C ONSULTORIO FISCAL Una nueva y discutible resolución de la DGT sobre la aplicación del IVA y el IRPF en las tasaciones de costas Por GONZALO DE LUIS OTERO Asesor fiscal del Consejo General de Procuradores L Habíamos reservado el espacio de este artículo para la tercera entrega monográfica sobre los gastos de la actividad. Sin embargo, una novedosa resolución de la Dirección General de Tributos sobre la tasación de costas y el interés que sobre la misma nos han expresado los compañeros del Colegio de Barcelona, nos ha llevado a presentar en su lugar el texto de la aludida resolución y los siguientes comentarios. ENVÍE SUS CONSULTAS Esta sección relativa a temas fiscales está abierta a las preguntas de nuestros lectores. Si lo desean, pueden hacer llegar sus consultas a la dirección de correo electrónico equipocuatro@equipocuatro.com. En sucesivos números de la revista iremos publicando todas aquellas respuestas que sean de interés general. Muchas gracias por su colaboración. 52 / PROCURADORES • Abril 2006 a Dirección General de Tributos (en adelante, DGT), resolviendo la consulta nº 100/2005, ha emitido la resolución de 9 de marzo de 2005 por la cual modifica su postura respecto a la aplicación de las retenciones a cuenta del IRPF y la aplicación del IVA. Para analizar esta importante cuestión, trataremos por separado el IRPF del IVA. Aplicación de la retención por el IRPF Hasta la fecha, el criterio de la DGT era que el condenado en costas era el obligado a practicar la retención, con el argumento de que era el pagador efectivo de las costas. Esta postura, en su aplicación práctica, provocaba muchos problemas tanto a la Hacienda Pública como al procurador, dado que las retenciones no se solían ingresar en el Tesoro Público por el condenado en costas. Esta irregularidad era difícil de detectar, pues las facturas de derechos y honorarios se emitían por el procurador a nombre de sus clientes, lógicamente, pero no a nombre del condenado en costas. Nunca hemos compartido el anterior criterio de Hacienda, pues si bien es cierto que el condenado es el pagador, sin embargo, su obligación no es pagar al procurador sus derechos, sino pagar una indemnización al beneficiado en una condena en costas, pues es éste quien tiene un crédito frente al condenado por el importe de los derechos del procurador que ha tenido o tendrá que soportar. En el día a día los procuradores se cobran sus derechos directamente de las costas recibidas, pero esta costumbre es sólo una cuestión de orden práctico para evitar las gestiones que supone que el beneficiado cobre las costas para luego pagar a su procurador. La actual postura de la DGT es mucho más ajustada a la norma fiscal y a la realidad, y respetar esta postura implica el siguiente modo de proceder: 1.–El procurador tiene un crédito por sus derechos frente a su cliente. Le debe de emitir la factura en cualquier caso, haya o no condena en costas, y dicha factura debe incluir el 15% ó 7% de retención (si el receptor es una empresa o persona física empresario o profesional). 2.–Si se inicia el procedimiento de la tasación de costas, el procurador deberá presentar una factura ante el tribunal sin la aplicación del 15% de retención. La factura estará correctamente emitida, dado que no es obligatorio hacer constar la aplicación de la retención. Recordamos que el retenedor siempre tiene obligación de practicar la retención del 15%, figure o no este dato en la factura. 3.–Si el tribunal condena en costas al contrario, éste vendrá obligado frente al beneficiado a pagarle, pero no tendrá que practicar la retención al procurador. El beneficiado, cliente del procurador, practicará la retención pagándola de su propio peculio, pero se verá resarcido porque recibirá del condenado la totalidad de los derechos, incluido el importe de la retención, al no haber sido aplicada dicha retención del 15% en la factura admitida por el tribunal y abonada en tasación por el contrario. 4.–El cliente, con el importe recibido, o recibido por el procurador en su nombre, satisfará a éste el importe de su factura. En dicha factura se reflejará la retención, que deberá ser ingresada en Hacienda por el cliente. Aplicación del IVA La DGT considera con su nuevo criterio que si la condena en costas es una indemnización que el condenado debe abonar al beneficiado, no puede repercutirse el IVA, pues, conforme establece la Ley del IVA, las indemnizaciones no están sujetas al impuesto. Es decir, el procurador deberá de emitir la factura al cliente, que es quien soporta el IVA. Si el contrario es condenado en costas, deberá satisfacer al beneficiado el importe de los honorarios sin IVA. Respecto a esta postura de la DGT, no podemos estar en más desacuerdo, y ello por las siguientes razones: 1.