1 San Luis Potosí, a -------------- de 2014 dos mil catorce. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------. Antes de resolver a cerca del lanzamiento inmediato solicitado por --------------- en ----------------------------, el juzgador estima pertinente entrar oficiosamente al estudio del control difuso de constitucionalidad respecto a varias normas secundarias que regulan el juicio de desocupación. Control Difuso De Constitucionalidad. Marco Constitucional y Marco Teórico Conceptual Del Control 1.- Supremacía Constitucional. Sobre este particular, los artículos 1° y 133 de la Constitución Federal, reformados por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 6 seis y el 10 diez de Junio de 2011 dos mil once, disponen: “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozaran de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretaran de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de su competencia, tienen la obligación de promover, respetar proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley”. “Esta constitución, las leyes del congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada estado se arreglaran a dicha Constitución, Leyes y Tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o Leyes de los Estados.” En dichas reformas, el legislador federal elevó al rango constitucional a los derechos humanos de fuente nacional y a los derechos humanos de fuente internacional. Los primeros están previstos en la Constitución y los segundos, por remisión expresa, están incorporados y diseminados en muchas disposiciones externas, pero como quiera que sea, el catálogo de derechos internos fue ampliado con el catálogo de derechos de fuente externa. Interna o externa la fuente, siguiendo el texto del artículo 133, se puede afirmar sin lugar a dudas, que la Carta Magna y los tratados de la materia, son las normas supremas en el sistema jurídico mexicano, e independientemente de su procedencia legislativa, entre ella y él, no existen 2 relaciones de jerarquía, o sea, que la primera no está subordinada al segundo ni el segundo a la primera. Lo anterior es así porque todas las personas que se encuentran en el territorio mexicano, ya sean nacionales o extranjeras, somos titulares de los derechos humanos reconocidos tanto en la propia Constitución como en los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos en que el estado mexicano sea parte. Ambas legislaciones forman parte de un mismo cuerpo de leyes, y sus relaciones son consonantes, armónicas, al grado tal que un instrumento puede aclarar, complementar y mejorar el derecho humano previsto en el otro instrumento, y todavía más, un instrumento puede contemplar un derecho no previsto en el otro; así que el juzgador, en la aplicación de la norma, debe preferir la que proteja con mayor amplitud a la persona. Cualquiera que sea su fuente, el goce y disfrute de un derecho fundamental posibilita la realización de otros. Pensando en sentido contrario, la violación a un derecho imposibilita el goce y disfrute de otros derechos. Por ejemplo: La violación del derecho a la vivienda impide el derecho a la realización del proyecto de vida de una persona y a los derechos que conlleva ese proyecto, porque en la vivienda una persona duerme, come, estudia, descansa, se asea, vive, etcétera. El ejemplo, pone de relieve que las personas tenemos diversos derechos humanos que satisfacer; que todos los derechos deben quedar satisfechos a plenitud; de tal suerte que no es posible decir que unos Sí pueden quedar satisfechos y que otros no pueden quedar satisfechos. En este inadmisible escenario, quedan vulnerados los principios de interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos, que son 2 dos de sus 4 cuatro principios rectores que las autoridades mexicanas no deben olvidar al ejercer su facultad y al cumplir a su obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos fundamentales de la persona. Luego, como un derecho depende y complementa al otro, entonces esa relación de interdependencia e indivisibilidad excluye jerarquía alguna entre los derechos humanos. Sin embargo, cuando la Constitución prevea una restricción, al ejercicio de ellos, el juzgador debe estar al texto constitucional. Sirve de apoyo a lo anterior, el considerando QUINTO, punto 3, párrafos tercero, décimo segundo y décimo tercero, de la resolución dictada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 293/2011,entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado En Materias Administrativa y de Trabajo Del Décimo Primer Circuito y el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil Del Primer Circuito, que dice: “ …Una de las principales de la reforma constitucional es la creación de un conjunto de normas de derechos 3 humanos, cuya fuente puede ser, indistintamente, la Constitución o un tratado internacional. Así, este conjunto integra el nuevo parámetro de control de regularidad o de validéz de las normas del ordenamiento jurídico mexicano…una correcta interpretación del contenido y función del catálogo de derechos humanos previsto en el artículo 1º constitucional comporta la necesidad de destacar que el párrafo tercero de dicho numeral prevee como principios objetivos rectores de los derechos humanos los de interdependencia e indivisibilidad. Según el principio constitucional de interdependencia, los derechos humanos establecen relaciones recíprocas entre ellos, de modo que en lagran mayoría de los casos la satisfacción de un derecho es lo que hace posible el disfrute de otros. Por otra parte, el principio constitucional de indivisibilidad de los derechos humanos parte de la integralidad de la persona y la necesidad de satisfacer todos sus derechos, lo que excluye la posibilidad de establecer jerarquías en abstracto entre los mismos.De acuerdo con lo anterior, de la literalidad de los tres primeros párrafos del artículo 1º constitucional se desprende lo siguiente: (i) los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados de los cuales México sea parte integran un mismo conjunto o catálogo de derechos; (ii) la existencia de dicho catálogo tiene por origen la Constitución misma; (iii) dicho catálogo debe utilizarse para la interpretación de cualquier norma relativa a los derechos humanos; y (iv) las relaciones entre los derechos humanos que integran este conjunto deben resolverse partiendo de la interdependencia y la indivisibilidad de los derechos humanos – lo que excluye la jerarquía entre unos y otros-, así como del principio pro persona, entendido como herramienta armonizadora y dinámica que permite la funcionalidad del catálogo constitucional de derechos humanos.” De igual manera, sirve de apoyo la diversa jurisprudencia que derivó de dicha Abril de 2014, Tomo I. Tesis P./J. 20/2014 (10ª) Página 202. Voz Jurisprudencial: DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUELLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLEZCA EL TEXTO JURISPRUDENCIAL. Constitución y tratados como normas de igual jerarquía, imponen al estado mejica, un universo de obligaciones generales y de obligaciones específicas que cumplir frente a las personas, a fin de fin de hacerles realidad los derechos humanos que en abstracto les prometen las leyes; obligaciones que en el apartado siguiente desplegaré por separado. 1.1.- Obligaciones Constitucionales. Las reformas al artículo1 de la Constitución, imponen a todas las autoridades del estado, cada una en el ámbito de su competencia, una serie de obligaciones a cumplir. En lo que a este apartado se refiere, el artículo 1 señala: “Todas las autoridades, en el ámbito de su competencia, tienen la obligación de… respetar proteger… los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, … las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley”. En esta 4 porción normativa, aparecen las obligaciones a cumplir, cuyo examen se agrupa en 3 tres puntos: Las autoridades y las obligaciones propiamente dichas. 1.1.1.- Autoridades. El estado azteca es una república democrática, representativa, laica y popular, compuesta por 31 treinta y un entidades federativas y un Distrito Federal. La suma de ellos compone nuestra federación. La soberanía de la nación originalmente pertenece al pueblo, pero está depositada en sus 3 tres poderes que son: Legislativo, Judicial y Ejecutivo, cada uno con competencias distintas que les otorga la propia constitución federal o la Constitución local. Así, el legislativo es el encargado de expedir leyes compatibles con la Carta Magna y con los tratados, de abrogarlas y derogarlas; mientras que el judicial es el órgano competente para aplicar las leyes a los casos concretos que a su decisión le sean sometidos los ciudadanos que enfrentan un conflicto de derechos, y el ejecutivo se encarga, como su nombre lo indica, de ejecutar las leyes. Consecuentemente, las autoridades en el país son de 3 tres categorías; Federales, locales y del Distrito Federal y Municipios. Artículos 43, 73, 89, 94 y 115 Constitucionales, 6 de la Ley Orgánica Del Municipio Libre de San Luis Potosí, 57, 72, 80 y 98 de la Constitución Política Del Estado Libre Y Soberano De San Luis Potosí. Pues bien, estas autoridades y las que de aquí se desprendan, son las obligadas a prevenir, respetar y proteger los derechos humanos, cada una en el ámbito de sus respectivas competencias. 1.1.2.- Obligaciones. Las obligaciones constitucionales son las de prevenir, respetar y proteger. Las de prevenir imponen a las autoridades, las obligaciones de evitar violaciones a los derechos humanos, de evitar prácticas que tiendan a impedir o a dilatar el ejercicio de los derechos, e inclusive, denunciar las violaciones graves a tales derechos. Las de respetar imponen a todos los organismos y agentes del estado, una abstención de ejecutar cualquier acto que obstruya el ejercicio de los derechos humanos, de no poner trabas que impidan la realización de los mismos. En las de proteger el estado, a través de sus agentes, es el garante de las personas, amparándolas o restituyéndolas en el uso y goce de sus derechos humanos vulnerados. 1.2.- Obligaciones Internacionales. Dicen los artículos 76 fracción I, párrafo segundo y 89 fracción X de la Constitución Federal, 1 y 4 de la Ley Sobre la Celebración De Tratados, que El estado mexicano, por conducto del poder ejecutivo, tiene la facultad de celebrar tratados internacionales, con 5 aprobación del Senado de la República, y su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Previa aprobación del Senado, el ejecutivo federal en ejercicio de sus facultades constitucionales, el 24 veinticuatro de Marzo de 1981 mil novecientos ochenta y uno, se adhirió a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, y la publicación de la adhesión tuvo lugar el 7 siete de Mayo del mismo año. Mediante la adhesión a este instrumento, nuestro país se obligó a adoptar políticas públicas, medidas legislativas y otras, mediante los procedimientos constitucionales y los convencionales, que fueren necesarios para hacer efectivos los derechos y libertades consagrados en la convención, según se desprende de la parte uno, capitulo uno, articulo dos del instrumento del que se habla. Una de las medidas legislativas a adoptar, se refiere a la abrogación y a la derogación de las leyes internas que no estén adecuadas a la Constitución ni a los Tratados, ambos en materia de derechos humanos, para posibilitar la realización de los mismos. En el sistema interno de los derechos humanos, el estado mexicano por conducto de las autoridades de las entidades federativas y municipios de la federación y del distrito federal, son los órganos encargados de cumplir con las obligaciones internacionales contraídas. Por lo que mira a la materia judicial del fuero común, aquí en san Luis potosí, capital del estado del mismo nombre, el legislador se dio a la tarea de proveer al justiciable, de los recursos judiciales por medio de los cuales pueda combatir las decisiones jurisdiccionales que perjudiquen sus derechos humanos. Entre tales recursos, se encuentra el de apelación, que es el idóneo para impugnar la sentencia definitiva que el juez dicta en el juicio de desocupación, en donde en su caso, decreta el lanzamiento inmediato. Retomando el tema inicial, es de decirse que Tratados y Constitución, como normas supremas, son el parámetro en el control difuso de constitucionalidad y por tanto, todas las normas secundarias quedan subordinadas a ellas y no pueden estar por encima de ellas. En caso contrario, la autoridad judicial está obligada y facultada para ejercer el control de constitucionalidad en el ámbito de su competencia. El control de constitucionalidad no únicamente es la simple fundamentación a un acto de autoridad como inexactamente piensan algunos principiantes y aprendices, quienes a tan interesante tema, lo reducen al mínimo y creen que ejercer el control es simplemente fundar y cargar las decisiones judiciales de artículos contenidos en la Constitución, tratados, convenciones, protocolos, etcétera, 6 relativos a los derechos fundamentales. El control consiste además, en la contrastación de la norma interna secundaria con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de Derechos Humanos, o con un tratado de esta materia, para saber si la primera es compatible o incompatible con las segundas, de acuerdo con la interpretación conforme en sentido amplio y en sentido estricto. La interpretación conforme es una herramienta hermenéutica que tiene aplicación cuando una norma admite dos o más interpretaciones contradictorias, en donde una permite algo y otra prohíbe ese algo, en cuyo supuesto, el Juez inter americano, debe preferir la interpretación que se ajuste a la Constitución y/o al Tratado. Si el juez no logra salvar la norma, entonces ejercerá el control concentrado o difuso de constitucionalidad. La interpretación conforme puede ser en 2 dos sentidos: En sentido amplio, quiere decir que los jueces mexicanos deben interpretar todas las leyes nacionales a la luz y conforme a los Derechos Humanos establecidos tanto en la Constitución Federal como en los Tratados Internacionales. En sentido estricto quiere decir que cuando existan varias interpretaciones, los jueces deben preferir la que resulte acorde con los derechos humanos, y de esta manera, las autoridades de control constitucional y convencional, deben o no expulsar las normas internas y los jueces del fuero común, deben o no deben aplicar las disposiciones secundarias al caso. Sirve de apoyo a esta consideración el criterio jurisprudencial que a continuación se transcribe: Tesis: P. Semanario LXIX/2011(9a.) Judicial de la Federación y su Gaceta Libro III, Diciembre de 2011, PLENO Tomo 1 Décima Época Pag. 552 160525 1 de 1 Tesis Aislada(Constitucional) [TA]; 10a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 1; Pág. 552 PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún momento supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al permitir hacer el contraste previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país -al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa 7 que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano es parte. PLENO VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio. El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó, con el número LXIX/2011(9a.), la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once. Así que en la impartición de justicia, los jueces federales podrán y deberán declarar la inconstitucionalidad de una norma secundaria, y de ser el caso, expulsarla del orden jurídico respectivo, cuando esa norma es incompatible ya sea con la constitución o con los tratados; mientras los jueces del orden común, están facultados y obligados a inaplicar la norma que sea contraria a dichos sistemas normativos. Sirve de apoyo a esta consideración, la jurisprudencia que a continuación se transcribe: Tesis: 1ª./J. Semanario Judicial de la 18/2012 (10a.) PRIMERA SALA Federación y su Gaceta Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1 Décima Época 2002264 Pag. 420 1 de 1 Jurisprudencia(Común,Constitucional) [J]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1; Pág. 420. CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD (REFORMA CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011). Mediante reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, se modificó el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, rediseñándose la forma en la que los órganos del sistema jurisdiccional mexicano deberán ejercer el control de constitucionalidad. Con anterioridad a la reforma apuntada, de conformidad con el texto del artículo 103, fracción I, de la Constitución Federal, se entendía que el único órgano facultado para ejercer un control de constitucionalidad lo era el Poder Judicial de la Federación, a través de los medios establecidos en el propio precepto; no obstante, en virtud del reformado texto del artículo 1o. constitucional, se da otro tipo de control, ya que se estableció que todas las autoridades del Estado mexicano tienen obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el propio Estado mexicano es parte, lo que también comprende el control de convencionalidad. Por tanto, se concluye que en el sistema jurídico mexicano actual, los jueces nacionales tanto federales como del orden común, están facultados para emitir pronunciamiento en respeto y garantía de los 8 derechos humanos reconocidos por la Constitución Federal y por los tratados internacionales, con la limitante de que los jueces nacionales, en los casos que se sometan a su consideración distintos de las vías directas de control previstas en la Norma Fundamental, no podrán hacer declaratoria de inconstitucionalidad de normas generales, pues únicamente los órganos integrantes del Poder Judicial de la Federación, actuando como jueces constitucionales, podrán declarar la inconstitucionalidad de una norma por no ser conforme con la Constitución o los tratados internacionales, mientras que las demás autoridades jurisdiccionales del Estado mexicano sólo podrán inaplicar la norma si consideran que no es conforme a la Constitución Federal o a los tratados internacionales en materia de derechos humanos. PRIMERA SALA. CONTRADICCIÓN DE TESIS 259/2011. Entre las sustentadas por el Primer y Segundo Tribunales Colegiados, ambos del Trigésimo Circuito. 