LA GRAN RECEPCIÓN AL PADRE IV ARTISTAS PLÁSTICOS 2 RAMAKRISHNA No importa donde esté la locura, lo importante es la vibración y la emoción que se puede lograr con ella para obtener lo que se llama arte. El Soplo Divino debe encontrarse en cada obra, por la conexión que se obtenga al realizarla. 3 4 FRIDA KHALO El sufrimiento y el dolor de mi vientre el supremo sufrimiento de pintar una tela, todo eso será olvidado, pues ahora se me ha dado la Gracia de pintar la Gracia del Padre. Mientras Frida habla va pintando, encogida y dolorida, una tela muy grande. De pronto, a medida que se recupera fisicamente, en vez de pintar despinta. Desaparecen los colores, luego desaparece la tela, e irrumpe un mundo de color, que aparece como la esencia de los colores como distintas manifestaciones de la Energía del Padre, que se concentra en una luz muy blanca, en la que Frida introduce su pincel para pintar la llegada del Padre. FEDERICO KLEMM Viste una rara indumentaria: botas negras hasta las rodillas, pantalón ajustado y una camisa negra con lunares blancos. Se mueve de la misma forma que lo hacía cuando estaba en este plano, esto es como comenzando con un impulso natural que luego va decayendo, dándole al movimiento una secuencia quebrada. No habla pero piensa, y en ese pensamiento están sus secretos. Es una personalidad que pertenece a otro mundo, el mundo de una Europa envejecida por la guerra. Al establecerse en otro medio, por sus características de soberbia y vanidad, establece una relación diferente y particular con el entorno, pero a su vez, por la fascinante necesidad que tiene de los otros: ¡Qué mejor medio para vincularse que el arte! A través del arte logró la comunicación que necesitaba y de algún modo, si se lo puede llamar así, integrarse a una sociedad muy distinta a la suya. Estas circunstancias dieron lugar al personaje. 5 Federico Klemm tuvo ciertas creencias religiosas muy profundas pero ocultas a la vista general que marcaron y martillaron de alguna manera su trayectoria. Mientras va ocurriendo este relato su imagen se va transformando, desde su última figura a la de su adolescencia. En esa edad tuvo un quiebre, la presencia de lo religioso marcó un estado diferente, y al percibir esa diferencia, se confunde y la canaliza erróneamente hacia afuera, en vez de realizarla en su interior, creando así al personaje que todos conocemos. Federico retorna a la última imagen que tuvo en el plano. Aparece el maestro Yukteswar, a quien conoce, por lo que no le causa sorpresa su presencia. En un principio no hay diálogo, pero el artista piensa que ha llegado su oportunidad ya que en el maestro ve lo esperado, lo buscado. YUKTESWAR. ¿Sabes dónde estás? FEDERICO KLEMM. Creo tener una vaga idea, y a pesar de haber experimentado muchas veces esta situación siempre es nueva para mí, pero además con el agregado de tu presencia. YUKTESWAR. Y bien, ¿cuál es tu conclusión respecto de mi presencia? FEDERICO KLEMM. Que algo nuevo y distitnto está sucediendo, es como una percepción sin análisis. Me doy cuenta pero no sé que es. YUKTESWAR. Mantente en esa actitud y podrá ser más de lo que te imaginas. Abre tu percepción y mantenla atenta y vas a participar de sucesos muy hermosos, de los cuales te verás beneficiado. Hay una relación muy especial entre el pintor Federico Klemm y el escritor Roberto Bracco. El tema es el banquete telemático. Este es la última cena del Señor pero visto desde una manera surrealista. El centro de la misma es Federico Klemm y uno de los invitados a la cena es Roberto Bracco, que representa a Judas. Roberto se acerca a Federico, lo abraza y lo besa en señal de saludo. En ese momento llegan los guardias y se los llevan a ambos. Los dos son crucificados, pero ninguno ocupa el lugar de Jesús, sino el de los ladrones que lo acompañaban. Sin embargo la imagen de Jesús está en los corazones de Federico y de Roberto. 6 DIEGO VELÁZQUEZ La escena está representada por el cuadro de Velázquez "La rendición de Breda". Este muestra el encuentro después de una batalla con un fondo de lanzas verticales. De pronto es cuando se corre como un telón y se lo ve al pintor con su paleta y su ropa de trabajo, pero observando bien se comprueba que no es él sino su imagen reflejada en un espejo. Aparece Yukteswar y lo increpa. YUKTESWAR. Muéstrate, muéstrate gran simulador, ¿por qué te escondes? Ante las palabras del maestro, Velázquez sale de uno de los personajes de su obra, conservando su paleta y su ropa de pintor. YUKTESWAR. Desnúdate de los atributos que te dieron fama y que taparon la real obra que te habían encomendado hacer. El artista comienza a desnudarse y mientras lo va haciendo, todos los personajes de sus pinturas se van desdibujando hasta desaparecer. Una vez que todo se terminó de limpiar, una luz muy fuerte comienza a manifestar la Gran Obra del Señor en un universo lleno de matices de energía imposibles de describir. VELÁZQUEZ. La hoguera ha quemado la oscuridad. Todo se tiñe de un nuevo color. HENRI DE TOULOUSE-LAUTREC La imagen muestra un gusano que se arrastra entre pomos de pintura desparramados. Con su vientre va arrastrando los colores y pintando formas de naturalezas muy oscuras. Alguien que pasa por el lugar, y sin ser su intención, pisa al gusano. Al deshacerse su cuerpo que está mezclado con la pintura, se desprende una luz que va ascendiendo y transformando cada uno de los cuadros de Henri de Toulouse-Lautrec. El espíritu del pintor y el de los personajes, guiados por esa luz, van ascendiendo hacia un espacio de purificación en donde podrán alcanzar la Gracia del Padre. 7 EL BOSCO (JERÓNIMO AEKEN) Un escalofrío invade el campo de proyección. Esta vibración es generada por un centro de energía muy fuerte que tiene la forma de un hongo y late constantemente. Yukteswar se encarga de congelar esta fuente de energía que es la que manifestó el pintor al ser congelado. La preocupación por la problemática del bien y del mal fue determinante en la creación de El Bosco, siendo su registro de contraste tan fuerte, que incluso en el día de hoy, hay claves no entendibles y algunas ni siquiera descubiertas en su obra. Es tal el contenido psicológico que subyace en sus pinturas, que para quien pudiera interpretarlas, encontraría una excelente descripción de la mente humana Se presenta El Bosco sosteniendo en sus manos los pinceles con que produjo su obra. A su lado Yogananda y Yukteswar transforman esos pinceles en antorchas, arrojándolas al mundo. La luz de una de las antorchas llevará la comprensión a los hombres, y la de la otra convertirá en luminosas las acciones humanas. Luego las antorchas queman todos los cuadros de El Bosco, liberando su alma de la pesada carga de haber sido testigo de la conciencia humana. EDGAR DEGAS Una de sus pinturas aparece como un vehículo que penetra en las entrañas de un mundo, pero no en la materia, sino en el significado que cada pincelada a través de lo emocional fue creando. Se abre un universo de fantasía que como tal es superficial, hasta que esta visión se va esfumando y surge nuevamente la pintura. Degas se acerca y con su pincel retoca un ángulo. Yogananda, que lo acompaña, lo recrimina. YOGANANDA. Deja la pintura, ya no tiene sentido cubrir los espacios con materia. Libérate de aquella que cubre tu alma y así podrás captar los bellos colores del universo. Estos colores te permitirán recrear los impulsos más puros de tus emociones, los que podrás ofrecer al Padre, y recibir su gratificación. 