GLOSARIO CÁNTABRO-ANDALUZ por Quique Castillo Aguilera y sus alumnos de LCL de 4º de la ESO del IES Las Llamas (curso académico 2014-15) A los árabes, que no os conquistaron y os dejaron campar a vuestras anchas. A los leístas, loístas y laístas, que algún día dominarán la Tierra. A aquellos que siempre llevan a cuchus una palabra flaman. © Diciembre de 2014, de la edición y prólogo Quique Castillo y sus alumnos de 4.º de la ESO (curso 2014-15) Ediciones “Juan Palomo” http://blog4delaesolasllamas.blogspot.com.es/ Atención al cliente: quiquecastilloaguilera@gmail.com @QqCastilloLCL http://lticyl.blogspot.com.es/ Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra no solo está permitida sin la autorización de sus titulares, que de sus derechos de autor no entienden “na de na”, como diría un andaluz, sino que, además, se agradece su transmisión a través de los medios que se desee. Si no te importaría (como diría un cántabro), comparte (la vida es corta y procomún). Prólogo Dos buenas razones nos movieron al arranque de este curso a componer el Glosario cántabro-andaluz que tienes en tus manos: la primera, la explicación en clase de las diferencias dialectales existentes en el castellano hablado en la Península Ibérica; la segunda, quizá más apremiante, la oportunidad que brindaba el hecho de que uno de los profesores de lengua en el IES Las Llamas, de Santander, fuese andaluz. Había que tender puentes. El cántabro (dialecto cantarín, de condicionales compungidos, ucos y ucas, leístas, laístas, loístas y pronto incluso luístas) tenía que acabar abrazando –gesto sin precedentes− al andaluz (dialecto de eses y zetas desorientadas, polivalentes; de sonidos que proceden de lo más hondo de la garganta; de consonantes finales de sílaba que ni se las ha visto ni se las conoce; de quillos, mi arma, etc.). Los conflictos idiomáticos, pocos, pero haberlos haylos, o –mejor dicho− los ha habido, los hemos resuelto con una firme voluntad de entendimiento mutuo. Este esfuerzo de limar mínimas diferencias léxicas se hubiera visto resuelto mucho antes si hubiéramos disfrutado entonces de este Glosario cántabro-andaluz. Sirva asimismo este volumen para que, del mismo modo que su recopilador ha empleado buena parte de su tiempo en memorizar y emplear incluso las voces cántabras de sus alumnos, correspondan estos a su gesto aprendiendo alguna propia de su dialecto. Seguro que les son de utilidad para moverse en los entresijos de las conversaciones de calle cuando viajen a Andalucía. De este modo, también pueda quizá él emplear alguna en clase sin sufrir la cara de extrañamiento de sus estudiantes. Pienso, así de pronto, por ejemplo, en la voz “moñear”. Esta palabra podría definirse como «tirarse de los pelos, o la acción de coger a alguien por el pelo, preferiblemente cuando está recogido, y arrastrarlo por todo el suelo en el lugar donde te encuentras». ¿Cómo podrá amenazarlos en su justa medida si no puede advertirles de que, si no se callan, los moñeará por toda la clase? Esperamos que su lectura resulte del agrado del lector. ÁBRIGU Marina Cordovilla (E4B) nos define esta palabra como… 1. m. Viento del sur. Véase s. v. gallego. APAILADO, DA (o apailao) Cristina Canales (E4A) nos define esta palabra como… 1. adj. Persona poco rápida a la hora de pensar. (No nos ofrece ningún ejemplo de uso, pero no lo achaco a que estuviera apailada, empleando su palabra, porque es una alumna espabilada.) En Andalucía tenemos varias palabras para expresar la misma idea: acarajotao (que ya he explicado en la entrada maula / maulez) y esnortao, entre otras. Esta última, se advierte con claridad, se ha formado a partir de des- y norte. AMAÑAR Sherin Morsy (E4A) nos define esta palabra como… 1. tr. Aderezar la comida con algún ingrediente. Ofrece como sinónimo: aliñar. ¡No me hubiera podido imaginar que esta palabra significase eso en el dialecto cántabro! Para mí amañar es eso mismo, amañar. Y no conozco ninguna palabra andaluza que tenga el significado de aliñar. Para nosotros aliñar es aliñar. ASUBIO Carolina Saiz (E4A) nos define esta palabra como… 1. m. Resguardo de la lluvia. Ponerse al ~. Ponerse a resguardo, a cubierto de la lluvia. También existe el sustantivo asubiadero, que es el lugar específico donde se puede resguardar de la lluvia, es decir, donde uno se asubia (también existe, por tanto, el verbo correspondiente). Como recojo en otras entradas, en Andalucía no tenemos equivalentes para esta clase de palabras al no tener una cultura de la lluvia tan competa como la vuestra. A TRICAPELLEJO Noelia Abad (E4C) nos define esta locución como… 1. Loc. adv. En abundancia o a reventar. Ej.: Hoy nos hemos puesto a triscapellejo de rabas. En Andalucía cuando acabamos satisfechos, atiborrados de comer o de beber, solemos señalar que nos hemos puesto pujos o púos, y esto tiene siempre un carácter positivo, de alabanza, de premio al cocinero o al anfitrión. También hemos acabados