más Los votantes del Partido Popular ¿Quiénes son las personas que en diciembre entregaron su confianza al Partido Popular? En número redondos, 7.200.000 votos son muchos votos, y de poco sirve decir que ese es el techo del PP. Mal consuelo. ¿De dónde proceden esos votos? Desde el punto de vista ideológico, han votado las listas "populares" tanto personas del ámbito urbano seducidas por los valores individualistas del credo neoliberal, como personas del ámbito rural adeptas a los valores comunitarios del credo católico, porque el Partido Popular expresa la gran 38 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 granado del capitalismo español, porque el capital huele a los suyos a pesar del desodorante propagandístico, y los grandes propietarios no se equivocan a la hora de votar. Dada la colonización de las instituciones que ha practicado el Partido Popular y la noción instrumental que tiene de los organismos públicos en cualquiera de sus niveles, es de suponer que le hayan entregado su voto los altos cargos de la administración del Estado, de la judicatura y de los colegios profesionales, de las fuerzas armadas y policiales, de las academias y universidades públicas y privadas (confesionales en su mayoría), de los consorcios, empresas públicas y semipúblicas; los obispados, parroquias, congregaciones religiosas y seglares, y, tal como están la cultura y el periodismo, los consejeros y directivos de los mayores conglomerados de la producción cultural, la edición y la comunicación, y no sólo de los medios de información ostentosamente afines. Otra parte del voto procede de propietarios, ejecutivos, directivos y mandos intermedios de empresas medianas y pequeñas, de microempresas y negocios familiares y de autónomos ganados por el discurso sobre los emprendedores, que se creen hombres de negocios y piensan como propietarios. A pesar del pésimo trato dispensado a los trabajadores autónomos y a las pequeñas empresas, sobre las que el Ministerio de Hacienda ha puesto la lupa en vez de colocarla sobre las grandes, el Partido Popular no ha escatimado elogios y promesas a la clase empresarial, que ha unificado en sus mensajes con el epíteto de emprendedores, sean grandes o pequeños. Teniendo a la empresa privada como el mejor modelo de gestión existente, el emprendedor es el genérico modelo del empresario, que con audacia, innovación y riesgo, genera la riqueza, quedando los trabajadores como un elemento accesorio de la producción o de la distribución. Así mismo, el Partido Popular habrá encontrado votantes en el extenso colectivo de empleados del sector servicios, comer- cio, banca, distribución y comunicación, de los trabajadores con corbata y de mucha gente engañada por el espejismo de pertenecer a la clase media, aunque sea a su estrato inferior, mantenido a costa de créditos y privaciones en la economía doméstica. También han votado al PP quienes creen que la crisis ha sido provocada por la mediocridad de Zapatero y confían en la infundada fama de los "peperos" como buenos gestores, creyendo el interesado bulo que dice que como siempre han tenido dinero saben cómo administrarlo, aunque el bulo no indica en favor de quiénes efectúan esa benemérita administración. Parte del voto procede de los nuevos individualistas competitivos, de la gente joven seducida por el prestigio del nuevo conservadurismo neoliberal, de los presentes y futuros triunfadores con prisa por alcanzar riqueza, fama y poder como pruebas exclusivas de su valía, entre los que se cuentan muchos de los cachorros de la derecha gobernante, que aspiran a seguir el predatorio camino de sus mayores. Y no cabe descartar que la derecha haya recibido el voto de una parte del nivel medio o incluso bajo del cuerpo de funcionarios y contratados laborales de los distintos niveles de la administración pública, de los sindicatos profesionales y de empresa, de los trabajadores cualificados y de asalariados desencantados con la evolución de los partidos y sindicatos de izquierda; gente desatendida por los que han sido "sus partidos" y "sus sindicatos", que ha dejado de creer en las salidas colectivas y sólo confía en el esfuerzo individual como única vía de su promoción o de su simple supervivencia. El miedo ha actuado sobre la colectividad de los asalariados, en particular sobre el sector menos cualificado, acentuando las tendencias más conservadoras. El miedo a perder el empleo, aunque sea malo, y si es fijo con más razón, a perder el salario aunque sea bajo, a perder la vivienda, el consumo, el nivel de vida, la estima personal y 39 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 familiar; el miedo a nuevos recortes, a los efectos de nuevas privatizaciones, el miedo a los inmigrantes, que compiten en salarios y en el uso de los servicios públicos, el miedo a ir a peor, a definitiva, ha sido fomentado por el Partido Popular al predecir un futuro catastrófico si ganaban las izquierdas y ponían en peligro, con la mediocridad de los socialistas y experimentos del colectivismo bolivariano, lo conseguido con tanto esfuerzo, ocultando, claro está, que, a costa del sacrificio de la mayoría de la población, lo conseguido se ha repartido de modo muy desigual. En un país que envejece (en 2015, el número de defunciones superó al de natalicios), el voto del PP también procede del grupo de los jubilados, de la gente mayor, conservadora, poco o mal informada, y reacia a los cambios en las costumbres que percibe en la sociedad española. Han votado al Partido Popular las personas alarmadas por las "baratijas ideológicas del Ministerio de la Verdad" (ver La antitransición), por el discurso sobre la amenazada unidad de España (la balcanización), la destrucción de la familia o la persecución de la religión católica y por todo lo que parezca atentar contra el orden natural decidido por los obispos; por lo que huela a laico o a libertad personal fuera de los cánones admitidos por la moral tradicional y las "buenas costumbres". Son votantes que tienen una visión pesimista de la vida y del género humano y una noción totalitaria de la política, en la que queda poco espacio para la autonomía personal al estimar obligatorios los preceptos de la moral derivada de una interpretación restrictiva de la doctrina católica y del ejercicio autoritario del poder (lo que no es obligatorio debería estar prohibido). De lo que resulta una sociedad coaccionada por unas estructuras que obligan a todos a caminar al mismo paso, todos con la misma fe, todos cortados por el mismo patrón, donde la unidad se confunde con la uniformidad, con una sola concepción de la religión, de la familia, de la patria y de la empresa. Y ahí no hay lugar para el ciudadano, sino para el súbdito que acepta como natural la jerarquía, la obediencia y la pertenencia al rebaño sin disentir, en una sociedad jerárquica y disciplinada, donde el mando sea incuestionado en la familia, en la iglesia, en la empresa, en el mundo académico y docente y, claro está, en la política, pues para quienes así piensan lo natural es la autoridad ejercida de forma disciplinaria (ordeno y mando). Y en ese esquema, el gobierno opaco y despótico de Rajoy encaja a la perfección. Otro día hablaremos de las carencias y debilidades de la izquierda que lo han permitido. 40 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Nagua Alba ¿Qué pasó en Euskadi? Nagua Alba es diputada de Podemos por Gipuzkoa A veces, las cosas suceden y no terminas de comprenderlas hasta horas, días o incluso meses después. Ahora, pasados dos meses de las elecciones generales podemos analizar con más calma qué fue lo que pasó en Euskadi el 20 de diciembre. Dejamos aquí algunas de las claves, aunque ni mucho menos todas, del éxito de Podemos Euskadi en los últimos comicios. Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 arrojaron unos resultados fuera de lo común en Euskadi, situándose Podemos como la fuerza más votada, ganando en Gipuzkoa con un 25,3% y Araba con un 27% y siendo segunda en Bizkaia, con un 26,1%, a un punto del Partido Nacionalista Vasco. Y no sólo eso, sino que multiplicó el número de votos recibidos en los anteriores comicios posicionándose en primer lugar en municipios tan dispares como Eibar, Irun, Ortuella, Basauri, Llodio, Arrasate o Astigarraga. Fue primera fuerza en dos de las tres capitales vascas, Vitoria-Gasteiz y Donostia, y segunda fuerza en un feudo del PNV como Bilbao por apenas 4.000 votos. Podemos ganó las elecciones al Partido Socialista de Euskadi en todos sus feudos, tanto en la margen izquierda vizcaína como en el cinturón industrial de Donostia, tornándose todos ellos morados a excepción de uno, Zumarraga. Además, el porcentaje de voto fue sorprendentemente homogéneo en los tres territorios, entre un 25,3% y un 27%. Se consiguió así enviar a cinco diputados y diputadas vascas de Podemos al Congreso, situándonos ante un mapa vasco sin precedentes. Pero, ¿cómo se explica que una fuerza de ámbito estatal, recién nacida, con candidatos y candidatas que distaban bastante de los que nos encontramos en la política vasca "al uso", jóvenes y sin experiencia en las instituciones, haya puesto patas arriba un mapa político que parecía inamovible? Sin restar importancia al tipo de campaña que hicimos, sin pedir un euro a los bancos, cercana, abierta a la improvisación y a pie de calle, hay dos cuestiones aquí que son clave y lo seguirán siendo en los próximos meses, especialmente cuando este año nos encontramos ante una convocatoria de elecciones autonómicas. Por un lado, se ha roto el relato que el PNV ha construido, con la ayuda de un PSE que ha sido muleta suya en la mayoría de los municipios, Juntas Generales y Parlamento Vasco, según el cual las instituciones vascas sí habían protegido a la ciudadanía de la crisis y "en Euskadi todo va siempre muy bien". Ya nadie puede ignorar que la crisis también nos ha golpeado a los vascos y vascas, especialmente a los más jóvenes, a las mujeres y a los mayores. Y también a nuestras zonas industriales, como Donostialdea o la margen izquierda, con las que las instituciones vascas tienen una deuda histórica, claro ejemplo de ello es el reciente cierre "temporal e indefinido" de Arcelor. Las políticas de recortes y austeridad aplicadas por el Partido Popular durante los últimos cuatro años, siguiendo la senda ya marcada por el anterior Gobierno del PSOE, han atacado duramente a los vascos y vascas, que han apostado por quienes defendíamos que las conquistas de nuestros padres, madres, abuelos y abuelas eran irrenunciables, que había que protegerlas constitucionalmente y 41 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 que no podían ser moneda de cambio en Bruselas; y no por un PNV y un PSE que se peleaban en los mítines mientras pactaban en Vitoria-Gasteiz unos presupuestos que cuadraron dejando fuera a la mayoría de los vascos. Por otro lado, la política vasca tiene sus propios ritmos, su propio lenguaje y sus propios temas, y, por primera vez, una fuerza de ámbito estatal ha sabido entender el escenario vasco y presentarse como un agente de convivencia que habla a una ciudadanía cansada del conflicto y que está dando grandes pasos hacia su resolución, dejando, en muchos casos, a los partidos políticos atrás. Al ser Podemos una fuerza nacida tras el cese de la violencia de ETA en 2011, donde conviven distintas sensibilidades y personas que vienen de diferentes experiencias del conflicto, pero a las que une la voluntad de dar pasos y avanzar, tenemos la oportunidad de desempeñar un papel decisivo a la hora de construir un marco estable de paz y convivencia en Euskadi. En este sentido, y por primera vez también, una fuerza de ámbito estatal hace una apuesta clara por la plurinacionalidad del Estado y defiende en Euskadi el autogobierno, nuestra cultura, nuestra lengua y nuestra identidad. Frente al inmovilismo del resto de partidos estatales, Podemos apuesta por el derecho a decidir. En un lugar como la CAV, donde según datos del Sociómetro Vasco la cifra de independentismo es la más baja desde 1992 -situándose en un 21%-, la mayoría de los vascos y vascas han optado por una fuerza que hace una clara apuesta a favor del derecho a decidir como forma de avanzar hacia un futuro de superación del conflicto. Pero sin olvidar que el derecho a decidir no se circunscribe a la cuestión territorial. Forma parte de una propuesta mucho más amplia que aspira a potenciar la participación y a democratizar la vida social e institucional: decidir también sobre las privatizaciones de los servicios públicos como la sanidad o la educación, o sobre la conveniencia de algunos macroproyectos de costes millonarios. Y ahora, ¿qué? Si bien el voto en Euskadi es muy cambiante y muy dependiente del ámbito territorial de cada uno de los comicios y hacer extrapolaciones de los resultados del 20D a los resultados autonómicos sería como poco tramposo, está claro que Podemos se ha consolidado como fuerza decisiva y protagónica en Euskadi, que ha roto con un mapa político que parecía grabado en piedra y nos hemos salido del eje que dividía las fuerzas vascas de las estatales ("españolas"), haciendo una clara apuesta por la defensa de la especificidad vasca, de su cultura y de su identidad, pero al mismo tiempo exigiendo el blindaje de los derechos sociales. Ahora nos vemos a las puertas de unas elecciones vascas que nada tendrán que ver con todas las vividas hasta el momento, donde existe una oportunidad real de acabar con la hegemonía de un Partido Nacionalista Vasco que se había apropiado de lo que era ser vasco. En contraposición a esta identidad, hemos construido una forma alternativa de ser vascos y vascas, una identidad en la que muchos ciudadanos se han sentido cómodos por primera vez, como ilustra el llamativo aumento de la participación de más de tres puntos de media -4 en Gipuzkoa, 4 en Araba y 3 en Bizkaia-, una identidad que entiende que defender los intereses de Euskadi es defender los intereses de su gente trabajadora, de sus autónomos y pequeños comerciantes, de sus jóvenes y de sus mujeres, y no los de sus élites económicas y políticas. Esto lo ejemplificó muy acertadamente Iñigo Errejón cuando llegó a Donostia y le preguntaron su opinión sobre el concierto vasco y respondió "la desigualdad no se da entre territorios, sino entre los de arriba y los de abajo". 42 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Luis M. Sáenz Tras el 20D: primacía de lo social Nuestros pesimistas se quejan de que el PP siga siendo el partido más votado, pese a lo tenebroso de la pasada legislatura, y de la incapacidad de formar una mayoría de gobierno de izquierda. Nuestros optimistas insisten en que "las izquierdas" han sacado muchos más votos que el PP y bastantes más que PP+C's, y resaltan que a Rajoy le es imposible agrupar una mayoría de investidura. Todos tienen razón. ¿Y si intentamos comprender? 1. La forma más práctica de abordar el 20D es situarlo en el contexto temporal que va desde 2007 hasta nuestros días y en el contexto espacial que, para simplificar, llamaré Europa, la Europa de la UE, aunque hoy ésta no es pensable sin tomar en consideración Turquía, Rojava, Siria, Irak... Han ocurrido muchas cosas, entre ellas...: - La crisis económica, aún no cerrada. ¿Hay una nueva recesión en el horizonte? - Las políticas de desposesión, empobrecimiento y precarización imperantes en la UE. - La desintegración o descomposición reaccionaria de la UE. - La descomposición de Siria e Irak, las matanzas perpetradas por Assad y por Daesh, el éxodo masivo, y la emergencia del proyecto democrático y laicista en Rojava. - La conversión del Estado turco en aliado objetivo -y creo que subjetivo- de Daesh y la complacencia de la UE ante esa actuación, premiada en vez de castigada. - Un acontecimiento socialmente constituyente (15M) antagónico del proyecto estratégico de las élites y al que debemos que en España no se haya producido el ascenso de fuerzas fascistas o pre-fascistas. El panorama es sombrío, quizá el más sombrío desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La barbarie puede vencer, pero la democracia, imperfecta e inestable, es posible. No hay otra opción que intentarlo. ¿O vamos a bajar los brazos ante el horror de los mercados de esclavas en Oriente Medio y de los gobiernos "democráticos" que legalizan el robo de las escasas propiedades de las personas que escapan de ello? Pensar España o pretender cambiarla sólo a partir de sus instituciones y del “soberanismo" es un callejón sin salida. España sólo se puede pensar y cambiar desde lo social y en Europa. Lo han comprendido pocos movimientos políticos europeos: algunos ecolo-verdes, algunas corrientes del movimiento de la "autonomía" y, quizá, el proyecto naciente de DiEM 25, al que no hay que confundir con el conjunto de corrientes convergentes en el "Plan B para Europa", muchas de ellas "soberanistas". No podrán crearse fuerzas operativas eficaces en el marco de la UE si no se comprende que el "campo de juego" político y social es, como mínimo, Europa..., no desde un internacionalismo abstracto, voluntarista, sino desde el tejido material de una realidad transnacional. El veneno que segrega la desintegración reaccionaria de Europa nos va a afectar. 2. La "inestabilidad" institucional posterior al 20D es un reflejo deformado de la realidad social... y buena noticia. Los equilibrios de fuerza parlamentarios están transtornados y llenos de incertidumbre porque las relaciones de fuerza materiales también lo están, pero de una forma peculiar, en apariencia paradójica. Desde la primavera de 2010, las élites económicas y políticas han impuesto en España un retroceso cualitativo en el nivel de vida de la mayoría de la población y en derechos sociales y civiles, dejando en la pobreza o al borde de ella a un tercio de la población, amena43 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 zando con cárcel a sindicalistas, feministas o titiriteros, agrandando la brecha de desigualdad social y de género. Sin embargo, las élites se han dejado muchos girones, "ganando" desprecio social, perdiendo hegemonía, sufriendo el deterioro de sus herramientas políticas y no pudiendo impedir una notable transformación de la mentalidad social. Esa "paradoja" en la que las élites parecen poderlo todo pero pierden capacidad de hegemonía política, con desestabilización de los instrumentos de su ejercicio, expresa una determinada relación de fuerzas en la sociedad, que hace tambalearse, sin derrumbe, los equilibrios de las pasadas décadas. Los resultados del 20D reflejan, de manera distorsionada pero clara, un cambio social significativo. Las élites no han logrado consolidar la dinámica constituyente de un nuevo régimen reaccionario desde el viejo régimen, pues las herramientas políticas de su dominación están maltrechas, pero la población indignada, que ha pasado por un proceso constituyente social de sí misma como sujeto sociopolítico (o un proceso de creación de "poder constituyente", por utilizar la expresión utilizada por Raúl Sánchez Cedillo en una de las más inteligentes y útiles de las intervenciones que tuvieron lugar en las jornadas "Plan B para Europa" celebradas en Madrid), no ha logrado tampoco un cambio de régimen encaminando hacia la democracia, paralizando una parte de su impulso creador por las ilusiones creadas en torno al "asalto institucional". Entiéndaseme bien: la actual configuración de las Cortes, especialmente del Congreso, es una clara mejora respecto a la situación anterior y abre nuevas oportunidades. Sin embargo, aunque día a día se constata la inadecuación del régimen político vigente a la realidad social, es extraordinariamente difícil que de la actual configuración de las Cortes pueda surgir una reforma constitucional progresiva significativa y menos aún una iniciativa constituyente. No hay asambleas constituyentes sin previa creación de poder constituyente. El dinamismo social 15M lo creó, pero no el suficiente. Algunos pensaron que una exitosa intervención electoral cubriría ese déficit, pero las cosas no funcionan así Pero, insisto, el que la incertidumbre y los antagonismos sociales hayan irrumpido en las Cortes es positivo y útil, como lo ha sido el acceso al gobierno "indignado" de bastantes ayuntamientos. La dificultad para la formación de mayorías sólidas refleja que el periodo 2007-2015 sigue abierto, que no han podido aplastar el espíritu del 15M, que se siguen librando batallas de esa guerra a la que hemos respondido en defensa propia, guerra en la que hemos perdido mucho pero en la que nos hemos transformado en un sentido positivo, aunque aún no consolidado. Su régimen es inestable, nuestra fuerza también. 