Trasversales 37. La descomposición de la UE

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nº 37, febrero 2016, año XI. ISSN: 1886-1083
serie histórica: nº 114 - año XXVIII. 8 euros
T ra s
el
2 0D
Marco Assennato, Marco Bascetta, Catarina Caldeira
Beatriz Gimeno, Sandro Mezzadra, Martine Aubry
Isabel Pires, Juan D. Sánchez Estop, Yanis Varoufakis...
La descomposición de Europa
Nagua Alba, José M. Roca, Luis M. Sáenz
Lecturas del 20D
José Luis Carretero
Remunipalización - construir lo común
Carmen Castro, Teresa Mollá, María Pazos
División del trabajo, ciudad y patriarcado
Rolando Astarita
Economía global: ¿qué sucede?
Juan Baz Fernández
Poesía
José Babiano Mora
Europa
¿Plan B?
SEAT: la huelga silenciada
José Luis Mateos
Querella al franquismo
Lois Valsa
Faralaes + Tarántula
Aki Ginory, 2016
Por las libertades civiles
en España y Europa
Europa marcha hacia su decadencia. El continente que pretendió
emerger de la posguerra como garante de las libertades y derechos civiles,
se está hundiendo en la naturalización de la barbarie y en el vacío de una
forma de gobierno crecientemente autoritaria. Enfrentada a la crisis más
severa de su historia reciente, ha elegido el peor de los caminos, emprendiendo políticas que creíamos erradicadas.
(...)
Conscientes de que sin derechos
civiles no existe siquiera el basamento mínimo de una democracia, y ante la preocupacio
n por la
rápida involución hacia el autoritarismo en muchos países de la
Unión, los abajo firmantes exigimos a nuestros representantes
políticos en Europa que trabajen
por el reconocimiento y ampliación del derecho europeo al asilo
y que se establezca algún tipo de carta que, a nivel continental,
blinde los derechos civiles.
En la misma línea, pero en relación con la legislación y la arquitectura institucional española, exigimos:
- La inviolabilidad efectiva de los derechos de libertad de expresión, manifestación, asociación y reunión. Esto implica la derogación de la Ley Mordaza, así como de todas las formas de represión burocrática para hechos que no constituyen claros comportamientos sancionables.
- La garantía plena del derecho de huelga, lo que supone la derogación del artículo 315.3 del Código Penal reconocido como “delito de coacción a la huelga”, que ha sido utilizado contra la movilización de los trabajadores.
- La independencia efectiva de la judicatura de intereses políticos
y económicos, y la plena garantía del derecho a la Justicia. Dentro
de este capítulo cabe considerar la reforma o liquidación de la Audiencia
Nacional, que actúa a los efectos como un tribunal de excepción.
http://www.porlaslibertadesciviles.org
Trasversales 37, febrero 2016
lo que hay…
EDITORIAL. La Unión Europea en descomposición, 3-4.
EN LA CONTRA. Por las libertades civiles en España y Europa
TRAVESÍA. ¿UN PLAN B PARA LA UE? La democracia de los libres y de los pobres
en Europa, Marco Bascetta y Sandro Mezzadra entrevistan a Yanis Varoufakis, 5-9.
Llamamiento Un Plan B para Europa, 10. Un plan B para las mujeres, Beatriz
Gimeno, 11-12. 2015: Notas para un balance de un año "increíble", Sandro Mezzadra,
13-15. Más allá del miedo, Marco Assennato, 17-23. Precariedad, ¿para qué?, Isabel
Pires, 25-26. Marisa es la utopía que deseamos, Catarina Caldeira Martins,27-29.
Reflexiones sobre un plan B para Europa, Juan Domingo Sánchez Estop, 31-32. Salir
del impasse, Martine Audry y otros, 33-36
ESPACIOS. Lecturas del 20-D-2015, José M. Roca, 37-40. ¿Qué pasó en Euskadi?,
Nagua Alba, 41-42. Tras el 20D: primacía de lo social, Luis M. Sáenz, 43-48.
Remunicipalización y construcción de lo común, José Luis Carretero Miramar, 49-51.
¿Compensar a las mujeres o eliminar la división sexual del trabajo?, María Pazos
Morán, 53-58. ¿Dónde están los sindicatos?, Jose Babiano Mora, 59-60. Del apoyo a la
querella a ser querella, José Luis Mateos, 61-63. Repensar la ciudad desde la igualdad
de género (I y II), Carmen Castro, 65-68. Petróleo, caída de las bolsas y economía global, Rolando Astarita, 69-75. El PKK debe salir de la lista de organizaciones terroristas de la UE, llamamiento, 76. Ofensiva patriarcal, Teresa Mollá Castells, 77-78. 20082015: dos legislaturas de retroceso social, redacción Trasversales, 79-82.
LA POESÍA ES UN DERECHO HUMANO. Juan Baz Fernández, 83-86
SEÑAS. Como chupar un limón, Lois Valsa, 87-89.
GRAFISMOS. Obras de Aki Ginory. Viñetas de Juan Ramón Mora.
la redacción
Ángel Barón, Pedro A. Bueno, José Luis Carretero, Francisco Carvajal, Miquel Coll, Margarita
Díaz, Manuela Fernández, Almudena Gª Mayordomo, Beatriz Gimeno, Aquilino Ginory, Jesús
Jaén, Ramón Linaza, Luis Martín, Teresa Martínez, Pilar Membrillera, Enrique del Olmo, Toñi
Ortega, Celia Pérez, Manuel Pozuelo, Freddy Quezada, José L. Redondo, Fernando Ruiz, José
M. Roca, Ángel Rodríguez Kauth, Miguel A. Rodríguez Lorite, Luis M. Saénz, Belén Saiz, Juan
Manuel Vera, José Luis Yuguero.
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Trasversales 37, febrero 2016
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(1922-2010)
Wilebaldo Solano
(1916-2010)
Jean-René Chauvin
(1919-2011)
Alex Falconer
(1940-2012)
Francisco Fernández Buey
(1943-2012)
Isidro Guardia Abella
(1921-2012)
Maurice Nadeau
(1911-2013
Cristina Almeida
Vicent Alvarez
Ana Belén
Fernando Ariel del Val
Alejando Arizkun
Enrique Baquedano
Aaron Barnea
Rui Bebiano
José M. Benítez de Lugo
Jacobo Bermejo
Alain Caillé
David Casacuberta
Antoni Castells Durán
Carmen Castro
Marisa Castro
Reinaldo Cedeño
Linda de Sousa
Luis Antonio de Villena
Elías Díaz
Javier Doz
Javier Esteinou
Rafael Estrella
Sam Farber
Rafael Feito
Benjamín Forcano
Vasco Franco
Antonio Gala
Dan Gallin
Vicent Garcés
Pere Gimferrer
José A. Gómez Yáñez
Carlos Gómez Gil
Juan González Díaz
Enrique González Macho
Jordi Gordon
Ramón Górriz
Juan Goytisolo
Isabel Gutiérrez Arija
Esteban Ibarra
Jesús Jaén
Miguel de Julián
Boris Kagarlitsky
Adam Keller
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Veronique Kleck
Raúl Kollman
Tamas Krausz
Bernard Langlois
José Manzanares
Bill Marshall
Rosa Martínez
José Enrique Martínez
Jean-Luc Mélenchon
José Mª Mendiluce
Vicente Molina Foix
Juan Moreno
Manuel Núñez Encabo
Awilda Palau
Rosana Pastor
María Pazos
Luis Alejandro Pedraza
Pedro Pérez Ramírez
Miguel Serras Pereira
Gilles Perrault
Gonzalo Puente Ojea
Ángel Requena
Laura Restrepo
Christian Retamal
Manuel de la Rocha
Peter Rossman
Fanny Rubio
Antonio Ruiz
Pedro Sabando
Robinson Salazar
Víctor Manuel San José
Carlos Sánchez
Marisol Sánchez Gómez
Mariano Sánchez Soler
José M. Sánchez Zegarra
Andrés Sorel
Carlos Téllez
Anne Vernet
Isabel Vilallonga
Immanuel Wallerstein
La opinión de Trasversales
Trasversales 37, febrero 2016
La descomposición de la Unión Europea
La UE está en descomposición. Lejos quedan las respuestas a crisis anteriores, que llevaron a nuevos acuerdos comunitarios, por discutibles que fueran algunos. La construcción
de la UE ha supuesto un paso atrás y dos adelante hasta el fracaso de la Constitución y el
posterior remiendo del Tratado de Lisboa, pero ahora asistimos a respuestas desordenadas
desde los Estados y al abandono explícito de los proclamados fundamentos de la Unión.
La UE tiene un déficit de democracia, el Parlamento no controla al Consejo (reunión de
jefes de Estado, que toma las decisiones principales y en parte legisla) y la Comisión ejecuta las decisiones de éste. No existe un Tesoro europeo y hay enormes diferencias en fiscalidad entre los estados. La UE permite la existencia de paraísos fiscales en su interior y
carece de una política exterior común, aunque haya ministra de exteriores y cuerpo diplomático. No sabe cómo responder a problemas de su entorno, como el conflicto RusiaUcrania -ya pasó en la crisis de los Balcanes- y a los conflictos de Oriente Medio.
Este deterioro se acentuó con la respuesta a la crisis económica de 2008. La política de
"austeridad" ha dado lugar a un estancamiento económico, ha apoyado a los bancos acreedores y a los gobiernos que los protegen frente a los ciudadanos, el de Alemania en primer
lugar pero con complicidades de la mayor parte o todos los gobiernos, incluidos los de
Zapatero y Rajoy. El último episodio es el acuerdo con Reino Unido de quitar protección
social a ciudadanos de otros países de la UE, reduciendo a nada la “ciudadanía europea”.
La crisis ha demostrado que el euro era una moneda mal concebida que ha funcionado
mientras todo “iba bien”. A diferencia del dólar carece de un Tesoro que le apoye, el Banco
Central no puede emitir bonos ni repartir los déficits entre los estados de la Unión. El
Consejo y la Troika han impulsado condiciones muy lesivas para las clases populares y los
países del sur. Se les ha impuesto un abaratamiento del coste del trabajo, con bajadas de
salarios, desregulación de las condiciones de contratación y reducción del salario indirecto, desmantelando parte de los estados de bienestar. Los momentos más destructivos han
sido la imposición de un gobierno tecnocrático en Italia, la conversión de la deuda bancaria en deuda pública en España, la presión sobre Grecia, que ha conseguido torcer el brazo
a Syriza y a la voluntad de los griegos, y la gestión de la “crisis de los refugiados”. Se han
impuesto condiciones desiguales, más exigentes con los déficits para los países del sur de
lo que fueron para Alemania y Francia.
Esta política no ha arreglado los problemas. La banca italiana está en situación parecida a
la que tuvo la española. Ha estancado la economía de la UE, ha abierto grietas profundas
entre los países y ha conseguido que cada vez más ciudadanos desconfíen de las medidas
que vienen de la UE. Ha servido para abaratar el coste de la mano de obra y aumentar la
desigualdad de ingresos, que es lo que se perseguía.
A esto se añade la crisis de los refugiados. La guerra en Siria, Irak y Libia ha supuesto el
desplazamiento de millones de personas, de Siria hay 5 millones de refugiados, la mayor
parte en estados limítrofes como Líbano, Jordania, Irak y Turquía, y puede esperarse que
seguirá la emigración mientras continúen las guerras. Se calcula que han muerto ahogadas
más de 3000 personas en el Mediterráneo oriental, sólo en este enero han llegado seis
veces más refugiados que la suma de los llegados en enero de 2014 y 2015.
¿Cuál ha sido la respuesta de la UE? Ha presionado a los países de llegada, sobre todo
Grecia, para que los paralicen y clasifiquen en sus fronteras. La Comisión propone expulsar a Grecia del tratado de libre circulación de Schengen si no construye barracones para
miles de refugiados, al tiempo se la chantajea con quitas de la deuda, lo que antes era
imposible. Esta expulsión tampoco serviría de nada ya que Macedonia no está en el tratado y sería el estado de paso. La Comisión ha propuesto acoger a 160.000 refugiados, lo
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La opinión de Trasversales
Trasversales 37, febrero 2016
que es irrisorio frente a las oleadas de llegadas, y en realidad sólo se ha acogido a unos
cientos. La ayuda al salvamento de náufragos llevada a cabo por la armada italiana fue sustituida por una acción de vigilancia. Se está apoyando al gobierno turco que masacra a los
kurdos combatientes con éxito contra Daesh, lo que confirma una total ausencia de voluntad de derrotar a Daesh sobre el terreno y dierta complicidad con ese fascismo criminal.
Merkel abrió Alemania a una mayor acogida, pero ha retrocedido ante la presión de su partido, de parte de la población y de otros gobiernos. Ante la incapacidad de dar respuestas
conjuntas se están estableciendo barreras de alambre o de control de fronteras, con imágenes inimaginables en Europa desde hace décadas. Se está suspendiendo Schengen, proponen que sea hasta por dos años, pero podría ser para siempre. No sólo ponen barreras
Hungría o Austria, Dinamarca se incauta de los bienes de los que piden asilo y nos enteramos de que esto ya ocurre en Suiza. Siguen maquinando medidas restrictivas, tanto la
UE como algunos estados por su cuenta, medidas como dificultar las uniones familiares o
incluso para prohibir a las ONG las ayudas a los refugiados. Están violando la carta de
Derechos Fundamentales, que tiene carácter jurídico en el Tratado de Lisboa y según la
cual es obligado dar asilo a las personas que huyen por persecución política.
Las respuestas dadas o la ausencia de ellas llevan a que el discurso xenófobo de la ultraderecha se asimile por los gobiernos. La política de la UE frente a los refugiados ha consistido en la externalización del acogimiento, con acuerdos globales o entre estados para
que sean “acogidos” en países africanos o en Turquía. Asistimos a una deriva que viola los
derechos humanos. Deriva que se convierte en autoritarismo con sus propios ciudadanos.
El peligro de terrorismo yihadista ha sido utilizado para limitar las libertades en Francia y
otros países. En la misma línea está el retroceso democrático y de las libertades en Hungría
o Polonia, en deriva católico-autoritaria, con un régimen parecido al nacional-católico que
hemos vivido en España. En poco tiempo se están produciendo limitación de libertades y
actuaciones autoritarias en distintos países sin que actúen los organismos de la Unión.
En realidad, todo apunta a que las élites económicas y políticas europeas se han desinteresado en la construcción política de Europa, incluso bajo su propios parámetros, pues en
ella ya ven más peligro que oportunidad. Quieren deshacerse de los estándares sociales y
políticos que, pese a sus muchas limitaciones, singularizaban la zona UE. Utilizan la cáscara institucional de la UE al servicio de otro plan, de cara al cual no ven como competitores a las pujantes extremas derechas nacionalistas e incluso neofascistas, sino como
potenciales aliados, útiles para bloquear una respuesta social solidaria y transnacional.
¿Qué respuesta puede darse?: la presión de la población de cada estado y a escala europea
contra la política de recortes, las limitaciones democráticas, las formas autoritarias y la
xenofobia. Y respuestas sociales y políticas transnacionales, línea en la que se lanza Dem
25 (Democracia en el Movimiento Europeo 2025) por Varoufakis, Ada Colau y otros. Es
un movimiento transversal que parte de la escala europea para aterrizar en regiones y localidades, lo que, además de su interés como experiencia específica, sugiere un camino a
explorar para movimientos sociales y alianzas políticas más amplias.
A corto plazo puede resultar eficaz conseguir la cooperación entre gobiernos de los países
que sufren la imposición de recortes y la mayor presión migratoria, para proponer estímulos económicos europeos y flexibilidad en el cumplimiento de los déficits, así como medidas para acoger a los refugiados en las zonas de salida y distribuirlos con dignidad entre
todos los países de la Unión, lo que sería más factible entre gobiernos “progresistas” si hay
presión social. Ahora bien, parar este proceso de descomposición o reiniciar una dinamica de construcción política europea no es posible desde cada país por separado, es necesario conseguir movilizaciones y presiones transnacionales. Sin ellas ya no serán realizados
ni siquiera los mejores de los principios declarados por la UE, hoy pisoteados.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Marco Bascetta y Sandro Mezzadra
Entrevista con Yanis Varoufakis
La democracia de los libres
y de los pobres en Europa
Versión original en italiano:
http://www.euronomade.info/?p=6701
Nos encontramos con Yanis Varoufakis al día siguiente del lanzamiento del Movimiento
para la Democracia en Europa (DiEM 25) en el teatro berlinés Volksbühne am RosaLuxemburg-Platz. Es una oportunidad de hacer balance de los temas que se han discutido en los últimos días y para examinar con él los aspectos que parecen más delicados y
controvertidos. Comenzamos la conversación pidiéndole una breve descripción del proyecto.
En 2015 hemos tenido en Europa una especie de tormenta perfecta, por la conjunción de
múltiples factores de crisis: el choque entre el gobierno griego y la troika, los refugiados,
la ausencia de política exterior europea sobre lo que ocurre en el norte de África y Siria,
pero también en Ucrania. Estas crisis tienen dos consecuencias principales: impulsan una
tendencia a acelerar la desintegración de la Unión Europea, pero al mismo tiempo, y ésta
es la buena noticia, alarman incluso a quienes en los últimos años no han tenido posiciones críticas sobre Europa. Muchos demócratas liberales, moderados, afectos a la democracia, difícilmente pueden sentirse a gusto en esta Unión Europea tras lo sucedido en 2015.
Esta incomodidad deja espacio para nuevas coaliciones, entre demócratas liberales, socialdemócratas, radicales de izquierda, verdes, activistas como los de Blockupy. Es una oportunidad que no va a durar mucho tiempo. Si no la aprovechamos, si no construimos un
movimiento "paneuropeo" capaz de detener la tendencia a la desintegración de Europa y
al resurgimiento del nacionalismo, creo que dejaremos sin cumplir una tarea crucial.
DiEM trata de hacer precisamente esto.
El proyecto y el manifiesto de DiEM se centra en la cuestión de la democracia. ¿Pero
cómo pretendéis superar la crisis de la democracia representativa, evidente no sólo a
escala europea sino también en los Estados miembros? Nos parece que hay razones
estructurales que empujan hacia la emergencia de gobiernos "post-democráticos". Y que,
por tanto, la referencia a la democracia debe hacerse de una manera radicalmente innovadora.
Creo que hay que distinguir dos aspectos. Hay una crisis general de la democracia, en la
época del capitalismo financiarizado. El capital financiero es enemigo de la democracia,
en cualquier parte del mundo, en Estados Unidos y en Europa. El problema es universal,
por así decirlo. Pero Europa cuenta con una especificidad tóxica: no tenemos una federación con instituciones democráticas propias, el mismo Banco Central Europeo tiene un
estatus singular, no comparable, por ejemplo, al de la Reserva Federal de EEUU. Por
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
supuesto, también hay una crisis de la democracia en EEUU. El ascenso de Bernie
Sanders, que representa la desafección hacia el establishment, es en el fondo un síntoma positivo de ello, como el ascenso de
Donald Trump es un síntoma de signo contrario. Pero en Europa no tenemos ni
siquiera los mecanismos de control y equilibro básicos que caracterizan a la democracia. De hecho, hay dos asuntos que
deben distinguirse. En primer lugar, está la
pregunta sobre si la democracia podrá seguir existiendo y desarrollándose en las
condiciones del capitalismo contemporáneo. Estoy convencido de que la respuesta
es no. En segundo lugar, hay un problema
específicamente europeo: aquí la democracia está simplemente ausente.
La propia crisis de la democracia en los
estados nacionales está vinculada a la
forma en que funciona la Unión: ésta toma
todas las decisiones que son importantes
para un país como Italia, por ejemplo, y el
demos no tiene ninguna posibilidad de intervenir. Sus representantes nacionales no
tienen poder para cumplir sus promesas,
como hemos visto en Grecia.
Nos parece, sin embargo, que así no se
logra eludir la dificultad de proponer a
escala europea soluciones institucionales
centradas en la representación, cuando
ésta hace frente a factores de crisis que han
sido definidos como "universales". Estos
factores, y en particular la relación antagónica entre capital financiero y democracia, ¿no comprometen quizá la eficacia de
un proceso democrático tradicional sea
cual sea el nivel al que se propongan?
No soy federalista en el sentido conservador del término, no creo que la solución
radique simplemente en que los gobiernos
se reúnan y decidan algún tipo de federación. Pienso por ejemplo en las propuestas
de Schäuble: no conducirían a la democracia sino a la autocracia, darían lugar a una
especie de despotismo fiscal. Insisto en que
la unión política no es necesariamente
democrática, tenemos muchos ejemplos,
empezando por la Unión Soviética... La
clave reside precisamente en que no creemos que la democratización pueda venir
desde arriba. Sólo puede venir desde abajo,
y esta convicción es lo que hace de DiEM
un movimiento, no algún tipo de grupo de
reflexión o de partido federalista europeo.
Entendemos que el primer paso es la transparencia en la toma de decisiones: estamos
convencidos de que este asunto no es marginal, ya que puede cambiar las reglas del
juego. La segunda prioridad, para discutir
con sensatez sobre la democratización de la
Unión Europea, es eliminar los factores
que han estado conduciendo hacia la desintegración. Pienso en medidas radicales sobre la deuda, sobre el sistema bancario, sobre la baja tasa de inversión, sobre la pobreza y las migraciones. Esto se puede hacer mediante una reinterpretación de las
normas vigentes, no simplemente invocando la "flexibilidad", es decir, la amable
concesión de que no se sigan las reglas.
Debemos reorganizar las instituciones existentes, cambiar la política del BCE y del
Banco Europeo de Inversiones. Se puede
trabajar dentro de las reglas, pero reinterpretándolas de manera radical, lo que por
cierto hace constantemente Schäuble, a su
manera. Y de ahí debe pasarse a plantear la
urgencia de una asamblea constituyente.
La desintegración de Europa, de la que has
hablado, tiene algunos aspectos que se
pueden definir en términos geográficos. A
la división Norte-Sur se ha añadido, de manera muy abrupta, la división Este-Oeste,
no sólo en lo que se refiere a los refugiados, sino a la idea misma de la relación
entre gobernantes y gobernados. En estas
condiciones, ¿cómo se puede desarrollar
una iniciativa "paneuropea"?
En efecto, la brecha entre Este y Oeste
cruza todos los ámbitos, desde el tema de
los migrantes al de la organización de la
zona del euro, así como la política exterior.
Muchos países de Europa del Este piden
una política agresiva y militarista contra
Rusia, piden nuestra solidaridad en ese
campo sin ofrecer recíprocamente la suya
en asuntos como la reestructuración de la
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
deuda pública. ¿Cómo podemos construir
puentes entre Este y Oeste? La única forma
es a través de movimientos capaces de implicar a los demócratas, progresistas, desde
Hungría hasta los países del Báltico, ofreciéndoles una oportunidad. Imaginad que
sois jóvenes disidentes húngaros, que carecen de una iniciativa, de un sujeto al que
adherirse. La Izquierda Unitaria Europea
no acepta afiliaciones directas, es una confederación de partidos políticos nacionales,
y sus representantes en países como Hungría o la República Checa están muy desacreditados. Si DiEM, a través de su manifiesto y de sus campañas, logra afirmarse
como un punto de referencia creíble y
atractivo para los demócratas en Europa del
Este, se podrían construir puentes.
La relación con Rusia nos parece crucial y
plagada de peligros. Tras esa cuestión se
encuentra otra, la relación entre la Unión
Europea y los Estados Unidos, y en particular el papel de la OTAN. ¿Qué opinas?
He trabajado mucho tiempo en EEUU y tuve colegas que habían colaborado previamente con la OTAN. Muchos de ellos están
convencidos de que la OTAN ha dejado de
ser útil. Si piensan eso, ¿qué debemos decir
nosotros? El problema es que la OTAN está
buscando constantemente razones que legitimen su existencia, una vez finalizada su
razón de ser. Tiene que inventar constantemente nuevos enemigos. ¿Eso es lo que
queremos en Europa? No creo. Pensemos,
por ejemplo, en Putin. Lo considero un criminal de guerra, no por lo ocurrido en
Ucrania, sino por lo que hizo en Chechenia.
El mayor regalo hecho a la carrera política
de Putin ha sido la expansión de la OTAN
hacia el Este. Puede decir a su pueblo que
el autoritarismo en Rusia se justifica por la
amenaza de un enemigo. Hoy en día la
OTAN proporciona una sensación ficticia
de seguridad a Estonia, Georgia, Ucrania.
En realidad su expansión hacia el Este
implica militarización y comporta continuas ocasiones de conflicto con Rusia. Una
Unión Europea consciente de sus intereses
no debería participar en este juego.
El objetivo a largo plazo de DiEM es la
convocatoria de una asamblea constituyente en Europa. ¿Cuáles son las condiciones
para que se dé ese paso, que, en la historia,
siempre ha seguido a grandes rupturas y
tumultos sociales? ¿Cuáles son las energías sociales ya en movimiento que pueden
determinar la ruptura necesaria para abrir
el espacio constituyente?
Mi compañera, que es artista, me dijo una
vez: ¿por qué hay en los aviones una caja
negra que después de una catástrofe nos
podrá decir por qué hemos muerto? ¿No
sería mejor tener una caja negra que se
pueda abrir antes del accidente para que
éste no suceda? Me parece una excelente
pregunta: ¿por qué deberíamos esperar al
desastre para organizar una asamblea constituyente en vez de hacerlo antes para que
no suceda? Las condiciones objetivas para
una asamblea constituyente se dan en
Europa, dada la fragmentación ante la que
nos encontramos. Necesitamos un conjunto
de movimientos que impongan a las instituciones europeas un programa de estabilización en el sentido que he intentado explicar
antes. Sólo sobre esa base se puede crear un
sistema electoral inclusivo y verdaderamente europeo para la elección de la Asamblea Constituyente. Los alemanes, por
ejemplo, deben tener la oportunidad de
votar candidatos italianos o franceses (y
viceversa, por supuesto). Una buena fuente
de inspiración pueden ser los proyectos de
investigación financiados por la Comisión
en las universidades europeas: para pedir
financiación hay que crear un consorcio de
universidades de al menos siete países.
¿Por qué no imaginar que las listas a la
Asamblea Constituyente debiesen tener
candidatos de al menos diez o quince países diferentes?
En estos días has hablado de la austeridad
como una forma de "guerra de clases" desde arriba. Pero, hoy en día, ¿de qué fuerzas puede disponer el campo de "abajo",
no sólo para defenderse de los ataques,
sino para ejercitar un poder constituyente
real? Nos parece una pregunta ineludible,
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Inversiones en lugar de comprar la de los
bancos alemanes o italianos, para financiar
un ambicioso Nuevo Acuerdo Verde para
Europa. Así que, en lugar de generar dinero para los circuitos de capital financiero,
se generaría para financiar la cooperación
productiva, para crear puestos de trabajo en
sectores innovadores, creando al mismo
tiempo condiciones favorables para la
organización y la lucha de los trabajadores
y chocando con la mercantilización y la
precarización del trabajo.
DiEM tiene la ambición de establecer una
fuerza transnacional de nuevo tipo, que
agrupe a activistas, políticos, intelectuales,
artistas, sindicalistas, en un ámbito directamente "paneuropeo". No es una apuesta
fácil y hay pocos modelos en los que inspirarse. ¿Cuál es el proceso innovador que
tienes en mente?
La desintegración de la Unión Europea es
algo nuevo, contradice una historia basada
en el avance progresivo de la integración.
Para hacer frente a este problema es necesario un instrumento totalmente nuevo. Los
partidos de izquierda europeos tienen su
base en los estados nacionales y la Izquierda Unitaria Europea es una especie de
confederación que no cuestiona este fundamento nacional. Esta es una de las razones
de su impotencia. No es cuestión de mala
voluntad: el hecho es que por su acción a
escala nacional se ven obligados a articular
programas de gobierno que nunca van a poder ser aplicados. Si este diagnóstico es correcto, una plataforma común para los
demócratas en Europa debe construirse de
manera diferente, a través de una acción
política no basada en los estados nacionales. Y no puede ser un partido, porque un
partido es jerárquico por definición. Los
militantes de los partidos de izquierda pueden unirse a DiEM y seguir siendo miembros de su partido a nivel nacional. Pero en
DiEM abordaremos nuestros problemas
comunes independientemente de la afiliación partidista o las convicciones filosóficas que cada cual tiene. La respuesta a
vuestra pregunta sólo podrá encontrarse de
que obliga a tomar en consideración los
profundos cambios en la composición del
trabajo y de las formas de vida. Estas
transformaciones obligan a la búsqueda de
instrumentos políticos y organizativos diferentes a los del pasado.
Muchos compañeros y amigos me han recriminado hacer referencias demasiado generales a la democracia. Pero hay que pensar en la definición que dio de ella Aristóteles, que no era un demócrata: el gobierno de los libres y los pobres. Es una buena
definición: los pobres, los subalternos, los
explotados, son de hecho la mayoría. Por lo
que una verdadera democracia sólo puede
ser dominada por los movimientos de los
pobres. Las democracias liberales, que tienen sus raíces en la tradición de la Carta
Magna, han sido otra cosa. La Carta Magna
es una carta de los barones, de los terratenientes ante el Rey, que les garantizaba
tener sus propios siervos y que no se los
quitaría el soberano. La democracia liberal
tiene este árbol genealógico. Por ejemplo,
si leéis Federalist veréis claramente que el
problema se reduce a cómo evitar que la
multitud gobierne. Esta democracia ha llegado a su límite con el capitalismo financiarizado. Un movimiento democrático hoy
es, por definición, un movimiento que tiene
como objetivo poner fin a la lucha de clases desde arriba mediante la organización
de un contraataque desde abajo.
Esto plantea el reto, fundamental a nuestro
entender, de pensar una nueva articulación
entre el movimiento democrático y la lucha
de clases. ¿Cómo ves concretamente esa
articulación? ¿Cómo pueden entrecruzarse
positivamente las insurgencias sociales y
diversas formas de acción institucional?
Si, como he dicho, el problema fundamental en Europa es la estabilización, eso no es
posible sin el crecimiento tumultuoso de un
movimiento democrático. Los poderes existentes no son capaces de hacerlo. Pondré
un ejemplo sencillo y absolutamente concreto: imaginaros un movimiento que
imponga al Banco Central que comience a
comprar la deuda del Banco Europeo de
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
forma gradual. Es un work in progress, un
camino que se hace al andar. Como dijo
Brian Eno el martes en el teatro Volksbühne, si no tenemos una receta, empecemos a cocinar, ya llegará la receta.
Por último, ¿cuáles son los próximos pasos
de DiEM?
Ya hemos anunciado una petición, dirigida
a los presidentes del Eurogrupo, del Consejo Europeo y del Banco Central Europeo,
pidiendo que retransmitan por streaming
sus reuniones, salvo en el caso del BCE, al
que hemos pedido que, como la Reserva
Federal, publique las actas de sus reuniones
dos semanas después de su realización.
También será una oportunidad para comenzar a organizar el movimiento en torno a
una campaña específica. Nos estamos preparando para crear grupos de trabajo para
desarrollar una plataforma digital eficiente
y segura, que nos permita intervenir en el
debate público y articular nuestro trabajo.
Hemos identificado cinco áreas temáticas
cruciales para el futuro de Europa: el
Nuevo Acuerdo Verde que he mencionado
antes, la cuestión de la deuda y el sistema
bancario, las migraciones y las fronteras, la
transparencia y el tipo de Constitución que
Europa necesita. Queremos disponer de
cinco documentos sobre estos temas en el
plazo de un año. Vamos a empezar haciendo una lista de problemas y preguntas para
cada una de estas áreas temáticas, con el fin
de poner en marcha una gran campaña de
consultas en diferentes lugares y países. De
estas reuniones surgirán propuestas que
serán "filtradas" y "recombinadas" por grupos de trabajo que presentarán el resultado
en grandes asambleas temáticas. Estas
asambleas votarán un documento final, que
luego será sometido a la aprobación de
todos los miembros de DiEM. Es un proceso que puede ser definido como democracia en acción, del cual surgirá un verdadero
manifiesto de DiEM, no una mera declaración de principios.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Un Plan B para Europa. Para construir un espacio de
convergencia europeo contra la austeridad
y para la construcción de una verdadera democracia
En julio de 2015 asistimos a un Golpe de Estado financiero ejecutado desde la UE y sus Instituciones
contra el Gobierno griego condenando a la población griega a seguir sufriendo las políticas de austeridad que ya había rechazado en dos ocasiones a través de las urnas. Este golpe ha intensificado el
debate sobre el poder de las instituciones de la Unión Europea, su incompatibilidad con la democracia y su papel como garante de los derechos básicos exigidos por los europeos.
Sabemos que existen alternativas a la austeridad. Iniciativas como Por un Plan B en Europa,
Austerexit o! DiEM25 denuncian! el chantaje del tercer memorando de entendimiento impuesto a
Grecia, el fracaso económico que supondrá y el carácter antidemocrático de la UE, reconocido por
el mismo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien declaró:! No puede haber
decisiones democráticas contra los tratados europeos.
