la tri bu na la tribuna 25 José Miguel Moraleda Lancry Graduado Social Eficacia liberatoria del finiquito. Vicio en el consentimiento, alegación de intimidación hacia la trabajadora Sentencia comentada: STSJ de Sevilla, nº 823/00 El 12/08/99, la trabajadora presentó denuncia por amenazas contra P.J.B.B., uno de los empleados de la demandada que le hicieron la indicación, tramitándose diligencias previas en el Juzgado de Instrucción de Aguilar de la Frontera. En la referida Sentencia se nos presenta el caso de una empleada de un importante supermercado que interpuso demanda por despido pese a haber solicitado la baja voluntaria y firmado recibo de finiquito. El supuesto fáctico de partida que recoge la Sentencia es el siguiente: El día 28/07/99, y como suelen hacer los empleados de la demandada, la actora efectuó la compra en el establecimiento donde trabajaba y la dejó en el almacén; a la hora del cierre la recogió, siendo sorprendida por dos empleados, que supervisaron su cesta de la compra, comprobando que la misma contenía productos cárnicos que no habían sido pagados y otros que lo habían sido, pero marcaban peso y precio inferiores a los que realmente correspondían a dichos productos. Ante ello, los empleados de la demandada, le indicaron que, o bien aceptaba Días después, presentó una papeleta de conciliación frente a la empresa levantándose acta sin avenencia y a continuación demanda por despido. Se dictó Sentencia por el Juzgado de lo Social, que desestimó la demanda, considerando la inexistencia de despido. El letrado de la parte actora, ampara su recurso ante la Sala, basándose en la susceptible infracción de la letra c del art. 191 de la L.P.L. sin cuestionar para nada el relato histórico de los hechos declarados probados. Por este cauce procesal, la recurrente entiende que el cese producido debió tener la calificación de despido improcedente pese a haber solicitado la trabajadora su dimisión voluntaria y haber firmado un recibo finiquito de extinción de la relación laboral, basando su pretensión en la existencia de vicio en el consentimiento como consecuencia de la "advertencia empresarial" que pudo ocasionar intimidación a la actora, operando así, la nulidad de dichos actos, a tenor del art. 1265 del Código Civil, por tratarse de una decisión no consentida. la baja voluntaria o, en otro caso, la empresa acordaría el despido disciplinario con todas sus consecuencias. Acto seguido, la actora optó por solicitar la baja voluntaria que formalizó por escrito ese mismo día, y firmó igualmente un recibo de finiquito que contemplaba la extinción de la relación laboral y declaraba haber recibido todas las cantidades que le correspondía. Resulta preciso analizar conceptualmente el carácter liberatorio de ambos documentos suscritos por la trabajadora el mismo día, a la luz de la doctrina que ante un supuesto similar al comentado, recoge la sentencia del TSJ de Murcia de 20/03/96. 26 la tribuna El documento, comúnmente conocido como finiquito, no goza de una regulación la invalidación de lo convenido, según nos dice la STSJ de Cataluña de 04/02/00, legal propia y específica, sino que, más exactamente, constituye un instituto <<es preciso que uno de los contratantes o persona con el que se relaciona, jurídico construido y definido doctrinal y jurisprudencialmente, al que se viene valiéndose de un acto injusto y no del ejercicio correcto y no abusivo de un derecho, aplicando de modo genérico la normativa contenida en el Código Civil relativa a ejerza sobre el otro una coacción o fuerza moral de entidad tal que, por inminencia los contratos. Esta circunstancia introduce una cierta flexibilidad, según el concepto del daño que pueda producir y el perjuicio que hubiere de originar, influya en su de finiquito que se maneje. Básicamente, permite concebir el finiquito desde una ánimo induciéndole a emitir una declaración de voluntad no deseada y contraria doble vertiente: extintiva y liberatoria. Así, se habla de finiquito-extinción, como a sus propios intereses>>. Esto es, que consiste en la amenaza racional y fundada el documento por el que las partes manifiestan de forma escrita que su relación de un mal grave, en atención a las circunstancias personales y ambientales que de trabajo ha quedado extinguida, modo en el que, por regla general, quedan concurran en el sujeto intimidado, y no en un temor leve y que entre ella y el comprendidas las rupturas de la relación laboral basada en el mutuo acuerdo (art, consentimiento otorgado medie un nexo eficiente de causalidad (SSTS de 27/02/64, 49.1a del TRET), y determinados supuestos de bajas voluntarias o dimisiones del 15/12/66, 21/03/70, 22/04/91) y con pronunciamientos similares las sentencias trabajador que acaban siendo aceptadas por el empresario (art. 49.1d del TRET). de TSJ Navarra de 22/05/97 y 31/12/98, la STSJ País Vasco de 31/03/98, y STSJ Cataluña de 11/01/00, esta última, dilucida un supuesto básicamente idéntico al De otro lado, nos encontramos con el denominado finiquito-liquidación, en el analizado. que alternativa o adicionalmente, puede contener además la liquidación o saldo de las cantidades devengadas durante la relación, ya sean estas de carácter En el caso que nos ocupa, este es el criterio seguido por el Tribunal, ya que salarial o extrasalarial. En puridad, como seguidamente se