CASO AGUA RICA TESTIMONIOS Declaración testimonial En la Ciudad de Andalgalá, Dpto. del mismo nombre, Provincia de Catamarca, R.A. a los Diecisiete días del mes de Septiembre del año Dos Mil Once y atento a lo ordenado en estos autos, la Fiscalía General de la Ciudad Andalgalá a cargo de la Sra. Patricia Álvarez de Figueroa como parte del Tribunal Ético de la Primera Circunscripción Judicial de la Provincia de Tucumán se constituye en el domicilio del Sr. Lino Gómez, quien previamente fuera notificado a los fines de recepcionarle declaración testimonial en la presente causa. Enterado del objeto del acto y de las penalidades del FALSO TESTIMONIO que le fueron leídas, se le informa que declarará bajo Juramento de Ley, por lo que cumplimentado las reglas del presente proceso, y preguntado de todo cuanto supiere y le fuere preguntado, a lo que oído el compareciente, dice: que jura decir la verdad y solo la verdad.A continuación es preguntado por sus nombres, apellido y demás circunstancias personales a lo que dijo llamarse: LINO GOMEZ, de nacionalidad Argentino, de estado civil casado, de 86 años de edad, de profesión, con instrucción, D.N.I. Nº 3.452.638, domiciliado en Av. Argentina N° 47 Andalgalá Provincia de Catamarca.- Seguidamente es preguntado para que diga si conoce el hecho que se investiga, como así también las partes que se le nombran y si con respecto a las mismas le comprenden las Generales de la Ley que le fueron explicadas, respondiendo dice: que conoce el hecho investigado de la forma en que lo dirá, que conoce a las partes sólo de vista y que no le comprenden las generales de la ley. Acto seguido la Sra. Fiscal procede a formular preguntas en relación al hecho investigado a lo que el testigo RESPONDE: “Que desde el año 1997 en que comienza la actividad minera, hemos visto que sólo nos han saqueado y se van, aparte de la contaminación, como ser el problema que tenemos del agua, que hoy lo digo que será el motivo de la tercera guerra mundial, y nosotros también sabemos que tendrán problemas los hermanos de Santa María, porque si no hay agua no hay vida, y ellos tienen el placer de destruir, saquear, y dejar a los pueblos desiertos, porque donde ellos ponen la mano, no queda nada, solo desierto, como lo estamos viendo en el planeta entero, y a ellos nada les importa de un pueblo.- Nosotros somos diecinueve mil habitantes, y ellos nos quieren borrar de un plumazo, y eso es lo que no vamos a permitir, esto no puede ser, ellos quieren que nos peleemos entre todos nosotros, porque los grandes que viven en Catamarca hacen lo que quieren, compran jueces, compran intendentes, compran policías, todo compran, esto no se puede aceptar. También quiero decir que el día 15 de Febrero de 2010 cuando nos mandaron a castigar desde el gobierno, yo fui a defender a mi pueblo, y me uní a todos los vecinos que nos juntamos para que no pasara la minera, estamos hablando ahora de Agua Rica, porque lamentablemente hemos tenido hijos como los hermanos Rojano y otros que nada les ha importado de todos nosotros y han vendido al pueblo por unos pesos.- Yo me pregunto una cosa, porqué estos poderosos no trabajan como se hacía antes, es decir en pequeñas cantidades y por túneles, pero ahora no, vienen y dinamitan la montaña de un soplido. Yo he trabajado en Minas Capillitas en el año 1946 para Fabricaciones Militares y vi que se podía hacer minería sin hacer daño al ambiente ni a la humanidad. Quiero decir también que ese día, como dije antes el 15 de Febrero de 2010, y con mis años tuve que soportar pedradas en esa lucha, ya que ellos no respetaban nada, criaturas, mujeres y a todos, como si fuéramos los peores delincuentes, cuando el pueblo sólo fue a defenderse. Actualmente han hecho policía propia, siguen maltratando a los vecinos. Cuando yo vi que le pegaban a todo el mundo, sentía una gran injusticia, sentía que nos asaltaban, pero no tuve miedo, como tampoco tuvo miedo la gente que estaba ahí. Por