3. La desintegración del proyecto europeo no supondrá una "mayor autonomía" de los Estados para llevar a cabo política más justas, sino chantajes y presiones aún más brutales, no digamos ya si se confirman las previsiones de una nueva recesión mundial. Incluso si las condiciones políticas específicas de España pudieran abrir, en ciertos aspectos, un paréntesis de "alivio", que no hay que desdeñar, podríamos encontrarnos dentro de algún tiempo con otro ataque frontal contra las condiciones de vida de la población y contra los derechos democráticos. En esos términos debemos entender la virulencia extrema de los discursos y hechos de dirigentes del PP como Fernández Díaz, de los medios de comunicación reaccionarios (y de alguno que iba de "progre") y de la oligarquía económica. Aumenta el recurso a un lenguaje de desprecio contra la población más excluida, española o extranjera. Se acumulan procesamientos contra sindicalistas, titiriteros, personas que han puesto su cuerpo para parar desahucios, feministas, twiteros... Desde toda la "alta sociedad", incluidos bastantes "notables" del PSOE, se ha expresado con claridad la voluntad de excluir a Podemos y a las confluencias territoriales, poniendo de hecho en cuestión su derecho a existir. Han tocado a rebato, co44 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 mo diciendo "dejaros de tonterías, el tinglado está en riesgo y tenemos que unirnos para salvarlo". Lo que están diciendo es que el trabajo empezado por Zapatero en mayo de 2010 y continuado, con mayor entusiasmo e intensidad, por Rajoy a partir de diciembre de 2011, no está terminado. Que faltan recortes por hacer, que falta trabajo por hacer para que el punto al que nos han llevado en cuanto a derechos sociales y políticos se convierta en el nuevo estándar social duradero. Que falta trabajo por hacer para reconstruir un sistema de dominación política hegemónica y que sólo sea cuestionado desde la marginación política. Que aún no ha sido destruido el espíritu del 15M y que hay que destruirlo, que hay que convertir la indignación en resignación o, en todo caso, reorientarla hacia posiciones de extrema derecha y el fascismo. Eso, y no otra cosa, está en juego en la legislatura que comienza. Entre las élites ha desaparecido el discurso de la "alternancia", que no está a la altura de un proyecto que ya no trata de conservar el régimen de 1978 sino de transformarlo en una máquina más eficaz de represión y opresión, sin restos de ningún tipo de "pacto social", salvo con una franja de población acomodada, y que ya no trata de llevar a cabo ningún tipo de "construcción europea" sino de utilizar una UE convertida en cáscara vacía como máquina de guerra social. Las élites consideran que ni PP ni PSOE están en condiciones de terminar aisladamente la obra empezada. Por ello, tras el 20D, salió de ellas el discurso de la "gran coalición", primero pensada en torno al PP, con un papel subalterno de C's y PSOE, pero después, a la vista de los escándalos de corrupción que afectan de manera orgánica al PP en Madrid y el País Valenciano, casi todo la oligarquía se ha adaptado a la idea de un protagonismo del PSOE, a condición de que éste se deje capturar por C's, acuerdo que, de darse, sería una pasarela hacia la futura integración de un PP sin Rajoy y con dirigentes más jóvenes y de apariencia un poco más "moderna". Ni las élites pueden seguir ganando indefinidamente terreno en lo socioeconómico pero perdiendo cada vez más hegemonía, ni las gentes comunes podemos seguir empoderándonos si se consolida por un largo periodo un retroceso brutal en las condiciones de vida y culmina la descomposición reaccionaria de la UE sin que emerja un proyecto europeista "desde abajo". Así que preparémonos para el conflicto. ¿Con qué fuerza contamos? 4. Los resultados electorales de Podemos suministran alguna información respecto a los procesos de recomposición que han estado presentes en la sociedad. Lo primero que me ha llamado la atención son los excelentes resultados de Podemos y las confluencias en las zonas más desfavorecidas, ya sean los viejos "cinturones rojos" o los barrios modestos y marginados de las ciudades. Aunque su postura ante la plurinacionalidad de España es una de las causas de los excelentes resultados de En Comú Podem, En marea o Podemos Euskadi, lo más decisivo ha sido el sesgo hacia Podemos de las y los de "abajo". En toda España, Podemos ha sido la primera fuerza en muchos núcleos del tipo de los descritos, siendo la segunda en otros a poca distancia de la candidatura más votada, pese a la competencia con PSOE por ese tipo de electores. Por ejemplo, en Euskadi Podemos ha sido la fuerza más votada en Llodio, Barakaldo, Basauri, Portugalete, Sestao, Andoaín, Eibar, Errenteria, Irún, Lasarte-Oria, Lezo, Pasaia, además de Donostia, Vitoria o el barrio bilbaino de Rekalde. En Madrid lo ha sido en Coslada, Parla y Rivas, y varios barrios populares de la capital, quedando a un palmo del PSOE en Fuenlabrada y del PP en Getafe. En Cataluña, han ganado en Badalona, Mataró, Cornellà, Gavà, Ganollers, Hospitalet, Ripollet, Sabadell, Sant Adrià del Besos, Terrasa, Barcelona (por encima del 30% en los barrios populares de Ciutat Vella, Nou Barris, Sants, Sant Martí, Sant Andreu), Cambrils, Pobla de Montornés, Tarragona, Torredembarra, Tortosa, Vendrell... Y esa 45 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 ha sido la tónica en toda España, en Sagunto, en Alcoy, en El Coronil, en El Puerto de Santa María, en Mieres, en CastroUrdiales, en Vigo, Cangas, O Grove, etc. Aquellos territorios que mejor le han ido a Podemos son los que peor le van a PP, y viceversa. Si estudiamos los resultados barrio a barrio, mesa a mesa, más evidente se hace la influencia de la composición social sobre el voto a Podemos. De hecho, los estudios que pueden hacerse sobre la correlación entre los porcentajes obtenidos por PP y Podemos en territorios confirma que es muy elevada, aunque en sentido inverso: las zonas que mejores son para Podemos son las peores para el PP. Y esas zonas mejores para Podemos son aquellas en las que se concentra más población precarizada, en paro, con bajos ingresos, mientras que las mejores para el PP son las más adineradas. La estratificación social utilizada por el CIS deforma la realidad. Mezclar en el mismo paquete a los altos ejecutivos de grandes empresas con un(a) comerciante que contrate a una o dos personas, con el obrero-patrón de una pequeña empresa o con un profesional autónomo es un disparate, pero aún así el barómetro de enero da información significativa, como el amplio apoyo a Podemos entre la población desempleada. Otro síntoma del cambio social producido es el peso electoral de Podemos entre la gente joven, donde la influencia del PP es muy escasa. La valoración de Iglesias y Garzón entre la población de 18-44 años es bastante superior a la de Rivera o Sánchez, y muy superior a la de Rajoy. Estos "votos de edad" y "votos sociales" tienen un significado específico, aunque están interrelacionados, ya que los mayores niveles de precariedad y riesgo de pobreza se producen en las generaciones citadas, pese a lo desesperado de las personas de cincuenta y pico años que se quedan sin empleo y sin ingresos. Según un estudio de SIGMA DOS, Podemos obtuvo cerca del 45% de los votos de las personas abstencionistas en 2011 que esta vez votaron. Ese mismo estudio apunta a que algo más de medio millón de los votos de Podemos, el 10% de los que obtuvo, procedían de votantes del PP en 2011, mientras que el PSOE sólo obtuvo unos 320 mil procedentes del PP, con un saldo negativo en el intercambio de votantes con éste de más de 450 mil. Pese a los errores cometidos, la radicalidad democrática y social de Podemos ha mellado más el electorado del PP y motivado más a la población "desencantada" que el "centrismo" con el que el PSOE derechiza a su propia base electoral y la acerca al PP. En el otro lado de la balanza están las personas mayores de 65 años, muy sesgadas hacia el PP. Posiblemente eso esté relacionado con las características de la crisis, durante la cual ésa es la única franja de edad en que ha disminuido el riesgo de pobreza y exclusión, así como con errores políticos cometidos por Podemos, pues se tardó mucho en reconocer que la indignación social tenía un fuerte sentido "conservador" de los logros acumulados. 5. No basta con pensar nuestros puntos débiles, como sería la baja influencia entre la población mayor, el que la abstención siga siendo aún más amplia en las franjas de población que más necesidades pasan o, en el caso particular de Podemos, su menor capacidad de obtener el voto de las mujeres, cosa que creo se debe a graves errores políticos. También hay que huir del triunfalismo por los aspectos positivos, pues todos ellos son limitados y provisionales. Por ejemplo, la relación inversa entre los territorios más favorables a Podemos (o PSOE) y los más favorables a PP no puede ocultarnos una asimetría fundamental: la incidencia del PP en aquellas zonas que son más favorables a Podemos o PSOE (no más favorables que al PP, sino más favorables que otras zonas) es muchísimo más elevada que la incidencia recíproca. En el distrito de Tetuán de Madrid hay mesas en las que el PP obtuvo el 75%, mientras que PSOE y Podemos estaban en torno al 3%; por el contrario, el PP no bajaba del 20% en ninguna mesa, ni en las zonas más empobrecidas. Queda mucha población desfavorecida 46 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 que no se siente atraida por Podemos, por IU o por el PSOE, trabajadoras de la limpieza de oficinas que votan PP, obreros no cualificados que votan PP, personas pobres que no votan a nadie, y con ellas hay que hablar, sin demonizarlas. Que Podemos haya arrebatado medio millón de votos al PP es un hecho notable y confirma el acierto de dar prioridad al eje social sobre el eje ideológico, pero aún queda muchísimo por hacer para que la mayoría social de gente común, asalariada, en paro, autónomos, franjas significativas de pequeños empresarios y comerciantes, etc., sea una mayoría política, una mayoría que permita transformar profundamente la sociedad desde la libre voluntad de quienes la formamos. 6. La pregunta "¿que pasará?" es estéril si no es esfuerzo por entender la sociedad en la que vivimos y las tendencias y propensiones que le son propias. En realidad la pregunta adecuada es "¿qué hacer... en estas condiciones dadas y teniendo en cuenta aquello a lo que aspiramos?" Las condiciones "dadas" en este momento implican que la posibilidad de una recesión mundial, las aspiraciones de la oligarquía dominante y la descomposición reaccionaria de la UE hacen muy probable un nuevo "asalto a los infiernos desde arriba", con la decidida intención de romper el espinazo al espíritu del 15M, a la experiencia democrática del pueblo kurdo, a todo lo que suene a solidaridad y apoyo mutuo. Que fuerzas ultraderechistas, pre-fascistas y fascistas van a participar violentamente en ese intento. Pero también forman parte de esa realidad las personas que se juegan la vida para ayudar a quienes buscan refugio, las que hacen frente a los racistas, las que actuan en los barrios desde el apoyo mutuo y la solidaridad, las personas anónimas que, sobre todo en las pequeñas empresas, tratan de mantener formas de organización de las y los trabajadores en condiciones muy difíciles y carentes de los privilegios que, lamentablemente, otros no han desdeñado. Y en España sigue presente, aunque en una encrucijada, el espíritu del 15M. Entonces, hay que volver donde empezó todo, al 15M, no a los mismos lugares, no de las mismas maneras, ni con las mismas maneras de organizarse, ni con el mismo "militantismo", ni con la ilusión en que bastaba ser muchas y muchos para hacer ceder al "Poder", hay que volver con todo el bagaje adquirido, con la conciencia de que nos manifestaremos en las calles cuando haga falta pero que es más importante lo hecho en el día a día. Toca darse apoyo mutuo, reconocernos, no despreciar a casi nadie aunque piense diferente. Toca convencer y escuchar con disposición a que nos convezcan. Toca cerrar el paréntesis "(ya hemos luchado mucho, vamos a probar ahora la vía electoral)" y asumir de nuevo que todo está en nuestras manos, o que al menos en ellas está intentarlo. Toca el movimiento, toca lo cotidiano, toca resolver problemas y mostrar sus causas y las de los que aún no podemos resolver. Sin demagogias, sin mitos, sin simplismo, respetando la inteligencia colectiva, con rigor, aportando cada cual lo que pueda y quiera, pero persistiendo, con paciencia, sin esperar el "día D", porque esto no acaba nunca. Entonces, toca aprovechar con inteligencia y lealtad a la gente los espacios institucionales alcanzados en ayuntamientos, asambleas autonómicas, Congreso o Senado. Asumiendo que no se está allí en beneficio de Podemos, de IU o de Compromís, que no se está ahí para obedecer ciegamente al partido ni por privilegios, sino para ser útiles, para mejorar las cosas que se puedan mejorar en la vida concreta de las personas y para ayudar a luchar por aquellas que aún no se puedan conseguir. Sin el cretinismo de pensar que desde ahí puede cambiarse todo si no hay una fuerza social autónoma en ebullición, sin el sectarismo propagandista de quienes van a las instituciones con el ánimo de demostrar que... estar allí no vale para nada. Y, cuidado, toca entender que aquellas personas que hemos enviado allí con nuestros votos, aunque sean de Podemos, de las confluencias, de IU o de Compromís, siguen sin representarnos, no 47 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 porque lo hagan mal, pues cuanto mejor lo hagan menos "nos representarán", porque la representación es sustitución y nadie puede sustituir al hacer social de la gente común si queremos un verdadero cambio. No les hemos enviado ahí para que hagan algo "por nosotros", sino porque hemos delegado en ellos una tarea concreta y específica, que les confiamos sin exigirles, desde luego, que ahoguen sus opiniones y capacidad de iniciativa. Un diputado no nos representa más que, por ejemplo, la compañera que redacta el borrador de una denuncia por algo que pasa en nuestro barrio o que el compañero que va a recoger la revista Madrid 15M. La representación es imposible o es usurpación. Entonces, toca salir de las trampas e ilusiones gemelas del soberanismo (imposible) y del estatalismo (fracasado), e impregnar todos los esfuerzos locales, sobre el terreno, tanto si hablamos de movimientos sociales como si lo hacemos de herramientas políticas, de la voluntad de construir proyectos y alianzas europeas, transnacionales, de la voluntad de crear ese espacio de conflicto político y social que ya ha sido condenado definitivamente por las élites europeas pero que seguimos necesitando para que nuestros logros y proyectos estén a la altura de las necesidades y aspiraciones que nos impulsan. Cuando el flujo material de la producción, de las mercancías, de las personas, del dinero, de los saberes, de las mafias, de las solidaridades, de la contaminación, del clima, de casi todo, tiene lugar en un ámbito que no es nacional, sino transnacional, dejar ese espacio a las élites para replegarnos sobre unas formas-Estado cada vez más alejadas del flujo de la vida, lejos de lo local y del terreno cotidiano de nuestra convivencia pero lejos también del mundo, es suicida. Grecia no ha sido parcialmente sometida por una traición de Tsipras -al margen de lo que se opine sobre sus decisiones-, sino porque ha estado sola, abandonada; el pueblo sirio no ha sido y está siendo masacrado y expulsado de su tierra porque se equivocase al rebelarse contra Assad, sino porque le hemos dejado solo e incluso ciertas izquierdas le han calumniado; y si la experiencia de Rojava llegase a fracasar, no será por falta de acierto y mérito, sino porque la hemos dejado sola ante la violencia asesina de Daesh y del gobierno turco. Y no lo digo como metáfora: en la última manifestación de apoyo al pueblo kurdo en Madrid no sé si llegaríamos a 400. Y en todas esas situaciones se ha estado jugando el futuro de Europa. Necesitamos aliar los movimientos sociales, generar herramientas políticas que sean transnacionales, no mera suma de fuerzas nacionales, buscar la coordinación entre gobiernos que, sin ser "revolucionarios" (cosa imposible, ningún gobierno lo es), sientan un compromiso con la gente, de motu propio o bajo presión, y pugnen por abrir otro camino de ciudadanía europea (abierta al mundo), de democracia europea, de sociabilidad europea y de derechos europeos. No para suprimir el conflicto social, sino para colocarlo a una escala en la que las gentes comunes tengamos alguna opción frente a las élites, para las que no hay patrias ni fronteras. 