FISCALIDAD La reforma de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales Novedades en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras Autor: MARTÍN FERNÁNDEZ, Javier y RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Jesús. Profesor Titular de Derecho Financiero y Tributario de la UCM y Profesor Titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Vigo y Socio Director Of Counsel de F & J Martín Abogados, respectivamente. (jmartin@fj-martin.com) y (jrma@uvigo.es) Título: Novedades en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras Fuente: Directivos Construcción nº 165, pág. 48. Marzo 2004. Resumen: La reforma de la LRHL ha introducido una serie de cambios en la normativa de los ayuntamientos, entre ellos el ICIO, pero también han surgido controversias, como el hecho de que mientras para iniciar cualquier obra de construcción se necesita una licencia, no ocurre lo mismo cuando se trata de obras de urbanización. Por lo que respecta a la base imponible, la actual referencia legal al “coste real y efectivo” de la construcción, instalación u obra ha originado multitud de pronunciamientos administrativos, doctrinales y jurisprudenciales. Descriptores: Fiscalidad/Icio/ Normativa/ Construcción. Directivos Construcción • 48 La reforma de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales ha introducido una serie de reformas importantes en la mayoría de los tributos locales, entre ellos el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO); entre ellos el que afecta a la exigencia de que sea preceptiva la licencia para la realización de la correspondiente construcción, instalación u obra. El 1 de enero de 2003 entró en vigor de la Ley 51/2002, de 27 de diciembre, de reforma de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre, reguladora de las Haciendas Locales (en adelante, LRHL). Esta reforma ha introducido cambios significativos en la mayor parte de los tributos locales. En las presentes páginas vamos a examinar las novedades producidas en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (en adelante, ICIO), por tratarse de un tributo de enorme importancia para el sector inmobiliario. Además, no nos vamos a limitar a analizar las reformas acometidas, sino que también aprovechamos esta ocasión para apuntar aquellos aspectos de la LRHL cuya interpretación resultaba polémica y que no han sido abordados, lamentablemente, por la Ley 51/2002. HECHO IMPONIBLE Comenzando por el hecho imponible, la reforma debe aquí criticarse al haber omitido la solución de algunos de los problemas que se habían planteado con la normativa anterior a la Ley 51/2002. El más importante es, sin duda, el que afecta a la exigencia de que sea preceptiva la licencia –de obras o urbanística– para la realización de la correspondiente construcción, instalación u obra. Ello ha dado lugar a bastante litigiosidad, planteándose dudas acerca de la sujeción al impuesto en múltiples supuestos. Así, la STS de 21 de abril de 1997 considera que no está sujeta al impuesto la construcción de una presa inscrita en un Plan de Regulación de una Nº 165 • Marzo de 2004 Cuenca Hidrográfica. Ello ya que “se está ante una obra cuyas características especiales no la someten a lo que estrictamente puede merecer el concepto de “licencia urbanística” y que, por eso mismo, difícilmente puede integrar el hecho imponible anteriormente definido”. También se han suscitado muchos problemas en relación con los proyectos de urbanización, ya que no requieren licencia de obras las previstas en los mismos. Así, salvo la STSJ de Aragón de 20 de marzo de 1995 (JT 1995, 256), la jurisprudencia, de forma casi unánime, declara la no sujeción de dichas obras. Por ello, el Informe de la FEMP, de 14 de mayo de 1998, propugnaba la necesidad de incluir este supuesto, de forma expresa, dentro del hecho imponible del impuesto. Del mismo modo, resultan controvertidos los casos en los que no es necesaria la concesión expresa de la licencia, ya que ésta se entiende concedida ope legis. Así, las SSTSJ de Extremadura de 13 de enero de 1993 y La Rioja de 19 de julio de 1993 (JT 1993, 53 y 967), niegan la sujeción al impuesto de estos supuestos (se trataba de la sustitución de un paso a nivel y de unas obras en una estación de ferrocarril, respectivamente). A la vista de todo lo anterior, se ha planteado la posibilidad de que se produzca la sujeción al impuesto en otros en los que no es exigible licencia municipal, sino que la realización de la construcción, instalación u obra está sometida a una mera “autorización previa” o incluso a la simple “comunicación previa”. Dicha sugerencia, sin embargo, no ha sido acogida por la Ley 51/2002, de manera que importantes obras seguirán siendo excluidas del ámbito de aplicación de este impuesto. nas. El art. 101 de la LRHL deja claro, en apariencia, que la sujeción al impuesto se produce con independencia de que la licencia se haya o no obtenido. Sin embargo, existen pronunciamientos judiciales –SSTSJ de Valencia de 3 de abril y 4 de mayo de 1998 (JT 1998, 609 y 776)- que entienden que dicha mención sólo afecta a aquellas obras respecto de las que no existe obstáculo para obtener la licencia, aunque en el caso concreto no se haya logrado. Por ello mismo, declaran la no sujeción al impuesto de las obras ilegales, en el sentido de que nunca podrían haber obtenido licencia. SUJETOS PASIVOS La definición de los sujetos pasivos ha sido objeto de