AUTORREGULACIÓN: CABEZA- NUCA- CUELLO LA CABEZA COMO DIRECTOR DE ORQUESTA: La liberación de los brazos produjo un cambio, un nuevo equilibrio de fuerzas y de relaciones entre la cabeza, la caja torácica y la pelvis. Hubo que rediseñar la columna con la aparición de las curvas y dirigir la cabeza hacia el cielo. Cabeza viene de “testa”, maceta y también de “Caput”, jefe. Es decir la cabeza es un contenedor protector y un guía: La cabeza es la que ha guiado nuestro ascenso a la vertical. En los mamíferos la cabeza es la que guía los sentidos: alimentarse, buscar, detectar, reconocer… La cabeza guía nuestro movimiento desde lo alto del tronco. Un “guía” tiene que saber a dónde ir, tiene que tener una verdadera intención y comprender las ventajas de cada dirección u orientación. La cabeza se apoya en la motricidad y los sentidos y debe aportarnos lo mejor de su potencial y mantenernos despiertos. Un guía no depende de los guiados pero mantienen un diálogo. La cabeza es el director del eje “CIELO-TIERRA”: La verticalidad es un equilibrio inestable y nos define como algo dinámico y no estático. Se trata de equilibrar las diferentes fuerzas que ejercen sobre nosotros. No es que la cabeza esté sostenida por los hombros sino que existe un juego de relaciones y equilibrios. Si la cabeza no se puede sostener bien en la verticalidad, la percepción global de nuestro cuerpo y de nuestros ejes no será correcta. La cabeza es el elemento más superior y los elementos superiores influencian a los inferiores por estar suspendidos de ellos, lo mismo que los inferiores condicionan a los superiores que se van apoyando sobre ellos. La cabeza influenciará en todas las líneas gravitacionales del cuerpo. RELACIÓN CABEZA- PIES: Ya estudiamos en el primer seminario la relación de la cabeza con los pies. Y explicamos como la posición de la cabeza dependía de los apoyos de los pies y del estado funcional de los arcos plantares, y como desde los pies el cuerpo se estructura hasta llegar a la cabeza. Esto nos dice que los desequilibrios de la cabeza respecto al resto del cuerpo son secundarios y son consecuencia de desequilibrios de segmentos corporales inferiores. En el trabajo hay que tener en cuenta: Que el cuello y la cabeza son adaptadores a los desequilibrios de los apoyos del cuerpo. Los problemas de cuello son problemas de adaptación. Tengo que ajustar los pies para que la cabeza pueda encontrar el equilibrio. 1 Pero está también muy estudiado como desequilibrios en las estructuras de la cabeza y nuca son mecanismos de lesión o tensión primarios, y pueden crear una cascada de compensaciones en dirección hacia los pies. Estos desequilibrios se pueden dar por tensiones, traumatismos durante el embarazo y el parto, siendo la zona más afectada la nuca. RELACIÓN CABEZA- PELVIS: La polaridad de la pelvis es el cráneo. Los huesos de la pelvis son: iliacos, sacro, articulación de las caderas y las dos últimas lumbares. Las articulaciones de la pelvis son: sacroilíacas, caderas, sacro-L5-L4 y la sínfisis púbica. En la cabeza tenemos el hueso hiodes que está suspendido y sujeto por músculos y que no se articula y tenemos más abajo el esternón. Se relacionan con la sínfisis púbica. El único hueso que cruza en sentido horizontal es la mandíbula, que termina en las articulaciones ATM. Estas articulaciones se relacionan con las caderas. Por detrás, el sacro se relaciona con el occipital. Y los huesos ilíacos, con los huesos temporales de la cabeza. Las meninges son los tejidos que envuelven el tejido nervioso central y son inelásticas, por lo tanto, cualquier fuerza que hay en uno de sus extremos se transmite al otro extremo. Esto me lleva a la relación pelvis - cuello – cabeza: Si muevo el sacro, muevo el occipital, cuando abro las mandíbulas muevo las caderas y que cuando muevo la cara, muevo los