8 JAN VEERMER Una desesperante angustia obstruye su alma, y este tormento está expresado en su obra. El pintor drena esa angustia por un canal y esta va configurando el contenido de cada una de sus pinturas. A su vez, estas van siendo unidas por sus lados, formando una gran estructura que comienza a girar, y al hacerlo produce dos fuerzas, una de atracción y otra de elevación. Estas dos fuerzas emanadas de la síntesis de su obra van imantando su alma, llevándola a un proceso de purificación. Al concluir el mismo lo están esperando Yukteswar y Yogananda para conducirlo al siguiente plano. YUKTESWAR. Estás libre del pecado que te torturó. Ahora registra y pinta la Gloria del Señor para testimonio de todos aquellos que a través tuyo puedan verla. TIZIANO (TIZIANO VECELLIO) Un hombre elegante se pasea por las calles de un pueblo muy tranquilo. Al pasear va registrando escenas cotidianas, que le van a servir como gatillo disparador de los temas de sus obras. La elegancia que manifiesta es tanto interna como externa, y la pureza de cada uno de sus trazos es correcta y armónica. Inesperadamente la tela que está pintando se rompe y en medio de su sorpresa se presenta el maestro Yukteswar que entra a través de la tela rota. YUKTESWAR. Deja tanta blandura y acercate a la realidad. La conexión oculta aquello que es contraste. La elegancia endulza la verdad y la disuelve. Tiziano se siente muy desconsolado, dándose cuenta de la insignificancia de su obra. YUKTESWAR. No te des por vencido, todo no está perdido, puedes retomar el camino y entregarte a aquello que es dignamente mostrable. El maestro lo toma de la mano y lo invita a pasar a través de la tela desgarrada. Así lo hace Tiziano, desapareciendo de este plano e ingresando a aquel de donde no se vuelve, a menos que por misión traiga la iluminación. 9 FRANCISCO DE ZURBARÁN El cielo truena. Una gran nube pesada de tormenta se va formando. Parece como que los cielos van a descargar todas sus furias. De pronto emerge un gran rayo, su luz ennegrece el espacio y su trueno ensordece a los hombres. Es un espectáculo de gran fuerza y magnificencia, y todo aquel que participa en el mismo no sólo será conmovido, sino también transformado. Fluye el agua que invade el taller del maestro Zurbarán, las obras flotan y se disuelven, y la energía que brota de ellas, lleva su mensaje hasta los rincones más innacesibles del planeta. Entonces el ambiente se completa: luz para ver, sordera para concentrar y mensaje para asimilar. Una vez que estas tres formas de energía hicieron su obra, el espíritu del maestro se eleva ante el trabajo completado, ha cumplido la misión en toda su magnitud. Esto le abre las puertas al plano inmediato superior donde alcanza la Gracia del Padre que premia su labor de transmitir y anticipar los hechos venideros. 10 PAUL KLEE Partículas de materia vuelan incansablemente. Estas se unen formando superficies inteligentemente manejadas. ¿Qué significan? Nadie lo entiende. El error es querer entender. Todo se simplifica en el poder sentir. No es fácil la propuesta. Entonces para completar la obra, Paul Klee recibe un anuncio. YOGANANDA. Juega con el aire, tu obra es muy estática, y el aire colmará el sentido que el plano no puede darle. Paul Klee comienza a trasladar su obra al espacio. YOGANANDA. No, no es eso lo que te expliqué, no es el hecho de cambiar la forma de manifestación,sino que saques al niño que hay en tí y proyectes al hombre. Este le dará la fuerza espacial que necesitas para hacer la Gran Obra. Pero el pintor todavía no puede entender. Paul Klee está sentado con la cabeza gacha y gesto pensativo. Se le acerca Yogananda. YOGANANDA. ¿Dónde están tus pinceles y tus pinturas? PAUL KLEE. Primero quiero entender lo que tengo que hacer, estoy cansado de jugar a nada. Esta es la razón por la que me senté un rato a pensar. YUKTESWAR. ¿Y en qué estás pensando? PAUL KLEE. Pienso en mis maestros, en los talleres donde aprendí la rigidez de los trazos, la propiedad de los colores. Recuerdo lo que sentía al tener que pintar esas horribles naturalezas muertas, y por más que tratase de poner en ellas algo de vida, seguían siempre muertas. Entonces me prometí a mi mismo que cuando pudiera apropiarme del conocimiento, lo usaría para liberar las ganas de expresar mis intuiciones acerca del color, el trazo y el movimiento. Pero ahora veo eso como una equivocación, y temo haber hecho un pacto con el diablo. YUKTESWAR. No, no se trata de ningún pacto, sino que tu talento fue el fruto de la asimilación, del aprendizaje de muchas vidas, y ese conocimiento realmente te permitió una mayor libertad de expresión. La angustia de tu alma refleja ese cansancio porque ese aprendizaje ya se ha agotado. Te conduciré a un nuevo maestro de tu arte, que te enseñará como canalizar tus intuiciones. 11 El maestro Yukteswar se va con el artista, mientras Yogananda recoge del piso un montón de dibujos que éste había tirado. Los mira atentamente, mostrando con su sonrisa que está disfrutando de su arte, y hace un gesto de aprobación. BASILIO KANDINSKY A mis amigos les he revelado la verdad subyacente en mis obras. No ha sido todo nada más que un juego que me he prestado a jugar. Kandinsky está con un lienzo limpio en la mano, una caja de pinturas nuevas y un racimo de pinceles sin estrenar. Lo esperan Yogananda y Yukteswar. YUKTESWAR. ¿A qué vienes? KANDINSKY. Un amigo me dijo que hoy abrían una nueva escuela de arte y vine a inscribirme. YUKTESWAR. Bien..., te llevaré a conocer tu nuevo maestro. Yogananda le indica una mesa. YOGANANDA. Puedes dejar acá tus materiales, no los vas a necesitar, tu maestro te proveerá lo que necesitas. El pintor se va con Yukteswar. MASACCIO (TOMMASO DI SER GIOVANNI) Está sentado en una afombra mágica que se mantiene en el aire y vuela hacia la izquierda y hacia la derecha. Cuando está a la izquierda el campo de inspiración disminuye, y cuando está a la derecha se acrecienta. Yukteswar y Yogananda están en cada extremo de la alfombra. YUKTESWAR. En este plano los límites son aburridos, ¿qué esperas para desprenderte del mismo? MASACCIO. Aún me quedan espacios de inspiración para proyectar. Los maestros toman la alfombra por sus extremos y la sacuden, proyectándolo hacia el plano superior YOGANANDA. Ya es hora que termines lo que hace rato terminó. Ve a pintar en los cielos los espacios sagrados, que ese es tu próximo trabajo a realizar 12 EL ADUANERO ROUSSEAU (HENRY ROUSSEAU) Con una bolsa al hombro camina dando vueltas, y su paso es cada vez más lento porque a medida que pasa el tiempo la va sintiendo más pesada. YOGANANDA. ¿Qué