SÁBADO, 26 DE JULIO DE 2014 abc.es/internacional 28 INTERNACIONAL Catástrofe aérea en Malí Las víctimas ABC Federico Cárdenas Residente en la TWITTER localidad madrileña de Móstoles, Cárdenas era militante de UPyD y tripulante de cabina de Spanair «El contrato de Fede con Swiftair era solo para los meses de junio y julio» ∑Tras el cierre de Spanair, el auxiliar de vuelo Federico Cárdenas encandenaba puestos de trabajo «sin nada fijo» LUIS M. ONTOSO MADRID «Para los que no nos conocemos soy Fede Cárdenas, compañero de UPyD de Móstoles. Soy vecino de Móstoles desde hace 34 años (de los 38 que tengo), estudié Ciencias Económicas en la Universidad Complutense de Madrid, especialidad Economía Monetaria y Sector Público y actualmente tengo la suerte de poder trabajar para una compañía aérea como auxiliar de vuelo». Esta era la carta de presentación de Federico Cárdenas para la candidatura al consejo político territorial del partido magenta, presentada apenas unos días antes (el pasado 18 de julio) de que el avión MD-83 de Swiftair fletado por Air Algerie –servicio que cubría desde junio– desapareciera mientras sobrevolaba la región maliense de Gossi. Probablemente, sus propias palabras son las más adecuadas para describir a este auxiliar de vuelo, integrante de la tripulación española cuyos nombres se han conocido por diversas fuentes, pese a que la compañía española, un día después del siniestro, aún no ha confirmado la identidad de las víctimas. Quienes conocían a Cárdenas lo definen como una persona comunicativa, transparente, ávida de trabajo, ocupaciones y, sobre todo, seducido por la actividad sindical y política. De hecho, Cárdenas fue una de las caras visibles, siempre accesible para los medios de comunicación, del Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla) durante dos de los momentos más difíciles del sector aéreo español en los últimos años: la desaparición de Spanair, donde trabajaba, y el ERE de Iberia del año pasado. A Antonio Escobar, presidente de la organización sindical, le unía una estrecha amistad con Cárdenas, aunque reconoce que en las últimas semanas sus Diez víctimas francesas eran de la misma familia Diez miembros de una misma familia francesa viajaban en el avión de Air Algérie siniestrado, según informaron medios locales, según los cuales todos ellos se habían desplazado hasta Burkina Faso de vacaciones. Se trata de Michel Reynaud, de su exmujer, Michèle, de sus dos hijos, de sus dos nueras y de sus cuatro nietos, entre los cuales dos tenían 14 y 16 años de edad. contactos eran poco más que un compendio de conversaciones en Whatsapp, la popular aplicación de mensajería por teléfono. En una de ellas, «Fede» le comentó que iba a comenzar a trabajar en Air Algerie para Swiftair. «El contrato era solo para un par de meses, para junio y julio. Su idea era poder enlazar posteriormente con otra compañía aérea». Cierre de la aerolínea Tras el cese de operaciones de Spanair en enero de 2012 (la mayor parte de los tripulantes del vuelo siniestrado formaron parte de la extinta aerolínea catalana), Cárdenas había recalado en varias empresas y en otros tantos puestos «sin nada fijo». Su inquieta personalidad, apunta Escobar, le llevaba a formarse constantemente, a buscar En total, en el avión de la compañía española Swiftair, operado por Air Algérie, había 54 franceses, entre los cuales se incluye a personas con doble nacionalidad. Sus familiares, según se detalló ayer en conferencia de prensa en París, serán recibidos hoy en el Ministerio de Exteriores por el presidente francés, François Hollande, con el objetivo de darles información. Los restos mortales de las víctimas serán transportados en un primer momento a la ciudad maliense de Gao. cargos de responsabilidad, a «reciclarse todo lo que podía». Apasionado por la literatura y la música, su blog personal «Pronóstico