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L
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La
a
José Joaquín
Rodríguez Moreno (coord.)
Unidad de Igualdad entre Mujeres y Hombres
D.G. de Acción Social y Solidaria
Universidad de Cádiz
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La violencia de género en el mundo del cómic
Los copyrights de las ilustraciones y de las fotos corresponden a Marvel
Comics, DC Comics, Archie Comics, Chicago Tribune-New York News
Syndicate, y King Features Syndicate. Su uso es meramente informativo, con
fines docentes y de investigación.
Universidad de Cádiz
www.uca.es
Diseño: Ana Belén Menéndez Baena
Imprime: Imprintta. Cádiz. 2009.
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La violencia de género
en el mundo del cómic
José Joaquín Rodríguez Moreno (coord.)
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La violencia de género en el mundo del cómic
5
INTRODUCCIÓN
l cómic como medio artístico y, por tanto, como representación de una
sociedad, es un objeto de estudio bastante reciente y que posiblemente siga
contando con ciertas reticencias por parte de diversos sectores, académicos o
no.
No obstante, el carácter popular del cómic, como medio de fácil acceso a
un público masivo y que permite una constante comunicación entre los y las
artistas responsables y su público (desde correos de lectores y lectoras,
publicados en los propios cómics, hasta las grandes convenciones que se celebran
anualmente, aparte de todos los avances que Internet ha facilitado), nos ha
permitido observar una constante evolución en la visión y representación de la
sociedad que no es otra sino la propia de su tiempo.
Los cómics estadounidenses, publicados con tremendo éxito en decenas de
países, cuyos héroes y heroínas son parte inseparable de la cultura popular del
siglo XX, nos han dejado un importante testimonio gráfico y narrativo sobre
cómo eran y son percibidas las mujeres por parte de la cultura de masas.
Nuestro objetivo es sumergirnos en las viñetas de los cómics
estadounidenses y ver cómo fue plasmada la violencia hacia la mujer, ya fuera de
forma consciente o inconsciente por parte de los autores y autoras. Lo que
vamos a descubrir posiblemente no sea muy agradable, pues a fin de cuentas
será nuestro propio reflejo.
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La violencia de género en el mundo del cómic
¿QUÉ ES LA
VIOLENCIA DE GÉNERO?
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Paula Sepúlveda Navarrete
unque la violencia contra las mujeres es un hecho que recorre toda la
historia de la humanidad, el concepto Violencia de Género es relativamente
moderno, y viene de la mano de los movimientos sociales que luchan por la
igualdad y de estudios de género, ganando fuerza a partir de los años 80. Así, en
1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas incorporó la violencia contra
las mujeres a la “Convención para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer”, el instrumento más amplio y detallado, de
carácter internacional, para luchar contra la discriminación de la mujer.
La discriminación contra la mujer queda definida por las Naciones Unidas
como:
“la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en
forma desproporcionada. Incluye actos que infligen daños o sufrimientos de
índole física, mental o sexual, amenazas de cometer esos actos, coacción y otras
formas de privación de la libertad.”
Esta incorporación muestra la importancia que en el mundo ha adquirido
esta problemática, lo que se refleja en que actualmente una gran cantidad de
países han ratificado esta convención y han promulgado leyes que buscan
sancionar, prevenir y erradicar la Violencia de Género. Y es que esta violencia es
un claro atentado a los Derechos Humanos, entre ellos, el derecho a la vida;
derecho a no ser víctima de torturas, tratos inhumanos o degradantes; derecho
a protección frente a conflictos armados; derecho a la libertad y seguridad
personales; derecho a la igualdad ante la ley; derecho a igualdad en la familia;
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La violencia de género en el mundo del cómic
derecho a la salud física y mental en sus niveles más altos; y el derecho a
condiciones de empleo justas y favorables.
