Juzgado de Control Nº 1 San Salvador de Jujuy, 02 de septiembre de 2014. Y VISTOS: Los de este expediente Nº P-66696/14 caratulado: “R., F. A. y R., F. I. p.s.a. de Robo – Ciudad”, para resolver el pedido de aplicación del procedimiento de mediación penal formulado por el Sr. Agente Fiscal. Y CONSIDERANDO: Que a fs. 143 de autos, el Sr. Agente Fiscal Nº 4, Dr. Aldo Hernán Lozano, eleva las actuaciones de referencia solicitando se aplique el procedimiento de Mediación Penal. Fundamenta el pedido en que el hecho que se investiga se trata de aquellos comprendidos en el Art. 106 del C.P.P. y de acuerdo a lo dispuesto por Acordada Nº 132/11 del STJ requiriendo además “la inmediatez de su sustanciación”. Analizadas las actuaciones, en primer lugar cabe analizar si la presente causa se encuentra incluida dentro de los preceptos de los Arts. 106 y ss. del C.P.P. en cuanto a sus requisitos de forma, y ante ello debemos concluir que no existiría impedimento formal puesto que se trata de un hecho reprimido con una pena máxima de seis años de prisión y hasta el momento el Sr. Fiscal no ha formulado requerimiento de citación a juicio; asimismo no se trata de hechos que provengan de actos de violencia familiar, ni intervienen menores de edad o funcionarios públicos en las condiciones mencionadas en las normas citadas, es decir que la aplicación del procedimiento de mediación resultaría formalmente admisible. Ahora bien, para la aplicación de un método alternativo de resolución de conflictos, no solo alcanza con observar los requisitos contenidos en el C.P.P., sino que, a mi entender, debe determinarse la conveniencia de la aplicación de la mediación penal al caso concreto. En la llamada justicia restaurativa -por contraposición a la justicia distributiva- se tienen en cuenta los intereses de víctima y victimario, a fin de que ambos arriben a un acuerdo que satisfaga sus intereses, de allí que debe ponerse énfasis en la voluntad de las partes y especialmente en que el damnificado tenga plenamente garantizados sus derechos, conforme lo dispone el Art. 159 del C.P.P., a fin de determinar si la causa puede ser mediable, es decir si cumple con los objetivos fijados para aplicar un método de resolución alternativa de conflictos. “La mediación en materia penal no es viable para todo tipo de personas o delitos; los hechos deben ser seleccionados muy cuidadosamente y las personas deben ser aptas para este tipo de gestión de conflictos” (Gestión del conflicto penal – Cano López, Caram, Del Val y otros, Editorial Astrea, p-102). En el caso concreto que nos ocupa, existen varios indicios que me persuaden de la inaplicabilidad de la mediación penal para este hecho. Así es que, en primer lugar se trata de un delito producido con violencia física sobre la víctima, también debe tomarse en cuenta las características personales del imputado F. R., cuya planilla de antecedentes rola a fs. 39 y vta. de autos, de la que surge que el mismo registra CINCO hechos delictivos acreditados y sobreseído por inimputabilidad y otros CINCO hechos que ocasionaron TRES condenas dictadas por los Juzgados de menores, además de las causa en trámite, en algunas de las cuáles se encuentra detenido, es decir que nos encontramos en presencia de una persona totalmente proclive a cometer delitos, a pesar de su juventud. Similares argumentos fueron esgrimidos por el mismo Agente Fiscal, tanto al momento de solicitar la prisión preventiva del encartado como de formular oposición a la conciliación con la víctima pretendida por el defensor de los instados, fundamentos que fueron receptados y compartidos por el suscripto al momento de resolver los planteos. Es decir que el mismo representante del Ministerio Público que consideró que la medida de coerción que pesa sobre R. resultaba imprescindible para asegurar los fines del proceso oponiéndose a una conciliación entre las partes, es ahora quién solicita que la causa se declare mediable. Cuanto menos aparece como contradictorio el pedido. Debo resaltar que el pedido del Sr. Fiscal no contiene fundamentación más allá de lo expresado en el Art. 106 del C.P.P., y que justifique el cambio de posición a sus dictámenes anteriores. Bovino, referido a la suspensión del juicio a prueba pero con argumentos aplicables también a la mediación penal dice que: “la opinión del fiscal –su ‘consentimiento’– se debe limitar a la formulación de un juicio de conveniencia y oportunidad político-criminal, en un caso concreto acerca de la continuación o suspensión de la persecución penal…. El juicio de oportunidad