Reservado» (http://cardenasares.blogspot.com.es/) es un crisol de reflexiones, reivindicación política y escritos poéticos, una imagen fiel, señala su compañero de Sitcpla, de su propio carácter heterogéneo y su impulso vital. «Era una persona con cinco colores de piel distintos», explica gráficamente Escobar, quien destaca su profundo compromiso con el sindicato. Siempre deseoso de tomar las riendas de la organización ante cualquier conflicto, Cárdenas había sido uno de los artífices de las negociaciones para que los auxiliares de vuelo de Spanair recurrieran al Fogasa para cobrar las indemnizaciones por despido, después de que la aerolínea se declarara en concurso de acreedores. Su estrecho vínculo con UPyD y su buena relación con el diputado en el Congreso, Carlos Martínez Gorriarán, fue también fundamental para que, tras abordar el tema en el seno del partido de manera insistente, lograra trasladar a la Cámara Baja el conflicto de Spanair. Lo cierto es que Cárdenas incluso reconocía, en la intimidad, temer que su perfil reivindicativo resultara una tacha en futuros puestos de trabajo. Un carácter exigente que también aplicaba en la formación de Rosa Díez. «Me parece necesaria una renovación desde la base del partido y escuchar a las personas (afiliados y simpatizantes) que somos los que formamos los grupos, defendiendo las ideas comunes», escribió en su candidatura, en la que también denunciaba que no era ABC SÁBADO, 26 DE JULIO DE 2014 abc.es/internacional INTERNACIONAL 29 Las víctimas Catástrofe aérea en Malí RAÚL MONTERO AUXILIAR DE VUELO ISABEL GOST COPILOTO AGUSTÍN COMERÓN PILOTO MIGUEL ÁNGEL RUEDA AUXILIAR DE VUELO RAFAEL GASANALIEV AUXILIAR DE VUELO Natural de Guipúzcoa, Montero contaba con 28 años. Estudió Turismo en Deusto y abandonó su trabajo de recepcionista en un hotel de San Sebastián para convertirse en auxiliar de vuelo. Gost contaba con 42 años, residía en Sa Pobla (Mallorca), estaba soltera y no tenía hijos. Desde 1995 hasta el momento de su cierre, en 2012, desarrolló su carrera profesional en Spanair. Agustín Comerón era natural de Badajoz y vivía en una urbanización del municipio de Sa Cabaneta, en Mallorca, junto a su mujer y sus dos hijos. Comerón también procedía de Spanair. Al igual que Cárdenas, Miguel Ángel Rueda era madrileño. Antes de Swiftair trabajó en dos aerolíneas desaparecidas, Air Comet y Air Madrid. También fue tripulante de tren en Cremonini. Español de origen ruso, Gasanaliev era un apasionado de los viajes y la fotografía. Diplomado en Turismo, antes de recalar en Swiftair, formó parte de la aerolínea Air Europa. «posible que los afiliados que no estén presentes el día de la votación (que se celebró el día 19) no puedan votar». Uno de sus últimos mensajes en Twitter también retrata su naturaleza: «En vez de frasecitas del día, hechos». Minuto de silencio Mientras tanto, el dilema del aeroplano de Swiftair seguía ayer su curso, con la información suministrada con cuentagotas por parte de la empresa y la investigación del Gobierno y el ejército francés: se analizaban las hipótesis, y se diseccionaban las imágenes de la señal del avión extraviado en el radar –que en vano trataba de recuperar su posición– así como la precariedad laboral a la que estaba sometida la plantilla de la compañía española. Cárdenas se definía como «afortunado» por ese puesto de tripulante de cabina, pero fuentes sindicales consideran que las condiciones resultaban inferiores a las de otras muchas empresas del ramo: un piloto no cobra por ese tipo de servicios más de 3.000 euros brutos y un auxiliar de vuelo se encuentra en torno a los 1.500. Tanto UPyD como el Ayuntamiento de Móstoles expresaron sus condolencias. En Móstoles, el alcalde, Daniel Ortiz, miembros del Gobierno municipal y vecinos de la ciudad guardaron un minuto de silencio en la Plaza de España. «Si amo la vida, si quiero ser un delirio de