lo tanto soy orgulloso de mi pueblo, voy a cumplir 87 años, estoy enfermo y espero un cambio, si nosotros éramos un pueblo que hacía vinos, y siempre vivimos de lo nuestro, soy orgulloso de mi pueblo, no de vicio mi Andalgalá ha cumplido 353 años, para que vengan individuos mafiosas de afuera y lo quieran hacer desaparecer. Nosotros fuimos los primeros en ponernos en frente de la máquina de los Rojano y no permitimos que pase, y de ahí los mineros vendedores de aquí se nos burlaban y con la ayuda de la policía pudieron pasar, pero todo fue en medio de una batalla del gobierno contra el pueblo y nosotros estábamos indefensos”.- A preguntas de la Sra. Fiscal si desea agregar, quitar, enmendar o aclarar algo a lo ya declarado dice: el deseo mío es que estos mineros abandonen nuestro Departamento porque lo único que hicieron es hacer daño, por último quiero denunciar a los vendedores del pueblo, empezando por el Gobernador de la Provincia Eduardo Brizuela del Moral, el Intendente José Peréa, el Juez Rodolfo Cecenarro, y la gente que se hizo rica vendiéndonos como si fuéramos un trasto viejo, cuál será la suma no lo sé, cada uno de ellos sabrá lo que ha recibido.- No siendo para más se da por finalizado el presente acto previa e integra lectura que se le diera de la presente, habiéndole hecho saber el derecho que le asiste de leerla personalmente, presta conformidad para el acto y firma para constancia, después de la Sra. Fiscal todo por ante mi que doy .Declaración testimonial En la Ciudad de Andalgalá, Dpto. del mismo nombre, Provincia de Catamarca, R.A. a los Diecisiete días del mes de Septiembre del año Dos Mil Once y atento a lo ordenado en estos autos, la Fiscalía General de la Ciudad Andalgalá a cargo de la Sra. Patricia Álvarez de Figueroa como parte del Tribunal Ético de la Primera Circunscripción Judicial de la Provincia de Tucumán se constituye en el domicilio de la Sra. Aída Amalia Figueroa, quien previamente fuera notificada a los fines de recepcionarle declaración testimonial en la presente causa. Enterada del objeto del acto y de las penalidades del FALSO TESTIMONIO que le fueron leídas, se le informa que declarará bajo Juramento de Ley, por lo que cumplimentado las reglas del presente proceso, y preguntado de todo cuanto supiere y le fuere preguntado, a lo que oído el compareciente, dice: que jura decir la verdad y solo la verdad.- A continuación es preguntado por sus nombres, apellido y demás circunstancias personales a lo que dijo llamarse: AIDA AMALIA FIGUEROA, de nacionalidad Argentina, de estado civil casado, de 77 años de edad, de profesión jubilada docente, D.N.I. Nº 0.962.142, domiciliada en Av. Sarmiento s/n Julumao de la Ciudad de Andalgalá Provincia de Catamarca.- Seguidamente es preguntada para que diga si conoce el hecho que se investiga, como así también las partes que se le nombran y si con respecto a las mismas le comprenden las Generales de la Ley que le fueron explicadas, respondiendo dice: que conoce el hecho investigado de la forma en que lo dirá, que conoce a las partes y que no le comprenden las generales de la ley. Acto seguido la Sra. Fiscal procede a formular preguntas en relación al hecho investigado a lo que la testigo RESPONDE: “Que desde que empezaron a venir grandes camiones, con grandes maquinarias y fue aproximadamente en 1995 con Minera Alumbrera, yo ya en ese entonces comencé a sentir miedo, porque era un gran movimiento, acostumbrada a ver solamente el paso de pequeños vehículos y algún colectivo por frente de mi casa, el paso de tantos camiones y las vibraciones me destruyeron el techo de la casa y se hundió el jardín, pero aparte de todo eso ya sentía otros miedos que tenían que ver con lo que se comenzaba a escuchar, y era el gran pozo que nos iban a dejar en el cerro, y el daño en el ambiente, ya estábamos alertándonos por el agua, especialmente los ríos el Candao de una agua cristalina, hermosa y rica y del río Minas que es el que trae