La Gran Recepción al Padre - Pintores

Anuncio
LA GRAN RECEPCIÓN AL PADRE
IV
ARTISTAS PLÁSTICOS
2
RAMAKRISHNA
No importa donde esté la locura, lo importante es la vibración y la emoción que
se puede lograr con ella para obtener lo que se llama arte.
El Soplo Divino debe encontrarse en cada obra, por la conexión que se obtenga
al realizarla.
3
4
FRIDA KHALO
El sufrimiento y el dolor de mi vientre
el supremo sufrimiento de pintar una tela,
todo eso será olvidado,
pues ahora se me ha dado la Gracia
de pintar la Gracia del Padre.
Mientras Frida habla va pintando, encogida y dolorida,
una tela muy grande.
De pronto, a medida que se recupera fisicamente,
en vez de pintar despinta.
Desaparecen los colores, luego desaparece la tela,
e irrumpe un mundo de color,
que aparece como la esencia de los colores
como distintas manifestaciones de la Energía del Padre,
que se concentra en una luz muy blanca,
en la que Frida introduce su pincel
para pintar la llegada del Padre.
FEDERICO KLEMM
Viste una rara indumentaria: botas negras hasta las rodillas, pantalón ajustado y una
camisa negra con lunares blancos. Se mueve de la misma forma que lo hacía cuando
estaba en este plano, esto es como comenzando con un impulso natural que luego va
decayendo, dándole al movimiento una secuencia quebrada.
No habla pero piensa, y en ese pensamiento están sus secretos.
Es una personalidad que pertenece a otro mundo, el mundo de una Europa envejecida
por la guerra.
Al establecerse en otro medio, por sus características de soberbia y vanidad, establece
una relación diferente y particular con el entorno, pero a su vez, por la fascinante
necesidad que tiene de los otros: ¡Qué mejor medio para vincularse que el arte!
A través del arte logró la comunicación que necesitaba y de algún modo, si se lo puede
llamar así, integrarse a una sociedad muy distinta a la suya.
Estas circunstancias dieron lugar al personaje.
5
Federico Klemm tuvo ciertas creencias religiosas muy profundas pero ocultas a la
vista general que marcaron y martillaron de alguna manera su trayectoria.
Mientras va ocurriendo este relato su imagen se va transformando, desde su última
figura a la de su adolescencia.
En esa edad tuvo un quiebre, la presencia de lo religioso marcó un estado diferente, y
al percibir esa diferencia, se confunde y la canaliza erróneamente hacia afuera, en vez
de realizarla en su interior, creando así al personaje que todos conocemos.
Federico retorna a la última imagen que tuvo en el plano. Aparece el maestro
Yukteswar, a quien conoce, por lo que no le causa sorpresa su presencia. En un
principio no hay diálogo, pero el artista piensa que ha llegado su oportunidad ya que
en el maestro ve lo esperado, lo buscado.
YUKTESWAR. ¿Sabes dónde estás?
FEDERICO KLEMM. Creo tener una vaga idea, y a pesar de haber experimentado muchas
veces esta situación siempre es nueva para mí, pero además con el agregado de tu
presencia.
YUKTESWAR. Y bien, ¿cuál es tu conclusión respecto de mi presencia?
FEDERICO KLEMM. Que algo nuevo y distitnto está sucediendo, es como una
percepción sin análisis. Me doy cuenta pero no sé que es.
YUKTESWAR. Mantente en esa actitud y podrá ser más de lo que te imaginas. Abre tu
percepción y mantenla atenta y vas a participar de sucesos muy hermosos, de los cuales
te verás beneficiado.
Hay una relación muy especial entre el pintor Federico Klemm y el escritor Roberto
Bracco. El tema es el banquete telemático. Este es la última cena del Señor pero visto
desde una manera surrealista. El centro de la misma es Federico Klemm y uno de los
invitados a la cena es Roberto Bracco, que representa a Judas.
Roberto se acerca a Federico, lo abraza y lo besa en señal de saludo. En ese momento
llegan los guardias y se los llevan a ambos.
Los dos son crucificados, pero ninguno ocupa el lugar de Jesús, sino el de los ladrones
que lo acompañaban.
Sin embargo la imagen de Jesús está en los corazones de Federico y de Roberto.
6
DIEGO VELÁZQUEZ
La escena está representada por el cuadro de Velázquez "La rendición de Breda".
Este muestra el encuentro después de una batalla con un fondo de lanzas verticales.
De pronto es cuando se corre como un telón y se lo ve al pintor con su paleta y su ropa
de trabajo, pero observando bien se comprueba que no es él sino su imagen reflejada
en un espejo. Aparece Yukteswar y lo increpa.
YUKTESWAR. Muéstrate, muéstrate gran simulador, ¿por qué te escondes?
Ante las palabras del maestro, Velázquez sale de uno de los personajes de su obra,
conservando su paleta y su ropa de pintor.
YUKTESWAR. Desnúdate de los atributos que te dieron fama y que taparon
la real obra que te habían encomendado hacer.
El artista comienza a desnudarse y mientras lo va haciendo, todos los personajes de
sus pinturas se van desdibujando hasta desaparecer.
Una vez que todo se terminó de limpiar, una luz muy fuerte comienza a manifestar la
Gran Obra del Señor en un universo lleno de matices de energía imposibles de
describir.
VELÁZQUEZ. La hoguera ha quemado la oscuridad.
Todo se tiñe de un nuevo color.
HENRI DE TOULOUSE-LAUTREC
La imagen muestra un gusano que se arrastra entre pomos de pintura desparramados.
Con su vientre va arrastrando los colores y pintando formas de naturalezas muy
oscuras.
Alguien que pasa por el lugar, y sin ser su intención, pisa al gusano. Al deshacerse su
cuerpo que está mezclado con la pintura, se desprende una luz que va ascendiendo y
transformando cada uno de los cuadros de Henri de Toulouse-Lautrec.
El espíritu del pintor y el de los personajes, guiados por esa luz, van ascendiendo
hacia un espacio de purificación en donde podrán alcanzar la Gracia del Padre.
7
EL BOSCO
(JERÓNIMO AEKEN)
Un escalofrío invade el campo de proyección. Esta vibración es generada por un
centro de energía muy fuerte que tiene la forma de un hongo y late constantemente.
Yukteswar se encarga de congelar esta fuente de energía que es la que manifestó el
pintor al ser congelado.
La preocupación por la problemática del bien y del mal fue determinante en la
creación de El Bosco, siendo su registro de contraste tan fuerte, que incluso en el día
de hoy, hay claves no entendibles y algunas ni siquiera descubiertas en su obra.
Es tal el contenido psicológico que subyace en sus pinturas, que para quien pudiera
interpretarlas, encontraría una excelente descripción de la mente humana
Se presenta El Bosco sosteniendo en sus manos los pinceles con que produjo su obra.
A su lado Yogananda y Yukteswar transforman esos pinceles en antorchas,
arrojándolas al mundo. La luz de una de las antorchas llevará la comprensión a los
hombres, y la de la otra convertirá en luminosas las acciones humanas.
Luego las antorchas queman todos los cuadros de El Bosco, liberando su alma de la
pesada carga de haber sido testigo de la conciencia humana.
EDGAR DEGAS
Una de sus pinturas aparece como un vehículo que penetra en las entrañas de un
mundo, pero no en la materia, sino en el significado que cada pincelada a través de lo
emocional fue creando.
Se abre un universo de fantasía que como tal es superficial, hasta que esta visión se va
esfumando y surge nuevamente la pintura. Degas se acerca y con su pincel retoca un
ángulo. Yogananda, que lo acompaña, lo recrimina.
YOGANANDA. Deja la pintura, ya no tiene sentido cubrir los espacios con materia.