jartos o con jartura. BARDAL Santiago Palacio (E4C) nos define esta palabra como… 1. adj. Cualidad de aquellas personas con grandes dificultades para poder ordenar sus cosas, o simplemente recogerlas. El ej. que nos da no es un ej. de uso, es una (re)definición: yo un domingo al despertarme (y aun los sábados), señala. Paula Desiré (E4B) recoge que también se puede aplicar referido a espacios, y que la expresión típica es ser un bardal o estar hecho un bardal. Otro ej. que nos proporciona: Tu cuarto está hecho un bardal: las camisetas están tiradas por el suelo, los libros también… ¿Hace cuánto que no lo ordenas? Otro ej. de Javier González (E4B): Eres un bardal, nunca ordenas tu cuarto y siempre dejas todo tirado. Juan Merino (E4B) ofrece asimismo como sinónimo desaliñado. Un Julián Carrera (E4A) nos indica que, en primera instancia, tiene otra acepción, que es la que aparece en el DRAE: 2. m. Terreno poblado de zarzas y otros arbustos, donde se encuentra caza mayor. Por extensión se obtiene la acepción primera. Recoge también que en Castro Urdiales, municipio al este de Cantabria, se dice bardial. Tengo que confesar que cada vez me gusta más esta palabra y la utilizo con una frecuencia tal que parezco medio cántabro. En Andalucía se puede decir frangollo a una persona o situación desordenada, caótica. Incluso puede decirse que la habitación está hecha un frangollo. El sustantivo sería frangulleo. En otras zonas, con un valor relativamente próximo, también se dice embaromao o embarbascao. BAZA Esta palabra la recogen varios alumnos. Elsa Olea (E4A) nos la define como… 1. f. Aposento en el cual se encuentran las instalaciones necesarias para orinar o defecar. Álvaro Pérez (E4B), más eufemístico, emplea en cambio la expresión “evacuar el vientre”. Paula Desiré (E4B) afirma que procede del italiano bazza y nos recuerda que en otras regiones distintas de Cantabria se utiliza para referirse a manos de cartas, así que cuidado a la hora de “meter baza” en una conversación lúdica o recreativa. Cristina Amodia (E4C) nos da el siguiente ej.: La baza del baño está estropeada. ¡Me niego a emplear esta palabra!, me cuesta horrores. No forma parte de mi ADN lingüístico: yo siempre la entenderé en la acepción recogida también por Paula. Por lo demás, me temo que los andaluces no somos tan originales como para tener una palabra propia para lo que es retrete, inodoro o, simplemente, váter. BRIÑÓN Julián Carrera (E4A) nos define esta palabra como… 1. m. Variedad de melocotón, pequeño y sabroso, de piel lisa y muy colorada. En Liébana se llama briñón al endrino, arbusto de uno a cuatro metros de altura, con ramas espinosas, flores blancas y frutos ácidos, azulados. El mismo Julián me proporciona el término equivalente, aunque no en andaluz, que no lo conozco ni sé si tan siquiera si lo tiene. Briñón vendría a ser, en castellano estándar, nectarina. CAMBERA Marina Cordovilla (E4B) nos define esta palabra como… 1. f. Vía de tierra por donde se transita habitualmente. Nos propone como como sinónimo en la lengua estándar camino. Ej.: Fuimos a pasear por la cambera hasta el próxmo pueblo. Esta voz aparece recogida en el DRAE como voz rural de Cantabria. En Andalucía, también en ámbito rural, acostumbra a decirse vereda, palabra también recogida en el DRAE, pero con una pérdida consonántica muy característica: vere’a. De hecho, es muy común que, caminando por la montaña, las personas mayores no te indiquen senderos o pistas sino vere’as. CHAPAPOTE (O PICHI) Paula Desiré (E4B) nos define esta palabra como… (Del náhuatl chapapotli) 1. m. Palabra cántabra usada para designar el alquitrán o el petróleo. En el caso de “chapapote”, está aceptada por la RAE ya que se utiliza en toda la zona costera norte española. Ej.: La playa está llena de chapapote, así que, yo que tú, tendría cuidado al posar las toallas. Pablo Valcárcel (E4C) señala, asimismo, que es un líquido muy viscoso, de color oscuro y con fuerte olor. Se obtiene de la destilación de maderas resinosas, carbones, petróleo, pizarras y otros materiales vegetales y minerales. Se suele utilizar como fertilizante o para la fabricación de asfalto. Proporciona otro ej.: Después de hundirse el Prestige, la playa estaba llena de chapapote. No tengo una palabra equivalente en andaluz. De hecho, esta palabra –chapapote– no me resulta extraña desde el desafortunado incidente del Presige, es decir, ya no me parece enteramente norteña y dialectal. CHON Álvaro Pérez (E4B) nos define esta palabra como… 1. m. Mamífero que se cría en domesticidad para aprovechar su cuerpo en la alimentación humana y otros usos. Paula Desiré (E4B) nos indica que procede de “lechón”, que a su vez proviene de “leche”, al referirse a un cochinillo que todavía mama (aunque, coloquialmente, se utiliza para designar a cualquier cerdo macho). Asimismo, nos recuerda que en la Edad Media existía una costumbre llamada la “matanza del chon”, en la que los