También somos testigos de la respuesta insolidaria (en ocasiones hasta xenófoba) de las Instituciones
Europeas y los Estados Miembros ante la llegada de refugiados procedentes de Oriente Medio y
África, y ante el drama humano que ello conlleva. Remarcando la hipocresía del discurso de la UE
respecto a los DDHH, que de forma indirecta, a través de la venta de armas o con políticas comerciales, es un actor clave en los conflictos que han provocado las recientes crisis humanitarias.
El régimen de crisis de la UE, iniciado hace 8 años y basado en la austeridad, privatiza los bienes
comunes y destruye los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales
de la crisis: la desregulación del sistema financiero y la captura corporativa de las instituciones de la
UE a través de los grandes lobbies y las puertas giratorias. La UE promueve soluciones falsas negociando, con gran opacidad y sin apenas control democrático, tratados de comercio e inversión como
el TTIP, el CETA o el TiSA, que eliminan lo que consideran barreras al comercio: los derechos y
normas que protegen a la ciudadanía, a los trabajadores o al medio ambiente. Es el golpe definitivo
a nuestras democracias y al Estado de Derecho, especialmente a través de los mecanismos de protección al inversor. La actual UE está gobernada de facto por una tecnocracia al servicio de los intereses de una pequeña, pero poderosa, minoría de poderes económicos y financieros. Todo ello ha
provocado el resurgimiento del discurso de la extrema derecha y de posiciones xenófobas y nacionalistas en muchos países de Europa. Los demócratas tenemos la responsabilidad de reaccionar ante
esta amenaza e impedir que los fascismos capitalicen el dolor y el descontento de la ciudadanía, la
cual a pesar de todo ha demostrado solidaridad ante la tragedia humanitaria que sufren cientos de
miles de personas refugiadas.
La sociedad ya se ha puesto a trabajar por un cambio radical en las políticas de la UE.
Movilizaciones sociales, como Blockupy, la campaña NO al TTIP, el Alter Summit, la huelga general europea en 2012, las Euromarchas, o el ingente trabajo realizado por numerosas plataformas ciudadanas y ONG, suponen un valioso capital humano, intelectual e ideológico por la defensa de los
Derechos Humanos, el respeto a la Tierra y a la dignidad de las personas por encima de intereses
políticos y económicos. Creemos, sin embargo, que es necesaria una mayor coordinación y cooperación práctica para la movilización a nivel europeo. Hay muchas propuestas en marcha para acabar
con la austeridad: una política fiscal justa y el cierre de paraísos fiscales, sistemas de intercambio
complementarios, la remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de todos los
trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad, la apuesta por un modelo de producción
basado en las energías renovables, y reformar o abolir el pacto fiscal europeo, formalmente Tratado
de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria.
El ejemplo de Grecia nos ha mostrado que para hacer frente a la actual coyuntura debemos aunar
esfuerzos desde todos los Estados Miembros y desde todas las esferas: política, intelectual y de la
sociedad civil. Nuestra visión es solidaria e internacionalista.
Por estos motivos, queremos generar un espacio de confluencia! en el que todas las personas, movimientos y organizaciones que nos oponemos al modelo actual de Unión Europea puedan discutir y
consensuar una agenda común de objetivos, proyectos y acciones,! con el fin último de romper con
el régimen de austeridad de la UE y democratizar radicalmente las Instituciones Europeas, poniéndolas al servicio de la ciudadanía
(http://planbeuropa.es)
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Beatriz Gimeno
http://beatrizgimeno.es
Un plan B para las mujeres
Publicado originalmente en...
blogs.publico.es/econonuestra/2016/01/23/un-plan-b-para-las-mujeres
Hace unos días se presentó una iniciativa llamada Plan B, promovida por políticos, intelectuales y activistas europeos entre los que figura Yanis Varoufakis, y entre los españoles
el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, entre otras muchas personas. La que firma este
artículo también lo ha firmado como diputada de este partido en la Asamblea de Madrid.
La iniciativa exige una alternativa a la austeridad y por una Europa democrática, y propone crear "una red de pensamiento" a partir de una Conferencia Europea que se celebrará
en Madrid del 19 al 21 de febrero de 2016. No se trata de crear un partido europeo, sino
de crear un espacio de confluencia capaz de generar una agenda común que pueda combatir las políticas de austeridad y democratizar radicalmente las instituciones europeas.
Las políticas neoliberales han creado la mayor desigualdad vivida en Europa desde hace
mucho tiempo, como han puesto de manifiesto diversos informes de distintos organismos
internacionales, pero esta desigualdad afecta también, de manera muy especial, a la igualdad de género, seriamente dañada por esta crisis. Las mujeres europeas, después de décadas de lucha por la igualdad, nos encontramos en un momento crítico. El neoliberalismo,
esta fase históricamente específica del capitalismo, está reconfigurando el orden de género. No es nada inesperado porque las crisis económicas y la respuesta a las mismas tienen
siempre un impacto en las normas de género, que se cuestionan, se debilitan o se refuerzan. Esta crisis está, entre otras cosas, tensionando los límites entre producción y reproducción de manera muy evidente. Por una parte está recortando drásticamente los servicios sociales que han permitido a las mujeres acceder al trabajo asalariado pero, al mismo
tiempo, en esta ocasión no cabe la posibilidad (afortunadamente) de volver a lo doméstico, como ocurrió por ejemplo en los años 50 y 60. En esta ocasión la entrada en el mercado laboral es irreversible. Por una parte porque el propio capitalismo necesita ahora de esa
mano de obra y es, además, imposible ya vivir con un salario. Además, porque el camino
recorrido por las mujeres, de reivindicación de derechos, es imparable, irreversible, y no
se concibe sin la autonomía de un salario propio. Ahora más que nunca estamos situadas
en ese vértice complicado entre patriarcado y liberalismo, doblemente apretadas.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Entregadas por una parte a nuestra lucha de
siempre, una lucha cultural, ideológica, antropológica, de desmantelamiento de las
jerarquías de género; y por la otra sometidas a nuevos modos de subordinación impuestos por el mercado que son los que
están presionando la reproducción social
hasta el límite. No se trata únicamente de
estar asistiendo a una reprivatización de
eso que llamamos los servicios de cuidado,
lo que sostiene la vida, por otra parte; no se
trata sólo de la tradicional transferencia de
lo público a lo privado; lo que está en juego
es, por una parte, la posición de las mujeres
en la vida social, y, por la otra, la cuestión
de la democracia: la transferencia de la responsabilidad pública al ámbito de lo privado, la reducción de la esfera pública y por
tanto la desaparición de los espacios de deliberación y negociación colectivos, el desmantelamiento de la democracia, en una
palabra.
Las feministas tenemos que denunciar
estos nuevos modos de opresión que están
erosionando los avances de las mujeres en
las últimas décadas pero que también están
eviscerando la democracia y que están
sometiendo a amplias capas de la población
a situaciones de explotación insoportables.
Las mujeres hemos estado ahí desde el
principio. Las mujeres somos mayoría en la
Marea Verde, en la Marea Blanca o en la
lucha antidesahucios. Las mujeres somos
pieza clave de las estrategias de control
social pero también en las resistencias y en
cualquier lucha por la justicia y la igualdad.
Hemos estado en las calles y en la resistencia todo este tiempo y ahora estamos preguntándonos si vamos a salir de aquí de la
mano de los compañeros que están manteniendo esta misma lucha o si vamos a salir,
como nos ha pasado históricamente tantas
veces, traicionadas.
Lo que nos estamos jugando en este
momento es la posición que va a jugar el
feminismo en la batalla por la superación
de esta crisis. ¿Vamos a luchar por cambiar
la actual correlación de fuerzas económicas
y políticas considerando que el eje de
igualdad de género es fundamental en la
construcción de una nueva sociedad, o
vamos a salir de esta desde el androcentrismo tradicional que ignora nuestras luchas e
incluso nuestras vidas? ¿Vamos a incluir en
ese Plan B, que apoyo, la denuncia de la
dominación masculina y los modos específicos de dominación neoliberal aplicados a
las mujeres? ¿Vamos a denunciar entre
todos y todas el imaginario patriarcal que
oculta la desigualdad estructural de género
o quizá la redefinición de las jerarquías de
género que se está pretendiendo hacer va a
contemplar la desigualdad como una diferencia individual y no sistémica? ¿Va la
resistencia antineoliberal a ser capaz de hacer una denuncia radical de la estructura
del androcentrismo neoliberal… o no?
Porque de la respuesta a esas preguntas va
a depender que el Plan B que proponemos
sea una salida justa u otra traición más a las
mujeres que hemos resistido, luchado,
mantenido a las familias, que hemos salido
a las calles, puesto el cuerpo ante un desahucio, cuidado de los enfermos y dependientes abandonados por el estado, trabajado en condiciones de explotación.
Necesitamos un Plan B para Europa que
tenga en cuenta que las mujeres somos
Europa.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Sandro Mezzadra
2015: Notas para un balance
de un año "increíble"
Original en italiano:
http://www.euronomade.info/?p=6450
Durante el congreso de la CDU realizado a mediados de diciembre Angela Merkel declaró que "ha sido un año increíble, difícil de explicar". No se puede estar en desacuerdo con
ella; en efecto, también para nosotros 2015 fue un año "increíble".
Hemos vivido momentos emocionantes en los últimos doce meses: por ejemplo, la liberación de Kobane, las elecciones de enero de 2015 en Grecia y la victoria del OXI, del No,
en el referéndum del 5 de julio. Hemos participado con entusiasmo en el estate della
migrazione [en España más citado como "verano de la vergüenza"], conmoviéndonos ante
la fuerza extraordinaria y la obstinación con las que hombres y mujeres en fuga han desafiado y pasado por encima de fronteras inútilmente fortificadas. O nos hemos alegrado
cuando coaliciones heterogéneas de movimientos, asociaciones y fuerzas políticas de
izquierda han ganado ciudades españolas como Barcelona y Madrid.
Pero también ha habido ocasiones en las que hemos sentido el sabor de la derrota, por
ejemplo después del "acuerdo" con la troika firmado por el gobierno griego en julio. Y
hubo días en que nos sentimos impotentes ante el avance del nacionalismo y el racismo,
en Polonia, en Francia y en otros países europeos. Hemos chocado con una atroz violencia, con los atentados en París, con los ataques contra refugiados y migrantes en Alemania
o Italia, con la continuación de la guerra en las fronteras de Europa, con los naufragios y
las muertes en el Mediterráneo.
2015 fue, por tanto, un año "increíble", profundamente contradictorio, que se presta a múltiples lecturas e interpretaciones políticas. La perspectiva que asumo en este artículo es la
perspectiva europea de las luchas y de los movimientos que, por ejemplo, se ha manifestado con fuerza en las calles de Frankfurt el 18 de marzo de 2015, durante la iniciativa de
Blockupy contra la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo. Es una perspectiva que se ha consolidado en el transcurso de 2015, no sólo en las campañas de solidaridad con Grecia sino también en el activismo transnacional en las fronteras externas e
internas de Europa y en el apoyo a la resistencia de Kobane y al proyecto confederal democrático de Rojava, en plena guerra siria.
Es una perspectiva a la vez europea e internacionalista, que considera que sólo es posible
y deseable una profunda democratización de Europa si se asocia a una transformación
radical de su posición en el mundo. Desde este punto de vista, la coincidencia entre la liberación de Kobane y la victoria de Syriza en Grecia en enero de 2015 representó realmente el mejor comienzo de año imaginable.
Pero volvamos a Grecia. ¿Qué estaba en juego en las elecciones de enero? Ciertamente no
era la "revolución social", sino más bien un poderoso intento de construir un camino para
salir de la crisis y de la austeridad a través de la interacción, necesariamente conflictiva,
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
entre la iniciativa de los movimientos sociales y una nueva política reformista llevada a cabo por un gobierno de izquierda. Se
trataba de reinventar el reformismo tras la
conversión al neoliberalismo de la socialdemocracia europea y, al mismo tiempo, abrir nuevos espacios para los movimientos y las luchas sociales que el gobierno no podía "representar". Ese fue el gran
desafío en Grecia, y en torno a él debe medirse y juzgarse la propia política de Syriza.
Sabemos que el intento griego ha sido
reprimido con dureza. La Troika ha hecho
de la lucha contra este experimento una
lucha simbólica y ejemplar. Se ha aprovechado del aislamiento institucional del
gobierno griego y ha hecho valer con violencia inusitada las relaciones de fuerza
existentes en Europa. Sin duda, se podría
discutir mucho sobre los errores de "nuestro" bando, de las oportunidades que se han
perdido. Pero las preguntas cruciales al
final de este 2015, son otras: ¿"nuestra"
derrota en Grecia coincidió con la victoria
de la clase dominante y del capital financiero? ¿La "solución" de la crisis griega ha
llevado a la afirmación definitiva del proyecto neoliberal en Europa? No creo que se
pueda dar respuestas afirmativas a estas
preguntas. 2015 se ha caracterizado más
bien por una multiplicidad de "crisis", que
finalmente han llevado a una crisis global
de la Unión Europea.
La trama y concatenación de la crisis griega y de lo que se ha denominado "crisis de
las migraciones" han mostrado inmediatamente que la imposición violenta de la disciplina financiera y monetaria es insuficiente para crear las condiciones políticas
para el gobierno del espacio europeo como
espacio unificado, aunque sólo sea desde el
punto de vista de la valorización y la acumulación de capital. El espectáculo de los
muros y fronteras fortificadas dentro del
espacio Schengen es una imagen ejemplar
de un proceso más general de fragmentación de la geografía del proyecto de integración europea y, en última instancia, de
su profunda crisis.
Mientras que los acontecimientos de los
últimos años han acentuado y dramatizado
la división entre el Norte y el Sur del continente, en torno a la "crisis de la migración" se han manifestado violentamente
nuevas tensiones y divisiones en torno al
eje Este/Oeste. El crecimiento de viejas y
nuevas fuerzas de derecha, más o menos
explícitamente racistas y fascistas, es a la
vez efecto y acelerador de la crisis del proceso de integración europea.
Al mismo tiempo, es bastante claro que el
fin de la austeridad sigue siendo un espejismo, que la crisis financiera no deja de circular por Europa. No sólo está en cuestión
la depresión sustancial en la que siguen las
economías de países del sur como Grecia,
Italia o España. Si miramos hacia el norte,
la situación no parece necesariamente
mejor. Finlandia, cuyo gobierno ha sido
uno de los críticos más inflexibles de
Grecia en la primera mitad de 2015, se
enfrenta ahora a una profunda crisis de la
deuda pública. Y la "solución" es siempre
la misma: recortes en los gastos sociales y
programas de austeridad que provocan una
oposición social creciente en el país.
Finlandia es de por sí un país importante en
los confines norte y este de la Unión Europea. Pero, simultáneamente, la crisis de
Finlandia también se puede leer como síntoma de lo que he llamado la circulación
persistente de la crisis financiera en
Europa. Incluso en países como Alemania,
donde no se habla de crisis, la tasa de inversión es extraordinariamente baja y el "crecimiento" está estancado. El panorama social se ha transformado radicalmente, como
en cualquier lugar de Europa, con un espectacular aumento de la desigualdad y de la
polarización en la distribución de la riqueza, así como con una profundización de los
procesos de precarización.
El propio tejido de la "ciudadanía europea"
padece crecientes infiltraciones de elementos de violencia, de lógicas de guerra. Ciertamente, todo esto no explica los ataques de
París, pero define el marco general en el
que han tenido lugar y contribuye, al me14
Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
nos, a contextualizar la fuerza de atracción
del islamismo radical dentro de la propia
Europa.
Hay que añadir la incapacidad absoluta de
la Unión Europea y sus Estados miembros
para desarrollar y afirmar una política de
paz y estabilización en las zonas de crisis y
de guerra en sus propias frontera, incluso
aunque esta política fuese entendida simple
y exclusivamente en favor de intereses de
las clases dominantes. Y eso pese a que la
participación europea en las guerras, desde
Ucrania al "Gran Oriente Medio", se está
haciendo cada día más profunda, bajo el
signo de una integración atlántica en la
OTAN -en una posición subordinada- que
tiende a aparecer como inevitable bajo la
amenaza (el chantaje) del Brexit, esto es,
de que el Reino Unido abandone la UE.
La incapacidad de los socialistas franceses
para reaccionar ante los ataques de noviembre de una manera diferente al anuncio,
proclamación y anclaje constitucional del
estado de emergencia alude a una situación
en la que la guerra va a "sobredeterminar"
la crisis, asegurando su reproducción: una
situación ideal para la vieja y nueva derecha. En este sentido, tanto más importante
y ejemplar se hace para nosotros, desde una
perspectiva europea, un experimento democrático como el de Kobane y Rojava,
fuente de inspiración para la misma resistencia ante las políticas autoritarias, el militarismo y el nacionalismo de Erdogan en
Turquía.
A finales de 2015 encontramos Europa ante
una situación marcada por una profunda
inestabilidad de las relaciones de fuerza y
por la crisis del proyecto neoliberal. Esta
inestabilidad y esta crisis acarrean una serie
de riesgos y amenazas: desde el crecimiento del nacionalismo y del racismo en
muchas partes del continente hasta la fragmentación y división de la Unión Europea
frente a los procesos de renacionalización
que dejan intacto el núcleo neoliberal de las
políticas económicas y sociales. La inestabilidad y la crisis, sin embargo, también
muestran que la situación está abierta, que
las experiencias, las luchas, las conexiones
acumuladas en este año extraordinario pueden ser la base para un nuevo ciclo político
de lucha y organización que podría desafiar
y derrotar al ''extremismo de centro" que se
ha manifestado en Europa bajo las formas
del "partido de la nación" de Renzi en Italia, la alineación en posiciones bélicas y
autoritarias de Hollande en Francia o la
"gran coalición"en el modelo alemán.
Las elecciones españolas del 20 de diciembre tienen precisamente este significado. El
mismo reto lanzado con la victoria de
Syriza en enero ha vuelto a plantearse con
fuerza a finales de 2015 en un país como
España, que tiene un peso mucho mayor en
Europa que Grecia y que se presenta como
un "modelo" para la eficacia de las políticas de austeridad. Que quede claro: el éxito
de Podemos no es una "victoria" y, sobre
todo, no constituye, a su vez, un modelo,
una "solución" a los problemas de la
izquierda en Europa. Demuestra, sin embargo, que siempre es posible una respuesta radicalmente democrática a la crisis y
que la reivindicación de "democracia real",
de derechos sociales y de redistribución de
la riqueza sigue viva en Europa.
La ingobernabilidad sustancial de España,
en una situación caracterizada por una presencia activa e insistente de los movimientos y luchas sociales, pero también por las
experiencias extraordinarias en el ámbito
del gobierno municipal, debe ser interpretada y politizada como una contradicción
europea, como un síntoma de que a lo largo
y ancho de Europa hay espacio para una
nueva política orientada a la transformación radical de lo existente en nombre de la
libertad y la igualdad. Ocupar estos espacios, a escala urbana, nacional y europea,
mediante la construcción de coaliciones
sociales y políticas, con una nueva imaginación constituyente y con un programa
eficaz es nuestro reto para el año 2016 y
para los próximos años.
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diem25.org... diem25.org... diem25.org... diem25.org... diem25.org...
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Marco Assennato
Más allá del miedo
Versión orginal en italiano:
http://www.euronomade.info/?p=6657
El centro reaccionario que domina Europa
Según su representación convencional, la crisis europea se tensa en torno al choque entre
burocracias transnacionales y populismos nacionalistas. En medio quedarían atrapados los
diferentes gobiernos empeñados en difíciles reformas.
En Italia, por ejemplo, la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) parecen encarnar
la única oposición al ejecutivo de un Matteo Renzi que jura no querer recibir más lecciones de Bruselas. Una Liga cada día más parecida a un clásico partido de derecha nacional,
hasta el punto de que recibe el apoyo entusiasta de Marine Le Pen, y un M5S que, como
explicó su diputado Alessandro Di Battista en Il Manifiesto (1), no persigue objetivos muy
diferentes a los de Matteo Salvini, dirigente de la Liga Norte. "Non più sudditi, ma paese
sovrano", "nunca más súbditos, un país soberano". Este es el programa que el M5S, controlado por Gianroberto Casaleggio a través de Casaleggio Associati, quiere proponer a
partir de la convención sobre política exterior organizada en Roma para el 16 de febrero,
en la que participarán, entre otros, varios militantes de los comités No Muos, No Camp
Darby, Gettiamo le Basi y No dal Molin.
Di Battista, desde luego, tiene la virtud de la claridad: "La propiedad privada está garantizada por la Constitución y estamos de acuerdo en protegerla. Estamos a favor de la soberanía monetaria y de la renta de ciudadanía para que los últimos no se queden atrás.
Impulsamos una política de ayuda a las pequeñas y medianas empresas, que son la base
del crecimiento económico del país. Luchamos por derechos económicos que antes eran el
corazón de la izquierda. No votamos contra los partidos implicados en los gobiernos anteriores, pero sí lo hacemos en temas específicos: junto a la derecha hemos votado en contra del decreto svuota-carceri (2) y la semana pasada en Bruselas votamos con la Liga contra la invasión de la UE por 35.000 toneladas de aceite de oliva tunecino".
En resumen: políticas "seguritarias", lucha contra la invasión de personas y mercancías
procedentes del sur del Mediterráneo, defensa de la propiedad privada, renta de ciudadanía como contribución asistencial a las personas desempleadas, defensa de la soberanía
monetaria y política, del Estado nacional y de la centralidad de empresa como verdadera
y única base para el crecimiento económico. Así toma cuerpo un perfecto manifiesto rojipardo -cada vez menos rojo y más pardo-, dicho sin querer ofender a los que inesperadamente han decidido asistir al encuentro. Se diría que a fuerza de leer a Chomsky se termina apreciando a Alain de Benoist.
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Por otra parte, como ha recordado Marco
Bascetta (3), el contagio reaccionario en
Europa parece creciente, tanto que en todos
los países de la UE se está cuestionando el
Tratado de Schengen, lo que era una vieja
bandera de la derecha xenófoba. El cuadro
definido por Bascetta, sin embargo, aún es
móvil y contradictorio, como si estuviera
suspendido en un delicado equilibrio entre
tres opciones básicas:
- por un lado, los que sostienen la necesidad de destruir la unión europea para salvar
la unión europea, imaginando dos niveles
diferentes de integración, tanto para la
fronteriza como para la monetaria, vieja
receta que emergió en el climax de la crisis
financiera y que ahora retorna extendiéndose también al ámbito territorial;
- por otro lado, los que tratan de mantener
las cosas como están, cristalizando la hegemonía administrativa de algunos países
sobre toda la Eurozona, confirmando su
carácter multinacional y descargando todas
las contradicciones sobre los socios díscolos, principalmente Grecia, aunque mañana
podrían ser España o Italia;
- por último, contra ambos escenarios, se
expanden las opciones neosoberanistas.
En este escenario, entre los gobiernos nacionales y las burocracias financieras se estructura una especie de centro reaccionario
que gobierna sobre el continente, bajo el
estímulo constante de crecientes pulsiones
racistas y nacionalistas. De hecho, las tradicionales distinciones políticas entre derecha e izquierda dejan de ser operativas. En
Francia, el gobierno socialista y el partido
de Sarkozy coinciden -con diferencias
superficiales- en responder al crecimiento
del Frente Nacional sumando a las medidas
de emergencia para la seguridad un plan de
emergencia para la economía. En suma,
socialistas y republicanos piensan que, ante
la crisis, tienen que exacerbar los controles
policiales, cambiar el orden constitucional
de la República e insistir en las políticas
antisociales, típicamente neoliberistas: la
reforma de la legislación laboral a partir del
informe Badinter (en realidad bastante
tímido), poner fin a las 35 horas de jornada
semanal, aplicar la liberalización de acuerdo con las directrices del ministro Emmanuel Macron (muy similares a las contenidas en la Jobs Act o Ley de Empleo aprobada por el gobierno italiano). Mientras, en
el horizonte se preparan nuevas guerras
bajo los auspicios de la OTAN.
Estado seguritario
En referencia a las recientes decisiones de
François Hollande, Giorgio Agamben, en
uno de los artículos seleccionados por la
redacción de Le Monde, ha propuesto una
interpretación basada en el paradigma del
Estado seguritario (4). Según Agamben, el
debate francés sigue una tendencia más
general. Todas las democracias occidentales estarían incubando una inédita forma de
gobierno, que ya no se fundaría sobre la
razón de Estado sino sobre razones de
seguridad. El Estado seguritario inscribe
sus instituciones en un conjunto de estrategias administrativas que desmienten el
objetivo de prevenir los actos de terrorismo, ya que se deja que ocurran para poder
"gobernarles en una dirección que se considere rentable". Agamben hace la hipótesis
de una "relación sistemática entre terrorismo y Estado seguritario" que persigue el
objetivo del "control generalizado y sin
límites" como única forma de relación
entre gobernantes y gobernados.
Ese modelo se basa en dos perversas presuposiones. En primer lugar, la despolitización de la ciudadanía en general, considerada como elemento inactivo que sólo
puede ser movilizado desde arriba, por las
instituciones, contra imaginarios enemigos
extranjeros. En segundo lugar, la "transformación radical de los criterios de verdad y
certeza en la esfera pública". El análisis,
hasta aquí, parece congruente. De hecho,
tras los atentados terroristas en París, el
Gobierno francés y la Presidencia de la
República han llevado a cabo un verdadero
secuestro del espacio público, a través de
un dispositivo que combina las políticas de
seguridad y la proliferación hipertrófica de
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ceremonias blindadas en las que llorar por
las víctimas y digerir el propio e invididual
miedo.
Por otro lado, es imposible no sorprenderse
ante la impresionante frivolidad con que las
instituciones eluden cualquier examen
mínimamente realista de la eficacia de las
medidas antiterroristas aplicadas. Según
Agamben, en este tipo de temas los representantes de la República sólo tienen en
cuenta "lo que dicen la policía y los medios
de comunicación", instancias que siempre
se han considerado poco fiables". ¿Acaso
muestra otra cosa el patético debate sobre
la retirada de la nacionalidad, propuesto
recientemente por Hollande y Sarkozy al
alimón?
Ciertamente, la hipótesis de Agamben tiene
el merito de reducir considerablemente la
distancia entre los aparatos de gobierno y el
planteamiento político de las fuerzas de
ultraderecha. En resumen, no esconde la
cabeza como el avestruz. Pero el razonamiento queda colgando en el vacío, pues se
basa en una indeterminación jurídica definida unilateralmente como ficción. Sin
duda, inscribe el terror en el corazón de la
racionalización neoliberista, pero no es
capaz de comprender sus contradicciones y
debilidades. Como siempre, el profeta de la
nuda vida encardina sus palabras a lo largo
de los rieles del destino de Occidente, incapaz de saltar hacia un lado y romper la
jaula de acero.
Europa es flagrante y reconocida por todos.
Sin embargo, en este vacío de la política se
estructuran estrategias y discursos, técnicas
de gobierno e hipótesis administrativas. El
presidente Juncker, por ejemplo, no deja de
repetir como un mantra amenazador que la
crisis del Tratado de Schengen implicaría
inevitablemente la implosión de la Unión
Monetaria, estableciendo así un singular
paralelismo entre los movimientos migratorios, el retorno de los nacionalismos, las
guerras y el miedo a la crisis económica y
financiera. Una amalgama que sin embargo
revela posiciones en torno a las cuales no
existe unanimidad.
Una vez más, hay que hacer distinciones.
Las elites europeas están sumidas en un sistema de políticas ilógicas que, como ha señalado Bascetta, aunque "se ponen en circulación para sedar la alarma pública, obtienen el resultado diametralmente opuesto,
la alimentan".
Pero todo esto no deriva de la "flecha del
destino". Es consecuencia de una lectura
totalmente subalterna del cambio del paradigma económico y político después de la
caída del muro de Berlín, dicho así para
entendernos. Cuando digo subalterna me
refiero a una cultura política que interpreta
los movimientos sociales subjetivos sólo en
términos de control neoliberista y que es
incapaz de imaginar una revolución de los
equilibrios geopolíticos e institucionales a
la altura de la situación. Esto da como
resultado un callejón sin salida catastrófico.
La política exterior occidental en los últimos 25 años está ahí para demostrarlo:
todos reconocen su fracaso, pero ningún
líder europeo parece capaz de cuestionarla.
Nos movemos por tanto sobre un plano
absolutamente contradictorio, en el que
actuan voluntades intervencionistas mezcladas con nostalgias por el declive de las
soberanías estatales, pero mudas en cuanto
al ámbito económico y social. El neoliberismo lo impregna todo como un alma
negra e insondable que condena a repetir
las recetas de los noventa: flexibilidad, pri-
Un catastrófico callejón sin salida
Sin embargo, quizá valdría la pena acostumbrarse a situar los discursos. La involución francesa se situa en el contexto del
colapso político europeo. Ahora es preciso
comprender no sólo en qué términos las
medidas administrativas seguritarias y
xenófobas que varios países están adoptando perfilan una transformación decisiva en
la actitud de la gobernanza continental,
sino también con qué consecuencias y aporías. Crisis, emergencia, seguridad, son hoy
palabras tan redundantes como vacías y
banalizadas. La incapacidad política de
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
vatización, precarización laboral, reducción de los presupuestos públicos, ataque a
los derechos sociales.
Sin embargo, ese final de siglo ya está lejano y las respuestas de entonces están agotadas. Entendámonos: nadie puede presentar
tales políticas como progresistas, como
hizo la Internacional Socialista en la época
de la tercera vía de Blair o en Italia durante las dos décadas Prodi-Berlusconi, o como se hizo durante el primer gobierno de
Sarkozy en Francia. El neoliberismo europeo ha perdido todo dinamismo y configura una inédita fenomenología de la violencia conservadora, coercitiva y continuada,
sobre los cuerpos sociales y sobre las cenizas de las instituciones democráticas nacionales. Funciona poniendo barreras y límites, tiende a convertirse en una técnica de
confinamiento de las potencialidades sociales o en exorcismo del impulso distributivo
que pese a todo se incuba en ellas.
El problema es que hoy la perspectiva de
centro (en sus declinaciones de derecha o
izquierda) no tiene nada en común con la
que se difundió en los años noventa. La
hipótesis reformista no se sostiene ya, el
espacio para la competencia por la moderación es residual y todos los sistemas mecánicamente bipolares parecen romperse. La
austeridad, en otras palabras, se redefine
fuera o incluso contra el ejercicio de la
democracia, en una especie de banalización
de la crisis que no conduce nunca a decisiones soberanas, sino más bien a la práctica
inagotable del compromiso burocrático e
institucional. El weberismo está realmente
dislocado y de nuevo la realpolitik tiende a
caer en brazos de la reacción.
Además, una buena parte de los países
europeos se encuentra ya en esa situación.
Basta mirar hacia el Este, a aquellos países
que, como ha señalado Bascetta, "declaran
abiertamente su divergencia con los modelos democráticos occidentales". Pero la
lista es larga, si tomamos en cuenta la actitud ante quienes buscan refugio mantenida
por el gobierno danés o en la Baviera de la
civilizadísima Alemania, o en Suiza o en el
Reino Unido de Cameron, o las deportaciones masivas anunciadas por Suecia y
Holanda.
El único derecho de los pobres (5) practicado activamente en el espacio europeo sufre
una rastrera y violentísima represión interna. Por otro lado, la banalización de la crisis se traduce en el uso endémico de leyes
de excepción contra los derechos de ciudadanía y contra los cuerpos productivos del
cognitariado metropolitano: desde la italiana Jobs Act a los miniempleos alemanes y
la ley Macron en Francia. ¿No es cierto que
todas estas medidas se relacionan con las
políticas de orden público? ¿No asistimos a
la progresiva crisis del derecho laboral subsumido en la malla del derecho civil?
Hasta aquí, todo esto parece bastante claro.
Entonces, ¿funciona el razonamiento de
Agamben? Creo que no, que, por el contrario, oculta el espacio de acción posible aquí
y ahora. Que previene y compensa el desa-
La implosión socialista
Particularmente significativo, en este contexto, es el colapso de los partidos adheridos a la Internacional Socialista, sobre los
que parecen descargarse todas las tensiones
del momento. Su subordinación cultural les
obliga a vivir en constante espera de las
medidas expansivas prometidas por el gobernador Mario Draghi o a perseguir posiciones de privilegio -cuando están en el
gobierno- entre los países más influyentes,
intentado una enésima remodelación de
centro para escapar de la catástrofe. El
llamado Partido de la Nación en Italia, el
pacto republicano en Francia, la paradójica
timidez del PSOE de cara a las propuestas
de Podemos, las convulsiones del laborismo respecto a las posiciones de su actual
secretario Corbyn, marcan una geografía
política que tiende a unir imperativos
financieros y nuevas prácticas represivas,
causando una inexorable erosión del consenso que se traduce en enfados y crisis de
conciencia, cuya última muestra es la salida de Christiane Taubira del gobierno francés.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
rrollo de una inteligencia subversiva dentro
y contra del espacio europeo. Preguntémonos más bien: ¿cómo es posible que
mientras todos, desde Bruselas o desde los
gobiernos nacionales, recitan retóricamente
que la UE necesita más política, sea golpeado precisamente el único derecho político adquirido desde la fundación de la
unión, el derecho a la libre circulación de
los ciudadanos en el espacio continental?