Libérate de aquella que cubre tu alma y así podrás captar los bellos colores del
universo. Estos colores te permitirán recrear los impulsos más puros de tus emociones,
los que podrás ofrecer al Padre, y recibir su gratificación.
8
JAN VEERMER
Una desesperante angustia obstruye su alma, y este tormento está expresado en su
obra. El pintor drena esa angustia por un canal y esta va configurando el contenido de
cada una de sus pinturas. A su vez, estas van siendo unidas por sus lados, formando
una gran estructura que comienza a girar, y al hacerlo produce dos fuerzas, una de
atracción y otra de elevación.
Estas dos fuerzas emanadas de la síntesis de su obra van imantando su alma,
llevándola a un proceso de purificación. Al concluir el mismo lo están esperando
Yukteswar y Yogananda para conducirlo al siguiente plano.
YUKTESWAR. Estás libre del pecado que te torturó. Ahora registra y pinta la
Gloria del Señor para testimonio de todos aquellos que a través tuyo puedan verla.
TIZIANO
(TIZIANO VECELLIO)
Un hombre elegante se pasea por las calles de un pueblo muy tranquilo. Al pasear va
registrando escenas cotidianas, que le van a servir como gatillo disparador de los
temas de sus obras.
La elegancia que manifiesta es tanto interna como externa, y la pureza de cada uno de
sus trazos es correcta y armónica.
Inesperadamente la tela que está pintando se rompe y en medio de su sorpresa se
presenta el maestro Yukteswar que entra a través de la tela rota.
YUKTESWAR. Deja tanta blandura y acercate a la realidad. La conexión oculta aquello
que es contraste. La elegancia endulza la verdad y la disuelve.
Tiziano se siente muy desconsolado, dándose cuenta de la insignificancia de su obra.
YUKTESWAR. No te des por vencido, todo no está perdido, puedes retomar el camino y
entregarte a aquello que es dignamente mostrable.
El maestro lo toma de la mano y lo invita a pasar a través de la tela desgarrada.
Así lo hace Tiziano, desapareciendo de este plano e ingresando a aquel de donde no se
vuelve, a menos que por misión traiga la iluminación.
9
FRANCISCO DE ZURBARÁN
El cielo truena.
Una gran nube pesada de tormenta se va formando.
Parece como que los cielos van a descargar todas sus furias.
De pronto emerge un gran rayo,
su luz ennegrece el espacio y su trueno ensordece a los hombres.
Es un espectáculo de gran fuerza y magnificencia, y todo aquel que participa en el
mismo no sólo será conmovido, sino también transformado.
Fluye el agua que invade el taller del maestro Zurbarán,
las obras flotan y se disuelven,
y la energía que brota de ellas, lleva su
mensaje hasta los rincones más innacesibles del planeta.
Entonces el ambiente se completa:
luz para ver, sordera para concentrar y mensaje para asimilar.
Una vez que estas tres formas de energía
hicieron su obra, el espíritu del maestro
se eleva ante el trabajo completado,
ha cumplido la misión en toda su magnitud.
Esto le abre las puertas al plano inmediato
superior donde alcanza la Gracia del Padre
que premia su labor de transmitir y anticipar
los hechos venideros.
10
PAUL KLEE
Partículas de materia vuelan incansablemente.
Estas se unen formando superficies inteligentemente manejadas.
¿Qué significan?
Nadie lo entiende.
El error es querer entender.
Todo se simplifica en el poder sentir.
No es fácil la propuesta.
Entonces para completar la obra, Paul Klee
recibe un anuncio.
YOGANANDA. Juega con el aire, tu obra es muy estática, y el aire colmará el sentido que
el plano no puede darle.
Paul Klee comienza a trasladar su obra al espacio.
YOGANANDA. No, no es eso lo que te expliqué, no es el hecho de cambiar la forma de
manifestación,sino que saques al niño que hay en tí y proyectes al hombre. Este le dará
la fuerza espacial que necesitas para hacer la Gran Obra.
Pero el pintor todavía no puede entender.
Paul Klee está sentado con la cabeza gacha y gesto pensativo. Se le acerca
Yogananda.
YOGANANDA. ¿Dónde están tus pinceles y tus pinturas?
PAUL KLEE. Primero quiero entender lo que tengo que hacer, estoy cansado de jugar a
nada. Esta es la razón por la que me senté un rato a pensar.
YUKTESWAR. ¿Y en qué estás pensando?
PAUL KLEE. Pienso en mis maestros, en los talleres donde aprendí la rigidez de los
trazos, la propiedad de los colores. Recuerdo lo que sentía al tener que pintar esas
horribles naturalezas muertas, y por más que tratase de poner en ellas algo de vida,
seguían siempre muertas.
Entonces me prometí a mi mismo que cuando pudiera apropiarme del conocimiento, lo
usaría para liberar las ganas de expresar mis intuiciones acerca del color, el trazo y el
movimiento.
Pero ahora veo eso como una equivocación, y temo haber hecho un pacto con el diablo.
YUKTESWAR. No, no se trata de ningún pacto, sino que tu talento fue el fruto de la
asimilación, del aprendizaje de muchas vidas, y ese conocimiento realmente te permitió
una mayor libertad de expresión.
La angustia de tu alma refleja ese cansancio porque ese aprendizaje ya se ha agotado.
Te conduciré a un nuevo maestro de tu arte, que te enseñará como canalizar tus
intuiciones.
11
El maestro Yukteswar se va con el artista, mientras Yogananda recoge del piso un
montón de dibujos que éste había tirado. Los mira atentamente, mostrando con su
sonrisa que está disfrutando de su arte, y hace un gesto de aprobación.
BASILIO KANDINSKY
A mis amigos les he revelado la verdad subyacente en mis obras. No ha sido todo nada
más que un juego que me he prestado a jugar.
Kandinsky está con un lienzo limpio en la mano, una caja de pinturas nuevas y un
racimo de pinceles sin estrenar. Lo esperan Yogananda y Yukteswar.
YUKTESWAR. ¿A qué vienes?
KANDINSKY. Un amigo me dijo que hoy abrían una nueva escuela de arte y vine a
inscribirme.
YUKTESWAR. Bien..., te llevaré a conocer tu nuevo maestro.
Yogananda le indica una mesa.
YOGANANDA. Puedes dejar acá tus materiales, no los vas a necesitar, tu maestro te
proveerá lo que necesitas.
El pintor se va con Yukteswar.
MASACCIO
(TOMMASO DI SER GIOVANNI)
Está sentado en una afombra mágica que se mantiene en el aire y vuela hacia la
izquierda y hacia la derecha. Cuando está a la izquierda el campo de inspiración
disminuye, y cuando está a la derecha se acrecienta. Yukteswar y Yogananda están en
cada extremo de la alfombra.
YUKTESWAR. En este plano los límites son aburridos, ¿qué esperas para desprenderte del
mismo?
MASACCIO. Aún me quedan espacios de inspiración para proyectar.
Los maestros toman la alfombra por sus extremos y la sacuden, proyectándolo hacia el
plano superior
YOGANANDA. Ya es hora que termines lo que hace rato terminó. Ve a pintar en los cielos
los espacios sagrados, que ese es tu próximo trabajo a realizar
12
EL ADUANERO ROUSSEAU
(HENRY ROUSSEAU)
Con una bolsa al hombro camina dando vueltas, y su paso es cada vez más lento
porque a medida que pasa el tiempo la va sintiendo más pesada.
YOGANANDA. ¿Qué llevas en esa bolsa?
EL ADUANERO ROUSSEAU. No lo sé, pero año tras año crece y pesa cada vez más.
YOGANANDA. (Riéndose). ¿Y cómo no va a pesar cada vez más si cada año lo agregas
sin deshacerte del anterior?