iliacos. Sólo puedo llevar peso en la cabeza si muevo las caderas. Generalmente, problemas en las rodillas y caderas tienen que ver con problemas en las mandíbulas. La salud del cuello depende mucho de la salud de la pelvis y de cómo mueva las caderas. La vida sedentaria pone la pelvis en retroversión haciéndome perder la lordosis lumbar, es el gesto del plof. Con este gesto del plof, se contrae el cuello para compensar y se hunden mis hombros. Para estirarnos y compensar estos dos gestos tensamos el pecho y tiramos de la barbilla hacia delante. RELACIÓN CABEZA – COLUMNA- SACRO: Si la cabeza no está bien conectada con su otro extremo sacro- coxis, las órdenes tendrán dificultad en llegar. El movimiento de extensión de la columna debe ser guiado de la cabeza a los pies, como hacen los bebés en su primer reflejo cuando están tumbados boca abajo y algo les llama la atención, guiando el movimiento de la cabeza desde la boca y sacando el impulso desde su apoyo en el suelo para curvar la columna vertebral desde el atlas. Para establecer la buena relación cabeza - sacro, necesitamos liberar cada segmento entre ambos puntos, hacerlos funcionales, autónomos y coordinarlos ente sí. Si las fuerzas o pesos entre esos dos puntos se quedan bloqueadas, las vértebras de la columna quedan prisioneras de sus cinturas (pelvis, caja torácica o cintura escapular). RELACIÓN CABEZA - ABDOMEN: La cabeza es como un globo y todo cuelga de ella. Las fascias y la cadena muscular posterior nacen del paladar hacia atrás y la cadena anterior nace de la mandíbula hacia delante. 2 La fascia cérvico- torácica-diafragmática es el conjunto de membranas que: 1. Si nos cogemos del ombligo y tiramos hacia debajo de ella, tira del cuello hacia delante y se crea el cuello de bisonte. Cede, se afloja. No hay una buena posición del cuello si no hay tono en el abdomen, es el centro de fuerza. Hay que reforzar el centro de fuerza, sujetando la faja abdominal, entonces la espalda y el cuello se alivian. Si hay plof la fuerza la hacen los hombros y el cuello hace de palanca. 2. También, si tiramos de los hombros hacia arriba, se juntan omóplatos y se abre el pecho. Se estira. Hay que recolocar la zona alta de la caja torácica para encontrar ese equilibrio del cuello y de la cabeza. RELACIÓN CABEZA – CAJA TORÁCICA – CINTURA ESCAPULAR: La puerta de cuello: La puerta del cuello abre el espacio hacia la caja torácica y hacia el corazón. La caja torácica, con sus doce costillas y su esternón, y la cintura escapular, están suspendidas de la cabeza y de la columna vertebral a través de ligamentos, músculos y fascias. La caja torácica se relacionada por su parte baja con la pelvis: Que la musculatura abdominal tenga el tono adecuado y que los cuadrados lumbares estén ajustados hace que esa parte baja de la caja torácica no se hunda. La parte alta de la caja torácica, esta puerta del cuello, nos habla de la relación que tiene con la cabeza. La caja torácica puede deshacer el equilibrio de la cabeza y la nuca, ya que se apoyan en ella. La relación cabeza - caja torácica es de gran importancia dado que las dos esferas deben autorregularse permanentemente, es decir, ponerse en relación, contestarse los mensajes, establecer una correspondencia. Un primer desequilibrio puede generarse por la orientación de las primeras costillas y las clavículas. Es necesario para que esta puerta pueda abrirse y cerrarse y así proteger la cavidad con la que se relaciona, que exista libertad de desplazamiento entre la primera costilla y el esternón. Desde el momento que se horizontalizan esas primeras costillas, y la caja torácica está libre de tensiones, queda suspendida cómo un globo y no genera tensión en el cuello. Se genera sí una buena relación occipital, escalenos, clavículas y 1º costillas que nos permitirán abrir el espacio