30 de noviembre de 2011. Mayoría de tres votos. Disidentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Jesús Antonio Sepúlveda Castro. Tesis de jurisprudencia 18/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciocho de enero de dos mil doce.Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 263/2013, pendiente de resolverse por el Pleno. Es importante aclarar que el control difuso de constitucionalidad intrínsicamente lleva el control de convencionalidad. Al respecto es preciso recordar que con las reformas constitucionales publicadas en el Diario Oficial de la Federación, los derechos humanos fueron elevados a la categoría de constitucionales. El catálogo de tales derechos provienen de la propia Constitución, y por remisión expresa de esta, esos derechos también provienen de los tratados internacionales en la materia. Es así que ambas fuentes forman parte del mismo corpus constitucional, esto es: Virtud a las reformas, los tratados son incorporados a la máxima norma en el país. Luego, el control concentrado o el control difuso de la Constitución, lleva implícito el control concentrado o el control difuso de convencionalidad. Entonces al hablar de uno, se da por hecho que está hablando del otro. 2.- Categorías Sospechosas: Lanzamiento inmediato y su recurso de apelación. Artículos 448 Bis fracción I, párrafos segundo, tercero y cuarto; 453, 454 y 457 del Código de Procedimientos Civiles. 3.- Bloque De Constitucionalidad: En este apartado, las normas secundarias objeto del control constitucional, serán interpretadas a la luz de los derechos humanos previstos en los artículos 1°, 4,14 y 17 de la Carta Magna; 8.1, 24 y 25.I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 11.I del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Observación General número 4 cuatro, puntos 7 y 8 inciso a y Observación General 7, ambas del Comité De Derechos Sociales, Económicos Y Culturales, jurisprudencia nacional, jurisprudencia de la Corte 9 Interamericana De Derechos humanos que se irán invocando a lo largo del presente control difuso de constitucionalidad. Marco Legal y Marco Teórico Conceptual. 1.- Del Juicio. “…Este término, derivado del lenguaje jurídico, tiene cuatro significados principales: … 2º una parte de la lógica; 3º acto con el cual se asiente a una proposición o se disiente o se la afirma o se niega… “ Nicola Abbagnano. Diccionario de Filosofía. Actualizado y aumentado por Giovanni Fornero. Traducción de José Esteban Calderón, Alfredo N Galleti, Eliane Cazenave Tapie Izoard, Beatríz González Casanova y Juan Carlos Rodriguez. Fondo de Cultura Económica. Cuarta edición en español. P 630. Siguiendo a tan destacado filósofo, se establece que en Lógica, es ampliamente sabido que juicio es una afirmación o una negación de algo. Afirmación y negación son antónimos que no pueden coexistir al mismo tiempo ni en el mismo aspecto. Desde el punto de vista jurídico, en el escrito de demanda, el actor afirma o niega o acepta parcialmente los hechos y derechos del demandado, y este, al oponer excepciones y defensas, también afirma o niega o acepta parcialmente los hechos y derechos de su parte contraria. Sobre sendas posturas, ofrecen pruebas, las desahogan y alegan. Por su lado, el Juez afirma o niega concediendo o denegando las peticiones que le formulan las partes a largo y ancho del juicio, y lo mismo acontece cuando sentencia el conflicto de tales hechos y tales derechos. En este orden de ideas, el concepto “Juicio” adquiere 2 dos denotaciones: Una, como procedimiento en cuanto hace a la tramitación de las afirmaciones y negaciones, a la demostración de las mismas y a los alegatos; y otra, como decisión en cuanto mira la sentencia. Para la ley secundaria, toda contienda judicial empieza con la demanda escrita, seguida de su radicación, emplazamiento, contestación de demanda, ofrecimiento de pruebas, admisión y desahogo de pruebas, alegatos, citación para sentencia y sentencia. Artículos 253 Y 448 Bis, fracciones I, párrafo primero; II, III y IV del Código de Procedimientos Civiles. Desde esta óptica, un juicio abarca tanto la controversia como el procedimiento y la decisión judicial, que equivale a decir: El juicio inicia con la demanda y termina con la sentencia. La contienda judicial está compuesta por una serie de pasos sucesivos que están enlazados uno al otro y el antecedente de uno es el consecuente del anterior y así sucesivamente, hasta llegar a la sentencia definitiva. Como sentencia, un juicio es ”… toda controversia o decisión legítima de un negocio, entre dos o más partes; es decir, se requiere que haya Litis…” Novena 10 época. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tom IV, Diciembre de 1996. Tesis XVII. 2º . 22 k. Página 414. Número de registro199925. Voz Jurisprudencial: “JURISDICCIÓ VOLUNTARIA, DILIGENCIAS DE, LAS RESOLUCIONES PRONUNCIADAS EN LAS, NO SON SENTENCIAS DEFINITIVAS SINO ACTOS DICTADOS FUERA DE JUICIO, POR TANTO, LA COMPETENCIA PARA CONOCERDEL JUICIO DE AMPARO CONTRA DICHA RESOLUCION CORRESPONDE A UN JUEZ DE DISTRITO. 2.- Sentencia Firme. Sentencia definitiva de primera instancia es la resolución formal vinculativa para las partes que pronuncia un tribunal de primer grado, al agotarse el procedimiento, dirimiendo los problemas adjetivos y substantivos por ellas controvertidos. José Becerra Bautista. El Proceso Civil en México. Editorial Porrúa. Duodécima edición. P 209. La última fase del procedimiento civil, es la sentencia. El juez es la autoridad que conforme a los artículos 41 y 52 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, está autorizada para dictar sentencia en los asuntos que los particulares le sometan a su conocimiento. Para alcanzar la congruencia legal, dicha sentencia definitiva debe estudiar todos los problemas adjetivos y sustantivos que las partes hicieron valer con oportunidad, ya sea absolviendo o condenando a la parte demandada. Artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles. La condena o absolución puede ser impugnada, pero antes de hablar sobre la impugnación de la sentencia, es preciso referirnos someramente a la cientificidad o no cientificidad del derecho, tema que es de mayor extensión y comprehensión que el tema que nos ocupa; así que en lo conducente al objeto y al objetivo de la presente resolución, es de señalarse que el derecho, y la ley como parte de él, es una ciencia cuyo método de verificación es la razón y no los sentidos. Desde este ángulo, el actor tiene sus razones para pedir tal o cual prestación del demandado, y este, tiene las suyas para oponer excepciones y defensas; en tanto que el juez tendrá las propias para absolver o condenar al demandado. Dichas razones pueden ser jurídicas, lógicas, axiológicas, etcétera. Independientemente de lo anterior, el juez – al igual que las partes del juicio – es un ser humano, y como tal, con sus carencias y miserias, es susceptible de errar al momento de pronunciar la palabra de la ley. Con o sin errores del juzgador, las razones jurídicas no necesariamente es la única ni la última palabra, pues desde el punto de vista metodológico, su sentido es verificable por medio del recurso de apelación, y a su vez, la autoridad de segunda instancia, también tendrá razones jurídicas, lógicas, axiológicas, etcétera, para revocar o confirmar el fallo recurrido; en tanto que estas razones también son verificables en amparo directo. Cuya autoridad resolutora al emitir su fallo tendrá razones de la 11 índole citada para conceder de fondo o de forma el amparo, para negarlo o para sobreseerlo. Atendiendo a su morfología, la palabra recurso está formada por el prefijo ”re” que significa “volver a”, la raíz “recurs” y el morfema “o”. Recurso quiere decir volver a dar curso a las cosas, volver a dar el camino correcto a las cosas. En el ámbito jurídico, ese camino encuentra fundamento en los artículos 936, 940, 953 y 958 del Código de Procedimientos Civiles, en base a los cuales la sentencia de primera instancia es apelable, de modo que la parte perdidosa o la que obtuvo parcialmente, puede interponer el recurso en el acto de la notificación o dentro de los 5 cinco días siguientes a la misma. El recurso tiene por objeto que un tribunal superior en grado, como es el de alzada, vía agravios y contestación de agravios, revoque, confirme o modifique el fallo impugnado. Contra la decisión dictada en segunda instancia, procede el amparo directo. Ahora bien, la sentencia inicial puede no ser apelada o consentida expresamente por el justiciable. De esta manera, la sentencia causa ejecutoria por declaración judicial, y para ello, es necesario el pronunciamiento judicial en este sentido, o bien, causa ejecutoria por ministerio de ley, para lo cual no es necesario dicho pronunciamiento. Artículos 410, 411 y 412 del Código Adjetivo. El fallo de segunda instancia es intermedio y combatible en amparo directo, pero puede ser no combatido o consentido expresamente por el justiciable. La sentencia dictada en amparo directo es terminal e inatacable por que contra ella, por regla general, no existe ningún recurso que hacer valer ante la propia autoridad que la dicta ni ante autoridad judicial distinta. Cuando el justiciable agotó todos los recursos ordinarios y el amparo, ya no existe ningún recurso que intentar, la sentencia de fondo ha quedado firme y lo en ella decidido no puede ser variado, por lo que es ejecutable. En conclusión: a) Es preciso dejar que transcurra el término para apelar. Al no haber apelación o al estar consentida expresamente la sentencia, entonces ejecutar el lanzamiento inmediato. b) Al haber apelación, esperar la sentencia de alzada y en su caso, esperar a que transcurra el término para acudir al amparo. Al no existir amparo, o al estar consentida la sentencia, entonces ejecutar el lanzamiento inmediato. c) Al existir amparo, esperar el fallo final, y en su caso, ejecutar el lanzamiento. 12 d) Mientras una sentencia se encuentre sub judice, no es ejecutable. Por tanto: e) La sentencia de primera instancia que no se ataca, se acata, y cuando es consentida, también. Consentida o no atacada, la sentencia está en condiciones de ser ejecutada. f) La sentencia de alzada que no se ataca, se acata, y cuando es consentida, también. Consentida o no atacada, es ejecutable. Sin embargo - a criterio del suscrito - la ejecución de la sentencia no está comprendida dentro del concepto juicio, cuenta habida que la interpretación “A rúbrica”, del Código Adjetivo Civil, arroja que dentro del contexto del código, el legislador ubicó las reglas que rigen la ejecución de las sentencias, en el título décimo cuarto, al que llama, precisamente, “De la ejecución de las sentencias”, y en el mismo contexto, pero por separado a ese título, en otro que es el título sexto, llamado “Del Juicio Ordinario” ,dio un lugar a las normas rectoras de la tramitación del juicio. Es así que el plan legislativo fue el de distinguir el concepto juicio, del concepto ejecución de sentencia. En lo que aquí interesa, los juicos civiles son ordinarios y extraordinarios. El modelo de juicio es el ordinario porque sus disposiciones rigen a falta de norma en el extraordinario. 3.- Lanzamiento Inmediato. Al efecto se establece que el artículo 2227 del Código Civil, define al arrendamiento como un contrato por medio del cual una persona transmite el uso y goce temporal de una cosa, y la otra se obliga a pagar un precio por el uso y goce de la cosa. De aquí se sigue que el arrendador tiene la obligación de dar el uso del inmueble y el arrendatario el derecho a disponer de el para el uso contratado; en cambio, el arrendatario, tiene la obligación de pagar la cantidad acordada por ese uso, y el arrendador, el derecho a recibir el pago. El pago del arrendamiento debe hacerse en el tiempo convenido, reza el artículo 2313 fracción IV del mismo corpus normativo. Como los contratos se hicieron para cumplir, - pacta sunt servanda-, toda obligación asumida debe ser puntualmente cumplida. El contratante que incumple una obligación, causa un perjuicio al otro contratante, y por ende, amerita una sanción; de modo que el perjudicado tiene derecho para acudir ante el juez, para reclamar al incumplido, ya sea el cumplimiento o la rescisión del contrato. 3.1.- Cumplimiento Y Rescisión. Atento a lo establecido en los artículos 1782 del Código Sustantivo Civil, que dice: “ La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere con lo que le incumbe. El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación…”. 13 Si el perjudicado por el incumplimiento decidió demandar el cumplimiento del contrato, la acción procedente es la llamada “Pago de pesos” y para los efectos del presente estudio no representa ningún problema de control constitucional que abordar, pero sucede lo contrario si el acreedor opta por demandar la rescisión del contrato o la desocupación del bien objeto del contrato. Veamos una y otra: Rescindir o resolver un contrato, es el volver las cosas al estado en que se encontraban antes de la celebración del mismo. Antes de la celebración, el arrendador no había transmitido el uso y goce del bien materia del contrato ni el arrendatario lo había recibido; como tampoco el arrendatario se había obligado a pagar un precio por el uso y goce, ni el arrendador tenía el derecho a recibir el pago. De esta manera, los contratantes quedan desenlazados de sus respectivos derechos y sus respectivas obligaciones. Consecuentemente, al quedar rescindido el contrato por falta de pago oportuno, el ocupante debe restituir la finca al arrendador. Adicionalmente, el arrendador puede instar la acción de desocupación, cuando el arrendatario ha dejado de pagar 2 dos o más pensiones rentísticas. 3.2.- En cuanto hace a la definición del vocablo “Desocupación”, cabe decir que se le suele usar como sinónimo de lanzamiento, desahucio y desalojo. Para hablar del primer y segundo vocablos, previamente es necesario conocer parte de las reglas que rigen su tramitación. Veamos: CAPÍTULO III Del Juicio de Desocupación. Artículo. 