Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma* ENRIQUE FERNÁNDEZ DÁVILA Dirección General de Tributos SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN.—2. EL MARCO DE LA OCDE.—3. OBLIGACIÓN DE VALORAR LAS OPERACIONES POR EL VALOR NOR­ MAL DE MERCADO. 3.1. Régimen en vigor. 3.2. Régimen proyectado. 3.3. Valoración contable de las operacio­ nes vinculadas.—4. LOS SUPUESTOS DE VINCULACIÓN.—5. LOS MÉTODOS DE VALORACIÓN. 5.1. Régimen en vigor. 5.2. régimen proyectado..—6. REGLAS ESPECIALES EN MATERIA DE DEDUCCIÓN DE DETERMINADOS GASTOS. 6.1. Régi­ men en vigor. 6.2. Régimen proyectado..—7. EL AJUSTE SECUNDARIO. 7.1. Régimen en vigor. 7.2. Régimen pro­ yectado.—8. PROCEDIMIENTO. 8.1. Régimen en vigor. 8.2. Régimen proyectado.—9. LAS OBLIGACIONES FORMALES. 9.1. Régimen en vigor. 9.2. Régimen proyectado.—10. EL RÉGIMEN SANCIONADOR. 10.1. Régimen en vigor. 10.2. Régimen proyectado.—11. CONCLUSIONES. Palabras clave: Fiscalidad Internacional, Impuesto sobre Sociedades, operaciones vinculadas, precios de trans­ ferencia. 1. INTRODUCCIÓN ción proyectada del régimen de operaciones vincu­ ladas contenida en el Proyecto de Ley de Medidas para la Prevención del Fraude Fiscal (en adelante, PLMPFF), actualmente en fase de tramitación par­ lamentaria. En consecuencia, realizaremos un exa­ men crítico de los elementos esenciales del régimen en vigor, contrastándolos con las modificaciones introducidas por el régimen proyectado. La regulación vigente de las operaciones vincula­ das se encuentra recogida en el artículo 16 del TRLIS, y fue introducida por la Ley 43/1995 de 27 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades. Se trata por tanto de una normativa con más de diez años de antigüedad, que en su momento significó un importante avance respecto de regulación anterior, pero que ineludiblemente debe ser objeto de una profunda revisión debido fundamentalmente a su falta de adecuación al intenso proceso de internacio­ nalización de la economía producido en los últimos años y los efectos que de ello se derivan: aumento del comercio internacional; existencia de jurisdiccio­ nes o regímenes fiscales de baja tributación que tra­ tan de atraer para sí determinadas actividades, y proliferación de empresas multinacionales que ope­ ran en varias jurisdicciones fiscales. 2. EL MARCO DE LA OCDE Esta materia es objeto de estudio y análisis cons­ tante por parte de la OCDE, que en desarrollo del artículo 9.2 del el Modelo de Convenio Fiscal de la OCDE sobre la Renta y sobre el Patrimonio, ha ela­ borado las Directrices aplicables en materia de pre­ cios de transferencia a empresas multinacionales y administraciones tributarias, cuya última revisión data de 1995. Estas directrices constituyen la base de la homogeneización a nivel internacional de la normativa tributaria en esta materia. Por tanto, la Resulta obligado analizar el artículo 16 del TRLIS y sus alternativas de reforma a la luz de la modifica­ * Trabajo presentado al VI Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el primer semestre de 2006. 75 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 el artículo 16 TRLIS. No obstante, debe señalarse que la valoración contable de estas operaciones por el valor convenido y el régimen de ajustes que de ello se deriva, si bien es mayoritariamente acep­ tada, se encuentra actualmente en entredicho, tal y como se indica en el apartado 3.3. adecuación de la normativa española a las Directri­ ces de la OCDE, y en particular al principio de libre competencia que determina la valoración de las operaciones por su valor normal de mercado, cons­ tituye un elemento de vital importancia para asegu­ rar un reparto razonable de la base imponible entre las distintas jurisdicciones fiscales implicadas y la inexistencia de supuestos de doble imposición. Por tanto, uno de los elementos esenciales a la hora valorar la regulación de las operaciones vinculadas será el grado de adecuación a los postulados de la OCDE. 3. OBLIGACIÓN En definitiva, el régimen actual se caracteriza por la obligación de los sujetos pasivos de valorar las operaciones por el valor contable, estando la Administración facultada para rectificar dicha valo­ ración cuando de ella se derive perjuicio económi­ co para la Hacienda Pública. Esta regulación, si bien es coherente con el régimen de determinación de la base imponible basado en el resultado contable, comporta impor­ tantes consecuencias negativas: DE VALORAR LAS OPERACIONES POR EL VALOR NORMAL DE MERCADO 3.1. — No se adecua a las Directrices de la OCDE, por lo que en las operaciones internacio­ nales no se garantiza un reparto adecuado de la base imponible ni la eliminación de la doble imposición en aquellos supuestos, cada vez más frecuentes, en los que la nor­ mativa tributaria de la otra jurisdicción fis­ cal establece como regla de valoración el valor de mercado. Régimen en vigor El artículo 16 TRLIS, bajo el epígrafe “Reglas de valoración: operaciones vinculadas”, faculta a la Administración tributaria a valorar las operaciones vinculadas por su valor normal de mercado a efec­ tos de la determinación de la base imponible del impuesto, siempre que exista perjuicio económico para la Hacienda Pública (“que valoración conveni­ da hubiera determinado, considerando el conjunto de las personas o entidades vinculadas, una tributa­ ción en España inferior a la que hubiere correspon­ dido por aplicación del valor normal de mercado o un diferimiento de dicha tributación”). Este precep­ to debe ponerse en relación con el artículo 10 TRLIS, que en su apartado 3 dispone que “en el método de estimación directa, la base imponible se calculará, corrigiendo, mediante la aplicación de los preceptos establecidos en esta ley, el resultado con­ table determinado de acuerdo con las normas pre­ vistas en el Código de Comercio, en las demás leyes relativas a dicha determinación y en las disposicio­ nes que se dicten en desarrollo de las citadas nor­ mas.” La aplicación por la Administración de las normas del artículo 16 TRLIS supondrá una correc­ ción al resultado contable, y por tanto una excep­ ción a las reglas generales de valoración del impuesto, que parten de la valoración de los ingre­ sos y gastos de acuerdo con los principios contables. Es decir, los sujetos pasivos del impuesto han de valorar las operaciones que realicen con arreglo a las normas contables. De acuerdo con dichas nor­ mas, la adquisición de bienes o servicios deberá valorarse por el precio de adquisición, entendien­ do por tal el valor convenido. La valoración conve­ nida no puede ser rectificada por los