Diagnóstico y Diseño de Intervenciones en Equidad

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CENTRO INTERUNIVERSITARIO DE DESARROLLO – CINDA
GRUPO OPERATIVO DE UNIVERSIDADES CHILENAS
FONDO DE DESARROLLO INSTITUCIONAL – MINEDUC – CHILE
DIAGNÓSTICO Y DISEÑO
DE INTERVENCIONES
EN EQUIDAD UNIVERSITARIA
Los antecedentes, opiniones y conclusiones expresados en este libro
son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente
el punto de vista de Cinda o de las universidades que representan.
Centro Interuniversitario de Desarrollo
CINDA
Colección Gestión Universitaria
ISBN: 978-956-7106-54-7
Inscripción Nº 190.075
Primera edición:
Marzo 2010
Dirección Ejecutiva:
Santa Magdalena 75, piso 11, Providencia
Teléfono: 234 1128
Fax: 234 1117
http://www.cinda.cl
Santiago, Chile
Alfabeta Artes Gráficas
Carmen 1985
Fono Fax: 364 9242
Santiago, Chile
ÍNDICE
PRESENTACIÓN............................................................................................ 7
INTRODUCCIÓN......................................................................................... 11
CAPÍTULO I
REFERENTES CONCEPTUALES
Referencias conceptuales sobre equidad en la educación universitaria
Mireya Abarca, Carlos Pérez, Leticia Arancibia, Lilian González,
Juan Eduardo Esquivel, Gonzalo Fonseca, Álvaro Poblete,
José Sánchez, María Inés Solar..................................................................... 39
Equidad y calidad en universidades para el siglo XXI
Pamela Díaz-Romero Monreal....................................................................... 81
CAPÍTULO II
GESTION DE LA EQUIDAD EN LA UNIVERSIDAD
Gestión de la equidad en la educación superior
Mario Letelier, Claudia Oliva, María José Sandoval, María Zúñiga............. 91
Diagnóstico de los programas de equidad en las universidades
participantes en el Grupo Operativo de CINDA
Rosario Carrasco, Fabiola Faúndez, Ana Gutiérrez, Mario Letelier,
Daniela Matamala, Claudia Oliva, Mauricio Ponce, Doris Rodes,
Roberto Saelzer, María José Sandoval, Andrea Vega, María Zúñiga........... 109
5
CAPÍTULO III
PROGRAMAS UNIVERSITARIOS QUE FAVORECEN LA EQUIDAD
Caracterización de las universidades chilenas del grupo operativo
coordinado por CINDA en relación con la equidad
Angélica Aguilar, Nancy Ampuero, Elena Espinoza,
Eduardo González, Luis Loncomilla............................................................ 161
La dimensión de género en la experiencia sobre equidad en las
universidades chilenas del Grupo Operativo coordinado por CINDA
Gloria Cáceres............................................................................................ 171
CAPÍTULO IV
EXPERIENCIAS DE ACCIÓN AFIRMATIVA EN LAS
UNIVERSIDADES CHILENAS
Diversidad y equidad: Programas de acción afirmativa en la
educación superior chilena
Virginia Alvarado, Mario Báez, Anahí Cárcamo, Mario Cazenave,
Rodrigo Del Valle, Elena Espinoza, Angélica García,
Ricardo Herrera, Jorge Lagos, Elia Mella, Paula Riquelme B. .................. 193
Ingreso especial de equidad educativa: Mayor diversidad,
una oportunidad para la carrera de psicología de la facultad de
ciencias sociales de la Universidad de Chile
M. Paulina Castro....................................................................................... 231
CAPÍTULO V
EXPERIENCIAS INTERNACIONALES DE PROGRAMAS
UNIVERSITARIOS PARA LA EQUIDAD
Igualdad de oportunidades en el ingreso a la Universidad Nacional
de Cuyo
Lic. Bettina Martino, Lic. Mariana Castiglia,
Mgter. Estela María Zalba.......................................................................... 245
El acceso y la equidad en la enseñanza superior pública brasileña:
El modelo de la UNICAMP
Maurício Urban Kleinke.............................................................................. 259
Universidad y culturas: En busca de la equidad y la inclusión social
en la Universidad del Valle
María Cristina Tenorio................................................................................ 275
6
PRESENTACIÓN
Por muchos años la presentación de los libros de CINDA de esta serie estuvo a cargo de su Director Ejecutivo, Iván Lavados Montes, quien falleciera
en octubre del año 2009.
Durante la gestión del profesor Lavados surgió en CINDA la idea de formar el Grupo Operativo1 al cual él le brindó todo su apoyo, le entregó su sabio consejo, sus recomendaciones y un conjunto de orientaciones que permitieron avanzar siempre con un Norte, el de contribuir a la calidad y la equidad
en la educación superior.
El mejor recuerdo y el mayor homenaje que podemos entregarle es continuar por muchos años más con la labor que él inició en el Centro. Debemos
seguir reflexionando sobre los problemas y dificultades de la educación superior en los distintos países y compartiendo nuestras experiencias e innovaciones de modo que puedan ser replicadas o adaptadas en otras entidades de nivel
terciario.
Teniendo ello como referente podemos destacar que el presente libro es el
duodécimo de la serie de trabajos que ha desarrollado el Grupo Operativo, y
que ha estado financiado por el Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) de la
División de Educación Superior del Ministerio de Educación de Chile2.
1
2
Este es un grupo interinstitucional permanente constituido por CINDA para investigar
problemas relativos a la gestión y calidad universitarias. Este Grupo ha venido trabajando
sistemáticamente, desde hace doce años en el tema. Durante el año 2009 participaron en el
proyecto las universidades de Tarapacá; de Antofagasta; de La Serena; Pontificia. Católica
de Valparaíso; de Santiago de Chile; de Talca; de Concepción, del Bío Bio, Católica de la
Santísima Concepción; de La Frontera, Católica de Temuco; de Los Lagos; Austral de Chile,
y de Magallanes.
Desde los inicios del FDI, el Grupo Operativo ha llevado a cabo un proyecto anual en el
cual se incluye cinco reuniones técnicas, un seminario técnico internacional y la publicación
de un libro. Entre las publicaciones realizadas bajo esta modalidad se pueden señalar los
siguientes títulos: (1998) “Gestión de la docencia e internacionalización en universidades
chilenas”; (1999) “Nuevos recursos docentes y sus implicancias para la educación superior”;
7
El libro es el producto del trabajo desarrollado durante un año académico
en el proyecto del mismo nombre3, el cual culminó con el seminario internacional realizado en la Universidad de Talca en octubre de 2009. Dicho evento
permitió recibir comentarios externos sobre el trabajo realizado en Chile por
el Grupo Operativo y contrastar los resultados obtenidos con algunas experiencias internacionales.
El proyecto se inició con una reunión organizativa en noviembre de 2008
efectuada en la sede de la Universidad de Santiago de Chile y luego se llevaron a efecto cuatro Reuniones Técnicas en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (abril de 2009) Universidad de Concepción (mayo 2009)
Universidad de Tarapacá (julio 2009) y en la Universidad Nacional de Cuyo
en Mendoza, Argentina (septiembre 2009) donde se desarrolló un seminario
abierto sobre el tema. El trabajo concluyó con el Seminario Internacional ya
mencionado en que además de los miembros del Grupo Operativo se contó
con la participación de académicos chilenos y extranjeros.
La organización del proyecto está refrendada en la estructura del libro que
se ha conformado en seis capítulos. Una introducción, seguida por un capítulo
sobre referentes conceptuales sobre la equidad en la educación superior en la
cual se hace un análisis general de la situación chilena, en particular en relación con algunas acciones afirmativas. El segundo capítulo, que se refiere a la
gestión institucional de la equidad en las universidades, establece un diagnóstico y una propuesta de gestión. En el capítulo tercero se hace una sistematización de las experiencias que favorecen la equidad en las universidades que
conforman el Grupo Operativo. El capítulo cuarto profundiza en cinco programas relevantes de acción afirmativa en las universidades chilenas. Finalmente,
3
8
(2000) “Las nuevas demandas del desempeño profesional y sus implicancias para la docencia universitaria” (2001), “Evaluación de aprendizajes relevantes al egreso de la educación
superior” (2002); “Indicadores universitarios: experiencias y desafíos internacionales”
(2004). “Competencias de egresados universitarios” (2006). “Movilidad estudiantil universitaria” (2006); “Repitencia y deserción universitaria” (2007). “Acreditación y dirección
estratégica para la calidad en las universidades” (2008), “Evaluación del desempeño docente
y calidad de la docencia universitaria” (2009); Diseño curricular por competencias y calidad
de la docencia.
Los participantes del Grupo Operativo en el proyecto FDI 2009 fueron: Mario Báez, Mario
Cazenave y Jorge Lagos de la Universidad de Tarapacá; Carlos Pérez y Mireya Abarca, de
la Universidad de Antofagasta; María Zúñiga, Andrea Vega, de la Universidad de La Serena;
Emilio Silva, Gladys Jiménez, Gloria Cáceres, Lilian González y Leticia Arancibia de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Mario Letelier, Rosario Carrasco, María José
Sandoval y Claudia Oliva, Doris Rodes, Daniela Matamala, Danae de los Ríos de la Universidad de Santiago de Chile; Mauricio Ponce, Ana Carmen Gutiérrez y Fabiola Faúndez, de la
Universidad de Talca; María Inés Solar, José Sánchez y Roberto Saelzer de la Universidad
de Concepción, Javier León y Flavio Valassina de la Universidad del Bío Bío; Gonzalo
Fonseca de la Universidad Católica de la Santísima Concepción; Ricardo Herrera y Eduardo González, de la Universidad de La Frontera; Paula Riquelme y Rodrigo del Valle de la
Universidad Católica de Temuco, Álvaro Poblete y Selin Carrasco de la Universidad de Los
Lagos; Luis Loncomilla, Nancy Ampuero, Elena Espinoza, y Angélica Aguilar de la Universidad Austral de Chile; Elia Mella, Anahí Cárcamo, Virginia Alvarado y Angélica García de
la Universidad de Magallanes; y Luis Eduardo González, de CINDA.
en el capítulo quinto se recogen las experiencias de algunas universidades
latinoamericanas de CINDA que han implementado políticas y programas tendientes a mejorar la equidad.
Junto con entregar este trabajo a la comunidad académica, a las autoridades educacionales y al público en general, CINDA espera contribuir al desarrollo tanto conceptual como práctico sobre el tema. Al mismo tiempo se deja
constancia de los agradecimientos a quienes participaron en la elaboración de
los estudios, como a aquellos que, de una u otra forma, colaboraron con la entrega de datos o con otros aportes a la consecución de este trabajo.
La coordinación del Proyecto y la edición de este libro estuvieron a cargo
de Luis Eduardo González.
María José Lemaitre del Campo
Directora Ejecutiva (i)
Luis Eduardo González Fiegehen
Director
Área de Políticas y
Gestión Universitaria
9
INTRODUCCIÓN
I. ANTECEDENTES GENERALES
El creciente aumento de la matrícula universitaria conlleva a que las instituciones de educación superior tengan que abordar situaciones que no habían
estado presentes antes del creciente proceso de masificación. Las nuevas generaciones incluyen nuevos estudiantes provenientes de sectores sociales y
económicos más vulnerables, condiciones que pueden devenir en resultados
negativos en términos de su desempeño académico, como: repitencia, aumento del periodo ingreso-egreso-titulación –en el mejor de los casos–, y de deserción en el peor escenario. Así también, se puede observar que aquellos que
son capaces de titularse, acceden a trabajos en tiempos más largos, de menor
jerarquía, producto de sus condiciones de entrada y desarrollo estudiantil en la
universidad. Los jóvenes de las nuevas cohortes se caracterizan principalmente por su escaso capital cultural e insuficiente formación en enseñanza media,
condiciones que son distintas a las de sus antecesores de los sectores más acomodados que tradicionalmente accedían a la universidad.
Para hacer frente a esta nueva realidad, en todos los países ha habido
importantes esfuerzos por otorgar ayudas financieras en la forma de becas o
préstamos blandos, lo que sin duda ha facilitado el acceso de estudiantes provenientes de los quintiles de menores recursos; sin embargo, no ha predominado, desde la perspectiva de la función docente, un contrapeso adecuado que
equilibre las diferencias culturales y formativas de estos con sus compañeros
que provienen de los quintiles superiores.
Si bien los esfuerzos realizados se han reflejado en un aumento de la
cobertura en educación superior1, todavía no existe equidad en el acceso y
1
Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) reflejan que en América Latina y el Caribe la tasa bruta de cobertura era en 2004
de 86% para la enseñanza media y de 28% para la educación superior. Esto muestra que una
11
menos todavía en lo referido a la permanencia, titulación e inserción laboral
posterior. En efecto, las personas de sectores postergados por razones socioeconómicas, de género o etnia que llegan a postular a la educación superior, son aquellas que logran superar una historia de desigualdades que limitan
el desarrollo pleno de su potencial y dejan a la mayor parte de su grupo de
referencia sin posibilidad de aprovechar esta oportunidad educativa, con independencia de sus capacidades objetivas.
Esta situación enfrenta a las universidades al desafío de instaurar o mejorar los sistemas de orientación, selección y admisión, incluyendo –si es
necesario– medidas de nivelación que permitan compensar las limitaciones
formativas que traen los estudiantes de mayor vulnerabilidad que ingresan a la
universidad. Asimismo, se plantea otorgarles seguimiento, con el propósito de
ayudarlos para que equiparen su rendimiento académico con el de sus compañeros más favorecidos.
A pesar de los indiscutibles avances alcanzados existe consenso en que el
tema de la equidad debe abordarse en forma más integral, considerando recursos, acceso, permanencia, logros y resultados lo cual requiere del cumplimiento de al menos cinco condiciones mínimas en la educación superior:
•
•
•
•
•
Acceder a una educación superior de calidad, independientemente del género, etnia u origen socioeconómico.
Disponer de los recursos necesarios, económicos sociales y culturales
para estudiar durante el tiempo que se extienda la carrera.
Permanecer en la educación superior, lo que precisa de condiciones en su
interior que garanticen el aprendizaje para avanzar en la carrera en un plazo cercano a la duración teórica establecida en los planes de estudio.
Obtener logros académicos expresados en calificaciones que reflejen
aprendizajes adecuados.
Lograr iguales resultados en la inserción en el mundo laboral, en la participación social y en el poder político. Esto significa que los graduados de
diversas instituciones no solo debieran recuperar su inversión en la educación superior sino que además tener las mismas posibilidades de insertarse en el mundo laboral y alcanzar puestos adecuadamente remunerados y
atractivos.
En el caso chileno se habían detectado diversas experiencias que habían
abordado el tema de equidad universitaria, pero no existía en el país una sistematización de la información a nivel institucional, que permitiera establecer
propuestas de acción que aportaran al diseño y fortalecimiento de los sistemas
de admisión y apoyo para estudiantes universitarios vulnerables.
De ahí surgió la idea del Grupo Operativo de Universidades Chilenas coordinadas por el Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA) de realizar
12
fracción menor de los egresados de la enseñanza secundaria accedía a la educación terciaria
y de estos solo una pequeña proporción pertenece a los grupos en desventaja. Véase http://
stats.uis.unesco.org/TableViewer/tableView.aspx?ReportId=223, tabla 20d.
un proyecto interinstitucional que estudiara la situación actual, sistematizara
las experiencias en curso e hiciera propuestas tendientes a promover las intervenciones para la mejora de la equidad y su implementación efectiva, a partir
de la caracterización de las variables que impactan, positiva y negativamente,
tanto en la equidad como en la empleabilidad de los egresados. Para ello se
tomaron en consideración los objetivos, población destinataria, los sistemas
de seguimiento y monitoreo, la coordinación interna, los sistemas de comunicación y difusión y la evaluación de resultados de las iniciativas.
Se propuso analizar con mayor profundidad algunos programas de modo
de identificar, entre otras variables claves, de carácter personal, familiar,
social y económico de los estudiantes. También interesaba analizar los factores institucionales relacionados con el proceso de formación profesional,
que habrían incidido en el fortalecimiento de la equidad. En esta línea era
importante explorar los elementos que las instituciones ponen a disposición
de sus estudiantes que han identificado como vulnerables, tales como becas,
ayudas, programas remediales, programas académicos de apoyo, rol del docente u otros. De igual manera interesaba analizar las acciones remediales,
que coadyuvan en los procesos de generación de equidad al interior de las
universidades.
En síntesis, el proyecto del cual da cuenta este libro pretendía proponer,
a partir del diagnóstico de experiencias exitosas, acciones que permitieran
reducir la brecha de inequidad estudiantil en las universidades integrantes del
grupo ejecutor. En función de este propósito se planteó:
•
•
•
Establecer un diagnóstico sobre la equidad e integración respecto al acceso, permanencia, rendimiento y resultado de los estudios, individualizar
las buenas prácticas que coadyuvan a la reducción de la inequidad estudiantil.
Identificar las principales características de las políticas e iniciativas que
sobre equidad e integración tienen dichas instituciones.
Elaborar propuestas de acción generales que se deberían tener en cuenta al
instaurar políticas relativas a la equidad en el acceso, permanencia, rendimiento y resultado de los estudiantes.
II. REFERENTES CONCEPTUALES2
El desarrollo de un país no solo está vinculado a su crecimiento económico, sino que a su capacidad para lograr que cada uno de los ciudadanos ponga
en práctica sus potencialidades. Si bien se puede partir de la evidencia de que
no todas las personas son iguales al momento de nacer, todas debieran tener
2
Los párrafos que siguen están basados en Latorre Carmen Luz, González Luis Eduardo,
Espinoza Oscar (2009) Equidad en la Educación Superior Fundación Equitas/Ed. Catalonia
Santiago Chile, quienes aportaron al desarrollo de esta introducción. El tema originalmente
fue desarrollado en Espinoza O. (2002) The Global and National Rhetoric of Educational
Reform in the Chilean Higher Educational System (1981-1988) Ed. Dissertation, School of
Education, University of Pittsburgh
13
los mismos deberes y los mismos derechos para satisfacer sus necesidades,
lograr las metas que se propongan y vivir en plenitud.
Aun cuando se reconocen las diferencias y potencialidades individuales al
nacer, se asume que las desigualdades generadas por la sociedad (tales como:
el nivel socioeconómico, cultural, étnico, político, de género), son inadmisibles como condición predeterminada. Por ello, se asume que dichas desigualdades debieran ser subsanadas mediante una intervención intencionada
compensatoria, a través de políticas públicas y sociales o de discriminaciones
positivas. Estas intervenciones conducen a la equidad, que supone lograr el
desarrollo de las potencialidades de los individuos, respetando las características propias de la identidad de cada persona.
Es así como la equidad en la educación superior, que se funda en el derecho de cada persona a contar con una educación de calidad que le permita
desarrollar plenamente su potencial, plantea desafíos al Estado y a las instituciones, entre los cuales está el garantizar que todos los individuos, puedan
alcanzar resultados educativos que les permitan insertarse en el mundo laboral
y en el sistema social en igualdad de condiciones y derechos.
2.1. Distinción entre igualdad y equidad
En la literatura se suele utilizar indistintamente los conceptos de igualdad y
equidad. No obstante, aunque ambos términos se relacionan con la distribución
de las condiciones y bienes que inciden en el bienestar de las personas, son
conceptualmente diferentes. La igualdad involucra el reconocimiento de que
toda persona en forma independiente de su raza, sexo, credo o condición social
debiera tener los mismos derechos, posibilidades y oportunidades. La equidad
en cambio, apunta a la búsqueda de la justicia para que exista igualdad, dando
un trato especial a quienes están en desventaja o son discriminados.
El concepto de igualdad conlleva una similitud en el trato, al valorarse
la igualdad como natural o fundamental de todas las personas al momento de
nacer, sobre la base del derecho natural. En cambio, el concepto de equidad
se asocia con “la imparcialidad o justicia en la provisión de educación u otros
beneficios (como vivienda, salud y seguro social, por ejemplo), generando valoraciones más problemáticas debido a la multiplicidad de significados que se
asignan a los conceptos de imparcialidad y justicia”.
En el ámbito educacional, el tema de la igualdad se aborda al menos desde dos perspectivas: la funcionalista y la teoría crítica (Farrel, 1999)3. Los
partidarios del enfoque funcionalista consideran la desigualdad como algo natural, inevitable e incluso beneficioso para la sociedad en su conjunto4, por lo
que la escuela opera como un mecanismo de selectividad. Desde el punto de
3
4
14
Farrell J (1999) Changing conceptions of equality of education Forty years of comparative
evidence. En Armove R & Torrres C.A. Comparative Education The dialectic of the Global
and Local New York: Rowan& Littlefield pp149 -178
Coleman (1968); Davis & Moore (1945); Havighurst (1973); Parsons (1949; 1951); Radcliff-Brown (1965).
vista de la teoría crítica, la desigualdad es una enfermedad social que requiere
ser superada5 y la escuela debería actuar como mecanismo generador de movilidad en la sociedad y economía.
Por otra parte, en relación con la equidad, algunos de los enfoques que se
enmarcan en la teoría positiva señalan que “este ideal se produciría cuando las
recompensas, castigos y recursos de una sociedad son focalizados en directa
proporción a las contribuciones o aportes de cada individuo”6. Un segundo
enfoque dentro de esta teoría se centra no en las contribuciones, sino en las
necesidades de los individuos (Rojas, 2004: 8)7. Ambas perspectivas pueden ser analizadas en tres dimensiones: motivación, desempeño y resultados
(Salomone; 1981)8.
Cualquiera sea el enfoque, los principios y la valoración asociados al
concepto de equidad con frecuencia se aplican a nivel individual y grupal,
incluyendo dentro de este último agrupaciones realizadas en función de criterios etarios, socioeconómicos, étnicos, raciales, de género, orientación sexual,
zona de residencia, nivel educacional y adscripción religiosa, entre otros.
2.2. Fundamentos del modelo de equidad utilizado9
El modelo planteado por Latorre, González y Espinoza10 en que se fundamentó el trabajo considera dos ejes de análisis. El primero es el de las dimensiones de la equidad y el segundo, el de los recursos y los distintos estadios
del proceso educativo.
•
En el primer eje el modelo considera tres dimensiones de la equidad:
– Equidad para iguales necesidades: Implica intervenir mediante distintos tipos de acciones para garantizar que personas que tengan requerimientos similares, tales como: salud, educación, previsión, nivel
de ingresos, demandas laborales, etc. puedan satisfacerlos.
– Equidad para capacidades iguales: Implica intervenir mediante distintos tipos de acciones para que personas con potencialidades similares puedan lograr metas equivalentes en diferentes ámbitos de acción.
– Equidad para igual logro: Implica intervenir mediante distintos tipos
de acciones para que personas con antecedentes similares de logros
puedan lograr metas equivalentes en diferentes ámbitos de acción.
5
Anderson (1971); Bowles & Gintis (1976); Gans (1973); Jencks et al. (1972); Roach (1969).
Adams (1965); Cook & Parcel (1977); Deutsch (1975); Greenberg & Cohen (1982); Messick
& Cook (1983); Tornblom (1992).
Rojas M.T. (2004) Formas de comprender el problema de la equidad escolar una mirada desde la racionalidad de los actores sociales Revista Praxis N°4 junio.
Salomone J (1981) Equity from the sociologist perspective Research and development
Series#2141L Ohi State University National Center for Research in Vocational Education
Columbus. Retrived February 10, 2001, from the ERIC Database ED 215168. pág 11
En este trabajo se utiliza una adaptación simplificada del Modelo Teórico de “Igualdad y
Equidad” en relación con distintas metas y estadios del proceso educativo, que fue desarrollado por Espinoza (2002) op. cit.
Extractado de: Latorre, C.L., González, L.E., Espinoza, O. (2009) Op. cit. Página 24.
6
7
8
9
10
15
•
El segundo eje del modelo contempla dos aspectos: los recursos y los estadios educativos.
– Los recursos se refieren a los bienes tangibles e intangibles a los
que pueden acceder las personas. Es posible identificar tres tipos de
recursos: financieros, sociales y culturales. Los recursos financieros
remiten a los bienes pecuniarios o al capital financiero y consideran
tanto los bienes tangibles como intangibles entregados. Los recursos
sociales son las redes de apoyo social. Los recursos culturales están
asociados a los códigos de comportamiento de la cultura dominante.
– Los estadios del proceso educativo se refieren a las etapas, avances
y condiciones de éxito que dan vida a la trayectoria educativa de un
individuo. En este sentido, pueden distinguirse cuatro estadios:
- Acceso: es la posibilidad de incorporarse a un nivel determinado
del sistema educativo de calidad acreditable. En el caso del acceso a la educación superior se debe considerar tanto a los estudiantes que ingresan al sistema como a los jóvenes que postulan.
- Permanencia: es la condición de sobrevivencia y progreso al interior del sistema educativo.
- Logro: es el reconocimiento al rendimiento académico que obtiene el estudiante, medido a través de calificaciones y evaluaciones.
- Resultados e impacto: es la consecuencia final del proceso educativo y da cuenta de las implicancias e impacto de las certificaciones académicas obtenidas por las personas, que se traducen en
la empleabilidad, el nivel de remuneraciones y la posibilidad de
escalar posiciones o vincularse al poder político.
A partir del cruce de los ejes señalados se generan diversas celdas, cada
una de las cuales constituye una meta, orientada a la búsqueda de la equidad
en sus distintas dimensiones (Ver tabla 1).
16
17
Asegurar que todos
las personas con cierto
potencial tengan la
misma cantidad de
recursos financieros,
sociales y culturales
Asegurar que las
personas que alcanzan
o cuyos padres
alcanzan el mismo
nivel educativo tengan
recursos iguales
Equidad
para iguales
capacidades
Equidad para
igual logro
Asegurar que los
estudiantes con iguales
habilidades tengan
similares logros
educativos
Asegurar que los
estudiantes con igual
potencial tengan igual
progreso educativo
Asegurar que los
estudiantes con
iguales calificaciones
permanezcan en el
sistema
Garantizar que todos
las personas que tengan
similares capacidades
y habilidades tengan
acceso a una educación
de calidad
Proporcionar igual
acceso a educación
de calidad para los
estudiantes que tengan
logros pasados iguales
Facilitar la igualdad
de logro para quienes
hayan alcanzado el
mismo éxito académico
en el pasado
Asegurar que los
estudiantes con iguales
necesidades obtengan
logros similares
Logros (output)
Asegurar que aquellos
estudiantes con
necesidades iguales
tengan igual progreso
educativo
Permanencia
Proveer acceso tanto a
nivel individual como
grupal sobre la base de
la necesidad
Acceso
Etapas proceso educativo
Asegurar que las
personas con logro
académico similar
obtengan similares
trabajos, nivel de
ingresos y poder político
Asegurar que aquellas
personas con el mismo
potencial al nacer
obtengan similares
empleos, nivel de
ingresos y poder político
Asegurar que aquellas
personas con necesidades
iguales obtengan
similares empleos, nivel
de ingresos y poder
político
Resultados (outcomes)
Fuente: Extractado y adaptado del original en inglés de Espinoza (2002), The Global and National Rhetoric of Educational Reform and the Practice of (In)
equity in the Chilean Higher Education System (1981-1998), Ed. D. Dissertation, School of Education, University of Pittsburgh, y en Espinoza (2007), “Solving
the Equity/Equality Conceptual Dilemma: A New Model for Analysis of the Educational Process”, en Educational Research, 49 (4), London, England.
Garantizar que todas
las personas que tienen
las mismas necesidades
obtengan la misma
cantidad de recursos
financieros, sociales y
culturales
Equidad
para iguales
necesidades
Equidad
Recursos
Dimensiones
Concepto
Modelo de equidad
Tabla 1
III. POLÍTICAS PARA EL FOMENTO DE LA EQUIDAD11
Tal como establece la UNESCO12, la opción de cada persona a tener acceso a la educación terciaria se basa en el reconocimiento de la diversidad en los
derechos humanos. Como tal, la educación superior ha de ser concebida como
un bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado
(UNESCO/IESALC 2008)13. Se trata en consecuencia de plantear un escenario que permita compatibilizar el compromiso social de la educación superior,
su calidad y pertinencia, y la autonomía de las instituciones, teniendo como
meta el logro de una mayor cobertura social con calidad, equidad.
Por su parte, la OECD14 ha definido que el concepto de equidad implica
garantizar iguales oportunidades de participación para las y los jóvenes, con
independencia de su género, etnia y nivel sociocultural, para lo cual la educación, en general, juega un rol preponderante en la movilidad intergeneracional
y en particular, la enseñanza superior debe favorecer dicha movilidad. Para
ello se requiere, entre otros aspectos, profundizar en las políticas de equidad
para el ingreso e instrumentar nuevos mecanismos de apoyo público para los
estudiantes; incrementar currículos flexibles y facilitar la movilidad; disminuir
la segmentación y desarticulación; descentralizar la oferta; mejorar la vinculación entre los niveles educativos, perfeccionar los sistemas de información
pública; asegurar una calidad para todos.
Asimismo, se han detectado diversos factores que inciden en la equidad
entre los cuales están el financiamiento, los antecedentes familiares; la calidad de la escuela; la relación con los pares; la articulación entre la educación
secundaria y terciaria; la organización de la educación terciaria; los sistemas
de selección, y factores que impactan sobre la participación de los estudiantes
con discapacidades.
Sobre esa base se han planteado en los países, diversas políticas que favorecen una mayor equidad en la educación superior como son: la generación de
indicadores de desempeño; el apoyo a los escolares para incrementar la retención; el mejoramiento de la orientación vocacional incluyendo las opciones de
la educación técnica; la diversificación de la oferta académica; el favorecer el
acceso a sectores más alejados; la diversificación de la admisión; el establecimiento de políticas de discriminación positiva; el permitir la movilidad al interior del sistema postsecundario; el fomento del acceso de grupos desaventajados, y el cautelar el progreso académico de los estudiantes de mayor riesgo.
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12
13
14
18
Los párrafos que siguen se basan en el trabajo de Espinoza Oscar y González Luis Eduardo
(2009) Equidad e Inclusión en Educación Superior en América Latina. El caso de Chile.
UNESCO. 2009. Conferencia Mundial sobre la Educación Superior - 2009: La nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo (Sede
de la UNESCO, París, 5-8 de julio de 2009). Disponible en http://www.unesco.org/education/WCHE2009/comunicado_es.pdf
UNESCO/IESALC. 2008. Declaración de la Conferencia Regional de la Educación Superior
en América Latina y el Caribe. Cartagena de Indias, Colombia: UNESCO/IESALC.
OECD (2008). Tertiary Education for the Knowledge Society. OECD Thematic Review of
Tertiary Education: Synthesis Report. Volume 2. Paris: OECD.
Por otra parte, se han observado algunas tendencias que es necesario tener
en consideración para la definición de políticas que favorezcan la equidad.
Entre ellas, se pueden indicar que, a pesar de los avances logrados, aun existe
una carencia de información adecuada; hay una relación insuficiente entre el
nivel socioeconómico de los postulantes, sus aspiraciones y su acceso a la
educación superior; se mantiene la exclusión de los estudiantes más vulnerables por sus bajas calificaciones; subsiste la segmentación de los estudiantes
de menores recursos que acceden a instituciones de menor prestigio; se observa poca representación femenina en ciertas carreras; se mantiene el desafío de
incluir a minorías étnicas; se da más importancia al acceso que a la permanencia y a los resultados.
IV. AVANCES EN EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR CHILENA
Se puede realizar una evaluación de los avances de la educación superior
chilena en las últimas dos décadas con respecto a equidad, a partir de los componentes del modelo que se plantea en la tabla 1. Estos son: recursos; acceso;
permanencia; logro académico; y resultados e impacto.
4.1. Recursos
En cuanto a los recursos ha habido un aumento sostenido en los aportes
fiscales para el sector educación superior que aumentaron de 113 mil millones
de pesos a 245 mil millones de pesos, en el periodo 1990-2005 ($ 530 chilenos equivalen aproximadamente a US$ 1 (ver Gráfico 1).
Asimismo, en cuanto a los programas de ayudas estudiantiles se pasó de
no tener ninguna beca en 1990 a 1215 programas de becas en la actualidad
(ver listado en anexos); y de disponer de un solo programa de crédito a contar
con tres16, triplicando el número de beneficiarios. De igual manera, hay una
distribución razonable de los recursos asignados a través del Fondo de Crédito
Solidario que es el mecanismo más importante. En efecto, según cifras del año
2001, el quintil más pobre recibía el 37%, mientras que el quintil de mayores
ingresos recibía solo el 3%17. Como se observa en el gráfico 2 el rubro que
más se incrementó proporcionalmente es el de ayudas estudiantiles.
15
16
17
Beca Bicentenario (ex Beca MINEDUC), Beca para Estudiantes de Pedagogía, Beca Juan
Gómez Millas, Beca Indígena, Beca de Reprogramación (Discontinuada desde el año 2004),
Beca de Reparación (Discontinuada desde el año 1999), Beca para Hijos de Profesionales de
la Educación, Beca Nuevo Milenio, Beca Zona Extrema (ex Primera Dama), Beca de Alimentación JUNAEB, y Beca Presidente de la República
Fondo de Crédito Solidario (ex crédito universitario), Crédito con Aval del Estado y Crédito
CORFO.
Si bien se tuvo acceso a información de la División de Educación Superior del MINEDUC
para los años 2005 y 2006, se corroboraron variaciones anuales muy significativas lo cual
hace pensar que hay inconsistencia en los datos.
19
Gráfico 1
Aportes estatales a la educación superior, 1990-2007
(En miles de pesos de 2007)
350.000
AFD
300.000
AFI
AY. EST.
250.000
FDI
200.000
Ley 19.200
C.U. Chile
150.000
FFID
100.000
TOTAL
50.000
0
1990
1
92
93
94
95
96
97
98
99
2000
01
02
03
04
05
06 2007
Fuente: Elaborado sobre la base del Ministerio de Educación, División de Educación Superior (2006), Compendio Estadístico 2006.
Leyenda:
– AFD Aporte Fiscal Directo: fondos basales entregados a universidades del CRUCH no sujetos
a rendición del uso.
– AFI Aporte Fiscal Indirecto otorgado a las entidad de educación postsecundaria que recibe a
un estudiante entre los mejores puntajes de la prueba nacional de selección.
– AY EST Créditos y becas para pagar la matrícula y aranceles.
– AFI Fondos concursables para el desarrollo de proyectos institucionales
– Ley 19.200.
– C.U. de Chile Convenio de fondos especiales para la Universidad de Chile por el tipo de funciones.
– FFID Programa de Fortalecimiento de la Formación Inicial de Docentes.
Gráfico 2
Composición porcentual del aporte estatal a la educación superior,
1990-2007
70,00
Aporte Fiscal Directo
60,00
Aporte Fiscal Indirecto
50,00
Ayudas Estudiantiles
40,00
Fondo de Desarrollo
Institucional (5)
30,00
Ley 19.201
20,00
Convenio U. de Chile
10,00
Fortalecimiento de la
Formac. Inic. de Docentes
0,00
9
19
0
9
19
2
9
19
4
9
19
6(
1)
9
19
8(
3)
20
00
(6
)
20
02
20
04
20
06
Fuente: Elaborado sobre la base de Ministerio de Educación, División de Educación Superior (2007), Compendio Estadístico 2007.
20
4.2. Acceso
Con respecto al acceso, es importante consignar que la discriminación
se produce desde antes que los estudiantes ingresen a la educación superior,
en particular en los procesos de selección y admisión como se muestra en el
gráfico 3 donde se observa la trayectoria de una cohorte, desde su ingreso
a primer año básico hasta su ingreso a las universidades que pertenecen al
Consejo de Rectores, las cuales representan aproximadamente la mitad de la
matrícula.
Gráfico 3
Trayectoria del alumnado que ingresó a primero básico en 1995
y su inserción en la educación superior en 2007
350.000
300.000
Total
250.000
Promoción
del año
200.000
Promociones
anteriores
150.000
100.000
50.000
0
1º
Bá
o
sic
9
19
5
4º
M
e
dio
20
06
In
sc
r
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20
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en
20
07
Po
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20
07
Se
lec
n
cio
ad
os
M
at
u
ric
lad
os
Fuente: MINEDUC, Compendios Estadísticos, años 1995 y 2006; DEMRE, Proceso de Admisión 2007, Compendio Estadístico.
Se puede constatar que ha habido también una mayor democratización,
lo cual se refleja en un aumento de la participación del quintil de menores
ingresos de un 4,4% a un 14,7 %, entre los años 1990 y 2003. Sin embargo,
el crecimiento ha sido aún mayor para el quintil cinco, de más altos ingresos
que creció del 41% al 74% en el mismo período. Además, existe una segmentación en el sistema por tipo de institución. Es así como los jóvenes de
mayores recursos tienden a matricularse en universidades y los de menores
tienden a concentrarse en centros de formación técnica. De igual manera,
se ha incrementado la oferta de programas educativos de variada calidad y
naturaleza
A pesar de los avances significativos en las últimas dos décadas es necesario, a nivel del sistema de educación superior chileno, incorporar diversas
mejoras para lograr un acceso más equitativo.
21
Gráfico 4
Variación de la cobertura en educación superior en la población de
18 a 24 años según quintil de ingreso, 1990-2003
% Cobertura
80
70
60
50
1990
40
2003
30
20
10
0
I
II
III
IV
V
Quintiles
Fuente: MIDEPLAN, División Social, Encuestas CASEN de los años respectivos.
En primer lugar, se requiere perfeccionar los sistemas de información para
apoyar las decisiones de los postulantes tanto sobre la calidad de las carreras
como las potencialidades laborales.
En segundo término para lograr una mayor equidad es necesario fortalecer las carreras de corta duración, incrementando las becas y articulando los
programas de carreras técnicas y profesionales. De esta manera se pueden
dar mejores oportunidades a quienes no están en condiciones de financiar
estudios de mayor duración. Además, se requiere articular mejor la transición
entre la educación media y superior y abrir nuevas opciones de admisión que
faciliten el acceso a los jóvenes que no han tenido una formación secundaria
más sólida.
En tercer lugar, es conveniente continuar con el condicionamiento de becas y créditos al acceso a instituciones debidamente acreditadas y garantizar el
derecho de todo estudiante a una continuidad en el crédito y/o beca, siempre
que alcance un determinado mínimo de rendimiento académico.
En cuarto término, para optimizar la distribución de recursos del Estado
se sugiere entregar fondos diferenciados y con exigencias de rendición de
cuentas para la docencia, la investigación, la innovación, el perfeccionamiento
de docentes, y la extensión. Los aportes en docencia debieran tener relación
directa con las características socioeconómicas del estudiantado, puesto que
estarían principalmente destinados a ciertos programas especiales como desarrollo de actividades de nivelación y acompañamiento a aquellos estudiantes con menores recursos culturales previos. El resto de los costos reales de
docencia, en especial los vinculados directamente al proceso de enseñanza
22
aprendizaje debieran ser cubiertos por el pago de arancel. Asimismo, se requiere diseñar mecanismos de control para evitar alza indiscriminada de aranceles de las instituciones que reciben recursos del Estado.
4.3. Permanencia y logro
En referencia a la permanencia y el logro cabe señalar que el incremento de la matrícula ha implicado una gran heterogeneidad del alumnado que
ingresa a la educación superior. En consecuencia, dadas las diferencias en el
capital cultural de los estudiantes que se incorporan al sistema, se han generado programas de nivelación de carácter compensatorio. En tal sentido, el Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad de la Educación Superior
(MECESUP) del Ministerio de Educación abrió una línea especial de financiamiento para programas que incluían iniciativas de nivelación de estudios.
Para lograr mayor equidad en la permanencia es importante incentivar
desde el nivel central los cambios curriculares de las instituciones, estableciendo programas de nivelación de competencias, tutorías y una mayor flexibilidad curricular de modo que los estudiantes pudieran avanzar según la
disponibilidad de tiempo y según características individuales.
Sería conveniente de igual manera, la certificación de niveles de competencias alcanzadas y su relación con las necesidades del campo laboral, lo cual
implica: establecer currículos basados en competencias, especificar las capacidades en el perfil de egreso, y valorar las competencias que ha logrado cada
egresado por medio de un diploma complementario al título o grado, como
ocurre actualmente en Europa. En tal sentido los procesos de renovación curricular de las instituciones debieran ser abordados en el marco de convenios
de desempeño con resultados verificables en el corto y mediano plazo.
Se estima que aproximadamente la mitad de quienes ingresan a una carrera no la terminan18. Aun cuando no existe información sobre repitencia y
deserción por carrera para estudiantes de distintos niveles socioeconómicos
se puede conjeturar que los individuos de los quintiles más pobres no se reinsertan en el sistema una vez que han desertado de él, y que por su preparación
previa, son los que potencialmente debieran demorarse más en completar sus
carreras. En este contexto, resultaría válido otorgar un apoyo preferencial a
los estudiantes de mayor riesgo social de manera tal que no se incrementaran
los costos finales de sus carreras ni sus probabilidades para titularse.
En la educación superior debería darse una atención especial a los estudiantes de buen rendimiento que tienen riesgo de desertar por razones ajenas
a sus estudios (dificultades económicas, familiares, emocionales). Dicha atención, podría focalizarse a través de acciones variadas, incluyendo: atención
personalizada por parte de los servicios de bienestar, permitir que estudiantes
18
Se estima una deserción promedio de 53,7% para las universidades chilenas. Ver González
Luis Eduardo (2006). Repitencia y Deserción en la Educación Universitaria de Chile. En
CINDA/UNESCO/U de Talca. Repitencia y Deserción Universitaria en América Latina.
Cuadro página 123.
23
compatibilicen estudio y trabajo en caso de ser necesario. Se propone, igualmente, estimular el establecimiento de programas de acompañamiento y seguimiento a los alumnos de mayor vulnerabilidad potencial (socioeconómica,
étnica, etc.) que prevengan la deserción y el bajo rendimiento académico.
Asimismo, para generar mayor equidad de logro sería conveniente establecer algún modelo generalizado de nivelación al interior del sistema terciario que redujera la brecha inicial de los jóvenes y promoviera una permanencia más equitativa.
4.4. Resultados e impacto
Con respecto a los resultados ha habido preocupación por el desarrollo
que tienen distintas carreras debido a una oferta que obedece solo a la lógica
del mercado educacional y a las dificultades que experimentan los egresados
para encontrar trabajo en su área de formación. A ello se suma una desigual
distribución por el tipo de institución como se observa en la Tabla 2.
Tabla 2
Número de titulados de educación superior en programas de
pregrado según tipo de institución, 1994-2004
Tipo de Institución
1994
no
2001
2004
Universidades del CRUCH
14.164
20.967
24.205
Institutos profesionales
3.644
6.601
7.946
Universidades privadas
Centros de formación técnica
Total
3.602
9.781
31.191
8.856
11.998
48.422
12.051
8.371
52.573
Fuente: Bases de datos de la División de Educación Superior, MINEDUC.
En tal sentido en Chile ha sido relevante el desarrollo de un sistema de
información pública sobre el empleo de profesionales y técnicos que está
disponible en la página Web para todos los usuarios. Dicho sistema provee información relativa a stock de profesionales y el nivel de remuneraciones para
profesionales con dos y cinco años de egreso. El acceso a esta información
contribuye a transparentar el mercado ocupacional y, por ende, facilita la toma
de decisiones y genera una mayor equidad. Sin embargo, no todos los jóvenes
tienen las mismas facilidades para acceder a esta fuente de información al momento de decidir su ingreso a la educación superior.
24
En otro orden de cosas, se ha venido implementando en forma creciente
un enfoque curricular basado en competencias que contribuye a acercar a los
futuros profesionales y técnicos al mundo productivo y facilita una inserción
más rápida al campo laboral. Para ello las instituciones de educación superior
han contado con fondos especiales a través del Programa MECESUP, así
como con el apoyo técnico necesario para establecer las innovaciones.
Otras iniciativas que han estado promoviéndose y que deberían reforzarse son: la creación de incubadoras de empresas, la implementación de ferias
científicas y los parques tecnológicos. En todos esos casos, tienen cabida
alumnos de los cursos superiores lo cual potencia su futura inserción en el
mercado laboral y los estimula a terminar sus estudios.
Sin embargo, para alcanzar una mayor equidad, en términos de resultados, se requiere incrementar la generación en las instituciones de educación
superior de redes que faciliten la inserción de los egresados de las distintas
entidades de educación superior a través de mecanismos, tales como: oficinas
de colocación, disponer de bases de datos, bolsas de trabajo, talleres de preparación para la postulación a empleos y vinculación con el sector productivo
a través de prácticas profesionales. En el mismo sentido de lo anterior, es
importante crear asociaciones de egresados / titulados que mantengan estrecho contacto con la entidad de origen y que generen redes de apoyo para
canalizar oportunidades de nuevas ofertas de trabajo para los egresados de su
institución.
Es conveniente, de igual manera, generar apoyos o crear las condiciones
para que las entidades de educación superior puedan establecer convenios con
los bancos u otras fuentes de financiamiento de modo que les permita ofrecer
capital semilla para la generación de autoempleo, o de pequeñas empresas
para los nuevos titulados.
Una propuesta relevante a considerar dice relación con fortalecer algunos
programas gubernamentales como el “Chile Califica” que promueven la formación y perfeccionamiento de técnicos, abriéndole posibilidades de mejores
oportunidades laborales a ese segmento y permitiendo la continuidad de estudios hacia un segundo ciclo en la formación terciaria. Igualmente, se propone
reforzar iniciativas como el Programa “Chile País” del Ministerio de Planificación, que permite la inserción de profesionales jóvenes en zonas de alta
vulnerabilidad y aislamiento.
V. RESULTADOS Y COMENTARIOS SOBRE DEL TRABAJO REALIZADO
Los resultados del estudio que dio origen a este libro muestran cómo
algunas de las políticas nacionales sobre la equidad se expresan en ciertas
acciones concretas a nivel de algunas instituciones de educación superior que
pertenecen al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas.
Como se ha señalado, el estudio estuvo orientado a levantar un diagnóstico de acciones exitosas que permitieran reducir la brecha de inequidad estudiantil en las entidades que conforman el Grupo Operativo de universidades
coordinadas por CINDA. A partir de este diagnóstico se planteó hacer algunas
propuestas para mejorar la situación actual.
25
Para realizar el diagnóstico se estableció, en primer lugar, un marco general que permitiera levantar la información disponible y luego analizarla con
algunos criterios preestablecidos. Para ello, se hizo un revisión bibliográfica y
se utilizó en gran medida el esquema propuesto por Latorre, González y Espinoza19 en el cual se contrastan las políticas con las acciones realizadas a nivel
del sistema de educación superior chileno en su conjunto. Ello permitió darle
una mayor coherencia al análisis de las acciones a nivel institucional. Asimismo, este trabajo previo sirvió de base para definir y consensuar varios de los
conceptos utilizados en el estudio.
Por otra parte, se utilizaron como referentes para la sistematización y el
análisis algunas de las definiciones de los organismos internacionales que han
trabajado sobre la materia, en particular la conceptualización de la educación
como un bien público y como un derecho de las personas establecido por
UNESCO. A ello se suma la consideración de la responsabilidad social universitaria. En consecuencia, en este marco se conciben los cambios ocurridos
en la enseñanza postsecundaria, en especial en el caso chileno, como una capacidad de las instituciones de nivel terciario para responder a las transformaciones sociales y culturales acecidas en el país en las últimas décadas.
5.1. Resultados del diagnóstico
Uno de los resultados del trabajo fue la generación de un consenso en la
concepción más integral de la equidad, en la cual se consideran junto con el
acceso y la distribución más equitativa de los recursos: la progresión de los
estudiantes en su carrera; su permanencia y la culminación exitosa de sus estudios en tiempos razonables; así como también las condiciones de inserción
al trabajo y de empleabilidad al finalizar su carrera universitaria, adicional a
su desarrollo como persona y ciudadano.
Una de las dificultades para desarrollar este estudio fue la falta de información y la heterogeneidad de la sistematización de los datos, inclusive al
interior de las propias instituciones, lo que muestra que existe no solo una carencia de antecedentes, sino de unicidad en las definiciones de variables y categorías universales para todo el sistema. Adicionalmente, no se ha generado
en las universidades una cultura para evaluar y recopilar los resultados como
una herramienta importante para la gestión de la equidad.
Cabe señalar que, independientemente de estos programas institucionales
tendientes a fortalecer la equidad, están los programas nacionales de ayudas
estudiantiles, esto es, las becas y créditos del Estado, que se ofrecen a nivel de
todo el sistema terciario y que se relacionan con el acceso y la disponibilidad
de recursos básicos para estudiar. En total, a nivel del sistema de educación
terciario, están vigentes en Chile 12 programas de becas que se detallan en
anexos con un total de más de 65 mil beneficiarios (que representan cerca del
10% de la población estudiantil) y una asignación de más de140 millones de
19
26
Latorre C.L, González. L.E, Espinoza O (2009) Equidad en educación superior, Fundación
Equitas Editorial Catalonia, Santiago de Chile
dólares. Algunas de estas becas, además de la condición de pobreza, están
asociadas al rendimiento académico, y a las demandas de poblaciones con
características especiales20. A ello se suman los tres programas de créditos,
orientados a favorecer en especial a jóvenes de los tres quintiles de menores
recursos, y que beneficia a 268 mil estudiantes con un monto de 233 millones
de dólares (Latorre C.L. González. L.E. Espinoza O. (2009)21.
En cuanto a resultados, el estudio demostró que a nivel de las instituciones se han hecho esfuerzos por establecer políticas y medidas en particular
asociadas al acceso a la universidad y en apoyo al logro académico de los
estudiantes, especialmente de sectores más vulnerables. No obstante, aún subsisten importantes desigualdades entre los jóvenes provenientes de diferentes
quintiles de ingresos familiares.
Los esfuerzos realizados por las instituciones analizadas se expresan en la
implementación de más de 160 programas de diferente naturaleza. Dichos programas se pueden agrupar en cuatro categorías: los de apoyo académico, los de
apoyo económico, los de apoyo biopsicosocial y los de inserción laboral.
Programas de apoyo académico
Se identificaron cuarenta y siete programas de apoyo académico. Entre
estos, se incluyen un conjunto de ocho programas de inserción en la vida universitaria, 16 programas remediales en competencias genéricas, seis de competencias mixtas, 14 en ciencias básicas y otros tres programas especiales que
no caben estas categorías.
•
•
20
21
Los programas de inserción en la vida universitaria facilitan el proceso de
transición entre la educación media y superior y contribuyen al proceso
de familiarización del ingresante con la institución, entregándole información sobre los servicios, compensación de las debilidades en la educación
media, hábitos de estudio y orientación sobre su carrera. Si bien no hay
una sistematización completa de los resultados de estos programas, las
tendencias parecen indicar que se han detectado avances tanto en la satisfacción como en el rendimiento de los estudiantes.
Los programas de nivelación de competencias genéricas y mixtas están
orientados a suplir las deficiencias, particularmente en ciencias básicas de
las cohortes que ingresan a la universidad, mediante talleres, ayudantías y
otras formas de reforzamiento. En la mayoría de las instituciones en estas
actividades se realiza una evaluación sobre las variaciones en las tasas de
aprobación de los participantes. No obstante, en este tipo de actividades
no hay una sistematización regular de los resultados obtenidos.
O. Espinoza & L. E. González (2009). “Equidad e Inclusión en Educación Superior en América Latina: El caso de Chile”. En Norberto Fernández Lamarra y María de Fátima de Paula
(Editores), La Democratización de la Educación Superior en América Latina: Límites y Posibilidades Buenos Aires, Argentina. Ed. Tres de Febrero
Latorre C.L., González. L.E., Espinoza O. (2009) op. cit. cuadro 12 página 111
27
•
Los programas remediales en competencias básicas corresponden a experiencias desarrolladas en las distintas carreras para lograr una nivelación
de los estudiantes de los primeros semestres en materias científicas fundamentales como son: la matemática, la física y la química, con miras a reducir la reprobación y la deserción, así como el desarrollo del pensamiento lógico. No todas las instituciones que implementan estos programas
los evalúan y no existe sistematización y seguimiento de los resultados
obtenidos
Programas de apoyo económico
En el caso chileno, todas las entidades de educación superior se deben
autofinanciar, incluyendo a las universidades estatales que solo reciben una
parte de su presupuesto del Estado. Por ello, todos los alumnos y alumnas
deben pagar sus estudios, para lo cual quienes tienen menos recursos reciben
algún tipo de apoyo económico a través de las ayudas estudiantiles. Dada
esta situación, además de las ayudas estudiantiles de créditos y becas que
otorga el Estado a nivel del sistema de educación superior, prácticamente
todas las instituciones han establecido programas complementarios de apoyo
económico para sus estudiantes (se detectaron 21 programas). Estas ayudas
son de tres tipos: ayudas arancelarias que implican reducciones en los costos de la colegiaturas; ayudas en dinero para los gastos de mantenimiento; y
entrega gratuita o bonificada de servicios de sustento, por ejemplo, alimentación, transporte y residencia.
Los resultados muestran que estos programas de apoyo económico son
de larga data, y están adecuadamente focalizados en los quintiles de menores
ingresos. Solo un tercio de ellos realiza alguna evaluación, la cual en general
se circunscribe a su funcionamiento, pero no a su impacto en la retención y
logro, lo cual dificulta establecer estrategias para perfeccionarlos.
Programas de apoyo biopsicosocial
Los resultados del estudio dan cuenta de 31 programas de esta naturaleza dentro de las universidades que conforman el Grupo Operativo, los cuales
están destinados a promover el autocuidado, atender integralmente al estudiante y mejorar su calidad de vida para que logre la meta de completar su
carrera. En ellos se incluye tanto los aspectos de salud física como mental.
Estos programas comprenden experiencias para prevenir y tratar adiciones;
programas de salud sexual y reproductiva; y programas de deporte y alimentación.
Solo algunos de estos programas realiza evaluaciones, las que se orientan
a establecer la eficiencia en relación a la cantidad de estudiantes atendidos y
a la satisfacción de los beneficiarios. No obstante, no hay datos suficientes
para establecer una evidencia de su impacto en las tasas de transición; la
retención de los estudiantes; los logros académicos; y el impacto laboral y
social en los egresados. No obstante, intuitivamente se puede presumir que
tienen relevancia.
28
Programas de inserción laboral
Solo seis programas fueron observados en este ámbito, un número menor
que en otros rubros. Estos programas se orientan a proveer información sobre
los campos profesionales, bolsas de trabajo, permiten una mejor vinculación
con potenciales empleadores, así como la estimulación del emprendimiento y
las incubadoras de empresas.
Para este tipo de programa se han planteado evaluaciones, tanto de la
colocación final del egresado, como de la creación de trabajo independiente,
pero no se dispuso de un seguimiento longitudinal.
Dada la relevancia que tienen para el país, se analizaron con mayor
profundidad algunos programas de acciones afirmativas (o discriminación
positiva). En el estudio se detectaron 14 programas que corresponden a esta
categoría y que estaba orientados a tres grupos destinatarios específicos: discapacitados, mujeres y pueblos originarios.
Para el primer grupo los programas se centran en el acceso. Para el segundo en el acceso y permanencia y en el tercero en el acceso y logro académico.
En relación con las acciones afirmativas vinculadas con pueblos originarios, los resultados constatan la utilidad de este tipo de intervenciones. Así
lo demuestran experiencias como los proyectos RÜPÜ y THAKHI. Los estudiantes provenientes de culturas diferentes requieren de un acompañamiento
especial y que se plantee para ellos un enfoque basado en los derechos de las
personas, en el cual se acepte y respete la diversidad. Es importante que estos
programas no sean de carácter paternalista. Entre otros aspectos ello implica
preparar especialmente a los docentes de las instituciones donde existe un
contingente importante de estudiantes de estas características para que puedan
realizar un trabajo académico adecuado. Asimismo, es necesario considerar
otros aspectos administrativos y organizacionales, como son el respeto por las
festividades y el establecimiento de una programación académica compatible
con ellas. Adicionalmente, debieran considerarse condiciones de ingreso diferentes, pero manteniendo los patrones de calidad institucional.
En cuanto a la relación de los distintos tipos de programas y experiencias
institucionales con las dimensiones del modelo de equidad se puede indicar lo
siguiente:
•
•
•
La dimensión “recursos” se puede asociar, además de los doce programas
nacionales de becas y los tres de crédito, al conjunto de programas y experiencias complementarias, tanto de apoyo financiero como de becas o
bonos de alimentación y de residencia que ofrecen las universidades.
La dimensión “acceso” se puede asociar en especial a los ocho programas
de inserción universitaria, así como también a los programas remediales
de competencias genéricas y competencias básicas que en general se desarrollan en los primeros años de la carrera.
Con respecto a las dimensiones de “permanencia y logro” se puede indicar que los programas remediales tanto de competencias genéricas como
las de ciencias básicas, si bien se concentran en el primer año, de alguna
29
•
manera también generan estabilidad y favorecen la permanencia del estudiante. Asimismo, los programas complementarios de apoyo económico y
los de apoyo biopsicosocial
La dimensión de “resultado e impacto” está vinculada fundamentalmente
a los programas de inserción laboral en que se asocian las prácticas y el
apoyo tanto frente a los empleadores como a los egresados.
Un tema importante que surgió como producto del estudio es la necesidad
de incorporar dentro de la dirección estratégica institucional la gestión de la
equidad. En la mayoría de las entidades del Consejo de Rectores la equidad
está contemplada dentro de los principios que rigen a la institución. Sin embargo, aparte del tema del financiamiento y la resolución de problemas puntuales de algunos estudiantes son pocas las instancias concretas que reflejan
la preocupación de las universidades por el problema y que obedezcan a políticas institucionalizadas. En tal sentido, como lo señalan algunos autores de
este libro, no es posible que exista pertinencia y calidad sin equidad.
De acuerdo al esquema utilizado en este libro la gestión de la equidad implicaría no solo concentrarse en las actividades internas de cada carrera, sino
velar también por la generación de relaciones fluidas con la educación media
y con el mundo laboral.
El análisis de los resultados obtenidos en el estudio implicó también acoger y contrastar opiniones y experiencias externas. En tal sentido, un aporte
relevante está planteado a partir de lo realizado por la Fundación Equitas que
a través de un programa de becas para estudiantes académicamente destacados
que provienen de grupos que han sido discriminados, muestra que una acción
afirmativa adecuadamente planificada tiene un impacto muy favorable, lo cual
respalda la validez de este tipo de intervenciones.
Una acción afirmativa de diferente naturaleza se realiza en la Universidad
Estadual de Campinas, en Brasil, que bonifica los puntajes de admisión de estudiantes negros, mulatos e indígenas que provienen de las escuelas públicas
obteniendo resultados satisfactorios. Por otra parte, en Chile se están realizando experimentalmente algunas experiencias similares como ocurre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Chile que está abriendo cupos
especiales para fomentar la equidad.
Por su parte, la experiencia del proceso de ingreso de la Universidad de
Cuyo, Argentina, que se inicia con un refuerzo y seguimiento a estudiantes de
la educación secundaria, deja planteada una modalidad diferente para la selección y admisión, con ventajas comparativas desde la perspectiva de la equidad. En esta línea, se puede destacar también lo que realiza la Universidad
de Santiago de Chile para reclutar buenos estudiantes que por su preparación
escolar no logran puntajes altos en las pruebas de selección.
Más orientado a la permanencia, en el caso de la Universidad del Valle
de Colombia se han organizado programas especiales para estudiantes de las
etnias originarias, después de comprobar las dificultades que ellos tenían para
tener éxito en sus estudios debido a una forma diferente de analizar y comprender la realidad.
30
5.2. Propuestas
Es importante establecer definiciones comunes para todo el sistema de las
distintas variables, datos e indicadores de modo de generar mediciones que
pueden ser compartidas y antecedentes homologables que faciliten la intervención y la toma de decisiones para mejorar la equidad en las instituciones y el
sistema educativo superior.
También es relevante que se realicen sistemáticamente mediciones de los
resultados que se obtienen con los diversos programas y que se haga un seguimiento de sus logros e impactos, de lo cual debiera existir un registro en cada
carrera y a nivel institucional.
Entre otras sugerencias, también se plantea evaluar e identificar con más
precisión los factores que tienen mayor incidencia en las distintas dimensiones de la equidad y definir mejor las responsabilidades universitarias así como
las formas de intervención para aminorarlas o compensarlas.
Otra propuesta que surge del estudio, es la necesidad de articular las diferentes intervenciones y programas que se realizan a nivel de las instituciones, de
modo de incrementar su impacto y lograr efectivamente mejores tasas de transición y de retención, particularmente en los primeros semestres de las carreras.
El incremento de los niveles de equidad en términos de los recursos ha
sido uno de los logros más importantes del sistema de educación superior en
Chile. No obstante, aun son insuficientes para satisfacer los requerimientos
crecientes que devienen de un aumento significativo de la demanda asociado
a una mayor representatividad en el sistema de los quintiles de menores ingresos. En tal sentido, resulta importante fomentar el desarrollo de programas de
financiamiento complementario que están otorgando las instituciones a través
de becas y créditos propios, lo cuales deberían tender a aumentar.
Para mejorar la equidad en el acceso, se sugiere la implementación de
procesos de selección y admisión que compensen los desniveles en las posibilidades de ingresar a la educación superior que tienen los postulantes de
diferente proveniencia escolar, siempre y cuando reúnan los requisitos y las
exigencias para desarrollar sus estudios universitarios. Asimismo, se propone
incrementar los programas de apoyo académico y económico, en particular a
los estudiantes más vulnerables y de mayor riesgo de desertar. También, se
sugiere replicar algunas experiencias de programas propedéuticos que preparan a estudiantes de la educación media de establecimientos con mayor índice
de vulnerabilidad para que se equiparen a los egresados de colegios de mayor
prestigio académico y mejor preparación,
Una mayor equidad en la permanencia y en el logro se puede alcanzar,
además de los programas de apoyo más personalizados a los estudiantes de
menor rendimiento, con la implementación de currículos más flexibles, en los
cuales se puedan compatibilizar los intereses y capacidades individuales con
los requisitos y la exigencias de una formación de calidad En tal sentido, las
experiencias de programas biopsicosociales parecen ser una línea importante
de desarrollar.
Para tener un mayor incremento de la equidad en los resultados y en el
impacto se propone perfeccionar los sistemas de información sobre las opor31
tunidades y opciones laborales de las diferentes carreras. Además, se sugiere
fomentar el desarrollo de redes de apoyo y oficinas de colocaciones a nivel
institucional, así como la colaboración para la generación de emprendimiento
y autoempleo de los egresados.
Junto al desarrollo de programas y de experiencias que contribuyan a la
equidad, es necesario establecer en las instituciones de educación superior
toda un estrategia de planificación y gestión de la equidad, así como existe
para el caso de la calidad o la eficiencia. Ello implica incorporar en la dirección estratégica institucional lo referente a la equidad en cuanto al acceso,
permanencia, logros, resultados e impacto.
REFERENCIAS
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32
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ANEXO
BECAS Y CREDITOS CON RECURSOS DEL ESTADO
VIGENTES AL AÑO 2009
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22
Beca Presidente de la República, dependiente del Ministerio de Interior,
fue creada en 1981 y está orientada a estudiantes destacados que ingresan
a la educación superior.
Beca Bicentenario (ex MINEDUC), creada en 1991 y destinada a incentivar a los estudiantes de más bajos recursos que hayan tenido un buen rendimiento académico para que continúen estudios de educación superior.
Beca para víctimas de violaciones a los derechos humanos, creada en
1992 y destinada a compensar a quienes sufrieron la trasgresión de sus
derechos fundamentales en la dictadura.
Beca Zonas Extremas (ex Primera Dama), creada en 1994 con el propósito de contribuir a que los estudiantes de zonas aisladas sigan sus estudios en establecimientos educacionales reconocidos por el Estado.
Beca Indígena, creada en 1995 y destinada a facilitar el acceso al sistema
educativo a los estudiantes indígenas.
Beca Juan Gómez Millas, creada en 1998 y orientada a apoyar a estudiantes de buen rendimiento, egresados de establecimientos de enseñanza
media municipal, particulares subvencionados y corporaciones educacionales, que tengan una situación socioeconómica deficitaria y que pretendan continuar estudios superiores.
Beca para Estudiantes Destacados/as que Ingresan a Pedagogía, creada en 1998 y orientada a incentivar a alumnos de buen rendimiento para
que ingresen a Pedagogía.
Beca para Estudiantes Hijos/Hijas de Profesionales de la Educación, creada en 1999 y destinada a apoyar a los hijos de profesionales de la educación y
del personal codocente, que se desempeña en establecimientos educacionales.
Beca Nuevo Milenio, creada en 2001 para apoyar la continuación de estudios técnicos de nivel superior o carreras profesionales en institutos profesionales, de egresados de la enseñanza media.
Beca de Alimentación para la Educación Superior – JUNAEB, que
busca apoyar la subsistencia de estudiantes necesitados, para que puedan
continuar estudios de educación superior.
Beca de Excelencia Académica, anunciada en junio de 2006 y destinada
al 5% de mejores egresados de la enseñanza media de cada establecimiento subvencionado.
Beca para Puntajes Nacionales, creada en 2006 y destinada a alumnos
de los primeros cuatro quintiles que hayan egresado de establecimientos
municipales, particular subvencionados o corporaciones de administración
delegada y que obtengan obtenido puntaje máximo en la PSU22.
Adicionalmente existe la Beca PSU, que es un subsidio entregado por el gobierno a través de
la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), que consiste en el pago de 100%
35
Programas de Créditos:
•
•
•
Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU), el programa de créditos para la educación superior que ha tenido mayor duración, aunque
con ciertas modificaciones en su operación. Consiste en aportes a los Fondos Solidarios de Crédito Universitario de las universidades del CRUCH
para el otorgamiento de créditos a los estudiantes dirigido a pago de aranceles, distribuidos en virtud de antecedentes socioeconómicos;
Crédito con garantía estatal (Ley 20.027). Promulgada en 2004, se
puso en práctica a fines de 2005, con el fin de facilitar el acceso y mantención en la educación superior de alumnos de cierto rendimiento académico y con situación socioeconómica familiar que requiera crédito (de
universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica
acreditados).
Créditos CORFO, destinados a facilitar el pago de estudios superiores a
estudiantes de pregrado, fundamentalmente de clase media.
Las becas y créditos no son necesariamente incompatibles entre sí. Como
se deduce de la descripción de los programas y sus condiciones de compatibilidad, algunos obtienen recursos de dos o más programas de ayuda, aunque en
la gran mayoría de los casos se apoya al estudiante por una sola vía.
del arancel de inscripción a la PSU. Busca generar igualdad de oportunidades para alumnos
con algún nivel de vulnerabilidad que terminan la enseñanza media y desean rendir esta
prueba.