448.- EL juicio extraordinario de desocupación procede cuando se funda: I.- En el vencimiento del término estipulado en el contrato; II.- En el cumplimiento del plazo que fija el Código Civil para la terminación del arrendamiento por tiempo indefinido; III.- En la falta de pago de las pensiones en los plazos convenidos en el contrato o determinados por la Ley; IV.- Cuando se ocupe una habitación u otro local o predio sin haberse celebrado en la forma legal el contrato de arrendamiento respectivo; V.- En la infracción de cualquiera otra de las condiciones que con arreglo al Código Civil motiven la rescisión del contrato. 448 BIS.- Las causales de desocupación previstas en el artículo inmediato anterior, se sujetarán al siguiente procedimiento: I.- A la presentación de la demanda, el juez procederá a su radicación y en el mismo auto ordenará emplazar a la parte demandada para que ocurra a contestar la demanda dentro del término improrrogable de cinco días, contados a partir del día siguiente al del emplazamiento. Cuando la demanda se funde en las fracciones III y IV del artículo 448 de este Código, en el mismo proveído, el juez además mandará requerir al arrendatario para que en el acto de la diligencia, compruebe con el recibo correspondiente estar al corriente en el pago de las rentas, o bien para que cubra desde luego su adeudo, o para que, en su caso, exhiba el contrato de arrendamiento en cualquiera de los casos a satisfacción 14 del actor; y de no hacerlo se le prevenga para que, dentro del plazo de cuarenta y cinco días cuando la finca sirva para habitación, giro industrial o mercantil, o dentro del plazo de noventa días, cuando se trate de predios rústicos, proceda a desocuparla, apercibiéndolo de su lanzamiento a su costa, si no lo hace. Si en el acto de diligencia, justifica el inquilino, haber pagado la pensión o pensiones según lo convenido; si satisface inmediatamente su adeudo, o exhibe en su caso el contrato de arrendamiento en cualquiera de los casos a satisfacción del actor, se suspenderá la diligencia, asentándose en ella los hechos y agregándose los comprobantes que se exhiberen, o en su caso el pago, para dar cuenta al juez. Cuando el inquilino en el momento de la diligencia hubiere realizado el pago o satisfacción del actor el juez mandará entregar a éste el valor de las pensiones exhibidas y dará por concluido el juicio sin condenación a costas. De igual manera procederá en caso de que el demandado haya justificado a satisfacción del actor estar al corriente en el pago de las rentas, o hubiere exhibido en su caso el contrato de arrendamiento respectivo. II.- Contestada la demanda o transcurrido el término para hacerlo, el juez, expresamente, decretará un término común de cinco días para que las partes ofrezcan todas sus pruebas, sin excepción. III.- En el mismo proveído que tenga por ofrecidas las pruebas de las partes, el juez determinará las que se admitan y fijará fecha y hora para que tenga verificativo en una sola audiencia el desahogo de las mismas, excepción hecha de las que por su naturaleza requieran preparación especial, las que deberán concluirse a más tardar el día de la audiencia. En la misma audiencia se llevará a cabo la recepción de alegatos por su orden, los que podrán expresarse en forma verbal en un lapso no mayor de quince minutos. Esta audiencia se celebrará dentro de los treinta días siguientes al auto que la señala, y tendrá efectos de citación para sentencia. IV.- El juez tendrá un término de cinco días contados a partir del siguiente a la audiencia a que se refiere la fracción anterior para dictar sentencia. 454.- La sentencia dispondrá siempre, cuando se declare procedente el lanzamiento y no se hubiere verificado la desocupación, que ésta se lleve a efecto una vez vencidos los términos señalados en el artículo 448 Bis, los que en ningún caso serán renunciables. Si ya estuvieren vencidos se procederá sin más trámite a ejecutar la sentencia, y sin que sea necesario el otorgamiento de fianza cuando se hubiere admitido apelación. ART. 456.- La diligencia de lanzamiento se entenderá con el ejecutado o en su defecto con cualquier persona de su familia, doméstico, portero, vecino o agente de policía, pudiéndose romper las cerraduras de las puertas de la casa si fuere necesario. Los muebles u objetos que en ella se encuentren, si no hubiere persona de la familia del demandado que los recoja u otra persona autorizada para ello, se remitirán con inventario, a disposición del Juzgado, a la primera autoridad Municipal del lugar, haciéndose constar este hecho en las actuaciones. 457. Si el actor lo pide, al ejecutarse el lanzamiento se embargarán y depositarán bienes bastantes para cubrir las pensiones y costas reclamadas. La designación de aquéllos se hará conforme a la Ley. Lo mismo se observará al hacerse el requerimiento de que se habla en este Capítulo. 457 Si el actor lo pide, al ejecutarse el lanzamiento se embargarán y depositarán bienes bastantes para cubrir las pensiones y costas reclamadas. La designación 15 de aquellos se hará conforme a la ley. Lo mismo se observará al hacerse el requerimiento de que se habla en este capítulo. La interpretación sintáctica del numeral 448, nos indica que el sujeto simple de la oración es el juicio extraordinario y que el predicado simple es la procedencia de dicho juicio; que el complemento especificativo del sujeto es la desocupación y que el complemento del predicado son las causas de la desocupación. Por ello, el juicio está limitado a la pretensión de desocupación, quedando excluidas otras pretensiones distintas a ella, como puede ser el cumplimiento del contrato en lo que concierne al pago de rentas, que dicho de paso, es una acción personal y no acción real como es la desocupación. Las causas de la desocupación están pre establecidas en la ley. Las fracciones I y II, se refieren al vencimiento legal y contractual del arrendamiento; la III a la falta de pago de rentas; la IV a la ocupación del bien arrendado cuando el contrato no está celebrado en la forma legal, y la V a cualquier otra infracción que motive la rescisión del contrato. El juicio en donde se probarán estas causales de desocupación, es el extraordinario, pero con las reglas particulares que se detallan desde el artículo 448 Bis hasta el 458 del Código Procesal Civil, y a falta de las segundas tienen aplicación las primeras. Esas reglas particulares están divididas en dos grupos, a saber: Reglas especiales y reglas comunes. Las especiales consisten en el requerimiento al arrendatario para que en la diligencia de emplazamiento, compruebe con el recibo correspondiente, estar al corriente en el pago de las rentas, o bien, para que cubra el adeudo, o para que en su caso, exhiba el contrato de arrendamiento, y de no hacerlo, se le prevenga para que dentro de 45 cuarenta y cinco días cuando la finca sirva para habitación, giro industrial o mercantil, o dentro de 90 noventa días, cuando se trate de predios rústicos, proceda a desocuparla, apercibido que de no hacerlo, será lanzado a su costa. El resto de las reglas del procedimiento, son las comunes. Las especiales solamente son aplicables a la desocupación causada en la falta de pago y la ocupación de una habitación u otro local o predio sin haberse celebrado en la forma legal el contrato de arrendamiento respectivo, pues la simple literalidad del 448 Bis, así lo dispone, así que por exclusión, las reglas especiales no aplican a ningún otro supuesto; en cambio, las reglas comunes se aplican a la desocupación, cualquiera que sea su causa. Dicho en otras palabras, de la interpretación literal del artículo 448 Bis del Código de Procedimientos Civiles, vemos que de manera expresa nos remite limitativa y solamente a 2 dos y no a todas de todas las fracciones del artículo 448, así que las reglas especiales se deben observar si la demanda 16 de desocupación está apoyada en sus fracciones III y IV, pero no se deben observar si la demanda encuentra sustento en las demás las porciones normativas, pues de proceder conforme a la letra esas reglas, llegaríamos a la irracional e inadmisible realidad de requerir de pago al demandado o de requerirlo por la exhibición del contrato, con las prevenciones y apercibimiento legales, si el actor funda la desocupación en el vencimiento del contrato de arrendamiento, pues en este caso imaginario, no existe correspondencia entre la causa de la demanda con las medidas procesales, en razón a que no es lógico ni jurídico pensar que al vencimiento del contrato, la medida provisional que le corresponde, es la exhibición del mismo, o la medida que le corresponde es un requerimiento de pago de rentas, y todavía más, si el demandado no paga o no justifica el pago de las rentas, se le previene para que desocupe la finca y no lo hace, se le apercibe de ser lanzado a su costa, cuando que la causa del procedimiento es la terminación del contrato. Entonces, la desocupación basada en la falta de pago, es de las pretensiones que Sí se tramitan con reglas especiales y es precisamente, es el objeto del presente control constitucional; en tanto que la desocupación basada en las demás causas de rescisión del contrato de arrendamiento, es de las que se tramita sin tales reglas, y no es el objeto de la presente resolución. Luego, en el texto de las reglas especiales antes reproducidas, destacan dos palabras que son: Desocupación y lanzamiento. Así tenemos que en los artículos 448 primer párrafo, 448 Bis párrafo primero, fracción I párrafo segundo, y 454, en la elaboración de la norma, el legislador se auxilió de la palabra desocupación; mientras que en los numerales 448 Bis fracción I, párrafo segundo, 454, 455 y 457, se valió del vocablo lanzamiento. A simple interpretación, pareciera que los términos mencionados significan lo mismo. Sin embargo, lo contrario indica su interpretación teleológica y armónica con las demás reglas del juicio que nos ocupa. Efectivamente, en la sustanciación de este juicio, el arrendador es requerido, prevenido y apercibido. Lo primero porque en la diligencia de emplazamiento, es requerido para que en el acto comprueba con los recibos correspondientes, estar al corriente en el pago de las rentas vencidas en que su contraria parte, motiva la demanda, o bien, se le requiere por el pago de tal concepto. Al no justificar el pago con los recibos o al no pagar, se le previene para que desocupe la finca arrendada, en 45 cuarenta y cinco o 90 noventa días, según corresponda, y se le apercibe que al no desocupar el bien arrendado, será lanzado a su costa. El lanzamiento es decretado en la sentencia definitiva, si ya estuvieren vencidos tales plazos y si el demandado 17 no desahitó la finca dentro del tiempo que le fue concedido para tal efecto. En el acto del lanzamiento, el actor puede embargar bienes del demandado, suficientes a garantizar las pensiones y costas reclamadas. Nótese que la prevención de ley, es una exhortativa al arrendador, para que desocupe voluntariamente la finca arrendada, sin necesidad de que el estado haga uso de su fuerza para lograr tal fin; pero si el inquilino no desocupa voluntariamente la finca, en su oportunidad, el juez decreta el lanzamiento inmediato, y para obtenerlo, puede ordenar el rompimiento de cerraduras y el uso de la fuerza pública. Nótese que el estado ejerce su poder, y consecuentemente, el lanzamiento es forzoso. A modo de colofón, desde el punto de vista legal, desocupación es la pretensión que el arrendador reclama en juicio al arrendatario, o bien, la entrega voluntaria del bien arrendado; mientras que el lanzamiento es forzoso. En el lenguaje vulgar, las palabras desahucio, desocupación, lanzamiento y desalojo, son sinónimos que comunican una misma idea en palabras expresadas y escritas en forma distinta, sin hacer distinción conceptual alguna, y por lo tanto esas palabras son aplicables a cualquier contexto, pero al momento de llevarlas al campo del derecho procesal civil, son de significado distinto y comunican ideas bien distinguidas. En el lenguaje forense, el procesalista Ignacio Medina Lima, anota: “Desahucio. I. Del verbo desahuciar, quitar las esperanzas. Proviene del latín fiducia, que significa confianza, seguridad, creencia; por tanto, el proceso de desahucio lo promueve el arrendador de un inmueble que ha perdido la confianza en su arrendatario y decide expulsarlo, despedirlo del mismo. Suelen usarse como sinónimos de desahucio, las palabras desalojo, lanzamiento y desocupación.” Diccionario Jurídico Mexicano. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacional Autónoma de México. Editorial Porrúa. Séptima edición. Tomo D – H, página 1070. ¡Cuánta razón! tiene ese procesalista por que en los pasillos de los tribunales, de las aulas universitarias y varios lugares más, profesionistas y alumnos, al hablar del punto en estudio, utilizan indistintamente dichas palabras como términos sinónimos, sin entender la distinción empleada tácita e implícitamente por el legislador en la confección de la ley. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la Observación General número siete, habla de los desalojos y los define como “el hecho de hacer salir a personas, familias y/o comunidades de los hogares y/o las tierras que ocupan en forma permanente o provisional, sin ofrecer los medios apropiados de protección legal o de otra índole ni permitirles su acceso a ellos ”. En la 18 misma observación, distingue entre los desalojos forzosos y los desalojos llevados a cabo legalmente. En este panorama, el marco conceptual a seguir en la presente resolución, es el lenguaje empleado en el Código Adjetivo, puesto que en la impartición de justicia, al operador de la ley, no queda otra más que dotar de significado al lenguaje utilizado por el legislador en la confección de la norma. 3.3.- Rescisión Y Desocupación. Diferencias Definidos los vocablos rescisión y desocupación, ahora procede estudiar la semejanza y la diferencia que existe entre la falta de pago como causa de una y como causa de la otra. Sobre este particular, cabe decir que ambas tienen su fuente en la falta de pago; pero la rescisión tiene su apoyo en una o varias pensiones no pagadas y la desocupación precisa como mínimo de dos impagos de rentas. La rescisión tiene su fuente en la falta de pago oportuno, y la desocupación, en la simple falta de pago. Siendo así, para los ojos de la rescisión, el deudor que liquidó la renta un día después del acordado con su deudor, merece la punición legal; en tanto que para los ojos de la desocupación, el arrendador puede pagar las rentas tiempo después del pactado; tanto es así que el inquilino puede cumplir al momento de ser requerido de pago, durante la tramitación del juicio y hasta antes de ser lanzado, en cuyos casos concluye el juicio, a menos que conjuntamente con la desocupación, se hubiere demandado la rescisión del contrato. De este modo, la litis queda reducida a la rescisión del contrato, lo cual pone de manifiesto el perjuicio que recibe el demandado, a quien primeramente se le hizo pagar las rentas y después queda sujeto al juicio rescisorio, en beneficio de su contraparte, que obtiene 2 dos provechos procesales de una misma causa. Si el actor optó por demandar la desocupación fundada en la falta de pago, cabe decir que al radicar la demanda, el juez ordena requerir a la parte demandada para que pague o demuestre con los recibos estar al corriente en el pago de las rentas, o bien, para que exhiba el contrato de arrendamiento, y para el caso de no hacerlo, se la prevenga para que desocupe la finca arrendada dentro del término de 45 cuarenta y cinco días cuando la finca sirva para habitación, giro industrial o mercantil, o dentro del plazo de noventa días, cuando se trate de predios rústicos, proceda a desocuparla, apercibiéndolo de su lanzamiento a su costa, si no lo hace, y ordena además, se le emplace a juicio, concediéndole el término de 5 cinco días para que conteste la demanda. Contestado o no contestada la demanda, el juez abre el juicio a prueba durante 5 cinco días y en el auto en donde las tenga por ofrecidas, determinará las que habrán de admitirse, 19 señalará fecha y hora para la audiencia de desahogo, alegatos y dictará sentencia dentro del término de cinco días. Si la sentencia es absolutoria, evidentemente que el reo es absuelto y queda sin efectos la medida provisional dictada por el juez en el auto de radicación. En cambio, si la sentencia es condenatoria, el juez decretará el lanzamiento inmediato, y si el actor lo pide, al ejecutarse el lanzamiento se embargarán y depositarán bienes bastantes para cubrir las pensiones y costas reclamadas. La designación de aquéllos se hará conforme a la Ley. Lo mismo se observará al hacerse el requerimiento de pago. Contra la sentencia, el demandado puede interponer el recurso de apelación el cual será admitido en el efecto devolutivo. Es así que las sentencias de fondo que recaen a los juicios de rescisión y desocupación, ponen en claro el conflicto originado por el incumplimiento de un contratante; empero la sentencia del primero, tiene 2 dos efectos: Uno, como su nombre lo indica, el de declarar la rescisión del contrato de arrendamiento, y el otro es la restitución del inmueble al arrendatario, pero sin observar ningún trámite especial; en cambio, la sentencia del segundo, tiene un solo efecto, que consiste en el lanzamiento con apego a los trámites especiales, que al no estar observados por el demandado, motivan el lanzamiento inmediato. Luego la restitución es un efecto accesorio porque sigue la suerte de la rescisión, puesto que al estar rescindido el contrato, habrá restitución, y en caso contrario, no podrá haberla; mientras que la desocupación es un efecto principal de la sentencia dictada en el segundo juicio. Como se puede observar, el juicio de desocupación fundado en la falta de pago de 2 dos o más rentas, es en parte sumario y en parte doblemente ejecutivo. 