sujetos pasivos, pero sí puede serlo por la Administración cuando se cumplan las condiciones establecidas en — Partiendo de la premisa generalmente aceptada de que la utilización de valores distintos a los de mercado por parte de entidades vinculadas, especialmente en las operaciones internacionales, obedece no exclusivamente, pero sí frecuentemente a motivaciones de índole fiscal, y conside­ rando que en gran parte de las ocasiones en que se realicen operaciones vinculadas, aún existiendo perjuicio económico, la Administración no va a poder realizar corrección alguna que evite ese perjuicio por el simple hecho de que la corrección de valor se ha de realizar en el marco de una actuación de comprobación de la situación tributaria del sujeto pasivo, y que en ausencia de dicha comprobación la Administración ni tan siquiera va a tener conocimiento de la existencia de operacio­ nes vinculadas, cabe deducir que el régi­ men actualmente en vigor supone que en un elevado porcentaje de las operaciones que no son objeto de comprobación por la Administración, la valoración convenida por las partes provoca un perjuicio para la Hacienda Pública respecto a la valoración por el valor normal de mercado. — Puesto que el sujeto pasivo no tiene la obli­ gación de valorar por el valor de mercado, 76 Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma E NRIQUE F ERNÁNDEZ D ÁVILA una infracción autónoma, si no como un elemento de la configuración de la infrac­ ción por incumplimiento documental, tal y como se analizará más adelante. — Permite la exigencia por la Administración de determinadas obligaciones documenta­ les que justifiquen el valor de mercado. — Obliga a los sujetos pasivos a analizar, para cualquier operación vinculada que reali­ cen, cual es su valor de mercado. Este aná­ lisis en ocasiones no va a resultar sencillo y va a comportar un aumento de costes para las empresas. no son sancionables comportamientos en los que se pactan precios distintos del de mercado con un claro ánimo defraudatorio. — Finalmente, debe señalarse que con el actual régimen no es posible exigir obliga­ ciones documentales que justifiquen el valor de mercado, puesto que el sujeto pasivo no tiene la obligación de aplicar este valor. A esta cuestión nos referiremos más adelante. 3.2. Régimen proyectado La nueva redacción del artículo 16 comienza señalando que “las operaciones efectuadas entre personas o entidades vinculadas se valorarán por su valor normal de mercado”. En este punto se produce una radical modificación respecto a régi­ men en vigor, de tal modo que la valoración por el “valor normal de mercado” se configura como una norma de obligada aplicación tanto para el sujeto pasivo cuando autoliquide el impuesto, como para la propia Administración en caso de ulterior com­ probación de las operaciones. Se trata por tanto de una norma de valoración imperativa, no sometida a condición previa alguna. La operaciones se valora­ rán por el valor normal de mercado con indepen­ dencia de si dicha valoración se ha reflejado contablemente y de si se produce o no perjuicio económico para la Hacienda Pública. Es decir, el sujeto pasivo deberá realizar los ajustes al resulta­ do contable que procedan en caso de que las ope­ raciones no se hubieran contabilizado por el valor normal de mercado, y la Administración deberá en todo caso regularizar la situación tributaria de los sujetos pasivos que no hayan valorado las opera­ ciones por el valor normal de mercado. Las repercusiones de esta modificación son las siguientes: — La valoración fiscal coincide con la valora­ ción propugnada por la OCDE, con las ven­ tajas ya comentadas que de ello se deriva. — Evita el perjuicio para la Hacienda Pública a que nos referíamos anteriormente como consecuencia de que en el régimen en vigor la corrección de valoración conveni­ da sólo puede realizarse por parte de la Administración tributaria en el marco de una comprobación de la situación tributa­ ria del sujeto pasivo. — Abre la puerta a la imposición de sanciones en caso de incumplimiento de la obligación de valorar por el valor normal de merca­ do. No obstante, el incumplimiento de esta obligación no se ha configurado como 3.3. Valoración contable de las operaciones vinculadas Hasta ahora hemos considerado que la valora­ ción contable de estas operaciones debía realizarse por el precio de adquisición, entendiendo por tal el precio convenido. En base a ello se ha señalado las características del régimen en vigor y las del régi­ men proyectado. Ahora bien, esta nítida distinción entre uno y otro puede verse difuminada por la aplicación de los criterios contables recogidos en la nota del ICAC sobre el tratamiento contable aplica­ ble a las transacciones de empresas del mismo grupo (BOICAC núm. 61, de marzo de 2005). Según se señala en el apartado 5 de dicha nota: “Un aspecto que debe ser objeto de especial análisis en las operaciones entre empresas del grupo, precisamente por la ausencia de intereses contrapuestos, es el relativo a las valoraciones otorgadas, siendo necesario analizar si existe un valor fiable del importe que podría haber sido acordado entre partes interesadas en condiciones de independencia mutua, entendiendo por el mismo el valor de mercado, si existe un mercado representativo o, en caso contrario, el derivado de aplicar modelos y técnicas de general aceptación y en armonía con el principio de prudencia. En este sentido, de existir el citado valor fiable, en la medida en que el precio acordado difiera del mismo, deberá tenerse en consideración la natu­ raleza económica híbrida que este hecho pondría de manifiesto (como expresa materialización del fondo económico de las operaciones), lo que es determinante a la hora de proceder a otorgar su adecuado tratamiento contable (por ejemplo, podría poner de manifiesto la existencia de dona­ ciones entre empresas o reparto de dividendos).” De los párrafos transcritos cabe destacar los siguientes extremos: — Las operaciones vinculadas, al menos entre empresas del mismo grupo mercan­ til, deben valorarse contablemente por el valor de mercado, definiéndose este valor 77 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 de forma similar al “valor normal de mer­ cado” a que se refiere el TRLIS. — Como consecuencia de lo anterior, cuando exista diferencia entre el valor de mercado y el precio convenido, dicha diferencia deberá reflejarse contablemente de acuer­ do con la naturaleza económica de la ope­ ración. Se trata del denominado “ajuste secundario”, que es objeto de regulación en el artículo 16.8 del TRLIS, según la redacción