El Estado seguritario del que habla Agamben se sostiene sobre una paradoja: acentúa
el dominio sobre la población en proporción directa a la pérdida de soberanía de los
Estados individuales. Esto parece más un
relato para los gobernados que una estrategia consciente puesta en marcha por los
gobernantes. Sus demostraciones de fuerza
son el espejo de la impotencia de los estados individuales en el ámbito de una gobernanza transnacional europea nada reticente
a alcanzar compromisos con las tendencias
más reaccionarias presentes en la eurozona.
Por otro lado, para nada valen las apelaciones a dar marcha atrás al reloj de la historia: cuanto más se insiste en la defensa de
la soberanía económica y constitucional de
cada país, más se termina en la autocompasión por los territorios perdidos de la
República o en la humillación ante los dictados de la troika. En cualquier caso, ese
tipo de hipótesis sólo pueden ser interpretadas si las situamos a la derecha y en el exterior del esquema democrático. Si la situación es así, en lugar de tratar de hacer
arqueología política de la forma Estado,
como hace Agamben renovando los fundamentos teológicos, se debe intentar una
fenomenología del espacio político que
decante sus fallos y debilidades.
ca compleja, un conjunto de dispositivos
destinados a vincular el miedo con "contenidos cómodos y, si es posible, lejanos,
para escapar a los problemas que realmente plantea la vida social". Esta perspectiva
muestra bien cómo la receta neoliberista,
tras un largo periodo en el que buscó el
consentimiento de los cuerpos productivos,
presentándose así como una fuerza liberadora de los gravámenes burocráticos del
Estado de Bienestar y del trabajo asalariado, ha pasado hoy a "hacer temer, en vez de
hacer creer, sin hacer comprender nunca.
Esa es la mejor manera de hacerse obedecer".
Boucheron ha escrito: "En el campo de la
economía política, por ejemplo, la gestión
es el laboratorio de la política del miedo: el
miedo que el desempleo inspira a los asalariados es el principal instrumento de dominación, mientras que los empleadores no
tienen nada que temer. Esto podría explicar
brevemente, pero con eficacia, la situación
de desempleo masivo en la que han entrado
las sociedades modernas".
El mismo esquema de análisis -asustar,
para que no se comprenda y para obtener
obediencia- es válido para el espectáculo
cotidiano ofrecido por los medios de comunicación. Véase, por ejemplo, las reacciones homofóbicas cada vez más generalizadas contra la simple puesta al día de leyes
de uniones civiles, o la crónica de los
hechos de Colonia, tras los cuales, como
recuerda Bascetta, "miles de militantes de
extrema derecha se dispondrán a emprender acciones violentas contra los refugiados". Además, la utilización política del
miedo, como sostienen Boucheron y Corey,
no sólo es interna, siempre tiene dos direcciones: una mira al interior, al cuerpo de la
nación, y otra mira al enemigo lejano.
En el ámbito analítico, es necesario conectar lo que parece dividido. En efecto, al
obstinado repliegue tras las barreras nacionales, a la proliferación de controles y
medidas represivas, a la exaltación de un
hipotético y estático estilo de vida occidental, corresponden perfectamente las inter-
El uso político del miedo
Por ejemplo, después de los ataques de
París, Patrick Boucheron y Corey Robin
(6) investigaron el juego de espejos desarrollado entre las medidas administrativas
aplicadas y el uso político del miedo. De
hecho, el estado de emergencia permanente parece ocultar una infraestructura políti21
Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
venciones militares impulsadas por líderes
europeos, la alianza con la Turquía de
Erdogan y la total subordinación a la
OTAN, que ahora, más que paraguas, es el
mando efectivo de las prácticas beligerantes que desde Oriente Medio a Siria o al
África subsahariana reproducen punto por
punto la hipótesis de una guerra entre civilizaciones propuesta por Daesh.
No obstante, eso no es todo: podrían abrirse escenarios muy diferentes y contradicciones articuladas de otro modo, allá donde
imponentes capacidades de conflicto social
han encontrado el coraje necesario para una
verticalización política, como en España y
Grecia. Vista desde esa perspectiva, la crisis europea parece una ilustración perfecta
de la estrecha relación que siempre une el
uso político del miedo a la "lenta subversión de los principios republicanos". Miedo
y democracia aparecen entonces como
palabras enemigas entre sí. Los ataques al
Tratado de Schengen y la práctica de compromisos a la baja que unen a la dirección
burocrática y financiera, a los gobiernos
nacionales y a las fuerzas de extrema derecha, en la actualidad sirven principalmente
para evitar una salida constituyente de la
crisis europea. Pero todo esto demuestra
que hoy la afirmación de una Europa política es -en sí misma- un programa subversivo, el único posible.
nificado político del célebre fresco de
Lorenzetti sobre el Buen Gobierno, ha
señalado, frente a la siniestra alegoría del
Timor, la dulce figura de la Securitas (7).
Toni Negri ha observado con frecuencia, en
sus estudios sobre Spinoza, la necesidad de
entrelazar la confianza con la búsqueda de
la seguridad. Esto no implica ninguna autonomía de lo político: por el contrario, se
trata de reconocer, en la crisis de soberanía
que atravesamos, la posibilidad de organizar un desenlace constituyente que vaya
más allá de la indignación y del miedo, que
vaya al deseo, a la mesura, al ejercicio de la
igualdad, de la pietas, de la fortitudo [firmeza y generosidad]. Entonces, la Securitas pierde la oscura connotación que encontramos en Agamben y se construye
como práctica de una "confianza política
que se perpetúa sobre la base de las instituciones democráticas, armadas de contrapoder" (8). En suma, se convierte en virtus
imperii que potencia el cuerpo multitudinario en lugar de absorberlo en la representación. Por lo tanto, como escribe Boucheron, la seguridad puede hacerse tangible
experimentanto formas de gobierno "que
no atenten contra la vida de los cuerpos,
que no pesen sobre los modos de la existencia, sino que dejen a las vidas y a los cuerpos afanarse de acuerdo con el movimiento
propio de su deseo".
En lugar de aferrase al Estado seguritario o
ahogarse en prácticas destituyentes, se
puede intentar conjurarse contra el miedo y
transponer la crisis europea haciendo de
ella una oportunidad radicalmente democrática. Al menos se debe sentir la necesidad de intentarlo.
Timor y Securitas
En realidad, es el momento de recuperar las
palabras. O, si carecemos de ellas, de recurrir provisionalemte a las imágenes, para
asimilar el ritmo incierto del momento.
Hagamos una pequeña digresión. Miedo,
seguridad, democracia: ¿a dónde nos lleva
la arqueología de estos términos? ¿A la
refundación teológica de la Forma-Estado,
a subvertir por medio de su contracción en
enclaves depurados del horrendo monstruo
del poder secular, como querría Agamben?
Creo que podemos devolver a su remitente
esta narración para cándidos siervos y articular un nuevo vocabulario civil.
Patrick Boucheron, reconstruyendo el sig-
Tres espacios de iniciativa
Ahora mismo hay al menos tres ámbitos de
iniciativa imprescindibles y no absorbibles
por el bloque centrista que gobierna el continente: la lucha por la paz y por la salida de
la OTAN, como premisa para el desarrollo
de una política exterior continental autónoma; la exigencia del derecho a la libre circulación, contra la suspensión del Tratado
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
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puede ser puesta en práctica fuera de las
luchas que tienen la inteligente capacidad
de conectar lo laboral y social con los derechos civiles, por la libre circulación y por el
acceso a los saberes y conocimientos, por
un uso diferente de los territorios y de los
espacios metropolitanos. Conjurarse contra
el miedo no tiene nada que ver con la simple evocación de una nueva organización
de la representación. Más bien, significa
proyectar y experimentar contrapoderes
efectivos y diseminados, coordinados a
nivel continental: en este sentido, las
luchas europeas pueden ganar espacio,
pero sólo si se conecta la horizontalidad y
la diversidad de los conflictos sociales con
un salto vertical en el ejercicio del del
poder.
de Schengen; y la reivindicación de la naturaleza común y cooperativa de los sujetos
productivos como dispositivo central de
toda política monetaria, fiscal y laboral. En
esos tres campos es imposible cualquier
convergencia con la derecha xenófoba,
siempre y cuando que se conjuguen con el
objetivo explícito de construir instituciones
democráticas de lo común, de modificar las
relaciones de fuerza a escala continental y
de golpear allá donde las autoridades económicas, financieras y tributarias llevan a
cabo efectivamente sus alternativas: dejando descomponerse el corpachón muerto de
los Estados-nación.
El extremismo de centro y el neosoberanismo son nuestros enemigos. Frente a ellos
hay que llevar adelante la iniciativa política. Pero ninguna invención institucional
Notas
1. http://ilmanifesto.info/di-battista-non-piu-sudditi-ma-un-paese-sovrano
2. (NT) Este decreto, "vacía cárceles", declara en su presentación que se propone restituir
a las personas detenida sus derechos fundamentales y hacer frente al hacinamiento carcelario.
3. http://ilmanifesto.info/suicidio-a-due-velocita
4. http://www.lemonde.fr/idees/article/2015/12/23/de-l-etat-de-droit-a-l-etat-de-securite_4836816_3232.html?xtmc=giorgio_agamben&xtcr=3
5. http://www.dinamopress.it/news/schengen-e-leuropa-dei-poveri
6. Robin C. P. Boucheron, L'exercice de la peur. Usages politiques d’ne émotion, PUL
París, 2015
7. P. Boucheron, Conjurer la peur - Siena 1338. Essai sur la politique des forzar imágenes, París, Seuil, 2013.
8. T. Negri, Essai sur la force politique des images http://www.euronomade.info/?p=1522.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Fotogalería de Paulete Matos. Originales en color:
http://www.esquerda.net/sites/default/files/dsc_8675_0.jpg
http://www.esquerda.net/sites/default/files/dsc_8282.jpg
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Isabel Pires
www.esquerda.net/autor/isabel-pires
Precariedad, ¿para qué?
Isabel Pires es diputada portuguesa y dirigente del Bloco
de Esquerda
Original en portugués:
www.esquerda.net/opiniao/precariedade-para-que-te-quero/40869
Los recientes proyectos presentados por el Bloco de Esquerda en la lucha contra la precariedad representan avances importantes y deben entenderse como un camino que, en realidad, sólo el Bloco se atrevió a recorrer con más firmeza en los últimos años.
Los proyectos presentados por el Bloco son los siguientes:
- Reforzamiento de los mecanismos de presunción de contrato de trabajo y combate efectivo contra la precariedad.
- Propuesta de consagración de una nueva misión de la Autoridad para las Condiciones de
Trabajo.
- Combate contra la práctica de utilización de "falsos autónomos" y de trabajo sumergido,
incluyendo los falsos empleos en prácticas y el falso voluntariado.
De nada sirve crear mitos sobre la validez de las propuestas y sobre quién es más contrario a la precariedad. En este momento, se observa en el escenario político existente cierta
cohesión en relación con la lucha contra la precariedad, a partir de un análisis bastante
correcto: en el ámbito laboral nada se ha expandido con tanta rapidez e intensidad como
el uso de mecanismos precarios de contratación de trabajadores y trabajadoras. Así que
combatir todo esto es una prioridad.
Los proyectos presentados no están aislados en el espacio y el tiempo, ni desconectados
de la realidad; la realidad de las trabajadoras y trabajadores, la realidad narrada por varios
sindicatos, la realidad de los números. Las aportaciones realizadas por estas realidades
convergen en el resultado final. Nada nos debe contentar y tenemos que aspirar a más,
siempre deseando más, pero es necesario destacar los avances que implicarían estas propuestas de ser aprobadas.
Hay que recordar el programa electoral del Bloco de Esquerda, en el que se enmarcan. Nos
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
oponemos a las empresas de trabajo temporal (ETT) por la grave alteración que imprimen a las relaciones laborales, estableciendo una relación triangular, en la que el eslabón más débil es el trabajador, que pierde
salario y derechos. A largo plazo, las ETT
tienen que desaparecer y las empresas que
recurren a ellas deberán contratar directamente a los trabajadores.
Es innegable que el trabajo temporal es una
realidad efectiva, y en algunos sectores
específicos se utiliza de una manera muy
concreta. El falso trabajo temporal es algo
muy diferente. Por tanto, hay que combatir
el uso de mecanismos de contratación temporal para cubrir necesidades permanentes,
aún más si se hace a través de las ETT.
La externalización de servicios utilizando
las ETT de forma abusiva, tanto en el sector privado como en el público, también es
algo muy diferente al verdadero trabajo
temporal. Por tanto, es urgente terminar
con ella. Esta práctica es incorrecta por tantas razones que se hace necesario acabar
pronto con ella. Para eso necesitamos el
apoyo de todos los sindicatos, de los comités de empresa y de todas y todos aquellos
que no cuentan con la cobertura de sindicatos o comités.
Algunas de las soluciones que se proponen
ahora, y no serán las únicas, representarían
avances importantes. Por ejemplo, la limitación del margen de arbitrariedad en la
decisión del tribunal sobre la presunción de
existencia de un contrato de trabajo. ¿Por
qué? Porque se propone que si se cumplen
al menos dos condiciones haya que presumir la existencia de un contrato de trabajo,
lo que es importante porque la práctica
actual da margen para mucha arbitrariedad
en las decisiones del tribunal. La eliminación de la arbitrariedad aumentará la capacidad de defensa del trabajador.
Otras medidas propuestas refuerzan prácticas ya existentes por parte de la Autoridad
para las Condiciones de Trabajo y eliminan
la posibilidad de presiones sobre los trabajadores durante los litigios. ¿Vamos a cambiar por completo el mundo del trabajo con
estas propuestas? No, pero estamos construyendo un mundo más seguro para quienes trabajan, garantizando derechos que
nos fueron robados.
Son necesarias medidas más fuertes para
hacer frente al problema generado por las
ETT en el sector privado y en el sector
público, pero el camino se hace al andar.
No vamos a anticiparnos lanzando cohetes
antes de la fiesta, pero estamos creando las
condiciones para que pueda llegar a ser
posible. La defensa de los trabajadores no
es propiedad exclusiva de ningún partido o
sindicato, pero es un deber de todas y
todos, con toda la convicción, determinación y humildad de quien asume esa responsabilidad.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Catarina Caldeira Martins
www.esquerda.net/autor/catarina-caldeira-martins
Marisa es la utopía que deseamos
Versión original en portugués:
www.esquerda.net/opiniao/marisa-e-utopia-que-desejamos/40350
Catarina Caldeira Martins es profesora universitaria, dirigente del
Bloco de Esquerda en Coimbra, diputada municipal por la lista
"Cidadãos por Coimbra". El artículo hace una semblanza de Marisa
Matias, candidata en las elecciones presidenciales de Portugal de
2016, quedando en tercera posición con cerca de medio millón de
votos, más de un 10%.
Tengo la inmensa alegría de contar con la inigualable amistad de Marisa, con perdón de
mis otras amigas y amigos. Contar con la amistad de Marisa es un privilegio especial, al
que, por mucho esfuerzo que haga, no puedo corresponder equitativamente. Nadie consigue como Marisa albergar en su corazón ilimitado los afectos, la ternura, una dedicación
insuperable, o los comprensibles dictámenes de una vida dedicada a luchar constantemente, sin descanso, sin concesiones, en favor de aquellas y aquellos que más lo necesitan.
Siempre en el epicentro de las grandes causas, que es donde queremos que esté, porque
sabemos que ella es esencial, que no olvida y que siempre encuentra el tiempo, la palabra
de apoyo y el cariño, la inspiración que necesitamos. Por lo tanto, tengo la inmensa alegría de tener a Marisa como amiga y por eso, por el amor y la inmensa admiración que nos
une, querría exponer en palabras lo que nunca conseguí darle en la misma medida en que
ella da incondicionalmente.
Nuestra amistad tiene ya algunos años y una trayectoria común en esta cosa que se llama
política. Nos presentamos juntas, en 2001, a las elecciones locales en Coimbra, Marisa como candidata a la Cámara, yo a la Asamblea Municipal. Marisa tenía algunos recelos, pero
las incertidumbres nunca fueron impedimento para los desafíos que enfrenta con la cabeza bien alta. Yo me sentía apoyada, porque sabía que Marisa sabría llevar la tarea a buen
término y yo la seguiría y apoyaría lo mejor que pudiese y supiese. Fue muy difícil hacer
la foto y el cartel de campaña, yo tan pequeña y ella tan alta, vertical y grande, tanto que
tenía que agacharse para que entrásemos juntas en el marco de la cámara. Salí elegida. Ella
no. Pero la victoria no era mía, era de Marisa, que hizo así su ensayo de cara a espacios
más amplios que los de la política municipal, por mucho que también sea importante ésta.
Yo me quedé. Marisa iría hacia espacios de mucha mayor altura, los que corresponden a
su grandeza y a los que ella ha sabido elevar hasta donde nadie antes lo hizo.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
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Algún tiempo después, como colegas que
aún estábamos en el Centro de Estudos
Sociais de la Universidad de Coimbra, Marisa me pidió consejo: ¿debía aceptar la
propuesta de Miguel Portas para que fuese
candidata al Parlamento Europeo? Ese desafío afectaba a muchas otras cosas, pero le
dije que sí, que aceptase sin dudarlo, que
era totalmente capaz de ejercer bien esas
funciones y, sobre todo, predije lo obvio.
Le dije que fuese, porque iba a crecer de tal
manera que su vida nunca sería ya la misma. Tengo guardado en algún sitio el
correo electrónico que le envié al final de
esa tarde, reiterando lo que antes le había
dicho pero quizá con poca vehemencia.
Vete, porque vas a crecer, vas a sentir que
las luchas valen la pena, que vas a cambiar
el mundo, todo esto se te queda pequeño.
Lo que estaba lejos de imaginar era que no
sería la función de eurodiputada lo que haría crecer a Marisa, sino que Marisa haría
crecer la política europea usando con enorme inteligencia todas las brechas inusitadas
de una máquina hermética y kafkiana de
destruir a la gente, en un sitio donde las
personas y la ética de los derechos comenzaron a tener un lugar gracias a las preocupaciones humanas y la solidaridad sin igual
de una sola diputada. Enfrentándose, aunque fuese con miedo, a los representantes
de poderes a los que nos habíamos acostumbrado a ver como inevitables e inescrutables, desde los principales líderes europeos a los poderes económicos y a los sombríos dictadores de Oriente Medio. Una
mujer portuguesa, de Alcouce, que aún no
había cumplido los 40 años, exigió a la
máquina europea lo imposible, con sabiduría y estrategias sorprendentes, yendo de
frente y con un coraje inquebrantable. Su
fuerza, su competencia, su inteligencia, su
ética y, sobre todo, su verticalidad, su compromiso emocional con la justicia y la
ética, poniendo todo su cuerpo y alma en
sus intervenciones y en las causas que asumía, tendría que ser reconocida, como lo es
y lo fue, por todos los sectores, incluso por
sus oponentes.
En todas las situaciones Marisa ha hecho
posible lo imposible. La política europea
ha crecido con ella. Quienes hemos seguido su trayectoria sabemos que el proyecto
europeo, tan quebrantado, podría ser radicalmente diferente si hubiese más Marisas.
Es una pena que en Portugal se sepa tan poco de lo que esta mujer excepcional hizo y
hace.
Marisa crecería, dije aquella tarde, pero no
me imaginaba cuánto. Yo no fui capaz de
discernir el potencial de gran humanismo
que llevaba en sí misma, aunque ya supiese que era enorme, tan grande como su
capacidad de sacrificio y su profunda implicación ante las injusticias. Así, Marisa
está siempre donde no hay nadie más, está
siempre allá donde sepa que hay alguien
que lo necesita, que sufre, alguien que, para
la máquina europea y el aparato burocrático de los estados, ni siquiera existe como
ciudadano o en el recuento de votos. Para
otros, estas personas no importan, para
Marisa sí. Y desde Gaza a Calais, los refugiados, las víctimas de la guerra, las víctimas de ataques ambientales, los masacrados por los poderes que reinan en esta
máquina europea, se vieron acogidos por
ella, reconocidos, con voz. Marisa cruzó el
barro en el que los principales líderes europeos no quieren ensuciarse los zapatos,
pero en el que dejan que esas personas
vivan. Lo hizo para extender sus corazones
en un abrazo, con una caricia de sus manos.
Marisa es capaz de establecer diálogos, poner puentes, construir la reconciliación
sobre la base del concepto irrefutable de
justicia. Marisa sabe ser inflexible cuando
eso es lo que está en juego.
Marisa crece de una manera diferente, está
a añoz-luz de la dimensión humana de
quienes hablan ex cátedra en cualquier programa televisivo semanal, sin abandonar el
sofá en que se apilan libros descritos a partir de los resúmenes de las solapas. No sabe
ser política cuando no interviene en las
causas determinantes del país, desde los
asuntos económicos a la defensa del Estado
de bienestar, tomando posiciones claras
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
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con una indispensable definición ideológica: como mujer de izquierda, como feminista, explicitando, sin duda, que está del
lado de quien tiene necesidad. Marisa reescribió la noción de poder político en torno
a lo que importa y a lo que debería ser, la
participación humana, la justicia social sin
excepciones, la primacía absoluta de los
derechos, una implicación total y sin vacilaciones, un compromiso completo de la
inteligencia y el corazón, hasta el agotamiento del cuerpo y la mente, el sacrificio
por los demás. Si ustedes quieren llámenlo
ética cristiana. Llámenlo simplemente ética
o política de verdad. Llámenlo política,
porque la otra política es en realidad su
negación.
Marisa, mujer de 40 años, convirtió estas
semillas en logros que ningún otro candidato a la presidencia de la República y muy
pocas personas igualan. También tiene títulos académicos, como si sirviesen para
algo, pero lo que más cuenta es la esperanza que nos trae. La esperanza que conquistó como nadie lo ha hecho y que ha llevado
luego a la gente. La esperanza, como he
dicho anteriormente, en la reescritura de lo
político y del poder.
Lo que Marisa nos dice, en todo lo que es y
en todo lo que hace, por ejemplo en Gaza
cuando juega con los niños, con el corazón
en la mano, la belleza de su sonrisa embelesada, el calor que transmite conteniendo
las lágrimas, lo que Marisa nos dice, en
todo lo que es y en todo lo que hace, haya
o no una cámara de televisión delante pretendiendo reducirla a banalidad y mediocridad, sin saber qué hacer con una verdadera
y gran mujer, lo que Marisa nos dice, en
todo lo que es y en todo lo que hace, es que
todas y todos contamos, cada una y cada
uno, que tenemos un lugar, que ¡podemos!
Lo que Marisa nos muestra es que podemos, con esperanza, recuperar la democracia, que el voto puede cambiar el mundo,
que la política no es algo sucio sino que ha
sido envilecida por sus protagonistas.
Marisa nos muestra que la política puede
ser la tarea más noble que existe y que el
poder, combinado con un profundo humanismo, puede ser ejercido para un mundo
justo, libre e igualitario en el que todas y
todos podamos ser felices. Marisa es la
prueba viviente. Marisa es la utopía que
queremos. Imaginemos la política llena de
Marisas. Imaginemos que todas y todos
vivimos según el ejemplo de Marisa. Imaginemos nuestras pequeñas vidas, convertidas en grandes, transformando el mundo,
como Marisa. Sería un mundo pleno, justo,
feliz.
Votemos por Marisa por la inspiración que
siempre supo ser, por su ejemplo, por la
belleza humana que emana, por la grandeza de su espíritu, por su dedicación sin
igual, por su sacrificio para causas mayores. ¡Qué bello país tendríamos con Marisa
de presidenta!
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
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Juan Domingo Sánchez Estop
Un Plan B para Europa: reflexiones
La expresión "Plan B" se utiliza cuando un primer proyecto, el Plan A, ha salido mal. En
el caso europeo, lo que ha fracasado, el Plan A, es claramente el intento de resolver a nivel
nacional toda una serie de problemas que tenían y tienen que ver con el nivel específicamente europeo como la imposición de las políticas neoliberales. El fracaso, en concreto,
de los intentos de modificar de manera significativa la política económica neoliberal desde
un solo país quedó ilustrado este verano por el fracaso del gobierno griego de Syriza a la
hora de negociar con el Eurogrupo un acuerdo que le permitiese realizar elementos esenciales de su programa. Ese fracaso es interpretado desde una perspectiva soberanista -muy
presente en una izquierda aún presa de las tradiciones estatalistas y soberanistas del socialismo- como una rendición o una claudicación. Puede verse simplemente como un fracaso, tras el cual el gobierno griego, reelegido por una mayoría amplia, ha intentado realizar
políticas que paliasen los efectos de las medidas de austeridad impuestas y nunca aceptadas. Así, mientras denuncia la irracionalidad del marco económico impuesto por el Eurogrupo, el gobierno de Syriza ha tomado medidas como la ley de protección de la primera
residencia contra los desahucios o la extensión universal de la cobertura sanitaria, junto a
otras muchas. Ciertamente, también ha recortado las pensiones más altas y se ha visto obligado a tomar toda una serie de medidas impopulares impuestas por los acreedores de una
deuda ilegítima. Obviamente, mientras no se logre alterar la correlación de fuerzas a nivel
europeo y modificar en elementos decisivos el funcionamiento del actual sistema institucional, todo gobierno europeo se verá encerrado en la misma jaula que el gobierno de Syriza. Lo que hace el gobierno socialista portugués apoyado por el Bloco de Esquerda y el
PCP no deja de ser esencialmente lo mismo que hoy está haciéndose en Grecia. Lo mismo
puede decirse que se vería obligado a hacer un gobierno español de izquierdas con participación de Podemos. Lo mismo también puede decirse de los ayuntamientos españoles
dirigidos por coaliciones municipalistas. Estos deben hacer frente a feroces ataques políticos de las derechas, pero también a cierta asfixia presupuestaria como la que se ha puesto de relieve en Barcelona con la huelga del metro en la que el gobierno municipal debe
optar entre conceder un aumento salarial a los trabajadores o mantener las tarifas que
pagan los usuarios. Solo será posible ir más allá de unas simples medidas defensivas y
paliativas si se abre a la política la Unión Europea. El problema de la UE no es la temible
"burocracia de Bruselas", sino la ausencia de un sujeto político europeo con el que los
movimientos sociales y los gobiernos que les son favorables puedan negociar.
Es algo que pudo comprobar Yanis Varoufakis a lo largo del año pasado cuando las propuestas que realizaba a las distintas instituciones europeas y, en particular, al Eurogrupo,
recibían la callada por respuesta. No había en Bruselas, en el marco del Eurogrupo, ni
siquiera en la Comisión Europea nadie capaz de responder a las propuestas con contrapropuestas: la única posibilidad era mantener la fórmula absurda que estos últimos años ya
sirviera para hundir la economía griega. Y es que ningún sujeto político europeo se está
jugando su legitimidad ante la población. La UE como tal es, según el Tribunal de Justicia
de la UE: "una comunidad de derecho", por lo tanto no un Estado ni ningún tipo de sujeto político, sino la mera custodia meramente administrativa y jurídica de un orden de derecho que garantiza el funcionamiento del mercado único. Sujeto político es el que tiene que
obtener y negociar su legitimidad (o lo que es lo mismo, la obediencia de la población) en
un pulso con la multitud. Muy lejos de cualquier espacio democrático, el propio Partido
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Comunista Chino lo tiene que hacer, lo que
tiene como resultado el éxito de gran
número de huelgas y movilizaciones populares. El propio generalísimo Franco lo
tuvo que hacer e implantó un birrioso pero
existente Estado del bienestar. Las instituciones europeas no tienen que negociar con
nadie porque no son portadoras de una
racionalidad política directa, sino agentes
de una potestad indirecta. Si en el mundo
premoderno, la potestad indirecta que
determinaba a la potestad directa de los
gobenantes era la Iglesia, hoy, esa potestad
indirecta corresponde a la economía. En lo
cual existe una sutil continuidad, pues economía es, como ha mostrado Giorgio
Agamben, término de Iglesia. La economía
se presenta como una evidencia, algo que
se revela a una casta técnica de economistas y administradores portadores de una
racionalidad económica en cuyo nombre
"se gobierna sin gobernar" el ámbito de la
producción material así como del reparto y
circulación de la riqueza.
La lógica de la economía no es la de la representación, que admite cierto margen de
resistencia al no coincidir nunca -fuera de
la imaginación totalitaria- los representantes con los representados, sino la de la evidencia indiscutible de algo casi "natural".
La UE es el resultado de la extensión a escala de casi todo el continente de la lógica
liberal ya operante en los distintos Estados.
En cada uno de ellos, la economía se constituyó como espacio autónomo al retirarse
el poder soberano de la administración de
una serie de cuestiones relacionadas con la
riqueza, su producción y su reparto, por
considerarse estas cuestiones, por un lado,
demasiado complejas para gestionarlas por
decreto del soberano, y, por otro lado, por
resultar, según el dictamen de la economía
política, capaces de autorregulación.
La autolimitación soberana en la UE ha terminado coordinándose entre diversos Estados soberanos para configurar un mercado
y un espacio económico común. Esto, sin
embargo, y contrariamente a la opinión comúnmente admitida, no entraña ninguna
auténtica transferencia de soberanía a ningún órgano político común, sino un mero
acuerdo de coordinación de la autolimitación del poder soberano. Son cosas muy
distintas: una "transferencia de soberanía"
o, en realidad, una transferencia de competencias, pues la soberanía como tal es intransferible, tiene como condición y como
resultado la creación de una soberanía común, pues solo pueden transferirse competencias de un poder soberano a otro de nivel superior. Sí se puede, sin embargo, establecer un determinado marco administrativo y jurídico, no soberano y no político
que gestione la cosa económica sin tocar
por ello la soberanía de cada Estado. Para
que la UE fuese una entidad política federal, tendría que haberse producido un proceso constituyente, pero este proceso nunca
ha tenido lugar ni probablemente lo pueda
tener nunca en las condiciones del neoliberalismo. De ahí el fracaso de propuestas
constitucionales como la de Giscard d'Estaing que terminaron convirtiéndose en mero marco formal de acomodo de un régimen liberal común sin sujeto político alguno. Una Europa política, una Europa constituida como sujeto político sería una
Europa a la que sería posible oponerse, en
la que la oposición y la resistencia de la
multitud podría transformarse en contrapoder y elemento potente de democratización.
Todo eso es imposible frente a una Europa
políticamente inexistente. De ahí que sea
indispensable, antes de que termine de hundirse la actual construcción europea bajo
los embates del nacionalismo y de una gestión asimétrica y antisocial de la crisis, lanzar un proceso de construcción europea, un
auténtico proceso constituyente desde abajo que tenga la forma y los efectos de una
auténtica rebelión democrática. Iniciativas
como Diem 25 o Plan B para Europa apuntan en ese sentido. No podemos permitirnos una Europa sin democracia y, sobre todo, una Europa sin política: aunque parezca paradójico, los europeos tendremos que
dotarnos de nuestras propias instituciones
políticas para poder oponernos a ellas.
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
Claude Alphandery, Martine Aubry
Daniel Cohn-Bendit, Daniel Cohen
Laurence Dumont, Yann Galut
Jean Marc Germain, Annie Guillemot
Benoit Hamon, Yannick Jadot
Bruno Julliard, Axel Kahn
Chaynesse Khirouni, François Lamy
Gilles Pargneaux, Christian Paul
Laura Slimani, Michel Wieworka
http://sortirdelimpasse.fr
Salir del impasse
Hay verdades desagradables, pero hay momentos en que es necesario sacarlas a relucir.
¡Basta, ya basta! No han faltado motivos de insatisfacción con las políticas llevadas a cabo
desde 2012. Junto a otras personas hemos venido alertando de ello. En los últimos meses
estos desacuerdos se han convertido en una gran preocupación. La ira popular se ha confirmado indiscutiblemente con cuatro derrotas electorales sucesivas. Lo que se está preparando no es sólo el fracaso del quinquenio presidencial sino también un debilitamiento
duradero de Francia, y, obviamente, de la izquierda, si no paramos a tiempo la actual caída
en picado.
Por supuesto no olvidamos el éxito de la Conferencia sobre el cambio climático, la prioridad dada a la lucha contra las desigualdades en la escuela, los avances de la ley de modernización del sistema sanitario. Pero junto a eso, ¡cuántos retrocesos!