36
Capítulo I:
REFERENTES CONCEPTUALES
REFERENCIAS CONCEPTUALES SOBRE
EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Mireya Abarca*
Carlos Pérez*
Leticia Arancibia**
Lilian González**
Juan Eduardo Esquivel***
Gonzalo Fonseca****
Álvaro Poblete*****
José Sánchez******
María Inés Solar*******
I. INTRODUCCIÓN
1.1. Responsabilidad social de la educación superior
La educación superior como bien público e imperativo estratégico para
todos los niveles de educación, otorga las bases para la educación, investigación, innovación y creatividad. Los Gobiernos deben apoyar económicamente
la educación superior ya que como se destaca en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos “la educación superior debe ser igualitaria y accesible
para todos…” (Artículo 26, párrafo 1).
Nunca en la historia ha sido más importante invertir en la educación superior (ES), porque es la fuerza mayor para construir una sociedad del conocimiento inclusiva y diversa y para avanzar en la innovación, investigación y
creatividad. La década pasada evidencia que la ES y la investigación contribuyen a la erradicación de la pobreza, al desarrollo sostenible y al progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y hacia la Educación para
Todos (EPT). La agenda de la educación global debe reflejar estas realidades.
La conferencia mundial de la UNESCO sobre Educación Superior (Paris,
julio 2009)1, concluye respecto a este tema lo siguiente:
Profesor(a) de la Universidad de Antofagasta, Chile
Profesora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
***
Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México
****
Jefe del Departamento de Curriculum, Dirección de Docencia de la Universidad Católica
de la Santísima Concepción, Chile
***** Director de Ciencias Exactas de la Universidad de Los Lagos. Osorno, Chile
****** Director de Docencia de la Universidad de Concepción, Chile
******* Asesora Académica de la Dirección de Docencia de la Universidad de Concepción, Chile
1
UNESCO (2009). World Conference en Higher Education. The Dynamics of Higher Education and Research of Societal Charge and Development. UNESCO, Paris 5-8 July 2009.
*
**
39
•
•
•
•
•
•
La educación superior es un bien público y como tal, es responsabilidad
de todos, especialmente de los gobiernos.
En un mundo de cambios globales, la educación superior debe liderar
la generación de un conocimiento multidisciplinar desde la perspectiva
social, económica, cultural y científica. Esta generación de conocimiento
debe dar respuesta a desafíos globales como la seguridad alimentaria, el
cambio climático, la gestión del agua, el diálogo intercultural, las energías
renovables y la salud pública.
Las instituciones de educación superior, a través de sus funciones principales (investigación, formación y servicios a la comunidad) y en un
entorno de autonomía institucional y libertad académica, deben promover
el pensamiento crítico y la acción ciudadana encaminados a alcanzar el
desarrollo sostenible, la paz, el bienestar, el desarrollo y el respeto de los
derechos humanos, entre los que se incluye la igualdad de género.
La educación superior no solo tiene que proporcionar buenas capacidades
para desenvolverse, sino también contribuir en la educación de ciudadanos éticos y comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de
los derechos humanos y los valores de la democracia.
Se debe potenciar la información y la transparencia tanto en la misión
como en la actividad de las instituciones de educación superior.
La autonomía universitaria es un requisito imprescindible para llevar a
cabo la misión de cada institución a través de la calidad, la relevancia, la
eficacia, la transparencia y la responsabilidad social.
1.2. El derecho a la educación superior
Las capacidades de las personas están repartidas por igual en todos los estratos económicos y grupos culturales, pero lo que no está repartido por igual
son las oportunidades educativas, especialmente en el ámbito de la educación
superior.
El logro del pleno ejercicio del derecho a la educación es un proceso donde se distinguen tres etapas fundamentales:
•
•
40
En una primera etapa se concede el derecho a la educación a quienes históricamente se les ha denegado (pueblos indígenas, pobres, marginados,
personas con discapacidad) o que siguen excluidos (comunidades nómades), y normalmente entraña la segregación en escuelas especiales o programas diferenciados.
La segunda etapa enfrenta el problema de la segregación educativa, promoviendo el avance hacia la integración en las escuelas para todos. En
esta integración los grupos admitidos deben adaptarse a la escolarización
disponible, independientemente de su lengua materna, origen social, económico y cultural, género o capacidades. Los estudiantes se tienen que
adaptar a la escuela y no esta a los alumnos, puesto que el sistema educativo permanece inalterable manteniendo su statu quo. Esto explica en parte las dificultades que ha tenido, por ejemplo, la integración de alumnos y
alumnas con necesidades educativas especiales en las escuelas regulares.
•
La tercera etapa exige la adaptación de la enseñanza a la diversidad de
necesidades educativas del alumnado, considerando la procedencia social
y cultural y las características individuales en cuanto a motivaciones,
capacidades e intereses. Desde esta perspectiva, ya no son los grupos
admitidos quienes se tienen que adaptar a la escolarización disponible,
sino, por el contrario, esta se adapta a sus necesidades favoreciendo su
plena participación y aprendizaje, lo cual es la aspiración de la educación
inclusiva.
Las legislaciones nacionales que emergen a partir de la discusión sobre
la reforma, junto con garantizar el acceso a determinados niveles de escolarización, comprometen a los Estados a alcanzar una mayor igualdad de oportunidades educativas, a través de una mejoría en los indicadores globales de
eficiencia del sistema escolar –como la disminución de las tasas de repitencia
y abandono/deserción– y del establecimiento de estándares básicos de calidad
de la enseñanza y de logro en cada nivel. Todo ello, prestando especial atención a los sectores que evidencian mayor rezago, es decir, los más pobres y
marginales.
Si en la educación superior no existen mecanismos que permitan garantizar el acceso en igualdad de oportunidades y la retención de los estudiantes de
estratos socioeconómicos más pobres y culturalmente diversos, la exclusión y
marginalidad continuarán produciéndose de generación en generación.
Para todos los actores del sector es una tarea y responsabilidad urgente,
avanzar en el desarrollo de propuestas que permitan atender las consecuencias
institucionales, financieras y pedagógicas que significa para las universidades la creciente entrada de jóvenes procedentes de entornos diferentes a los
tradicionales. Un cambio progresivo en la composición del alumnado debería
estimularlas, entre otros factores, a desempeñar un papel más proactivo en
la orientación y tutoría académica de sus estudiantes de pregrado, a formalizar y/o ampliar la oferta de cursos de nivelación o remediales, e introducir y
apoyar a los jóvenes recién ingresados en su relación con las redes de ayuda
existentes, dado que una de las características comunes de quienes han estado
afectados por procesos de exclusión, es su desconocimiento de aquellos recursos institucionales a los que pueden optar y la estrechez y homogeneidad de
sus redes sociales.
Además del análisis sobre las consecuencias de los necesarios cambios en
los procesos de admisión y los desafíos de la adaptación institucional frente
al aumento de la cobertura, reviste también gran interés la discusión sobre un
tercer tipo de obstáculo detectado para avanzar hacia una mayor igualdad de
oportunidades educativas en la educación superior: los prejuicios que sitúan
a los más pobres y a los representantes de las minorías como personas menos
talentosas en el ámbito académico.
1.3. Concepto de equidad en educación superior
Existen varias definiciones del concepto de equidad. Entre otras se pueden
señalar las siguientes:
41
•
•
•
•
Equidad significa ir más allá del sentido común respecto de igualdad, es
decir, ofrecer las oportunidades que cada quien requiere conforme su particular y específica situación personal, social y cultural.
Desde el enfoque de derechos de la educación, equidad significa ofrecer a
todos los habitantes de un país las oportunidades educativas que requiere
de acuerdo con las características y necesidades que le son propias.
Equidad, en el enfoque de desarrollo humano, adopta una posición más
amplia, procurando la equidad en la capacidad básica y las oportunidades.
Todos deben tener las oportunidades de educarse, o el vivir una vida más
larga y saludable.
Desde el punto de vista educacional la equidad educacional es un objetivo
importante, por buenas razones: la legitimidad de la democracia se cimenta en la medida que proporciona a la gente igualdad de oportunidades, entre las cuales la más importante, es la oportunidad de recibir educación de
calidad (OECD, 2003)2..
La preocupación por la equidad es un tema muy vigente en la región latinoamericana y del Caribe. Sin embargo, es necesario mirar más allá de los
indicadores conocidos, para identificar como el acceso a servicios de calidad y en un nivel “mínimo razonable” repercute en la equidad a largo plazo.
Además, se señala la importancia de considerar factores como el patrimonio
económico, social y cultural, ya que generan un aprovechamiento desigual de
las oportunidades, lo que debiera ser sujeto de análisis en toda política pública
que busca favorecer la equidad en la potenciación de las capacidades. (Fuentes, M. 2009) 3.
En la educación superior, se aprecia el estudio de la equidad, como un
concepto complejo, asociado a equidad en el acceso, equidad en el trato,
equidad en los resultados. En un informe de UNESCO de 1989, se propuso la
siguiente interpretación del término de equidad en la educación: “la esencia
primordial de la equidad en el acceso, es llegar a los grupos desfavorecidos”.
(Fuentes M., 2009)4.
La “equidad en el trato” se centra en estudios que revelan que muchos profesores no tratan de igual modo a todos sus alumnos. Asimismo, el
currículo no siempre es sensible a la diversidad cultural. Una explicación de
ello es que con el tiempo los valores de la clase media se han convertido en
la norma del sistema educacional. Los obstáculos que impiden alcanzar la
equidad en los resultados académicos son causados por las desigualdades de
acceso y trato.
2
3
4
42
OECD (2003). Informe de Antecedentes del Sistema Educacional Chileno año 90. Octubre
2003, París. Pág. 251.
Fuentes, M. (2009). “La equidad en todas sus formas”. Revista Latinoamericana de Desarrollo Humano, N°55, abril 2009 página 1, PNUD – Panamá. http:/www.revistalatinoamericadedesarrollohumano.org/temas143asp
Fuentes, M. (2009) Op. Cit.
La UNESCO (2005)5 en las sociedades democráticas establece que cada
persona debe tener la opción de acceder a la educación terciaria. Para ello se
basa en el reconocimiento de la diversidad de los derechos humanos. En esta
perspectiva la educación superior ha de ser concebida como un bien público
social, un derecho humano y universal y un deber de Estado. (UNESCO / IESALC, 2008)6.
La OECD (2007)7 ha definido que el concepto de equidad implica garantizar iguales oportunidades de participación para las y los jóvenes, con independencia de su género, etnia y estatus socioeconómico de las familias. En este
marco, plantea que la educación, en general, juega un rol preponderante en la
movilidad intergeneracional, en la integración, en la adaptabilidad, accesibilidad, asequibilidad (que sea posible) señala además que las políticas de educación superior necesitan garantizar para que los sistemas de enseñanza superior
no inhiban dicha movilidad sino la favorezcan. (boletín PPES)8.
El término “equidad” es un concepto que permite repensar la capacidad de
respuesta de las instituciones de educación superior a los retos que le imponen
los cambios sociales, regionales y locales, y aquellos vinculados a la organización del conocimiento, los saberes e intereses. Por tal motivo, la discusión
sobre la equidad educativa hace posible preguntarse: ¿educación para qué?,
¿para qué sociedad?, ¿para quiénes, para algunos?, ¿a quiénes está favoreciendo esta educación?, ¿a qué grupos de la sociedad sirven los estudiantes que
egresan?, ¿cuál es su capacidad para interactuar con otras personas a fin de
resolver problemas integrales, multidisciplinarios y complejos? y ¿cuál es su
grado de responsabilidad y compromiso ético?
El término equidad interroga entonces a lo interno y a lo externo de las
instituciones de educación superior. A lo interno en relación con su misión,
visión, objetivos, metas y funciones, y a lo externo en su vinculación con la
sociedad.
Este concepto de equidad, se entrecruza con el concepto de calidad porque las respuestas que las instituciones de educación superior deben dar a
exigencias de la sociedad, no solo deben ser cuantitativamente importantes,
sino que fundamentalmente deben tener calidad, y más aún necesarias en un
mundo signado por la competencia. Por ello, equidad y calidad constituyen
un binomio cuyas partes se complementan y contribuyen con el todo. Dicho
binomio es relativo a las instituciones, a los procesos, a los actores que hacen vida universitaria, y a sus relaciones con la sociedad. Por lo tanto debe
ser asumido contextual y pertinentemente, y no solo como estándar obligatorio.
5
6
7
8
UNESCO (2005). The Quality Imperative in Education. Paris – Francia.
(UNESCO / IESALC, 2008) citado en: Boletín de Políticas 2 – PPES (2008). Programas de
Políticas de Educación Superior (SOC-01), Universidad Diego Portales, Santiago de Chile.
Página 2.
OECD (2007). No more Failures: Ten Steps to Equity in Education. Paris
Boletín de Políticas Públicas en Educación Superior. PPES-2. Centro de Políticas Compendio en Educación Universitaria Diego Portales (2008). Página 2.
43
1.4. Políticas para mejorar la equidad en la educación superior
La educación superior es un factor clave para el desarrollo de un país, y la
complejidad de las tareas a asumir requieren de políticas sustentables y confianza entre los diversos actores.
En esta línea cabe destacar las siguientes directrices:
•
•
•
•
•
Otorgar herramientas a los establecimientos educacionales para lograr una
buena gestión, involucrando a directivos, docentes, personal administrativo. La creación de un organismo autónomo facilitaría la entrega oportuna
de información relativa a la calidad de la educación.
Apoyar la autonomía en la gestión al interior de las instituciones vía articulación, y la articulación entre los distintos niveles y ciclos. La rendición
de cuentas, el aseguramiento de la calidad y los incentivos a la labor docente, deben ser parte de las políticas institucionales.
Generar una política de apoyo a los estudiantes más vulnerables, diversificando la oferta académica, los requerimientos de admisión, los procedimientos de ingreso a la educación superior y los apoyos del Estado para
estos estudiantes, esencialmente las mujeres, estudiantes discapacitados y
grupos étnicos.
Implementar sistemas de apoyo académico, como tutorías, nivelación de
estudios, evaluaciones periódicas por parte de los propios estudiantes y
profesores, en temáticas relacionadas a sus necesidades económicas, afectivas y de integración social. (Canales, D.; De los Ríos, D. 2009)9.
Mejorar los sistemas de evaluaciones, de modo que permitan evaluar periódicamente los avances, a nivel de la institución y de la reforma educacional en su conjunto.
1.5. Experiencias internacionales sobre equidad en educación superior
A continuación se presenta una breve síntesis sobre el desarrollo de los
sistemas de educación superior en relación con la equidad en Europa, China,
India, Japón, África y América Latina.
1.5.1. El caso europeo
La Unión Europa es considerada la región del mundo que más ha avanzado en la integración de los sistemas de educación superior. En este contexto,
dicha integración ha repercutido directamente en las acciones de equidad en
esta región. En lo referido a la igualdad en el trato, por ejemplo, “como ciudadanos de la Comunidad Europea, cada estudiante tiene derecho a ser tratado
9
44
Canales A.; De los Ríos, D. (2009). Retención de estudiantes vulnerables en la Educación
Terciaria, en Revista: Calidad de Educación. Revista Consejo Superior de Educación N° 30,
julio 2009.
de la misma manera que cualquier estudiante del país al que se desplaza a estudiar” (Félix Etxeberría, 2000)10.
La cantidad de estudiantes, en la mayor parte de los países de la Unión
Europea ha aumentado considerablemente, llegando en algunos casos a duplicar la población estudiantil de educación superior en los últimos 15 años, a
menudo bajo la consigna de “educación para todos”.
Dentro de la Comunidad Europea existen países con características muy
diversas que poseen diferencias en algunos índices vinculados a la equidad
con respecto al resto de Europa. Por ello, para lograr equidad social hay que
revertir la tendencia a la creciente desigualdad intraestatal, así como acelerar
la convergencia interestatal. (Michael Dauderstädt, 2008)11.
Pese a lo anterior, los sistemas europeos tienden a garantizar que los resultados de la educación y de la formación sean independientes de la situación
socioeconómica y de otros factores que llevan a la desventaja educativa, y que
el tratamiento refleje necesidades específicas de aprendizaje de las personas.
Por tal motivo, Europa como región y como unión de países, presenta un mayor acercamiento a lo que es un sistema equitativo, principalmente atendiendo
a sus políticas interestatales (que aún así se requieren fortalecer principalmente con los países mas pobres), la globalización que ha permitido movilidad estudiantil y afinidad en los currículos de los países de la Comunidad Europea,
y la reducción en los sistemas de transporte y comunicaciones, lo que tiende
a brindar condiciones favorables para la igualdad en el acceso, la formación,
educación superior, etc.
1.5.2. El caso de China
El caso del país más poblado del mundo, que posee más de 2.000 instituciones de educación superior, a diferencia de Europa constituida por países
de cultura relativamente homogénea, China, dada la heterogeneidad de sus regiones, requiere de políticas específicas para cada una de ellas. El sistema de
educación superior chino se ha expandido aceleradamente durante los últimos
dieciocho años. La matrícula en instituciones de educación superior se sextuplicó desde 1980 hasta 1998. Sin embargo, para el año 2000, “las matrículas
en ese nivel representan solo el 7% de la población en edad universitaria en
China, lo cual es muy bajo según los patrones internacionales, ya que el promedio mundial es de 13% y en los países industrializados es de 30% (Altbach,
P y McGill P., 2000)12. El acceso a la educación superior es uno de los problemas más serios que enfrenta el gobierno chino. Lo anterior hace predecir
que los patrones de distribución de las limitadas oportunidades de educación
superior pueden ocasionar problemas de equidad social, más aún en aquellas
10
11
12
Etxeberría, Félix. (2000). Políticas Educativas en la Unión Europea, Pág. 75. Ed. Ariel S.A.,
Barcelona, España.
Dauderstädt, Michael, 2008. Equidad Social en la Europa globalizada, Revista Nueva Sociedad Nº 215, mayo-junio, pág. 145.
Altbach, P.; y McGill, P., 2000. Educación Superior en el siglo XXI; Desafío Global y Respuesta Nacional, Editores Ed. Biblio, Buenos Aires-Argentina, Pág. 37.
45
regiones más pobres de China, lo que las distancia cada vez más del gasto por
estudiante según la región.
Pese a lo anterior, “las instituciones de educación superior chinas enfrentan, en cierta medida, desafíos contemporáneos semejantes a los que se les
plantean a las universidades de otros países, a consecuencia del avance de la
ciencia y la tecnología, del crecimiento económico, de los cambios sociales y
de la internacionalización y globalización de la economía mundial, así como
de la educación superior” (Altbach, P y McGill P et al. 2000)13.
1.5.3. El caso de India
Para el acceso equitativo a la educación superior, el gobierno indio ha tomado una serie de medidas. Entre ellas se pueden mencionar: la distribución
masiva de facilidades manteniendo bajos aranceles; introducción de lenguas
vernáculas como medio de instrucción; liberación del pago de matrículas para
mujeres; y ha favorecido a sectores de la población que tienen poco acceso a
la educación universitaria, tales como los aborígenes y tribus tradicionalmente
excluidas.
Las anteriores medidas han dado lugar a un crecimiento espectacular de la
matrícula en educación superior del segundo sistema de educación más grande
del mundo. A pesar de las estadísticas que puede ostentar el sistema indio, la
matrícula de educación superior al año 2000 en la India era del 6% del grupo
en edad correspondiente y en el año 2007. La cobertura bruta en educación
superior era del 13%14, teniendo en cuenta que el promedio en Norteamérica y
Europa era de 72% al año 2005 y que en EE.UU. alcanzaba el 82% en el año
200715.
La expansión se debe al crecimiento de la población en ese rango de edad,
al igual que China cuyo promedio, como se mencionó anteriormente, es de
7%. Es importante mencionar además, para el caso de India que menos del
30% de los jóvenes terminan la escuela secundaria (Altbach, P.; McGill, P. et
al., 2000)16. Por otro lado, la educación europea asumida en la India (país no
europeo), desplazó el conocimiento autóctono, las tecnologías, habilidades,
valores y otros elementos de la cultura nativa. También, la globalización ha
estimulado que las sociedades desarrolladas tiendan a imponer sus necesidades de recursos humanos a los sistemas de educación superior de las naciones
menos desarrolladas, lo que sin duda puede constituir una acción de inequidad.
13
14
15
16
46
Altbach, P.; y McGill, P., 2000. Op. cit. La última cifra disponible de cobertura en educación superior es del 22% en el año 2007. http:/state.vis.unesco.org/tablevicurar.aspx.report/
d=167.
http/stats.vis.unesco.org//tableviewer.aspx?reportld=167
Ibidem
Altbach, P.; y McGill, P., 2000. Op. cit.
1.5.4. El caso de Japón
Japón comenzó a modernizarse recién a mediados del siglo XIX. A diferencia de la educación histórica en otros países, en Japón la misión del moderno sistema educativo de mediados del siglo XIX debía orientarse a desarrollar
el potencial de los habitantes de todo el país y no restringirse a un grupo de
personas. En Japón la posibilidad de educación superior existió aun para las
familias más pobres. En cierto sentido la educación superior masiva siempre
ha existido y nunca hubo un sistema de educación elitista. (Altbach, P.; McGill P. et al., 2000)17,
Al año 2000, en Japón la tasa de matrícula en las universidades ya ha
alcanzado el 40% de la población en edad universitaria y en el año 2007, la
última cifra disponible era de 58%18.
1.5.5. El caso de África
Durante el siglo XX, diversos países coloniales de Europa han extendido
sus modelos de universidades a los diversos países del continente africano.
La historia de la educación superior en África data de 1960, aun cuando anterior a esa fecha, existían unas pocas universidades que brindaban educación
postsecundaria. (Altbach, P. y McGill P. et al, 2000)19.
A pesar de la decreciente provisión financiera, la matrícula estudiantil en
África se ha expandido enormemente en países como Nigeria, Kenia, Uganda
y Tanzania. La expansión de la matrícula ha permitido a la educación universitaria ir de la elite al acceso masivo, lo que ha repercutido en la mayor
apertura de las universidades africanas. En Kenia por ejemplo, cerca de 150
mil estudiantes rinden los exámenes nacionales al finalizar la escuela secundaria. De este número unos 80 mil se presentan a la admisión universitaria.
Cerca de 30 mil candidatos alcanzan el requerimiento mínimo de ingreso a la
universidad. La capacidad máxima de las universidades públicas es de 10 mil
estudiantes (Altbach, P. y McGill P. et al, 2000)20. Lo anterior representa una
cobertura bruta de alrededor del 7%, que no está cerca de los niveles de países
industrializados.
En cuanto a la equidad y acceso, lamentablemente las mujeres no han sido
beneficiadas proporcionalmente de la impresionante expansión de la educación superior. La proporción de mujeres en las universidades africanas es del
20% en varios países. En Kenia, a pesar de la enorme expansión ya mencionada, persisten las desigualdades en el acceso de las estudiantes de las regiones
áridas y semiáridas.
El crecimiento del número de estudiantes en las universidades africanas
se ha conseguido sin un aumento proporcional de recursos disponibles para
17
18
19
20
Ibidem. Pág. 93
http/stats.vis.unesco.org//tableviewer.aspx?reportld=167
Ibid. pág. 58.
Ibid. Pág 60
47
la educación superior. Esto se debe, entre otras cosas al ajuste estructural de
los programas, a las políticas que alientan la educación terciaria gratuita y en
parte a las prácticas de administración financiera deficientes. (Altbach, P. y
McGill P et al. 2000)21.
El mal funcionamiento de las economías de los países africanos ha reducido la migración de estudiantes de África a universidades de Europa y América
del Norte, lo que en un mundo globalizado, podría constituir un peligro para
África.
La explosión poblacional, el crecimiento de las matrículas, los tipos de
programas y la precaria situación económica en África han contribuido a generar altos niveles de desempleo. Existe un exceso de graduados en artes y
humanidades y una desvinculación preocupante entre universidad y el sector
privado que pueden ofrecer oportunidades de empleo.
Un escenario aparte del anteriormente presentado, lo constituye África del
Sur. El aumento y la ampliación de la participación traducida en el creciente
acceso de la población originaria y femenina, de estudiantes discapacitados y
mayores, así como el desarrollo de nuevos currículos, y otros, han permitido
superar las desigualdades del pasado en Sudáfrica. Sin embargo, la matrícula
de estos estudiantes es significativamente más baja en estudios de postgrado y
en áreas de ciencias, ingeniería y tecnología.
1.5.6. El caso de América Latina
Con el agotamiento de las teorías del desarrollo –que ya no podían dar
soporte a las políticas sociales, tales como la provisión pública de recursos
necesarios para los servicios– o, mejor dicho, por la incapacidad del desarrollismo para controlar los desequilibrios monetarios y financieros provocados
por la estructura productiva y, en especial, por la industria22, se evidenció la
debilidad de América Latina, protegida y regulada desde adentro, frente al
liderazgo de Estados Unidos y Europa, y la emergente pujanza de países del
Oriente. Se trataba de la transición no solo de una concepción del mundo a
otra, sino también del nacimiento de una nueva era, en la que se marcaban,
por una parte, grandes cambios en la economía, la tecnología y la producción
de conocimientos; y, por otra, la constitución de bloques y sub-bloques de
integración económica regionales, que participarían de la información y las
comunicaciones globales al instante.
La fuerza de los cambios no tardó, en esa época, en cuestionar severamente el papel y la calidad de la universidad de las ciencias y las humanidades,
ocupada en la formación de profesionales y técnicos para fortalecimiento del
estado de cosas, centrada en sí misma y orientada hacia la investigación científica, la cultura de las letras y la universalidad del conocimiento.
21
22
48
Altbach, P.; y McGill, P., 2000. Op. cit.
Didriksson, Axel. 2007. La universidad en las sociedades del conocimiento. México,
UNESCO.
El decenio de 1990 es conocido por la intersección que se produce entre
el pensamiento neoclásico liberal, mandante en la década anterior, liderado
por Milton Friedman y extendido por la Escuela de Chicago, y el escenario
que se prepara en Washington, con la participación de reconocidos economistas internacionales. John Williamson acuñó en ese momento el término
“Washington Consensus”, para referirse a las medidas consideradas indispensables para el desarrollo de la región de América Latina y el Caribe, según el
Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos23. Las medidas conocidas también como
el decálogo de Washington son:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Disciplina presupuestaria
Reorientación y saneamiento del gasto público, la enseñanza básica y la
construcción y el mantenimiento de la infraestructura
Reforma fiscal para ampliar la base de contribuyentes
Liberalización financiera
Tipo de cambio competitivo
Apertura comercial
Liberalización de la inversión extranjera directa
Privatización de las empresas públicas
Desregulación arancelaria
Garantía al derecho de propiedad privada (registros, patentes y marcas)24.
Las recomendaciones internacionales para la educación superior de América Latina fueron básicamente abandonar la concepción de la universidad
napoleónica-humboltiana e innovar. A las universidades se les aconsejó, en
especial:
•
•
•
23
24
Rediseñar sus sistemas internos; mejoramiento de su calidad académica,
de gestión y de los servicios; y articulación estrecha con el Estado y los
mercados.
Ampliar la cobertura para incorporar a los aspirantes más preparados
y con mejores actitudes; estos debían formarse en competencias. Este
criterio de mejoramiento de la calidad produjo efectos favorables, pero
también una suerte de aristocracia académica, una elite social con altas
credenciales educativas.
Universalizar este nivel de estudios, en el sentido de su apertura a todos
(el mundo), a la diversidad de visiones, formas de organización y tecnologías. Tarea que ha contribuido positivamente a la creación y ampliación
de múltiples redes académicas, sociales, de negocios, etc.
Willianson John (ed) (1989). Latinamerica Reajustement. How much has happened. Washington Institute for International economics.
Girón, Alicia. 2008. International Monetary Fund: Fron stability to instability. The Washington Consensus: its influence on democracy and development in the south, Bs.As, Gladys
Lichini Ed., CLACSO.
49
•
•
•
Rediseñar su gestión, estructura y vinculación con el medio externo, a
partir de la privatización y diversificación del sistema de educación superior, fenómeno que ha contribuido a que una parte de las universidades, en
especial de las privadas, tienda a la comercialización cuando no a la mercantilización de sus servicios.
Vincular la investigación científica y tecnológica con la industria, a fin de
transferir a esta la propiedad de los conocimientos de punta producidos en
las universidades y los institutos superiores. Dicho de otra manera, se trata de agregar el valor de cambio a los conocimientos útiles por medio de
la adquisición de permisos y patentes.
Organizarse y gestionarse con sentido emprendedor. Según Burton Clark,
esto consiste –dicho con pocas palabras– en fortalecer al grupo directivo,
ampliar el círculo externo de desarrollo, diversificar la base financiera e
integrar una cultura emprendedora. (Burton R., Clark)25.
Las intenciones se encaminaron entonces al incremento del acceso, la
estructuración del sistema y los efectos institucionales estadísticos, según mediciones actualizadas año tras año. Este tipo de énfasis que mostraba los aspectos positivos y negativos de la calidad, llevó al diseño de nuevas políticas
públicas en todos los ámbitos. En la educación superior se propuso mejorar
el sistema nacional y la especificidad y eficacia de las instituciones, mejorar
también sus modelos de gestión y organización académica, adoptar nuevas
líneas de acción, diseñar y aplicar programas de formación docente y redefinir
los diferentes destinatarios del sistema de educación superior, entre otros.
Por otra parte, la necesidad de dar cabida a un número cada vez mayor de
estudiantes en el espacio de una universidad tradicional en América Latina
es solo el aspecto más evidente de un problema mucho mas profundo: como
adaptar las instituciones convencionales a un conjunto completamente nuevo
de grupos sociales, funciones y demandas. (Altbach, P. y McGill P. et al.
(2000))26.
En América Latina, la concentración de las poblaciones en grandes ciudades, el ingreso de las mujeres al mercado laboral, la expansión gradual de la
educación básica y secundaria, dirigieron el enorme aumento en la demanda
acumulada de educación superior. En 1990 la inscripción en la educación superior era de 40% en Argentina, 33% en Perú, 26% en Costa Rica y 20% en
Cuba. En otros países como Colombia, Chile y Brasil, las universidades públicas no respondieron ante la gran demanda por educación superior. A partir de
allí nació entonces una serie de instituciones de educación superior, mayormente como emprendimientos privados.
Hoy día, el acceso a la educación superior en gran parte de América Latina es masivo, tanto en las instituciones públicas como privadas. En la línea
de la equidad se puede destacar que existe una clara tendencia por incorporar
25
26
50
Burton R., Clark. Creating enterpreneurial universities –organizational pathways of
transformation, London, IUA, Pergamon Press, 1998.
Altbach, P.; y McGill, P., 2000. Op. cit. pág. 79.
estándares de calidad que hagan equitativa la formación para los estudiantes
provenientes de los sectores más pobres.
En relación al acceso a la educación superior los países de América Latina
han desarrollado distintas estrategias para tener un sistema:
•
•
•
Abierto sin barreras de entrada en el acceso
Selectivo, donde el acceso se realiza mediante pruebas de selección, sin
pago de aranceles en sus programas de pregrado.
Mixto
Entre los países que no tienen limitaciones en su acceso, se puede citar a
Argentina y Uruguay.
En Argentina, la autonomía universitaria tiene rango constitucional y la
ley ratifica la autonomía académica e institucional de las universidades nacionales, provinciales y privadas. “El ingreso irrestricto, ha dado pasos para que
las universidades de gestión estatal establezcan diferentes alternativas para
atenuar los efectos de un sistema explosivo que no era acompañado de un correlativo aumento presupuestario y que generó demanda de docentes y dificultades para cubrirlas, sin afectar la calidad académica. Las facultades de medicina fueron las primeras en establecer exámenes y cupos. (CINDA (2007))27.
Los estudiantes argentinos vulnerables, cuentan con un Programa Nacional de Crédito Educativo, y un Programa de Becas Universitarios (PNBU),
que destina parte de los recursos a alumnos indígenas.
En el caso de Uruguay, se mantienen los procedimientos tradicionales
de acceso gratuito a la educación superior. En general, en las universidades
privadas, la admisión y el acceso están condicionados a la capacidad de pago,
salvo en unas pocas universidades que prima un alto nivel de exigencia entre
sus postulantes.
En el caso de Bolivia, las modalidades de admisión a las universidades
públicas, son planificadas acorde a los requerimientos de: prueba de suficiencia académica, curso preuniversitario y, admisión especial.
Las universidades públicas disponen de un subsidio de alimentación y
movilización.
En Brasil, el acceso a la educación superior con la nueva ley (1996) se estableció un proceso de selección que incluyó la inclusión obligatoria de conocimientos de redacción. Actualmente los procesos selectivos son de variados
tipos. En 1999 se creó el Programa de Financiamiento de Educación Superior
(FIES), cuyo objetivo central era apoyar a estudiantes en situación económica
desfavorecida que accedían a instituciones no gratuitas.
En el año 2004 se creó el Programa Universidad para Todos (PROUNI)
cuya finalidad es posibilitar el acceso a la educación superior de jóvenes de
escasos recursos, y becas de estudios para afrodescendientes e indígenas de
los diferentes Estados.
27
CINDA 2007. Educación superior en Iberoamérica (Informe 2007). Políticas Nacionales de
Acceso, Pág. 118, CINDA, Santiago.
51
II. EQUIDAD EN EDUCACIÓN SUPERIOR EN CHILE
2.1. Desarrollo de la educación superior en Chile
En Chile, las oportunidades para los jóvenes provenientes de todos los
sectores, incluso para aquellos de los quintiles más pobres, han aumentado
considerablemente durante los últimos años.
El número de estudiantes en educación superior en Chile creció de
117.000 en 1980 a 245.000 en 1990 y sobre 678.000 en 2007. Entre 1980 y
2006 la proporción del grupo entre 18-24 años de edad aumentó de 7.2% a
34%, según estimaciones del MINEDUC y 38% según las encuestas de hogares. (OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo /
Banco Mundial, 2009)28.
Sin embargo, al margen de lo anterior, Chile es uno de los países en
donde la desigualdad alcanza lamentables niveles internacionales, los que de
acuerdo al Informe Final del Consejo Asesor Presidencial Trabajo y Equidad
(2008)29, Chile está en el grupo de países con mayor desigualdad; ocupando el lugar 12 de entre más de 100 países en una medición realizada el año
2000.
Gráfico 1
Posición de Chile en el Ranking Mundial de Desigualdad
del año 2000
0.8
0.7
Gini
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
Chile
Fuente: Banco Mundial 2004 en: Informe Final Consejo Asesor Presidencial Trabajo y
Equidad. Santiago de Chile, 2008.
28
29
52
2009 Ministerio de Educación de Chile, pág. 78. Santiago.
Informe Final Consejo Asesor Presidencial (2008). Trabajo y Equidad. Mineduc – Santiago.
El gráfico anterior muestra la enorme desigualdad con la que tiene que
luchar el Estado chileno para impulsar políticas de equidad. Por ejemplo, a la
luz del análisis de los resultados de la prueba SIMCE (Sistema de Medición de
la Calidad de la Educación), “en el diferencial en la calidad de la educación
básica: los escolares pertenecientes al grupo socioeconómico alto tienen un
desempeño mayor del orden del 30% respecto de los escolares del grupo socioeconómico medio bajo y bajo. Un diferencial de 30% que si se mantiene en
el tiempo, implicaría una distancia de alrededor de 200 puntos en la Prueba de
Selección Universitaria (PSU); o sea, 700 versus 500 puntos, lo cual hace toda
la diferencia en el acceso a la universidad” (Informe Final Consejo Asesor
Presidencial Trabajo y Equidad, 2008)30.
Sin embargo, pese a las diferencias mencionadas en el párrafo anterior, el
Estado chileno ha trabajado por reducir esa brecha de desigualdad, focalizando políticas para atender el principio de igualdad de oportunidades especialmente en el inicio, es decir, entre los niños.
Lo anterior trae a colación los esfuerzos realizados por el gobierno chileno y las instituciones de educación superior al atender este nuevo escenario
con estudiantes provenientes de los quintiles con menos recursos. Esto ha significado diversificar las acciones de atención de las necesidades de financiamiento de los estudiantes en los sistemas de créditos, becas y otros beneficios
de las instituciones, pero además los intentos de incorporar estrategias académicas para atender las desigualdades vinculadas a la brecha existente entre
los estudiantes provenientes de colegios públicos y privados. Esto tradicionalmente no había ocurrido en Chile, donde el acceso a las universidades brindaba mayores posibilidades a aquellos jóvenes pertenecientes a las familias del
quintil de más altos ingresos.
Los grupos socioeconómicos en Chile, clasificados de acuerdo al ingreso
familiar, han constituido motivo de constante debate público en los últimos
años. La preocupación del Gobierno y las instituciones de educación superior
chilenas ha estado instalada principalmente en los jóvenes que provienen de
los quintiles socioeconómicos inferiores. Las carencias socioeconómicas de
estos jóvenes, han estado vinculadas a insatisfactorios resultados en la Prueba
de Selección Universitaria (PSU), lo que extiende la brecha entre los jóvenes
provenientes de los diversos quintiles socioeconómicos.
30
Ibid. Pág 4.
53
Gráfico 2
Cobertura de la educación superior en Chile por quintil de ingreso
familiar en los años 1990 y 2006
%
80
70
60
1990
50
2006
40
30
20
10
0
I
II
III
IV
V
Total
Fuente: Encuesta CASEN – años respectivos. Pág. 83, en © OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo /Banco Mundial, 2009. © 2009 Ministerio de
Educación de Chile para esta edición en español.
Al analizar el gráfico 2, cabe preguntarse si esta gran expansión numérica
en el acceso a la educación superior de jóvenes provenientes de todos los sectores, incluso de aquellos quintiles que antes tenían muy baja participación,
ha implicado una reducción de las brechas de inequidad existentes durante los
últimos años.
El crecimiento de la matrícula en el sistema de educación superior chileno es similar a la expansión que ha ocurrido en varias naciones de América
Latina. La tabla 1 muestra la evolución de la matrícula universitaria desde el
año 1970 en algunos países de América Latina y el Caribe, en la que se puede
observar que la matrícula universitaria se ha incrementado en algunos de ellos
en más de diez veces.
Al margen de lo anterior, en términos de cobertura de educación superior,
las proyecciones del gobierno de Chile son de 40% en el año 2010 y de 50%
en 2012. (OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo /Banco Mundial, 2009)31.
En relación a la cobertura por tipo de institución, la tabla 2 muestra que el
año 2007 de cada diez estudiantes de nivel terciario, siete asistían a las universidades, y en igual proporción a entidades públicas que privadas.
31
54
OCDE; Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo; Banco Mundial y Ministerio de Educación de Chile (2009), pág. 78, Santiago.
55
430473,0
38692,0
8947,0
23546,0
República
Dominicana
...
100767,0
36298,0
307133,0
...
306353,0
26915,0
40369,0
929865,0
50890,0
269775,0
151733,0
55593,0
271630,0
145497,0
1409243,0
...
491473,0
1980
71612,0
550030,0
...
678236,0
32884,0
53235,0
1310835,0
...
206541,0
242434,0
74681,0
487448,0
...
1540080,0
...
...
1990
...
...
...
671802,0
40913,0
76798,0
1532846,0
80228,0
...
122346,0
...
588322,0
342788,0
...
...
...
1995
...
91275,0
...
...
66065,0
108764,0
1837884,0
...
...
153463,0
58761,0
877944,0
450952,0
2456961,0
252706,0
1600882,0
1999
97641,0
668109,0
...
...
83088,0
118502,0
1962763,0
...
...
158674,0
61654,0
934085,0
452177,0
2781328,0
278763,0
1766933,0
2000
103431,0
1049780,0
293565,0
896501,0
149120,0
128558,0
2322781,0
...
...
396516,0
108765,0
1112574,0
580815,0
4275027,0
346056,0
2116876,0
2004
...
110684,0
...
909315,0
156167,0
126242,0
2384858,0
...
...
471858,0
110717,0
1223594,0
663694,0
4572297,0
...
2082577,0
2005
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Estadísticas de América Latina y el Caribe. CEPAL. www.cepal.org.
Venezuela
Uruguay
126234,0
8172,0
Perú
Paraguay
247637,0
Panamá
México
15609,0
Guatemala
26342,0
Ecuador
Cuba
15473,0
85560,0
78430,0
Costa Rica
Colombia
Chile
35250,0
Brasil
Bolivia
274634,0
1970
Argentina
País
Matrícula en Educación Superior por Año
Tabla 1
113368,0
1381126,0
...
952437,0
...
130838,0
2446726,0
112215,0
...
681629,0
...
1314972,0
661142,0
...
...
...
2006
Tabla 2
Cobertura de la educación superior chilena por tipo de institución
Tipo de Institución
Matriculados
Universidades del CRUCH
234.194
Universidades privadas
232.637
Institutos profesionales
133.078
Centros de formación técnica
78.826
Fuente: Ministerio de Educación. División de Educación Superior (2007). Compendio Estadístico del año 2007
Gráfico 3
Matrícula total de educación superior por tipo de
institución en 2007
12%
34%
20%
Universidad del CRUCH
Universidades privadas
Instituos Profesionales
Centros de Formación Técnica
34%
Fuente: OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo /Banco
Mundial, 2009. © 2009 Ministerio de Educación de Chile para esta edición en español.
En efecto, como se puede visualizar en el gráfico 3, existe una preferencia
por las carreras universitarias por sobre aquellas que ofrecen institutos profesionales y centros de formación técnica, lo que sin duda, muestra otra faceta
de la educación superior en Chile. Dicha matrícula se ve clasificada de acuerdo a los quintiles de ingreso familiar en el gráfico 4 en que evidencian algunas
desigualdades.
56
Gráfico 4
Población estudiantil por quintil de ingreso familiar e institución
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
24
24,3
21,5
27
27,4
24,3
19,9
15,7
15,3
14
8,7
11,7
CFT
IP
CRUCH
21,0
19,6
I
II
25,8
III
IV
41,6
28,6
14,4
9,2
6,3
Univ. Privadas
V
Fuente: Cálculos de los autores del Informe de Antecedentes, basados en la encuesta
CASEN (2006) sobre personas de 18-24 años de edad. En © OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo /Banco Mundial, Ministerio de Educación de
Chile (2009). Santiago de Chile edición en Inglés y Español.
Aun cuando se observa mayor participación de los grupos más pobres en
el acceso a la educación terciaria, el Gráfico 4 muestra que existen diferencias
importantes en la participación entre grupos, los que varían de acuerdo al tipo
de institución.
Se constata que el 70% de los matriculados en las universidades privadas,
proviene de las familias pertenecientes al 40% más rico del país. En el caso
de las universidades del CRUCH, la misma población tiene una participación
sobre el 50%. En general, los quintiles más ricos presentan mayores niveles
de participación en los diferentes tipos de instituciones de educación superior.
Al analizar el sistema de educación superior chileno es necesario tener en
consideración aspectos tales como: la masificación; la crisis del financiamiento público; las nuevas demandas sociales; los desajustes estructurales entre el
mercado de trabajo y los perfiles formativos de los egresados de las universidades, y la emergencia de la sociedad del conocimiento, entre otros.
En la línea de lo señalado es importante destacar que, según la tendencia
de desarrollo curricular actual, los programas chilenos en su gran mayoría son
aún largos y sus currículos son rígidos. Hay mucho énfasis en la enseñanza
de conocimiento teórico en la sala de clases y no lo suficiente en el desarrollo
de la comprensión, destrezas, prácticas y capacidad de estudio independiente.
Los currículos universitarios no han sido suficientemente adaptados a medida
que Chile cambia de una educación superior de elite a una masiva y diversa.
57
Por otra parte, Chile actualmente no tiene un sistema general de vías para
proseguir estudios entre calificaciones y niveles.
Asimismo, para las instituciones de educación superior chilenas es indispensable garantizar la calidad y comprometer a otros agentes. Esto requiere, a
lo menos, el mejoramiento de la academia en todos sus aspectos.
Igualmente, las políticas e inversiones deben atender a una gran diversidad en educación superior, postsecundaria e investigación, con nuevos enfoques de enseñanza-aprendizaje y deben responder a las necesidades cambiantes de un alumnado nuevo y diferente.
Lo anterior implica que la educación superior chilena debe perseguir
objetivos de equidad, relevancia y calidad simultáneamente. La sociedad del
conocimiento necesita de una gran diversidad en los sistemas de educación
superior, tanto en la cantidad de instituciones como en la diversidad de sus
comunidades universitarias.
2.2. Evolución de la equidad en la educación superior chilena
La reforma universitaria chilena se produjo casi diez años antes de las
recomendaciones internacionales y su experiencia sirvió al resto de la región
para conocer sus efectos a corto y mediano plazo. Por ejemplo, hubo una universidad particular que se declaró “en quiebra”, como cualquiera empresa de
otro rubro, lo que significa abandonar a su suerte a numerosos estudiantes que
habían iniciado sus estudios. En consecuencia, el sector social afectado apeló
a la restitución de la capacidad reguladora del Estado y se cuestionó qué tan
fuerte debía ser este o qué tanto debía intervenir en una economía de mercado.
Otro ejemplo significativo fue el de la calidad académica asociada a la
extracción socioeconómica de los estudiantes. En el inicio, el Consejo de
Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) consideró que el acceso
cualitativo a estas instituciones podía ser garantizado por dos instrumentos
académicos de selección: la ponderación de las notas de la educación media
de cada estudiante y su puntaje obtenido en la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Con posterioridad, se advirtió con claridad que ambas mediciones
resultaban especialmente ventajosas para los jóvenes provenientes de colegios
privados si no se modificaba antes otras condiciones del sistema escolar.
Las intenciones se encaminaron entonces al incremento del acceso universitario, la estructuración del sistema y la medición estadística de los resultados
académicos. Este tipo de énfasis llevó al diseño de nuevas políticas públicas
sobre las instituciones de educación superior IES. En la enseñanza terciaria se
propuso mejorar el sistema nacional y la especificidad y eficacia de las instituciones, perfeccionar también sus modelos de gestión y organización académica, adoptar nuevas líneas de acción, diseñar y aplicar programas de formación
docente y redefinir los diferentes destinatarios del sistema de educación superior, entre otros.
Sin embargo, el interés en el mejoramiento de la calidad se vio atravesado por efectos no deseados de la reforma universitaria de 1981, entre ellos,
el recorte gradual en cinco años, del 50% del financiamiento público a las
universidades “tradicionales” o preexistentes en aquel entonces, el enruta58
miento interesado de ciertas universidades privadas hacia la mercantilización del sistema y la aparición del “capitalismo académico”. Este consiste
en el empleo que hacen instituciones y grupos académicos de ciertos recursos del Estado para crear circuitos que vinculan la producción de nuevos
conocimientos con los mercados; es una suerte de corporativización de los
bienes académicos intangibles empleando recursos públicos y, al mismo
tiempo, la creación de un espacio para nuevas empresas que vinculen a los
sectores público y privado, por ejemplo, las agencias de acreditación universitaria.
Más tarde, las políticas públicas fueron grabadas también por las presiones del “decálogo” de Washington32, cuyo interés en: la apertura comercial;
la privatización de las empresas públicas; la desregulación de los mercados
de trabajo y de productos; y la garantía al derecho de propiedad privada –mediante el aseguramiento de registros, patentes y marcas–; aumentaron manifiestamente la distancia entre las oportunidades educativas de acceso, permanencia, rendimiento y resultados de los egresados de la educación secundaria
municipalizada respecto de los estudiantes del mismo nivel egresados de colegios privados, cuyos costos por estudiante son más altos, pero cuyos rendimientos económicos y académicos son capitalizables. La toma de conciencia
de que la búsqueda de la excelencia universitaria condujo a la selección de cohortes ya privilegiadas, generó la toma de medidas remediales, tales como la
creación de un subsidio para egresados de secundaria que no tenían éxito en la
Prueba de Selección Universitaria (PSU). Pronto se detectó que un tanto por
ciento importante de estudiantes de familias de bajos ingresos no se inscribía
ni rendía la PSU, debido a limitaciones económicas.
Por otra parte, los procesos y resultados de la universidad han sido castigados en los últimos treinta años por una diversidad de condiciones académicas e institucionales. Ellos están asociadas a: la limitación de recursos; la rigidez de la gestión institucional y el lastre del desarrollo docente en materia de
conocimientos, competencias generales, competencias específicas, actitudes
y valores. Todo esto ocurre en un marco de desregulaciones que implica: la
“desvinculación” de profesores; la transformación de la “planta” académica en
una “planilla” académica33; la sustitución de la inteligencia científica y humanística por la ingeniería de los académicos jóvenes con alta formación, pero
sin experiencia docente ni laboral. Todas estas política están diseñadas para
producir efectos en el mediano y largo plazo y, según el enfoque flexibilizado
por la nueva corriente liberal, sujetas a corrección.
El asunto emergente en la actualidad es el costo social contenido en los
propósitos privados. Por eso, la pregunta más inmediata es: ¿Se trata del bien
común o del provecho individual?
32
33
Williamson J. 1989. op. cit.
Según el Diccionario de la Lengua Española, planilla significa: “Impreso o formulario con
espacios en blanco para rellenar que se presenta ante la administración pública”, esto lo
interpretamos como que ese instrumento tiene un fin más bien de control fiscal, porque la
legislación del trabajo fue adelgazada hasta hacer desaparecer a los juzgados del trabajo,
cuyos asuntos ahora son atendidos por los juzgados civiles.
59
Por último, a pesar de las declaraciones de las reuniones cumbre de los
países latinoamericanos y sus esfuerzos de confluencia en materia de educación superior, además de los programas que distribuyen los apoyos internacionales, como el de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Superior (MECESUP), el curso histórico muestra en estos días que el patrón de
desigualdades sociales es consistente. Uno de los deberes fundamentales del
Estado es asegurar la igualdad de oportunidades educativas a todos los chilenos, pero el convencimiento de que la desigualdad es inherente al capitalismo,
aún más cuando este se orienta a la sociedad de libre mercado, lleva a pensar
en un concepto más abierto, menos abstracto, a reflexionar en la similitud o
equidad de oportunidades para los estudiantes de nivel superior. Es decir, a
emplear no solo una contaduría de los activos y pasivos de la educación, sino
también a emitir un juicio moral, a desarrollar una ética que conduzca a una
justicia social distributiva34, principalmente, a asegurar las oportunidades de
educación para quienes más las necesitan.
Esto quiere decir que se puede aspirar a más solo a partir de la concepción
e implantación de políticas, programas y estrategias especiales para superar:
los problemas socioeconómicos, académicos y de comportamiento individual
de los estudiantes frente al cambio en su sentido más amplio y la diversidad y
las adversidades del ambiente intra y extrauniversitario.
El interés en la equidad no es, pues, un asunto solo de definición intelectual, de qué se entiende nominalmente por tal, sino también un asunto de
contenido real, por la importancia o el valor que adquiere en el contexto de las
desigualdades sociales, económicas y culturales de hecho.
2.3. Origen de los problemas de equidad
Se estima que los problemas de equidad surgen siempre que los –jóvenes
que se puede asumir que tienen igual talento o capacidad para beneficiarse– de
la educación terciaria, pero que tienen características y formación diferentes,
están teniendo resultados significativamente distintos.
En el caso chileno la pobreza condiciona las oportunidades de desarrollo
de las familias lo cual se transmite de generación en generación. Asimismo,
la pobreza genera un entorno negativo extraescolar, produciendo un cerrado
círculo vicioso que perjudica enormemente el resultado de los más pobres,
y cristaliza de manera temprana una desigualdad muy difícil de cambiar más
adelante.
El bajo nivel educativo de amplios estratos de la población constituye un
importante mecanismo de transmisión intergeneracional de la pobreza. En
efecto, el escaso nivel de educación y la falta de acceso a una educación de
calidad de los jóvenes de estratos más pobres bloquean su principal canal de
movilidad e inclusión social.
34
60
Carmen Luz Latorre, Luis Eduardo González y Óscar Espinoza. Chile: Políticas públicas en
educación superior bajo la lupa de la equidad, Santiago, 2007. Fundación Equitas. Editorial
Caledonia.
A esto se suman otros factores que sistemáticamente concurren en la reproducción intergeneracional de la pobreza: las características de género, la
pertenencia a una minoría étnica y la residencia en zonas rurales, condiciones
todas que implican claras desventajas sociales.
Las razones por las que una proporción relativamente menor de estudiantes chilenos provenientes de establecimientos municipales35 se matricula en
instituciones universitarias están relacionadas principalmente con el rendimiento que estos tienen en las pruebas de ingreso a las universidades. (Bravo,
Del Pino, Donoso, Hawes, Manzi y Martínez, 2005)36.
Las diferencias atribuibles a los antecedentes socioeconómicos de los postulantes también se verifican cuando se consideran antecedentes familiares,
como la educación de los padres. Se constata una brecha muy significativa en
las oportunidades de acceso a las universidades, al analizar los resultados de
los postulantes según este antecedente.
Se observa que las posibilidades de obtener puntajes superiores a una
unidad de desviación estándar son cuatro veces mayor en hijos de padres con
educación universitaria, que en hijos de padres con formación primaria. Incluso, si los padres poseen educación secundaria las posibilidades de ingreso
a las universidades de sus hijos no son marcadamente mayores de aquellos
que solo tienen educación básica. Por una parte, a medida que aumenta la
escolaridad de los padres, se eleva el rendimiento de sus hijos en las pruebas
de admisión, y por otra, los puntajes en las pruebas de admisión a las universidades son mayores para los establecimientos particulares pagados que en los
postulantes de particulares subvencionados y estos a su vez son más altos que
los formales en la educación secundaria municipal.
La evolución de la matrícula en la educación superior chilena registra un
cambio fuerte en el tipo de instituciones que acogen a los jóvenes. Mientras
en 1990 de cada seis alumnos que entraban a la universidad solo uno lo hacía a una universidad privada, en 2004 de cada seis alumnos dos y medio lo
hacen a una universidad privada. A pesar que el total de la matrícula se ha
más que duplicado, proporción que se mantiene en universidades e institutos
profesionales, la matrícula de los centros de formación técnica, que ofrecen
carreras cortas, no solo no ha aumentado, sino que ha disminuido en más de
un 20%.
Las diferencias en participación entre grupos de ingreso varían dependiendo del tipo de institución terciaria y, en el caso de las universidades, si son
del CRUCH o privadas. Los estudiantes pertenecientes al 40% de las familias
más ricas están sobrerrepresentados en todos los tipos de educación terciaria,
35
36
De acuerdo al tipo de sostenedor en la educación secundaria chilena, hay tres categorías de
establecimientos: los municipales, los particulares subvencionados y los particulares pagados. Los dos primeros son gratuitos, pero los particulares subvencionados obtienen mejores
resultados en la prueba de selección universitaria debido a que reclutan estudiantes de mejor
nivel socioeconómico
Bravo, D.; Del Pino, G.; Donoso, G.; Hawes, G.; Manzi, J., y Martínez, M. (2005). Resultados de la aplicación de Pruebas de Selección Universitaria Admisión 2005. Documentos
técnicos del Comité Técnico Asesor del Honorable Consejo de Rectores, Santiago.
61
ocupando el 70.2% de las vacantes en la universidades privadas, 53.2% de los
cupos en las universidades del CRUCH, 51.3% de las vacantes en los institutos profesionales y 45.5% de las plazas en los centros de formación técnica.
El 20% más pobre de las familias está poco representado en todos los tipos de
institución, aunque los centros de formación técnica nuevamente, se acercan
más a la paridad con 14%. Las universidades privadas matriculan solo 15.5%
de sus estudiantes del 40% de las familias más pobres y 41.6% del 20% más
rico37.
2.4. Dimensiones e indicadores de la equidad aplicados a la educación superior chilena
En la concepción de equidad que se ha utilizado en este documento es
posible identificar dos dimensiones: la académica y la biosicosocial, las cuales
pueden aplicarse a la educación superior chilena, estableciendo un conjunto
de indicadores para evaluarlas.
Para cada una de estas dimensiones se hace una breve descripción conceptual y se incluye en anexo una propuesta detallada con los indicadores
2.4.1. Dimensión Académica
La dimensión académica incluye las condiciones de acceso e inclusión; el
proceso; los resultados y la diversidad y las necesidades educactivas
En relación con la dimensión académica y particularmente con respecto
a las condiciones de acceso e inclusión se puede indicar que la diversidad de
necesidades educativas se vincula al enfoque inclusivo en la educación. Dicho enfoque valora la diversidad como elemento presente y enriquecedor del
proceso de enseñanza y aprendizaje, el cual constituye un aporte al desarrollo
humano. Sobre la base de las constataciones de la diversidad y la diferencia,
el espacio educativo debería ser capaz de reconocerlas y validarlas, traduciéndola en el desarrollo de nuevas formas de enseñanza que respondan a la
distintas características y necesidades de sus estudiantes llevando a la práctica
los principios de una educación para todos y con todos. Esto constituye un
componente central para favorecer la realización del derecho a la educación,
en tanto derecho básico de los estados modernos.
Las diferentes necesidades de los/as estudiantes, refieren no solo las
barreras físicas sino también las mentales, así como los prejuicios de los/as
docentes y las condiciones institucionales que son precisas de superar para
ampliar las perspectivas relativas a una enseñanza universitaria de calidad.
(García, Pastor y Fernández, Batanero. 2002)38.
37
38
62
El 34% de la matrícula en la educación superior comprende universidades del CRUCH, otro
34% a universidades privadas, un 20% a los institutos profesionales y 12% a los centros de
formación técnica. Ver gráfico 3.
García Pastor, C. y Fernández Batanero, J.Mª (2002): “Transición de estudiantes con necesidades educativas de la educación secundaria a la Universidad”.
La institución educativa no puede partir del supuesto que todos los estudiantes aprenden de la misma forma, bajo las mismas condiciones y a la
misma velocidad. Esto supondría pensar en una institución educativa donde se
ofrezcan posibilidades sociales inclusivas, que permita generar una respuesta
individualizada y personalizada a las características y necesidades educativas
de sus estudiantes.
La educación superior chilena actual debería garantizar principios de
igualdad y equidad, ofreciendo las mismas oportunidades educativas a todos/as sus estudiantes. Al mismo tiempo tendría que respetar las necesidades de cada estudiante y su potencial. Por lo tanto, debería tener las mismas
condiciones de acceso al currículo y a su concreción en las mejores condiciones para el aprendizaje. Esto exige el desarrollo de estrategias intencionadas y sistemáticas para que los/as estudiantes completen en igualdad de
condiciones los planes y programas de formación. En este contexto, valores
como la no discriminación, el respeto por las diferencias individuales, la
tolerancia y la resolución de conflictos, son elementos centrales. En este
ambiente el concepto de diversidad implica que todos los alumnos tendrían
necesidades educativas comunes, compartidas por la mayoría. Además,
habría otras necesidades propias, individuales dentro de las cuales algunas
pueden ser especiales.
En la literatura el concepto de necesidades educativas especiales (N.E.E.),
representa una perspectiva educativa más acotada del tema de las necesidades
y características diferenciadas poniendo acento principalmente en el ámbito
de las discapacidades y las conductas inadaptadas, bajo un prisma normativo.
Bajo esta noción, el estudiante con necesidades educativas especiales sería
entendido como “aquel que requiera, por un período de su escolarización o a
lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta” (artículo 73
LOGSE, España).
Se habla de las necesidades educativas especiales cuando los/as estudiantes presentan dificultades mayores que el resto de sus compañeros para
acceder a los aprendizajes que se determinan en el currículo que le corresponde por su edad, o que presentan desfases por diversas causas (enfermedad o
discapacidad) que necesitan, para compensar dichas dificultades, adaptaciones
en los medios de acceso y/ o adaptaciones curriculares significativas en varias
áreas de ese currículo. Las necesidades educativas especiales se definen a partir de la estructura organizacional y las adecuaciones en el contexto educativo,
en términos de ayudas y recursos pedagógicos (materiales y humanos), así
como la existencia de servicios de apoyo especial que se deben proporcionar a
un alumno o alumna para facilitar su desarrollo personal, social y su proceso
de aprendizaje.
En el caso de las personas con discapacidad, existen ciertas necesidades
especiales que se derivan de dicha condición, al margen del contexto en el
que se desenvuelven. Sin embargo, muchas dependerán de otras variables
personales, educativas y sociales que constituyen estructuras de soporte. Además, en el caso de personas con discapacidad (intelectual, auditiva, visual,
físico-motora), es necesario contemplar la participación y coordinación con
63
profesionales de diferentes disciplinas que ayuden en el desarrollo integral del
estudiante.
Desde la nueva óptica de las NEE, estas son de carácter interactivo, en
la medida que dependen de múltiples factores: algunos propios del estudiante (por ejemplo las discapacidades), otros asociados a sus condiciones
socioambientales y culturales, y otros relacionados con las respuestas y
oportunidades que se les ofrecen tanto en el contexto educativo como en el
medio social.
Este nuevo enfoque significa un tránsito desde estrategias tradicionales,
de tipo compensatorias o correctivas, que se ofrecen a estudiantes con dificultades en el aprendizaje, hacia un foco que se ubica en las capacidades del
contexto educativo y los docentes, para propiciar estrategias pedagógicas pertinentes que respondan a las características y necesidades diferenciadas de los
estudiantes.
Las tipologías de alumnos utilizadas hasta la fecha no habían logrado
dar cuenta de la noción más amplia respecto de las diferencias de los estudiantes. Estas distinguen entre NEE permanentes (alumnos que requerirán
permanentemente de ayudas y recursos) y NEE transitorias (ayudas y recursos educativos específicos y por un período limitado de tiempo). Al situar
el foco en el espacio educativo, estas son relativas y variables, y pueden ir
desde las NEE leves hasta las más significativas, que obligan a los espacios
educativos a responder a un marco más amplio de necesidades de los/as estudiantes.
En esta línea cabe destacar que las dificultades de aprendizaje y de participación que experimentan los estudiantes, no solo se dan por su condición
diagnóstica actual, sino también por el medio social en el cual se desenvuelven. Esto supone que la evaluación y respuesta educativa han de considerar
tanto las dificultades y potencialidades del alumno como también los contextos educativos en los cuales se desenvuelve, para lograr identificar el tipo
de ayuda que se entregará, y las modificaciones necesarias a realizar en su
contexto social, familiar y, de esta forma, favorecer su desarrollo, aprendizaje
y participación.
Respecto de las necesidades educativas especiales, algunas universidades
chilenas han desarrollado experiencias puntuales para favorecer la inserción
de estudiantes teniendo en cuenta algunas de las necesidades educativas diferenciadas, lo cual podría haberse vuelto una preocupación más generalizada y
visibilizada a partir de los procesos de acreditación de los centros de estudio
de educación superior. En términos más amplios, también se han desarrollado
algunas iniciativas dirigidas al apoyo de estudiantes provenientes de establecimientos municipalizados y al fortalecimiento, bajo la forma de propedéuticos;
programas preparatorios al ingreso a la universidad o nivelación de competencias iniciales.
Sin embargo estas experiencias aún no constituyen un sistema de compensación más amplia respecto de estas necesidades educativas ni existe una
articulación entre las diferentes iniciativas, dependiendo hasta el momento
de proyectos de apoyo y fondos de financiamiento frente a temáticas puntuales.
64
2.4.2. Dimensión Biosicosocial
La dimensión biosicosocial considera los aspectos cognitivos y afectivos;
lo social contextual y valórico; y lo político financiero.
De lo cognitivo y lo afectivo
La equidad educativa se caracteriza por respetar una adecuada planificación, aplicación y evaluación de intervenciones socioeducativas con los
estudiantes. Ella responde a los requerimientos de una formación continua,
entendida esta como todas las formas de enseñanza o formación seguidas por
aquellos estudiantes que se insertan en la educación formal. Con raíces en las
ciencias humanistas, la equidad educativa ha evolucionado junto a la psicología y hoy día se aprecian en ellas influencias de los enfoques constructivistas
y cognitivistas del aprendizaje. La equidad educativa concibe que un estudiante en situación de aprender está en igualdad de condiciones y oportunidades
condicionado por factores personales cognitivos, afectivos y situacionales o
de contexto en que se inserta.
Desde esta perspectiva, la equidad educativa se preocupa del contexto
en que se realiza la formación, el clima predominante, las motivaciones y
necesidades de los participantes, sus conocimientos previos, sus habilidades
cognitivas y afectivas frente al aprendizaje, y los diversos estilos cognitivos
y metacognitivos. Todos estos elementos pueden actuar favorable o desfavorablemente en una experiencia de formación. Por otra parte, en la fase de
planificación hay que considerar la interacción con los pares formadores;
la negociación y validación de conocimientos; la flexibilidad cognitiva y
social; el reconocimiento de la dimensión individual del proceso de aprendizaje.
Las teorías de aprendizaje sociocognitivistas, con gran influencia en la
educación, conciben el aprendizaje como un proceso que se articula entre dos
ejes: el individual y el colectivo. Estos enfoques proponen un proceso activo y
centrado en el estudiante, que se despliega en un ambiente donde puede expresar sus ideas, articular su pensamiento, desarrollar sus propias representaciones, elaborar sus estructuras cognitivas, y hacer una validación social de sus
nuevos conocimientos. Desde esta conceptualización se desprenden metodologías que favorecen las representaciones múltiples de un mismo objeto para favorecer la adquisición de conocimientos complejos y facilitar la transferencia,
y ofrecer un justo grado de complejidad con la ayuda, los recursos y las herramientas necesarias para que el aprendiz aborde gradualmente los aprendizajes
más complejos en la diversidad.
En el caso chileno, a la fecha, ha habido algunos avances en relación a
determinadas propuestas de equidad para muestreos poblacionales específicos;
sin desmerecer lo cognitivo y afectivo del estudiante, tales como la estructura
de microcentros para estudiantes de escuelas en recintos penales; proyectos
piloto para población rural con modalidad flexible de nivelación de estudios
básicos con apoyo de radio y proyecto piloto para población mapuche en modalidad flexible, con énfasis en rescate cultural y capacitación.
65
En este sentido, cualquier currículo debe estar enfocado para ofrecer una
educación pertinente y significativa, que le proporcione al estudiante “conocimientos, habilidades y actitudes, y con “igualdad de oportunidades”. No obstante, según el último censo, alrededor de cinco millones de personas mayores
de 15 años no han terminado la enseñanza media, de las cuales, tres millones
viven en regiones. ¿Será lo cognitivo, lo afectivo, lo social, la pobreza, la temprana inserción al trabajo? En una revisión de las estadísticas se puede indicar
que 4.2 millones de personas entre 15 años y 65 años y 1.4 millón de jóvenes
entre 20 y 34 años no han completado su escolaridad (Censo 2002) y 79.000
niños/as y jóvenes (7.3% de la educación media) se retiraron del sistema regular durante el año 2005. Los datos muestran que hay una relación inversa entre
el nivel de competencias y pobreza. Sin embargo, actualmente más del 50%
de la población adulta alcanza solo el primer nivel de competencias de manejo
en prosa (comprensión), documentos, cálculo (OECD, 2003)39 y más del 80%
de la población adulta está bajo el umbral mínimo deseable de competencias
básicas en un alto porcentaje. Chile en cambio, posee un escaso 12.9% de
competencias básicas.