campesinos mataban cerdos para alimentarse de ellos. También Paula recoge otra acepción: 2. adj. Esta palabra se puede emplear para referirse a una persona sucia o desaseada. Ej.: Estás hecho un chon, deberías ducharte más. Juan Quevedo (E4C) señala, asimismo, que esta forma tiene una peculiar coincidencia: en el resto de España, se suele llamar Chon a una chica que se llama Asunción. En Cantabria es algo impensable porque suena a insulto. Comenzando por el final, comentaré que, aunque a mí chon no me suena mal, en la carrera tuve una profesora que se llamaba Asunción pero a la que todos llamaban “Choni”. Choni, al menos en Andalucía, es un sinónimo de barriobajero o poligonero, sobre todo referido a chicas. ¡Eso ya no era insulto sino lo siguiente!, pero ella parecía feliz, no obstante. En cuanto al cerdo, me consta que en Asturias se le llama gocho, en Murcia chino (siempre me he planteado la que tienen que liar en esta comunidad para hablar de las personas de nacionalidad china sin poner en cuestión su aseo personal), pero en Andalucía no me parece que haya palabras peculiares: guarro y puerco son las que he oído allí, pero no me parecen dialectales. Y, como dato curioso, en mi infancia sí tuve ocasión de presenciar alguna matanza, de forma que no me parecen tan medievales (quizá sí por los métodos). CHONERA Julián Carrera (E4A) nos define esta palabra como… 1. f. Formada a partir de la anterior, pocilga. Por extensión, utilízase también para referirse a una habitación desordenada y sucia. No estoy convencido de que sea una palabra andaluza, pero yo escuchaba mucho de pequeño zuhardón como sinónimo de pocilga. Ej.: Los cerdos, de toda la vida, se crían en el zuhardón. Es una palabra que apenas se emplea hoy, y que es casi desconocida; por eso no la utilizamos habitualmente para referirnos a una habitación desordenada. CHUPA José Remondo (E4A) nos define esta palabra como… 1 f. Acción de cogerse una caladura por culpa de la lluvia, es decir, calarse o empaparse como consecuencia de exponerse. Marina Cordovilla (E4B) da el siguiente ej.: He cogido una chupa de agua. Pablo Valcárcel (E4C) matiza que también puede aplicarse, sin más, para una lluvia repentina y de corta duración. Ej.: Menuda chupa está cayendo. Me ha pillado una chupa de tres pares de nari- ces. En Andalucía, por si no os habíais dado cuenta, no llueve tanto, y no tenemos apenas palabras en este ámbito (que yo conozca). No sé, por tanto, una palabra equivalente. En el sentido dado por Pablo Valcárcel, solemos emplear palabras tomadas del norte: chirimiri, por ej. Pero en el sur, cuando llueve, llueve, normalmente fuerte y a veces hasta de modo torrencial. CODES María García (E4A) nos define esta palabra como… 1. Ganchos de madera colocados en las vigas para colgar las carnes ya curadas. No sé cómo serán esos ganchos aquí en Cantabria, porque los que yo conozco o he visto en mi tierra no son de madera sino metálicos, así que quizá no sean el mismo objeto. Mi familia los llama candeleros o guitas, y tienen la misma función. COLOÑO Irene Calderón (E4B) nos define esta palabra como… 1. m. Conjunto de leñas, ramas y tallos secos atados que pueden ser cargados por una persona a la espalda. Ej.: El pasiego cargó el coloño hasta la cabaña. 2. m. Aspecto que presenta una persona doblada o encorvada por la edad o por enfermedad. Ej.: Ese anciano está hecho un coloño. No conozco ninguna voz equivalente en andaluz de la primera acepción, pero sí de la segunda. Se puede llamar caucón a una persona anciana que esté decrépita física o psíquicamente. Y, por extensión, se emplea también el verbo caucar, sinónimo, pues, de envejecer. Esta última palabra procede del verbo caducar, a partir de la que ha perdido la “d” intervocálica. El que cauca caduca, envejece. CORCHERO María Teja (E4C) nos define esta palabra como… 1. adj. Sinónimo de ligón o paleo. 2. m. Acción de entablar relaciones amorosas sexuales o pasajeras. No conozco ninguna palabra andaluza que pueda ajustarse a ninguna de estas dos definiciones fuera de la lengua estándar. COSTALÁ Lucía de la Roza (E4A) nos define esta palabra como… 1. f. Caída. Ejemplo: ¡Vaya costalá que me he metido!, u otro ejemplo: La costalá que se pegó Quique no era para reírse (como veis, otra alumna a la que le caigo simpático y que me quiere bien, y que, por supuesto, quiere aprobar en junio). En Andalucía utilizamos más bien el sustantivo hocicazo. (En Cantabria priorizáis caer de costado, mientras que nosotros, los andaluces, que vamos algo más adelantados siempre, solo caemos de boca, u hocico.) También tenemos un verbo para caídas de este tipo, aparatosas: esnoclarse, que intuyo que es una deformación de desnucarse. Ej.: ¡Cuidado, niño!, que he fregado, no vayas a esnoclarte y caerte dando un hocicazo. (Como veis, pura finería.) CUÉVANO Estela Custodio (E4C) nos define esta palabra como… 1. m. Cesto en el que transportan sus cosas o directamente a sus hijos