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
La izquierda ya había asistido incrédula, en
enero de 2014, al pacto con el Mouvement
des entreprises de France (MEDEF), que
resultó ser un timo. Nuestras advertencias
fueron ignoradas. Nos hubiera gustado
equivocarnos. Por desgracia, tal y como ha
confesado el Primer ministro, la realidad,
tan predecible, es la siguiente: se prometió
la creación de un millón de puestos de trabajo, pero, como mucho, no han pasado de
algunas decenas de miles. Por supuesto,
hacía falta ayudar a la recuperación de la
competitividad de nuestras empresas, pero
para eso era necesario dirigir las ayudas a
las que están expuestas a la competencia
internacional y vincularlas a contrapartidas
precisas.
Los 41 mil millones movilizados para nada
o para tan poco habrían sido muy útiles
para la nueva economía, la ecología, la
educación y la formación, en los territorios,
para el acceso al empleo de aquellos que
más difícil tienen conseguirlo, para elevar
el poder adquisitivo, para las inversiones
públicas y privadas y, por tanto, para la cartera de pedidos de las empresas. En cada
etapa y a través de múltiples canales,
hemos hecho propuestas concretas para
impulsar el crecimiento y el empleo en el
marco de un nuevo modelo de desarrollo
social y ecológico, y para una reorientación
de Europa, ¡pongámonos a ello!
Después llegó, en invierno de 2015, este
desolador debate sobre la privación de nacionalidad. Sin embargo, Francia, en torno
al Presidente de la República, se había
mostrado digna y fuerte tras los ataques de
enero y de noviembre. Habíamos aprobado
el estado de emergencia y el fortalecimiento de los medios de acción de los cuerpos
de seguridad y de los servicios de inteligencia para hacer frente a una amenaza terrorista de una gravedad sin precedentes. En
Versalles, el Presidente de la República
emitió la idea de establecer la pena de privación de la nacionalidad para los terroristas. Pronto, entendimos el callejón sin salida en el que entrábamos: reservada a las
personas con doble nacionalidad, es contra-
ria al principio de igualdad; aplicada a las
personas que sólo tienen nacionalidad francesa, fabricaría apátridas. Y si este debate
nos afecta tanto es porque atañe al fondo de
nuestra concepción de la identidad de
Francia. Para la izquierda, la identidad
francesa debe ser republicana, definida
como una comunidad que no es de origen,
sino de destino, basada en los valores de
libertad, igualdad, fraternidad y laicismo.
El texto aprobado por la Asamblea
Nacional ha suavizado las asperezas sin
suprimir sus efectos y de hecho agravándolos al extender la privación de nacionalidad
a los delitos menos graves [délits], y no
sólo a los graves [crimes]. Esa ley abre la
puerta a todo tipo de desviaciones en
manos de futuros gobiernos con malas
intenciones.
Ir en estas condiciones al Congreso de
Versalles [en el que se reunen conjuntamente la Asamblea Nacional y el Senado]
abriría una fisura profunda para la izquierda y también para algunos demócratas.
Evitémoslo. Sustituyamos esta privación
de nacionalidad con una pena de privación
de ciudadanía o de indignidad nacional inscrita en la ley, castigando a todos los terroristas sea cual sea su origen.
La semana pasada, durante la Conferencia
de Seguridad de Munich, se produjo una
lamentable aceleración del tiempo, con el
indecente discurso [de Manuel Valls] sobre
los refugiados. No, reivindicar la libertad
en la manera de hablar no autoriza a decir
cualquier cosa. No, Angela Merkel no es
ingenua, señor Primer Ministro. No, ella no
ha cometido un error histórico. No, no ha
puesto en peligro a Europa, la ha salvado,
la ha salvado de la deshonra en que habríamos incurrido de cerrar completamente las
puertas a estos hombres, mujeres y niños
que huyen de las persecuciones y de la
muerte, olvidando a quienes mueren cada
día en el Mediterráneo.
La firmeza es el lenguaje que hay que mantener ante los estados europeos que se exoneran de cualquier solidaridad y responsabilidad hacia los refugiados. Francia es un
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
país respetado, admirado y querido cuando
se apoya en esos valores, como ha hecho a
lo largo de su historia acogiendo a quienes
se oponen a las dictaduras, por ejemplo.
Esto obliga a las mujeres y los hombres que
dirigen Francia. La misión de Francia no es
alzar muros sino construir puentes. Sin
negar ni un momento la magnitud del problema, esperamos que Francia esté del lado
de quienes actuan.
¡Y ahora atacan el código laboral! Los
movimientos obreros han enseñado a la
izquierda que no hay libertad sin igualdad.
No es cosa de tabús. La ley no bloquea,
libera. Libera al poner límites a la libertad
de unos allá donde comienza la de otros.
Libera aportando a los más débiles derechos que tienen como objetivo reequilibrar
las relaciones en la empresa. Lo que dondequiera ha provocado entre la izquierda no
ya decepción, sino cólera, es que el anteproyecto de ley conocido como "ley El
Khomri" [en referencia a la ministra de
Trabajo Myriam El Khomri] es que lo haya
ignorado. Ha echado abajo toda la construcción de las relaciones sociales en nuestro país al invertir la jerarquía de las normas y favorecer la prevalencia de los
acuerdos de empresa en un país con baja
tasa de sindicalización y cuya patronal
nunca ha sido propensa a la negociación.
Los asalariados van a sufrir un chantaje
permanente y las empresas estarán sometidas a las distorsiones de la competencia,
mientras que los acuerdos por ramas unifican las condiciones generales de trabajo
dentro de un mismo sector. El proyecto de
ley prevé multiplicar la facilidad para el
despido, a través de la limitación de la
capacidad de decisión del juez respecto a
las causas económicas, evaluando las dificultades económicas de las multinacionales
sólo por la situación de sus filiales francesas, limitando mucho las indemnizaciones
que los tribunales de conciliación y arbitraje pueden establecer por despido improcedente... ¿Pero quién se va a creer que eso
favorecerá la creación de empleo? Es
mucho más probable que la reducción de la
protección de los trabajadores frente al despido provoque más despidos.
¿Quién puede creerse que mejorará la
situación del empleo en Francia con la
generalización de la posibilidad de no
pagar las horas extras como tales horas
extras: computo trianual de la jornada de
trabajo, remuneración forfait de las horas
extras en las PYME, posibilidad de no aplicar los convenios de rama en lo que se
refiere a los coeficientes multiplicadores de
la remuneración...? ¿Quién puede creer que
el aumento del tiempo de trabajo reducirá
el desempleo? Menor poder adquisitivo
para los asalariados, menos contratación de
parados en caso de aumento de la actividad,
¿es esto lo que queremos en un país con
más de 3,5 millones de parados y cuya
empresas tienen pocos pedidos?
Que las entidades patronales tengan estas
reinvindicacione, ¿por qué no?, incluso si
nos parecen poco acordes con lo que nos
dicen las propias empresas. Pero que se
conviertan en leyes de la República, ¡de
ninguna manera! Eso no, no nosotros, no la
izquierda.
Por supuesto, como cualquier texto normativo, el Código laboral debe evolucionar a
la luz de los cambios en el mundo, pero sin
debilitar su fuerza protectora. En este tema
la izquierda debe llevar adelante grandes
reformas que sean fuente de competitividad
para las empresas y de progreso social para
los trabajadores, como la seguridad social
profesional, que en el siglo XXI permitan a
cada persona recuperarse ante las dificultades sin pasar por el desempleo, progresando a lo largo de toda su vida profesional.
Además, el método utilizado es inaceptable. Se ha agitado de nuevo la amenaza del
artículo 49-3 [que permite al gobierno imponer sin voto un texto a la Asamblea
Nacional, sin más recurso en contra que la
presentación de una moción de censura].
Entonces, ¿nuestros diputados que están en
desacuerdo con la ley deben votar una
moción de censura? Todo esto no es razonable. Una Francia gobernada sin su
Parlamento está mal gobernada. Se daña a
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Travesía: ¿un plan B para la UE?
Trasversales 37 / febrero 2016
la democracia. Devolviendo todo su poder
al Parlamento, respetando la Constitución,
los textos que saldrán de él serán mejores y
tendrán más legitimidad.
Los valores, la ambición social, los derechos humanos universales, el equilibrio de
poderes, ¿quedará algo de los ideales del
socialismo cuando día tras día se minan sus
principios y sus fundamentos? Conocemos
las dificultades del momento, la crisis económica, el ascenso del terrorismo, el cambio climático, las migraciones, la crisis
agrícola... No ignoramos ninguna de las
dificultades para el ejercicio del poder, lo
hemos demostrado. Entre lo ideal y lo real
siempre hay una distancia que, desde
Jaurès, sabemos aceptar.
Pero tomar el mundo tal como es no equivale a renunciar a transformarle para acercarle constantemente a lo que debería ser.
Tampoco equivale a renunciar a cualquier
noción de justicia. Y, sin embargo, esto es
lo que está sucediendo.No basta con reinvindicar el reformismo social para merecer
ese título. En muchas de las políticas aplicadas en los dos últimos años no hay nada
de reforma ni nada de social. Contienen
propuestas elaboradas desde el campo
opuesto, que nada tienen de modernas y
que no son eficaces. Y cuando se nos habla
de nuestro juramento de Versalles, recordemos el hecho por Hollande el 22 de enero
de 2012 en Bourget, una vez más maltratado y que sin embargo es aquel sobre el que
se funda la legitimidad en cuyo nombre se
ejerce el poder desde 2012.
Para salir de este punto muerto, necesitamos verdaderas reformas, sinónimos de
progreso económico, social, ecológico y
democrático. Reformas portadoras de
emancipación para cada persona y de convivencia para todos. Ese es el camino al
que tenemos que volver. Sencillamente, el
camino de la izquierda.
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Trasversales 37 / febrero 2016
José M. Roca
Lecturas del 20-D-2015
En el dinámico proceso político en que estamos inmersos, cada cual extrae de los acontecimientos las consecuencias que le parecen más significativas o, quizá, las que sin serlo
más le preocupan. En mi caso, y admitiendo que puedo estar mal informado, percibo que
hasta ahora los partidos de la izquierda, enredados en declaraciones, ofertas, rechazos y
tanteos para configurar las Cortes y formar el nuevo gobierno, parecen, lógicamente, muy
preocupados por el corto, cortísimo plazo, sin descartar unas nuevas elecciones, y han
dedicado menos atención a examinar los efectos a largo plazo, derivados también del
resultado electoral del 20 de diciembre.
Para mí, por lo abultado y evidente, el signo más preocupante de los recientes comicios es
la lealtad de los votantes de la derecha, porque conservando esa base electoral el Partido
Popular puede impedir durante bastante tiempo que las reformas en profundidad anunciadas por la izquierda y deseadas por gran parte de la ciudadanía se puedan llevar a cabo.
Estoy hablando de hegemonía. Y eso atendiendo únicamente a la situación interna; es
decir, sin aludir a los efectos que hubiera tenido en la Unión Europea un resultado electoral catastrófico de la derecha española.
El Partido Popular obtuvo, en número redondos, 7.200.000 votos (el 29%), 123 escaños en
el Congreso y 124 en el Senado (mayoría absoluta), y Ciudadanos 3.500.000 votos (el
14%) y 40 escaños. En total, la derecha alcanzó el 43% de los votos válidos, sin sumar los
votos de los partidos nacionalistas y regionalistas.
En el caso de Ciudadanos, sus votos se pueden explicar por la novedad, por su apariencia
(centro-derecha, técnica, moderna y honrada) y porque su discurso no ha sido bien conocido por parte de electores no catalanes, pero en el caso del Partido Popular, cuya trayectoria es ampliamente conocida y ha gobernado con mayoría absoluta, no hay paliativos: ha
perdido 3.650.000 votos y 63 diputados, pero ha ganado; a pesar de lo hecho, de la austeridad, de la opacidad, del autoritarismo, de las privatizaciones y de la corrupción, es el partido más votado. Ya he tratado este asunto en otros artículos de Trasversales y en Perdidos.
España sin pulso y sin rumbo, Madrid, La linterna sorda, 2015.
En una legislatura en que la orientación principal del Gobierno de Rajoy ha estado dirigida, de forma brutal y permanente, a erosionar las condiciones de vida y trabajo de la clase
media, de los asalariados y las clases populares, la reacción defensiva de los colectivos
más perjudicados por esta ofensiva habría sido esperar que menguase más el voto a la
derecha y creciera el voto a los partidos de la izquierda, que representan, aun con diferencias, un proyecto alternativo. Pero no ha sido así. El moderado triunfo del PP señala las
carencias de esos adversarios, que la emergencia de Podemos no ha podido compensar,
pero no es el objeto de este artículo detenerse en ellas, sino sólo situarlas como reverso de
la parcial pero significativa victoria de la derecha.
El PP es un partido orientado por y para el poder del Estado, porque sus dirigentes son
conscientes de que su ejercicio es necesario para configurar el modelo de sociedad que tienen en mente y, además, para tener la llave que permite hacer buenos negocios a la parte
más selecta de sus electores, así que saben muy bien lo que quieren y también lo que
temen; saben dónde situarse y con quién en Europa y en España, sociedades moldeadas
por treinta años de prédica de valores y objetivos conservadores y neoliberales y descon37
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Trasversales 37 / febrero 2016
certadas por una crisis que los ha desmentido -la doctrina del shock (Naomi Klein)-;
saben cuáles son los grupos principales de
su clientela y quiénes son sus aliados más
estables (la banca, la Iglesia, los oligopolios, los gerifaltes del mundo de los negocios, los grandes y pequeños gremios patronales, la parte alta de la casta burocrática que coloniza las instituciones, los beneficiarios de privatizaciones y externalizaciones de servicios públicos, los emprendedores aprovechados y corruptos y la legión
de estómagos agradecidos por el clientelismo) y saben también quiénes son sus adversarios y cuál es su base social, sobre la
que no han escatimado propaganda con el
propósito de arrebatarles votantes (somos
el partido de los trabajadores, ha llegado a
afirmar Cospedal, sin ningún tipo de
rubor). Y tener eso claro es esencial en
política, porque ayuda a no perder de vista
el objetivo principal.
En las presentes circunstancias, el moderado triunfo del Partido Popular se debe a
esas certezas y a la combinación de su estrategia de clase con la artera utilización de
las instituciones públicas y a la eficacia de
la propaganda. Sobre este asunto, remito a
los interesados al Capítulo 2, "El control de
la sociedad mediática. Estrategias de
comunicación, desinformación y propaganda, La antitransición. La derecha neofranquista y el saqueo de España, en Cotarelo,
R. y Roca, J. M., Valencia, Tirant, 2015.
contradicción, ya señalada por Marx, de la
burguesía moderna, que aspira a ser defensora del orden político y moral y provocadora a la vez del desorden económico generado por la evolución del capital buscando
maximizar el beneficio de sus propietarios.
Asunto sobre el que volveremos más adelante, pero, ahora hay que preguntar qué es
lo que asegura la fidelidad de votantes
ideológicamente tan diversos, después de
lo que ha sucedido en la pasada legislatura.
Inicialmente, parecen votantes favorecidos
por el Gobierno de Rajoy o personas insensibles al aumento de la desigualdad, el desequilibrio entre rentas, el paro, las medidas de austeridad, las privatizaciones, el
aumento de la pobreza, la restricción de libertades, la pérdida de derechos, la gobernación por decreto, la opacidad y la
corrupción.
Entre esos votantes hay que empezar por
contar a los afiliados del PP, 800.000 según
Rajoy, más sus familias, hijos, parejas,
parientes, amigos y círculos de influencia,
más los beneficiados por las redes clientelares tejidas a escala local, provincial, autonómica o nacional y los muchos depredadores de fondos públicos que les han acompañado; gentes bien informadas por el tráfico de influencias y conocedoras de los engrasados vericuetos de la corrupción, que
les han permitido medrar captando subvenciones, ayudas y contratos del Estado.
En no pocas ocasiones ha parecido que las
medidas contra la gran recesión aplicadas
por el Gobierno estaban dictadas directamente por los grupos de presión económicos, por los lobbies políticos, los laboratorios ideológicos y las reservas confesionales del país. El Partido Popular es el partido de los poderes fácticos, por lo que se
puede pensar que le han votado los muy
ricos, los dueños de grandes, medianas y
pequeñas fortunas, los banqueros, el IBEX
35, los grandes empresarios, los directivos,
consejeros y accionistas de monopolios,
oligopolios y compañías transnacionales,
las patronales, asociaciones, círculos y fundaciones empresariales. En suma, lo más
Los votantes del Partido Popular
¿Quiénes son las personas que en diciembre entregaron su confianza al Partido
Popular? En número redondos, 7.200.000
votos son muchos votos, y de poco sirve
decir que ese es el techo del PP. Mal consuelo. ¿De dónde proceden esos votos?
Desde el punto de vista ideológico, han
votado las listas "populares" tanto personas
del ámbito urbano seducidas por los valores individualistas del credo neoliberal, como personas del ámbito rural adeptas a los
valores comunitarios del credo católico,
porque el Partido Popular expresa la gran
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Trasversales 37 / febrero 2016
granado del capitalismo español, porque el
capital huele a los suyos a pesar del desodorante propagandístico, y los grandes propietarios no se equivocan a la hora de votar.
Dada la colonización de las instituciones
que ha practicado el Partido Popular y la
noción instrumental que tiene de los organismos públicos en cualquiera de sus niveles, es de suponer que le hayan entregado
su voto los altos cargos de la administración del Estado, de la judicatura y de los
colegios profesionales, de las fuerzas armadas y policiales, de las academias y universidades públicas y privadas (confesionales
en su mayoría), de los consorcios, empresas públicas y semipúblicas; los obispados,
parroquias, congregaciones religiosas y
seglares, y, tal como están la cultura y el
periodismo, los consejeros y directivos de
los mayores conglomerados de la producción cultural, la edición y la comunicación, y no sólo de los medios de información ostentosamente afines.
Otra parte del voto procede de propietarios,
ejecutivos, directivos y mandos intermedios de empresas medianas y pequeñas, de
microempresas y negocios familiares y de
autónomos ganados por el discurso sobre
los emprendedores, que se creen hombres
de negocios y piensan como propietarios.
A pesar del pésimo trato dispensado a los
trabajadores autónomos y a las pequeñas
empresas, sobre las que el Ministerio de
Hacienda ha puesto la lupa en vez de colocarla sobre las grandes, el Partido Popular
no ha escatimado elogios y promesas a la
clase empresarial, que ha unificado en sus
mensajes con el epíteto de emprendedores,
sean grandes o pequeños. Teniendo a la
empresa privada como el mejor modelo de
gestión existente, el emprendedor es el
genérico modelo del empresario, que con
audacia, innovación y riesgo, genera la
riqueza, quedando los trabajadores como
un elemento accesorio de la producción o
de la distribución.
Así mismo, el Partido Popular habrá encontrado votantes en el extenso colectivo
de empleados del sector servicios, comer-
cio, banca, distribución y comunicación, de
los trabajadores con corbata y de mucha
gente engañada por el espejismo de pertenecer a la clase media, aunque sea a su
estrato inferior, mantenido a costa de créditos y privaciones en la economía doméstica.
También han votado al PP quienes creen
que la crisis ha sido provocada por la
mediocridad de Zapatero y confían en la
infundada fama de los "peperos" como
buenos gestores, creyendo el interesado
bulo que dice que como siempre han tenido
dinero saben cómo administrarlo, aunque
el bulo no indica en favor de quiénes efectúan esa benemérita administración.
Parte del voto procede de los nuevos individualistas competitivos, de la gente joven
seducida por el prestigio del nuevo conservadurismo neoliberal, de los presentes y
futuros triunfadores con prisa por alcanzar
riqueza, fama y poder como pruebas exclusivas de su valía, entre los que se cuentan
muchos de los cachorros de la derecha
gobernante, que aspiran a seguir el predatorio camino de sus mayores.
Y no cabe descartar que la derecha haya
recibido el voto de una parte del nivel
medio o incluso bajo del cuerpo de funcionarios y contratados laborales de los distintos niveles de la administración pública, de
los sindicatos profesionales y de empresa,
de los trabajadores cualificados y de asalariados desencantados con la evolución de
los partidos y sindicatos de izquierda; gente
desatendida por los que han sido "sus partidos" y "sus sindicatos", que ha dejado de
creer en las salidas colectivas y sólo confía
en el esfuerzo individual como única vía de
su promoción o de su simple supervivencia.
El miedo ha actuado sobre la colectividad
de los asalariados, en particular sobre el
sector menos cualificado, acentuando las
tendencias más conservadoras. El miedo a
perder el empleo, aunque sea malo, y si es
fijo con más razón, a perder el salario aunque sea bajo, a perder la vivienda, el consumo, el nivel de vida, la estima personal y
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Trasversales 37 / febrero 2016
familiar; el miedo a nuevos recortes, a los
efectos de nuevas privatizaciones, el miedo
a los inmigrantes, que compiten en salarios
y en el uso de los servicios públicos, el
miedo a ir a peor, a definitiva, ha sido
fomentado por el Partido Popular al predecir un futuro catastrófico si ganaban las
izquierdas y ponían en peligro, con la
mediocridad de los socialistas y experimentos del colectivismo bolivariano, lo
conseguido con tanto esfuerzo, ocultando,
claro está, que, a costa del sacrificio de la
mayoría de la población, lo conseguido se
ha repartido de modo muy desigual.
En un país que envejece (en 2015, el número de defunciones superó al de natalicios),
el voto del PP también procede del grupo
de los jubilados, de la gente mayor, conservadora, poco o mal informada, y reacia a
los cambios en las costumbres que percibe
en la sociedad española.
Han votado al Partido Popular las personas
alarmadas por las "baratijas ideológicas del
Ministerio de la Verdad" (ver La antitransición), por el discurso sobre la amenazada
unidad de España (la balcanización), la
destrucción de la familia o la persecución
de la religión católica y por todo lo que
parezca atentar contra el orden natural
decidido por los obispos; por lo que huela a
laico o a libertad personal fuera de los
cánones admitidos por la moral tradicional
y las "buenas costumbres". Son votantes
que tienen una visión pesimista de la vida y
del género humano y una noción totalitaria
de la política, en la que queda poco espacio
para la autonomía personal al estimar obligatorios los preceptos de la moral derivada
de una interpretación restrictiva de la doctrina católica y del ejercicio autoritario del
poder (lo que no es obligatorio debería
estar prohibido). De lo que resulta una
sociedad coaccionada por unas estructuras
que obligan a todos a caminar al mismo
paso, todos con la misma fe, todos cortados
por el mismo patrón, donde la unidad se
confunde con la uniformidad, con una sola
concepción de la religión, de la familia, de
la patria y de la empresa. Y ahí no hay lugar
para el ciudadano, sino para el súbdito que
acepta como natural la jerarquía, la obediencia y la pertenencia al rebaño sin disentir, en una sociedad jerárquica y disciplinada, donde el mando sea incuestionado en la
familia, en la iglesia, en la empresa, en el
mundo académico y docente y, claro está,
en la política, pues para quienes así piensan
lo natural es la autoridad ejercida de forma
disciplinaria (ordeno y mando). Y en ese
esquema, el gobierno opaco y despótico de
Rajoy encaja a la perfección.
Otro día hablaremos de las carencias y
debilidades de la izquierda que lo han permitido.
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Trasversales 37 / febrero 2016
Nagua Alba
¿Qué pasó en Euskadi?
Nagua Alba es diputada de Podemos por Gipuzkoa
A veces, las cosas suceden y no terminas de comprenderlas hasta horas, días o incluso
meses después. Ahora, pasados dos meses de las elecciones generales podemos analizar
con más calma qué fue lo que pasó en Euskadi el 20 de diciembre. Dejamos aquí algunas
de las claves, aunque ni mucho menos todas, del éxito de Podemos Euskadi en los últimos
comicios.
Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 arrojaron unos resultados fuera de
lo común en Euskadi, situándose Podemos como la fuerza más votada, ganando en Gipuzkoa con un 25,3% y Araba con un 27% y siendo segunda en Bizkaia, con un 26,1%, a
un punto del Partido Nacionalista Vasco. Y no sólo eso, sino que multiplicó el número de
votos recibidos en los anteriores comicios posicionándose en primer lugar en municipios
tan dispares como Eibar, Irun, Ortuella, Basauri, Llodio, Arrasate o Astigarraga. Fue primera fuerza en dos de las tres capitales vascas, Vitoria-Gasteiz y Donostia, y segunda fuerza en un feudo del PNV como Bilbao por apenas 4.000 votos. Podemos ganó las elecciones al Partido Socialista de Euskadi en todos sus feudos, tanto en la margen izquierda vizcaína como en el cinturón industrial de Donostia, tornándose todos ellos morados a excepción de uno, Zumarraga. Además, el porcentaje de voto fue sorprendentemente homogéneo en los tres territorios, entre un 25,3% y un 27%. Se consiguió así enviar a cinco
diputados y diputadas vascas de Podemos al Congreso, situándonos ante un mapa vasco
sin precedentes.
Pero, ¿cómo se explica que una fuerza de ámbito estatal, recién nacida, con candidatos y
candidatas que distaban bastante de los que nos encontramos en la política vasca "al uso",
jóvenes y sin experiencia en las instituciones, haya puesto patas arriba un mapa político
que parecía inamovible?
Sin restar importancia al tipo de campaña que hicimos, sin pedir un euro a los bancos, cercana, abierta a la improvisación y a pie de calle, hay dos cuestiones aquí que son clave y
lo seguirán siendo en los próximos meses, especialmente cuando este año nos encontramos ante una convocatoria de elecciones autonómicas.
Por un lado, se ha roto el relato que el PNV ha construido, con la ayuda de un PSE que ha
sido muleta suya en la mayoría de los municipios, Juntas Generales y Parlamento Vasco,
según el cual las instituciones vascas sí habían protegido a la ciudadanía de la crisis y "en
Euskadi todo va siempre muy bien". Ya nadie puede ignorar que la crisis también nos ha
golpeado a los vascos y vascas, especialmente a los más jóvenes, a las mujeres y a los
mayores. Y también a nuestras zonas industriales, como Donostialdea o la margen izquierda, con las que las instituciones vascas tienen una deuda histórica, claro ejemplo de ello es
el reciente cierre "temporal e indefinido" de Arcelor. Las políticas de recortes y austeridad
aplicadas por el Partido Popular durante los últimos cuatro años, siguiendo la senda ya
marcada por el anterior Gobierno del PSOE, han atacado duramente a los vascos y vascas,
que han apostado por quienes defendíamos que las conquistas de nuestros padres, madres,
abuelos y abuelas eran irrenunciables, que había que protegerlas constitucionalmente y
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que no podían ser moneda de cambio en
Bruselas; y no por un PNV y un PSE que se
peleaban en los mítines mientras pactaban
en Vitoria-Gasteiz unos presupuestos que
cuadraron dejando fuera a la mayoría de los
vascos.
Por otro lado, la política vasca tiene sus
propios ritmos, su propio lenguaje y sus
propios temas, y, por primera vez, una fuerza de ámbito estatal ha sabido entender el
escenario vasco y presentarse como un
agente de convivencia que habla a una ciudadanía cansada del conflicto y que está
dando grandes pasos hacia su resolución,
dejando, en muchos casos, a los partidos
políticos atrás. Al ser Podemos una fuerza
nacida tras el cese de la violencia de ETA
en 2011, donde conviven distintas sensibilidades y personas que vienen de diferentes
experiencias del conflicto, pero a las que
une la voluntad de dar pasos y avanzar,
tenemos la oportunidad de desempeñar un
papel decisivo a la hora de construir un
marco estable de paz y convivencia en
Euskadi.
En este sentido, y por primera vez también,
una fuerza de ámbito estatal hace una
apuesta clara por la plurinacionalidad del
Estado y defiende en Euskadi el autogobierno, nuestra cultura, nuestra lengua y
nuestra identidad. Frente al inmovilismo
del resto de partidos estatales, Podemos
apuesta por el derecho a decidir. En un
lugar como la CAV, donde según datos del
Sociómetro Vasco la cifra de independentismo es la más baja desde 1992 -situándose en un 21%-, la mayoría de los vascos y
vascas han optado por una fuerza que hace
una clara apuesta a favor del derecho a
decidir como forma de avanzar hacia un
futuro de superación del conflicto. Pero sin
olvidar que el derecho a decidir no se circunscribe a la cuestión territorial. Forma
parte de una propuesta mucho más amplia
que aspira a potenciar la participación y a
democratizar la vida social e institucional:
decidir también sobre las privatizaciones
de los servicios públicos como la sanidad o
la educación, o sobre la conveniencia de
algunos macroproyectos de costes millonarios.
Y ahora, ¿qué?
Si bien el voto en Euskadi es muy cambiante y muy dependiente del ámbito territorial
de cada uno de los comicios y hacer extrapolaciones de los resultados del 20D a los
resultados autonómicos sería como poco
tramposo, está claro que Podemos se ha
consolidado como fuerza decisiva y protagónica en Euskadi, que ha roto con un
mapa político que parecía grabado en piedra y nos hemos salido del eje que dividía
las fuerzas vascas de las estatales ("españolas"), haciendo una clara apuesta por la
defensa de la especificidad vasca, de su
cultura y de su identidad, pero al mismo
tiempo exigiendo el blindaje de los derechos sociales. Ahora nos vemos a las puertas de unas elecciones vascas que nada tendrán que ver con todas las vividas hasta el
momento, donde existe una oportunidad
real de acabar con la hegemonía de un
Partido Nacionalista Vasco que se había
apropiado de lo que era ser vasco. En contraposición a esta identidad, hemos construido una forma alternativa de ser vascos y
vascas, una identidad en la que muchos ciudadanos se han sentido cómodos por primera vez, como ilustra el llamativo aumento de la participación de más de tres puntos
de media -4 en Gipuzkoa, 4 en Araba y 3 en
Bizkaia-, una identidad que entiende que
defender los intereses de Euskadi es defender los intereses de su gente trabajadora, de
sus autónomos y pequeños comerciantes,
de sus jóvenes y de sus mujeres, y no los de
sus élites económicas y políticas. Esto lo
ejemplificó muy acertadamente Iñigo Errejón cuando llegó a Donostia y le preguntaron su opinión sobre el concierto vasco y
respondió "la desigualdad no se da entre
territorios, sino entre los de arriba y los de
abajo".
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Luis M. Sáenz
Tras el 20D: primacía de lo social
Nuestros pesimistas se quejan de que el PP siga siendo el partido más votado, pese a lo
tenebroso de la pasada legislatura, y de la incapacidad de formar una mayoría de gobierno de izquierda. Nuestros optimistas insisten en que "las izquierdas" han sacado muchos
más votos que el PP y bastantes más que PP+C's, y resaltan que a Rajoy le es imposible
agrupar una mayoría de investidura. Todos tienen razón. ¿Y si intentamos comprender?
1. La forma más práctica de abordar el 20D es situarlo en el contexto temporal que va
desde 2007 hasta nuestros días y en el contexto espacial que, para simplificar, llamaré Europa, la Europa de la UE, aunque hoy ésta no es pensable sin tomar en consideración
Turquía, Rojava, Siria, Irak... Han ocurrido muchas cosas, entre ellas...:
- La crisis económica, aún no cerrada. ¿Hay una nueva recesión en el horizonte?
- Las políticas de desposesión, empobrecimiento y precarización imperantes en la UE.
- La desintegración o descomposición reaccionaria de la UE.
- La descomposición de Siria e Irak, las matanzas perpetradas por Assad y por Daesh, el
éxodo masivo, y la emergencia del proyecto democrático y laicista en Rojava.
- La conversión del Estado turco en aliado objetivo -y creo que subjetivo- de Daesh y la
complacencia de la UE ante esa actuación, premiada en vez de castigada.
- Un acontecimiento socialmente constituyente (15M) antagónico del proyecto estratégico
de las élites y al que debemos que en España no se haya producido el ascenso de fuerzas
fascistas o pre-fascistas.
El panorama es sombrío, quizá el más sombrío desde el final de la Segunda Guerra
Mundial. La barbarie puede vencer, pero la democracia, imperfecta e inestable, es posible.
No hay otra opción que intentarlo. ¿O vamos a bajar los brazos ante el horror de los mercados de esclavas en Oriente Medio y de los gobiernos "democráticos" que legalizan el
robo de las escasas propiedades de las personas que escapan de ello?
Pensar España o pretender cambiarla sólo a partir de sus instituciones y del “soberanismo"
es un callejón sin salida. España sólo se puede pensar y cambiar desde lo social y en Europa. Lo han comprendido pocos movimientos políticos europeos: algunos ecolo-verdes,
algunas corrientes del movimiento de la "autonomía" y, quizá, el proyecto naciente de
DiEM 25, al que no hay que confundir con el conjunto de corrientes convergentes en el
"Plan B para Europa", muchas de ellas "soberanistas". No podrán crearse fuerzas operativas eficaces en el marco de la UE si no se comprende que el "campo de juego" político y
social es, como mínimo, Europa..., no desde un internacionalismo abstracto, voluntarista,
sino desde el tejido material de una realidad transnacional. El veneno que segrega la desintegración reaccionaria de Europa nos va a afectar.