EL ADUANERO ROUSSEAU. ¿Entonces debo deshacerme de mis experiencias
anteriores?
YOGANANDA. Por supuesto. ¿No te das cuenta que en la próxima ya tienes inscripta la
anterior y no te hace falta conservarla? Si lo haces se produce un lastre que dificulta la
asimilación y que va a terminar en la destrucción.
EL ADUANERO ROUSSEAU. Gracias maestro por enseñarme esta lección.
El pintor pacientemente va arrancando cada año de la bolsa.
YOGANANDA. No, así no. Arroja toda la bolsa porque una nueva era va a empezar y
debes estar vacío, para de ese modo poder sentir todo lo que el nuevo movimiento te va
a brindar.
BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO
Está dibujando con un lápiz.
YOGANANDA. ¿Qué estás haciendo?
MURILLO. Retrato mis imágenes mentales.
YOGANANDA. Te propongo cambiar todo tu paisaje mental.
MURILLO. Ya puedo ver más allá de la mente, pero es imposible dibujar esa percepción.
YOGANANDA. Ahora puedes descansar.
13
EDUARD MANET
Yuktewar recorre una exposición de los cuadros de Manet. De pronto se encuentra con
el artista.
YUKTESWAR. ¿De dónde proviene tu inspiración?
MANET. Es difícil explicarlo, tan solo me abro a su influjo.
YUKTESWAR. ¿Has percibido alguna vez un paisaje celestial?
MANET. No, nunca lo he percibido.
YUKTESWAR. ¿Quieres hacerlo?
MANET. Es lo que más deseo.
El maestro lo lleva a otro plano de conciencia y Manet se queda meditando.
JOAN MIRÓ
MIRÓ. ¿Qué es el vacío que me impulsa a la creación? ¿Qué me impulsa a evadirme del
Padre?
YUKTESWAR. Este vacío es el paso previo al reconocimiento de tu alma. Todo lo que te
aleje de esa experiencia son meras distracciones.
PABLO PICASSO
Corre en tres direcciones. Va desde la guerra de su Guernica hacia Las señoritas de
Avignon pasando por espacios azules.
Este traqueteo lo tiene muy ocupado. Imprevistamente aparece Yukteswar con su
bastón y lo detiene.
YUKTESWAR. Bien maestro, ¿a dónde quieres ir a parar con todo esto?
PABLO PICASSO. (Está desconcertado porque no comprende la aparición). ¿Qué será
esto? ¿Una extraña manifestación de mi obra?
14
El maestro Yukteswar le habla muy calmadamente y con una profunda dulzura.
YUKTESWAR. Si pudieras observar más allá de tus narices podrías descubrir un mundo
de sensibilidades inalcanzables para ti.
PABLO PICASSO. (Con mucha soberbia). No hay más mundos más allá de mi mundo.
Los conozco a todos y estos me obedecen.
YUKTESWAR. (En el mismo tono anterior). No es que quiera lastimar tu susceptibilidad.
El maestro observa como las obras de Picasso, muy estructuradas y armadas sobre
fuertes direcciones comienzan a derretirse. Picasso desesperado intenta detener el
proceso, pero al ver que no puede se arroja al charco que se está formando.
YUKTESWAR. Abandona todo eso que ya fue. Despréndete de la adicción a este plano y
encontrarás el real sentido por el cual tuviste que experiementar el mismo.
Picasso no acepta y se sumerge en el charco de su obra, el cual lo termina tragando.
..............................................................
Chidananda navega en una balsa de madera en medio de un lago de la China. El
maestro detiene la embarcación y comienza a pescar con una caña antigua. De pronto
la cuerda se tensa y empieza a enrollar para sacar el producto de su pesca... y este es
un pincel.
Yukteswar se acerca en otra balsa, hasta llegar al lado de donde se encuentra
pescando Chidananda.
YUKTESWAR. ¿Cuál es tu intención?
CHIDANANDA. Pescaré cada uno de los pinceles, cada trozo de carbonilla, cada
elemento que utilizó Picasso en toda su vida de pintor.
Con cada pincel que pesque se purificarán las obras que con ese pincel haya creado.
Como Picasso prefirió fundirse en su obra, quedó atrapado en esta. Cuando termine la
purificación de su último cuadro, Picasso volverá al Padre.
YUKTESWAR. Comprendo. Hagamos silencio para no espantar a los pinceles.
15
VINCENT VAN GOGH
Está pintando como en un acto de exorcismo.
A medida que lo hace va exorcizando sus demonios en un proceso de purificación. Al
cumplirse este los cuadros se van transformando de imágenes densas a más sutiles,
hasta que puede dejar de pintar.
Van Gogh tiene una actitud de tranquilidad y parece estar esperando a alguien.
Cuando aparece Krishna se saludan efusivamente.
KRISHNA. (Le pone la mano en la frente).
A partir de ahora serás mi discípulo en otro plano, y lo primero que haremos será tomar
unas muy largas y placenteras vacaciones.
MIGUEL ÁNGEL BUONAROTTI
En un jardín hay una piedra en la que un ángel va tallando la figura de Miguel Ángel.
Mientras dura la obra toda la escena es invisible.
Finalmente el ángel termina la tarea.
EL ÁNGEL. Ya estás listo, puedes abandonarte a ti mismo y venir conmigo.
MIGUEL ÁNGEL. Finalmente podré pintar el paraíso real.
ALBERT DURERO
Mi obra no es para las masas. Ni siquiera debe ser alabada. Tengo un único destino,
cumplir mi tarea para el Padre, sin importarme nada más.
16
LEONARDO DA VINCI
El Padre ha sido siempre mi fuente de inspiración aunque no he dejado de cometer
locuras para seguir perteneciendo al plano.
Pero recién ahora, por Gracia Divina, he comprendido que no hay ciencia ni arte, sino
solo el Ser.
Llegó el momento de estar con Él.
FRANCISCO DE GOYA
Yukteswar lo ayuda a salir del plano de oscuridad en que se encuentra.
YUKTESWAR. Prepárate para contemplar la luz que te transformará y te llevará a tu
esencia.
GOYA. No más huir.
Llegaré al lugar ideal para desarrollar la obra del Padre.
PEDRO PABLO RUBENS
Mis obras me han dado prestigio y reconocimiento pero internamente no me he
sentido diferente a cualquier otro hombre.
He trabajado intensamente para no ver mi desdicha.
Un jardín donde está una de sus musas desnudas,la que se va repitiendo en la misma
pose y en distintos tamaños, en diferentes partes del jardín.
Rubens se esconde detrás de las musas, mientras se acerca al frente del plano. Llega
hasta la primera, y es esta quien levantando un brazo le señala algo. El mira en la
dirección señalada y ve un camino muy largo, que está trazado sobre un mar muy
tranquilo, el fondo de este camino está iluminado por la luz de un planeta
RUBENS. ¿Qué significa esto? Parece un cuadro, pero no de los que yo pinto.
UNA VOZ. No, es claro que no es un cuadro, y menos de los que tu pintas, los cuáles están
cargados de lujuria. Abandónalos y penetra en este que es la señal de un camino hacia
la purificación que inconscientemente estás buscando.
Rubens se quita su ropa de pintor y emprende ese camino que como puente sobre el
mar de la mente lo lleva hacia su planeta personal.
17
EL GIOTTO
(GIOTTO DI BONDONE)
Se lo percibe enojado con su propia creación.
YUKTESWAR. Está bien no apegarse, pero tampoco hay que rechazar. Tu obra es lo que
es, ni buena ni mala, pero si cambias la mirada verás que en la experiencia realizada
está la posibilidad de tu liberación.
El Giotto está pintando un fresco en un muro.
Además de las herramientas de pintor tiene otras a su alrededor. Se levanta y se aleja
para ver como va su obra. De pronto un ataque de furia lo invade. Toma una maza de
albañil y arremete contra el muro, el cual al primer golpe se quiebra en mil pedazos.