3.4.- Sumario Y Ejecutivo. Es sumario por que una demanda de desocupación se ventila en la vía extraordinaria civil y por la brevedad de su trámite procesal antes detallado Es ejecutivo, en primer lugar, porque no en ejecución de sentencia definitiva, sino más bien, desde el auto de radicación de la demanda, y su posterior notificación al demandado, hay un principio de ejecución que consiste en la preparación del lanzamiento, específicamente, en el requerimiento al demandado para que en el acto de la diligencia, demuestre con los recibos correspondientes estar al corriente en el pago de las rentas, para que pague el adeudo, y de no hacerlo, se le prevendrá para que desocupe el inmueble en 45 días o 90 noventas, por lo que en sentencia definitiva, se procederá al lanzamiento inmediato si ya estuviere vencido ese término, lo cual significa que seguidamente al emplazamiento, ya se está preparando la ejecución de la sentencia. 20 Es ejecutivo en segundo lugar, dado que el precio por el uso y goce del inmueble arrendado, está constituido por una cantidad líquida de dinero que se obligó a pagar el arrendatario en cierto lugar, día, mes y año, según el pacto de las partes en el contrato de arrendamiento y a falta de domicilio, en la casa habitación o despacho del arrendatario. Luego, el vencimiento de la fecha y el impago de 2 dos o más rentas, hacen del contrato, un título ejecutivo que trae aparejada ejecución, porque en el consta una cantidad cierta de dinero, líquida y de plazo vencido. Cierta por que la obligación de pagar rentas por el uso y goce del inmueble arrendado, deriva y consta en el contrato de arrendamiento; líquida por que la renta está determinada en moneda nacional o extranjera y vencida por que el arrendatario no pagó la renta llegado el día de su pago, todo ello con fundamento en las cláusulas pactadas por las partes en el documento fundatorio de la acción. De consiguiente, la deuda es exigible y el contrato de arrendamiento es una prueba preconstituida de la acción y por lo mismo, trae aparejada ejecución. Contrastación 1.- Parámetro Constitucional. Artículos 1°, 4,14 y 17 de la Carta Magna; 8.1, 24 y 25.I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 11.I del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Observación General número 4 cuatro, puntos 7 y 8 inciso a y Observación General 7, ambas del Comité De Derechos Sociales, Económicos Y Culturales, jurisprudencia nacional, jurisprudencia de la Corte Interamericana De Derechos humanos que se irán invocando a lo largo del presente control difuso de constitucionalidad. 2.- Normas Secundarias: Artículos 448 Bis fracción primera, párrafos segundo, tercero y cuarto; 453,454 y 457 del Código de Procedimientos Civiles. 3.- Interpretación Conforme En Sentido Estricto. El motivo del control difuso de constitucionalidad objeto de la presente resolución, es la posible compatibilidad o posible incompatibilidad de las normas procesales con las normas supremas, más no así las posibles interpretaciones que puedan admitir las primeras. 4.- Interpretación Conforme En Sentido Amplio. Las normas secundarias serán contrastadas a la luz de los derechos humanos siguientes: A la vivienda, igualdad ante la ley, debido proceso y recurso efectivo. 21 Cabe resaltar que las normas secundarias tienen a su favor la presunción de Constitucionalidad. Dicha presunción quiere decir que el legislador las elaboró con apego a la Carta Magna, y así, conservan su constitucionalidad mientras no está demostrado lo contrario. Entonces el control difuso de constitucionalidad que nos ocupa, arranca de esa presunción. 5.- Derecho a La Vivienda. El artículo 11.I del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, es el del tenor siguiente: “Los estados Parte en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados…” mientras que el artículo 4 párrafo sexto de la Norma Suprema en el país, ordena: “… Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo…” en tanto que el Comité de derechos sociales, económicos y culturales, en la observación general número 4 cuatro, puntos 7 y 8 inciso a, ha dicho que es el derecho a vivir en seguridad, paz y dignidad en alguna parte; que el arriendo es una de las modalidades por las cuales se puede tener acceso a la vivienda; que uno de los aspectos que contribuye para que una vivienda sea adecuada, es la seguridad jurídica de la tenencia, que quiere decir que todas las personas deben tener un mínimo de seguridad jurídica que les garantice contra el desahucio. Por ende, la vivienda es el derecho fundamental para el disfrute de todos los demás derechos económicos, sociales y culturales, como son la educación, la salud, el trabajo, la alimentación, libre desarrollo de la personalidad, etcétera, o sea, que la vivienda es necesaria para la supervivencia y para llevar una vida segura; de modo que la amenaza del derecho a la vivienda, es una amenaza a la integridad física y mental de las personas. Más específicamente hablando, el arriendo, como una forma de acceder a la vivienda, es uno de los medios que posibilitan el proyecto de vida personal. Para tener derecho a una vivienda arrendada, es preciso pagar el precio por el uso y goce de la cosa arrendada. Cuando el arrendatario deja de pagar rentas, el arrendado no recibe el pago, no puede por su propia mano entrar en posesión del inmueble, ni tampoco puede disponer de él para comprometerlo en nuevo arrendamiento para obtener las rentas que ha dejado de percibir. En este escenario, la ley protege al dueño de la finca, pues de manera provisional, le permite embargar y asegurar con bienes del demandado, el pago de las rentas vencidas e impagadas y las que se sigan venciendo. Además, en la diligencia de emplazamiento, el actuario judicial previene al demandado para que desocupe la finca arrendada, cuando no 22 paga ni demuestra con los recibos correspondientes estar al corriente en el pago de rentas, y lo apercibe de desocupar el inmueble o de ser lanzado a la fuerza al no hacerlo voluntariamente. Por la línea de la falta de pago, el deudor debe pagar las rentas con dinero o con bienes de su propiedad; de manera que sí existe correspondencia entre el antecedente adeudo con su consecuente pago o embargo de bienes. De aquí se sigue que la garantía lógica y natural del impago, es el embargo de bienes. Ahora, por la línea del requerimiento, de la prevención y del apercibimiento, son contrarios al mínimo de seguridad jurídica de la vivienda, porque lejos de otorgar al inquilino un mínimo de protección en la substanciación del juicio, le causan un daño moral que lo amenaza con lanzarlo, perturbando la paz, la seguridad y la integridad mental con que toda persona debe vivir, por las siguientes razones: 1.- El demandado litiga intimidado e intranquilo de ser lanzado. 2.- Como no sabe a ciencia cierta si triunfará o no triunfará en juicio, tampoco sabe a ciencia cierta si debe o no debe desocupar la vivienda, antes de ser lanzado. 3.- Si opta por desocuparla y después obtiene sentencia absolutoria, la tutela judicial no fue efectiva. 4.- Si opta por no desocuparla y posteriormente la sentencia es condenatoria, inmediatamente es lanzado, en la calle quedan su proyecto de vida y los derechos sociales, económicos y culturales que penden o dependen de la vivienda, aún sin haber intentado ni menos agotado el recurso de apelación ni el amparo directo.5.- La realidad nos ha demostrado que frente a esta atmósfera tan incierta y tan sofocante, los demandados se han visto orillados a desocupar el inmueble antes de que el juez dicte sentencia definitiva. Así las cosas, el derecho que la ley concede al acreedor, es incompatible con los artículos 4 Constitucional y 11.I del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En consecuencia, por jerarquía, ese derecho secundario no puede estar encima de las normas supremas del sistema jurídico mexicano. 6.- Igualdad Ante La Ley. El artículo 1 de la Carta Magna, dice:” En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozaran de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretaran de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de su competencia, tienen la obligación de promo- 23 ver, respetar proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley” . Además, el artículo 24 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, establece:” Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tiene derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.” En el caso Yatama contra Nicaragua. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 23 veintitrés de Junio de 2005 dos mil cinco. Serie No 127, párrafo 186, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dijo: “El artículo 24 de la Convención Americana prohíbe la discriminación de derecho o de hecho, no solo en cuanto a los derechos consignados en dicho tratado, sino en lo que respecta a todas las leyes que apruebe el estado y su aplicación” Asimismo, en el caso Castañeda Gutman, contra Estados Unidos Mexicanos. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 6 seis de Agosto de 2006 dos mil seis, serie No 184, párrafo 210 dos cientos diez, consideró: “El artículo 24 de la Convención prevé que todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección.” De acuerdo con este bloque de constitucionalidad, todas las personas son iguales ante la ley, y por ello, tienen derecho a ser tratadas y protegidas sin distinción alguna, como puede ser distinción por razón de sexo, orientaciones sexuales, de color, etcétera. La igualdad es uno de los valores superiores del orden normativo; de modo que en el ámbito legislativo, el principio de igualdad impone al legislador, en la confección de la norma, dar trato igual a las personas que se encuentren en la misma situación, y dar trato desigual a quienes se encuentren en situación diferente; mientras que en el campo de la aplicación, al operador corresponde individualizar la disposición general al caso concreto, y en el terreno de la interpretación, el análisis de la constitucionalidad o de la convencionalidad, debe responder a los siguientes criterios: a).- La igualdad es el parámetro o término de comprobación apropiado, que sirve de arranque en la interpretación. b).- La diferencia debe estar permitida en la Constitución Federal o en algún tratado de Derechos Humanos, y c).- El trato desigual no debe ser contrario a los Derechos Humanos consignados en tales instrumentos. Sirve de apoyo a estas consideraciones, la jurisprudencia que a continuación se transcribe: Tesis: 2ª./J. Semanario Judicial de 42/2010 Federación y su Gaceta SEGUNDA SALA Tomo XXXI, Abril de 2010 la Novena Época 164779 1 de 1 Pag. 427 Jurisprudencia(Constitucional) [J]; 9a. Época; 2a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Abril de 2010; Pág. 427 IGUALDAD. CRITERIOS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS QUE SE ESTIMAN VIOLATORIAS DE DICHA GARANTÍA. La igualdad normativa presupone necesariamente una comparación entre 24 dos o más regímenes jurídicos, ya que un régimen jurídico no es discriminatorio en sí mismo, sino únicamente en relación con otro. Por ello, el control de la constitucionalidad de normas que se estiman violatorias de la garantía de igualdad no se reduce a un juicio abstracto de adecuación entre la norma impugnada y el precepto constitucional que sirve de parámetro, sino que incluye otro régimen jurídico que funciona como punto de referencia a la luz de un término de comparación relevante para el caso concreto. Por tanto, el primer criterio para analizar una norma a la luz de la garantía de igualdad consiste en elegir el término de comparación apropiado, que permita comparar a los sujetos desde un determinado punto de vista y, con base en éste, establecer si se encuentran o no en una situación de igualdad respecto de otros individuos sujetos a diverso régimen y si el trato que se les da, con base en el propio término de comparación, es diferente. En caso de que los sujetos comparados no sean iguales o no sean tratados de manera desigual, no habrá violación a la garantía individual. Así, una vez establecida la situación de igualdad y la diferencia de trato, debe determinarse si la diferenciación persigue una finalidad constitucionalmente válida. Al respecto, debe considerarse que la posición constitucional del legislador no exige que toda diferenciación normativa esté amparada en permisos de diferenciación derivados del propio texto constitucional, sino que es suficiente que la finalidad perseguida sea constitucionalmente aceptable, salvo que se trate de una de las prohibiciones específicas de discriminación contenidas en el artículo 1o., primer y tercer párrafos, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues respecto de éstas no basta que el fin buscado sea constitucionalmente aceptable, sino que es imperativo. La siguiente exigencia de la garantía de igualdad es que la diferenciación cuestionada sea adecuada para el logro del fin legítimo buscado; es decir, que la medida sea capaz de causar su objetivo, bastando para ello una aptitud o posibilidad de cumplimiento, sin que sea exigible que los medios se adecuen estrechamente o estén diseñados exactamente para lograr el fin en comento. En este sentido, no se cumplirá el requisito de adecuación cuando la medida legislativa no contribuya a la obtención de su fin inmediato. Tratándose de las prohibiciones concretas de discriminación, en cambio, será necesario analizar con mayor intensidad la adecuación, siendo obligado que la medida esté directamente conectada con el fin perseguido. Finalmente, debe determinarse si la medida legislativa de que se trate resulta proporcional, es decir, si guarda una relación razonable con el fin que se procura alcanzar, lo que supone una ponderación entre sus ventajas y desventajas, a efecto de comprobar que los perjuicios ocasionados por el trato diferenciado no sean desproporcionados con respecto a los objetivos perseguidos. De ahí que el juicio de proporcionalidad exija comprobar si el trato desigual resulta tolerable, teniendo en cuenta la importancia del fin perseguido, en el entendido de que mientras más alta sea la jerarquía del interés tutelado, mayor puede ser la diferencia. SEGUNDA SALA. Amparo en revisión 1155/2008. Ramón Ernesto Jaramillo Politrón. 