prácticas piratas sobre metrópolis oceánicas. Si el desierto de la soledad era mi lugar favorito, donde antes se veía mi sombra y ahora me busco en su arena y en su eternidad», decía uno de los poemas de Cárdenas. Y, probablemente, sus palabras forman el epílogo más acertado del accidente del avión MD-83, desaparecido en el desierto del Sahel. El peligro de volar en el Sahara se debe a las tormentas de arena ∑ Los radares de vuelo avisan de este riesgo para que se busque una ruta alternativa F. J. CALERO MADRID Las causas del siniestro del avión que enlazaba Uagadugu con Argel apuntan a una tormenta que no ha podido ser controlada por la tripulación del vuelo AH5017. Un escenario ante el que surgen muchas dudas sobre qué capacidades tiene un piloto para afrontar unas condiciones climatológicas adversas. Antes de efectuar el viaje, los pilotos recopilan «información detallada» sobre la ruta, centrada sobre todo en la climatología y los cambios significativos que se puedan dar una vez iniciado el trayecto, explica el piloto de Binter Canarias/Naysa, Jorge López. Él, como otros pilotos, recibe los informes procedentes de la Agencia Estatal de Metereología (Aemet). «Es una zona complicada» «En las islas Canarias, lo que nos atenaza es el viento. En el desierto del Sahara, el peligro se encuentra en las tormentas de arena», añade López. Pero los aviones comerciales están preparados para avistar tormentas de este tipo, según los pilotos consultados por ABC. En los radares las tormentas aparecen reflejadas como «manchas rojas». Si ésta es muy grande, se busca una alternativa, aunque ello suponga modificar la ruta «para pasar por una "mancha" más pequeña». Cuando se esperan cambios bruscos en las condiciones del vuelo, la solución es añadir más combustible, por si se tiene que aterrizar de emergencia en cualquier otro aeropuerto. «En ruta es relativamente fácil salvar estos escollos, lo complicado es cuando se vuela a baja altura, es decir, en el despegue y en el aterrizaje, porque nos falta el tiempo de reacción habitual para evitar la superficie dura», apunta un piloto de la aerolínea española Vueling. Por otro lado, durante una tormenta, los rayos, pese a que asustan por su espectacularidad, no suponen un grave problema, según explica el piloto López, quien nos relata que durante uno de sus vuelos un rayo impactó en su avión y no ocurrió nada: «La aeronave es una "jaula de Faraday" (caja vacía), por lo que no tiene por qué ocurrir nada. El rayo entra por un lado y sale por otro». Según el jefe adjunto del sindicato de pilotos Sepla, Agustín Guzmán, el vuelo AH5017, siniestrado en el desierto africano, siguió una ruta por una «zona complicada». En ella «no hay muchas posibilidades de ayuda» en caso de que surjan problemas, ni el control de radar que en otras zonas más transitadas. «No es como volar por la Unión Europea o en Estados Unidos». SINDICATO DE PILOTOS ESPAÑOL El Sepla denunció precariedad laboral en Swiftair hace un año EP MADRID El sindicato de pilotos español Sepla denunció hace poco más de un año en su revista Mach82 que «Swiftair institucionaliza la precariedad laboral» y denunció a la aerolínea por aplicar una «política» de ahorro de costes «a costa de precarizar al límite la profesión de piloto» con el consiguiente riesgo para la seguridad aérea. En concreto, en su número 166 de 2013, actualmente inaccesible desde la página web de la publicación, pero al que ha podido acceder Europa Press, el colectivo de tripulantes de vuelo denunció a la aerolínea por aplicar este tipo de políticas laborales que «no eran nuevas». Swiftair aseguró, por su parte, que «cumple escrupulosamente con todas las exigencias de seguridad» de las normativas españolas de Aviación Civil, de la Unión Europea y de las empresas constructoras aeronáuticas, y que sus pilotos y resto del personal «tienen la más alta cualificación».