del acusador acerca de la conveniencia de suspender el procedimiento, por otro lado, se debe limitar a las razones político-criminales que el Ministerio Público puede legítimamente tener en cuenta para tomar su decisión. Esto implica una doble exigencia: a) se debe tratar de razones político-criminales referidas a la conveniencia de la persecución respecto a este caso en particular; y b) esas razones deben ser razones que, según el ordenamiento jurídico, puedan ser tomadas en cuenta para una decisión de ese carácter…” (Bovino, Alberto, “La suspensión del procedimiento penal a prueba en el Código Penal argentino”, Del Puerto, Buenos Aires, 2005, pág. 160/161). Aquí cabe una reflexión, si el hecho no puede ser objeto de conciliación, cómo puede serlo de mediación?. Si la respuesta es que uno de los artículos lo prohíbe expresamente –Art. 104- y el otro –Art. 106- no dice nada, entiendo que nos estaríamos apartando del espíritu del código de procedimientos, en el que en ningún momento se previó que los métodos alternativos se apliquen en forma sistemática y sin evaluar las consecuencias del caso particular. Sostuvo el Dr. Grisetti respecto a los criterios de oportunidad y la mediación penal “No existe en ellos inconstitucionalidad e ilegalidad alguna, solamente requieren un uso prudente, racional y adecuado por parte de los operadores del sistema.(Ricardo A. Grisetti, Mecanismos Alternativos de resolución de conflictos en el C.P.P. de Jujuy, Ed. El Fuste, p. 185”). También existe otra cuestión que, a mi juicio, obsta a la procedencia del pedido y esto es que en los obrados no se dio cumplimiento con lo establecido en el Art. 159 del C.P.P., no se informó al denunciante cuáles son sus derechos ni tampoco que puede ser asistido por un letrado provisto por el Centro de Asistencia a la víctima. Es decir que se ha vulnerado el principio de igualdad que debe primar entre las partes (art. 19 del C.P.P.). Hay que destacar que la intervención de la víctima adolece de graves fallas, derivadas del incumplimiento de las obligaciones establecidas en el mencionado Art. 159 y ss.; nótese que a fs. 109 la Fiscalía interviniente cita a Franco Yoret a los efectos de ratificar la propuesta de conciliación formulada por la defensa mientras que a fs. 112 rola un acta que indica que el denunciante se presentó “espontáneamente” y manifestando su intención de “someterse a un proceso de resolución alternativa de conflictos”; además de ello se hace constar que en el acto se encontraba presente el defensor de los imputados y por el contrario, nadie que asesore a Y.. No podemos desconocer que la instancia de la mediación penal, si bien está en cabeza de las partes, es el Juez de Control quién debe evaluar la pertinencia y para ello no puede considerarse solo el aspecto formal sino el resguardo de los intereses de todos los posibles partícipes, e inclusive de la sociedad cuando el hecho pudiera revestir interés público. En el caso concreto, aunque el Sr. Fiscal omite hacer mención a esta última cuestión no podemos soslayar los argumentos utilizados por el mismo funcionario para oponerse a una conciliación entre las partes y el pedido de prisión preventiva, especialmente en lo que hace a la peligrosidad de éste: “Dato no menor lo constituyen las causas judiciales que registra el encartado F. A. R. …resultando de las mismas la proclividad agresiva que denotan los mismos, cuyo extremo circunscribe a los mismos dentro de los parámetros de peligrosidad procesal…” (del pedido del Agente Fiscal Nº 4, fs. 92/96), además de la violencia del hecho, que provocó el rechazo del representante del Ministerio Público Fiscal al pedido de conciliación. Para concluir entonces, entiendo que en el caso que nos ocupa no resulta conveniente la aplicación del procedimiento de mediación, ya que, de hacer lugar al pedido, se estaría beneficiando exclusivamente al encartado (quién posiblemente quedaría sobreseído en una de las tantas causas que posee), en desmedro de los intereses de la propia víctima y de la sociedad en su conjunto, ya que no surge ningún elemento objetivo que nos haga presumir que la aplicación del instituto pudiera prevenir o disminuir el delito en lo que respecta a la conducta del inculpado F. A. R., es decir que se desnaturalizaría el fin u objetivo de la mediación. Por ello RESUELVO: 1º) Declarar que la presente causa no es mediable, de conformidad a lo dispuesto en los Arts. 54 inc. 9, 106, 107 y conc. del C.P.P. y a los fundamentos expuestos en los considerandos. 2º) Notificar, protocolizar, hacer saber.