El aspecto cognitivo y afectivo en la equidad educativa se asocia principalmente a una calidad de tipo “transformativa” en el aula, ya que a través
de estrategias de intervenciones didácticas, es posible controlar cualitativa
y cuantitativamente lo que acontece en la actividad de aprendizaje del estudiante, sus cambios y logros, conflictos, motivaciones o desmotivaciones,
intereses, actitudes. Así entonces, se focaliza el mejoramiento de la calidad de
la educación, a través de una política destinada a fortalecer la equidad en el
planteamiento de variadas situaciones, respetando la diversidad. La situación
es conocer qué competencias posee el estudiante para desarrollarla, cómo la
desarrolla y qué indicadores evaluativos utiliza.
Las competencias del estudiante, significan desarrollar saberes, habilidades, actitudes y valores para su inserción en la sociedad, independiente de la
disciplina que profundice.
En la educación actual, en la actividad del estudiante universitario se
constata la aplicación de un cuerpo de conocimientos de experto a situaciones
conocidas, con el fin de generar soluciones racionales a determinadas situaciones problemas educativas. No obstante, con los cambios ocurridos en la sociedad postindustrial cuya base es la información, se hace necesario que este
estudiante responda a situaciones desconocidas, cree y reconstruya el saber, lo
recontextualice en el aula, desarrolle un trabajo autónomo y lo autoevalúe de
acuerdo a las necesidades de formación.
Podría suponerse que el éxito de un estudiante de educación superior
–bajo una perspectiva endógena al proceso de equidad educativa, considerando componentes cognitivos y afectivos, esto es, interacción profesor-estudiante–, dependa, en gran parte, de la actividad que el profesor establece en el
aula con una adecuada diversificación de actividades, planificación, desarrollo
39
66
OECD (2003). Informe de Antecedentes del Sistema Educacional Chileno año 90. Octubre
2003, París.
y obtención de logros. Sin embargo, se sabe que existe una variedad de otros
grupos de variables que intervienen y poseen una determinada incidencia
exógena a este proceso (condiciones de los establecimientos educacionales,
condiciones del medio escolar, entre otras). Estas últimas, de alguna manera,
pueden ser controladas y poseen incidencia menor al interior del proceso.
De lo social, contextual y valórico
Al observar el fenómeno de la inequidad educativa en educación superior se puede considerar, al menos dos aspectos. Por una parte, reconocer la
desigualdad social instalada estructuralmente en la sociedad chilena con los
efectos que tiene en la educación superior, y por otra, revisar el concepto de
educabilidad, en la medida que reconoce las condiciones para que se puedan
educar los y las estudiantes.
La desigualdad en el ámbito de la educación tiene su correlato en la calidad de la educación que reciben los estudiantes según su origen socioeconómico (OCDE; 2004)40. En el ámbito escolar se evidencia la brecha existente
entre la educación de mayor calidad a la que acceden estudiantes de colegios
privados en relación a la de establecimientos municipalizados donde se ubican
los/las jóvenes de condición socieconómica desfavorecida. Así, los/las niñas
y jóvenes de menores ingresos obtienen una educación de baja calidad, reproduciendo la situación de exclusión de sus familias de origen, generándose una
brecha educacional en términos de equidad y calidad.
Esta constatación respecto de la inequidad en el sistema educativo representa un punto de partida de exploración en orden a conocer qué ocurre en el
ámbito de la educación superior? Recogiendo las preguntas de López (2002)41
en torno a la problemática sobre ¿cómo se hace efectiva la inequidad? Es decir, cuáles son las formas a través de las cuales se excluye a ciertos estudiantes de la educación en general y la educación superior, en particular. ¿Cómo
se puede fijar la equidad? ¿Se puede considerar la educación como condición
de la equidad o la equidad como condición de la educación? Retomando la
dinámica planteada por el autor. ¿Cuál es el mínimo de equidad para que las
prácticas pedagógicas sean de calidad? (López, 2002)42.
Dichas preguntas interpelan a diferentes niveles de decisión y acción.
Por una parte, señala las condiciones materiales adecuadas para la vida de los
estudiantes. Por otra, señala las formas de acción política respecto de la organización de la educación, sus instituciones y las formas de toma de decisiones
y de representación, así como sus aspectos financieros y de administración. Al
mismo tiempo, refiere las formas de relación y las diferencias culturales que
se enfrentan en el espacio educativo. Englobaría este conjunto de elementos
40
41
42
OECD (2004). Career Guidance and Public Policy: Bridging the Gap. Paris: OECD.
López, Néstor. 2002. Estrategias sistémicas de atención a la deserción, la repitencia y la sobre edad en escuelas de contextos desfavorecidos - Documento de integración. Buenos Aires
– OEA/Ministerio de Educación de la Nación.
López, Néstor. 2002. Op. cit.
67
el concepto educabilidad que, según López (López, 200443; López y Tedesco,
2002)44, es el conjunto de condiciones materiales, sociales, culturales y emocionales necesarias para el aprendizaje
Esta definición general requiere de una operacionalización amplia, en la
medida que la educabilidad exige observar el conjunto de los niveles implicados si se quiere hacer frente a la inequidad, volverlo objeto de estudio y de
foco de decisión.
En términos estructurales se puede señalar el impacto en el cambio del
papel del Estado hacia un rol subsidiario, que en el campo educativo fijó el
escenario de ofertas y demandas educativas altamente segmentadas desde el
punto de vista económico, social, cultural, político y territorial.
Por otra parte, también se observa el efecto negativo del alto nivel de
aranceles que presenta Chile en el nivel de pregrado. Tal como lo señala el informe OCDE (2009)45, este es uno de los más altos en la región y respecto de
países desarrollados. Este aspecto se aborda a través de una batería de becas
y subsidios que entregan los ministerios de educación y planificación, entre
otros. Sin embargo, “los estudiantes de sectores de ingresos más bajos tienen
menores probabilidades de graduarse y más probabilidades de tener que pagar
el costo total de sus estudios” (OCDE, 2009)46.
Asimismo, si se considera la relación existente entre oportunidades y posibilidades de éxito educativo, se han elaborado tipologías de escenarios educativos a nivel escolar. Este detalle no ha sido abordado de manera sistémica en
términos de la educación superior en Chile, donde varias de las investigaciones
y estrategias desarrolladas para responder a esta realidad son más bien recientes.
En esto, los propios centros de estudio, así como el Ministerio de Educación
a través del financiamiento de proyectos MECESUP, han fijado un foco, en el
sentido de generar sistemas de aseguramiento del éxito académico de los estudiantes, abordando la deserción y las tasas de titulación, entre otros indicadores.
En este documento solo se han examinado condiciones estructurales de la
inequidad, en términos socioeconómicos. Sin embargo, es preciso empezar a
señalar otras condiciones, de tipo cultural, social y que participan de la inequidad a nivel universitario, menos abordadas por los estudios en Chile.
Yendo más allá de la división entre una lectura subjetivista u objetivista
(Bourdieu, 1995: 18)47 la distribución inequitativa del conocimiento, coincide
con el fenómeno enunciado por Bourdieu respecto de la desigual distribución
de capitales.
43
44
45
46
47
68
López, Néstor. 2004. Educación y Equidad, algunos aportes desde la noción de educabilidad.
IIPE. Buenos Aires-Argentina.
López, Néstor y Tedesco, Juan Carlos (2002). en el marco del proyecto “Educación, reformas y equidad en los países de los Andes y Cono Sur”, IIPE. Buenos Aires-Argentina.
OECD (2009) OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo Banco
Mundial (2009). Ministerio de Educación de Chile.
Ibid.
Bourdieu Pierre y Wacquant LOlc J.D. (1995, ed. Español) Respuestas por una antropología
reflexiva, Editorial Grijalbo, 1995 (pág. 18) También encontramos referencias sobre esta superación en Bourdieu, P. (1980) Questions de sociologie, Paris: Minuit.
Una de las dimensiones necesarias de reconocer dice relación con las dificultades a nivel simbólico para que la educación incorpore estrategias que consideren las diferentes formas de aprendizaje, la diversidad cultural y el cambio
en el perfil de los estudiantes universitarios. En esto es preciso considerar que
las diferencias no solo están asociadas al origen socioeconómico, sino también
a cuestiones de orden simbólico, como es el caso de aquellos/as estudiantes
que son primera generación dentro de su familia que concurre a la universidad.
A la vez, es preciso considerar las dificultades para que los estudiantes
se integren en una institución de educación superior que les resulta lejana al
marco escolar o familiar, o bien frente a la cual no poseen elementos que permita su apropiación de la misma. Aquí, López (2004)48 señala la existencia
de una tensión entre las tendencias universalistas e integradora de los medios
de comunicación y una vasta proliferación de microculturas que refuerzan en
el plano subjetivo los procesos de fragmentación y aislamiento. El cambio de
sentido y orientación, así como el marco de incertidumbre existente para los
jóvenes, los deja cada día con una profusión de referentes globales, pero a la
vez, en lo concreto su inserción en las instituciones de educación superior les
exige ciertas prácticas y ritmos de estudio, así como un tipo de relación con
los docentes que no tienen mayormente incorporado.
Las condiciones de educabilidad de los y las estudiantes en la enseñanza
superior, contempla una amplia gama de contextos favorables o desfavorables
para la educabilidad. Algunos de ellos que han sido estudiados en el país,
refieren a las condiciones de acceso como un factor determinante, donde un
vínculo con la enseñanza media aparece como gravitante. Merece la atención
concentrarse en la diversidad de prácticas y disposiciones frente a la enseñanza y a la educación superior, donde las condiciones externas, socioeconómicas, así como las educativas propiamente tales, aparecerían más críticas en
el caso de los jóvenes de sectores populares, como ha sido el énfasis puesto
por algunos programas europeos tendientes a abordar de manera orgánica estas dificultades. Sin embargo, hay otros grupos de diferencias que es preciso
analizar y para eso se requiere de una categoría que permita aprehender esa
dinámica social y educativa.
Lo que en un lenguaje más propio de un enfoque sociocognitivista se
denominaría como incidencia exógena en el proceso educativo de los y las
estudiantes, en un planteamiento bourdesiano, será visto de manera diferente
en la medida que esas condiciones externas son internalizadas bajo esquemas
de acciones bajo la forma del habitus (Bourdieu, 1994)49 que refiere los esquemas de acción y significaciones presentes en las prácticas de los sujetos, y
que opera en el nivel material y simbólico. Esto se relaciona no solo con las
condiciones materiales existentes para asegurar que los jóvenes vayan a la escuela o a la universidad, sino también con los aspectos simbólicos que operan
en muchas de las prácticas en el aula que se apoyan en las representaciones,
valoraciones y predisposiciones de los actores.
48
49
López, Néstor. 2004. Op. cit.
Bordieu, P. 1994. Raisons Pratiques. París-Seuil.
69
Frente a tal diversidad y diferenciación estructural, las instituciones educativas requieren ajustar sus procesos educativos y del conjunto de formas de
organización y gestión de la institución educativa, así como las prácticas de
algunos actores frente a la diversidad cultural y social de los estudiantes, y las
nuevas formas de aprendizaje que requieren del despliegue de estrategias que
aseguren su realización.
La comprensión del contexto de los y las estudiantes requiere de la investigación permanente de las instituciones de educación superior para conocer
quiénes son los estudiantes que hoy concurren a sus aulas. La investigación
es mucho más contundente en el ámbito escolar que en la educación superior.
A nivel europeo, los Estados comienzan a tomar medidas orientadas a asegurar la calidad en la enseñanza superior y asegurar el éxito de los estudiantes
en su educación. En algunos países, como es el caso de Bélgica, se crea como
parte del sistema de educación superior un órgano destinado explícitamente a asegurar las oportunidades de los estudiantes provenientes de sectores
más desfavorecidos, así como sus características étnicas y de género, bajo la
noción de democratización de la enseñanza superior. Este observatorio de la
enseñanza superior, creado recién el año 2008, cristaliza algunas de las preocupaciones de ciertos gobiernos que manifiestan la obligación de responder
ante el marco de cambios a los que asiste el sistema educativo en su conjunto
en el contexto del acuerdo de Bolonia. Asimismo cada vez se van generando
estudios específicos tendientes a conocer los fenómenos y problemas que se
observan en la educación superior y los aspectos que afectan una educación
de calidad50.
El despliegue de las capacidades de la institución educativa y de los
docentes para leer las referencias de los estudiantes, en conjunto con un conocimiento actualizado del desarrollo del conocimiento, aparecen como una
condición necesaria para la identificación de aquellas estrategias que desde la
educación superior y la práctica docente, pueden contribuir a asegurar tanto
el acceso como la permanencia y la graduación de los estudiantes, teniendo
como referente central el aprendizaje y la inclusión con equidad en el ámbito
de la educación superior.
De lo político y financiero
En el ámbito político y financiero se consideran cuatro aspectos. Esto es
la participación, integración, gestión y organización y los recursos. Los indicadores de cada uno de estos aspectos se adjuntan en anexos.
III. ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
El análisis realizado a las políticas públicas vigentes en la educación terciaria, refleja un proceso de estratificación socioinstitucional y desigualdad de
importancia.
50
70
(Observatoire Boivigny http://www.boiviqnV.com/Databankr1.html)
Para garantizar equidad en el acceso a la educación superior, se deberá
avanzar hacia un sistema de admisión a la educación superior, basado realmente en el principio de igualdad de oportunidades y evitando, por ende, las
ventajas asociadas a la situación socioeconómica de los alumnos.
Una de las mayores fuentes de inequidad del sistema de educación superior
la constituye el actual sistema de admisión a las universidades del Consejo de
Rectores el que se basa fuertemente en la Prueba de Selección Universitaria
(PSU) y que también es utilizado por un importante número de universidades
privadas. Además, la PSU posee un claro sesgo de género. Inexplicablemente,
a pesar que las mujeres tienen un mejor rendimiento que los hombres en la
educación secundaria, sus resultados en la PSU son inferiores.
Para asegurar equidad en los resultados, será necesario, cumplir con, a lo
menos, las dos siguientes condiciones:
•
•
Generar un sistema de financiamiento tal, que todos los estudiantes que
cumplan con los requisitos básicos de ingreso a la educación superior puedan contar con los recursos para hacerlo.
Instar a las instituciones de educación superior a generar los espacios,
para que los estudiantes que no poseen las condiciones socioculturales básicas y necesarias, puedan adaptarse a la vida universitaria y asegurar así
su progreso y retención. Esto pasa por una mayor flexibilidad curricular
para que todos los estudiantes logren, con un mismo nivel de excelencia,
las competencias establecidas en los perfiles de egreso de sus carreras, posiblemente en tiempos distintos, dependiendo de sus propias características. Todos los estudiantes universitarios deben lograr aprendizajes que les
permitan desarrollar la creatividad, la capacidad para resolver problemas,
el trabajo en equipo, el autoaprendizaje, el empleo de tecnologías avanzadas y la comunicación efectiva.
La gran demanda por educación superior exige responsabilidad y compromiso hacia sus estudiantes, lo cual hace evidente una política de apoyo a los
alumnos/as más vulnerables, que redunda en una mayor equidad en términos
de resultados educativos.
La educación superior es un factor clave para el desarrollo del país y se
requiere de políticas sustentables en el tiempo, tendientes a abordar aspectos
como:
•
•
•
Avanzar hacia un sistema de selección en el ingreso a las instituciones
más prestigiosas (que son las que poseen más postulantes que vacantes),
basado realmente en el principio de igualdad de oportunidades y evitando, por ende, las ventajas asociadas a la situación socioeconómica de los
alumnos.
Generar un sistema de financiamiento tal, que todos los estudiantes que
cumplan con los requisitos básicos de ingreso a la educación superior puedan contar con el financiamiento para hacerlo.
Tener en cuenta que, como efecto de la masificación, no todos los estudiantes poseen un bagaje cultural que les facilite la vida universitaria,
71
•
por lo cual deben generarse apoyos y una reorganización de los estudios
que asegure el progreso y retención de la gran mayoría, de acceso a una
educación de calidad, carencias que podrían ser corregidas por cursos
de nivelación que compensen las deficiencias de formación que traen los
alumnos.
Promover una mayor flexibilidad curricular para mantener perfiles de salida exigentes, pero que posibilite la adaptación de los procesos según las
características de cada individuo. Esto daría como resultado que distintos
alumnos y alumnas podrían conseguir lo mismo, con niveles semejantes
de calidad, pero en tiempos y modos de obtenerlos distintos.
Crear redes que permitan la inserción laboral de los egresados, mediante
vínculos con el sector productivo, crear bases de datos, oficinas de colaboración, observatorios de empleos.
El derecho a la educación, no solo significa acceder a ella, sino además
debe ser de calidad y otorgar a cada persona, el derecho de aprender y desarrollar las múltiples capacidades y talentos que cada una posea.
IV. BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
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•
•
•
•
•
•
•
•
•
72
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•
•
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75
ANEXO INDICADORES
INDICADORES PROPUESTOS PARA LA DIMENSIÓN ACADÉMICA
Indicadores de Acceso e Inclusión en Educación Superior
•
Políticas institucionales
– Políticas de acceso a estudiantes de diferentes etnias
– Políticas de acceso a estudiantes con discapacidad
– Políticas de acceso a estudiantes trabajadores/as
– Políticas de acceso a estudiantes jefas de hogar
– Políticas de acceso a estudiantes de centros penitenciarios
– Políticas de acceso a estudiantes de centros hospitalarios
– Políticas de inclusión de la diversidad cultural al interior de la
institución
– Servicios de apoyo especial para la discapacidad
– Programas institucionales de la Universidad de apoyo al aprendizaje
– Programas específicos de apoyo al aprendizaje al interior de las
carreras
– Adaptaciones curriculares
– Existencia de recursos didácticos de apoyo al aprendizaje
– Políticas de apoyo a la formación de los docentes centrada en el
aprendizaje
– Infraestructura favorable al trabajo pedagógico
•
Sistemas de seguimiento de la formación de los/as estudiantes
– Detección temprana de dificultades en el aprendizaje
– Existencia de sistemas de validación de competencias de los/as estudiantes
– Conocimiento de estilos de aprendizaje de los estudiantes
– Graduación de niveles de exigencia
– Conocimiento del perfil de los/as estudiantes
•
Programación de la docencia
– Programas de estudio con flexibilidad curricular
– Estructura horaria
– Destinación de ayudantías
– Carga académica de estudiantes
– Carga académica de docentes (tiempo destinado a la preparación de
clases, evaluación, tutorías).
•
Docencia en el aula
– Estrategias pedagógicas facilitadoras del aprendizaje de los/as estudiantes
- Participación activa de los/as estudiantes
- Existencia de recursos diferenciados
- Existencia de coevaluación y autoevaluación
76
Indicadores del Proceso
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•
•
•
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•
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•
•
•
Planes de estudio actualizados.
Actualización de aspectos pedagógicos.
Eficiencia Docente (innovación curricular).
Porcentaje del plan de estudio destinado a competencias transversales.
Grado de satisfacción sobre las condiciones de trabajo.
Cumplimiento de actividades docentes programadas.
Técnicas docentes adecuadas a los aprendizajes deseados.
Porcentaje de utilización a las redes de internet.
Aumento de las visitas a biblioteca.
Grado de desarrollo de la autonomía.
Forma en que los estudiantes organizan su tiempo.
Satisfacción de necesidades.
Grado de motivación por la carrera.
Utilización de recursos financieros, sociales y culturales.
Tasa de permanencia en la carrera (sobrevivencia progreso)
Evaluación de la docencia.
Grado de vinculación de la docencia con la investigación.
Asegurar que los estudiantes con iguales calificaciones permanezcan en el
sistema.
Coherencia entre objetivos de aprendizaje y evaluaciones.
Movilidad estudiantil
Indicadores de Resultados y Diversidad
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Tipos de acciones para alcanzar metas equivalentes.
Percepción sobre el cumplimiento de las aspiraciones.
Rendimiento académico de los estudiantes (calificaciones/evaluaciones)
Aspiración a metas u objetivos.
Impacto de las certificaciones académicas
Tasa de egreso de estudiantes matriculados por cohorte.
Grado de satisfacción de los egresados y titulados respecto a su formación.
Costo real de un titulado por carrera.
Empleabilidad de los egresados.
Nivel de remuneraciones.
Número de proyectos y recursos obtenidos en convocatoria.
Producción científica.
Asegurar que estudiantes con iguales necesidades, capacidades y logros,
obtengan similares empleos, nivel de ingresos y poder político.
Indicadores de Necesidades Educativas
•
•
Número de docentes capacitados que atienden la diversidad
Existencia de una adecuada planificación, aplicación y evaluación de intervenciones socioeducativas con los estudiantes
77
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•
Planificación condicionada por factores cognitivos, afectivos y situacionales
Atención del contexto en que se realiza la formación
Atención de los conocimientos previos de los/as estudiantes
Atención de diversos estilos de aprendizaje, cognitivos y metacognitivos.
Interacción profesional entre pares
Proceso activo y centrado en el estudiante.
Desarrollo de competencias que facilitan la empleabilidad
Se consideran las características e intereses de la población
Incorporación de competencias básicas generales y transversales
Docentes que incorporan estrategias de intervención didáctica
Seguimiento cualitativo y cuantitativo del aprendizaje estudiantil
Desarrollo de competencias para su inserción en la sociedad
Actividades de reconstrucción del saber y autonomía
Planificación y desarrollo de actividades diversas
Currículo centrado en el aprender a aprender, autoevaluación.
Atención a la globalización
Diseño de proyectos de acuerdo a necesidades sociales y productivas
Aprendizaje de habilidades y actitudes
Índice de reprobación
Índice de deserción
Atención a factores vinculados con el aprendizaje
Contenidos contextualizados
Atención de capacidades de orden superior
Utilización de resolución de problemas
Búsqueda de otras soluciones a problemas
Contenidos y objetivos por competencias
INDICADORES PROPUESTOS PARA LA DIMENSIÓN BIOSICOSOCIAL
Indicadores Dimensión Cognitiva y Afectiva
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
78
Número de docentes capacitados que atienden la diversidad
Existencia de una adecuada planificación, aplicación y evaluación de intervenciones socioeducativas con los estudiantes
Planificación condicionada por factores cognitivos, afectivos y situacionales
Atención del contexto en que se realiza la formación
Atención de los conocimientos previos de los/as estudiantes
Atención de diversos estilos de aprendizaje, cognitivos y metacognitivos.
Interacción profesional entre pares
Proceso activo y centrado en el estudiante.
Desarrollo de competencias que facilitan la empleabilidad
Se consideran las características e intereses de la población
Incorporación de competencias básicas generales y transversales
Docentes que incorporan estrategias de intervención didáctica
Seguimiento cualitativo y cuantitativo del aprendizaje estudiantil
Desarrollo de competencias para su inserción en la sociedad
Actividades de reconstrucción del saber y autonomía
•
•
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•
Planificación y desarrollo de actividades diversas
Currículo centrado en el aprender a aprender, autoevaluación.
Atención a la globalización
Diseño de proyectos de acuerdo a necesidades sociales y productivas
Aprendizaje de habilidades y actitudes
índice de reprobación
índice de deserción
Atención a factores vinculados con el aprendizaje
Contenidos contextualizados
Atención de capacidades de orden superior
Utilización de resolución de problemas
Búsqueda de otras soluciones a problemas
Contenidos y objetivos por competencias
Indicadores Políticos y Financieros
•
Participación:
– Establecimiento de redes en actividades estudiantiles con otras universidades
– Espacios de participación para la retroalimentación y/u optimización
de los currículos.
– Existencia de espacios físicos para la participación y organización estudiantil.
– Actividades deportivas, artísticas y culturales con acceso a todos los
estudiantes.
– Existencia de programas de tutorías con docentes y/o estudiantes de
cursos superiores.
•
Integración:
– Existencia de infraestructura para estudiantes con necesidades educativas especiales.
– Existencia de programas y materiales de apoyo académico para estudiantes con necesidades educativas especiales.
– Integración en actividades sociales (recreación, deportivas, otras) de
estudiantes con necesidades educativas especiales.
– Adaptación curricular para atender alguna necesidad educativa especial.
•
Gestión y organización:
– Distribución de recursos asistenciales de acuerdo a criterios que incorporen las necesidades propias de los estudiantes.
– Existencia de departamentos destinados a atender a la equidad universitaria.
– Espacios de apoyo a actividades de extensión de los estudiantes.
– Existencia de unidades de apoyo (social, asistencial, otros) a los estudiantes.
79
•
80
Recursos:
– Existencia de programas de asistencialidad estudiantil.
– Existencia de un sistema de becas que atiendan las necesidades financieras de los estudiantes.
– Inversión media por estudiante.
– Porcentaje de equipamiento tecnológico e informático.
– Porcentaje de equipamiento suficiente para biblioteca.
– Número de docentes por estudiantes.
EQUIDAD Y CALIDAD EN
UNIVERSIDADES PARA EL SIGLO XXI
Pamela Díaz-Romero M.*
Desde la década de los 90 Chile ha vivido una importante expansión de la
matrícula en educación superior, con un aumento significativo de estudiantes
y docentes. De acuerdo a la encuesta de hogares Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), la cobertura bruta1 aumentó 22% entre 1990 y 2006,
pasando de 16% a 38%.
Esta tendencia expansiva del sistema nacional es consistente con el fenómeno global de masificación en el nivel terciario: según cifras de UNESCO
y la OECD, Chile estaría en una situación intermedia, junto a otros países
como Argentina, Suiza y Alemania, cuyas coberturas van entre 30% y 50%, y
todavía lejos del grupo más adelantado con educación superior universalizada
(cobertura sobre el 75%), en el que están países tan diversos como Corea, Finlandia, Estados Unidos y Noruega.
A pesar de los avances registrados en Chile en materia de cobertura, estos
no han sido suficientes para revertir la marcada estratificación de las oportunidades de acceso a este nivel educativo, fuertemente determinadas por el
quintil de ingreso de procedencia: mientras más de la mitad de los estudiantes
de educación media (51%) proceden de los dos primeros quintiles de ingresos,
de ellos solo proviene el 24% de quienes asisten a la educación superior. La
situación se invierte en los quintiles de más altos ingresos, que proporcionan
solo el 29% del alumnado de secundaria y el 57% de los estudiantes de nivel
superior.
A pesar de esta situación, una mirada detallada a la evolución de la cobertura da cuenta de una tendencia hacia la mayor participación de los quintiles
de ingreso más pobres, donde el ritmo expansivo de la cobertura es más ace-
*
1
Directora Ejecutiva de la Fundación Equitas.
La cobertura en la CASEN es medida como tasa de asistencia bruta, esto es, incluyendo a la
población fuera del grupo de edad entre 18 y 24 años que asiste a un establecimiento de educación superior.
81
lerado. Según datos de la CASEN, entre los años 1990 y 2006 en el quintil de
más altos ingresos (V) la tasa de asistencia neta en la educación superior creció un 160% y la tasa bruta se duplicó, alcanzando un nivel próximo al punto
de saturación. En el mismo periodo, la expansión de la cobertura en los demás
quintiles tuvo un ritmo de crecimiento aún mayor, acentuado conforme se desciende en los grupos de ingreso: la tasa de asistencia neta en el primer quintil
aumentó en 342% y la tasa bruta en 376%.
Esto es atribuible a que la universalización de la enseñanza media, sumada a la pérdida de valor del título secundario como garantía de inserción
competitiva en el mercado laboral, además de la amplia y variada oferta de
educación superior, que ha impulsado la participación creciente de los sectores previamente excluidos.
En marzo del año 2009 la matrícula total a nivel de pregrado superó los
800.000 alumnos, triplicando la cifra registrada en 1990, cuando el sistema de
educación superior no alcanzaba los 250.000 matriculados.
Pero esta notable expansión de la matrícula tiene también una forma estratificada entre los distintos grupos socioeconómicos según tipo de institución a
la que acceden: la proporción de estudiantes pertenecientes a los quintiles IV
y V es considerablemente mayor entre quienes ingresan a las universidades
(seis de cada diez) y mucho más acotada en la educación técnico profesional.
Del total de estudiantes en Centros de Formación Técnica (CFT), un 39% pertenece a los dos primeros quintiles de ingreso, mientras que en la educación
universitaria apenas el 17% proviene de esos hogares2.
La mayor participación en la educación superior no universitaria de estudiantes procedentes de los quintiles más pobres se entiende porque en este
segmento no enfrentan mayores barreras al ingreso (puntajes PSU); se benefician de programas de estudio más flexibles, compatibles con actividades remuneradas y; asumen aranceles que en promedio están muy por debajo de los
fijados por las universidades.
Sin embargo, diversas encuestas de opinión sitúan a la educación universitaria como el principal polo de interés para los egresados de la educación
media que desean continuar estudios. Así lo confirma la tasa de ocupación de
las vacantes de primer año abiertas en las universidades, que supera el 95%,
mientras en las entidades no universitarias bordea el 84%.
La deseabilidad se asocia al mayor prestigio de las universidades y a la
mayor jerarquía del grado que otorgan3, lo que redunda en retornos económicos más altos: la tasa de retorno estimada para los egresados con título técnico
de nivel superior es de 10.4%, mientras que para los profesionales universitarios es de 19.4%4.
2
3
4
82
Fundación Chile: Recomendaciones para la Formación y Capacitación Técnica en Chile, Informe Final, octubre 2007
J.J. Brunner J., H. Courad y C. Cox. Estado, Mercado y Conocimiento: Políticas y resultados
en la educación superior chilena 1960-1990. En Foro de la Educación Superior; FLACSO;
1992.
Fuente: Ministerio de Educación http//www.futurolaboral.cl
No sorprende entonces que el acceso de jóvenes procedentes de los grupos de menores ingresos a las universidades se concrete y aumente a pesar del
carácter altamente restrictivo que las caracteriza, dados el actual modelo de
admisión centrado en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y los costos
de matrícula y aranceles. De hecho, los estudios de tendencias promovidos
por el Consejo Superior de Educación en base a los datos de INDICES5 apuntan a que la masificación de la cobertura universitaria seguirá siendo alimentada por el ingreso de sectores previamente excluidos.
En efecto, los “nuevos estudiantes” que comienzan paulatinamente a poblar las aulas, no solo aportan diversidad al sistema dada su procedencia escolar y sus ingresos familiares promedio. Además de las restricciones económicas, estos jóvenes desafían a las universidades en su capacidad de incluirlos
exitosamente ante su menor dotación de capital social inicial (escolaridad de
los padres, disponibilidad de libros y espacios de estudio en el hogar, entre
otros) y las desventajas acumuladas en la trayectoria escolar previa.
De acuerdo a un informe de la UNESCO de 20066, las tasas de éxito educativo de los estudiantes universitarios varían significativamente según su puntaje
en las pruebas de admisión y el tipo de establecimiento de enseñanza secundaria
de procedencia, variables directamente relacionadas con el estrato socioeconómico de origen. Las universidades evidencian así escasa capacidad de igualar
efectivamente las oportunidades educativas de los sectores menos favorecidos.
Consecuentemente, la entrada progresiva del nuevo estudiantado introduce tensiones en las universidades chilenas en términos de adecuación financiera, institucional, docente y de los planes y programas de estudio adaptados al
nuevo y heterogéneo cuerpo estudiantil.
La gradualidad con que las universidades van asumiendo este desafío parece tener estrecha relación con que la educación superior no fue concebida
como una educación universal. Por el contrario, desde su origen, la oferta universitaria estuvo dirigida a los sectores urbanos más integrados.
En particular, es en las universidades “tradicionales” –referente obligado
del conjunto del sistema– donde la tradición marca propuestas institucionales,
curriculares y pedagógicas que consecuentemente logran sus mejores resultados en los estudiantes urbanos de estratos medios y altos7.
Hoy, llamadas a erigirse como vértice fundamental para la consolidación
del desarrollo económico y la inserción del país en el concierto global, las
universidades chilenas se ven en la necesidad de mantener y mejorar sus estándares de calidad, equiparándolos a los de la OECD, al mismo tiempo que
avanzan hacia mayores niveles de cobertura.
5
6
7
Consejo Superior de Educación. Boletín INDICES
Citado en el Informe de Antecedentes del Ministerio de Educación (2007) al equipo responsable del informe de la OECD y el Banco Mundial sobre la educación superior en Chile
“OCDE Thematic Review of Tertary Education: Country Background Report for Chile, disponible en http://dx.doi.otg/10.1787/478236220760; pág. 48.
Sebastián Donoso y Víctor Cancino. Caracterización Socioeconómica de los Estudiantes de
Educación Superior por tipo de Institución. En Estudios y Documentos del Consejo Superior
de Educación; Santiago, julio 2007.
83
Esto requiere cautelar que la oferta educativa se adapte a un alumnado
simultáneamente más numeroso y heterogéneo, cuya diversidad de perfiles se
aleja del modelo ideal prefigurado y obliga a repensar las fórmulas tradicionales con las cuales se convoca a las aulas y se logran aprendizajes significativos. En el nuevo escenario, la equidad se transforma en un requisito crítico
para el aseguramiento de la calidad.
Abiertos a esta nueva realidad, tanto los últimos concursos del Programa
de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Superior del Ministerio de Educación (MECESUP) como los del Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) del año 2008 ilustran la forma en que el financiamiento público
establece incentivos para que las universidades revisen y mejoren las condiciones académicas y de infraestructura con las que reciben a contingentes de
estudiantes cada vez más numerosos y diversos. Sin embargo, el reconocimiento y el abordaje específico de esta diversidad es apenas incipiente.
De hecho, muchos de los proyectos dirigidos a mejorar los aprendizajes y
aumentar la retención son concebidos como “remediales”, esto es, dirigidos a
compensar los déficits por áreas de conocimiento para nivelar las competencias académicas. La mayor parte de estas estrategias no considera en su diseño
la importancia de transferir además competencias para una mejor integración
cultural e institucional en los centros de estudio de destino, permaneciendo
al mismo tiempo en la invisibilidad el aporte que la inclusión de una mayor
diversidad puede implicar para las instituciones de educación superior universitaria.
La experiencia institucional con los seleccionados por el Programa Internacional de Becas de la Fundación Ford que Equitas administra en Chile y
Perú ha permitido ahondar desde un enfoque distinto en los desafíos de la inclusión universitaria, aprendiendo a través de los propios alumnos y alumnas
procedentes de los grupos más vulnerables qué y cómo logran mantenerse y
progresar en las universidades a las que ingresan.
Tanto el conocimiento que se ha adquirido basado en evidencias como la
investigación internacional, apuntan a que la retención se explicaría por una
combinación de atributos personales, factores sociales y prácticas institucionales8.
•
•
8
84
Entre los atributos personales, se observa que los estudiantes vulnerables
que permanecen son aquellos que adquieren conciencia de las circunstancias adversas que enfrentan en su inserción, reconociendo sus límites y
posibilidades y visualizando activamente las oportunidades de éxito que el
sistema les ofrece.
Respecto de los factores sociales “protectores” del contexto social e institucional en el que se insertan, se identifica como relevantes para la adaptación e integración estudiantil elementos como “el tipo y frecuencia de la
interacción entre profesores y alumnos”, el compromiso que estos sienten
Canales, A. & De los Ríos, D. Retención de los Estudiantes Universitarios Vulnerables. En
Calidad en la Educación N°30; Consejo Superior de Educación; julio 2009.
•
hacia y de parte de la institución y las redes y relaciones sociales con
otros pares significativos que ella les provee.
Por último, se identifica como central el rol de la familia, tanto a nivel de
sus expectativas sobre el estudiante como en cuanto a la función modeladora de hábitos de estudio, definición de prioridades y desarrollo de valores relevantes para la progresión académica.
La experiencia demuestra que todos estos elementos son claves para el
diseño de las estrategias de inclusión y equidad. Además de considerar las
restricciones económicas y las deficiencias en el manejo de ciertos contenidos
académicos que enfrentan los estudiantes que logran franquear las barreras de
acceso, se requiere:
•
•
•
•
Apoyar a los alumnos procedentes de contextos en desventaja en el desarrollo de una conciencia crítica de las barreras a enfrentar y de actitudes
proactivas para contrarrestarlas.
Favorecer el establecimiento de redes con pares afines para enfrentar
colectivamente las dificultades académicas y de integración social, principalmente en los primeros años. Esto porque, para los estudiantes pobres
que se constituyen en la primera generación en ingresar a la educación
superior, el espacio social conformado por la universidad resulta desconocido, careciendo de grupos de referencia e ignorando sus requerimientos.
Facilitar y promover el acceso a infraestructura y recursos de aprendizaje
(bibliotecas, salas de estudio y computación), a través de programas de
inducción y políticas que acerquen estos bienes y servicios a las necesidades concretas de los nuevos estudiantes (i.e.: políticas de extensión
horaria), quienes en su mayoría no cuentan con espacios y equipamiento
adecuado en su lugar de residencia.
Apoyar el desarrollo de nuevos hábitos de estudio, adaptados a la mayor
complejidad cognitiva a la que estarán expuestos durante la etapa terciaria. Incluso entre quienes ostentaron mejor desempeño relativo en la secundaria, las formas de aprendizaje adquiridas muchas veces no se ajustan
al tipo de trabajo individual requerido por el sistema universitario.
Un diseño que aborde comprehensivamente el desafío de la inclusión da
cuenta de la centralidad del rol que juega la institución receptora, más allá del
establecimiento de ofertas remediales dirigidas a cerrar las brechas de conocimientos entre los estudiantes.
Pero avanzar hacia una mayor atención a la diversidad e inclusión no es
solo una tarea de la institución hacia los estudiantes, sino también hacia sí
misma. Todas las medidas enunciadas, incluso articuladas, resultarían por sí
solas insuficientes si las universidades no abordan simultáneamente con sus
cuerpos académicos y docentes las expectativas que tienen respecto de sus
alumnados y la pertinencia de los contenidos curriculares y los modelos pedagógicos con los cuales trabajan.
La revisión de las prácticas y políticas institucionales bajo la luz del compromiso con la equidad es base para un reconocimiento explícito al valor que
85
estos nuevos estudiantes tienen para el proceso formativo del conjunto del
alumnado y la propia universidad.
A partir de la experiencia acumulada en el desarrollo del Programa Internacional de Becas de la Fundación Ford y en la asistencia técnica en el diseño
e implementación del modelo propedéutico establecido por la Universidad de
Santiago de Chile en colaboración con la UNESCO, así como a las iniciativas
de Pathways for Higher Education, se puede afirmar que un abordaje efectivo
de los desafíos planteados por las transformaciones descritas en el sistema
universitario requiere indefectiblemente incorporar medidas de acción afirmativa dirigidas a formalizar mayores garantías de equidad en la distribución de
bienes sociales –en este caso la educación superior–, estableciendo a través de
ellas los procedimientos necesarios para prevenir y eliminar prácticas discriminatorias no intencionadas presentes en los distintos niveles del sistema.
Esto porque al concebir las estrategias de integración del nuevo alumnado
como medidas de acción afirmativa se introduce un criterio explícito de no
discriminación que permite repensar al conjunto de los dispositivos discursivos, normativos e institucionales que configuran la oferta de educación universitaria ante el nuevo alumnado y la sociedad en su conjunto.
Consistentemente con los atributos identificados entre los estudiantes
vulnerables que logran permanecer en la educación superior y titularse oportunamente, las universidades que aspiran a mejorar la retención y logros educativos de sus alumnos requieren desarrollar en el nivel institucional, conciencia
sobre las circunstancias adversas que les imponen en su inserción y ser proactivas en el desarrollo de aquellos recursos necesarios para contrarrestarlas.
Proyectando lo planteado por Fernando Reimers9 para el nivel escolar, la
acción afirmativa en el nivel superior se relacionaría al menos con tres objetivos:
•
•
•
9
86
Reducir la desigualdad, entregando más a quienes más lo necesitan, ya
sea por su situación económica, étnica, de género u otro tipo de discriminación. Para esto no basta con focalizar políticas, sino que estas deben
tener como horizonte igualar las oportunidades educativas de los más desfavorecidos con quienes se encuentran mejor posicionados.
Asegurar la pertinencia en las acciones, que deben adecuarse a la población a la que se dirigen, es decir, no basta con establecer los grupos más
desfavorecidos y focalizar los recursos a ellos, deben desarrollarse estrategias adecuadas a sus características específicas, que permitan lograr los
resultados esperados.
Promover la participación de los grupos o comunidades destinatarios en
el diseño y evaluación de las políticas que los competen, legitimando su
rol de interlocutores válidos y parte activa de la solución a los problemas
que los afectan, integrando por esta vía prácticas y saberes hasta ahora
ajenos a aquellos que tradicionalmente han adoptado las universidades.
Reimers, Fernando. Educación, Desigualdad y opciones de política en América Latina en el
siglo XXI. En Revista Iberoamericana de Educación N°23; Ediciones OEI, mayo – agosto
2000.
Consistente con este enfoque es la evolución registrada en los instrumentos internacionales. Si en el siglo XX el debate sobre igualdad de oportunidades educativas quedaba zanjado en el Artículo 26, Párrafo 1 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, donde se señala que “el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”,
en la declaración de la Conferencia Mundial Sobre la Educación Superior
en el Siglo XXI se propone promover el acceso de quienes forman parte de
aquellos grupos con menores posibilidades de ingresar a la educación superior
(Artículo 3d):
Se debe facilitar activamente el acceso a la educación superior de los
miembros de algunos grupos específicos, como los pueblos indígenas, las
minorías culturales y lingüísticas, de grupos desfavorecidos, de pueblos
que viven en situación de ocupación y personas que sufren discapacidades, puesto que esos grupos, tanto colectiva como individualmente, pueden poseer experiencias y talentos que podrían ser muy valiosos para el
desarrollo de las sociedades y naciones.
La cita hace referencia a experiencias y talentos específicos de los grupos
previamente excluidos de la educación superior que pueden resultar relevantes
para este nivel educativo, tanto como para la sociedad en su conjunto, permite
integrar a las medidas pro acceso y a aquellas que buscan apoyar el proceso
educativo y su finalización (como cursos de nivelación o tutorías), aquellas
acciones destinadas a la renovación curricular, de las prácticas docentes y de
las políticas institucionales concebidas originalmente para un estudiantado
más acotado y homogéneo, de sectores urbanos integrados.
Es esta renovación, producto de una voluntad institucional explícita y
abierta, la que permitiría avanzar hacia una mayor equidad y, a través de ella,
hacia la efectiva igualdad de oportunidades educativas.
La experiencia directa del Programa Internacional de becas de Equitas y
la evidencia internacional apuntan a que estrategias de acción afirmativa para
la inclusión educativa no solo permitirían mejorar las condiciones de acceso y
la retención, también contribuirían a aumentar la tasa de graduación de los estudiantes del nivel superior, que según la OCDE en Chile es del 28%, muy por
debajo del 42% promedio de los países miembros.
Actualmente, la falta de estrategias integrales de inclusión no solo perjudica el acceso en igualdad de oportunidades y la retención de los estudiantes
de estratos socioeconómicos más pobres y culturalmente diversos a la educación superior. También limita rol del sistema universitario como plataforma
auténticamente meritocrática para la intervención en la toma de decisiones y
la participación equitativa en los beneficios del desarrollo, despojándolo de su
vocación como mecanismo de integración democrática y movilidad social en
base al talento y no solo al privilegio.
Cabe considerar que fue justamente la apertura de las universidades norteamericanas más prestigiosas, a través de políticas inclusivas, la que posibilitó
la emergencia de figuras como la del propio Barack Obama. A pesar de los
cuestionamientos y las resistencias de los sectores más conservadores, la ac87
ción afirmativa permitió –por una parte– la renovación de las universidades
mediante la formación de una nueva élite más diversa y por lo mismo más
representativa del país real, en mejores condiciones para representar aquellos
temas y consideraciones culturales, históricas y psicológicas tradicionalmente
ausentes en los distintos niveles de toma de decisiones; y al mismo tiempo,
favoreció una interacción más simétrica y desprejuiciada entre estamentos de
la sociedad previamente marcados por el desconocimiento y la desconfianza.
El desafío de la inclusión es entonces proporcional a los beneficios que
como sociedad puede reportar.
88
Capítulo II:
GESTIÓN DE LA EQUIDAD
EN LA UNIVERSIDAD
GESTIÓN DE LA EQUIDAD EN
LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Mario Letelier*
Claudia Oliva**
María José Sandoval**
María Zúñiga***
I. INTRODUCCIÓN
El presente estudio sobre la equidad en Chile, abordado desde las distintas
perspectivas que se presentan en este texto, revela que establecer y respetar
políticas en este ámbito implica varias dificultades significativas. Por una parte, se requiere un pronunciamiento corporativo y nacional sobre los alcances
y ámbitos de la equidad. En el capítulo I, que aborda referencias conceptuales
sobre equidad en la educación superior, se presenta un modelo de equidad, el
cual asocia esta a los ámbitos de acceso, permanencia, logros educativos e inserción laboral de los estudiantes. En este modelo, en esencia, se postula que
la equidad solo tiene sentido si se compromete hasta la fase de culminación
del proceso formativo, esto es, la inserción laboral. Por otra, este compromiso
conlleva esfuerzos y gastos que deben ser cuantificados y programados, y que
puedan ser de dimensiones que excedan a las capacidades de algunas instituciones.
En relación al tema es conveniente tener en cuenta que en el país coexisten distintos tipos de instituciones de educación superior (IES), que tienen
misiones y propósitos institucionales donde la equidad puede tener alcances
diferentes. El tipo de financiamiento de las IES, entre otros factores, puede
tener un efecto relevante en las políticas institucionales en equidad y en otros
aspectos comparables. También juegan papeles no menores la ubicación geográfica y la oferta de carreras y programas de cada IES.
Como variable adicional en este análisis, en el capítulo IV sobre experiencias de acción afirmativa en las universidades chilenas, se señala que a igual*
**
***
Director del Centro de Investigación y Creatividad en Educación Superior –CICES– de la
Universidad de Santiago de Chile.
Profesionales del Centro de Investigaciones en Creatividad y Educación Superior –CICES–
de la Universidad de Santiago de Chile.
Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Serena, Chile.
91
dad de necesidades económicas, por ejemplo, en algunos casos las IES deben
acoger a distintos tipos de estudiantes que tienen otras clases de necesidades
por razones tales como interculturalidad, género, discapacidad y edad. Facilitar el tránsito formativo de un alumno, seriamente discapacitado en lo físico,
en una carrera que implica salidas a terreno y uso de aparatos e instrumentos
especializados, es distinto a hacerlo en una carrera que solo demanda lecturas
e interacciones personales, ilustrativamente.
De lo anterior se desprende, como ya se anticipó, que aplicar políticas
de equidad demanda esfuerzo y gastos adicionales. Esos gastos no se pueden
recuperar en general con aranceles, los que son por ahora comunes para todos
los estudiantes. Los resultados del presente trabajo indican que, a lo menos en
el conjunto de universidades participantes, no se encuentran indicaciones de
estudios de costos centrados en los alumnos como tales, sino más bien ellos se
relacionan con los gastos en que incurren programas de apoyo determinados.
Es posible, que estimar el gasto que implica apoyar a estudiantes de determinados tipos y con necesidades específicas a lo largo de todos sus procesos
formativos, sea un trabajo por realizar para la mayoría de las IES. Sin ese antecedente es difícil proyectar políticas efectivas en equidad.
En lo que sigue se entregan algunos planteamientos y propuestas que buscan facilitar la formulación y ejecución de políticas institucionales y nacionales referidas a la equidad, sobre la base de analizar esta en una perspectiva
nacional sistémica. Para este fin se consideran aquí, en especial, los siguientes
referentes:
•
•
•
•
•
El diagnóstico que entrega el presente estudio en relación a como gestionan en la actualidad la equidad las IES nacionales.
Las actuales políticas nacionales en educación superior.
Experiencias relevantes en otros países.
Características del Sistema Nacional de Educación Superior.
El Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior establecido en la Ley 20.12910.
También se han considerado las tradiciones institucionales en gestión
universitaria, las cuales es bien sabido están afectadas, en general, por inercias
difíciles de vencer y por capacidades de adaptación a nuevas demandas limitadas.
Una adecuada consideración de la equidad no puede desconocer que su
implementación a cabalidad requiere de subsidios y políticas nacionales coherentes. Al contrario de la calidad, la equidad no es rentable en el corto plazo
y no parece realista esperar que las IES la asuman con la amplitud deseable a
menos que existan las necesarias políticas y subsidios correspondientes. Estos
y aquellos operan en la actualidad, pero como se plantea en este artículo, son
insuficientes para impulsar un concepto de equidad global.
10
92
MINEDUC (2006). Ley 20.129 “Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la
Educación Superior”. Santiago, Chile.
II. SÍNTESIS DEL ESTADO DE LAS ACCIONES INSTITUCIONALES
EN EQUIDAD
En esta sección se destacan algunos aspectos particularmente relevantes
que han orientado el presente artículo.
Los antecedentes recopilados y analizados en este proyecto, así como
fuentes complementarias, permiten aseverar que las acciones institucionales
asociadas a la equidad se expresan en la existencia de programas institucionales orientados a satisfacer necesidades específicas de algunos alumnos y
alumnas, y que han nacido generalmente en forma reactiva. Dichas acciones
no obedecen a políticas institucionales explícitas y amplias comparables a las
que en la actualidad se dan en materias tales como aseguramiento de la calidad o vinculación con el medio. Estas dos materias corresponden a políticas
nacionales vigentes asociadas a calidad y pertinencia de la educación. Sin
embargo, el requisito de equidad no parece haberse desarrollado en medida
comparable. El modelo de equidad planteado en el capítulo I señala en lo
esencial, que una gestión completa y sistemática de la equidad debería cautelar que los alumnos y alumnas más vulnerables reciban diversos apoyos
institucionales que aseguren que la persona ingrese al sistema, se forme de
acuerdo a las políticas educacionales docentes correspondientes, considerando logros de aprendizaje y tiempo de titulación, y se inserte en el mundo
laboral y social en condiciones comparables al promedio de los estudiantes
que se titulan.
Los programas en curso en las universidades analizadas, según se muestra
en los capítulos II y IV, se encuentran focalizados mayoritariamente en facilitar el acceso y la retención. Las acciones de soporte se centran en lo económico, principalmente, y complementariamente en la atención de necesidades
remediales de tipo académicas y biopsicosociales. El asegurar una inserción
laboral oportuna y relevante no ha sido una preocupación igualmente significativa. Esto no es sorprendente si se considera que solo recientemente las
universidades han emprendido acciones de vinculación con el medio de mayor envergadura. Dicha vinculación es un requisito necesario para orientar la
participación de los egresados en el contexto laboral en forma intencionada y
efectiva. Lo anterior resulta coherente con los antecedentes aportados por las
propias universidades.
Por otra parte, las políticas nacionales en equidad no parecen tener la
especificidad que tienen aquellas relativas a la calidad. Mientras, a modo de
ejemplo, existe un Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, creado
por la Ley 20.12911, no existe algo comparable en relación a la equidad. En
la práctica, la acreditación de carreras, programas e instituciones se focalizan
en la calidad, prestando una atención muy secundaria a las expresiones institucionales de la equidad. Las políticas nacionales se expresan, en lo esencial,
en la asignación de recursos destinados a facilitar el financiamiento de los es11
MINEDUC (2006). Ley 20.129 “Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la
Educación Superior”. Santiago, Chile.
93
tudios, a otorgar becas de alimentación y mantenimiento, y al financiamiento
de iniciativas institucionales a través de proyectos MECESUP, FDI y otros
(Latorre, C., Espinoza, O. & González, L. 2008)12.
Sin embargo, el análisis realizado en este proyecto revela que un serio
compromiso con la equidad implica políticas, acciones y recursos, tanto estatales como institucionales, que aún no están bien definidos.
En lo que sigue se plantean algunas consideraciones que apuntan a abordar el problema señalado.
III. Equidad en una perspectiva nacional sistémica
La equidad puede ser considerada, para los fines de este estudio, en dos
dimensiones sociales.
El derecho de todas las personas a recibir una educación de calidad, que
las habilite para desempeñarse como profesionales y ciudadanos competentes
y responsables, y a desarrollarse como personas.
La necesidad del país de capacitar a todos sus ciudadanos para que contribuyan al desarrollo socioeconómico y cultural de la nación utilizando al
máximo sus capacidades.
En otra perspectiva, la equidad demanda recursos especiales que encarecen la formación. Un alumno o alumna que requiera de todos los aportes especiales que, en teoría, serían necesarios en su caso para lograr exitosamente
el proceso formativo y su culminación en el mundo del trabajo, demandaría
a la correspondiente institución un gasto, no cuantificado aquí, pero sin duda
bastante superior al gasto regular. Por otra parte, ese gasto extra puede ser
considerado como una inversión dado que generaría capacidades profesionales que el país aprovecharía para su beneficio. Las dos dimensiones sociales
aquí asignadas a la equidad guían los planteamientos que se desarrollan a
continuación.
3.1. Equidad a escala nacional
Para el análisis de la equidad en una perspectiva nacional, se hace necesario poner a esa cualidad o variable de la educación en el contexto en que ella
opera, contexto que está condicionado por múltiples otras variables. En Chile,
las actuales políticas de educación plantean que se debe propender a una educación con tres cualidades principales a saber:
Calidad
Logro de los aprendizajes buscados con los correspondientes estándares.
Equidad
Igualdad de oportunidades para acceder a la educación.
12
94
Latorre, C., Espinoza, O. & González, Luis. (2008). “Política Pública en Educación Superior
desde el punto de Vista de la Equidad: El Caso de Chile”. Fundación Equitas
Pertinencia
Aprendizajes alineados con las necesidades del país.
Complementariamente se espera que se propenda a la Articulación, Información, Transparencia y Rendición de Cuentas13.
Las definiciones asociadas a cada cualidad corresponden al significado
que los autores estiman que, en general, se les asigna en el país a nivel oficial
e institucional.
Teóricamente esas tres cualidades deberían ser variables independientes,
pues de otra manera no tiene sentido ponerlas en un mismo nivel. Sin embargo, lo anterior depende del objeto de análisis considerado. La “educación” es
un concepto muy general que llevado al mundo práctico, toma cuerpo como
instituciones educativas, como proceso educativo asociado a ciclos, carreras y
programas, y como sistema nacional de educación, entre otras formas. El sistema nacional se compone de numerosas instituciones que entregan educación
a distintos niveles, del Ministerio de Educación, y de otros organismos reguladores y de apoyo. Referirse a la calidad del sistema nacional no es lo mismo
que referirse a la calidad de un programa de magíster, por ejemplo.
Los autores están conscientes de que en el presente coexisten diversas
concepciones del término equidad. Por lo tanto, es relevante precisar, dentro de lo posible, dicho concepto si se aspira a hacer un aporte orientado a
la formulación de políticas públicas. Los conceptos de calidad, equidad y
pertinencia se traslapan con facilidad en ciertos ámbitos, lo que complica su
implementación. Una razón que explica esta situación es que dichos conceptos
son relativos, y si no se reconoce esa relatividad, con facilidad surgirán dificultades conceptuales.
Actualmente existe amplio consenso, tanto en el sector empresarial, como
en el educativo (CINDA, 2007; Ley 20.129, 2006)14, de asociar la calidad de
un producto o servicio en la medida en que este cumple con las expectativas
de las partes interesadas pertinentes, y de asociar aseguramiento de la calidad
a un proceso de mejoramiento continuo. Factores que relativizan la calidad
dentro de esta noción, son las partes interesadas y sus correspondientes expectativas. A modo ilustrativo, si las partes interesadas son los apoderados
de un colegio elitista, quienes privilegian la formación científica y el inglés,
para esas partes una deficiencia relativa en formación humanista podría no ser
considerada como una falla de calidad. Para otras personas que evalúen ese
colegio, en contraste, dicha falencia podría parecer como una pérdida de calidad educativa. Ese colegio podría alcanzar, dentro de los términos definidos,
una alta calidad sin mayor preocupación por la equidad, al restringir el acceso
y permanencia a estudiantes con determinadas características sociales, acadé-
13
14
Antecedentes entregados por la Jefa de la División de Educación Superior, MINEDUC, en
Encuentro de Juntas Directivas. Santiago 28 de abril de 2009.
CINDA (2007). “Acreditación y Dirección Estratégica para la Calidad en las Universidades”. Santiago de Chile. CINDA. MINEDUC (2006). Ley 20.129 “Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior”. Santiago, Chile.
95
micas y financieras. Ese parece ser un caso donde calidad y equidad serían variables independientes. También la pertinencia de esa educación sería relativa
y asociada a ciertos tipos de impactos sociales.
En consonancia con los objetivos de este artículo, es preciso analizar el
concepto de calidad a nivel país, considerando globalmente la educación, en
todos sus niveles y variedades como un servicio asociado al sistema nacional
de educación. En la línea de análisis utilizada, surge el problema de especificar cuales serían las partes interesadas en el caso país. Es fácil percatarse que
son muchas y con intereses no necesariamente coincidentes. Son los apoderados de los niños y niñas que se inician en la educación formal, los jóvenes que
ingresarán a las IES, el sector productivo, los políticos, el gobierno y Estado,
etc. En esta perspectiva macro es preciso recurrir a referentes internacionales,
es decir compararse con los sistemas educativos de otros países.
En el mundo occidental los autores no conocen casos relevantes de países
que apliquen políticas educativas donde calidad, equidad y pertinencia no
sean objetivos fundamentales. A este nivel, según la interpretación de los autores, aparecen complejidades conceptuales que es conveniente despejar. Parte
de esas complejidades salen de la interrogante de si es o no posible tener una
educación de calidad sin equidad. Algunos autores y entidades consideran que
eso no es factible y han planteado modelos en los cuales la calidad de la educación es un concepto de nivel superior, que tiene varios atributos tales como
eficacia, relevancia, pertinencia, equidad, eficiencia, entre otros (CINDA,
2002; UNESCO)15. En esta óptica no se concibe como “bueno” o de calidad,
un sistema educativo que no es equitativo. El logro de aprendizajes se asocia
aquí a variables tales como relevancia y eficacia. Cabe preguntarse si en aras
a no crear confusiones conceptuales es práctico asociar el concepto de calidad
al sistema educativo, habida cuenta que dicho concepto tiene una clara connotación a nivel de proceso educativo. Quizás debería emplearse el concepto
de “efectividad”, a nivel del sistema. La efectividad se entiende en el presente
como la capacidad de lograr los objetivos perseguidos con un buen manejo de
recursos.
Complementariamente, también es relevante preguntarse si puede haber
equidad sin calidad y pertinencia. A estos autores parece que eso no es aceptable, en general, entendiéndose no obstante, que lograr equidad a todo nivel
con similar calidad y pertinencia a la que acceden las personas con mayores
recursos académicos y económicos es meta de muy largo plazo. De acuerdo
a las dimensiones sociales que aquí se han asignado a la equidad, ella solo
tiene sentido si conduce a una formación habilitante para la vida ciudadana y
productiva, lo que implica facilitar el acceso a una educación con los debidos
estándares de calidad y un adecuado alineamiento con las necesidades de la
sociedad.
El estudio del cual da cuenta este libro puso en evidencia que se hace
necesario consolidar una noción de equidad que sirva de base sólida para
15
96
CINDA (2002). “Indicadores Universitarios: Experiencias y Desafíos Internacionales”. Santiago de Chile. Sitio web de la Comisión Nacional UNESCO Chile. www.unesco.cl
proyectar políticas y acciones en este ámbito. En lo que sigue se presenta
un modelo de lo que aquí se ha denominado “Ciclo Formativo” y “Ciclo de
Equidad”, el cual es simplemente un ordenamiento, temporalmente direccionado, de las etapas, procesos y condicionantes que intervienen en la formación de las personas a lo largo de la vida. Es un esquema que no pretende dar
cuenta de todas las variables que concurren en estos ciclos, pero que podría
ser útil para contribuir a la definición de políticas nacionales. En el gráfico 1
se ilustran los ciclos indicados. En relación a ella, las etapas formativas de
la persona, ordenadas a lo largo del eje temporal, incluyen una etapa inicial,
que parte con el nacimiento (o antes de este) y que corresponde al período
previo al ingreso a alguna institución educativa formal de carácter preescolar. Siguen a esta etapa las etapas escolares, con sus dos ciclos, la educación
superior, con sus distintos niveles formativos, y la etapa laboral ampliamente
entendida.
El modelo incluye la opción real que muchos egresados de educación
escolar ingresen directamente al sector laboral, temporal o permanentemente.
Durante este ciclo se sabe que en la persona concurren dos procesos formativos complementarios (CICES/USACH, 2007)16. Uno es el que resulta
directamente de la educación formal, y el otro es el que suma todos los procesos formativos que se dan en la familia y en el intercambio social, así como
la maduración natural de la persona a lo largo de esos años. Se agrega a esto
además que todas las etapas formativas, complementariamente al aporte de las
instituciones educativas, están asistidas por numerosos recursos que provienen
de vinculaciones con sectores culturales, deportivos, de salud, recreacionales,
vocacionales y otros. Estudios contemporáneos revelan que el complemento
formativo que resulta de estas vinculaciones es significativo y no puede ser
descuidado en una auténtica concepción de equidad.
Ha parecido pertinente poner en relieve esta gama de factores concurrentes en el ciclo formativo, dado que todos ellos implican desafíos de equidad.
Por ciclo de equidad, en una perspectiva de políticas públicas, se entiende
aquí al conjunto concatenado de soportes que deberían recibir las personas
que deben ir cumpliendo en las distintas etapas. Para los fines de este artículo
es necesario simplificar el análisis, el cual se enfocará principalmente al caso
de las personas que siguen el ciclo formativo completo.
En las etapas previas a la educación superior, existen en el país políticas
extensivas en algunos aspectos de la equidad. Algunas de ellas son las que han
determinado la obligatoriedad de la educación escolar, los sistemas de becas,
la educación diferencial, así como un gran número de acciones e inversiones
destinadas a mejorar la efectividad de escuelas que reciben a los alumnos más
vulnerables. El análisis de esas acciones escapa a los objetivos del presente
artículo.
16
CICES, (2007). “Manual de Diseño y Revisión Curricular”. Universidad de Santiago de
Chile.
97
GRÁFICO 1
Ciclo formativo y ciclo de equidad
Proceso de formación personal
Educación
Escolar
Educación
Preescolar
Etapa
Preformal
Proceso de educación formal
Educación
Superior
Sector
Laboral
Vinculaciones formativas
En la perspectiva de la educación superior, las políticas nacionales deben
ajustarse a las características de este nivel de formación, el cual se considerará
a continuación en la óptica de las IES.
3.2. Equidad a escala institucional
En relación al gráfico 1, el ciclo de equidad en las IES se ha especificado
en el gráfico 2.
GRÁFICO 2
Especificación del ciclo de equidad
Proceso de formación personal
Educación
Escolar
Proceso de educación formal
Proceso educativo
en IES
Vinculaciones formativas
98
Sector
Laboral
El ciclo de equidad aquí planteado complementa el modelo utilizado en el
capítulo II en algunos aspectos de contorno, sin cambiar su esencia. De acuerdo a los alcances del esquema formativo dado en el gráfico 2, las acciones institucionales en equidad deben abarcar los siguientes aspectos:
3.2.1. Interacción con el sistema escolar
Implica hacer explícitas las condiciones de entrada que las IES plantean.
Estas deben ser bien especificadas y dadas a conocer al sector escolar. Como
se indica en lo que sigue, esas condiciones van más allá de la especificación
de puntajes de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y otros. Las IES
deberán crecientemente afinar sus criterios de selección.
En una visión más exigente y comprometida, la vinculación con el sector
escolar implica la responsabilidad de las IES de conocer mejor ese sector y de
contar con diagnósticos pertinentes a la inserción universitaria o, en general,
al nivel terciario. Como lo muestran experiencias internacionales relevantes,
es posible diseñar y aplicar intervenciones en el sector escolar tendientes a
mejorar las condiciones académicas de egreso de los estudiantes de ese nivel.
De esta manera, ellos podrían ingresar a las IES con un mejor diagnóstico
y con una menor necesidad de acciones compensatorias o remediales. En
materia de políticas institucionales se requieren pronunciamientos sobre la
orientación que una IES dará a su vinculación con el sector escolar. Entre las
opciones más típicas se tiene:
•
•
•
•
•
Publicidad-información
Realización de estudios-diagnóstico
Acciones de orientación motivacional de los alumnos
Intervenciones colaborativas
Acciones académicas preparatorias a la postulación
3.2.2. Proceso de selección y admisión
Este es un proceso que plantea una responsabilidad institucional que en
forma previsible se hará crecientemente notoria a medida que aumente la postulación proveniente de los quintiles de ingreso más bajos.
Las IES, en particular las universidades, tienen la obligación de conocer
las condiciones de ingreso a sus diversas carreras y programas, que aseguren
una razonable probabilidad de éxito y titulación. Este requisito está implícito
en los criterios de acreditación de carreras en Chile, donde las tasas de retención, egreso y titulación son utilizadas como indicadores de efectividad. Las
condiciones pertinentes de ingreso incluyen variables académicas, económicas, sociales, biológicas, psicológicas y otras. En una perspectiva de equidadcalidad, las IES deben pronunciarse sobre lo que es el “perfil de ingreso” a
todas las carreras y programas que ofrecen.
Los perfiles de ingreso deben especificar las capacidades, atributos y otras
características que deben tener quienes ingresan para tener éxito en la correspondiente carrera o programa.
99
Complementariamente, las IES, particularmente en la óptica de este análisis, deben definir una política de admisión global que, como mínimo, considere los siguientes factores:
•
•
•
•
Perfiles de ingreso a carreras y programas.
Evaluación y diagnóstico del postulante en aspectos académicos, socioeconómicos y complementarios.
Política de acceso de minorías.
Cupos para diversos tipos de postulantes en cada carrera y programa.
Establecer perfiles de ingreso y cupos conduce necesariamente a realizar
una evaluación de los postulantes. Usualmente, dicha evaluación se centra
en lo académico y se realiza utilizando como indicadores típicos el puntaje
PSU y las notas de la enseñanza media. Eventualmente para algunas carreras
se aplican evaluaciones institucionales especiales. Considerando la dudosa
capacidad discriminadora de esos indicadores en rangos bajos de ellos, parece
deseable unirse a las prácticas de instituciones de reconocida trayectoria internacional, las que utilizan otros indicadores o antecedentes complementarios.
Reconociendo particularmente que en el presente son valoradas capacidades
generales, asociadas a la comunicación e interacción humana y a la proactividad, así como atributos personales tales como la motivación y diversidad
de intereses, parece válido integrar algunas de esas variables en un proceso
de selección. Se entiende que esta extensión del proceso selectivo conlleva
esfuerzos y gastos adicionales que demandan, por lo tanto, estudios rigurosos
que validen la conveniencia y capacidad predictiva de algunas variables no
académicas.
En relación al acceso de minorías, ello implica un análisis no trivial respecto a las variables que esas minorías introducen. Una forma de ilustrar el
problema citado es considerado en gráfico 3.