torácico. Como contenedores, tanto la cabeza como la caja torácica tienen parecidos en sus estructuras. Podríamos relacionar en paralelo estas estructuras del siguiente modo: TEMPORALES – COSTILLAS OCCIPITAL – ESTERNON Los huesos temporales se sitúan a los lados de la cabeza como lo hacen las costillas respecto a la caja torácica. Los primeros albergan los oídos que son órganos a la vez auditivos (oído externo) y de equilibrio (oído interno). La mandíbula se inserta en la base de los temporales como la barra del equilibrista. Están unidos delante al hueso malear (hueso que contiene las esferas de los ojos). Una serie de músculos se insertan en ellos: los esternocleidomastoideos, que se insertan por el otro lado en el esternón y las clavículas; Los esplenios que se unen a las cervicales y el esplenio menor que forma parte de los paravertebrales. 3 Si estos músculos insertados en los temporales se tensan, generará el gesto de que la cabeza va hacia los brazos, en vez los brazos hacia la cabeza. Necesitamos dar libertada a los temporales, crear espacio entre las apófisis mastoides, sin crispar las mandíbulas, para que así los brazos se levanten solos, pareciendo verdaderas alas, porque habremos liberado el esternón y las clavículas. La cabeza dirige el movimiento y ésta es primordial para liberar los brazos y las costillas que se sujetan a los lados del cuerpo. Se trata de utilizar el “Oído interno” para liberal los temporales y al mismo tiempo imaginar el volumen del cuerpo en su totalidad además del espacio entre las costillas. Liberar la caja torácica nos permite conseguir una respiración ligera, fluida; es pasar de tragar el aire a dejarse respirar. Es sentir el gusto del aire, como si tuviéramos un jazmín en el centro del pecho que oliéramos delicadamente. Esa sensación de su perfume nos permitirá percibir el espacio de dentro de la caja torácica como habitado, son su densidad y profundidad. Si la caja torácica , como un buen acordeón afinado por el aliento de la respiración, permite que la columna vertebral se adapte siguiendo las indicaciones del director que es la cabeza, ésta se integrará en el centro , al equilibrio del conjunto , con la misma importancia que las demás extremidades. Dejemos la cabeza balancearse en lo alto de la caja torácica y siempre oliendo el perfume que se desprende del jazmín. El Occipital se relaciona con el esternón recogiendo toda la información que le trasmite el sacro, como si fueran tres antenas parabólicas interconectadas. Que esta transmisión, que se realiza a través de la columna vertebral entre esos tres puntos, sea adecuada y esté afinada dependerá de que cada espacio horizontal (pelvis, abdomen, caja torácica, cintura escapular y cabeza) esté libre, equilibrado y bien situado uno encima del otro. La cabeza provoca dos reacciones: 1. El empuje, el cual por la compresión, llevará el sacro hacia abajo 2. El tirón y extensión, por los cuales la cabeza se proyectará hacia el espacio (gesto antigravitacional) y tirará a continuación, del resto del cuerpo. Tener la cabeza sobre los hombros, ilustra la integración postural, el reposo de una estructura sobre otra. Tener la cabeza en el cielo, ilustra el concepto de la suspensión de la estructura. Debemos de caminar ligeros sobre el suelo y con el esternón flotando en el aire. Entonces, la caja torácica no será un estorbo y la cabeza tendrá la libertad de dirigirse hacia el cielo. La cabeza no se hundirá más en los hombros como si se hundiera el cielo sobre ella. Así ligeros casi aéreos, podemos estirar libremente nuestras piernas, pero sin anticiparnos ya que debemos dejar que el sacro se inspire en la tierra. A esto nosotros le llamamos axialidad, es el arte de la ligereza. RELACIÓN CABEZA Y CINTURA ESCAPULAR: Toda la evolución de estar de pie es para liberar las manos. La cintura escapular está al servicio de la mano y en el yoga lo trabajamos a través de los mudras. 