–El procedimiento de la condena en costas pasa por una tasación que evalúa el importe de los gastos que ha soportado un justiciable. Entre los gastos figura la factura del procurador, que incluye la pre- ceptiva repercusión de IVA, como no puede ser de otra forma. Es decir, si el beneficiado no hubiese estado inmerso en el procedimiento, no hubiese tenido que contratar al profesional, no hubiese tenido que soportar la factura de derechos del procurador, ni el IVA a que está sujeto éste. Si, según la DGT, en la condena en costas se debe excluir el IVA, ¿no se está inculcando la razón de ser de este procedimiento? ¿No está emitiendo la DGT un criterio sobre una cuestión que no le compete, ya que debe ser el tribunal el que evalúe las costas? Si el beneficiado en la condena en costas es una empresa o persona física actuando como empresario o profesional cuyos ingresos están sujetos a IVA, poco le importa que en la condena en costas no se incluya el importe del IVA, poco le importa tener que pagarlo de su propio Dirección General de Tributos. Consulta 0100/05 de 9 marzo 2005 Impuesto de la Renta de las Personas Físicas En el ámbito de las retenciones a cuenta del IRPF, el criterio que ha venido manteniendo este centro directivo sobre el asunto consultado se configura de la siguiente forma: Los honorarios a satisfacer a los abogados y procuradores por la parte condenada en costas tienen para aquellos la calificación de rendimientos de actividad profesional, rendimientos que están sujetos a retención a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Por tanto, tales rendimientos, en cuanto sean satisfechos (parte condenada a costas) por un obligado a retener, estarán sometidos a retención. Sometimiento que no se ve desvirtuado por la inexistencia de relación con- tractual entre aquellos profesionales y la parte condenada, pues el hecho determinante de la retención viene dado por la circunstancia de que un obligado al pago (la parte condenada en costas, en este caso) satisfaga como tal obligado rentas sujetas a retención. El criterio expresado es la interpretación que esta Dirección General ha venido manteniendo sobre la práctica de retenciones en los supuestos de condena en costas. Así pueden citarse, entre otras, las contestaciones de 10 de diciembre de 1993 (0298-93), 28 de mayo de 1997 (1098-97), 22 de octubre de 1999 (1952-99), 24 de octubre de 2000 (1877-00) y 30 de abril de 2001 (0847-01). En la misma línea, el Tribunal Supremo en sentencia de 28 de abril de 1997, en un supuesto de impugnación de tasación de costas por considerar indebida y excesiva la minuta de honorarios de un letrado, resuelve que se proceda “al abono de su importe, con el correspondiente cumplimiento, en su caso, de las oportunas obligaciones tributarias”. El mismo tribunal, en auto de 21 de junio de 2000 y por idéntico motivo, fija las minutas del letrado y los derechos de los procuradores “con independencia de darse cumplimiento por los interesados a la normativa que sobre el IVA y el IRPF resultara procedente”. A raíz del escrito de consulta, se ha procedido a un análisis exhaustivo de la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la naturaleza de condena en costas, procediendo reseñar Abril 2006 • PROCURADORES / 53 peculio pues, al fin y al cabo, cuando liquide el IVA repercutido de sus ingresos, se deducirá el IVA que ha pagado al procurador. Sin embargo, y siguiendo el criterio de la DGT, a los beneficiados en una condena en costas que actúen como particulares o como empresarios o profesionales que no están sujetos a IVA este impuesto les supone un mayor coste en la factura de derechos del procurador, pues no pueden deducirse el IVA sopor- aquí las siguientes consideraciones que el mencionado tribunal ha efectuado al respecto: “La condena en costas, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Sala (ss. 22-6-1972 y 31-5-1984), es la declaración en sentencia de un crédito del favorecido con ella, contra el favorecido en juicio. (…). El favorecido con la condena en costas puede exigirlas como un aspecto más de la ejecución de la sentencia”. (St. 4-11-1991). “La referida impugnación ha de desestimarse con sólo recordar lo declarado en la sentencia de esta sala de 16-7-1990 en el sentido de que «la relación entre el cliente y su letrado es la de un arrendamiento de servicio, que no afecta para nada al desarrollo del proceso», así como que «el titular del crédito privilegiado que origina la condena en costas es la parte contraria beneficiaria de la misma y no los profesionales que la han representado y defendido»”. (St. 9-7-1992). “La condena en costas genera un crédito en favor de la