GRÁFICO 3
Necesidades y condicionantes relevantes a la admisión
y gestión de la equidad
Necesidades potenciales
Económicas
Discapacidad
Género
Condiciones
personales
Interculturalidad
Edad
Ninguna
100
Psicológicas
Sociales
Físicas
Ninguna
En términos de demandas de apoyo, y el consiguiente gasto institucional, el cuadro revela que ellas van desde una demanda nula, proveniente de
alumnos sin condicionantes ni necesidades, hasta aquellas demandas en que
se ponen en juego múltiples factores que determinan la posibilidad de que
un estudiante complete exitosamente su formación. Un caso extremo es el de
una persona de edad, discapacitada y de género femenino con todas las necesidades destacadas. Esto hace ver la conveniencia de que las IES establezcan
políticas de admisión responsable y amplias a priori, y no se vean obligadas a
reaccionar lenta e incompetentemente frente a casos complejos de admisión
respecto a los cuales no hayan establecido criterios preestablecidos que conjuguen equidad y factibilidad.
3.2.3. Organización de apoyo a la gestión de la equidad
Este proyecto ha puesto de manifiesto que en la actualidad, en el país, la
gestión de la equidad se expresa en criterios de asignación de beneficios y en
programas especiales, los que han sido caracterizados en diversas secciones
del presente texto.
En la perspectiva sistémica que este artículo busca incentivar, se aprecia
la necesidad de que existan en las IES instancias formales que determinen
las políticas generales de la institución en cuanto a la equidad, considerando
todas las variables que sea necesario. Esa instancia, con el apoyo de otras
instancias o unidades de la institución, debería contribuir a establecer y actualizar decisiones corporativas respecto a:
•
•
Alcances de la equidad
Implica establecer una posición institucional sobre las dimensiones que
aparecen en el gráfico 3. Esa posición se debe complementar con una definición de cupos para los casos más complejos.
Programas e instancias de apoyo
De acuerdo a los alcances que cada IES asigne a su política de equidad,
aparecerán los tipos de apoyo que se deben establecer, los que pueden
adoptar múltiples formas, según lo ilustran los programas actualmente
existentes en las universidades participantes en este proyecto.
En el capítulo II relativo al diagnóstico de los programas de equidad en
las universidades que integran este libro, se analizan varias clases de programas, muchos de los cuales surgieron reactivamente para cubrir necesidades
y/o problemáticas percibidas, sin necesariamente contar con un buen diagnóstico inicial. De esta manera, en algunos tipos de programas se constatan
razones poco claras por las cuales las IES tomaron la decisión de generar instancias de apoyo estudiantil.
Para crear, mantener y evaluar programas de apoyo es útil tener presente
un conjunto de requisitos, tales como los que utiliza la Dirección de Presu-
101
puestos del Ministerio de Hacienda para evaluar programas gubernamentales17. Algunos de esos requisitos son:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Tener claramente definidos propósitos pertinentes a la equidad, a partir de
un diagnóstico confiable.
Tener una organización apropiada de respaldo.
Disponer de un presupuesto establecido.
Atender a un volumen significativo de alumnos dentro del universo pertinente.
Mostrar permanencia en el tiempo (años).
Tener eficiencia adecuada, expresada en gasto/alumno y en oportunidad
de la atención.
Demostrar eficacia en el cumplimiento de sus propósitos.
Tener evaluación positiva de los beneficiarios y de la institución.
Contar con sistemas de información eficaces para fines de administración,
seguimiento y evaluación.
Contar con las vinculaciones en las instancias institucionales y extrainstitucionales que fortalecen su eficacia. Esto es particularmente relevante
en los casos en que varios programas deben integrarse y coordinarse para
atender casos complejos.
Dentro de la “gestión de la equidad”, un requisito clave es asegurar efectivamente la retención de los alumnos, para lo cual los programas y recursos de
apoyo para este fin son esenciales, pero no bastan.
Las causas de deserción son múltiples y afectan de diversas maneras a
distintos tipos de alumnos (Canales & De los Ríos 2007; 2009)18. Por lo tanto, la gestión de la equidad implica disponer de capacidades institucionales
para realizar estudios de seguimiento de los alumnos más vulnerables, según
la política institucional de admisión. Esto permite conducir un aprendizaje
institucional imprescindible para aumentar progresivamente la eficacia de las
ayudas, para disminuir la deserción, y para revisar el proceso de selección y
admisión.
3.2.4. Empleabilidad y educación continua
Una etapa poco desarrollada del “ciclo de equidad” dentro de las universidades analizadas es aquella que “remata” aquel, es decir, en la que los
egresados se insertan al mundo laboral, ojalá en condiciones comparables
tanto intra como extrainstitucionales. Idealmente ello compromete el logro de
oportunidades de trabajo de relevancia profesional y de nivel en remuneracio-
17
18
102
Sitio Web de la Dirección de Presupuestos. www.dipres.cl
Canales, A., De los Ríos, D. (2007). “Factores Explicativos de la Deserción Universitaria”.
Consejo Superior de Educación.
Canales, A., De los Ríos, D. (2009). “Entendiendo la Permanencia de Estudiantes Vulnerables en el Sistema Universitario”. Consejo Superior de Educación.
nes del orden del promedio de los que logran las generaciones que egresen de
una carrera determinada y de carreras similares en instituciones comparables.
Esta dimensión de la equidad, como lo demuestran los programas analizados en el presente estudio, es una de las menos desarrolladas hasta aquí.
Sin embargo, es fácil entender que si ello no se cumple, se está frente a una
pseudoequidad o equidad incompleta. La dimensión de empleabilidad es presumiblemente más compleja de lograr por universidades que tradicionalmente
han estado desvinculadas del medio externo. Dicha vinculación, en esta perspectiva, es un factor de equidad de los más relevantes.
Las universidades, adicionalmente, deben estar atentas a proveer la educación continua que el medio demande, especialmente a sus egresados con más
necesidad de apoyo para obtener grados académicos o cursar postítulos, diplomados o cursos de especialización determinados.
3.2.5. Aporte estructural a la equidad
No se debe descuidar, dentro de la visión sistémica de la equidad que
aquí se busca caracterizar, que en toda IES hay aportes a esta dimensión que
provienen directamente de las actividades regulares de la institución. Tanto
la permanencia como la empleabilidad se favorecen cuando la docencia de
pregrado se ajusta al actual modelo formativo basado en perfiles de egreso,
expresados en competencias en ciertos casos (CINDA, 2009)19. Ese modelo
entre otros aspectos, implica:
•
•
•
•
•
Desarrollo en todos los estudiantes de una carrera de un conjunto de habilidades o competencias de carácter general y especializado que se supone
han sido seleccionadas por su pertinencia laboral.
Acercamiento temprano a la profesión a través de actividades y metodologías educativas orientadas a la resolución de problemas, estudio de casos,
realización de proyectos, pasantías en empresas y otras instituciones, etc.
Conocimiento de los estilos de trabajo imperantes en la perspectiva de la
profesión y su impacto en la formación actitudinal de los estudiantes.
Contacto temprano y continuo con los recursos físicos y de información
que son propios de la profesión.
Aumento de la motivación estudiantil debido a su acercamiento temprano
y permanente a la profesión gracias al aporte de los aspectos anteriormente citados.
Los autores reconocen que la caracterización dada del modelo educativo actualmente privilegiado no se refleja necesariamente en la realidad de
muchas carreras. En Chile es frecuente que, pese a los aportes significativos
del Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad en la Educación
Superior (MECESUP) y de la regulación aplicada por la Comisión Nacional
19
CINDA (2009). “Diseño Curricular Basado en Competencias y Aseguramiento de la Calidad
en la Educación Superior”. Santiago de Chile. CINDA.
103
de Acreditación, entre otros factores, el giro hacia el nuevo modelo educativo
haya sido muy lento. Aún persisten las prácticas educativas clásicas, que para
muchas carreras devienen en un alejamiento de las cinco premisas aquí asociadas al nuevo modelo. Ese alejamiento, como no es difícil de ver, implica
mantener las diferencias en futuras oportunidades laborales entre los estudiantes con menos vinculaciones sociales y más distantes del mundo laboral propio de su futura profesión, y aquellos más favorecidos por razones familiares
y otras.
Se debe llegar a la conclusión que la actividad curricular, realizada acorde
a los nuevos patrones, constituye uno de los aportes más relevantes a la equidad, particularmente en los aspectos de permanencia e inserción laboral.
Complementariamente, otras acciones institucionales relacionadas con la
formación no curricular deben ser examinadas en la misma óptica.
3.2.6. Currículo complementario y equidad
El concepto de “currículo complementario” se utiliza en algunos contextos (USACH, 2007)20 para englobar ámbitos y dimensiones formativas que
complementan aquellas del currículo formal. Particularmente se pueden destacar, para los fines de este trabajo, los ámbitos intrainstitucional y extrainstitucional. En el primero, el alumno o alumna puede acceder a un conjunto de experiencias que adoptan la forma de interacciones entre pares y entre alumnos
y personal académico, administrativo y profesional, de participación en actividades tales como trabajo remunerado interno, acción comunitaria, ayudantías,
asistencia a eventos académicos y muchos otros. Extrainstitucionalmente los
estudiantes aprovechan oportunidades formativas en la ciudad y región donde
realizan sus estudios (si estos son presenciales), las que se asocian a la familia, relaciones y actividades diversas de índole cultural, deportivo, recreacional y laboral, entre otras. En estudios formales realizados en el CICES, se ha
encontrado que los alumnos y ex alumnos recientemente egresados, valoran
este currículo complementario a la par, y a veces más, con el currículo formal.
En esta perspectiva surge un desafío a la equidad, recogido en lo que en el
gráfico 1 se ha denominado “proceso de formación personal” y “vinculaciones
formativas”, y que implica relacionar la calidad de la educación no solo al currículo formal, sino también a los complementos aquí señalados. En ello hay
aspectos de difícil manejo por parte de las IES, en tanto otros, como ciertas
vinculaciones externas, son más controlables y manejables.
Los autores consideran que una política universitaria de equidad debería
tener presente, a lo menos los seis puntos anteriores, y establecer pronunciamientos explícitos sobre ellos, independientemente que razones de factibilidad
y realismo puedan estrechar los límites del campo de acción.
20
104
USACH (2007) op. cit.
3.3. Equidad y aseguramiento de la calidad
Una política institucional en equidad, en los términos definidos en este
artículo, puede incidir significativamente en la gestión de la calidad de la
institución, como ya se ha indicado. Por lo tanto, en particular las universidades, deben identificar el alcance del compromiso contraído en el ámbito
de la equidad para proveer los recursos materiales y financieros, la organización y la gestión para hacer de la política una realidad. En la perspectiva que
aporta la Ley 20.12921, una política de equidad corresponde a un propósito
declarado cuyo cumplimiento debe ser demostrado. Los resultados e impactos generados deben ser evaluados y utilizados como insumos para realizar
ajustes que mejoren la eficacia de la gestión de la equidad o de otros aspectos
relacionados a ella. Oportunamente deberían hacer explícita su política de
equidad y mostrar evidencias de su implementación. Dicha política debería
ser concordante con la misión y comprometer lo que la institución es capaz
de cumplir con eficacia.
El formar personas con necesidades especiales, carencias o limitaciones
debería ser considerado como una oportunidad de aprendizaje institucional,
la cual debería idealmente contribuir a mejorar la gestión docente en general.
Debería ponerse especial énfasis en la evaluación de diversos aprendizajes
acumulativos y de relevancia laboral o ciudadana. Esta es una orientación institucional (Agencia Middle States) que busca mejorar los procesos docentes a
todo nivel, particularmente en la perspectiva del logro de los perfiles de egreso de las carreras y programas.
Como se ha indicado anteriormente, una verdadera equidad es aquella que
conduce a una formación, o al logro de aprendizajes, razonablemente homogénea en la cohorte correspondiente. Esto solo se puede verificar evaluando
aprendizajes y comparando los logros de los estudiantes apoyados con acciones de equidad con aquellos que no requirieron de dicho apoyo.
Lo antedicho refuerza la necesidad de considerar la gestión curricular y
docente como el recurso, quizá más efectivo de equidad, dado que ella incide
directamente en la calidad de la educación aportada a los estudiantes.
IV.PROPUESTAS GENERALES
La visión sistémica de la equidad que, en el artículo que aquí concluye se
ha buscado presentar, supone está ubicada en un momento del desarrollo nacional en que, junto con tener alguna historia previa que examinar, es posible
proyectarse al futuro en la perspectiva de mayores capacidades económicas y
políticas que conciban no demasiado utópico el ciclo de equidad delineado.
Dicho ciclo conlleva múltiples desafíos tanto para el Estado, los gobiernos y
la IES.
21
MINEDUC (2006). Op. cit.
105
En el presente estudio se demostró que el concepto de equidad, en general, no ha sido bien definido y desarrollado tanto en las instancias gubernamentales pertinentes, como en las IES. Se ha puesto gran énfasis en la
calidad de la educación, y mucho menos en la equidad. Quizá eso es natural
considerando el momento que vive el país. Todo hace pensar que existe madurez política como para ponerse metas más demandantes. En lo que sigue se
plantea lo que, en la visión de estos autores, deberían ser etapas necesarias
para fortalecer la gestión de la equidad a escala nacional, entendiéndose que
se está pensando en una escala de tiempo de quinquenios o décadas más que
de años.
4.1. Definiciones nacionales
En las secciones anteriores se han destacado múltiples factores caracterizadores y condicionantes de la equidad, así como su relación con la calidad
y pertinencia de la educación. En función de ese análisis y de la información
nacional e internacional accesible, es necesario que, a nivel estatal, se establezcan definiciones sobre los temas que a continuación se señalan:
•
•
•
•
Definición amplia y alcances de la equidad en Chile.
Rol del Estado en la gestión de la equidad
Roles de los distintos tipos de IES y de otros niveles educativos formales.
Roles de otras entidades sociales, productivas y de apoyo.
En especial el primer punto implica un pronunciamiento sobre los ciclos
de equidad de los gráficos 1 y 2. Dicho pronunciamiento puede significar ajustes en ese modelo que lo hagan más cercano a la realidad nacional.
4.2. Establecimiento de políticas y metas relacionadas con los roles del
Estado, ies y otras instituciones
En este contexto es de alta relevancia que el Estado establezca prioridades
y estrategias de avance apoyadas en instrumentos de políticas disponibles o
creables.
Hasta aquí el Estado, a nivel de IES, se ha enfocado en asegurar el ingreso
a la educación superior. Es preciso avanzar en otras prioridades que deben
ser determinadas con buen juicio político. Otras prioridades relevantes (no
las únicas) son la retención, la empleabilidad, la formación complementaria y
las vinculaciones con el sector escolar, todas ellas estrechamente relacionadas
entre sí.
La gestión de la equidad, en todos los niveles aquí destacados, demanda
tanto recursos como capacidades o competencias que por ahora son escasos.
La eficacia de esa gestión implica integrar conocimientos y experiencias en
aspectos educativos, psicológicos, sociales, biológicos y generación y uso de
recursos apropiados. En otros ámbitos, tales como la innovación curricular,
rendición de cuentas, planificación y aseguramiento de la calidad, las IES han
demostrado necesitar considerable tiempo para adquirir capacidades efectivas.
106
Ello hace pensar que en el caso de la equidad es posible se presente una situación similar. Por lo tanto, un foco de las políticas nacionales debería ser el
desarrollo de las capacidades anteriormente citadas.
Roles distintivos, que es necesario considerar, son los asociados al financiamiento, ejecución, gestión y estudios.
El rol de financiamiento debería ser empleado por el Estado para orientar
prioridades nacionales. Este rol también ha caído en las IES en distintas proporciones a través del financiamiento de programas y es difícil imaginar que
esta situación pueda cambiar.
La gestión corresponde a los gobiernos y a las IES en sus correspondientes contextos de acción. A nivel gubernamental se requiere coordinar acciones
entre diversas entidades del Estado con distintas IES. Esto sin olvidar que el
ciclo de equidad completo involucra a actores múltiples asociados al sector
escolar.
Las IES, por su parte, deben enfrentar actividades de gestión ya descritas
anteriormente y que se relacionan con la ejecución, monitoreo y evaluación de
acciones.
La realización de estudios sobre equidad debe ser de responsabilidad permanente de la IES, por las razones que se expusieron anteriormente. El Estado
puede contribuir a financiar y generar macroestudios de carácter nacional relacionados, entre otros temas, con evaluación de la efectividad de las políticas
nacionales en este ámbito.
4.3. Equidad y aseguramiento de la calidad
Por las razones dadas en secciones anteriores, resulta imprescindible incorporar a los procesos de acreditación institucional y de carreras conducidos
por el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior algunos requisitos mínimos que favorezcan el desarrollo institucional
en relación a la gestión de la equidad.
Dentro de la filosofía de la Ley 20.12922, esos requisitos mínimos para las
universidades serían:
•
•
•
•
22
Disponer de una política explícita sobre equidad para cada IES, respetándose su misión y características. Componentes necesarios para esa política
se han indicado en secciones precedentes.
Demostrar que la política se aplica a través de una organización, asignación presupuestaria, normas, recursos humanos y operacionales.
Demostrar que se obtienen resultados e impactos definidos acorde a la política.
Mostrar evidencias de evaluación del Ciclo de Equidad establecido por la
política y de la capacidad para incorporar cambios.
MINEDUC (2006). Op. cit.
107
DIAGNÓSTICO DE LOS PROGRAMAS
DE EQUIDAD EN LAS UNIVERSIDADES
PARTICIPANTES EN EL GRUPO
OPERATIVO DE CINDA
Rosario Carrasco*
Fabiola Faúndez**
Ana Gutiérrez***
Mario Letelier****
Daniela Matamala*
Claudia Oliva*
Mauricio Ponce*****
Doris Rodes******
Roberto Saelzer*******
María José Sandoval*
Andrea Vega********
María Zúñiga*********
I. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN REALIZADA
En las últimas décadas se ha generado una discusión por la calidad en la
educación, a la que también se ha incorporado, para enriquecer los distintos
planteamientos, el concepto de equidad. Sin embargo, ambos conceptos son
difíciles de abordar, de hacer congeniar y también de distinguir, entre otros,
porque la masividad de la educación, en todos los niveles, ha introducido tal
heterogeneidad que dificulta la operatividad de ambos, en respuesta a las necesidades de cada uno y del conjunto de usuarios del sistema educacional.
La equidad, en su acepción más amplia y tradicional, se ha entendido
como igualdad para el inicio, para la partida de un proceso, en otras palabras,
igualdad de oportunidades. Un segundo elemento, de esta acepción clásica es
asociar la equidad al acceso y disponibilidad de recursos. En general, se asocia la equidad con la igualdad de oportunidades, pero se suele entender esta
última de manera muy restringida: habría igualdad de oportunidades cuando la
Profesionales del Centro de Investigaciones en Creatividad y Educación Superior
–CICES– de la Universidad de Santiago de Chile.
**
Académica de la Unidad de Evaluación y Dirección de Pregrado de la Universidad de
Talca, Chile.
***
Directora de Pregrado de la Universidad de Talca, Chile.
****
Director del Centro de Investigación y Creatividad en Educación Superior –CICES– de la
Universidad de Santiago de Chile
*****
Docente de la Universidad de Talca, Chile.
******
Coordinadora Acreditación de Carreras de la Universidad de Santiago de Chile.
******* Subdirector de Docencia de la Universidad de Concepción, Chile.
******** Académica del Departamento de Educación de la Universidad de La Serena, Chile
********* Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Serena, Chile
*
109
disponibilidad de recursos económicos no constituye un factor de exclusión de
la educación superior (Lemaitre, M.J., 2005)1.
Esta mirada del problema se puede reconocer en políticas gubernamentales
que han dado origen, por ejemplo, al financiamiento universitario, al crédito solidario, que en parte significativa, las instituciones lo destinan a atender demandas variadas de los estudiantes pertenecientes a los quintiles de ingresos menores, en el momento de iniciar una carrera profesional. El énfasis de las políticas
de equidad se ha centrado de manera preferencial, en el tema económico.
Esta orientación se mantiene y es posible observar que parte importante
de las ayudas estudiantiles se destinan al pago de matrículas y de aranceles,
principalmente, en el momento del ingreso a las instituciones formadoras.
Sin embargo, el apoyo económico en el ingreso al sistema no parece suficiente para permitir que un estudiante desarrolle con éxito un programa de
formación por un período relativamente largo, cuatro, cinco, seis o siete años.
Se deben encontrar los mecanismos para lograr que los estudiantes se mantengan en el sistema, reciban una adecuada formación y logren insertarse en la
sociedad como ciudadanos responsables y competentes frente a los desafíos
de la sociedad globalizada. Lo anterior con independencia del origen, condición socioeconómica, capital social y cultural y de otras desventajas con que
llegan los estudiantes que ingresan a las instituciones.
En el mismo contexto la empleabilidad también debe ser incorporada en
el concepto de equidad que manejan las instituciones de educación superior,
dado que se asocia al encuentro de un empleo satisfactorio y productivo, a la
movilidad laboral, al proceso de formación continua, en definitiva, a la adaptación al cambiante entorno de la sociedad en que deberá desenvolverse el
profesional.
Las instituciones han tomado en cuenta esta realidad y han implementado
programas y acciones sistemáticas de apoyo a los estudiantes durante la permanencia en el sistema, atendiendo otras necesidades, de origen académico,
biopsicosociales, inserción a la vida universitaria, inserción laboral, preferentemente.
Es así como la igualdad de oportunidades aparecería asociada a una combinación de dimensiones, que surten efectos en distintos puntos de la relación
entre las condiciones personales o sociales de los individuos y las oportunidades que tienen (o que no tienen) en cuanto a la educación superior. Las
dimensiones que pueden constituir el concepto de igualdad de oportunidades
condicionan y distinguen el tipo de acciones posibles en cada una de ellas,
como lo es también el actor principal responsable de iniciar o de mantener las
acciones en el tiempo.
Lo anterior obliga a que la oferta educativa se ajuste a la mayor cantidad y
heterogeneidad de los alumnos que ingresan a las instituciones que ya no responden a un único perfil y a una constante revisión de su quehacer formativo de tal
forma que el aseguramiento de la calidad deba ser parte del concepto de equidad.
1
110
Lemaitre, M.J., 2005. REICE - Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y
Cambio en Educación 2005, Vol. 3, No. 2
Dados el espectro de enfoques y definiciones contenidas en el marco
conceptual presentado en el capítulo anterior, se ha utilizado en este capítulo
el modelo teórico desarrollado por Latorre y otros2, concerniente a equidad e
igualdad, el que considera dos ejes de análisis “por una parte los conceptos de
igualdad y equidad en sus diferentes dimensiones y, por otra, los recursos (financieros, sociales y culturales) y los distintos estadios del proceso educativo
(acceso, permanencia, logros y resultados)”. En lo que concierne al concepto
de equidad, los autores identifican tres dimensiones: equidad para iguales necesidades, equidad para capacidades iguales, equidad para igual logro.
Para efectos de este trabajo, se consideró el concepto de equidad y su relación con los recursos y los estadios del proceso educativo a partir del cual se
hizo el análisis de los programas reportados por las universidades participantes.
La atención que prestan las instituciones vía programas y o acciones sistemáticas a los ámbitos antes mencionados, en este estadio de la vida universitaria, tiene impacto en los estudiantes, en tanto que, en muchos casos, suele
afectar positivamente su permanencia en el sistema y sus resultados, por ejemplo, en cuanto a egresar en los tiempos relativamente cercanos a la duración
prevista de los estudios. También, los efectos de estas acciones tienen gran
importancia en la evaluación de la calidad de la gestión institucional y de los
resultados de la misma. Se pueden observar esfuerzos por mejorar tasas de deserción, de repitencia, que suelen ser altos, en especial, en los primeros años.
II. TRABAJO DE CAMPO
2.1. Objetivos
Uno de los objetivos planteados del conjunto del trabajo expresado en
esta publicación, es establecer un diagnóstico sobre las acciones de equidad e
integración respecto al acceso, permanencia, rendimiento y resultados de estas
a partir de las experiencias de las universidades integrantes del Grupo Operativo de universidades coordinado por CINDA (GOP).
Este estudio de casos se ha centrado en las diversas modalidades, enfoques, ámbitos y alcances que tienen las ayudas y servicios estudiantiles
que se implementan para atender las demandas de los estudiantes durante su
permanencia en el proceso de formación y que, dados los cambios culturales
y las necesidades de las nuevas generaciones, se puede observar que si bien
se requiere de ayudas económico-financieras, las acciones se han ampliado a
otros ámbitos a fin de atender la diversidad de necesidades que enfrentan los
jóvenes en la actualidad.
Los programas observados se han levantado por variadas razones, como
por ejemplo, programas de alimentación, de movilización, de hogares, de materiales para el trabajo académico y otros gastos asociados a la subsistencia.
2
Latorre C.L., González L. E., Espinoza O. (2009). Equidad en Educación Superior. Análisis
de las Políticas Públicas de la Concertación. Fundación Equitas, Editorial Catalonia Ltda.
Santiago – Chile.
111
En otro ámbito de preocupación de las instituciones, se implementan acciones
o programas para atender las carencias culturales y/o de conocimientos previos para abordar con suficiente holgura las exigencias del currículo y de la
vida universitaria, en su conjunto.
Así por ejemplo, las acciones se asocian a mejorar las competencias básicas en materias claves para la formación, tales como los programas destinados
a mejorar la capacidad y comprensión en lengua materna, razonamiento matemático y cálculo. Por otro lado, se ofrecen acciones sistemáticas que abordan
el campo de las competencias transversales, como es el caso de los hábitos de
trabajo académico, el desarrollo de habilidades de interacción y la convivencia sociales, de emprendimiento, de autonomía, de formulación y/o revisión
de proyectos de vida, entre otros.
También se reconoce la atención a problemas psicosociales que enfrentan
los jóvenes y que se tornan factores de riesgo para la consecución del proyecto
académico-profesional. En este sentido, existen programas de atención a problemas de salud en general, salud mental, drogas, alcoholismo, estrés, problemas vocacionales, problemas nutricionales, sexualidad, embarazo, entre otros.
En este ámbito también se reconoce, entre los programas de ayuda que
ofrecen las instituciones, la atención a situaciones relacionadas con problemáticas derivadas de las responsabilidades tempranas que enfrentan los estudiantes. Por ejemplo, la existencia de jardines infantiles para los hijos de los
estudiantes, con apoyo en la manutención de parte de las instituciones.
Las instituciones también han decidido apoyar y favorecer la inserción
laboral de los estudiantes y para ello han desarrollado programas y/o acciones
de preparación para elaborar una imagen positiva de sí mismos, competentes,
definidos, al tiempo que flexibles para emprender distintos proyectos personales y o sociales de empleabilidad.
La concepción de equidad, de igualdad de oportunidades, parece complejizarse de manera intensa en el contexto social y cultural que actualmente
viven los jóvenes y las instituciones.
2.2. Metodología
El trabajo de observación de los programas de equidad en las instituciones
participantes se desarrolló bajo un enfoque de investigación de segundo grado. El
propósito que se tuvo consistió en conocer los motivos de la existencia, alcances,
montos de inversión, tiempos de desarrollo y resultados de las acciones o programas sistemáticos de atención de las necesidades de los estudiantes, desde la perspectiva de los propios actores –diseñadores y o conductores– de dichas acciones.
Cada uno de los equipos del grupo operativo (GOP) pertenecientes a las
instituciones participantes debió ubicar, en sus respectivas instituciones, las
unidades y/o dependencias responsables de la dirección o de la ejecución de
los programas destinados a atender los distintos requerimientos o necesidades
de los estudiantes. Para ello se decidió elaborar una entrevista que permitiera
recoger aspectos cuantitativos y cualitativos asociados a los programas de
equidad existentes. La entrevista, posteriormente, se formalizó en un formato
de reporte de entrevista.
112
En cuanto al análisis de la información recogida, se trabajó con una metodología basada en el análisis de contenido, reteniendo el sentido absoluto y
luego el sentido acordado de las descripciones de los distintos ámbitos de los
programas aludidos y presentados por los entrevistados. Esto permitió clasificarlas en categorías tales como:
•
•
•
•
Programas de apoyo académico: se entenderá como programas de apoyo
académico a los programas remediales o de nivelación que se realizan con
el fin de nivelar conocimientos, competencias, habilidades de entrada, en
materias o saberes propios del área de ingreso del estudiante.
Programas de apoyo económico: se refieren a ayudas económicas eventuales o permanentes, becas, préstamos u otras instancias que proporcionen recursos económicos para los estudiantes.
Programas de apoyo biopsicosocial: estos programas obedecen a instancias para mejorar las condiciones sociales, culturales, psicológicas, y de
salud integral que presentan los estudiantes.
Programas de inserción laboral: apuntan a acciones que son realizadas
para favorecer la inserción laboral de los egresados.
En cuanto a los resultados, las categorías se cuantificaron intra e interinstitucionales y se presentan en cuadros comparativos que permiten observar las
acciones y los tipos de acciones de equidad en cada una y en el conjunto de
las instituciones participantes.
Los programas analizados en total fueron 159, pertenecientes a trece de
las catorce universidades que conforman el Grupo Operativo coordinado por
CINDA.
2.3. Población
Trece sobre catorce universidades del grupo operativo de CINDA (GOP)
tomaron parte del estudio, respondiendo a la consulta sobre los programas de
equidad implementados en las respectivas instituciones. Se reportaron 159
programas de equidad, que conforme los marcos teóricos manejados, presentan una conceptualización amplia de equidad, en el sentido que esta contiene
una serie de dimensiones, atendiendo las áreas que se privilegian. Dadas las
dimensiones estos programas se clasificaron en: “apoyo académico”, “psicosocial”, “económico” e “inserción laboral”.
2.4. Instrumento de recogida de información
Se diseñó un formato de entrevista estructurada3, luego de haber hecho
una búsqueda territorial, de haber identificado las instancias y responsables de
los programas o acciones de equidad presentes en cada una de las instituciones participantes. El instrumento permitió consignar las variables claves rete3
Se inserta el formato utilizado en el anexo 1 de este capítulo.
113
nidas para el estudio, a saber: año de inicio del programa, ámbito de atención,
responsables del programa, evaluación e impactos, articulación con ámbitos
de la gestión, financiamiento, entre otros.
III. PROGRAMAS DE APOYO ACADÉMICO: GENERALIDADES
Se recibieron cuarenta y siete programas de apoyo académico de trece
de las catorce instituciones pertenecientes al Grupo Operativo de CINDA. El
número de programas de apoyo académico en las trece universidades consultadas se presentan en el gráfico 1.
gráfico 1
Número de programas de Apoyo Académico por
Instituciones participantes
14
12
10
10
7
8
6
5
6
4
3
4
2
2
2
2
2
1
2
0
U1
U2
U3
U4
U5
U6
U7
U8
1
U9 U10 U11 U12 U13
Para los fines de establecer el diagnóstico, la categoría principal de los
programas de equidad en el ámbito de apoyo académico se subdividió en las
siguientes categorías secundarias:
•
•
114
Inserción en la vida universitaria, el que corresponde a programas que
apoyan la familiarización del estudiante con la institución a la que ingresan, por ejemplo: presentación de los servicios, orientación espacial, conocimiento de su plan de formación, entre otros.
Remedial en competencias básicas, corresponden a programas de nivelación
de conocimientos en las áreas de formación básica de las distintas carreras.
•
Remedial de competencias genéricas y mixtas corresponden a aquellos
orientados a la nivelación de habilidades cognitivas, actitudinales, procedimentales que ayudan al estudiante a tener éxito durante su formación.
Asimismo se diferencia con el concepto de mixtas a aquellos programas
que enfatizan tanto el desarrollo de competencias genéricas como de competencias básicas.
El gráfico 2 muestra las categorías secundarias en las que fueron clasificados los cuarenta y siete programas analizados. Mayoritariamente corresponden a programas remediales de competencias genéricas (16) y programas de
competencias en ciencias básicas (14) y en menor grado a programas de inserción a la vida universitaria (8); Cabe indicar que seis programas clasificados
como programas de competencias mixtas se refieren a competencias genéricas
utilizando como herramienta a las ciencias básicas y otros tres corresponden
a programas académicos de inserción laboral, los que serán analizados en el
punto 6 del presente documento.
gráfico 2
Número de programas de Apoyo Académico por categoría secundaria
16
18
14
16
14
12
10
8
6
8
6
4
2
0
Inserción a la vida
universitaria
Remedial de
Competencias en
Ciencias Básicas
Remedial de
Competencias
Genéricas
Remedial de
Competencias
Mixtas
En los Programas Académicos de Inserción a la Vida Universitaria se
identifica la población objetivo, es decir al grupo de estudiantes al que está
dirigido el programa. El gráfico 3 distingue el número de programas ofrecidos
solo a una carrera, a varias carreras en una misma facultad o si no distingue
carreras o facultad y es ofrecido transversalmente a toda la universidad.
Mayoritariamente los Programas Académicos de Inserción a la Vida Universitaria se ofrecen en forma transversal a toda la universidad (4) en relación
a los ofrecidos a una carrera (2) o a carreras de una misma facultad (2).
115
gráfico 3
Programas de Inserción a la Vida Universitaria
por población objetivo
5
4
4
3
2
2
2
1
0
Una carrera
Varias carreras de
una Facultad
Transversalmente en
la Universidad
El gráfico 4 diferencia el número de Programas de Inserción a la Vida
Universitaria ofrecidos a nivel de primer año, primer año y cursos superiores
o solo cursos superiores. Siete de los ocho programas ofrecidos se dictan a
nivel de primer año.
gráfico 4
Programas de Inserción a la Vida Universitaria por nivel
10
9
8
7
7
6
5
4
3
1
2
0
1
0
1er año
116
1er año y cursos
superiores
Solo a cursos
superiores
En el gráfico 5 se contabilizan los Programas Remediales de Competencias Básicas ofrecidos solo a una carrera, a varias carreras en una misma
facultad o transversalmente a toda la universidad. Siete de los catorce programas se ofrecen en forma transversal a toda la universidad en relación a los
ofrecidos a una carrera (3) o a carreras de una misma facultad (4).
gráfico 5
Programas Remediales en Competencias Básicas
por población objetivo
10
9
7
8
7
6
5
4
3
4
3
2
1
0
Una carrera
Varias carreras
de una Facultad
Transversalmente en
la Universidad
De igual forma y de acuerdo a la población objetivo, el gráfico 6 da cuenta de los Programas Remediales de Competencias Básicas ofrecidos a nivel
de primer año, primer año y cursos superiores o solo cursos superiores. Los
catorce programas ofrecidos se dictan a nivel de primer año.
En el gráfico 7, se contabilizan los Programas Remediales de Competencias Genéricas ofrecidos solo a una carrera, a varias carreras en una misma
facultad o transversalmente a toda la universidad.
Mayoritariamente los Programas de Competencias Genéricas4 se ofrecen
en forma transversal a toda la universidad (15) en relación a los ofrecidos a
una carrera (3) o a carreras de una misma facultad (1).
4
*Programas
remediales en competencias genéricas corresponden a programas de nivelación
en habilidades comunicativas, de comprensión, reflexión, análisis, desarrollo del pensamiento lógico y en el manejo de las tecnologías de información y comunicación.
117
gráfico 6
Programas Remediales en Competencias Básicas por nivel
16
14
14
12
10
8
6
4
0
0
2
0
1er año
1er año y cursos
superiores
Solo a cursos
superiores
gráfico 7
Programas Remediales en Competencias Genéricas por población
15
16
14
12
10
8
6
3
1
4
2
0
Una carrera
Varias carreras
de una Facultad
Transversalmente en
la Universidad
De acuerdo a la población objetivo, el gráfico 8 da cuenta de los Programas
Remediales de Competencias Genéricas ofrecidos a nivel de primer año, primer
año y cursos superiores o solo cursos superiores. Diez programas se ofrecen a
nivel de primer año, uno se ofrece en todo el ciclo básico (primer y segundo
año), siete se ofrecen a nivel de todos los años y uno solo a cursos superiores.
118
gráfico 8
Programas Remediales en Competencias Genéricas por nivel
12
10
10
7
8
6
4
1
2
1
0
Ofrecido a nivel
1er año
Ofrecido a nivel 1er
y 2º año
Ofrecido a nivel
1er año y cursos
superiores
Ofrecido a nivel
1er año y cursos
superiores
En el gráfico 9, se contabilizan los Programas Remediales de Competencias Mixtas ofrecidos solo a una carrera, a varias carreras en una misma facultad o transversalmente a toda la universidad. Tres se ofrecen en forma transversal, uno a nivel de una carrera y otro a nivel de varias carreras de una facultad.
gráfico 9
Programas Remediales en Competencias Mixtas por población objetivo
5
3
4
3
2
1
1
1
0
Una carrera
Varias carreras
de una Facultad
Transversalmente en
la Universidad
119
De acuerdo a la población objetivo, el gráfico 10 da cuenta de los Programas Remediales de Competencias Mixtas, cuatro de los cuales se ofrecen solo
para primer año y uno para toda la carrera.
gráfico 10
Programas Remediales de Competencias Mixtas por nivel
5
4
4
3
1
2
1
0
Solo 1er año
Toda la carrera
3.1. Programas remediales de inserción a la vida universitaria
A continuación se da cuenta del diagnóstico relacionado con los programas de inserción a la vida universitaria los que apoyan la familiarización del
estudiante con la carrera y la institución a la que ingresan.
De las 13 universidades que entregaron información, 10 tienen programas
académicos relacionados con inserción a la vida universitaria, totalizando 16.
La mayoría de ellos (44%) se crearon en el año 2008. De los más antiguos,
que se iniciaron en el año 2003, solo uno de ellos está actualmente vigente.
Desde 2005 hasta 2008 se crearon en promedio dos programas por año. En
2009 solo fue creado un programa.
3.1.1. Razones de creación del programa
Las razones de creación de los programas se basan en mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, favorecer la inserción en la comunidad universitaria, a través de la inducción, adaptación y vinculación, para que los
estudiantes conozcan el modelo educativo, los servicios estudiantiles y otros
aspectos de la vida universitaria, con el fin de prever situaciones que afecten
120
el desarrollo del proceso enseñanza / aprendizaje. También se declara que
estos buscan reducir la deserción y mejorar los rendimientos, especialmente
a través de mejoras de deficiencias básicas (matemáticas, química y biología,
preferentemente). También se identifica la prevención y el autocuidado. En el
caso de una universidad, se señaló que el programa surge como necesidad de
continuidad de uno ya existente.
Otras de las razones de su existencia están vinculadas con la identificación de conductas de entrada, especialmente en las áreas de ciencias básicas y
competencias instrumentales. También se hace referencia a la proveniencia de
los estudiantes, en relación a la vulnerabilidad que estos tienen, la que en muchas ocasiones se vincula con temas relacionados con aspectos vocacionales,
problemas emocionales y económicos preferentemente.
3.1.2. Objetivos
En general, el principal objetivo se basa en facilitar la transición desde
la enseñanza media a la vida universitaria, que permita una inserción gradual
y efectiva, principalmente en el desarrollo de herramientas básicas como
gestión del tiempo, comunicación efectiva, lectura comprensiva, además de
nivelar en áreas que impactan negativamente la prosecución de asignaturas,
especialmente en matemáticas, química y otras. Sin embargo, son variados los
objetivos intermedios que se plantean en los programas, que están relacionados con brindar a los estudiantes redes de apoyo y la detección de problemas
o situaciones que puedan impactar el desarrollo académico. Además, buscan
que los estudiantes conozcan compañeros y profesores, reglamentos, deberes
y derechos, métodos de trabajo y estudio, junto con los espacios físicos.
Por otro lado, en algunos casos la universidad se encuentra más en una
etapa de diseño, con lo cual sus objetivos se orientan al diseño de la propuesta y a la confección de un perfil de riesgo de vulnerabilidad. Otros objetivos
declarados dicen relación a mejorar las tasas de aprobación y retención de los
estudiantes de primer año. En otros casos, no se identifican los objetivos sino
que se señalan solo los medios para su logro, como talleres, actividades académicas, culturales y deportivas.
Hay instituciones que señalan como objetivo el brindar orientación a los
nuevos estudiantes en áreas académicas y de futuro profesional de la carrera
a la cual ingresaron. También señalan una instancia de orientación para los
posibles cambios de carrera de los estudiantes. De este modo, una institución
informa que uno de los objetivos del programa es que el estudiante sea capaz
de formular un proyecto de vida.
3.1.3. Actividades
Existe diversidad de actividades en cada uno de los programas. Hay un
programa que tiene una única actividad que dice relación con la intervención
y nivelación de los estudiantes en el mes de enero. El resto de ellos tiene en
promedio cuatro grandes actividades que se relacionan con evaluación de los
estudiantes. El primero relacionado con las competencias de entrada o rendi121
miento académico, donde se organizan actividades vinculadas con el apoyo
académico; el segundo es para entregar otras habilidades de inducción principalmente, que se traducen en encuentros con los demás estudiantes, académicos, administrativos autoridades, reconocimiento de espacios y entrega de
información tanto corporativa como del programa al cual ingresaron.
Una tercera gran actividad se relaciona con las actividades vinculadas a
talleres motivacionales, de habilidades sociales, de autoestima, habilidades
comunicacionales, estrategias de estudio, organización del tiempo, encuentro
con padres, autocuidado y charlas de profesionales destacados. La cuarta etapa se relaciona con el seguimiento, sin embargo esta etapa no está presente en
la mayoría de los casos. Cuando el programa incluye orientación vocacional,
también se incluye intervención psicopedagógica.
Adicionalmente, una de las instituciones señala que además de las actividades que realiza para sus estudiantes, también lleva a cabo algunas en
establecimientos de enseñanza media de su región, a través de la cual buscan
sensibilizar sobre la temática; incluso está la opción de desarrollar cursos de
“articulación formativa”, los que pueden ser convalidados si llegaran a ingresar a la universidad.
Un aspecto señalado por una institución es que se realizan reuniones con
los académicos para los apoyos tutoriales y las estrategias de inducción que el
programa tiene.
3.1.4. Población Objetivo
Los programas son principalmente destinados a estudiantes de primer año.
Una institución señala que su programa es para todos los alumnos de la universidad, y otra que lo focaliza en los estudiantes de primer año que ingresan
a otra carrera diferente a la que deseaban en las primeras opciones, a aquellos
que provienen de otras provincias o regiones, liceos técnicos, consultantes de
programas de salud mental, padres, madres o con necesidades educativas especiales.
La universidad que presenta un programa de continuidad, con especial énfasis a la orientación vocacional, señala claramente que este está orientado a
estudiantes de segundo año en adelante.
En algunos casos, los programas se llevan a cabo con orientación especial
a una facultad o carrera, con lo cual, la población objetivo está focalizada en
esas instancias.
3.1.5. Resultados esperados en los estudiantes
Se observan cuatro grupos. El primero tiene que ver con el mejoramiento
de las tasas de aprobación, como también una reducción de la deserción, aunque no se señala si ello es debido a una mejora en la aprobación de cursos o
porque los estudiantes se cambian menos de programas, aunque obviamente,
estos resultados serían producto del mejor desempeño académico.
De igual manera, se identifica como resultado el reconocimiento y uso de
los espacios universitarios, servicios de apoyo, redes sociales, autoridades,
122
académicos y pares en la dinámica que ellos tienen al interior de las instituciones, además del modelo formativo de la institución junto al perfil profesional de la carrera.
Otro resultado espera que los estudiantes realicen un perfil crítico y realista de su propio desarrollo y proyecto futuro, donde además mejore sus competencias básicas y sentido del trabajo para el desempeño de su vida académica.
Hay una universidad que declara como resultado esperado la disminución
de los “retractos” de sus matrículas.
3.1.6. Duración del programa
Las duración de los programas es variado. Hay universidades que señalan que los programas se mantienen durante todo el año y otras que son
de duración semestral, pero la mayoría de ellas señala que son por algunos
días, que van de 4 a 15 días, son llevados a cabo en diferentes esquemas
(clases, talleres, actividades de inducción, entre otros), y son organizados en
diferentes horarios. En una institución se señala que la duración será de dos
años.
La duración de las actividades contempladas en el programa varían si
estas se orientan más hacia la inducción o bien a mejorar el rendimiento académico.
No fue posible identificar con claridad si el programa se lleva a efecto en
cada carrera por separado o a él concurren todas las carreras de la universidad,
sin distinciones.
3.1.7. Evaluación realizada al programa
Todas las instituciones señalan evaluar el programa; las principales diferencias radican en qué es lo evaluado, momento y regularidad, como ejemplo
está la mejora de alguna tasa en cuestionamiento, como rendimiento y permanencia de los estudiantes. Otro aspecto de relevancia es, si en la evaluación
participan los estudiantes o bien es realizada por otra instancia exclusivamente.
En relación a los componentes que se evalúan, es posible señalar que van
desde el cumplimiento de los aspectos formales de las actividades del programa, tales como horarios, participación, hasta aquellos relacionados con el
rendimiento académico de los estudiantes con el fin de identificar cambios en
la línea base, financiamiento y difusión. Además, otro elemento importante
que se identifica, que diferencia en la forma, es si las evaluaciones generan o
no reportes. Entre los modos de evaluar que se indican se señalan: encuestas
de satisfacción de los estudiantes, reportes de rendimientos académicos y consultas a estudiantes.
Respecto del momento de evaluación se menciona finales de semestre
con el fin de identificar rendimiento académico. Fue posible observar que,
en al menos una institución, se evalúa utilizando reportes de las cohortes anteriores con el fin de determinar el perfil de ingreso y las debilidades de los
estudiantes.
123
En un caso se señala que se entregan informes sistematizados por carreras
del desempeño de los estudiantes.
3.1.8. Articulación del programa
No se observa una articulación significativa y formal de los programas,
pues básicamente hay una coordinación con las diferentes instancias universitarias que tienen que ver con los estudiantes, especialmente los servicios. Solo
una institución indica una relación con empresas para organizar actividades
con los estudiantes.
De acuerdo a lo señalado, las articulaciones se realizan con instancias internas
de la propia universidad e incluso de la misma instancia, destacando la Dirección
de Asuntos Estudiantiles dado que esta entidad coordina una serie de servicios
estudiantiles. Además se señalan reuniones a nivel de coordinación en la escuela o
entre escuelas de una misma facultad y los encargados de los programas.
Cuando el programa involucra otras instancias de la universidad para su
realización, se señalan por ejemplo coordinaciones con biblioteca, o si es fuera de ella, hay ejemplos con empresas regionales.
En un único caso, debido a que es la continuación de un programa, existe
articulación con este. Otra institución señala que a partir de este se ha generado a un proyecto de investigación.
3.2. Programas remediales en competencias básicas
De los reportes de Programas de Apoyo Académico enviados por las instituciones, 14 correspondían a lo que se categorizó como acciones remediales
en competencias básicas, los que implican programas de nivelación de conocimientos esenciales en las áreas de formación básica de las distintas carreras.
Estos programas se analizaron considerando todos los criterios de: razones de
creación, objetivos, actividades, población determinada, resultados esperados,
duración del programa, evaluación y articulación con otros programas.
3.2.1. Razones de creación del programa
En cuanto a las razones que llevaron a las instituciones de educación superior a crear estos programas, la mayor parte de ellos lo hizo debido a la falta
de competencias y conocimientos mínimos con que llegaban los estudiantes
a enfrentar los cursos iniciales de Matemática, Física, Química, Algebra,
Geometría, lo que incidiría en las altas tasas de reprobación o deserción presentadas por los alumnos de primer año. Una institución reportó la necesidad
de alinearse a lo establecido en el nuevo reglamento respecto de evaluación/
intervención para aquellos que no alcancen los mínimos esperados.
3.2.2. Objetivos
Los objetivos declarados mayoritariamente por las instituciones, se orientan hacia nivelar las competencias básicas requeridas en las áreas menciona124
das y reforzar los contenidos y herramientas necesarias para el aprendizaje
de Matemática, Física, Química, Algebra y Geometría, en los estudiantes que
ingresan a primer año de algunas carreras o facultades.
Se pretende también apoyar el desarrollo del pensamiento lógico y la
capacidad de enfrentar problemas. El objetivo final sería disminuir la reprobación y contribuir a la retención de los estudiantes.
3.2.3. Actividades
En relación a las actividades realizadas, como programa en sí o parte de
ellos, la más mencionada es la realización de una prueba de diagnóstico, a
partir de la cual se realizan actividades variadas como: nivelación sistemática,
talleres, ayudantías, reforzamiento, tutorías. En algunos casos la actividad
corresponde a un curso introductorio, a asignaturas previas al curso formal o a
asignaturas intervenidas con las actividades de apoyo.
3.2.4. Población objetivo
Los programas están destinados mayoritariamente a estudiantes de primer
año de Ciencias, Ingeniería y similares con rendimiento deficitario en la prueba de diagnóstico de Matemática y Química. En otros casos están dirigidos a
todos los estudiantes de la carrera que tengan estas asignaturas en su plan de
formación y en un caso a los alumnos de algunas carreras con un uso menor
de la Matemática, como Auditoría, Biología, Biología Marina e Ingeniería
Forestal.
3.2.5. Resultados esperados
En cuanto a los resultados esperados, en general la expectativa es que los
estudiantes mejoren su aprendizaje y rendimiento académico a través de la
adquisición de conocimientos básicos, del mejoramiento de hábitos de estudio. También se prevé que avancen en el desarrollo del pensamiento lógico y
finalmente, mejorar los índices de repitencia y deserción en los estudiantes de
estos cursos de primer año.
3.2.6. Duración del programa
La duración de los programas es muy heterogénea. Va desde algunas horas semanales durante el semestre o año, dos semanas iniciales previas al año
académico en carácter intensivo, un mes dentro del semestre o año, curso semestral previo a los cursos formales, dos semanas una vez finalizado el curso
formal, etc.
3.2.7. Evaluación realizada al programa
En lo referido a evaluación de los programas mismos, los reportes indican
que se realiza evaluación por parte de los docentes para orientar los talleres;
125
evaluación del rendimiento académico de los que participan; se comparan los
porcentajes de reprobación antes y después del programa; en un caso hay una
encuesta de percepción y tres instituciones reportan que aún no se han realizado evaluaciones al programa.
3.2.8. Articulación del programa
Desde la perspectiva de la posible articulación con otros programas, la
mayoría declara no articularse con otros; hay dos que manifiestan intenciones
de vinculación con proyectos futuros. En el caso de los programas-asignaturas, se conectan con los cursos formales que continúan en el plan de formación. En algunos casos hay intercambio de experiencias entre programas que
han servido de base para desarrollar estrategias para facilitar la inserción de
los estudiantes que ingresan.
En cuanto al inicio de este tipo de actividades, el primer programa remedial en Ciencias Básicas se inició el año 2002, al que se agregó un segundo el
año 2003. Entre el 2006 y el 2008 se agregan 10 nuevos programas y el 2009
se agregan otros dos.
Se aprecia que la sistematización de la preocupación por el bajo nivel de
formación en ciencias básicas de los estudiantes que ingresan a los primeros
años, traducida en actividades remediales formales, se inició a comienzos de
la década, luego de muchos años de atender las necesidades socioeconómicas
que presentaban los estudiantes que llegaban a la educación superior. Estas
actividades se incrementaron entre el 2006 y el 2008, fechas coincidentes con
el inicio de cambios curriculares en algunas instituciones y con un incremento
de la preocupación por mejorar la retención de los estudiantes de primer año.
3.3. Programas remediales en competencias genéricas y mixtas
En los programas remediales en competencias genéricas y mixtas, se
han incluido todos aquellos programas que dentro de la exploración realizada reconocían estar orientados a apoyar el desarrollo en los estudiantes de
competencias transversales a las carreras y que, básicamente, se centran en
desempeños demandados a los estudiantes que en los sistemas tradicionales
se visualizaban como parte integral del plan de formación de una carrera. Por
ejemplo, desempeñarse efectivamente al trabajar colaborativamente con otros;
comunicarse por escrito y verbalmente de manera adecuada; aplicar en el
análisis de problemas propios de su área disciplinar, pensamiento crítico que
permita analizar el problema y buscar estrategias de solución.
Adicionalmente se analizaron también en esta área programas que combinan en un solo programa tanto competencias requeridas como genéricas, como
aquellas reconocidas como básicas (en el sentido disciplinar).
3.3.1. Razones de creación del programa
Del análisis realizado se desprende que es común la preocupación existente en la actualidad en las universidades exploradas, por apoyar que los
126
estudiantes desarrollen tempranamente sus capacidades para enfrentar adecuadamente los desafíos de la vida académica, principalmente en ámbitos que se
han relevado como esenciales. Así entonces, la mayoría de las instituciones
analizadas han incorporado de la mano de cambios curriculares, talleres o
tutorías ligados a apoyar el desarrollo de capacidades de autoaprendizaje, de
comunicarse y trabajar en equipo adecuadamente, así como también se aprecia
un fuerte énfasis en incentivar el desarrollo temprano de competencias que
han sido reconocidas como un “sello institucional” vinculadas a áreas como:
ciudadanía, emprendimiento, responsabilidad social.
Llama poderosamente la atención que otra de las causas que las instituciones reconocen como mayormente incidentes en su decisión de crear este
tipo de programas, alude a la baja confianza que se hace sobre la preparación
que en estas áreas puedan traer los estudiantes desde su ámbito de formación
previa (educación secundaria). En este sentido, también se aprecia que incrementalmente las instituciones están incorporando evaluaciones diagnósticas
en dimensiones no testeadas en la Prueba de Selección Universitaria (PSU),
para contar con información respecto del estado en que ingresan los estudiantes. En varios de los programas revisados, estas evaluaciones son la antesala
del programa implementado.
Otra razón esgrimida para la creación de estos programas se relaciona con
evitar la deserción provocada por problemas de vulnerabilidad emocional,
económica, vocacional que inciden en el rendimiento académico, que se produce en distintos estadios de la ruta formativa del estudiante. Claramente esta
razón puede ser inmediatamente relacionada con las demandas a nivel país hacia las universidades en el sentido de hacerse cargo de generar e implementar
estrategias que posibiliten que la mayor cantidad de estudiantes que ingresa a
una carrera se mantenga y la culmine con éxito.
Una consecuencia positiva directa que se espera de la intervención planteada desde reforzar el desarrollo de competencias genéricas, apunta a facilitar la
aprobación de asignaturas de primer año correspondientes a las ciencias básicas o ciencias humanas que habitualmente son reconocidas como “coladero”.
3.3.2. Objetivos
Se detectó que los objetivos que explicitan las instituciones perseguir con
este tipo de programas pueden sintetizarse en:
•
•
•
Mejorar el rendimiento académico de estudiantes que ingresan a primer
año (estilos de aprendizaje, metacognición, gestión del tiempo, desarrollo
personal, ciudadanía).
Apoyar a estudiantes que presentan problemas emocionales que pueden
incidir en su éxito académico.
Nivelar en “conocimientos” que se encuentran relevantes para áreas críticas de la carrera.
Para potenciar el logro de estos objetivos se desarrollan actividades como:
clases sobre estilos y estrategias de aprendizajes, sesiones individuales o co127
lectivas para apoyar en: comprensión lectora; manejo del estrés; oratoria; comunicación oral y escrita; ortografía y redacción; estrategias de aprendizaje;
técnicas y hábitos de estudio; autoestima.
3.3.3. Población objetivo
La población objetivo de estos programas está conformada esencialmente
por los estudiantes que ingresan a primer año de universidad y aquellos estudiantes que en el transcurso de su formación son identificados en riesgo por
las unidades, escuelas o instancias centralizadas de su institución.
3.3.4. Resultados esperados en los estudiantes
En relación con los resultados esperados declarados por las instituciones
aquí se advierte unanimidad en reconocer que ellos radican en que los estudiantes mejoren su desempeño académico (evitando deserción del sistema).
3.3.5. Duración del programa
Si bien se intentó identificar algún patrón de duración de programas a partir de las respuestas entregadas, finalmente ello no fue posible puesto que las
declaraciones van desde una semana hasta periodos permanentes en distintas
épocas del año.
3.3.6. Articulación del programa
Respecto de la vinculación intrauniversidad de los programas esta es
variada dado que las respuestas obtenidas van desde aquellas unidades responsables de los programas que declaran no vincularse con ninguna otra
instancia dentro de la institución, aun en aquellos casos en que se sabe de
esfuerzos similares en otras unidades de la universidad, hasta aquellos que
declaran manejar de manera centralizada todos los programas existentes en
estas líneas.
IV.PROGRAMAS DE APOYO ECONÓMICO
En este punto del capítulo se presenta una caracterización de los programas económicos de equidad, implementados por las universidades participantes del proyecto. En esta oportunidad participaron catorce universidades,
proporcionando información sobre diferentes iniciativas de equidad académica, económica, biopsicosocial e inserción laboral. En el ámbito de las ayudas
económicas se recopilaron 63 reportes de programas instalados por las universidades.
Para efectos del estudio, en la categoría de ayudas económicas se agruparon los programas a través de los cuales las instituciones proveen recursos
monetarios propios y servicios que contribuyen al financiamiento de los estudios de sus alumnos. Este tipo de beneficios replica y complementa las becas
128
y ayudas financieras provistas por el Estado5 para los estudiantes que ingresan
a la educación terciaria.
En necesario mencionar que la totalidad de los planteles incluidos en
el proyecto pertenece al Consejo de Rectores de Universidades Chilenas
(CRUCH) por lo que reciben financiamiento directo e indirecto del Estado,
pudiendo sus alumnos optar a una amplia oferta de becas y créditos estatales6. Estas universidades tradicionalmente han entregado ayudas económicas y
soportes a sus estudiantes.
Previo a la reforma de 1981 los recursos estatales cubrían mayormente los
presupuestos de las ocho universidades existentes. Como consecuencia de la
reforma, el aporte público a las universidades tradicionales se redujo de manera considerable y el costo del arancel de las carreras debió ser asumido directamente por las familias. El Estado direccionó entonces los recursos públicos
hacia la subvención de la creciente demanda de sectores tradicionalmente
excluidos de la educación terciaria. Las universidades, en tanto, respondieron
a la demanda del estudiantado para el acceso y permanencia a la educación superior, proveyendo subsidios arancelarios y soportes asistenciales.
A continuación se presenta una descripción de las iniciativas de equidad
económica7 de las universidades indagadas. En primer lugar se presenta una
clasificación de los programas reportados, seguidamente se analizan aspectos
relacionados con el origen de estas iniciativas abordando la antigüedad, las razones esgrimidas por las universidades para su implementación y los objetivos
perseguidos. Posteriormente, se describen aspectos asociados a la operación
de los programas, entre los que se encuentran las entidades encargadas de su
administración y el período de vigencia de los beneficios. Luego se aborda la
cobertura de las iniciativas económicas, las actividades de evaluación y la articulación de estos programas con otras iniciativas de apoyo a estudiantes vulnerables. Finalmente se presentan las principales conclusiones del diagnóstico
realizado.
Cabe agregar que para el estudio se solicitó información a los responsables directos de los programas en cada uno de los planteles lográndose una
amplia y oportuna respuesta de parte de las instituciones. No obstante, existió
heterogeneidad en los antecedentes reportados y disparidad en el nivel de
detalle de la información lo que restringió el análisis que se esperaba realizar. Esta situación podría deberse a dificultades de algunos planteles para
disponer de datos actualizados de sus beneficios y al período de extensión del
estudio que dificultó una indagación más prolongada y profunda de algunos
temas.
5
6
7
Estas ayudas consisten en créditos y becas otorgados por el Estado a estudiantes que ingresan a la educación terciaria. Las ayudas estudiantiles constituyeron el 42% de todos los aportes estatales a la educación superior en 2007. (MINEDUC, 2007).
Las universidades del CRUCH capturan el 74% del total de becas y créditos estatales (Latorre, González, Espinoza 2009).
Corresponde a 63 iniciativas reportadas por 13 de las 14 universidades participantes durante
la fase de recolección de información de este estudio.
129
4.1. Clasificación de programas de tipo económico
Los reportes económicos analizados corresponden al 39% del total de iniciativas de equidad8 presentadas por las universidades participantes del proyecto. De acuerdo al tipo de soporte provisto para los estudiantes, es posible
identificar tres categorías de programas de apoyo económico: los arancelarios,
las ayudas en dinero y los servicios de sustento.
Las ayudas arancelarias, están destinadas a subvencionar parcial o totalmente los costos de los aranceles. En esta categoría se registraron 21 programas que representan al 33% de las iniciativas económicas. Para la asignación
de estos beneficios las instituciones utilizan diversos criterios, tales como el
nivel socioeconómico del estudiante y el mérito académico, deportivo o artístico.
Las ayudas en dinero proveen recursos que contribuyen a solventar los
gastos asociados a los estudios universitarios y/o a mejorar las condiciones
de vida de los estudiantes durante la carrera. Estas iniciativas constituyen un
32% de los programas económicos, encontrándose entre ellas ayudas destinadas a solventar gastos de transporte, alojamiento, útiles, recursos para imprevistos (tales como problemas de salud o situaciones personales o familiares de
emergencia), y cuidado de menores (para los estudiantes con hijos).
Cabe señalar que se identificaron dos formas diferentes de provisión de
este tipo de beneficios. La primera, consiste en una beca que no requiere de
devolución del aporte entregado. La segunda, opera bajo la modalidad de
préstamos e implica la restitución por parte del beneficiario de los recursos
proporcionados. La información disponible no hace mayor referencia a las
modalidades de devolución de los préstamos, desconociéndose si efectivamente el estudiante debe devolver el monto total o parcial del dinero y en qué
período de tiempo realizará la devolución.
Finalmente, los servicios de sustento son provistos y administrados por
las propias universidades y constituyen el 35% del total de los programas
económicos. En este grupo se encuentran los servicios de alimentación, alojamiento y, en menor proporción, el cuidado de menores. Se observa entonces
que numerosas instituciones mantienen comedores para los alumnos, cuentan
con residencias para acoger a estudiantes provenientes de regiones o localidades alejadas, y han implementado salas cuna y jardines infantiles para el cuidado de los hijos de los estudiantes.
En la tabla 1 se muestra la distribución de los programas de apoyo económico según la clasificación mencionada.
8
130
En la recopilación de las iniciativas institucionales de equidad, se consultó además por las de
tipo académico, biopsicosocial y de inserción laboral, las que son objeto de análisis en otros
capítulos de esta publicación.
TABLA 1
Clasificación de programas de apoyo económico
Clasificación
Ayudas
Arancelarias
(33%)
Subclasificación
Brecha Fondo Solidario
Mérito académico
Mérito Deportivo
Discapacidad
Mérito Cultural
Escasos recursos
Escasos recursos de último nivel
Etnia
Expiración fondo solidario
Mérito académico, deportivo, escasos
recursos
Ayudas en
dinero
(32 %)
3
4,8%
3
2
2
1
1
1
1
1
6,3%
4,8%
3,2%
3,2%
1,6%
1,6%
1,6%
1,6%
1,6%
1
1,6%
En dinero (sin devolución)
16
25,4%
Imprevistos
3
4,8%
Sin fondo solidario
Trabajo
Alojamiento
Alojamiento, movilización y
materiales
1
5
2
1
1
1,6%
7,9%
3,2%
1,6%
1,6%
Cuidado de menores
1
1,6%
Libre disposición
1
1,6%
Emergencia
Útiles, alojamiento, jardín infantil
Préstamos con devolución
Imprevistos
Alimentación, alojamiento e
imprevistos
Total
Proporción
4
Proveniencia geográfica
Alimentación
Servicios de
sustento
(35 %)
Frecuencia
Materiales de estudio
Alimentación
Alojamiento
Cuidado de menores
1
1
4
2
1
1
10
8
4
63
1,6%
1,6%
6,3%
3,2%
1,6%
1,6%
15,9%
12,7%
6,3%
100%
131
Los antecedentes presentados en la tabla muestran que los soportes económicos institucionales se distribuyen homogéneamente en las tres principales categorías definidas con anterioridad. Dentro de las ayudas arancelarias
destacan por su incidencia las destinadas a suplementar los créditos estatales
(Fondo de Crédito Solidario)9. En la categoría de ayudas en dinero la más
frecuente es la que provee recursos a los estudiantes que colaboran en tareas
administrativas dentro de la universidad. Finalmente, en los servicios de sustento la mayoría corresponde a alimentación y alojamiento.
4.2. Razones de creación
La mayoría de las universidades asocia la creación de estos programas a
las necesidades de estudiantes en condiciones socioeconómicas desfavorables
que requieren soporte para financiar los aranceles y/o costear gastos relacionados con sus estudios.
Es importante destacar que otra de las razones indicadas con frecuencia,
por los responsables de los programas, es la necesidad de entregar apoyos a
alumnos provenientes de localidades diferentes o alejadas de la institución,
como es el caso de las ayudas para alojamiento10.
Existe otro grupo menor de programas cuya creación se puede asociar a
una determinación institucional por incentivar la incorporación de estudiantes
con atributos específicos. Para ello han generado becas y definido reducciones
arancelarias dirigidos alumnos destacados (ya sea en el ámbito académico,
artístico o deportivo). En este grupo se registran también algunas iniciativas
de acción afirmativa hacia estudiantes con discapacidad y pertenecientes a
minorías étnicas. Llama la atención que existen programas en los que la situación socioeconómica del alumno no es un elemento gravitante para otorgar el
beneficio.
Cabe mencionar que ninguna institución manifiesta disponer de evaluaciones diagnósticas de las necesidades del estudiantado que justifiquen empíricamente la creación de los programas de ayuda económica.
4.3. Objetivos
A través de las ayudas económicas las instituciones pretenden contribuir
al acceso y/o permanencia de los estudiantes en la educación superior, entregando ayudas para pago de arancel y otros aportes en recursos o servicios
que contribuyen a satisfacer necesidades básicas y solventar gastos en los que
incurren los alumnos durante su carrera. Además, aspiran colateralmente a
disminuir la deserción y el tiempo de permanencia de los estudiantes en las
9
10
132
El Fondo de Crédito Solidario entregado a un estudiante no siempre cubre el total del arancel
de la carrera, por esta razón las universidades destinan recursos propios para financiar, a través de créditos institucionales, la porción del arancel no cubierta con el crédito estatal.
Según los antecedentes recabados un 25% de los programas se han destinado a estudiantes
provenientes de localidades distantes al lugar de estudios.
carreras, al aminorar los riesgos de abandono de la educación superior por
causales económicas. Sin embargo, no existen evidencias que permitan corroborar el logro de estos propósitos. Tampoco se encontraron evidencias de
mecanismos económicos institucionales que promuevan la titulación oportuna.
Esta situación también se replica a nivel de los aportes estatales al sistema
terciario. Una investigadora señala que las ayudas públicas buscan entregar
recursos a quienes no pueden pagar el arancel o solventar los diversos gastos
que la educación superior implica y que no existen becas públicas orientadas
a mejorar indicadores de eficiencia interna del sistema, como la retención o la
deserción (Claro, 2005)11.
En el caso de las acciones afirmativas focalizadas en estudiantes talentosos, las universidades expresan la intencionalidad de promover la práctica de
deportes y la actividad artística. Asumen además, que estos estudiantes contribuirán a través de sus logros al fortalecimiento del prestigio institucional.