las mujeres pasiegas. Miguel González (E4C), por su parte, completa la definición señalando que es una cesta hecha de mimbre que se utiliza para llevar la hierba. Ej.: Con tanto peso se me ha roto el cuévano. No puedo ofrecer muchas alternativas en andaluz. Solo dos. A la hora de recoger la aceituna, los agricultores se cuelgan un cesto en el cuello al que se llama macaco, como el cantante. También algunos trabajadores utilizan una cesta rígida de mimbre o caña, con tapa y cierre, para transportar la comida, a la que llaman capaza. DALLE Miguel Ortiz (E4C) nos define esta palabra como… 1. m. Instrumento utilizado en el campo para segar la hierba, concon sistente en un asa a la que se le ata un filo u hoja hoja en forma de meme dia luna. En el resto de comunidades se dice guadaña. Él mismo, Miguel Ortiz, propone el equivalente en la lengua estánestán dar, y no conozco ninguna palabra andaluza relacionada. DARSE UN COLE Mónica Pinto (E4B) nos define esta expresión como… Cole. 1. m. Equivale a baño. Darse un ~.. Darse un baño, introducirintroducir se en el agua. En zonas costeras de Andalucía existen expresiones similares a eses ta. Por ejemplo, en La Línea de la Concepción se utiliza guachi (darse darse un guachi). guachi Es una voz que –se dice– procede del inglés washing y se utiliza para designar un baño corto en el mar, un enen trar y salir. ENCISCAR Javier González (E4B) nos define esta palabra como… 1. tr. Provocar intencionadamente intencionadamente conflictos, altercados o reyertas mediante el uso de la palabra. Como sinónimos señala malmeter o malquistar Ej.: No siguió dando su opinión por no enciscar más la malquistar. situación. No conozco palabras andaluzas que pueda ofrecer como equivaequiva lentes tes a esta de Javier. Solo, quizá, enfollinar.. Cuando en el sur nos peleamos, nos enfollinamos o nos enritamos o inritamos, inritamos que viene a ser una deformación de irritarse. FLAMAN Carlota Señas (E4B) nos define esta palabra como… como 1. adv. de modo. Es el equivalente cántabro a la palabra “genial”. Ej.: Esta semana me lo estoy pasando flaman. flaman David Puente (E4B) completa esta definición: referido a algo que es correcto o que está bien respecto a la persona que pronuncia dicho vocablo. vocablo Ej.: El Real Madrid está jugando flaman. Creo que flaman es una expresión típica cántabra, pero formada, o deformada, a partir de una palabra común: flama.. O al menos yo sí he escuchado, por ej., esta semana me lo estoy pasando flama. flama Creo que la peculiaridad cántabra es la adición de esa consonante ene (n) final. Típicamente andaluz me parecen canela, canela fina, canelita en rama…, aunque yo no acostumbro a decir, por ej., esta semana me lo estoy pasando canela y me suena extraño el Real Madrid está jugando canela. FULAR Alberto Hernández (E4A) nos define esta palabra como… 1. intr. Ejecutar las acciones que le son propias a la persona o a la máquina. Ej.: Este bolígrafo no fula, no tiene muelle. El mando de la tele no me fula, no tiene pilas. Yo no he usado fular en mi vida. En mi caso empleo un verbo parecido, pero trisílabo: furular. De hecho, mis ejemplos serían: el mando de la tele no furula, no tiene pilas. GALBANA Eneritz Albarrán (E4B) nos define esta palabra como… 1. f. Estado fisiológico en el que hay languidez y pereza. Noelia Abad (E4C) propone un último sinónimo: vagancia, y un ej.: Los domingos son días de galbana. Aunque la habéis definido varias personas, el DRAE la recoge y no como cantabrismo: tan solo especifica que es un coloquialismo. Indagando en internet, he descubierto también que en Andalucía se considera dialectal garbana, nótese con el característico rotacismo. También andalucismos son torrija (que tiene un valor peyorativo: tener una torrija implica no solo estar vago sino empanado) y perrera. También perrera, sí. Ej.: Tengo una perrera hoy que no me consigo levantar de la cama. Por esta razón, al contrario que en Cantabria, decirle a alguien en Andalucía, por ej., ¡qué perro o qué perra eres! no constituye necesariamente un insulto (puede serlo, solo depende de la entonación). El año pasado tuve oportunidad de descubrir que aquí no tenía ese sentido más amable cuando le dije a una alumna, medio en broma, medio en serio, ¡qué perra!, dando a entender que estaba últimamente vaga; pero la reacción, lógicamente, no fue la esperada. GALLEGO Juan Merino (E4B) nos define esta palabra como… 1. m. Viento del oeste. Conozco a una gallega (ejem, la bibliotecaria del centro) a la que no le gusta nada que se le llame así a este viento, anunciador de borrascas y lluvias. Siempre dice que antes de llegar pasa por Asturias, que es lo que pilla más cerca, además, y nadie lo llama el asturiano. La primera vez que me lo mencionaron fue en una clase de Bachillerato, recién llegado, explicando los símbolos, iconos e índices (un contenido muy interesante). Como ejemplo de índice me pusieron el de que, cuando se interrumpe