4 A nivel de fascias hay una continuidad desde la punta de los dedos a la columna. El trabajo de los brazos debe llegar a la columna y no quedarse en los hombros. Las manos representan el tórax. Si trabajamos las manos se mejora la respiración. Que las manos siempre tengan intención en los asanas para trabajar la musculatura posterior. Nuestra cintura escapular está deprimida por nuestra cultura del plof. Cuando está deprimida la cintura escapular me falta la fuerza en diferentes musculaturas: romboides, deltoides, pectorales… y nos sobra fuerza en los complejos del cuello y en el trapecio. RELACIÓN CABEZA – HIOIDES: El hueso hioides es un hueso impar y mediano. Es el centro de tracción de la unidad que forma cabeza-caja torácica, lo mismo que lo es el ombligo para la zona baja del cuerpo. Tiene forma de herradura, siendo convexo hacia delante, parecido a una pequeña mandíbula inferior. Está situado en la parte anterior del cuello a nivel de la 3ª Vértebra Cervical (C.3,), por debajo de la lengua y por encima del cartílago tiroides al que está unido por ligamentos. Se sitúa por encima de la nuez o Manzana de Adán y en ella se reflejan las zonas de tensión. Está suspendido por los ligamentos de las Apófisis Estilohioideas de los huesos Temporales y por debajo de la Apófisis Mastoides. Está sujeto a la mandíbula inferior por los músculos Supra-hioideos, al esternón por los músculos Sub-hioideos, el Esternocleoidomastoideo y muy especialmente, está unido a los omóplatos por los músculos Omohioideos. Es a través de este último músculo, que la posición de los hombros influirá en todas las funciones ligadas al hueso hioides. Este músculo que pasa por debajo del Trapecio y del Esternocleidomastoideo, lo podemos llamar el “músculo de la cólera“ ya que descomprime la carótida y la vena yugular cuando existe un flujo abundante de sangre que va a la cabeza y si la tensión de los músculos superficiales es muy fuerte Por encima de él se inserta la lengua (boca) y la laringe (Respiración y Lenguaje), siendo el aparato suspensor de la Laringe: Este pequeño hueso con forma de herradura suspendido en los músculos del cuello cambió la historia del género humano. Es el único hueso del cuerpo que no está conectado a otro, es el responsable del lenguaje hablado, descubierto tan sólo en los Homo sapiens y en los neandertales. Podemos observar que al cantar y al hablar, la nuez del cuello presenta movimientos verticales constantes. Estos movimientos son necesarios para la articulación de las vocales. Otros animales tienen versiones del hueso hioides, pero sólo los humanos lo tenemos ubicado en la posición ideal para que pueda trabajar al unísono con la laringe y la lengua y así permitirnos ser los únicos animales habladores con vida. Si no fuese así todavía estaríamos gruñendo como nuestros primos los chimpancés. Se cree que el género humano tiene la capacidad de hablar, de forma similar a como lo hacemos hoy en día, desde hace 300 mil años, según aportan datos de huesos hioides fosilizados. Pero no es sólo ese huesito el responsable del habla, sino que para la misma época otro cambio anatómico nos dio las bases del habla y eso es cuando la laringe bajó. En los niños humanos la laringe está ubicada en la cavidad nasal, eso hace que los bebés puedan tomar líquido y respirar al mismo tiempo, como los monos. Pero alrededor de los tres meses de edad, la laringe cae más abajo en la garganta, haciendo que sea más fácil atragantarse pero haciendo posible el habla. Ningún otro animal tiene la 5 laringe tan baja para producir sonidos tan complejos como los humanos venimos haciendo desde hace miles de años. El hueso hiodes también participa en la masticación, provocando un constante masaje a la tiroides. Al