4.4. Iniciación de los programas
Al analizar la evolución de las iniciativas según la fecha de su implementación, se observa que coexisten programas de muy larga data, creados hace
cuatro décadas, con programas cuya iniciación es más reciente.
tabla 2
Antigüedad de los programas de tipo económico
Antigüedad
Frecuencia
Proporción1
80’s
15
25 %
70’s
90’s
2000’s*
11
14
19
19 %
24 %
32%
Nota: A partir de los 63 reportes revisados, se obtuvo información válida para 59 casos.
* Último programa creado en 2007
La tabla 2 muestra que un 19% de los programas fueron creados en la
década de los 70, estas iniciativas se orientaron fundamentalmente a proveer
servicios y solventar gastos básicos de mantención del estudiantado. Los
orígenes de estas ayudas coinciden con la gratuidad de la educación superior
11
Claro, M. (2005). Acción Afirmativa. Hacia democracias Inclusivas. Fundación Equitas.
Santiago. pp. 139-170.
133
existente en este período en el país. En esos años las instituciones no tenían
que enfrentar una creciente demanda de ayudas arancelarias por parte de los
estudiantes, atendiendo preferentemente requerimientos de sustentación.
Durante la década de los 80, fue implementado el 24% de los programas,
registrándose las primeras iniciativas de exención o reducción arancelaria. En
esta etapa se iniciaron profundas transformaciones en la educación superior
chilena que implicaron cambios en los patrones de financiamiento, la expansión y diversificación del sistema y el crecimiento sostenido de la matrícula
terciaria.
Durante la década de los 90 se registran 14 programas (24%). Se identifican las primeras becas arancelarias para grupos focalizados de alumnos, cuyo
acceso es promovido por la institución (becas de mérito cultural y etnia). Asimismo, surgen los primeros programas que abordan situaciones de expiración
del crédito universitario entregado por el Estado.
La mayor proporción de programas de apoyo económico (32%) se inicia
a partir del año 2000. En este período se observa una presencia significativa
de las ayudas arancelarias, destacando algunas iniciativas destinadas a cubrir la brecha entre el arancel real y el arancel de referencia12. También se
registra un incremento significativo de las ayudas destinadas al cuidado de
menores.
Los antecedentes recopilados muestran que los programas creados en la
década del 70 y 80 se focalizaban en el apoyo a necesidades de alimentación,
alojamiento y dinero, es decir, necesidades básicas de sustentación. A partir
de la década del 90, surgen acciones afirmativas focalizadas en grupos de estudiantes que las instituciones definen favorecer en el acceso y permanencia, y
en los cuales la condición socioeconómica no es necesariamente un requisito
determinante para la obtención del beneficio. Finalmente, a partir del año
2000 es más marcada la presencia de las ayudas arancelarias y aparecen programas que reconocen nuevos atributos que afectan potencialmente la permanencia de los estudiantes, tales como la paternidad.
4.5. Principales actividades de los programas
Las actividades desarrolladas en el marco de los programas de equidad
económica se relacionan principalmente con la administración y gestión de
los beneficios (difusión del programa, organización de proceso de postulación,
evaluación de antecedentes, selección y asignación de beneficios, y proceso de
renovación de los beneficios). En aquellos casos que el programa implica la
provisión de un servicio, los planteles asumen la administración de comedores, residencias estudiantiles, salas cuna y jardines infantiles.
12
134
El Arancel de Referencia fue instituido en el año 2005 por el MINEDUC con el fin de evitar
un alza indiscriminada de los aranceles por parte de las instituciones y, por tanto, de los
aportes requeridos para becas y créditos. Para ello se fijó un arancel de referencia que establece el aporte máximo que el Estado realizará a cada institución.
4.6. Instancia organizacional donde se gestiona el programa
Prácticamente la totalidad (95%) de los programas de equidad de carácter
económico es gestionada por unidades organizacionales que pertenecen a la
administración central de las instituciones y están alojadas en las áreas encargadas de atender los asuntos estudiantiles.
Una proporción minoritaria es administrada desde entidades externas
(fundaciones) o por unidades académicas específicas, en conjunto con la administración central.
4.7. Población objetivo
La mayoría de las iniciativas de apoyo económico (87%), atiende a estudiantes de condición socioeconómica desventajosa. De estas, la mitad se
concentra exclusivamente en los quintiles I, II y III y la otra mitad contempla
además la entrega de beneficios a alumnos que pertenecen al IV y V quintil.
Es necesario precisar, no obstante, que la proporción de alumnos beneficiados
de los quintiles superiores es significativamente menor.
De los programa centrados en la condición socioeconómica, un 32% están
destinados además a alumnos que provienen de zonas alejadas al plantel; el
8% se focaliza en alumnos con mérito académico; un 8% son programas dirigidos a alumnos que tienen hijos en edad preescolar; el 4% está destinado especialmente a alumnos que se encuentran en los últimos niveles de la carrera
y un 2% está centrado en alumnos con mérito deportivo.
A partir de estos antecedentes se podría inferir una tendencia por parte de
las instituciones de ir ampliando la cobertura de los beneficios hacia los estudiantes de los quintiles IV y V que no acceden a becas y beneficios financiados con instrumentos públicos. Asimismo, existiría un esfuerzo por dirigir las
ayudas a un espectro más amplio de estudiantes, reconociendo diversidad de
necesidades y otras carencias económicas.
4.8. Cobertura
En la consulta realizada a las instituciones, se solicitó antecedentes del
número de alumnos favorecidos con las ayudas económicas y datos de cobertura de cada programa, entendida como la proporción de beneficiados en relación a la población objetivo.
Los antecedentes recabados indican que en las universidades coexisten
programas que atienden a un número muy reducido de beneficiarios (menos de
diez) con aquellos que favorecen a grupos más numerosos de alumnos (más de
cien por institución). En el primer caso se trata mayormente de acciones afirmativas focalizadas en estudiantes con características especiales (deportistas,
alumnos discapacitados y otros); mientras que en el caso de las ayudas que
atienden a sectores más amplios del estudiantado se encuentran las becas de
alimentación y las becas y préstamos destinados a cubrir la brecha de Fondo
Solidario.
135
No obstante, se debe hacer notar que la información provista por las universidades en este ítem fue incompleta y muy dispersa lo cual impidió realizar
un dimensionamiento real de la cobertura e impacto en la población estudiantil de cada uno de los planteles.
4.9. Período de aplicación y tiempo de vigencia de las ayudas
La mayoría de los programas (85%) tienen un ciclo de aplicación anual,
esto significa que los estudiantes acceden al beneficio año a año, debiendo renovarlo, en la mayoría de los casos a comienzos del período lectivo siguiente.
Una proporción menor de los beneficios se otorga semestralmente (12%). Solo
un 3% de los programas contemplan la entrega de préstamos o ayudas para
imprevistos, que se aplican en situaciones de emergencia.
Solo la mitad de las instituciones proporcionaron antecedentes sobre el
tiempo de vigencia, entendido como el plazo durante el cual el estudiante
mantiene el beneficio económico. La información disponible, muestra que en
un 52% de los programas el beneficio es otorgado por todo el período de extensión del plan de estudios. En el 23% de los casos las ayudas son provistas
mientras el estudiante conserva la condición de alumno regular. Finalmente en
un 16% de los casos las ayudas están acotadas a un período determinado: un
semestre, un año, dos años.
De los programas acotados en el tiempo, dos se destinan a ayudas arancelarias para estudiantes de últimos niveles de la carrera que han perdido la ayuda del Fondo Solidario. Existe otro programa que otorga un crédito temporal
para pago de arancel a alumnos que no obtuvieron crédito estatal, mientras se
gestiona otra alternativa de financiamiento del arancel.
4.10. Evaluación de los programas
En el estudio se consultó por la existencia de actividades de monitoreo y
de evaluaciones del logro de objetivos de las iniciativas de equidad. Solo el
32% de los responsables de los programas, indicó explícitamente que se realizaba algún tipo de acciones de evaluación o seguimiento. De ellos, la mayoría
refiere efectuar evaluaciones internas de la marcha del programa que consisten
fundamentalmente en el registro del número de beneficios asignados, el monitoreo de los gastos y de los recursos disponibles. Solo en un caso se detectó la
presencia de una evaluación de satisfacción por parte de los usuarios. Llama
la atención además que solo un programa fue evaluado por una entidad externa a la institución.
A partir de estos antecedentes se puede inferir que las universidades no
han logrado implementar mecanismos de seguimiento y evaluación de los
resultados e impactos de los beneficios económicos otorgados. Esta situación
impide dimensionar la pertinencia de las ayudas entregadas y dificulta el
eventual reenfoque o redistribución de los recursos y beneficios en estudiantes
con nuevas demandas o necesidades especiales. Al no disponer de evaluaciones diagnósticas se estaría limitando también la generación de acciones de
mejoramiento de los programas implementados.
136
4.11. Articulación con otras iniciativas de equidad
Una proporción significativa (62%) de las iniciativas de ayuda económica
institucional tiene articulación con otros programas. Se entiende por articulación, en este contexto, a la vinculación de la ayuda económica otorgada por
la institución con otros programas de apoyo estudiantil internos o externos al
plantel. En el ámbito de la articulación se pretendió detectar la presencia de
relaciones de complementariedad o exclusión entre programas.
De los antecedentes recabados se pudo constatar que de los programas
que se encuentran articulados, un 46% se complementa con otras ayudas económicas, ya sea de la misma universidad o con alguna beca otorgada por el
Estado. Por otro lado, un 44% de las ayudas económicas son incompatibles
con otros beneficios y el 10% es complementaria con algunos beneficios e incompatible con otros.
Sin embargo, no se encontraron evidencias de integraciones con
mecanismos de apoyo estudiantil de otra índole, que no fuese la económica,
lo que estaría indicando que las instituciones no han generado mecanismos
de articulación de diferentes tipos de ayudas dirigidas a los alumnos de condiciones desventajosas, atendiendo de forma fragmentada y reduccionista las
demandas de estos sectores.
Estos resultados son coincidentes con los hallazgos de una investigación
sobre retención de alumnos vulnerables en la educación universitaria chilena,
en la cual se señala que las instituciones concentran gran parte de sus esfuerzos en entregar soportes económicos a los estudiantes vulnerables, no entendiéndose a cabalidad las otras necesidades de carácter académico, cultural y
social que tienen estos estudiantes. Las autoras del estudio concluyen que los
esfuerzos económicos de las instituciones no se enmarcan dentro de una estrategia o política de bienestar estudiantil (De los Ríos, Canales, 2009)13.
V. PROGRAMAS BIOPSICOSOCIALES
La cantidad de iniciativas de equidad de tipo biopsicosocial reportadas
por las universidades del Grupo Operativo asciende a 31, correspondiente al
19% del total de programas presentados por las instituciones participantes.
Al analizar la naturaleza de los programas biopsicosociales, estos fueron
subclasificados en 3 tipos: a) conductas de autocuidado, b) atención médica
y dental y c) asistencia psicológica. De estos, las iniciativas relativas a conductas de autocuidado representan un 64,5% de los programas recabados. En
tanto, los programas de atención médica y dental representan un 19,4% y los
de asistencia psicológica un 16,1%.
Dentro de los programas asociados a la promoción de conductas de autocuidado, se detectó una gran diversidad de necesidades y/o problemáticas
13
De los Ríos, D. y Canales. A. (2009). Retención de estudiantes vulnerables en la educación
universitaria chilena, en Revista Calidad de la Educación Nº 30, Consejo Superior de Educación. 2, 50-83.
137
abordadas en estos. Al respecto se destacan la promoción de la salud sexual,
la prevención del consumo de alcohol y drogas y la promoción de estilos de
vida saludable en alimentación y deportes.
5.1. Razones de creación
En general, es posible observar que las universidades analizadas adoptaron diversas medidas para tomar la decisión de generar este tipo de programas. En este sentido, algunas de las universidades señalaron razones
debidamente justificadas para su creación, como por ejemplo, la aplicación
de instrumentos de evaluación inicial, encuestas a estudiantes y otros tipos de
instrumentos con fines diagnósticos, mientras que en otros casos no se expresó
con claridad cuáles fueron las causas que les dieron origen; sin embargo, se
asocian principalmente a la percepción de una problemática particular que se
pretende subsanar de alguna manera a través de medidas concretas.
Las principales razones de creación de los programas que promueven conductas de autocuidado en los estudiantes se relacionan con:
•
•
•
En el ámbito de la salud sexual: la detección de embarazos no intencionados, aumento de enfermedades de transmisión sexual (VIH SIDA y otras),
escaso conocimiento sobre métodos anticonceptivos en la población estudiantil, y disminución de la deserción estudiantil producto de la maternidad.
En el ámbito del consumo de alcohol y drogas: observación de conductas de abuso del consumo de alcohol y drogas en los estudiantes, alto
porcentaje de estudiantes con escasos recursos económicos, falta de
redes de apoyo y necesidad de prevenir el consumo al interior de las instituciones.
En el ámbito de la alimentación y deportes: hábitos inadecuados de alimentación, problemas de obesidad mórbida, aumento de vida sedentaria,
constatación de riesgo cardiovascular en estudiantes y falta de organización de actividades deportivas y recreativas para la comunidad universitaria.
Respecto a las razones de creación de los programas dirigidos a la atención médica y dental, estas se relacionan principalmente con: a) la necesidad
de atender demandas específicas de salud primaria de los estudiantes y en algunos casos de toda la comunidad universitaria, b) apoyar a los estudiantes en
su desempeño académico a través de la promoción de la salud física y mental
y c) solventar gastos asociados a problemáticas de salud específicas o situaciones de emergencia.
En cuanto a las principales razones por las cuales se originan los programas de asistencia psicológica, estas se relacionan con la identificación de
ciertas problemáticas de tipo psicológico que interfieren en el rendimiento
académico y calidad de vida de la población estudiantil, tales como: a) detección de trastornos prevalentes de salud mental, principalmente depresión
y estrés, b) aumento de la demanda de atención psicológica por parte de los
138
estudiantes y c) detección de casos de alumnos que han sido o son víctimas
de violencia.
5.2. Año de creación
Con relación al año de creación de los programas de equidad de tipo biopsicosocial, cabe destacar que los programas de atención de salud médica y
dental son los que presentan mayor antigüedad al interior de las instituciones
consultadas, generándose la mayoría de los casos, entre los años 1960 y 1970.
En tanto, los programas enfocados a la promoción de conductas de autocuidado en general y la asistencia psicológica, tienden a generarse en la última
década, con un gran incremento a partir del año 2007.
Un factor que pudo haber influido en alguna medida en esta tendencia
–y en la diversificación de otros tipos de programas– es la situación política
vivida en el país, en donde a principios de los 70 se fomentaba la equidad y
la igualdad en las universidades, y dada la gratuidad de estas, se abría la posibilidad de educación para las clases sociales más desventajadas, que poseían
menor acceso a la atención médica y dental, por ejemplo.
En los años siguientes, debido a la reforma posterior al régimen militar
y la disminución del aporte estatal, pudo verse estancada en alguna forma la
creación de nuevos programas de ayuda para los estudiantes, principalmente
porque las universidades tuvieron que comenzar a generar nuevos recursos.
Desde los años 90 y principalmente desde el año 2000 en adelante, el aumento
de la población estudiantil convocó la apreciación de nuevas problemáticas
biopsicosociales y por ende la creación de iniciativas dispuestas a dar soluciones a estas14.
Respecto a lo anterior, las nuevas necesidades y/o problemáticas detectadas no pueden ser desatendidas por las universidades, ya que se ha constatado
que inciden en mayor o menor medida en la permanencia, desempeño académico y calidad de vida estudiantil.
Asimismo, la población de estudiantes que accede actualmente a la educación superior ha tenido un gran incremento en el último tiempo y esto ha
generado a su vez una gran diversificación de las características de ingreso
que presentan los estudiantes. Desde 1980, la matrícula ha experimentado un
crecimiento muy acelerado, pasando de cien mil estudiantes a más de ochocientos mil en el año 2008. Este crecimiento influyó en la generación de nuevos programas y acciones, dado que el universo económico del cual provenían
estos estudiantes se amplificó.
14
Informe sobre la Educación Superior en Chile 1980 – 2003. Disponible en www.unesco.org.
139
5.3. Objetivos de los programas
En relación a los objetivos que persiguen los programas biopsicosociales enfocados a la promoción de conductas de autocuidado es posible
mencionar:
a) En el ámbito de la salud sexual:
• Educar a la población estudiantil en temáticas asociadas a la salud
sexual y reproductiva.
• Prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión
sexual en la población estudiantil.
• Constituir redes de apoyo para los estudiantes.
b) En el ámbito del consumo de alcohol y drogas:
• Entregar información sobre efectos negativos del abuso en el consumo de alcohol y drogas.
• Integrar a la comunidad universitaria en la prevención del consumo de
alcohol y drogas.
• Disminuir los niveles de consumo de alcohol y drogas en los estudiantes.
c) En el ámbito de la alimentación y deportes:
• Promover estilos de vida saludables a través de una alimentación
equilibrada y el desarrollo de actividades deportivas y recreativas para
los estudiantes.
• Crear espacios de participación para la comunidad universitaria a través de actividades deportivas y recreativas.
• Adquirir y reforzar habilidades de autocuidado e interpersonales.
En particular, en esta subcategoría se presentan algunos programas
de autocuidado cuyos objetivos están asociados a la prevención del
riesgo cardiovascular y la disminución del índice de masa corporal en
estudiantes con problemas de obesidad o sobrepeso.
En relación a los objetivos que buscan los programas biopsicosociales enfocados a la atención médica y dental es posible mencionar:
•
•
•
Brindar atención primaria en salud a los estudiantes y/o comunidad universitaria en general, en horarios compatibles con sus actividades académicas.
Otorgar atención médica general y de especialidad.
Ayudar a solventar gastos asociados a problemáticas de salud, mediante
préstamos en dinero para resolver situaciones de emergencia y/o la generación de convenios con entidades relacionadas a la asistencia en salud
tales como: farmacias, laboratorios, ópticas u otros.
En relación a los objetivos que persiguen los programas biopsicosociales
dirigidos a la atención psicológica es posible mencionar:
140
•
•
•
•
Favorecer el bienestar y salud mental de la población estudiantil.
Prevenir trastornos psicológicos, especialmente depresión y estrés.
Otorgar atención primaria en salud mental.
Generar redes de apoyo.
Al analizar los principales objetivos que detentan los distintos tipos de
programas biopsicosociales, se destacan como objetivos comunes los siguientes: promover el mejoramiento de la calidad de vida estudiantil para
favorecer la permanencia de estos en el sistema universitario, prevenir conductas de exceso que podrían generar y/o aumentar la deserción del sistema
por parte de los estudiantes, y atender necesidades y/o problemas específicos
de salud de la población estudiantil que presenta ciertos síntomas de vulnerabilidad.
También es destacable que este tipo de programas fomenta, en gran medida, la creación de redes de apoyo para los estudiantes a los que se dirigen,
generando además interrelaciones entre la comunidad universitaria en general.
Estas relaciones contribuyen a la integración y sensibilización de los distintos
actores y a mejorar progresivamente la atención de necesidades actuales que
presentan los estudiantes y prever demandas potenciales a futuro.
Englobando los aspectos anteriormente mencionados, es destacable que
las universidades progresivamente estén poniendo mayor atención a lograr el
bienestar de la población estudiantil, situación que se convierte en el propósito principal de este tipo de programas, en el entendido que la oferta de servicios al interior de las instituciones se enfoca a fomentar y resguardar la salud
y desarrollo integral de los estudiantes durante su proceso formativo, aportando a su permanencia en el sistema universitario.
5.4. Actividades principales de los programas
Entre las principales actividades que se realizan en los programas de apoyo biopsicosocial enfocados a la promoción de conductas de autocuidado es
posible mencionar:
a) En el ámbito de la salud sexual:
• Generación y entrega de material educativo a los estudiantes sobre
temáticas asociadas a la sexualidad (trípticos, dípticos, afiches, web,
otros).
• Intervenciones individuales y grupales con alumnos a través de la realización de talleres de orientación.
• Aplicación de instrumentos de medición de aspectos relativos a la salud sexual de los estudiantes.
• Realización de foros virtuales y presenciales donde se comparten/discuten temáticas de sexualidad con participación de expertos.
• Realización de talleres de prevención de conductas de riesgo para capacitar a jóvenes como monitores.
Solo en un caso, se reporta la aplicación del test de “ELISA” en los
estudiantes.
141
b) En el ámbito del consumo de alcohol y drogas:
• Realización de actividades individuales y grupales tales como talleres,
charlas, seminarios, campañas y otros enfocados a la prevención del
consumo de alcohol y drogas.
• Capacitación de estudiantes monitores para que realicen actividades
de prevención con el resto de la comunidad universitaria.
• Realización de encuestas de calidad de vida.
c) En el ámbito de la alimentación y deportes:
En este ámbito es posible distinguir actividades que en gran parte se realizan no solo para la población estudiantil, sino para toda la comunidad
universitaria, tales como:
•
•
•
•
Realización de actividades deportivas, recreativas y artísticas.
Realización de talleres, charlas, seminarios, foros, ferias, muestras.
Participación en competencias deportivas.
Capacitación de monitores en alimentación saludable.
En un caso, se reporta la implementación de un casino saludable, talleres
de cocina y actividades de pausa activa para toda la comunidad universitaria.
Respecto de las actividades que se realizan para una población estudiantil
específica en este ámbito (estudiantes con sobrepeso u obesidad) se destacan:
•
•
•
Diagnóstico/pesquisa que incluye aplicación de encuesta nutricional, evaluación antropométrica inicial y de control, y solicitud de exámenes complementarios.
Entrega de pauta de alimentación saludable.
Programación de actividades físicas.
En general, es posible observar que la mayoría de las acciones que realizan las universidades para promover conductas de autocuidado y prevenir
ciertas problemáticas en la comunidad estudiantil, a través de cualquiera
de los tres ámbitos mencionados anteriormente, hacen referencia a la labor
educativa/preventiva que asumen las instituciones involucradas, con el fin
de aminorar efectos desfavorables o dañinos para la vida y desarrollo de los
estudiantes durante su proceso formativo. Solo en algunos casos, las acciones
que se realizan a través de este tipo de programas se dirigen a la atención
directa de problemáticas específicas que presentan los estudiantes tales como
problemas de obesidad, embarazos no intencionados, consumo de sustancias,
entre otros.
En relación a las actividades que realizan los programas biopsicosociales
enfocados a la atención médica y dental se pueden mencionar las siguientes:
•
•
142
Atención en medicina general y especialidades.
Atención en odontología general y especialidades.
•
•
Atención en psiquiatría y psicología.
Entrega de préstamos de emergencia.
En relación a las actividades que realizan los programas biopsicosociales
enfocados a la asistencia psicológica es posible mencionar:
•
•
•
•
Realización de talleres educativos y de socialización de experiencias.
Psicoterapia individual.
Difusión de material educativo.
Diagnóstico mediante encuestas.
Solamente en una universidad, se reporta la realización de visitas domiciliarias.
En general, las actividades que realizan los programas se manifiestan en
la entrega de información a través de medios escritos (afiches, folletería, página web, etc.) y orales (talleres, charlas, seminarios, otros). Particularmente
se puede observar que en los programas de atención médica y dental y en los
programas destinados a la atención psicológica, existe una relación más directa y personalizada con los estudiantes, debido esencialmente a la naturaleza de
las necesidades a abordar.
Un aspecto que llama la atención sobre la declaración de objetivos y
actividades que reportaron las universidades que integran el presente diagnóstico, dice relación con las dificultades que existen para determinar y
diferenciar claramente lo que corresponde a objetivos perseguidos por los
programas y las actividades que son necesarias de implementar para alcanzar
dichos objetivos. Esto fue detectado en la gran mayoría de los programas
biopsicosociales analizados, lo cual dificultó a su vez el análisis global de
estos contenidos.
5.5. Resultados esperados
En general, a partir del análisis de los resultados esperados expresados en
los programas enfocados a la promoción de conductas de autocuidado en los
tres ámbitos detectados (salud sexual, consumo de alcohol y drogas, y alimentación y deportes) es posible mencionar los siguientes:
•
•
•
•
•
•
•
Menor tasa de estudiantes con problemas dentro de los ámbitos señalados.
Estudiantes con hábitos saludables.
Aumento de estudiantes y comunidad universitaria en general que participa en actividades deportivas.
Estudiantes con conocimientos sobre hábitos saludables.
Estudiantes que participan en los talleres programados.
Estudiantes con mejores resultados académicos.
Redes de apoyo conformadas.
Se reportan también resultados esperados más específicos que atañen a
una población de estudiantes determinada, tal como se señala a continuación:
143
•
Estudiantes con menor índice de masa corporal.
Dentro de los resultados esperados en el ámbito de la promoción del autocuidado, se observa una tendencia por parte de las universidades implicadas a
intentar disminuir el número de estudiantes que presenta algún tipo de problema o dificultades asociadas, ya sea a cometer conductas de riesgo en el ámbito
sexual, a abusar de sustancias, principalmente alcohol y drogas, y/o a mantener estilos de vida perjudiciales para la salud.
Por otra parte, se observa una tendencia a tratar de aumentar el número
de estudiantes con conocimientos sobre hábitos de cuidado personal y participación en actividades de socialización y recreativas ofrecidas por la institución.
En muy pocos casos se expresa como resultado esperado que los estudiantes mejoren sus resultados académicos, lo cual resulta interesante de analizar
si se considera que estos programas –teniendo presente su naturaleza biopsicosocial– contribuyen al logro de la permanencia de los estudiantes en el
sistema universitario, y potencialmente, a mejorar su rendimiento académico
al cubrir ciertas necesidades básicas.
No obstante las declaraciones recabadas, resulta preocupante que las
instituciones consultadas no declaren indicadores explícitos para la medición
de sus resultados esperados. Se podría suponer que las instituciones actúan
bajo la hipótesis de que la mera existencia e implementación de este tipo de
programas, genera ciertos resultados favorables en la población a la que se
dirigen. Este supuesto es consistente con la carencia de mecanismos de evaluación y seguimiento de la mayoría de los programas analizados, lo que se
verá más adelante.
Con relación a los resultados esperados que declaran los programas biopsicosociales enfocados a la atención médica y dental es posible mencionar:
•
•
•
Estudiantes atendidos en sus necesidades.
Estudiantes y comunidad universitaria satisfechos con la atención en salud.
Factores de riesgo de deserción minimizados.
Los resultados esperados de este tipo de programa se asocian por una parte, al aumento de la cobertura de atenciones en los servicios de salud respectivos, donde en algunos casos se otorga una mayor variedad de prestaciones.
Por otro lado, un resultado esperado dice relación con la satisfacción de los
usuarios con respecto a la atención y el servicio recibido por la unidad correspondiente. Este resultado esperado es uno de los pocos que presenta algún
tipo de evaluación dentro de los programas, lo que se observará más adelante.
Un último punto que se destaca como resultado esperado en las universidades es la disminución de factores de riesgo asociados a la salud física y que
pueden producir deserción universitaria, resultado directamente asociado a la
permanencia de los estudiantes en el sistema.
En relación a los resultados esperados declarados por los programas biopsicosociales enfocados a la asistencia psicológica es posible mencionar:
144
•
•
•
•
•
•
•
Estudiantes de primer año con acceso a información.
Estudiantes que asisten a reuniones.
Estudiantes que se integran al curso normal de formación universitaria.
Redes de apoyo conformadas.
Estudiantes con acceso a atención individual.
Estudiantes con mejor salud mental.
Factores de riesgo disminuidos.
Respecto a lo señalado anteriormente, se puede apreciar una mayor diversificación de expresiones, lo cual podría implicar que en el ámbito psicológico
existe una mayor amplitud sobre lo que esperan las instituciones como resultado de la implementación de programas de apoyo psicológico.
5.6. Población objetivo
El 65% de los programas biopsicosociales tiene como población objetivo
estudiantes de pregrado, un 26% incluye a los de postgrado y un 10% a toda
la comunidad universitaria, es decir, incluye académicos y funcionarios. De
los programas asociados al pregrado, un 45% de estos se dirige a poblaciones
específicas, entre las cuales se presentan estudiantes con problemas de obesidad, embarazadas, estudiantes con estrés, depresión, entre otros. El 55% de
los programas enfocados al pregrado no diferencia poblaciones específicas de
estudiantes para prestar sus servicios, sino que la oferta es abierta.
Cabe destacar que los programas biopsicosociales han ampliado su cobertura, integrando en algunos casos no solo a la comunidad de estudiantes de
pre y postgrado, sino también a académicos y funcionarios, aunque en menor
medida. Esta apertura hacia otros grupos objetivos podría estar determinada
por la fuerte interrelación que existe entre el concepto de equidad y de responsabilidad social, ya que este último implica asumir, reconocer y aceptar los resultados sociales derivados del propio quehacer, y por ende, hacerse cargo de
injusticias y faltas existentes en la sociedad. De esta manera, al incluir a otros
grupos en programas de apoyo, y que a su vez forman parte de la universidad,
se están reconociendo determinadas falencias que es necesario cubrir adecuadamente15.
Del análisis se desprende que mayoritariamente, los programas biopsicosociales son programas abiertos a la comunidad estudiantil donde las universidades no interponen condiciones asociadas a factores económicos para el
acceso a este tipo de programas, cambiando el concepto de equidad asociado
al nivel socioeconómico y relacionándolo más bien a condiciones de vulnerabilidad generales.
15
Responsabilidad Social: Concepto y Desarrollo. Disponible en www.rsu.cl
145
5.7. Administración
Los programas de índole biopsicosocial, en su mayoría (90%) son administrados por unidades administrativas asociadas a asuntos estudiantiles, ya
sean Vicerrectorías, Direcciones o similares. Tan solo una de las universidades consultadas reporta un programa que es administrado por la Dirección de
Docencia, otros dos programas son gestionados por facultades y un programa
no especificó a qué instancia administrativa correspondía.
La gran concentración de los programas de índole biopsicosocial en las
unidades de asuntos estudiantiles, podría evidenciar una preocupación por
parte de las universidades de integrar en su estructura orgánica, instancias
establecidas que actúen permanentemente en favor de la equidad estudiantil.
5.8. Financiamiento
Se observó que un 58% de los programas recabados no entregó información respecto a la inversión de recursos para su implementación. De esto es
posible inferir que los encargados de los programas no estaban habilitados
para la entrega de esta información o bien no contemplan un presupuesto programado, lo cual, de ser cierto, resulta alarmante, considerando la gran cantidad de programas existentes al interior de las universidades. Por otra parte,
uno de los programas declaró no contar con financiamiento, y otros dos, que
este no era posible de cuantificar.
La falta de información reportada sobre el financiamiento de los programas da cuenta de un aspecto de suma relevancia y que ha sido poco
abordado por las instituciones consultadas. Si se considera como foco de
acción el aseguramiento de la calidad de los procesos asociados al quehacer
universitario, es necesario que para toda iniciativa que sea creada, ya sea de
equidad u otro tipo, se estimen costos y recursos asociados a su implementación.
De los programas que entregaron información sobre este aspecto, un
10% de ellos reportó un financiamiento menor a 13 millones anuales, un
19% se encontraba entre los 20 y 70 millones y tan solo un programa declaró un financiamiento de más de 400 millones. Se destaca que los programas
con mayor financiamiento declarado por las universidades participantes del
diagnóstico (sobre 70 millones) están asociados a los programas de atención
médico-dental.
5.9. Recursos humanos
Dentro de los reportes entregados por las instituciones participantes del
diagnóstico, se esperaba que estas respondieran el ítem asociado a la cantidad
de recursos humanos involucrados en la implementación de los programas
de tipo biopsicosocial. Al respecto, un 19% de los programas no reportó información, y el resto de los programas señalaron contar con profesionales de
distintas disciplinas. Un 13% expresó contar con solo un profesional, un 19%
señaló estar conformado por un equipo multidisciplinario de entre dos y diez
146
profesionales, y un 39% reportó contar con más de 15 profesionales o bien no
reportó una cantidad exacta.
Con relación a la formación disciplinaria del personal que trabaja en estos
tipos de programas, es posible mencionar algunas disciplinas comunes tales
como: psicología, psiquiatría, enfermería, medicina, odontología, nutrición, y
otras asociadas a la rama deportiva. Lo anterior da cuenta que en la mayoría
de los programas analizados, se presentan equipos de trabajo multidisciplinarios, preferentemente asociados al área de la salud. No obstante, se pudo
observar minoritariamente, profesionales relacionados con el área social y
tecnológica en el desarrollo de estos programas.
5.10. Resultados obtenidos
En particular, para los programas de atención médica y psicológica se expresaron los resultados obtenidos en términos de cantidad de atenciones realizadas en las diferentes áreas de especialidad. Para los otros tipos de programa,
en cambio, no se expresaron claramente cuáles podrían corresponder a los resultados efectivamente obtenidos, las instituciones hicieron mención más bien
a declaraciones de intención de ciertos resultados que esperaban obtener, sin
necesariamente estar vinculados a la realización de evaluaciones de los programas y sus actividades u otras medidas de comparación de resultados.
5.11. Evaluación de los programas
De los programas analizados, tres afirmaron no tener ningún tipo de evaluación. En tanto, un 25% del total de los programas no reportaron si la realizaban, lo cual permite suponer que tal vez no presentaban evaluación o realmente los encargados de reportar esta información carecían del conocimiento
necesario acerca de este punto.
El resto de los programas declaró realizar algún tipo de evaluación. La
mayoría concibió distintos tipos, entre las que se destacan el desarrollo de
entrevistas a directivos e integrantes de los equipos de trabajo y la medición
de algunos resultados o actividades sin especificación mayor. Otras instituciones declararon utilizar como medios de evaluación la retroalimentación
entregada por parte de los usuarios de los programas, a través de la aplicación de encuestas o realización de “focus groups”. Solo algunos de los
programas que señalaron tener algún tipo de relación con entidades gubernamentales o similares, expresaron contar con evaluaciones por parte de dichas
entidades.
Se debe destacar que de acuerdo a los reportes entregados por las universidades, las formas más comunes de evaluación de las actividades realizadas
en los programas son las encuestas de satisfacción y los “focus groups”.
VI.PROGRAMAS DE INSERCIÓN LABORAL
Se recibieron seis reportes de programas de inserción laboral de tres de las
catorce instituciones pertenecientes al Grupo Operativo de CINDA.
147
gráfico 11
Programas de Inserción Laboral
16
14
2
2
12
10
8
1
1
6
4
2
0
U3
U4
U6
U10
6.1. Razones de creación del programa
En general, estos programas han sido creados para fortalecer los aspectos
académicos en relación a la inserción en el mundo laboral de los egresados.
La mayoría de ellos está destinado a proporcionar orientación profesional
y personal. Por un lado, una de las instituciones señala que la creación del
programa se debió a la alta tasa de desempleo de los recién titulados, producto
del desfase entre la oferta y demanda de empleo, la falta de experiencia, reducida red social con impacto laboral; mientras que por otro, las razones de su
creación buscan brindar una solución a diversas instituciones públicas de la
región que no pueden contar con profesionales para responder a necesidades
puntuales por un periodo de tiempo determinado.
Una cuarta institución tiene una incubadora con la misión de crear empresas y negocios, en la cual también pueden participar estudiantes de pre y post
grado.
6.2. Objetivos
Los objetivos explicitados señalan que el programa contribuye al desarrollo de competencias laborales y a la generación de trabajos part-time de los
estudiantes, según señala una institución; otra indica que es apoyar el desarrollo profesional de los estudiantes en proceso de egreso a fin de favorecer
una vinculación efectiva con el entorno laboral. En otra se señala que se tiene
por objetivo potenciar la gestión y la administración de entidades públicas en
la región a partir de la inserción de jóvenes profesionales. En la institución
que tiene el programa de incubación se señala que el objetivo es proveer con148
diciones necesarias que faciliten a los emprendedores de una nueva empresa,
diminuyendo el riesgo.
6.3. Actividades
Las actividades identificadas van desde la instalación del funcionamiento
de la instancia que coordina, la realización de seminarios al interior de la universidad destinados a los estudiantes, capacitaciones destinadas a estudiantes
inscritos en labores menores de alta demanda part-time, además de talleres
de preparación para la realización de entrevistas laborales y trabajo en equipo. Otra institución señala que se realizan reuniones técnicas con secretarios
académicos y docentes supervisores de práctica, a fin de detectar necesidades
de perfeccionamiento y apoyo al egreso; además se efectúan talleres grupales
orientados a potenciar la empleabilidad y asesorías individuales a estudiantes
en etapa de transición hacia el mercado laboral.
Por otro lado, se señala que las actividades se orientan a la vinculación
con instituciones públicas de la región, además de un proceso de reclutamiento y selección de profesionales, también de capacitación de los profesionales
seleccionados en sistemas de gestión pública, además del proceso de evaluación y cumplimiento de metas.
En la universidad donde se encuentra la incubadora, las actividades declaradas tienen que ver con la validación técnica y comercial de las propuestas de
los emprendedores, configuración adecuada de equipos, apoyo a competencias
claves y búsqueda de financiamiento, junto con crear condiciones de entorno
adecuadas para la creación de nuevos proyectos.
6.4. Población objetivo
Por una parte son los estudiantes de la universidad que se encuentren inscritos en la central de trabajos, y preferentemente estudiantes de último año
con independencia de la carrera que estudian. Mientras, en otra institución
indican que los estudiantes participantes son los que se encuentran en práctica
o realizando tesis. La universidad que se vincula con instituciones públicas de
la región señala que el programa se orienta a profesionales titulados recientemente de su institución, que posean escasa o nula experiencia laboral y que
tengan vocación de servicio público.
En el caso de la incubadora, la población objetivo corresponde a estudiantes, investigadores, empresarios y personas naturales.
6.5. Resultados esperados en los estudiantes
Algunos señalan que los estudiantes mejoren sus oportunidades de colocación laboral part-time que les permita generar ingresos. Junto con ello,
que los estudiantes puedan participar en charlas, talleres y seminarios para
adquirir herramientas básicas en conocimientos y competencias relacionadas
con el desempeño laboral esperado, acorde al perfil de formación de la universidad.
149
Por otro lado, en la acción destinada a egresados, se espera que estos puedan acceder a redes laborales y adquieran experiencia y habilidades requeridas
en el mundo laboral. En el caso de la incubadora, se espera estimular el emprendimiento de empresas viables.
6.6. Duración del programa
La duración de los programas es anual y permanente.
6.7. Evaluación realizada al programa
Se señala que la evaluación central de los programas es lo realizado
principalmente por quienes reciben el servicio o la acción de parte de los estudiantes, en el caso de la bolsa de trabajo. En el programa de inserción laboral, la evaluación se realiza de manera interna, revisando el cumplimiento
de objetivos planificados anualmente, considerando aspectos relacionados
con la participación de los profesionales, el alcance de sus tareas en las
instituciones donde laboraron, y la colocación final junto a gasto presupuestado.
En el caso de la incubadora es la institución de Innovachile e Innovabiobio que lo hacen. Los aspectos evaluados son cantidad de empresas creadas,
proyectos postulados y ganados, venta de las empresas, número de postulaciones, financiamiento público y privado.
6.8. Articulación del programa
En uno de los programas se señala que existe articulación con instituciones del Estado como la Superintendencia de Salud, Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFPs), Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM),
Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), Consejo Nacional para el Control
de Estupefacientes (CONACE) que participan activamente en las charlas y
seminarios que se ofrecen. En el caso de la inserción de jóvenes profesionales, la articulación existe para contactar a las instituciones que manifiestan su
interés para trabajar con ellos. Respecto de la incubadora, esta se articula con
otros programas internos de la misma universidad y otras instituciones que
tienen fines similares, tanto en el país como fuera de él. En otro programa no
se señala articulación.
VII OTROS PROGRAMAS DE EQUIDAD
Se recibieron diecinueve reportes de programas clasificados como Otros
Programas de Equidad de once de las catorce instituciones pertenecientes al
Grupo Operativo de CINDA. El número de programas de apoyo académico en
cada una de las once universidades que respondieron se presentan en el gráfico 12.
150
gráfico 12
Programas de Apoyo Académico
4
3
3
3
3
2
2
1
1
1
U1
U2
U3
1
1
U8
U9
1
1
U12
U13
1
0
U4
U5
U10
U11
La categoría principal de Otros Programas de Equidad se subdividió en
las siguientes categorías secundarias:
El gráfico 13 muestra las categorías secundarias en las que fueron clasificados los diecinueve Otros Programas analizados: Interculturalidad (4) – Género(1) – Discapacidad (6) – Acceso (5) - Miscelánea (3)
gráfico 13
Otros Programas de Equidad
8
8
7
5
6
5
4
3
4
3
1
2
1
0
Interculturalidad
Género
Discapacidad
Acceso
Miscelánea
151
VIII.CONCLUSIONES GENERALES
El diagnóstico realizado permite concluir que en general la información
proporcionada por las instituciones es muy heterogénea por lo que para efectos del análisis fueron desechadas algunas de las variables que se pretendía
indagar inicialmente, centrando el análisis en aquellas que surgieron como comunes, a saber: fecha de inicio del programa, razones de creación, objetivos,
población objetivo, resultados esperados en los estudiantes, duración, periodo
de vigencia, evaluación y articulación con otros programas.
Igualmente para efectos del análisis, se hizo una categorización de los
programas reportados. La mayor proporción de las iniciativas de equidad se
concentra en las ayudas económicas (40%), seguidas de programas de apoyo
académico (29%) y programas biopsicosociales (18%). En menor proporción
se registran programas de inserción laboral (4%) y otras acciones de equidad
(9%).
Las categorías antes mencionadas fueron analizadas a la luz del modelo
de equidad elegido para efecto de este trabajo y específicamente en su relación
con los recursos y los estadios del proceso educativo (acceso, permanencia,
logros y resultados). Es así como los programas de equidad generados por
las universidades, pretenden mayoritariamente contribuir al acceso y la permanencia de los estudiantes más desfavorecidos en la educación superior, así
como a la obtención de logros educativos similares en el proceso formativo.
Se registran escasas iniciativas destinadas a promover que alumnos con similar logro académico obtengan empleos, remuneraciones e inserción en redes
sociales equivalentes.
En relación a los programas de apoyo académico surgen como principales
razones de su creación las nuevas necesidades demandadas por el perfil de
ingreso de los estudiantes, caracterizado por deficiencia en la formación básica con que egresan de la enseñanza media y en el desarrollo de habilidades
claves para enfrentar el proceso formativo, así como también la necesidad de
familiarización inicial con el entorno universitario. Adicionalmente, algunas
instituciones han extendido su accionar hasta el final del ciclo formativo buscando favorecer la empleabilidad de sus egresados, dado que se han detectado
mayores tasas de desempleo que las esperadas e insuficiencia de redes, entre
otras.
En cuanto a los objetivos que persiguen los programas, estos apuntan
principalmente a subsanar las carencias que concomitan en el proceso de
transición entre la enseñanza media y superior, que tengan impacto en los resultados de los estudiantes. Como fin último se visualiza que las acciones se
orientan a mejorar las tasas de retención que registran las carreras de las universidades y por lo tanto de titulación, además de favorecer una vinculación
efectiva con el entorno laboral que ayude en una adecuada y eficiente inserción en el campo laboral de su especialidad.
Mayoritariamente las actividades asociadas a los programas se caracterizan por instancias de habilitación donde un docente, monitor o tutor interactúa
con el grupo de estudiantes para promover el desarrollo de los aprendizajes y
competencias mínimas requeridas. Esta interacción toma la figura de talleres,
152
encuentros, seminarios, tutorías, muchos de los cuales se organizan a partir de
evaluación diagnóstica.
En cuanto a los destinatarios de estas acciones se identificó que principalmente corresponden a estudiantes de primer año a excepción del programa de
inserción laboral. También se observa que hay segmentación de los programas
dependiendo si este se orienta a necesidades propias de una carrera o facultad,
o bien se destina transversalmente a toda la institución.
En lo que se refiere a los resultados esperados se identifica que a través de
estos programas se espera mejorar las tasas de aprobación y retención; facilitar la inserción en el medio universitario y contribuir al desarrollo de procesos
de aprendizajes y aplicación de herramientas eficaces para el estudio en este
nivel de formación. Los programas de inserción laboral pretenden mejorar la
colocación laboral y el desarrollo de redes en este ámbito.
Hay una amplia heterogeneidad en la duración de los programas que
varían desde unos pocos días hasta todo un periodo académico formal. Es
interesante señalar que la información obtenida permite afirmar que no existe
coincidencia entre tipo y objetivo de programa entre las instituciones.
A partir de la indagación realizada es posible concluir, respecto de la evaluación, que esta aparece como una de las grandes debilidades subyacentes a
estas intervenciones. Solo fue posible identificar algunas acciones evaluativas
pero que no dan cuenta de un sistema en un marco de aseguramiento de la calidad que permita identificar fortalezas y debilidades que orienten la optimización para el logro de los objetivos propuestos.
En lo correspondiente a la articulación de los programas se evidencia más
bien un compartir experiencias o informar resultados, pero no una vinculación
efectiva, sistemáticas entre distintas instancias al interior de las instituciones
que coadyuven en los objetivos superiores de estos programas. No obstante lo
anterior, existe una minoría de programas que declaran articularse con otros.
Finalmente es importante señalar que el inicio de estos programas se remonta a comienzos de esta década, a raíz de las nuevas necesidades señaladas
precedentemente y coincidente con el inicio de transformaciones curriculares
en algunas instituciones generadas en el segundo quinquenio. Se complementaban así las acciones de apoyo socioeconómico de larga data.
En relación a los programas económicos, los antecedentes recabados
permiten concluir que las universidades estudiadas destinan importantes recursos para becas y apoyos económicos a sus estudiantes, los que se complementan con los fondos provistos para este fin por el Estado. Con el transcurso
de los años, se ha producido una diversificación de los programas institucionales de soporte económico, dando respuesta a demandas no abordadas y
exigencias emergentes del estudiantado. Mientras que hasta los 80 se crearon
ayudas para atender preferentemente necesidades de sustento, las iniciativas
más recientes apuntan a entregar apoyo a grupos estudiantiles específicos y
cubrir requerimientos, no contemplados con anterioridad, tales como la pérdida del crédito estatal, el cuidado de hijos pequeños y situaciones familiares
de emergencia.
Puede decirse que la creación sostenida de mecanismos de soporte económico en las universidades indagadas coincide con la diversificación de los ins153
trumentos de ayuda estatal y el aumento de los recursos públicos para becas y
créditos estudiantiles, registrado en los últimos quince años en el país.
Los programas de ayuda económica implementados por las instituciones, tienen como objetivo primordial facilitar el acceso y permanencia de los
alumnos en la educación superior. A su vez, pretenden disminuir las condiciones riesgosas del entorno del estudiante que inciden en la deserción o el retraso en su formación profesional. En este sentido, constituyen una respuesta
institucional a la mayor presencia de sectores tradicionalmente excluidos de la
educación terciaria y de poblaciones estudiantiles con características y requerimientos cada vez más heterogéneos. Sin embargo, los resultados de la indagación muestran que las instituciones no efectúan diagnósticos sistemáticos
de las condiciones de entrada de sus alumnos que les permitan la detección
temprana y la contextualización de las necesidades de apoyo sus estudiantes.
Un resultado importante del diagnóstico exploratorio efectuado es que las
ayudas económicas no se vinculan con instrumentos de apoyo estudiantil que
abordan otros ámbitos de equidad como el académico, el biopsicosocial o la
inserción laboral. Una mejor articulación de los recursos institucionales permitiría un apoyo más integral a estudiantes que se encuentran en condiciones
de vulnerabilidad, cuyos requerimientos de apoyo trascienden ampliamente el
ámbito financiero.
Asimismo, no existen evidencias de mecanismos que permitan evaluar
sistemáticamente la pertinencia y sustentabilidad económica de los programas
una vez instalados. La mayoría de las instituciones realiza un seguimiento de
la administración operativa de los programas pero no contempla la evaluación
periódica de los resultados obtenidos, ni el estudio del impacto que los beneficios tienen en el desenvolvimiento de los estudiantes durante su permanencia
en el plantel. La incorporación de instrumentos de monitoreo y evaluación
permanente contribuiría al aumento de la eficiencia y pertinencia de los programas posibilitando una mejor distribución y articulación de los recursos y
esfuerzos institucionales.
En cuanto a los programas biopsicosociales, a partir de la información
aportada por las universidades participantes del presente diagnóstico, se pudo
apreciar una gran diversidad de ámbitos abordados por este tipo de programas.
Esta variedad de ámbitos o áreas cubiertas en la actualidad por las universidades, dan cuenta del crecimiento y/o evolución que han tenido ciertas necesidades y/o problemáticas presentes en la población estudiantil que accede a la
educación superior en nuestro país.
Lo anterior ha puesto a las instituciones de educación superior, y en particular a las universidades, en una situación ante la cual deben adoptar una postura clara para enfrentar dichas necesidades y problemáticas, en el entendido
que afectan la permanencia, desempeño académico (logro) y calidad de vida
de los estudiantes, y en consecuencia, la concepción de equidad aquí tratada.
En virtud de esto, las universidades se han visto en la obligación de prestar
determinados tipos de atención o servicios que antes no eran previstos por
éstas.
De acuerdo a lo previamente señalado, una conclusión relevante hace
referencia a que los tipos de atención o servicios brindados a los estudiantes,
154
responden mayoritariamente –y es el factor común a este tipo programas– a
una lógica de mejoramiento de la calidad de vida de los estudiantes y/o comunidad universitaria en general. Con esto es posible decir que las universidades
actualmente, no solo están teniendo un rol activo como instituciones formadoras de personas en el ámbito académico y profesional, sino también, están
jugando un importante papel como agentes intervinientes en otros ámbitos de
alto impacto social.
No obstante, llama poderosamente la atención que en general, las razones
que otorgan las universidades para la creación de estos programas, no responden a una lógica de diagnóstico o de realización de estudios o evaluaciones
previas a su generación, de tal forma que permitan dar cuenta efectivamente
de la existencia de nuevas demandas o problemáticas particulares presentes
en la comunidad estudiantil. En su mayoría, se justifican a partir de la simple
observación o percepción de ciertas necesidades que deben ser atendidas para
favorecer la vida de los estudiantes durante su paso por dichas instituciones.
Cabe destacar que los primeros programas tendientes a mejorar aspectos
biospsicosociales en las universidades se asocian a los de tipo médico-dental,
programas que nacieron en los años setenta, época en la cual el financiamiento
público fue duplicado para las instituciones de educación superior (1969 y
1974), y en donde las actividades universitarias adquirieron una nueva expresión y resolución de conflictos políticos y sociales del país.
La carencia de mecanismos de verificación de determinadas demandas
presentes en los estudiantes, resulta coherente con otros aspectos observados.
Al respecto, una debilidad importante de los programas analizados se relaciona con la falta de mecanismos de evaluación, monitoreo y seguimiento de las
actividades que desarrollan y de los resultados obtenidos a partir de las acciones implementadas.
Si este escenario se analiza desde la perspectiva del aseguramiento de la calidad de la educación superior, las universidades se encuentran en una posición
muy desfavorable, ya que no estarían cumpliendo con lo estipulado en la Ley
20.129 de aseguramiento de la calidad, el cual apunta hacia la evaluación y verificación de la existencia de mecanismos eficaces de autorregulación y de aseguramiento de la calidad al interior de las instituciones de educación superior.
En este sentido, respecto a la gestión estratégica institucional, se estipula
que debe realizarse sobre la base de la misión declarada, de tal modo de resguardar el cumplimiento de los propósitos y fines institucionales. Para cumplir
con ello, las instituciones deben contar con mecanismos adecuados de evaluación, planificación y seguimiento de las acciones planificadas.
En función de lo anterior, y acorde a la ley, la gestión estratégica debe
considerar, a lo menos, los siguientes aspectos:
•
•
•
•
Diagnóstico estratégico de la institución, tomando en consideración elementos internos y externos.
Establecimiento de prioridades institucionales a mediano y largo plazo.
Traducción de esas prioridades a la formulación y puesta en práctica de
planes de desarrollo.
Verificación del grado de avance hacia las metas establecidas.
155
•
•
Utilización de los resultados de la verificación para ajustar metas, acciones y recursos.
Capacidad de análisis institucional y de manejo de información para la
gestión.
Estos puntos deben ser considerados en las políticas institucionales y en
la planificación de actividades de las universidades, puesto que la implementación de programas o iniciativas tendientes a la equidad implica una gran
inversión en recursos y si no existe evaluación, seguimiento y monitoreo
permanente de las actividades asociadas, el mejoramiento continuo de estos
procesos se convierte en un desafío pendiente.
Ahora bien, un aspecto destacable, a partir del análisis realizado sobre
este tipo de iniciativas, dice relación con que en general, el factor socioeconómico no se presenta como la característica central a considerar al momento de brindar apoyo, atención o servicios especializados a los estudiantes
–exceptuando los programas de atención de salud médica y dental que en un
principio nacieron orientados a cubrir este tipo de necesidad en aquellos estudiantes más vulnerables– ya que con el tiempo fueron incorporando a toda la
población estudiantil, ampliando su cobertura sin tomar como eje central el
nivel socioeconómico. Es así como en la actualidad este tipo de programas se
aboca a cubrir demandas emergentes relacionadas principalmente con la salud
integral de los estudiantes, incorporando en los últimos años servicios de asistencia psicológica y promoción de estilos de vida saludable.
Finalmente, y de acuerdo al modelo de equidad que se rescata en este
libro, cabe señalar que la mayoría de los programas biopsicosociales aquí
analizados, contribuyen mayormente a resguardar la permanencia de los estudiantes en las instituciones, evitando que estos deserten del sistema universitario mediante la apertura de oportunidades para la satisfacción de ciertas
necesidades específicas y/o problemáticas relevantes presentes en estos. En
consecuencia, al ser subsanadas dichas demandas, este tipo de programas contribuye, en segunda instancia, a la obtención de logros académicos por parte
de los estudiantes beneficiados.
Particularmente en lo que respecta a los programas de inserción laboral
actualmente se concentran en apoyar el logro de un primer trabajo en término
de las formalidades exigidas para ello (ej.: elaborar cv, rendir una buena entrevista).
Es necesario que las instituciones visualicen también hasta donde pueden
y deben responsabilizarse por la empleabilidad de sus titulados.
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Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. OCDE
2009. Informe sobre la Educación Superior en Chile. Disponible en www.
oecd.org
157
Capítulo III:
PROGRAMAS UNIVERSITARIOS
QUE FAVORECEN LA EQUIDAD
CARACTERIZACIÓN DE LAS
UNIVERSIDADES CHILENAS DEL GRUPO
OPERATIVO COORDINADO POR CINDA EN
RELACIÓN CON LA EQUIDAD
Angélica Aguilar*
Nancy Ampuero**
Elena Espinoza***
Eduardo González****
Luis Loncomilla*****
I. INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se analiza la disponibilidad de información respecto
del tema de equidad en las universidades participantes en el Grupo Operativo
coordinado por CINDA. Tempranamente se decidió redefinir la tarea y realizar un estudio de la situación de dichas universidades respecto a: “Establecer
un diagnóstico sobre la equidad e integración respecto al acceso, permanencia, rendimiento y resultado de los estudios a partir de la experiencia de las
universidades participantes en el Grupo Operativo ejecutor de este proyecto y
de otras instituciones de educación superior”. A partir de esta definición, se
inició un proceso de búsqueda, procesamiento, validación y análisis de la información disponible, el que permitió alcanzar algunos aprendizajes que serán
expuestos en esta sección.
II. DISPONIBILIDAD DE INFORMACIÓN
El desafío de caracterizar las instituciones del grupo operativo conlleva
establecer la disponibilidad de información que registran estas universidades
respecto del tema de equidad. En este sentido se decidió preparar una solicitud
de información amplia y evaluar su utilidad según la calidad de la información
que se obtuviera. Como criterios para la búsqueda de información se estableDirectora de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Chile.
Profesional de la Oficina de Autoevaluación Institucional de la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Chile.
*** Profesional de la Unidad de Apoyo al Aprendizaje de los Estudiantes de Pregrado de la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Chile.
**** Director de Calidad y Desarrollo de la Universidad de La Frontera, Temuco. Chile
***** Jefe de la Oficina de Autoevaluación Institucional de la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Chile.
*
**
161
ció que se considerarían datos relativos a cohortes de estudiantes recién egresados de la enseñanza media que ingresaron a las universidades en los años
2006, 2007 y 2008. Las variables observadas son género, estrato socioeconómico, procedencia geográfica y establecimiento educacional de origen. A
partir de esa información se evalúan los comportamientos de estos grupos de
estudiantes en relación al acceso, la permanencia y el rendimiento en las universidades en que se matricularon.
La información se solicitó a las universidades por medio de un formulario que incluyó: postulantes a la universidad según género; ingresos totales
a la universidad, según sexo, año de egreso de la enseñanza media, régimen
educacional del establecimiento de origen, escolaridad de los padres, notas de
la enseñanza media, región de procedencia, quintil socioeconómico, y origen
étnico; permanencia en la universidad, medida a través de tasa de retención
al primer año, para cada una de las categorías anteriores; rendimiento medido
mediante la tasa de logro al primer año, es decir, la cantidad de asignaturas
que los estudiantes aprueban versus el número total de asignaturas en que se
inscribieron. En cada una de las categoría anteriores, adicionalmente, se solicitó información acerca de los beneficios estudiantiles para cada una de las
categorías anteriores.
De las 14 universidades que conforman el grupo en el año 2009, diez
entregaron información. Todas las universidades que enviaron el formulario
presentaron información respecto de sexo en cada una de las variables y solo
ocho pudieron reportar información de cada variable desagregada por quintiles socioeconómicos. Dos de las instituciones contaban con información acerca de estudiantes indígenas por lo que no fue posible hacer uso de tales datos
para realizar observaciones generales respecto del grupo. Posteriormente se
reportó desde las instituciones un grado mayor de disponibilidad de información en cada una de las entidades, sin embargo, el acceso a ella no es suficientemente expedito y pocas han estudiado ampliamente el tema de equidad,
salvo casos asociados a proyectos específicos de intervención.
Sin duda alguna, la información disponible en las instituciones da cuenta
de una consideración permanente de la variable sexo en la recopilación, procesamiento y difusión de la información institucional. Este hecho motivó un
interés especial del grupo de trabajo para profundizar en el análisis de este
aspecto, lo que se presenta en detalle a continuación del análisis de las variables acceso, permanencia y resultados de los estudiantes, según las variables
quintil socioeconómico y establecimiento educacional de origen.
III. ACCESO A LAS UNIVERSIDADES
El sistema educacional chileno ha avanzado hacia una gran cobertura en
la enseñanza media, lo que se ha traducido en un incremento notable de la población disponible para ingresar a la educación superior, que en conjunto con
las ayudas económicas han facilitado que un grupo mayor de jóvenes rinda
la Prueba de Selección Universitaria (PSU), mecanismo de selección para las
universidades del Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCH)
y de referencia para otras instituciones. Se ha incrementado el número de es162
tudiantes que rinden la prueba y se encuentran en condiciones de acceder a la
educación superior.
De acuerdo a datos del informe de la OCDE1, las prioridades de preferencia de los jóvenes que desean acceder a instituciones de educación superior
son: 1) universidad del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas
(CRUCH); 2) universidad privada; 3) instituto profesional; 4) centro de formación técnica. Aparentemente este hecho se vincula con la percepción de
que los retornos futuros son mayores para los egresados de las universidades
y al mismo tiempo en que la mayor parte de las ayudas financieras se concentra en el CRUCH. Sin embargo, al revisar la distribución de la matrícula
según los quintiles de ingreso socioeconómico, según el mismo informe de la
OCDE2, el 70% de los cupos de las universidades privadas son utilizados por
los estudiantes de los niveles de ingresos económicos más altos, lo que se reduce al 53.2 % de los cupos de las universidades del CRUCH.
De acuerdo a la información que proporciona el Departamento de Medición y Registro de la Educación de la Universidad de Chile (DEMRE), en
2006 del total de los jóvenes que rindieron la PSU solo el 44% postularon
a universidades del CRUCH, porcentaje que disminuyó a un 38% en el año
2008. En ese mismo sentido cuando se mira a quienes se matricularon en
esos años, se observa que en el 2006 un 27% de los que rindieron la PSU
ingresó a universidades del CRUCH, lo que en el año 2008 disminuyó a
un 23%; esta tendencia a la baja se manifiesta aun cuando ha aumentado
el número de estudiantes que rindieron la prueba de selección universitaria
durante el periodo. Si se considera solo a aquellos jóvenes que terminaron
la enseñanza media en el mismo año que rindieron la prueba, se observa
que solo el 23% de los que rindieron la PSU el año 2006 se matricularon en
alguna universidad del CRUCH, que en los años 2007 y 2008 disminuye a
un 20%. Estas señales dan cuenta que el acceso visto desde la perspectiva
de todo el sistema de educación superior crece; sin embargo, su crecimiento
relativo es más bajo en las universidades tradicionales, entendidas como tales aquellas que integran el CRUCH, que en las universidades denominadas
privadas nuevas.
Otro aspecto observado en la información de postulaciones e ingresos
del DEMRE, es que solo el 62% de los jóvenes que ingresan a las universidades del CRUCH lo hace inmediatamente después de haber egresado de la
enseñanza media, lo que plantea la interrogante respecto de las causas de este
fenómeno, sobre las cuales preliminarmente se puede aventurar que, un número de estudiantes abandona sus carreras para ingresar de nuevo a la misma
u otra del sistema, que quienes no rinden la prueba inmediatamente al egreso
de enseñanza media lo hacen en los años siguientes, que quienes fracasan en
la primera oportunidad que rinden vuelven a rendir en años siguientes, siendo
1
2
Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Informe Revisión de
Políticas Nacionales de Educación. La Educación Superior en Chile. OCDE y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo. Banco Mundial. 2009.
Ibid
163
altamente probable que exista una mezcla de razones, es necesario generar
estudios en este sentido para evaluar el impacto que esto puede tener en los
costos para los individuos, el crédito y las ayudas estudiantiles.
tabla 1
Ingresos a primer año del grupo en estudio según quintil
socioeconómico
Quintil Socioeconómico
Quintil 1
Quintil 2
Quintil 3
Quintil 4
Quintil 5
Sin información
Total ingresos nuevos
Año 2006
Año 2007
Año 2008
1.602
1.757
2.479
2.830
1.360
1.532
795
3.119
11.238
3.334
1.616
1.902
946
2.195
11.750
3.416
1.928
1.799
579
2.188
11.689
Elaborado en base a información aportada por 8 Universidades del GOP-CINDA.
Los datos proporcionados por ocho de las universidades del Grupo Operativo dan cuenta que alrededor de un 20% de los ingresados no registran
información socioeconómica, lo cual probablemente corresponda a que recién
en el año 2006 se establecieron definiciones claras respecto a los quintiles de
ingreso socioeconómico y que un porcentaje de estudiantes de los quintiles de
ingreso más altos, no informe detalles en este ámbito debido a que no solicitan ningún tipo de beneficio o ayudas. Esto se concluye luego de observar que
el número de estudiantes sin datos socioeconómicos desciende después del
año 2006. Otra observación de carácter general corresponde a que el número
total de ingresados durante el periodo varía muy levemente.
Respecto del comportamiento de los diferentes quintiles, se aprecia que
los matriculados en las universidades del grupo operativo el primer quintil tienen un claro aumento entre los años 2006 y 2008. Asimismo, los quintiles dos
y tres muestran un aumento que es más notable en el año 2008. Por otra parte,
el quintil cuatro muestra un aumento claramente más moderado y el quintil de
más altos ingresos desciende marcadamente el año 2008.
El ingreso de estudiantes a las universidades del grupo en estudio según el
tipo de establecimiento, muestra que entre los años 2006 a 2008 hay una leve
disminución de estudiantes de colegios municipales, de 40% el 2006 a 37,3%
en 2008. Los estudiantes provenientes de colegios subvencionados muestran
164
un pequeño aumento que va de 46,1% en el año 2006 a un 49,3% en el año
2008. El porcentaje de estudiantes provenientes de colegios particulares no
presenta mayor variación en los tres años observados.
taBLA 2
Ingresos a primer año según tipo de establecimiento de origen
Tipo de
establecimiento
Año 2006
N°
%
Año 2007
N°
%
Año 2008
N°
%
Municipal
5.022
39,9
4.956
37,9
5.102
37,3
Particular pagado
1.764
14,0
1.742
13,3
1.813
13,3
12.601
100,0
13.073
100,0
13.675
100,0
Particular
subvencionado
Sin información
Total
5.803
12
46,1
0,1
6.369
6
48,7
0,0
6.745
15
49,3
0,1
Elaborado en base a información aportada por 10 Universidades del GOP-CINDA.
IV. PERMANENCIA EN LAS CARRERAS
En atención al criterio general de considerar la información disponible
solo en el rango de años 2006 a 2008, la evaluación de la permanencia de los
estudiantes en el grupo de instituciones estudiadas solo puede referirse a la retención al primer año. En este mismo sentido es necesario tener en mente que
la observación de esas cohortes se focaliza en aquellos estudiantes que ingresaron inmediatamente después de egresar de la enseñanza media.
Los resultados de retención muestran diferencias entre los quintiles que
pueden ser analizadas, sin embargo es importante señalar que los valores al
interior de cada quintil son claramente distintos entre hombres y mujeres,
mostrando una marcada frecuencia de estas reflejando resultados más positivos que los hombres. Los quintiles I al IV muestran un leve aumento en
la retención durante el periodo de años estudiado. En general, el quintil de
ingresos más altos muestra valores de retención menos estables que los demás quintiles, destacándose en este grupo un descenso más evidente en los
hombres. Es posible conjeturar que este comportamiento de los grupos con
mayores ingresos socioeconómicos obedezca a cuestiones de carácter motivacional o vocacional que, ante la factibilidad económica, pueden acceder
a un grado mayor de movilidad al interior del sistema educativo. Este argumento parece ser respaldado por los rendimientos de estos mismos estudiantes que son más altos que los de aquellos de los restantes quintiles, cuestión
165
que se comentará más adelante. En adición a lo anterior, se observa que los
porcentajes más bajos en cuanto a retención se manifiestan en el grupo que
no registra datos socioeconómicos, grupo que de acuerdo a diversas señales,
parece corresponder a los quintiles de más altos ingresos que, en consecuencia, se comporta de manera similar en cuanto a retención y rendimiento. Con
la información disponible no es posible establecer cuál es el destino de los
estudiantes que abandonan sus carreras, no se matriculan en el segundo año
porque ingresan a otra carrera en la misma universidad o se cambian de universidad.
tabla 3
Tasa de retención 1er año según quintil socioeconómico
Quintil
Socioeconómico
Quintil 1
Quintil 2
Quintil 3
Quintil 4
Quintil 5
Sin Dato
Promedio
Año 2006
Mujeres
83,6%
83,7%
82,5%
80,5%
81,6%
75,9%
81,5%
Hombres
78,5%
80,8%
79,2%
79,4%
73,6%
70,7%
77,2%
Año 2007
Mujeres
84,4%
86,4%
84,8%
85,2%
89,8%
77,6%
85,1%
Hombres
78,7%
81,5%
83,7%
80,0%
64,6%
73,3%
77,2%
Año 2008
Mujeres
85,9%
Hombres
84,7%
83,1%
84,3%
86,0%
73,5%
83,4%
80,1%
79,4%
81,8%
80,1%
63,3%
69,9%
76,0%
Elaborado en base a información aportada por 7 Universidades del GOP-CINDA.