Ahora la escena entra en un ritmo de movimiento muy lento. Los trozos del muro van
cayendo con mucha lentitud y a medida que se separan una luz va surgiendo por entre
los mismos, dejando ver detrás de ellos, una muy fuerte fuente luminosa.
Cuando todos los trozos del muro han caído, El Giotto queda deslumbrado frente a esa
fuente de luz. Es desde esta que surge una fuerza que lo llama. Él se entrega a esa
fuerza, la que lo transporta hacia un plano de purificación, y en el trayecto lo
acompañan todos los Cristos que pintó.
JOAQUÍN TORRES GARCÍA
Es un señor muy refinado y elegante no solo externa sino también internamente. Está
pintando en su taller que luce muy luminoso.
Joaquín queda muy impresionado por la figura del maestro Yukteswar cuando este
ingresa a su taller.
JOAQUÍN TORRES GARCÍA. No suelo hacer retratos pero permítame tomarlo como
modelo.
YUKTESWAR. Justamente vengo a sugerirle unas nuevas técnicas que le puedo transmitir
en mi propio taller.
JOAQUÍN TORRES GARCÍA. Lo acompaño siempre y cuando me permita retratarlo.
YUKTESWAR. Por supuesto no tengo ninguna objeción en ser su inspiración permanente.
18
REMBRANDT
(HAMERSZOON VAN RIJN)
Está enseñándole a pintar a un niño
REMBRANDT. Recuerda que el acto de pintar debe ser un acto de oración.
Que todos crean que estás pintando pero simplemente juega y no distraigas la
atención de la meta verdadera.
Aparece Remabrandt transformado en uno de los personajes de sus pinturas, esta
corresponde al Filósofo. Dentro del recinto en el que se encuentra, que es como una
especie de cueva iluminada por una tenue luz, el pintor se retuerce y gime.
REMBRANDT. Señor, ¿por qué es tan dual tu Gracia, dado que por momentos me
sumerges en la sombra y en otros me muestras tu luz?
JESÚS. Deja de jugar entre luces y sombras, ya tienes criterio para elegir tu camino. Te
quejas injustamente para encubrir el juego que tanto te gusta
Rembrandt se levanta y arrodillándose ante Jesús le pide perdón.
REMBRANDT. Señor, perdona mi debilidad y permíteme que te siga hacia donde tu
quieras llevarme.
Poniéndose de pie sigue a Jesús quien le muestra el camino de la liberación.
DAVID ALFARO SIQUEIROS
Una obra es como un fruto que se ve por la Gracia, no debe haber esfuerzo, lo forzado
va contra la naturaleza y no tiene Origen Divino. Toda obra oscura debe terminar, solo
la luz del Padre permanecerá eternamente.
19
EL GRECO
(DOMÉNICO THEOTOCOPULOS)
Una fuerza que no puede controlar le arranca todas sus vestiduras, dejándolo
desnudo.
Llorando y de rodillas le pide al Padre la purificación de toda su obra.
El Greco se encuentra en una escena muy extraña. En forma velada aparecen varios
personajes de sus cuadros, encontrándose el pintor en el centro. Alto, muy alto, sus
pies apoyados en una roca que emerge de un abismo. Su figura alargada da la
sensación de que quiere elevarse, pero sus pies están firmemente agarrados a la roca.
Se presenta Jesús.
JESÚS. Suelta ese mundo que te sostiene y verás que simplemente ingresas al que estás
apto para ingresar, y el cual te corresponde.
El Greco lentamente desprende los talones de la roca, pero las yemas de los dedos de
sus pies quedan aún sensualmente tomados de esa piedra.
Entonces Jesús desciende y mirando fijamente a la roca le ordena:
JESÚS. Haz de tí lo que corresponde y vuelve al mundo que te pertenece.
Al instante la roca estalla en mil fragmentos.
El Greco al verse sin soporte comienza a ascender hasta un plano en el cual es
recibido por Yukteswar y Yogananda.
YUKTESWAR. Hasta aquí has ascendido por Fuerza y Gracia de Jesús. De aquí en más el
camino lo recorrerás tu solo.
Los maestros desaparecen para que muy lentamente el pueda ir ascendiendo por un
medio consciente y propio.
CAMILLE COROT
Se lo ve corriendo en un grado de confusión y agitación muy grande.
YUKTESWAR. Deténte. ¿Adónde quieres llegar si es que te has planteado algún fin?
Mira hacia lo alto y deja de buscar, pues ya lo posees todo, solo que aún no lo sabes.
Mira hacia lo alto y El Padre se va a revelar.
20
Corot está bajo la luz que le envía El Padre, pero en él aún hay una zona que
purificar, esta zona es la de la gran duda.
A su alrededor se forma una cámara dentro de la cual aparecen todos sus recuerdos,
que en él han empezado a abrir brechas en su conciencia.
Por estas brechas va ingresando la luz que El Padre le envía disolviendo todo aquello
que lo ata al pasado.
Una vez que este se ha disuelto, Corot ingresa en un espacio de luz que poco a poco lo
va elevando y a su vez disolviendo cualquier vestigio de duda que todavía pudiera
quedar.
JUAN VAN EYCK
Está armando un rompecabezas pero le faltan piezas.
YUJTESWAR. ¿Qué haces?
VAN EYCK. Me faltan piezas para armar el rompecabezas de la vida.
YUKTESWAR. La vida no podrás comprenderla buscado dentro de los límites de tu
mente.
Elévate o el rompecabezas te acompañará eternamente.
Un gran escenario azul donde está el rompecabezas. Van Eyck sigue buscando las
piezas que le faltan
JESÚS. El logro no está en terminar de armar el rompecabezas, sino todo lo contrario, esto
es ir desarmando cada una de las piezas, y que no te quede después de deshacerte de la
última, ningún recuerdo de su existencia.
La escena se va borrando porque una luz muy fuerte va invadiendo el lugar, y de
pronto toda figura existente se transforma en un espejo que al querer reflejar el
instante, inmediatamente se disuelve.
21
TINTORETTO
(JACOBO ROBUSTI)
Yukteswar le entrega al pintor un hilo de luz y le pide que lo ayude a rodear con él a
todos los artistas, formando así una valla protectora para recibir la llegada del Padre.
GEORGE BRAQUE
YUKTESWAR. Ya no hay tiempo. Deja lo que estás haciendo y únete a nosotros
Braque arroja al espacio todo lo que se encuentra haciendo en una habitación situada
en la cúspide de una montaña. A medida que él se desprende de sus posesiones se va
elevando y con el último objeto que arroja, la montaña se desmorona, quedando
Braque suspendido en el aire. A su lado se encuentran Yukteswar y Yogananda que lo
recogen con una red de pescadores, llevándolo hasta los límites del plano. En ese
espacio, mientras Yogananda lo sostiene Yukteswar lo atraviesa pasando del otro lado.
YUKTESWAR. Salta, es tu último esfuerzo.
No dejas nada.
Salta y el triunfo será tuyo.
El pintor tomando impulso salta al vacío, y en la medida que ingresa al mismo
descubre que no hay tal vacío. Entonces se disuelve y desaparece.
ANDREA MANTEGNA
El pintor está en el centro de una superficie dividida en cuatro partes, y con una capa
de torero, va cubriendo alternativamente cada uno de esos cuartos. Cubre y descubre,
por momentos lenta y en otros rápidamente. Al hacerlo, cuando tapa la superficie la
conciencia se adormece, pero cuando gira destapándola, la luz penetra y se produce
su despertar. Yukteswar detiene su tarea.
YUKTESWAR. Deja de abanicar ilusiones, pues si bien son buenas tus intenciones, el
peligro de fracasar es inminente.