el viento sur y comienza el gallego, entonces llueve. Yo no sabía nada de vientos. Ahora ya sí, los menciono con normalidad. En Andalucía existen también algunos nombres específicos, propios de algunas localidades próximas al estrecho, como levantichón, holanera, etc. También se dice levantera como equivalente a ventolera, supongo que por confusión con este y en analogía con levantar, por el efecto que provoca. GUATA Carlota Señas (E4B) nos define esta palabra como… 1. coloq. Término utilizado dentro de la jerga juvenil para referirse al dinero. Ej.: ¿Podrías dejarme algo de guata para comprarme un bocadillo? Juan Merino y Álex Gutiérrez (E4B) proponen la grafía más subversiva de wata. Este último aclara que se emplea normalmente cuando se le pregunta a un amigo si tiene y/o te presta dinero. No conozco ninguna palabra en andaluz distinta de dinero y de las coloquiales con que nos referimos a él en la lengua estándar. A propósito de él me he acordado de dos palabras andaluzas: el adjetivo gurrumino, aplicable a una persona que no suelta ni un céntimo, y canino (o estar canino) se aplica, por último, a una persona que no tiene dónde caerse muerto. IR / LLEVAR A CUCHUS Daniela Melnic (E4A) y Juan Diez (E4B) nos la definen como… Verbo o expresión empleada para referirnos a la acción de transportar a un niño o a una persona sobre los hombros. Ej. de Juan: ¡Papá, papá! ¿Me llevas a cuchus, que estoy muy cansado? Otro de Paula Desiré (E4B): Cada vez pesas más y es difícil llevarte a cuchus. Junto con pindio, esta fue una de las primeras expresiones que aprendí, durante una excursión, explicada por unos alumnos a los que les sorprendió mucho conocer que ir a cuchus es un cantabrismo. Sí admito que hay zonas en las que se dice coger en cucú, que se parece relativamente. No obstante, yo estoy más familiarizado con ir a borombrillos, incluso a bomborombillos o columbrillos (estas palabras están más próximas a la palabra hombro u hombros), pero solo digo subir a hombros o a cuestas. JARTO, TA Clara Bezanilla (E4B) nos define esta palabra como… 1. adj. Se utiliza para resaltar cuándo algo es muy impactante en lo que se refiere a un hecho o a un suceso. David Puente (E4B) completa la definición señalando que se relaciona con algo resaltado o exagerado. Ej.: Hace un calor muy jarto. Supongo que el ejemplo de David ha tenido que ser pronunciado en cualquier ciudad andaluza, en la calle, una tarde de agosto cualquiera. Mis alumnos me señalan a menudo el calor que hace dentro del aula, incluso en noviembre, y yo, que vengo de las cálidas y áridas tierras meridionales, no puedo menos que sonreírme. No tengo un equivalente para jarto, aunque el ejemplo de David para mí sería hace tela de calor o tela de caló o tela caló. Yo no acostumbro a decir la calor, aunque se escucha muy a menudo en el sur. JINCHO Pablo Moreno (E4C) nos define esta palabra como… 1. m. Persona corpulenta y bastante alta e imponente. imponente. Nos ofrece varios ejemplos para asimilarla. Ej. 1: El nuevo que ha venido a clase es un jincho. Ej. 2: Menudo jincho de central que tienen (en fútbol). Ejemplo más sencillo: Adolfo Viadero (compañero de E4C). Alejandro Pereira (E4A) completa con una na segunda definición: Dícese de un hombre con un cuerpo voluminoso y de músculos marcamarca dos, generalmente también de gran estatura, aunque él propone la redacción con ge (gincho). ( Vaya por delante que esta definición de Pablo la hace con cariño, que Adolfo Adolfo es buen amigo suyo. Y, de acuerdo con su definición, ciertamente es un jincho.. Un adjetivo equivalente en andaluz, solo que con valor negativo o peyorativo sería destartalado (en cualquiera de sus formas: estartalao,, etc.). Sería una persona de gran tamaño, desproporcionada, etc. Con un significado similar también utilizamos jaquetón.. Por tanto, si decimos que una persona es destartalada o más aún jaquetona,, señalamos su mala hechura. tartalada, JURRIASCAR Marina Cordovilla (E4B) (E4B nos define esta palabra como… 1. intr. Llover de forma intensa con viento. Ej.: Da mucha pereza salir de casa con esta forma de jurriascar. Desconocía que eso tuviera una palabra, un verbo propio, pero es normal, porque jurriasca tanto que, si no existiera, existiera, habría que inin ventarlo. Por supuesto, en Andalucía no jurriasca, de manera que no tenemos una forma equivalente. De hecho, he tenido oportunioportuni dad de hablar con personas del norte y me han comentado que esa es una peculiaridad climática de Cantabria y, especialmente, de Santander. ¡Menuda suerte la nuestra! KIADA María Teja (E4C) nos define esta palabra como… 1. m. Sinónimo de chulo. 2. f. Cierto aire o gracia en las palabras o ademanes. 