agua rojiza y los mismos se juntan y bajan a regar el valle. Que el comentario de todo el mundo de aumento de cáncer yo lo estoy viendo y viviendo porque cuando voy a la ciudad de Catamarca a tratarme, ya que hace como tres años me operaron de un pecho y sigo tratándome de esa enfermedad y veo desfilar a múltiple gente del noroeste con esta enfermedad y con problemas urinarios que se tuvieron que instalar en la ciudad, para poder hacerse la hemodiálisis, o sea que se tuvieron que ir a vivir en la ciudad, porque acá ni eso tenemos. Si fuera sola la que padece esta enfermedad, pensaría que se trata de mi organismo, pero al ver tanta cantidad de gente y aún a niños con esta enfermedad, es decir el cáncer, para mí queda claro que no es casual, es algo que nos produce esta enfermedad, yo lo relaciono con esta actividad minera, porque yo me pongo a pensar en las noches y a contar calle por calle los casos de cáncer u otras enfermedades de nuestros vecinos, saco en conclusión que no es casualidad, ni por herencia como nos decían antes cuando ocurría algún caso, porque en ese entonces ni siquiera conocíamos la palabra genética, ahora nos damos cuenta que el aumento de estas enfermedades viene de la minera y pienso que son originadas por el agua, porque yo que he nacido y me he criado en fincas, veo el deterioro en las plantas, ya no tienen la vida que tenían antes, porque ahora las plantas están como permanentemente muertas, caídas, tristes, y así también estamos la gente pensante, en el daño que nos vinieron a hacer, esto no hubiera pasado si no hubieran venido estas mineras. También quiero decir que no sólo la explotación contamina, sino que el agua se contamina también por la exploración que ellos hacen porque tiran bombas, porque yo de noche cuando me pongo a ver el cerro veo las luces y me doy cuenta que están haciendo los pozos, y yo me pregunto qué hacen ahí, me estoy refiriendo a Agua Rica que ahora la ha comprado Alumbrera. Y yo les digo que si vienen a hacer pozos, pongo mi propio pecho ya deteriorado por el cáncer que me acaben de agujerear, con las balas de nuestros propios compatriotas vendidos a los extranjeros para defender mi cerro al que yo le escribo todos los días y hasta tengo poemas sobre él, si Dios me diera otra vida, volvería a ser docente para poder enseñar a amar y defender a nuestra tierra, a nuestros hijos. Porque la tierra es un regalo que nos dio Dios para vivir tranquilamente con las frutas que nos da el Señor, sin guerras, criarnos entre los animales, plantas de naranjos, llenas de flores, pero ahora estoy más o menos que mutilada, y yo le pregunto a las madres de hoy y de mañana con qué le van a dar de mamar a sus hijos, y qué van a hacer con nuestros hombres que se están enfermando de los testículos y ya no pueden tener hijos, ya no podrán, y esto no es casualidad, esto es como dije obra del hombre que no ama, que sólo ama el dinero, que es obra del demonio y nada más, eso es lo que nos está pasando en nuestros pueblos, porque cuando estoy en los consultorios en la ciudad de Catamarca, veo a la gente de Santa María, Belén y Tinogasta que tienen los mismos problemas que yo”.- A preguntas de la Sra. Fiscal si desea agregar, quitar, enmendar o aclarar algo a lo ya declarado dice: los que nos podrían ayudar son los gobernantes, pero ellos son los que están en contra de todos los pueblos cordilleranos. Lo que tenemos que hacer es no dejar entrar a estos mineros y continuar con la agricultura y no dejarse deslumbrar por el dinero para comprar la moto, que a su vez es también lo que los mata a nuestros jovencitos.