razonará, el término la trabajadora decidió como más le convino en ese momento su cese, sin que ello finiquito, debe quedar reservado para aquellos documentos que tienen su origen entrañe un quebrantamiento del principio de irrenunciabilidad contenido en el art., en una declaración extintiva de las partes. En otro caso, si del conjunto del material 3.5 del TRET, porque el mismo no es óbice para que un trabajador extinga aportado se concluye que el vínculo contractual continúa vivo (art. 97.2 de la LPL), precisamente su contrato de trabajo mediante la firma voluntaria de un finiquito, las liquidaciones que se produzcan entre empresario y trabajador no podrán con el doble contenido de terminación de la relación laboral y del saldo de cuentas. merecer el calificativo de finiquito, debiendo ser consideradas como meros saldos de cuentas o recibos de cantidad. La denuncia por amenazas presentada por la actora contra uno de los empleados que le planteó la doble alternativa, para la Sala, no debe tener otra consideración Debe reconocerse a los finiquitos pleno valor liberatorio y extintivo de la que no sea la de una retractación de la trabajadora, que no anula los efectos que relación laboral, cuando el consentimiento del trabajador para llegar a la firma del se derivan de la declaración inicialmente realizada (STS de 08/06/88) y por referido recibo, fuera libre y espontáneo, no estando viciado por error, violencia, consiguiente, el Tribunal concluye confirmando la sentencia de instancia que intimidación o dolo (art. 1.265 del Código Civil). consideró la inexistencia de despido, habida cuenta de estimar que no hubo intimidación por parte de la empresa y que la trabajadora decidió voluntariamente A propósito del concepto de intimidación, el Tribunal Supremo, en diversas su cese. ocasiones se ha pronunciado en casos muy semejantes al contemplado, considerando que <<si bien no cabe ignorar que de la advertencia empresarial, ofreciendo al Ahora bien, pese al criterio mantenido, en el caso estudiado, no es posible trabajador la opción entre el despido o la baja voluntaria, se desprende un daño aplicarlo con carácter general, pues lo que se viene a plantear en realidad es un grave e inmediato para el mismo, hay que señalar que la empresa se limitó a problema que no es infrecuente en las relaciones laborales, y para cuya resolución anunciar el legítimo ejercicio de una facultad disciplinaria que le atribuye el habrá que estarse a las especiales y concretas circunstancias de cada caso, para ordenamiento jurídico con una finalidad vinculada a obtener el mismo resultado determinar hasta qué punto pudieren concurrir elementos de juicio que permitan que se hubiere producido de apreciarse la procedencia del despido, por lo que el considerar que las presiones o condicionantes existentes en el supuesto a analizar trabajador pudo razonablemente rechazar la baja voluntaria, utilizando frente al influyen en el ánimo de quién realiza la declaración de voluntad. Esto es, si las despido los medios legales de defensa que le corresponden, y si optó por aquella presiones que pudiere haber ejercitado la empresa y el hecho de que se advirtiera tal decisión no es atribuible a una voluntad viciada por la intimidación>> (STS DE al trabajador de la posibilidad de proceder a un despido disciplinario e incluso 08/06/88). En la misma línea doctrinal la STS de 18/07/88, concluye, <<En cuanto emprender acciones penales, son efectivamente causantes de intimidación en a si su voluntad fue viciada por las circunstancias que concurrieron en el acto de función de las condiciones y particulares circunstancias que en ese preciso la firma, punto crucial de la cuestión debatida, no puede admitirse que así fuera, supuesto concurran, ya que como señala el Tribunal Supremo en su Sentencia de pues si bien es cierto que el hoy recurrente fue invitado a firmar la referida carta 31/03/92 (Ar. 1896), <<... El valor liberatorio no puede ser entendido en modo por el Director General y el Subdirector de la empresa en el despacho del primero, alguno en un sentido absoluto, sino que ha de depender de las circunstancias que en ningún momento consta que tal firma se obtuviere mediante coacciones, ya en cada caso concurran...>>, será necesario examinar cada supuesto particular que no pueden considerarse tales la imputación de una apropiación por parte del para precisar si el documento en cuestión tiene o no efectos liberatorios. invitado de una importante cantidad de dinero, ante lo cual el empleado optó por firmar la carta, pues no cabe duda que, libremente, pudo decidirse por no hacerlo, De lo que se desprende, como criterio general, que la mera y simple advertencia afrontando la acusación que se le hacía y aprestándose para defenderse de ella, de la posibilidad de proceder al despido disciplinario, no supone una coacción causante máxime si la consideraba infundada>>. de intimidación que invalide el consentimiento prestado por el trabajador para formalizar el documento de baja voluntaria, sino tan sólo el ejercicio no abusivo del derecho que Para que la intimidación definida en el art. 1276.2 del Código Civil pueda provocar los efectos previstos en el art. 1265 del mismo cuerpo legal, y conseguir tiene el empleador de poner de manifiesto las posibilidades de actuación jurídica frente al comportamiento del trabajador.