llevas en esa bolsa? EL ADUANERO ROUSSEAU. No lo sé, pero año tras año crece y pesa cada vez más. YOGANANDA. (Riéndose). ¿Y cómo no va a pesar cada vez más si cada año lo agregas sin deshacerte del anterior? EL ADUANERO ROUSSEAU. ¿Entonces debo deshacerme de mis experiencias anteriores? YOGANANDA. Por supuesto. ¿No te das cuenta que en la próxima ya tienes inscripta la anterior y no te hace falta conservarla? Si lo haces se produce un lastre que dificulta la asimilación y que va a terminar en la destrucción. EL ADUANERO ROUSSEAU. Gracias maestro por enseñarme esta lección. El pintor pacientemente va arrancando cada año de la bolsa. YOGANANDA. No, así no. Arroja toda la bolsa porque una nueva era va a empezar y debes estar vacío, para de ese modo poder sentir todo lo que el nuevo movimiento te va a brindar. BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO Está dibujando con un lápiz. YOGANANDA. ¿Qué estás haciendo? MURILLO. Retrato mis imágenes mentales. YOGANANDA. Te propongo cambiar todo tu paisaje mental. MURILLO. Ya puedo ver más allá de la mente, pero es imposible dibujar esa percepción. YOGANANDA. Ahora puedes descansar. 13 EDUARD MANET Yuktewar recorre una exposición de los cuadros de Manet. De pronto se encuentra con el artista. YUKTESWAR. ¿De dónde proviene tu inspiración? MANET. Es difícil explicarlo, tan solo me abro a su influjo. YUKTESWAR. ¿Has percibido alguna vez un paisaje celestial? MANET. No, nunca lo he percibido. YUKTESWAR. ¿Quieres hacerlo? MANET. Es lo que más deseo. El maestro lo lleva a otro plano de conciencia y Manet se queda meditando. JOAN MIRÓ MIRÓ. ¿Qué es el vacío que me impulsa a la creación? ¿Qué me impulsa a evadirme del Padre? YUKTESWAR. Este vacío es el paso previo al reconocimiento de tu alma. Todo lo que te aleje de esa experiencia son meras distracciones. PABLO PICASSO Corre en tres direcciones. Va desde la guerra de su Guernica hacia Las señoritas de Avignon pasando por espacios azules. Este traqueteo lo tiene muy ocupado. Imprevistamente aparece Yukteswar con su bastón y lo detiene. YUKTESWAR. Bien maestro, ¿a dónde quieres ir a parar con todo esto? PABLO PICASSO. (Está desconcertado porque no comprende la aparición). ¿Qué será esto? ¿Una extraña manifestación de mi obra? 14 El maestro Yukteswar le habla muy calmadamente y con una profunda dulzura. YUKTESWAR. Si pudieras observar más allá de tus narices podrías descubrir un mundo de sensibilidades inalcanzables para ti. PABLO PICASSO. (Con mucha soberbia). No hay más mundos más allá de mi mundo. Los conozco a todos y estos me obedecen. YUKTESWAR. (En el mismo tono anterior). No es que quiera lastimar tu susceptibilidad. El maestro observa como las obras de Picasso, muy estructuradas y armadas sobre fuertes direcciones comienzan a derretirse. Picasso desesperado intenta detener el proceso, pero al ver que no puede se arroja al charco que se está formando. YUKTESWAR. Abandona todo eso que ya fue. Despréndete de la adicción a este plano y encontrarás el real sentido por el cual tuviste que experiementar el mismo. Picasso no acepta y se sumerge en el charco de su obra, el cual lo termina tragando. .............................................................. Chidananda navega en una balsa de madera en medio de un lago de la China. El maestro detiene la embarcación y comienza a pescar con una caña antigua. De pronto la cuerda se tensa y empieza a enrollar para sacar el producto de su pesca... y este es un pincel. Yukteswar se acerca en otra balsa, hasta llegar al lado de donde se encuentra pescando Chidananda. YUKTESWAR. ¿Cuál es tu intención? CHIDANANDA. Pescaré cada uno de los pinceles, cada trozo de carbonilla, cada elemento que utilizó Picasso en toda su vida de pintor. Con cada pincel que pesque se purificarán las obras que con ese pincel haya creado. Como Picasso prefirió fundirse en su obra, quedó atrapado en esta. Cuando termine la purificación de su último cuadro, Picasso volverá al Padre. YUKTESWAR. Comprendo. Hagamos silencio para no espantar a los pinceles. 15 VINCENT VAN GOGH Está pintando como en un acto de exorcismo. A medida que lo hace va exorcizando sus demonios en un proceso de purificación. Al cumplirse este los cuadros se van transformando de imágenes densas a más sutiles, hasta que puede dejar de pintar. Van Gogh tiene una actitud de tranquilidad y parece estar esperando a alguien. Cuando aparece Krishna se saludan efusivamente. KRISHNA. (Le pone la mano en la frente). A partir de ahora serás mi discípulo en otro plano, y lo primero que haremos será tomar unas muy largas y placenteras vacaciones. MIGUEL ÁNGEL BUONAROTTI En un jardín hay una piedra en la que un ángel va tallando la figura de Miguel Ángel. Mientras dura la obra toda la escena es invisible. Finalmente el ángel termina la tarea. EL ÁNGEL. Ya estás listo, puedes abandonarte a ti mismo y venir conmigo. MIGUEL ÁNGEL. Finalmente podré pintar el paraíso real. ALBERT DURERO Mi obra no es para las masas. Ni siquiera debe ser alabada. Tengo un único destino, cumplir mi tarea para el Padre, sin importarme nada más. 16 LEONARDO DA VINCI El Padre ha sido siempre mi fuente de inspiración aunque no he dejado de cometer locuras para seguir perteneciendo al plano. Pero recién ahora, por Gracia Divina, he comprendido que no hay ciencia ni arte, sino solo el Ser. Llegó el momento de estar con Él. FRANCISCO DE GOYA Yukteswar lo ayuda a salir del plano de oscuridad en que se encuentra. YUKTESWAR. Prepárate para contemplar la luz que te transformará y te llevará a tu esencia. GOYA. No más huir. Llegaré al lugar ideal para desarrollar la obra del Padre. PEDRO PABLO RUBENS Mis obras me han dado prestigio y reconocimiento pero internamente no me he sentido diferente a cualquier otro hombre. He trabajado intensamente para no ver mi desdicha. Un jardín donde está una de sus musas desnudas,la que se va repitiendo en la misma pose y en distintos tamaños, en diferentes partes del jardín. Rubens se esconde detrás de las musas, mientras se acerca al frente del plano. Llega hasta la primera, y es esta quien levantando un brazo le señala algo. El mira en la dirección señalada y ve un camino muy largo, que está trazado sobre un mar muy tranquilo, el fondo de este camino está iluminado por la luz de un planeta RUBENS. ¿Qué significa esto? Parece un cuadro, pero no de los que yo pinto. UNA VOZ. No, es claro que no es un cuadro, y menos de los que tu pintas, los cuáles están cargados de lujuria. Abandónalos y penetra en este que es la señal de un camino hacia la purificación que inconscientemente estás buscando. Rubens se quita su ropa de pintor y emprende ese camino que como puente sobre el mar de la mente lo lleva hacia su planeta personal. 