- No siendo para más se da por finalizado el presente acto previa e integra lectura que se le diera de la presente, habiéndole hecho saber el derecho que le asiste de leerla personalmente, presta conformidad para el acto y firma la testigo para constancia, después de la Sra. Fiscal todo por ante mi que doy.TESTIMONIOS PRESENCIALES Martín Musarra, Asamblea de El Algarrobo, Andalgalá En Andalgalá quisieron hacer un encuentro de proveedores, de empresarios mineros, en un polideportivo municipal, al cual como ciudadanos y miembros de esa comunidad deberíamos haber tenido acceso. Nos manifestamos como lo venimos haciendo en esta lucha, que nos está llevando a la búsqueda de dignidad y de encontrar la modalidad que como comunidad nos corresponde. Caminamos 4 km al rayo del sol, manifestándonos en contra de esta situación. Cien metros antes del polideportivo, nos encontramos con un cordón policial que nos impedía el tránsito libre por nuestra ciudad. He aprendido que estas empresas acusan a hermanos míos por la misma situación: entorpecimiento de la vía pública. Me han enseñado a utilizar esos términos. La policía no nos dejó acceder al polideportivo municipal y generó una gran violencia en la gente. Empecé a entender que aquí había otro plan que era enfrentar a los pobladores, porque la policía de Catamarca llegó a Andalgalá para hacer un operativo y el cordón que nos detuvo no era de la policía, que estaba caminando por adentro del polideportivo; los que nos estaban deteniendo eran nuestros propios hermanos de Andalgalá, y se generaron roces y susceptibilidades que hasta ahora no hemos podido subsanar. Siempre nos pasa en las represiones, nos encontramos con nuestros hermanos, a los que vemos todos los días, en ese rol de “cuidar a la sociedad”. Es una situación sumamente incómoda para nosotros que vivimos en un lugar en el que nos tenemos que ver todo el tiempo. La estrategia era que nos enfrentemos y terminemos dañados física y espiritualmente. Buscamos alternativas para poder desplazarnos por nuestro territorio, por el lugar donde vivíamos, porque muchos de nosotros vivíamos cruzando esa calle. Es decir, podíamos estar yendo a nuestras casas, no al polideportivo. Me prohibieron todos los accesos al lugar donde vivía. En un momento, nos metemos por detrás de un olivar, me voy a la casa de una vecina, que daba atrás del polideportivo, y la policía entró conmigo para ver qué hablaba con ella. Era una situación muy incómoda, no podíamos hablar como siempre lo hacíamos y ella me dijo: me comprometés. De esta manera, veíamos cómo se metían en las relaciones humanas. Para mí, esa situación fue una de las más violentas, sin saber que Andalgalá iba a recibir palos. Teníamos una acumulación de impotencia por no poder desplazarnos por el territorio. No sólo utilizaban el polideportivo. Esos empresarios, funcionarios públicos y proveedores se desplazaban, gracias a que el cordón policial lo permitía, del polideportivo a una escuela pública ubicada a unos 70 ms. Me puse a filmar cómo se desplazaban los funcionarios, que realizaban gestos obscenos que enardecieron a la gente, que quiso pasar. Cuando reprimieron no había ningún funcionario y además no dieron ninguna respuesta. Si bien las represiones hicieron mucho daño a la comunidad, también despertaron en algunos una gran convicción de que nos estábamos equivocados en lo que hacíamos y que debíamos comprometernos cada vez más en defender un derecho transgeneracional. Sergio Martínez, Asamblea de El Algarrobo Soy empleado de la fiscalía de donde surge el pedido de represión y desalojo de la Asamblea de El Algarrobo y de todos los vecinos de Andalgalá. Desde hace un tiempo atrás venía siendo perseguido desde el punto de vista ideológico dentro de mi propio trabajo, por defender la vida, el agua, la tierra. Ahora la corte de justicia decidió iniciarme un sumario por cuestiones ideológicas, porque recibo y asesoro a personas que defienden el ambiente y la vida; así lo dice el sumario. Posteriormente a la apertura del sumario, mi jefa y la secretaria me notifican de lo siguiente: “Andalgalá, agosto 17 de 2011: Advirtiendo que no fue cumplido el acuerdo interno por parte de la secretaría penal de esta fiscalía de instrucción y que a raíz de los acontecimientos de público conocimiento surgidos a partir del 15 