Mantegna frena su movimiento y al hacerlo automáticamente se eleva de plano. El
efecto que le produce la experiencia es angustiante.
22
YUKTESWAR. No tengas miedo, continúa sin pensar en el proceso. Concéntrate en el eje
sobre el cual te elevaste y esto te irá liberando de dudas y angustias.
Concentrado en el eje que le señaló el maestro, Mantegna va ascendiendo, y a medida
que lo hace se va desintegrando hasta llegar al borde del plano. Entonces atraviesa el
límite y desaparece
APELES
Apeles desciende del cielo por medio de un par de alas de ángel. Estas le fueron
prestadas para poder concurrir a la convocación.
APELES. Espero que la entrevista no sea muy larga, dado que deseo no permanecer mucho
tiempo alejado del lugar en que me encuentro.
EL CONVOCANTE. Lamento la interrupción, pero así está hecho el programa y debo
respetarlo.
APELES. Bien, ¿qué quieres saber?
EL CONVOCANTE. No soy yo quien va a preguntar sino uno de mis maestros.
El convocante llama a Yukteswar que inmediatamente se presenta.
YUKTESWAR. Equivocaste el interlocutor, pero ya está todo en el orden que corresponde.
¿Qué hace que de pronto seas removido del lugar en que estás para volver al plano que
abandonaste hace mucho tiempo?
APELES. No lo sé, y lo estoy tratando de averiguar.
YUKTESWAR. Así como en tu caso, otros también fueron premiados con el don de la
inspiración. Lamentablemente la mayoría, y me atrevería a decir todos, la inspiración la
proyectaron sobre este mundo.
La inspiración es la energía madre, y es otorgada para penetrar y ver el mundo interior.
Desde ese lugar es posible la concentración, y esta produce la imantación al plano
superior.
Pero, ¿qué han hecho todos con el tesoro de la inspiración? Lo han invertido para
recrear las imagenes de este plano. Esta es la razón por la cual estás aquí presente,
porque de algún modo tu representas a todos los artistas que en el arte de la pintura y
de la escultura se manifestaron en este mundo.
Mientras el maestro pronuncia estas palabras se observa que se va llenado un cubo
con agua.
23
YUKTESWAR. Apeles, lleva este cubo del Agua de la Verdad hasta el confín de este
plano, y en nombre de todos tus colegas rocía al mundo con este líquido sagrado.
Apeles obedece al maestro, distribuye primero el agua en el corazón de cada uno de
sus colegas los cuales comprenden el sentido real de las obras que realizaban en
Entonces desde sus corazones, como una fina lluvia, esa agua sagrada va nutriendo al
mundo del Padre
RENÉ MAGRITE
Está subido a una escalera muy larga que se pierde en el cielo. Pinta con un grueso
pincel, bosquejando figuras con colores muy brillantes. Yukteswar a su lado,
suspendido en el aire, lo mira atentamente.
YUKTESWAR. Perdona René que te interrumpa. Cuéntame, ¿qué estás haciendo?
Magrite se da vuelta y esgrime una sonrisa muy amplia al dirigirse al maestro
RENÉ MAGRITE. Tuve un sueño, y en este sueño pude ver lo que ahora estoy pintando.
YUKTESWAR. Realmente es muy bello lo que haces, y por lo que veo tantos colores y
tanta luz surgen de tu corazón.
Quizás no te hayas dado cuenta, pero quien te dió la inspiración ha sido nuestro Padre
que te observa y se alegra que estés adornando el cielo.
Al pintor se lo ve muy felíz y continúa entusiasmado con su obra. Yukteswar se retira y
lo deja en compañía de los ángeles solares.
MAX ERNST
Lleva una carretilla con muchos baldes de pintura.
Está como perdido, sin saber adonde va. Yukteswar lo detiene
YUKTESWAR. ¿Acaso buscas el camino?
MAX ERNST. Hace ya mucho tiempo que se están secando mis pinturas y temo llegar
tarde.
YUKTESWAR. No temas, yo te puedo indicar donde ir.
Conozco un sitio en donde podrás expresar todo el amor que sientes al pintar.
Solo hay un secreto, y es que estas pinturas que realizas debes dedicárselas al Padre.
Max Ernst está complacido por semejante pedido.
Yukteswar se va, iluminando un sendero por el cual asciende el pintor con su
carretilla.
24
JUAN GRIS
En la escena se visualiza un salón en tinieblas lleno de atriles. Unos débiles rayos de
sol se filtran por la ventana, pero bastan para ver a Juan Gris tendido en el suelo, con
la paleta en una mano y el pincel en la otra. Puede percibirse tristeza en sus ojos que
miran el techo buscando alguna figura para pintar.
Se abre una ventana y la luz del sol irrumpe en el salón, asustado, se sienta en el suelo
sin soltar su paleta ni su pincel. Entonces ve que por la ventana entra una paloma
hecha de papel plegado. Juan comprende que esta paloma es un mensaje que alguien
le envía. De pronto escucha una voz.
LA VOZ. Pinta esa luz con los colores más brillantes que puedas inventar.
Trata de agotar todo cuanto tu imaginación te lo permita, pero no desvíes tu mirada de
la luz porque esta impregnará en tu mente la Gran Manifestación.
Juan Gris entusiasmado pone manos a la obra.
SALVADOR DALÍ
Con su aspecto de loco delirante, la mirada perdida, camina por un escenario
compuesto por todos sus cuadros que resaltan las formas y colores que alguna vez
plasmó. Sus hombros caídos demuestran que se siente cansado y derrotado.
Yukteswar, que estaba escondido detrás de un reloj, se asoma y lo llama. Dalí abre los
ojos sorprendido.
SALVADOR DALÍ. Yo a ti no te pinté.
YUKTESWAR. Solo pasaba por aquí. ¿No te parece que estos relojes ya no tienen cuerda?
SALVADOR DALÍ. Es que ya no tienen vida. Están cansados como yo.
YUKTESWAR. ¿Por qué por un instante no te olvidas del desgaste inútil del tiempo que
hiciste en tu vida? Si eres capaz de hacerlo recuperarás ese tiempo perdido. Necesitas
solo un momento para darte cuenta de lo que te digo.
SALVADOR DALÍ. Sé perfectamente de lo que me estás hablando. ¿Pero podré con mi
locura? ¿Crees que podré?
YUKTESWAR. Ya pasaron tus tiempos de locura, solo quedarán tus pinturas en la retina y
en la memoria de quienes las miren.
Pero tu no eres eso, dentro tuyo hay algo por descubrir, y si lo descubres esa será tu
última gran obra, en la que podrás demostrar que no estás tan loco como parece.
25
Las palabras del maestro lo reconfortan.
Yukteswar le entrega un balde con pintura blanca
YUKTESWAR. Ya sabes que hacer.
Salvador toma el balde de pintura y lo desparrama sobre el escenario quedando todos
sus cuadros cubiertos de pntura blanca. Sobre esa única tela realizará su última e
inspirada obra.
BRUEGHEL, ELVIEJO
(PEDRO BRUEGHEL)
Está en una habitación muy grande pintando con colores muy fuertes, algunos con
mucha luz.
Se ve en Brueghel una aura clara, como que atravesó un proceso de purificación y
pudo empezar a entender.
BRUEGHEL. Tuve dos etapas en mi vida de pintor. La primera fue como una confusión,
una locura, donde era arrastrado a proyectar en la tela mi oscuridad, esos personajes y
sombras que habitaban en mi mente.
En la segunda etapa se manifestó otro plano de conciencia y surgieron otros colores y
la obra tenía su origen en la plenitud del alma. Y esta transformación generó un
sentimiento distinto a mi arte.
Pude ver la luz que me mostraban y transitar el camino del aprendizaje.