21 de enero de 2009. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: Ricardo Manuel Martínez Estrada. Amparo en revisión 221/2009. Wal-Mart de México, S.A. de C.V. (ahora Wal-Mart de México, S.A.B. de C.V.). 20 de mayo de 2009. Cinco votos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Guadalupe de la Paz Varela Domínguez. Amparo directo en revisión 1818/2008. Martha Ponce de León y otros. 24 de junio de 2009. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Amalia Tecona Silva. 25 Amparo en revisión 2131/2009. Carlos Ruiz Carrillo y otros. 11 de noviembre de 2009. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Blanca Lobo Domínguez. AMPARO EN REVISIÓN 50/2010. Minera Peñasquito, S.A. de C.V. 3 de marzo de 2010. Cinco votos. Ponente: José Fernando Franco González Salas. Secretario: Israel Flores Rodríguez. Tesis de jurisprudencia 42/2010. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del catorce de abril de dos mil diez. En el caso que nos ocupa, la igualdad es el parámetro a seguir en la interpretación de las normas sospechosas, a efecto de saber si existe o no existe igualdad normativa en el lanzamiento de inmediato. El parámetro está previsto en los artículos 1 de la Carta Magna, 24 de la Convención y en los casos Yatama vs Nicaragua y Castañeda Gutman vs Mèxico arriba expuestos. Las categorías sospechosas son los artículos 448 Bis Fracc. I párrafo segundo, tercero y cuarto; 453 y 454 de la Ley Procesal Civil. Sobre este contexto, en los términos del artículo 2227 del Código Civil, el arrendamiento es un contrato por medio del cual una persona transmite el uso y goce temporal de una cosa, y la otra se obliga a pagar un precio por el uso y goce de la cosa. De aquí se sigue que ambos contratantes, uno como obligado y el otro como acreedor, se encuentran en el mismo rango contractual, puesto que al derecho de uno, le corresponde la obligación del otro, y a la inversa. Luego, si el arrendatario deja de pagar 2 dos o más pensiones rentísticas, da motivo para que el arrendador le demande la desocupación del bien arrendado. Entonces el juicio sigue las reglas previstas en los artículos 448 fracción III y 448 Bis fracción I, párrafo segundo, de la Ley Adjetiva Civil, y conforme al artículo 52 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, la autoridad judicial es la competente para conocer el conflicto. Por tanto, arrendador y arrendatario, en la trilogía procesal, se encuentran en un plano de igualdad porque tienen la calidad de partes en juicio, dada su calidad de actor y de demandado, y por ello, deben de recibir el mismo trato legal. No debemos olvidar que el juez dicta sentencia definitiva; que ordena el lanzamiento inmediato si el actuario requirió al demandado por el pago de las retas vencidas y no liquidadas en que el actor funda la demanda; o bien, que lo haya requerido por la exhibición del contrato de arrendamiento celebrado en la forma legal. De igual manera, que para el supuesto de que el demandado no haya pagado ni exhibido el contrato lo prevenga para que desocupe la finca arrendada en el término de 45 días o 90 días según corresponda y que lo haya apercibido de lanzamiento sino lo hace. Luego, el diligenciario notifica la sentencia al demandado e inmediatamente procede a 26 lanzarlo; mientras que al día siguiente al lanzamiento al demandado empieza a correrle el termino de 5 días para inconformarse con dicho lanzamiento. La comparación de esta radiografía legal con el ser y con la interpretación funcional de su normatividad, nos enseñan que el arrendatario primero será vencido y luego será escuchado en la alzada, lo cual quiere decir que interpone la apelación con el estorbo, o el tropiezo o el inconveniente de encontrarse lanzado, fuera del inmueble arrendado, con sus enseres en la vía pública, expuesto con su familia a la inseguridad creciente en México sin domicilio legal o convencional, atributo inherente a las personas físicas y morales, según lo dicen los artículos 23, 24,25, 26 párrafo segundo y 27 del Código Civil, es decir, que si primero es lanzado y luego le empieza a correr el término de 5 cinco días para inconformarse con la sentencia definitiva, entonces el término para apelar le arranca desde la calle, al desamparo de un techo en donde vivir, dormir, alimentarse, y en general, en donde realizar su proyecto de vida, y en consecuencia, su derrota sin plena audiencia, le genera una afectación anímica y moral que muy probablemente lo conduzcan a tomar la decisión de no agotar el recurso de apelación. Ante tal drama procesal, el demandado, como cualquiera otra persona, queda colocado en un estado de incertidumbre o en el dilema de apelar o no apelar el fallo de primera instancia. Claro, si fue lanzado, indudablemente que dentro de 5 cinco días de que dispone para apelar, en un lugar esta viviendo como arrimado o como arrendatario, y entonces lo más probable es que no interponga el recurso porque no estaría interesado en la restitución de la vivienda, pues su necesidad de un cobijo la tiene satisfecha de alguna manera, y entonces, lo más probable es que no vaya a ejercer su derecho a recurrir, tal y como acontece en la realidad, en la praxis judicial, encargadas de mostrarnos que en la gran mayoría de las veces, por temor, por dudas jurídicas o por la imposibilidad de predecir el resultado del juicio, el demandado, antes de que el juez dicte sentencia definitiva en primera instancia, opta por deshabitar el bien dado en arrendamiento, y consecuentemente, no puede acceder a la apelación ni después al amparo indirecto. Ahora, si decide ejercer su derecho a impugnar la sentencia, sin lugar a dudas, lo ejerce lanzado y con todas las consecuencias producidas por el lanzamiento inmediato. Desde la arista del arrendador, antes de iniciar el juicio, iniciado, tramitado y concluido hasta la primera instancia, no tenía la posesión de la finca arrendada; pero a consecuencia del lanzamiento inmediato, recibe la posesión material y jurídica de ella y lo ubica en la posibilidad de disponerla para 27 darla en un nuevo arrendamiento, para autorizar el subarriendo de la finca, para remodelarla, entre otras cosas más, que inclusive pueden hacer imposible la restitución del bien al demandado, para la hipótesis de que obtenga sentencia absolutoria en segunda instancia o en amparo directo. El balance de la situación de arrendador y arrendatario, permite ver que el primero inicia el juicio sin posesión del bien, mientras que el segundo se encuentra en posesión del inmueble; al terminar la primera instancia, el demandado es lanzado inmediatamente y el actor recupera la posesión; posteriormente, el arrendador puede disponer de la cosa objeto del arrendamiento, e imposibilitar la restitución del inmueble al arrendatario, si este obtiene sentencia favorable en segunda instancia o en amparo directo; el actor accede al recurso en su calidad de ejecutante y el demandado en su calidad de ejecutado; el arrendador accede al recurso en plenitud de condiciones y el demandado accede al recurso en condiciones adversas a su persona. Es así que las normas sospechosas dan un trato desigual al arrendador y al arrendatario, a pesar de que en el ámbito contractual y en el ámbito procesal se encuentran en un plano de igualdad; pero esta desigualdad no encuentra su apoyo en un hecho sustancialmente diferente, antes bien, el hecho es igual porque ya se dijo, arrendador y arrendatario se encuentran en el mismo rango de igualdad ante el contrato y ante el procedimiento; de tal suerte que la disposiciones legales en apariencia son iguales para las partes; pero al aplicarlas chocan con la realidad y van contra la razón. 7.-Debido Proceso. El artículo 14 Constitucional dispone: “… Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho…” y su correlativo artículo 8.I de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, preceptúa:“ Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal…para la determinación de sus derechos y obligaciones del orden civil,…” En concordancia con estas supremas disposiciones, existe otra de igual jerarquía, que es el artículo 8.1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, ordena: ”Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada 28 contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.” A tono con tales disposiciones, el artículo 17 de la Constitución Federal, dispone: “…Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirlas en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial…” Conforme a esta suprema normatividad, todas las personas tienen el derecho subjetivo de demandar al estado, la impartición de justicia cuando un arbitrario ha violado sus derechos. A su vez, el estado, tiene la obligación de establecer tribunales competentes para resolver los conflictos que aquejan a los particulares. Los tribunales judiciales, entre otros, son los órganos del estado facultados para impartir justicia mediante un juicio que debe observar sus formalidades esenciales y así, los tribunales dicten sentencia de fondo, ya sea condenando o absolviendo, esto es, que los justiciables deben primero debe ser oídos y después vencidos en juicio. Veamos: Todo procedimiento judicial, por lo menos debe abarcar esas formalidades que son las que posibilitan la defensa del actor y la del demandado en juicio, y a la autoridad el dictado de las resoluciones judiciales, como puede ser la sentencia definitiva. Sin embargo, los artículos que nos ocupan, no establecen cuáles son las formalidades esenciales mínimas o garantías mínimas que debe cumplir todo juicio. Por ello, ante ese silencio, el Pleno de nuestro Máximo Tribunal en la república, sentó jurisprudencia señalando que de manera genérica, las formalidades esenciales son: Demanda, emplazamiento, ofrecimiento y desahogo de pruebas, alegatos y sentencia, es decir, que la previa audiencia o debido proceso consiste en otorgar al gobernado, la oportunidad de defensa antes de que tenga lugar al acto privativo. Con otras palabras, el justiciable primero debe ser oído y después vencido, pero no al contrario. Sirve de apoyo a esta consideración, la jurisprudencia que a continuación se transcribe: Tesis: P./J. Semanario Judicial de la Novena 47/95 Federación y su Gaceta Época PLENO Tomo II, Diciembre de 1995 Pag. 133 200234 1 de 1 Jurisprudencia(Constitucional,Común) [J]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Tomo II, Diciembre de 1995; Pág. 133 FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de audiencia establecida por el artículo 14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga 29 "se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son las que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la indefensión del afectado. Amparo directo en revisión 2961/90. Opticas Devlyn del Norte, S.A. 12 de marzo de 1992. Unanimidad de diecinueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot. Amparo directo en revisión 1080/91. Guillermo Cota López. 4 de marzo de 1993. Unanimidad de dieciséis votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Adriana Campuzano de Ortiz. Amparo directo en revisión 5113/90. Héctor Salgado Aguilera. 8 de septiembre de 1994. Unanimidad de diecisiete votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Raúl Alberto Pérez Castillo. Amparo directo en revisión 933/94. Blit, S.A. 20 de marzo de 1995. Mayoría de nueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot. Amparo directo en revisión 1694/94. María Eugenia Espinosa Mora. 10 de abril de 1995. Unanimidad de nueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot. El Tribunal Pleno en su sesión privada celebrada el veintitrés de noviembre en curso, por unanimidad de once votos de los ministros: presidente José Vicente Aguinaco Alemán, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Mariano Azuela Güitrón, Juventino V. Castro y Castro, Juan Díaz Romero, Genaro David Góngora Pimentel, José de Jesús Gudiño Pelayo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Humberto Román Palacios, Olga María Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza; aprobó, con el número 47/1995 (9a.) la tesis de jurisprudencia que antecede; y determinó que las votaciones de los precedentes son idóneas para integrarla. México, Distrito Federal, a veintitrés de noviembre de mil novecientos noventa y cinco. De las formalidades esenciales, el pronunciamiento de la sentencia definitiva es el acto jurisdiccional que en su caso, ordena la privación de las libertades, propiedades, cosas o derechos del hombre. Para que un procedimiento legal tenga la calidad de pleno, además de las etapas señaladas en forma genérica por la jurisprudencia, debe brindar al perdidoso, la oportunidad de combatir la sentencia definitiva por todos los medios legales que la ley pone a disposición del sentenciado para la defensa de sus derechos, y además, le debe dar oportunidad para combatir las resoluciones judiciales en amparo directo, amparo adhesivo o amparo indirecto, según corresponda. En el proceso civil local los medios legales son: Los recursos de revocación, apelación y queja. En el proceso constitucional los recursos son: Revisión, revisión adhesiva, queja y reclamación. La ley provee tanto los amparos como los recursos citados y el justiciable tiene la potestad de hacerlos o no hacerlos valer. La garantía de audiencia o el debido proceso no está limitada a la substanciación de la instancia inicial, sino que también tiene vida en los 30 recursos o se hace extensiva ellos, por lo que en su tramitación, el recurrente primero ha de ser oído y luego la autoridad competente dirá si ha lugar o no ha lugar al acto privativo. En el caso Claude Reyes y otros contra Chile. Fondo, reparaciones y costas, sentencia de 19 diecinueve de Septiembre de 2006 dos mil seis, serie C No. 151, párrafo 127, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sostuvo que el recurso efectivo de la Convención debe tramitarse conforme a las normas del debido proceso establecidas en el artículo 8.1 de la misma. Agotados los recursos y los amparos, la verdad es que el justiciable fue debidamente oído y vencido, por lo cual queda firme la sentencia que ordena el acto privativo. Si el usuario de la justicia, dentro del término legal, por algún motivo no combatió en apelación la sentencia que ordenó el acto privativo, tácitamente la está consintiendo, o si por algún motivo no acudió al amparo directo, la sentencia de apelación que confirmó el acto privativo, adquiere firmeza y es ejecutable. Es así que el gobernado, con todas las de la ley, ya puede ser privado de sus posesiones, propiedades o derechos. Desde este enfoque, primero deben quedar agotadas debidamente las formalidades esenciales para que el juez dicte sentencia, que de ser el caso, ordene la privación, y después que la sentencia quede firme, en ejecución de sentencia tendrá lugar el acto privativo de derechos, posesiones, propiedades y libertades. Así que las normas procesales internas, para estar a tono con el debido proceso, deben brindar al usuario de la justicia, la oportunidad de defensa plena, o lo que es igual, las leyes procesales que den al justiciable la oportunidad de defensa a medias, son incompatibles con la Constitución Federal y con la Convención Americana Sobre Derechos Humanos. En otro orden de ideas y para acercarnos más al tema de la desocupación, se establece que desde el punto de vista jurisprudencial, los actos privativos son los definitivos y no los provisionales o accesorios. Desde el mismo punto de vista, la garantía de previa audiencia, solo rige para los definitivos y no así para los provisionales. Rige para los primeros por que se dictan en la sentencia definitiva, después de haberse emplazado a juicio al demandado y después de tramitado el juicio por sus etapas legales o formalidades esenciales; en cambio, no rige para los provisionales porque estos, se dictan antes del emplazamiento pero subsisten o no subsisten, dependiendo del resultado de la sentencia. Sirven de apoyo a estas consideraciones, las jurisprudencias que a continuación se transcriben: Tesis: Apéndice Novena 202 Época 1917- 1011494 1 de 1 31 Septiembre 2011 Tomo I. Constitucional 3. Derechos Fundamentales Pleno Primera Parte SCJN Décima Pag. 1145 Segunda Sección - Debido proceso EMBARGO JUDICIAL. ES UNA MEDIDA CAUTELAR QUE NO IMPLICA UNA PRIVACIÓN DEFINITIVA DE DERECHOS POR LO QUE, PARA LA EMISIÓN DEL AUTO RELATIVO, NO RIGE LA GARANTÍA DE PREVIA AUDIENCIA. Conforme a la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la garantía de previa audiencia prevista en el segundo párrafo del artículo 14 constitucional, únicamente rige respecto de los actos privativos, entendiéndose por éstos, aquellos que en sí mismos constituyen un fin, con existencia independiente, cuyos efectos de privación son definitivos y no provisionales o accesorios. Ahora bien, dado que el embargo judicial constituye una medida provisional encaminada al aseguramiento de bienes del deudor para garantizar, en tanto se resuelve en definitiva sobre la pretensión hecha valer, el pago de un crédito reclamado con base en un documento que lleva aparejada ejecución, debe considerarse que para la emisión del auto relativo -exequendo- no rige la garantía de previa audiencia. Lo anterior se corrobora por el hecho de que los efectos provisionales del citado auto quedan sujetos, en todo caso, a la tramitación normal del juicio de que se trate, en el que el deudor es parte y donde podrá excepcionarse, dictándose en el momento procesal oportuno la resolución correspondiente, la que sí podrá constituir un acto privativo. Amparo en revisión 9757/84.