2. La "inestabilidad" institucional posterior al 20D es un reflejo deformado de la realidad
social... y buena noticia. Los equilibrios de fuerza parlamentarios están transtornados y llenos de incertidumbre porque las relaciones de fuerza materiales también lo están, pero de
una forma peculiar, en apariencia paradójica.
Desde la primavera de 2010, las élites económicas y políticas han impuesto en España un
retroceso cualitativo en el nivel de vida de la mayoría de la población y en derechos sociales y civiles, dejando en la pobreza o al borde de ella a un tercio de la población, amena43
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zando con cárcel a sindicalistas, feministas
o titiriteros, agrandando la brecha de desigualdad social y de género. Sin embargo,
las élites se han dejado muchos girones,
"ganando" desprecio social, perdiendo hegemonía, sufriendo el deterioro de sus herramientas políticas y no pudiendo impedir
una notable transformación de la mentalidad social. Esa "paradoja" en la que las élites parecen poderlo todo pero pierden capacidad de hegemonía política, con desestabilización de los instrumentos de su ejercicio, expresa una determinada relación de
fuerzas en la sociedad, que hace tambalearse, sin derrumbe, los equilibrios de las pasadas décadas. Los resultados del 20D reflejan, de manera distorsionada pero clara,
un cambio social significativo.
Las élites no han logrado consolidar la
dinámica constituyente de un nuevo régimen reaccionario desde el viejo régimen,
pues las herramientas políticas de su dominación están maltrechas, pero la población
indignada, que ha pasado por un proceso
constituyente social de sí misma como sujeto sociopolítico (o un proceso de creación
de "poder constituyente", por utilizar la expresión utilizada por Raúl Sánchez Cedillo
en una de las más inteligentes y útiles de
las intervenciones que tuvieron lugar en las
jornadas "Plan B para Europa" celebradas
en Madrid), no ha logrado tampoco un
cambio de régimen encaminando hacia la
democracia, paralizando una parte de su
impulso creador por las ilusiones creadas
en torno al "asalto institucional". Entiéndaseme bien: la actual configuración de las
Cortes, especialmente del Congreso, es una
clara mejora respecto a la situación anterior
y abre nuevas oportunidades. Sin embargo,
aunque día a día se constata la inadecuación del régimen político vigente a la realidad social, es extraordinariamente difícil
que de la actual configuración de las Cortes
pueda surgir una reforma constitucional
progresiva significativa y menos aún una
iniciativa constituyente. No hay asambleas
constituyentes sin previa creación de poder
constituyente. El dinamismo social 15M lo
creó, pero no el suficiente. Algunos pensaron que una exitosa intervención electoral
cubriría ese déficit, pero las cosas no funcionan así Pero, insisto, el que la incertidumbre y los antagonismos sociales hayan
irrumpido en las Cortes es positivo y útil,
como lo ha sido el acceso al gobierno "indignado" de bastantes ayuntamientos. La
dificultad para la formación de mayorías
sólidas refleja que el periodo 2007-2015
sigue abierto, que no han podido aplastar el
espíritu del 15M, que se siguen librando
batallas de esa guerra a la que hemos respondido en defensa propia, guerra en la que
hemos perdido mucho pero en la que nos
hemos transformado en un sentido positivo, aunque aún no consolidado. Su régimen
es inestable, nuestra fuerza también.
3. La desintegración del proyecto europeo
no supondrá una "mayor autonomía" de los
Estados para llevar a cabo política más justas, sino chantajes y presiones aún más brutales, no digamos ya si se confirman las
previsiones de una nueva recesión mundial.
Incluso si las condiciones políticas específicas de España pudieran abrir, en ciertos
aspectos, un paréntesis de "alivio", que no
hay que desdeñar, podríamos encontrarnos
dentro de algún tiempo con otro ataque
frontal contra las condiciones de vida de la
población y contra los derechos democráticos. En esos términos debemos entender la
virulencia extrema de los discursos y hechos de dirigentes del PP como Fernández
Díaz, de los medios de comunicación reaccionarios (y de alguno que iba de "progre")
y de la oligarquía económica. Aumenta el
recurso a un lenguaje de desprecio contra la
población más excluida, española o extranjera. Se acumulan procesamientos contra
sindicalistas, titiriteros, personas que han
puesto su cuerpo para parar desahucios,
feministas, twiteros...
Desde toda la "alta sociedad", incluidos
bastantes "notables" del PSOE, se ha
expresado con claridad la voluntad de excluir a Podemos y a las confluencias territoriales, poniendo de hecho en cuestión su
derecho a existir. Han tocado a rebato, co44
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mo diciendo "dejaros de tonterías, el tinglado está en riesgo y tenemos que unirnos para salvarlo". Lo que están diciendo es que
el trabajo empezado por Zapatero en mayo
de 2010 y continuado, con mayor entusiasmo e intensidad, por Rajoy a partir de diciembre de 2011, no está terminado. Que
faltan recortes por hacer, que falta trabajo
por hacer para que el punto al que nos han
llevado en cuanto a derechos sociales y políticos se convierta en el nuevo estándar social duradero. Que falta trabajo por hacer
para reconstruir un sistema de dominación
política hegemónica y que sólo sea cuestionado desde la marginación política. Que
aún no ha sido destruido el espíritu del
15M y que hay que destruirlo, que hay que
convertir la indignación en resignación o,
en todo caso, reorientarla hacia posiciones
de extrema derecha y el fascismo.
Eso, y no otra cosa, está en juego en la
legislatura que comienza. Entre las élites
ha desaparecido el discurso de la "alternancia", que no está a la altura de un proyecto
que ya no trata de conservar el régimen de
1978 sino de transformarlo en una máquina
más eficaz de represión y opresión, sin restos de ningún tipo de "pacto social", salvo
con una franja de población acomodada, y
que ya no trata de llevar a cabo ningún tipo
de "construcción europea" sino de utilizar
una UE convertida en cáscara vacía como
máquina de guerra social.
Las élites consideran que ni PP ni PSOE están en condiciones de terminar aisladamente la obra empezada. Por ello, tras el 20D,
salió de ellas el discurso de la "gran coalición", primero pensada en torno al PP, con
un papel subalterno de C's y PSOE, pero
después, a la vista de los escándalos de
corrupción que afectan de manera orgánica
al PP en Madrid y el País Valenciano, casi
todo la oligarquía se ha adaptado a la idea
de un protagonismo del PSOE, a condición
de que éste se deje capturar por C's, acuerdo que, de darse, sería una pasarela hacia la
futura integración de un PP sin Rajoy y con
dirigentes más jóvenes y de apariencia un
poco más "moderna".
Ni las élites pueden seguir ganando indefinidamente terreno en lo socioeconómico
pero perdiendo cada vez más hegemonía,
ni las gentes comunes podemos seguir empoderándonos si se consolida por un largo
periodo un retroceso brutal en las condiciones de vida y culmina la descomposición
reaccionaria de la UE sin que emerja un
proyecto europeista "desde abajo". Así que
preparémonos para el conflicto. ¿Con qué
fuerza contamos?
4. Los resultados electorales de Podemos
suministran alguna información respecto a
los procesos de recomposición que han estado presentes en la sociedad.
Lo primero que me ha llamado la atención
son los excelentes resultados de Podemos y
las confluencias en las zonas más desfavorecidas, ya sean los viejos "cinturones rojos" o los barrios modestos y marginados
de las ciudades. Aunque su postura ante la
plurinacionalidad de España es una de las
causas de los excelentes resultados de En
Comú Podem, En marea o Podemos Euskadi, lo más decisivo ha sido el sesgo hacia
Podemos de las y los de "abajo". En toda
España, Podemos ha sido la primera fuerza
en muchos núcleos del tipo de los descritos,
siendo la segunda en otros a poca distancia
de la candidatura más votada, pese a la
competencia con PSOE por ese tipo de
electores. Por ejemplo, en Euskadi Podemos ha sido la fuerza más votada en Llodio, Barakaldo, Basauri, Portugalete, Sestao, Andoaín, Eibar, Errenteria, Irún,
Lasarte-Oria, Lezo, Pasaia, además de Donostia, Vitoria o el barrio bilbaino de Rekalde. En Madrid lo ha sido en Coslada,
Parla y Rivas, y varios barrios populares de
la capital, quedando a un palmo del PSOE
en Fuenlabrada y del PP en Getafe. En Cataluña, han ganado en Badalona, Mataró,
Cornellà, Gavà, Ganollers, Hospitalet,
Ripollet, Sabadell, Sant Adrià del Besos,
Terrasa, Barcelona (por encima del 30% en
los barrios populares de Ciutat Vella, Nou
Barris, Sants, Sant Martí, Sant Andreu),
Cambrils, Pobla de Montornés, Tarragona,
Torredembarra, Tortosa, Vendrell... Y esa
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ha sido la tónica en toda España, en Sagunto, en Alcoy, en El Coronil, en El Puerto de Santa María, en Mieres, en CastroUrdiales, en Vigo, Cangas, O Grove, etc.
Aquellos territorios que mejor le han ido a
Podemos son los que peor le van a PP, y
viceversa. Si estudiamos los resultados barrio a barrio, mesa a mesa, más evidente se
hace la influencia de la composición social
sobre el voto a Podemos. De hecho, los estudios que pueden hacerse sobre la correlación entre los porcentajes obtenidos por PP
y Podemos en territorios confirma que es
muy elevada, aunque en sentido inverso:
las zonas que mejores son para Podemos
son las peores para el PP. Y esas zonas mejores para Podemos son aquellas en las que
se concentra más población precarizada, en
paro, con bajos ingresos, mientras que las
mejores para el PP son las más adineradas.
La estratificación social utilizada por el
CIS deforma la realidad. Mezclar en el mismo paquete a los altos ejecutivos de grandes empresas con un(a) comerciante que
contrate a una o dos personas, con el obrero-patrón de una pequeña empresa o con un
profesional autónomo es un disparate, pero
aún así el barómetro de enero da información significativa, como el amplio apoyo a
Podemos entre la población desempleada.
Otro síntoma del cambio social producido
es el peso electoral de Podemos entre la
gente joven, donde la influencia del PP es
muy escasa. La valoración de Iglesias y
Garzón entre la población de 18-44 años es
bastante superior a la de Rivera o Sánchez,
y muy superior a la de Rajoy. Estos "votos
de edad" y "votos sociales" tienen un significado específico, aunque están interrelacionados, ya que los mayores niveles de
precariedad y riesgo de pobreza se producen en las generaciones citadas, pese a lo
desesperado de las personas de cincuenta y
pico años que se quedan sin empleo y sin
ingresos. Según un estudio de SIGMA
DOS, Podemos obtuvo cerca del 45% de
los votos de las personas abstencionistas en
2011 que esta vez votaron. Ese mismo estudio apunta a que algo más de medio millón
de los votos de Podemos, el 10% de los que
obtuvo, procedían de votantes del PP en
2011, mientras que el PSOE sólo obtuvo
unos 320 mil procedentes del PP, con un
saldo negativo en el intercambio de votantes con éste de más de 450 mil. Pese a los
errores cometidos, la radicalidad democrática y social de Podemos ha mellado más el
electorado del PP y motivado más a la
población "desencantada" que el "centrismo" con el que el PSOE derechiza a su propia base electoral y la acerca al PP.
En el otro lado de la balanza están las personas mayores de 65 años, muy sesgadas
hacia el PP. Posiblemente eso esté relacionado con las características de la crisis,
durante la cual ésa es la única franja de
edad en que ha disminuido el riesgo de pobreza y exclusión, así como con errores políticos cometidos por Podemos, pues se
tardó mucho en reconocer que la indignación social tenía un fuerte sentido "conservador" de los logros acumulados.
5. No basta con pensar nuestros puntos
débiles, como sería la baja influencia entre
la población mayor, el que la abstención
siga siendo aún más amplia en las franjas
de población que más necesidades pasan o,
en el caso particular de Podemos, su menor
capacidad de obtener el voto de las mujeres, cosa que creo se debe a graves errores
políticos. También hay que huir del triunfalismo por los aspectos positivos, pues todos
ellos son limitados y provisionales. Por
ejemplo, la relación inversa entre los territorios más favorables a Podemos (o PSOE)
y los más favorables a PP no puede ocultarnos una asimetría fundamental: la incidencia del PP en aquellas zonas que son más
favorables a Podemos o PSOE (no más favorables que al PP, sino más favorables
que otras zonas) es muchísimo más elevada
que la incidencia recíproca. En el distrito
de Tetuán de Madrid hay mesas en las que
el PP obtuvo el 75%, mientras que PSOE y
Podemos estaban en torno al 3%; por el
contrario, el PP no bajaba del 20% en ninguna mesa, ni en las zonas más empobrecidas. Queda mucha población desfavorecida
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que no se siente atraida por Podemos, por
IU o por el PSOE, trabajadoras de la limpieza de oficinas que votan PP, obreros no
cualificados que votan PP, personas pobres
que no votan a nadie, y con ellas hay que
hablar, sin demonizarlas. Que Podemos haya arrebatado medio millón de votos al PP
es un hecho notable y confirma el acierto
de dar prioridad al eje social sobre el eje
ideológico, pero aún queda muchísimo por
hacer para que la mayoría social de gente
común, asalariada, en paro, autónomos,
franjas significativas de pequeños empresarios y comerciantes, etc., sea una mayoría
política, una mayoría que permita transformar profundamente la sociedad desde la
libre voluntad de quienes la formamos.
6. La pregunta "¿que pasará?" es estéril si
no es esfuerzo por entender la sociedad en
la que vivimos y las tendencias y propensiones que le son propias. En realidad la
pregunta adecuada es "¿qué hacer... en
estas condiciones dadas y teniendo en
cuenta aquello a lo que aspiramos?"
Las condiciones "dadas" en este momento
implican que la posibilidad de una recesión
mundial, las aspiraciones de la oligarquía
dominante y la descomposición reaccionaria de la UE hacen muy probable un nuevo
"asalto a los infiernos desde arriba", con la
decidida intención de romper el espinazo al
espíritu del 15M, a la experiencia democrática del pueblo kurdo, a todo lo que suene a
solidaridad y apoyo mutuo. Que fuerzas
ultraderechistas, pre-fascistas y fascistas
van a participar violentamente en ese intento. Pero también forman parte de esa realidad las personas que se juegan la vida para
ayudar a quienes buscan refugio, las que
hacen frente a los racistas, las que actuan
en los barrios desde el apoyo mutuo y la
solidaridad, las personas anónimas que,
sobre todo en las pequeñas empresas, tratan
de mantener formas de organización de las
y los trabajadores en condiciones muy difíciles y carentes de los privilegios que,
lamentablemente, otros no han desdeñado.
Y en España sigue presente, aunque en una
encrucijada, el espíritu del 15M.
Entonces, hay que volver donde empezó
todo, al 15M, no a los mismos lugares, no
de las mismas maneras, ni con las mismas
maneras de organizarse, ni con el mismo
"militantismo", ni con la ilusión en que
bastaba ser muchas y muchos para hacer
ceder al "Poder", hay que volver con todo
el bagaje adquirido, con la conciencia de
que nos manifestaremos en las calles cuando haga falta pero que es más importante lo
hecho en el día a día. Toca darse apoyo mutuo, reconocernos, no despreciar a casi nadie aunque piense diferente. Toca convencer y escuchar con disposición a que nos
convezcan. Toca cerrar el paréntesis "(ya
hemos luchado mucho, vamos a probar
ahora la vía electoral)" y asumir de nuevo
que todo está en nuestras manos, o que al
menos en ellas está intentarlo. Toca el movimiento, toca lo cotidiano, toca resolver
problemas y mostrar sus causas y las de los
que aún no podemos resolver. Sin demagogias, sin mitos, sin simplismo, respetando
la inteligencia colectiva, con rigor, aportando cada cual lo que pueda y quiera, pero
persistiendo, con paciencia, sin esperar el
"día D", porque esto no acaba nunca.
Entonces, toca aprovechar con inteligencia
y lealtad a la gente los espacios institucionales alcanzados en ayuntamientos, asambleas autonómicas, Congreso o Senado.
Asumiendo que no se está allí en beneficio
de Podemos, de IU o de Compromís, que
no se está ahí para obedecer ciegamente al
partido ni por privilegios, sino para ser útiles, para mejorar las cosas que se puedan
mejorar en la vida concreta de las personas
y para ayudar a luchar por aquellas que aún
no se puedan conseguir. Sin el cretinismo
de pensar que desde ahí puede cambiarse
todo si no hay una fuerza social autónoma
en ebullición, sin el sectarismo propagandista de quienes van a las instituciones con
el ánimo de demostrar que... estar allí no
vale para nada. Y, cuidado, toca entender
que aquellas personas que hemos enviado
allí con nuestros votos, aunque sean de
Podemos, de las confluencias, de IU o de
Compromís, siguen sin representarnos, no
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porque lo hagan mal, pues cuanto mejor lo
hagan menos "nos representarán", porque
la representación es sustitución y nadie
puede sustituir al hacer social de la gente
común si queremos un verdadero cambio.
No les hemos enviado ahí para que hagan
algo "por nosotros", sino porque hemos delegado en ellos una tarea concreta y específica, que les confiamos sin exigirles, desde
luego, que ahoguen sus opiniones y capacidad de iniciativa. Un diputado no nos
representa más que, por ejemplo, la compañera que redacta el borrador de una denuncia por algo que pasa en nuestro barrio o
que el compañero que va a recoger la revista Madrid 15M. La representación es imposible o es usurpación.
Entonces, toca salir de las trampas e ilusiones gemelas del soberanismo (imposible) y
del estatalismo (fracasado), e impregnar
todos los esfuerzos locales, sobre el terreno, tanto si hablamos de movimientos
sociales como si lo hacemos de herramientas políticas, de la voluntad de construir
proyectos y alianzas europeas, transnacionales, de la voluntad de crear ese espacio
de conflicto político y social que ya ha sido
condenado definitivamente por las élites
europeas pero que seguimos necesitando
para que nuestros logros y proyectos estén
a la altura de las necesidades y aspiraciones
que nos impulsan. Cuando el flujo material
de la producción, de las mercancías, de las
personas, del dinero, de los saberes, de las
mafias, de las solidaridades, de la contaminación, del clima, de casi todo, tiene lugar
en un ámbito que no es nacional, sino transnacional, dejar ese espacio a las élites para
replegarnos sobre unas formas-Estado cada
vez más alejadas del flujo de la vida, lejos
de lo local y del terreno cotidiano de nuestra convivencia pero lejos también del
mundo, es suicida. Grecia no ha sido parcialmente sometida por una traición de
Tsipras -al margen de lo que se opine sobre
sus decisiones-, sino porque ha estado sola,
abandonada; el pueblo sirio no ha sido y
está siendo masacrado y expulsado de su
tierra porque se equivocase al rebelarse
contra Assad, sino porque le hemos dejado
solo e incluso ciertas izquierdas le han calumniado; y si la experiencia de Rojava llegase a fracasar, no será por falta de acierto
y mérito, sino porque la hemos dejado sola
ante la violencia asesina de Daesh y del
gobierno turco. Y no lo digo como metáfora: en la última manifestación de apoyo al
pueblo kurdo en Madrid no sé si llegaríamos a 400. Y en todas esas situaciones se
ha estado jugando el futuro de Europa. Necesitamos aliar los movimientos sociales,
generar herramientas políticas que sean
transnacionales, no mera suma de fuerzas
nacionales, buscar la coordinación entre
gobiernos que, sin ser "revolucionarios"
(cosa imposible, ningún gobierno lo es),
sientan un compromiso con la gente, de
motu propio o bajo presión, y pugnen por
abrir otro camino de ciudadanía europea
(abierta al mundo), de democracia europea,
de sociabilidad europea y de derechos
europeos. No para suprimir el conflicto
social, sino para colocarlo a una escala en
la que las gentes comunes tengamos alguna
opción frente a las élites, para las que no
hay patrias ni fronteras.
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José Luis Carretero Miramar
joseluiscarreteromiramar.blogspot.com.es
Remunicipalización
y construcción de lo común
"¿Control? ¿Inspecciones? Sí, sí ha habido inspecciones del cumplimiento de los pliegos
de las contratas estos últimos años. Te contaré cómo funcionaban: el inspector del
Ayuntamiento llamaba a la empresa antes de ir y ésta avisaba a los trabajadores. Ese día
estábamos todos allí, tuviéramos turno o no. Todos. Hasta los administrativos de la empresa se ponían un mono para que pareciera que eran operarios. Cuando llegaba el inspector
había un montón de gente 'trabajando' allí. Todo bien, todo perfecto, todo cumplido.
Cuando se iba volvían a quedarse los que de verdad trabajaban ese día. ¿Metros de acera
limpiados? No me hagas reír. Y los que han venido ahora nos hablaron de remunicipalización en la campaña, pero, de momento, el único cambio es que la empresa nos ha puesto
GPS en los cubos de basura".
Esto es lo que cuentan los operarios de la limpieza viaria de una gran ciudad española, una
de esas urbes que han caído en las manos de las candidaturas del cambio. Los operarios de
esos servicios externalizados de los que todos nos quejamos, pero a los que, finalmente y
de momento, nadie parece dispuesto a meter mano.
¿Externalizaciones? Tras la crisis de los 70 el Capital desarrolló una serie de estrategias
básicas para su supervivencia en un contexto de resistencia obrera y de los países periféricos, y de brutal amenaza a las tasas de ganancias en las actividades productivas, que
habían sido la base del mayor ciclo de acumulación y crecimiento que había vivido la
humanidad. Las estrategias fueron la descentralización productiva y la flexibilización del
trabajo, debilitando la resistencia obrera; la globalización y financiarización de la economía; y lo que el geógrafo británico David Harvey ha llamado la "acumulación por desposesión".
La acumulación por desposesión no era algo nuevo. Forma parte del ADN originario del
capitalismo. Así es como se hizo la famosa "acumulación originaria" a la que Carlos Marx
dedica gran parte de las páginas de su obra. Desposeer a las poblaciones de sus bienes
comunes que garantizaban su subsistencia y una cierta independencia es una inveterada
tradición liberal. Lo único nuevo es que las energías de los mercantilizadores se dedicaron, en la deriva neoliberal de las últimas décadas, a privatizar y convertir en yacimientos
de plusvalor muchos de los servicios que habían formado parte del Estado de Bienestar
keynesiano que había fundamentado la paz social en el Centro mismo del sistema global.
Eso explica que, según Jordi Colomer, hayamos llegado al punto de que el volumen de servicios públicos municipales privatizados en el Estado Español, tras la aprobación de la Ley
7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, que fue la que permitió
la llamada "gestión indirecta" de los mismos, supere los 17.400 millones de euros, con una
oportunidad de crecimiento de cerca de 19.600 millones más.
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Un buen negocio, no hay duda. Favorecido
por la muy oportuna emergencia de las
figuras laborales de las contratas y subcontratas, y alimentado por el mismo capital
que infló el ladrillo, y que fue rescatado por
las daciones en pago de la banca (muchas
veces rescatada con dinero público) a constructoras y promotoras. Por no hablar del
fluir de los fondos especulativos globales,
tras la crisis, hacia los despojos de una economía quebrada y en estado de subasta.
Una acumulación por desposesión que
tiene sus costes para las poblaciones: encarecimientos de los servicios, provocados
por sobrecostes que van del 22% a más del
90%, respecto a la prestación directa por
los municipios, según el propio Tribunal de
Cuentas, que habla de un 27% de aumento
del coste en la recogida de basuras, o un
71% en la limpieza viaria; prestación de un
servicio de menor calidad y que suele
poner en riesgo el concepto de universalidad del mismo, dejando sin cubrir las zonas
degradadas de las metrópolis, que a nadie
parecen importar. Infra-inversión y precariedad laboral, junto al nepotismo empresarial y la constitución de una vía de entrada
para la corrupción de los actores políticos
municipales.
Las resistencias, por supuesto, también existen. Y están alcanzando el nivel de una
contraofensiva. Una contraofensiva global
confluyendo en torno al concepto de las llamadas remunicipalizaciones.
En los últimos 15 años se han producido
235 casos de remunicipalización de los servicios de agua en 37 países. El más sonado
es el de Yakarta, en Indonesia, donde 9,9
millones de personas veían amenazado su
acceso a tan imprescindible elemento por la
gestión privada del mismo. Pero el centro
del movimiento está en los países del Norte
global, donde el keynesianismo fue una
realidad efectiva en su momento, más allá
de las declaraciones desarrollistas del
populismo periférico.
En la Unión Europea merece la pena detenerse en la remunicipalización de muchas
empresas energéticas alemanas y en los
referéndums populares que exigen plantearla en ciudades como Berlín o Hamburgo. En Francia, la cuna de las multinacionales del agua privada como Veolia, la ciudad de París remunicipalizó el servicio
consiguiendo un ahorro el primer año de 35
millones de euros, y procediendo a bajar la
tarifa a los ciudadanos un 8%. En Finlandia, donde el epicentro está en los servicios de limpieza viaria, la iniciativa alcanza ya al 20% de los municipios.
El movimiento ha llegado también al Estado Español: ya en 2011, la ciudad de
León, con un gobierno del PP, procedió a la
remunicipalización del servicio de limpieza. Vidreres, Vilanova i la Geltrú, Cambrils
y otros municipios han procedido a remunicipalizar los más variados servicios, con
evidentes ahorros para sus cuentas públicas. El caso más paradigmático es Medina
Global, la empresa municipal de Medina
Sidonia (Cádiz), que ahora gestiona el agua, la limpieza viaria y la recogida de residuos sólidos urbanos de la localidad.
Una contraofensiva. Este movimiento existe y está creciendo, pero no es dominante.
La hegemonía sigue estando en los de
siempre, y las privatizaciones avanzan a
más velocidad que las remunicipalizaciones. Esto mismo ocurre con las otras medidas paradigmáticas del intento de contraofensiva keynesiana de la socialdemocracia
real: los controles de capitales, como la
Tasa Tobin, los mecanismos de ingresos
mínimos, la reescritura de la estructura
europea, el re-centramiento en el capital
productivo frente a especulativo. Todo ello
avanza, nos suena, empieza a ocupar espacios mediáticos, pero no domina, no termina de erigirse en alternativa efectiva para la
dirigencia política global.
Al inicio de la crisis todos los economistas
serios imaginaron una salida keynesiana
suave y más o menos rápida: el Capital razonará y desplazará a los gestores liberales.
Llegará la alternativa social y de mercado,
construirá un capitalismo con rostro humano y estabilizará el edificio global con una
reedición verde de los “reinta gloriosos”
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No ha sido así, y ya deberíamos preguntarnos por qué. Por qué hasta donde la nueva
socialdemocracia gana (como en el Ayuntamiento de Madrid) y toca poder, el proceso no es tan fácil ni tan lineal. Por qué los
nuevos actores institucionales madrileños
son incapaces, no ya de remunicipalizar los
servicios públicos devastados por la gestión de las contratas provenientes del ladrillo, sino incluso de solventar con decisión
las críticas más absurdas por un asunto de
títeres. Por qué los movimientos no presionan a los representantes institucionales y
éstos aparecen desnortados, entre el narcisismo mediático y la falta real de discurso
que vaya más allá del "señores del poder,
dennos una oportunidad, nosotros podemos
gestionarlo mejor".
A lo mejor es que la salida keynesiana ya
no sirve.
A lo mejor es que hay que ir mucho más
allá, más allá de la gestión del Capital, o de
la alternativa social y de mercado.
Construir lo común precisa de elementos
diferentes. Y para generar la masa crítica
que permita la remunicipalización de los
servicios públicos, así como una ofensiva
real sobre los resortes de poder efectivos de
la sociedad, hay que construir lo común. La
base teórica, práctica, material, e incluso
estética, de una sociedad enteramente
transformada. De una vía de salida del capitalismo histórico. Algo que encarne los
deseos reales de cambio y que galvanice las
energías ahora dormidas de las clases
populares.
Remunicipalizar de otra manera, que construya pueblo, que construya poder popular.
Remunicipalizar desde la perspectiva del
protagonismo de obreros y vecinos, de la
autogestión y de la democracia de base.
Más allá del keynesianismo está la potencia
de la creatividad de las clases subalternas.
Caben varias posibilidades, que deben ser
experimentadas, para los servicios municipales recuperados: la cooperativización bajo control de trabajadores y vecinos, para
favorecer el empleo barrial y el tejido económico autogestionario en los espacios cer-
canos; o la gestión directa bajo control
obrero y ciudadano, con formas de participación de los trabajadores basadas en la
asamblea.
Avanzar en la superación de la dicotomía
entre propiedad privada y pública, generando, construyendo e imaginando la nueva
forma de propiedad comunal-comunitaria.
La forma jurídica de la democracia económica más profunda, el producto del protagonismo popular hecho piedra basal de la
nueva sociedad. No debemos tratar de evitar el conflicto a toda costa, sino de acumular fuerzas, empoderando a los sectores sociales sometidos y desplegando todas sus
potencialidades
Más que intentar racionalizar el despojo
global hay que avanzar en el despliegue de
una nueva racionalidad, producto de la
lucha efectiva y las capacidades productivas de las poblaciones.
Construir. Para hacer visible lo inconstruido.
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María Pazos Morán
http://mariapazos.com/
¿Compensar a las mujeres o eliminar
la división sexual del trabajo
Este artículo está parcialmente basado en otro más
extenso que se publicará próximamente en la Revista
Atlánticas
1.- Introducción
El comienzo de una legislatura, y más ésta, es un momento crucial para cuestionarse el
rumbo de las políticas públicas, de tal manera que la acción política se oriente a propiciar
los cambios sociales necesarios, justos y demandados por la ciudadanía. Pues bien, uno de
los ámbitos en los que las políticas públicas no responden a las necesidades ni a las aspiraciones de la sociedad actual es el de las relaciones de género.
En España, ya en 2010 (CIS, Barómetro de Marzo) el 94,8% de los hombres y el 95,0%
de las mujeres se mostraban a favor de la igualdad total entre hombres y mujeres. En el
ámbito económico, el 68,9% de los hombres y el 74,8% de las mujeres declaran que su
familia ideal es aquella "en la que los dos miembros de la pareja tienen un trabajo remunerado con parecida dedicación y ambos se reparten las tareas del hogar y el cuidado de
los/as hijos/as, si los hay". Podemos decir que el rechazo de la división sexual del trabajo
(DST), antes solamente mantenida por teóricas feministas, ha sido asumido por la ciudadanía.
Ningún partido niega la necesidad de ese cambio social, pero las políticas que proponen
no se corresponden con ese objetivo. Cuando se habla de igualdad de género, la mayoría
de las instituciones y partidos reconocen que es justa y necesaria para conseguir un modelo productivo justo, eficiente y sostenible. Sin embargo, la igualdad se sigue considerando
un asunto de mujeres y sigue sin estar presente en los apartados y discusiones sobre el
cambio de modelo productivo, sobre las políticas de mercado de trabajo, sobre los sistemas de atención a la dependencia y a la infancia, sobre la política fiscal o sobre los sistemas de pensiones. Más aún: en los marginales apartados y planes dedicados a "igualdad
de género" siguen proponiéndose muchas medidas que en realidad tienen el efecto de mantener o potenciar la situación actual.
Es cierto que las políticas de los partidos conservadores potencian especialmente el mantenimiento de la desigualdad, tanto por los incentivos a la permanencia en el hogar de las
mujeres como por los recortes sociales y la negativa a toda medida para la mayor inclusión de los hombres en el cuidado. Pero ¿es diferente la orientación de los partidos progresistas? La respuesta, que trataré de argumentar, es que éstos son más sensibles, pero aún
mantienen una coincidencia fundamental con los partidos conservadores en la orientación
de las políticas llamadas "de igualdad", así como en la insuficiencia de las políticas necesarias para el cambio de modelo social que teóricamente se asume como deseable.
Las políticas llamadas "de igualdad" aplicadas hasta ahora, por partidos de uno y otro
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signo, han estado supuestamente dirigidas
a intentar reducir los desequilibrios de
género sin eliminar las causas que los producen, a proteger a las mujeres o a compensarles por las consecuencias de la DST,
suponiendo ésta incuestionable o inamovible. Tras medio siglo de aplicación de estas
políticas, podemos extraer dos
conclusiones: la primera, que
no compensan los perniciosos
efectos de la DST; como veremos, el presupuesto necesario
para subsanar las consecuencias de la DST sería tan elevado que resulta imposible el
reequilibrio de género por esa
vía. La segunda, que consolidan la DST al proporcionar
incentivos a las mujeres para especializarse
más en el cuidado, a la vez que excluyen a
los hombres de esas tareas.
En el apartado siguiente se analizan dos
ejemplos de políticas dirigidas a paliar la
brecha de género en salarios y pensiones:
una recientemente adoptada por el gobierno del PP y otra propuesta por el PSOE. A
continuación, en el apartado 3, se argumenta que es posible articular medidas para la
reducción de la DST, y se avanzan los ejes
para el cambio estructural a una sociedad
en la que la DST no exista.
euros para compensar a las mujeres por los
menores salarios y pensiones recibidos.
Visto desde otra óptica, sería necesario
subir los salarios percibidos por las mujeres
un 54%, y las pensiones un 47%. Es difícil
imaginar un presupuesto público que tuviera que hacer semejante esfuerzo cada año.