17 EL GIOTTO (GIOTTO DI BONDONE) Se lo percibe enojado con su propia creación. YUKTESWAR. Está bien no apegarse, pero tampoco hay que rechazar. Tu obra es lo que es, ni buena ni mala, pero si cambias la mirada verás que en la experiencia realizada está la posibilidad de tu liberación. El Giotto está pintando un fresco en un muro. Además de las herramientas de pintor tiene otras a su alrededor. Se levanta y se aleja para ver como va su obra. De pronto un ataque de furia lo invade. Toma una maza de albañil y arremete contra el muro, el cual al primer golpe se quiebra en mil pedazos. Ahora la escena entra en un ritmo de movimiento muy lento. Los trozos del muro van cayendo con mucha lentitud y a medida que se separan una luz va surgiendo por entre los mismos, dejando ver detrás de ellos, una muy fuerte fuente luminosa. Cuando todos los trozos del muro han caído, El Giotto queda deslumbrado frente a esa fuente de luz. Es desde esta que surge una fuerza que lo llama. Él se entrega a esa fuerza, la que lo transporta hacia un plano de purificación, y en el trayecto lo acompañan todos los Cristos que pintó. JOAQUÍN TORRES GARCÍA Es un señor muy refinado y elegante no solo externa sino también internamente. Está pintando en su taller que luce muy luminoso. Joaquín queda muy impresionado por la figura del maestro Yukteswar cuando este ingresa a su taller. JOAQUÍN TORRES GARCÍA. No suelo hacer retratos pero permítame tomarlo como modelo. YUKTESWAR. Justamente vengo a sugerirle unas nuevas técnicas que le puedo transmitir en mi propio taller. JOAQUÍN TORRES GARCÍA. Lo acompaño siempre y cuando me permita retratarlo. YUKTESWAR. Por supuesto no tengo ninguna objeción en ser su inspiración permanente. 18 REMBRANDT (HAMERSZOON VAN RIJN) Está enseñándole a pintar a un niño REMBRANDT. Recuerda que el acto de pintar debe ser un acto de oración. Que todos crean que estás pintando pero simplemente juega y no distraigas la atención de la meta verdadera. Aparece Remabrandt transformado en uno de los personajes de sus pinturas, esta corresponde al Filósofo. Dentro del recinto en el que se encuentra, que es como una especie de cueva iluminada por una tenue luz, el pintor se retuerce y gime. REMBRANDT. Señor, ¿por qué es tan dual tu Gracia, dado que por momentos me sumerges en la sombra y en otros me muestras tu luz? JESÚS. Deja de jugar entre luces y sombras, ya tienes criterio para elegir tu camino. Te quejas injustamente para encubrir el juego que tanto te gusta Rembrandt se levanta y arrodillándose ante Jesús le pide perdón. REMBRANDT. Señor, perdona mi debilidad y permíteme que te siga hacia donde tu quieras llevarme. Poniéndose de pie sigue a Jesús quien le muestra el camino de la liberación. DAVID ALFARO SIQUEIROS Una obra es como un fruto que se ve por la Gracia, no debe haber esfuerzo, lo forzado va contra la naturaleza y no tiene Origen Divino. Toda obra oscura debe terminar, solo la luz del Padre permanecerá eternamente. 19 EL GRECO (DOMÉNICO THEOTOCOPULOS) Una fuerza que no puede controlar le arranca todas sus vestiduras, dejándolo desnudo. Llorando y de rodillas le pide al Padre la purificación de toda su obra. El Greco se encuentra en una escena muy extraña. En forma velada aparecen varios personajes de sus cuadros, encontrándose el pintor en el centro. Alto, muy alto, sus pies apoyados en una roca que emerge de un abismo. Su figura alargada da la sensación de que quiere elevarse, pero sus pies están firmemente agarrados a la roca. Se presenta Jesús. JESÚS. Suelta ese mundo que te sostiene y verás que simplemente ingresas al que estás apto para ingresar, y el cual te corresponde. El Greco lentamente desprende los talones de la roca, pero las yemas de los dedos de sus pies quedan aún sensualmente tomados de esa piedra. Entonces Jesús desciende y mirando fijamente a la roca le ordena: JESÚS. Haz de tí lo que corresponde y vuelve al mundo que te pertenece. Al instante la roca estalla en mil fragmentos. El Greco al verse sin soporte comienza a ascender hasta un plano en el cual es recibido por Yukteswar y Yogananda. YUKTESWAR. Hasta aquí has ascendido por Fuerza y Gracia de Jesús. De aquí en más el camino lo recorrerás tu solo. Los maestros desaparecen para que muy lentamente el pueda ir ascendiendo por un medio consciente y propio. CAMILLE COROT Se lo ve corriendo en un grado de confusión y agitación muy grande. YUKTESWAR. Deténte. ¿Adónde quieres llegar si es que te has planteado algún fin? Mira hacia lo alto y deja de buscar, pues ya lo posees todo, solo que aún no lo sabes. Mira hacia lo alto y El Padre se va a revelar. 20 Corot está bajo la luz que le envía El Padre, pero en él aún hay una zona que purificar, esta zona es la de la gran duda. A su alrededor se forma una cámara dentro de la cual aparecen todos sus recuerdos, que en él han empezado a abrir brechas en su conciencia. Por estas brechas va ingresando la luz que El Padre le envía disolviendo todo aquello que lo ata al pasado. Una vez que este se ha disuelto, Corot ingresa en un espacio de luz que poco a poco lo va elevando y a su vez disolviendo cualquier vestigio de duda que todavía pudiera quedar. JUAN VAN EYCK Está armando un rompecabezas pero le faltan piezas. YUJTESWAR. ¿Qué haces? VAN EYCK. Me faltan piezas para armar el rompecabezas de la vida. YUKTESWAR. La vida no podrás comprenderla buscado dentro de los límites de tu mente. Elévate o el rompecabezas te acompañará eternamente. Un gran escenario azul donde está el rompecabezas. Van Eyck sigue buscando las piezas que le faltan JESÚS. El logro no está en terminar de armar el rompecabezas, sino todo lo contrario, esto es ir desarmando cada una de las piezas, y que no te quede después de deshacerte de la última, ningún recuerdo de su existencia. La escena se va borrando porque una luz muy fuerte va invadiendo el lugar, y de pronto toda figura existente se transforma en un espejo que al querer reflejar el instante, inmediatamente se disuelve. 21 TINTORETTO (JACOBO ROBUSTI) Yukteswar le entrega al pintor un hilo de luz y le pide que lo ayude a rodear con él a todos los artistas, formando así una valla protectora para recibir la llegada del Padre. GEORGE BRAQUE YUKTESWAR. Ya no hay tiempo. Deja lo que estás haciendo y únete a nosotros Braque arroja al espacio todo lo que se encuentra haciendo en una habitación situada en la cúspide de una montaña. A medida que él se desprende de sus posesiones se va elevando y con el último objeto que arroja, la montaña se desmorona, quedando Braque suspendido en el aire. A su lado se encuentran Yukteswar y Yogananda que lo recogen con una red de pescadores, llevándolo hasta los límites del plano. En ese espacio, mientras Yogananda lo sostiene Yukteswar lo atraviesa pasando del otro lado. YUKTESWAR. Salta, es tu último esfuerzo. No dejas nada. Salta y el triunfo será tuyo. El pintor tomando impulso salta al vacío, y en la medida que ingresa al mismo descubre que no hay tal vacío. Entonces se disuelve y desaparece. ANDREA MANTEGNA El pintor está en el centro de una superficie dividida en cuatro partes, y con una capa de torero, va cubriendo alternativamente cada uno de esos cuartos. Cubre y descubre, por momentos lenta y en otros rápidamente. Al hacerlo, cuando tapa la superficie la conciencia se adormece, pero cuando gira destapándola, la luz penetra y se produce su despertar. Yukteswar detiene su tarea. YUKTESWAR. Deja de abanicar ilusiones, pues si bien son buenas tus intenciones, el peligro de fracasar es inminente. Mantegna frena su movimiento y al hacerlo automáticamente se eleva de plano. El efecto que le produce la experiencia es angustiante. 