Al analizar la información proporcionada por las universidades desde la
perspectiva del establecimiento de origen de los estudiantes, se aprecia que
aquellos que provienen de colegios municipales muestran valores de retención
altos y estables durante el periodo estudiado; que los jóvenes que provienen
de colegios particulares subvencionados muestran resultados ligeramente
superiores a los municipales. En contraste con estos comportamientos, los estudiantes provenientes de colegios particulares muestran una tasa de retención
claramente inferior, aspecto que parece estar vinculado con lo señalado en el
párrafo anterior al comentar el comportamiento de los estudiantes pertenecientes al quintil de más altos ingresos.
166
tabla 4
Tasa de retención 1
año según establecimiento
educacional de origen
Tipo de establecimiento
Municipal
Particular Subvencionado
Particular Pagado
er
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
84,6%
79,0%
84,2%
80,8%
85,0%
79,0%
82,9%
72,1%
79,6%
76,6%
85,6%
79,8%
79,8%
78,2%
83,5%
78,4%
79,0%
74,6%
Elaborado en base a información aportada por 8 Universidades del GOP-CINDA.
V. RESULTADOS ACADÉMICOS
La evaluación de los resultados académicos de los estudiantes se realizó
calculando la tasa de logro. Esta se determina como el cuociente entre las
asignaturas aprobadas y el total de asignaturas anuales inscritas que tienen
nota final.
El comportamiento general de los estudiantes en este aspecto se traduce
en una tasa de logro que es menor en los quintiles más bajos y aumenta en los
quintiles de ingresos más altos. Se observa que los resultados de los estudiantes del primer quintil no presentan mayor variación en el periodo observado
y que los estudiantes de los quintiles segundo y tercero bajan ligeramente sus
resultados en el mismo lapso. En oposición a lo anterior el quintil de ingresos
tABLA 5
Tasa de logro según quintil socioeconómico
Quintil
Socioeconómico
Quintil 1
Quintil 2
Quintil 3
Quintil 4
Quintil 5
Sin información
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
79,7%
71,5%
80,0%
69,9%
77,4%
68,6%
78,3%
82,0%
80,3%
84,4%
83,5%
68,8%
70,7%
72,0%
72,6%
69,7%
78,5%
79,7%
80,8%
88,3%
81,6%
68,3%
70,4%
70,6%
63,7%
71,8%
78,9%
79,5%
82,1%
84,2%
80,8%
69,8%
70,5%
70,9%
67,2%
72,2%
Elaborado en base a información aportada por 7 Universidades del GOP-CINDA.
167
más altos mantiene durante el periodo resultados positivos, sin embargo al
mismo tiempo se aprecian diferencias claras en los desempeños entre hombres
y mujeres, especialmente en los años 2007 y 2008 en que la tasa de logro en
los hombres es inferior a la de los demás quintiles. Es importante recordar
aquí, que este último quintil fue comentado en la sección anterior como un
grupo con bajos resultados en cuanto a permanencia.
Respecto de la tasa de logro mostrada por los estudiantes según establecimiento educacional de origen, se observa que aquellos provenientes de
colegios municipales presentan un resultado que desciende levemente a través
del periodo observado. Los estudiantes provenientes de colegios particulares
subvencionados muestran tasas de logro ligeramente más altas que el grupo
anterior y estos resultados se mantienen bastante estables durante el periodo
en estudio, mientras los estudiantes provenientes de colegios particulares exhiben resultados levemente superiores en las mujeres con respecto a los otros
quintiles y en los hombres una tasa de logro que decrece a través del tiempo,
observándose incluso que son inferiores en los años 2007 y 2008 a los resultados en los hombres en los demás quintiles.
TABLA 6
Tasa de logro según establecimiento educacional de origen
Tipo de
establecimiento
Municipal
Particular
subvencionado
Particular pagado
Sin información
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
83,6%
71,6%
83,5%
71,9%
82,3%
72,4%
81,5%
81,4%
82,7%
72,1%
73,5%
64,5%
81,1%
85,2%
87,7%
71,7%
70,7%
63,9%
80,5%
83,9%
84,6%
71,4%
69,4%
68,6%
Elaborado en base a información aportada por 8 Universidades del GOP-CINDA.
VI.CONCLUSIONES
La cantidad y calidad de la información obtenida de las universidades del
Grupo Operativo no es homogénea cuando se le evalúa desde la perspectiva de
su utilidad para estudiar el comportamiento de estas instituciones respecto de
la equidad. Esta observación se basa en elementos como la dificultad mostrada
por algunas instituciones para entregar efectivamente los datos solicitados dentro de un plazo razonable, la dificultad para acceder a información sobre aspectos socioeconómicos en todas las universidades que respondieron y la carencia
de información respecto de los estudiantes de acuerdo a su origen étnico.
168
La caracterización de las universidades del grupo operativo de universidades coordinadas por CINDA, desde la perspectiva de la equidad, no debe restringirse a observaciones, como las hechas aquí. Dichas observaciones están
fuertemente ligadas a la gestión de la información sobre equidad que ha efectuado cada una de las instituciones participantes. Por ello, deben enriquecerse
por: las evaluaciones de las intervenciones que han realizado en esta materia;
las definiciones políticas; las orientaciones para la acción que han formulado;
y por último, por la consistencia observable entre los desempeños institucionales y los propósitos declarados en este ámbito.
Quedan como desafíos para quienes tienen responsabilidad sobre las
políticas públicas, la evaluación de si efectivamente se han cambiado las desigualdades para el ingreso a la educación superior como se propone en uno
de los acápites donde se señala “El Gobierno se ha fijado el objetivo de corregir desigualdades y ampliar las oportunidades para garantizar el derecho
de asistir a la educación superior a todos los jóvenes con talento”. En ese
mismo sentido, hay que analizar cuál es la responsabilidad que les cabe a las
universidades del CRUCH en un escenario en el que los más desfavorecidos
parecen tener la oportunidad formal de ingresar a la educación superior, pero
sus condiciones de educabilidad al término de la enseñanza media no garantizan que, en el caso de ingresar puedan mantenerse en el sistema y alcanzar
resultados académicos de calidad, la concreción de sus estudios reflejada en el
título profesional, el desarrollo de atributos para el empleo exitoso o el logro
de competencias para desenvolverse en un mundo complejo y dinámico.
169
LA DIMENSIÓN DE GÉNERO EN LA
EXPERIENCIA SOBRE EQUIDAD EN LAS
UNIVERSIDADES CHILENAS DEL GRUPO
OPERATIVO COORDINADO POR CINDA
Gloria Cáceres*
I. INTRODUCCION
En las últimas décadas ha cobrado importancia en Chile el incorporar el
género como una dimensión importante para leer las condiciones en la sociedad chilena, en tanto el desarrollo de las investigaciones ha mostrado que
hombres y mujeres enfrentan condiciones diferentes para acceder y ejercer los
derechos que se reconocen parte de una sociedad democrática.
Lo anterior, entendido el género como la “construcción social cultural e
histórica que se conforma por el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades construyen a partir de la
diferencia sexual anatomofisiológica”. (De Barbieri 1996)1. Actúa configurando un ordenamiento social en el cual los sujetos encuentran y reelaboran sus
vidas. En este sentido el género se entenderá como un elemento que incidirá
en las elecciones personales y también respecto de las condiciones de posibilidad de los sujetos, dadas las posiciones y expectativas diferenciadas existentes
en la sociedad respecto de mujeres y hombres.
En el sentido señalado, cobra relevancia preguntarse respecto de la existencia de inequidades de género en la educación superior, tanto porque la
educación constituye un derecho en una sociedad democrática, como porque
esta sigue siendo un importante mecanismo de movilidad social, incide en las
posibilidades de los sujetos de inserción en el mercado laboral y puede contribuir positivamente al desarrollo de las sociedades.
*
1
Jefa Unidad de Mejoramiento de la Calidad de la Docencia de la Dirección de Desarrollo
Curricular y Formativo y Profesora de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
De Barbieri (1996): “Certezas y malos entendidos sobre la categoría de género”. En Estudios
básicos de derechos humanos IV. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. San José
de Cosa Rica.
171
En los últimos años las mujeres se han incorporado a la educación superior, dando cuenta no solo de un aumento progresivo sino también mayoritario. Ello podría permitir sostener que al menos en términos de acceso las
mujeres han logrado la igualdad; no obstante ello, como señala el reciente
informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico,
OCDE (2009)2 sobre educación superior en Chile, las diferencias que presentan las mujeres respecto de su participación en la matrícula al distinguir por
tipo de institución resulta un tema del cual preocuparse. Lo anterior toda vez
que las mujeres más que los hombres completan la enseñanza media.
Así, una mirada al panorama general de las universidades chilenas y en
específico respecto de las del Grupo Operativo de universidades chilenas coordinado por CINDA (GOP-CINDA) permite dar cuenta de algunas diferencias que debieran llamar la atención respecto de las políticas no solo a nivel
de educación superior, sino también respecto de la enseñanza en los niveles
primario y secundario.
II. PANORAMA GENERAL DE LAS UNIVERSIDADES CHILENAS
Si bien la composición de la matrícula entre los años 2006 y 2008 muestra
un claro incremento de mujeres, constituyéndose estas en la población mayoritaria en la matrícula de educación superior, esta óptica de aparente equidad
en el acceso, debe considerar las diferencias que se producen respecto del tipo
de institución. Así, si bien las mujeres hoy representan el porcentaje mayoritario en la composición de la matrícula de las universidades, donde según datos
del SIES para el año 2009 estas representan el 51% de la matrícula total, no
sucede lo mismo al considerar a las universidades del Consejo de Rectores de
Universidades Chilenas (CRUCH).
Donde la proporción se invierte, lo anterior inicialmente se explica por
el mayor porcentaje de mujeres en las universidades privadas (OCDE 2009,
Araujo y Moreno 2005)3. En efecto, al observar el primer año de ingreso a la
universidad vía Prueba de Selección Universitaria (PSU), recién egresados de
enseñanza media, se aprecia que en la composición global de la matrícula las
mujeres son minoritarias, aunque en los años en comento se experimenta una
tendencia hacia la igualdad.
2
3
172
OCDE (2009) La Educación Superior en Chile. Revisión de Políticas nacionales de Educación.
Araujo, K. y Moreno, C. (2005) Nudos Críticos para la Igualdad. Género y Educación Superior en Chile. Documento de Trabajo Nº 3. Programa de Estudios de Género y Sociedad.
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
tabla 1
Composición de la Matrícula por sexo universidades del CRUCH,
estudiantes recién egresados de enseñanza media
Sexo
Mujeres
Hombres
Total
Año 2006
Nº
Año 2007
%
13.729
47,7
15.072
52,3
28.801
100
Nº
%
14.423
48,1
15.585
51,9
30.008
100
Año 2008
Nº
14.980
15.812
30.792
%
48,6
51,4
100
Elaborado a partir de información contenida en Anuarios Estadísticos DEMRE 2006,
2007, 2008.
Asimismo, es necesario que esta sea confrontada con los procesos que se
suceden desde la inscripción para rendir la PSU hasta el momento de la matrícula. En el sentido señalado, se advierte que si bien en términos globales se
produce un proceso de fuerte decrecimiento entre la inscripción y la concreción de la matrícula para el conjunto de los estudiantes que recién egresan de
enseñanza media, esto aparece como más crítico en las mujeres.
tabla 2
Matrícula estudiantes recién egresados de enseñanza media
respecto de los que rinden la PSU según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Total
Año 2006
Rinden
66.421
58.548
124.969
Año 2007
% en
matrícula
Rinden
25,74
68.867
20,66
23,04
80.201
149.068
Año 2008
% en
matrícula
Rinden
22,63
71.267
17,98
20,1
84.680
155.947
% en
matrícula
17,69
22,18
19,74
Elaborado a partir de información contenida en Anuarios Estadísticos DEMRE 2006,
2007, 2008.
Al respecto, uno de los primeros aspectos a considerar es la diferencia que
se presenta entre hombres y mujeres al considerar la relación entre el número
de estudiantes que rinden la PSU y el porcentaje de estos que postula a las
173
universidades. Aquí, las mujeres presentan porcentajes menores que los hombres, donde estos últimos tienen alrededor de cuatro puntos porcentuales más
que las mujeres.
tabla 3
Relación entre postulantes a Universidades del CRUCH y los que
rinden la PSU, estudiantes recién egresados de enseñanza media
según sexo
Sexo
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Hombres
41,1
38,0
35,7
Total
39,0
36,0
33,3
Mujeres
37,2
34,2
31,3
Elaborado a partir de información contenida en Anuarios Estadísticos DEMRE 2006,
2007, 2008.
Así, la situación de la participación de mujeres y hombres en la composición de los postulantes, presenta características de desigualdad. En
efecto, los hombres proporcionalmente postulan más que las mujeres a las
universidades del Consejo de Rectores. Lo anterior inicialmente se explica
por los mejores puntajes que estos obtienen en la prueba de selección, donde
superan a las mujeres tanto en lenguaje como en matemáticas, siendo esta
última donde se presentan las mayores distancias con alrededor de 30 puntos
de diferencia.
tabla 4
Promedio Puntaje PSU lenguaje según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Año 2006
Año 2007
Año 2008
489,3
490,1
490,9
487,7
Fuente: Elaboración de los autores
174
485,2
484,3
tabla 5
Promedio Puntaje PSU matemáticas según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Año 2006
Año 2007
Año 2008
509,4
508,5
507,9
476,2
476,6
476,6
Fuente: Elaboración de los autores.
Lo anterior, se contrapone con los mejores resultados que presentan las
mujeres en la enseñanza media, tanto en términos de permanencia como de
rendimiento; donde estas superan levemente a los hombres en el promedio de
notas de enseñanza media.
tabla 6
Promedio Notas de Enseñanza Media (NEM) según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Año 2006
Año 2007
Año 2008
5,6
5,6
5,6
5,8
5,7
5,7
Fuente: Elaboración de los autores
Si además se consideran otros indicadores educacionales, se advierte que
las mujeres en el nivel de enseñanza media presentan en general mejores índices que los hombres.
175
tabla 7
Indicadores de Enseñanza Media
Indicador
Tasa de éxito oportuno
% Total
% Hombres
% Mujeres
80,6
77,4
83,3
63,3
Tasa de éxito total
Tiempo de egreso (años)
4,2
Mayor tiempo de egreso
5,6
58,2
4,3
6,5
68,8
4,2
4,6
Retención del sistema
82,9
79,9
85,9
Mayor tiempo de inversión
17,1
20,8
13,7
Años de inversión por alumno (años)
4,7
4,8
4,5
Fuente: MINEDUC Departamento de Estudios y Estadísticas 2007.
tabla 8
Tasa de aprobación, reprobación y abandono enseñanza
media según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Total
Tasa aprobación
Tasa reprobación
Tasa de abandono
84,5
9,4
6,1
88,6
86,6
6,7
8,1
4,7
5,4
Fuente: MINEDUC Departamento de Estudios y Estadísticas 2007.
Aquí, se hace presente una contradicción; donde la diferencia que se observa –independiente de los positivos indicadores de las mujeres en enseñanza
media– tanto por el peso que tiene la ponderación de la PSU respecto de las
notas de enseñanza media (NEM), como por los mayores puntajes que obtienen los hombres, impacta en los resultados de la selección que realizan las
universidades y finalmente en la matrícula.
176
tabla 9
Relación entre postulantes y estudiantes seleccionados según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Año 2006
Año 2007
Año 2008
72,4 dif 4,6
69,5 dif 4,2
75,5 dif 2,6
74,7
71,5
76,8
77,0
Total
73,7
78,1
Elaborado a partir de información contenida en Anuarios Estadísticos DEMRE 2006,
2007, 2008.
tabla 10
Relación entre estudiantes seleccionados y matriculados
según sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Total
Año 2006
76,8
dif 4,5
81,3
79,1
Año 2007
Año 2008
75,6 dif 5,2
74,9 dif 4,8
78,2
77,3
80,80
79,7
Elaborado a partir de información contenida en Anuarios Estadísticos DEMRE 2006,
2007, 2008.
Lo anterior tiende a reafirmar lo que sostienen Araujo y Moreno, “una
vez rendida la prueba y siguiendo los momentos de postulación a las universidades, de los resultados de la selección realizada por estas, y hasta llegar al
momento de la matrícula, se observa un descenso notable del número de mujeres” (Araujo y Moreno 2005:13)4.
Estas investigadoras refieren esta situación como “curva de fracaso”, y
plantean que ello puede en parte explicarse por las diferencias de puntaje
que obtienen hombres y mujeres en la PSU. Tomando como referencia una
investigación realizada por Armanet y Uribe, refieren que las mujeres obtienen menor puntaje que los hombres, “donde el grupo que obtiene 500 puntos
o menos, el 53% son mujeres; de manera inversa, en los tramos superiores
de puntaje hay mayor concentración de varones”(Armanet y Uribe, 2005 en
Araujo Moreno; 2005:15)5.
4
5
Ibid.
Ibid.
177
Si se considera los resultados de la PSU en los años en comento, se aprecia que esta tendencia persiste en el tiempo, ya que se observa que proporcionalmente los hombres se sitúan más que las mujeres en los tramos de puntaje
más alto, tanto en lenguaje como en matemáticas.
tabla 11
Año
2006
2007
2008
Lenguaje 600 y +
Matemáticas 600 y +
hombres
mujeres
hombres
mujeres
17%
15%
21%
14%
17%
17%
16%
15%
21%
20%
13%
13%
Fuente. Elaboración de los autores.
En este sentido, el informe de la OCDE antes señalado, sostiene la importancia de revisar los mecanismos de ingreso “por cuanto los procesos de selección actuales son una desventaja para las mujeres” (OCDE; 2009:92)6.
Dada esta situación habría que preguntarse qué es lo que opera para producir estos resultados. El hecho que el desempeño de las mujeres en EM supere al de los hombres, pero estas obtengan puntajes más bajos en las pruebas de
selección para el ingreso a las universidades, es una situación que se presenta
también en otros países y que ha llevado a investigar el sesgo de género en las
pruebas de selección.
Al respecto Bravo y Manzzi (2002 en Araujo; 2005)7 plantean que en la
construcción de los instrumentos de medición para la selección universitaria
es posible que se elaboren situaciones o tareas que tengan mayor familiaridad
para hombres o mujeres.
En relación a ello, Araujo y Moreno8 consideran dos elementos relacionados que incidirían en las diferencias que se observan en la participación de
mujeres y hombres en la enseñanza superior. Uno refiere a la existencia de lo
que se ha denominado como “currículum oculto de género” a partir del cual
las y los estudiantes son educados durante el proceso escolar en base a estereotipos y roles de género que inciden diferencialmente en el desarrollo de
habilidades, como asimismo respecto de las elecciones que realizan.
El otro elemento planteado por las autoras se refiere a los parámetros pre-
6
7
8
178
OCDE, op. cit.
Araujo y Moreno. Op. cit.
Ibid.
sentes en la construcción de ítemes o preguntas en las pruebas de selección
universitaria, en tanto el criterio a la base exigiría un tipo de habilidad más relacionada con el pensamiento matemático y científico. Así plantean que “este
hecho que se corresponde con la valoración de la ciencia en la modernidad, y
en especial con el modelo de ciencia de la física y las matemáticas, tiene consecuencias diferenciadas para hombres y mujeres, pues los varones han sido
históricamente socializados y educados en un tipo de pensamiento abstracto
relacionado con la operatoria con números y el lenguaje matemático en general, mientras que las mujeres han sido socializadas en otras áreas de competencia y que se corresponden con el imaginario sobre los roles de las mujeres:
el cuidado y servicio a las personas, y la expresión literaria y artística de sentimientos y emociones.” (Araujo y Moreno; 2005:19)9.
Resulta interesante señalar que lo planteado por estas autoras se ve refrendado por una reciente investigación realizada en segundo ciclo de educación
básica, donde se plantea que “los y las docentes replican en las aulas prácticas
que históricamente han sido cultural y socialmente aceptadas, manteniendo
los estereotipos de género tanto a nivel de las interacciones como del discurso
de los y las docentes” (SERNAM; 2009:70)10.
III. LAS UNIVERSIDADES DEL GOP-CINDA
Considerando estos datos contextuales, podemos dar una mirada a las 14
universidades que integran el Grupo Operativo coordinado por CINDA.
Al respecto, es interesante señalar que la composición de la población estudiantil seleccionada por las universidades del grupo es muy similar a la del
conjunto de universidades del CRUCH.
tabla 12
Composición de la población seleccionada por sexo
Sexo
Mujeres
Hombres
Año 2006
GOPCINDA
General
50,0
50,9
50,0
49,1
Año 2007
GOPCINDA
General
50,3
50,3
49,7
49,7
Año 2008
GOPCINDA
General
49,2
49,8
50,8
50,2
Elaborando a partir de Estadísticas DEMRE y de información recabada por la Comisión en
las universidades del GOP-CINDA
9
10
Araujo y Moreno; 2005:19. op. cit.
SERNAM (2009): Análisis de género en el aula. Documento de Trabajo Nº 117. Departamento de Estudios y capacitación Servicio Nacional de la Mujer. Escuela de Psicología P.
Universidad Católica de Chile
179
Como se observa en la tabla 13, comparada la matrícula de los años en
comento, considerando a las universidades del GOP-CINDA en relación con
el conjunto de la matrícula vía ingreso PSU, se mantiene la tendencia a una
composición mayoritaria de hombres en la matrícula total.
tabla 13
Composición de la matrícula de primer año por sexo
Año 2006
Sexo
Mujeres
GOPCINDA
General
52,3%
52,3%
47,7%
Hombres
Total
100%
Año 2007
47,7%
GOPCINDA
General
52,5
51,9%
47,5
100%
48,1%
100%
100%
Año 2008
GOPCINDA
General
51,9
51,4%
48,1
48,6%
100%
100%
Fuente. Elaboración de los autores
Asimismo, si se considera el porcentaje de mujeres que postulan a las
universidades del GOP-CINDA, es posible sostener que se mantiene la tendencia nacional a dibujar una “curva de fracaso” en el camino de las mujeres
a la universidad. Lo anterior en tanto las cifras para el periodo 2006 a 2008
indican que estas representan más del 50% del conjunto de postulantes a las
universidades del grupo.
No obstante lo señalado en párrafos precedentes, cabe mencionar que al
interior del Grupo se aprecian diferencias importantes entre las universidades;
considerando la matrícula de los años 2006 a 2008. Se aprecia en los extremos
a la Universidad de Santiago de Chile con el mayor porcentaje de hombres y a
la UCT donde se ubica el mayor porcentaje de mujeres.
tabla 14
Porcentaje de mujeres en la matrícula primer año
Universidad
USACH
UCT
Año 2006
Año 2007
Año 2008
60%
63%
61%
43%
Fuente. Elaboración de los autores.
180
41%
41%
Lo anterior puede estar relacionado al tipo de carreras que ofrecen estas
universidades y los cupos existentes en ellas. La tendencia nacional muestra
una mayor concentración de mujeres en las áreas de educación, en tanto en
las áreas de tecnología e ingeniería la presencia de hombres es mayoritaria.
Por otra parte, se aprecian también diferencias significativas de puntaje entre
las universidades, y si bien no hay una relación homogénea, se aprecia una
tendencia a una relación inversamente proporcional entre puntaje PSU y porcentaje de mujeres en la composición del grupo de estudiantes seleccionados
en las universidades del GOP-CINDA.
tabla 15
Distribución de la proporción de mujeres seleccionadas por el
porcentaje de selección promedio para el año 2008
Puntaje promedio
postulantes Año
2008
% de Mujeres
en el total de
seleccionados
Año 2008
U. Católica de Temuco
535.91
61
U. de Los Lagos
523.77
60
U. Cat. de La Santísima Concepción
550.73
57
U. de Magallanes
537.12
56
U. de Antofagasta
540.94
55
U. de Tarapacá
533.25
53
U. de Concepción
601.06
52
U. de Talca
592.93
51
U. de La Serena
562.20
50
U. Austral de Chile
587.13
49
U. de La Frontera
591.76
49
P. U. Católica de Valparaíso
614.03
48
U. del Bío-Bío
562.07
46
U. de Santiago de Chile
629.41
41
Universidad
Elaborado en base informe OCDE 2009 y datos DEMRE.
181
Respecto de lo planteado, interesante resulta observar que considerando
10 de las 14 universidades del grupo –para las cuales se tiene información–
son justamente las dos universidades que presentan el promedio más bajo de
puntaje de postulación, las únicas que aumentan el porcentaje de mujeres en la
selección en relación con el porcentaje de la participación de estas en la postulación.
tabla 16
Relación entre la proporción de mejores postulantes y mujeres
seleccionados en las universidades del Grupo Operativo para
el año 2008
Año 2008
Universidad
U. Católica de Temuco
U. de Los Lagos
U. Cat. de la Santísima Concepción
U. de Concepción
U. de Talca
U. Austral de Chile
U. de La Frontera
P. U. Católica de Valparaíso
U. del Bío-Bío
U. de Santiago de Chile
Puntaje
promedio
postulantes
% de Mujeres
en el total de
seleccionados
% de Mujeres
en el total de
postulantes
523.77
60
56
535.91
550.73
601.06
592.93
587.13
591.76
614.03
562.07
629.41
61
57
52
51
49
49
48
46
41
58
62
54
52
53
54
48
51
43
Elaborado en base informe OCDE2009, datos DEMRE e información de 10 universidades
del GOP-CINDA.
Lo anterior podría indicar la presencia de una tendencia a la feminización
de algunas universidades en relación con los menores puntajes en las pruebas
de selección. El fenómeno de feminización en las universidades, hasta ahora,
ha sido más señalado respecto de ciertas carreras y áreas del conocimiento,
donde no solo participan los estereotipos de género sino también los puntajes
de ingreso.
Una mirada a la selección en algunas carreras presentes en las universidades del GOP-CINDA muestra, si bien con variaciones, la posible persistencia
de una lógica de género en la composición de la matrícula por carrera.
182
tabla 17
Evolución de la proporción de mujeres seleccionadas en las
Universidades del Grupo Operativo de CINDA (2006-2008)
Carreras más comunes
Pedagogía o Educación Básica
Trabajo Social
Psicología
Contador Auditor
Ingeniera Comercial
Derecho
Arquitectura
Medicina
Ingeniería Civil Industrial
Año 2006
Año 2007
Año 2008
73%
75%
78%
78%
70%
55%
50%
54%
49%
47%
31%
81%
68%
59%
50%
50%
48%
39%
30%
80%
65%
57%
53%
52%
52%
45%
34%
Fuente: datos DEMRE.
Lo anterior dice relación con las construcciones de género presentes en la
sociedad chilena, de las que las y los jóvenes se han ido apropiando a lo largo
de su vida; donde como se señalaba en el acápite anterior la escuela juega un
papel relevante, tanto en la definición de las elecciones, como respecto de la
habilidades que esta desarrolla diferencialmente en mujeres y hombres, condicionando las posibilidades de inserción en la vida universitaria. Al respecto,
es importante considerar el valor social asignado a ciertas carreras en nuestra
sociedad y su relación con las posibilidades de inserción en el mercado laboral, así como también de inclusión en los procesos de desarrollo. En este
sentido cobra interés lo planteado por Araujo y Moreno, en relación con las
pruebas de selección a las universidades, cuando señalan la importancia de
“establecer los puntos críticos que se revelan como sesgos de género en estas
pruebas, y que estarían dificultando las reales posibilidades de desarrollo de
las mujeres en áreas de mayor prestigio y mejores niveles de ingresos, lo que
deja al descubierto un sistema de educación que no otorga igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, pues estas últimas estarían en desiguales
condiciones de preparación para competir con los varones, en especial en las
áreas más dinámicas de la economía”(Araujo y Moreno; 2005: 19)11.
11
Araujo y Moreno; 2005: 19, op. cit.
183
Ahora bien, si se analiza la población estudiantil matriculada en las universidades del GOP, considerando solo a los estudiantes recién egresados de
educación media, se aprecia una tendencia similar a la descrita en párrafos
anteriores en la composición de la matrícula por sexo.
tabla 18
Ingreso de estudiantes a primer año recién egresados de
enseñanza media: Suma de porcentaje de mujeres por universidad
años 2006 a 2008
Universidad
Año 2006
Año 2007
Año 2008
P. U. Católica de Valparaíso
46,12%
42,54%
47,44%
U. Austral de Chile
46,48%
49,68%
46,90%
U. del Bío-Bío
42,61%
43,28%
44,80%
U. Católica de la Santísima Concepción
58,22%
56,41%
61,33%
U. Católica de Temuco
59,46%
61,33%
60,99%
U. de Concepción
49,14%
48,25%
49,98%
U. de La Frontera
45,30%
45,43%
47,67%
U. de Los Lagos
56,05%
54, 03%
59,38%
U. de Santiago de Chile
40,15%
39,52%
39,33%
U. de Talca
47,72%
48,23%
50,19%
Elaborado en base a información aportada por10 Universidades del GOP-CINDA.
Si se realiza un corte horizontal, respecto de la distribución de la matrícula por régimen de establecimiento educacional de proveniencia, se aprecia,
una tendencia a que la mayor diferencia de composición entre mujeres y
hombres se presenta en los colegios particulares pagados; donde se observa
un porcentaje significativamente mayor de hombres, especialmente si este se
compara tanto con la composición de la matrícula general para las universidades del GOP-CINDA como para el promedio nacional.
184
tabla 19
Distribución de los seleccionados por sexo en las Universidades del
GOP-CINDA por establecimiento de procedencia
Año 2006
Régimen
Año 2007
Año 2008
Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total
Municipal
Part. subvencionado
Particular pagado
Sin información
Total general
49%
51%
100%
48%
52%
100%
50%
50%
100%
42%
58%
100%
41%
59%
100%
45%
55%
100%
48%
75%
47%
52%
25%
53%
100%
100%
100%
48%
52%
33%
67%
47%
53%
100%
100%
100%
48%
43%
48%
52%
57%
52%
100%
100%
100%
Elaborado en base a información aportada por Universidades del GOP-CINDA (considera
10 de las 14 universidades del Grupo).
Considerando que en general las mujeres obtienen menores puntajes que
los hombres en la PSU y que en las universidades privadas las mujeres son
porcentualmente mayoritarias en la composición de la matrícula; se podría hipotetizar que lo expresado en el párrafo precedente, puede tener relación con
que las mujeres provenientes de colegios particulares pagados, al no lograr
ingresar a las carreras de su preferencia, dados los puntajes obtenidos en la
PSU, tienen la posibilidad de optar por inscribirse en universidades donde el
puntaje PSU no sea tan incidente pudiendo así estudiar la carrera elegida en
lugar de cursar carreras alternativas.
Si la mirada se realiza verticalmente, se aprecia que, tanto para la matrícula femenina como para la masculina el mayor porcentaje proviene de
establecimientos particulares subvencionados; como asimismo, que el menor
porcentaje corresponde a establecimientos particulares pagados.
tabla 20
Distribución de los seleccionados por establecimiento
de origen según sexo
Régimen
Municipal
Part. subvencionado
Particular pagado
Sin información
Total general
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total
41%
39%
40%
39%
37%
38%
39%
36%
37%
12%
15%
14%
12%
15%
13%
15%
17%
16%
46%
0%
100%
46%
0%
100%
46%
0%
100%
49%
0%
100%
48%
0%
100%
49%
0%
100%
47%
0%
100%
47%
0%
100%
47%
0%
100%
Elaborado en base a información aportada por 10 Universidades del GOP-CINDA.
185
Un aspecto interesante que se observa al mirar la distribución de la matrícula en el corte vertical, es que las mujeres presentan un porcentaje relativamente superior al de los hombres respecto de la proveniencia de colegios municipalizados. Este dato puede ponerse en relación con los de la cobertura de
educación superior en Chile por quintil de ingreso, donde los hombres superan
a las mujeres en todos los quintiles a excepción del quintil I. Al respecto,
Araujo y Moreno12 plantean que esta situación podría explicarse tanto porque
las mujeres al tener menores niveles de deserción escolar tendrían más posibilidades de incorporarse a la educación superior, como porque para ingresar al
mercado laboral, estas precisan mayor capacitación.
Si se consideran los datos de desempeño en enseñanza media de los y las
estudiantes que ingresan a las universidades del GOP-CINDA, tomando como
indicador el promedio de notas de EM en la distribución de la matrícula, es
posible advertir que los datos tienden a confirmar el impacto diferencial en
términos negativos que tiene para las mujeres el peso de la PSU en sus posibilidades de ingreso a la universidad. Lo anterior en tanto, como se aprecia en la
siguiente tabla, las mujeres en un 73 % se sitúan con promedios de notas del
6.0 hacia arriba, porcentaje que para los hombres es de un 58%.
tabla 21
Distribución de la selección en las Universidades del GOP-CINDA
por notas de la enseñanza media según sexo
Rango Notas
Año 2006
Mujeres Hombres
Año 2007
Total
Mujeres Hombres
Año 2008
Total
Mujeres Hombres
Total
Menor a 5,0
0%
0%
0%
0%
0%
0%
0%
0%
0%
Entre 5,0 y 5,9
27%
41%
34%
28%
42%
35%
30%
43%
37%
Entre 6,0 y 6,5
57%
48%
52%
56%
48%
52%
55%
48%
52%
Mayor 6,5
16%
10%
13%
16%
9%
12%
14%
8%
11%
Total general
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
Elaborado en base a información aportada por Universidades del GOP-CINDA (considera
10 de las 14 universidades del Grupo).
Lo anterior cobra mayor relevancia si se considera que los datos de desempeño de las mujeres en educación media se corroboran en la educación
universitaria, en tanto estas presentan en las universidades del GOP mayores
índices de logro y de retención, que sus pares hombres.
12
186
Ibid.
Como se observa en las tablas siguientes, si se considera la retención a
primer año tanto asociada al tipo de régimen del establecimiento educacional
de procedencia, como respecto del quintil de ingreso, las mujeres presentan
tasas de retención superiores a las de los hombres.
tabla 22
Tasa de retención primer año según establecimiento tipo de
educacional de origen
Año 2006
Tipo de Establecimiento
Año 2007
Año 2008
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Promedio municipal
83%
79%
86%
79%
84%
79%
Promedio particular
subvencionado
84%
79%
84%
81%
85%
79%
Promedio particular pagado
72%
77%
80%
78%
78%
75%
Promedio general
80%
74%
81%
76%
81%
74%
Elaborado en base a información aportada por 8 Universidades del GOP-CINDA.
tabla 23
Tasa de retención 1er año, según quintil socioeconómico
Quintil
Año 2006
Año 2007
Año 2008
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Promedio Quintil 1
84%
78%
84%
79%
86%
80%
Promedio Quintil 2
84%
81%
86%
82%
85%
79%
Promedio Quintil 3
82%
79%
85%
84%
83%
82%
Promedio Quintil 4
81%
79%
85%
80%
84%
80%
Promedio Quintil 5
82%
74%
90%
65%
86%
63%
Promedio Sin Dato
76%
71%
78%
73%
74%
70%
Promedio general
81%
77%
85%
77%
83%
76%
Elaborado en base a información aportada por 7 Universidades del GOP-CINDA.
187
Cuando se analiza la variable retención en la educación superior, se suele
considerar que es posible que la mayor tasa de retención en las mujeres esté
asociada a las mayores posibilidades de los hombres de incorporarse tempranamente al mercado laboral, y a la necesidad de ellas de contar con mayor
calificación para poder optar a mejores condiciones laborales. Por otra parte,
esto también podría estar asociado a lo que indican los datos respecto a las
razones que inciden en la deserción de la educación en hombres y en mujeres,
donde para los primeros aparece con mayor peso el trabajo remunerado y para
las mujeres el cuidado de hijos/as; ambas situaciones indican la actuación de
construcciones de género tradicionales respecto del lugar y valor de aquello
considerado como propiamente femenino y propiamente masculino en nuestra
sociedad.
Por último, al analizar la tasa de logro a primer año para los años en comento, se aprecia que aquí las mujeres también presentan mejores resultados
que los hombres, con un promedio de 8,5 puntos porcentuales de diferencia.
tabla 24
Resultados académicos por sexo en las Universidades
del GOP-CINDA
Sexo
Mujeres
Año 2006
Año 2007
Año 2008
77,3%
77,1%
77,0%
Hombres
85,9%
86,2%
85,5%
Fuente: Elaboración de los autores.
Dado lo expuesto, cabe preguntarse no solo respecto de la PSU como predictor del desempeño en la universidad, sino también y más profundamente,
cómo el sistema de selección opera respecto de la equidad en educación superior.
Junto a lo anterior, ampliando la pregunta por la equidad en las universidades, si bien los datos con que se cuenta no son concluyentes, es posible sostener que al parecer, el género como dimensión de la desigualdad social (De
Barbieri; 2005)13, se hace presente en estas instituciones. Por ello, cabe reafirmar lo planteado por el informe de la OCDE14 en términos de considerar la
equidad de género como un ámbito de preocupación, que aparece invisibilizado a nivel de las universidades. En relación con ello, a la luz de lo presentado,
13
14
188
De Barbieri. 2005. op. cit.
OCDE. Op. cit.
si bien en la configuración de este fenómeno no solo participan como agentes
las universidades, no es menos cierto que estas tienen una responsabilidad ineludible en tanto actores sociales, en especial aquellas que como las del GOPCINDA, participan del CRUCH, tanto porque entre otras cosas, participan de
la definición de los mecanismos de selección para el ingreso a las universidades; como por la gravitante participación que tienen respecto del desarrollo
social y económico del país.
Asimismo, en una de sus tareas fundamentales como es la investigación
podrían realizar un aporte sustantivo al desarrollar investigaciones que permitan una lectura tanto extensiva como intensiva respecto de la equidad de
género. Por último, en su tarea formadora, al visibilizar y problematizar este
aspecto en sus prácticas educativas, contribuirían a la formación de profesionales que en sus actuaciones contribuyeran a minimizar las desigualdades
existentes en nuestra sociedad por razones de género.
189
Capítulo IV
EXPERIENCIAS DE ACCIÓN AFIRMATIVA
EN LAS UNIVERSIDADES CHILENAS
DIVERSIDAD Y EQUIDAD: PROGRAMAS
DE ACCIÓN AFIRMATIVA EN LA
EDUCACIÓN SUPERIOR CHILENA
Virginia Alvarado*
Mario Báez E.**
Anahí Cárcamo***
Mario Cazenave G.****
Rodrigo del Valle M.*****
Elena Espinoza A.******
Angélica García*******
Ricardo Herrera L.********
Jorge Lagos C.*********
Elia Mella**********
Paula Riquelme B.**********
I. INTRODUCCIÓN
En términos generales, por “acción afirmativa” se entiende las medidas
positivas que se adoptan para aumentar la representación de las mujeres y
las minorías en las áreas de empleo y educación, de las que han sido históricamente excluido(a)s. Cuando esas medidas implican selección preferencial
–selección sobre la base de género u origen étnico– la acción afirmativa genera gran controversia (Warnke 1998)1.
El desarrollo, el ataque y la defensa de la acción afirmativa preferente
se ha extendido a lo largo de dos vías. Una ha sido legal, donde países de
Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) y de la Unión Europea han hecho
aplicar normas que requieren de acción afirmativa. La otra vía ha sido el de-
*
**
***
****
*****
******
*******
********
*********
**********
**********
1
Directora de Docencia de la Universidad de Magallanes. Punta Arenas. Chile.
Director del Departamento de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Tarapacá, Chile.
Jefa de la Carrera de Educación Parvularia de la Universidad de Magallanes. Punta
Arenas. Chile.
Académico de la Universidad de Tarapacá, Chile
Director de Desarrollo Docente de la Universidad Católica de Temuco, Chile.
Unidad de Apoyo al Aprendizaje de los Estudiantes de Pregrado de la Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
Jefa de la Carrera de Educación Física de la Universidad de Magallanes. Punta Arenas.
Chile.
Secretario General de la Universidad de La Frontera, Temuco, Chile.
Director Departamento de Español de la Universidad de Tarapacá, Chile.
Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Magallanes, Punta Arenas,
Chile.
Subdirectora de Desarrollo Estudiantil de la Universidad Católica de Temuco, Chile.
Warnke, Georgia, 1998. “Affirmative Action, Neutrality, and Integration,” Journal of
Social Philosophy, 29 (Winter): 87-103.
193
bate público, donde la práctica del trato preferencial ha dado lugar a una vasta
literatura en pro y en contra de la acción afirmativa.
Los orígenes de la acción afirmativa se remontan a la década anterior
con la promulgación en los Estados Unidos de la Ley de Derechos Civiles
de 1964. Una serie de iniciativas legislativas, sobre todo de índole laboral,
comenzaron a poner en práctica la noción de “cuotas” de empleo para ciertas
minorías. La controversia adquirió notoriedad en los 70 cuando la discriminación positiva se hizo extensiva a todos los contratistas del aparato público
norteamericano y a todas las instituciones, grandes y pequeñas, que mantuvieran un tipo de relación contractual con el Estado, lo que incluyó a un tipo muy
especial de institución como son las universidades.
Al principio, los administradores y académicos universitarios consideraron que tales normas eran un tanto ambiguas y detrimentales, pero no las consideraban una amenaza para el orden establecido. El número de estudiantes
de minorías raciales y étnicas que recibían doctorados cada año, y que por lo
tanto se hacían elegibles para puestos de trabajo en los claustros académicos,
era muy pequeño. Cualquier mandato para aumentar su representación laboral en las universidades requería de búsquedas diligentes por parte de estas
instituciones. Sin embargo, el resultado de esas búsquedas terminó siendo
un espejo de las condiciones históricas. Esta situación cambió cuando se introduce una modificación que remeció la autocomplacencia de los claustros
universitarios: se incluyó a las mujeres entre las “clases protegidas”, cuya
“subutilización” exigió el establecimiento de “objetivos” y “horarios” para
la “plena utilización” de este recurso humano (Graham, 1990, 413)2. A diferencia de las minorías étnicas, las mujeres estaban recibiendo doctorados
en números importantes y crecientes, por lo que eran elegibles para ingresar
como académicas a las universidades. Algunos profesores estallaron en furia
en oposición a la nueva normativa, mientras que otros salieron en defensa con
la misma vehemencia.
Estos eventos desencadenaron un giro público en la filosofía, sociología,
antropología y ciencias políticas de las universidades, tan acostumbradas a
estudiar, conocer, explicar o interpretar cualquier tipo de fenómeno sociopolítico excepto los de sus propias realidades universitarias. Por varias décadas
las ciencias sociales y humanidades habían tratado lo moral y lo político atingente a las universidades de un modo oblicuo. Ahora estaban siendo interpeladas a pronunciarse acerca de un fenómeno que les afectaba desde dentro. Ya
no bastaba el “análisis conceptual” en las ciencias sociales, o la “metaética”
filosófica; sino que florecen la “teoría y acción social” y la “ética normativa”.
En las universidades los filósofos y cientistas sociales abordaron esta
problemática desde distintas perspectivas. Algunos defendieron el uso de la
discriminación positiva para el empleo de mujeres y minorías étnicas como
una forma de compensación por su exclusión histórica de la academia y del
2
194
Graham, Hugh Davis, 1990. The Civil Rights Era: Origins and Development of National Policy 1960– 1972, New York: Oxford University Press.
mercado laboral (Thompson, 1973)3. Otros sostenían que la discriminación
positiva podría funcionar como una especie de bien social, sin violentar a la
justicia (Nagel, 1973; 1978)4. Las instituciones podrían, por una u otra vía, ir
apartándose de los criterios de selección meritocrática estándar para el empleo
en las universidades, porque todo el sistema de vincular la retribución económica a las credenciales académicas era en sí misma indefendible.
Las argumentaciones en pro y contra la discriminación positiva derivaron
en torno a la noción de Justicia de la acción afirmativa. Varios autores (Goldman 1975, 19765; Simon 1974, 315-196; Sher 1979, 81-827) cuestionaron
el argumento de Thompson de que la contratación preferencial compensa los
errores del pasado. La contratación preferencial vista como indemnización les
parecía perversa ya que, sostenían, beneficia a los individuos (minorías y mujeres con buenas credenciales educacionales) menos perjudicados por los errores del pasado, mientras que castiga a otros individuos (jóvenes varones de las
mayorías) menos responsables de las inequidades históricas.
Los defensores de la discriminación positiva no tardaron en establecer sus
propias argumentaciones en torno a la justicia de la acción afirmativa. Mary
Anne Warren (1977)8, por ejemplo, argumentó que en un contexto de discriminación de género arraigada, las preferencias de género podrían mejorar la
“equidad general” de las selecciones en el mercado laboral y ese es un acto
de justicia. Warren argumentaba que si las carreras laborales de los hombres
entraban temporalmente en retroceso debido a las preferencias entregadas a
las mujeres, existían altas probabilidades que estos mismos hombres se hayan
beneficiado en el pasado y/o se beneficien en el futuro - no necesariamente por
sus mejores competencias laborales – sino que por la discriminación sexista
contra la mujer. Por el contrario, las mujeres que recibían bonos individuales
aparentemente no merecidos a través de selección preferencial, era muy probable que hayan sufrido en el pasado y/o sufrirían en el futuro... de las actitudes sexistas. (Warren, 1977, 256)9
Del mismo modo, James Rachels defendió las preferencias raciales como
dispositivos para neutralizar las ventajas no merecidas por las mayorías. Dada
3
4
5
6
7
8
9
Thomson, Judith Jarvis, 1973. “Preferential Hiring,” Philosophy & Public Affairs, 2 (Summer): 364–384.
Nagel, Thomas, 1973. “Equal Treatment and Compensatory Discrimination,” Philosophy
& Public Affairs, 2 (Summer): 348–363. Nagel, Thomas, 1978. “What People Deserve,” in
John Arthur and William Shaw (eds.), Justice and Economic Distribution, Englewood Cliffs,
New Jersey: Prentice-Hall, 150–163.
Goldman, Alan, 1975. “Reparations to Individuals or Groups?” Analysis, 35 (April): 168–
170. Goldman, Alan, 1976. “Affirmative Action,” Philosophy & Public Affairs, 5 (Winter):
178–195.
Simon, Robert L., 1974, “Preferential Hiring: A Reply to Judith Jarvis Thomson,” Philosophy & Public Affairs, 3 (Spring): 312–320.
Sher, George, 1979. “Reverse Discrimination, the Future, and the Past,” Ethics, 90 (October): 81–87.
Warren, Mary Anne, 1977. “Secondary Sexism and Quota Hiring,” Philosophy & Public
Affairs, 6 (Spring): 240–261.
Ibidem
195
la omnipresencia de la discriminación racial, Rachel argumentaba que era
probable que las credenciales superiores presentadas por las mayorías blancas
al solicitar un trabajo, no reflejaran un mayor esfuerzo o capacidad. Más bien,
las credenciales reflejaban la suerte de haber nacido blanco. “Algunos... [candidatos] blancos tienen mejores calificaciones... solo porque no han tenido
que lidiar con los obstáculos que enfrentan los competidores afroamericanos
“(Rachels 1997)10. Rachels tenía menos confianza que Warren en el sentido de
que las preferencias produjeran compensaciones uniformes y exactas. La discriminación positiva podría ser injusta para algunos blancos, sin embargo, su
ausencia daría lugar a mayores injusticias para los afroamericanos que habían
sido injustamente perjudicados en el transcurso de la historia. Esta propuesta,
sin embargo, fue confrontada por el principio de la igualdad de oportunidades,
como principio moral de base para el reclutamiento en el mercado laboral
(contratación de los más competentes).
Sin embargo, la regla para la contratación de los más competentes se
justificaba como parte de un derecho a la igualdad de oportunidades para
tener éxito a través de esfuerzos socialmente productivos y sobre la base de
aumentar el bienestar para todos los miembros de la sociedad. Puesto que se
justifica en relación con el derecho a la igualdad de oportunidades, y dado que
la aplicación de la norma solo puede agravar las injusticias cuando las oportunidades son desiguales en el resto del sistema, la discriminación positiva tiene
prioridad cuando entra en conflicto con la norma para la adjudicación de empleo según credenciales. Así, las violaciones temporales de la norma se justificaban para crear una sociedad más justa en la distribución de los beneficios
pudiéndose mantener en el tiempo si no cambiaban las condiciones generales
de injusticia. (Goldman, 1975; 1976)11.
En la década de 1970, mientras las universidades del primer mundo estaban involucradas en el debate acerca de cómo aumentar la presencia de
las minorías y de mujeres entre los académicos, también estaban tratando de
poner en práctica planes para aumentar la presencia de las minorías dentro del
estudiantado. Las universidades muy selectivas, en particular, necesitaban de
nuevas iniciativas ya que solo muy pocos graduados de enseñanza secundaria
pertenecientes a estos grupos minoritarios tenían calificaciones suficientes
como para hacerlos elegibles para matrícula. Estas instituciones se enfrentaron a una definición: seguir sin cambiar sus criterios de admisión y mantener
muy poca representación de las minorías entre el estudiantado, o cambiar sus
criterios de admisión para obtener una representación más sustancial. La mayoría eligió el segundo camino.
Más allá de los argumentos estrictamente legales, se observa cómo en el
debate público la justicia se hace homóloga a la equidad. La discriminación
positiva logra mayor igualdad de oportunidades. No obstante, una noción demasiado general de igualdad puede ser empleada tanto para la defensa de la
10
11
196
Rachels, James, 1997. “Justifying Reverse Discrimination in Employment,” Philosophy &
Public Affairs, 4 (Winter): 159–170.
Goldman, 1975; 1976. Op. cit.
acción afirmativa (y la inclusión social que logra) como para condenarla (por
la no neutralidad racial que implica). El desafío que involucra lo anterior está
bien ilustrado por el debate entre Carl Cohen y James Sterba a partir del principio aristotélico de que lo igual debe ser tratado como igual. Este principio,
señala Cohen, implica que “no es correcto, siempre y en todas partes, dar ventaja especial a ningún grupo, simplemente sobre la base de las características
físicas que no tienen relevancia para el premio que se otorga o de la carga que
se impone”(Cohen y Sterba 2003, 25)12. Si algo interesante se desprende de
esta propuesta depende de cómo se interprete la “relevancia”. Cohen admite
que la política pública puede con razón tratar a algunas personas de manera
diferente debido a sus características físicas. Por ejemplo, el Estado podría
ofrecer asistencia especial a la tercera edad o a los discapacitados. Este ejemplo sugiere que la “relevancia” de las diferencias físicas es algo independiente
de la política social. La edad y la discapacidad son características reales de la
las personas y la política pública simplemente trata de abordarlas para el bien
común. Sin embargo, las diferencias no es algo dado por la naturaleza misma,
es determinada por fines públicos. La edad y la discapacidad se hacen “relevantes” de esta manera –en un caso con el fin de asegurar que las personas
no tengan que vivir en la pobreza cuando ya no puedan trabajar– y en el otro
caso, con el fin de asegurar que las personas no sean excluidas del desarrollo y
la comercialización de sus talentos por los impedimentos en el entorno físico.
El propósito entonces determina la relevancia, y esto es así, sean o no estas diferencias relevantes de carácter físico o cultural. Por ejemplo, si el país
cree que es conveniente diversificar étnicamente las instituciones de educación superior para que sean menos uniformes, ese hecho vincula lo cultural y
racial a la contratación y a la composición de la matrícula. Tal discusión no se
ha dado en Chile, y lo que se muestra en este capítulo corresponde a iniciativas institucionales con financiamiento propio y/o externo.
Si las universidades quieren entender la diversidad y el papel que la etnicidad podría desempeñar en lograrla, deben buscar nuevas formas o programas de matrícula para las minorías. En ese sentido, el origen podría considerarse un “plus” en el expediente de un postulante, pero sin aislar a la persona
de los demás postulantes para las vacantes disponibles. La ventaja de programas de admisión que tratan a cada postulante como un individuo, es que el
que no alcanza el puntaje de corte no ha sido excluido de toda consideración
para esa vacante simplemente porque él no era del color correcto o tenía el
apellido equivocado. Solo significa que sus calificaciones no superaban las de
los demás postulantes. Sus calificaciones se deben ponderan de manera justa
y competitiva, y no habría ninguna base para quejarse de la desigualdad de
trato.
De hecho, la razón principal de las universidades que mantienen una política de acción afirmativa es su coherencia con la misión institucional para
preparar a los futuros líderes del país y ser instituciones socialmente responsa12
Cohen, Carl, and James Sterba, 2003. Affirmative Action and Racial Preferences: A Debate,
New York: Oxford University Press.
197
bles. Sin embargo, se requiere con urgencia de políticas públicas que aborden
esta temática. El argumento es sencillo:
•
•
•
En la formación profesional y de líderes debe estar representada la composición étnica de la población.
La universidad, como centro principal de formación de profesionales líderes, debe graduar generaciones de acuerdo a esa representación de la
población.
Para graduar esas generaciones es necesario admitir cohortes de estudiantes étnicamente representativas.
En esa perspectiva, la diversidad étnica y cultural no es un contribuyente
incidental a una misión universitaria, sino que deberían ser parte de la misión
de la universidad, así como lo son la responsabilidad social, la investigación y
la extensión relevantes para el desarrollo local y nacional.
Esta lógica de “integración” está mucho más alineada con la práctica real
de la universidad para la atención a la diversidad. Para formar profesionales
líderes con legitimidad a los ojos de la ciudadanía, es necesario que el camino
de la formación profesional esté visiblemente abierto a los estudiantes talentosos y calificados de todas las condiciones culturales y origen étnico. Todos los
miembros de nuestra sociedad heterogénea deben tener confianza en la transparencia y la integridad de la formación profesional en las universidades. Ello
significa que el acceso debe ser más inclusivo de modo que todos los miembros de nuestra sociedad heterogénea pueden participar en las instituciones
que brindan la formación y la educación necesaria para tener éxito en nuestra
sociedad. La sociedad será más fuerte y más justa, si en las filas de sus ciudadanos más destacados, se incluye una variedad étnica más amplia de personas
que en la actualidad.
Los debates acerca de la acción afirmativa no pueden perder de vista el
ideal de la integración como un objetivo moral y político de peso. A menos
que los grupos desfavorecidos se integren en las instituciones de la sociedad
en general, ellos seguirán siendo víctimas de la segregación y de la discriminación. Pero la pérdida no es solo suya, se trata de un fracaso de la sociedad
en general en sus intentos por alcanzar amplios espacios sociales en los que
los ciudadanos de todos los orígenes puedan intercambiar ideas y cooperar
en términos de igualdad, que es una condición social indispensable de la democracia. Ya es tiempo que las instituciones de educación superior puedan
defender este ideal. (Anderson, 2002, 1270-71)13.
En este contexto en el presente capítulo se profundizó en aquellos programas de las universidades del Grupo Operativo coordinado por CINDA que
tenían como componente central la acción afirmativa.
13
198
Anderson, Elizabeth S., 2002. “Integration, Affirmative Action, and Strict Scrutiny,” New
York University Law Review, 77 (November): 1195–1271.
II. METODOLOGÍA
En una primera fase se trabajó en profundizar sobre las características
y componentes de la acción afirmativa consensuando su concepto. Luego se
definió qué áreas de acción afirmativa se abordarían, optando por focalizar
en programas con mayor potencial presencia en educación superior, es decir,
aquellos orientados a estudiantes de pueblos originarios, estudiantes con discapacidad y programas con foco en el género, en particular en la mujer. Para
ello se operacionalizaron las tres áreas de la siguiente forma:
•
•
•
Pueblos originarios: programas destinados a promover el acceso y/o desempeño académico de estudiantes pertenecientes a pueblos originarios de
Chile, incluyendo aquellos definidos en la Ley Indígena 19.253 (Kawaskar, Atacameño, Aimara, Colla, Mapuche, Quechua, Rapanui y Yámana).
Personas con discapacidad: programas destinados a compensar y apoyar
la pérdida de largo plazo de funciones mentales (discapacidades diagnosticadas como Down, esquizofrenia, otros), sensoriales (ceguera o baja
visión, sordera) o motoras (trastornos motores como hemiplejia, parálisis
cerebral) que repercute en la funcionalidad de las personas (desempeños
en distintos ambientes como movilización y desplazamiento, acceso a la
información, autonomía, etc.). Estos programas deben tener la finalidad de
mejorar el acceso y participación en sus procesos formativos.
Programas de género: programas destinados a promover el acceso o
desempeño académico de estudiantes, particularmente mujeres, que por
condiciones asociadas a su género ven dificultado el acceso, permanencia
y participación en los procesos formativos (Ej.: programa para apoyar la
continuidad de estudio de mujeres embarazadas, acceso de mujeres a programas tradicionalmente masculinos, etc.).
Junto con definir las áreas de acción afirmativa se llevó a cabo una revisión de la literatura y legislación disponible para identificar posibles estándares que orientan este tipo de programas de acción afirmativa. Como se explica
en el siguiente acápite, uno de los primeros hallazgos fue la ausencia de estándares validados internacionalmente en las áreas trabajadas, en particular en
el contexto educativo, por lo que se optó por trabajar con “principios orientadores” que estuvieran validados a través de fuentes reconocidas tales como
convenios, políticas públicas o legislación, y que además fueran aplicables en
educación superior.
Una vez definidos los tipos de programas a abordar y los principios orientadores, se seleccionaron de la muestra entre las 159 detectadas en las 14 universidades del Grupo Operativo aquellos que cumplían con las características
propias de la acción afirmativa en las tres áreas definidas. Para cada uno de los
programas se realizó un análisis más acabado a partir de análisis documental
y/o entrevistas en profundidad con foco, entre otros aspectos, en las fortalezas
y debilidades de los programas, su relación con los principios orientadores, y
los aprendizajes y recomendaciones que surgían desde la experiencia de implementación.
199
III. PRINCIPIOS ORIENTADORES PARA LA ACCIÓN AFIRMATIVA
EN EDUCACIÓN SUPERIOR
3.1. Educación superior: acceso e igualdad desde un enfoque de derechos
humanos
En la actualidad se está transitando desde un paradigma con visión paternalista y asistencialista de los derechos a otro en el que priman la inclusión
y participación de los grupos minoritarios y la exigibilidad de sus derechos.
Considerando que el acceso a la educación es un derecho de todas las personas, y que la preocupación debe focalizarse en la calidad de este derecho,
UNESCO (2007) ha definido que esta involucra las siguientes dimensiones:
respeto por los derechos, relevancia, pertinencia, equidad y eficiencia y eficacia. En la tabla 1 se describen estas dimensiones.
tabla 1
Definición de las dimensiones
Dimensiones
Definiciones
Respeto por
los derechos
Los principios básicos que orientan la educación deben ser
iguales para todos, sea cual sea su origen o condición.
Relevancia
Las metas y objetivos educacionales deben responder a las aspiraciones de un país no a los grupos de poder. El desarrollo integral de la persona es una de las finalidades que se le asignan a
la educación en todos los instrumentos de carácter internacional
y en las legislaciones de los países de la región.
Pertinencia
La educación debe ser significativa para las personas de distintos
estratos sociales y culturas, y con diferentes capacidades e intereses de modo que puedan apropiarse de los contenidos de la cultura mundial y local. Debe también adaptarse a las características de
los estudiantes y de los diversos contextos sociales y culturales,
considerando la participación de los sujetos involucrados.
Equidad
La equidad no significa homogeneidad en los procesos, se
deben tener en cuenta el equilibrio entre la igualdad y las diferencias. Los sistemas educativos deben asegurar en tres dimensiones la equidad: acceso, los procesos y los resultados de las
metas educativas.
Eficiencia y
eficacia
Una educación de calidad para todas y todos debe ser eficiente
y eficaz. Las políticas educativas de los Estados deben ser eficaces en su implementación, pero considerando el enfoque de
derechos, y una teniendo en cuenta la equidad.
200
La revisión de estas dimensiones, referidas a la calidad educativa, y la
revisión de las convenciones y declaraciones que se describen a continuación,
permitieron identificar principios orientadores y aspectos de concreción de
estos para programas de acción afirmativa para personas con discapacidad,
pueblos originarios y programa de género (mujer). A continuación se presenta
la tabla 2 que describe la documentación revisada.
tabla 2
Convenciones y declaraciones que orientan la acción afirmativa
Año
Nombre del
documento
Organización
1948
Declaración
de Derechos
Humanos
ONU
1979
Ratificada
por Chile
en 1989
Convención
sobre
eliminación
de todas las
formas de
discriminación
contra la mujer
ONU
1990
Cumbre de
Jotiem
UNESCO
2000
Cumbre de
Dakar
UNESCO
Temas abordados
Declaración de Derechos Humanos, en ella se expresan los
principios básicos que toda
nación debe velar se cumplan
para el bienestar de las personas.
Eliminación de la discriminación (distinción, exclusión o
restricción) contra la mujer en
todas sus formas. Fundamento
en la igualdad del hombre y la
mujer, de los derechos humanos
y las libertades fundamentales
en las esferas política, económica, social, cultural y civil o
en cualquier otra esfera.
Documento que recoge los principios de la declaración de una
“Educación para todos”, que da
orientaciones de las acciones
que deben desarrollar las naciones para avanzar en la igualdad
de oportunidades en el acceso
al sistema educativo.
Documento que revisa los avances desarrollados por las naciones en las metas de educación
para todos y recoge los nuevos
“Retos de la Educación” para el
año 2015.
201
tabla 2
Continuación
Año
2007
2007
1989
Ratificado
por Chile
2008
Nombre del
documento
Organización
Educación de
calidad para
todos: un asunto
de derechos
humanos.
Buenos Aires,
Argentina
UNESCO
Convenio 169
Organización
Internacional
del Trabajo
Declaración de
las personas con
discapacidad
Temas abordados
Documento de discusión sobre
políticas educativas en el marco
de la II Reunión Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (EPT/
PRELAC)
Declaración de derechos específicos para las personas
con discapacidad y define la
discapacidad desde el enfoque
social.
Documento que describe y reconceptualiza los derechos de
los pueblos originarios y los
aspectos legales que deben protegerlos.
Una vez analizadas estas declaraciones y convenciones, se constató que,
aunque no existen estándares claramente definidos, en particular en el ámbito
de la educación superior, es posible identificar principios orientadores similares para los tres colectivos: mujeres, personas con discapacidad y pueblos
originarios, los cuales se presentan a continuación:
•
•
•
•
•
•
202
Acceso y no discriminación: acceso general para todos y todas sin discriminación de ningún tipo y motivo.
Igualdad de condiciones: garantizar que existan mecanismos que aseguren
la oportunidades para que todos y todas pueden acceder a la educación y
mantenerse en ella.
Asegurar permanencia: proporcionar los apoyos necesarios para que las personas puedan permanecer y culminar sus estudios en los distintos niveles.
Asegurar resultados del proceso: generar mecanismos para seguimiento y
aseguramiento de la calidad de los procesos educativos.
Participación: promover acciones que demanden la participación de los
colectivos para los que se desarrollen acciones afirmativas y favorezcan
su autodeterminación.
Servicios especializados: contar con recursos y apoyos especializados
para estudiantes de grupos minoritarios que lo requieran para avanzar en
su proceso, asegurándose así su permanencia y éxito.
De acuerdo al análisis realizado, los principios orientadores descritos anteriormente se materializan en los aspectos presentados en la siguiente tabla.
Estos aspectos fueron considerados, junto con los principios, y cuando era
pertinente, en la revisión en profundidad de cinco programas de acción afirmativa presentados más adelante.
tabla 3
Descripción de los aspectos consolidados en la acción afirmativa
Descripción
Política - Normativa
Tecnología
Docencia
Actitudinal
Administrativa
Interdisciplinariedad
La política institucional y sus diferentes normativas
deben considerar a los grupos a los que se orienta la
acción afirmativa dentro de sus reglamentos y decretos, como una forma de reconocerlos y viabilizarlos.
Los programas existentes deben ser formalizados en
la normativa y política de la universidad.
El acceso y uso de los medios tecnológicos es un
desafío estratégico en el proceso de equiparación de
oportunidades para los grupos discriminados en la
educación superior.
Los académicos deben también repensar sus prácticas
pedagógicas en relación a las características de estos
grupos de estudiantes, y los currículos y sus materiales se deben adaptar según sea necesario.
Se debe considerar educar las emociones y modelar
los comportamientos de toda la comunidad educativa
para la aceptación y no discriminación de estos grupos de estudiantes.
El diseño de planes, proyectos y programas de acción
afirmativa requieren de un presupuesto permanente y
de ser necesario de la contratación de recursos humanos para atender de forma debida a estos grupos de
estudiantes.
Diversas disciplinas deben aportar al análisis y enfrentamiento de los desafíos planteados a las universidades por los grupos de estudiantes que viven situaciones de discriminación en el sistema de educación
superior.
203
IV.PROGRAMAS DE ACCIÓN AFIRMATIVA PRESENTES EN LAS 14
UNIVERSIDADES PARTICIPANTES
En total dentro de las 159 experiencias recogidas se identificaron 13 que
responden a la definición de programas de acción afirmativa, lo que corresponde a un 8,1% del total de programas de equidad identificados (159). Del
total, un 46% (6) corresponde a programas en el área de la discapacidad, el
31% (4) corresponde a programas en el área de pueblos originarios y el 23%
restante (3) corresponde a programas de género. En las tablas 4, 5 y 6 se presenta una sinopsis de cada uno de los programas identificados, cinco de los
cuales serán más adelante revisados en profundidad.
tabla 4
Síntesis de los Programas para estudiantes con discapacidad
Nombre del
Programa
Año de
Inicio
Universidad
Propósito
Programa de apoyo
interdisciplinario
al estudiante
discapacitado visual
de la Universidad
de Concepción
Universidad de
Concepción
La inclusión plena del discapacitado visual
en la vida universitaria, sociabilidad entre
sus pares, éxito en su actividad académica
y contribuir a perfeccionar competencias
personales y habilidades para su conquista
en el campo laboral.
1998
Agrupación de
Estudiantes con
Discapacidad
Universidad de La
Frontera
(AEDIS-UFRO)
Universidad de
La Frontera
Difundir y visibilizar la discapacidad en
educación superior.
Apoyo en la inserción social y académica
de los estudiantes con discapacidad
Posicionar el tema discapacidad en el contexto institucional.
2006
Beca discapacidad
Universidad de
Magallanes
Apoyar económicamente (arancel) la integración y permanencia de alumnos/as con
discapacidad de la Universidad de Magallanes en su formación profesional.
2002
Programa de
apoyo al estudiante
discapacitado
Pontificia
Universidad
Católica de
Valparaíso
Obtener recursos técnicos y económicos,
que permitan facilitar el proceso educativo
de los estudiantes con discapacidad de la P.
