“AUTOMOTORES. Prueba de la venta y obligación de suscribir la documentación.” por Luis Moisset de Espanés J.A. 1977-IV-316 SUMARIO: I. II. III. IV. Introducción La compraventa de automotores. Forma y prueba Obligación de inscribir la transferencia Conclusiones I.- Introducción Ya en otras oportunidades nos hemos ocupado de las obligaciones que surgen del contrato de compraventa de automotores, señalando que sobre el vendedor pesaba la obligación de suscribir la documentación necesaria para que la transferencia pudiese ser inscripta en el Registro, inscripción que en este caso tiene singular importancia, por su carácter constitutivo del derecho real, ya que recién a partir del momento en que se produzca la inscripción registral se operará el cambio de 1 titularidad del dominio sobre el automotor . II.- La compraventa de automotores. Forma y prueba El artículo 1° del decreto-ley 6582/58 establece que 1 . Ver nuestro (en colaboración con Lloveras Cossio) “La propiedad de los automotores”, J.A., Doctrina 1973, p. 558 y ss., y “La responsabilidad del titular inscripto por los daños que causa un automotor”, E.D. 48-324. 2 el contrato se “formalizará en instrumento público o privado”, sin exigir otros requisitos especiales. Se trata de un típico contrato consensual, y entendemos que al establecerse la “forma” escrita el legislados ha atendido principalmente a dos circunstancias; en primer lugar ha tenido en cuenta el valor de los vehículos, generalmente elevado, lo que exige respetar lo dispuesto en el artículo 1193 del Código Civil, respecto a que los contratos que tengan por objeto una cantidad superior a los diez mil pesos no pueden probarse por testigos. En segundo término ha contemplado las exigencias propias de un sistema basado en la publicidad registral, que hacen necesario que las mutaciones de titularidad, como así también cualquier otro cambio que incida en la “situación real” que se publicita, encuentre su soporte en un documento, en el que conste la causa del cambio registral. La falta de forma escrita no invalida el contrato, pero constituye un obstáculo insalvable para su registración y puede también dificultar la prueba de su existencia, pero -este último aspecto- puede superarse, pues tanto la doctrina como la jurisprudencia están acordes en que será suficiente un “principio de prueba por escrito” para acreditar que el contrato se celebró. Por otra parte, si bien es cierto que el Código excluye en estas hipótesis la prueba testimonial, y la de meras presunciones, no descarta la confesional, cuya jerarquía es superior a muchas otras pruebas2, y en el caso que comentamos la sentencia ha dado valor de confesión a un documento emanado del titular registral, por el que otorgaba a la actora una autorización para conducir el automóvil, en razón de que se lo había vendido, y “la transferencia se encontraba en trámite”. Los términos del instrumento eran muy claros, y constituían un reconocimiento palmario de que las partes estaban vinculadas por un contrato de compraventa, aunque no se lo 2 . Conf. LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J.: “Teoría de los Contratos. Parte General”, ed. Zavalía, Buenos Aires, 1971, § 26, III-4, p. 271. 3 hubiera formalizado por escrito. III.- Obligación de inscribir la transferencia Probada la existencia del contrato de compraventa, ambas partes tienen el derecho de peticionar la inscripción (art.14, decreto-ley 6582/58), y el deber de realizar todos los trámites para que esa inscripción pueda hacerse efectiva3. En la práctica suele ser corriente que el enajenante entregue el vehículo y su documentación (cumplimiento de obligaciones de dar), y suscriba los formularios y solicitudes de transferencia (obligaciones de hacer). Si se mostrase remiso a cumplir algunas de estas obligaciones, el adquirente no tendría más armas, para regularizar la situación y transformarse en propietario del automotor, que recurrir a la justicia, como ha sucedido en el caso que comentamos. Adviértase que el coche se encontraba ya en posesión de la actora, que tenía también su documentación; es decir, se habían cumplido las obligaciones de dar que surgen del contrato, y sólo faltaba que se cumpliesen las obligaciones de hacer, a saber: a) formalizar por escrito la compraventa; y b) suscribir las solicitudes y formularios de transferencia. ¿Son estas obligaciones de hacer de carácter personalísimo? O, por el contrario, ¿se trata de obligaciones de hacer fungibles, en las cuales la prestación puede ser cumplida por un tercero, que en este caso sería la autoridad judicial? El caso presenta singular analogía con la hipótesis de la llamada “obligación de escriturar”, resuelta tantas veces por nuestros tribunales en el sentido de que, ante la negativa injustificada del deudor, la justicia puede sustituirlo, suscribiendo el magistrado los respectivos documentos. Además, no debe olvidarse que el propio decreto-ley 3 . Ver nuestro “Obligaciones que surgen del contrato de compraventa de un automotor”, Boletín de la Fac. de Der. y C. Sociales, Córdoba, año XXXVIII, 1974, p. 325 y ss. 4 6582/58, en un dispositivo de carácter muy amplio, prevé la posibilidad de que la transferencia pueda ser dispuesta en virtud de “orden judicial” (art. 14). Siempre hemos enseñado en nuestra cátedra de Derechos Reales, y también lo hemos sostenido en alguna conferencia4, que el juez está facultado a suscribir la documentación de transferencia si cualquiera de las partes se mostrase remisa a hacerlo5, por lo que aplaudimos sin retaceos el presente fallo, que condena al demandado a otorgar la documentación, bajo la prevención de que si no lo hiciese, la otorgará directamente el juez. IV.- Conclusiones 1) El contrato de compraventa de automotores tiene carácter consensual. Su formalización por instrumento público o privado cumple dos funciones: a) facilitar la prueba de su existencia; b) brindar base documental a la inscripción registral de la transferencia. 2) Probada la existencia del contrato, la suscripción del instrumento, y la firma de formularios y solicitudes de transferencia, son obligaciones de hacer “fungibles”. 3) En caso de incumplimiento de las partes, el juez puede sustituirlas, ordenando suscribiendo judicialmente la la documentación transferencia, en pertinente, los y términos previstos en el artículo 14, del decreto-ley 6582/58. 4 . Especialmente en el Colegio de Abogados de Mendoza, el de 1977. 5 27 de mayo . En algunos casos puede ser remiso el adquirente, y tener especial interés el enajenante en que se inscriba la transferencia (ver trabajo citado en nota 3, p. 328).