22 YUKTESWAR. No tengas miedo, continúa sin pensar en el proceso. Concéntrate en el eje sobre el cual te elevaste y esto te irá liberando de dudas y angustias. Concentrado en el eje que le señaló el maestro, Mantegna va ascendiendo, y a medida que lo hace se va desintegrando hasta llegar al borde del plano. Entonces atraviesa el límite y desaparece APELES Apeles desciende del cielo por medio de un par de alas de ángel. Estas le fueron prestadas para poder concurrir a la convocación. APELES. Espero que la entrevista no sea muy larga, dado que deseo no permanecer mucho tiempo alejado del lugar en que me encuentro. EL CONVOCANTE. Lamento la interrupción, pero así está hecho el programa y debo respetarlo. APELES. Bien, ¿qué quieres saber? EL CONVOCANTE. No soy yo quien va a preguntar sino uno de mis maestros. El convocante llama a Yukteswar que inmediatamente se presenta. YUKTESWAR. Equivocaste el interlocutor, pero ya está todo en el orden que corresponde. ¿Qué hace que de pronto seas removido del lugar en que estás para volver al plano que abandonaste hace mucho tiempo? APELES. No lo sé, y lo estoy tratando de averiguar. YUKTESWAR. Así como en tu caso, otros también fueron premiados con el don de la inspiración. Lamentablemente la mayoría, y me atrevería a decir todos, la inspiración la proyectaron sobre este mundo. La inspiración es la energía madre, y es otorgada para penetrar y ver el mundo interior. Desde ese lugar es posible la concentración, y esta produce la imantación al plano superior. Pero, ¿qué han hecho todos con el tesoro de la inspiración? Lo han invertido para recrear las imagenes de este plano. Esta es la razón por la cual estás aquí presente, porque de algún modo tu representas a todos los artistas que en el arte de la pintura y de la escultura se manifestaron en este mundo. Mientras el maestro pronuncia estas palabras se observa que se va llenado un cubo con agua. 23 YUKTESWAR. Apeles, lleva este cubo del Agua de la Verdad hasta el confín de este plano, y en nombre de todos tus colegas rocía al mundo con este líquido sagrado. Apeles obedece al maestro, distribuye primero el agua en el corazón de cada uno de sus colegas los cuales comprenden el sentido real de las obras que realizaban en Entonces desde sus corazones, como una fina lluvia, esa agua sagrada va nutriendo al mundo del Padre RENÉ MAGRITE Está subido a una escalera muy larga que se pierde en el cielo. Pinta con un grueso pincel, bosquejando figuras con colores muy brillantes. Yukteswar a su lado, suspendido en el aire, lo mira atentamente. YUKTESWAR. Perdona René que te interrumpa. Cuéntame, ¿qué estás haciendo? Magrite se da vuelta y esgrime una sonrisa muy amplia al dirigirse al maestro RENÉ MAGRITE. Tuve un sueño, y en este sueño pude ver lo que ahora estoy pintando. YUKTESWAR. Realmente es muy bello lo que haces, y por lo que veo tantos colores y tanta luz surgen de tu corazón. Quizás no te hayas dado cuenta, pero quien te dió la inspiración ha sido nuestro Padre que te observa y se alegra que estés adornando el cielo. Al pintor se lo ve muy felíz y continúa entusiasmado con su obra. Yukteswar se retira y lo deja en compañía de los ángeles solares. MAX ERNST Lleva una carretilla con muchos baldes de pintura. Está como perdido, sin saber adonde va. Yukteswar lo detiene YUKTESWAR. ¿Acaso buscas el camino? MAX ERNST. Hace ya mucho tiempo que se están secando mis pinturas y temo llegar tarde. YUKTESWAR. No temas, yo te puedo indicar donde ir. Conozco un sitio en donde podrás expresar todo el amor que sientes al pintar. Solo hay un secreto, y es que estas pinturas que realizas debes dedicárselas al Padre. Max Ernst está complacido por semejante pedido. Yukteswar se va, iluminando un sendero por el cual asciende el pintor con su carretilla. 24 JUAN GRIS En la escena se visualiza un salón en tinieblas lleno de atriles. Unos débiles rayos de sol se filtran por la ventana, pero bastan para ver a Juan Gris tendido en el suelo, con la paleta en una mano y el pincel en la otra. Puede percibirse tristeza en sus ojos que miran el techo buscando alguna figura para pintar. Se abre una ventana y la luz del sol irrumpe en el salón, asustado, se sienta en el suelo sin soltar su paleta ni su pincel. Entonces ve que por la ventana entra una paloma hecha de papel plegado. Juan comprende que esta paloma es un mensaje que alguien le envía. De pronto escucha una voz. LA VOZ. Pinta esa luz con los colores más brillantes que puedas inventar. Trata de agotar todo cuanto tu imaginación te lo permita, pero no desvíes tu mirada de la luz porque esta impregnará en tu mente la Gran Manifestación. Juan Gris entusiasmado pone manos a la obra. SALVADOR DALÍ Con su aspecto de loco delirante, la mirada perdida, camina por un escenario compuesto por todos sus cuadros que resaltan las formas y colores que alguna vez plasmó. Sus hombros caídos demuestran que se siente cansado y derrotado. Yukteswar, que estaba escondido detrás de un reloj, se asoma y lo llama. Dalí abre los ojos sorprendido. SALVADOR DALÍ. Yo a ti no te pinté. YUKTESWAR. Solo pasaba por aquí. ¿No te parece que estos relojes ya no tienen cuerda? SALVADOR DALÍ. Es que ya no tienen vida. Están cansados como yo. YUKTESWAR. ¿Por qué por un instante no te olvidas del desgaste inútil del tiempo que hiciste en tu vida? Si eres capaz de hacerlo recuperarás ese tiempo perdido. Necesitas solo un momento para darte cuenta de lo que te digo. SALVADOR DALÍ. Sé perfectamente de lo que me estás hablando. ¿Pero podré con mi locura? ¿Crees que podré? YUKTESWAR. Ya pasaron tus tiempos de locura, solo quedarán tus pinturas en la retina y en la memoria de quienes las miren. Pero tu no eres eso, dentro tuyo hay algo por descubrir, y si lo descubres esa será tu última gran obra, en la que podrás demostrar que no estás tan loco como parece. 25 Las palabras del maestro lo reconfortan. Yukteswar le entrega un balde con pintura blanca YUKTESWAR. Ya sabes que hacer. Salvador toma el balde de pintura y lo desparrama sobre el escenario quedando todos sus cuadros cubiertos de pntura blanca. Sobre esa única tela realizará su última e inspirada obra. BRUEGHEL, ELVIEJO (PEDRO BRUEGHEL) Está en una habitación muy grande pintando con colores muy fuertes, algunos con mucha luz. Se ve en Brueghel una aura clara, como que atravesó un proceso de purificación y pudo empezar a entender. BRUEGHEL. Tuve dos etapas en mi vida de pintor. La primera fue como una confusión, una locura, donde era arrastrado a proyectar en la tela mi oscuridad, esos personajes y sombras que habitaban en mi mente. En la segunda etapa se manifestó otro plano de conciencia y surgieron otros colores y la obra tenía su origen en la plenitud del alma. Y esta transformación generó un sentimiento distinto a mi arte. Pude ver la luz que me mostraban y transitar el camino del aprendizaje. Hoy siento una felicidad perdurable sin plantearme lo que pinto, sin buscar ni conformar ni gustar a nadie. Soy felíz y la luz del Padre me acompaña. El Padre es mi mejor mecenas. 