Universidad Católica de Valparaíso.
2008
Programa de
apoyo al proceso
educativo a
estudiantes con
discapacidad
Universidad de
Tarapacá
Contribuir a responder a las necesidades
educativas especiales de los alumnos discapacitados
2007
Programa de apoyo
a estudiantes con
discapacidad
Universidad
del Bío-Bío
Desarrollar estrategias inclusivas para mejorar la integración educativa y social de
los estudiantes con discapacidad.
2007
204
tabla 5
Síntesis de los Programas para estudiantes de pueblos originarios
Nombre del
Programa
Universidad
Propósito
Programa
compensatorio
Universidad
Católica de
Temuco
Proyecto RÜPÜ
Universidad
de La
Frontera y
Universidad
Austral
Para que jóvenes mapuches egresados
de enseñanza media puedan nivelar
sus conocimientos de contenidos disciplinarios básicos y preparación para
la PSU de modo de poder ingresar a la
universidad, especialmente a la carrera de Pedagogía Básica Intercultural
Bilingüe.
Programa THAKHI
(camino en lengua
aimara) de apoyo
académico a
estudiantes aimaras
y de otros pueblos
originarios.
Universidad
de Tarapacá
Programa de
estudiantes
Mapuche Kuikuitun
Universidad
del Bío-Bío
Fortalecer, innovar y expandir políticas y programas de acción afirmativa
dirigidos a incrementar la probabilidad de que estudiantes indígenas
completen exitosamente sus estudios
de pregrado. Se considera para ello el
apoyo académico, el fortalecimiento
cultural, proyectos de investigación, y
la vinculación con otras instituciones
de educación, superior y media, para
ampliar las posibilidades de ingreso,
permanencia y egreso en la educación
superior.
Evaluar y promover políticas e iniciativas de acción afirmativa en beneficio
de la comunidad universitaria perteneciente a la cultura aimara u otro pueblo
originario, que permitan incrementar
significativamente sus indicadores de
desempeño académico en las carreras
de pregrado favoreciendo de esta manera su incorporación a las carreras de
postgrado.
Diseñar e instalar un programa de apoyo a estudiantes mapuches tendiente
a mejorar sus probabilidades de éxito
académico, personal y profesional.
Año de
Inicio
2000
2003
2006
2008
205
tabla 6
Síntesis de los Programas para la mujer (equidad de género)
Universidad
Red de apoyo
a estudiantes
embarazadas
Creciendo Juntos
Propósito
Universidad
Apoyar el desarrollo biopsicosocial
de Concepción de las estudiantes embarazadas
para evitar su deserción, fortalecer
el vínculo materno-filial, diagnosticar de manera integral su estado
de salud físico, social y emocional,
fomentar su autocuidado, físico y
emocional, durante el embrazo y
generar redes sociales de apoyo.
Beca para madres
con hijos en edad
preescolar
Universidad
de Los Lagos
Beca alojamiento
Fundación
Solumag
Universidad
de Magallanes
Proveer ayuda económica para estudiantes madres con hijos o hijas
en edad preescolar de modo que
puedan pagar un Jardín Infantil y/o
Sala Cuna para sus hijos mientras
se encuentran estudiando.
Satisfacer la necesidad de alojamiento, en una zona de frío y aislamiento, entregando condiciones
adecuadas para vivir y estudiar
a alumnas provenientes de otras
ciudades y/o regiones del país, en
particular en una universidad que
en sus orígenes fue tradicionalmente masculina.
Año de
Inicio
2008
2002
1996
V. REVISIÓN EN PROFUNDIDAD DE CINCO PROGRAMAS DE ACCIÓN AFIRMATIVA
Los cinco programas de acción afirmativa analizados son dos para estudiantes de pueblos originarios: proyecto RÜPÜ desarrollado en la Universidad
de La Frontera y en la Universidad Austral de Chile y el proyecto Thakhi de
la Universidad de Tarapacá. El tercero corresponde al programa de apoyo a
los estudiantes discapacitados de la Universidad de Concepción, la red de apoyo a estudiantes embarazadas de la misma universidad, la beca de alojamiento
de la Fundación Solumag.
5.1. Acciones afirmativas para estudiantes de pueblos originarios
Las universidades ubicadas en las regiones sur y norte de Chile, desde
su creación, han debido enfrentar una diversidad cultural, donde los pueblos
206
originarios: aimaras, quechuas, mapuches y otros, presentan una impronta cultural que determina la necesidad, en estas instituciones de educación superior,
de generar programas que favorezcan la inclusión, la diversidad y consideración de la interculturalidad. Es así es como ya a partir del año 2000, la Universidad Católica de Temuco inicia acciones en la preparación especializada
de estudiantes de origen mapuche como futuros profesionales de la educación,
en particular en contextos interculturales.
En esta línea, el año 2002, la Universidad de La Frontera fue invitada por
la Fundación FORD a realizar, en carácter de piloto, un proyecto denominado
RÜPÜ (camino en mapudungun, la lengua del pueblo mapuche), cuya finalidad
básicamente apunta a la inclusión y a las acciones afirmativas para estudiantes
de este pueblo originario. Posteriormente el proyecto RÜPÜ como una forma
de extender dicha acción invita a 11 Universidades del Consejo de Rectores de
Universidades Chilenas (CRUCH) de la zona sur del país, incorporándose el
año 2006 la Universidad Austral, a la implementación del proyecto RÜPÜ.
El año 2006, en la zona norte de Chile, apoyada por la misma Fundación
FORD se incorpora la Universidad de Tarapacá con un proyecto de características similares, el proyecto TAKHI (que también significa camino, pero esta
vez en lengua aimara) de apoyo académico a estudiantes aimaras y de otros
pueblos originarios, por su condición limítrofe con la zona macro sur andina,
conformada por países tales como Argentina, Bolivia y Perú.
El programa más amplio patrocinado por la Fundación FORD es denominado Pathways to Higher Education, y ha venido apoyando económicamente,
entre otros, a los programas antes mencionados, considerando la realidad
sociocultural de cada región y creando una vinculación entre los programas
desarrollados en el sur y norte de Chile.
Como antecedente a los esfuerzos realizados por las universidades mencionadas, en 1989 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) promulgó
el Convenio 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, invitando a adscribirse a los países que así lo decidieran. Este convenio
tiene como finalidad establecer leyes de protección a los derechos de los
pueblos originarios y tribales y garantizar el respeto e integridad de los mismos, en un amplio espectro que abarca desde lo propiamente cultural hasta lo
educacional, social, económico y lo territorial en el contexto de los derechos
humanos. Se observa en cada uno de sus artículos el “deber ser” de las comunidades mayoritarias internacionales suscritas al Convenio respecto de las
minorías étnicas, en especial de los pueblos originarios y tribales.
Chile finalmente, casi 20 años después de su promulgación por la OIT,
ratificó el Convenio 169 en septiembre de 2008. Al firmar dicho Convenio,
el Gobierno de Chile refrendó lo expresado en la Constitución Política de la
República de Chile en el sentido de no hacer distinción respecto de los integrantes de la comunidad nacional, afirmando que: “El ejercicio de la soberanía
reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de
la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover
tales derechos, garantizados por esta Constitución…” (ART. 5), y en este ámbito del respeto, guardar sujeción a aquellos tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
207
Como se ha indicado anteriormente, del análisis del Convenio 169 de la
OIT y de los programas realizados se desprenden los siguientes ejes o lineamientos que se han denominado “Principios Orientadores”, elementos esenciales que ponen de relieve la equidad, el reconocimiento, la accesibilidad a la
educación, el uso de la tierra y de los bienes ancestrales, mitos y costumbres
de estos pueblos. En particular para el caso de los pueblos originarios estos
son:
•
•
•
•
Acceso y no discriminación
Igualdad de condiciones
Aseguramiento de calidad
Participación igualitaria
En este contexto, se presenta y analiza en detalle la experiencia de dos
programas RÜPÜ desarrollados en la Universidad de la Frontera y la Universidad Austral y THAKHI desarrollado en la Universidad de Tarapacá, como
experiencias de acción afirmativa para pueblos originarios desarrolladas en
universidades chilenas.
5.1.1. Proyecto RÜPÜ en la Universidad de La Frontera y en la Universidad Austral de Chile
Proyecto RUPU de la Universidad de La Frontera
A fines del año 2002, la Universidad de La Frontera (UFRO), Chile, fue
invitada por la Fundación FORD (FF), a través de su oficina para la Región
Andina y el Cono Sur (RACS), para participar en su programa Pathways to
Higher Education. La participación de la Universidad se materializa a partir
del 2003, con una duración estimada de cinco años. Su propósito global es
fortalecer, innovar, y expandir políticas y programas de acción afirmativa
(AA) dirigidos a incrementar la posibilidad de que estudiantes indígenas de
ambos sexos completen exitosamente sus estudios de pregrado en universidades de la RACS.
El proyecto global fue denominado RÜPÜ (camino en la lengua indígena
mapuche) ya que los estudiantes mapuches constituyen la población destinataria y, además, tal nombre mantiene el significado original de la palabra
Pathways contenida en el nombre del programa de la FF.
El proyecto se desarrolló en dos fases. La primera abarcó tres años en dos
etapas. La primera etapa desarrollada durante el periodo 2003-2004, con el
proyecto “Evaluación de las políticas de acción afirmativa para minorías étnicas y diseño de un programa de apoyo académico para estudiantes mapuches
de la Universidad de La Frontera”, se orientó a generar conocimientos sobre
la situación de la población estudiantil mapuche de la Universidad y sobre las
actuales políticas de acción afirmativa existente en esta Universidad.
Adicionalmente y adoptando una perspectiva más amplia, esta etapa incluyó la producción de conocimiento comparado acerca de las principales
políticas de AA en Chile, Perú, Colombia y Argentina, poniendo especial
208
atención en la educación superior y en las poblaciones indígenas y afrodescendientes.
En la segunda etapa de la fase uno, realizada entre junio 2004 y junio
2006, con una duración estimada de dos años, que luego se amplió hasta abril
de 2007 se desarrolló el proyecto “Implementación, aplicación y evaluación
de un programa de acción afirmativa para estudiantes mapuches de la Universidad de La Frontera”. Con este proyecto se elaboró, organizó, aplicó y evaluó
el programa de apoyo académico delineado en la etapa anterior.
La segunda fase corresponde al proyecto actualmente en realización para
el período 2007-2009, y se orienta fundamentalmente a la consolidación y sistematización del programa de acción afirmativa de la fase anterior, a difundir
tal experiencia y sus resultados, y estimular la adopción de políticas, programas, y medidas de AA en otras instituciones de educación superior en Chile y
otros países de la RACS.
Este programa puede ser descrito en base a cuatro componentes: el primer
componente es el diseño e implementación de un modelo pedagógico pertinente con claro énfasis en la generación de condiciones especiales de aprendizaje centradas en el respeto y la valoración de la diversidad en un contexto
intercultural.
El segundo componente se refiere a la puesta en práctica de este modelo
de aprendizaje, que descansa no solo en la consideración de los contextos
que determinen el aprendizaje de los estudiantes, sino también en la lógica
interacción y retroalimentación que emerge de la vinculación entre el estudiante y el docente a través de sus prácticas de enseñanza, aspecto que ha sido
evaluado como particularmente significativo por los estudiantes a lo largo del
desarrollo del programa.
El tercer componente del modelo, descansa en la potenciación del trabajo colaborativo entre pares, que ha sido implementado bajo la modalidad de
tutorías experto-novato. Esta estrategia, centrada en el proceso de enseñanza
aprendizaje, se basa en una relación de acompañamiento del tutor hacia el
estudiante, en el entendido que a través de dicha metodología el estudiante
alcanzará el desarrollo de las capacidades que enriquezcan su práctica educativa. La modalidad de tutoría académica enfatiza el apoyo específico en áreas
del saber consideradas críticas, tales como física, química, cálculo, álgebra y
que desde la génesis del programa fueron declaradas como áreas prioritarias
de acción, al tiempo que mejorar los indicadores de rendimiento en tales áreas
fue declarado como objetivo prioritario. En la actualidad se dirige a la identificación de nuevas áreas de dificultad del estudiante.
Un cuarto componente asociado al posicionamiento e institucionalización
del programa de apoyo académico de estudiantes mapuches de la Universidad
de La Frontera tiene que ver con la ampliación del universo de estudiantes
partícipes del mismo y con las nuevas demandas que los estudiantes manifiestan. En este contexto, resulta necesario desarrollar mayores vínculos entre
el programa y el sistema de educación secundario, con miras a estimular el
ingreso de estudiantes mapuches al sistema de educación superior, tarea en la
cual el nexo entre los estudiantes y sus comunidades de origen es fundamental. Un efecto directo del crecimiento del programa, es el mayor número de
209
talleres de cursos, en las áreas académicas y socioculturales actualmente en
ejecución. Otro indicador importante es la postulación de alumnos del programa al financiamiento de estudio de postgrado.
Entre los resultados obtenidos se destacan:
•
•
•
•
El establecimiento de redes de apoyo por parte de los estudiantes, puesto
que se reconocen entre ellos, participan en proyectos estudiantiles, se han
adjudicado proyectos FDI del MINEDUC.
La Universidad reconoce la necesidad de contar con un Programa de Acción Afirmativa y todas las carreras de la universidad tienen al menos una
vacante de ingreso especial para estudiantes de ascendencia mapuche.
Las actividades académicas que los docentes realizan en el programa se
reconocen en su planificación académica.
Los talleres y cursos que inscriben los estudiantes en el proyecto son registrados y reconocidos en su avance curricular.
La Fundación FORD ha realizado dos evaluaciones del programa, lo que
ha permitido que en el año actual se esté ejecutando un tercer proyecto.
Por último, se ha generado una articulación con una red de universidades
pertenecientes al Consejo de Rectores de la Zona Centro Sur (Universidad Católica del Maule, Universidad del Bío-Bío, Universidad Austral, Universidad
de Magallanes), que implementan proyectos pilotos con el RÜPÜ.
Proyecto RÜPÜ de la Universidad Austral de Chile, Valdivia (2006)
Como parte de la invitación extendida por el Proyecto RÜPÜ de la Universidad de La Frontera a la Universidad Austral se complementó el proyecto “Determinación del perfil de los estudiantes de ascendencia mapuche”, en relación a las
competencias genéricas, estilos y estrategias de afrontamiento de su cultura.
El proyecto RÜPÜ Valdivia quedó adscrito a la “Unidad de Apoyo al
Aprendizaje de Estudiantes de Pregrado” y fue diseñado básicamente para desarrollar el diagnóstico y una intervención orientada a favorecer su identidad
cultural y el fortalecimiento de estrategias de afrontamiento frente a las dificultades propias de la vida universitaria.
La intervención planificada no se logró desarrollar en plenitud, a causa de
imprevistos tales como el paro estudiantil en el primer semestre de 2008, que
tuvo una duración de casi un mes y medio y por otro lado, por la inexperiencia
de los ejecutores respecto del proceso de cómo integrar a los estudiantes mapuches, por cuanto sus tiempos y formas culturales son distintos a la cultura
chilena mayoritaria. Lo anterior también fue un factor que retrasó el avance
del proyecto respecto a los objetivos planteados, no obstante favoreció otros
tales como: participación y compromiso de los estudiantes del Hogar y Centro
Cultural We Liwen.
En la actualidad existe preocupación de las autoridades de la institución
por la continuidad del proyecto y se están realizando las acciones para solicitar fondos para el año 2010, de modo que se pueda desarrollar de manera
permanente.
210
En el inicio del proyecto no se consideró el Convenio 169, dado que
Chile no lo había ratificado. Sin embargo durante su desarrollo es evidente
que sí estaba presente uno de los principios orientadores principales establecido en dicho Convenio, y que dice relación con que cada vez que se desarrollen intervenciones, estas deben realizarse previa consulta de los interesados, es decir, los pueblos indígenas. Es así como esta consideración, siendo
uno de los factores que retrasó el desarrollo del proyecto, permitió finalmente que los resultados fueran mucho más potentes dado que los estudiantes
mapuches participaron comprometidamente y con mucha responsabilidad en
el mismo.
Por otra parte, y dado que solo se llevó a cabo el diagnóstico, más que
“estudiantes atendidos”, lo que sí permitió el proyecto fue generar algunas actividades de trabajo remunerado para tres estudiantes de ascendencia mapuche
en el contexto del proyecto. Otro impacto a considerar para los estudiantes de
ascendencia mapuche fue poder sostener reuniones con la máxima autoridad
de la dirección de estudios de pregrado y expresar de manera personal sus
requerimientos y necesidades a considerar en el calendario académico, como
por ejemplo, solicitar un espacio físico al interior del campus para la realización del Wuetripantu, celebración del año nuevo mapuche.
Para la evaluación de la primera fase del proyecto RUPU en la Universidad Austral se realizó una caracterización sociodemográfica de 151 estudiantes de ascendencia mapuche pertenecientes a primer año de pregrado. Para
ello se consideró el nivel socioeconómico, colegio de procedencia, notas de
enseñanza media y puntajes PSU. Los resultados muestran que más del 60%
de los estudiantes mapuches, pertenecen a los tres primeros quintiles de ingreso y un 34% pertenece al quintil I. Llama la atención que un 23% de los
estudiantes no solicitaron beneficios. La distribución entre los tres tipos de
establecimientos educacionales, se da de la siguiente manera: 57,6% municipalizados, 34,4% particular subvencionado, 2,6% particular pagado y 5,3%
ingreso especial.
Adicionalmente se realizó un diagnóstico mediante el inventario de autoestima Coopersmith, el inventario estrategias de aprendizaje Schmeck y el
inventario de estilos y estrategias de afrontamiento Fernández Abascal. Los
resultados indican que los estudiantes de ascendencia mapuche tienden a evidenciar mejores niveles de autoestima que sus pares no pertenecientes a esta
etnia, en los cuatro niveles evaluados (autoestima general, social, académica
y familiar). Una de ellas asociable a la variable cultural (autoestima familiar)
dado que a partir de esta se construye el ser mapuche.
En contraposición a lo anterior, los resultados en estrategias de aprendizaje, reflejan una realidad distinta que, probablemente, jugará en contra de
su rendimiento académico por cuanto puntúan en los estratos inferiores de
las escalas de evaluación (proceso elaborativo, profundo, superficial y metódico), con niveles inferiores comparativamente con los no pertenecientes
a esta etnia, los que también tienden a puntuar en niveles bajos. En lo que
respecta a estilos y estrategias de afrontamiento, si bien hay diferencias culturales significativas (p<.05) comparados con no pertenecientes a esta etnia
en cuanto a la forma de hacer frente a las dificultades propias de la vida uni211
versitaria, no todos los estilos y estrategias de afrontamiento utilizados por
ellos se pueden considerar influidos por su cultura. Algunos estilos son más
asociables a situaciones de discriminación por cuanto son contradictorios con
prácticas culturales mapuches de reciprocidad e igualdad, de lo que se infiere
un alto grado de conciencia de un otro, un hermano (un peñi). Es más, estos
comportamientos son observados principalmente en minorías en situación de
discriminación.
El proyecto ha contado con el apoyo de las autoridades superiores de
la universidad y en junio de 2009 se conformó la red de universidades de la
zona sur del país (Universidad Católica del Maule, Universidad del Bío-Bío,
Universidad de La Frontera y Universidad Austral de Chile, Universidad de
Magallanes) habiendo firmado un protocolo de acuerdos asociados al apoyo
interinstitucional en temas interculturales. Se busca así socializar el avance y
una mayor retroalimentación entre estas instituciones en estas temáticas.
El RÜPÜ Valdivia duró desde enero del año 2008, hasta marzo de 2009 y
se ha planteado una segunda etapa, con el propósito de poder realizar acciones que vayan en beneficio de los estudiantes de ascendencia mapuche, tales
como:
•
•
•
•
•
•
•
•
Cursos regulares de mapudungun
Seminarios destinados a recuperar sus costumbres ceremoniales y su lengua
Seguimiento al rendimiento de los estudiantes de ascendencia mapuche
Apoyo en nivelación de competencias básicas y genéricas
Apoyo psicopedagógico y psicológico
Compra de libros para tesis
Viaje a congresos
Difundir el proyecto para estudiantes de ascendencia mapuche de la
UACh.
5.1.2. Programa THAKHI de apoyo académico a estudiantes aimaras y de
otros pueblos originarios
Los estudiantes de la Universidad de Tarapacá provienen mayoritariamente de las provincias de Arica y Parinacota. De estos el 76% reciben financiamiento para cancelar sus aranceles y la mayoría se ubica en los quintiles I y II
de ingreso. La cantidad de estudiantes pertenecientes a pueblos originarios corresponde a un 15% de la matrícula total de la Universidad, lo que corresponde a 1.600 estudiantes de distintas etnias. En este contexto, en el año 2006 se
da inicio al proyecto THAKHI, como parte del programa Pathways to Higher
Education de la Fundación FORD.
Los principales objetivos del programa son:
•
212
Promover la incorporación de políticas de acción afirmativa en beneficio
de los estudiantes aimaras de la Universidad de Tarapacá que permitan
incrementar significativamente sus indicadores de desempeño en las carreras de pregrado favoreciendo su incorporación a los programas de postgrado.
•
Evaluar las políticas e iniciativas de acción afirmativa desarrolladas por la
Universidad de Tarapacá en beneficio de la comunidad universitaria perteneciente a la cultura aimara u otro pueblo originario (Kawaskar, Atacameño, Aimara, Colla, Mapuche, Quechua, Rapanui y Yámana).
Desde su inicio, hasta agosto de 2008, las actividades principales del proyecto se centraron en:
•
•
•
•
•
•
Investigación y evaluación de las políticas de acción afirmativa de la
Universidad de Tarapacá. Para realizar esta evaluación se consideró una
etapa de preparación que consultó la incorporación de un mecanismo y/o
sistema de información que permitiera identificar la población estudiantil
perteneciente a la cultura aimara.
Identificación de necesidades académicas y psicosociales. La identificación genera un programa de acción afirmativa académico psicosocial en la
universidad.
Sistema de información para monitoreo del desempeño académico de
estudiantes aimaras. Monitoreo del desempeño académico respecto a su
rendimiento, permanencia y repitencia, desde que ingresan los estudiantes
a la universidad hasta su egreso como profesional
Programa integrado de políticas institucionales de acción afirmativa para
estudiantes aimaras. Propuestas destinadas a estimular la creación de una
política institucional de acción afirmativa e innovar y fortalecer medidas
específicas.
Programa académico y psicosocial de acción afirmativa para estudiantes
aimaras. Creación de iniciativas integradas de acción afirmativas a nivel
académico y psicosocial, que permitan asegurar el desempeño académico
de estudiantes aimaras.
Evaluación y difusión de los resultados del impacto del proyecto. Se evaluarán los resultados e impacto del proyecto en los estudiantes aimaras,
sus familias y comunidades de origen. Asimismo se difundirán a través de
documentos, estudios y visitas las experiencias desarrolladas en la universidad.
En términos concretos, las acciones desarrolladas en beneficio de los estudiantes de pueblos originarios se han traducido en los siguientes logros:
•
•
•
•
•
De un total estimado de 1.200 alumnos de origen aimara existentes en la
Universidad se ha atendido un 58% en la primera fase del proyecto.
Se han desarrollado 60 cursos, tutorías específicas y cursos de formación
general que atienden a los objetivos del proyecto.
Se han desarrollado 10 jornadas de vinculación con pueblos de la precordillera y del altiplano chileno.
Se ha incorporado, a la dinámica de la Universidad, la celebración de fiestas y ceremonias propias de los pueblos originarios.
Se ha canalizado la postulación a becas de postgrado, tanto a nivel nacional como internacional, para estudiantes de pueblos originarios.
213
El análisis del programa THAKHI y de las acciones que ha llevado a cabo
a la luz de los principios orientadores que surgen del Convenio 169, permite
afirmar que:
En términos generales se han considerado los principios orientadores en
el ámbito académico dado su foco en proveer acceso y no discriminación,
promover igualdad de condiciones, buscando aseguramiento de calidad y participación igualitaria para los estudiantes de pueblos originarios. Lo anterior
queda de manifiesto en:
•
•
•
El énfasis puesto en favorecer la captación, acceso, permanencia y egreso
de alumnos de los pueblos originarios.
Los planes y programas consideran actividades académicas tales como
talleres, cursos, tutorías, visitas, y seminarios que favorecen la acción afirmativa de estos pueblos.
La disposición de la Universidad a favorecer las manifestaciones culturales de los pueblos originarios estimulando sus tradiciones y ceremonias.
Además de lo académico, donde está puesto el énfasis de los programas
descritos, queda como desafío y espacio de desarrollo el resolver aspectos de
singular importancia para el adecuado desarrollo y permanencia de estos programas de acción afirmativa. Estos son:
•
•
•
•
El Estado chileno, en tanto ha ratificado su incorporación al Convenio 169
de la OIT, deberá crear mecanismos nacionales que le den sustento a estos
programas, dado que en gran parte, salvo excepciones, son financiados
por organismos internacionales.
Falta vinculación efectiva con el mundo del trabajo que permita la incorporación de estos profesionales en forma expedita.
La reglamentación asociada a estos programas no contempla aspectos
jurídicos de la propuesta de la OIT, probablemente por ser una materia de
muy reciente data.
La necesidad de capacitación del personal académico y administrativo de
la universidad para enfrentar las necesidades y desafíos que plantea la diversidad.
5.1.3. Programa de apoyo interdisciplinario al estudiante discapacitado visual de la Universidad de Concepción
Con el propósito de lograr la verdadera inclusión del discapacitado
visual en la educación superior, atendiendo al decreto 99/219 de la Universidad de Concepción y la ley 19.284, y en concreto a los requerimientos de
alumnos con discapacidad visual ya ingresados a la Universidad, en 1998
se creo el Programa de apoyo Interdisciplinario al Estudiante Discapacitado
Visual.
Motivaron la creación del programa en forma especial dos elementos concretos:
214
•
•
La donación de equipos tiflotecnológicos14 por la Organización Nacional
de Ciegos de España (ONCE), los cuales fueron recibidos por la Dirección de Bibliotecas.
La solicitud de la Directora de Bibliotecas a un docente de Trabajo Social
para que realizara un proyecto de extensión con estos recursos.
A partir de estas acciones se genera el proyecto que se sitúa y lleva a cabo
dentro de la Biblioteca Central de la universidad, donde se genera un programa específico que cuenta con una sala de atención especial en las áreas de
tiflotecnología, psicopedagogía biopsicosocial, comunicación y baja visión.
El programa busca que la integración e inclusión en la educación superior
de estudiantes con discapacidad visual sea la más eficiente posible. Además,
en su origen responde a la necesidad que surge en los académicos de las diferentes carreras de apoyo para atender a los estudiantes con discapacidad visual
que ya estaban en la universidad, y con los cuales se les dificultaba la adecuada atención pedagógica.
Objetivos
El programa tiene como objetivo general la inclusión plena del discapacitado visual en la vida universitaria, incluyendo sociabilidad entre sus pares y
éxito en su actividad académica, contribuyendo a perfeccionar competencias
personales y habilidades para su conquista en el campo laboral.
En lo académico el programa busca aplicar las orientaciones específicas
de intervención didáctica en lo referido al aprendizaje de las áreas curriculares
desde la óptica de adaptaciones a las características visuales de los estudiantes
que ingresan a la Universidad de Concepción, según la carrera que seleccionen.
En específico el programa busca:
•
•
•
•
14
Orientar a la familia del estudiante con discapacidad para contribuir en
una buena planificación y organización de sus tareas y compromisos, a fin
de que vaya adquiriendo la mayor autonomía e independencia.
Procurar una relación profesional con los académicos que intervienen en
la formación de estudiante con discapacidad visual para coordinar los
recursos de apoyo que requieren con el objeto de que la acción educativa
resulte lo más eficaz posible.
Desarrollar programas de extensión y difusión a través de los medios de
comunicación (prensa, radio y televisión), publicaciones, eventos y otras
actividades afines.
Lograr el compromiso e interés real de las autoridades universitarias, de
la comunidad universitaria, de instituciones tanto públicas como privadas,
para que los jóvenes con discapacidad visual sean realmente incluidos y
beneficiados en todos los estamentos que requieran.
La tiflotecnología es la adaptación de las tecnologías de la información y comunicación para
que sea accesibles y puedan ser utilizadas por personas con discapacidad visual.
215
Principales Actividades
Los objetivos del programa se concretan a través de estrategias y metodologías multidisciplinarias que se resumen en cuatro áreas de trabajo:
•
•
•
•
Difusión y extensión del programa: tarea en la que se da a conocer a la
comunidad el trabajo realizado e informar acerca de la discapacidad visual y las posibilidades que tienen los estudiantes de llevar a cabo estudios superiores, junto con sensibilizar e interiorizar a la comunidad que
posteriormente recibirá a estos profesionales, la cual debe estar informada
acerca de esta discapacidad y permitir a estos profesionales desempeñarse
como tal. Esta tarea se lleva a cabo a través de distintas actividades como
son eventos y escuelas de verano. Además se mantiene contacto con universidades de la región que están realizando un trabajo similar.
Orientación y evaluación del postulante: los postulantes que cumplen
con los requisitos de discapacidad visual, luego de realizar los trámites
de postulación, reciben la orientación necesaria para informarse adecuadamente de la carrera a la que postulan y si realmente es lo que desean
desarrollar, considerando sus características. Para ello se cuenta con especialistas que evalúan si es apto para cursar la carrera de acuerdo a normas
y reglamentos de la Dirección de Docencia.
Apoyo durante el proceso de formación: una vez que el estudiante está
en la universidad, el programa facilita y capacita en temas asociados al
proceso de formación, incluyendo desde el uso de recursos para llevar a
cabo las tareas de formación (computación), hasta ayuda para nivelar los
aprendizajes desarrollados en enseñanza media y desarrollar bien los que
se están trabajando en la universidad. Sin embargo, esta ayuda se hace
desde afuera, el programa no interviene en las labores académicas de las
carreras.
Creación de espacios para la interacción: el programa creó una asignatura
complementaria de discapacidad, a la cual asiste cualquier tipo de alumno
donde se trabaja sobre la discapacidad, permitiendo sensibilizar a la comunidad universitaria en el tema, junto con la interacción entre alumnos
con y sin discapacidad visual.
Estas áreas de trabajo incluyen además específicamente actividades tales
como:
•
•
•
•
216
Adecuaciones y adaptaciones a los materiales de aprendizaje según la
condición (ceguera y baja visión).
Traspaso de materiales entregados por académicos a sistema digital (grabación de voz y digitalización de textos).
Elaboración, en conjunto con el estudiante, de su ficha psicopedagógica
que incluye sus necesidades educativas especiales, las ayudas ópticas que
necesita, y sus requerimientos sociales y académicos.
Desarrollo de programas complementarios de habilidades sociales, deportes y hábitos de estudio y también orientación para tramitar beneficios que
•
•
•
•
•
entregan la universidad u otras instituciones regionales o nacionales involucradas en la discapacidad visual.
Asesoría a estudiantes tesistas y de diferentes carreras en temas relacionados con la discapacidad visual.
Asistencia de profesionales a seminarios y encuentros de perfeccionamiento para la actualización de su trabajo en el Centro.
Participación de los profesionales en seminarios, reuniones, cursos, diplomados, eventos y foros, como expositores y capacitadores en temas
relacionados con el funcionamiento del aula de recursos y en temas relacionados con necesidades educativas especiales de los jóvenes ciegos y
con baja visión.
Elaboración, difusión y uso de un manual de apoyo para atención de los
estudiantes con discapacidad visual en la Universidad de Concepción.
Elaboración y participación en cursos complementarios de discapacidad
en la Facultad de Ciencias Sociales.
Para llevar a cabo las distintas actividades que se realizan en el programa,
se cuenta con un grupo de profesionales expertos en el trabajo con la discapacidad visual, los cuales realizan un trabajo interdisciplinario. Entre estos
profesionales se encuentran:
•
•
•
•
•
Periodista: encargado de realizar la difusión y extensión del programa.
Entre las actividades que se realizan para llevar a cabo estas tareas se encuentra la información durante la semana de puertas abiertas, escuelas de
verano, eventos orientados al tema (a nivel regional), programa de radio y
trabajar con la Red Regional de la Discapacidad.
Psicopedagogo: es el encargado de apoyar al estudiante en sus procesos
de aprendizaje.
Psicólogo: encargado de realizar la evaluación para determinar si el postulante está capacitado para cursar la carrera que ha elegido.
Biólogo: encargado de dar a conocer la importancia de la vida saludable
en personas con ciertas discapacidades y como llevar este tipo de vida.
Arquitecto: quien aporta los conocimientos necesarios para las actividades
de información y para modificaciones arquitectónicas necesarias para un
mejor desarrollo de la vida de los discapacitados visuales en la universidad.
Resultados
En el año 2009, cuando se llevó a cabo este estudio, el programa atendía a
21 estudiantes con discapacidad visual (ciegos y con baja visión), los que pertenecen a 11 carreras distintas. Se estima que la sala de recursos actualmente
está atendiendo más o menos al 75% de la población objetivo.
El programa ha permitido que las diversas unidades académicas y de
servicios de la Universidad conozcan el Decreto de Ingreso Especial 99/219
y consideraren aspectos de urbanismo y arquitectura que facilite el desplazamiento de los alumnos.
217
La comunidad estudiantil universitaria ha ido superando actitudes y acciones discriminatorias con sus compañeros con discapacidad visual, considerándolos como pares.
A nivel de académicos no ha habido un perfeccionamiento sistemático
por parte del programa, porque la institución no se centra en perfeccionar a
docentes acerca de temas asociados a la discapacidad. Sin embargo, los profesionales del programa destacan que el interés por aprender acerca de la discapacidad pasa por la solidaridad y vocación de cada uno de los docentes.
Los estudiantes con discapacidad visual, además de recibir el apoyo ya
descrito, siendo muchas veces por formación más individualistas, han desarrollado competencias para trabajar en equipo y la aceptación de su condición y
el manejo apropiado de ella en los ámbitos en que debe interactuar.
En términos de formalización, el programa aún no cuenta con un decreto
que lo considere como unidad específica institucionalmente. Solamente se ha
considerado en actas a nivel de la Facultad de Ciencias Sociales la dependencia del programa con la misma. Sin embargo, existe el decreto 99/219 que estipula las condiciones que debe cumplir el estudiante con discapacidad visual
para ingresar a la Universidad de Concepción.
Fortalezas y debilidades
De acuerdo a los encargados, se destacan en particular dos fortalezas.
Primero, el programa ha fomentado en los alumnos con discapacidad visual,
el desarrollo de la confianza necesaria para alcanzar las distintas metas que
se proponen, en particular en lo académico. Segundo, se ha logrado el apoyo
de las distintas autoridades de la universidad lo que ha permitido el correcto
funcionamiento del programa y su permanencia en el tiempo por más de diez
años.
Las debilidades han ido disminuyendo con los años de implementación
del programa, pero aun existe falta de conocimiento en la comunidad sobre
cómo vivir e interactuar con los distintos discapacitados visuales, lo que se
traduce a veces en situaciones de marginación y estigmatización de las personas con discapacidad visual, distorsionando sus reales capacidades. Ante esta
situación se hace notoria la necesidad de los estudiantes, docentes y autoridades intermedias de informarse y educarse acerca de cómo trabajar e interactuar con personas con discapacidad visual.
Aprendizajes y Recomendaciones
Los encargados del programa recogen como un aprendizaje importante
que se ha generado en la institución, el cambio cultural que se ha ido traduciendo en la creación de una “cultura de la discapacidad”. Junto a ello se identifica el trabajo en equipos interdisciplinarios, entre profesionales y estudiantes, como imprescindible para realizar un buen trabajo.
Finalmente, a partir de la experiencia desarrollada, los profesionales del
programa recomiendan a las instituciones que quieran implementar este tipo
de programas, realizar y difundir estudios e investigaciones acerca del tema,
218
para conocer y definir claramente métodos de enseñanza que permitan que los
estudiantes con discapacidad cuenten, al egresar, con todas las herramientas
necesarias para desenvolverse de buena forma en su ejercicio profesional.
5.1.4. Red de apoyo de estudiantes embarazadas Creciendo Juntos Universidad de Concepción
A partir del trabajo realizado desde el año 1992 en la Universidad de Concepción, en el proceso posterior al embarazo, a través de facilitar el acceso a
jardines infantiles y trabajos con los padres y madres, se visualiza la necesidad de prestar apoyo a las estudiantes durante el embarazo. Esto en particular
ya que esta etapa es la más conflictiva en términos de asumir la responsabilidad de ser madre, el deseo real de ser madre, el compatibilizar o estancar los
estudios dada esta responsabilidad, además de soportar en muchos casos la
presión social y familiar a las que muchas veces son sometidas los madres en
el embarazo.
A lo anterior se suma en hecho de que la gran mayoría de los casos de
embarazo ocurre en los primeros años de estudios con lo cual es mayor el
impacto en las estudiantes y sus procesos académicos. La detección de estas
necesidades coincide con la incorporación de una sicóloga y una matrona a
la unidad de salud lo cual incentivó la creación, en el año 2008, de la Red de
Apoyo a Estudiantes Embarazadas “Creciendo Juntos”.
Objetivos
El programa busca ofrecer una atención continua y oportuna a las estudiantes embarazadas, a través de un enfoque biopsicosoacial que permita
obtener un diagnóstico de la situación a través de sus síntomas y experiencias,
personalizando la atención de acuerdo a sus demandas e historia a nivel individual. Asimismo, el programa apunta a la necesidad de reforzar los aspectos
de autocuidado y apego de manera relacional y reflexiva, para un crecimiento
permanente.
Específicamente el programa tiene como objetivos:
•
•
•
•
•
•
Disminuir la deserción estudiantil relacionada con la maternidad.
Fortalecer el vínculo materno-filial
Diagnosticar de manera integral el estado de salud físico, social y emocional de estudiantes embarazadas
Fomentar el autocuidado físico-emocional durante el embrazo
Generar redes sociales de apoyo para las estudiantes embarazadas.
Componentes del Programa
El programa se lleva a cabo en la Unidad de Salud y Bienestar Estudiantil
de la Universidad, y los componentes centrales del programa, que se describen a continuación, son llevados a cabo por distintos profesionales los cuales
de ser necesario realizan la derivación correspondiente dentro de la unidad.
Los principales ejes de acción de este programa son:
219
•
•
•
Orientación social: en esta acción el programa se integra directamente
con las políticas de protección social del Estado, específicamente con el
programa “Chile crece contigo”. Las funciones que cumple el programa
incluyen la de orientar e informar a las estudiantes beneficiarias del programa acerca de los beneficios que entrega el Estado para que se inscriban
y reciban dicha ayuda. Entre las acciones de orientación realizadas se
puede mencionar como ejemplo el consultar y verificar si la alumna está
asistiendo a sus controles médicos y si se inscribió en el consultorio y en
los programas del Estado, y de no ser así entregar la información necesaria para que realice dichos trámites.
Apoyo psicosocial: este apoyo es entregado por una psicóloga la cual evalúa a las distintas beneficiarias del programa para decidir si es necesaria la
realización de algún tipo de terapia asociada a distintos temas del embarazo como es el apego, reconocimiento del proceso del embarazo, etc.
Control biológico: Todas las beneficiarias tienen acceso a este tipo de
control a cargo de una matrona y un ginecólogo. Se lleva un registro completo de la paciente, a través de una ficha personal, y además la matrona
educa en distintos temas a las estudiantes como es la alimentación, los
controles y la preparación al parto.
En cuanto a los aspectos reglamentarios, el programa se basa en las leyes
asociadas a los programas de seguridad social y de maternidad del Estado de
Chile, como es el programa Chile crece contigo. A nivel internacional en el
programa se consideran la Convención de los Derechos del Niño y de la Protección de la Maternidad, junto con la Convención sobre eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979.
A nivel institucional, en el Reglamento de Docencia se estipula que las
estudiantes embarazadas tienen la opción de suspender sus estudios durante
el embarazo y hasta dos meses después del parto, manteniendo su situación
de alumna regular y todos los beneficios que la alumna tenga al momento de
informar de su embarazo. Además, posteriormente se les dan facilidades para
retomar los estudios. Así, a través de esta política se protege el embarazo.
Además, el programa está normado a nivel de la Dirección de Servicios Estudiantiles como un programa de intervención para el apoyo estudiantil.
Resultados
Un principio de género fundamental es que las mujeres tienen derecho
a “Recibir servicios de salud que consideren las particularidades propias del
género”. En este caso, gracias al programa, las alumnas de la universidad
tienen las mismas posibilidades de acceso a la salud e inclusive más que los
alumnos, ya que la Universidad presta los servicios de ginecólogos y matronas
para todas sus estudiantes mientras que en el caso de los varones no existe una
línea de apoyo equivalente. El artículo 10 de la Ley General de Educación
indica que “El embarazo y la maternidad no constituirán impedimento para ingresar y permanecer en los establecimientos de educación de cualquier nivel,
220
debiendo estos últimos otorgar las facilidades académicas del caso…” Este
artículo se ha hecho realidad dentro de la Universidad, en especial gracias a
este programa de acción afirmativa, ya que según los encargados del programa
no existen casos de deserción obligatoria de los estudios a causa de la maternidad, los casos conocidos son voluntarios y de acuerdo a lo establecido en el
reglamento de docencia.
Por otra parte, aunque no es directamente una responsabilidad del programa, los encargados indican que el principio de no discriminación no se
cumple a cabalidad, ya que dentro de la universidad existen en algunos casos
problemas en los tratos y la discriminación hacia las alumnas embarazadas,
específicamente por parte de los docentes.
Como frutos del programa se logró un primer catastro y diagnóstico en
relación a las estudiantes embarazadas y sus necesidades biopsicosociales y
se conformó una red de apoyo hacia las estudiantes tanto por las profesionales
del equipo como entre las mismas alumnas.
En términos cuantitativos, el programa ha permitido ofrecer atención
durante todo el año, con dedicación de 44 horas semanales a la intervención
individual y en la intervención grupal con 12 talleres de dos horas cada uno.
En un poco más de un año de desarrollo se han atendido siete estudiantes embarazadas pesquisadas a través de atenciones con profesionales en Unidades
de Salud y Bienestar Estudiantil, lo que corresponde a un 23% de la población
objetivo en el Programa, ya que se detectó un total de 30 estudiantes embarazadas en el período.
Fortalezas y Debilidades
Una de las principales fortalezas identificadas en el Programa es la atención personalizada que se les entrega a las beneficiarias lo que permite crear
un alto grado de confianza e intimidad con las alumnas. Esto es de gran utilidad, ya que cuando las alumnas están en confianza con el personal involucrado cuentan con mayor veracidad su situación, permitiendo a los profesionales
poder realizar un mejor diagnóstico de la situación y llevar a cabo las intervenciones necesarias.
Una fortaleza, que responde a los objetivos del programa es el hecho de
que en la práctica no ha existido deserción obligatoria de los estudios por embarazo.
De acuerdo a los encargados, una debilidad del programa es la no incorporación de los padres estudiantes al proceso de apoyo durante el embarazo
y la no entrega de ayuda a estos, ya que al igual que la mujer también se
encuentran en una situación desfavorecida y con problemas similares. Sin embargo, la sociedad no reconoce lo anterior tan fácilmente como en el caso de
la mujer que es la que carga con el embarazo, mientras que el padre estudiante
debe seguir realizando sus actividades normalmente y ser padre sin ningún
tipo de facilidad o ayuda. Actualmente se entrega un apoyo a los padres, pero
postparto en donde se educa y entrega información asociada a este rol que
debe cumplir el estudiante; estas actividades se llevan a cabo en los jardines
infantiles de la Universidad.
221
Otra debilidad identificada es el no poder realizar correctamente los trabajos grupales por la poca o nula coordinación y disponibilidad horaria de
las distintas beneficiarias lo cual implica el no contar con este tipo de trabajo
que es muy favorable para las estudiantes ya que, a través de estas actividades
grupales intercambian experiencias (familiares, sociales, de pareja, personales, etc.), lo cual ayuda a sociabilizar a las alumnas acerca de su situación y
encontrar un apoyo y comprensión en lo que están viviendo.
Aprendizajes y Recomendaciones
Los principales aprendizajes y lecciones de la implementación de este
proyecto en la Universidad son los siguientes:
•
•
•
En este tipo de programas no sirve la generalización. Cada estudiante
necesita una atención personalizada ya que cada una tiene sus propios
problemas y percepciones asociadas al embarazo, lo que implica que los
apoyos deben ser focalizados.
A diferencia de lo que se cree, los padres estudiantes están muy involucrados en el proceso y la acción afirmativa podría ir orientada hacia ambos,
ya no desde la perspectiva de género, sino desde la condición que implica
vivir el embarazo y la paternidad durante los estudios superiores y en muchos casos a una temprana edad.
El programa ha mostrado que, a nivel familiar, una vez aceptado el embarazo, los padres se centran y enfatizan en que sus hijos no dejen los estudios y los potencian para que terminen su carrera.
A partir de la experiencia del programa se identifican las siguientes tres
recomendaciones para la futura implementación de este tipo de programas en
la educación superior:
•
•
•
Establecer en el reglamento, de manera más detallada, las reglas asociadas
a las facilidades y apoyos que se entregan a las alumnas embarazadas evitando ambigüedades en las reglas, de modo que las autoridades no tomen
decisiones que puedan ser arbitrarias.
Diagnosticar claramente las necesidades de las beneficiarias acerca de temas que deseen aprender para que estos sean tratados en talleres. Además,
el nivel de los temas a tratar debe ser alto, de acorde a una estudiante universitaria y de última generación, para actualizar a las alumnas en temas
de apoyo al embarazo como por ejemplo las neurociencias.
El tener un equipo interdisciplinario interesado en el tema y con una alta
motivación personal.
5.1.5. Beca de alojamiento Fundación Solumag: un Programa socioeducativo para la equidad de género
A nivel país y en regiones, el fenómeno de la centralización se presenta
como variable interviniente al momento en que un alumno/a opta por iniciar
222
su formación superior. En general, la oferta académica de las universidades,
institutos y centros de formación técnica es muy abundante en el centro del
país y en las capitales regionales, mientras que en las ciudades pequeñas, en el
mejor de los casos, existen sedes que ofrecen solo algunas carreras, y a veces,
con niveles de calidad más bajos que las que poseen las mismas en las casas
centrales de estudios superiores.
Si se compara esta situación con la aspiración de acceso e igualdad a la
educación que se postula desde el enfoque que otorgan los derechos humanos, parece a lo menos cuestionable. Por otro lado, si se contrasta con los
requisitos de ingreso a la universidad (PSU y NEM), exigidos para todos los
alumnos, sin distinguir su procedencia social y escolar, estando las autoridades en conocimiento de la gran brecha existente, en términos de resultados,
entre los estudiantes de liceos municipales, particulares subvencionados y
particulares pagados, resulta criticable. Si además este hecho se relaciona
con un tercer factor que corresponde a los requisitos exigidos para la obtención de beneficios estatales (Promedio 475 en la Prueba de Selección Universitaria en Lenguaje y Matemática, aumentado en los últimos años en 25 puntos, a pesar de que los resultados han bajado y la brecha, aumentado), parece
sospechoso.
A esta variable geopolítica que interviene en la equidad educativa, se
suman otras de carácter familiar y sociocultural. Un alumno, al verse en la
obligación de trasladarse desde una ciudad pequeña a otra no solo más extensa, sino también con una organización y dinámica distinta, al inicio manifiesta
cierto grado de desequilibrio emocional, pues ha dejado atrás su hogar y ahora
se encuentra enfrentado a dos desafíos: “la reinserción cívica” y “la adaptación universitaria”. Respecto a esto último, González Beca (2003)15 plantea:
“Los jóvenes pasan sin transición de un espacio contenedor, comunitario y
más personalizado (la escuela secundaria), a uno de cierta soledad, individualismo y mayor exigencia (la universidad). En la universidad el estudiante tiene
que autorregular mucho más sus tiempos y esfuerzos que en la secundaria”.
En relación con la adaptación cívica, el Dr. Marambio en el III FSMM: Seminario “La construcción de la educación intercultural”, al referirse al tema
“Las sociedades de llegada y la situación de los migrantes”, expresa: “Cuando se llega a un lugar diferente, comienza un nuevo aprendizaje: una forma
diferente de pensar, un modelo distinto de familia, de relacionarnos socialmente, de saludar, otra manera de educar... como vemos, no solo se trata de
problemas económicos, laborales y administrativos, hay que sumergirse en la
cultura de acogida, buscar ese equilibrio de la nueva convivencia”16. Si se
compara esta situación con la de otro estudiante que se mantiene inserto en su
familia y que solo cambia su espacio educativo, se plantea otra situación de
inequidad.
15
16
González Beca, Gilberto (2005) “Desafíos de la Educación Superior”. Ponencia presentada
en encuentro “Las exigencias universitarias del tercer milenio”. Habana. Cuba.
Marambio, Rencor, Juan R (2009) “La Migración estudiantil”. Revista de Información y Debates Nº 39. Asociación Paz con Dignidad. Madrid. España.
223
Por último, el género es otra variable interviniente, pues aún predomina
en las familias más tradicionales presentes en regiones, la idea de que la mujer
requiere más soportes para sobreponerse afectivamente a estos procesos de
cambio, lo que en oportunidades incide en el momento de optar si es el hijo o
la hija quien se traslada a estudiar a otro lugar.
Lo anterior da cuanta de una realidad país cruzada por un discurso de
equidad distanciado de los hechos, lo que implica que se ha creado un imaginario colectivo que no siempre concuerda con las señales cotidianas dadas
por las autoridades, instituciones y familias. Al respecto, Lavaud (2006)17
parafraseando a Rawls señala: “Ver a los individuos como líneas igualmente
fecundas para la asignación de beneficios, incluso cuando se hace como cuestión de principio moral, no elimina la errónea noción de que la satisfacción
de deseos tiene valor en sí misma, con independencia de las relaciones entre
personas en cuanto miembros de una práctica común e independientemente
también de las pretensiones recíprocas que la satisfacción de intereses representa”.
Como una manera de contrarrestar esta desigual realidad, en el año 1995
se origina el Programa SOLUMAG (Solidaridad Universidad de Magallanes),
que se materializa en una casa de acogida femenina, gracias a la inspiración
de un grupo de académicos/as de la Universidad de Magallanes, quienes demostraron sensibilidad y empatía ante alumnas de la propia región y otras,
provenientes de la Décima y Undécima Región, quienes se encontraban en
situación de desventaja respecto a sus pares, pues no tenían cabida en el pensionado femenino existente en la institución, el que además, comparándolo
con el masculino, tenía la mitad de cupos de alojamiento.
Otro fundamento que inspira a este grupo de académicos/as es el reconocido impacto que tienen las condiciones de vida del estudiante en sus resultados académicos, más aún en una zona de frío y aislamiento como Magallanes.
Era necesario entonces crear un espacio para las alumnas, que no fuera solo
de alojamiento, sino también de estudio y que reuniera las condiciones de
seguridad, abrigo y tranquilidad necesarias para estimular la dedicación al
aprendizaje.
Funcionamiento y Principales Actividades
Este programa inicialmente se sustenta con aportes voluntarios, se arrienda una casa para acoger a las estudiantes por cinco años, tiempo de duración
de la mayoría de las carreras profesionales que imparte la Universidad. Posteriormente, se desarrolla un programa sistemático de recaudación de fondos, lo
que permite adquirir un inmueble, hoy totalmente pagado, que se constituye
definitivamente en el actual “Hogar Universitario SOLUMAG”.
Este hogar cobija anualmente un máximo de ocho estudiantes mujeres,
como una forma de equiparar los cupos ofrecidos en el Pensionado Institucional Femenino y por la influencia y fuerza de género de quienes impulsaron esta
17
224
Lavaud, María Elena (2006) “Monografía: Teoría de la justicia de John Rawls”. España.
iniciativa. El objetivo es lograr ofrecer oportunidades equitativas para el éxito
académico a alumnas desfavorecidas tanto en lo económico como en lo afectivo, para contrarrestar su soledad y distanciamiento familiar. Este beneficio se
complementa con una beca de alimentación de la Junta Nacional de Auxilio
Escolar y Becas (JUNAEB), otorgada al 100% de las alumnas del Hogar.
Los socios activos de esta Fundación de apoyo a los estudiantes, mayoritariamente del sexo femenino, rotan mensualmente asumiendo un rol de “madrinas”, atendiendo necesidades de salud u otras que las alumnas no pueden
resolver por sí mismas.
Los requisitos establecidos para ingresar al hogar son:
•
•
•
•
•
Ser alumna regular de la Universidad de Magallanes y estar matriculada
en segundo año académico.
Haber aprobado el 100% de las asignaturas del primer año académico.
Tener una situación económica que justifique el otorgamiento del beneficio, evaluada por una asistente social de la Dirección de Asuntos Estudiantiles.
Presentar un certificado de residencia otorgado por Carabineros de Chile
o por los representantes legales de la Junta de Vecinos pertinente, de la
comuna de su residencia.
Rendir examen psicológico.
La renovación de esta beca está sujeta a la aprobación del 100% de las
asignaturas inscritas y al cumplimiento del reglamento interno del alojamiento.
En los últimos años se han ido perfeccionando los requisitos de ingreso y
actualmente la Dirección de Asuntos Estudiantiles, a través de la Unidad de
Consejería en Salud Mental, evalúa a las postulantes con la finalidad de conocer su nivel de desarrollo de aquellas competencias requeridas para vivir con
otros. En resumen, lo que se evalúa son sus herramientas socioemocionales
para vivir fuera de casa, su nivel de tolerancia a la diversidad, su grado de sociabilidad y su capacidad de resolución de problemas. Estas características se
consideran para que al interior del hogar se mantenga un clima armónico, que
brinde el necesario soporte para que las alumnas logren la meta de obtener su
título profesional.
Durante el año académico se marcan los siguientes hitos:
•
•
•
Una reunión por semestre, para presentar a las nuevas integrantes del hogar y para adaptar el reglamento interno que actúa como herramienta para
la buena convivencia, el que considera los aportes de la totalidad de las
integrantes y se complementa con el registro de acciones diarias.
Elección de líder, quien asume el rol de vocera de los requerimientos del
grupo.
Fiesta de titulación y egreso de las alumnas del hogar, en que se enfatiza
el logro de la principal meta que motiva a cada una de las integrantes.
En cuanto a la estructura legal, la Fundación SOLUMAG posee personalidad jurídica y los reglamentos antes identificados. También existe una direc225
tiva compuesta por Presidenta, Vicepresidenta, Secretaria y Tesorera, quienes
asumen sus funciones en forma voluntaria y no remunerada, renovando anualmente dichos cargos.
Las asistentes sociales y psicólogas, todas funcionarias de la Unidad de
Servicios Asistenciales y de Salud de la Universidad de Magallanes respectivamente, colaboran en el proceso de postulación, selección y renovación de
este beneficio, lo que demuestra la articulación de este hogar con la institución
en su conjunto.
A pesar de lo anterior, el equipo directivo define a la Fundación como
una asociación informal, pero con algunas características que le otorgan el
grado necesario de formalidad para ser reconocida y funcionar con el grado de
armonía requerido para cumplir con la finalidad que inspiró su origen. Pareciera que este es un estilo que agrada a sus socios y que les permite mantener
una motivación de ayuda que nace de las inspiraciones personales y no de la
obligación institucional. Ellos además estiman que, aparte de ser un programa,
esta es una herramienta real que permite a las alumnas satisfacer las necesidades, no solamente de alojamiento y económicas, sino también de integrar un
ambiente estimulante para el aprendizaje, el rendimiento académico y para la
vida en sociedad. Es entonces un acompañamiento permanente, para apoyarlas
de manera integral en su etapa universitaria.
El principal motor de esta iniciativa fue y sigue siendo la solidaridad,
como muy bien lo indica el nombre de la Fundación, acompañada de la responsabilidad social que permite atender silenciosas demandas, a través de
acciones concretas.
Resultados, Fortalezas y Debilidades
El programa Fundación SOLUMAG, durante sus años de funcionamiento,
ha alcanzado los siguientes logros:
•
•
•
•
10 alumnas han egresado de la universidad con su título profesional.
El nivel de aprobación de las alumnas oscila semestralmente entre el 80%
y 100%.
El índice de permanencia de las estudiantes alcanza un 95%.
Aumento del número de postulantes, lo que indica que cada año se conoce más la existencia de esta oportunidad que ofrece la Fundación
SOLUMAG, sin tener necesidad de promocionarla.
De esta manera, el programa de la Universidad de Magallanes se transforma en una acción de afirmación positiva de la equidad de género a nivel de la
educación superior en Chile.
Finalmente, dentro de las debilidades identificadas en el desarrollo del
programa se encuentran:
•
226
El bajo número de cupos que se puede ofrecer (8 solamente), siendo una
de las aspiraciones de la Fundación poder entregar más becas con estas
características.
•
•
•
La dificultad para captar más socios, o generar mecanismos que ayuden
a la incorporación de otras instituciones de características parecidas, que
contribuyan a la labor de este programa de acción afirmativa.
Falta de seguimiento de las alumnas, se sabe que algunas de ellas están
trabajando en sus ciudades de origen, que otras se quedaron en Punta Arenas, pero no existen datos completos y sistemáticos.
No existe un responsable de la difusión de esta beca de alojamiento de la
Fundación Solumag.
5.2. Comentario sobre los programas analizados
Como resultado de la revisión en profundidad de estos cinco programas,
se han identificados los siguientes aprendizajes y recomendaciones para la futura implementación de programas de acción afirmativa en educación superior
en los tres ámbitos considerados: estudiantes con discapacidad, estudiantes de
pueblos originarios y programa de género.
En el ámbito de los programas para personas con discapacidad:
•
•
•
•
•
Se observa que se debe profundizar en los aspectos de preparación de la
docencia y de los docentes para trabajar con estudiantes con discapacidad
y que esta no dependa solo de la buena voluntad de docentes interesados,
como indica uno de los entrevistados.
Es necesario poner atención en el desarrollo y seguimiento de las acciones
de los programas para personas con discapacidad de modo que estos no
se transformen en sí mismos en acciones de carácter segregado donde los
estudiantes son atendidos “aparte” del resto. Estos programas debieran ser
parte de un continuo de apoyos que se ofrecen a todos los estudiantes.
Se debe visibilizar en políticas y prácticas institucionales, que apunten
hacia el cambio cultural en las instituciones de educación superior, la
aceptación de la diversidad, en este caso de la discapacidad, y no solo en
programas bien intencionados pero aislados. Así por ejemplo, no basta
con generar mecanismos de admisión especial si no se asegura institucionalmente que las condiciones de aprendizaje de estudiantes con discapacidad están aseguradas (eliminación de barreras arquitectónicas, adaptación
de materiales, etc.).
Es necesario generar mayores acciones de sensibilización que permitan
un mayor conocimiento de la comunidad universitaria sobre cómo vivir
e interactuar con estudiantes con discapacidad, de modo de propender a
eliminar las situaciones de marginación y estigmatización que, entre otras
cosas, distorsionan sus reales capacidades.
Futuros desarrollos de programas en esta línea deben ir acompañados de
la realización y difusión de estudios e investigaciones en el tema de estudiantes con discapacidad en contextos de educación superior, en particular
enfocados en conocer y definir claramente métodos de enseñanza que
permitan que los estudiantes con discapacidad cuenten al egresar con todas las herramientas necesarias para desenvolverse de buena forma en su
ejercicio profesional.
227
En el ámbito de los programas para estudiantes de pueblos originarios
•
•
•
•
•
Es fundamental tomar en consideración las diferencias con la cultura
predominante (sentido del tiempo, formas de relacionarse, etc.) al momento de desarrollar este tipo de programas de modo de no imponer una
vez más sus lógicas y prácticas culturales. Como caso concreto se identifican adecuaciones en el calendario académico en consideración de las
fechas y celebraciones importantes para los distintos pueblos originarios.
Las actividades que estos programas desarrollan para el resto de la comunidad tiende a ser de difusión, observándose debilidad en principio de
educación de la comunidad en el conocimiento y respeto de la cultura de
los pueblos originarios.
Baja formación de docentes y debilidad en prácticas pedagógicas pertinentes que consideren la realidad de los estudiantes de pueblos originarios. Es necesario formar a los docentes y realizar las adaptaciones curriculares que puedan ser necesarias
Programas se centran solo en los dos pueblos mayoritarios: mapuche y
aimara.
El buen nivel de participación de los estudiantes, observado en la mayoría
de los programas revisados, junto con realizar el principio orientador de
participación ha mostrado dar frutos y ser clave para el éxito y pertinencia
de este tipo de programas. Se observa que puede lentificar los procesos
pero a la vez los fortalece y los hace por lo tanto más eficaces.
En el caso de los programas de género:
•
•
•
•
El apoyo social, afectivo y económico a mujeres y futuras madres para
desarrollar y completar sus estudios se traduce en mejores niveles de permanencia y éxito en los procesos académicos.
La atención personalizada a las beneficiarias permite generar buenos niveles de confianza y lo que a su vez redunda en adecuados diagnósticos e
identificación de necesidades.
En el caso de las madres embarazadas el foco en estas, sin la incorporación de los padres, tiende a mantener las estructuras y prácticas de discriminación.
En el caso de los programas de género se observa un bajo nivel de compromiso institucional y una débil difusión de los programas.
A modo de conclusión se presentan algunas observaciones de carácter
transversal que son aplicables de manera amplia, con algunas excepciones, a
los programas de acción afirmativa examinados:
•
228
La mayoría de los programas presenta una visión más asistencialista, por
lo cual tiende a haber una baja participación de los beneficiarios. Falta
avanzar en participación, consideración de intereses y consulta a los beneficiarios.
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
En los programas se identifican solo algunos aspectos relacionados con
estándares de calidad en las acciones afirmativas para grupos minoritarios.
Se hace evidente la importancia de desarrollar un mayor nivel de sinergia
con otras instancias de la universidad a favor de la formación profesional
de estos estudiantes.
Es fundamental contar con procesos de selección especialmente diseñados
para estos grupos de estudiantes, y en la mayoría de los programas examinados estos están presentes.
Es necesario fortalecer la educación de la comunidad universitaria en el
conocimiento y respeto de las minorías, sus características, derechos y necesidades.
Se debe formar a los docentes para trabajar con minorías y conocer y respetar sus particulares necesidades, si es necesario con adaptaciones curriculares o flexibilidad en los procesos formativos.
Es necesario reglamentar, a nivel de la autoridad universitaria, los programas y la entrega de beneficios en el contexto de acciones afirmativas en
forma clara y detallada.
Se observa que junto con estrategias generales es necesario ofrecer atención personalizada; cada estudiante requiere distintos apoyos, no sirve la
generalización como principal estrategia de acción.
Es crítico cautelar y falta avanzar en los procesos de difusión de este
tipo de programas, tanto para los mismos beneficiarios, considerando sus
contextos y necesidades de modo que efectivamente accedan a la información, como para el resto de la comunidad de modo que conozcan los
programas, las características de los estudiantes y sus implicancias.
En general se detecta que los sistemas de gestión e información de las
universidades no consideran adecuadamente a estos grupos en sus bases
de datos e informes, lo que dificultó el análisis de los datos asociados a
los tres grupos beneficiarios de estos programas de acción afirmativa.
Finalmente, las universidades están realizando esfuerzos por desarrollar
políticas más inclusivas para grupos tradicionalmente excluidos o discriminados, pero se debe avanzar hacia el establecimiento de estándares
comunes y de financiamientos estables.
229
INGRESO ESPECIAL DE EQUIDAD EDUCATIVA:
MAYOR DIVERSIDAD, UNA OPORTUNIDAD
PARA LA CARRERA DE PSICOLOGÍA DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA
UNIVERSIDAD DE CHILE
M. Paulina Castro T.*
I. INTRODUCCIÓN
Durante julio de 2009 en la Facultad Ciencias Sociales (FACSO) de la
Universidad de Chile, y luego de variadas discusiones de la comunidad universitaria sobre un cupo especial de ingresos en pro de la equidad, un grupo
de estudiantes decidió apoyar esta idea. Para ello llevó a cabo un concierto
con algunos músicos/as y grupos invitados. Uno de los carteles que los/as
estudiantes pintaron para acompañar esta actividad decía: “la oportunidad es
para nosotros…”. La sutileza de este planteamiento permite adentrase en el
elemento central de reflexión de toda unidad que pretende iniciar políticas de
acción afirmativas: Si se amplían las oportunidades de acceso a la carrera para
un sector de jóvenes ¿la oportunidad es solo para ellos/as o es también una
oportunidad para que la universidad se cuestione sobre quiénes y cómo está
educando? Se propuso que el ingreso especial de alumnos/as prioritarios/as de
equidad educativa o llamado también Cupo de Equidad, que ha establecido la
carrera de Psicología de la FACSO responde lógicamente no solo a un proceso de desarrollo institucional, sino que también a un momento de dicho desarrollo que refleja la necesidad imperiosa de una articulación de la enseñanza
con el aprendizaje, en el contexto de cumplir el mandato que la Universidad
ha asumido a través del “nuevo trato”.
II. SURGIMIENTO DE LA PROPUESTA
Durante enero del año 2009, como normalmente se hace, el Claustro Académico del Departamento de Psicología1 no solo evaluó el cumplimiento
*
1
Académica del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Este organismo está compuesto por todos los/as académicos/as del Departamento.
231
anual del Proyecto Desarrollo Institucional (PDI), sino que también realizó
proyecciones al respecto. El progresivo ordenamiento en la gestión de pregrado y de la implementación de la nueva malla curricular, así como las posibilidades de inversión infraestructural que se ofrecen con la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas2, lo cual permitió discutir y evaluar las posibilidades
de crecimiento de la matrícula en primer año para el 2010, tal como se tenía
contemplado en el PDI.
Hay diferentes aspectos que sirven de contexto a la meta descrita en el
párrafo anterior. Uno de ellos es el hecho que actualmente existen más de 130
programas de formación en psicología a nivel nacional que se distribuyen en
programas vespertinos, diurnos, concentrados y en diferentes sedes de las 45
universidades que imparten esta carrera. Esto se traduce en una matrícula en
primer año que fue de 5.300 estudiantes en 2009 (Consejo Superior de Educación, 2010)3, la incidencia sobre la matrícula total del alumnado de la Escuela
de Psicología de la Universidad de Chile, la más antigua de América Latina
fue solo del 1%. Desde este punto de vista su importancia es relativamente pequeña en un contexto de amplia oferta y demanda por esta carrera.
Se suma a lo anterior que uno de los compromisos que asume la Universidad de Chile, en tanto universidad del Estado, en el contexto del diálogo
por el nuevo trato para las universidades estatales es precisamente “proveer
opciones de educación superior para todos haciéndose corresponsable en la
tarea de superar la desigualdad en la educación en todos sus niveles, y crear
las condiciones para que esa meta se mantenga en forma permanente” (Pérez,
2009)4. Este mandato supone revisar en las diversas carreras que componen
a la universidad tanto, los mecanismos que de hecho operan para seleccionar
estudiantes, así como el aporte en el desarrollo de equidad educativa en el sistema total.