48 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 José Luis Carretero Miramar joseluiscarreteromiramar.blogspot.com.es Remunicipalización y construcción de lo común "¿Control? ¿Inspecciones? Sí, sí ha habido inspecciones del cumplimiento de los pliegos de las contratas estos últimos años. Te contaré cómo funcionaban: el inspector del Ayuntamiento llamaba a la empresa antes de ir y ésta avisaba a los trabajadores. Ese día estábamos todos allí, tuviéramos turno o no. Todos. Hasta los administrativos de la empresa se ponían un mono para que pareciera que eran operarios. Cuando llegaba el inspector había un montón de gente 'trabajando' allí. Todo bien, todo perfecto, todo cumplido. Cuando se iba volvían a quedarse los que de verdad trabajaban ese día. ¿Metros de acera limpiados? No me hagas reír. Y los que han venido ahora nos hablaron de remunicipalización en la campaña, pero, de momento, el único cambio es que la empresa nos ha puesto GPS en los cubos de basura". Esto es lo que cuentan los operarios de la limpieza viaria de una gran ciudad española, una de esas urbes que han caído en las manos de las candidaturas del cambio. Los operarios de esos servicios externalizados de los que todos nos quejamos, pero a los que, finalmente y de momento, nadie parece dispuesto a meter mano. ¿Externalizaciones? Tras la crisis de los 70 el Capital desarrolló una serie de estrategias básicas para su supervivencia en un contexto de resistencia obrera y de los países periféricos, y de brutal amenaza a las tasas de ganancias en las actividades productivas, que habían sido la base del mayor ciclo de acumulación y crecimiento que había vivido la humanidad. Las estrategias fueron la descentralización productiva y la flexibilización del trabajo, debilitando la resistencia obrera; la globalización y financiarización de la economía; y lo que el geógrafo británico David Harvey ha llamado la "acumulación por desposesión". La acumulación por desposesión no era algo nuevo. Forma parte del ADN originario del capitalismo. Así es como se hizo la famosa "acumulación originaria" a la que Carlos Marx dedica gran parte de las páginas de su obra. Desposeer a las poblaciones de sus bienes comunes que garantizaban su subsistencia y una cierta independencia es una inveterada tradición liberal. Lo único nuevo es que las energías de los mercantilizadores se dedicaron, en la deriva neoliberal de las últimas décadas, a privatizar y convertir en yacimientos de plusvalor muchos de los servicios que habían formado parte del Estado de Bienestar keynesiano que había fundamentado la paz social en el Centro mismo del sistema global. Eso explica que, según Jordi Colomer, hayamos llegado al punto de que el volumen de servicios públicos municipales privatizados en el Estado Español, tras la aprobación de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, que fue la que permitió la llamada "gestión indirecta" de los mismos, supere los 17.400 millones de euros, con una oportunidad de crecimiento de cerca de 19.600 millones más. 49 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Un buen negocio, no hay duda. Favorecido por la muy oportuna emergencia de las figuras laborales de las contratas y subcontratas, y alimentado por el mismo capital que infló el ladrillo, y que fue rescatado por las daciones en pago de la banca (muchas veces rescatada con dinero público) a constructoras y promotoras. Por no hablar del fluir de los fondos especulativos globales, tras la crisis, hacia los despojos de una economía quebrada y en estado de subasta. Una acumulación por desposesión que tiene sus costes para las poblaciones: encarecimientos de los servicios, provocados por sobrecostes que van del 22% a más del 90%, respecto a la prestación directa por los municipios, según el propio Tribunal de Cuentas, que habla de un 27% de aumento del coste en la recogida de basuras, o un 71% en la limpieza viaria; prestación de un servicio de menor calidad y que suele poner en riesgo el concepto de universalidad del mismo, dejando sin cubrir las zonas degradadas de las metrópolis, que a nadie parecen importar. Infra-inversión y precariedad laboral, junto al nepotismo empresarial y la constitución de una vía de entrada para la corrupción de los actores políticos municipales. Las resistencias, por supuesto, también existen. Y están alcanzando el nivel de una contraofensiva. Una contraofensiva global confluyendo en torno al concepto de las llamadas remunicipalizaciones. En los últimos 15 años se han producido 235 casos de remunicipalización de los servicios de agua en 37 países. El más sonado es el de Yakarta, en Indonesia, donde 9,9 millones de personas veían amenazado su acceso a tan imprescindible elemento por la gestión privada del mismo. Pero el centro del movimiento está en los países del Norte global, donde el keynesianismo fue una realidad efectiva en su momento, más allá de las declaraciones desarrollistas del populismo periférico. En la Unión Europea merece la pena detenerse en la remunicipalización de muchas empresas energéticas alemanas y en los referéndums populares que exigen plantearla en ciudades como Berlín o Hamburgo. En Francia, la cuna de las multinacionales del agua privada como Veolia, la ciudad de París remunicipalizó el servicio consiguiendo un ahorro el primer año de 35 millones de euros, y procediendo a bajar la tarifa a los ciudadanos un 8%. En Finlandia, donde el epicentro está en los servicios de limpieza viaria, la iniciativa alcanza ya al 20% de los municipios. El movimiento ha llegado también al Estado Español: ya en 2011, la ciudad de León, con un gobierno del PP, procedió a la remunicipalización del servicio de limpieza. Vidreres, Vilanova i la Geltrú, Cambrils y otros municipios han procedido a remunicipalizar los más variados servicios, con evidentes ahorros para sus cuentas públicas. El caso más paradigmático es Medina Global, la empresa municipal de Medina Sidonia (Cádiz), que ahora gestiona el agua, la limpieza viaria y la recogida de residuos sólidos urbanos de la localidad. Una contraofensiva. Este movimiento existe y está creciendo, pero no es dominante. La hegemonía sigue estando en los de siempre, y las privatizaciones avanzan a más velocidad que las remunicipalizaciones. Esto mismo ocurre con las otras medidas paradigmáticas del intento de contraofensiva keynesiana de la socialdemocracia real: los controles de capitales, como la Tasa Tobin, los mecanismos de ingresos mínimos, la reescritura de la estructura europea, el re-centramiento en el capital productivo frente a especulativo. Todo ello avanza, nos suena, empieza a ocupar espacios mediáticos, pero no domina, no termina de erigirse en alternativa efectiva para la dirigencia política global. Al inicio de la crisis todos los economistas serios imaginaron una salida keynesiana suave y más o menos rápida: el Capital razonará y desplazará a los gestores liberales. Llegará la alternativa social y de mercado, construirá un capitalismo con rostro humano y estabilizará el edificio global con una reedición verde de los “reinta gloriosos” 50 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 No ha sido así, y ya deberíamos preguntarnos por qué. Por qué hasta donde la nueva socialdemocracia gana (como en el Ayuntamiento de Madrid) y toca poder, el proceso no es tan fácil ni tan lineal. Por qué los nuevos actores institucionales madrileños son incapaces, no ya de remunicipalizar los servicios públicos devastados por la gestión de las contratas provenientes del ladrillo, sino incluso de solventar con decisión las críticas más absurdas por un asunto de títeres. Por qué los movimientos no presionan a los representantes institucionales y éstos aparecen desnortados, entre el narcisismo mediático y la falta real de discurso que vaya más allá del "señores del poder, dennos una oportunidad, nosotros podemos gestionarlo mejor". A lo mejor es que la salida keynesiana ya no sirve. A lo mejor es que hay que ir mucho más allá, más allá de la gestión del Capital, o de la alternativa social y de mercado. Construir lo común precisa de elementos diferentes. Y para generar la masa crítica que permita la remunicipalización de los servicios públicos, así como una ofensiva real sobre los resortes de poder efectivos de la sociedad, hay que construir lo común. La base teórica, práctica, material, e incluso estética, de una sociedad enteramente transformada. De una vía de salida del capitalismo histórico. Algo que encarne los deseos reales de cambio y que galvanice las energías ahora dormidas de las clases populares. Remunicipalizar de otra manera, que construya pueblo, que construya poder popular. Remunicipalizar desde la perspectiva del protagonismo de obreros y vecinos, de la autogestión y de la democracia de base. Más allá del keynesianismo está la potencia de la creatividad de las clases subalternas. Caben varias posibilidades, que deben ser experimentadas, para los servicios municipales recuperados: la cooperativización bajo control de trabajadores y vecinos, para favorecer el empleo barrial y el tejido económico autogestionario en los espacios cer- canos; o la gestión directa bajo control obrero y ciudadano, con formas de participación de los trabajadores basadas en la asamblea. Avanzar en la superación de la dicotomía entre propiedad privada y pública, generando, construyendo e imaginando la nueva forma de propiedad comunal-comunitaria. La forma jurídica de la democracia económica más profunda, el producto del protagonismo popular hecho piedra basal de la nueva sociedad. No debemos tratar de evitar el conflicto a toda costa, sino de acumular fuerzas, empoderando a los sectores sociales sometidos y desplegando todas sus potencialidades Más que intentar racionalizar el despojo global hay que avanzar en el despliegue de una nueva racionalidad, producto de la lucha efectiva y las capacidades productivas de las poblaciones. Construir. Para hacer visible lo inconstruido. 51 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 52 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 María Pazos Morán http://mariapazos.com/ ¿Compensar a las mujeres o eliminar la división sexual del trabajo Este artículo está parcialmente basado en otro más extenso que se publicará próximamente en la Revista Atlánticas 1.- Introducción El comienzo de una legislatura, y más ésta, es un momento crucial para cuestionarse el rumbo de las políticas públicas, de tal manera que la acción política se oriente a propiciar los cambios sociales necesarios, justos y demandados por la ciudadanía. Pues bien, uno de los ámbitos en los que las políticas públicas no responden a las necesidades ni a las aspiraciones de la sociedad actual es el de las relaciones de género. En España, ya en 2010 (CIS, Barómetro de Marzo) el 94,8% de los hombres y el 95,0% de las mujeres se mostraban a favor de la igualdad total entre hombres y mujeres. En el ámbito económico, el 68,9% de los hombres y el 74,8% de las mujeres declaran que su familia ideal es aquella "en la que los dos miembros de la pareja tienen un trabajo remunerado con parecida dedicación y ambos se reparten las tareas del hogar y el cuidado de los/as hijos/as, si los hay". Podemos decir que el rechazo de la división sexual del trabajo (DST), antes solamente mantenida por teóricas feministas, ha sido asumido por la ciudadanía. Ningún partido niega la necesidad de ese cambio social, pero las políticas que proponen no se corresponden con ese objetivo. Cuando se habla de igualdad de género, la mayoría de las instituciones y partidos reconocen que es justa y necesaria para conseguir un modelo productivo justo, eficiente y sostenible. Sin embargo, la igualdad se sigue considerando un asunto de mujeres y sigue sin estar presente en los apartados y discusiones sobre el cambio de modelo productivo, sobre las políticas de mercado de trabajo, sobre los sistemas de atención a la dependencia y a la infancia, sobre la política fiscal o sobre los sistemas de pensiones. Más aún: en los marginales apartados y planes dedicados a "igualdad de género" siguen proponiéndose muchas medidas que en realidad tienen el efecto de mantener o potenciar la situación actual. Es cierto que las políticas de los partidos conservadores potencian especialmente el mantenimiento de la desigualdad, tanto por los incentivos a la permanencia en el hogar de las mujeres como por los recortes sociales y la negativa a toda medida para la mayor inclusión de los hombres en el cuidado. Pero ¿es diferente la orientación de los partidos progresistas? La respuesta, que trataré de argumentar, es que éstos son más sensibles, pero aún mantienen una coincidencia fundamental con los partidos conservadores en la orientación de las políticas llamadas "de igualdad", así como en la insuficiencia de las políticas necesarias para el cambio de modelo social que teóricamente se asume como deseable. Las políticas llamadas "de igualdad" aplicadas hasta ahora, por partidos de uno y otro 53 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 signo, han estado supuestamente dirigidas a intentar reducir los desequilibrios de género sin eliminar las causas que los producen, a proteger a las mujeres o a compensarles por las consecuencias de la DST, suponiendo ésta incuestionable o inamovible. Tras medio siglo de aplicación de estas políticas, podemos extraer dos conclusiones: la primera, que no compensan los perniciosos efectos de la DST; como veremos, el presupuesto necesario para subsanar las consecuencias de la DST sería tan elevado que resulta imposible el reequilibrio de género por esa vía. La segunda, que consolidan la DST al proporcionar incentivos a las mujeres para especializarse más en el cuidado, a la vez que excluyen a los hombres de esas tareas. En el apartado siguiente se analizan dos ejemplos de políticas dirigidas a paliar la brecha de género en salarios y pensiones: una recientemente adoptada por el gobierno del PP y otra propuesta por el PSOE. A continuación, en el apartado 3, se argumenta que es posible articular medidas para la reducción de la DST, y se avanzan los ejes para el cambio estructural a una sociedad en la que la DST no exista. euros para compensar a las mujeres por los menores salarios y pensiones recibidos. Visto desde otra óptica, sería necesario subir los salarios percibidos por las mujeres un 54%, y las pensiones un 47%. Es difícil imaginar un presupuesto público que tuviera que hacer semejante esfuerzo cada año. Fuente: Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, 2014. AEAT Estas cifras nos pueden ilustrar también sobre la insignificancia de las medidas que supuestamente están destinadas a compensar a las mujeres. Por otro lado, cualquier reparto de esa cifra global compensatoria entrañaría enormes dificultades y originaría múltiples inequidades, como las que de hecho origina el ejemplo de exiguo resarcimiento que analizaremos a continuación. 2.1 Actuales medidas "compensatorias" de la brecha de género en pensiones Tomemos como primer caso de estudio el suplemento de las pensiones de las mujeres con dos o más hijos/as que se jubilen a partir del 1 de enero de 2016 (un 5% por dos hijos/as, 10% por tres y 15% por cuatro o más). Esta medida fue aprobada por el Gobierno del PP en 2015, que la justificó como "un complemento de pensión, por su aportación demográfica a la Seguridad Social, a las mujeres que hayan tenido hijos naturales o adoptados y sean beneficiarias en cualquier régimen de Seguridad Social de pensiones contributivas de jubilación, viudedad e incapacidad permanente" (bit.ly/1JbNdgB). El Gobierno calculó que en 2016 se podrán beneficiar de este aumento de la pensión 123.000 mujeres, lo que tendrá un coste en 2.- La imposibilidad de compensar a las mujeres por sus menores salarios y pensiones Una vez asumido el objetivo de igualdad, unos sencillos cálculos pueden hacernos desistir de la idea de alcanzarla mediante la compensación a las mujeres por la diferencia en salarios y pensiones. En 2014, según la Agencia Tributaria española (AEAT), la diferencia entre los salarios percibidos por los hombres y por las mujeres ascendió a 64.738,5 millones de euros. La diferencia en pensiones, por su parte, ascendió a 26.601 millones de euros. Sumadas ambas cifras, y sin tener en cuenta el mayor número de mujeres que hombres en la población, se necesitarían más de 91.339 millones de 54 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 el año de 51 millones de euros. Este coste aumentará según vayan jubilándose las mujeres beneficiarias, calculándose que podría estabilizarse a largo plazo en 1163 millones de euros al año (bit.ly/1FZ02gd). Como puede observarse, el coste de esta medida no es desdeñable comparado con otras partidas presupuestarias, pero es insignificante comparada con los 26.601 millones de euros que supone la diferencia entre las pensiones masculinas y femeninas, tal como se explica anteriormente. Así pues, no compensaría ni de lejos la desigualdad en pensiones, que además sigue aumentando con el tiempo [capítulo 4 de Pazos Morán, María (2013): Desiguales Por Ley. Las Políticas Públicas Contra la Igualdad de Género. Editorial Catarata]. Descendiendo al análisis individual, es fácil ver que estos complementos, además de ser inferiores a la pérdida de oportunidades por causa de maternidad, excluyen a muchas categorías de mujeres afectadas por esa pérdida de oportunidades. Quedan fuera las madres de una sola criatura. Quedan fuera también todas las madres con más de una que no han conseguido cotizar los 15 años necesarios para acceder a una pensión contributiva (esta situación afecta al 80% de todas las mujeres españolas mayores de 65 años, y cabe afirmar que la incidencia es mayor en el colectivo de las que han sido madres). Este mecanismo deja fuera también a muchas mujeres que, habiendo sido igual o más penalizadas por su maternidad, ya se habrán jubilado en enero de 2016. Esto supone un agravio comparativo importante pues, a igual o mayor necesidad y misma circunstancia, la fecha de entrada determina arbitrariamente que dicha necesidad se atienda o no. Más aún, como en todas las demás compensaciones por maternidad, quedan fuera todas las mujeres que no han sido madres. Recordemos que todas las mujeres sufren el fenómeno denominado "discriminación estadística", es decir la pérdida de oportunidades en la contratación y en la promo- ción en razón de la posibilidad de ser madres en una sociedad en la que son las madres, y no los padres, quienes se especializan en el cuidado. En resumen, estas compensaciones, a pesar de tener un coste importante, son escasas y parciales. Sin embargo, serán beneficiarias de estas compensaciones mujeres que hayan cotizado durante toda su vida sin interrupción y aunque hayan obtenido la pensión máxima, lo que también tendrá efectos negativos en términos de equidad. Pero el problema principal es que estas medidas no sólo no compensan la DST sino que crean incentivos para su mantenimiento. A la vez que dejan desatendidas a muchas mujeres que ya han sido perjudicadas, hacia el futuro prometen a las mujeres una compensación si se alejan del empleo por dedicarse a la maternidad. Tienen también un efecto simbólico negativo al asumir que en el futuro las mujeres seguirán dedicándose al cuidado de la prole en solitario. 