26 ANTONIO WATEAU Camina por las salas de un museo muy grande, observando algo desconcertado las obras que pueblan el lugar. LA CONVOCANTE. ¿Qué es lo que buscas? ANTONIO WATEAU. El sentido del sinsentido. Trato de recordar el placer que sentía en el momento de pintar... pero no le encuentro sentido. Si tal vez hubiese pintado con una conciencia diferente, viendolo ahora en perspectiva, mi trabajo hubiese sido más rico. Y esto pudo ser, porque una noche, tal vez en un sueño, ví la Energía del Padre que derramaba colores inimaginables que yo jamás hubiera podido concebir. Pero pronto la olvidé y seguí con mi locura, por eso trato de descubrir en el arte y en el mundo un sentido para el sinsentido. Wateau está en la cama de un hospital y se pueden ver tubos que le cuelgan por distintas partes del cuerpo. Yogananda se le acerca. YOGANANDA. ¿Qué te pasó? ¿Te accidentaste? WATEAU. No, me enfermé de pensar, buscaba el sentido del sinsentido y no lo encontraba. Entonces empecé a buscar el sinsentido del sinsentido y tampoco lo podía hallar. Las lecturas no me ayudaban, ni Sartre ni Foucault. Ni tampoco las charlas que tuve con eruditos y profesionales. Finalmente mi energía se agotó y caí rendido y ahí fue cuando me internaron. El pintor pudo leer a los autores que menciona en el reflejo astral de sus obras. YOGANANDA. Tu energía ha sido siempre desbordante de gran actividad. Tu alma ávida de aprendizaje recorrió una intensa búsqueda. Ahora no busques más, deja esos tubos que te tienen aprisionado a una ilusión mental y acompáñame. Debes parar de perseguir el sinsentido para poder realizar el sentido verdadero. WATEAU. No puedo acompañarte porque si me deshago de estos tubos me moriré. Ya me pasó antes, cuando estuve a punto de morirme y mi avidez mental fue lo que me mantuvo vivo. El maestro trae un tubo portátil de oxígeno conectado a una máscara. YOGANANDA. Respira por este tubo, te asegurará la vida hasta que termine nuestro viaje. No temas, cualquier cosa regresamos al hospital en una ambulancia. Con temor Wateau se saca los tubos y acompaña al maestro. 27 MAESTRO MATEO (Cincelador del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela) Es un artista obsesivo por su trabajo. Las imágenes que cincela están en su cabeza y debe cumplir con la misión que Dios le encomendó de plasmar en su arte. Considera que no tiene tiempo que perder y en ningún momento detiene su actividad. YOGANANDA. ¿Para qué haces tu obra? MAESTRO MATEO. Como una alabanza a Dios, no importa que la gente la vea, la admire o la comprenda. Una noche siendo niño se me apareció un ángel con un martillo y un cincel, que me los entregó diciendo que mi tarea era cincelar. YOGANANDA. ¿Lo que debías esculpir no era tu alma? MAESTRO MATEO. ¿Lo que hago afuera no es un reflejo de lo que estoy haciendo adentro? YOGANANDA. De ninguna manera. MAESTRO MATEO. ¿Para qué entonces se me apareció el ángel? YOGANANDA. Era un símbolo interior. Mateo desesperado tira el cincel y se baja de la escalera donde estaba trabajando. MAESTRO MATEO. No puede ser que haya perdido tanto tiempo, que haya entendido todo mal. YOGANANDA. ¿Quieres empezar tu cincelado interior? MAESTRO MATEO. ¿Por qué no me lo dijeron antes? YOGANANDA. Te lo dijimos infinidad de veces pero estabas tan atareado en tu trabajo que no podías escucharnos. Se presenta Jesús a quien Mateo puede reconocer, arrodillándose en su presencia. JESÚS. No entendiste el verdadero mensaje del Padre, tal era tu obsesión por perfeccionar tu trabajo externo. Pero no perdiste el tiempo, ya que la obsesión por tu obra te evitó dedicar tu tiempo a cometer las locuras que de otro modo hubieras hecho. .............................................................. 28 Mateo se mira a un espejo donde puede ver como su corazón se va modelando y con cada sentimiento modelizado su figura adquiere una belleza en constante modificación. Pero aquí debemos aclarar que esta belleza no es una lindura de imagen , sino una forma de luminosidad transparente, que se va intensificando a medida que su corazón atiende a todo aquello a lo que antes era sordo e insensible. EL PADRE. Hijo mío, ahora sí tu misión está cumplida, pues el objetivo de la misma era crear tu propia interioridad cincelando los contenidos del Ser que mora en tí. Da por terminada la obra. Mateo ingresa en la dimensión del Padre para contribuir con sus armónicas formas a la Gloria del Señor. PAUL GAUGUIN Llora desconsoladamente y sus lágrimas no solo inundan la habitación donde se encuentra sino que también bañan cada uno de sus cuadros y así va viendo desaparecer la imagen pintada de sí mismo. De pronto estas telas vacías comienzan a reflejar la locura de su mente, recordándole las figuras proyectadas momentos muy duros de esta y otras vidas. El proceso es muy doloroso porque cada lienzo vacío le muestra imágenes muy crueles. Estas giran como una rueda sin fin y es tanta la intensidad de ese mundo proyectado que no puede contener su llanto. Se presenta Yukteswar y le corta una oreja, entonces el dolor lo saca de ese juego sin fin. El maestro continúa cortando esas imágenes del pasado y con sus restos llena cinco bolsas que arroja para ser quemadas en el fuego de la purificación. A medida que se produce la quema comienzan a surgir imágenes que Paul nunca había visto, estos son paisajes celestiales. El pintor toma su pincel y se comienza a pintar a si mismo caminando hacia esos paisajes. AUGUSTE RENOIR Renoir navega en un bote sobre un lago. En la embarcación lleva un caballete y se lo ve pintando, pero a medida que se interna en el lago las pinceladas van borrando lo pintado, quedando finalmente la tela en blanco como al principio. Al llegar al centro del lago el bote comienza a sumergirse, cayendo Renoir a las aguas, donde se sumerge sin ofrecer resistencia. Cuando la inmersión es profunda, nuevas imágenes aparecen proyectadas en las aguas claras del lago. 29 Estas imágenes son santas, muy distintas de las que él habitualmente pintaba, y a medida que surgen van constituyendo un mandala que lo va elevando de las profundidades de lago. El pintor no quiere volver porque sabe que en todo este proceso fue eliminando el peso de lo que fue incorporando en la vida. Con esa sensación de vacío llega a la superficie y allí lo espera un Sol radiante que tiene como misión iluminar su conciencia. Caminando como Cristo sobre las aguas, Renoir se dirige hacia ese Sol donde logrará su máxima purificación. EL PINTOR DE LA CUEVA DE ALTAMIRA El maestro Yogananda lo interroga. YOGANANDA. ¿Qué estás haciendo? EL PINTOR DE ALTAMIRA. Sigo pintando en la misma cueva, nunca me moví de aquí, sigo transmitiendo las imágenes que viven en mi mente YOGANANDA. ¿En algún momento te vas a despojar de ese estado de posesión y sentir que tus manos son las de