de febrero de 2010, es que esta fiscal decidió que el Sr. Sergio Raúl Martínez no recepcionara ni denuncias ni testimonios ni participe en legajos en los que estuvieran involucrados compañeros suyos, de su ideología, como autoconvocados de El Algarrobo, como también de actuaciones de personas que estuvieran vinculadas a la minería, entre ellas respecto de actuaciones que se labren en contra del actual intendente, por tratarse de personas que apoyan a la minería de público conocimiento. Por todo ello, requiero que por escrito se notifique, mediante secretaría, al Sr. Sergio Raúl Martínez, (todas estas prohibiciones) no obstante le sea requerido por cualquiera de las secretarias de esta fiscalía su intervención. Todo ello para dar a esta fiscalía de instrucción la objetividad y la transparencia que debe reinar”. Es decir, que yo tengo que concurrir a mi trabajo a las 7 de la mañana, sentarme, esperar que sea la una de la tarde y retirarme. De esta manera están fabricando lo que se denomina un “ñoqui”, que no puede hacer absolutamente nada porque en Andalgalá gran parte de la población se niega al emprendimiento minero Agua Rica y algunos personajes lo impulsan. En todos los expedientes que labran en la fiscalía de Andalgalá están involucradas personas que son denunciantes o testigos, por lo cual yo no puedo actuar en ningunas de las causas y pasaría a ser un ñoqui del estado como mínimo. Acá hay un tema que es más grave y es que me están discriminando por cuestiones ideológicas y limitando la tarea. Esto lo dejamos como prueba al tribunal, sin perjuicio de las denuncias que se tengan que hacer en el INADI y ante los organismos correspondientes. Esta denuncia la inicia el juez que ordena la represión, Rodolfo Cecenarro, mediante un informe que le hace a la corte de justicia sobre las personas que se manifestaban a favor de la vida, denunciando también a quienes caminaban por la plaza de Andalgalá los sábados a la noche. Ya llevamos cerca de 85 caminatas a favor de la vida en Andalgalá, de lo cual me siento orgulloso. Y lo seguiremos haciendo hasta que estas empresas se vayan. No sólo me denuncian a mí, sino a varios empleados judiciales que tienen la valentía de caminar en favor de la vida en la plaza. Ante este tribunal también denunciamos al juez de control de garantías, el Dr. Rodolfo Oscar Cecenarro, participante de la última dictadura, que inicia sumario sin ningún tipo de pruebas. Respecto a las pruebas en mi contra, se ordenó lo que se llama investigación preliminar, que implica recibirles declaración a mis compañeros de trabajo respecto a lo que yo hacía en la fiscalía, si atendía o no, si asesoraba o no, a los ambientalistas. Ante esa presión, mis compañeros tuvieron que salir a decir que sí, que atendía a todo el mundo y que asesoraba a personas que estaban vinculadas a los manifestantes a favor de la vida. Es la primera vez que sucede esto en Andalgalá y esto marca una vez más el fraccionamiento social, la ruptura del tejido social y demuestra que sigue vigente la suspensión de Minera Agua Rica por parte del juez Cerda por haberse alterado la paz social; por eso no pueden continuarse las operaciones. Este tipo de actos público, jurídicos, de quienes debieran velar por los derechos de las personas, justamente los están violando y es lo que permanentemente sufre la comunidad de Andalgalá. En otras partes del país, hay otras personas que trabajan en la justicia y que apoyan a asambleas sociales, como son los casos del fiscal Gustavo Antonio Gómez, el Dr. Eduardo Medina y los compañeros judiciales de Andalgalá que todavía se animan y salen a caminar por la vida. Sobre el tema de la represión, hay aproximadamente 40 denuncias de vecinos que tuvieron la valentía de ir a hacerla, poniendo la cara ante la justicia. Son causas que hasta el día de la fecha no hay tenido ningún movimiento; lo mismo ha ocurrido con las denuncias que se hicieron por la represión de 2006. Hay otros compañeros