2.2 Propuestas contra la brecha salarial de género Tomemos como segundo ejemplo la propuesta de una Ley de Igualdad Salarial que se encuentra en el Programa Electoral del PSOE para las elecciones generales de 2015 en España. Esa Ley tendría dos medidas estrella. Una es la obligatoriedad de incluir un 40% de mujeres en los consejos de administración de las empresas públicas. La otra medida es la obligación por parte de las empresas de publicar los salarios de sus empleados/as detalladamente. La historia de leyes de igualdad salarial es larga. Por ejemplo, en EEUU se proclamó una en 1963; en el Reino Unido en 1970. Actualmente el derecho a la misma remuneración por trabajo "de igual valor" está ampliamente reconocido en las legislaciones nacionales y ratificado por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (bit.ly/1Kp5IpE). Este reconocimiento del derecho permite la reclamación individual ante los tribunales, e inicialmente supuso un paso importante respecto a una época anterior en la que sí 55 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 era legal retribuir a las mujeres menos que a los hombres por el mismo trabajo. Pero la brecha salarial se estancó después de ese avance y no se ha reducido en los últimos años, a pesar de que las mujeres ya han superado a los hombres en nivel de formación en la inmensa mayoría de los países (incluyendo todos los países industrializados). El fenómeno resulta cada día más escandaloso e intolerable, y así lo reconocen los gobiernos y los partidos. Pero ¿qué proponen? La nueva propuesta, que se nos presenta como un gran salto adelante en países como España, Reino Unido o Alemania (con gobiernos de distinto signo político), es la de nuevas leyes de igualdad salarial que incorporen estas medidas coercitivas para las empresas, pero sin ni siquiera aludir a las causas de las diferencias salariales. Estas medidas con apariencia rompedora tampoco son una novedad. La experiencia de su aplicación anterior, junto con el conocimiento de la naturaleza y de las causas de la brecha salarial, nos permitirán realizar a continuación una evaluación ex-ante de sus efectos previsibles. La primera medida estrella de la nueva propuesta, la cuota obligatoria de un 40% de mujeres en los consejos de administración de las empresas públicas, fue adoptada en Noruega para estar implantada en 2008. Y, en efecto, se implantó, pero ¿con qué resultados? A los 8 años de implantación, el balance es ilustrativo: las poco más de 200 empresas públicas noruegas "sientan" (por utilizar la jerga empresarial) a un 40% de mujeres en sus consejos, pero las 250.000 empresas privadas no han experimentado ningún cambio significativo en su composición. La norma ha producido efectos curiosos como el de las llamadas "faldas doradas" (mujeres que se sientan hasta en diez consejos de administración cada una), pero no se ha observado ningún cambio significativo en la brecha salarial de género (bit.ly/1SRNb8H). No es sorprendente, pues los consejos de administración no tra- tan generalmente de las contrataciones, salarios y promociones, que se dejan a decisión del equipo directivo. Curiosamente, no se proponen cuotas femeninas obligatorias en los equipos directivos de las empresas, ni en los tribunales de oposiciones, ni en los comités de selección de personal, ni en los proyectos seleccionados en convocatorias de subvenciones públicas, etc. Estas cuotas, o más exactamente la representación equilibrada de género, sí se han demostrado efectivas, al igual que las listas cremallera que se abren camino en la Ley Electoral. En cuanto a la publicación de los salarios por sexo, una de las experiencias citadas repetidamente es la del Ayuntamiento de Akureyri (Islandia). En el consistorio de esta localidad de 17.000 habitantes, en 2004 se llevó a cabo un análisis exhaustivo de los complementos salariales de todo el personal. Después se procedió a anular los complementos abusivos que se detectaron en los hombres; y como consecuencia se igualaron los salarios por hora. Esto no quiere decir que la media salarial de los empleados y de las empleadas municipales se igualara. Aunque llegara a igualarse el salario por hora, hay que tener en cuenta que las mujeres trabajan a tiempo parcial en muchísima mayor medida (en particular, en Islandia, los ayuntamientos tienen a su cargo extensos servicios públicos de cuidados, sector femenino y con mayor incidencia de jornadas reducidas). En cualquier caso, esta medida tan citada no se extendió ni siquiera al resto del sector público islandés, y mucho menos al sector privado. Después de más de una década, aún no se ha generalizado en ningún país. La propuesta en otros países como Alemania o Reino Unido está siendo objeto de gran oposición. Todo esto augura que su puesta en práctica consumiría muchas energías y exigiría importantes recursos. No es imposible, desde luego, pero es que, además, nada permite predecir que esa transparencia que tantos esfuerzos costaría tuviera un efecto significativo en la brecha 56 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 salarial. No tiene nada de ilegal pagar más a un director general que a una cajera; y se demuestra que las mujeres "tienen" más tendencia a ser cajeras que directores generales. Por otro lado, no solamente se trata de igualar el salario por hora sino el sueldo medio, y para ello mujeres y hombres tendrían que trabajar el mismo número de horas como media. En definitiva, estas medidas no tienen en cuenta que el factor más determinante de las diferencias salariales no es la discriminación directa sino el hecho de que mujeres y hombres tienen distintos empleos y muy distintas responsabilidades familiares. ¿Por qué no dedicar los esfuerzos a la eliminación de esa causa, que no es ni más ni menos que la DST? Sin embargo, la DST no es natural ni inevitable. Al contrario, tenemos suficientes evidencias para trazar el camino hacia su eliminación. Para ello, basta con ofrecer a las mujeres las condiciones materiales para poder incorporarse al empleo de calidad en igualdad con los hombres, y a los hombres los derechos para incorporarse al cuidado en igualdad con las mujeres. Lo único que se requiere es articular las políticas públicas que se han demostrado efectivas para tal fin. ¿Cuáles son esas políticas? Es muy fácil comprenderlo si se tienen en cuenta dos extremos: en primer lugar que, mientras puedan remediarlo, los hombres no se incorporarán al cuidado en las deplorables condiciones en las que ahora cuidan las mujeres, es decir perjudicando su empleo y derechos laborales. Como además esa pretensión sería injusta para cualquier persona, incluidas las mujeres, resulta evidente que el único objetivo razonable es un sistema de cuidados en el que ninguna mujer (ni ninguna persona) tuviera que retirarse de su puesto de trabajo, parcial o totalmente, excepto durante permisos de corta duración y con el mantenimiento del salario completo. En segundo lugar, es fácil imaginar la situación catastrófica que resultaría si las mujeres se incorporaran masivamente al empleo en las condiciones de dedicación absoluta que ahora exigen la mayoría de los empleos masculinos a tiempo completo. Por tanto, habría que terminar con la dualidad existente en el mercado de trabajo, entre jornadas a tiempo completo interminables y empleo tiempo parcial (que es estadísticamente femenino y precario en todos los países). Además, habría que asegurar los servicios públicos necesarios, de tal forma que ninguna persona tuviera que abandonar su empleo por cuidados de larga duración (excedencias o abandono de empleos para cuidado de criaturas y dependientes). Por último, habría que asegurarse de que los permisos de corta duración y con salario completo (permisos de maternidad/paterni- 3.- Resumen y conclusiones Después de varias décadas de aplicación de las llamadas "políticas de igualdad", dirigidas a compensar a las mujeres por su mayor dedicación a los cuidados y/o a reducir los desequilibrios de género en el mercado de trabajo, podemos observar sus resultados en los países que las aplican. Las diferencias económicas no se han diluido y, por el contrario, se han consolidado estructuras sociales que mantienen a las mujeres extensivamente dependientes económicamente. Casos emblemáticos son los de Países Bajos o Alemania, donde las mujeres están extensivamente empleadas a tiempo parcial y se retiran del empleo para el cuidado, en un sistema que se ha venido en denominar "sustentador y medio" o "sustentador masculino/esposa dependiente modificado". Estas políticas no compensan a las mujeres por las enormes desigualdades existentes, y no podrían llegar a hacerlo por mucho que aumentara su dotación presupuestaria, actualmente exigua. Por otro lado, no tienen un impacto significativo sobre la brecha de género porque no actúan sobre las causas. Al abordar cada aspecto de la desigualdad como un fenómeno aislado, dificultan la comprensión del problema y su solución. 57 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 dad y días por enfermedad grave de familiares) fueran iguales e intransferibles para todas las personas trabajadoras (hombres y mujeres). En definitiva, se requieren reformas profundas en el mercado de trabajo y en los sistemas de atención a la infancia y a la dependencia si se quiere terminar con la actual situación en la que las mujeres se ven reducidas a cuidadoras universales y trabajadoras intermitentes, a la vez que los hombres se dedican casi en exclusiva a sus empleos. Este cambio estructural implica la movilización de muchas políticas públicas, incluyendo también la eliminación de los actuales incentivos a la permanencia de las mujeres (sobre todo casadas) en el hogar (o en la economía sumergida). Exige asumir el principio rector de que todas las personas, incluidas todas las mujeres, deben tener ingresos individuales dignos y suficientes para una vida independiente; y actuar en consecuencia. 58 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Jose Babiano Mora ¿Dónde están los sindicatos? A propósito de la huelga de SEAT de El Prat Si un grupo de amigos coincide tomando unas cervezas después de algún tiempo sin verse, y entre ellos hay algún sindicalista, inevitablemente surgirá la cuestión: "bueno y vosotros, ¿qué? No se os ve mucho últimamente". Suena un poco como a preocupación, como un "¿qué tal te va?". Si otro día nuestro sindicalista se encuentra con algún antiguo compañero o compañera de fatigas al que le ha llegado la jubilación o que se ha apartado de la brega sindical cotidiana la pregunta se repetirá: "¿Dónde está el sindicato? Estáis desaparecidos". Y lo dirá, seguramente, también con preocupación, porque el sindicato ha sido su patria y todavía lo es. Pero la pregunta también se repite hasta la saciedad en entornos ajenos al sindicalista de nuestra historia. Veamos. Todavía estaban frescos los recuerdos de las últimas vacaciones de verano. Era una mañana de domingo del último septiembre y Javier del Pino despedía en su programa de radio a los tertulianos que habían departido sobre el populismo. Uno de ellos, a guisa de conclusión, hizo referencia a los partidos políticos y a los sindicatos como pilares del sistema democrático. Y del Pino saltó: "Por cierto, ¿dónde están los sindicatos últimamente?". La pregunta sonó doblemente extraña. En primer lugar, porque no hacía mucho que en la empresa para la que trabaja había tenido lugar un ERE y es probable que se topara en un pasillo con algún delegado o delegada o miembro del comité de empresa metido en el fregado. Podría haberse interesado por lo que hacía. En segundo lugar, porque siendo el director de su programa bien puede invitar cualquier mañana de sábado o de domingo a un sindicalista e inquirirle directamente. Otras veces en los medios de comunicación ni siquiera surge el interrogante. Simplemente leemos o escuchamos afirmaciones rotundas. Soledad Gallego Díaz escribió hace ahora un año: "No hay sindicalistas en ningún plató de televisión, en casi ninguna tertulia radiofónica, no aparecen en las entrevistas ni en las secciones de opinión de los diarios, digitales o tradicionales. No se les oye, no se les ve. Desde su punto de vista, se les ignora. Desde cualquier otro análisis, no tienen la menor capacidad de imponer su presencia en la plaza pública". ¿Imponer su presencia en la plaza pública? No sabemos si la referencia quería ser literal, porque en ese caso no se entiende la existencia de más de trescientos sindicalistas procesados por ejercer el derecho de huelga. Un ejercicio que, en general, lleva consigo la presencia en el espacio público. Pero si con la expresión "plaza pública" empleó una metáfora para referirse a los medios de comunicación, entonces es que hizo abstracción de su dilatada experiencia profesional en lo que se refiere al acceso a los medios de comunicación privados y a aquellos públicos gestionados por gobiernos sectarios y autoritarios, como sucede en España. 59 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 SEAT es la primera empresa industrial de Cataluña, lo que no es decir poco en un país en el que un modelo productivo basado en el ladrillo y la especulación nos metió en una crisis sin parangón. Es asimismo una empresa que pertenece a un sector exportador de productos de alto valor añadido y que viene a representar en torno al 7% del PIB. El centro de El Prat se dedica a la fabricación de cajas de cambio para todo el grupo. Obviamente, los sindicatos no atraviesan por sus mejores momentos, con uno de cada cinco trabajadores en paro, con la temporalidad en el empleo disparada y con el peso de una cultura fordista que las más de las veces no es sino un lastre para afrontar los vertiginosos y masivos cambios que operan en el mundo del trabajo. Lo que no significa que ignoren todo ello y que no hayan emprendido, aún con dificultades, una reflexión autocrítica a pesar de todo. que se celebraron asambleas masivas de alrededor de 800 trabajadores; es decir, la gran mayoría de la plantilla. Un número de personas como veinte veces mayor a las que estaban concentradas a las puertas del Parlament de Cataluña el día de la elección del nuevo Presidente de la Generalitat. Hago esta comparación porque la concentración ante el Parlament fue "pinchada" en directo a lo largo de esa tarde varias veces por, al menos, una cadena de televisión de ámbito estatal. Sin embargo, no me consta que las asambleas de los huelguistas de El Prat que, como digo, eran unas veinte veces más numerosas, fuesen grabadas y emitidas por televisión alguna. En fin, como cabe imaginar, la huelga fue organizada por el comité de empresa y los sindicatos. Pues bien, la huelga terminó después de cuatro jornadas, cuando los trabajadores lograron que la compañía abandonase su pretensión inicial. Sin embargo para quien esto escribe ha sido muy difícil obtener estos datos. En Cataluña la repercusión mediática ha sido ínfima, y fuera sencillamente no ha existido. Informativamente hablando la huelga de SEAT ha sido sometida a una suerte de ley del silencio. Mientras tanto, quizás por casualidad, la marca ha aparecido en grandes anuncios en medios como en el que Gallego Díaz escribió el párrafo que hemos citado más arriba. Los tertulianos, los opinadores profesionales y los hacedores de opinión no han tenido en esta ocasión la más mínima curiosidad en saber y contar qué hacen los sindicatos. No importa, volverán a repetir una vez más aquello de "¿dónde están los sindicatos?" La huelga de SEAT Sea como fuese, en esas estábamos cuando hace poco más de una semana, periodistas, tertulianos y creadores de opinión han tenido una ocasión magnífica para saber qué hacen los sindicatos e incluso para contarlo. En efecto, recientemente, la dirección de SEAT decidió trasladar a 50 trabajadores del centro de trabajo de El Prat a la factoría de Martorell. Lo hizo de manera unilateral, sin contar con los trabajadores ni con sus representantes; es decir, el comité de empresa y los tres sindicatos que lo componen, UGT, CCOO y CGT, tan democráticamente elegidos como la alcaldía de Barcelona o el parlamento español. A la plantilla no le gustó la decisión de la dirección, no sólo por la unilateralidad de la misma, sino también porque el traslado a Martorell significaba un trabajo más fatigoso, más dificultades en el traslado desde el domicilio al lugar de trabajo y la incógnita sobre la vuelta a El Prat cuando se diesen nuevos picos de producción. De manera que los trabajadores decidieron ir a la huelga. Una huelga de carácter indefinido en la 60 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 José Luis Mateos Del apoyo a la querella a ser querella José Luis Mateos es patrono de la Fundación Andreu Nin y miembro de la CEAQUA Casi 6 años han transcurrido desde que en abril de 2010 el Juzgado Criminal y Correccional nº 1 de Buenos Aires abriese la causa 4591/2010 por crímenes de lesa humanidad cometidos por el franquismo. Es bueno saber que constituye la única denuncia vigente contra dichos delitos, la única que, de momento, cuenta con 19 imputados. Para la gestión y seguimiento de la Querella surgió la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA, en adelante). Tampoco está de más recordar los fundamentos jurídicos desarrollados por diferentes organismos internacionales y recogidos por la CEAQUA. En los juicios de Nüremberg, realizados para juzgar el genocidio nazi, se definieron los crímenes contra la humanidad como el "asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra". Posteriormente, el Estatuto de la Corte Penal Internacional estima que estos crímenes suponen "la comisión como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil -multiplicidad de víctimas-, y con conocimiento de dicho ataque". La característica principal de estos crímenes es su naturaleza imprescriptible, tal como ha sido recogido en la Convención sobre Crímenes de Guerra y Crímenes de Lesa Humanidad, de 26 de noviembre de 1968, que señala en su artículo 1 que estos delitos "... son imprescriptibles cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido". Conocida es la posición del Gobierno español al respecto y en paralelo la de la Administración de Justicia. Así, resalta la vigencia de la Ley 46/1977 de Amnistía (cuando en las Cortes de 1977 la izquierda avaló la llamada Ley de Amnistía -Ley preconstitucional, lo hizo en la creencia de que el ejercicio de la oposición a la Dictadura franquista dejaba de ser delito cuando en realidad se estaba amnistiando a los victimarios); la prescripción de los delitos cometidos por el tiempo transcurrido; la estimación de que los crímenes de desaparición forzada, tortura o asesinato no fueron sistémicos sino aislados; la negación de la concurrencia jurisdiccional remarcando la primacía de la Justicia española para juzgar los mismos y, por último, una consideración de naturaleza no jurídica y estrictamente política: cualquier acto de justicia al respecto pondría fin a la reconciliación entre los españoles, abriendo espacios a nuevas formas de confrontación. Todo un argumentario descabellado y políticamente comprometido con la vigencia de la impunidad. No sólo rechaza la legislación internacional sobre la materia sino los mismos compromisos contraídos por el Estado español e, incluso, la propia Constitución en lo que se refiere al acceso a la Justicia y a la conformidad con la Declaración Universal de los 61 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Derechos Humanos. En consecuencia y en aplicación de las normas relativas a la Justicia Universal, la Justicia argentina asumió la querella presentada ante esa jurisdicción por distintas víctimas del franquismo y asociaciones vinculadas a la memoria histórica. A esta querella se han incorporado posteriormente otros querellantes, familiares de bebés robados, ex presos y ex presas políticas, víctimas del trabajo esclavo, descendientes de fusilados, de