situarse delante de la 3ª Cervical (C.3) y en el centro de su curvatura, cualquier extensión o giro de la cabeza sobre la columna vertebral se realizará alrededor de él. Lo comprimimos la llevar hacia atrás la cabeza cuando decimos “si”, o al comenzar a enroscar la espalda. Debemos procurar no comprimir el mentón en ningún movimiento, ni que la cabeza tire de la C7 al estirarse para que haya suficiente espacio hacia arriba y hacia debajo de la nuca. La sensación que debemos sentir es como si a la vez dijéramos que si de afirmación y un ¡ah! de sorpresa. RELACIÓN CABEZA – NUCA – ATM: Las ATM son los cerebros de lo emocional ya que el sistema límbico está cerca. Todo está conectado con las ATM: unido energéticamente con el atlas. Si no sonrío mi cuello se vuelve rígido. La musculatura hioidea conecta con la voz, lo que dejo salir o pasar. La voz la utilizamos para expresarnos desconectadamente; utilizamos más la mente que el corazón para comunicarnos. Si no relajo el cuello, no relajo la mandíbula y es porque no estoy en paz conmigo mismo. En ellas se queda lo que no he podido digerir, se consolida en ellas lo que no he podido expresar. De ahí viene el bruxismo, el apretar los dientes. Está conectado lo primitivo, con el nerurocortex. Si se reprime algo que no expreso se drena a través de las mandíbulas como los perros sarnosos que no paran de gruñir. Rencor, rabia, recelos, reproches, represión… cosas muy primitivas. Todas las R emocionales. El bruxismo son emociones congeladas, retenidas, no digeridas. Se crea una fuga a través del chakra secundario de las ATM y esto suele desencadenar fibromialgia y cansancio crónico. El bruxismo repetido durante tiempo crea tensión en el atlas y eso crea tensión en el nervio neumogástrico y eso da lugar a problemas digestivos, de cabeza, de respiración… Aquello que me parece injusto y no puedo expresarlo me da rabia, fija mi mente, frunzo el entrecejo y me mantiene la cabeza obtusa y rígida. Que el yoga nos ayude a relajar esto. El primer mudra del yoga es “¡y qué más da!” Reírse mucho de uno mismo, aprender a dejar pasar. “Deja pasar todo lo que te venga pero nada de lo que te venga lo dejes ir sin amarlo” Ser pasota ante lo no esencial: juicios, críticas, cuando algo no sale como quiero, del éxito, del fracaso… Otros orígenes de desequilibrios son problemas oculares, de oídos y boca. Este último suele ser relevante con el desarrollo de la mandíbula y de la mordida. Hay toda una rama de investigación y praxis clínica que estudia la relación de las mandíbulas y la postura. La mandíbula es importante en la postura. Si nos tapamos los oídos y abrimos y cerramos la boca podemos escuchar los sonidos de la mandíbula cuando se desequilibra. Si coloco unos dientes encima de los otros y abro y cierro ya no suena. 6 Esto es porque la mandíbula inferior se retrae para acomodar la fascia. Es importante trabajar el estirar la mandíbula inferior y abrir y cerrar la boca manteniendo la alineación de los dientes. La cabeza está regida por un nervio, el trigémino, que tiene tres ramas que conectan ojos, nariz y mandíbula. Es el nervio con mayor carga de información ya que está cerca de la cara y el cerebro. Conecta cabeza, pecho y abdomen es decir, mental emocional y metabolismo. CUELLO – TALLO CEREBRAL: El cuello es la parte más estrecha de nuestra estructura y comunica cabeza y cerebro con el resto del cuerpo. El cuello está constantemente equilibrando el peso y los movimientos de la cabeza mediante pequeños impulsos nervios de tensión - relajación, para compensar cualquier cambio de la postura y que la cabeza esté en su centro. También tiene que ver con la voz y como la humanidad se expresa a través de ella. Estructuralmente es una parte delicada ya que por ella pasa la circulación y los nervios lo que hace que todo esté implicado. La