Actualmente se estima que una de cada tres mujeres es o ha sido víctima
de de la Violencia de Género, y existe una gran variedad y multiplicidad de
formas en que se manifiesta, por lo que se concluye que no estamos hablando de
cualquier tipo de violencia, hablamos de una que afecta a más de la mitad de la
población de nuestro planeta, las mujeres, quienes por el sólo hecho de nacer se
encuentran en una posición de vulnerabilidad, por lo que se plantea que es un
factor de riesgo imposible de evitar. No se puede ver la Violencia de Género
como parte de la violencia social, no es lo mismo para una persona estar expuesta
a un asalto, a un ataque a la salida de un partido de fútbol o en una
manifestación, por poner algunos ejemplos. Es algo completamente aparte, es
única, porque tiene como objetivo a las mujeres, pero al mismo tiempo es variada
en las múltiples formas que adopta, en las distintas culturas, épocas y espacios
en que ocurre.
Finalmente, al observar distintas realidades podemos descubrir la
Violencia de Género en el espacio público: en los medios de comunicación (con
abusos en el lenguaje, presentación de las mujeres como objetos, etc.), en la
violencia sexual (obligación a prostitución, tráfico de mujeres y niñas, mutilación
de genitales, violación, explotación sexual, etc.), en el acoso sexual y acoso por
razón del sexo (de trabajadoras por parte de superiores, compañeros e incluso
personas bajo autoridad, y estudiantes por parte de profesores o compañeros
de estudio), entre muchas otras.
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ILUSTRACIÓN 01
Viñetas de Action Comics número 1 (1938). Artista: Joe Shuster.
Viñetas de The Avengers número 213 (1981). Artistas: Bob Hall y Dan Green.
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La violencia de género en el mundo del cómic
PÍCARAS Y
PURITANAS EN EL
MUNDO DEL CÓMIC
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Rafael Marín Trechera
ormalmente, el cómic ha sido realizado por hombres y ha tenido como
destinatarios lectores masculinos. Constreñido por condicionantes de mercado
(los tebeos se consideran infantiles desde tiempo inmemorial… y algunos hasta lo
son), y por la férrea amenaza de la censura, el reflejo que de la mujer se ha
hecho tradicionalmente en la historieta puede dividirse en dos grupos: las
pícaras y las puritanas.
Es decir, las mujeres desinhibidas, sensuales, despampanantes (ilustración
02), y las otras mujeres sumisas, igualmente sensuales y despampanantes, pero
sometidas al héroe de turno, que al correr de los años (y sólo en algunos casos)
se convertirá en su marido.
La puritana, por aquello de los condicionamientos mencionados, será una
mujer incapaz de controlar las pasiones que su bella forma física despierta en
los enemigos de su héroe. Tendrá, además, la tendencia a rasgarse la ropa por
los lugares más recatados y sexys (el caso de Dale Arden, de Flash Gordon, es
proverbial), y normalmente desempeñará el rol de elemento-a-rescatar para
mayor gloria del macho: casos como los de Lois Lane en las aventuras clásicas de
Superman.
La pícara, por el contrario, será una mujer aguerrida dada incluso a
desviaciones sexuales veladamente insinuadas: a veces, su relación con el héroe
la llevará a extrañas relaciones sadomasoquistas. Dragon Lady, de Terry y los
piratas, es quien mejor ejemplifica este peculiar grupo de mujer de ficción.
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La violencia de género en el mundo del cómic
Sin embargo, ya en la Segunda Guerra Mundial los papeles empiezan a
confundirse. El mismo creador de Terry entrega, con Miss Lace, las divertidas y
picantes tiras de una pin-up que no tiene empacho en lucir sus encantos para
brindar apoyo más que moral a las tropas. Y superada la contienda serán muchas
las femme fatales que hostiguen a personajes como Johnny Hazard o Rip Kirby.
El concepto de pícara y puritana se solapará especialmente en los cómics
de superhéroes y bárbaros. Vestidas con ceñidos trajes de moléculas inestables
que resaltarán su silueta, o apenas ataviadas con sucintos bikinis-armadura, la
mujer en los cómics de los años setenta y hasta nuestros días alternará la
exhibición de su cuerpo con actitudes combativas más dadas hasta entonces a
los hombres (ilustración 03). Pero, como el público lector seguirá siendo
masculino, no faltarán abundantes momentos de lucimiento corporal donde se las
seguirá tratando como bellos objetos sexuales.