exiliados… El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su sexto informe periódico sobre España (junio 2015) "…reitera su recomendación en el sentido de que se derogue la Ley de Amnistía o se la enmiende para hacerla plenamente compatible con las disposiciones del Pacto. El Estado parte debe impulsar activamente las investigaciones respecto de todas las violaciones a los derechos humanos del pasado. El Estado parte debe velar porque en estas investigaciones se identifiquen a los responsables, se los enjuicie y les impongan las sanciones apropiadas, proporcionales a la gravedad de los crímenes y se repare a las víctimas…". En fin, la Dictadura franquista no es amnistiable pero… España ni juzga ni deja juzgar. Con el transcurso de tiempo la "querella argentina" ha permitido visibilizar a las víctimas, poner en evidencia al Estado español ante los organismos internacionales de derechos humanos e incluir, parcialmente, en la agenda política, el asunto de la impunidad heredada del franquismo. Sin embargo, la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición siguen siendo aspiraciones de resolución incierta. En su actividad la CEAQUA se esforzó en configurar un espacio social de solidaridad con la "querella" además de estimular el compromiso de numerosas instituciones representativas (ayuntamientos, parlamentos autonómicos), todo ello bajo la fórmula de "apoyo a la querella". Ahora, desde la óptica de la CEAQUA, no se trata tanto de apoyar la querella como de ser querellante. Veamos. a) Aunque sólo sea de forma parcial y desigual, la impunidad del franquismo ha adquirido una dimensión, social y mediática, superior a lo previsible pero todavía inferior a lo deseable. El Gobierno y la Justicia española siguen ignorando y excluyendo de la agenda política el reconocimiento de las víctimas, sabedores de que se mueven en un terreno árido y con un comprometido asunto que pone en evidencia la propia naturaleza del régimen de la Transición. b) Las movilizaciones sociales de los últimos años y las profundas demandas de cambio político convierten la eliminación de las pervivencias del franquismo en un componente del mismo y deseado cambio. Es el momento de que los nuevos y renovados ayuntamientos y parlamentos autonómicos se comprometan a fondo, con la liquidación del déficit democrático que padece la sociedad española. Recordemos, pues, que una política democratizadora no puede ignorar la asociación entre el cambio y la memoria. c) La impunidad es una construcción política deliberada y alimentada con una práctica cotidiana, de ideas, normas, representaciones, comportamientos que impregnan diferentes esferas de la vida cultural, social y política. Pero una "construcción política" se desmonta con otra política, en este caso, impulsada desde las instituciones democráticas y representativas. d) Más allá del impacto y contribución de la "querella argentina", es una evidencia que el fin de la impunidad se tiene que producir en este país y no allende los mares. Es la Justicia española, las instituciones españolas y la legislación española las que deben modificarse y actuar en consecuencia. Es por ello que las querellas contra el franquismo y sus pervivencias deben tomar cuerpo en los Juzgados territoriales correspondientes de este país. e) Las corporaciones municipales y asambleas autonómicas con el requerido celo democrático, pueden erigirse en bastiones democráticos que actúan –judicialmente62 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 en representación de sus vecinos y vecinas represaliados por el franquismo, sin olvidar a los numerosos alcaldes, concejales y empleados públicos, muchos de ellos y ellas condenados y/o fusilados en función de su cargo y compromiso. f) Muchos pensamos que la impunidad del franquismo constituye el elemento cohesionador del bloque social dominante. En torno a la misma, se generan complicidades, se articulan intereses y se desarrollan prácticas de dominación sobre bienes y personas. Su hegemonía requiere de una cierta aceptación social que sitúa en la esfera de lo secundario o accesorio los efectos de dichas prácticas. Que no parezca que tienen dueño y promotor, que se oculte que proceden de un cuerpo social minoritario y organizado. Es, a fin de cuentas, una forma de conspiración contra la mayoría social, de la misma forma que el olvido y la reconciliación no son instrumentos asépticos ni mecanismos neutros. La supuesta equidistancia oficial entre víctimas y victimarios, la preeminencia de las víctimas de ETA sobre otra clase de víctimas y el cuento de una transición regalada sin el protagonismo de las clases subalternas y de una juventud combativa, es el relato justificativo y legitimador de privilegios, ventajas sin cuento y situaciones efectivamente monstruosas. Desde la CEAQUA animamos a los Ayuntamientos y Parlamentos autonómicos a construir otra realidad, a impulsar nuevos compromisos con la verdad, la justicia y la reparación. La elaboración de Planes o Proyectos integrales, municipales o autonómicos de memoria democrática han de ser celebrados, la apertura de Oficinas de atención a las víctimas, la recuperación de la tímida e insuficiente Ley 52/2007 de Memoria Histórica, la decisión de erradicar del patrimonio cultural y urbano la nomenclatura fascista/franquista será, igualmente, bienvenida. En fin, pasar de apoyar a la querella a ser querellante contra el franquismo (Pamplona, Zaragoza y RivasVaciamadrid ya lo han hecho). Pero ¡atención! Todo esto no se hará sin ruido mediá- tico y, en consecuencia, sin conflicto social. Para la caverna de este país es un asunto innegociable, tabú. Sin duda les molesta y les inquieta la remunicipalización de un servicio público determinado, les dificulta una oportunidad de negocio la recuperación pública de la limpieza municipal o la recogida de residuos urbanos, les incomoda la no privatización de aquello que tenían previsto, convertirían en drama la derogación de la reforma laboral, dirían que la negociación colectiva destruiría el empleo. Pero sabrían llevarlo, formaría parte de las pérdidas tolerables. Pero lo que bajo ningún concepto podrán aceptar es que la impunidad del franquismo deje de impregnar y modelar al conjunto de las relaciones sociales. La impunidad del franquismo es tan estructural como la corrupción, es el ADN del régimen de la reforma. Sin aquellas castas parásitas educadas para gobernar y dirigir el país, depredadoras de lo público, que no saben vivir sin las instituciones puestas a su servicio, sin un aparato de estado autoritario, las ventajas que el franquismo les proporcionó siguen siendo un todo. Para estos grupos, cualquier ampliación de la democracia tendrá un carácter apocalíptico. Los Ayuntamientos modificarán el nombre de las calles, retirarán monumentos ignominiosos, cambiará, en definitiva, el decorado urbano y sin duda, lo celebraremos y nos felicitaremos por ello. Pero no necesariamente implicará el fin de la impunidad. Madrid, 5 de febrero de 2016. 63 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 “Si quieres que respetemos la ley, haced leyes respetables” frase de Maud Watts, personaje de Suffragette, interpretada por Carey Mulligan en la película dirigida por Sarah Gavron 64 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Carmen Castro http://singenerodedudas.com Repensar la ciudad desde la igualdad de género (I y II) Tras la lectura de una entrevista a David Harvey (bit.ly/1CMz0Vy) he decidido reactivar esta línea de análisis que tenía en stand by sobre la necesidad de repensar la ciudad desde la igualdad de género y el reto que representa para el nuevo municipalismo emergente. Se trata de tomar en consideración de qué manera la interrelación de los tiempos de vida, la redistribución espacial y de recursos y la reorganización de los servicios que afectan a la vida cotidiana en el proceso de humanización de las ciudades al que se refería Jane Jacobs (bit.ly/1L6oTET), debería transformar, al mismo tiempo, el imaginario simbólico construido desde el sistema patriarcal. El interés en hacer este abordaje nace de lo que motivó mi tesis doctoral, en su momento: la potencialidad género-transformativa de las políticas públicas para avanzar hacia otro modelo de sociedad. I Cuando se quiere poner la vida y las necesidades de las personas en el objeto de atención de las políticas públicas, surge la necesidad de repensar lo que habitualmente se considera estándar y complejizar el análisis integrando la diversidad de realidades, condiciones y posiciones sociales de mujeres y de hombres. En la práctica, esto conlleva a poner en cuestión el seguir utilizando la idea de un supuesto sujeto universal enmascarado en el masculino como globalizador de necesidades, expectativas y voluntades de los sujetos hombres y mujeres. 65 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 El interés del análisis de las ciudades viene del creciente proceso de urbanización y del hecho de que en ellas confluyen diversos fenómenos en un aspecto multinivel. Lo global está presente e incide en aspectos nacionales, de demarcación territorial y organización política, así como en aspectos más localizados en el territorio (descentralización, violencia, tejido económico, etc.) Hacer del derecho a la ciudad parte efectiva de los derechos humanos para todas las personas requiere pensar el espacio urbano desde las diferencias entre mujeres y hombres, tomando en consideración las interseccionalidades que pudieran concurrir, ya sean clases socioeconómicas, orígen étnico, códigos culturales y/o religiosos y diversidades respecto a la autonomía personal de cada quien. La consideración de la incidencia de las construcciones sociales, asignadas tradicionalmente a mujeres y hombres, en el análisis de la ciudad, se enmarca en la conceptualización de la ciudad como nodo y pulsión de cruces de relaciones. En este marco cobra importancia la observación de cómo se dan las interrelaciones de los hombres y de las mujeres con las principales instituciones de la sociedad; es decir, cómo inciden las relaciones de género en la articulación de las instituciones, de los mercados, de la comunidad y de las familias. Entendiendo ‘género’ como la variable explicativa de la construcción cultural asentada en la diferenciación sexual por la que se atribuyen diferentes expectativas sociales, atributos, funciones y comportamientos a las mujeres y a los hombres, en base al condicionante biológico, estructurando un sistema de ordenación socioeconómica basado en la preeminencia masculina. Para mayor detalle explicativo sobre teoría de género, leer a Gayle Rubin bit.ly/1QxxjYr, Joan Scott bit.ly/1Uispy3 o Marcela Lagarde bit.ly/1XIANqq. En una primera aproximación, la integración de la perspectiva de género en la reflexión, análisis e intervención política sobre la ciudad permite hacer emerger evidencias de que el espacio y la distribución territo- rial espacial y física no es neutra, y que los roles y actividades que desempeñan hombres y mujeres condicionan las expectativas respecto al acceso y uso de los espacios en la vida cotidiana. Este tipo de análisis da lugar a poder conocer y valorar en qué medida se vinculan las relaciones de género socialmente construidas y el espacio urbano socialmente producido. La división sexual del trabajo atraviesa también la división de las actividades en las ciudades; por una parte se diferencian los espacios de producción-trabajo de los espacios de habitación-reproducción y se les asignan roles específicos de género. Las mujeres se relacionan en mayor medida con el ámbito del hogar y los espacios de la reproducción, mientras se establece la percepción de que la calle y los lugares destinados a la producción se construyen -implícitamente- desde la preeminencia masculina. Esta segmentación no obedece a ningún criterio funcional, sino más bien a un refuerzo de la división genérica de la sociedad y a la traslación de la lógica binaria patriarcal producción/ reproducción, público/privado y masculino/femenino. Hacer emerger la importancia del trabajo reproductivo y no remunerado que realizan mayoritariamente las mujeres es un proceso clave para entender el funcionamiento de la vida urbana, tomando consciencia de que ante la hipotética situación de que las mujeres dejaran de responsabilizarse de dicho trabajo reproductivo, sería evidente que la estructura urbana, social y económica, tal y como la conocemos, dejaría de funcionar. Pues bien, de esta línea argumentativa se atisba ya una primera aproximación a la visión de género de la ciudad, por la que emerge el trabajo invisible y los desplazamientos de trabajo que representa el circuito de los servicios de atención a la vida cotidiana; algo que no siempre se contempla en la política urbana como, por ejemplo, en el diseño del sistema de transporte público, que sigue atendiendo preferentemente a las necesidades de desplazamiento vivienda-empleo, más próximo a 66 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 la lógica del trabajo productivo (preeminencia masculina). Y es que, a pesar de que mujeres y hombres vamos accediendo a diferentes ámbitos y sectores de actividad, los criterios de distribución y participación aún evidencian que habitamos la ciudad de manera diferenciada; es preciso relacionarlo con el hecho de desempeñar distintos roles, responsabilidades y sobre todo porque las experiencias cotidianas en cuanto a cómo enfrentamos las necesidades de trabajo, vivienda y servicios son cualitativamente diferentes. Lo anterior es algo recurrente en los estudios de género respecto a los ‘espacios de sociabilidad’ como muestran, por ejemplo, los trabajos de Inés Sánchez de Madariaga, los de Alejandra Massolo, los de Jo Beall y Caren Levy, así como la Carta Europea de las Mujeres en la Ciudad, de 1994 (European Charter for Women in the City: Moving towards a Gender-Conscious City, bit.ly/1QclXH3). Es importante insistir en que no existe la neutralidad desde el punto de vista del género, tampoco en lo que se refiere a las políticas de urbanismo, vivienda y regeneración territorial; en esto precisamente inciden las investigaciones y aportaciones feministas, al poner el foco de atención en hacer emerger el análisis acerca de los usos y las experiencias vividas en el territorio, así como las relaciones de poder patriarcales que sostiene o deconstruye. “Debemos admitir el factor género en la ciudad como la fuente de una nueva cultura compartida, y debemos participar en la definición de una nueva filosofía del ordenamiento territorial” (Carta Europea de la Mujer en la Ciudad, 1995). Durante los 90, los movimientos sociales se nutrieron de aportaciones feministas que promovieron la elaboración de Cartas de Derechos de las mujeres a la ciudad, como mecanismo a través del que focalizar los aspectos que perpetúan las desigualdades. “Las mujeres están en desventaja en comparación con los hombres en las ciudades en términos de igualdad de acceso al empleo y la vivienda, la salud y la educación, el transporte, la propiedad de los activos, las experiencias de la violencia urbana, y la capacidad de ejercer sus derechos” (UN-Habitat, 2013). Todas estas dificultades se acrecientan en los procesos de guetización o marginalidad a los que deriva la pobreza económica y monetaria en muchas ciudades, acrecentada en estos últimos años por las políticas neoliberales, y que afecta de manera diferenciada a las mujeres. Cada vez son más voces las que alertan sobre la ceguera de género de la que adolecen las políticas públicas de servicios y planificación urbanística; sin embargo, sería posible integrar en su análisis el enfoque de igualdad a través de tres dimensiones claves de las transformaciones que concurren en las ciudades: - La político-institucional: la igualdad de género, como principio ético-político basado en la equivalencia humana, forma parte II Continuando con la reflexión previa sobre cómo repensar la ciudad desde la igualdad de género (bit.ly/1OQ5nZs), abordo algunas ideas para seguir avanzando en el tema. En esta ocasión, es la construcción del ‘derecho a la ciudad’ y de la consideración del hilo de argumentación de Dolores Hayden en What would a Non-Sexist city be like? (bit.ly/1TvDECG) sobre cómo el diseño de la ciudad tiene consecuencias diferenciadas en la vida cotidiana de las mujeres. Y es que, si bien el derecho a la ciudad se nutre de otros derechos que se desarrollan en el propio espacio urbano (derecho de asociación, de manifestación, de participación, de vivienda, acceso a la educación, de acceso a la sanidad, a la libre información, a la accesibilidad, al libre movimiento y al respeto e inclusión de los colectivos minorizados), cada vez son más las voces (profesionales, activistas, feministas e instituciones) que insisten en la necesidad de reformular el ‘derecho a la ciudad’ desde una perspectiva feminista (bit.ly/1WE9c8N). 67 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 de los nuevos marcos de consenso institucional y de legitimidad democrática, desde lo global a lo local. Esto tiene implicaciones tanto en los discursos políticos como en instrumentación de los mismos a través de planificación, la prestación de servicios y la ampliación de actores sociales y entidades llamadas a participar en la construcción de una nueva gobernabilidad urbana. - La social y económica: el reto de la justicia social, que dicen asumir los gobiernos locales debería integrar la justicia de género entre los criterios de resultados redistributivos conseguidos a través de las políticas municipales; esta premisa aporta la mayor coherencia al nuevo rol de impulsor del desarrollo económico local y de eficiencia en la inversión de los recursos públicos. - La territorial y espacial: el proceso de suburbanización está trasladando a sectores poblacionales de mayor poder adquisitivo a fuera del territorio urbano, los que provoca una reordenación de prioridades en la planificación de obras públicas y en la extensión de infraestructuras y servicios. Este proceso corre paralelo al de la guetización de los sectores más empobrecidos y de mayor vulnerabilidad económica. En los últimos años, gran parte de los ajustes estructurales alentados por las políticas neoliberales han ido dando entrada a un proceso de privatización de los servicios, anteriormente públicos, modificando los criterios de acceso a los mismos. Los efectos de dichas políticas de ajuste han sido particularmente graves sobre los sectores de la población más empobrecidos, lo que tiene un importante componente de género y se traduce, en la práctica, en una derivación de la responsabilidad de la supervivencia y cuidados a los entornos familiares a las mujeres, dado el peso que todavía tiene la socialización de género. Como efecto de lo anterior, la reactivación de los mecanismos de desequilibrios estructurales y muy especialmente la desigualdad de género se ha puesto en marcha. En este contexto adquiere especial relevan- cia la articulación feminista de procesos y estrategias abordadas por las mujeres para resistir (re)apropiándose de los espacios y a través de ellos subvertir el orden simbólico masculino; un hilo del que seguiré tirando en la siguiente parte de esta reflexión. 