Hoy siento una felicidad perdurable sin plantearme lo que pinto,
sin buscar ni conformar ni gustar a nadie.
Soy felíz y la luz del Padre me acompaña.
El Padre es mi mejor mecenas.
26
ANTONIO WATEAU
Camina por las salas de un museo muy grande, observando algo desconcertado las
obras que pueblan el lugar.
LA CONVOCANTE. ¿Qué es lo que buscas?
ANTONIO WATEAU. El sentido del sinsentido.
Trato de recordar el placer que sentía en el momento de pintar... pero no le encuentro
sentido.
Si tal vez hubiese pintado con una conciencia diferente, viendolo ahora en perspectiva,
mi trabajo hubiese sido más rico.
Y esto pudo ser, porque una noche, tal vez en un sueño, ví la Energía del Padre que
derramaba colores inimaginables que yo jamás hubiera podido concebir.
Pero pronto la olvidé y seguí con mi locura, por eso trato de descubrir en el arte y en el
mundo un sentido para el sinsentido.
Wateau está en la cama de un hospital y se pueden ver tubos que le cuelgan por
distintas partes del cuerpo.
Yogananda se le acerca.
YOGANANDA. ¿Qué te pasó? ¿Te accidentaste?
WATEAU. No, me enfermé de pensar, buscaba el sentido del sinsentido y no lo
encontraba. Entonces empecé a buscar el sinsentido del sinsentido y tampoco lo podía
hallar. Las lecturas no me ayudaban, ni Sartre ni Foucault. Ni tampoco las charlas que
tuve con eruditos y profesionales.
Finalmente mi energía se agotó y caí rendido y ahí fue cuando me internaron.
El pintor pudo leer a los autores que menciona en el reflejo astral de sus obras.
YOGANANDA. Tu energía ha sido siempre desbordante de gran actividad. Tu alma ávida
de aprendizaje recorrió una intensa búsqueda.
Ahora no busques más, deja esos tubos que te tienen aprisionado a una ilusión mental y
acompáñame.
Debes parar de perseguir el sinsentido para poder realizar el sentido verdadero.
WATEAU. No puedo acompañarte porque si me deshago de estos tubos me moriré. Ya me
pasó antes, cuando estuve a punto de morirme y mi avidez mental fue lo que me
mantuvo vivo.
El maestro trae un tubo portátil de oxígeno conectado a una máscara.
YOGANANDA. Respira por este tubo, te asegurará la vida hasta que termine nuestro
viaje. No temas, cualquier cosa regresamos al hospital en una ambulancia.
Con temor Wateau se saca los tubos y acompaña al maestro.
27
MAESTRO MATEO
(Cincelador del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela)
Es un artista obsesivo por su trabajo. Las imágenes que cincela están en su cabeza y
debe cumplir con la misión que Dios le encomendó de plasmar en su arte.
Considera que no tiene tiempo que perder y en ningún momento detiene su actividad.
YOGANANDA. ¿Para qué haces tu obra?
MAESTRO MATEO. Como una alabanza a Dios, no importa que la gente la vea, la admire
o la comprenda.
Una noche siendo niño se me apareció un ángel con un martillo y un cincel, que me los
entregó diciendo que mi tarea era cincelar.
YOGANANDA. ¿Lo que debías esculpir no era tu alma?
MAESTRO MATEO. ¿Lo que hago afuera no es un reflejo de lo que estoy haciendo
adentro?
YOGANANDA. De ninguna manera.
MAESTRO MATEO. ¿Para qué entonces se me apareció el ángel?
YOGANANDA. Era un símbolo interior.
Mateo desesperado tira el cincel y se baja de la escalera donde estaba trabajando.
MAESTRO MATEO. No puede ser que haya perdido tanto tiempo, que haya entendido
todo mal.
YOGANANDA. ¿Quieres empezar tu cincelado interior?
MAESTRO MATEO. ¿Por qué no me lo dijeron antes?
YOGANANDA. Te lo dijimos infinidad de veces pero estabas tan atareado en tu trabajo
que no podías escucharnos.
Se presenta Jesús a quien Mateo puede reconocer, arrodillándose en su presencia.
JESÚS. No entendiste el verdadero mensaje del Padre, tal era tu obsesión por perfeccionar
tu trabajo externo.
Pero no perdiste el tiempo, ya que la obsesión por tu obra te evitó dedicar tu tiempo a
cometer las locuras que de otro modo hubieras hecho.
..............................................................
28
Mateo se mira a un espejo donde puede ver como su corazón se va modelando y con
cada sentimiento modelizado su figura adquiere una belleza en constante
modificación.
Pero aquí debemos aclarar que esta belleza no es una lindura de imagen , sino una
forma de luminosidad transparente, que se va intensificando a medida que su corazón
atiende a todo aquello a lo que antes era sordo e insensible.
EL PADRE. Hijo mío, ahora sí tu misión está cumplida, pues el objetivo de la misma era
crear tu propia interioridad cincelando los contenidos del Ser que mora en tí.
Da por terminada la obra.
Mateo ingresa en la dimensión del Padre para contribuir con sus armónicas formas a
la Gloria del Señor.
PAUL GAUGUIN
Llora desconsoladamente y sus lágrimas no solo inundan la habitación donde se
encuentra sino que también bañan cada uno de sus cuadros y así va viendo
desaparecer la imagen pintada de sí mismo.
De pronto estas telas vacías comienzan a reflejar la locura de su mente, recordándole
las figuras proyectadas momentos muy duros de esta y otras vidas.
El proceso es muy doloroso porque cada lienzo vacío le muestra imágenes muy
crueles. Estas giran como una rueda sin fin y es tanta la intensidad de ese mundo
proyectado que no puede contener su llanto.
Se presenta Yukteswar y le corta una oreja, entonces el dolor lo saca de ese juego sin
fin. El maestro continúa cortando esas imágenes del pasado y con sus restos llena
cinco bolsas que arroja para ser quemadas en el fuego de la purificación.
A medida que se produce la quema comienzan a surgir imágenes que Paul nunca
había visto, estos son paisajes celestiales. El pintor toma su pincel y se comienza a
pintar a si mismo caminando hacia esos paisajes.
AUGUSTE RENOIR
Renoir navega en un bote sobre un lago. En la embarcación lleva un caballete y se lo
ve pintando, pero a medida que se interna en el lago las pinceladas van borrando lo
pintado, quedando finalmente la tela en blanco como al principio.
Al llegar al centro del lago el bote comienza a sumergirse, cayendo Renoir a las
aguas, donde se sumerge sin ofrecer resistencia. Cuando la inmersión es profunda,
nuevas imágenes aparecen proyectadas en las aguas claras del lago.
29
Estas imágenes son santas, muy distintas de las que él habitualmente pintaba, y a
medida que surgen van constituyendo un mandala que lo va elevando de las
profundidades de lago.
El pintor no quiere volver porque sabe que en todo este proceso fue eliminando el peso
de lo que fue incorporando en la vida.
Con esa sensación de vacío llega a la superficie y allí lo espera un Sol radiante que
tiene como misión iluminar su conciencia.
Caminando como Cristo sobre las aguas, Renoir se dirige hacia ese Sol donde logrará
su máxima purificación.
EL PINTOR DE LA CUEVA DE ALTAMIRA
El maestro Yogananda lo interroga.
YOGANANDA. ¿Qué estás haciendo?
EL PINTOR DE ALTAMIRA. Sigo pintando en la misma cueva, nunca me moví de aquí,
sigo transmitiendo las imágenes que viven en mi mente
YOGANANDA. ¿En algún momento te vas a despojar de ese estado de posesión y sentir que
tus manos son las de Dios y a Él debes entregarte?
EL PINTOR DE ALTAMIRA. ¿Entregarme?