arteria vertebral pasa por los orificios de las apófisis transversas cervicales y lleva el riego sanguíneo a la cabeza y problemas en ese sentido si se comprime la zona cervical. También el sistema autónomo lleva la homeostasis y equilibrio del cuerpo que nace en el bulbo raquídeo y va hacia los nervios craneales. El cerebro primitivo (el tallo cerebral) tiene los neurotransmisores de la memoria ancestral. También contiene mucha información energética. Sería la banda del primer chakra, lo más ancestral y lo más primitivo. La estructura de la vertical se ha creado con un desequilibrio hacia delante, porque para el organismo es más económico vencer un único desequilibrio, trabajando con la musculatura posterior del cuello, en vez de estar regulando varios desequilibrios si la cabeza estuviera en el centro. Por todo ello, en la práctica, es necesario adecuar sensiblemente el cuello en cualquier postura, tratarlo cuidadosamente, con delicadeza, dulzura, con sensibilidad. Hay que tocarse mucho el cogote. Cuando estamos satisfechos ponemos las manos en la nuca y nos abrimos. Porque cuando uno está satisfecho tiene que ver con la zona de la nuca. Cuando me duele la tripa, me encojo y llevo las manos al abdomen. Hay gestos espontáneos que están en la humanidad que se hacen no sabemos muy bien porque y que lleva las manos a las zonas conectadas con ese estado emocional, psíquico de bienestar o malestar. Por eso es el arquetipo del que está feliz, del que está abierto porque no necesita defenderse de nada. Las axilas están abiertas, que es mi respiración cuando era un anfibio, la respiración branquial. Cuando le dices a alguien que se ponga con las manos en la nuca y no puede la pregunta que hay que hacerles es: ¿Tú como andas de felicidad? NUCA - OCCIPITAL – ATLAS – AXIS: En el hata yoga, la cabeza necesita de pequeños ajustes alrededor de un centro, que tenemos que ir explorando en las diferentes posturas. Un centro que es fruto ante todo de la atención. Anatómicamente estos ajustes de la cabeza sobre el cuello se hacen sobre las pequeñas superficies del occipital con el atlas (primera vértebra cervical). 7 En este sentido es recomendable llevar la atención a la nuca. Nuca viva. La sensibilidad y el control de las primeras vértebras cervicales son importantes para la armonía en el movimiento de enrosque y desenrosque del cuello en su totalidad. Ayuda a inhibir movimientos automáticos, como el adelantar la cabeza cuando se realiza el movimiento de flexión, o a hundirla cuando se realizan los movimientos de extensión. Ante lo mencionado nos sugiere la imagen de la cabeza como la de un globo que se eleva y que el resto del cuerpo esta colgando. Esta imagen nos invita a explorar durante la práctica una gran riqueza de pequeños ajustes, con la finalidad de no crear tensiones en el cuello. Recuerda la belleza de los movimientos de los cisnes. Es una maravilla ver como se sostiene su cuello y con cuanta elegancia y precisión lo mueven. CABEZA –SENTIDOS- EQUILIBRIO POSTURAL: El equilibrio postural viene del oído interno y de la vista. Dependiendo de las informaciones sensoriales que les llegan nos adaptamos y orientamos: La nariz nos da la dirección arriba – abajo. Los ojos la dirección delante – detrás. El oído la dirección derecha – izquierda. El gusto la profundidad, la globalidad. La succión es el primer reflejo, el primer punto de la expresión emocional del bebé, mamamos. Hay más ramas del cerebro de los sentidos, de dentro hacia fuera que de fuera hacia dentro, ya que creamos imágenes y proyecciones de lo que percibimos por los sentidos. Proyectamos el mundo desde el interior más que objetivamente de lo que percibimos. La realidad pasa por la experiencia del sujeto. No podemos ver aquello de lo que previamente no tenemos información en el cerebro. Para que algo funcione no