que están siendo judicializados por recorrer el río de Villa Vil, por donde está instalado el mineraloducto de Minera La Alumbrera. La policía detuvo a los hermanos Flores y a los hermanos Luna simplemente por recorrer el río. Nosotros hasta el día de hoy nos preguntamos cuál es el cargo y uno de esos cargos es violación de domicilio, cuando todos sabemos que el lecho de los ríos es de dominio público, de la misma manera que 50 ms. De cada banda del río. En ese terraplén hay un portón que dice propiedad privada. Así que tenemos cuatro compañeros judicializados por esa cuestión. También el señor Lulo Orellana, que cruzó su camión para impedir el paso de la máquina, está judicializado por resistencia a la autoridad. Así vemos cómo funciona la justicia en esta provincia, donde las denuncias que hace la minera van por carriles directos y las que hacen los vecinos están paradas. Esta es una de las razones por las que se cuestionan algunos empleados oficiales. Hay otras causas de periodistas que han denunciado a asambleístas por robo de cámaras, por amenazas. Son alrededor de 50 compañeros judicializados que hasta el día de hoy no encuentran respuesta de la justicia. Queremos, y le hemos pedido a los legisladores de la provincia, que despenalicen a los compañeros judicializados y todavía estamos esperando una respuesta. Pareciera que en Andalgalá el código penal es para los humildes y asambleístas y el código civil para los ricos. En esta ciudad, las autoridades judiciales como las policiales hacen uso y abuso e interpretan la ley como más le conviene a la empresa. Nosotros tenemos oficiales de la policía que están parados permanentemente frente a las oficinas de Minera Agua Rica. Para nosotros es una vergüenza que la policía esté cuidando los intereses de la minera y no la seguridad del pueblo. También se han hecho presentaciones ante el INADI en la ciudad de Buenos Aires. Se ha elegido esa ciudad y no la ciudad de Catamarca porque todas las instituciones en esta provincia están contaminadas por las empresas mineras. También se ha presentado un recurso de amparo contra minera Agua Rica por una serie de pruebas en donde está incluido un informe de los médicos con las consecuencias que trae la actividad minera en Andalgalá desde hace catorce años. Es una vía expedita para dar una respuesta rápida a la gente, ya tiene más de un año y medio y está durmiendo en la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Catamarca. El pueblo sigue caminando, sigue luchando. Los miércoles a la mañana las Mujeres del Silencio caminan con una cinta tapada, repudiando a la justicia, al municipio, a la policía, a los proveedores mineros. Sábado a sábado hay una caminata multitudinaria. Los medios nacionales han ido pero han dejado de ir, y vemos como arremeten las mineras, aún con los medios nacionales, en contra la asamblea de Andalgalá y de todas las asambleas del país. Hemos viajado a Buenos Aires, se han presentado Aldo y Arturo Flores en el congreso de la nación, han hecho las denuncias correspondientes y hasta el día de hoy Andalgalá sigue sin justicia y no recibe la respuesta de ninguna autoridad, ni departamental, ni provincial ni nacional. Respecto al Plan Director de Agua de proyecto Agua Rica, es muy evidente la complicidad entre el gobierno y las mineras. En este plan, que fue presentado por el ingeniero Bravo y por el cual se pagaron $600.000 de honorarios, se pueden ver dos logo al dorso: uno es el de la municipalidad de Andalgalá y el otro de Minera La Alumbrera. O sea que la minera está decidiendo sobre nuestro bien más preciado que es el agua y diciéndonos que ellos van a disponer de él y no nosotros. Acá también están violando la Ley General del Ambiente porque ni Andalgalá ni ninguno de los pueblos aledaños ha sido consultado sobre este plan. Rosa Farías, docente y ciudadana de Andalgalá Nosotros veníamos aguantando la presencia del grupo Kuntur desde el día 12 de febrero de 2010. Llevábamos