proyectada. En definitiva, en lo esencial, los criterios de valoración contables coincidirían con las normas de valoración previstas la reforma proyectada, tal y como se señala en la propia exposición de motivos del Proyecto de Ley. Esta coincidencia, lejos de resultar clarificadora, arroja algunos interrogantes: — Si la base imponible del impuesto parte del resultado contable, y el resultado contable ya debe incluir la valoración a mercado ¿tiene sentido reiterar la obligación de valorar por el valor normal de mercado en el nuevo artículo 16 del TRLIS?. ¿Qué sen­ tido tiene regular fiscalmente el “ajuste secundario” cuando ya es objeto de regu­ lación contable?. Quizás la explicación más coherente sea que la norma fiscal se limita a realizar un “recordatorio” de la norma contable, lo cual resulta conveniente sin duda habida cuenta de lo extendido que se encuentra la interpretación contable “tra­ dicional” según la cual estas operaciones se han de valorar por el precio convenido. Además, debe señalarse que la norma fis­ cal tiene un ámbito subjetivo de aplicación más amplio que el de la resolución del ICAC. De ahí también la necesidad de una regulación específica. — Igualmente se suscitan dudas sobre la apli­ cación de los criterios recogidos en la nota del ICAC al régimen actualmente en vigor, puesto que se pone en cuestión la obliga­ ción de los sujetos pasivos de atenerse al precio convenido, así como el esquema de ajuste extracontable a practicar por la Administración que hasta ahora ha venido aplicándose. modificaciones: se sustituye sociedad por entidad; se introduce el concepto de participe; se delimita el parentesco hasta el tercer grado; se define el concepto de grupo a efectos de vinculación... Esta delimitación de la vinculación, basada en una extensa y detallada enumeración de los distin­ tos supuestos o situaciones que dan lugar a ella, presenta como ventaja la seguridad jurídica que conlleva. Ahora bien, esta de la amplitud de los supuestos de vinculación, que no plantea especia­ les problemas en el régimen en vigor, en el nuevo régimen tiene como efecto colateral un aumento de los costes administrativos y de las obligaciones formales proporcional al número de supuestos de vinculación. Dado que los sujetos pasivos tendrán que determinar el valor de mercado de todas las ope­ raciones vinculadas que realicen, en primer lugar deberán identificar cuales son las personas o enti­ dades vinculadas con las que se realizan tales ope­ raciones (lo cual no siempre será sencillo, piénsese en la existencia de grandes grupos, con numerosas entidades participadas directa e indirectamente, cada una de ellas con sus propios accionistas, miembros de consejo de administración, etc.), para a continuación proceder a la valoración de cada una de las operaciones. Todo ello acarreará costes administrativos a las empresas. Evidentemente, cuanto más amplios sean los supuestos de vincula­ ción, mayores serán estos costes. Otra de las características de la reforma de las operaciones vinculadas es la exigencia de obligacio­ nes de documentación que justifiquen el valor de mercado declarado por los sujetos pasivos. De nuevo, la amplitud de los supuestos de vinculación ocasionará que las obligaciones formales de los sujetos pasivos en principio sean igualmente amplias. No obstante, se ha de señalar que el alcan­ ce se las obligaciones formales se determinará por vía reglamentaria, por lo que es posible que el con­ tenido de estas obligaciones se limite en función de las operaciones que se realicen o de los sujetos intervinientes. 4. LOS Los métodos de valoración de las operaciones vinculadas recogidos en el actual artículo 16 están inspirados en los establecidos en las directrices de la OCDE aplicables en materia de precios de trans­ ferencia, si bien no se recogen la totalidad de los métodos previstos por la OCDE, ya que queda 5. LOS 5.1. SUPUESTOS DE VINCULACIÓN En relación con los supuestos de vinculación no existen diferencias sustanciales entre el régimen en vigor y el régimen proyectado. Las novedades introducidas por el PLMPFF se limitan a pequeñas 78 MÉTODOS DE VALORACIÓN Régimen en vigor Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma E NRIQUE F ERNÁNDEZ D ÁVILA dose el criterio de prioridad de los métodos tradi­ cionales (método del precio libre comparable, método del coste incrementado y método del pre­ cio de reventa) sin establecer una jerarquía entre ellos, sobre los métodos de último recurso (méto­ do de la distribución del resultado de la operación y método del margen neto del conjunto de las ope­ raciones). fuera el método del margen neto del conjunto de operaciones. Los métodos regulados en el TRLIS son los siguientes: — Precio comparable de mercado. — Precio de adquisición o coste de produc­ ción incrementado. — Precio de reventa minorado. — Distribución del resultado conjunto de la operación. En cuanto al orden de aplicación, en primer lugar se aplicará el método del precio de mercado, de manera que, con carácter supletorio, se utilizan indistintamente el método del coste incrementado o del precio de reventa minorado, en aquellos casos en donde no exista o no puedan identificarse otras operaciones realizadas con terceros completamente independientes o, en su defecto, operaciones equi­ valentes sobre las que puedan realizarse las correc­ ciones procedentes. Cuando no resulte aplicable ninguno de los métodos anteriores se aplicará el de distribución del resultado conjunto de la operación. El aspecto más criticable de la regulación en vigor sin duda está constituido por la falta de regu­ lación del método del margen neto del conjunto de operaciones. También es criticable la aplicación prioritaria del precio comparable, porque en ocasiones éste no será el método más adecuado debido a la naturale­ za de las operaciones, pero se obliga a la Adminis­ tración a demostrar que no es posible aplicarlo. 5.2. 