Lo cual nos lleva a la moda del momento: los retoques por Internet de
fotos de modelos tipo Playboy para convertirlas en falsas superheroínas y las
comisiones (es decir, dibujos a petición), donde los lectores en las convenciones
contratan a los dibujantes para que les hagan la correspondiente ilustración de
su personaje femenino favorito… Desnudo, naturalmente.
La puritana, entonces, se convierte en pícara de manera oficiosa. Quizás
es que lo ha sido siempre.
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ILUSTRACIÓN 02: Página de Pep Comics
número 18 (1941). Artista: Harry Lucey.
ILUSTRACIÓN 03: Portada de Red Sonja
número 1 (1977). Artista: Frank Thorne.
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La violencia de género en el mundo del cómic
LAS MUJERES,
ETERNAS VÍCTIMAS EN
LOS CÓMICS
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José Joaquín Rodríguez Moreno
n sus orígenes, los cómics de aventuras estadounidenses estaban
poblados por un sinfín de héroes varoniles, que a modo de príncipe azul salvaban
una y mil veces a las chicas de las garras del villano de turno.
Hasta bien entrados los años 40, las portadas de los cómics no dudaban en
deleitarse mostrando mujeres sometidas y torturadas, a punto de ser
rescatadas por el chico bueno. Tales ocasiones eran ideales para jugar con una
estética de sumisión, o para desgarrar levemente las ropas de las chicas,
atrayendo a unos lectores que contemplaban ávidos la insinuación de unas
caderas o de unos senos (ilustración 04).
Aunque la censura autoimpuesta por las editoriales en 1954, el Comic Code
Authority, limitó el empleo de la mujer como reclamo sexual, el interior de los
cómics siguió mostrando un mundo de ficción en el que los lectores se
identificaban fácilmente con el héroe que rescataba a la débil e indefensa
muchacha, que luego le llenaba de besos y propuestas de matrimonio.
Cierto es que a lo largo de los años 60 y 70 los personajes femeninos
comenzaron a variar, y heroínas cada vez más fuertes y suficientes poblaron el
fantástico mundo de las viñetas. También los héroes pasaron a ser contemplados
desde una nueva óptica, y en algunas ocasiones dejaron de ser mostrados como
perfectos compañeros para ser retratados como maltratadores. Uno de los
mejores ejemplos se podrá ver en Watchmen (1986), donde el superhéroe
conocido como El Comediante golpeará brutalmente a su compañera, para luego
intentar violarla. La dominación física del agresor y la insistencia de que es ella
la que estaba provocándole acercaría a cientos de miles de lectores a una
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La violencia de género en el mundo del cómic
realidad y a un tipo de violencia que hasta entonces les había resultado invisible
(ilustración 05).
Sin embargo, las nuevas generaciones de artistas y lectores disfrutaron
más con la violencia de aquellas escenas que con el mensaje que transmitían. A
finales de los años 80 y durante buena parte de los 90, héroes y superhéroes
comenzaron a ser llevados al límite. Para ello, los villanos solían matar a sus seres
queridos, sumergiéndoles en una espiral de violencia y venganza. La mayoría de
las veces las víctimas de estos asesinatos despiadados eran las novias de los
héroes, volviéndose una vez más al estereotipo de mujer débil e indefensa
(ilustración 06). Miles de lectoras abandonaron los cómics estadounidenses en
aquellos años, buscando otras lecturas donde los personajes femeninos con los
que se identificaban no fuesen sádicamente asesinados.
Así, aunque la figura de las mujeres ha variado con el paso del
tiempo, cada avance que se ha logrado ha estado jalonado de retrocesos. Bajo
nuevos argumentos se siguen escondiendo, aún hoy, viejísimos discursos.
ILUSTRACIÓN 04
Portada de Mystery Men número 12 (1940). Artista: Joe Simon.
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ILUSTRACIÓN 05
Página de Watchmen número 2 (1986).
Artista: Dave Gibbons
ILUSTRACIÓN 06
Página de Green Lantern número 54 (1994).
