NÜM. 5." EXTRAORDINARIO. Madrid 19 de Enero de 1876, SUMARIO. ^ Lfi cmHion religiosu y ¡as Constituciünes peVitica^ modernas.—Constituciones (le Espnña.—De .\ustria-Hungria.—D; Baviera.—De Bélgica.—De Dinamarca.—De Francia.—Do Grecia.—De Inglaterra.-Do Italia.—De Holanda.—De Portugal.-De Prusia.—Do la Rumania.—De Sajonia.— DeSuecia y Noruega.—De Suiza.—Estados-Unidos del Norte.—Del Bi-asil.—Del Ecuador.-Dc la Confoderacion Argentina.—De Venezuela. Carta pastoral üc Su Erna, el Cardenal Arzotiispo de Toledo.—Decreto de la Sagrada Congregación del índice proliitiiendo varias obras. 17 Constitución de 1812. Art. 12. La Religión de la nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La nación la proteje por leyes sabias y justas, y prohibe el ejercicio de cualquiera otra. Estatuto real (10 de Abril de 1834.) Constitución de 1837. Art. 11. La nación se obliga á mantener el culto y los Ministros do la Religión católica que profesan los españoles. SECCIÓN D E DOCUMENTOS. Lk CUESTIÓN' RELIGIOSA Y LAS CONSTITUCIONES POLÍTICAS MODERNAS. Constitución de 1845. Art. 11. La Religión de la nación española os la católica, apostólica, romana. El Estado so obliga á mantener el culto y sus Ministros. El Cronista, diario ministerial, lia publicado u n n o table artículo en el cual se recopilan las bases r e l i g i o sas de g r a n p a r t e de las constituciones políticas m o d e r n a s . Por t r a t a r s e d e u n a m a t e r i a siempre t a n g r a v e y aliora de t a n palpitante interés, vamos á insertar í n t e g r o el artículo de El Cronista, poniéndole al pié n o t a s que llenen los vacíos que advirtamos, ó esclarezcan los p u n t o s que nos parezcfm oscuros. Hé aquí, p u e s , el artículo al cual nos referimos: Proyecto de Constitución presentado al Congreso de los diputados por el ministerio presidido por D. Juan Bravo Murillo el dia 1." de Diciembre de 1852. «Creemos conveniente en las actuales circunstancias que nuestros lectores tengan conocimiento de las disposiciones que en asuntos religiosos consignan los diversos códigos políticos que, promulgados los unos y en proyecto los otros, han visto la pública luz en España durante el presente siglo: asimismo pensamos que no está demás se tenga á la vista cuanto sobre la materia prescriben las Constituciones y leyes fundamentales de los pueblos tnás civilizados (I). Para que este trabajo de recopilación fuese completo, sería necesario añadir las leyes en que están desarrollados los respectivos preceptos constitucionales á que nos referimos (2); pero la tarea sería prolija (3), y es, por otra parte, suficiente para el conocimiento del asunto el estudio de las bases religiosas que hoy publicamos. Constitución de 1856. Hemos hecho esta recopilación teniendo á la vista obras de reciente fecha: por lo tanto, creemos que este'n vigentes todas las disposiciones que copiamos. Sin embargo, como pudiera haberse derogado alguna de ellas, estamos prontos á rectificar, sí asi resultase. ESPAÑA. Constitución dada en Bayona áQ de Julio de 1808, por D. José Napoleón. Título 1.°—De la Religión.—Artículo 1.°—La Eeligion católica, apostólica y romana en España y en todas las posesiones españolas, será la Religión del Rey y de la nación, y no so permitirá ninguna otra. Art. 6.° La fórmula del juramento del Rey, será la siguiente: Artículo 1." La Religión de la nación española es exclusivamente la católica, apostólica, romana. Art. 2." Las relaciones entre la Iglesia y el Estado se fijarán por la Corona y el Sumo Pontífice en virtud de Concor-, datos que tendrán carácter y fuerza de ley. Art. 14. La nación se obliga á mantener y proteger el culto y los Ministros de la Religión católica que profesan los españoles. Pero ningún español ni extranjero podrá ser perseguido por sus opiniones ó creencias religiosas, mientras no las manifieste por actos públicos contrarios á la Religión (1). ' Constitución de 1869. Art. 21. La nación se obliga á mantener el culto y los Ministros de la Religión católica (2). El ejercicio público ó privado de cualquiera otro culto queda garantido á todos los extranjeros residentes en España sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho (3). Si algunos españoles profesaren otra Religión que lacatólica, es aplicable á los mismos todo lo dispuesto en el párrafo anterior (4). Art. 27. Todos los españoles son admisibles á les empleos y cargos públicos, según su mérito y capacidad (5). La obtención y el desempeño de estos empleos y cargos, así como la adquisición y el ejercicio de los derechos civiles y políticos, son independientes de la Religión que profesan los españoles (6). (1) Este proyecto admitía la libertad de cultos, no en público, sino en edificios de carácter privado. (2) No se dice que la Rehgíon católica es la Religión de Es«Juro sobre los santos Evangelios respetar y hacer respe- paña ni la del Estado. Esto es notable. (3) Aquí se sanciona la libertad de cultos para todos los tar nuestra santa Religión...» extranjeros. (4) Aquí se extiende esta misma libertad á los españoles que quieran hacer uso de ella. (1) Basadas todas, por desgracia, en el eclecticismo y el (5) Según esto, puede ser ministro de Gracia y Justicia un excepticismo ó sea en los principios mismos de la revolución. ateo, un judio, un musulmán ó un protestante. De modo que, (2) Estas leyes, que aquí por brevedad se omiten, limitan si se conservase este artículo, y manteniéndose el patronato, en todas partes la libertad de cultos. un ministro judío ó musulmán, protestante ó ateo, podría|)rí(3) Pero muy conveniente. Cuando so repite tanto y tanto] ,sentar Obispos, nombrar Canónigos, etc. ¿Puede concebirse el argumento dé la legislación europea, sería hasta necesario nada más absurdo? el dar á conocer con toda exactitud esta legislación. Así se (6) De modo que, aunque los españoles son católicos, los vería lo que vale en la realidad el mencionado argumento. ^ hombres que formen su Gobierno, pueden no serlo.