6. REGLAS ESPECIALES EN MATERIA DE DEDUCCIÓN DE DETERMINADOS GASTOS 6.1. Régimen en vigor La normativa actual establece determinadas reglas relativas a gastos de investigación y desarro­ llo y a gastos por servicios de apoyo a la gestión. La particularidad de estos supuestos reside en que, además de resultar de aplicación las normas gene­ rales sobre operaciones vinculadas, la deducibilidad de estos gastos está condicionada al cumplimiento de unos requisitos específicos. En el caso de los gastos de investigación y des­ arrollo, el artículo 16.4 del TRLIS regula los requi­ sitos que han de cumplir los acuerdos de reparto de costes entre entidades vinculadas para que los gastos correspondientes sean deducibles. Si bien es cierto que los supuestos más frecuen­ te de acuerdos de reparto de costes en la práctica tienen por objeto las actividades de investigación y desarrollo, no está justificado limitar su regulación a este tipo de gastos, puesto que es posible la reali­ zación de estos acuerdos en relación con cualquier bien o servicio. Por lo que respecta a los requisitos exigibles, además del puramente formal referido a la existencia de un contrato escrito, el artículo 16.4 se limita a exigir “que los criterios de distribución de los gastos soportados efectivamente por la enti­ dad que efectúa la actividad de investigación y des­ arrollo se correspondan racionalmente con el contenido del derecho a utilizar los resultados del proyecto o proyectos por las entidades que reali­ zan las contribuciones”. Si bien la exigencia de racionalidad de los criterios de distribución es ade­ cuada, resulta demasiado genérica y se echa en falta una referencia a cual debe ser el contenido de los derechos de utilización del proyecto. En relación con servicios de apoyo a la gestión, cabe realizar consideraciones análogas a las ante­ riores. La regulación actual resulta insuficiente y no está plenamente ajustada a los criterios de la OCDE. El artículo 16.5 señala que: Régimen proyectado El nuevo régimen es continuista con la normati­ va actual, si bien se introducen algunas novedades que merecen una valoración positiva: — Se modifica la descripción de cada uno de los métodos. — Se regula el método del margen neto del conjunto de operaciones. — Se realizan ciertas modificaciones en el orden de aplicación de los métodos. En relación con la descripción de los métodos, se ha mejorado la redacción buscando una mayor precisión de conceptos y una mayor adecuación al contenido de las directrices de la OCDE. Por lo que respecta al margen neto del conjun­ to de operaciones, su regulación resultaba necesa­ ria para adecuar nuestra norma a los postulados de la OCDE. En esta misma línea se enmarcan las modifica­ ciones relativas al orden de aplicación, consagrán­ “La deducción de los gastos en concepto de servicios de apoyo a la gestión prestados entre 79 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 entenderse implícita en la normativa en vigor). En lo tocante a los servicios intragrupo, la nueva regulación supera los inconvenientes puestos de manifiesto por la normativa en vigor: — Se regula la totalidad de los servicios intra­ grupo. — Se establece como condición genérica “que los servicios prestados produzcan o puedan producir una ventaja o utilidad a su destina­ tario.”, de tal modo que quedan automáti­ camente excluidos de deducibilidad los servicios de control o las denominadas “actividades del accionista” en la terminolo­ gía de la OCDE. — Se regula el supuesto específico de servi­ cios prestados conjuntamente en favor de varias personas o entidades vinculadas, señalándose como criterio a tener en cuen­ ta para el reparto “los beneficios obtenidos o susceptibles de ser obtenidos por las per­ sonas o entidades destinatarias”. — Se señala expresamente que los gastos deberán ser valorados por su valor normal de mercado (aunque esta condición debe entenderse implícita en la normativa en vigor). En definitiva, las modificaciones realizadas por el Proyecto de Ley suponen un clara mejora de la regulación de los servicios intragrupo y de los acuerdos de reparto de costes, adaptándose plena­ mente a lo dispuesto en los capítulos VII y VIII de las Directrices de la OCDE, a los que necesaria­ mente se habrá que acudir para interpretar una materia tan compleja. entidades vinculadas estará condicionada a que su importe se establezca en base a un contrato escri­ to, celebrado con carácter previo, a través del cual se fijen los criterios de distribución de los gastos incurridos a tal efecto por la entidad que los pres­ ta. Dicho pacto o contrato deberá reunir los siguientes requisitos: a) Especificará la naturaleza de los servicios a prestar. b) Establecerá los métodos de distribución de los gastos atendiendo a criterios de continuidad y racionalidad.” En relación con este precepto, es criticable que se limite la regulación de los servicios intragrupo a los servicios de apoyo a la gestión, ya que los ser­ vicios intragrupo pueden incluir, siguiendo las Directrices de la OCDE, no sólo las funciones de gestión, sino también funciones de coordinación y de control para el conjunto del grupo. Por otra parte, este precepto, aunque no lo indica expresa­ mente, parece regular únicamente los servicios prestados conjuntamente a varias entidades vincu­ ladas, sin que se realice mención del supuesto más elemental en los servicios intragrupo, cual es que los servicios se presten individualizadamente entre miembros del grupo. Por otra parte, la referencia a que los métodos de distribución de los gastos atenderán a criterios de continuidad y racionalidad, resulta un tanto genérica e imprecisa. 6. 2. Régimen proyectado En relación con los acuerdos de reparto de cos­ tes, la nueva regulación (art. 16.6 del TRLIS) supo­ ne una mejora de la normativa en vigor por los siguientes motivos: — No se limita a la regulación de los gastos de investigación y desarrollo, sino que se amplía a cualquier acuerdo de reparto de costes. — Se exige el acceso a la propiedad u otro derecho que tenga similares consecuencias económicas sobre los activos o derechos que en su caso sean objeto de adquisición, producción o desarrollo como resultado del acuerdo. — Se establece como requisito a tener cuen­ ta para el reparto de los costes la relación existente entre la aportación realizada y las utilidades o ventajas que se esperen obtener. — Se señala expresamente que los gastos deberán ser valorados por su valor normal de mercado (aunque esta condición debe 7. EL 7.1. AJUSTE SECUNDARIO Régimen en vigor Con independencia de la naturaleza de las ope­ raciones que en cada caso se realicen, (prestacio­ nes de servicios, entrega de bienes...) en todos los supuestos en que se pacten precios distintos a los de mercado va a existir una transferencia de rentas entre las partes intervinientes por el valor de la diferencia entre el precio convenido y el de merca­ do. Bajo la forma de un canon, de una compraven­ ta o de cualquier otra operación que determine flujos económicos, además de los efectos jurídicos y económicos propios de la operación de que se trate, se producirá un efecto económico adicional que no se hubiera producido en circunstancias nor­ males de mercado. 