Artistas: Darryl Banks y Romeo Tanghal
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La violencia de género en el mundo del cómic
LA VIOLACIÓN COMO
RITO INICIÁTICO PARA
LA HEROÍNA
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Manuel Barrero
n caso singular de violencia contra la mujer incorporado en los cómics
es el de la violación representada como rito de iniciación que la mujer debe
superar para incorporarse al mundo de los héroes, o como punto de partida
desde el cual tomar una postura de enfrentamiento contra la injusticia.
La representación de la violación de una mujer no ha sido explícita en los
cómics norteamericanos por lo común, salvo en los abiertamente pornográficos,
pero tampoco ha sido evitada en las viñetas de los comic books dirigidos a los
niños. Varios ejemplos los hallamos en los cómics de Conan o de sus series
derivadas, publicados por Marvel Comics entre 1970 y la actualidad.
Como las aventuras del personaje fueron adaptadas desde relatos pulp de
los años treinta, arrastraron consigo la imagen de una mujer desvalida, desnuda
y sensual al servicio del hombre resolutivo. En su traslación a las viñetas, estas
mujeres fueron vestidas por los guionistas, pero sus dibujantes les confirieron
reclamos sexuales como sus pocos y provocativos indumentos y su anatomía
desbordante. Varias de las mujeres que el guionista Roy Thomas incorporó a los
cómics de Conan durante los años setenta fueron chicas acostumbradas al
maltrato físico o al sadismo y que admitían la violación como algo soportable.
Resulta interesante comprobar cómo algunas de las mujeres que juegan un
papel secundario en estos cómics vivieron experiencias de maltrato, agresión o
intento de violación, como Jenna, Zuleika, Mellani, Valeria, Taramis o Fátima, por
citar algunas. El caso más controvertido es el de Red Sonja, muchacha que es violada
con 17 años y pacta con una diosa para conseguir venganza, a condición de no
mantener relaciones sexuales con hombres en lo sucesivo (ilustración 07). El
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La violencia de género en el mundo del cómic
argumento, ideado por Thomas servía para construir un espíritu vengativo que
configuraba su pertinacia heroica posterior, pero también la hizo una mujer
incompleta puesto que la vejación la volvió frígida y accesible de continuo a la
tristeza. Para colmo de males, el personaje volvería a ser violado ante todos los
jóvenes lectores de Conan the Barbarian en los ochenta, ahora por un demonio
llamado Bahkt, en un guión de Val Semeiks.
Uno de los autores que más trabajó con Sonja, el dibujante Frank Thorne,
creó otra heroína de espada y brujería, llamada Ghita, que vivió igual proceso:
tras ser violada por el redivido guerrero Khan-Dagon, Ghita toma para sí su
espada y una joya mística y comienza sus viajes guerreros (en este caso sin
frigidez añadida; al contrario, goza del sexo heterosexual, lésbico y hasta del
bestialismo).
Lo sorprendente es que este esquema no es producto de una época pues se
mantiene hasta nuestros días en figuras como las de la nueva Red Sonja o
Janissa. En Red Sonja del sello Dynamite (2005), se vuelve a narrar la dramática
violación de la muchacha como foco originario de una trayectoria heroica. Y en
las nuevas aventuras de Conan, de la editorial Dark Horse (2004), su nueva
compañera de armas Janissa debe su personalidad oscura y asesina a una
reiterada y prolongada violación por demonios. Este pasado traumático del
personaje fue criticado por algunos lectores y lectoras del cómic que plantearon,
juiciosamente, si era necesario recurrir a la violación continua de una mujer para
justificar sus cualidades como guerrero. También hubo quien argumentó que no
comprendía porqué siempre violaban a las heroínas de los tebeos pero nunca a los
protagonistas.
En efecto, no existen cómics en los que los hombres hayan sido
sodomizados para luego iniciar su carrera heroica. Lo más parecido a una
humillación previa a la adquisición de poder han sido las burlas que sufría Peter
Parker en el instituto.
Ni punto de comparación.
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ILUSTRACIÓN 07
Viñetas de Kull and the Barbarians número 3 (1975). Artista: Howard Chaykin.
