26/3/2016 SOCIEDAD ANÓNIMA. IMPUGNACIÓN DE ASAMBLEAS

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26/3/2016 SOCIEDAD ANÓNIMA. IMPUGNACIÓN DE ASAMBLEAS. IMPROCEDENCIA DE INTERRUPCIÓN DEL PLAZO DE PRESCRIPCIÓN CON EL INI…
SOCIEDAD ANÓNIMA. IMPUGNACIÓN DE ASAMBLEAS. IMPROCEDENCIA DE INTERRUPCIÓN DEL PLAZO DE
PRESCRIPCIÓN CON EL INICIO DEL PROCESO DE MEDIACIÓN
PARTE/S:
Longo, Alejandra Viviana c/C onstrucciones Sur SA s/ordinario
TRIBUNAL:
C ám. Nac. C om.
SALA:
F
FEC HA:
06/02/2014
Buenos Aires, 6 de febrero de 2014.
Y Vistos:
1. Apeló la parte actora el pronunciamiento de fs. 259/263 que, de un lado, hizo lugar a la caducidad
de la acción de nulidad de la asamblea celebrada por C onstrucciones Sur SA en fecha 26 de enero de 2012; y, de
otro, rechazó la acción de remoción intentada contra la totalidad de los directores y la sindicatura del mencionado
ente (fs. 264).
Juzgó la a quo que en el sub lite transcurrió el plazo de caducidad establecido por el art. 251 de la LSC , ponderando
para ello lo previsto por el art. 18 de la ley 26.589, cuanto emerge del acta de mediación de fs. 100 y la fecha de
interposición de la demanda. Entendió además, que en tanto los cuestionamientos a la actuación de los directores que
se pretenden remover se vinculan exclusivamente con lo sucedido en la asamblea tardíamente impugnada, deviene
inexorable el rechazo de la demanda de remoción fundada precisamente en aquellas decisiones adoptadas en la
mentada asamblea.
2. El memorial de agravios luce en fs. 266/272 y fue contestado por C onstrucciones Sur SA y Natalio E. C hurba en
fs. 280/282 y 284/288, respectivamente.
3.a. De las constancias objetivas de la causa se desprende que los demandados ­en lo que aquí interesa­ plantearon
la caducidad de la acción de nulidad promovida respecto de la asamblea realizada el 26 de enero de 2012 en los
términos de la LSC : 251 (v. fs. 190/200, 202 y 241/248).
El último párrafo de la mencionada norma establece que la acción de impugnación de nulidad de las resoluciones
adoptadas por la asamblea se promoverá contra la sociedad, por ante el juez de su domicilio, dentro de los tres
meses de clausurada la asamblea.
De acuerdo al criterio predominante tanto en doctrina como en jurisprudencia, el plazo fijado por la LSC constituye
una típica figura de caducidad y no de prescripción (cfr. C NC om., Sala A, 22.6.2006, "Villanueva de Green María c/
Richards Juan s/ ordinario"; Sala B, 16.11.99, "Bentivogli, Victorio c/ C onnect­It SRL s/ sumario"; Sala E, 25.8.04,
"Thiriez, Francisco c/ Perez Alvarez C isa s/ sumario; entre muchos otros).
Desde tal vértice, conviene recordar que la caducidad es un modo de extinción de ciertos derechos en razón de la
omisión de su ejercicio durante el plazo prefijado por la ley o la voluntad de las partes. La prescripción, en cambio, si
bien opera del mismo modo, no extingue el derecho, sino la acción judicial correspondiente. C omo consecuencia de
ello, la prescripción puede verse suspendida o interrumpida en su curso, en tanto la caducidad no.
Ahora bien, sentado lo anterior y yendo al nudo del asunto, se impone señalar que los firmantes adscriben a la
postura mayoritaria sentada en el fallo plenario de este Tribunal in re "Giallombardo Dante Néstor c/ Arredamenti
Italiani SA s/ ordinario" de fecha 09.03.2007, en el que se dejó establecido que el plazo de caducidad del art. 251 in
fine de la LSC no puede ser objeto de interrupción o suspensión, expidiéndose, por lógica consecuencia, sobre la
improcedencia de aplicar a su respecto el efecto suspensivo de la prescripción dispuesta por el art. 29 de la ley
24573.
Esto es, la iniciación del trámite de mediación carece de los efectos suspensivos sobre el plazo para deducir la
acción de impugnación asamblearia prevista en la Ley 19550: 251, lo cual se desprende no sólo de la parte
dispositiva del mencionado fallo plenario, sino también entre sus considerandos en los que textualmente expresa que
"el inicio del trámite de mediación carece de incidencia sobre el plazo previsto por el art. 251 de la ley de
sociedades"; que "la ley 24573 no contempla efecto alguno sobre los plazos de caducidad legales"; y que para evitar
la caducidad "debe promoverse la demanda dentro del término legal y supeditar su tramitación al resultado de la
mediación" (tercer considerando del voto de la mayoría) (cfr. C NC om., Sala D, 7.05.2009, "Lavalle C obo Leonor
María c/ Nutral SA y otro s/ ordinario).
En suma, por los fundamentos antes expuestos carece de relavancia para los suscriptos la forma de cómputo del
plazo fijado por la Ley 26.589 ­esto es, si los veinte días allí previstos resultan hábiles o corridos­, habida cuenta que
la asamblea impugnada es de fecha 26 de enero de 2012 y que la presente acción fue incoada el 2 de julio del mismo
año.