80 Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma E NRIQUE F ERNÁNDEZ D ÁVILA Atendiendo a los distintos supuestos de vincula­ ción, la realización de operaciones vinculadas dará lugar a alguno los siguientes efectos en las personas o entidades que intervienen en su realización: 1.—Transferencia de rentas de la sociedad al socio. Este efecto se producirá en aquellos supues­ tos en que la vinculación venga determinada por la relación socio-sociedad, y como consecuencia de los precios convenidos se produzca un aumento del patrimonio del socio, en detrimento del patri­ monio de la entidad. 2.—Transferencias de rentas del socio a la sociedad. Al igual que en el caso anterior, este efec­ to se producirá en aquellos supuestos en que la vin­ culación venga determinada por la relación socio-sociedad, si bien la transferencia se realiza en esta ocasión del socio a la sociedad. 3.—Otras transferencias. En los distintos supues­ tos de vinculación que hemos analizado, además de la relación socio-sociedad pueden intervenir otras personas que no tengan la condición de socio. Se trata de familiares de los socios, consejeros o admi­ nistradores de la entidad, familiares de estos, así como otras entidades vinculadas entre sí sin que nin­ guna de ellas tenga la condición de socio de las otras. Una de las materias más controvertidas del actual régimen de las operaciones vinculadas gira entorno a la facultad o no de la Administración de recalificar las rentas puestas de manifiesto como consecuencia de la realización de estas operacio­ nes. Esta recalificación se denomina en la termino­ logía de la OCDE “ajuste secundario”. La cuestión que se plantea es si la actuación administrativa debe limitarse a corregir los valores convenidos por las partes o si por el contrario, además de la corrección valorativa, la Administración debe ir más allá y recalificar las rentas transferidas de acuerdo con la realidad económica subyacente en la operación. Nada dice sobre esta cuestión el artículo 16 TRLIS. No obstante, a nuestro juicio debe admitir­ se la recalificación de las rentas afloradas por la uti­ lización de precios de transferencia, y ello por coherencia con la finalidad del ajuste, que no es otra que conciliar la tributación de la operación con la realidad económica puesta de manifiesto. El res­ paldo normativo para la recalificación lo encontra­ mos en las normas generales sobre calificación recogidas en la Ley General Tributaria, y en parti­ cular en el artículo 13 del citado texto legal que dis­ pone que “las obligaciones tributarias se exigirán con arreglo a la naturaleza jurídica del hecho, acto o negocio realizado, cualquiera que sea la forma o denominación que los interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los defectos que pudie­ ran afectar a su validez”. El ajuste secundario o recalificación de rentas consistirá en dar el tratamiento tributario que pro­ ceda a la diferencia entre el valor convenido y el valor de mercado (importe de la renta que se transfiere) siempre y cuando el valor de mercado haya prevalecido fiscalmente. Ante el silencio de la Ley sobre cual ha de ser dicho tratamiento, cabe proponer el siguiente, en consonancia con las Directrices de la OCDE: 1.—Supuestos en que la operación vinculada conlleve una transferencia de rentas de la sociedad al socio: la recalificación de las rentas comportará para la sociedad que las rentas que transfiere tengan la consideración de retribución de fondos propios. 2.—Supuestos en que la operación vinculada conlleve una transferencia de rentas del socio a la sociedad: las rentas recibidas por la sociedad reci­ birán el tratamiento fiscal propio de las aportacio­ nes realizadas por los socios. 3.—Otros supuestos. En los casos en los que las transferencias de rentas no tienen lugar entre socio-sociedad no cabe considerar el tratamiento señalado anteriormente. Por otra parte las Directri­ ces de la OCDE no hacen mención alguna a estos supuestos. En esta situación, no parece existir otra posibilidad más que el tratamiento propio de las liberalidades, puesto que no existe otra causa al margen de la liberalidad que justifique la traslación patrimonial resultado de la operación vinculada. En cualquier es deseable una regulación legal de esta materia que clarifique al menos los supuestos más controvertidos 7. 2. Régimen proyectado Las modificaciones introducidas por el nuevo régimen de operaciones vinculadas hacen más necesario si cabe la regulación del ajuste secunda­ rio. En efecto, al establecerse la obligación de los sujetos pasivos (además de la Administración) de valorar las operaciones por el valor normal de mer­ cado aunque difiera del precio convenido, es preci­ so indicar cuál ha de ser el tratamiento que los propios sujetos pasivos deben dar a esa diferencia. Respondiendo a esta necesidad, el artículo 16.8 ha regulado el ajuste secundario de la siguiente forma: “En aquellas operaciones en las cuales el valor convenido sea distinto del valor normal de merca­ do, la diferencia entre ambos valores tendrá para las personas o entidades vinculadas el tratamiento fiscal que corresponda a la naturaleza de las rentas 81 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 butario cuya situación tributaria vaya a ser objeto de comprobación. — Se da entrada en el procedimiento a las demás personas o entidades vinculadas en relación con los recursos, reclamaciones o tasaciones periciales que se interpongan o promuevan. — La firmeza de la valoración contenida en la liquidación determinará la eficacia del valor de mercado frente a las demás personas o entidades vinculadas. — La Administración efectuará las regulariza­ ciones que correspondan en el momento o período impositivo en que se produzca dicha firmeza. La valoración de estas modificaciones es positiva por cuanto tratan de hacer operativo un procedi­ miento que hasta ahora no ha funcionado adecuada­ mente. puestas de manifiesto como consecuencia de la existencia de dicha diferencia. En particular, en los supuestos en los que la vin­ culación se defina en función de la relación socios o partícipes-entidad, la diferencia tendrá, en la proporción que corresponda al porcentaje de par­ ticipación en la entidad, la consideración de parti­ cipación en beneficios de entidades si dicha diferencia fuese a favor del socio o participe, o, con carácter general, de aportaciones del socio o participe a los fondos propios si la diferencia fuese a favor de la entidad.” De acuerdo con el precepto transcrito, se regu­ la el tratamiento de los supuestos más frecuentes en la práctica –relación socio-sociedad–, en el sen­ tido apuntado en el apartado anterior, mientras que los restantes supuestos tendrán el tratamiento “que corresponda a la naturaleza de las rentas puestas de manifiesto”, lo cual implica una cierta indefinición sobre cual debe ser ese tratamiento. Quizás hubie­ ra sido preferible señalar expresamente el trata­ miento propio de las liberalidades. En este sentido parece apuntar la nota del ICAC antes citada. En cualquier caso la nueva regulación represen­ ta un gran avance respecto de la anterior, propor­ cionando seguridad jurídica en los supuestos más relevantes. 