3. f. Conjunto o reunión de chulos. chulo Para la primera acepción, bueno, en cualquier parte podemos emem plear chulo, chulo chuleras o chuloplaya,, pero creo que específicamente andaluzas, y con ese sentido, son flamenco o farruco. farruco Con la primera no estoy aludiendo al tipo de música folclórica, sino s a la cualidad definida por María. Podemos decir, por ej., que Quique es un farruco porque quita puntos por ortografía, el muy cabrito. Y desdes pectivamente: ¡Si es que está hecho un flamenco bueno! Y antes de que caigan sobre mí las bromas, os recuerdo que no sé bailar sevillanas. LAMBIÓN, NA Carlos Quevedo (E4B) nos define esta palabra como… 1. adj. Se dice de una persona que es golosa. Ej.: Después de comer siempre tengo ganas de chocolate. Otro ej. de Miguel Casamichana (E4A): Ese chico es muy lambión: se comió una tarta entera él solo. Esta palabra no es exclusiva de Cantabria: también la emplean en Asturias, o al menos es conocida por mi compañera de departamento asturiana, aunque allí es llambión, con la palatalización inicial propia de su lengua. En Andalucía diríamos, en su lugar, chuchero, aunque no sé si es exclusiva de mi región. En zonas como Estepona, además, también dicen lechuzo, por raro que parezca. LUMIA Julián Carrera (E4A) nos define esta palabra como… 1. f. Mujer entrometida y cotilla. Supongo que esta es de esa clase de acciones que se prestan a la creación de un amplio vocabulario, normalmente muy imaginativo. En Andalucía a la acción de cotillear suele llamársela gulismear, palabra que no he oído aún por el norte. Una persona cotilla, por su parte, puede recibir distintas denominaciones: goleó, churretero, cazoletero, etc. MAGOSTO Laura Santos (E4B) nos define esta palabra como… 1. m. Hoguera para asar castañas, especialmente en la época de recolección de este fruto. 2. Castañas asadas en tal ocasión. 3. Reunión que se celebra en tal ocasión. Marina Cordovilla (E4B) señala que también existe la forma magosta, en femenino, y propone el siguiente ej.: El viernes en mi pueblo se celebró la magosta. En el sur no existe una tradición tan arraigada de las castañas como aquí, aunque se comercializan y asan también en las calles céntricas. Por eso no tengo una voz equivalente en este caso. MÁS TONTO QUE PIJUCAS EL DEL MUELLE Cristina Canales (E4A) nos aporta esta expresión típica de Santander. Pichucas era un vagabundo que andaba siempre por el muelle esperando que los pasajeros de los barcos le dieran algo. Los otros trotamundos lo insultaban y a veces llegaban a agredirlo. Alguna vez las cargadoras de los barcos lo defendían, pero él pensaba que también se metían con él y se cabreaba más todavía. Yo siempre he oído en casa una expresión similar en casa: eres más tonto que ajún. Ahora, no me preguntéis qué es ajún, si es un nombre propio, porque no tengo ni idea. Ya te investigaré por ahí. MAULA / MAULEZ Héctor Tamayo (E4A) nos define la palabra maula como… 1. adj. (de ámbito juvenil) Pringado. Carlota Señas (E4B) matiza que tiene el mismo valor o que es sinónima de peine, y añade una palabra derivada a partir de ella, sustantivo esta vez, maulez. Ej.: La película que vi el domingo me pareció una maulez. En el ámbito del insulto, todas las lenguas, y los dialectos, acostumbran a tener una gran expresividad, un léxico rico y variado. Recientemente le dije en clase a un alumno (más bien se me escapó, porque no acostumbro a emplear andalucismos) ¡acarajotao!, que es un adjetivo que se aplica a alguien que tiene carajotá, es decir, que está empanado, como rápidamente trasladó otro alumno. También son insultos más o menos suaves esgraciao (deformación fonética y gráfica de desgraciado) y fartusco (de falta, nótese el cambio de la “l” por la “r”, el llamado rotacismo). NAJAR Dani Cuerno (E4C) nos define esta palabra como… 1. Intr. (verbo regular) Moverse hacia un lugar determinado (preferentemente el barrio). 2. Irse de un lugar. U. t. c. prnl. No encuentro una voz equivalente en andaluz para esta propuesta por Dani Cuerno. PALEAR Alfonso Fernández (E4B) nos define esta palabra como… 1. intr. Desarrollar hacia otra persona una acción afectiva buscando establecer una relación amorosa. (Nos recuerda, no obstante, que este verbo en la lengua estándar implica actuar agresivamente impactando con un pelo.) Clara Bezanilla (E4B) nos señala como sinónimos tirar los tejos o ligar. Un ej. de Carlota Señas (E4B): mi primo Fernando no deja de palear con las chicas de mi grupo. El sustantivo correspondiente es paleo. De verdad, esta es una de las palabras cántabras que más confusión me produjo cuando la conocí. ¿Palear, en serio? ¿Estamos locos? Nunca hubiera imaginado que este verbo pudiese significar ‘ligar’. Camelar, comerse algo, etc., serían las expresiones más cercanas, si bien es verdad que no son típicamente andaluzas. Sí lo es, por ej., arrejuntarse, que viene a ser, no ya ligar, sino mantener una relación más o menos formal con otra persona. PARVO, VA Ener Albarrán (E4B) nos define esta palabra como… 1. adj. Inmaduro, en la edad adolescente; sin voluntad, se dice de las personas sin madurez, sin voluntad, vacía, sin sustancia. Esta palabra aparece recogida en el DRAE pero