YOGANANDA. ¿No te has dado cuenta que el don que se te ha transmitido es una Gracia
Divina?
Pero lo fuiste perdiendo con tus constantes pactos, y así quedaste prisionero de esa
posesión.
EL PINTOR DE ALTAMIRA. Estoy gustoso con mis pactos.
YUKTESWAR. Estás mintiendo, no tienes elección propia.
Primero se ríe al quedar descubierto, hasta que de pronto las manos le sangran y
comienza a derramar lágrimas de sangre.
EL PINTOR DE ALTAMIRA. (Sorprendido y desesperado). ¿Qué sucede?
YUKTESWAR. ¿No te das cuenta? Ahora sigue pintando
El pintor de Altamira pinta su última obra, un paisaje oscuro de donde emergen
escaleras de sangre que conducen a los más primitivos abismos de la condición
humana. Entonces comprende y se inclina arrepentido ante los maestros.
EL PINTOR DE ALTAMIRA. Mis manos se entregan a Dios y le pido pueda elevarme y
30
que sea Él quien viva en mí.
Entonces siente que la luz de Dios mira por sus ojos, escucha por sus oídos, habla por
su boca, actúa por sus manos.
YOGANANDA. ¿Ahora comprendes que te equivocaste de camino?
A los pies del Padre el pintor de Altamira renuncia a sus pinturas, y elevándose a los
pies del Padre se transforma en un ángel de luz, encontrando para siempre el regocijo
divino.
PAUL CÉZANNE
Representa un hombre de unos cincuenta años, vistiendo un delantal de pintor,
haciendo manchas ocuras sobre la tela depositada en el caballete que está frente a él.
PAUL CÉZANNE. No puedo reflejar ninguna imagen sobre la tela.
Sorpresivamente sobre la tela aparece la imagen de Jesús. Es tal el impacto que Paul
retrocede más que asustado.
JESÚS. Querías una imagen, aquí tienes una.
PAUL CÉZANNE. Yo no la he pintado. (Se agarra la cabeza). Estoy enloqueciendo.
JESÚS. No estás loco, pero sí desconectado de la realidad.
Tus pinturas solo manifiestan la oscuridad que tienes dentro tuyo. Esa oscuridad fue la
que te consumió, y ahora ni siquiera te permite pintar.
PAUL CÉZANNE. Solo sé hacer esto. ¿Qué haré si no pinto?
JESÚS. Pedir la iluminación al Padre, y entonces podrás reflejar los colores más
maravillosos, las imágenes más bellas. La energía fluirá en forma inagotable y la
conexión será con la Realidad.
PAUL CÉZANNE. ¿Qué debo hacer?
JESÚS. Pedir al Padre que te ayude
PAUL CÉZANNE. Te ruego, te suplico que no me abandones y si puedes me lleves al
cielo.
Jesús sale de la tela, lo envuelve en luz y desaparece.
..............................................................
31
Paul Cézanne asciende hacia el cielo, y en su camino va encontrando colores
indescriptibles, y ante esta visión maravillosa reflexiona.
PAUL CÉZANNE. ¿Cómo es que nunca los ví?
JESÚS. No los viste porque no existían en el plano en que estabas. Recién se manifiestan en
el plano de vibración por el cual estás transitando. Pero continúa tu experiencia y
veamos qué sucede más adelante.
A medida que continúa el ascenso los colores se transforman en energía luminosa
PAUL CÉZANNE. Con esta energía habría compuesto los paisajes más hermosos que
hubiera alguien pintado sobre la Tierra.
JESÚS. No sueñes ya que esto es imposible de reproducir en un plano tan denso como es el
de la Tierra. Pero sigue ascendiendo.
Así lo hace Cézanne y de pronto siente que toda su figura se desvanece, que su mente
queda flotando vacía, sin ningún registro de existencia.
De pronto esta mente vacía se abre al cosmos y en él estalla, disolviéndose todo
vestigio de personalidad, quedando solo el concepto Yo Soy, pero una vez ingresado a
los espacios del Padre, ni siquiera ese concepto resiste a la luz que de Él emana.
JOHANNES ITTEM
Aparece como un punto oscuro que se mueve en el espacio. El desarrollo de este punto
en el espacio es de búsqueda, la búsqueda de un encuentro o de una salida, que en su
caso, aunque pareciera no es lo mismo.
Busca algo que cree conocer pero no puede registrar su naturaleza, por lo que duda y
quiere salir de esa duda que bloquea dicha búsqueda.
Este conflicto aparente le da cierto movimiento en esta vida, hasta que al final,
buscando salir encuentra entrar.
Su punto de manifestación se empequeñece rápidamente y así como se empequeñece va
dejando en el camino los lastres que producen esa confusión.
Al deshacerse finalmente de esta carga una luz se prende, impregnando todo el campo.
Johannes Ittem se funde y desaparece en esta luminosidad.
32
CAMILLE PISARRO
Se ve un arco iris con colores muy brillantes, hasta que tomando una cierta distancia
se comprueba que ese arco iris es la paleta de un hombre que con un pincel, va
dibujando sobre un lienzo blanco. Yukteswar, que estaba oculto tras ese lienzo, asoma
su cabeza.
YUKTESWAR. ¿Qué pintas?
CAMILLE PISARRO. Son expresiones que brotan del corazón, es una energía que entra
en mí y se hace necesario que brote.
YUKTESWAR. ¿Es una nueva técnica?
CAMILLE PISARRO. Tú lo has dicho. Acabo de aprenderla y no tiene que ver con nada
de lo que se puede ver y tocar, los sentidos son ajenos a esta experiencia.
Esta técnica que me ha sido enseñada en secreto y porque sé quien eres te la revelo.
Yukteswar le sonríe y Camille continúa pintando en ese lienzo blanco.
ALFRED SISLEY
Está en un escritorio, agarrándose la cabeza con las manos. Las paredes del cuarto
donde se encuentra están llenas de cuadros. A su lado está Yogananda pero él no llega
a verlo.
ALFRED SISLEY. Las imágenes han desaparecido de mi cabeza. Está todo agotado, solo
experimento la confusión y el caos. (Se mira las manos y comienza a llorar). Solo
puedo hacer grandes manchones.
YOGANANDA. Las imágenes no han cesado, lo que ocurre es que has bloqueada tu
corazón y eso es lo que te impide pintar.
Sisley se frota los ojos ante lo que percibe como una aparición fantasmal.
YOGANANDA. No es irreal lo que estás viendo.
Tu corazón reclama ayuda y yo puedo ayudarte si me dejas.
ALFRED SISLEY. No comprendo lo que está pasando.
YOGANANDA. La comprensión mental solo crea confusión.
Si abres el corazón la mente se despejará y podrá fluir la energía hasta llegar a tus
manos.
33
ALFRED SISLEY. No sé que puedas hacer por mí, pero lo que sea hazlo ya.
YOGANANDA. Todo requiere de un tiempo.
En el medio del cuarto se abre un camino de luz.
YOGANANDA. Deberás transitar por él. Yo estaré al final del camino y también estaré
aquí cuando vuelvas.
Sisley comienza a transitar el camino hasta que desaparece en la luz.
La escena corresponde al momento en que se reencuentra Sisley con Yogananda.
YOGANANDA. ¿Cómo te ha ido en el viaje de retorno al Padre?
ALFRED SISLEY. Estoy muy confundido, la luz que me transportó tiene efectos sobre mí
mente, y a medida que asciendo va borrando sus contenidos.
YOGANANDA. Quédate tranquilo, ese es el efecto que corresponde. Entrégate a la luz y
permite que ella entre en tí.
Sisley así lo hace y todo se disuelve, ingresando como una energía simple y única en el
campo del Padre.
CLAUDE MONET
Está acostado en una cama.