9. LAS 9.1. Régimen en vigor La normativa en vigor confía al Reglamento del Impuesto la regulación del procedimiento para la determinación del valor de mercado y la realiza­ ción de los ajustes correspondientes. Dicho proce­ dimiento se basa en la realización de actuaciones de comprobación conjuntas respecto de las dos partes vinculadas intervinientes en la realización de las operaciones. Estas actuaciones conjuntas impli­ can serios problemas derivados de la aplicación a dos o más sujetos pasivos de unas normas –el pro­ cedimiento inspector– concebidas para un único sujeto pasivo. 8. 2. Régimen en vigor La regulación contenida en el artículo 16 del TRLIS no establece ninguna exigencia específica de documentación en relación con las operaciones vin­ culadas. La inexistencia de obligaciones formales, unida a la ausencia de obligación de los sujetos pasi­ vos de valorar las operaciones por el valor de mer­ cado, coloca a la Administración tributaria en una posición difícil a la hora de comprobar la situación tributaria de los sujetos pasivos, puesto que sobre ella recae la carga de probar que la valoración con­ venida no se ajusta al valor de mercado, sin para ello pueda requerir al sujeto pasivo ningún elemento que directamente permita determinar cual es ese valor. Ello implica que la Administración frecuente­ mente se verá obligada a realizar complejos estu­ dios para valorar las operaciones de que se trate (relativos al sector, a las características del produc­ to o de los servicios, a las condiciones de contrata­ ción, al ámbito temporal, geográfico, etc.) cuando quien mejor conoce todos los aspectos relativos a dichas operaciones son los propios sujetos pasivos. 8. PROCEDIMIENTO 8.1. OBLIGACIONES FORMALES Régimen proyectado La normativa proyectada, consciente de las difi­ cultades apuntadas, trata de superarlas establecien­ do a nivel legal las reglas a las que habrá de ajustarse el procedimiento de determinación del valor normal de mercado. Estas reglas básicamen­ te son las siguientes: — En principio, las actuaciones se entenderán exclusivamente respecto del obligado tri­ 9.2. Régimen proyectado El régimen proyectado prevé el establecimien­ to de obligaciones de documentación al establecer en el artículo 16.2 del TRLIS que “Las personas o entidades vinculadas deberán mantener a disposi­ ción de la Administración tributaria la documenta­ ción que se establezca reglamentariamente”. Por 82 Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma E NRIQUE F ERNÁNDEZ D ÁVILA tanto, en principio habrá que esperar al desarrollo reglamentario para que se concrete el alcance de dichas obligaciones de documentación. No obstan­ te, la referencia que se realiza en la exposición de motivos del Proyecto de Ley al Foro Europeo sobre precios de transferencia permite vislumbrar cual serán líneas básicas que definan el contenido de la obligación documental. En efecto, las activida­ des del Foro Conjunto de la Unión Europea sobre precios de transferencia en el ámbito de la fiscali­ dad de las empresas asociadas en la Unión Euro­ pea, han desembocado en la aprobación del Código de Conducta sobre la documentación rela­ cionada con los precios de transferencia exigida de las empresas asociadas en la Unión Europea. En dicho Código de Conducta se prevé que los Estados miembros puedan exigir la siguiente docu­ mentación, en relación con las operaciones realiza­ das por grupos multinacionales: — El Masterfile, común para todos los Estados. — La documentación específica para cada país. A. Masterfile. El masterfile debe reflejar la reali­ dad económica de la empresa y ofrecer una descrip­ ción general del grupo de empresas multinacionales y de su método de fijación de los precios de transfe­ rencia. El masterfile debe incluir los siguientes elementos: a) una descripción general de la empresa y de su estrategia, incluidas las modificaciones introducidas en esta última con relación al ejercicio fiscal anterior; b) una descripción general de la estructura organizativa, jurídica y operativa del grupo de empresas multinacionales (en particular, un organigrama, una lista de los miembros del grupo y una descripción de la participa­ ción de la sociedad matriz en las filiales); c) los datos identificativos generales de las empresas asociadas que efectúan transac­ ciones controladas en las que intervienen empresas establecidas en la UE; d) una descripción general de las transaccio­ nes controladas en las que intervienen empresas asociadas establecidas en la UE, es decir, una descripción general de: d) iii) los flujos de transacciones (activos tan­ gibles e intangibles, servicios, aspectos financieros); d) iii) los flujos de facturación; d) iii) los importes de los flujos de transac­ ciones; e) una descripción general de las funciones ejercidas y los riesgos asumidos, así como de los cambios en estas funciones y riesgos respecto al ejercicio fiscal anterior (por ejemplo, la transformación de una sociedad distribuidora con plenos poderes en comi­ sionista); f) una lista de los activos intangibles poseídos (patentes, marcas, marcas de fábrica, cono­ cimientos técnicos, etc.) y de los cánones pagados o percibidos; g) una descripción de la política del grupo de empresas multinacionales en materia de precios de transferencia entre sociedades o una descripción del método de fijación de los precios de transferencia adoptado por el grupo, que explique la conformidad de los precios de transferencia de la empresa con el principio de plena competencia; h) una lista de los acuerdos de distribución de los costes, de los acuerdos previos sobre fijación de precios de transferencia y de las decisiones relativas a los precios de transfe­ rencia, en la medida en que interesen a los miembros del grupo establecidos en la UE; i) un compromiso de cada contribuyente nacional a proporcionar, previa petición, información complementaria en un plazo razonable de conformidad con las normas nacionales. B. Documentación específica de cada país. El contenido de esta documentación complementa el masterfile. Éste y