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La violencia de género en el mundo del cómic
RETRATO DE LA
MUJER COMO OBJETO
SEXUAL EN EL CÓMIC
23
Manuel Nicolás García García
n los cómics de aventuras, al igual que en tantos otros sectores
predominantemente masculinos, siempre ha sido muy notable la presencia y
tratamiento de la mujer, algunas veces representada de manera plana y
prisionera de multitud de estereotipos, en otras con los matices propios de una
persona de su tiempo pero casi siempre marcada por la visión de unos autores y
las preferencias de unos lectores mayoritariamente masculinos y propios de una
determinada época.
Tomando como ejemplo de partida las tiras de Flash Gordon, personaje
creado en 1934 por Alex Raymond, podíamos ver como la mujer era la eterna
damisela en apuros a la espera de una figura masculina que la rescate o la
seduzca. Esta representación de la mujer se extendería en el medio dando lugar
a una serie de personajes femeninos perfectamente intercambiables: tanto Lois
Lane como Carol Ferris o Iris West eran personajes cuyo propósito era seducir
finalmente a Superman, Green Lantern o Flash y así convertirse en perfectas
esposas, madres y amas de casa. Roles aceptados por una sociedad que en los
años 50 considera a los cómics como potencialmente peligrosos tal y como
publicó el doctor Fredric Wertham en La seducción del inocente (1954), en el
que se interpreta a los personajes fuertes femeninos (junto a otras muchas
interpretaciones de otros personajes) como malos ejemplos para las lectoras,
pues no las incita a aceptar su rol tradicional.
En resumen, los personajes femeninos son reclamos sexuales tanto para el
héroe como para el lector masculino que disfruta con estas historias de bellas
mujeres sometidas ante el varón o con la intención de serlo. No obstante,
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La violencia de género en el mundo del cómic
personajes como Wonder Woman intentarán precisamente que surja un sector
de lectoras femeninas.
El guionista Stan Lee, en los años 60, redefine y revoluciona el concepto
de superhéroe incluyéndolo en un contexto familiar que lo acerca más al lector,
que se identifica más con Spider-Man que con el propio Superman. Aparece toda
una caterva de personajes femeninos ya propios de la imaginería popular pero
siguen sin cambiar muchas cosas: la eterna novia se mantiene y aquellas chicas
con status superheroico son representadas de manera que puede rozar la
ridiculez, pues la Avispa está más preocupada de lucir un peinado y modelito
diferente en cada aparición mientras que la Chica Invisible de Los 4 Fantásticos
es, como su nombre indica, directamente invisible (ilustración 08). Sin embargo,
debido al tratamiento de estas historias, numerosas lectoras se aficionan a
estos cómics, lo cual explicaría la evolución de las heroínas.
Tanto es así que la Marvel siembra el germen que la marcará como
editorial en particular y al cómic en general, pues esa eterna novia desvalida
ahora es capaz de rechazar la oferta de matrimonio del héroe o incluso es capaz
de tener dudas entre su pareja superheroica y su antagonista. Esto nos conduce
a los años 70, donde las ideas feministas se suman al relevo generacional de
autores (cuando no fueron directamente de la mano) y no nos resulta raro
encontrar superheroínas como Valkiria, en eterna disputa contra los hombres, o
Red Sonja, Ghita de Alizzar, etc. totalmente opuestas a sus predecesoras, las
cuales también han evolucionado (ilustración 09). Estas ideas feministas
convierten la mujer como objeto en otro tipo de reclamo: la mujer guerrera que
no duda en usar su sexualidad y su poder al igual que el hombre. El hombre se
siente atraído por ella incluso suponiendo una amenaza ante todos los valores
machistas.
Son los años 90 los que reivindican unas nuevas convenciones maniqueas
que convierten a los héroes en violentos y vigoréxicos, mientras que las mujeres
son relegadas a un papel de objeto sexual, mera carnaza exuberante para un
público que prefiere historias de acción y clichés como así reflejaban los
correos de los lectores en los 90, en los que prácticamente desaparecieron las
lectoras, obviamente no interesadas en personajes tan ajenos a ellas como Red
Monika, Glory o Avengelyne (ilustración 10).
