10 VIERNES 7 DE ENERO DE LA PALABRA ISRAELITA 2011 COMUNITARIAS Intenso proceso para los estudiantes judíos La PSU más allá de los resultados Apoyo docente en el colegio, expectativas familiares, competencia con los pares, esfuerzo personal, estudios especiales y la necesaria cuota de suerte. Estos son algunos de los ingredientes del burbujeante coctel que acompaña a cada egresado en su procesión hacia la educación superior. La obtención de dos puntajes nacionales en Matemáticas es el hito que quedará en la retina de los miembros de la comunidad judía al cabo del actual proceso de selección universitaria. Sin embargo, los 850 puntos que alcanzaron Andrés Camhi y Martín Oksenberg, ambos del Instituto Hebreo, no desmerecen los puntajes obtenidos por otros estudiantes destacados ni tampoco el esfuerzo de alumnos menos aventajados que igual hicieron su esfuerzo. Es que la PSU más que una prueba de selección universitaria se ha transformado en un tema subyacente del proceso educativo, al menos desde segundo medio en adelante. Así, los colegios han redoblado sus esfuerzos para satisfacer las expectativas de los estudiantes y de sus familias, pero teniendo en cuenta que la vida no se va en este examen y que las oportunidades son tan amplias como insospechadas. En los siguientes recuadros repasamos la opinión de los dos puntajes nacionales antes mencionados, como asimismo el enfoque que dan en los colegios de Santiago y Viña del Mar al tema. EN SANTIAGO COMIENZAN EN PRIMERO MEDIO Un proceso intensivo y permanente, que se inicia en primero medio, es la fórmula que utiliza el Instituto Hebreo de Santiago para preparar a sus alumnos para la PSU, según explicó Rosita Medina, directora académica del establecimiento educacional. Este año, 83 alumnos rindieron el examen, obteniendo un promedio ponderado PSU de 657,82 puntos, con lo cual en los primeros rankings publicados el colegio queda ubicado en torno al puesto 70 a nivel nacional. Pero para llegar a esto los alumnos inician su preparación en Iº y IIº medio, con la incorporación de guías de ejercicios de PSU de Lenguaje y Mate- mática. Continúa la ejercitación en IIIº medio, agregándose 3 ensayos semestrales de Lenguaje y Matemática. En IVº medio se toman mini-ensayos todas las semanas, alternando las asignaturas, y cada tres o cuatro semanas se hace una jornada de evaluación general en dos días, tomando los 4 ensayos. Naturalmente, se destina tiempo dentro del currículum para corregir los errores más comunes cometidos por los alumnos y finalmente, al término de IVº medio, se hace un período intensivo de un mes aproximadamente trabajando todas las materias relacionadas con la PSU. Además, los alumnos en IIIº y IVº medio pueden tomar diferenciados optativos que estén relacionados con la preparación de los distintos contenidos de la PSU. «Nosotros no sugerimos ni incentivamos a los alumnos para que tomen preuniversitario. Esta decisión es personal de cada familia», aseguró Medina. Pero además de lo académico, el Instituto Hebreo desarrolla un proceso de acompañamiento, a través de una psicóloga que ayuda en la orientación vocacional de los alumnos. Ella organiza ferias universitarias, visitas a universidades a las carreras más solicitadas por los alumnos e invita a profesionales de prestigio a responder inquietudes propias de la vida laboral. «Existen, además, charlas de manejo del stress y charlas relacionadas con el liderazgo y la vida universitaria. Pero no realizamos acompañamiento post prueba, para aquellos alumnos que no obtuvieron los resultados deseados». Finalmente, la docente recalcó que los resultados de la PSU son una evidencia de la falta de calidad y equidad existentes entre distintos grupos sociales en nuestro sistema educacional. «Además, esta prueba sólo evalúa habilidades cognitivas y no habilidades 'blandas', que son fundamentales para desempeñarse con éxito en el competitivo ambiente laboral», dijo. EN VIÑA DEL MAR PREPARAN PARA LA UNIVERSIDAD El trabajo realizado por los profesores, más el esfuerzo e interés de los alumnos, es la clave para la obtención de buenos resultados en el Colegio Hebreo «Dr. Jaim Weitzman» de Viña del Mar. Así lo explicó Alicia Reyes, Vicerrectora Académica del establecimiento, al momento de evaluar el proceso PSU, en el cual participaron 14 egresados. En este colegio la PSU se aborda como un proceso largo, ya que hay algunas habilidades que deben desarrollarse tempranamente. Para ello el colegio elaboró un panel de capacidades institucional donde se especifican las destrezas que se desarrollarán en cada nivel, lo que se aplica en todo el proceso académico. «Nosotros creemos enfáticamente que una institución educacional no debe preparar para la PSU, debe entregar las herramientas a sus alumnos para poder seguir desarrollándose en los estudios superiores. Entrar a la universidad no es difícil, mantenerse y ser el mejor es nuestro objetivo», explicó la académica. Gracias a que cuentan con más horas en el plan de estudios que las que determina el ministerio, los alumnos pueden profundizar contenidos como medio de desarrollo de habilidades pertinentes a los estudios superiores. No obstante lo anterior, el colegio aplica un ensayo de PSU mensual en cuarto año medio en Lenguaje y Matemáticas, tras lo cual se analiza la prueba en conjunto con los profesores. Además se finaliza el periodo académico a inicios de noviembre con el objetivo de hacer un proceso intensivo de ensayo de todas las pruebas que se rinden en la PSU. Por otro lado, Alicia Reyes no es partidaria de los preuniversitarios, ya que según ella estas instituciones no son capaces de desarrollar las habilidades necesarias que el alumno no adquirió en su formación académica regular. «Actualmente los preuniversitarios solicitan a los colegios mediante carta formal el envío de sus mejores alumnos. Es decir, la tarea es realizada por los establecimientos educacionales. El preuniversitario no hace 'magia' en un año». Finalmente, respecto del instrumento PSU, la docente aseguró que sus resultados efectivamente se condicen con el proceso académico que han pasado los alumnos a lo largo de la enseñanza media. «Donde no estamos muy de acuerdo es en la cantidad de contenidos que se necesitan entregar para un buen resultado, ya que algunos de ellos no tienen mucha importancia y eso va en desmedro de profundizar otros que sí son importantes». PARTE DE UN PROYECTO DE VIDA En el colegio Maimónides, el proceso de preparación de la PSU empieza aproximadamente en segundo año medio, pero no como una preparación especifica, sino como una aproximación para el salto vacacional y para el mundo universitario. La información fue entregada por Marcelo Lewkow, coordinador académico del establecimiento, quien relató que a través del proyecto Portfolio Vocacional, profesores y alumnos forman un equipo e investigan al menos dos op- ciones vocacionales, a partir de sus preferencias y de un test estandarizado, abordando una serie de variables que llegan hasta el mismo día del retiro laboral. «Lo central es un proyecto de vida y tratamos de definir cómo la profesión se acomoda a este proyecto. Es temprano para decidir, pero es un juego y los prepara para seguir investigando», explicó. El objetivo es que los alumnos en tercero medio ya tengan un plan, aunque después lo cambien. «Esto cambia la motivación y el chico sabe para qué se está preparando».