—Martha Badager de Vallejo.—10 de septiembre de 1985.—Unanimidad de veintiún votos.—Ponente: María Cristina Salmorán de Tamayo.—Secretario: Arturo Iturbe Rivas. Amparo en revisión 1650/94.—Pisos y Azulejos Baja California, S.A. de C.V.—25 de enero de 1996.—Unanimidad de diez votos.—Ausente: Juventino V. Castro y Castro.—Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.—Secretario: Roberto Hernández Pérez. Amparo en revisión 1749/94.—Adalberto Hernández Pi- 32 neda y otro.—29 de enero de 1996.—Unanimidad de diez votos.—Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán.—Ponente: Juan Díaz Romero.—Secretario: Jacinto Figueroa Salmorán. Amparo en revisión 497/96.—Promojol, S.A. de C.V.—25 de noviembre de 1996.—Unanimidad de diez votos.—Ausente: Humberto Román Palacios.—Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.— Secretaria: Adela Domínguez Salazar. Amparo en revisión 595/96.—G.G. Consultores, S.A. de C.V. y otra.—11 de febrero de 1997.—Once votos.— Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.—Secretaria: Adriana Escorza Carranza. El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el ocho de septiembre en curso, aprobó, con el número 66/1997, la tesis jurisprudencial que antecede.—México, Distrito Federal, a ocho de septiembre de mil novecientos noventa y siete. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VI, septiembre de 1997, página 67, Pleno, tesis P./J. 66/97; véase ejecutoria en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VI, septiembre de 1997, página 68. Apéndice 1917-2000, Tomo I, Materia Constitucional, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la Nación, página 227, Pleno, tesis 186. Tesis: 216 Apéndice 1917-Septiembre 2011 Novena Época 1011508 1 de 1 Tomo I. Constitucional 3. Derechos Pleno Fundamentales Primera Parte - SCJN Décima Segunda Sección - Debido Pag. 1169 proceso MEDIDAS CAUTELARES. NO CONSTITUYEN ACTOS PRIVATIVOS, POR LO QUE PARA SU IMPOSICIÓN NO RIGE LA GARANTÍA DE PREVIA AUDIENCIA. Conforme a la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la garantía de previa audiencia, establecida en el segundo párrafo del artículo 14 constitucional, únicamente rige respecto de los actos privativos, entendiéndose por éstos los que en sí mismos persiguen la privación, con existencia independiente, cuyos efectos son definitivos y no provisionales o accesorios. Ahora bien, las medidas cautelares constituyen resoluciones provisionales que se caracterizan, generalmente, por ser accesorias y sumarias; accesorias, en tanto la privación no constituye un fin en sí mismo; y sumarias, 33 debido a que se tramitan en plazos breves; y cuyo objeto es, previendo el peligro en la dilación, suplir interinamente la falta de una resolución asegurando su eficacia, por lo que tales medidas, al encontrarse dirigidas a garantizar la existencia de un derecho cuyo titular estima que puede sufrir algún menoscabo, constituyen un instrumento no sólo de otra resolución, sino también del interés público, pues buscan restablecer el ordenamiento jurídico conculcado desapareciendo, provisionalmente, una situación que se reputa antijurídica; por lo que debe considerarse que la emisión de tales providencias no constituye un acto privativo, pues sus efectos provisionales quedan sujetos, indefectiblemente, a las resultas del procedimiento administrativo o jurisdiccional en el que se dicten, donde el sujeto afectado es parte y podrá aportar los elementos probatorios que considere convenientes; consecuentemente, para la imposición de las medidas en comento no rige la garantía de previa audiencia. Amparo en revisión 284/94.—Cuauhtémoc Alvarado Sánchez.—27 de febrero de 1995.—Once votos.—Ponente: Humberto Román Palacios.— Secretaria: Laura G. de Velasco de J. O’Farril. Amparo en revisión 322/94.— Elia Contreras Alvarado.—9 de julio de 1996.—Once votos.—Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.—Secretario: Juan Carlos Cruz Razo. Amparo en revisión 710/95.—Jorge Arturo Elizondo González.—16 de mayo de 1996.— Unanimidad de nueve votos.—Ausentes: Juventino V. Castro y Castro y Genaro David Góngora Pimentel.—Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.— Secretario: Óscar Germán Cendejas Gleason. Amparo en revisión 1749/94.— Adalberto Hernández Pineda y otro.—29 de enero de 1996.—Unanimidad de diez votos.—Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán.—Ponente: Juan Díaz Romero.—Secretario: Jacinto Figueroa Salmorán. Amparo directo en revisión 262/97.—Gabriel Neira Rodríguez y coag.—29 de septiembre de 1997.—Unanimidad de diez votos.—Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.—Ponente: Juan N. Silva Meza.—Secretario: Alejandro Villagómez Gordillo. El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el veintiséis de febrero en curso, aprobó, con el número 21/1998, la tesis jurisprudencial que antecede.—México, Distrito Federal, a veintiséis de febrero de mil novecientos noventa y ocho. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VII, marzo de 1998, página 18, Pleno, tesis P./J. 21/98; 34 véase ejecutoria en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VII, junio de 1998, página 173. Apéndice 1917-2000, Tomo I, Materia Constitucional, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la Nación, página 430, Pleno, tesis 374. Con el propósito de acerarme a la desocupación, en este momento me ocupo del debido proceso referido a las medidas provisionales y a las definitivas. A continuación paso a desplegar por separado cada una de estas figuras procesales. Medidas provisionales y medidas definitivas. El requerimiento al demandado por el pago de rentas o por la exhibición del contrato, la prevención para que desocupe la finca arrendada y el apercibimiento de ser lanzado son medidas provisionales que el juez dicta al radicar la demanda y el diligenciario la notifica al demandado en el acta de emplazamiento. Son medidas provisionales porque pueden quedar subsistentes o insubsistentes atendiendo a las constancias que obren en autos, en base a las cuales el juez, al dictar sentencia definitiva resuelve sobre la subsistencia o insubsistencia. Ello es así porque si el actor no demuestra las acciones que hizo valer o si el demandado acredita las excepciones que opuso al contestar la demanda, al juicio recaerá una sentencia absolutoria, y las medidas provisionales tomadas al radicar la demanda deben ser levantadas en definitiva. Suerte distinta corre la hipótesis relativa a la demostración de la acción o la no demostración de la excepción, en que las medidas provisionales se elevan a la calidad de definitivas en la sentencia de fondo. Para ello, el juez, antes de dejar subsistente las medidas, a de verificar si el diligenciario en verdad requirió, previno, apercibió al demandado y si están vencidos los 45 cuarenta y cinco o 90 noventa días sin que el arrendatario haya desocupado la finca arrendada. Si estos requisitos están debidamente cumplidos, desde el punto de vista legal (y no el constitucional) el juez ordena el lanzamiento inmediato como una medida definitiva. En cumplimiento del mandato del juez, el actuario notifica la sentencia al demandado, y acto seguido inmediatamente procede a lanzarlo. El lanzamiento inmediato es un acto privativo de la posesión derivada que el arrendatario detenta sobre el inmueble materia del contrato. Al acto privativo de nombre lanzamiento inmediato, como medida definitiva, le es aplicable la garantía de previa audiencia o de debido proceso. Verifiquemos si el lanzamiento inmediato es respetuoso del debido proceso o la garantía de audiencia. 35 La sentencia definitiva absuelve o condena. En el sistema procesal mexicano, particularmente en San Luis Potosí, es regla general su imposibilidad de ser ejecutada inmediatamente por que la parte que no obtuvo, puede combatirla en apelación y en su caso, acudir al amparo directo. Mientras transcurre el término para apelarla o mientras corre el término para acudir el amparo, la sentencia se encuentra sub judice, es decir, que no se puede hacer efectiva hasta conocer a ciencia cierta el resultado del recurso o del juicio constitucional. Los artículos sospechosos contemplan una excepción a la regla general, ya que el legislador permite al actor ejecutar la sentencia sub judice, y precisamente, aquí está el nudo a deshilvanar. Esta disposición legislativa, trasciende al debido proceso y a la garantía de audiencia, en atención a las consideraciones siguientes: 7.1.- De un aspecto, dicha disposición prejuzga el resultado de la apelación y del amparo, y tácitamente, predice y da por cierto que el recurrente – quejoso no obtendrá en apelación ni en amparo, o bien, que el lanzamiento inmediato quedará firme, puesto que lo autoriza en forma anticipada sin importar ni tomar en consideración las posibilidades de que en segunda instancia el lanzamiento inmediato sea revocado, o las posibilidades de que el demandado sea protegido constitucionalmente en contra del lanzamiento confirmado en la alzada. De otro aspecto, la regla permite ejecutar el lanzamiento antes de que el demandado ejerza su derecho a contradecir la orden de ejecución del lanzamiento inmediato; pero el orden constitucional, lógico y natural es que primero exista una sentencia condenatoria que ordene el lanzamiento, más no el lanzamiento inmediato. Segundo: Dejar que inicie y concluya el término para apelar la sentencia. Tercero: Que esté tramitada la apelación. Cuarto: Dejar que inicie y concluya el término para acudir en amparo directo. Quinto: Que esté tramitado el amparo directo. Sexto: Que la autoridad federal haya negado el amparo solicitado por el quejoso. Reunidos estos requisitos, la sentencia condenatoria queda firme, y ya es ejecutable, o sea, el arrendatario ya puede ser lanzado. 7.2.- Es ampliamente sabido que todas las reglas generales, en ellas, ese orden constitucional y las reglas generales de la ejecución de sentencia, admiten excepciones como sucede por ejemplo en el juicio ejecutivo civil que empieza con el embargo provisional de bienes y termina con la sentencia definitiva que declara subsistente o insubsitente el embargo, en cuya primera hipótesis, el remate de los bienes embargados se realiza hasta la etapa de ejecución de sentencia, y que el confeccionador de la norma incorporó el lanzamiento inmediato en la regla especial, cuyas interpretaciones literal y 36 teleológica desprenden que el legislador dotó de fuerza ejecutiva a la sentencia de fondo, no obstante su falta de firmeza y de ejecutoriedad. Es de esta forma que al incorporarla, nada dejó para la ejecución de sentencia, no hay materia para la ejecución de sentencia, pues resulta ilógico decir que en este momento procesal el diligenciario vuelva a lanzar al demandado y que al actor nuevamente lo ponga en posesión material y jurídica del inmueble arrendado; todo lo cual pone de relieve que el lanzamiento inmediato es un acto que veladamente concluye el juicio sin respetar la previa audiencia o el debido proceso del demandado para ser oído en apelación o en amparo. 7.3.- No debemos dejar de lado que en la sentencia definitiva, el juez ordena el lanzamiento inmediato; que el actuario primero notifica la sentencia al demandado y que acto seguido procede a lanzarlo. Pues bien, el análisis de esta mecánica de actuaciones judiciales, quita el maquillaje jurídico del lanzamiento y deja al descubierto la violación al debido proceso, cuenta habida que el demandado es lanzado sin previo aviso legal que le dé un plazo razonable para buscar y conseguir un techo en donde vivir o en donde instalar su negocio industrial, comercial o de la índole que sea, quedando con su familia sin un domicilio legal o convencional, al desamparo de la vía pública, de la inseguridad en que desgraciadamente vivimos en México, y evidentemente que en nuestro querido estado también. Por las razones hasta aquí expuestas y las que en infra líneas se expondrán, el lanzamiento inmediato como sanción al incumplimiento de una obligación, no tiene ninguna justificación lógico- legal ni constitucional, y es deber del juzgador, vigilar el respeto al debido proceso en la tramitación de los asuntos y asegurar la permanencia del aquí arrendatario en la finca citada, no solamente en el mundo de la ley, sino también en el mundo fáctico, es decir, que el lanzamiento inmediato podría obstaculizar o impedir la materialización de la sentencia absolutoria, la cual de nada serviría absolviendo al demandado. Apoyan estas consideraciones la jurisprudencia internacional: Esta Corte considera que el juez, como director del proceso, debe velar por que se cumplan a cabalidad las reglas del debido proceso de las partes y el incumplimiento de éste podría acarrear la aplicación de reglas de nulidad.” Caso Mejía contra Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de Julio de 2011. Serie C No 228. Párrafo 77. Como se puede notar, el lanzamiento inmediato trasciende al debido proceso, puesto que el primero, tiene lugar antes de que empiece a correr el termino para que el ejecutado pueda recurrir la ejecución mediante el recurso de apelación, y consecuentemente, si el resultado de la apelación favorece al recurrente absolviéndolo de las prestaciones reclamadas por el actor, enton- 37 ces el fallo de alzada que lo protege, no puede tener la efectividad requerida por el artículo 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, tal y como quedará considerado y fundamentado enseguida. Desde el rincón de la seguridad jurídica, en específico a la proporcionalidad de la medida definitiva, se establece que en los términos del artículo 2227 del Código Civil, el arrendamiento es un contrato por medio del cual una persona transmite el uso y goce temporal de una cosa, y la otra se obliga a pagar un precio por el uso y goce de la cosa. De aquí se sigue que ambos contratantes, uno como obligado y el otro como acreedor, se encuentran en el mismo rango contractual, puesto que al derecho de uno, le corresponde la obligación del otro, y a la inversa. Luego, si el arrendatario deja de pagar 2 dos o más pensiones rentísticas, da motivo para que el arrendador le demande la desocupación del bien arrendado. Entonces el juicio sigue las reglas previstas en los artículos 448 fracción III y 448 Bis fracción I, párrafo segundo, de la Ley Adjetiva Civil, Conforme al artículo 52 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, la autoridad judicial es la competente para conocer el conflicto. Por tanto, arrendador y arrendatario, en la trilogía procesal, se