MONET. Ya no volveré a pintar. Las imágenes toman vida, me confunden y me asustan.
Monet cierra los ojos y se va durmiendo. En el sueño escucha la voz de Yukteswar.
YUKTESWAR. Las imágenes son manifestaciones de tu interior plasmadas en una tela.
Tienen vida propia, por eso te asustan.
El pintor abre los ojos tratando de encontrar la voz, pero no ve a nadie y vuelve a
cerrar los ojos.
YUKTESWAR. No puedes verme pero sí oírme.
Si dejas que las imágenes sean enviadas por El Padre, la energía fluirá desde arriba, el
miedo desaparecerá y podrás continuar con el don divino de la pintura.
La creencia de que el don te pertenece ha provocado tu confusión. Si ahora aceptas que
todo viene de arriba y nada es obra tuya, que tan solo eres un instrumento del Padre, y
dejas que Él sea quien pinte a través tuyo, entonces el dolor desaparecerá.
34
AMADEO MODIGLIANI
Tiene sus manos manchadas como si las hubiese metido en los potes de pintura. Busca
desesperadamente algo con que limpiarse, cuando Yukteswar lo sorprende, trayendo
en sus manos una jarra con agua limpia. El maestro la derrama en sus manos y
desaparece la suciedad en el mismo instante. Modigliani le agradece al maestro.
MODIGLIANI. ¿Qué sustancia has usado para que limpiase con tanta facilidad la pintura
de mis manos?
YUKTESWAR. Es solo agua. Pero mi visita responde a una cuestión mucho más
trascendente que una limpieza de manos, ya que vengo a comunicarte que necesitamos
de tu servicio de pintor.
Estamos ante una nueva creación y El Padre te revelará que temas debes abordar en tus
nuevas pinturas. Estas brotarán naturalmente de tus manos, y serán desarrolladas con
una energía diferente.
Si aceptas serás partícipe de esta experiencia y recuerda que es un trabajo para El
Padre, y debes asumirlo con total dedicación.
MODIGLIANI. Estoy sorprendido, pero este pedido no me trae ninguna duda por lo tanto
no tengo ninguna dificultad en aceptarlo.
ANTONIO BERNI
Antonio está en un gran basural recolectando latas, chapas, cartones y pedazos de
telas para sus collages. Este basural es la antesala del infierno, en él cada resto es una
muestra del sufrimiento de aquel a quien perteneció. Las historias se suman y lo
invaden, quiere deshacerse de ellas pero el esfuerzo es inútil, ya que como pequeñas
serpientes se trepan en su mente, contaminándola con sus oscuros conflictos.
Llevando toda esa carga material y psicológica se dirige a su taller que no es otro que
un anexo del basural. Allí selecciona objetos e historias para después archivarlos.
Luego vendrá la producción.
En esta etapa sus fuerzas se debilitan, y solo puede dar lugar a una obra, que aunque
impacte por su aparente fuerza, es interiormente precaria.
Los monstruos que emanan de Antonio Berni van tomando forma sobre la tela,
logrando productos de alto contenido emotivo pero de baja proyección luminosa.
El maestro Yukteswar entra en el taller y se dirige a Antonio.
YUKTESWAR. Retorna al basural todo lo que de allí trajiste y comienza a limpiar tu
mente de los contenidos que fuiste asimilando en esa experiencia.
El pintor se niega, argumentando que es su obra de muchos años y a la cual se entregó
con verdadera pasión. Entonces el maestro sentencia.
YUKTESWAR. Muerto seguirás viviendo en tus obras, hasta el momento en que nadie se
acuerde de ella. Recién entonces podrás comenzar un camino de purificación.
35
RAÚL SOLDI
Raúl Soldi está en un campo azul rodeado de formas blancas, y estas formas son
personajes que habitan su mente y en algún momento pasaron a ser plasmadas en la
tela.
De pronto estas formas blancas lo rodean, lo toman en vilo y lo van elevando. Ya en la
altura se ve que estas formas son ángeles y energías luminosas, que lo llevan hasta
una puerta muy angosta.
El pintor pregunta:
¿Qué debo hacer?
Yogananda le responde:
Deberías hacer nada más y nada menos que deshacer todo lo que has hecho
RAÚL SOLDI. ¿Y cómo es posible hacer lo que me pides?
YOGANANDA. Muy simple, desdibuja todo aquello que dibujaste y entrega su producto
al Padre.
Ante sus ojos pasa toda su obra y ve sin pena ni angustia como esta se va disolviendo,
y con una paz y una alegría que nunca antes había experimentado, ingresa en el plano
del Padre para no volver jamás.
HENRY MATTISE
Mattise está pintando su propia figura en una tela donde ya están plasmadas unas
figuras muy estilizadas. Inesperadamente el cuadro comienza a derretirse, y van
cayendo al piso gotas de distintos colores, hasta que se desprende su pequeña figura
golpeando en el suelo y perdiendo el conocimiento.
Yukteswar, que estuvo observando toda la escena, lo despierta.
YUKTESWAR. Abre los ojos y vuelve a comenzar. Te hemos covocado conociendo tu
oficio, para que seas parte de esta nueva creación.
El maestro le indica que mire a través de una ventana abierta, donde aparecen el cielo
y el Sol que se van acercando de a poco. A medida que van ingresando los rayos de Sol
a la habitación se puede apreciar una masa de energía que transporta los colores
suaves, que se manifiestan como millones de partículas de diferentes tonos.
Mattise no puede salir de su asombro y se dirige a Yukteswar.
MATTISE. ¿Es El Padre quien provee esta Energía?
36
YUKTESWAR. Absolutamente, esta será desde ahora tu inspiración.
La energía lo rodea y lo levanta del suelo, y el pintor siente que todas estas partículas
se han introducido en sus poros
MATTISE . Ya estoy listo.
37
YUKTESWAR OFRECE A LOS ARTISTAS
UNA ENSEÑANZA ACERCA DE LA ACCIÓN.
La quietud no significa estar estático en la acción. No hay que confundirse, la quietud
proviene del alma y en ella hay que centrarse. Se puede mantener inmóvil el cuerpo, pero la
mente puede estar divagando absorbida y regida por diferentes vibraciones que nada tienen
que ver con el alma.
¿Cómo se puede reconocer la quietud del alma?
Cuando sientas que nada te exalta, te desconcentra o perturba tu focalización hacia El
Padre, te encontrarás en un estado de beatitud y de una serena paz, donde dejará de existir el
espacio y el tiempo, provocando así la abstracción de la mente y anulándose de esta forma
cualquier tipo de sensación perturbadora originada por los sentidos. Descansa en ella pues
habrás logrado el objetivo, ese oasis que te devuelve a la Vida Eterna.
LA PERFECTA QUIETUD DEL MAESTRO CHIDANANDA
El maestro Chidananda viene caminando apoyado en su bastón.
EL CONVOCANTE. ¿De dónde vienes?
CHIDANANDA. Ya no lo recuerdo, simplemente fue un acto que cumplí.
EL CONVOCANTE. ¿Y hacia dónde te diriges?
CHIDANANDA. Hacia donde mis próximos pasos me guíen.
Deja pues que tu andar continúe sin prestar atención hacia donde te diriges, ya sea que
estés parado o en movimiento, mantén la misma concentración, enfocando a través de
la misma la vibración de tu corazón, abriéndolo como un radar gigante
para que reciba los ecos, dejándole la dirección hacia donde debes dirigirte. Este radar
definirá tus pasos y señalará tu camino.
Debes estar alerta, no desde la vibración de la mente, que imanta negativamente, sino
la de tu corazón que aletea desparramando esa energía vital que llega a todos tus
centros, armonizándolos y manteniéndolos centrados. Entonces te darás cuenta que aún
estando en movimiento tu centro está quieto.
38
Descargar