En tales circunstancias, se aprecia que ha existido inacción por parte de la actora quien ha dejado transcurrir el
plazo de tres meses señalado por la LSC en el mentado art. 251. C upo, en todo caso, promoverse la demanda dentro
del plazo legal y supeditar su tramitación al resultado del trámite de mediación obligatoria.
A todo evento, y aún dejando de lado el argumento anteriormente esgrimido ­en tanto no se ignora que la solución
traída por la Ley 26589:18 es contraria a lo resuelto en el mencionado fallo plenario­, se advierte otra objeción al
progreso del presente recurso, consistente en que, aún cuando se admitiera la postura de la actora, el plazo de1/2
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progreso del presente recurso, consistente en que, aún cuando se admitiera la postura de la actora, el plazo de
caducidad había fenecido al momento de iniciarse la demandada (en fecha 2.7.2012).
En tal aspecto, comparte esta Sala lo decidido por la a quo en cuanto al modo en que debe realizarse el cómputo del
plazo de veinte días establecido por la Ley 26.589:18, que vuelve a la situación de la reanudación del plazo después
de veinte días establecido por el Decreto 91/98, solo que en lugar de decir que "se reanuda después de veinte (20)
días corridos desde la fecha del acta de finalización", éstos deben contarse desde que el acta "se encuentre a
disposición de las partes".
En efecto, la mencionada norma nada dice en relación a si los veinte días que prevé son hábiles o corridos,
resultando de aplicación al caso la directiva general que emana de los artículos 27 y 28 del C ódigo C ivil, según la cual
todos los plazos son continuos y completos; lo cual se condice además con la prevención contenida en el citado Dec.
91/98, reglamentario de la Ley 24.573.
Es que, encontrándose en análisis una norma de derecho de fondo han de computarse los plazos en los términos
indicados por el C C iv; y no como un plazo procesal como pretende el apelante.
Desde tal vértice, lo decidido por la a quo ha de ser confirmado.
3.b. Respecto del restante agravio, relacionado con el rechazo de la acción de remoción intentada, no comparte este
Tribunal lo decidido por la sentenciante de grado.
Sabido es que el art. 337 del C Pr. faculta a los jueces a rechazar de oficio las demandas que no se ajusten a las
reglas que establece el C ódigo Procesal en sus arts. 40, 56, 115 y 330, entre otros, o más bien les impone el deber
de hacerlo, de modo de garantizar la constitución válida de la relación procesal. Dicha atribución debe ser ejercida
con suma cautela y prudencia y en todo supuesto en que en forma manifiesta surja que no se cumplen las
condiciones necesarias para obtener una sentencia favorable. Lo anterior por cuanto es contrario a un elemental
principio de economía procesal seguir un largo proceso cuando, desde el comienzo, se advierte que la pretensión será
irremediablemente rechazada o cuando se trata de una pretensión con causa ilícita o inmoral. La repulsa, en cambio,
no será válida, en tal estadio, si se apoyara en la falta de fundamento sustancial, aspecto propio de la sentencia
(conf. Jorge L. Kielmanovich, "C ódigo Procesal C ivil y C omercial de la Nación", T. I, pág. 649, Ed. Lexis Nexis, Bs.
As., 2006; esta Sala, 27.4.2010, "Galanes C arlos Oraldo c/Mapfre Argentina Seguros SA s/ ordinario").
Ahora bien, de la lectura del escrito liminar se desprenden las supuestas omisiones por las cuales la accionante
pretende la remoción de los directores y del síndico de C onstrucciones Sur SA (v. fs. 109/109vta.).
En tal marco, estima esta Sala que, en el caso, resultó cuanto menos prematuro el rechazo in limine de la acción de
remoción.
4. Por las consideraciones expuestas, se resuelve:
Admitir parcialmente el recurso de apelación deducido por la parte actora, confirmando la declaración de caducidad
de la acción de nulidad asamblearia, y revocando el rechazo la acción de remoción intentada contra la totalidad de los
directores y la sindicatura de la sociedad demandada. Encomiéndase a la magistrada de la primera instancia la
providencia de las diligencias ulteriores (conf. art. 36 inc. 1° C PC C ).
Notifíquese a las partes. Oportunamente devuélvase.
Hágase saber a la Dirección de C omunicación Pública de la C orte Suprema de Justicia de la Nación (cfr. Ley n°
26.856, art. 4 Ac. n° 15/13 y Ac. n° 24/13). Rafael F. Barreiro (con las consideraciones que siguen), Alejandra N. Tevez, Juan Manuel Ojea Quintana. Ante mí:
María Julia Morón. Es copia del original que corre a fs. 300/302 de los autos de la materia.
María Julia Morón
Prosecretaria de C ámara
El Dr. Rafael Barreiro dice:
Sin perjuicio de destacar que no comparto la doctrina del fallo plenario in re "Giallombardo", en tanto adhiero en lo
principal a la solución sustentada en el voto de mis colegas, aparece innecesario dar mayores consideraciones sobre
el punto. Rafael F. Barreiro. Ante mí: María Julia Morón. Es copia del original que corre a fs. 302 de los autos de la materia.
María Julia Morón
Prosecretaria de C ámara
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