Dios y a Él debes entregarte? EL PINTOR DE ALTAMIRA. ¿Entregarme? YOGANANDA. ¿No te has dado cuenta que el don que se te ha transmitido es una Gracia Divina? Pero lo fuiste perdiendo con tus constantes pactos, y así quedaste prisionero de esa posesión. EL PINTOR DE ALTAMIRA. Estoy gustoso con mis pactos. YUKTESWAR. Estás mintiendo, no tienes elección propia. Primero se ríe al quedar descubierto, hasta que de pronto las manos le sangran y comienza a derramar lágrimas de sangre. EL PINTOR DE ALTAMIRA. (Sorprendido y desesperado). ¿Qué sucede? YUKTESWAR. ¿No te das cuenta? Ahora sigue pintando El pintor de Altamira pinta su última obra, un paisaje oscuro de donde emergen escaleras de sangre que conducen a los más primitivos abismos de la condición humana. Entonces comprende y se inclina arrepentido ante los maestros. EL PINTOR DE ALTAMIRA. Mis manos se entregan a Dios y le pido pueda elevarme y 30 que sea Él quien viva en mí. Entonces siente que la luz de Dios mira por sus ojos, escucha por sus oídos, habla por su boca, actúa por sus manos. YOGANANDA. ¿Ahora comprendes que te equivocaste de camino? A los pies del Padre el pintor de Altamira renuncia a sus pinturas, y elevándose a los pies del Padre se transforma en un ángel de luz, encontrando para siempre el regocijo divino. PAUL CÉZANNE Representa un hombre de unos cincuenta años, vistiendo un delantal de pintor, haciendo manchas ocuras sobre la tela depositada en el caballete que está frente a él. PAUL CÉZANNE. No puedo reflejar ninguna imagen sobre la tela. Sorpresivamente sobre la tela aparece la imagen de Jesús. Es tal el impacto que Paul retrocede más que asustado. JESÚS. Querías una imagen, aquí tienes una. PAUL CÉZANNE. Yo no la he pintado. (Se agarra la cabeza). Estoy enloqueciendo. JESÚS. No estás loco, pero sí desconectado de la realidad. Tus pinturas solo manifiestan la oscuridad que tienes dentro tuyo. Esa oscuridad fue la que te consumió, y ahora ni siquiera te permite pintar. PAUL CÉZANNE. Solo sé hacer esto. ¿Qué haré si no pinto? JESÚS. Pedir la iluminación al Padre, y entonces podrás reflejar los colores más maravillosos, las imágenes más bellas. La energía fluirá en forma inagotable y la conexión será con la Realidad. PAUL CÉZANNE. ¿Qué debo hacer? JESÚS. Pedir al Padre que te ayude PAUL CÉZANNE. Te ruego, te suplico que no me abandones y si puedes me lleves al cielo. Jesús sale de la tela, lo envuelve en luz y desaparece. .............................................................. 31 Paul Cézanne asciende hacia el cielo, y en su camino va encontrando colores indescriptibles, y ante esta visión maravillosa reflexiona. PAUL CÉZANNE. ¿Cómo es que nunca los ví? JESÚS. No los viste porque no existían en el plano en que estabas. Recién se manifiestan en el plano de vibración por el cual estás transitando. Pero continúa tu experiencia y veamos qué sucede más adelante. A medida que continúa el ascenso los colores se transforman en energía luminosa PAUL CÉZANNE. Con esta energía habría compuesto los paisajes más hermosos que hubiera alguien pintado sobre la Tierra. JESÚS. No sueñes ya que esto es imposible de reproducir en un plano tan denso como es el de la Tierra. Pero sigue ascendiendo. Así lo hace Cézanne y de pronto siente que toda su figura se desvanece, que su mente queda flotando vacía, sin ningún registro de existencia. De pronto esta mente vacía se abre al cosmos y en él estalla, disolviéndose todo vestigio de personalidad, quedando solo el concepto Yo Soy, pero una vez ingresado a los espacios del Padre, ni siquiera ese concepto resiste a la luz que de Él emana. JOHANNES ITTEM Aparece como un punto oscuro que se mueve en el espacio. El desarrollo de este punto en el espacio es de búsqueda, la búsqueda de un encuentro o de una salida, que en su caso, aunque pareciera no es lo mismo. Busca algo que cree conocer pero no puede registrar su naturaleza, por lo que duda y quiere salir de esa duda que bloquea dicha búsqueda. Este conflicto aparente le da cierto movimiento en esta vida, hasta que al final, buscando salir encuentra entrar. Su punto de manifestación se empequeñece rápidamente y así como se empequeñece va dejando en el camino los lastres que producen esa confusión. Al deshacerse finalmente de esta carga una luz se prende, impregnando todo el campo. Johannes Ittem se funde y desaparece en esta luminosidad. 32 CAMILLE PISARRO Se ve un arco iris con colores muy brillantes, hasta que tomando una cierta distancia se comprueba que ese arco iris es la paleta de un hombre que con un pincel, va dibujando sobre un lienzo blanco. Yukteswar, que estaba oculto tras ese lienzo, asoma su cabeza. YUKTESWAR. ¿Qué pintas? CAMILLE PISARRO. Son expresiones que brotan del corazón, es una energía que entra en mí y se hace necesario que brote. YUKTESWAR. ¿Es una nueva técnica? CAMILLE PISARRO. Tú lo has dicho. Acabo de aprenderla y no tiene que ver con nada de lo que se puede ver y tocar, los sentidos son ajenos a esta experiencia. Esta técnica que me ha sido enseñada en secreto y porque sé quien eres te la revelo. Yukteswar le sonríe y Camille continúa pintando en ese lienzo blanco. ALFRED SISLEY Está en un escritorio, agarrándose la cabeza con las manos. Las paredes del cuarto donde se encuentra están llenas de cuadros. A su lado está Yogananda pero él no llega a verlo. ALFRED SISLEY. Las imágenes han desaparecido de mi cabeza. Está todo agotado, solo experimento la confusión y el caos. (Se mira las manos y comienza a llorar). Solo puedo hacer grandes manchones. YOGANANDA. Las imágenes no han cesado, lo que ocurre es que has bloqueada tu corazón y eso es lo que te impide pintar. Sisley se frota los ojos ante lo que percibe como una aparición fantasmal. YOGANANDA. No es irreal lo que estás viendo. Tu corazón reclama ayuda y yo puedo ayudarte si me dejas. ALFRED SISLEY. No comprendo lo que está pasando. YOGANANDA. La comprensión mental solo crea confusión. Si abres el corazón la mente se despejará y podrá fluir la energía hasta llegar a tus manos. 33 ALFRED SISLEY. No sé que puedas hacer por mí, pero lo que sea hazlo ya. YOGANANDA. Todo requiere de un tiempo. En el medio del cuarto se abre un camino de luz. YOGANANDA. Deberás transitar por él. Yo estaré al final del camino y también estaré aquí cuando vuelvas. Sisley comienza a transitar el camino hasta que desaparece en la luz. La escena corresponde al momento en que se reencuentra Sisley con Yogananda. YOGANANDA. ¿Cómo te ha ido en el viaje de retorno al Padre? ALFRED SISLEY. Estoy muy confundido, la luz que me transportó tiene efectos sobre mí mente, y a medida que asciendo va borrando sus contenidos. YOGANANDA. Quédate tranquilo, ese es el efecto que corresponde. Entrégate a la luz y permite que ella entre en tí. Sisley así lo hace y todo se disuelve, ingresando como una energía simple y única en el campo del Padre. CLAUDE MONET Está acostado en una cama. MONET. Ya no volveré a pintar. Las imágenes toman vida, me confunden y me asustan. Monet cierra los ojos y se va durmiendo. En el sueño escucha la voz de Yukteswar. YUKTESWAR. Las imágenes son manifestaciones de tu interior plasmadas en una tela. Tienen vida propia, por eso te asustan. El pintor abre los ojos tratando de encontrar la voz, pero no ve a nadie y vuelve a cerrar los ojos. YUKTESWAR. No puedes verme pero sí oírme. Si dejas que las imágenes sean enviadas por El Padre, la energía fluirá desde arriba, el miedo desaparecerá y podrás continuar con el don divino de la pintura. La creencia de que el don te pertenece ha provocado tu confusión. Si ahora aceptas que todo viene de arriba y nada es obra tuya, que tan solo eres un instrumento del Padre, y dejas que Él sea quien pinte a través tuyo, entonces el dolor desaparecerá. 