Fuente: Mercado de Trabajo y Pensiones en las
Fuentes Tributarias, 2014. AEAT
Estas cifras nos pueden ilustrar también
sobre la insignificancia de las medidas que
supuestamente están destinadas a compensar a las mujeres. Por otro lado, cualquier
reparto de esa cifra global compensatoria
entrañaría enormes dificultades y originaría
múltiples inequidades, como las que de
hecho origina el ejemplo de exiguo resarcimiento que analizaremos a continuación.
2.1 Actuales medidas "compensatorias" de
la brecha de género en pensiones
Tomemos como primer caso de estudio el
suplemento de las pensiones de las mujeres
con dos o más hijos/as que se jubilen a partir del 1 de enero de 2016 (un 5% por dos
hijos/as, 10% por tres y 15% por cuatro o
más). Esta medida fue aprobada por el
Gobierno del PP en 2015, que la justificó
como "un complemento de pensión, por su
aportación demográfica a la Seguridad Social, a las mujeres que hayan tenido hijos
naturales o adoptados y sean beneficiarias
en cualquier régimen de Seguridad Social
de pensiones contributivas de jubilación,
viudedad e incapacidad permanente"
(bit.ly/1JbNdgB).
El Gobierno calculó que en 2016 se podrán
beneficiar de este aumento de la pensión
123.000 mujeres, lo que tendrá un coste en
2.- La imposibilidad de compensar a las
mujeres por sus menores salarios y pensiones
Una vez asumido el objetivo de igualdad,
unos sencillos cálculos pueden hacernos
desistir de la idea de alcanzarla mediante la
compensación a las mujeres por la diferencia en salarios y pensiones. En 2014, según
la Agencia Tributaria española (AEAT), la
diferencia entre los salarios percibidos por
los hombres y por las mujeres ascendió a
64.738,5 millones de euros. La diferencia
en pensiones, por su parte, ascendió a
26.601 millones de euros. Sumadas ambas
cifras, y sin tener en cuenta el mayor número de mujeres que hombres en la población,
se necesitarían más de 91.339 millones de
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el año de 51 millones de euros. Este coste
aumentará según vayan jubilándose las mujeres beneficiarias, calculándose que podría
estabilizarse a largo plazo en 1163 millones
de euros al año (bit.ly/1FZ02gd).
Como puede observarse, el coste de esta
medida no es desdeñable comparado con
otras partidas presupuestarias, pero es
insignificante comparada con los 26.601
millones de euros que supone la diferencia
entre las pensiones masculinas y femeninas, tal como se explica anteriormente. Así
pues, no compensaría ni de lejos la desigualdad en pensiones, que además sigue
aumentando con el tiempo [capítulo 4 de
Pazos Morán, María (2013): Desiguales
Por Ley. Las Políticas Públicas Contra la
Igualdad de Género. Editorial Catarata].
Descendiendo al análisis individual, es
fácil ver que estos complementos, además
de ser inferiores a la pérdida de oportunidades por causa de maternidad, excluyen a
muchas categorías de mujeres afectadas
por esa pérdida de oportunidades. Quedan
fuera las madres de una sola criatura.
Quedan fuera también todas las madres con
más de una que no han conseguido cotizar
los 15 años necesarios para acceder a una
pensión contributiva (esta situación afecta
al 80% de todas las mujeres españolas
mayores de 65 años, y cabe afirmar que la
incidencia es mayor en el colectivo de las
que han sido madres).
Este mecanismo deja fuera también a
muchas mujeres que, habiendo sido igual o
más penalizadas por su maternidad, ya se
habrán jubilado en enero de 2016. Esto
supone un agravio comparativo importante
pues, a igual o mayor necesidad y misma
circunstancia, la fecha de entrada determina arbitrariamente que dicha necesidad se
atienda o no.
Más aún, como en todas las demás compensaciones por maternidad, quedan fuera
todas las mujeres que no han sido madres.
Recordemos que todas las mujeres sufren
el fenómeno denominado "discriminación
estadística", es decir la pérdida de oportunidades en la contratación y en la promo-
ción en razón de la posibilidad de ser
madres en una sociedad en la que son las
madres, y no los padres, quienes se especializan en el cuidado.
En resumen, estas compensaciones, a pesar
de tener un coste importante, son escasas y
parciales. Sin embargo, serán beneficiarias
de estas compensaciones mujeres que hayan cotizado durante toda su vida sin interrupción y aunque hayan obtenido la pensión máxima, lo que también tendrá efectos
negativos en términos de equidad.
Pero el problema principal es que estas
medidas no sólo no compensan la DST sino
que crean incentivos para su mantenimiento. A la vez que dejan desatendidas a muchas mujeres que ya han sido perjudicadas,
hacia el futuro prometen a las mujeres una
compensación si se alejan del empleo por
dedicarse a la maternidad. Tienen también
un efecto simbólico negativo al asumir que
en el futuro las mujeres seguirán dedicándose al cuidado de la prole en solitario.
2.2 Propuestas contra la brecha salarial de
género
Tomemos como segundo ejemplo la propuesta de una Ley de Igualdad Salarial que
se encuentra en el Programa Electoral del
PSOE para las elecciones generales de
2015 en España. Esa Ley tendría dos medidas estrella. Una es la obligatoriedad de
incluir un 40% de mujeres en los consejos
de administración de las empresas públicas. La otra medida es la obligación por
parte de las empresas de publicar los salarios de sus empleados/as detalladamente.
La historia de leyes de igualdad salarial es
larga. Por ejemplo, en EEUU se proclamó
una en 1963; en el Reino Unido en 1970.
Actualmente el derecho a la misma remuneración por trabajo "de igual valor" está
ampliamente reconocido en las legislaciones nacionales y ratificado por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (bit.ly/1Kp5IpE). Este
reconocimiento del derecho permite la
reclamación individual ante los tribunales,
e inicialmente supuso un paso importante
respecto a una época anterior en la que sí
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era legal retribuir a las mujeres menos que
a los hombres por el mismo trabajo.
Pero la brecha salarial se estancó después
de ese avance y no se ha reducido en los
últimos años, a pesar de que las mujeres ya
han superado a los hombres en nivel de formación en la inmensa mayoría de los países
(incluyendo todos los países industrializados). El fenómeno resulta cada día más
escandaloso e intolerable, y así lo reconocen los gobiernos y los partidos. Pero ¿qué
proponen? La nueva propuesta, que se nos
presenta como un gran salto adelante en
países como España, Reino Unido o
Alemania (con gobiernos de distinto signo
político), es la de nuevas leyes de igualdad
salarial que incorporen estas medidas coercitivas para las empresas, pero sin ni
siquiera aludir a las causas de las diferencias salariales.
Estas medidas con apariencia rompedora
tampoco son una novedad. La experiencia
de su aplicación anterior, junto con el conocimiento de la naturaleza y de las causas de
la brecha salarial, nos permitirán realizar a
continuación una evaluación ex-ante de sus
efectos previsibles.
La primera medida estrella de la nueva propuesta, la cuota obligatoria de un 40% de
mujeres en los consejos de administración
de las empresas públicas, fue adoptada en
Noruega para estar implantada en 2008. Y,
en efecto, se implantó, pero ¿con qué resultados? A los 8 años de implantación, el
balance es ilustrativo: las poco más de 200
empresas públicas noruegas "sientan" (por
utilizar la jerga empresarial) a un 40% de
mujeres en sus consejos, pero las 250.000
empresas privadas no han experimentado
ningún cambio significativo en su composición.
La norma ha producido efectos curiosos
como el de las llamadas "faldas doradas"
(mujeres que se sientan hasta en diez consejos de administración cada una), pero no
se ha observado ningún cambio significativo en la brecha salarial de género
(bit.ly/1SRNb8H). No es sorprendente,
pues los consejos de administración no tra-
tan generalmente de las contrataciones,
salarios y promociones, que se dejan a
decisión del equipo directivo. Curiosamente, no se proponen cuotas femeninas
obligatorias en los equipos directivos de las
empresas, ni en los tribunales de oposiciones, ni en los comités de selección de personal, ni en los proyectos seleccionados en
convocatorias de subvenciones públicas,
etc. Estas cuotas, o más exactamente la
representación equilibrada de género, sí se
han demostrado efectivas, al igual que las
listas cremallera que se abren camino en la
Ley Electoral.
En cuanto a la publicación de los salarios
por sexo, una de las experiencias citadas
repetidamente es la del Ayuntamiento de
Akureyri (Islandia). En el consistorio de
esta localidad de 17.000 habitantes, en
2004 se llevó a cabo un análisis exhaustivo
de los complementos salariales de todo el
personal. Después se procedió a anular los
complementos abusivos que se detectaron
en los hombres; y como consecuencia se
igualaron los salarios por hora. Esto no
quiere decir que la media salarial de los
empleados y de las empleadas municipales
se igualara. Aunque llegara a igualarse el
salario por hora, hay que tener en cuenta
que las mujeres trabajan a tiempo parcial
en muchísima mayor medida (en particular,
en Islandia, los ayuntamientos tienen a su
cargo extensos servicios públicos de cuidados, sector femenino y con mayor incidencia de jornadas reducidas).
En cualquier caso, esta medida tan citada
no se extendió ni siquiera al resto del sector público islandés, y mucho menos al sector privado. Después de más de una década,
aún no se ha generalizado en ningún país.
La propuesta en otros países como Alemania o Reino Unido está siendo objeto de
gran oposición. Todo esto augura que su
puesta en práctica consumiría muchas energías y exigiría importantes recursos. No es
imposible, desde luego, pero es que, además, nada permite predecir que esa transparencia que tantos esfuerzos costaría
tuviera un efecto significativo en la brecha
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salarial. No tiene nada de ilegal pagar más
a un director general que a una cajera; y se
demuestra que las mujeres "tienen" más
tendencia a ser cajeras que directores generales. Por otro lado, no solamente se trata
de igualar el salario por hora sino el sueldo
medio, y para ello mujeres y hombres tendrían que trabajar el mismo número de
horas como media.
En definitiva, estas medidas no tienen en
cuenta que el factor más determinante de
las diferencias salariales no es la discriminación directa sino el hecho de que mujeres
y hombres tienen distintos empleos y muy
distintas responsabilidades familiares. ¿Por
qué no dedicar los esfuerzos a la eliminación de esa causa, que no es ni más ni
menos que la DST?
Sin embargo, la DST no es natural ni inevitable. Al contrario, tenemos suficientes evidencias para trazar el camino hacia su eliminación. Para ello, basta con ofrecer a las
mujeres las condiciones materiales para
poder incorporarse al empleo de calidad en
igualdad con los hombres, y a los hombres
los derechos para incorporarse al cuidado
en igualdad con las mujeres. Lo único que
se requiere es articular las políticas públicas que se han demostrado efectivas para
tal fin.
¿Cuáles son esas políticas? Es muy fácil
comprenderlo si se tienen en cuenta dos
extremos: en primer lugar que, mientras
puedan remediarlo, los hombres no se
incorporarán al cuidado en las deplorables
condiciones en las que ahora cuidan las
mujeres, es decir perjudicando su empleo y
derechos laborales. Como además esa pretensión sería injusta para cualquier persona, incluidas las mujeres, resulta evidente
que el único objetivo razonable es un sistema de cuidados en el que ninguna mujer (ni
ninguna persona) tuviera que retirarse de su
puesto de trabajo, parcial o totalmente, excepto durante permisos de corta duración y
con el mantenimiento del salario completo.
En segundo lugar, es fácil imaginar la
situación catastrófica que resultaría si las
mujeres se incorporaran masivamente al
empleo en las condiciones de dedicación
absoluta que ahora exigen la mayoría de los
empleos masculinos a tiempo completo.
Por tanto, habría que terminar con la dualidad existente en el mercado de trabajo,
entre jornadas a tiempo completo interminables y empleo tiempo parcial (que es
estadísticamente femenino y precario en
todos los países).
Además, habría que asegurar los servicios
públicos necesarios, de tal forma que ninguna persona tuviera que abandonar su
empleo por cuidados de larga duración
(excedencias o abandono de empleos para
cuidado de criaturas y dependientes). Por
último, habría que asegurarse de que los
permisos de corta duración y con salario
completo (permisos de maternidad/paterni-
3.- Resumen y conclusiones
Después de varias décadas de aplicación de
las llamadas "políticas de igualdad", dirigidas a compensar a las mujeres por su
mayor dedicación a los cuidados y/o a
reducir los desequilibrios de género en el
mercado de trabajo, podemos observar sus
resultados en los países que las aplican. Las
diferencias económicas no se han diluido y,
por el contrario, se han consolidado estructuras sociales que mantienen a las mujeres
extensivamente dependientes económicamente. Casos emblemáticos son los de Países Bajos o Alemania, donde las mujeres
están extensivamente empleadas a tiempo
parcial y se retiran del empleo para el cuidado, en un sistema que se ha venido en
denominar "sustentador y medio" o "sustentador masculino/esposa dependiente
modificado".
Estas políticas no compensan a las mujeres
por las enormes desigualdades existentes, y
no podrían llegar a hacerlo por mucho que
aumentara su dotación presupuestaria, actualmente exigua. Por otro lado, no tienen
un impacto significativo sobre la brecha de
género porque no actúan sobre las causas.
Al abordar cada aspecto de la desigualdad
como un fenómeno aislado, dificultan la
comprensión del problema y su solución.
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dad y días por enfermedad grave de familiares) fueran iguales e intransferibles para
todas las personas trabajadoras (hombres y
mujeres).
En definitiva, se requieren reformas profundas en el mercado de trabajo y en los
sistemas de atención a la infancia y a la
dependencia si se quiere terminar con la
actual situación en la que las mujeres se
ven reducidas a cuidadoras universales y
trabajadoras intermitentes, a la vez que los
hombres se dedican casi en exclusiva a sus
empleos. Este cambio estructural implica la
movilización de muchas políticas públicas,
incluyendo también la eliminación de los
actuales incentivos a la permanencia de las
mujeres (sobre todo casadas) en el hogar (o
en la economía sumergida). Exige asumir
el principio rector de que todas las personas, incluidas todas las mujeres, deben
tener ingresos individuales dignos y suficientes para una vida independiente; y
actuar en consecuencia.
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Jose Babiano Mora
¿Dónde están los sindicatos?
A propósito de la huelga de SEAT de El Prat
Si un grupo de amigos coincide tomando unas cervezas después de algún tiempo sin verse,
y entre ellos hay algún sindicalista, inevitablemente surgirá la cuestión: "bueno y vosotros,
¿qué? No se os ve mucho últimamente". Suena un poco como a preocupación, como un
"¿qué tal te va?". Si otro día nuestro sindicalista se encuentra con algún antiguo compañero o compañera de fatigas al que le ha llegado la jubilación o que se ha apartado de la brega
sindical cotidiana la pregunta se repetirá: "¿Dónde está el sindicato? Estáis desaparecidos".
Y lo dirá, seguramente, también con preocupación, porque el sindicato ha sido su patria y
todavía lo es. Pero la pregunta también se repite hasta la saciedad en entornos ajenos al
sindicalista de nuestra historia. Veamos.
Todavía estaban frescos los recuerdos de las últimas vacaciones de verano. Era una mañana de domingo del último septiembre y Javier del Pino despedía en su programa de radio
a los tertulianos que habían departido sobre el populismo. Uno de ellos, a guisa de conclusión, hizo referencia a los partidos políticos y a los sindicatos como pilares del sistema
democrático. Y del Pino saltó: "Por cierto, ¿dónde están los sindicatos últimamente?". La
pregunta sonó doblemente extraña. En primer lugar, porque no hacía mucho que en la
empresa para la que trabaja había tenido lugar un ERE y es probable que se topara en un
pasillo con algún delegado o delegada o miembro del comité de empresa metido en el fregado. Podría haberse interesado por lo que hacía. En segundo lugar, porque siendo el
director de su programa bien puede invitar cualquier mañana de sábado o de domingo a un
sindicalista e inquirirle directamente.
Otras veces en los medios de comunicación ni siquiera surge el interrogante. Simplemente
leemos o escuchamos afirmaciones rotundas. Soledad Gallego Díaz escribió hace ahora un
año: "No hay sindicalistas en ningún plató de televisión, en casi ninguna tertulia radiofónica, no aparecen en las entrevistas ni en las secciones de opinión de los diarios, digitales
o tradicionales. No se les oye, no se les ve. Desde su punto de vista, se les ignora. Desde
cualquier otro análisis, no tienen la menor capacidad de imponer su presencia en la plaza
pública". ¿Imponer su presencia en la plaza pública? No sabemos si la referencia quería
ser literal, porque en ese caso no se entiende la existencia de más de trescientos sindicalistas procesados por ejercer el derecho de huelga. Un ejercicio que, en general, lleva consigo la presencia en el espacio público. Pero si con la expresión "plaza pública" empleó una
metáfora para referirse a los medios de comunicación, entonces es que hizo abstracción de
su dilatada experiencia profesional en lo que se refiere al acceso a los medios de comunicación privados y a aquellos públicos gestionados por gobiernos sectarios y autoritarios,
como sucede en España.
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SEAT es la primera empresa industrial de
Cataluña, lo que no es decir poco en un país
en el que un modelo productivo basado en
el ladrillo y la especulación nos metió en
una crisis sin parangón. Es asimismo una
empresa que pertenece a un sector exportador de productos de alto valor añadido y
que viene a representar en torno al 7% del
PIB. El centro de El Prat se dedica a la
fabricación de cajas de cambio para todo el
grupo.
Obviamente, los sindicatos no atraviesan
por sus mejores momentos, con uno de
cada cinco trabajadores en paro, con la
temporalidad en el empleo disparada y con
el peso de una cultura fordista que las más
de las veces no es sino un lastre para afrontar los vertiginosos y masivos cambios que
operan en el mundo del trabajo. Lo que no
significa que ignoren todo ello y que no
hayan emprendido, aún con dificultades,
una reflexión autocrítica a pesar de todo.
que se celebraron asambleas masivas de
alrededor de 800 trabajadores; es decir, la
gran mayoría de la plantilla. Un número de
personas como veinte veces mayor a las
que estaban concentradas a las puertas del
Parlament de Cataluña el día de la elección
del nuevo Presidente de la Generalitat. Hago esta comparación porque la concentración ante el Parlament fue "pinchada" en
directo a lo largo de esa tarde varias veces
por, al menos, una cadena de televisión de
ámbito estatal. Sin embargo, no me consta
que las asambleas de los huelguistas de El
Prat que, como digo, eran unas veinte veces
más numerosas, fuesen grabadas y emitidas
por televisión alguna. En fin, como cabe
imaginar, la huelga fue organizada por el
comité de empresa y los sindicatos.
Pues bien, la huelga terminó después de
cuatro jornadas, cuando los trabajadores
lograron que la compañía abandonase su
pretensión inicial. Sin embargo para quien
esto escribe ha sido muy difícil obtener
estos datos. En Cataluña la repercusión
mediática ha sido ínfima, y fuera sencillamente no ha existido. Informativamente
hablando la huelga de SEAT ha sido sometida a una suerte de ley del silencio. Mientras tanto, quizás por casualidad, la marca
ha aparecido en grandes anuncios en medios como en el que Gallego Díaz escribió
el párrafo que hemos citado más arriba. Los
tertulianos, los opinadores profesionales y
los hacedores de opinión no han tenido en
esta ocasión la más mínima curiosidad en
saber y contar qué hacen los sindicatos. No
importa, volverán a repetir una vez más
aquello de "¿dónde están los sindicatos?"
La huelga de SEAT
Sea como fuese, en esas estábamos cuando
hace poco más de una semana, periodistas,
tertulianos y creadores de opinión han tenido una ocasión magnífica para saber qué
hacen los sindicatos e incluso para contarlo. En efecto, recientemente, la dirección
de SEAT decidió trasladar a 50 trabajadores del centro de trabajo de El Prat a la factoría de Martorell. Lo hizo de manera unilateral, sin contar con los trabajadores ni
con sus representantes; es decir, el comité
de empresa y los tres sindicatos que lo
componen, UGT, CCOO y CGT, tan democráticamente elegidos como la alcaldía de
Barcelona o el parlamento español.
A la plantilla no le gustó la decisión de la
dirección, no sólo por la unilateralidad de
la misma, sino también porque el traslado a
Martorell significaba un trabajo más fatigoso, más dificultades en el traslado desde el
domicilio al lugar de trabajo y la incógnita
sobre la vuelta a El Prat cuando se diesen
nuevos picos de producción. De manera
que los trabajadores decidieron ir a la huelga. Una huelga de carácter indefinido en la
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Trasversales 37 / febrero 2016
José Luis Mateos
Del apoyo a la querella
a ser querella
José Luis Mateos es patrono de la Fundación Andreu Nin
y miembro de la CEAQUA
Casi 6 años han transcurrido desde que en abril de 2010 el Juzgado Criminal y Correccional nº 1 de Buenos Aires abriese la causa 4591/2010 por crímenes de lesa humanidad cometidos por el franquismo. Es bueno saber que constituye la única denuncia vigente
contra dichos delitos, la única que, de momento, cuenta con 19 imputados. Para la gestión
y seguimiento de la Querella surgió la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella
Argentina (CEAQUA, en adelante).
Tampoco está de más recordar los fundamentos jurídicos desarrollados por diferentes
organismos internacionales y recogidos por la CEAQUA. En los juicios de Nüremberg,
realizados para juzgar el genocidio nazi, se definieron los crímenes contra la humanidad
como el "asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano
contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz
o en cualquier crimen de guerra". Posteriormente, el Estatuto de la Corte Penal Internacional estima que estos crímenes suponen "la comisión como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil -multiplicidad de víctimas-, y con
conocimiento de dicho ataque". La característica principal de estos crímenes es su naturaleza imprescriptible, tal como ha sido recogido en la Convención sobre Crímenes de
Guerra y Crímenes de Lesa Humanidad, de 26 de noviembre de 1968, que señala en su
artículo 1 que estos delitos "... son imprescriptibles cualquiera que sea la fecha en que se
hayan cometido".
Conocida es la posición del Gobierno español al respecto y en paralelo la de la Administración de Justicia. Así, resalta la vigencia de la Ley 46/1977 de Amnistía (cuando en
las Cortes de 1977 la izquierda avaló la llamada Ley de Amnistía -Ley preconstitucional, lo hizo en la creencia de que el ejercicio de la oposición a la Dictadura franquista dejaba
de ser delito cuando en realidad se estaba amnistiando a los victimarios); la prescripción
de los delitos cometidos por el tiempo transcurrido; la estimación de que los crímenes de
desaparición forzada, tortura o asesinato no fueron sistémicos sino aislados; la negación
de la concurrencia jurisdiccional remarcando la primacía de la Justicia española para juzgar los mismos y, por último, una consideración de naturaleza no jurídica y estrictamente
política: cualquier acto de justicia al respecto pondría fin a la reconciliación entre los españoles, abriendo espacios a nuevas formas de confrontación.
Todo un argumentario descabellado y políticamente comprometido con la vigencia de la
impunidad. No sólo rechaza la legislación internacional sobre la materia sino los mismos
compromisos contraídos por el Estado español e, incluso, la propia Constitución en lo que
se refiere al acceso a la Justicia y a la conformidad con la Declaración Universal de los
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Trasversales 37 / febrero 2016
Derechos Humanos. En consecuencia y en
aplicación de las normas relativas a la
Justicia Universal, la Justicia argentina asumió la querella presentada ante esa jurisdicción por distintas víctimas del franquismo y asociaciones vinculadas a la memoria
histórica. A esta querella se han incorporado posteriormente otros querellantes, familiares de bebés robados, ex presos y ex presas políticas, víctimas del trabajo esclavo,
descendientes de fusilados, de exiliados…
El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su sexto informe periódico sobre España (junio 2015) "…reitera su
recomendación en el sentido de que se
derogue la Ley de Amnistía o se la enmiende para hacerla plenamente compatible
con las disposiciones del Pacto. El Estado
parte debe impulsar activamente las investigaciones respecto de todas las violaciones a los derechos humanos del pasado. El
Estado parte debe velar porque en estas
investigaciones se identifiquen a los responsables, se los enjuicie y les impongan
las sanciones apropiadas, proporcionales a
la gravedad de los crímenes y se repare a
las víctimas…". En fin, la Dictadura franquista no es amnistiable pero… España ni
juzga ni deja juzgar.
Con el transcurso de tiempo la "querella
argentina" ha permitido visibilizar a las
víctimas, poner en evidencia al Estado español ante los organismos internacionales
de derechos humanos e incluir, parcialmente, en la agenda política, el asunto de la
impunidad heredada del franquismo. Sin
embargo, la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición siguen
siendo aspiraciones de resolución incierta.
En su actividad la CEAQUA se esforzó en
configurar un espacio social de solidaridad
con la "querella" además de estimular el
compromiso de numerosas instituciones
representativas (ayuntamientos, parlamentos autonómicos), todo ello bajo la fórmula
de "apoyo a la querella". Ahora, desde la
óptica de la CEAQUA, no se trata tanto de
apoyar la querella como de ser querellante.
Veamos.
a) Aunque sólo sea de forma parcial y desigual, la impunidad del franquismo ha
adquirido una dimensión, social y mediática, superior a lo previsible pero todavía
inferior a lo deseable. El Gobierno y la
Justicia española siguen ignorando y excluyendo de la agenda política el reconocimiento de las víctimas, sabedores de que se
mueven en un terreno árido y con un comprometido asunto que pone en evidencia la
propia naturaleza del régimen de la Transición.
b) Las movilizaciones sociales de los últimos años y las profundas demandas de
cambio político convierten la eliminación
de las pervivencias del franquismo en un
componente del mismo y deseado cambio.
Es el momento de que los nuevos y renovados ayuntamientos y parlamentos autonómicos se comprometan a fondo, con la
liquidación del déficit democrático que
padece la sociedad española. Recordemos,
pues, que una política democratizadora no
puede ignorar la asociación entre el cambio
y la memoria.
c) La impunidad es una construcción política deliberada y alimentada con una práctica cotidiana, de ideas, normas, representaciones, comportamientos que impregnan
diferentes esferas de la vida cultural, social
y política. Pero una "construcción política"
se desmonta con otra política, en este caso,
impulsada desde las instituciones democráticas y representativas.
d) Más allá del impacto y contribución de
la "querella argentina", es una evidencia
que el fin de la impunidad se tiene que producir en este país y no allende los mares. Es
la Justicia española, las instituciones españolas y la legislación española las que
deben modificarse y actuar en consecuencia. Es por ello que las querellas contra el
franquismo y sus pervivencias deben tomar
cuerpo en los Juzgados territoriales correspondientes de este país.
e) Las corporaciones municipales y asambleas autonómicas con el requerido celo
democrático, pueden erigirse en bastiones
democráticos que actúan –judicialmente62
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Trasversales 37 / febrero 2016
en representación de sus vecinos y vecinas
represaliados por el franquismo, sin olvidar
a los numerosos alcaldes, concejales y
empleados públicos, muchos de ellos y
ellas condenados y/o fusilados en función
de su cargo y compromiso.
f) Muchos pensamos que la impunidad del
franquismo constituye el elemento cohesionador del bloque social dominante. En torno a la misma, se generan complicidades,
se articulan intereses y se desarrollan prácticas de dominación sobre bienes y personas. Su hegemonía requiere de una cierta
aceptación social que sitúa en la esfera de
lo secundario o accesorio los efectos de dichas prácticas. Que no parezca que tienen
dueño y promotor, que se oculte que proceden de un cuerpo social minoritario y organizado. Es, a fin de cuentas, una forma de
conspiración contra la mayoría social, de la
misma forma que el olvido y la reconciliación no son instrumentos asépticos ni
mecanismos neutros. La supuesta equidistancia oficial entre víctimas y victimarios,
la preeminencia de las víctimas de ETA
sobre otra clase de víctimas y el cuento de
una transición regalada sin el protagonismo
de las clases subalternas y de una juventud
combativa, es el relato justificativo y legitimador de privilegios, ventajas sin cuento y
situaciones efectivamente monstruosas.
Desde la CEAQUA animamos a los Ayuntamientos y Parlamentos autonómicos a
construir otra realidad, a impulsar nuevos
compromisos con la verdad, la justicia y la
reparación. La elaboración de Planes o
Proyectos integrales, municipales o autonómicos de memoria democrática han de
ser celebrados, la apertura de Oficinas de
atención a las víctimas, la recuperación de
la tímida e insuficiente Ley 52/2007 de
Memoria Histórica, la decisión de erradicar
del patrimonio cultural y urbano la nomenclatura fascista/franquista será, igualmente,
bienvenida. En fin, pasar de apoyar a la
querella a ser querellante contra el franquismo (Pamplona, Zaragoza y RivasVaciamadrid ya lo han hecho). Pero ¡atención! Todo esto no se hará sin ruido mediá-
tico y, en consecuencia, sin conflicto social.
Para la caverna de este país es un asunto
innegociable, tabú. Sin duda les molesta y
les inquieta la remunicipalización de un
servicio público determinado, les dificulta
una oportunidad de negocio la recuperación pública de la limpieza municipal o la
recogida de residuos urbanos, les incomoda
la no privatización de aquello que tenían
previsto, convertirían en drama la derogación de la reforma laboral, dirían que la
negociación colectiva destruiría el empleo.
Pero sabrían llevarlo, formaría parte de las
pérdidas tolerables.
Pero lo que bajo ningún concepto podrán
aceptar es que la impunidad del franquismo
deje de impregnar y modelar al conjunto de
las relaciones sociales. La impunidad del
franquismo es tan estructural como la corrupción, es el ADN del régimen de la reforma. Sin aquellas castas parásitas educadas para gobernar y dirigir el país, depredadoras de lo público, que no saben vivir sin
las instituciones puestas a su servicio, sin
un aparato de estado autoritario, las ventajas que el franquismo les proporcionó
siguen siendo un todo. Para estos grupos,
cualquier ampliación de la democracia tendrá un carácter apocalíptico.
Los Ayuntamientos modificarán el nombre
de las calles, retirarán monumentos ignominiosos, cambiará, en definitiva, el decorado urbano y sin duda, lo celebraremos y
nos felicitaremos por ello. Pero no necesariamente implicará el fin de la impunidad.
Madrid, 5 de febrero de 2016.
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Trasversales 37 / febrero 2016
“Si quieres que
respetemos la ley,
haced leyes respetables”
frase de Maud Watts,
personaje de Suffragette,
interpretada por Carey Mulligan
en la película dirigida por Sarah Gavron
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Trasversales 37 / febrero 2016
Carmen Castro
http://singenerodedudas.com
Repensar la ciudad
desde la igualdad de género (I y II)
Tras la lectura de una entrevista a David Harvey (bit.ly/1CMz0Vy) he decidido reactivar
esta línea de análisis que tenía en stand by sobre la necesidad de repensar la ciudad desde
la igualdad de género y el reto que representa para el nuevo municipalismo emergente. Se
trata de tomar en consideración de qué manera la interrelación de los tiempos de vida, la
redistribución espacial y de recursos y la reorganización de los servicios que afectan a la
vida cotidiana en el proceso de humanización de las ciudades al que se refería Jane Jacobs
(bit.ly/1L6oTET), debería transformar, al mismo tiempo, el imaginario simbólico construido desde el sistema patriarcal.
El interés en hacer este abordaje nace de lo que motivó mi tesis doctoral, en su momento:
la potencialidad género-transformativa de las políticas públicas para avanzar hacia otro
modelo de sociedad.
I
Cuando se quiere poner la vida y las necesidades de las personas en el objeto de atención
de las políticas públicas, surge la necesidad de repensar lo que habitualmente se considera estándar y complejizar el análisis integrando la diversidad de realidades, condiciones y
posiciones sociales de mujeres y de hombres. En la práctica, esto conlleva a poner en cuestión el seguir utilizando la idea de un supuesto sujeto universal enmascarado en el masculino como globalizador de necesidades, expectativas y voluntades de los sujetos hombres y mujeres.
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Trasversales 37 / febrero 2016
El interés del análisis de las ciudades viene
del creciente proceso de urbanización y del
hecho de que en ellas confluyen diversos
fenómenos en un aspecto multinivel. Lo
global está presente e incide en aspectos
nacionales, de demarcación territorial y organización política, así como en aspectos
más localizados en el territorio (descentralización, violencia, tejido económico, etc.)