la primera constituyen, en con­ junto, el expediente de documentación para el Estado miembro de que se trate. La documenta­ ción específica de cada país debe ser accesible para aquellas administraciones fiscales legítimamente interesadas en el tratamiento fiscal apropiado de las transacciones que abarca la documentación. La documentación específica de cada país debe incluir, además del contenido del masterfile, los siguientes elementos: a) una descripción detallada de la empresa y de su estrategia de negocio, incluidas las modificaciones introducidas en esta última respecto al ejercicio fiscal anterior; b) datos (es decir, descripción y explicación) sobre las transacciones controladas nacio­ nales, en particular: d) iii) los flujos de transacciones (activos tangibles e intangibles, servicios, finan­ cieros); d) iii) los flujos de facturación; d) iii) los importes de los flujos de transac­ ciones; 83 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 c) un análisis de comparabilidad que englobe, en particular: d) iii) las características de los bienes y ser­ vicios, d) iii) un análisis funcional (funciones ejerci­ das, activos utilizados, riesgos asumi­ dos); d) iii) las cláusulas contractuales; d) iv) la situación económica; d) iv) las estrategias empresariales específi­ cas; d) una explicación relativa a la selección y apli­ cación del método o los métodos de fijación de los precios de transferencia, es decir, una descripción de las razones que justificaron la elección de un método determinado y del modo en que este método fue aplicado; e) información pertinente sobre los elemen­ tos de comparación internos y/o externos, en su caso; f) una descripción de la ejecución y aplicación de la política del grupo en materia de fija­ ción de los precios de transferencia entre sociedades. Debe subrayarse que el contenido de las obliga­ ciones de documentación parte de la premisa de que la valoración de las operaciones se realiza res­ petando el principio de libre competencia, en el marco definido en las Directrices sobre precios de transferencia de la OCDE. A la vista de la existencia de esta regulación (que no olvidemos tiene el carácter de soft law) parece razonable, incluso inevitable, que el des­ arrollo reglamentario de las obligaciones de docu­ mentación tenga muy en cuenta lo dispuesto en el Código de Conducta, lógicamente con las adapta­ ciones que resulten necesarias como consecuencia del contexto normativo en el que dichas obligacio­ nes se insertarán. En el caso de que finalmente se adopten unas obligaciones de documentación del tenor de las que figuran en el Código de Conducta, la valoración que ello merece es positiva, por los siguientes motivos: — Permite a la Administración tributaria ejer­ cer la actividad de comprobación con unas mínimas garantías de eficacia. — Al tratarse de una documentación armoni­ zada y parcialmente centralizada, para los contribuyentes constituye una garantía de simplificación de sus obligaciones formales en relación con sus actividades transfron­ terizas. En la medida en que otros Estados miembros adopten disposiciones análogas, se evitará la exigencia de distintas obliga­ ciones documentales por cada una de las Administraciones implicadas. En este sen­ tido debe destacarse la participación de representantes del sector privado en los trabajos del Foro Europeo. Como aspecto negativo se ha de mencionar el aumento de costes administrativos que puede generar la introducción las nuevas obligaciones for­ males. No obstante sobre esta cuestión debe recordarse la exposición de motivos del Proyecto de Ley, que señala que “El correspondiente des­ arrollo reglamentario establecerá la documenta­ ción que deberá estar a disposición de la Administración tributaria a estos efectos. Las obli­ gaciones específicas de documentación deberán responder al principio de minoración del coste de cumplimiento, garantizando a la vez a la Adminis­ tración tributaria el ejercicio de sus facultades de comprobación en esta materia, especialmente en aquellas operaciones susceptibles de ocasionar perjuicio económico para la Hacienda Pública. Para ello, el correspondiente desarrollo reglamentario podrá establecer excepciones o modificaciones de la obligación general de documentación, de acuer­ do con las características de los grupos empresa­ riales, las empresas o las operaciones vinculadas, en particular cuando la exigencia de determinadas obligaciones documentales pudiera dar lugar a unos costes de cumplimientos desproporcionados”. De acuerdo con la citada previsión, el desarro­ llo reglamentario deberá alcanzar un sutil equilibrio entre la garantía de los intereses de la Hacienda Pública y la minoración de los costes de cumpli­ miento. Por tanto, no es previsible que las obliga­ ciones que se establezcan se exijan de forma completa a todos los sujetos pasivos o a todas las operaciones. Parece razonable que las obligaciones documentales se exijan con mayor rigor en las ope­ raciones internacionales, por ser estas operaciones las que comportan un mayor riesgo de perjuicio económico para la Hacienda Pública. No obstante, deben tenerse presente las limitaciones derivadas del principio de no discriminación y del contenido de las libertades básicas del Tratado CE que se derivan de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. 10. EL RÉGIMEN SANCIONADOR 10.1. Régimen en vigor El TRLIS no hace mención alguna a las conse­ cuencias de la realización de operaciones vincula­ das en relación con las infracciones o sanciones que 84 Análisis crítico del artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Alternativas de reforma E NRIQUE F ERNÁNDEZ D ÁVILA a) En este caso el supuesto de hecho determi­ nante de la infracción se ciñe exclusivamen­ te al incumplimiento de una obligación formal. La sanción consistirá en multa pecu­ niaria fija de 15.000 euros por cada dato o conjunto de datos, omitido, inexacto o falso. b) Incumplimiento de la obligación de documen­ tación e incorrecta valoración de las opera­ ciones. b) En este caso la infracción tiene un doble carácter: formal y material. La sanción con­ sistirá en multa pecuniaria proporcional del 15 por 100 sobre el importe de las cantida­ des que resulten de las correcciones valora­ tivas de cada operación, con un mínimo del doble de la sanción que correspondería por aplicación de la letra anterior. La aplicación de esta sanción es incompatible con las que procedan, en su caso, por la aplicación de los artículos 191, 192, 193 ó 195 de la LGT. b) Debe subrayarse que la sanción se aplicará con independencia del signo de la