dos meses en ese lugar cortando el camino, haciendo turnos de guardias. A las 10 u 11 de la mañana me llega un mensaje de texto que decía que querían desalojarnos de El Algarrobo. Cuando salgo del trabajo, voy para ahí, estaba todo bien, pudimos entrar al lugar pero ya había policías. Nos contaron los compañeros que había llegado la fiscal, acompañada por policías de la ciudad, a querer desalojar con una orden de desalojo. Hicimos público lo que estaba pasando a través de un FM que estaba de nuestro lado y de mensajes de texto. Comenzamos una asamblea multitudinaria permanentemente. Empezamos siendo unos 50 y a la noche éramos unos 300. Al principio los policías eran pocos pero ya no eran nuestra gente, sino que estaban con un equipo de trabajo distintos, eran personas robustas, altas, jóvenes. No sabíamos quienes eran. Frente a ellos comenzamos a organizar qué íbamos a hacer. Nosotros queríamos resguardar el lugar porque era nuestro lugar. Siempre fuimos un grupo heterogéneo; mientras algunas señoras rezaban, los hombres comenzaron a conversar y organizarse. Teníamos fresca la experiencia de La Rioja, entonces pensamos quiénes se tirarían en el camino. Después de mucho deliberar, se aceptó la moción de que primero se iba a tirar la gente anciana, porque ellos decían que no tenían ningún compromiso laboral. Nos íbamos a tirar en grupos de a 10. Una abogada nos dijo qué teníamos que hacer si nos llevaban presos. A medida que pasaban los días cada vez eran más. En una esquina había un combi que no sabíamos lo que tenía adentro. En la mañana del 15 de febrero llegó una dotación con perros. Nos íbamos informando a través de los mensajes de texto. Yo fui con mi nietita que en ese momento tenía 4 años. Cuando llego a Chaquiago, el lugar donde estamos, ya no podía pasar libremente. Llegamos a una cuadra de la cancha sonde estaba la asamblea; un señor me hace señas y me dice que me iba a llevar en taxi para entrar por la cancha porque cuesta arriba la policía no dejaba pasar. Se notaba el nerviosismo de toda la gente, era propio de que no estábamos acostumbrados a esos eventos, pero unos por curiosidad, otros por valentía, otros por defender el lugar, muchos estábamos ahí. Llegamos hasta donde estaba la asamblea y vimos que ellos ya se habían apostado en la esquina, como formándose. Salimos a la calle y empezamos a preguntar dónde estaban los primeros diez y resulta que esos diez no estaban porque era la siesta y eran gente grande. Entonces decidimos que las que nos íbamos a tirar primero éramos las mujeres. Antes de eso nos paramos todos y empezamos a cantar al himno. Nos salió desde adentro y nunca supimos por qué. Vimos que se acercó esta gente que se había retirado para vestirse; venían con cascos y armas. Yo veía eso y decía: este no es mi pueblo, parecía otro país, otro lugar. Las mujeres nos empezamos a tirar con nuestras hijas y nos quieren empezar a sacar, tirándonos de los pies. No sabíamos qué hacer, si sentarnos o tirarnos y nos tiramos porque pensamos que así les daríamos más trabajo. Los policías nos empezaron a decir cosas como: señora, váyase a su casa. Nosotras les contestábamos que estábamos ahí por nuestro pueblo. Después llegaron policías mujeres y nos empezaron a arrastrar de los pelos. Habían formado un fuerte muro con las armas y entonces la gente no se animaba a pasar. La gente gritaba porque nos arrastraron y tiraban de los pelos. Había como media cuadra de gente que estaba tirada y los policías iban línea por línea, los pateaban y a algunos los llevaban presos, metiéndolos en la combi. Corrían de un lado para otro porque buscaban a uno de nuestros compañeros que decían que nos había metido en esto. Un policía se había metido en la asamblea los días previos, nos dimos cuenta que era policía pero como no ocultamos nada, no hacemos nada malo, él circulaba por allí. Después nos que era el mediador. Una compañera nuestra nos decía los días previos que no teníamos que