encuentran en un plano de igualdad por que tienen la calidad de partes en juicio, dada su calidad de actor y de demandado, y por ello, deben de recibir el mismo trato legal, Las reglas especiales ya quedaron divididas en provisionales y definitivas. Las provisionales son el requerimiento para que en el acto de la diligencia de emplazamiento, el diligenciario requiera al demandado por el pago de las pensiones rentísticas en que la actora funda su pretensión de desocupación, o bien, para que el demandado exhiba el contrato escrito de arrendamiento, y para la hipótesis de que no haga ni lo uno ni lo otro, se le prevenga para que dentro del término de 45 cuarenta y cinco días o 90 noventa días desocupe el bien arrendado, según corresponda, apercibido que de no desocuparlo será lanzado del mismo. La regla definitiva es el lanzamiento inmediato pues el juez, al pronunciar sentencia definitiva, verifica que el actuario haya hecho saber al demandado, requerimiento, prevención y apercibimientos citados; que se encuentren vencidos los 45 cuarenta y cinco o 90 noventa días, y que el arrendatario no haya desocupado el inmueble. Cumplidos estos requisitos, el juez debe ordenar el lanzamiento inmediato. Posteriormente, el actuario notifica la sentencia al demandado, e inmediatamente procede a lanzarlo. Siguiendo este camino legal, es fácil advertir que la causa de la pretensión, es la falta de pago de rentas o la exhibición del contrato celebrado en la forma legal; que la teleología del legislador, es la de sancionar al arren- 38 datario incumplido o la de sancionar la falta de contrato de arrendamiento celebrado en la forma legal, y la de asegurar el éxito de la ejecución de sentencia, primero con el requerimiento, prevención y apercibimiento, y luego con la notificación de la sentencia y en el instante seguido, con la ejecución del lanzamiento inmediato, para regresar al arrendador el inmueble materia del contrato. El que todo incumplimiento sea sancionado, nadie lo va a discutir, pues la norma pacta sunt servanda, nos dice que los contratos se hicieron para cumplir, y adoptando este principio el artículo 1782 del Código Civil, al perjudicado por el incumplimiento, da la facultad para que reclame la rescisión o el cumplimiento del contrato, y además, los artículos calificados de sospechosos con anterioridad, le permiten reclamar la desocupación con reglas especiales. Pero que la sanción sea proporcional, es el fondo a discutir. Para dilucidar el fondo, precisa preguntar: ¿En realidad es necesario lanzar inmediatamente para lograr el fin perseguido por el confeccionador de la Ley? En respuesta a la pregunta, se establece que conforme a los artículos 776, 2227, 2310 y 2311de la Ley Sustantiva Civil, las personas tienen el derecho para adquirir la propiedad de bienes como puede ser un inmueble. El propietario tiene el derecho a disponer del inmueble, ya sea ocupándolo o dándolo en arrendamiento o autorizando a otro para que lo dé en arrendamiento. Arrendado por sí mismo o por persona autorizada, el arrendador tiene derecho a disponer al pago de rentas y el arrendatario tiene la obligación de pagarlas; en tanto que el arrendador tiene la obligación de entregar la finca arrendada para que el arrendatario goce y disfrute de ella. En el evento de que el arrendatario deje de pagar rentas, no tiene razón de continuar el contrato, es decir, no puede concebirse un arrendamiento sin el pago de rentas, ya unilateralmente, por voluntad tácita del ocupante del bien, dicho contrato quedaría novado por uno de comodato, en el cual un contratante transmite al otro, la posesión derivada de un inmueble sin ningún precio a cambio; de aquí se desprende la necesidad de que el contrato sea cumplido o de que sea rescindido, y para que las cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la celebración del contrato, y antes del contrato, el arrendador tenía la posesión material del inmueble y el otro contratante no la tenía, por lo que ahora, el segundo debe entregarla al primero para que vuelva a disponer de ella, como puede ser ocupándola o rentándola a otra persona. Adicionalmente, la Ley permite el arrendador volver a poseer el inmueble por medio del lanzamiento inmediato en juicio, mismo que el juez ordena en la sentencia definitiva y el diligenciario notifica la sentencia al de- 39 mandado e inmediatamente procede a lanzarlo. Sin embargo, por los fundamentos y por las consideraciones vertidos en el apartado subtitulado “ Debido Proceso” no existe razón para lanzar de inmediato al demandado, aunque sí la existe para lanzarlo, pues el impago de rentas es la fuente de la obligación del arrendatario para devolver el bien raíz al arrendador y al no entregarlo, debe ser lanzado, pero el lanzamiento no puede ejecutarse antes de que la sentencia adquiera su firmeza legal o de que sea ejecutable, pues basta la condena a la desocupación y en ejecución de sentencia lanzar al demandado, de modo que lanzarlo inmediatamente es una medida excesiva, porque no está asegurando la ejecución de la sentencia, ya que más bien, está ejecutando la sentencia y no dejo nada para ejecutarla en su oportunidad. Por último, solo resta agregar que la proporcionalidad no tiene cabida ni lugar, no tiene nada que ver cuando el demandado que es ejecutado en primera instancia y después obtiene sentencia absolutoria en segunda instancia o en amparo, porque probó haber pagado o haber tenido motivo legal para no hacer el pago, por ello, es arbitraria la ley que ordena dicha medida que no tiene un mínimo de razón de ser, ya que ninguna correspondencia existe entre el pago y la justificación del pago, con el requerimiento, prevención, apercibimiento ni con el lanzamiento inmediato, pues este y las medidas provisionales previas al mismo, atentan contra la razón y contra la justicia, dado que la sentencia absolutoria en el juicio de desocupación, protege al demandado negando sea lanzado, y por razones obvias no tiene ejecución, e injusta es la ley que sin pensar en los recursos de legalidad y de constitucionalidad, ordena el lanzamiento inmediato anticipadamente. 8.- Recurso Efectivo. El artículo 17 de la Constitución Federal, dispone: “…Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirlas en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial…” En congruencia con la Carta Maga, los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, señalan: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones del orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.” y “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los tribunales o jueces competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales” 40 En este bloque de constitucionalidad, todas las personas tienen el derecho subjetivo de demandar al estado, la impartición de justicia cuando un arbitrario ha violado sus derechos. A su vez, el estado, tiene la obligación de establecer tribunales competentes para resolver los conflictos que aquejan a los particulares. Los tribunales judiciales, entre otros, son los órganos del estado facultados para impartir justicia mediante un juicio en donde se les deben respetar todos los requisitos necesarios para hacer valer sus derechos, y así los tribunales dicten sentencia de fondo, ya sea condenando o absolviendo, esto es, que los justiciables deben ser oídos y vencidos en juicio. La sentencia que recaiga en juicio, puede ser recurrida por la parte interesada, a efecto de que otra autoridad de mayor jerarquía, se avoque al conocimiento de la causa y dicte una nueva sentencia, y en su caso, la proteja contra las violaciones a sus derechos fundamentales. Para el los fines del profesado control, el estado mejica, por medio del poder legislativo en nuestra localidad, está obligado a proveer los recursos legales para que el justiciable pueda combatir las resoluciones jurisdiccionales dictadas en primera instancia. La Ley local pone los recursos judiciales a disposición del justiciable los recursos judiciales a fin de que las resoluciones de las autoridades jurisdiccionales sean revisadas y luego, confirmadas, revocadas o modificadas. El justiciable tiene la potestad de usar o de no usar su derecho a recurrir, como a sus intereses mejor convenga. En nuestro orden legal, el recurso de apelación procedente contra la sentencia definitiva que en su caso decreta el lanzamiento inmediato, está previsto en los artículos 454 y 455 de la Ley Procesal Civil, que dicen; 454.- La sentencia dispondrá siempre, cuando se declare procedente el lanzamiento y no se hubiere verificado la desocupación, que ésta se lleve a efecto una vez vencidos los términos señalados en el artículo 448 Bis, los que en ningún caso serán renunciables. Si ya estuvieren vencidos se procederá sin más trámite a ejecutar la sentencia, y sin que sea necesario el otorgamiento de fianza cuando se hubiere admitido apelación. 455.-La sentencia que decreta el lanzamiento será apelable en el efecto devolutivo, la que lo niegue será apelable en ambos efectos. Hasta aquí, solamente tenemos la existencia formal del recurso proveído por el legislador para que el justiciable haga uso de este medio legal y combata la sentencia que decretó el lanzamiento inmediato en su contra. Empero la Convención exige además, que los recursos como es el de apelación, tengan entre otras, 2 dos cualidades que son: Accesible y efectiva, para que la personas víctimas de violaciones a sus derechos humanos, sean restituidas en pleno uso y goce en que lo venían disfrutando 41 antes de ocurrida la violación. Tal es el sentir del criterio jurisprudencial que a continuación se transcribe: Tesis: I.4o.A. J/103 Semanario (9a.) Judicial de la Federación y su Gaceta Décima Época 159900 1 de 1 CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA Libro XV, Diciembre de 2012, ADMINISTRATIVA Tomo 2 DEL Pag. 1053 Jurisprudencia(Constitucional) PRIMER CIRCUITO [J]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 2; Pág. 1053 ACCESO A LA JUSTICIA. LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES DEBEN EVITAR, EN TODO MOMENTO, PRÁCTICAS QUE TIENDAN A DENEGAR O LIMITAR ESE DERECHO. A fin de satisfacer efectivamente el derecho fundamental de acceso a la justicia, debe acudirse al artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el cual prescribe la obligación por parte del Estado, de conceder a toda persona bajo su jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de derechos, los cuales pueden estar reconocidos tanto en la legislación interna, como en la propia convención. Asimismo, en la interpretación que se ha hecho de este numeral por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha sido criterio sostenido que, para la satisfacción de dicha prerrogativa, no basta con la existencia formal de un recurso, sino que éste debe ser efectivo; es decir, capaz de producir resultados o respuestas y tener plena eficacia restitutoria ante la violación de derechos alegada; en otras palabras, la obligación a cargo del Estado no se agota con la existencia legal de un recurso, pues éste debe ser idóneo para impugnar la violación y brindar la posibilidad real, no ilusoria, de interponer un recurso sencillo y rápido que permita alcanzar, en su caso, la protección judicial requerida. En estas condiciones, la existencia de esta garantía constituye uno de los pilares básicos, no sólo de la Convención Americana citada, sino de todo Estado de derecho. Por tanto, los órganos jurisdiccionales deben evitar, en todo momento, prácticas que tiendan a denegar o limitar el referido derecho de acceso a la justicia. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 505/2009. Rosalinda González Hernández. 21 de enero de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola Pérez. Secretario: Víctor Octavio Luna Escobedo. Amparo directo 315/2010. Comercializadora de Productos Institucionales, S.A. de C.V. 7 de octubre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Antonio Nazar Sevilla. Secretaria: Indira Martínez Fernández. Amparo directo 386/2011. Hilario Gamero Herrera. 25 de agosto de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio GonzálezLoyola Pérez. Secretaria: Dulce María Nieto Roa. Amparo en revisión (improcedencia) 331/2011. Josefina Peralta Albavera. 29 de septiembre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Alma Flores Rodríguez. AMPARO DIRECTO 391/2012. José Alberto Montoya Gutiérrez. 23 de agosto de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Antonio Nazar Sevilla. Secretaria: Angela Alvarado Morales. Nota: Por instrucciones del Tribunal Colegiado de Circuito, esta 42 tesis se publicó nuevamente con la clave o número de identificación correcto, para quedar como aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XVI, Tomo 3, enero de 2013, página 1695, de rubro: "ACCESO A LA JUSTICIA. LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES DEBEN EVITAR, EN TODO MOMENTO, PRÁCTICAS QUE TIENDAN A DENEGAR O LIMITAR ESE DERECHO." 8.1 Accesible. En relación con este tópico, un recurso es accesible cuando permite al inconforme interponerlo en plenas condiciones de certeza y de seguridad jurídica, lo cual quiere decir que las leyes internas le permitan acceder al recurso sin ningún inconveniente, dificultad, estorbo, tropiezo ni atadura. La Corte Interamericana De Derechos Humanos, se pronunció en el sentido de que:” …los estados regulen los recursos judiciales de forma tal que las personas tengan certeza y seguridad jurídica de sus condiciones de acceso. Caso Castañeda Gutman contra México. Sentencia de 6 de Agosto de 2008. Excepciones Preliminares. Fondo. Reparaciones y Costas. Párrafo 118. se ha pronunciado en el sentido de que los estados deben reglar los recursos en forma tal para que las personas tengan certeza y seguridad jurídica de sus condiciones. En el caso a estudio, es preciso tener presentes las siguientes cuestiones: En el juicio de desocupación a tramitar con reglas especiales, el juez, al radicar la demanda, ordena requerir al demandado para que en el acto de la diligencia de emplazamiento, demuestre con los recibos correspondientes, estar al corriente en el pago de las rentas en que su contraparte apoya la demanda, o bien, para que exhiba el contrato de arrendamiento, y que sea prevenido que para el caso de no hacerlo, desocupe la finca arrendada dentro de 45 cuarenta y cinco o dentro de 90 noventa días, según corresponda, apercibido de ser lanzado a su costa. Dijimos que esta medida tiene la calidad de provisional por que en la sentencia de fondo, atento al resultado de la Litis, el juez la declarará subsistente o insubsistente, en cuyo caso adquiere la calidad de definitiva y por ello, es ejecutable si para la fecha de la sentencia ya están transcurridos los términos de ley; que en cumplimiento a dicha decisión, el diligenciario primero notifica la sentencia al demandado, e inmediatamente después, procede a lanzarlo; que contra la sentencia el lanzado puede ejercer su derecho de apelación dentro de los 5 cinco días siguientes al lanzamiento. La comparación de esta radiografía legal con el ser y con la interpretación funcional de su normatividad, nos enseñan que el arrendatario primero será vencido y luego será escuchado en la alzada, lo cual quiere decir que interpone la apelación con el estorbo, o el tropiezo o el inconveniente de encontrarse lanzado, fuera del inmueble arrendado, con sus enseres en la vía pública, sin domicilio legal o convencional, atributo 43 inherente a las personas físicas y morales, según lo dicen los artículos 23, 24,25, 26 párrafo segundo y 27 del Código Civil, es decir, que si primero es lanzado y luego le empieza a correr el término de 5 cinco días para inconformarse con la sentencia definitiva, entonces el término para apelar le arranca desde la calle, al desamparo de un techo en donde vivir, dormir, alimentarse, y en general, en donde realizar su proyecto de vida, y en consecuencia, su derrota sin plena audiencia, le genera una afectación anímica y moral que muy probablemente lo conduzcan a tomar la decisión de no agotar el recurso de apelación. Ante tal drama procesal, el demandado, como cualquiera