Unidad de Obesologia de Santorio Allende “Enfoque psicológico sobre la obesidad” El aporte psicológico para una mejor comprensión del sobrepeso y la obesidad, y, consecuentemente, de su tratamiento, fue uno de los temas destacados de la XIV ª Jornada Internacional Anual de Actualización en Nutrición y Obesidad realizada el 24 y 25 de Junio pasado. Recientemente se desarrolló en Córdoba la 14.ª edición de la Jornada Internacional Anual de Actualización en Nutrición y Obesidad, que tuvo como sede las instalaciones del Sanatorio Allende y el Hotel Holliday Inn, organizadas por Fundación Allende, a través de su Unidad de Obesología, Fundación Diquecito, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Córdoba y el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. Este encuentro contó con las palabras de apertura del Prof. Bartolomé Allende. “Al comienzo la hacíamos en Diquecito, donde el salón Auditorio tiene capacidad para 90 personas”, relata el Dr. Ricardo Chiosso, su presidente. Y agrega que, a medida que crecía la convocatoria “nos mudamos a las instalaciones del hotel, donde participaron, los últimos años, alrededor de 200 personas. De este modo, se transformó en un encuentro de actualización de referencia en el medio y en el centro del país”, destaca. Este año, continúa el doctor Chiosso, “decidimos abrir la participación a otras organizaciones afines a la especialidad convocante. Invitamos a la Fundación Allende, primer Centro de Cirugía de la Obesidad fuera de Buenos Aires y primera Unidad de Obesología inserta en un centro de atención polivalente; al Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Córdoba, y al Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. Con estas instituciones hicimos realidad un viejo discurso con el que nos llenamos la boca los especialistas en nutrición: trabajar en interdisciplina, multidisciplina y transdisciplina. Cada una de estas palabras tiene una connotación propia del trabajo en equipo”, comenta. Y agrega que en 2012 “pensamos sumar otros colegios profesionales que trabajan con pacientes que requieran el abordaje nutricional, y obesos en particular”. Según el entrevistado, el resultado de este nuevo enfoque se tradujo en que “duplicamos la convocatoria, ya que fuimos 400 los asistentes, con invitados de Brasil, Uruguay y Chile, además de prestigiosos profesionales de nuestro país”. Para el Dr. Chiosso, el mayor aporte de esta Jornada fue quizá “la presencia y el aporte de lo psicológico para la comprensión y el mejor abordaje de la obesidad, principal trastorno nutricional de la posmodernidad, sobre todo cuando enfrentamos una dura realidad de fracasos como el común denominador de prácticamente todos los esfuerzos por tratarla”. De todas maneras considera que la excepción, tal vez, sería la cirugía bariátrica, si bien “todavía le falta un camino por recorrer para hablar de éxito terapéutico en el largo plazo”. En este sentido, resalta particularmente algunos aspectos de la disertación de “una de las psicólogas más experimentadas de Córdoba que trabajan con obesos. Se trata de la Lic. Adriana D. de Chiosso, integrante del equipo de la Unidad de Obesología del Sanatorio Allende, con más de 15 años de experiencia en valoración psicodiagnóstica de pacientes obesos”. La psicóloga, que es especialista en Sobrepeso y Obesidad por la Universidad de León, España; y Maestranda en Trastornos Alimentarios y Trastornos de la Personalidad por la Universidad de Valencia), re refirió a “Los vínculos primarios y su relación con el comer”. En ese contexto, explicó que “el nacimiento de lo físico y lo psicológico, no coinciden en el tiempo puesto que si bien el cuerpo viene completamente formado y sólo necesita maduración, el psiquismo sólo viene elementalmente con la estructura para convertir energía física en psíquica, es decir, el impulso”. “Tanto para respirar como para hacer la digestión, el organismo del recién nacido no necesita de asistencia externa, pero sí la necesita para alimentarse”, explica. De allí que “el principio del psiquismo es relacional, entre madre y bebé”. Por eso, “es de fundamental importancia no solo el objeto alimento sino la manera en que ese objeto es dado al neonato (relación madre/hijo). Esta vinculación dio origen a la teoría de Apego desarrollada por Winnicott. En este vínculo primigenio, se desarrolla el aprendizaje de espera, tolerancia a la frustración, confianza de ser asistido por el ser materno (o cuidador designado) que protege y da sustento. De allí, el inicio del aprendizaje de control de impulsos y la organización de los mismos”. Estudios realizados a pacientes obesos en la Unidad de Obesología del Sanatorio Allende (con la prueba Big Five Questionnaire), permitieron conocer que el 77.9% de los pacientes tenía “baja y muy baja estabilidad emocional” respecto de la población general. Mientras que en las subescalas Control sobre las impulsos, se halló que el 74.3% obtuvo “muy bajo y bajo control”, e “igual de escasa fue la puntuación sobre el control de las emociones: 72.6%”, detalla la Lic. Adriana D. de Chiosso. “Ningún estudio ha revelado una personalidad del obeso”, señala la entrevistada. Y agrega que existen obesos “con y sin disfunciones emocionales, pero de los que la tienen, la inestabilidad o precario control sobre las mismas es una de ellas, es decir la discapacidad para afrontar los efectos negativos de la ansiedad, la depresión, la irritabilidad o la frustración”. “Si el cuerpo no es vivenciado como propio –continúa–, ni tampoco lo son los pensamientos, sumándose la falta de reconocimiento de los sentimientos, entonces tampoco existirá la capacidad de hacerse cargo de sí mismo, por lo que ese cuerpo puede estar dando muestras de sufrimiento y el paciente obeso no las escuchará, ya que se ha producido una fragmentación entre la psique y el soma”. En este sentido se pregunta ¿qué ocurre cuando la madre falla?, y, para responder, se remite a una frase de la psicoanalista Alice Miller, autora de “El cuerpo nunca miente”, quien dice que “el cuerpo se ve obligado a buscar toda una vida el alimento auténtico del que se ve privado muy temprano”. Ante la pregunta ¿entonces que debe hacer una madre para resultar “suficientemente buena”?, contestó: “el primer trabajo de la madre es aceptar no anteponer sus propias expectativas, [de tener un bebé bueno, que no llora y que satisface sus aspiraciones maternas] sino el tomar la actitud de aprender a distinguir las diferentes necesidades del bebé y ayudar a éste en el proceso de decodificar la diversidad de emociones e impulsos que enfrenta ayudándole a resolverlas de un modo adaptativo”. Porque como dice Joyce McDougall “el cuerpo es un escenario que nos describe la mente”.