parte vencedora en este caso, la Administración del Estado, y a cargo de la contraria condenada al pago de las mismas, crédito que no corresponde por tanto a quien la representa o asiste”. (St. 8-7-1997). “La condena a los gastos procesales se produce en contra y en beneficio de las partes, y no de los profesionales intervinientes, tal como declaran, entre otras, las STC de 26 de febrero de 1990 y STS 23 de mayo de 1996, al inter54 / PROCURADORES • Abril 2006 tado. Dicho mayor gasto, según la DGT, reiteramos, no puede estar contemplado en la tasación. Lo que no deja de ser una injusticia, pues la tasación no contemplará el resarcimiento por el importe del IVA. Llegamos a la misma conclusión: la DGT está opinando sobre una cuestión que se debe circunscribir al ámbito jurisdiccional aplicando las normas procesales y no las fiscales. 2.–La DGT adolece de un error en su planteamiento. Qué duda pretar los artículos 421, 423 y concordantes de la Ley de Enjuiciamiento Civil”. (St. 19-1-2000). “El crédito por costas no tiene como titular al letrado sino a la parte procesal acreedora de ellas”. (St. 21-112000). “Debe señalarse que la condena en costas genera un crédito privilegiado del que es titular la parte contraria beneficiaria de la misma, que encuentra su razonabilidad en prevenir los resultados distorsionadores del entero sistema judicial que se derivan de una excesiva litigiosidad, así como en restituir a la parte contraria los gastos que, en menoscabo de la satisfacción de sus pretensiones, le ha ocasionado la defensa de sus derechos e intereses legítimos frente a quienes promuevan acciones o recursos legalmente merecedores del pago de las costas”. (Auto 28-12-2000). “Dice la sentencia de esta Sala de 27 de marzo de 1999 que «la impugnación de la tasación de costas por la parte condenada a su pago no puede fundarse en el artículo 1967.1 del Código Civil pues el derecho a ser resarcido de las costas es propio y específico de la parte vencedora en juicio frente a la condenada a su pago, no del abogado y procurador de aquélla. Estos profesionales tendrán acción para cobrar sus honorarios y derechos de quien contrató sus servicios, y a esta acción le es aplicable la prescripción del precepto citado»”. (St. 6-6-2001). cabe de que la condena en costas supone el pago de una indemnización que el condenado debe pagar al beneficiado, y que como tal indemnización no puede estar sujeta al IVA, pero el procurador no está aplicando el IVA sobre una indemnización, sino sobre sus derechos, tal como está obligado a hacer. Luego, el tribunal tasa las costas para evaluar el importe de la indemnización y está indemnización comprenderá, a juicio del tribunal, Esta configuración jurisprudencial de la condena en costas como generadora de un crédito a favor de la parte vencedora y que, por tanto, no pertenece a quien la representa o asiste, obliga a esta Dirección General a modificar el criterio que hasta ahora ha venido manteniendo, a efectos de las retenciones a cuenta del IRPF, de considerar que la parte condenada en costas satisface rendimientos profesionales a los abogados y procuradores de la parte vencedora. Por tanto, modificando el criterio anterior, este centro directivo considera conforme a derecho entender que en los supuestos de condena en costas, al ser beneficiaria la parte vencedora, la parte condenada no está satisfaciendo rendimientos profesionales a los abogados y procuradores de la parte vencedora sino una indemnización a esta última, por lo que aquella parte (la condenada) no está obligada a practicar retención sobre tales honorarios profesionales. Todo ello sin perjuicio del cumplimiento de la obligación de practicar la correspondiente retención sobre los rendimientos que satisfaga a sus abogados y procuradores la parte vencedora, en cuanto tuviera la condición de obligado a retener, conforme al artículo 74 del Reglamento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aprobado por el Real Decreto 1775/2004, de 30 de julio (BOE del día 4 de agosto). el importe que considere resarza los gastos necesarios que ha soportado el beneficiado en el pleito, entre otros, el IVA. Ciertamente, el estado actual de la jurisprudencia es vacilante. Por un lado está la postura de acatamiento a la nueva doctrina de la DGT, no admitiendo la repercusión del IVA, y, por otro, la tesis contraria. Lo que no se puede desconocer es que la resolución administrativa aludida, además de no ser vinculan- Impuesto sobre el Valor Añadido El artículo 4, apartado uno, de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido (BOE del día 29), dispone que estarán sujetas al citado tributo las entregas de bienes y prestaciones de servicios realizadas en el ámbito espacial del Impuesto por empresarios o profesionales a título oneroso, con carácter habitual u ocasional, en el desarrollo de su actividad empresarial o profesional. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 78, apartado tres, número 1º, de la misma Ley, no se incluirán en la base imponible del Impuesto sobre el Valor Añadido las cantidades percibidas por razón de indemnizaciones que, por su naturaleza y función, no constituyan contraprestación o compensación de las entregas de bienes o prestaciones de servicios sujetas a dicho Impuesto. Las cantidades que en concepto de costas judiciales se tasan a favor de una de las partes litigantes no tienen la consideración de contraprestación de operación alguna sujeta al Impuesto sobre el Valor Añadido, puesto que la parte en favor de la cual se determina la percepción de dichos importes no efectúa ninguna entrega de bienes o prestación de servicio en favor de la parte condenada al pago de las citadas costas judiciales. Dichas costas judiciales corresponderán, generalmente, a los gastos te a efectos jurisdiccionales, ignora el concepto de la condena en costas que se ha mantenido constante en el tiempo por la jurisprudencia, que considera como íntegro el resarcimiento de los gastos procesales realizados, lo que conlleva el abono de los devengos producidos por la carga impositiva. Dicho en otros términos, la “indemnización” que reza la citada resolución quedaría incompleta si grava el IVA al exclusivo cargo de quien ha vencido en incurridos en un procedimiento judicial por la parte en favor de quien se determine el cobro de las mismas. Por consiguiente, las cantidades que en concepto de costas judiciales se tasen en favor de una de las partes en un proceso judicial tienen para dicha parte el carácter de indemnización, y no constituyen por tanto la contraprestación de operación alguna gravada por dicho Impuesto realizada por la parte que las satisface en favor de la parte que las percibe, no debiendo ni pudiendo por ello repercutir esta última a aquélla cantidad alguna en concepto de Impuesto sobre el Valor Añadido con ocasión del cobro de tales cantidades. Lo señalado anteriormente debe entenderse en todo caso sin perjuicio de la sujeción al Impuesto sobre el Valor Añadido de los servicios que pudieran haberle sido prestados a la parte que ha de percibir las cantidades en concepto de costas judiciales por empresarios o profesionales que actúen en el ejercicio independiente de su actividad empresarial o profesional (por ejemplo, abogados y procuradores), con independencia del hecho de que sea precisamente el importe de tales servicios el que haya de tenerse en cuenta para determinar las costas judiciales que habrá de satisfacerle la otra parte en el proceso. En tal caso, y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 84.uno.1º y 88, ambos de la Ley 37/1992, los referi- costas, como propugna el organismo administrativo, toda vez que se le sustraería una cantidad que el vencedor ha debido abonar, quebrantando así la integridad de la restitución y, por ende, un principio básico del derecho privado. Ciertamente, a la espera que se consolide un criterio jurisprudencial más extendido, estimamos que, como profesionales y en defensa del beneficiado, se debe mantener la inclusión del IVA. dos empresarios o profesionales, en su condición de sujetos pasivos del Impuesto sobre el Valor Añadido que gravaría los referidos servicios, estarían obligados a efectuar la repercusión de dicho Impuesto sobre el cliente con el que han concertado la prestación de los servicios, destinatario de tales servicios, mediante la correspondiente factura expedida para este último ajustada a lo dispuesto en el Reglamento por el que se regulan las obligaciones de facturación, aprobado por el artículo primero del Real Decreto 1496/2003, de 28 de noviembre (BOE del día 29), en la que la cuota del Impuesto repercutida (importe resultante de aplicar a la base imponible del Impuesto en tal operación el tipo de gravamen que corresponda) debe consignarse de manera separada de la base imponible. El cliente destinatario de los servicios y de la factura correspondiente a los mismos está obligado a soportar la repercusión del Impuesto que le efectúen los referidos empresarios o profesionales, siempre que tal repercusión se ajuste a lo dispuesto en la Ley 37/1992 y en las normas que la desarrollan. Lo que comunico a Vd. con los efectos previstos en el apartado 2 del artículo 107 de la Ley 230/1963, de 28 de diciembre, General Tributaria, de acuerdo con lo establecido en el apartado 1 de la disposición transitoria segunda de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria. Abril 2006 • PROCURADORES / 55