no con el sentido peyorativo que tiene en Cantabria. Conviene observar que es una palabra emparentada con párvulo (‘niño de muy corta edad’) al proceder ambas del latín PARVUS. En la entrada de apailado ya he recogido algunos sinónimos andaluces: acarajotao, esnortao, pero incluyo ahora también alobao. PEINE Carlota Señas (E4B) nos define esta palabra como… 1. adj. Se emplea para referirse a algo o a alguien (mayoritariamente en este segundo caso) que te pueden parecer extraño o friqui, y que llama la atención por ello; es decir, que no pasa desapercibido. Ej.: Mi vecino el del quinto es un peine. David Puente (E4B) ofrece una definición alternativa: Persona que no dispone de una inteligencia elevada y que, además, actúa de una manera tal, que llama la atención de forma que otras personas puedan tener una actitud de burla. Ej.: Ese chaval es un peine. Clara Bezanilla (E4B) añade que es un sinónimo de maula y que suele utilizarse como insulto por su carácter peyorativo. En Andalucía, cuando llamamos a alguien raro, solemos emplear expresiones hiperbólicas (somos gente exagerada, por regla general, ya os lo he dicho como cuatro millones de veces). No tenemos (que yo sepa) adjetivos propiamente dichos. Decimos que algo o alguien es más raro que un guarro con tirantes o la más frecuente de ser más raro que un piojo verde, que es una curiosa deformación a partir de más raro que un perro verde. Los peines solemos reservarlos para la cabeza, oiga. PILA Carlota Señas (E4B) nos define la palabra como… 1. det. o adv. cant. o intensif. Empleada ante un sustantivo o autónomamente, tiene el valor de exagerar la cantidad a la que hace referencia. Generalmente se utiliza para referirse a los adverbios “mucho” o “muy”, dependiendo del contexto. Ej.: He hecho pila actividades de lengua (aquí no se granjea mi favor Carlota) o mi tutor me parece pila simpático (pero aquí sí; Carlota, ¡un punto extra!). Otro ej., esta vez de David Puente (E4B), que pierde el punto que consigue Carlota: El profesor de lengua se pasa pila. A algunos he tenido la oportunidad de deciros que pila también se emplea en el sur, aunque no tanto como en Cantabria, donde lo usáis pila. ¿Qué diría yo? De forma relativamente coloquial, tela. Mi tutor me parece tela simpático o el profesor de lengua se pasa tela. No obstante, los andaluces tenemos un sistema de medida peculiar con el que conviene estar familiarizado, compuesto de unidades como perchá o pechá, peazo, mijilla, un huevo, etc. Mejor que yo lo explica Dani Rovira en un monólogo: Dani Rovira – “La vida según los andaluces” PINARSE Nacho Pinto (E4C) nos define esta palabra como… 1. prnl. Hacer frente a alguien cuando te cuestiona o estás en alguna situación de pelea o te ofenden. Ej.: Le insulté y se me pinó. Le agarró en la jugada y se me pinó. Tengo que admitir que la primera vez que escuché esta palabra esperaba que alguien me dijera que tenía que ver con pino o algo, pero por el contexto rápidamente capté que nada más lejos de la realidad. Un andaluz diría ponerse gallito, que tiene poco de meridional, creo, en verdad, o repucharse, aunque esta palabra a mí también me suene un poco extraña. PINDIO, DIA Irene Calderón (E4B) nos define esta palabra como… 1. adj. Dícese de un plano con mucha pendiente. Ej.: Esa cuesta es muy pindia. Como sinónimos aporta inclinado o empinado. Paula Desiré (E4B) especifica que se utiliza principalmente en Cantabria, aunque en algunas otras regiones del norte se utiliza ocasionalmente. Ella ofrece otro divertido ej.: ¡La cuesta era tan pindia que para subirla tardé diez minutos, pero en bajarla apenas unos segundos porque me caí rodando hacia abajo! Julián Carrera (E4A) recoge que, en una segunda acepción, significa también difícil. No tengo palabras equivalentes para pindio, porque creo que en andaluz no existe un término propio que refiera esa misma cualidad, y, además, si lo hubiera, provengo de una ciudad (Córdoba, llamada coloquialmente la llana) en la que la ausencia de un relieve abrupto o considerable, al contrario que aquí, me ha hecho innecesario aludir a esa clase de realidades hasta ahora. PLAYERAS Miguel Ortiz (E4C) nos define esta palabra como… 1. f. pl. Calzado cómodo y/o deportivo que en el resto de España se conoce con el nombre genérico de deportivas. Tengo que admitir que me sigue resultando extraño saber que, cuando alguien me dice playeras, se está refiriendo a un tipo de calzado que nada o poco tiene que ver con la playa. ¡No tiene sentido!, no es coherente. Para mí sencillamente son zapatillas o zapatillas de deporte. En otras zonas del sur también se dice tenis o tennis, como prefiráis, pero esta expresión tampoco me parece adecuada. Como la mía ninguna, ja, ja, ja. QUIMA Miguel Ortiz y Claudia Fernández (E4C) la definen como… 1. f. Hace referencia a las ramas pequeñas de los árboles. Le he estado dando muchas vueltas a esta palabra y pensaba que no iba a poder ofrecer un término