68 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Rolando Astarita rolandoastarita.wordpress.com Petróleo, caída de las bolsas y economía global Los mercados bursátiles del mundo volvieron a caer fuerte ayer, jueves 11 de febrero. El Dow Jones bajó 1,6%; el Stoxx Europe 600 Index (un índice compuesto que representa 600 empresas de capitalización grande, mediana y pequeña de 18 países europeos) perdió el 3,4%; en Hong Kong la caída fue del 3,85% y en Tokio del 2,3%. Los más golpeados fueron los bancos. Las acciones del banco griego Ergasias y el italiano Unione di Banche Italiani cayeron 13%; Societé Generale cayó 12% luego de informar ganancias menores a las esperadas y que hacía aprovisionamiento por potenciales costos legales; Deutsche Bank, Credit Suisse Group y Standard Chartered tuvieron pérdidas del 5%. El West Texas Intermediate cayó 4,9% para terminar en 26,24 dólares, el mínimo valor en 13 años. Como contrapartida, subieron los bonos públicos, y el precio del oro aumentó 4,6%; un signo de que se busca refugio en liquidez o valores seguros. “Los mercados temen un riesgo sistémico inminente como el provocado por la quiebra de Lehman Brothers” dice Sylvain Loganadin, analista de FXCM, una compañía dedicada a la comercialización de divisas (La Nación, 12/02/15). Si bien hoy viernes las bolsas y el petróleo rebotaban, las pérdidas en lo que va del año son significativas. Con los cierres de ayer, Wall Street llevaba perdido un 10% desde principio de año; Londres el 11,3%; el Stoxx Europe 600 el 17%, Tokio 17,4%, Hong Kong 15,4% Brasil 9,3%. A pesar de que hoy viernes las bolsas rebotaron, la situación sigue siendo muy difícil. Dado que en otras notas me he referido a la debilidad de la economía a nivel global, en esta entrada sólo actualizo algunas cuestiones. La caída del petróleo El petróleo está cayendo desde julio de 2014, cuando cotizaba arriba de los 90 dólares el barril. Estamos ante una guerra de precios, que sigue desarrollándose a nivel global. Como se ha dicho repetidas veces, la demanda se ha enlentecido, principalmente por la desaceleración de la economía china. Pero también cuenta la debilidad de Europa y Japón, y la fuerte caída de las economías de Brasil y Rusia. A su vez, la oferta se incrementó. EEUU pasó de producir 5,5 millones de barriles diarios en 2005 a 8,7 millones en 2014 y 9,7 millones en 2015. Por otra parte Arabia Saudita, que durante mucho tiempo actuó como regulador en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha aumentado su producción para ganar mercado. El presupuesto saudí depende crucialmente del petróleo. Rusia también elevó su producción en 2015, ayudada por la depreciación del rublo. En los próximos meses se espera, además, que, levantadas las sanciones, la producción de Irán se haga sentir a pleno en el mercado. El resultado ha sido la acumulación de inventa69 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 rios; por fuera de EEUU la capacidad de almacenamiento en tanques está prácticamente agotada, y en EEUU está cerca de alcanzar el límite (WSJ, 11/02/16). No es de extrañar que China haya estado sufriendo fuertes salidas de capital. Desde la devaluación de agosto de 2015 el Banco de China ha liquidado más de 400.000 millones de dólares de sus reservas para sostener la moneda. Aunque la situación cambiaria está bajo control por ahora, debido al superávit en cuenta corriente de 350.000 millones de dólares (y sus reservas suman 3,2 billones), la salida de capitales es una expresión de las debilidades de fondo. Una economía mundial débil y vacilante El trasfondo de la caída del petróleo es una economía mundial débil y vacilante. En 2015 la zona euro creció sólo 1,5%; Japón 0,6%; Rusia decreció 3,7% y Brasil 3,8%. La economía de EEUU, la más importante, creció en 2015 el 2,5%; pero en el cuarto trimestre lo hizo sólo el 0,7% (tasa anualizada). Los factores que contribuyeron positivamente al crecimiento en el último trimestre de 2015 fueron el consumo personal, la inversión en construcción residencial y gasto público; los negativos fueron la inversión privada en inventarios, inversión fija no residencial y exportaciones. La producción industrial se mantiene débil; recién en mayo de 2014 alcanzó el pico previo a la recesión. La utilización de capacidad instalada en el segundo trimestre de 2015 se mantenía en 77,8%, 2 puntos porcentuales por debajo del promedio 1972-2014 (Reserva Federal, 1.usa.gov/1KHc83C). La segunda economía en importancia, China, se ha venido desacelerando en los últimos años desde las tasas de crecimiento de 10% o superiores. En 2015 creció un estimado del 6,9% y en 2016 crecería 6,3% (FMI). Pero muchos piensan que esas cifras están infladas. Sobre China pende una bomba de tiempo financiera (véase las notas referenciadas al final). Según fuentes privadas, el sistema bancario habría multiplicado sus activos por 10 en la última década, para alcanzar los 34,5 billones de dólares. El sistema bancario en las sombras (instrumentos que se emiten fuera de balance y prometen altos rendimientos) creció 600% en los tres últimos años, de acuerdo a datos del grupo UBS. Todo este sistema está al borde de la quiebra. En un contexto de sobreinversión y sobreacumulación en muchas ramas, y construcción residencial empujada por el crédito especulativo, cada vez es más difícil cumplir con las deudas. La inversión global no se ha recuperado Marx sostenía que la clave de la solidez de una economía es la acumulación del capital, esto es, la reproducción ampliada del capital; o lo que en la economía convencional se conoce como inversión (aunque no es idéntica a la acumulación tal como la entiende Marx). En cualquier caso, la inversión es el talón de Aquiles de la economía global. En este sentido, en un trabajo publicado en marzo de 2015, R. Banerjee, J. Kearns y M. Lombardi, del BIS, plantean con razón que “a pesar de las muy fáciles condiciones de financiación globales, la inversión se ha mantenido baja después de la Gran Recesión” Afirman también que históricamente la incertidumbre acerca del estado futuro de la economía y los beneficios esperados juegan un rol clave en la inversión, y que las condiciones financieras tienen un papel menos destacado. Y lo que ha sucedido después de la Gran Recesión “parece estar en línea con lo que se podría haber esperado basado en las relaciones del pasado. Una recuperación más fuerte de la inversión parecería depender de la reducción de la incertidumbre económica y de expectativas de un crecimiento futuro más fuerte”(Why is investment weak?, bit.ly/20SXRTw). Plantean luego que la inversión es el componente principal que explica las fluctuaciones cíclicas; la caída de 2008 se debió en gran medida al colapso de la inversión, que contrajo la demanda agregada; lo que llevó a la peor recesión en los países adelantados en décadas. Después de la rece70 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Caída del petróleo y su efecto en la demanda En algunos escritos se ha sostenido que la caída de los precios del petróleo obedece a una decisión de EEUU, que tendría el objetivo de mejorar su economía y la de sus aliados, en perjuicio de los países atrasados exportadores del crudo. Es una explicación que además de subjetivista (la he criticado en bit.ly/1QgcUVL), impide entender la dinámica real de las crisis. En primer lugar, aclaremos que ni siquiera es verdad que los países adelantados importan más petróleo que los atrasados, o en desarrollo. “Los mercados emergentes han representado la mayor parte del consumo mundial de petróleo desde 2014, según la Agencia Internacional de Energía, AIE. En el cuarto trimestre de 2015, la demanda de los países en desarrollo ascendió a poco más de la mitad de los 95 millones de barriles consumidos por día en el mundo” (WSJ, 10/02/16). De manera que la relación es más compleja que lo que pretende el esquema. Pero la cuestión tiene más aristas. Es que muchas veces se ha considerado el precio del petróleo como una variable independiente que decide, en última instancia, la marcha de la economía. En este respecto, el tópico ha sido la explicación de la crisis en los países adelantados de 1974-1975 por la suba previa de los precios del petróleo. José Tapia, en el trabajo citado, escribe: “Para algunos economistas como James Hamilton y Ben Bernanke una variable macroeconómica importante es el precio del crudo; la idea es que los altos precios del petróleo estrangulan fuertemente la actividad económica, llevando a la recesión. Dado que los precios del petróleo han de hecho aumentado antes de cada recesión de la economía mundial en décadas recientes, los datos parecen dar alguna credibilidad a este enfoque. De todas maneras, un examen más a fondo de los números, como lo hicieron Lutz Kilian y Martin Stuermer, reduce mucho la credibilidad de esa interpretación. Sucede que los precios del petróleo suben cuando la economía global se expan- sión, la inversión se recuperó en algunos países, pero en otros, entre ellos, Italia, Francia, Alemania y Japón, no ha vuelto a su nivel anterior a la recesión. Esto a pesar de las inyecciones monetarias, las bajas tasas de interés y la suba de los mercados bursátiles. Los autores señalan que las ganancias con respecto al stock de capital de las empresas no financieras se han mantenido relativamente altas en EEUU, Canadá y Gran Bretaña (10%), Alemania (7,5%) y Japón (5,5%) durante el período 20092014, pero la inversión no mejoró. La explicación más probable de este hecho, según estos investigadores, es que las empresas tienen incertidumbre acerca de la evolución de la demanda futura y por lo tanto acerca de los posibles beneficios. En otras notas he planteado que la excesiva capacidad (resultado de la sobreacumulación) y la fragilidad financiera pueden estar en la base de esta debilidad de la inversión; debilidad que se mantiene incluso cuando la tasa de ganancia es relativamente elevada. A su vez, la demanda débil incide negativamente en las ganancias actuales, afectando con ello las expectativas de ganancias futuras y las inversiones. En este sentido, una desaceleración brusca de las ganancias puede ser disparadora de la recesión. José Tapia, en un trabajo reciente, y refiriéndose a EEUU, anota que las ganancias de las corporaciones estadounidenses han caído en 2014, y que la caída de las ganancias ha antecedido las recesiones en las últimas décadas. “Cada crisis [desde 1981] es precedida por una caída en el retorno sobre el capital, lo que aparece como un crecimiento negativo de los beneficios”(“Toward a New Global Recession? Economic Perspectives for 2016 and Beyond”, The Brooklyn Rail, 3/02/16). Esta relación entre tasas de ganancia, ganancias e inversión está en el centro de las explicaciones sobre las crisis, y deberá ser motivo de más investigación. Lo importante ahora es subrayar la debilidad de la inversión como fundamento último de la debilidad de la economía mundial. 71 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 de y aumenta la demanda de energía. De manera que es la expansión global la que aumenta los precios del petróleo. Esto a su vez podría contribuir a disparar la crisis, pero, primero, la evidencia de que altos precios del petróleo tienen un efecto directo en reducir la actividad económica es más bien débil; en segundo lugar, las subas de los precios del petróleo tienen su causa en la expansión previa. Los precios del petróleo han estado a niveles muy bajos en meses recientes y el acuerdo general es que esto se debe al bajo nivel de actividad económica en la mayor parte de la economía mundial”. Sin embargo, algunos economistas piensan que si baja el precio del petróleo debería haber un efecto estimulante sobre la demanda en EEUU u otros países importadores. La caída del petróleo equivaldría a un recorte de los impuestos; de manera que se perjudicarían las compañías petroleras, pero aumentaría la demanda de otros bienes. Dado que mucho del petróleo es importado, habría una ganancia neta para la economía estadounidense. En base a este esquema, economistas del JP Morgan predijeron, en enero de 2015, que los menores precios agregarían un 0,7% de crecimiento al PBI de EEUU; ahora dicen que la baja de los precios pueden haber recortado el crecimiento un 0,3%, y que en 2016 apenas sumaría un 0,1%. Los analistas de Goldman Sachs directamente dicen que no habrá ningún efecto positivo. En cualquier caso, parece evidente que la caída del petróleo (también de los minerales y productos agrícolas) no ha dado los beneficios usualmente esperados. anual por debajo del 5% entre 1985 y 2005, al 10% en 2012-2013, para volver a bajar ahora al 5% (cálculos del Deutsche Bank). La disminución de la inversión y la producción se traduce en despidos y menos demanda. Algo similar ocurre con la minería. En segundo lugar, la caída de la demanda de los países atrasados o en desarrollo, se traduce en caída de exportaciones desde los países adelantados. Pero, en tercer lugar, y más importante, si las perspectivas globales de la economía son inciertas, el aumento de poder de compra no se traduce necesariamente en su ejercicio efectivo, o sea, en gasto en consumo o inversión (es el ABC de la crítica a la ley de Say). Más todavía, la baja del precio del petróleo, en el marco de la debilidad de la demanda, genera fuertes presiones deflacionarias. Y la deflación afecta negativamente a la demanda. En la medida en que los precios bajan, es redituable mantenerse líquido. Máxime si hay fuerte incertidumbre (véase Keynes Teoría General, capítulo 19). Por eso la actual corrida hacia los bonos del Tesoro y el oro. Pues bien, en la zona del euro la tasa anual promedio de suba de precios (incluye energía y comida) entre 2000 y 2006 rondaba el 2%. Pero durante la recesión, en julio de 2009, llegó a ser negativa 0,6%. Con la recuperación posterior, alcanzó el 3% en noviembre de 2011, para bajar luego de forma sostenida. En diciembre de 2015 fue 0,2%. Es una situación cercana a la deflación. Esto a pesar de que la tasa de interés de referencia del Banco Central Europeo es 0,05%, y la tasa que paga por depósitos de los bancos es negativa. Además, el BCE inyecta mensualmente 60.000 millones de euros mediante la compra de activos. En Japón hay una situación similar: la tasa anualizada de inflación en diciembre fue también del 0,2%. Para contrarrestar las presiones deflacionarias el Banco de Japón acaba de establecer la tasa de referencia en terreno negativo, -0,1%. Pero la demanda no repunta. Y en EEUU la tasa anual de inflación de diciembre fue de 0,7%. La ¿Qué sucede? Una primera cuestión a anotar es que la caída de los precios del petróleo está afectando de manera muy fuerte las inversiones energéticas (también de las mineras y de los negocios vinculados al agro). La extracción del crudo con el método fracking hizo que la participación de la industria en la inversión total subiera de un promedio 72 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Reserva Federal aumentó la tasa de interés de referencia al 0,5% en diciembre, en una movida destinada a comenzar paulatinamente una suba. Pero ahora estaría reconsiderando el asunto, y en enero dejó la tasa sin variaciones. En definitiva entonces, en el marco de las tendencias deflacionarias y desconfianza en la economía, no hay razón para esperar que la caída del precio del petróleo sea compensada automáticamente por un aumento equivalente del gasto. petróleo y de energía representa hoy el 15% tanto del total de la deuda calificada como grado de inversión, como del total de alto rendimiento. Una gran parte de esa deuda ha sido emitida por empresas estatales de países atrasados o en desarrollo, como Rusia, Brasil y China. Las petroleras estadounidenses también se endeudaron fuertemente. Su deuda representa el 40% del total de préstamos sindicados y bonos de deuda. Muchas lo hicieron para financiar las inversiones; los gastos anuales de capital de las empresas de petróleo y gas se duplicaron entre 2000 y 2013, llegando ese último año a 900.000 millones de dólares. Pero la caída de los precios del petróleo, que sostiene el valor de los activos que respalda las deudas de las empresas, reduce la rentabilidad, aumenta el riesgo de default y genera más costos financieros. Por eso los rendimientos de los bonos han estado aumentando; los autores anotan una suba de casi 500 puntos básicos entre junio de 2014 y febrero de 2015. Pero desde entonces la situación ha empeorado. Los bonos de muchas empresas vinculadas al petróleo se han derrumbado; lo mismo sucede con los seguros contra default, los CDS. Fondos mutuos vinculados al petróleo también han sufrido pérdidas. Además, la caída del precio del petróleo aumenta los riesgos de falta de liquidez. Las empresas muy endeudadas van a reducir fuertemente sus gastos, vendiendo instalaciones y despidiendo gente. En cuanto a la producción, intentarán sostener los niveles de output, o incluso aumentarlos para hacer frente a las deudas. Notemos que esta constricción es importante en las crisis, como apuntó en su momento Marx: cuando hay que saldar deudas, se vende a cualquier precio; lo que profundiza las caídas. Y aumentan las quiebras: “S&P dice [diciembre 2015] que el número de defaults de corporaciones globales ha superado los 100 en 2015, el doble que el año pasado y la cifra más alta desde 2009, y más de la tercera parte ocurrió en el sector de la energía”(bit.ly/1RkF68E). Como no podía ser de otra manera, muchos Repercusiones en el sistema financiero La caída de los precios de los commodities (materias primas), y del petróleo en primer lugar, afectó también al sistema financiero. Contra lo que piensan los defensores de la tesis de la “primacía de las finanzas en el mundo contemporáneo”, lo financiero depende necesariamente de la generación y realización del valor y la plusvalía. Si esto no sucede, los prestamistas e intermediarios financieros estarán en problemas. Y el crédito es tanto una palanca de la acumulación, como también es un factor que impulsa la sobreproducción y la especulación, y con ello contribuye a generar las condiciones de las crisis. El hecho es que las inversiones en nuevas explotaciones mineras y petroleras fueron financiadas, en los últimos años, por accionistas, bancos y diversos inversores. Según D. Domanski, J. Kearns, M. Lombardi y H. Song Shin, economistas del BIS, la deuda total del sector del petróleo y gas, a comienzos de 2015, era de aproximadamente 2,5 billones de dólares, dos veces y media más elevada que a fines de 2006 (“Oil and debt”, bit.ly/1XOPzvN). A partir de 2008, las compañías petroleras se endeudaron tanto con los bancos como en el mercado de bonos. Los bonos emitidos pasaron de 455.000 millones de dólares en 2006 a 1,4 billones en 2014; un crecimiento del 15% anual. Los créditos sindicados (organizados por bancos) crecieron de 600.000 millones a 1,6 billones de dólares en el mismo período; un aumento anual del 13%. La deuda emitida por las empresas de 73 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 bancos están sintiendo el pinchazo. No es una situación de la gravedad que revistió la crisis de las hipotecas, pero