tienes porqué creértelo, simplemente el hecho de estar en ese entorno, crea. “Hazlo como sí”, “actúa como si eso estuviera hecho”, desde la imagen interna creo algo. Mi verticalidad va a depender mucho de mi actitud y de esa imagen interna que yo tenga, y de la que yo genere. Cuando todos los sentidos son orientados hacia el interior (pratyahara), todas las direcciones apuntan al centro, expresado por lo que llamamos axialidad. Somos guiados por la “estrella de oriente” en nuestro cielo, dando sentido a la práctica, hacia un renacer en la noche fría, con humildad y sencillez, indiferentes a todo lo que no es esencial. Pratyahara implica centrar los sentidos en una sola dirección, la del alma, la del espíritu. Cuando alineo la cabeza es porque tengo orientación interna hacia el corazón y hacia el alma. Que el pensar, sentir y el hacer estén alineados, tengan coherencia. CABEZA – NUCA - RELACIÓN ENERGÉTICA – ESPIRITUAL: El sedentarismo, el exceso de información visual, el exceso de seriedad, y de emociones mal digeridas, hace que seamos una cultura de cuellos rígidos, de cabezas adelantadas, de cabezas escondidas entre los hombros, de mandíbulas apretadas, de ceños fruncidos, de glotis cerradas…. Producto de todos estos gestos cada vez hay más personas con problemas de cervicales, de garganta, y de tiroides. 8 La tiroides desarrolla un papel importante en el crecimiento y desarrollo del cuerpo, pero una vez que el cuerpo, ha finalizado su crecimiento, el hombre ya maduro desarrolla su crecimiento espiritual, apuntando su cabeza hacia el cielo y expresando el Verbo. En el quinto chakra dialogamos como hombres celestes con la tierra. “En hebreo significa el anzuelo divino, y la nuca significa liberación. El hombre de “nuca rígida” es aquel que no se deja tomar por lo divino, que rehúsa, por tanto, dejarse fluir hacia su origen, para ser curado, y en cual las alas del pájaro no pueden desplegarse. La lira de siete cuerdas que fue entregada por Apolo a Orfeo, simboliza perfectamente el don del Dios-Verbo desconocido que Se hacía conocer según siete ondas vibratorios, que son todavía los siete cielos tradicionales simbolizados, a su vez, por nuestras siete vértebras cervicales. Sobre las siete vértebras cervicales se apoya la glándula tiroides. Del griego turoides, “que tiene la forma de puerta” la tiroides parece ser la puerta del UNO al séptuple y la del retorno del séptuple al UNO. Curiosamente, esta glándula segrega el yodo (yo entiendo: el Yod, la esencia primordial) Ella es llamada ”la manzana de Adán”; es el pomo de la Espada, el Yod, el verbo. Anatómicamente, es la base de la lengua, símbolo del Logos, el Verbo. Fisiológicamente, posee acción directa sobre la función del crecimiento. Siete cielos se abren del Hombre como otros tantos peldaños que deberá subir antes de la sublime unión. Estos siete cielos son descritos en la tradición hebraica con el nombre de los Palacios. El “Hombre de lo alto”. Bolbos, en griego, significa “cebolla”; así como una cebolla enrolla alrededor de su cuerpo sucesivos vestidos, del mismo modo los siete cielos se enrollan alrededor de la Luz divina, cuya intensidad transmiten jerárquicamente, velándose hasta llegar a la “Puerta de los Dioses” “ Extracto del libro: El simbolismo del cuerpo humano Annick de Souzenelle Se dice que la distancia más larga de este universo está entre la cabeza y el corazón. Trabajar con el cuello, nuca y cabeza es trabajar sobre todo con la actitud: una presencia relajada, una sonrisa, un saber-sabor estar: La mirada hacia el interior, los oídos escuchando el espacio, oliendo la flor del corazón, y saboreando este instante. Bibliografía: Libro de Carlos Fiel de Autorregulación. Diferentes apuntes de la Formación de Sadhana y del Curso de Manos de Víctor Morera. CARMELA VALERO SADHANA ESCUELA DE FORMACIÓN 9