Hacer del derecho a la ciudad parte efectiva de los derechos humanos para todas las
personas requiere pensar el espacio urbano
desde las diferencias entre mujeres y hombres, tomando en consideración las interseccionalidades que pudieran concurrir, ya
sean clases socioeconómicas, orígen étnico, códigos culturales y/o religiosos y diversidades respecto a la autonomía personal de cada quien. La consideración de la
incidencia de las construcciones sociales,
asignadas tradicionalmente a mujeres y
hombres, en el análisis de la ciudad, se enmarca en la conceptualización de la ciudad
como nodo y pulsión de cruces de relaciones. En este marco cobra importancia la
observación de cómo se dan las interrelaciones de los hombres y de las mujeres con
las principales instituciones de la sociedad;
es decir, cómo inciden las relaciones de
género en la articulación de las instituciones, de los mercados, de la comunidad y de
las familias. Entendiendo ‘género’ como la
variable explicativa de la construcción cultural asentada en la diferenciación sexual
por la que se atribuyen diferentes expectativas sociales, atributos, funciones y comportamientos a las mujeres y a los hombres,
en base al condicionante biológico, estructurando un sistema de ordenación socioeconómica basado en la preeminencia masculina. Para mayor detalle explicativo sobre teoría de género, leer a Gayle Rubin
bit.ly/1QxxjYr, Joan Scott bit.ly/1Uispy3 o
Marcela Lagarde bit.ly/1XIANqq.
En una primera aproximación, la integración de la perspectiva de género en la reflexión, análisis e intervención política sobre
la ciudad permite hacer emerger evidencias
de que el espacio y la distribución territo-
rial espacial y física no es neutra, y que los
roles y actividades que desempeñan hombres y mujeres condicionan las expectativas respecto al acceso y uso de los espacios
en la vida cotidiana. Este tipo de análisis da
lugar a poder conocer y valorar en qué medida se vinculan las relaciones de género
socialmente construidas y el espacio urbano socialmente producido.
La división sexual del trabajo atraviesa
también la división de las actividades en las
ciudades; por una parte se diferencian los
espacios de producción-trabajo de los espacios de habitación-reproducción y se les
asignan roles específicos de género. Las
mujeres se relacionan en mayor medida
con el ámbito del hogar y los espacios de la
reproducción, mientras se establece la percepción de que la calle y los lugares destinados a la producción se construyen -implícitamente- desde la preeminencia masculina. Esta segmentación no obedece a ningún
criterio funcional, sino más bien a un refuerzo de la división genérica de la sociedad y a la traslación de la lógica binaria
patriarcal producción/ reproducción, público/privado y masculino/femenino.
Hacer emerger la importancia del trabajo
reproductivo y no remunerado que realizan
mayoritariamente las mujeres es un proceso clave para entender el funcionamiento
de la vida urbana, tomando consciencia de
que ante la hipotética situación de que las
mujeres dejaran de responsabilizarse de
dicho trabajo reproductivo, sería evidente
que la estructura urbana, social y económica, tal y como la conocemos, dejaría de
funcionar. Pues bien, de esta línea argumentativa se atisba ya una primera aproximación a la visión de género de la ciudad,
por la que emerge el trabajo invisible y los
desplazamientos de trabajo que representa
el circuito de los servicios de atención a la
vida cotidiana; algo que no siempre se contempla en la política urbana como, por
ejemplo, en el diseño del sistema de transporte público, que sigue atendiendo preferentemente a las necesidades de desplazamiento vivienda-empleo, más próximo a
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Trasversales 37 / febrero 2016
la lógica del trabajo productivo (preeminencia masculina).
Y es que, a pesar de que mujeres y hombres
vamos accediendo a diferentes ámbitos y
sectores de actividad, los criterios de distribución y participación aún evidencian que
habitamos la ciudad de manera diferenciada; es preciso relacionarlo con el hecho de
desempeñar distintos roles, responsabilidades y sobre todo porque las experiencias
cotidianas en cuanto a cómo enfrentamos
las necesidades de trabajo, vivienda y servicios son cualitativamente diferentes. Lo
anterior es algo recurrente en los estudios
de género respecto a los ‘espacios de sociabilidad’ como muestran, por ejemplo, los
trabajos de Inés Sánchez de Madariaga, los
de Alejandra Massolo, los de Jo Beall y Caren Levy, así como la Carta Europea de las
Mujeres en la Ciudad, de 1994 (European
Charter for Women in the City: Moving
towards a Gender-Conscious City,
bit.ly/1QclXH3).
Es importante insistir en que no existe la
neutralidad desde el punto de vista del género, tampoco en lo que se refiere a las
políticas de urbanismo, vivienda y regeneración territorial; en esto precisamente inciden las investigaciones y aportaciones feministas, al poner el foco de atención en
hacer emerger el análisis acerca de los usos
y las experiencias vividas en el territorio,
así como las relaciones de poder patriarcales que sostiene o deconstruye.
“Debemos admitir el factor género en la
ciudad como la fuente de una nueva cultura compartida, y debemos participar en la
definición de una nueva filosofía del ordenamiento territorial” (Carta Europea de la
Mujer en la Ciudad, 1995). Durante los 90,
los movimientos sociales se nutrieron de
aportaciones feministas que promovieron
la elaboración de Cartas de Derechos de las
mujeres a la ciudad, como mecanismo a
través del que focalizar los aspectos que
perpetúan las desigualdades.
“Las mujeres están en desventaja en comparación con los hombres en las ciudades
en términos de igualdad de acceso al empleo y la vivienda, la salud y la educación,
el transporte, la propiedad de los activos,
las experiencias de la violencia urbana, y
la capacidad de ejercer sus derechos”
(UN-Habitat, 2013).
Todas estas dificultades se acrecientan en
los procesos de guetización o marginalidad
a los que deriva la pobreza económica y
monetaria en muchas ciudades, acrecentada en estos últimos años por las políticas
neoliberales, y que afecta de manera diferenciada a las mujeres.
Cada vez son más voces las que alertan
sobre la ceguera de género de la que adolecen las políticas públicas de servicios y planificación urbanística; sin embargo, sería
posible integrar en su análisis el enfoque de
igualdad a través de tres dimensiones claves de las transformaciones que concurren
en las ciudades:
- La político-institucional: la igualdad de
género, como principio ético-político basado en la equivalencia humana, forma parte
II
Continuando con la reflexión previa sobre
cómo repensar la ciudad desde la igualdad
de género (bit.ly/1OQ5nZs), abordo algunas ideas para seguir avanzando en el tema.
En esta ocasión, es la construcción del ‘derecho a la ciudad’ y de la consideración del
hilo de argumentación de Dolores Hayden
en What would a Non-Sexist city be like?
(bit.ly/1TvDECG) sobre cómo el diseño de
la ciudad tiene consecuencias diferenciadas
en la vida cotidiana de las mujeres. Y es
que, si bien el derecho a la ciudad se nutre
de otros derechos que se desarrollan en el
propio espacio urbano (derecho de asociación, de manifestación, de participación, de
vivienda, acceso a la educación, de acceso
a la sanidad, a la libre información, a la
accesibilidad, al libre movimiento y al respeto e inclusión de los colectivos minorizados), cada vez son más las voces (profesionales, activistas, feministas e instituciones)
que insisten en la necesidad de reformular
el ‘derecho a la ciudad’ desde una perspectiva feminista (bit.ly/1WE9c8N).
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Trasversales 37 / febrero 2016
de los nuevos marcos de consenso institucional y de legitimidad democrática, desde
lo global a lo local. Esto tiene implicaciones tanto en los discursos políticos como en
instrumentación de los mismos a través de
planificación, la prestación de servicios y
la ampliación de actores sociales y entidades llamadas a participar en la construcción
de una nueva gobernabilidad urbana.
- La social y económica: el reto de la justicia social, que dicen asumir los gobiernos
locales debería integrar la justicia de género entre los criterios de resultados redistributivos conseguidos a través de las políticas municipales; esta premisa aporta la mayor coherencia al nuevo rol de impulsor
del desarrollo económico local y de eficiencia en la inversión de los recursos
públicos.
- La territorial y espacial: el proceso de
suburbanización está trasladando a sectores
poblacionales de mayor poder adquisitivo a
fuera del territorio urbano, los que provoca
una reordenación de prioridades en la planificación de obras públicas y en la extensión de infraestructuras y servicios. Este
proceso corre paralelo al de la guetización
de los sectores más empobrecidos y de
mayor vulnerabilidad económica.
En los últimos años, gran parte de los ajustes estructurales alentados por las políticas
neoliberales han ido dando entrada a un
proceso de privatización de los servicios,
anteriormente públicos, modificando los
criterios de acceso a los mismos. Los efectos de dichas políticas de ajuste han sido
particularmente graves sobre los sectores
de la población más empobrecidos, lo que
tiene un importante componente de género
y se traduce, en la práctica, en una derivación de la responsabilidad de la supervivencia y cuidados a los entornos familiares
a las mujeres, dado el peso que todavía
tiene la socialización de género.
Como efecto de lo anterior, la reactivación
de los mecanismos de desequilibrios estructurales y muy especialmente la desigualdad de género se ha puesto en marcha.
En este contexto adquiere especial relevan-
cia la articulación feminista de procesos y
estrategias abordadas por las mujeres para
resistir (re)apropiándose de los espacios y a
través de ellos subvertir el orden simbólico
masculino; un hilo del que seguiré tirando
en la siguiente parte de esta reflexión.
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Trasversales 37 / febrero 2016
Rolando Astarita
rolandoastarita.wordpress.com
Petróleo,
caída de las bolsas
y economía global
Los mercados bursátiles del mundo volvieron a caer fuerte ayer, jueves 11 de febrero. El
Dow Jones bajó 1,6%; el Stoxx Europe 600 Index (un índice compuesto que representa
600 empresas de capitalización grande, mediana y pequeña de 18 países europeos) perdió
el 3,4%; en Hong Kong la caída fue del 3,85% y en Tokio del 2,3%. Los más golpeados
fueron los bancos. Las acciones del banco griego Ergasias y el italiano Unione di Banche
Italiani cayeron 13%; Societé Generale cayó 12% luego de informar ganancias menores a
las esperadas y que hacía aprovisionamiento por potenciales costos legales; Deutsche
Bank, Credit Suisse Group y Standard Chartered tuvieron pérdidas del 5%. El West Texas
Intermediate cayó 4,9% para terminar en 26,24 dólares, el mínimo valor en 13 años. Como
contrapartida, subieron los bonos públicos, y el precio del oro aumentó 4,6%; un signo de
que se busca refugio en liquidez o valores seguros. “Los mercados temen un riesgo sistémico inminente como el provocado por la quiebra de Lehman Brothers” dice Sylvain
Loganadin, analista de FXCM, una compañía dedicada a la comercialización de divisas
(La Nación, 12/02/15).
Si bien hoy viernes las bolsas y el petróleo rebotaban, las pérdidas en lo que va del año son
significativas. Con los cierres de ayer, Wall Street llevaba perdido un 10% desde principio
de año; Londres el 11,3%; el Stoxx Europe 600 el 17%, Tokio 17,4%, Hong Kong 15,4%
Brasil 9,3%. A pesar de que hoy viernes las bolsas rebotaron, la situación sigue siendo muy
difícil. Dado que en otras notas me he referido a la debilidad de la economía a nivel global, en esta entrada sólo actualizo algunas cuestiones.
La caída del petróleo
El petróleo está cayendo desde julio de 2014, cuando cotizaba arriba de los 90 dólares el
barril. Estamos ante una guerra de precios, que sigue desarrollándose a nivel global. Como
se ha dicho repetidas veces, la demanda se ha enlentecido, principalmente por la desaceleración de la economía china. Pero también cuenta la debilidad de Europa y Japón, y la
fuerte caída de las economías de Brasil y Rusia. A su vez, la oferta se incrementó. EEUU
pasó de producir 5,5 millones de barriles diarios en 2005 a 8,7 millones en 2014 y 9,7
millones en 2015. Por otra parte Arabia Saudita, que durante mucho tiempo actuó como
regulador en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha aumentado
su producción para ganar mercado. El presupuesto saudí depende crucialmente del petróleo. Rusia también elevó su producción en 2015, ayudada por la depreciación del rublo.
En los próximos meses se espera, además, que, levantadas las sanciones, la producción de
Irán se haga sentir a pleno en el mercado. El resultado ha sido la acumulación de inventa69
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Trasversales 37 / febrero 2016
rios; por fuera de EEUU la capacidad de
almacenamiento en tanques está prácticamente agotada, y en EEUU está cerca de
alcanzar el límite (WSJ, 11/02/16).
No es de extrañar que China haya estado
sufriendo fuertes salidas de capital. Desde
la devaluación de agosto de 2015 el Banco
de China ha liquidado más de 400.000 millones de dólares de sus reservas para sostener la moneda. Aunque la situación cambiaria está bajo control por ahora, debido al
superávit en cuenta corriente de 350.000
millones de dólares (y sus reservas suman
3,2 billones), la salida de capitales es una
expresión de las debilidades de fondo.
Una economía mundial débil y vacilante
El trasfondo de la caída del petróleo es una
economía mundial débil y vacilante. En
2015 la zona euro creció sólo 1,5%; Japón
0,6%; Rusia decreció 3,7% y Brasil 3,8%.
La economía de EEUU, la más importante,
creció en 2015 el 2,5%; pero en el cuarto
trimestre lo hizo sólo el 0,7% (tasa anualizada). Los factores que contribuyeron positivamente al crecimiento en el último trimestre de 2015 fueron el consumo personal, la inversión en construcción residencial y gasto público; los negativos fueron la
inversión privada en inventarios, inversión
fija no residencial y exportaciones. La producción industrial se mantiene débil; recién
en mayo de 2014 alcanzó el pico previo a la
recesión. La utilización de capacidad instalada en el segundo trimestre de 2015 se
mantenía en 77,8%, 2 puntos porcentuales
por debajo del promedio 1972-2014 (Reserva Federal, 1.usa.gov/1KHc83C).
La segunda economía en importancia,
China, se ha venido desacelerando en los
últimos años desde las tasas de crecimiento
de 10% o superiores. En 2015 creció un
estimado del 6,9% y en 2016 crecería 6,3%
(FMI). Pero muchos piensan que esas
cifras están infladas. Sobre China pende
una bomba de tiempo financiera (véase las
notas referenciadas al final). Según fuentes
privadas, el sistema bancario habría multiplicado sus activos por 10 en la última
década, para alcanzar los 34,5 billones de
dólares. El sistema bancario en las sombras
(instrumentos que se emiten fuera de balance y prometen altos rendimientos) creció
600% en los tres últimos años, de acuerdo
a datos del grupo UBS. Todo este sistema
está al borde de la quiebra. En un contexto
de sobreinversión y sobreacumulación en
muchas ramas, y construcción residencial
empujada por el crédito especulativo, cada
vez es más difícil cumplir con las deudas.
La inversión global no se ha recuperado
Marx sostenía que la clave de la solidez de
una economía es la acumulación del capital, esto es, la reproducción ampliada del
capital; o lo que en la economía convencional se conoce como inversión (aunque no
es idéntica a la acumulación tal como la
entiende Marx). En cualquier caso, la
inversión es el talón de Aquiles de la economía global. En este sentido, en un trabajo publicado en marzo de 2015, R. Banerjee, J. Kearns y M. Lombardi, del BIS,
plantean con razón que “a pesar de las muy
fáciles condiciones de financiación globales, la inversión se ha mantenido baja después de la Gran Recesión” Afirman también que históricamente la incertidumbre
acerca del estado futuro de la economía y
los beneficios esperados juegan un rol
clave en la inversión, y que las condiciones
financieras tienen un papel menos destacado. Y lo que ha sucedido después de la
Gran Recesión “parece estar en línea con lo
que se podría haber esperado basado en las
relaciones del pasado. Una recuperación
más fuerte de la inversión parecería depender de la reducción de la incertidumbre
económica y de expectativas de un crecimiento futuro más fuerte”(Why is investment weak?, bit.ly/20SXRTw).
Plantean luego que la inversión es el componente principal que explica las fluctuaciones cíclicas; la caída de 2008 se debió
en gran medida al colapso de la inversión,
que contrajo la demanda agregada; lo que
llevó a la peor recesión en los países adelantados en décadas. Después de la rece70
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Trasversales 37 / febrero 2016
Caída del petróleo
y su efecto en la demanda
En algunos escritos se ha sostenido que la
caída de los precios del petróleo obedece a
una decisión de EEUU, que tendría el objetivo de mejorar su economía y la de sus
aliados, en perjuicio de los países atrasados
exportadores del crudo. Es una explicación
que además de subjetivista (la he criticado
en bit.ly/1QgcUVL), impide entender la
dinámica real de las crisis. En primer lugar,
aclaremos que ni siquiera es verdad que los
países adelantados importan más petróleo
que los atrasados, o en desarrollo. “Los
mercados emergentes han representado la
mayor parte del consumo mundial de petróleo desde 2014, según la Agencia Internacional de Energía, AIE. En el cuarto trimestre de 2015, la demanda de los países en
desarrollo ascendió a poco más de la mitad
de los 95 millones de barriles consumidos
por día en el mundo” (WSJ, 10/02/16). De
manera que la relación es más compleja
que lo que pretende el esquema.
Pero la cuestión tiene más aristas. Es que
muchas veces se ha considerado el precio
del petróleo como una variable independiente que decide, en última instancia, la
marcha de la economía. En este respecto, el
tópico ha sido la explicación de la crisis en
los países adelantados de 1974-1975 por la
suba previa de los precios del petróleo. José
Tapia, en el trabajo citado, escribe:
“Para algunos economistas como James
Hamilton y Ben Bernanke una variable macroeconómica importante es el precio del
crudo; la idea es que los altos precios del
petróleo estrangulan fuertemente la actividad económica, llevando a la recesión. Dado que los precios del petróleo han de hecho aumentado antes de cada recesión de la
economía mundial en décadas recientes,
los datos parecen dar alguna credibilidad a
este enfoque. De todas maneras, un examen
más a fondo de los números, como lo hicieron Lutz Kilian y Martin Stuermer, reduce
mucho la credibilidad de esa interpretación. Sucede que los precios del petróleo
suben cuando la economía global se expan-
sión, la inversión se recuperó en algunos
países, pero en otros, entre ellos, Italia,
Francia, Alemania y Japón, no ha vuelto a
su nivel anterior a la recesión. Esto a pesar
de las inyecciones monetarias, las bajas
tasas de interés y la suba de los mercados
bursátiles. Los autores señalan que las ganancias con respecto al stock de capital de
las empresas no financieras se han mantenido relativamente altas en EEUU, Canadá
y Gran Bretaña (10%), Alemania (7,5%) y
Japón (5,5%) durante el período 20092014, pero la inversión no mejoró. La
explicación más probable de este hecho,
según estos investigadores, es que las empresas tienen incertidumbre acerca de la
evolución de la demanda futura y por lo
tanto acerca de los posibles beneficios. En
otras notas he planteado que la excesiva
capacidad (resultado de la sobreacumulación) y la fragilidad financiera pueden estar
en la base de esta debilidad de la inversión;
debilidad que se mantiene incluso cuando
la tasa de ganancia es relativamente elevada. A su vez, la demanda débil incide negativamente en las ganancias actuales, afectando con ello las expectativas de ganancias futuras y las inversiones. En este sentido, una desaceleración brusca de las ganancias puede ser disparadora de la recesión.
José Tapia, en un trabajo reciente, y refiriéndose a EEUU, anota que las ganancias
de las corporaciones estadounidenses han
caído en 2014, y que la caída de las ganancias ha antecedido las recesiones en las
últimas décadas. “Cada crisis [desde 1981]
es precedida por una caída en el retorno
sobre el capital, lo que aparece como un
crecimiento negativo de los beneficios”(“Toward a New Global Recession?
Economic Perspectives for 2016 and
Beyond”, The Brooklyn Rail, 3/02/16). Esta relación entre tasas de ganancia, ganancias e inversión está en el centro de las
explicaciones sobre las crisis, y deberá ser
motivo de más investigación. Lo importante ahora es subrayar la debilidad de la
inversión como fundamento último de la
debilidad de la economía mundial.
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Trasversales 37 / febrero 2016
de y aumenta la demanda de energía. De
manera que es la expansión global la que
aumenta los precios del petróleo. Esto a su
vez podría contribuir a disparar la crisis,
pero, primero, la evidencia de que altos
precios del petróleo tienen un efecto directo en reducir la actividad económica es más
bien débil; en segundo lugar, las subas de
los precios del petróleo tienen su causa en
la expansión previa. Los precios del petróleo han estado a niveles muy bajos en meses recientes y el acuerdo general es que
esto se debe al bajo nivel de actividad económica en la mayor parte de la economía
mundial”.
Sin embargo, algunos economistas piensan
que si baja el precio del petróleo debería
haber un efecto estimulante sobre la demanda en EEUU u otros países importadores. La caída del petróleo equivaldría a un
recorte de los impuestos; de manera que se
perjudicarían las compañías petroleras, pero aumentaría la demanda de otros bienes.
Dado que mucho del petróleo es importado, habría una ganancia neta para la economía estadounidense. En base a este esquema, economistas del JP Morgan predijeron,
en enero de 2015, que los menores precios
agregarían un 0,7% de crecimiento al PBI
de EEUU; ahora dicen que la baja de los
precios pueden haber recortado el crecimiento un 0,3%, y que en 2016 apenas
sumaría un 0,1%. Los analistas de Goldman Sachs directamente dicen que no
habrá ningún efecto positivo. En cualquier
caso, parece evidente que la caída del petróleo (también de los minerales y productos agrícolas) no ha dado los beneficios
usualmente esperados.
anual por debajo del 5% entre 1985 y 2005,
al 10% en 2012-2013, para volver a bajar
ahora al 5% (cálculos del Deutsche Bank).
La disminución de la inversión y la producción se traduce en despidos y menos demanda. Algo similar ocurre con la minería.
En segundo lugar, la caída de la demanda
de los países atrasados o en desarrollo, se
traduce en caída de exportaciones desde los
países adelantados. Pero, en tercer lugar, y
más importante, si las perspectivas globales de la economía son inciertas, el aumento de poder de compra no se traduce necesariamente en su ejercicio efectivo, o sea,
en gasto en consumo o inversión (es el
ABC de la crítica a la ley de Say). Más
todavía, la baja del precio del petróleo, en
el marco de la debilidad de la demanda,
genera fuertes presiones deflacionarias. Y
la deflación afecta negativamente a la demanda. En la medida en que los precios
bajan, es redituable mantenerse líquido.
Máxime si hay fuerte incertidumbre (véase
Keynes Teoría General, capítulo 19). Por
eso la actual corrida hacia los bonos del
Tesoro y el oro.
Pues bien, en la zona del euro la tasa anual
promedio de suba de precios (incluye energía y comida) entre 2000 y 2006 rondaba el
2%. Pero durante la recesión, en julio de
2009, llegó a ser negativa 0,6%. Con la
recuperación posterior, alcanzó el 3% en
noviembre de 2011, para bajar luego de
forma sostenida. En diciembre de 2015 fue
0,2%. Es una situación cercana a la deflación. Esto a pesar de que la tasa de interés
de referencia del Banco Central Europeo es
0,05%, y la tasa que paga por depósitos de
los bancos es negativa. Además, el BCE
inyecta mensualmente 60.000 millones de
euros mediante la compra de activos. En
Japón hay una situación similar: la tasa
anualizada de inflación en diciembre fue
también del 0,2%. Para contrarrestar las
presiones deflacionarias el Banco de Japón
acaba de establecer la tasa de referencia en
terreno negativo, -0,1%. Pero la demanda
no repunta. Y en EEUU la tasa anual de
inflación de diciembre fue de 0,7%. La
¿Qué sucede?
Una primera cuestión a anotar es que la
caída de los precios del petróleo está afectando de manera muy fuerte las inversiones
energéticas (también de las mineras y de
los negocios vinculados al agro). La extracción del crudo con el método fracking hizo
que la participación de la industria en la
inversión total subiera de un promedio
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Trasversales 37 / febrero 2016
Reserva Federal aumentó la tasa de interés
de referencia al 0,5% en diciembre, en una
movida destinada a comenzar paulatinamente una suba. Pero ahora estaría reconsiderando el asunto, y en enero dejó la tasa
sin variaciones. En definitiva entonces, en
el marco de las tendencias deflacionarias y
desconfianza en la economía, no hay razón
para esperar que la caída del precio del
petróleo sea compensada automáticamente
por un aumento equivalente del gasto.
petróleo y de energía representa hoy el
15% tanto del total de la deuda calificada
como grado de inversión, como del total de
alto rendimiento. Una gran parte de esa
deuda ha sido emitida por empresas estatales de países atrasados o en desarrollo, como Rusia, Brasil y China. Las petroleras
estadounidenses también se endeudaron
fuertemente. Su deuda representa el 40%
del total de préstamos sindicados y bonos
de deuda. Muchas lo hicieron para financiar las inversiones; los gastos anuales de
capital de las empresas de petróleo y gas se
duplicaron entre 2000 y 2013, llegando ese
último año a 900.000 millones de dólares.
Pero la caída de los precios del petróleo,
que sostiene el valor de los activos que respalda las deudas de las empresas, reduce la
rentabilidad, aumenta el riesgo de default y
genera más costos financieros. Por eso los
rendimientos de los bonos han estado
aumentando; los autores anotan una suba
de casi 500 puntos básicos entre junio de
2014 y febrero de 2015. Pero desde entonces la situación ha empeorado. Los bonos
de muchas empresas vinculadas al petróleo
se han derrumbado; lo mismo sucede con
los seguros contra default, los CDS. Fondos mutuos vinculados al petróleo también
han sufrido pérdidas. Además, la caída del
precio del petróleo aumenta los riesgos de
falta de liquidez. Las empresas muy endeudadas van a reducir fuertemente sus gastos,
vendiendo instalaciones y despidiendo gente. En cuanto a la producción, intentarán
sostener los niveles de output, o incluso
aumentarlos para hacer frente a las deudas.
Notemos que esta constricción es importante en las crisis, como apuntó en su momento Marx: cuando hay que saldar deudas, se vende a cualquier precio; lo que
profundiza las caídas. Y aumentan las quiebras: “S&P dice [diciembre 2015] que el
número de defaults de corporaciones globales ha superado los 100 en 2015, el doble
que el año pasado y la cifra más alta desde
2009, y más de la tercera parte ocurrió en el
sector de la energía”(bit.ly/1RkF68E).
Como no podía ser de otra manera, muchos
Repercusiones en el sistema financiero
La caída de los precios de los commodities
(materias primas), y del petróleo en primer
lugar, afectó también al sistema financiero.
Contra lo que piensan los defensores de la
tesis de la “primacía de las finanzas en el
mundo contemporáneo”, lo financiero depende necesariamente de la generación y
realización del valor y la plusvalía. Si esto
no sucede, los prestamistas e intermediarios financieros estarán en problemas. Y el
crédito es tanto una palanca de la acumulación, como también es un factor que impulsa la sobreproducción y la especulación, y
con ello contribuye a generar las condiciones de las crisis.
El hecho es que las inversiones en nuevas
explotaciones mineras y petroleras fueron
financiadas, en los últimos años, por accionistas, bancos y diversos inversores. Según
D. Domanski, J. Kearns, M. Lombardi y H.
Song Shin, economistas del BIS, la deuda
total del sector del petróleo y gas, a
comienzos de 2015, era de aproximadamente 2,5 billones de dólares, dos veces y
media más elevada que a fines de 2006
(“Oil and debt”, bit.ly/1XOPzvN). A partir
de 2008, las compañías petroleras se endeudaron tanto con los bancos como en el
mercado de bonos. Los bonos emitidos pasaron de 455.000 millones de dólares en
2006 a 1,4 billones en 2014; un crecimiento del 15% anual. Los créditos sindicados
(organizados por bancos) crecieron de
600.000 millones a 1,6 billones de dólares
en el mismo período; un aumento anual del
13%. La deuda emitida por las empresas de
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bancos están sintiendo el pinchazo. No es
una situación de la gravedad que revistió la
crisis de las hipotecas, pero de todas maneras es preocupante. En enero el Bank of
America informó que en el cuarto trimestre
de 2015 había aumentado las provisiones
por pérdidas en créditos en 260.000 millones de dólares; la mayor parte de las mismas vinculadas a la energía. Según el informe, 8.300 millones de dólares estaban
colocados en actividades de exploración y
producción de “alto riesgo” sobre un total
de 21.000 millones de exposición en el sector (nyti.ms/1UbrTzw).
Paralelamente Citigroup, Wells Fargo y JP
Morgan informaron que cuestiones vinculadas al petróleo pesaron en sus ganancias
trimestrales. Wells dijo que 17.000 millones de dólares estaban colocados en compañías de energía que no tenían grado de
inversión. Citigroup comunicó que 32% de
sus préstamos en energía fueron también a
empresas por debajo del grado de inversión. BOK Financial, que incluye bancos
de Oklahoma y Texas provisionó 22.500
millones de dólares por posibles pérdidas
(ídem).
Esta situación, aunque todavía no está afectando seriamente la reserva de capital de
los bancos, incide en las ganancias y el problema puede agravarse en un futuro más o
menos cercano. Es que cuando los precios
eran altos, muchas empresas tomaron protección para resguardarse de caídas. En
consecuencia, algunas compañías todavía
están recibiendo 80 dólares por barril (para
pérdida de los especuladores en los mercados swap que tomaron el lado alcista). Sin
embargo, por estas semanas esas protecciones estarán expirando y las carteras crediticias de los bancos lo van a sentir. La caída
de las acciones de los bancos se relaciona
lógicamente con esta situación. Es posible
también que las condiciones de crédito se
endurezcan para las otras ramas de la economía.
Un párrafo aparte merecen los llamados
bonos basura (junk bonds), a los que ya
hicimos mención. Se trata de bonos de alto
rendimiento, esto es, que financian inversiones arriesgadas. La deuda en bonos basura en energía, en EEUU, alcanzó los
210.000 millones de dólares. Es aproximadamente el 16% del total del mercado de
bonos basura, de 1,3 billones de dólares.
Cuando los precios del petróleo eran altos,
el asunto se presentaba como un gran negocio. Cuando bajan, habrá inevitablemente
grandes pérdidas.
Los bancos europeos también tienen problemas, tanto por la debilidad general de la
economía, como por las inversiones en energía. Según un estudio de la firma Jefferies, apostaron en exceso al petróleo y
gas; la suma rondaría los 100.000 millones
de euros. El más complicado es el Deutsche
Bank, que informó pérdidas en 2015 por
6800 millones de euros. La acción del
banco se ha desplomado en lo que va del
año un 40%, y hay temor de que no pueda
cumplir con el pago de la deuda convertible
en acciones que emitió en 2014 por 4300
millones de euros. El Deutsche también
está muy comprometido por acusaciones de
haber manipulado la tasa de interés interbancaria. HSBC, por su parte, está en un
proceso de reestructuración y anunció el
despido de miles de trabajadores. Los bancos italianos también están en problemas:
en noviembre de 2015 los créditos en mora
alcanzaban los 201.000 millones de euros.
La acción de Unicredit se hundió un 45%
desde el inicio del año; y de conjunto, los
títulos de los bancos europeos cayeron en
promedio el 25%. Los CDS (credit default
swaps, seguros contra quiebra) de los grandes bancos europeos se han duplicado. Un
crack financiero es una posibilidad en el
horizonte, e impactaría de lleno en la economía global.
En conclusión, nada autoriza a sostener que
la caída de los precios del petróleo pueda
ser la base de una recuperación de la economía mundial. Es cierto que no se puede
decir que estamos en una recesión, ya que
el producto mundial creció 3,1% en 2015, y
crecería 3,4% en 2016, según proyección
del FMI, pero la economía sigue débil, y se
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la crisis. Preveía que en 2015 el desempleo
mundial aumentara en 3 millones, y en 8
millones en los siguientes cuatro años. 61
millones de seres humanos han perdido su
trabajo desde el estallido de la crisis. Los
jóvenes son los más afectados: 74 millones
de personas entre 15 y 24 años buscaban
trabajo en 2014. La situación del empleo
estaba empeorando en América Latina y el
Caribe, Rusia, China y algunos países árabes. Se espera asimismo que el empleo vulnerable se mantenga constante, alrededor
del 45% del empleo total en los próximos
años. El número de trabajadores con empleo vulnerable en 2014 era de 1440 millones de personas (22 millones más que en
2012). Es la consecuencia más directa y
palpable del semi-estancamiento en que
está sumergida la economía mundial desde
hace años.
acumulan las tensiones y problemas. Incluso el pronóstico del FMI está afectado
por la creencia en que la caída de los precios del petróleo automáticamente elevará
el gasto, en especial en la zona del euro.
Hemos argumentado por qué esto no es
necesariamente así; y no lo está siendo,
hasta el momento. Además, la fragilidad
del sistema financiero es importante y es
expresión de las dificultades crecientes en
una economía global en la cual la inversión
sigue débil. La situación del sistema financiero en China es particularmente explosiva. Por eso no puede descartarse que se
desate una nueva y profunda recesión mundial.