correc­ ción. Es decir, será sancionable la valoración incorrecta de las operaciones aún cuando dicha valoración haya implicado una mayor base imponible del sujeto pasivo, siempre que se haya incumplido la obligación de documentación. Si la valoración incorrecta ha comportado una disminución de la base imponible, únicamente se aplicará la sanción por este concepto, puesto que se excluyen expresamente las sanciones que por aplica­ ción del régimen sancionador general deri­ varían de tal valoración incorrecta (las contempladas en los arts. 191, 193 y 195 de la LGT). En todo caso se excluye la sanción derivada del incumplimiento de la obliga­ ción de presentar correctamente las decla­ raciones (art. 192 LGT). b) Esta situación parece obedecer a la volun­ tad del legislador de evitar por encima de cualquier otra consideración que se incum­ plan las obligaciones de documentación. No obstante, un hecho tan relevante como la falta o no de ingreso podría haberse tenido en cuenta en la configuración de la sanción. c) Cumplimiento de la obligación de documenta­ ción e incorrecta valoración de las operaciones. c) En este caso no cabe hablar de conductas sancionables, sino más bien de lo contrario: supuestos de inexistencia de infracción. En efecto, en los casos de incorrecta valora­ ción de las operaciones, la aplicación de régimen sancionador general previsto en la pudieran derivarse de tales operaciones. Por tanto, es preciso acudir a las normas generales estableci­ das en la LGT sobre esta materia para determinar si la conducta del sujeto pasivo que valora una ope­ ración vinculada por valor distinto al de mercado, ocasionando un perjuicio económico para la Hacienda Pública, constituye o no una infracción sancionable. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 191.1 LGT, constituye infracción tributaria dejar de ingresar dentro del plazo establecido en la norma­ tiva de cada tributo la totalidad o parte de la deuda tributaria que debiera resultar de la correcta autoliquidación del tributo. En el caso de las operacio­ nes vinculadas, la correcta autoliquidación del tributo dará como resultado el ingreso derivado de los valores convenidos, habida cuenta de que el sujeto pasivo no tiene ni la obligación, ni tan siquie­ ra la posibilidad de ajustar dichos valores al valor de mercado (de acuerdo con la teoría “tradicional” de valoración por el valor convenido). Es decir, no cabe entender que el sujeto pasivo ha dejado de ingresar cantidad alguna, y por tanto su conducta no es constitutiva de infracción tributaria. En consecuencia, la valoración de las operacio­ nes vinculadas por los precios convenidos con las consecuencias que de ello se deriva no es una con­ ducta sancionable, no ya por no existir culpabilidad del sujeto pasivo, sino simplemente porque no existe una tipificación de dicha conducta como infracción tributaria. Obviamente, como en cualquier tipo de opera­ ción –vinculada o no– podremos estar en presen­ cia de una infracción tributaria si la operación en sí misma o los precios declarados no se correspon­ den con la realidad. Tal y como hemos señalado al inicio, la imposi­ bilidad de sancionar conductas claramente encami­ nadas a la elusión fiscal, constituye uno de los aspectos más criticables del régimen en vigor, al que el nuevo régimen trata de dar solución. 10.2. Régimen proyectado El régimen proyectado ha diseñado un novedo­ so régimen sancionador que gira en torno a dos elementos: — El incumplimiento de las obligaciones de documentación. — La incorrecta valoración de las operaciones. Esquemáticamente, la combinación de ambos elementos da lugar a las siguientes situaciones: a) Incumplimiento de la obligación de documen­ tación y correcta valoración de las operaciones. 85 Cuadernos de Formación. Colaboración 05/07. Volumen 3/2007 — Falta de adecuación a las Directrices de la OCDE. LGT podría conducir a la aplicación de las sanciones previstas en los artículos 191, 192, 193 ó 195 de la LGT, habida cuenta de que los sujetos pasivos deben realizar sus autoliquidaciones de acuerdo con el valor normal de mercado de las operaciones vin­ culadas que realicen. Por tanto el incumpli­ miento de esta obligación podría dar lugar a la comisión de la infracción correspon­ diente. Ahora bien, el régimen sancionador proyectado establece expresamente que tales supuestos no constituirán comisión de las infracciones previstas en los artículos previamente citados. c) De nuevo, al igual que en el supuesto ante­ rior, el régimen sancionador trata de evitar por encima de cualquier otra circunstancia que se produzca un incumplimiento de la obligación documental, si bien en este caso el medio elegido es “premiar” el cumpli­ miento de esta obligación mediante la exo­ neración de la sanción que derivaría de la falta de ingreso u otras conductas tipificadas. En resumen, el régimen sancionador de las ope­ raciones vinculadas está orientado a garantizar el cumplimiento de la nueva obligación documental, siendo asimismo destacable la inexistencia de infracción en aquellos casos en los que la incorrec­ ta valoración de las operaciones origine falta de ingreso u otras conductas tipificadas. 11. — Falta de eficacia en la actividad de compro­ bación por parte de la Administración tri­ butaria. El régimen proyectado trata de cubrir estas carencias, consiguiéndolo en buena medida. — Por lo que respecta a la adecuación a las Directrices de la OCDE, el nuevo régimen está plenamente inspirado por los crite­ rios OCDE, llegando a proclamarse en la exposición de motivos el carácter inter­ pretativo de dichas Directrices. La obliga­ ción de valorar por el valor de mercado, los métodos de valoración, la regulación de los servicios intragrupo y los acuerdos de reparto de costes son buenos ejemplos de ello. — Por otra parte, la reforma proyectada potencia la eficacia de la actividad compro­ badora de la Administración mediante el establecimiento de obligaciones específi­ cas de documentación, garantizando su cumplimiento con un régimen sancionador específico. En esta misma línea debe enmarcarse la reforma del procedimiento, destinado a dotarlo de una mayor operati­ vidad. Lógicamente, estas ventajas tienen sus con­ trapartidas, que se traducen en el aumento de costes indirectos de cumplimiento para los contri­ buyentes. CONCLUSIONES En definitiva, analizando la reforma en su con­ junto, la valoración que merece es positiva, si bien es prematuro extraer conclusiones definitivas. La actual regulación de las operaciones vincula­ das presenta algunas carencias importantes, funda­ mentalmente en dos aspectos: 86