dos cambios significativos. Por lo que respecta al primero, se ha modificado la redacción de la definición de contribuyente, de manera que dicha condición sigue recayendo sobre el dueño de la obra, pero a través de un texto legal menos farragoso. Con relación al segundo de los cambios, se ha concretado el concepto jurídico indeterminado anterior, de manera que se entiende por dueño de la obra “quien soporte los gastos o el coste que comporte su realización” (art. 102.1.in fine de la LRHL). De esta forma, se evitan los problemas suscitados, por ejemplo, con las construcciones de aparcamientos por parte de empresas concesionarias, donde se ha discutido quién es el dueño de la obra, ya que el aparcamiento revierte al Ayuntamiento al fin de la concesión. Las SSTS de 17 de mayo de 1994 y 13 de marzo de 1995 (JT 1995, 2469) consideran que la empresa adjudicataria es el sujeto pasivo, pero dichos litigios ni siquiera se plantearán en el futuro con la nueva redacción. Se ha modificado la redacción de la definición de contribuyente, de manera que dicha condición sigue recayendo sobre el dueño de la obra, pero a través de un texto legal menos farragoso La base imponible Por último, también debería haberse aclarado, de forma expresa, la situación de las obras ilegales o clandesti- Nº 165 • Marzo de 2004 Respecto a la base imponible, la actual referencia legal al “coste real y www.directivosconstruccion.es 49 • Directivos Construcción efectivo” de la construcción, instalación u obra ha originado multitud de pronunciamientos administrativos, doctrinales y jurisprudenciales. La problemática ha girado, básicamente, en torno a la inclusión o no en la base imponible del tributo de conceptos como los honorarios de profesionales (arquitecto o aparejador) o el beneficio empresarial del contratista, habiendo mantenido el Tribunal Supremo un criterio contrario a dicha inclusión. Entre otras muchas, pueden citarse las SSTS de 1 de febrero de 1994, 16 de enero de 1995, 2 de abril y 28 de octubre de 1996, 15 de noviembre de 1997 y 3 de abril de 1999. Los problemas y dudas que, a todos los niveles, se han planteado en relación con la base imponible del impuesto han sido debidos a su excesivamente sucinta definición legal, por lo que resultaba necesario que la Ley delimitara, con mayor precisión, los conceptos que deben entenderse incluidos en la misma, lo cual se ha llevado a cabo con la nueva redacción del art. 103.1 de la LRHL. A tenor de este precepto la base imponible ésta constituida por el coste de ejecución material de la obra, sin que pueda incluirse ninguna otra partida que no integre, estrictamente, dicho coste. Por tanto, se ha definido en consonancia con la jurisprudencia del Tribunal Supremo. CUOTA TRIBUTARIA: TIPO DE GRAVAMEN Y BONIFICACIONES En relación a los tipos de gravamen, se suprime la diferenciación de tipos máximos en función de cuál sea la población, fijando uno único para todos los Municipios. Por otra parte, se les habilita para establecer bonificaciones a favor de Directivos Construcción • 50 las construcciones, instalaciones u obras que contribuyan o se refieran al uso de la energía solar, a los planes de fomento de la inversión privada en infraestructuras, a las viviendas de protección oficial y a las que favorezcan las condiciones de acceso y habitabilidad de los discapacitados. Gestión del tributo En cuanto a la gestión, se prevé la posibilidad de que los municipios establezcan sistemas de gestión conjunta y coordinada de este impuesto y de la tasa por la licencia de obras. De esta manera, se pretende evitar situaciones como las resueltas por la jurisprudencia recientemente, con arreglo a la que los contribuyentes que presenten la documentación necesaria para la obtención de la licencia, pero no autoliquidan este impuesto, se ven libres de toda consecuencia sancionadora. jeto pasivo haya suministrado la información necesaria a la Administración, ésta debe hacer uso de la potestad reconocida en el art. 123 de la LGT. Esto es, debe dictar liquidación provisional, pero no iniciar un procedimiento inspector que desemboca en otro sancionador. En definitiva, como afirman las resoluciones citadas, “según esta interpretación del artículo 79 a), en relación con el artículo 123.1 de la Ley General Tributaria, siempre que la Administración Tributaria practique o deba practicar una liquidación provisional de oficio de las denominadas comprobaciones abreviadas (art. 121 de la misma Ley General Tributaria), no habrá, por supuesto, infracción tributaria grave, en la medida en que no hay ocultación”. !!! Así, las SSTS de 10 de noviembre de 1999 y de 2 de junio de 2001 señalan que no constituye infracción tributaria grave la falta de ingreso del tributo, originada por la falta de presentación de la autoliquidación, en aquellos casos en los que el sujeto pasivo, a través de la solicitud de la licencia de obras, ya habían proporcionado a la Administración toda la información necesaria para la liquidación del ICIO. El argumento empleado se basa en una interpretación conjunta del precepto regulador del tipo infractor, es decir, del art. 79.a) de la Ley General Tributaria (en adelante, LGT), con el art. 123 del mismo cuerpo legal. Esta última norma habilita a la Administración a dictar liquidaciones provisionales de oficio con los elementos de prueba que obren en su poder. De aquí, deduce el Tribunal Supremo que siempre que el su- Nº 165 • Marzo de 2004