Todo apunta a que, en el mejor de los casos,
continuará el bajo crecimiento. Lo cual
impactará en la vida de cientos de millones
de personas. Según la OIT, en 2014 había
en el mundo más de 201 millones de desempleados, 31 millones más que antes de
* El autor ha tratado estos temas en varios artículos anteriores, entre ellos:
rolandoastarita.wordpress.com/2014/07/16/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-1
rolandoastarita.wordpress.com/2014/07/24/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-2
rolandoastarita.wordpress.com/2014/08/01/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-3
rolandoastarita.wordpress.com/2014/08/07/economia-mundial-semi-estancamiento-de-largo-plazo-4
rolandoastarita.wordpress.com/2015/09/02/economia-mundial-se-profundizan-los-problemas
rolandoastarita.wordpress.com/2015/07/09/la-caida-de-la-bolsa-de-valores-en-china
rolandoastarita.wordpress.com/2015/09/02/grafico-caida-de-rentabilidad-en-china
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Trasversales 37 / febrero 2016
El PKK debe salir de la lista
de organizaciones terroristas de la UE
Más de 100 parlamentarios llaman a los Estados miembros a la acción
La perspectiva de lograr una solución pacífica y democrática a la
cuestión kurda en Turquía está bajo grave amenaza. La violencia
está en aumento y plantea serios riesgos para la estabilidad de
Turquía, así como para el Medio Oriente. En Turquía estamos cada
vez más ante un brote de violencia que empuja hacia atrás la idea de
un proceso de paz y debilita la lucha contra el ISIS.
La Unión Europea representada por el Alto Representante de la
Política Exterior y la Seguridad Común, pero también el Consejo
Europeo, la ONU y Estados Unidos ya han llamado a Turquía para
que abra a un proceso de paz. En este contexto, es un hecho que la
prohibición del PKK está obstaculizando el establecimiento de la
paz, el diálogo y las negociaciones. La proscripción del PKK también facilita las violaciones de los derechos humanos, permite la restricción de la libertad de pensamiento y la libertad de prensa.
Los kurdos son una parte importante de las luchas políticas en el
Medio Oriente como lo demuestra la resistencia Kobanê y una solución pacífica al problema kurdo en Turquía no es posible sin las
negociaciones con el PKK, que subrayamos, ya que el ex primer
ministro y actual Presidente Erdogan ya había aceptado. Similar a la
situación en Irlanda del norte se alcanzará una solución pacífica con
la participación de todas las partes interesadas.
Nosotros, los parlamentarios abajo firmantes, llamamos al Consejo
de la Unión Europea a revisar la lista y eliminar al PKK de la lista
de organizaciones terroristas proscritas.
Ver lista de firmantes en:
* rojavaazadimadrid.wordpress.com/2016/02/18/el-pkk-debe-salirde-a-lista-de-organizaciones-terroristas-de-la-ue
* bit.ly/1QvVXCp (enlace abreviado al mismo sitio)
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Trasversales 37 / febrero 2016
Teresa Mollá Castells
teresamolla.wordpress.com
Ofensiva patriarcal
Esta semana hemos tenido que asistir a una serie de espectáculos que llegan a avergonzar
a cualquiera que tenga dignidad. Y que conste que no hablo sólo de los desencadenados
por la corrupción política y económica.
Me refiero a la vergüenza que sentí cuando vi a Rita Maestre declarar ante el juez. La sensación de pérdida de libertades que me invadió fue atroz.
Que la derechona política y mediática más rancia se está cebando en las personas que están
intentando cambiar las instituciones por dentro, no es ninguna novedad. Lo llevan haciendo desde el primer día que perdieron ayuntamientos como Madrid, Valencia, Barcelona u
otros. Buscan la paja en el ojo ajeno para esconder sus propias vergüenzas.
Pero es muy curioso en cómo se ceban con las mujeres que están en esos equipos de
gobierno. Con Manuela Carmena la ofensiva no ha cejado desde el primer día, igual que
a Ada Colau, y, como en Valencia quien gobierna es un Joan Ribó, las críticas, aunque persistentes, son menos feroces. Pero a las tres Magas del invierno recibidas por Joan Ribó
las pusieron del color del perejil precisamente por ser mujeres valientes de izquierdas y
que se atrevieron a encarnar valores democráticos como lo son la Libertad, la Fraternidad
y la Igualdad.
Cuando las mujeres actuamos e intentamos apropiarnos de nuestros cuerpos la maquinaria
patriarcal al completo se pone en marcha. Y por supuesto los de faldas largas y negras a la
cabeza de todo lo que signifique el control de los cuerpos femeninos. Ni una palabra les
he escuchado decir sobre la corrupción propia y extraña. Ni una sola condena ante el expolio de millones y millones de euros de las arcas públicas. Ni una sola palabra de retirar la
comunión por ejemplo a gente corrupta e incluso encarcelada. O de excomulgar a los asesinos de mujeres. O a los violadores. O a los pederastas. Nada. Silencio total en estos
casos. Claro, se trata de hombres y el pacto entre ellos funciona. Pero cuando de mujeres
se trata saltan de golpe todos ellos para que la maquinaria opresora contra nosotras se
ponga en marcha de inmediato utilizando, insisto, todos los resortes a su alcance.
Que las religiones son extremadamente patriarcales e incluso misóginas es algo que muchas de nosotras tenemos claro. Que su influencia llega mucho más allá de los templos y
se infiltra en la política para seguir imponiendo sus dictados en nuestras vidas privadas, es
algo que comprobamos hace algo más de dos años cuando intentaron a través del dimitido Ruiz Gallardón modificar la vigente ley del aborto. Es cierto que aquello lo pudimos
parar. Pero yo me pregunto ¿Cómo podremos parar la continua injerencia en nuestras cotidianidades de esa influencia cada día más sibilina, pero también más contundente? Y lo
que están haciendo con Rita Maestre y las otras dos mujeres activistas es una muestra de
lo que quiero decir. ¿Acaso si quienes se quitaron las camisetas en lugar de mujeres hubieran sido hombres la reacción hubiera sido la misma? Estoy segura que no.
El cuerpo de las mujeres como tabú. El cuerpo de las mujeres como máquina reproductiva que no nos pertenece y sobre el cual se pretende que ni siquiera podamos decidir. El
cuerpo de las mujeres como arma incluso de guerra. El cuerpo de las mujeres sobre el que
librar batallas para infligir dolor. Pero, paradójicamente, siempre intentando que esos cuerpos no nos pertenezcan.
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Trasversales 37 / febrero 2016
El hecho de que estén juzgando a estas
mujeres por mostrar sus torsos semidesnudos en una capilla es un claro ejemplo de
ese poder todavía presente. El hecho de que
los procesos judiciales contra algunos curas
pederastas estén tan retrasados, es otra
muestra de lo que digo.
Otro caso que demuestra lo que expongo es
cómo se ha descontextualizado el poema
que leyó la poetisa Dolors Miquel en la
entrega de los premios Ciutat de Barcelona
y que provocaron la salida de un escandalizado Alberto Fernández Díaz, concejal del
PP, del salón donde se recitó dicho poema.
Los abogados cristianos ya han anunciado
que van llevar a los tribunales a Ada Colau
y a la poetisa por diversos "ataques" a sus
creencias. El Obispo de Terrassa también
ha tildado el poema de blasfemo y en un
tuit se ha preguntado "hasta cuando aguantará la paciencia de los católicos". Y yo me
pregunto ¿hasta cuándo aguantará la
paciencia de las mujeres con sus mensajes
misóginos?
Reivindicar nuestros cuerpos libres, nuestra maternidad libre y saltar todas las alarmas patriarcales y desatarse ofensivas
patriarcales de inmediato, como estamos
viendo, es todo uno e inmediato.
Cuando nos asesinan por ser mujeres,
silencio. Cuando ocupamos espacios públicos y ejercemos poder democrático, críticas feroces a nuestra gestión. Cuando existe corrupción continuada y sistemática, se
mira a la bancada de enfrente.
Así funciona el patriarcado. Así nos sigue
machacando el patriarcado.
A Rita Maestre, a Ada Colau, a Manuela
Carmena, a Celia Mayer y a tantas otras
mujeres que están en primera fila política
raro es el día que algún hombre de la política o de los medios de comunicación no
les pide la dimisión. A quienes están
demostrando que son corruptos y que han
hecho desaparecer millones y millones de
euros de los fondos públicos y que han
inundado de corrupción y de mala gobernanza las instituciones de todo tipo, honores y parabienes durante años y años. Ese
es el modelo que siguen defendiendo tantos
y tantos hombres y mujeres que sustentan
al patriarcado con sus reglas.
Reivindican que caiga todo el peso de la
ley contra mujeres víctimas de violencias
machistas que impiden que sus maltratadores sigan ejerciendo violencia contra sus
criaturas, pero se callan e incluso justifican
las violencias estructurales que día a día
son ejercidas contra todas las mujeres, porque son parte del sistema, de su sistema
patriarcal.
La ofensiva patriarcal puesta en marcha cada vez que las mujeres ejercemos algún tipo de poder político o pretendemos ejercerlo sobre nuestros propios cuerpos, es una
maquinaria compleja y muchas veces invisible aunque muy potente. Se camufla de
muchas maneras. Se ejerce desde muchos
frentes. Se naturaliza dentro de nuestras
vidas para acabar siendo invisible y de ese
modo seguir ejerciéndose impunemente.
Esa ofensiva patriarcal forma parte de algo
todavía peor por invisible y naturalizado a
lo largo de siglos y siglos y se llama violencia estructural y es el arma más potente que
utiliza el patriarcado para subsistir.
Afortunadamente sabemos que existe y
somos muchas voces las que reclamamos
cambios y las que damos soporte a Rita,
Manuela, Ada, Celia, Dolors, Rosa, Manola, Llum y tantas otras mujeres que están
dejándose la piel por cambiar las cosas y
plantando cara al patriarcado pese a las
ofensivas a las que este las somete.
A todas ellas, las nombradas y las no nombradas pero englobadas en estos nombres,
todo mi respeto, admiración y reconocimiento.
Somos muchas más de las que algunos se
creen y plantaremos cara porque cada vez
que nos atacan de cualquier manera a una
de nosotras lo hacen con todas. Y estoy
segura de que ahí estaremos para decir
¡basta!
Ontinyent, 21 de febrero de 2016
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Trasversales 37 / febrero 2016
redacción Trasversales
2008-2015:
dos legislaturas
de retroceso social
Entre los cuartos trimestres de 2007 y 2015 el número de hogares sin ingresos aumentó en
380 mil (+87%). Hubo 2,6 millones menos de personas ocupadas (-13%) y se perdieron
2,1 millones de empleos asalariados (-12%). El número de parados aumentó en 2,8 millones (+146%). El número de parados que habiendo trabajado antes llevan más de un año
sin empleo subió 1,8 millones de personas (+350%). El número de personas asalariadas a
tiempo completo disminuyó un 17%, el número de las que trabajan a tiempo parcial, muy
mayoritariamente mujeres, aumentó un 20%. El número de hogares con al menos una persona desempleada aumento 2,1 millones (+125%). El número de jóvenes ocupados con
edad entre 16 y 34 años disminuyó 3,5 millones (-43%), y sigue bajando, ya que en
2015T4 había 54 mil empleos "jóvenes" menos que un año antes.
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Trasversales 37 / febrero 2016
Entre los cuartos trimestres de 2008 y 2015
el porcentaje de horas extras realizadas y
no pagadas pasó del 41% al 54%. El número de horas trabajadas en una semana por
toda la población ocupada disminuyó un
12%. Entre 2008 y 2014 el riesgo de pobreza pasó de un 19,8% a un 22,2%, y de un
26,8% a un 30,1% para menores de 16 años, en espera de los resultados de 2015.
En hogares con un adulto y niños pasó de
un 45% a un 53,3%. La pobreza energética
pasó de un 5,9% a un 11,1%. Asistimos a
una marcada feminización de la pobreza y
a una creciente incidencia de ésta sobre la
juventud.
En ese mismo periodo la renta media por
persona ha disminuido, en poder adquisitivo, un 6,2%. Además, esa caída ha sido
tanto mayor cuanto menor era el nivel de
renta: así, por ejemplo, si en 2008 para
abarcar al 10% de población de menor
renta había que incluir las rentas anuales
por unidad de consumo de hasta 6250
euros, en 2014 eso se obtenía ya al alcanzar
los 5100 euros, ¡que equivalen a 4700
euros de 2008! En ese periodo, la remuneración total de las y los empleados habría
disminuido un 12,3%. Y, según la Contabilidad Nacional, el número de horas de trabajo habría disminuido 6016 millones. De
ellas, 5245 millones se habrían perdido en
horas de trabajo asalariado, lo que viene a
equivaler a unos tres millones de empleos a
tiempo completo.
Los desahucios no han dejado de causar un
estrago social intolerable, tanto los hipotecarios, en leve disminución (según el INE
el número de ejecuciones hipotecarias iniciadas y registradas sobre viviendas urbanas pasó de 13.730 en 2014T3 a 11.584 en
2015T3) como un creciente número de
desahucios por alquiler y de desalojos por
ocupación.
Según la estadística "Mercado de trabajo y
pensiones en las fuentes tributarias" de la
Agencia Tributaria, en 2007 un 27% de la
población perceptora de salarios lo había
hecho por un monto inferior al salario
mínimo en cómputo anual; en 2014, eran el
35%. El ingreso medio de ese sector de la
población habría caído, en valor real, en
torno a un 7% o más; por el contrario, el
ingreso salarial medio de quienes ingresaron más de 10 salarios mínimos habría
subido por encima de un 4% en términos
reales.
Pero eso no es todo. Quizá tan grave sea el
proceso de degradación del "salario social",
el grave deterioro de los sistemas de protección social, en términos de atención, de
prestaciones y de derechos. Tal vez lo más
notorio es el proceso de recortes en el sistema sanitario público, en el periodo 20122015, y su manipulación como fuente de
elevados ingresos para grupos capitalistas
ligados a muchos de los gestores políticos:
recorte presupuestario y de personal, privatizaciones, subutilización de recursos hospitalarios públicos y derivación hacia clínicas privadas, exclusión sanitaria, copagos,
etc. Pero también hemos vivido un creciente abandono del sistema educativo público,
especialmente en las comunidades gobernadas por el PP., en favor de la enseñanza
privada y de la privada pagada con fondo
públicos ("concertada", incluyendo a los
centros sectarios que separan por sexo). El
sistema de atención a la dependencia no
cumple las funciones que le corresponde en
el marco de la ley de 2006, que por otra
parte ya era insuficiente por no impulsar un
sistema público de cuidados. A finales de
2015 la Coordinadora Estatal de Plataformas en Defensa de la Ley de Dependencia del Estado Español señalaba los
recortes presupuestarios, la rebaja del nivel
mínimo de atención (-13%), la supresión
del llamado nivel acordado, la desposesión
a más de 83 mil personas de la calificación
de "gran dependiente" o la existencia de
casi 400 mil personas sin servicio ni prestación pese a que por ley tienen derecho a ser
atendidos.
El sistema de pensiones ha sufrido dos
durísimas contrarreformas, la Ley 27/2011,
dañina especialmente para las franjas de
población que no tienen largas carreras de
cotización (por tanto, especialmente para
80
Espacios
Trasversales 37 / febrero 2016
las mujeres) y la Ley 23/2013, un ataque en
toda regla al poder adquisitivo de las pensiones actuales y futuras, aunque sus efectos no se hayan aún sentido plenamente a
causa de la baja inflación y a que una parte
de esa ley empieza a aplicarse en 2019.
Durante su mandato presidencial Rajoy ha
sacado unos 50 mil millones de euros del
Fondo de Reserva de las pensiones.
En cuanto a las prestaciones por desempleo, ha disminuido la tasa de cobertura, es
decir, la proporción de personas desempleadas que cobran prestación: el Ministerio
de Empleo da datos al respecto, limitados a
la población desempleada, registrada y que
tuvo antes empleo: su cobertura pasa de un
71% en 2007 (media anual) a un 56% en
2015 (media enero-noviembre), que vendría ser un 44% medido sobre el conjunto
de la población en paro. Además, cada vez
tienen menos peso las prestaciones contributivas: en 2007 representaron un 55%, en
2015 un 38%, pasando por 2011, en que
eran un 47%.
Los servicios sociales han carecido de los
medios necesarios para afrontar la situación de emergencia social que vivimos desde hace añosy su actuación se basa en gran
medida en la arbitrariedad, en la lentitud,
en normativas. La Asociación Nacional de
Directoras y Gerentes de Servicios Sociales
habla de "vaciamiento del derecho a los
servicios sociales" y estima que desde 2009
la inversión en servicios sociales se ha
reducido un 11%.
Y esto no es todo. La reforma de la Ley de
Montes facilita los incendios premeditados,
tanto por disminuir las funciones de los
agentes forestales como por abrir la mano a
la recalificación de los montes quemados.
La Ley de Costas desprotege el litoral y,
como denunció Greenpeace, contempla "la
costa como lugar a ocupar, incluso por
industrias contaminantes, en vez de como
espacio a proteger". La Ley 11/2015 ha restringido aún más el derecho al aborto. Es
imposible describir brevemente todo lo
ocurrido en el sistema legislativo y en su
aplicación, las sucesivas reformas labora-
les, la disminución de recursos en la lucha
contra la violencia de género, el "impuesto
al Sol"... Todo ello en medio de una orgía
de corrupción política-económica y de un
ministerio de Hacienda muy comprensivo
con los ricos y que pretende imponer una
multa de 24.000 euros a una pensionista
que cobró 1100 euros por una clase de
manualidades que dio.
Desde el poder se ha cerrado la vía a un
diálogo en torno a la "cuestión catalana",
con la sentencia del Tribunal Constitucional cargándose el Estatut, con los aspectos de la Ley Wert referentes a la política de inmersión lingüística, con la satanización del independentismo y con amenazas de uso del artículo 155 de la Constitución y las nada inocentes referencias a
1934, año en que el Ejército tomó Cataluña
y el presidente de la Generalitat, Companys, fue detenido, situación en la que
siguió hasta la victoria electoral del Frente
Popular en 1936, aunque posteriormente
fue fusilado por asesinos franquistas.
Como no podía dejar de ocurrir, una represión social de tal alcance ha ido acompañada de una política sistemática de recortes
de libertades y de represión de las protestas. Si tras el 15M nos enfrentamos a cen81
Espacios
Trasversales 37 / febrero 2016
tenares de multas, muchas de ellas rechazadas luego en los tribunales, luego hemos
vivido un conjunto de cambios legislativos
autoritarios, tales como la Ley de Seguridad Ciudadana ("ley mordaza") o la reforma del Código penal, en la que se considera terrorismo los "desórdenes públicos"
cometidos para "obligar a los poderes
públicos a realizar un acto o a abstenerse",
lo que podría llevar a considerar terroristas
a activistas sociales que protestan contra
una ley. En torno a 300 sindicalistas están
procesados por su papel activo en las huelgas, y en mi barrio, y en otros, viven varias
magníficas personas a la espera de juicio,
con duras peticiones de cárcel por haber
defendido pacíficamente el derecho a alguna familia a tener un techo bajo el que dormir. También han sido procesadas, por ejercer la libertad de expresión, feministas, titiriteros, etc. La reforma de la ley de enjuiciamiento criminal hace casi imposible el
desarrollo adecuado de la instrucción en
casos complejos de corrupción, delitos
medioambientales, etc. La Fiscalía del
Estado ha parecido ser "abogado defensor"
en ciertos casos en los que están implicadas
personas de la muy "alta sociedad".
La modificación del artículo 135 de la
Constitución, con la que Zapatero pasó el
relevo a Rajoy, anunciaba que los recortes
iniciales, presentados como medidas provisionales, daban paso a un ataque en todos
los frentes y a la instalación de un "régimen
de emergencia" para imponer un retroceso
social y político duradero, cuyo alcance, en
realidad, equivale a una regresión de alcance "constituyente" en su contenido material, aunque formalmente sólo se haya cambiado un artículo de la Constitución.
82
Señas
Trasversales 37, febrero 2016
La poesía es un derecho humano
Juan Baz Fernández
Juan Baz Fernández (Zamora, 1973), nació en Zamora en 1973.
Lector desde muy joven, eso le llevó a acercarse a la creación
literaria. En su juventud tuvo algunas menciones en concursos
modestos (premio Tomás Luis de Victoria en Salamanca, y
premios en la Facultad de Filología de la misma ciudad). En la
actualidad ejerce como profesor de Lengua Castellana y
Literatura en la Comunidad de Madrid.
XXXVII
Amanecer sin fecha,
despedir con un gesto sugerido
todo lo que fuimos algún día.
Vislumbrar el ocaso
de lo incierto en ti.
Arrojar hacia la nada
los fragmentos de tiempo
atrapados en una espiral
de sombras.
No amaneceré, entonces.
No debatirán mis pulmones
entre una respuesta u otra.
Solamente tomarán
ese oxígeno feroz
que hay en cada célula,
él revivirá el sagrado instante
del silencio.
XXXVIII
Amanecer mágico de extrañas ausencias.
Las bocas de metal arrastran
la marca indeleble y sombría
XXXI
Eterna resurrección. Eso es lo que tengo.
Inconstante devenir de lo efímero, en un momento
de locura indecible, principio y fin
se igualan hasta formar
el rostro inescrutable del mañana.
XXIII
Ahora. Este es el momento más largo de tu vida,
hecha en torno a todo lo fútil y descendente
del paso del tiempo.
Como los animales
sometidos a una decisión rápida,
tú buscas la salida honrosa
de lo nuevo así como de lo más viejo.
Supervivencia de la carne obsoleta.
83
Señas
Trasversales 37, febrero 2016
XVIII
La gélida disposición de las palabras
distorsiona el tiempo
con la bruma cómplice de los ojos.
Todo, entonces, cobra sentido.
Se mueven las cosas hacia lugares insanos
de nuestra memoria remota.
La soledad cobra el sentido de lo diáfano,
el deseo se contrarresta
con la premura de lo eterno.
COLOFÓN
Avanzan los objetos hacia su fin último.
La ubicación extraña en cada sombra,
en cada espacio recreado
donde nuestro tacto les otorga la vida
envuelve el tiempo y lo adapta,
oscuro recipiente incompleto,
en el catálogo de una vida humana
plagada de sucesos y quehaceres.
Todo entonces cobra sentido
en nuestras manos desnudas,
se dibujan huellas indelebles
forjadas en el recinto de la memoria.
El recuerdo del futuro atrapa todo lo humano
y lo proyecta
hacia el centro mismo de una mirada limpia y nueva,
la propia esencia de los años
se enfrenta a nuestro rostro cada día.
84
Señas
Trasversales 37, febrero 2016
XLV
Relojes de arena se esconden en las sombras.
Nuestra imagen, desdibujada, emerge
de las pupilas acuosas.
El viento nacarado hierve
las manos frágiles:
no hay nada más allá del océano infame.
Extraños huecos azulados atormentan
mi mente rezagada e inconstante.
El humo, como antaño, aturde los pulmones
sedientos de una luz inexistente.
Otra vez albergamos una leve esperanza
perfilada en los inquietos recortes
del futuro.
Otra vez, la voz se ahoga
sin ser pronunciada, dicha, proferida,
porque,
como dijo el insigne poeta,
ella nos muerde sin compasión
en el centro mismo de la fragilidad.
En ese momento contemplamos
lo que fue de nosotros.
LVII
Vestigios de un mañana mejor
aquí, a nuestro lado,
reverberando entre lo imposible
y lo inefable.
Un mañana hecho
de habitaciones circulares,
de aire opaco y negruzco.
La sustancia más activa del recuerdo
rodea nuestro mundo.
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Señas
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LXV
Compartirás con otros el fruto de tu legado
volátil, ansioso, cruel,
se cernirán las sombras sobre la luz antigua,
resolverás cada ecuación imposible,
pero al mirar atrás
una sensación difusa arderá en tus ojos
y percibirás
que el camino ha sido una leve brisa
un dorado resplandor
entre los árboles.
LVI
Como el lugar al que perteneces,
las salamandras ebrias
mordisquean las nubes
y un hálito desconocido
acaricia
cada rincón del caos oculto.
Pájaros con garras inauditas
devoran tu mente,
hombres con armas imposibles
atenazan
la desembocadura del tiempo.
Extraños sucesos imperfectos
interrumpen
la continuidad espacio-tiempo:
todo ha cambiado
para seguir exactamente
en el centro de ninguna parte.
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Señas
Trasversales 37, febrero 2016
Lois Valsa
Como chupar un limón
En torno al libro de Marta Sanz, Farándula, Anagrama,
Madrid, 2015
Le entró la duda sobre si el miedo a cambiar se agrandaba o se achicaba en proporción
al tamaño de lo que se pudiera perder (página 117).
Los libros que me interesa escribir son los que hacen visible la ideología invisible, esa que
tenemos naturalizada, las creencias, los valores que ya no nos cuestionamos (Entrevista
de Babelia a Marta Sanz)
La última novela de Marta Sanz (Madrid, 1967), que ha sido la ganadora del Premio
Herralde de Novela 2015 (1), es una obra que denuncia la desvalorización de la cultura en
España: "Antes la marca de este país eran los artistas y hoy es Inditex". Al tiempo esta
escritora, doctora en Filología, sigue dándole vueltas al mundo desde un humor cada vez
más irónico, y a veces violentamente sarcástico. Estamos, pues, ante una escritura esencialmente política sobre todo porque lenguaje y cuerpo no están separados en su apuesta
literaria radicalizada al límite. Todo ello muy en la línea del gran maestro, ya por desgracia fallecido, Rafael Chirbes, quién señaló acerca de Marta Sanz: "su estilo ágil (salpicado de fogonazos brillantes), su inusual habilidad para retratar situaciones y para penetrar
en la psicología de los personajes, y su fino oído para capturar la lengua hablada con vivacidad admirable convierte la escritura de nuestra novelista más en una gozosa representación de vida que en una melancólica o sombría manipulación de seres muertos". Además,
en lo que se refiere a esta novela, que ha sido destacada en el año 2015 en segundo lugar
por los críticos y colaboradores del suplemento cultural del diario El País, la primera por
cierto ha sido la del gran Piglia, la crítica parece coincidir en que es la mejor de la autora.
Todo ello sin olvidar su trayectoria anterior: novelas como El frío, Lenguas muertas, Los
mejores tiempos (Premio Ojo Crítico, 2001), Animales domésticos, Susana y los viejos
(finalista del Nadal en 2006) y La lección de anatomía. En 2007 recibió el Premio Mario
Vargas Llosa NH de Relatos. Es también autora de tres poemarios: Perra mentirosa,
Hardcore y Vintage. En Anagrama ha publicado Black, Black, Black, Un buen detective no
se casa jamás, Daniela Astor y la caja negra (Premio Tigre Juan, Premio Cálamo y Premio
Estado Crítico), su anterior novela de 2013.
87
Señas
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La autora reconoce que todos sus libros
salen de libros anteriores, por ejemplo
Farándula surge de las ideas que se recogen en el ensayo No tan incendiario y de
ese leitmotiv de Daniela Astor que es la
relación entre la realidad y sus representaciones. Como obras que se van imbricando
unas sobre otras hasta alcanzar su madurez
actual. Su última novela, pues, llevaría a su
límite algo que se percibía intermitentemente en las dos anteriores ya que igual
que la cronista-narradora (y antes actriz)
con cuyo relato ("La Falconcita") se cierra
el libro, Sanz no escribe "para que nadie se
reconozca en su parte inteligente, sino en
su más abyecta y entrañable vulgaridad".
Por otra parte, como ella misma reconoce,
la escritura de esta novela no ha sido fácil
ni feliz para la autora aunque lo aparente su
tono cómico: su acercamiento al tema del
triple elenco de actrices de tres generaciones ha sido satírico ya que esa le parecía la
manera más eficaz de expresar su disconformidad y su incertidumbre. Frente a lo
que ella denomina lenguaje literario anoréxico, con ese lenguaje satírico intenta perturbar al lector. Su propuesta, además,
desde una perspectiva crítica, se podría
aplicar a cualquier ámbito de la cultura. No
hay que olvidar que esta convincente propuesta de ficción proviene de alguien que
como Marta Sanz ha ido abriéndose camino en un terreno nada fácil. Por ejemplo,
quedando finalista del Nadal no encontraba
editores para la siguiente novela. "Cuando
crees que un premio te da cierta seguridad,
pues no", responde a Babelia. Incluso a
veces le pagaron por una nueva novela,
Amour fou, pero no se la publicaron.
Paradójicamente, se la acabó publicando
una editorial de Miami llamada La Pereza
en 2014. Por ello, sigue dándole vueltas a
un problema de legitimidad: ¿quién puede
criticar?, ¿se puede ejercer la crítica desde
dentro de un sistema que te está premiando
y que te está reconociendo económicamente tu trabajo? La escritora sigue con esa
duda.
En esta novela de Marta Sanz, muy cinéfi-
la ella, está muy presente la película Eva al
desnudo (All About Eve, 1950) de Joseph
L. Mankiewicz, que ganó, además de otros,
los oscars de aquel año correspondientes al
mejor guión adaptado y a la mejor dirección. En la trama de la novela se habla precisamente de la preparación y el estreno de
una adaptación teatral de aquella famosa
película. Y su punto de partida es la gala de
los Goya en Madrid, una gala a la que va
asistir el actor Daniel Valls, quien acaba de
recoger su Copa Volpi en Venecia, que va a
estar acompañado en dicha gala de la actriz
Valeria Falcón, su más cómplice e íntima
amiga. Este actor, que por cierto vive en
París porque en España le resulta difícil
vivir, es el perfecto ejemplo de los contradictorios "rojos clicquot". En esa gala de
los Goya, como era habitual desde hacía
algunos años, se contraponían dos puntos
de vista sobre la función social del cine: el
espectáculo frente al compromiso. Pero
Farándula tiene que ver mucho también
con el teatro. La farándula es, como dice la
vieja actriz Ana Urrutia, "la síntesis de
faralaes y tarántula", que aquí son las dos
partes en las que está dividida la novela y a
las que se añade el amargo epílogo de "La
Falconcita", un epílogo vengativo para esta
historia de cómicos y de lucha de clases.
El eje de la novela, teatro dentro del teatro,
se constituye, pues, a través de los movimientos de tres actrices de tres generaciones: la antigua gloria del teatro, la actriz
Ana Urrutia en la decadencia y la indigencia total (padece el síndrome de Diógenes);
la ahora madura Valeria Falcón que ha adquirido cierta notoriedad; y su alumna, la
joven promesa Natalia de Miguel que enamora al cínico Lorenzo de Lucas, álter ego
de Addison De Witt. Sobre ese eje se tejen
diversas y ricas historias, de radical carácter valleinclanesco en su veta esperpéntica,
que indagan en el lenguaje del cuerpo. Ser
lenguaje como se es cuerpo es la forma en
que Marta Sanz deviene una escritora política capaz de desmontar las mentiras ideológicas invisibles. De esta forma se (y nos)
acerca a variados temas como son los cam88
Señas
Trasversales 37, febrero 2016
bios de lenguaje que reflejan cambios en el
mundo y los cambios de lenguaje que no
reflejan nada, la escritura como acto de
mezquindad y su utilidad, el relevo generacional y el envejecimiento, la devaluación
de la imagen pública del artista y su precariedad, el miedo a perder el sitio, la resistencia a la metamorfosis y la conveniencia
-o no- de la metamorfosis, los actores ricos
que firman manifiestos y los actores pobres
que no firman nada porque nadie los tiene
en cuenta, la contradicción entre glamour y
compromiso, sobre el público, sobre la predicación con el ejemplo, y sobre todo sobre
si se puede luchar contra el sistema desde
el sistema.
Nota
1. Me gustaría reseñar también que finalista de este Premio Herralde de Novela 2015
ha sido El instante de peligro, segunda
novela de Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977), que supone la confirmación
como narrador de este escritor que había
debutado con Intento de escapada, traducido a cuatro idiomas, que había publicado
también Anagrama en 2013 y que ya había
entusiasmado a la crítica. Esta magnífica
segunda novela de este profesor de Historia
del Arte en la Universidad de Murcia vuelve a ser una novela de "ideas realmente
buenas", además de "culta, inteligente y
amena". Un relato intelectual sobre el poder evocador de las imágenes y su relación
con el paso del tiempo, influenciado por las
teorías de Walter Benjamín y de sus tesis de
la filosofía de la Historia, que se imbrica
con un relato íntimo sobre el sentir. Los
títulos de los cinco capítulos, las citas que
abren cada capítulo, la que encabeza el
volumen, la dedicatoria y el mismo título,
provienen de su fuente nutricia. Para hacernos una lectura más estética que política de
Benjamín. En el fondo es una reflexión
contemporánea sobre el sentido del arte, o
sea sobre el sentido de formas de representación como el cine o la fotografía o las
mismas palabras ante la vida, ante el vacío.
La literatura debe ser Arte.
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imágenes de un cuatrimestre
Obra gráfica generosamente cedida para su reproducción en esta página por:
Juan Ramón Mora (http://www.jrmora.com)
Compartirás con otros el fruto de tu legado
volátil, ansioso, cruel,
se cernirán las sombras sobre la luz antigua,
resolverás cada ecuación imposible,
pero al mirar atrás
una sensación difusa arderá en tus ojos
y percibirás
que el camino ha sido una leve brisa
un dorado resplandor
entre los árboles.
Juan Baz Fernández
Aki Ginory, 2016
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