de todas maneras es preocupante. En enero el Bank of America informó que en el cuarto trimestre de 2015 había aumentado las provisiones por pérdidas en créditos en 260.000 millones de dólares; la mayor parte de las mismas vinculadas a la energía. Según el informe, 8.300 millones de dólares estaban colocados en actividades de exploración y producción de “alto riesgo” sobre un total de 21.000 millones de exposición en el sector (nyti.ms/1UbrTzw). Paralelamente Citigroup, Wells Fargo y JP Morgan informaron que cuestiones vinculadas al petróleo pesaron en sus ganancias trimestrales. Wells dijo que 17.000 millones de dólares estaban colocados en compañías de energía que no tenían grado de inversión. Citigroup comunicó que 32% de sus préstamos en energía fueron también a empresas por debajo del grado de inversión. BOK Financial, que incluye bancos de Oklahoma y Texas provisionó 22.500 millones de dólares por posibles pérdidas (ídem). Esta situación, aunque todavía no está afectando seriamente la reserva de capital de los bancos, incide en las ganancias y el problema puede agravarse en un futuro más o menos cercano. Es que cuando los precios eran altos, muchas empresas tomaron protección para resguardarse de caídas. En consecuencia, algunas compañías todavía están recibiendo 80 dólares por barril (para pérdida de los especuladores en los mercados swap que tomaron el lado alcista). Sin embargo, por estas semanas esas protecciones estarán expirando y las carteras crediticias de los bancos lo van a sentir. La caída de las acciones de los bancos se relaciona lógicamente con esta situación. Es posible también que las condiciones de crédito se endurezcan para las otras ramas de la economía. Un párrafo aparte merecen los llamados bonos basura (junk bonds), a los que ya hicimos mención. Se trata de bonos de alto rendimiento, esto es, que financian inversiones arriesgadas. La deuda en bonos basura en energía, en EEUU, alcanzó los 210.000 millones de dólares. Es aproximadamente el 16% del total del mercado de bonos basura, de 1,3 billones de dólares. Cuando los precios del petróleo eran altos, el asunto se presentaba como un gran negocio. Cuando bajan, habrá inevitablemente grandes pérdidas. Los bancos europeos también tienen problemas, tanto por la debilidad general de la economía, como por las inversiones en energía. Según un estudio de la firma Jefferies, apostaron en exceso al petróleo y gas; la suma rondaría los 100.000 millones de euros. El más complicado es el Deutsche Bank, que informó pérdidas en 2015 por 6800 millones de euros. La acción del banco se ha desplomado en lo que va del año un 40%, y hay temor de que no pueda cumplir con el pago de la deuda convertible en acciones que emitió en 2014 por 4300 millones de euros. El Deutsche también está muy comprometido por acusaciones de haber manipulado la tasa de interés interbancaria. HSBC, por su parte, está en un proceso de reestructuración y anunció el despido de miles de trabajadores. Los bancos italianos también están en problemas: en noviembre de 2015 los créditos en mora alcanzaban los 201.000 millones de euros. La acción de Unicredit se hundió un 45% desde el inicio del año; y de conjunto, los títulos de los bancos europeos cayeron en promedio el 25%. Los CDS (credit default swaps, seguros contra quiebra) de los grandes bancos europeos se han duplicado. Un crack financiero es una posibilidad en el horizonte, e impactaría de lleno en la economía global. En conclusión, nada autoriza a sostener que la caída de los precios del petróleo pueda ser la base de una recuperación de la economía mundial. Es cierto que no se puede decir que estamos en una recesión, ya que el producto mundial creció 3,1% en 2015, y crecería 3,4% en 2016, según proyección del FMI, pero la economía sigue débil, y se 74 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 la crisis. Preveía que en 2015 el desempleo mundial aumentara en 3 millones, y en 8 millones en los siguientes cuatro años. 61 millones de seres humanos han perdido su trabajo desde el estallido de la crisis. Los jóvenes son los más afectados: 74 millones de personas entre 15 y 24 años buscaban trabajo en 2014. La situación del empleo estaba empeorando en América Latina y el Caribe, Rusia, China y algunos países árabes. Se espera asimismo que el empleo vulnerable se mantenga constante, alrededor del 45% del empleo total en los próximos años. El número de trabajadores con empleo vulnerable en 2014 era de 1440 millones de personas (22 millones más que en 2012). Es la consecuencia más directa y palpable del semi-estancamiento en que está sumergida la economía mundial desde hace años. acumulan las tensiones y problemas. Incluso el pronóstico del FMI está afectado por la creencia en que la caída de los precios del petróleo automáticamente elevará el gasto, en especial en la zona del euro. Hemos argumentado por qué esto no es necesariamente así; y no lo está siendo, hasta el momento. Además, la fragilidad del sistema financiero es importante y es expresión de las dificultades crecientes en una economía global en la cual la inversión sigue débil. La situación del sistema financiero en China es particularmente explosiva. Por eso no puede descartarse que se desate una nueva y profunda recesión mundial. Todo apunta a que, en el mejor de los casos, continuará el bajo crecimiento. Lo cual impactará en la vida de cientos de millones de personas. Según la OIT, en 2014 había en el mundo más de 201 millones de desempleados, 31 millones más que antes de * El autor ha tratado estos temas en varios artículos anteriores, entre ellos: rolandoastarita.wordpress.com/2014/07/16/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-1 rolandoastarita.wordpress.com/2014/07/24/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-2 rolandoastarita.wordpress.com/2014/08/01/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-3 rolandoastarita.wordpress.com/2014/08/07/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-4 rolandoastarita.wordpress.com/2015/09/02/economia-mundial-se-profundizan-los-problemas rolandoastarita.wordpress.com/2015/07/09/la-caida-de-la-bolsa-de-valores-en-china rolandoastarita.wordpress.com/2015/09/02/grafico-caida-de-rentabilidad-en-china 75 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 El PKK debe salir de la lista de organizaciones terroristas de la UE Más de 100 parlamentarios llaman a los Estados miembros a la acción La perspectiva de lograr una solución pacífica y democrática a la cuestión kurda en Turquía está bajo grave amenaza. La violencia está en aumento y plantea serios riesgos para la estabilidad de Turquía, así como para el Medio Oriente. En Turquía estamos cada vez más ante un brote de violencia que empuja hacia atrás la idea de un proceso de paz y debilita la lucha contra el ISIS. La Unión Europea representada por el Alto Representante de la Política Exterior y la Seguridad Común, pero también el Consejo Europeo, la ONU y Estados Unidos ya han llamado a Turquía para que abra a un proceso de paz. En este contexto, es un hecho que la prohibición del PKK está obstaculizando el establecimiento de la paz, el diálogo y las negociaciones. La proscripción del PKK también facilita las violaciones de los derechos humanos, permite la restricción de la libertad de pensamiento y la libertad de prensa. Los kurdos son una parte importante de las luchas políticas en el Medio Oriente como lo demuestra la resistencia Kobanê y una solución pacífica al problema kurdo en Turquía no es posible sin las negociaciones con el PKK, que subrayamos, ya que el ex primer ministro y actual Presidente Erdogan ya había aceptado. Similar a la situación en Irlanda del norte se alcanzará una solución pacífica con la participación de todas las partes interesadas. Nosotros, los parlamentarios abajo firmantes, llamamos al Consejo de la Unión Europea a revisar la lista y eliminar al PKK de la lista de organizaciones terroristas proscritas. Ver lista de firmantes en: * rojavaazadimadrid.wordpress.com/2016/02/18/el-pkk-debe-salirde-a-lista-de-organizaciones-terroristas-de-la-ue * bit.ly/1QvVXCp (enlace abreviado al mismo sitio) 76 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Teresa Mollá Castells teresamolla.wordpress.com Ofensiva patriarcal Esta semana hemos tenido que asistir a una serie de espectáculos que llegan a avergonzar a cualquiera que tenga dignidad. Y que conste que no hablo sólo de los desencadenados por la corrupción política y económica. Me refiero a la vergüenza que sentí cuando vi a Rita Maestre declarar ante el juez. La sensación de pérdida de libertades que me invadió fue atroz. Que la derechona política y mediática más rancia se está cebando en las personas que están intentando cambiar las instituciones por dentro, no es ninguna novedad. Lo llevan haciendo desde el primer día que perdieron ayuntamientos como Madrid, Valencia, Barcelona u otros. Buscan la paja en el ojo ajeno para esconder sus propias vergüenzas. Pero es muy curioso en cómo se ceban con las mujeres que están en esos equipos de gobierno. Con Manuela Carmena la ofensiva no ha cejado desde el primer día, igual que a Ada Colau, y, como en Valencia quien gobierna es un Joan Ribó, las críticas, aunque persistentes, son menos feroces. Pero a las tres Magas del invierno recibidas por Joan Ribó las pusieron del color del perejil precisamente por ser mujeres valientes de izquierdas y que se atrevieron a encarnar valores democráticos como lo son la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad. Cuando las mujeres actuamos e intentamos apropiarnos de nuestros cuerpos la maquinaria patriarcal al completo se pone en marcha. Y por supuesto los de faldas largas y negras a la cabeza de todo lo que signifique el control de los cuerpos femeninos. Ni una palabra les he escuchado decir sobre la corrupción propia y extraña. Ni una sola condena ante el expolio de millones y millones de euros de las arcas públicas. Ni una sola palabra de retirar la comunión por ejemplo a gente corrupta e incluso encarcelada. O de excomulgar a los asesinos de mujeres. O a los violadores. O a los pederastas. Nada. Silencio total en estos casos. Claro, se trata de hombres y el pacto entre ellos funciona. Pero cuando de mujeres se trata saltan de golpe todos ellos para que la maquinaria opresora contra nosotras se ponga en marcha de inmediato utilizando, insisto, todos los resortes a su alcance. Que las religiones son extremadamente patriarcales e incluso misóginas es algo que muchas de nosotras tenemos claro. Que su influencia llega mucho más allá de los templos y se infiltra en la política para seguir imponiendo sus dictados en nuestras vidas privadas, es algo que comprobamos hace algo más de dos años cuando intentaron a través del dimitido Ruiz Gallardón modificar la vigente ley del aborto. Es cierto que aquello lo pudimos parar. Pero yo me pregunto ¿Cómo podremos parar la continua injerencia en nuestras cotidianidades de esa influencia cada día más sibilina, pero también más contundente? Y lo que están haciendo con Rita Maestre y las otras dos mujeres activistas es una muestra de lo que quiero decir. ¿Acaso si quienes se quitaron las camisetas en lugar de mujeres hubieran sido hombres la reacción hubiera sido la misma? Estoy segura que no. El cuerpo de las mujeres como tabú. El cuerpo de las mujeres como máquina reproductiva que no nos pertenece y sobre el cual se pretende que ni siquiera podamos decidir. El cuerpo de las mujeres como arma incluso de guerra. El cuerpo de las mujeres sobre el que librar batallas para infligir dolor. Pero, paradójicamente, siempre intentando que esos cuerpos no nos pertenezcan. 77 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 El hecho de que estén juzgando a estas mujeres por mostrar sus torsos semidesnudos en una capilla es un claro ejemplo de ese poder todavía presente. El hecho de que los procesos judiciales contra algunos curas pederastas estén tan retrasados, es otra muestra de lo que digo. Otro caso que demuestra lo que expongo es cómo se ha descontextualizado el poema que leyó la poetisa Dolors Miquel en la entrega de los premios Ciutat de Barcelona y que provocaron la salida de un escandalizado Alberto Fernández Díaz, concejal del PP, del salón donde se recitó dicho poema. Los abogados cristianos ya han anunciado que van llevar a los tribunales a Ada Colau y a la poetisa por diversos "ataques" a sus creencias. El Obispo de Terrassa también ha tildado el poema de blasfemo y en un tuit se ha preguntado "hasta cuando aguantará la paciencia de los católicos". Y yo me pregunto ¿hasta cuándo aguantará la paciencia de las mujeres con sus mensajes misóginos? Reivindicar nuestros cuerpos libres, nuestra maternidad libre y saltar todas las alarmas patriarcales y desatarse ofensivas patriarcales de inmediato, como estamos viendo, es todo uno e inmediato. Cuando nos asesinan por ser mujeres, silencio. Cuando ocupamos espacios públicos y ejercemos poder democrático, críticas feroces a nuestra gestión. Cuando existe corrupción continuada y sistemática, se mira a la bancada de enfrente. Así funciona el patriarcado. Así nos sigue machacando el patriarcado. A Rita Maestre, a Ada Colau, a Manuela Carmena, a Celia Mayer y a tantas otras mujeres que están en primera fila política raro es el día que algún hombre de la política o de los medios de comunicación no les pide la dimisión. A quienes están demostrando que son corruptos y que han hecho desaparecer millones y millones de euros de los fondos públicos y que han inundado de corrupción y de mala gobernanza las instituciones de todo tipo, honores y parabienes durante años y años. Ese es el modelo que siguen defendiendo tantos y tantos hombres y mujeres que sustentan al patriarcado con sus reglas. Reivindican que caiga todo el peso de la ley contra mujeres víctimas de violencias machistas que impiden que sus maltratadores sigan ejerciendo violencia contra sus criaturas, pero se callan e incluso justifican las violencias estructurales que día a día son ejercidas contra todas las mujeres, porque son parte del sistema, de su sistema patriarcal. La ofensiva patriarcal puesta en marcha cada vez que las mujeres ejercemos algún tipo de poder político o pretendemos ejercerlo sobre nuestros propios cuerpos, es una maquinaria compleja y muchas veces invisible aunque muy potente. Se camufla de muchas maneras. Se ejerce desde muchos frentes. Se naturaliza dentro de nuestras vidas para acabar siendo invisible y de ese modo seguir ejerciéndose impunemente. Esa ofensiva patriarcal forma parte de algo todavía peor por invisible y naturalizado a lo largo de siglos y siglos y se llama violencia estructural y es el arma más potente que utiliza el patriarcado para subsistir. Afortunadamente sabemos que existe y somos muchas voces las que reclamamos cambios y las que damos soporte a Rita, Manuela, Ada, Celia, Dolors, Rosa, Manola, Llum y tantas otras mujeres que están dejándose la piel por cambiar las cosas y plantando cara al patriarcado pese a las ofensivas a las que este las somete. A todas ellas, las nombradas y las no nombradas pero englobadas en estos nombres, todo mi respeto, admiración y reconocimiento. Somos muchas más de las que algunos se creen y plantaremos cara porque cada vez que nos atacan de cualquier manera a una de nosotras lo hacen con todas. Y estoy segura de que ahí estaremos para decir ¡basta! Ontinyent, 21 de febrero de 2016 78 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 redacción Trasversales 2008-2015: dos legislaturas de retroceso social Entre los cuartos trimestres de 2007 y 2015 el número de hogares sin ingresos aumentó en 380 mil (+87%). Hubo 2,6 millones menos de personas ocupadas (-13%) y se perdieron 2,1 millones de empleos asalariados (-12%). El número de parados aumentó en 2,8 millones (+146%). El número de parados que habiendo trabajado antes llevan más de un año sin empleo subió 1,8 millones de personas (+350%). El número de personas asalariadas a tiempo completo disminuyó un 17%, el número de las que trabajan a tiempo parcial, muy mayoritariamente mujeres, aumentó un 20%. El número de hogares con al menos una persona desempleada aumento 2,1 millones (+125%). El número de jóvenes ocupados con edad entre 16 y 34 años disminuyó 3,5 millones (-43%), y sigue bajando, ya que en 2015T4 había 54 mil empleos "jóvenes" menos que un año antes. 