confiar tanto. Lorena Flores, joven de 16 años de Andalgalá Setenta y dos horas antes del 15 de febrero me había enterado que la policía había llegado a la asamblea de El Algarrobo, que se encuentra en Chaquiago, camino a Potreros. Con mi papá íbamos seguido a la asamblea durante los dos días siguientes. El 15 a la mañana me llegó un mensaje diciendo que querían desalojar el lugar. Fui con una amiga, estaba la policía, había mucha movilización en el centro, la gente estaba preocupada. Me fui a almorzar a mi casa y a eso de las 3 de la tarde me llega un mensaje de mi amiga que ya estaba en el lugar que decía que la policía estaba sacando la gente. Llegué cuando todas las mujeres se habían sentado en el camino y habían empezado a cantar el himno. Cuando llegamos con mi familia estaba la máquina y un montón de camionetas con los promineros y mucha gente le gritaba a mi papá: no lo dejen pasar. Mi papá pidió que lo dejaran pasar para ir a la casa de mi abuela para dejar a mis hermanos ahí. No lo dejaban pasar y le gritaban que era un delincuente. Mi papá pertenecía a la policía de Catamarca. Dimos la vuelta por otro camino porque íbamos en el auto y cuando llegamos al lugar la policía ya estaba arrastrando a las mujeres. Me encontré con todos mis compañeros y mis amigos porque ellos también están con nosotros y defienden al agua y la vida. Empezó a hacer más calor y la gente le daba agua y comida a la policía. Hacía tres días que estaban sin comer. Pasando las horas, fuimos con un grupo de amigas hacia la plaza donde se encontraba la máquina, para ver qué estaban haciendo. La policía al ver que íbamos para ahí no nos dejaba pasar. Cuando llegamos al lugar estaba todo tranquilo y sin darnos cuenta empezaron a disparar. La gente se empezó a dispersar, otra gente se tiraba en el camino. Con mi mamá y mi papá nos tiramos en el camino. La policía nos quiso sacar, a mí me agarraron de los pelos, me hicieron golpear con una piedra la cabeza y a mi mamá le apuntaban con la escopeta en la cabeza. Nos volvimos a levantar. Vino Juan Martín Palermo con la imagen de la virgen, nos pusimos en el frente, nos abrazamos y le dije a mi papá: tengo mucho miedo. Mi papá me dijo: vamos a dar todo por nuestro Andalgalá. A mi mamá y a mi papá los sacaron y yo me quedé enfrente de la máquina sola. En ese momento no me importaba si me mataban o me hacían algo, porque lo iba a hacer con mayor aprecio de cuidar el agua y la vida. Una persona estaba filmándome, yo estaba enfrente de la máquina y la policía me sacaba, me golpeaba y me tiraba de los pelos. Me tiraban pero me volvía a levantar. Mi papá decía que nosotros hicimos lo que pudimos, que no teníamos que darnos por vencidos y que esto no iba a terminar así. Toda la gente se fue a la plaza a hacer una protesta frente a la policía. Mi papá empezó a reclamar porque me había pegado y le dispararon en la cara. Después de eso lo llevaron al hospital y a mí me dispararon en la pierna, después de que me habían golpeado. Empezaron a apuntar a todos mis compañeros y mis amigos, a todos los chicos; no les importaba si había mujeres y ancianos. Después de salir del hospital, nos fuimos a mi casa. Nunca pensé ni esperé que eso pudiera pasar. Nunca pensé que grandes empresas y gente mala iban a hacer esto a los vecinos de Andalgalá. Hasta les pegaron a los chicos del barrio que estaban cerca. Estas empresas lograron dividir incluso a los establecimientos escolares, porque ni en la escuela uno puede hablar libremente. Los chicos no se pueden expresar, incluso si alguien habla de minería se dice que ese chico va a tener mala nota o no puede estar en la escuela. Después de lo que pasó, mi hermana le tiene miedo a la policía, cuando la ve se larga a llorar, se quiere ir a la casa y no quiere salir. Mi mamá tiene un trauma psicológico porque escucha ruidos de perros o de autos, se acuerda de la máquina y empieza a llorar. Yo exijo justicia para que los derechos del niño se cumplan.