34 AMADEO MODIGLIANI Tiene sus manos manchadas como si las hubiese metido en los potes de pintura. Busca desesperadamente algo con que limpiarse, cuando Yukteswar lo sorprende, trayendo en sus manos una jarra con agua limpia. El maestro la derrama en sus manos y desaparece la suciedad en el mismo instante. Modigliani le agradece al maestro. MODIGLIANI. ¿Qué sustancia has usado para que limpiase con tanta facilidad la pintura de mis manos? YUKTESWAR. Es solo agua. Pero mi visita responde a una cuestión mucho más trascendente que una limpieza de manos, ya que vengo a comunicarte que necesitamos de tu servicio de pintor. Estamos ante una nueva creación y El Padre te revelará que temas debes abordar en tus nuevas pinturas. Estas brotarán naturalmente de tus manos, y serán desarrolladas con una energía diferente. Si aceptas serás partícipe de esta experiencia y recuerda que es un trabajo para El Padre, y debes asumirlo con total dedicación. MODIGLIANI. Estoy sorprendido, pero este pedido no me trae ninguna duda por lo tanto no tengo ninguna dificultad en aceptarlo. ANTONIO BERNI Antonio está en un gran basural recolectando latas, chapas, cartones y pedazos de telas para sus collages. Este basural es la antesala del infierno, en él cada resto es una muestra del sufrimiento de aquel a quien perteneció. Las historias se suman y lo invaden, quiere deshacerse de ellas pero el esfuerzo es inútil, ya que como pequeñas serpientes se trepan en su mente, contaminándola con sus oscuros conflictos. Llevando toda esa carga material y psicológica se dirige a su taller que no es otro que un anexo del basural. Allí selecciona objetos e historias para después archivarlos. Luego vendrá la producción. En esta etapa sus fuerzas se debilitan, y solo puede dar lugar a una obra, que aunque impacte por su aparente fuerza, es interiormente precaria. Los monstruos que emanan de Antonio Berni van tomando forma sobre la tela, logrando productos de alto contenido emotivo pero de baja proyección luminosa. El maestro Yukteswar entra en el taller y se dirige a Antonio. YUKTESWAR. Retorna al basural todo lo que de allí trajiste y comienza a limpiar tu mente de los contenidos que fuiste asimilando en esa experiencia. El pintor se niega, argumentando que es su obra de muchos años y a la cual se entregó con verdadera pasión. Entonces el maestro sentencia. YUKTESWAR. Muerto seguirás viviendo en tus obras, hasta el momento en que nadie se acuerde de ella. Recién entonces podrás comenzar un camino de purificación. 35 RAÚL SOLDI Raúl Soldi está en un campo azul rodeado de formas blancas, y estas formas son personajes que habitan su mente y en algún momento pasaron a ser plasmadas en la tela. De pronto estas formas blancas lo rodean, lo toman en vilo y lo van elevando. Ya en la altura se ve que estas formas son ángeles y energías luminosas, que lo llevan hasta una puerta muy angosta. El pintor pregunta: ¿Qué debo hacer? Yogananda le responde: Deberías hacer nada más y nada menos que deshacer todo lo que has hecho RAÚL SOLDI. ¿Y cómo es posible hacer lo que me pides? YOGANANDA. Muy simple, desdibuja todo aquello que dibujaste y entrega su producto al Padre. Ante sus ojos pasa toda su obra y ve sin pena ni angustia como esta se va disolviendo, y con una paz y una alegría que nunca antes había experimentado, ingresa en el plano del Padre para no volver jamás. HENRY MATTISE Mattise está pintando su propia figura en una tela donde ya están plasmadas unas figuras muy estilizadas. Inesperadamente el cuadro comienza a derretirse, y van cayendo al piso gotas de distintos colores, hasta que se desprende su pequeña figura golpeando en el suelo y perdiendo el conocimiento. Yukteswar, que estuvo observando toda la escena, lo despierta. YUKTESWAR. Abre los ojos y vuelve a comenzar. Te hemos covocado conociendo tu oficio, para que seas parte de esta nueva creación. El maestro le indica que mire a través de una ventana abierta, donde aparecen el cielo y el Sol que se van acercando de a poco. A medida que van ingresando los rayos de Sol a la habitación se puede apreciar una masa de energía que transporta los colores suaves, que se manifiestan como millones de partículas de diferentes tonos. Mattise no puede salir de su asombro y se dirige a Yukteswar. MATTISE. ¿Es El Padre quien provee esta Energía? 36 YUKTESWAR. Absolutamente, esta será desde ahora tu inspiración. La energía lo rodea y lo levanta del suelo, y el pintor siente que todas estas partículas se han introducido en sus poros MATTISE . Ya estoy listo. 37 YUKTESWAR OFRECE A LOS ARTISTAS UNA ENSEÑANZA ACERCA DE LA ACCIÓN. La quietud no significa estar estático en la acción. No hay que confundirse, la quietud proviene del alma y en ella hay que centrarse. Se puede mantener inmóvil el cuerpo, pero la mente puede estar divagando absorbida y regida por diferentes vibraciones que nada tienen que ver con el alma. ¿Cómo se puede reconocer la quietud del alma? Cuando sientas que nada te exalta, te desconcentra o perturba tu focalización hacia El Padre, te encontrarás en un estado de beatitud y de una serena paz, donde dejará de existir el espacio y el tiempo, provocando así la abstracción de la mente y anulándose de esta forma cualquier tipo de sensación perturbadora originada por los sentidos. Descansa en ella pues habrás logrado el objetivo, ese oasis que te devuelve a la Vida Eterna. LA PERFECTA QUIETUD DEL MAESTRO CHIDANANDA El maestro Chidananda viene caminando apoyado en su bastón. EL CONVOCANTE. ¿De dónde vienes? CHIDANANDA. Ya no lo recuerdo, simplemente fue un acto que cumplí. EL CONVOCANTE. ¿Y hacia dónde te diriges? CHIDANANDA. Hacia donde mis próximos pasos me guíen. Deja pues que tu andar continúe sin prestar atención hacia donde te diriges, ya sea que estés parado o en movimiento, mantén la misma concentración, enfocando a través de la misma la vibración de tu corazón, abriéndolo como un radar gigante para que reciba los ecos, dejándole la dirección hacia donde debes dirigirte. Este radar definirá tus pasos y señalará tu camino. Debes estar alerta, no desde la vibración de la mente, que imanta negativamente, sino la de tu corazón que aletea desparramando esa energía vital que llega a todos tus centros, armonizándolos y manteniéndolos centrados. Entonces te darás cuenta que aún estando en movimiento tu centro está quieto. 38