79 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 Entre los cuartos trimestres de 2008 y 2015 el porcentaje de horas extras realizadas y no pagadas pasó del 41% al 54%. El número de horas trabajadas en una semana por toda la población ocupada disminuyó un 12%. Entre 2008 y 2014 el riesgo de pobreza pasó de un 19,8% a un 22,2%, y de un 26,8% a un 30,1% para menores de 16 años, en espera de los resultados de 2015. En hogares con un adulto y niños pasó de un 45% a un 53,3%. La pobreza energética pasó de un 5,9% a un 11,1%. Asistimos a una marcada feminización de la pobreza y a una creciente incidencia de ésta sobre la juventud. En ese mismo periodo la renta media por persona ha disminuido, en poder adquisitivo, un 6,2%. Además, esa caída ha sido tanto mayor cuanto menor era el nivel de renta: así, por ejemplo, si en 2008 para abarcar al 10% de población de menor renta había que incluir las rentas anuales por unidad de consumo de hasta 6250 euros, en 2014 eso se obtenía ya al alcanzar los 5100 euros, ¡que equivalen a 4700 euros de 2008! En ese periodo, la remuneración total de las y los empleados habría disminuido un 12,3%. Y, según la Contabilidad Nacional, el número de horas de trabajo habría disminuido 6016 millones. De ellas, 5245 millones se habrían perdido en horas de trabajo asalariado, lo que viene a equivaler a unos tres millones de empleos a tiempo completo. Los desahucios no han dejado de causar un estrago social intolerable, tanto los hipotecarios, en leve disminución (según el INE el número de ejecuciones hipotecarias iniciadas y registradas sobre viviendas urbanas pasó de 13.730 en 2014T3 a 11.584 en 2015T3) como un creciente número de desahucios por alquiler y de desalojos por ocupación. Según la estadística "Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias" de la Agencia Tributaria, en 2007 un 27% de la población perceptora de salarios lo había hecho por un monto inferior al salario mínimo en cómputo anual; en 2014, eran el 35%. El ingreso medio de ese sector de la población habría caído, en valor real, en torno a un 7% o más; por el contrario, el ingreso salarial medio de quienes ingresaron más de 10 salarios mínimos habría subido por encima de un 4% en términos reales. Pero eso no es todo. Quizá tan grave sea el proceso de degradación del "salario social", el grave deterioro de los sistemas de protección social, en términos de atención, de prestaciones y de derechos. Tal vez lo más notorio es el proceso de recortes en el sistema sanitario público, en el periodo 20122015, y su manipulación como fuente de elevados ingresos para grupos capitalistas ligados a muchos de los gestores políticos: recorte presupuestario y de personal, privatizaciones, subutilización de recursos hospitalarios públicos y derivación hacia clínicas privadas, exclusión sanitaria, copagos, etc. Pero también hemos vivido un creciente abandono del sistema educativo público, especialmente en las comunidades gobernadas por el PP., en favor de la enseñanza privada y de la privada pagada con fondo públicos ("concertada", incluyendo a los centros sectarios que separan por sexo). El sistema de atención a la dependencia no cumple las funciones que le corresponde en el marco de la ley de 2006, que por otra parte ya era insuficiente por no impulsar un sistema público de cuidados. A finales de 2015 la Coordinadora Estatal de Plataformas en Defensa de la Ley de Dependencia del Estado Español señalaba los recortes presupuestarios, la rebaja del nivel mínimo de atención (-13%), la supresión del llamado nivel acordado, la desposesión a más de 83 mil personas de la calificación de "gran dependiente" o la existencia de casi 400 mil personas sin servicio ni prestación pese a que por ley tienen derecho a ser atendidos. El sistema de pensiones ha sufrido dos durísimas contrarreformas, la Ley 27/2011, dañina especialmente para las franjas de población que no tienen largas carreras de cotización (por tanto, especialmente para 80 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 las mujeres) y la Ley 23/2013, un ataque en toda regla al poder adquisitivo de las pensiones actuales y futuras, aunque sus efectos no se hayan aún sentido plenamente a causa de la baja inflación y a que una parte de esa ley empieza a aplicarse en 2019. Durante su mandato presidencial Rajoy ha sacado unos 50 mil millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones. En cuanto a las prestaciones por desempleo, ha disminuido la tasa de cobertura, es decir, la proporción de personas desempleadas que cobran prestación: el Ministerio de Empleo da datos al respecto, limitados a la población desempleada, registrada y que tuvo antes empleo: su cobertura pasa de un 71% en 2007 (media anual) a un 56% en 2015 (media enero-noviembre), que vendría ser un 44% medido sobre el conjunto de la población en paro. Además, cada vez tienen menos peso las prestaciones contributivas: en 2007 representaron un 55%, en 2015 un 38%, pasando por 2011, en que eran un 47%. Los servicios sociales han carecido de los medios necesarios para afrontar la situación de emergencia social que vivimos desde hace añosy su actuación se basa en gran medida en la arbitrariedad, en la lentitud, en normativas. La Asociación Nacional de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales habla de "vaciamiento del derecho a los servicios sociales" y estima que desde 2009 la inversión en servicios sociales se ha reducido un 11%. Y esto no es todo. La reforma de la Ley de Montes facilita los incendios premeditados, tanto por disminuir las funciones de los agentes forestales como por abrir la mano a la recalificación de los montes quemados. La Ley de Costas desprotege el litoral y, como denunció Greenpeace, contempla "la costa como lugar a ocupar, incluso por industrias contaminantes, en vez de como espacio a proteger". La Ley 11/2015 ha restringido aún más el derecho al aborto. Es imposible describir brevemente todo lo ocurrido en el sistema legislativo y en su aplicación, las sucesivas reformas labora- les, la disminución de recursos en la lucha contra la violencia de género, el "impuesto al Sol"... Todo ello en medio de una orgía de corrupción política-económica y de un ministerio de Hacienda muy comprensivo con los ricos y que pretende imponer una multa de 24.000 euros a una pensionista que cobró 1100 euros por una clase de manualidades que dio. Desde el poder se ha cerrado la vía a un diálogo en torno a la "cuestión catalana", con la sentencia del Tribunal Constitucional cargándose el Estatut, con los aspectos de la Ley Wert referentes a la política de inmersión lingüística, con la satanización del independentismo y con amenazas de uso del artículo 155 de la Constitución y las nada inocentes referencias a 1934, año en que el Ejército tomó Cataluña y el presidente de la Generalitat, Companys, fue detenido, situación en la que siguió hasta la victoria electoral del Frente Popular en 1936, aunque posteriormente fue fusilado por asesinos franquistas. Como no podía dejar de ocurrir, una represión social de tal alcance ha ido acompañada de una política sistemática de recortes de libertades y de represión de las protestas. Si tras el 15M nos enfrentamos a cen81 Espacios Trasversales 37 / febrero 2016 tenares de multas, muchas de ellas rechazadas luego en los tribunales, luego hemos vivido un conjunto de cambios legislativos autoritarios, tales como la Ley de Seguridad Ciudadana ("ley mordaza") o la reforma del Código penal, en la que se considera terrorismo los "desórdenes públicos" cometidos para "obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse", lo que podría llevar a considerar terroristas a activistas sociales que protestan contra una ley. En torno a 300 sindicalistas están procesados por su papel activo en las huelgas, y en mi barrio, y en otros, viven varias magníficas personas a la espera de juicio, con duras peticiones de cárcel por haber defendido pacíficamente el derecho a alguna familia a tener un techo bajo el que dormir. También han sido procesadas, por ejercer la libertad de expresión, feministas, titiriteros, etc. La reforma de la ley de enjuiciamiento criminal hace casi imposible el desarrollo adecuado de la instrucción en casos complejos de corrupción, delitos medioambientales, etc. La Fiscalía del Estado ha parecido ser "abogado defensor" en ciertos casos en los que están implicadas personas de la muy "alta sociedad". La modificación del artículo 135 de la Constitución, con la que Zapatero pasó el relevo a Rajoy, anunciaba que los recortes iniciales, presentados como medidas provisionales, daban paso a un ataque en todos los frentes y a la instalación de un "régimen de emergencia" para imponer un retroceso social y político duradero, cuyo alcance, en realidad, equivale a una regresión de alcance "constituyente" en su contenido material, aunque formalmente sólo se haya cambiado un artículo de la Constitución. 82 Señas Trasversales 37, febrero 2016 La poesía es un derecho humano Juan Baz Fernández Juan Baz Fernández (Zamora, 1973), nació en Zamora en 1973. Lector desde muy joven, eso le llevó a acercarse a la creación literaria. En su juventud tuvo algunas menciones en concursos modestos (premio Tomás Luis de Victoria en Salamanca, y premios en la Facultad de Filología de la misma ciudad). En la actualidad ejerce como profesor de Lengua Castellana y Literatura en la Comunidad de Madrid. XXXVII Amanecer sin fecha, despedir con un gesto sugerido todo lo que fuimos algún día. Vislumbrar el ocaso de lo incierto en ti. Arrojar hacia la nada los fragmentos de tiempo atrapados en una espiral de sombras. No amaneceré, entonces. No debatirán mis pulmones entre una respuesta u otra. Solamente tomarán ese oxígeno feroz que hay en cada célula, él revivirá el sagrado instante del silencio. XXXVIII Amanecer mágico de extrañas ausencias. Las bocas de metal arrastran la marca indeleble y sombría XXXI Eterna resurrección. Eso es lo que tengo. Inconstante devenir de lo efímero, en un momento de locura indecible, principio y fin se igualan hasta formar el rostro inescrutable del mañana. XXIII Ahora. Este es el momento más largo de tu vida, hecha en torno a todo lo fútil y descendente del paso del tiempo. Como los animales sometidos a una decisión rápida, tú buscas la salida honrosa de lo nuevo así como de lo más viejo. Supervivencia de la carne obsoleta. 83 Señas Trasversales 37, febrero 2016 XVIII La gélida disposición de las palabras distorsiona el tiempo con la bruma cómplice de los ojos. Todo, entonces, cobra sentido. Se mueven las cosas hacia lugares insanos de nuestra memoria remota. La soledad cobra el sentido de lo diáfano, el deseo se contrarresta con la premura de lo eterno. COLOFÓN Avanzan los objetos hacia su fin último. La ubicación extraña en cada sombra, en cada espacio recreado donde nuestro tacto les otorga la vida envuelve el tiempo y lo adapta, oscuro recipiente incompleto, en el catálogo de una vida humana plagada de sucesos y quehaceres. Todo entonces cobra sentido en nuestras manos desnudas, se dibujan huellas indelebles forjadas en el recinto de la memoria. El recuerdo del futuro atrapa todo lo humano y lo proyecta hacia el centro mismo de una mirada limpia y nueva, la propia esencia de los años se enfrenta a nuestro rostro cada día. 84 Señas Trasversales 37, febrero 2016 XLV Relojes de arena se esconden en las sombras. Nuestra imagen, desdibujada, emerge de las pupilas acuosas. El viento nacarado hierve las manos frágiles: no hay nada más allá del océano infame. Extraños huecos azulados atormentan mi mente rezagada e inconstante. El humo, como antaño, aturde los pulmones sedientos de una luz inexistente. Otra vez albergamos una leve esperanza perfilada en los inquietos recortes del futuro. Otra vez, la voz se ahoga sin ser pronunciada, dicha, proferida, porque, como dijo el insigne poeta, ella nos muerde sin compasión en el centro mismo de la fragilidad. En ese momento contemplamos lo que fue de nosotros. LVII Vestigios de un mañana mejor aquí, a nuestro lado, reverberando entre lo imposible y lo inefable. Un mañana hecho de habitaciones circulares, de aire opaco y negruzco. La sustancia más activa del recuerdo rodea nuestro mundo. 85 Señas Trasversales 37, febrero 2016 LXV Compartirás con otros el fruto de tu legado volátil, ansioso, cruel, se cernirán las sombras sobre la luz antigua, resolverás cada ecuación imposible, pero al mirar atrás una sensación difusa arderá en tus ojos y percibirás que el camino ha sido una leve brisa un dorado resplandor entre los árboles. LVI Como el lugar al que perteneces, las salamandras ebrias mordisquean las nubes y un hálito desconocido acaricia cada rincón del caos oculto. Pájaros con garras inauditas devoran tu mente, hombres con armas imposibles atenazan la desembocadura del tiempo. Extraños sucesos imperfectos interrumpen la continuidad espacio-tiempo: todo ha cambiado para seguir exactamente en el centro de ninguna parte. 86 Señas Trasversales 37, febrero 2016 Lois Valsa Como chupar un limón En torno al libro de Marta Sanz, Farándula, Anagrama, Madrid, 2015 Le entró la duda sobre si el miedo a cambiar se agrandaba o se achicaba en proporción al tamaño de lo que se pudiera perder (página 117). Los libros que me interesa escribir son los que hacen visible la ideología invisible, esa que tenemos naturalizada, las creencias, los valores que ya no nos cuestionamos (Entrevista de Babelia a Marta Sanz) La última novela de Marta Sanz (Madrid, 1967), que ha sido la ganadora del Premio Herralde de Novela 2015 (1), es una obra que denuncia la desvalorización de la cultura en España: "Antes la marca de este país eran los artistas y hoy es Inditex". Al tiempo esta escritora, doctora en Filología, sigue dándole vueltas al mundo desde un humor cada vez más irónico, y a veces violentamente sarcástico. Estamos, pues, ante una escritura esencialmente política sobre todo porque lenguaje y cuerpo no están separados en su apuesta literaria radicalizada al límite. Todo ello muy en la línea del gran maestro, ya por desgracia fallecido, Rafael Chirbes, quién señaló acerca de Marta Sanz: "su estilo ágil (salpicado de fogonazos brillantes), su inusual habilidad para retratar situaciones y para penetrar en la psicología de los personajes, y su fino oído para capturar la lengua hablada con vivacidad admirable convierte la escritura de nuestra novelista más en una gozosa representación de vida que en una melancólica o sombría manipulación de seres muertos". Además, en lo que se refiere a esta novela, que ha sido destacada en el año 2015 en segundo lugar por los críticos y colaboradores del suplemento cultural del diario El País, la primera por cierto ha sido la del gran Piglia, la crítica parece coincidir en que es la mejor de la autora. Todo ello sin olvidar su trayectoria anterior: novelas como El frío, Lenguas muertas, Los mejores tiempos (Premio Ojo Crítico, 2001), Animales domésticos, Susana y los viejos (finalista del Nadal en 2006) y La lección de anatomía. En 2007 recibió el Premio Mario Vargas Llosa NH de Relatos. Es también autora de tres poemarios: Perra mentirosa, Hardcore y Vintage. En Anagrama ha publicado Black, Black, Black, Un buen detective no se casa jamás, Daniela Astor y la caja negra (Premio Tigre Juan, Premio Cálamo y Premio Estado Crítico), su anterior novela de 2013. 87 Señas Trasversales 37, febrero 2016 La autora reconoce que todos sus libros salen de libros anteriores, por ejemplo Farándula surge de las ideas que se recogen en el ensayo No tan incendiario y de ese leitmotiv de Daniela Astor que es la relación entre la realidad y sus representaciones. Como obras que se van imbricando unas sobre otras hasta alcanzar su madurez actual. Su última novela, pues, llevaría a su límite algo que se percibía intermitentemente en las dos anteriores ya que igual que la cronista-narradora (y antes actriz) con cuyo relato ("La Falconcita") se cierra el libro, Sanz no escribe "para que nadie se reconozca en su parte inteligente, sino en su más abyecta y entrañable vulgaridad". Por otra parte, como ella misma reconoce, la escritura de esta novela no ha sido fácil ni feliz para la autora aunque lo aparente su tono cómico: su acercamiento al tema del triple elenco de actrices de tres generaciones ha sido satírico ya que esa le parecía la manera más eficaz de expresar su disconformidad y su incertidumbre. Frente a lo que ella denomina lenguaje literario anoréxico, con ese lenguaje satírico intenta perturbar al lector. Su propuesta, además, desde una perspectiva crítica, se podría aplicar a cualquier ámbito de la cultura. No hay que olvidar que esta convincente propuesta de ficción proviene de alguien que como Marta Sanz ha ido abriéndose camino en un terreno nada fácil. Por ejemplo, quedando finalista del Nadal no encontraba editores para la siguiente novela. "Cuando crees que un premio te da cierta seguridad, pues no", responde a Babelia. Incluso a veces le pagaron por una nueva novela, Amour fou, pero no se la publicaron. Paradójicamente, se la acabó publicando una editorial de Miami llamada La Pereza en 2014. Por ello, sigue dándole vueltas a un problema de legitimidad: ¿quién puede criticar?, ¿se puede ejercer la crítica desde dentro de un sistema que te está premiando y que te está reconociendo económicamente tu trabajo? La escritora sigue con esa duda. En esta novela de Marta Sanz, muy cinéfi- la ella, está muy presente la película Eva al desnudo (All About Eve, 1950) de Joseph L. Mankiewicz, que ganó, además de otros, los oscars de aquel año correspondientes al mejor guión adaptado y a la mejor dirección. En la trama de la novela se habla precisamente de la preparación y el estreno de una adaptación teatral de aquella famosa película. Y su punto de partida es la gala de los Goya en Madrid, una gala a la que va asistir el actor Daniel Valls, quien acaba de recoger su Copa Volpi en Venecia, que va a estar acompañado en dicha gala de la actriz Valeria Falcón, su más cómplice e íntima amiga. Este actor, que por cierto vive en París porque en España le resulta difícil vivir, es el perfecto ejemplo de los contradictorios "rojos clicquot". En esa gala de los Goya, como era habitual desde hacía algunos años, se contraponían dos puntos de vista sobre la función social del cine: el espectáculo frente al compromiso. Pero Farándula tiene que ver mucho también con el teatro. La farándula es, como dice la vieja actriz Ana Urrutia, "la síntesis de faralaes y tarántula", que aquí son las dos partes en las que está dividida la novela y a las que se añade el amargo epílogo de "La Falconcita", un epílogo vengativo para esta historia de cómicos y de lucha de clases. El eje de la novela, teatro dentro del teatro, se constituye, pues, a través de los movimientos de tres actrices de tres generaciones: la antigua gloria del teatro, la actriz Ana Urrutia en la decadencia y la indigencia total (padece el síndrome de Diógenes); la ahora madura Valeria Falcón que ha adquirido cierta notoriedad; y su alumna, la joven promesa Natalia de Miguel que enamora al cínico Lorenzo de Lucas, álter ego de Addison De Witt. Sobre ese eje se tejen diversas y ricas historias, de radical carácter valleinclanesco en su veta esperpéntica, que indagan en el lenguaje del cuerpo. Ser lenguaje como se es cuerpo es la forma en que Marta Sanz deviene una escritora política capaz de desmontar las mentiras ideológicas invisibles. De esta forma se (y nos) acerca a variados temas como son los cam88 Señas Trasversales 37, febrero 2016 bios de lenguaje que reflejan cambios en el mundo y los cambios de lenguaje que no reflejan nada, la escritura como acto de mezquindad y su utilidad, el relevo generacional y el envejecimiento, la devaluación de la imagen pública del artista y su precariedad, el miedo a perder el sitio, la resistencia a la metamorfosis y la conveniencia -o no- de la metamorfosis, los actores ricos que firman manifiestos y los actores pobres que no firman nada porque nadie los tiene en cuenta, la contradicción entre glamour y compromiso, sobre el público, sobre la predicación con el ejemplo, y sobre todo sobre si se puede luchar contra el sistema desde el sistema. Nota 1. Me gustaría reseñar también que finalista de este Premio Herralde de Novela 2015 ha sido El instante de peligro, segunda novela de Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977), que supone la confirmación como narrador de este escritor que había debutado con Intento de escapada, traducido a cuatro idiomas, que había publicado también Anagrama en 2013 y que ya había entusiasmado a la crítica. Esta magnífica segunda novela de este profesor de Historia del Arte en la Universidad de Murcia vuelve a ser una novela de "ideas realmente buenas", además de "culta, inteligente y amena". Un relato intelectual sobre el poder evocador de las imágenes y su relación con el paso del tiempo, influenciado por las teorías de Walter Benjamín y de sus tesis de la filosofía de la Historia, que se imbrica con un relato íntimo sobre el sentir. Los títulos de los cinco capítulos, las citas que abren cada capítulo, la que encabeza el volumen, la dedicatoria y el mismo título, provienen de su fuente nutricia. Para hacernos una lectura más estética que política de Benjamín. En el fondo es una reflexión contemporánea sobre el sentido del arte, o sea sobre el sentido de formas de representación como el cine o la fotografía o las mismas palabras ante la vida, ante el vacío. La literatura debe ser Arte. 89 imágenes de un cuatrimestre Obra gráfica generosamente cedida para su reproducción en esta página por: Juan Ramón Mora (http://www.jrmora.com) Compartirás con otros el fruto de tu legado volátil, ansioso, cruel, se cernirán las sombras sobre la luz antigua, resolverás cada ecuación imposible, pero al mirar atrás una sensación difusa arderá en tus ojos y percibirás que el camino ha sido una leve brisa un dorado resplandor entre los árboles. Juan Baz Fernández Aki Ginory, 2016