LA LEGITIMIDAD DEMOCRÁTICA DE JUAN CARLOS DE BORBÓN En estos días en que se invita a D. Juan Carlos de Borbón a realizar una inauguración en Donostia, dentro de poco a introducir su mensaje anual en la sucursal de TVE en Euskadi, y que tanto se habla de memoria histórica, aunque tan poco se practica, creo que conviene recordar algunos elementos históricos que, mal que les pese a algunos, ya forman parte de la historia. En efecto, en 1948 se llegó a un acuerdo entre el general Franco y don Juan de Borbón, exiliado en Portugal, para que el heredero de aquél, don Juan Carlos, se educase en España. La preparación militar y política del entonces Príncipe, minuciosamente reglamentada por el dictador Francisco Franco y su instalación definitiva en Madrid fueron datos muy significativos respecto a la restauración dinástica. 1969: Juan Carlos jura acatar y defender los Principios del Movimiento fascista. Posteriormente, tras un simulacro de referéndum preparado por el Ministro de Propaganda Manuel Fraga Iribarne (como Ministro de Deformación y Cinismo era conocido entre los demócratas), el dictador Franco, mediante una Ley Orgánica del Estado, en virtud de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado del 26 de julio de 1947 nombra como su sucesor en la Jefatura del Estado a D. Juan Carlos de Borbón, a título de Rey, propuesta ratificada por las Cortes Españolas fascistas en julio de 1969, ante las que el Príncipe prestó juramento de guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los principios del Movimiento Nacional, es decir, el ideario fascista. En 1975 el Gobierno español respondió a la actividad de la oposición y de varios grupos armados con un estado de excepción y la Ley Antiterrorista. En setiembre las movilizaciones no consiguieron salvar la vida de Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegi, fusilados al día 27 junto con otros cinco militantes del FRAP, de carácter ácrata. Dos meses después moría Franco. Hasta los últimos momentos se desenvolvió como había empezado, es decir, matando. 1 Francisco Franco y Juan Carlos de Borbón, junto con su esposa Sofía, presiden una manifestación fascista en la Plaza de Oriente de Madrid en setiembre de 1975, haciendo el saludo fascista. Conviene no olvidar que Francisco Franco, junto Joseph Stalin y Adolf Hitler son los tres mayores criminales de la historia europea del siglo XX, y que el delfín de Hitler murió en la década de los ochenta en la cárcel de Spandau. Pero eso sucedía en una democracia europea, no en la “democracia a la turca” instaurada a la muerte de Franco en España Juan Carlos de Borbón asumió interinamente la Jefatura del Estado del 19 de julio al 2 de septiembre de 1974 y del 30 de octubre al 20 de noviembre de 1975 por enfermedades de Franco. Tras la muerte del sangriento dictador el 20 de noviembre de 1975, el entonces Príncipe asume definitivamente la Jefatura del Estado jurando acatar los Principios del Movimiento Nacional, destinados a perpetuar el fascismo, con la fórmula "Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional". 1975: Juan Carlos, como Rey, jura acatar y defender los Principios del Movimiento. La aprobación de la Ley para la Reforma Política por las Cortes fascistas, en diciembre de 1976, abrió un tortuoso camino que culmina en el desmantelamiento parcial del sistema franquista y su progresiva sustitución por un régimen democrático en España. En este proceso, en el que hubo concesiones por parte del sistema y de la oposición española, se irá realizando un cambio profundo de los principales componentes institucionales y políticos del franquismo, aunque también se respetaron importantes elementos e intereses corporativos y estamentales de la dictadura. Por ello aunque todavía es pronto para tener una perspectiva histórica completa, los años transcurridos permiten ya realizar un análisis suficientemente objetivo, aunque sea con un carácter esencialmente descriptivo, de lo sucedido tras la segunda restauración de la dinastía borbónica en España, en 1975, que, al igual que la primera restauración en 1876, tiene lugar de la mano de un general. Esto hace que, por lo menos en su origen, la monarquía de don Juan Carlos de Borbón carezca de toda legitimidad democrática. ESKIBEL 2