otra persona, queda colocado en un estado de incertidumbre o en el dilema de apelar o no apelar el fallo de primera instancia. Claro, si fui lanzado, indudablemente que dentro de 5 cinco días de que dispongo para apelar, en un lugar estoy viviendo como arrimado o como arrendatario, y entonces lo más probable es que no interponga el recurso porque no estaría interesado en la restitución de la vivienda, pues mi necesidad de un cobijo la tengo satisfecha de alguna manera, y entonces, lo más probable es que no voy a ejercer mi derecho a recurrir, tal y como acontece en la realidad, en la praxis judicial, encargadas de mostrarnos que en la gran mayoría de las veces, por temor, por dudas jurídicas o por la imposibilidad de predecir el resultado del juicio, el demandado, antes de que el juez dicte sentencia definitiva en primera instancia, opta por deshabitar el bien dado en arrendamiento, y consecuentemente, no puede acceder a la apelación ni después al amparo indirecto. Ahora, si decide ejercer su derecho a impugnar la sentencia, sin lugar a dudas, lo ejerce lanzado y con todas las consecuencias producidas por el lanzamiento inmediato, esas consecuencias detalladas anteriormente, mismas que ponen de relieve 2 dos visos importantes: Accede al recurso en mi calidad de vencido sin ser oído previamente, y mi estado de incertidumbre, ambos incompatibles con las cualidades de certeza y seguridad jurídica de que deben estar dotados todos los recursos. Es así que el recurso de apelación contra la sentencia definitiva es una ilusión que se ve reducido a letra muerta, a mera existencia formal, con mínima o casi nula probabilidad de acceso. En resumen: El recurso de apelación contemplado en los artículos 454 y 455 de la Ley Adjetiva, es una promesa abstracta del legislador, que en la realidad resulta una ilusión. En términos del deber ser, otro es el contexto que resulta acorde con la realidad, con el recurso y con el sentido común, cuando el juez dicta sentencia, el actuario notifica la sentencia al arrendatario, empieza a correr y vence el término para apelar, se tramitan la apelación y en su caso, el ampa- 44 ro directo y es firme la sentencia. De ser condenatoria, se procede a lanzar al arrendatario, quien no tendrá argumento alguno para alegar violaciones a la accesibilidad a los recursos, dado que primero fue oído y luego vencido; el término para apelar la sentencia, le empezó a transcurrir y le venció sin ser lanzado, aún en posesión de la finca, sin afectaciones anímicas ni morales; estuvo en aptitud de escoger entre usar o no usar su derecho para apelar la sentencia definitiva; se cerraron las posibilidades de que el arrendador tomara posesión del bien raíz en cualquier manera; la ley le dio certeza y seguridad jurídicas para la interposición del recurso; de todo lo cual 2 dos cosas son de resaltar: Una, el demandado nunca fue lanzado en ninguna etapa de ningún procedimiento, ya el inicial, el intermedio o el terminal, y otra, que el lanzamiento no atenta contra la certeza ni la seguridad jurídicas del recurso, sino que más bien, es la consecuencia necesaria, lógica y jurídica de la sentencia firme. En consonancia con el deber ser, los legisladores en la elaboración de la norma y los jueces al aplicarla, no deben poner trabas, obstáculos, impedimentos, etcétera, al justiciable para acceder a la justicia; por el contrario, deben evitar en todo momento, las prácticas legislativas y judiciales que tiendan a limitar o que limiten el derecho de acceso a la justicia, como en puede ser el acceso a un recurso efectivo. Dichas prácticas son una ilusión o una simple promesa legal, que no son las esperadas por el usuario de la justicia, y esa promesa es letra muerta; es una palabra que fácilmente se la lleva el viento. Sustenta estas consideraciones, la jurisprudencia invocada con anterioridad y la siguiente y añeja tesis que dice: Quinta época. Instancia Tercera Sala Fuente Apéndice a Tomo XCVII tesis 629 Pág. 1135 numero de registro 395414 Jurisprudencia. LANZAMIENTO, PROCEDENCIA DEL AMPARO CONTRA EL. No siempre puede restituirse al inquilino en el goce de la cosa arrendada, pues resultaría inicuo y antijurídico, cometer una violación a tercera persona, en el caso de que la finca hubiera sido arrendada a esta, de donde se deduce que el lanzamiento causa en realidad un agravio irreparable en la sentencia definitiva, y es reclamable desde luego en amparo. Quinta época Tomo XLII Pág. 870. Amparo Civil. Revisión del auto de desecho la demanda 3375- 343 1 a.Sec. Méndez Francisco. 22 de septiembre de 1934. Mayoría de tres votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Disidente: Joaquín Ortega. Tomo XLIII Pág. 94. Amparo Civil en Revisión 1773-33, 3 a. Sec. Garibay Ignacio. 16 de enero de 1935. cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Tomo XLV, Pág. 3727. Amparo Civil Revisión del auto de sobreseimiento 2993-35, 1 a. Sec. Brachetti José. 27 de agosto de 1935. unanimidad de cuatro votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Tomo XLVI, Pág. 299. Amparo Civil. Revisión del auto de suspensión 3719-35, 1 a. Sec. Chútale Donaciano. 4 de octubre de 1935. Unanimidad de cuatro votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Tomo XLVI, PAG. 6063. Amparo Civil en Revisión 3017-35, 1 a. Sec. 45 Olvera de Becerra Isidoro. 12 de diciembre de 1935. unanimidad de cuatro votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. 8.2.- Efectiva. A todo recurso corresponde una sentencia mediante la cual un tribunal competente dirá si existieron o no existieron violaciones a los derechos humanos de la persona. Cuando el recurso es fundado, recae una sentencia que protege al inconforme y ordena sea restituido en el pleno goce de sus derechos humanos vulnerados. Protección y restitución no bastan por sí solas para alcanzar la eficacia requerida por la Convención, también es necesario que tengan la capacidad de producir los resultados para los cuales fue instituido el recurso. Cuando la ley y su aplicación, producen la plena eficacia restitutiva, la tutela judicial efectivamente cumplió su cometido. A este respecto, cobra aplicación el Caso Castañeda Gutman contra México. Sentencia de 6 de Agosto de 2008. Excepciones Preliminares. Fondo. Reparaciones y Costas. Párrafo 118. En la especie, debemos tener en mente 5 cinco puntos a considerar: Primero, que desde los puntos de vista dogmático, legal y pragmático, el juez, en estricto apego a la interpretación y aplicación de la ley, decreta el lanzamiento inmediato en la sentencia definitiva. Segundo, que el arrendatario, ya lanzado, interpone el recurso de apelación en contra de la sentencia definitiva que decretó el lanzamiento inmediato en su contra. Tercero, que la sentencia dictada por la autoridad de segunda instancia, al resolver el recurso de apelación puede revocar la sentencia de primera instancia. Cuarto, que de no obtener el arrendatario en la alzada, la autoridad federal puede conceder de fondo el amparo que le pidió el ejecutado en contra de la sentencia de apelación. Sea que la sentencia de segunda instancia revoque la de primera o que la sentencia de amparo proteja de fondo al arrendatario contra la sentencia de segunda, el apelante o quejoso, debe ser restituido en el pleno uso y goce de sus derechos humanos violados. Quinto, que en nuestro sistema legal potosino, existen 2 dos sistemas de ejecución de sentencias, son el genera y el especial, así como que conforme a uno, la sentencia se ejecuta hasta que adquiere su firmeza y que conforme al otro, se dicta una medida provisional que luego adquiere la calidad de definitiva, en donde encuadra el lanzamiento. Dicho de otra forma, el actor probó los elementos constitutivos de su pretensión; mientras que el fallo pronunciado en la instancia inicial, ordenó el lanzamiento inmediato en contra del demandado y diligenciario procedió a ejecutarla; en tanto que la revocación del fallo apelado o la protección de la Justicia Federal, suponen la no demostración de los elementos de la desocupación pretendida por el actor, la demostración de las excepciones opuestas por el demandado, o bien, la aplicación oficiosa de derechos hu- 46 manos. Tanto la revocación de la sentencia como el amparo y su cumplimentación, tienen el efecto de retrotraer las cosas al estado en que se encontraban antes de la violación. Ahora pregunto: ¿Cuál fue la violación? Ahora respondo: Entre otras, fue el lanzamiento inmediato. Continúo preguntando: ¿Cómo estaban las cosas antes de la violación? Continúo respondiendo: Antes de la violación, el arrendatario tenía la posesión del inmueble arrendado. Entonces formulo la última pregunta: ¿Cómo debe la autoridad restituir al arrendatario en el uso y goce de sus derechos humanos violados? Última respuesta: La debe restituir poniéndolo en posesión de la finca dada en arrendamiento, y justamente aquí es donde se aloja la inefectividad del recurso de apelación promovido contra el lanzamiento inmediato. Me explico: a) En segunda instancia la violación al debido proceso resulta irreversible porque aun cuando el fallo de segunda instancia revoque el de primera instancia, y por tanto, ordene la restitución del inmueble al demandado, de todos modos, antes de dicha orden, el arrendatario ya estaba lanzado, y todo el tiempo que transcurrió desde el lanzamiento hasta la cumplimentación de esa orden, quedó en el limbo jurídico, ya que la restitución no tiene el alcance de borrar el tiempo transcurrido y retrotraerlo para que el demandado entre en posesión desde el día en que fue lanzado. Esto significa que el arrendatario toma la posesión del bien a partir de la fecha y hora en que el diligenciario le hizo la entrega material y jurídica del bien, pero es imposibe que el diligenciario le entregue el bien, desde la fecha en que fue lanzado inmediatamente, o lo que es igual: El demandado recibe la posesión a partir de la fecha y hora le es entregada en adelante, para el tiempo subsecuente; pero jamás la recibirá hacia atrás, regresivamente hasta llegar a la fecha y hora en que fue lanzado inmediatamente, lo cual se traduce en que la pérdida del domicilio convencional jamás se puede reparar y también es irreversible. Además, cuando el actor, a consecuencia del lanzamiento inmediato, recibe el inmueble materia del arrendamiento y dispone de él dándole un modelo distinto al que tenía en el momento de la celebración del contrato de arrendamiento y antes de que lo recibiera como consecuencia del lanzamiento inmediato; de modo que el demandado puede tomar posesión del bien, pero la remodelación de este, no le permite usarlo ni disfrutarlo para habitación, negocio, etcétera, según el contrato; pero resulta peor cuando el actor demuele el inmueble, de modo que hace imposible su ocupación para el objeto de arrendamiento. La realidad se ha encargado de darnos muchas lecciones que hemos recibido en la casuística judicial. 47 b) Situación semejante ocurre en amparo, debido a las siguientes razones: La violación al debido proceso resulta irreversible porque aun cuando en ejecución de la sentencia de amparo, la responsable dicte otra en la que restituya al demandado pero lo condene al a la desocupación prescindiendo de lanzarlo inmediatamente y le permita apelarla en plenas condiciones de accesibilidad, de todos modos, antes de la cumplimentación ya lo había lanzado, y todo el tiempo que transcurrió desde el lanzamiento hasta la cumplimentación del amparo, quedó en el limbo jurídico por que la restitución no tiene el alcance de borrar el tiempo transcurrido y retrotraerlo para que el demandado entre en posesión desde el día en que fue lanzado. Esto significa que el arrendatario toma la posesión del bien a partir de la fecha y hora en que el diligenciario le hizo la entrega material y jurídica del bien, pero es imposibe que el diligenciario le entregue dicho bien, desde la facha en que fue lanzado inmediatamente, o lo que es igual: El demandado recibe la posesión a partir de la fecha y hora le es entregada en adelante, para el tiempo subsecuente; pero jamás la recibirá hacia atrás, regresivamente hasta llegar a la fecha y hora en que fue lanzado inmediatamente, lo cual se traduce en que la pérdida del domicilio convencional jamás se puede reparar y también es irreversible. Además, cuando el actor, a consecuencia del lanzamiento inmediato, recibe el inmueble materia del arrendamiento y dispone de él dándole un modelo distinto al que tenía en el momento de la celebración del contrato de arrendamiento y antes de que lo recibiera como consecuencia del lanzamiento inmediato; de modo que el demandado puede tomar posesión del bien, pero la remodelación de este, no le permite usarlo ni disfrutarlo para habitación, negocio, etcétera, según el contrato; pero resulta peor cuando el actor demuele el inmueble, de modo que hace imposible su ocupación para el objeto de arrendamiento. La realidad se ha encargado de darnos muchas lecciones que hemos recibido en la casuística judicial. c) Ahora, la micromecánica de las cosas, es que inicialmente, el arrendador entra en la posesión derivada del inmueble, virtud a la celebración del contrato de arrendamiento; que en primera instancia, el arrendatario litigó para mantener la posesión derivada; que luego es lanzado inmediatamente, y que después, en la alzada es restituido en la posesión derivada. El análisis de la micromecánica deja ver que primero el arrendador le da la posesión; acto seguido se la quitan legalmente y acto final, legalmente se la vuelvan a dar. No se trata de estar viviendo un tiempo aquí, otro tiempo acá, y luego regresa al primer lugar donde viví. Entrar y salir no tiene ninguna utilidad práctica ni legal, por el contrario, es un efecto del recurso con doble 48 violación a los derechos humanos de las personas y una violación a la Observación General Número 4 del Comité De Derechos Sociales, Económicos y Culturales, pues por un lado, ofende a la dignidad del arrendador, y por otro lado, lesiona a la paz con que debe vivir. Y como el arrendatario al entrar en la posesión se obligó a pagar rentas al arrendador, y después de lanzado se vio en la ineludible necesidad de adquirir otro lugar donde vivir, muy probable es que haya celebrado un nuevo contrato de arrendamiento con persona distinta a la del actor; de tal suerte que al ser restituido, cuenta con 2 dos contratos, y ahora tendrá que pagar 2 dos rentas derivadas de sendos contratos, y ninguno de ellos puede rescindir ni terminar unilateralmente. En términos teleológicos, de lo que se trata es que si el arrendatario ha de ser lanzado, que lo sea cuando la sentencia condenatoria quede firme y en ejecución se sentencia y no inmediatamente después de que se le notifique la sentencia de primer grado, porque todavía no tiene la firmeza requerida para ser ejecutable. Si la sentencia de primer grado, se ejecuta sin ser estar elevada a la calidad de firme, al comparar la ejecución con la realidad, nos llevará a todas las conclusiones antes anotadas. En síntesis: El demandado litigó para conservar la posesión derivada del inmueble, y no para que lo lanzaran y luego lo restituyeran. Este no es el resultado lógico ni practico ni efectivo del recurso de apelación ni tampoco lo que todo justiciable espera de su defensa, por ello, no existe eficacia ni eficiencia en el recurso, no es buena la respuesta que la ley da al recurrente, ya que unas veces, la restitución tiene lugar con tropiezos prácticos, y otras, resulta imposible. 9.- Inaplicación de las normas secundarias. Ante la incompatibilidad de las categorías sospechosas con las normas supremas y con el fin de prevenir violaciones a los derechos humanos de vivienda, igualdad, debido proceso, seguridad jurídica y recurso efectivo, y con el propósito de dar curso constitucional al procedimiento, este juzgado decide proteger al demandado inaplicando los artículos 448 Bis fracción I Párrafo segundo, tercero y cuarto; 453, 454 y 457 del Código de Procedimientos Civiles a efecto de que no sea lanzado inmediatamente y de que sea lanzado en ejecución de sentencia. Por lo anteriormente expuesto y fundado se resuelve: 49