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ILUSTRACIÓN 08
Viñetas de Fantastic Four
número 12 (1963). Artistas:
Jack Kirby y Dick Ayers.
ILUSTRACIÓN 09
Portada de The Avengers número 83 (1970).
Artistas: John Buscema y Tom Palmer.
ILUSTRACIÓN 10
Página de Avengelyne número 3 (1995). Artista:
John Stinsman.
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La violencia de género en el mundo del cómic
27
BIBLIOGRAFÍA
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La violencia de género en el mundo del cómic
NOTAS
NOTAS BIOGRÁFICAS DE
LOS AUTORES Y LA
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AUTORA
Manuel Barrero (Zamora, 1967).
Licenciado en Ciencias Biológicas y doctorando de “Ciencias de la
Comunicación”. Ha defendido su tesina Prensa satírica, humor gráfico e
historieta en Sevilla, 1864-2000 y entre los libros en los que ha colaborado o
escrito destacan: El terror en el cómic (2003), La risa periodística: Humor y
sátira, de la prensa a Internet (2009), Cultura y entretenimiento en los medios.
Actas (2009).
Fue editor en el departamento de cómics de Planeta-DeAgostini, y ha sido
coordinador de la publicación El Tebeo Veloz (2000-2001) y dirige y gestiona la
revista electrónica Tebeosfera (www.tebeosfera.com) desde 2001.
Manuel Nicolás García García (Cádiz, 1984).
Es licenciado en Filología Inglesa y posgraduado en “Estudios Hispánicos”.
Actualmente realiza su tesis doctoral, La novela negra británica en los
años previos a la Segunda Guerra Mundial: arquetipos y valores a través de la
cultura de masas, cuya redacción compagina con su trabajo como profesor
asociado de la UNED.
Rafael Marín Trechera (Cádiz, 1959).
Licenciado en Filología Inglesa. Ha sido guionista de los cómics españoles
Iberia Inc. (1997), Triada Vértice (1998) y 12 del Doce (2008 hasta la
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La violencia de género en el mundo del cómic
actualidad), y para el mercado americano ha realizado The Inhumans (2000) y
Fantastic Four (2000-2001), trabajos que compagina con faceta de novelista y
con su labor docente.
Fue el director de la revista especializada Yellow Kid (2001) y autor de los
estudios sobre historieta Los cómics Marvel (2000), Hal Foster: Una épica postromántica (2004), Spider-Man: El superhéroe en nuestro reflejo (2007), Los
cómics del exilio (2008) y W de Watchmen (2009).
José Joaquín Rodríguez Moreno (Cádiz, 1980).
Licenciado en Historia y posgraduado en "Género, Identidad y
Ciudadanía". Ha defendido su tesina Chicas de papel. Producción, consumo y
representación de las mujeres en los cómics estadounidenses. Ha sido
galardonado con el II Premio Hades de historia de la muerte (2008) y el I
Premio de ensayo sobre género e igualdad de oportunidades (2009) en su
modalidad “Medios de comunicación”.
Ha dirigido la Revista de Historia Ubi Sunt? (2007, 2009) y coordinado el
libro Marginado, disidentes y olvidados en la Historia (2009), en ambas
ocasiones junto al historiador Santiago Moreno Tello. Ya en solitario es autor del
libro Los cómics de la Segunda Guerra Mundial (2009).
Paula Sepúlveda Navarrete (Santiago de Chile, 1972).
Graduada en Trabajo Social y posgraduada en "Género y Políticas
Públicas" y "Género, Identidad y Ciudadanía". Ha defendido su tesina Violencia
de Género en la Pareja en Mujeres Adultas Mayores. Aproximación a los
aspectos simbólicos de un problema invisible. Obtuvo el I Premio de ensayo
sobre género e igualdad de oportunidades (2009) en su modalidad “Violencia de
género”.
Actualmente trabaja como sectoralista de transversalización de Género
para el Servicio Nacional de la Mujer del gobierno de Chile.
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