equivalente, hasta que he recordado que, cuando voy pueblo de mis padres, rodeado de olioli vares, acostumbran a referirse referirs a las ramas como taramas, taramas sobre todo cuando están secas y quebradizas. RABAS Miguel González (E4C) nos define esta palabra como… 1. f. pl. Es un plato preparado a base de calamares fritos rebozados en harina que se puede encontrar en muchos bares y restaurantes de los países que disfrutan de la cocina mediterránea. Ej.: Vamos a comer unas rabas al bar. Miguel Ortiz (E4C) recoge que también puede ser pulpo rebozado y frito. Jaime Fomperosa (E4C) especifica que se suele tomar mar como aperitivo y normalmente acompañaacompaña da de limón. Ej.: Pide unas rabas para picar mientras voy al baño. Los que no echan limón a las rabas no saben lo que es disfrutar de la vida. Como indicáis, son tiras de calamar, y es así como lo llamamos fuefue ra de Cantabria: calamares (póngame, póngame, jefe, una ración de calamacalama res). ). Si pidiera en su lugar ¡rabas! me mirarían de un modo extraño, no me entenderían. Como anécdota, por cierto, os confesaré que hace unos meses, en Aragón, tenían rabas en el menú de un resre taurante y comí quesada de postre. Cuando pregunté si los dueños eran cántabros, me dijeron que compraban esos productos en el Mercadona. Quizá llegue un día en que todo el mundo sepa lo que son las rabas. RAQUERO, RA Mar Rivera (E4C) nos define esta palabra como… (De origen santanderino.) 1. adj. Persona vulgar, barriobajera, mal hablada. Cris Amodia (E4C) completa con: que no tiene educación, desaliñada. Ej.: ¡Ese chico es un raquero! Mónica Pinto (E4B) nos recuerda que era el nombre que se les daba a los chicos del Barrio Pesquero, a los que la gente les tiraba monedas en la bahía y ellos se zambullían en el agua (se daban un cole) para recogerlas. Un alumno de Bachillerato me comentó que esta palabra era una deformación del inglés wrecker (= ladrón de barcos, saqueador de naufragios). Por supuesto, nosotros no tenemos un personaje arquetípico (en mi caso tendría que haberse lanzado a las aguas del Guadalquivir y no sé yo). En el sur, para expresar actualmente una idea similar a barriobajero o persona mal hablado, podemos decir choni o poligonero, deformación de poligamero. Polígamo era una zona norte de la periferia de Granada, famoso como zona de peligro o de alta delincuencia. SINCIO René Cayón (E4A) nos define esta palabra como… 1. m. Deseo o apetito intenso de algo. Clara Bezanilla (E4B) matiza que normalmente de una comida o una bebida. Paula Desiré (E4A) indica que es una palabra más bien antigua que no se suele decir mucho en las ciudades, siendo más típica de pueblos o de personas ancianas. Se puede decir, por tanto, que es una palabra en peligro de extinción. Abundan los ej.: (de Carlos Quevedo, E4B) Después de comer siempre tengo ganas de chocolate, (de Miguel González, E4C) ¡qué sincio de que llegue el verano!, (de Cris Amodia, E4C) me ha entrado un sincio de comer rabas. La palabra que, remotamente, conecto con esta, sin tenerlo muy claro, es soseío, que yo creo que proviene de obsesionado, de la que supone una curiosa deformación. Pero soseío tiene un valor negativo, por el contrario: estar soseío con algo no era bueno, por- que implicaba que tenías el seso absorbido por alguna razón. Estar soseío con alguna clase de antojo siempre tenía un matiz peyorativo. TOCHO, CHA Miguel González (E4C) nos define esta palabra como… 1. adj. Sinónimo de “tonto” o “idiota”. Ej.: Eres muy tocho. En Andalucía existen muchas voces que también sirven, de forma coloquial, para insultar a otro: algunas ya las he mencionado en otras entradas: esnortao, acarajotao, alobado, etc. (s.v. apailado y parvo); también carajote o expresiones como ser más tonto que Abundio o que Mundio, ser más tonto que el cepazo’una barja, etc. TONTERÍA ¿Tontería es una palabra cántabra?... No, evidentemente no. Sin embargo, Miguel Sazatornil (E4C), habitual visitante del Sur, la propuso para proporcionar, directamente el andalucismo. En Andalucía (especialmente en Córdoba) acostumbramos a decir pego (o pegote o pegolete), aunque tengo la sensación de haberlo oído en Cantabria o de haberlo empleado alguna vez con normalidad. Además de este, también existe parche o chominá. TRISCA Nicolás Lizcano (E4B) nos define esta palabra como… 1. f. Esta palabra se emplea en una frase hecha: no dar la ~, que puede interpretarse o traducirse como ¡no me toques las narices! o como ¡deja de dar el coñazo! Es decir, la usamos en una conversación para manifestar hastío o hartazgo ante alguien que nos resulta cansino o pesado. Para expresar esta idea, me son familiares dar la tabarra, chinchar, dar a alguien con la badila en los nudillos, etc., aunque vienen recogidos en el DRAE sin especificar que sean regionalismos. Más peculiar o curioso me parece dar la pascuala, que en algunas zonas viene a ser eso mismo, fastidiar, molestar o perjudicar a alguien.