Finalmente, hasta el año 2009, si bien no se había desarrollado un sistema
que permitiese conocer o caracterizar a los/as estudiantes que se matriculan en
primer año de la carrera, al menos existían datos que mostraban, desde el año
2003 una tendencia al aumento de matriculados/as en primer año provenientes
de establecimientos particulares pagados y particulares subvencionados en la
Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) a la cual pertenece el Departamento y
la Carrera de Psicología. Así puede visualizarse en el gráfico 1.
2
3
4
232
Esta iniciativa busca revitalizar las Humanidades, las Artes, las Ciencias Sociales y las Comunicaciones y se inscribe en el marco del Proyecto de Desarrollo Institucional de la Universidad de Chile. Su financiamiento es a través de recursos de la propia institución así como
del Gobierno de Chile, una parte importante de la inversión es en infraestructura.
Consejo Superior de Educación (2010): http://www.consejo.cl/public/Secciones/ seccionGeneral/General_Inicio_Session.aspx
Pérez, V. (2009): Nuevo Trato con el Estado - hacia una política para las Universidades Estatales. http://www.nuevotrato.uchile.cl/. Pág 4.
Gráfico 1
Tipo de establecimiento alumnos/as matriculados/as en FACSO
Número de alumnos/as
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Municipal
29
33
28
41
25
26
31
Particular pagado
41
46
50
64
63
67
76
Particular subvencionado
30
27
60
56
63
57
59
Fuente: Dirección Académica FACSO Universidad de Chile.
Es posible apreciar en este gráfico que la tendencia en el ingreso a la
FACSO de estudiantes provenientes de establecimientos municipales, es más
bien constante para el período 2003 a 2009. En este lapso ingresaron a la Facultad 407 estudiantes de establecimientos particulares pagados, 352 de instituciones particulares subvencionadas, y solo 213 del sector municipal.
La situación de la carrera de psicología en este escenario difiere en alguna
medida, ya que la tendencia que se aprecia es de un aumento de los/as estu-
Gráfico 2
Número de alumnos/as
Tipo de establecimiento alumnos/as matriculados/as en psicología
30
25
20
15
10
5
0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
19
16
14
12
8
10
9
Particular pagado
17
13
8
21
23
19
22
Particular subvencionado
17
5
16
23
24
20
17
Municipal
Fuente: Dirección Académica FACSO Universidad de Chile.
233
diantes provenientes del sector particular pagado y particular subvencionado y
a una disminución progresiva de alumnos/as de instituciones municipalizadas.
De tal manera que entre los años 2003 y 2009 ingresaron a primer año 123
jóvenes que estudiaron en establecimientos particulares pagados, 122 de establecimientos particulares subvencionados, y solo 88 de liceos municipales:
La posibilidad de crecimiento de la matrícula aparece como plausible, considerando la amplia oferta y demanda asociada a la formación en Psicología, así
como el desarrollo positivo del pregrado en la universidad de esta misma carrera. Sin embargo, el mandato asumido por la propia institución de comprometerse para aportar en la superación de las desigualdades, es decir, para un mayor
equidad educativa, y la evidente disminución de estudiantes en primer año provenientes del sector municipal, condicionaron de manera importante la forma en
que la carrera se planteó su aumento de estudiantes. Sin duda, debían integrarse
criterios de equidad que por lo menos permitiesen equilibrar el acceso de los/as
jóvenes según el tipo de institución de origen. De esta manera se decidió crear
un ingreso especial que se denominó “cupo de equidad” cuyo foco es favorecer
el ingreso de estudiantes de liceos municipales y pertenecientes a familias cuyos
ingresos económicos se encontraban dentro de los primeros tres quintiles.
III. DESCRIPCIÓN DE LOS CRITERIOS DE CRECIMIENTO: CUPO DE
EQUIDAD Y CUPOS BEA
3.1. Criterios de selección: cupo de equidad y cupos de la beca de excelencia académica y su efecto en la distribución de matriculados/as según
tipo de establecimiento
Como se ha señalado, el claustro del Departamento de Psicología se propuso llevar a cabo un aumento de su matrícula de primer año, pero utilizando
criterios que le permitan avanzar en la equidad en el acceso. Así, se definió
una serie de criterios de selección para el cupo de equidad:
•
•
•
•
•
5
234
Tener un ingreso familiar que los ubicara en los tres primeros quintiles.
Haber cursado por lo menos los cuatro últimos años de estudio en un establecimiento municipal.
Haber postulado a los beneficios económicos del Estado (a través del sitio
web: becasycréditos.cl).
Postular el mismo año de egreso de la enseñanza media y en primera preferencia a la carrera de Psicología de la Universidad de Chile.
Obtener un puntaje, por lo menos, de 600 pts. ponderados en la Prueba de
Selección Universitaria (PSU)5 que es el mínimo de postulación que exige
la Universidad de Chile.
La ponderación PSU para la carrera de psicología corresponde a: un 30% de las notas de
enseñanza media, un 30% en la prueba de lenguaje y comunicación, un 25% en la prueba de
matemáticas, y un 15% en la prueba específica de historia y ciencias sociales o ciencias, ya
que es obligación por lo menos rendir una de estas dos últimas.
A su vez, esta acción afirmativa pretendió corregir y lograr una agrupación en proporciones relativamente iguales de matriculados/as en primer año
en función del establecimiento de origen. Por ello, junto a este ingreso especial vía “cupo de equidad” se decidió aumentar además, en 10 las vacantes
asociadas para la Beca de Excelencia Académica (BEA). Es decir, favorecer
adicionalmente el ingreso de estudiantes a quienes se les ha asignado esta
beca, que beneficia a aquellos/as jóvenes provenientes de establecimientos
particulares y municipales subvencionados por el Estado, con un ingreso familiar que les ubica dentro de los primeros cuatro quintiles, y que por su rendimiento académico durante la enseñanza media se encuentran dentro del 5%
mejor de los/as estudiantes de su establecimiento. Una aplicación hipotética
para el año 2009 de este cupo muestra que su implementación favorecería a
estudiantes del sector particular subvencionado. De esta manera, si se hubiese aplicado el año 2009 esta fórmula: 20 vacantes para cupo de equidad y 10
vacantes para el cupo BEA, la distribución de los/as matriculados/as, considerando la lista de espera y desde el punto de vista del tipo de sostenedor de los
establecimientos de la educación media, en que estudiaron estos/as, se organizaría como se muestra en el gráfico 3.
Gráfico 3
Distribución de los postulantes seleccionados según el
establecimiento de origen
Estudiantes seleccionado/as
cupo ordinario 2009
Estudiantes en lista de
espera 2009
PSU: 757,05 – 688,45
Particular
subvencionado
18
PSU: 688,40 – 600,4
Municipal
13
Particular
subvencionado
190
Aquí se
concentrarían
las becas BEA
Particular pagado
26
Municipal
113
Particular pagado
151
Hipótesis de equilibrio de tipo de
establecimiento de los/as estudiantes
Particular
subvencionado
26
Municipal
31
Particular pagado
28
235
3.2. Descripción de las etapas del sistema de selección del cupo de equidad
Una vez definidos los criterios de ingreso, se dio inicio al proceso que
buscaba estructurar la metodología para la implementación de dichos criterios.
Esta decisión, en principio muy loable, resultó bastante compleja. En efecto,
fue necesario crear un sistema para la selección diferente al existente, que
utiliza como único criterio el puntaje en la Prueba de Selección Universitaria
(PSU). Además se tuvo que establecer una fórmula reglamentaria que permitiese la existencia de un cupo de estas características.
Luego de diversas reuniones con la Dirección de Pregrado de la Universidad, con el Departamento de Medición, Evaluación y Registro Educacional
(DEMRE), y con la Dirección de Bienestar Estudiantil Universitaria, poco a
poco se fue configurando el sistema de selección para el cupo de equidad. Así
se recogió en gran medida el procedimiento definido por el ingreso especial de
deportistas destacados, de tal forma que se optó por una convocatoria abierta
a nivel nacional para todos/as los/as estudiantes que este año egresaban de
cuarto año medio de una institución municipal y que cumpliesen los criterios
señalados más arriba, los que debían ser acreditados/as por los/as postulantes
en tres etapas:
•
•
•
En la primera etapa debían enviar su ficha de postulación y diversos documentos que acreditasen: su pertenencia a los tres primeros quintiles, el
haber estudiado por lo menos sus últimos cuatro años en liceos municipales, y el haber postulado a los beneficios del Estado a través del sitio web
becasycreditos.cl. De todos estos jóvenes se llevaría a cabo una preselección, a la espera de los resultados PSU, de esta forma los seleccionados/as
definitivos/as corresponderían solamente a jóvenes que hubieran pasado
por este proceso.
En la segunda etapa, con los resultados PSU, se haría un ranking de mayor a menor puntaje de entre todos/as los/as jóvenes que fuesen preseleccionados/as y que obtuvieran por lo menos 600 puntos ponderados en la
PSU. Se establecería contacto con los/as jóvenes para indicarles la necesidad de postular en primera preferencia a la carrera, que es el último de los
requisitos que debían cumplir.
En la tercera etapa, una vez realizadas las postulaciones a la universidades
del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) serían
convocados/as a matricularse, durante el primer período, los/as jóvenes
que alcanzaran sobre 600 puntos ponderados en la PSU y que obtuvieran
los 20 mejores puntajes, además de haber postulado en primera preferencia a la carrera de Psicología de la Universidad de Chile.
3.3. Viabilización de la experiencia: necesidad de cambios reglamentarios
Una vez diseñado el procedimiento descrito anteriormente, se enfrentó el
hecho que la Universidad, desde el punto de vista normativo en su Reglamento de Estudiantes de Pregrado, no reconoce la existencia de un cupo especial
de este tipo, por ello sería imposible implementar una medida de estas carac236
terísticas mientras no se ejecutara una modificación de dicho reglamento, la
que debía ser sancionada no solo por el Consejo Universitario6, sino que también por el Senado Universitario7. Por supuesto la discusión, análisis y posible
aprobación de esta iniciativa por las instancias universitarias correspondientes
excedía el tiempo necesario para lograr implementar este cupo especial para el
acceso de estudiantes el año 2010.
Ante este obstáculo, se buscaron fórmulas alternativas. La primera que se
evaluó fue esperar la discusión político-reglamentaria, que probablemente implicaría implementar este cupo el año 2011, y para este año aumentar la matrícula solamente mediante los cupos BEA, es decir, en vez de 10 de estos cupos
implementar 30. El análisis de una medida de este tipo, según las características de los/as postulantes durante el año 2009 mostró, como se señaló con
anterioridad, que el aumento de este tipo de cupo se traduciría en favorecer
el ingreso de estudiantes del sector particular subvencionado, ya que la gran
mayoría de sus beneficiarios/as pertenecían a este sector, por esto, se descartó
esta posibilidad.
En la Universidad de Chile existen algunos antecedentes focalizados de
ingresos especiales de estudiantes de instituciones municipales, uno de ellos,
bastante exitoso es el desarrollado desde el año 2002 por la Facultad de Medicina (Gaete, V., Sáenz, F, Fabián, R., Las Heras, Riquelme, G., Navarro, J.,
López, C., 2007)8, que implementó este tipo de ingreso mediante el establecimiento de un convenio de colaboración con la Municipalidad de la Comuna
de Cerro Navia que implicaba una serie de apoyos desde la universidad hacia
los establecimientos municipales, entre ellos/as capacitación a profesores/as
y talleres de nivelación y reforzamiento a estudiantes para el ingreso posterior de algunos/as de estos últimos a las diversas carreras de la facultad.
Esta posibilidad se amparaba en el artículo 6 letra d) del Reglamento General
de Estudiantes de Pregrado que señala que “tienen derecho a postular a la
Universidad de Chile, a los estudios de pregrado por sistemas especiales de
selección, las siguientes personas que, cumpliendo lo señalado en el artículo 5º: (…) d) estén amparadas por convenios suscritos por la Universidad
de Chile con otros organismos públicos o privados” (Universidad de Chile,
2009)9.
6
7
8
9
Este organismo agrupa a todos/as los/as decanos de la diferentes facultades que componen la
Universidad.
El Senado Universitario está compuesto por representantes académicos/as, estudiantiles y
funcionarios/as no académicos/as de toda la institución.
Gaete, V., Sáenz, F, Fabián, R., Las Heras, Riquelme, G., Navarro, J., López, C., (2007):
Equidad en Educación Superior: Experiencia de un Programa Especial de Ingreso a Carreras
de Salud. Revista Chilena de Salud Pública. Vol. 11.
Universidad de Chile (2009): Reglamento General de Estudiantes Universitarios de Pregrado. http://www.uchile.cl/?_nfpb=true&_pageLabel=conUrl&url=4828. pág 1.
237
Esta fórmula de convenio fue la que la facultad y carrera consideraron la
más viable, a la espera del proceso de modificación del Reglamento General de Estudiantes de Pregrado. Sin embargo, se sumaba una complejidad a
la experiencia desarrollada por la Facultad de Medicina, ya que se requería
establecer convenios no solo con un municipio, sino que deseablemente con
todos los municipios a nivel nacional, lo que, dada la premura del tiempo era
irrealizable. Es por ello que se optó por establecer un convenio con la Asociación Chilena de Municipalidades en representación de los municipios de
todo el país.
3.4. Difusión
Creado el sistema de selección, hubo que enfrentar la implementación
efectiva de la convocatoria de los/as estudiantes para que postulen a este cupo
especial: se creó una página web con la descripción del cupo, es decir, con los
criterios y procedimientos de postulación, se habilitó un correo electrónico y
teléfonos para que las personas pudiesen informarse y hacer las consultas correspondientes. Se envió un correo detallando las características de este cupo
a todas las Secretarías Regionales Ministeriales de Educación (SECREDUC)
para que difundieran entre los establecimientos municipales la información,
también a todos los/as directores/as de liceos municipales para que entregasen
la información a sus estudiantes. De la misma forma se envió un correo de similares características a todos los/as jóvenes de establecimientos municipales
que este año rendían la PSU. En cada una de estas acciones fue clave la colaboración de la Unidad de Comunicaciones de FACSO.
La difusión no solo fue de tipo digital, sino que también se visitaron en
una semana varios liceos de la Región Metropolitana. Para esta difusión se
creó un listado con todos los colegios municipales que durante el año 2009
habían tenido, por lo menos, un/a estudiante que había alcanzado los 600 puntos en la PSU, visitándose todas aquellas instituciones a las cuales se puede
acceder, ya que una parte de estas lamentablemente ya no contaba con sus
alumnos/as de cuarto año medio. En general, la recepción de los directivos de
estos liceos fue positiva, valorando de manera importante que la Universidad
de Chile abriera un cupo que busca favorecer a los/as jóvenes que se educan
en liceos municipales.
IV.RESULTADOS
Se recepcionaron antecedentes hasta el 16 de diciembre de 2009 para la
primera etapa de preselección. Los/as postulantes, según quintiles y año de
egreso, se muestra en la Tabla 1:
238
Tabla 1
Postulantes al cupo de equidad 2010 según año de egreso y quintil
Categoría
Egresados/as 2009 del
1er
quintil
Egresados/as 2009 del 2º quintil
Egresados/as 2009 del 3er quintil
Egresados/as 2009 del 4º quintil
Egresados/as otros años
Postulantes antecedentes incompletos
Total postulantes cupo equidad 2010
Porcentaje
18 *
23 *
18 *
16
21
6
102
* Preseleccionadas
De este conjunto fueron preseleccionados/as para la carrera de Psicología
59 postulantes, que correspondieron todos/as a egresados/as el año 2009 que
pertenecían a los tres primeros quintiles que aparecen en la tabla 1, puesto que
estos/as jóvenes cumplían con el primer grupo de criterios que se describieron
en la primera etapa del sistema de selección.
Estos/as preseleccionados/as, en la segunda etapa fueron jerarquizados según el puntaje PSU ponderado. En la Tabla 2 se les muestra agrupados según
el quintil de ingreso y resultado PSU:
Tabla 2
Postulantes cupo de equidad según quintil y resultado
PSU ponderado
Categoría
Postulante
1er
quintil sobre 600 pts. ponderados
Postulante 2º quintil sobre 600 pts. ponderados
Postulante 3er quintil sobre 600 pts. ponderados
Cantidad
7
10
11
Porcentaje
11,9
16,9
18,6
Postulante 1er quintil entre 429, 2 y 599,5 pts. Ponderados
11
18,6
quintil entre 429, 2 y 599,5 pts. Ponderados
7
11,9
Postulante 2º quintil entre 429, 2 y 599,5 pts. Ponderados
Postulante
3er
Total preseleccionados cupo equidad 2010
13
59
22
100
239
De los 59 postulantes preseleccionados 28 alcanzaron sobre los 600 pts.
ponderados en la PSU, de tal forma que los/as jóvenes que obtuvieron los 20
mejores puntajes quedarían seleccionados/as definitivamente, y el resto en
lista de espera. Esto si cumplían el último de los requisitos que era postular en
primera preferencia a la Carrera de Psicología de la Universidad de Chile. Entre ellos hubo seis personas que no cumplieron este requisito, lamentablemente dos de ellas por un error involuntario que fue detectado tardíamente lo que
imposibilitó su corrección, el resto decidió postular a otras carreras de universidades del CRUCH y en un caso a una universidad privada por los beneficios
económicos que se le ofrecieron en esta.
Finalmente, 21 postulantes cumplieron todos los requisitos matriculándose 18 en la carrera, y optando tres de ellos por matricularse en otras carreras
de universidades del CRUCH.
Realizado el proceso de selección del cupo ordinario y de los cupos especiales, así como el proceso de matrícula, es posible visualizar el efecto que la
apertura del cupo de equidad tuvo para lograr el equilibrio entre los tipos de
establecimientos en los cuales estudiaron los/as alumnos/as matriculados/as
para el año 2010, como se puede observar en el gráfico 4.
GRÁFICO 4
distribuCión de Los MatriCuLados posterior aL Cupo de equidad
seGún eL estabLeCiMiento de oriGen
Matriculados/as ingreso PSU según
tipo de establecimiento
Número de matriculados/as según
tipo de ingreso y de establecimiento
Municipal
6
30
20
10
Particular
subvencionado
18
0
Particular pagado
24
Grupo Bea
Cupo Deportista
Equidad
Total
Municipal
24
0
0
1
Particular pagado
18
6
0
0
24
Particular subvencionado
6
3
18
0
27
Distribución de matriculado/as 2010
según tipo de establecimiento
240
PSU
25
Se puede apreciar que tal como mostraba la tendencia en la carrera de
psicología desde el año 2003, mediante solo el ingreso vía PSU el número de
jóvenes del sector municipal es minoritario, inclusive disminuyó respecto de
los años anteriores, ya que son solo seis jóvenes. El número de matriculados
según tipo de ingreso y establecimiento, que aparece más arriba, detalla cómo
los diversos sistemas de ingreso: cupo ordinario vía PSU, cupo Bea, cupo de
equidad, etc. favorecen también una distribución, proporcional entre las matrículas y el tipo de institución de la cual provenían, lográndose en definitiva
un total de 27 alumnos/as de liceos municipales, 25 de colegios particulares
pagados, y 24 de instituciones particulares subvencionadas. Se comprueba por
tanto, lo acertado de realizar una intervención mediante la creación de tipo
especial de ingreso como es el cupo de equidad para favorecer el ingreso de
alumnos/as desde el sector municipal. De la misma forma resultó pertinente
aumentar en 10 el cupo BEA, de tal manera de equiparar también el ingreso
de jóvenes de colegios particulares subvencionados, logrando con esto lo que
se buscaba: equiparar el ingreso de jóvenes de instituciones escolares de los
tres tipos de dependencia administrativa existentes en Chile.
V. PROYECCIONES Y COMENTARIOS SOBRE LA EXPERIENCIA
La carrera de Psicología de la Universidad de Chile para el año 2010
propone, a modo piloto, la creación de un tipo de ingreso especial que se le
ha denominado “cupo de equidad”, cuyas características apuntan a favorecer
el ingreso de estudiantes de los tres primeros quintiles y de liceos municipales. Su implementación ha demostrado que logra el efecto buscado, que es
intervenir en la tendencia que se apreciaba en la carrera desde el año 2003, de
progresiva disminución de jóvenes del sector municipal. De esta forma para el
año 2010 se equiparó el número de estudiantes provenientes de establecimientos de los tres tipos de dependencia administrativa existentes en el sistema
escolar.
Si bien se ha logrado mayor equidad en el acceso a la carrera de Psicología, se abre para esta la necesidad de abordar la equidad en todo el proceso
formativo: permanencia, logros y resultados (Latorre, C., González, L., Espinoza, O.: 2007)10. Los/as académicos/as ven el escenario actual, no solo por el
cupo de equidad, sino que especialmente por el aumento considerable de estudiantes, como una oportunidad para revisar no solo las prácticas pedagógicas
sino que también para proveer con mayor sistematicidad, condiciones institucionales para que todos/as los/as estudiantes puedan aprender e insertarse
exitosamente en la institución. Se aprecia un fuerte compromiso del colectivo
de académicos/as que participan en este proceso, así como el Departamento de
Psicología, de hecho, se creó un nueva coordinación en la carrera cuyo foco es
apoyar la innovación en el aula, así como la integración académica y social de
todos/as los/as alumnos/as de primer año.
10
Latorre, C., González, L., Espinoza, O. (2007): Análisis de la Política Pública en Educación
Superior desde le punto de vista de la Equidad: El caso de Chile.
241
Desde el punto de vista de la Facultad de Ciencias Sociales, liderada
por la Dirección de la Escuela de Pregrado, se ha creado una comisión interdepartamental, integrada por académicos/as especialistas en educación, cuyo
objetivo será monitorear y enriquecer el proceso de implementación del cupo
de equidad a lo largo del proceso educativo que se desarrolla en psicología.
A nivel de la Universidad de Chile, durante el año 2010, se tratará de
insertar el cupo de equidad en la discusión del Consejo Universitario y del
Senado Universitario, buscando el acuerdo institucional para modificar el reglamento de estudiantes de pregrado, en la línea de reconocer este nuevo tipo
de ingreso especial.
Finalmente, una mirada al recorrido realizado para la apertura del cupo
de equidad en esta universidad muestra un elemento crucial: la participación
y apoyo de toda la institución desde el nacimiento de la idea hasta que se
hubo matriculado el último/a de los/as jóvenes seleccionados/as mediante
este cupo. Sin la experiencia, consejos y gestión de las autoridades universitarias, de Facultad y de los diversos departamentos, no hubiese sido posible
la viabilización de esta propuesta. De la misma forma la Unidad de Comunicaciones, la Unidad de Bienestar, la Coordinación de Extensión y diferentes
funcionarios/as fueron claves al momento de la difusión, postulación y selección de los/as postulantes. Sin duda, la federación de estudiantes y los centros
de alumnos/as de facultad y de las carreras de esta, mediante su constante
preocupación impulsaron sistemáticamente el proceso. De manera especial fue
posible implementar este cupo gracias a la colaboración de estudiantes que, de
manera desinteresada, apoyaron las diversas acciones que se llevaron a cabo
durante el proceso. Como puede apreciarse la fortaleza de este cupo de equidad es nacer de la articulación institucional, con esto se transforma no solo
en una oportunidad para los/as jóvenes que ingresaron, sino que también para
que los/as integrantes de la institución se unan en demostrar la posibilidad real
de mayor equidad en el acceso, y por supuesto también, para asumir el próximo desafío: demostrar que es posible la equidad en todo el proceso educativo.
242
Capítulo V
EXPERIENCIAS INTERNACIONALES
DE PROGRAMAS UNIVERSITARIOS
PARA LA EQUIDAD
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
EN EL INGRESO A LA UNIVERSIDAD
NACIONAL DE CUYO
Lic. Bettina Martino*
Lic. Mariana Castiglia**
Mgter. Estela Zalba***
I.
INTRODUCCIÓN
La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) es una institución pública
no arancelada, que desde hace 70 años forma profesionales, genera conocimiento, desarrolla la investigación y contribuye con las transformaciones sociales y económicas de la provincia de Mendoza y la región.
Cuenta con 121 carreras de grado, 41 carreras cortas de pregrado y 77 títulos de posgrado distribuidos en 11 facultades y cuatro institutos. Su matrícula asciende a más de 34 mil alumnos de nivel universitario y un promedio de 5
mil estudiantes de educación básica y educación media1.
Es una institución que reviste un alto nivel de credibilidad y prestigio
social. En la Argentina la educación, y especialmente la educación superior,
sigue constituyendo en el imaginario de la población un factor de movilidad
social y en este marco, la Universidad Nacional de Cuyo es la principal institución educativa que cristaliza esta aspiración en Mendoza y otras provincias
cercanas, justamente por sus características de ser pública y gratuita y de
ofrecer una educación de alta calidad. Coadyuvan a esto además su posicionamiento en el ámbito investigativo, su aporte al desarrollo productivo local y
regional y sus políticas de cooperación social y cultural.
A lo largo de su historia, la UNCuyo se ha sometido voluntariamente a
evaluaciones periódicas y ha desarrollado procesos de autoevaluación, realizando de manera permanente análisis acerca de sus objetivos, acciones es-
*
**
***
1
Coordinadora de Proyectos de Igualdad de Oportunidades en el Ingreso a la Universidad, de
la Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.
Coordinadora de Articulación Educativa e Ingreso, Secretaría Académica, de la Universidad
Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.
Secretaria Académica de la Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.
Fuente: Dirección de Estadística de Secretaría Académica de la Universidad Nacional de
Cuyo.
245
tratégicas, carreras, inserción laboral de sus graduados y la pertinencia de su
formación, en una búsqueda constante por mejorar la calidad de sus servicios.
La UNCuyo encaró, como resultado de los procesos de autoevaluación y
evaluación institucionales llevados a cabo en los años 2000 y 2002, respectivamente, una serie de proyectos sobre la base de un Plan Estratégico. Algunos
de ellos fueron incluidos en el llamado Programa de Mejoramiento Institucional - FUNDAR2 que se viene desarrollando desde el año 2005, en el marco de
un convenio programa que se firmara con la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Solo tres universidades nacionales argentinas han tenido
acceso a este tipo de programas.
La experiencia de intervención en equidad universitaria que aquí se presenta forma parte de dichos proyectos, específicamente del denominado Igualdad de oportunidades en el ingreso a la Universidad, que busca desarrollar
una política de equidad para el ingreso y la permanencia a las carreras de la
UNCuyo.
II. DIAGNÓSTICO Y PUNTO DE PARTIDA
La educación universitaria, entendida como bien social, requiere poder
conjugar de manera dialéctica los principios de igualdad de oportunidades
y de calidad educativa. La consideración de ambos principios conlleva la
tarea de reconocer y enfrentar diversas y complejas problemáticas e impone
la responsabilidad de afrontarlas a partir de un adecuado diagnóstico y de propuestas para su solución que se transformen en políticas educativas de corto,
mediano y largo plazo3.
Calidad educativa e igualdad de oportunidades son aspectos que acompañan un proceso complejo que se inicia en la figura del aspirante a una carrera
y culmina en la figura del egresado, un profesional que ha alcanzado los saberes y saberes-haceres específicos propios de su campo de acción.
La primera de estas etapas, la del ingreso a la universidad, traduce de
manera particular la mencionada relación dialéctica entre ambos principios,
porque la educación de calidad va acompañada de exigencias que no todos
los aspirantes se encuentran en condiciones de afrontar. Las diferencias entre
sus capitales culturales e intereses, el desigual desarrollo de sus competencias
intelectuales y las trayectorias escolares disímiles imponen a la universidad la
tarea de equipar y equiparar a sus aspirantes para un desarrollo exitoso en la
vida universitaria que han de iniciar, evitando la reproducción de las condiciones adversas que ya presentan.
La UNCuyo ha desarrollado políticas de ingreso desde el año 1991, pero
las transformaciones socioeconómicas y educativas de los últimos diez años
han reorientado estas políticas a partir del reconocimiento de los sujetos
2
3
246
Aprobado por Resolución del Consejo Superior de la UNCuyo Nº 167/2006.
Zalba, Estela María. En: Proyectos Académicos. Memoria 2002 – 2007. Atención de la calidad educativa e igualdad de oportunidades. Secretaría Académica, Rectorado, Universidad
Nacional de Cuyo. Mendoza, EDIUNC, 2008.
concretos del aprendizaje como sujetos que revisten las características anteriormente mencionadas. Esta comprensión de la diversidad implica el diseño
de estrategias educativas diferenciadas que permitan transformar y revertir
condiciones desventajosas4.
En materia de ingreso y permanencia, la universidad se enfrentaba a dos
instancias de fracaso: en el ingreso a la universidad, pues muchos aspirantes
no lograban superar los exámenes y en la permanencia en la universidad, pues
muchos de quienes superaban la instancia de admisión no podían cumplir luego las exigencias académicas en los primeros años de estudio.
Los procesos de autoevaluación y evaluación ya mencionados arrojaron,
investigaciones mediante, un diagnóstico que explicaba las causas de estos
fracasos:
•
•
La heterogeneidad de la calidad de la formación recibida en el nivel medio por parte de los alumnos aspirantes.
La falta de articulación entre el nivel universitario y el nivel anterior (medio), cuyos principales indicadores son:
– La no correspondencia entre los contenidos propios de los diversos
campos disciplinares, desarrollados en la escuela media y los exigidos
en las nivelaciones universitarias; y/o
– La no correspondencia entre el grado de exigencia en el manejo de
saberes y habilidades cognitivas del nivel medio y las exigencias requeridas por la universidad.
Contrario a las posiciones que adjudican la responsabilidad de esta problemática a la escuela media, se decidió iniciar un proceso que incluyera
también la responsabilidad y las acciones que la universidad debía llevar adelante5.
En tal sentido, se incluyó como parte de la explicación el hecho de que
los ingresos de las distintas facultades funcionaban de manera heterogénea,
con diferentes concepciones respecto de sus funciones y objetivos y con un
escaso desarrollo de otros aspectos más allá de lo conceptual, que a su vez no
era adecuado. Podría decirse incluso que en algunos casos los ingresos funcionaban como una forma de regulación de la matrícula y de selección de los
sujetos del aprendizaje, con las condiciones que estos revestían.
El basamento teórico-metodológico de este proceso de transformación de
los ingresos fue el enfoque de la educación basada en competencias, con la
consecuente definición de competencias básicas para toda la UNCuyo y específicas por carrera. Paralelamente se modificaron las disposiciones vigentes
sobre las “condiciones de admisibilidad” a la universidad mediante la elaboración de una normativa unificada para el establecimiento de las características
4
5
Ibidem.
Zalba, Estela María. “Ingresar y permanecer en la Universidad”. En: competencias. Los conocimientos previos necesarios para el ingreso y la permanencia en la Universidad. Diario
Los Andes, Fascículo 1, miércoles 15 de junio de 2005.
247
que debían reunir los cursos de ingreso, que respetara las particularidades de
cada facultad pero que impulsara la tendencia hacia una reorganización de
esta instancia en torno al principio mencionado. Esto implicó también la articulación con otro tipo de programas y proyectos que abordan el problema de
la inequidad teniendo en cuenta situaciones económicas, de salud, psicosociales, etc.
III. PLANIFICACIÓN Y PUESTA EN MARCHA DE ACCIONES GENERALES
Como se ha señalado, el punto de partida fue la opción de nuestra universidad de adoptar un enfoque de educación basada en competencias y trabajar en su desarrollo. A partir de diversas investigaciones, se definieron y
consensuaron las llamadas competencias básicas, apuntando al desarrollo de
conocimientos, habilidades y destrezas fundamentales para la prosecución
de los estudios, que en un proceso de investigación previo se observó que los
estudiantes no adquirían en el nivel educativo inmediatamente anterior. Esas
competencias fueron comprensión lectora, resolución de problemas y producción escrita. Sobre esta competencia se encaró, durante el año 2003, una
capacitación masiva de docentes del nivel medio, que elaboraron propuestas
de transferencia a sus respectivos espacios curriculares y a los que luego se
acompañó con acciones de seguimiento.
A su vez, fue necesario explicitar las competencias específicas requeridas
en las diversas carreras y dominios o áreas disciplinares a ellas asociados. Con
esta acción se pudo, además, revisar las características de los procesos de ingreso llevados a cabo hasta ese momento, como punto de partida para la construcción de una estrategia académica de la Universidad en su conjunto.
Durante el desarrollo del proyecto se elaboró una primera versión de
estas competencias específicas, para lo cual cada unidad académica designó
referentes por carreras abocados a esta tarea y la Universidad brindó el acompañamiento sostenido de expertos en la materia. El modelo metodológico desarrollado implicó el desagregado de cada competencia (tanto de las generales
como de las específicas) en sus correspondientes “indicadores de logro”6.
En 2004 se continuó con este trabajo mediante la revisión, reajuste y nueva propuesta de competencias específicas a partir de la consulta a docentes de
primer año de las diversas carreras de grado.
La adopción de este enfoque, así como la definición de competencias básicas y específicas, resultó un aspecto central en la definición de los contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales incluidos en los materiales de
ingreso a partir de lo cual se comenzó el proceso de reformulación.
La redefinición de los objetivos del ingreso a la Universidad en el marco
6
248
Para una explicación pormenorizada de esta metodología ver: Zalba, E.M., “La experiencia
de la Universidad Nacional de Cuyo en el Desarrollo Curricular por Competencias. Aspectos
Metodológicos”, en CINDA. Diseño Curricular basado en Competencias y Aseguramiento
de la Calidad en la Educación Superior, Santiago, 2009.
de la igualdad de oportunidades implicó la necesidad de reformular la estructura de los ingresos de manera unificada para todas las facultades.
Como fundamento de una nueva política de admisibilidad, era necesario
definir las condiciones básicas de esta etapa y sus requisitos generales, en el
marco de las cuales cada unidad académica desarrollara sus cursos.
Así, se estableció una estructura que, para asegurar la equidad no solo en
el ingreso sino también en la permanencia, comenzara por la elección de la
carrera hasta la ambientación a la vida universitaria, pasando por la nivelación
de las competencias necesarias para el ingreso.
La estructura tipo de los cursos de ingreso a la UNCuyo comprende una
etapa de confrontación vocacional, una de nivelación (desarrollo de competencias básicas y específicas) y una de ambientación destinada no ya a la totalidad de los aspirantes sino a los ingresantes, es decir, aquellos que aprobaron
las instancias previas.
En el siguiente cuadro se ofrece la caracterización y objetivos que la normativa establecida por el Consejo Superior de la Universidad determina para
cada una de las etapas, siendo decisión de cada facultad la duración de las
mismas y las exigencias de aprobación.
Estructura tipo de los cursos de ingreso a
las carreras de la uncuyo
Etapa
Confrontación
Vocacional
Caracterización
Desarrolla una serie de actividades destinadas a los aspirantes,
con el objeto de proporcionar un
conocimiento más preciso del plan
de estudios y de las características
relativas al ejercicio profesional de
cada carrera. Asimismo, incluye
actividades que permitan al alumno
un mayor autoconocimiento a través de reflexiones sobre los aspectos subjetivos de la elección, tales
como actitudes, aptitudes, representaciones, valoraciones e intereses.
Brinda información acerca de las
características y exigencias del curso de nivelación y trabaja en torno
del desarrollo de los hábitos y actitudes adecuados ante el estudio, que
favorecen el aprendizaje autónomo.
Objetivos
• Crear un espacio de
reflexión sobre el proyecto vocacional del aspirante, que le permita
contar con elementos de
juicio para su inserción
en la vida universitaria,
que apunten también
al desarrollo y /u optimización de adecuados
hábitos y actitudes ante
el estudio, que favorezcan el aprendizaje
autónomo.
• Confrontar los preconceptos y representaciones subjetivas en torno
de la elección de carrera con las características académicas de
la misma y su ejercicio
profesional.
249
Etapa
Nivelación
del desarrollo
de las
competencias
generales y
específicas
para cada
carrera
Ambientación
Universitaria
Caracterización
Cada unidad académica implementa
una serie de actividades destinadas
a los aspirantes, con el objeto de
equiparar y evaluar el desarrollo
de las competencias generales y
específicas establecidas para cada
carrera o familia de carreras. La
nivelación se instrumenta a través
de cursos presenciales, semipresenciales y/o a distancia. Los contenidos conceptuales, procedimentales
y actitudinales de los módulos se
seleccionan sobre la base de los
alcances previstos en los indicadores de logro de las competencias
generales y específicas propuestas
para cada carrera o familia de carrera, así como teniendo en cuenta los
contenidos propios del nivel educativo inmediatamente anterior.
Las unidades académicas desarrollan un conjunto de actividades destinadas a los alumnos
ingresantes, a fin de que conozcan
diferentes aspectos académicos e
institucionales conducentes a su
desenvolvimiento como estudiantes universitarios. Por un lado, se
informa sobre trámites administrativos, deberes y derechos estudiantiles, calendario académico,
régimen de promoción, cursado
y evaluación de la carrera correspondiente, servicios al estudiante y
otros temas de interés que determine cada facultad. Por otro, se ofrece una capacitación para el uso de
las bibliotecas y demás sistemas de
documentación de la Universidad
(Programa ALFIN – nivel 1)2.
También se informa acerca de las
características de la institución
universitaria: sistema de gobierno,
organigramas, servicios, etc.
Objetivos
• Evaluar el nivel de desarrollo de las competencias generales (básicas y transversales) y
específicas establecidas
para cada carrera o familia de carreras.
• Equiparar los aprendizajes de los aspirantes
en función de los requerimientos básicos de
cada carrera.
• Desarrollar acciones
que introduzcan a los
ingresantes en el conocimiento de las particularidades académicas,
curriculares y administrativas de la etapa
educativa que comienza a transitar, a fin de
coadyuvar a su desenvolvimiento responsable y autónomo como
estudiante universitario.
• Capacitar a los ingresantes como usuarios
del sistema de documentación, en general,
y de bibliotecas, en particular.
Fuente: Ordenanza 31/2006 del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo.
250
3.1. Acciones generales con las unidades académicas
Una vez definidos estos lineamientos, se inició el trabajo con las facultades, las cuales determinaron fortalezas y debilidades de sus respectivos
ingresos a la luz del principio de igualdad de oportunidades. Esta primera
instancia de autoevaluación permitió delimitar las problemáticas comunes a
todas las unidades académicas (en adelante UA). Entre las fortalezas, casi
la totalidad de las UA señalaron la estabilidad, compromiso (personal y
profesional), organización y trabajo de los equipos de ingreso. En cuanto a
las debilidades, aparecen en forma recurrente problemas asociados al escaso
tiempo de duración de los cursos y tiempo disponible para la elaboración de
materiales, así como la falta de desarrollo de competencias por parte de los
aspirantes.
Sin embargo, una de las debilidades más notorias fue la inconsistencia
de los materiales y evaluaciones con las competencias e indicadores de logro definidos por cada facultad, diagnóstico que resultó de un minucioso
trabajo de revisión de materiales llevado adelante por el proyecto. De allí
que una primera acción fuera la revisión y análisis de dichos materiales a
través de la designación de consultores expertos por área disciplinar para su
reajuste.
Esta primera acción fue profundizada con la realización en el año 2007 de
una evaluación integral que cada facultad llevó adelante, involucrando a los
diferentes actores que participan en las instancias de ingreso, en la que se contemplaron las siguientes variables:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Aspectos institucionales generales
Infraestructura
Cuerpo académico
Desarrollo de cursos
Calidad de los materiales
Evaluación del curso
Evaluación del aprendizaje
Modalidades/funcionamiento/recursos
Sugerencias y solicitudes
Los resultados de esta evaluación integral fueron decisivos para el ajuste
en la definición de las problemáticas comunes y la discriminación de problemáticas a atender por unidad académica.
A continuación se muestra el detalle de las principales problemáticas comunes detectadas y las acciones programadas para el conjunto de las unidades
académicas.
251
Problemáticas comunes
Acciones generales
Falta de consistencia entre com- – designación de consultores expertos por área
petencias e indicadores de logro,
disciplinar para la revisión de materiales
textos y actividades.
– apoyo financiero para la readecuación y reEsta inconsistencia se profundizaba
elaboración de materiales por facultad, a caren las instancias de evaluación.
go de los contenidistas por ellas designados.
– asesoramiento en materia de mediación y
procesamiento didáctico por área disciplinar
Escaso desarrollo del aspecto de los – elaboración de una imagen unificada para
materiales de ingreso
los materiales.
Insuficiente formación de los agen- – puesta en marcha de cursos de capacitación
tes del ingreso involucrados en el
en competencias básicas, construcción de
enfoque de la EBC.
herramientas de evaluación para educación
basada en competencias, formulación de
materiales, tutoría, etc.
Diagnóstico negativo respecto de – apoyo financiero para: la extensión de los
los aspirantes por parte de los
cursos de ingreso, la adecuación entre duraprofesores, en cuanto a la falta de
ción del curso/desarrollo de contenidos y la
conocimiento de los contenidos
adecuación docentes /número de alumnos.
mínimos exigibles en las competen- – apoyo financiero para instrumentar inscias de ingreso.
tancias de evaluación de los ingresos y la
consecuente retroalimentación para la organización futura.
Desjerarquización de la tarea del – capacitaciones para docentes de ingreso y
docente, imprevisibilidad e inestaconsecuente jerarquización y mantenimienbilidad en sus funciones.
to de los equipos de ingreso.
– apoyo financiero para aumento de la hora
docente.
Ausencia de instancia de validación – instancias de asesoramiento permanente por
técnica de materiales.
parte de consultores expertos por área disciplinar.
– apoyo financiero para validación de materiales en los casos en que fuera requerido.
Dificultades para el desarrollo de – en articulación con el Servicio de Educaingresos con modalidad a distancia.
ción a Distancia, que brindó capacitación
y apoyo operativo para la puesta en funcionamiento de este tipo de cursos, se brindó
apoyo financiero para la adecuación de los
módulos de contenidos específicos al campus virtual.
Disparidad en las formas de au- – financiamiento y subsidio a proyectos de
toevaluación en los ingresos y en
investigación sobre temáticas relacionadas
el relevamiento de información que
con el ingreso, organizadas en líneas de inpermita retroalimentar esta instanvestigación prioritarias.
cia de formación.
252
En una segunda etapa del desarrollo del proyecto, se procedió a abordar
las problemáticas particulares de cada unidad académica, relacionadas estas
con sus culturas institucionales, valores, tradiciones, normativas vigentes
y también con las peculiaridades de los campos disciplinares que cada una
reúne. Las acciones en este caso fueron muy heterogéneas y tendieron a ajustar aspectos del ingreso no resueltos en el marco de las acciones generales.
IV. ESTÁNDARES DE CALIDAD PARA EL INGRESO A LA UNIVERSIDAD
Aplicar el concepto de calidad a la educación no ha dejado de ser controversial. El surgimiento de tal vocablo ligado a un contexto específico trae
aparejado resistencias y rechazos, especialmente cuando subyace la idea de
la ideología de la “eficiencia social” propia del liberalismo. Al respecto, Inés
Aguerrondo afirma que:
“…se ha trabajado con una versión demasiado simplificada y muy parcial
de una idea muy abarcante ya que, recortando las posibilidades, se la
define restrictivamente, se la transforma en una medición, para lo cual se
la inscribe en un marco puntual casi positivista, muchas veces hasta conductista, leyendo solo conductas específicas.
Por el contrario, a mi entender, el concepto de calidad de la educación
está lleno de potencialidades, que me parece interesante explicitar. Es
por esto necesario traer a la discusión las ideas de eficacia y eficiencia
que están relacionadas con esta cuestión. Estos conceptos han sido tradicionalmente muy resistidos en el campo de la educación en general.
Y no sin razones, ya que llegaron a la bibliografía educativa directamente importados de la teoría de la administración basada en el modelo de
la eficiencia económica (“eficientismo”). Este da un valor prioritario
a los elementos materiales y establece metodologías como la de costoefectividad, difícilmente trasladable a los sectores sociales, y por ello al
área educativa. Algunos intentos de replanteo en este sentido (como la
propuesta del análisis de costo-beneficio) no superaron las limitaciones
intrínsecas de estas aproximaciones”7.
De acuerdo con lo señalado por la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria), un estándar se corresponde con un conjunto de enunciados de naturaleza normativa que participan de la definición
de un modelo. Por lo tanto no son una mera expresión de deseos, sino que
–por el contrario- manifiestan un requisito que debe estar presente y que refiere a aspectos de una carrera (en este caso se diría de los cursos de ingreso)
susceptibles de medición, cualitativa o cuantitativamente y que dicha carrera
de grado y/o pregrado (o los cursos de ingreso) deben cumplir para que se les
reconozca determinada calidad.
7
Aguerrondo, Inés. “La calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación”. En:
http://www.oei.es/calidad2/aguerrondo.htm (accesado por última vez el 13/11/09).
253
Desde una perspectiva semántico-discursiva, los estándares pertenecen
al dominio de una deóntica universitaria (deber/poder ser). Generalmente
su delimitación y enunciación son producto de un proceso de consenso y/o
racionalización, entre diversos actores universitarios, de aquellos aspectos
institucionales y educativos que claramente coadyuvan al logro de la calidad
académica8.
Ahora bien, estos requisitos normativos deben, a su vez, ser posibles de
verificación, por lo tanto cada aspecto considerado significativo tiene que habilitar una comparación entre el modelo trazado por el estándar y la realidad
objeto de apreciación, de manera que posibiliten la elaboración de un juicio de
adecuación.
En tal sentido los enunciados normativos tendrán que complementarse
con otros enunciados que expliciten los indicadores mediante los cuales se podrá efectuar dicha comparación.
Dado que los estándares de calidad son, como se ha señalado, enunciados
de naturaleza normativa, no resulta entonces menor tener en cuenta quiénes y
cómo los definen. Algo relevante en su formulación es que se convierten en
criterios legítimos, reconocidos por la comunidad como válidos y valiosos. Es
por eso que se ha hecho hincapié en que su construcción devenga de la información aportada por los actores involucrados en las instancias que competen
al ingreso en cada unidad académica, esto es, que resulten de una tarea consensuada.
4.1. Definición de estándares
Paralelamente al desarrollo del proyecto de Igualdad de Oportunidades
para el Ingreso a la Universidad, durante los últimos tres años se fueron
elaborando los llamados estándares de calidad para el ingreso al conjunto de
carreras de UNCuyo.
Si bien en el proyecto original dichos estándares estaban contemplados en
relación con los cursos de nivelación, el trabajo mancomunado con los coordinadores de ingreso de cada unidad académica y con otros agentes involucrados permitió encontrar puntos de encuentro en otros aspectos, de manera que
se decidió ampliar la definición de criterios de calidad desde una perspectiva
integral, involucrando todas las instancias, actores y actividades que el ingreso involucra.
La tarea de definición de los estándares de calidad comenzó con la consulta a los actores claves de los ingresos de todas las unidades académicas acerca
de cuáles se consideraban sus fortalezas, debilidades, ventajas, dificultades.
Esta información, recogida en jornadas, cursos de capacitación, reuniones,
etc., ha sido altamente orientadora en la definición de los criterios del ingreso
8
254
Zalba, E., Documento sobre Estándares de Calidad para las Carreras de Grado, Mendoza,
Secretaría Académica-UNCuyo, 2006 (mimeo).
que es necesario evaluar para garantizar la igualdad de oportunidades a todos
los aspirantes. Dicha información, además, alcanza un grado de precisión
mayor en la medida en que aquellas informaciones primarias fueron sistematizadas y detalladas en profundidad en la evaluación del ingreso 2007 que todas
las facultades realizaron.
A partir de esta información se efectúa –según las descripciones, opiniones, necesidades, etc. que cada unidad académica ha manifestado– los juicios
de valor necesarios. Sobre su base, además, se produce el proceso de toma de
decisiones que lleva a la definición de los estándares de calidad.
Otras reuniones, jornadas y espacios compartidos con los referentes de
cada UA permitieron encontrar problemáticas comunes y preocupaciones
compartidas e intercambiar experiencias que fueron fortaleciendo y legitimando la instancia del ingreso en cada facultad, respetando sus particularidades;
pero a la vez abrieron la posibilidad de definir denominadores comunes, criterios compartidos y consensuados.
En el camino, finalmente, se fueron agregando las inquietudes, sugerencias y propuestas expresadas en cada reunión, los informes de cada procesador
didáctico respecto del trabajo con los materiales de nivelación, más información accesoria que brindaron otros subproyectos (Articulación con la Educación Media; DAySARA (Detección, Apoyo y Seguimiento de los Alumnos en
Riesgo Académico) y Educación a Distancia e Innovación Pedagógica).
En función de lo anterior es posible afirmar que los estándares de calidad
definidos, así como sus enunciados, no son el resultado de una mirada externa
sino el producto de una autoevaluación colectiva, progresiva y minuciosa,
donde se entiende que está presente la voz de cada uno de los actores involucrados en cada unidad académica.
Los campos y componentes ya definidos son los que siguen:
•
•
•
•
•
•
•
Aspectos institucionales generales: políticas y objetivos del ingreso, condiciones de infraestructura, reglamentos determinados por cada unidad
académica, registro, procesamiento y seguimiento de información para el
funcionamiento y consistencia en la toma de decisiones, instancias de autoevaluación.
Propuesta curricular: competencias e indicadores de logro, tablas de contenidos (conceptuales, procedimentales, actitudinales).
Cuerpo académico: coordinador, contenidistas, docentes, tutores, ayudantes alumnos.
Desarrollo de los cursos: relación densidad y complejidad de los materiales (impresos y/o digitales) y su desarrollo didáctico-metodológico durante el curso, adecuación duración/desarrollo, adecuación docente/cantidad
de alumnos, nivel de exigencia, aspectos básicos de los cursos de confrontación y ambientación.
Materiales: formato, elaboración, estructura y organización, calidad y
consistencia curricular y metodológica, validación y evaluación.
Evaluación de los aprendizajes: condiciones, parámetros, características.
Investigación: desarrollo, diagnósticos, prospectiva, establecimiento de
líneas prioritarias.
255
•
Articulación: establecimiento de acciones conjuntas o complementarias
con Universidad Abierta9, articulación con niveles anteriores y programas
de prevención de riesgo académico (permanencia).
Asimismo, se han elaborado los estándares de calidad para la modalidad
de educación a distancia y para el programa de Alfabetización Informacional10 puesto en marcha por la Universidad, el cual forma parte del ingreso.
V. CONCLUSIONES
El proceso de definición de la política de admisión en la UNCuyo, con la
consecuente reorganización de la estructura de los ingresos en cada facultad,
fue un proceso paulatino y consensuado.
Indudablemente, la cultura institucional de cada unidad académica
–como el conjunto de valores, creencias y principios que guían a una institución– es un elemento central a considerar a la hora de proponer y promover
procesos de transformación y superar posibles resistencias. A pesar de las
diferentes culturas institucionales con que surgiera, se observó también la
existencia de un denominador común: el ingreso como un espacio que estaba
desatendido, impulsado por el esfuerzo y la vocación de los agentes involucrados. Esto resultó ser un factor fundamental para la buena recepción del
programa, pues el mismo se presentaba como una posibilidad de sistematizar, jerarquizar y legitimar las tareas allí desarrolladas. Asimismo, la consideración de la experiencia y trayectoria de dichos agentes y su potencial
transformado, el “escuchar su voz” contribuyó al desarrollo consensuado de
las acciones pedagógicas e institucionales necesarias para alcanzar las metas
propuestas.
9
10
256
La instancia de Facultad Abierta consiste en la visita guiada de los aspirantes a cada una de
las unidades académicas de la Universidad, en la que se realizan diversas actividades tendientes a profundizar la información sobre las carreras y el campo profesional de cada una
de ellas, así como un primer acercamiento a las instalaciones físicas de la institución. Esta
actividad se realiza luego de la Expo Educativa que es un evento organizado por la Universidad Nacional de Cuyo, en su predio, que dura una semana, en el que las diversas unidades
académicas informan sobre la oferta educativa de pregrado y grado, a través de stands, folletería y otras acciones de difusión y orientación vocacional.
El programa de Alfabetización Informacional (ALFIN) es una acción que realiza el Sistema
Integrado de Documentación de la UNCuyo, que busca dotar a los usuarios (alumnos, docentes, investigadores, personal de apoyo académico) de herramientas para el uso de las TICs
y todos los recursos de información y formación existentes y disponibles en las bibliotecas
del sistema. Se instrumenta a través de cursos a bibliotecarios y usuarios y su nivel básico
fue establecido con carácter obligatorio en la Ordenanza 36/06 del Consejo Superior de la
UNCuyo, para alumnos ingresantes en la etapa de ambientación. Desde un punto de vista de
la igualdad de oportunidades, este programa apunta a acortar la “brecha digital” y permitir el
acceso de los sujetos a nuevos bienes simbólicos.
Por otra parte, los ingresos como ámbitos poco explorados y la falta de
experiencias compartidas entre las facultades hicieron que las instancias de
reunión e intercambio contaran con un alto índice de participación e interés.
Las evaluaciones propuestas desde el proyecto, cuyos resultados siempre
fueron colectivizados, fueron vistas como un instrumento estratégico para
fortalecer la formulación e implementación de políticas de igualdad de oportunidades y calidad educativa. El hecho de comenzar por autoevaluaciones, en
lugar de evaluaciones externas, fue una decisión que se considera apropiada,
puesto que puso a la evaluación externa (desde el proyecto) como una instancia de verificación y no de “fiscalización”.
Aún queda un camino por andar, es necesario fortalecer la articulación
con el nivel medio, pero especialmente promover la articulación de la instancia de ingreso con los primeros años de la carrera, para que el esfuerzo
realizado continúe y traduzca en mejores resultados en relación con la permanencia de los estudiantes de la Universidad. Se espera asimismo en un futuro
poner en marcha mecanismos de evaluación y autoevaluación certeros que
puedan medir el impacto de las acciones desarrolladas.
257
EL ACCESO Y LA EQUIDAD EN LA
ENSEÑANZA SUPERIOR PÚBLICA BRASILEÑA:
EL MODELO DE LA UNICAMP
Maurício Urban Kleinke*
INTRODUCCIÓN
El papel de la educación para la justicia económica y social es más que
nunca un tema muy debatido. El acceso a la educación es visto como un elemento crucial en el proceso de la igualdad de oportunidades, y la educación
en sí –la calidad de los profesores, la eficiencia de las escuelas– está en el
centro de las preocupaciones de los políticos, en muchos países. Aunque el
rendimiento escolar y los incentivos a los docentes están en el corazón del
debate, la esperanza es, en realidad, que la educación pública pueda desempeñar un papel más importante en la reducción de las desigualdades sociales.
En Latinoamérica, uno de los puntos críticos para el desarrollo social y económico es el acceso a la educación superior. En el caso brasileño, el acceso a la
educación representa un problema crucial para el desarrollo del país. La tabla
1 presenta el promedio de los años de estudio en función de los quintiles de
renta familiar. Se puede notar que el acceso a la educación superior se da mayoritariamente en los dos quintiles superiores.
El acceso a la educación superior en Brasil, generalmente se basa únicamente en los resultados de los exámenes de admisión (“vestibulares”) organizados por cada institución, los que una vez aprobados permiten comenzar
los estudios. Los estudiantes hacen cálculos antes de decidir si continuar o no
sus estudios, y esta decisión se ve afectada por su origen social y su trayectoria educativa. Las inequidades en la educación superior son, en gran medida,
generadas por las desigualdades en los niveles precedentes de la educación.
Según McCowan1 “Una anomalía del sistema brasileño es que mientras ins-
*
1
Coordinador de Investigación de la Comisión para los Exámenes de Acceso (Vestibular) de
la Universidad Estadual de Campinas - COMVEST e Profesor del Instituto de Física ‘Gleb
Wataghin’, Unicamp.
McCowan, T., Expansion without equity: An analysis of current policy on access to higher
education in Brazil, Higher Education (2007) 53: 579–59.
259
tituciones de prestigio en los niveles primario y secundario están en el sector
privado, la situación se invierte en el nivel terciario. La mayoría de las mejores universidades en el país es pública, financiada y controlada por el gobierno federal o los gobiernos de los estados individuales”.
Dada la gran demanda por las universidades públicas, es necesario implementar alguna forma de selección y evaluación. Sin embargo, el actual
examen vestibular hace algo más que clasificar, según Krasilchick2. “La evaluación siempre ha desempeñado un papel central en las escuelas brasileñas.
Una de las influencias importantes, con una función reguladora, más poderosa que los programas oficiales, libros de texto, las propuestas de plan de estudios o los parámetros actuales, fue siempre el examen vestibular. Así, la evidencia en lugar de su función, la calificación para decidir que los estudiantes
pueden ingresar a instituciones de educación superior, tienen gran influencia
en la educación primaria y secundaria”.
Una de las formas de promocionar la equidad en el acceso a la educación
terciaria en Brasil son las políticas de acción afirmativa, generalmente asociadas a las universidades públicas. En este trabajo se presenta el modelo de
acción afirmativa de la Universidad Estadual de Campinas y sus resultados en
el acceso y en el desarrollo académico de los estudiantes.
tabla 1
Promedio de años de estudio de las personas con 25 años o más
Total
Brasil (1)
São Paulo
7,0
8,0
1er
Quintiles de renta mensual familiar per capita
quintil
4,3
5,7
2º quintil
3er quintil
4º quintil
5º quintil
6,5
6,9
8,2
11,0
5,4
5,7
7,3
10,3
Fuente: IBGE, Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios 2008.
II. ACCESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR
2.1. La educación básica y superior en Brasil
La educación básica en Brasil está descentralizada y corresponde a los
gobiernos estaduales y municipales administrar las redes públicas. Hace muy
poco tiempo, Brasil logró que todos los niños de 8 a 12 años asistieran a la
2
260
Krasilchick, M., Reformas e Realidade: O Caso do Ensino das Ciências, São Paulo Em
Perspectiva 14, n. 1 (2000): 85-93
escuela3. A pesar de ello, los datos suministrados recientemente por el examen
PISA mostraron que los alumnos aprenden muy poco, y que los resultados
dependen casi por completo del capital cultural de las familias. Los jóvenes de
los quintiles socioeconómicos más bajos abandonan la escuela sin completar
los ocho años obligatorios de educación, como se puede ver en la tabla 1. La
escuela secundaria pública es gratuita, los maestros reciben bajos sueldos, en
2008 en el estado de São Paulo, 83% de los graduados del nivel secundario
estudiaron en escuelas públicas.
La tabla 2 presenta los datos referentes a la escuela secundaria en Brasil
que tiene una duración de tres años, para jóvenes entre 14 y 18 años, en general. Se observa que es la escuela pública la responsable por la educación de la
mayoría de los jóvenes en los quintiles más bajos. Así, las políticas públicas
que promueven la inclusión social de personas que han estudiado en escuelas
públicas es también una política de promoción para las clases desfavorecidas
social y económicamente. Un grado en la escuela pública es un excelente
proxy para indentificar a los grupos sociales más desfavorecidos. Una segunda
información importante es que la educación pública recibe el 86% de los estudiantes del nivel secundario en Brasil.
tabla 2
Estudiantes de la escuela secundaria pública o privada por
quintil de renta familiar
Grandes
Regiones
Brasil
Total
Quintiles de renta mensual familiar per capita
(1.000 personas)
1er
quintil 2º quintil 3er quintil 4º quintil 5º quintil
7.226
20,3
Sudeste
2.895
23,3
Brasil
1.140
2,1
Sudeste
517
2,7
Escuela Pública
25,3
24,0
20,5
9,9
27,3
22,9
18,5
8,0
6,0
11,5
22,4
58,1
Escuela Privada
8,1
11,7
21,7
55,7
Fuente: IBGE, Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios 2008.
La educación superior brasileña tiene un perfil muy distinto al de la escuela secundaria. La tabla 3 muestra la distribución de los estudiantes matricula3
Schwartzman, S. Brasil: el agujero negro de la educaciónTodaVia - Pesamiento e Cultura
en América Latina. Buenos Aires, Fundación OSDE. N. 18, abril 2008. pp. 14-17.
261
dos en la enseñanza superior, por tipo de universidad, pública o privada, y los
quintiles de renta familiar. La tasa de cobertura de la universidad en Brasil es
alrededor de un 20%, variando ligeramente en las diferentes regiones (la región sudeste incluye el Estado de São Paulo).
tabla 3
Estudiantes de la universidad pública o privada por
quintil de renta familiar
Grandes
Regiones
Brasil
Total
(1.000 personas)
1er
1.399
2,9
quintil 2º quintil 3er quintil 4º quintil 5º quintil
Sudeste
471
2,4
Brasil
4.464
1,2
Sudeste
2.207
Quintiles de renta mensual familiar per capita
1,9
Universidad Pública
8,3
13,4
23,3
52,0
7,6
13,6
18,9
57,5
4,6
10,7
26,1
57,4
Universidad Privada
6,6
13,4
28,3
49,8
Fuente: IBGE, Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios 2008.
De los estudiantes universitarios, un 23% estudian en universidades públicas. El acceso a las universidades está estrechamente relacionado con el
capital cultural de las familias y también depende de los ingresos. Las universidades privadas son pagadas (hay algunos casos con subsidios estatales, por
ejemplo el Programa Universidad para Todos, el Pro-Uni4).
El Pro-Uni Programa Universidad para Todos está destinado a conceder
becas completas a estudiantes y en particular a los de los quintiles inferiores.
El Pro-Uni, desde su creación (2004) hasta el proceso de selección de la primera mitad de 2008, ha apoyado a alrededor de 385 mil estudiantes, de los
cuales 270 mil con becas completas. Un efecto secundario de este programa
es la disminución de la demanda a las universidades públicas (con más concurrencia) por parte de los estudiantes graduados en las escuelas públicas.
2.2. Acción afirmativa en las universidades brasileñas
El Núcleo de Estudos Afro Brasileiro5 realizó una encuesta sobre las distintas formas de acción afirmativa para el acceso a las universidades públicas
4
5
262
http://prouni-inscricao.mec.gov.br/PROUNI/Oprograma.shtm
NEAB/UFSCar - Núcleo de Estudos Afro-Brasileiros, (2009) acessible a http://www.acoes.
ufscar.br/acoesafirmativas.php.
brasileñas. En una muestra de 84 instituciones, 36 no tenían ningún programa,
38 presentaban programas de cuotas (reserva de plazas) y ocho programas con
la adición de puntos extras a la puntuación final de los exámenes de admisión.
En Brasil existen 53 universidades públicas bajo la responsabilidad del Gobierno Federal. El análisis de las políticas de acción afirmativa, indica que no
hay un criterio único regional. En el caso del Estado de São Paulo, hay tres
universidades públicas estatales con distintas políticas para el acceso:
•
•
•
Unicamp - con bonos para la escuela pública y racial;
USP - con bonos para la escuela pública y
Unesp - sin acción afirmativa.
Es importante señalar que en más de 90% de los casos la decisión de optar
por un programa de acción afirmativa es fruto de discusiones internas a la universidad, no habiendo sido impuestas por el Gobierno Federal o Estatal.
2.3. Universidad Estatal de Campinas
La Unicamp fue oficialmente fundada en 1966, y puede ser considerada
una institución joven que ha logrado consolidar un prestigio en la enseñanza,
la investigación y en la realización de servicios para la sociedad6. Su principal
campus está en Campinas, una ciudad ubicada a 100 km de São Paulo, en el
estado de São Paulo. Comprende varias unidades de enseñanza e investigación, también posee un vasto complejo de hospitales y centros interdisciplinarios, dos escuelas técnicas y una serie de unidades de apoyo en un universo en
el que conviven alrededor de 50 mil personas.
La Unicamp ofrece 66 carreras de pregrado y de habilitación profesional
en sus facultades o institutos de enseñanza e investigación. Las carreras son
gratuitas y pueden concluirse en cuatro a seis años de estudios. Aproximadamente el 48% de los alumnos de la Unicamp están concentrados en los niveles
de posgrado (maestría y doctorado). En conjunto, las actividades de investigación de la Unicamp representan alrededor de 15% de toda la investigación
universitaria brasileña.
2.4. Exámenes de acceso – vestibular Unicamp
El vestibular Unicamp tiene por objeto seleccionar a los estudiantes con
un perfil deseado, y definido, un estudiante que puede “... hablar con claridad,... ordenar sus ideas,... establecer relaciones,... interpretar los datos y hechos... desarrollar hipótesis,... dominar los contenidos de los cursos básicos
comunes en la escuela secundaria7”.
Uno de los rasgos más llamativos del vestibular Unicamp es que todas las
respuestas necesitan ser escritas, lo que está asociado a la lectura y la inter6
7
http://www.unicamp.br/unicamp/es/front
Manual do Candidato acessible a http://www.comvest.unicamp.br/vest2009/manual.html
263
pretación de los textos de las preguntas. Esto hace que el contenido sea menos
necesario, pero sí, una mayor capacidad de síntesis, análisis e interpretación.
El vestibular se realiza en dos fases, la primera consiste en un examen con
preguntas generales y un ensayo. La segunda fase se lleva a cabo en cuatro
días, con dos exámenes diferentes aplicados a cada día. Las áreas del conocimiento de la segunda fase son las clásicas: biología, física, geografía, historia,
inglés, matemáticas, portugués y química.
Las puntuaciones de los exámenes del vestibular se normalizan con una
media de 500 puntos y una desviación estándar de 100 puntos. La varianza
permite estimar la adecuación de la puntuación, o de la corrección de una respuesta o de un examen. Como resultado final del vestibular se asigna un valor
estimado al postulante y una varianza de medida. Para la puntuación final
normalizada del vestibular, la varianza fue estimada en ±15 puntos (Tessler8).
2.5. Programa de acción afirmativa e inclusión social (paais)
Históricamente, alrededor un tercio de los candidatos del vestibular Unicamp es graduado en las escuelas públicas (educación secundaria completa en
las escuelas públicas).
En la última década, se introdujo la discusión sobre las políticas de acción
afirmativa en Brasil, principalmente en relación con el acceso a educación
superior. Un grupo de investigadores de la Unicamp elaboró un proyecto de
investigación cuantitativa sobre las políticas para incrementar la participación
de jóvenes desfavorecidos, preservando el principio de mérito académico, al
seleccionar los futuros estudiantes de Unicamp. Los resultados de este estudio
indican que los estudiantes procedentes de la escuela pública (más desfavorecidos en los aspectos educacionales y socioeconómicos) presentan un desarrollo académico (en los cursos de pregrado) relativamente mejor que aquellos
procedentes de la escuela privada (con nivel socioeconómico y educativo más
grandes). (Pedrosa9).
Estos resultados motivaron la creación de un plan que beneficiara a los
postulantes egresados de escuelas secundarias públicas, el Programa de Acción Afirmativa e Inclusión Social (PAAIS) de la Unicamp. El rendimiento
para los negros, los “pardos” (mulatos) e indígenas no fue previsto, debido a
la falta de datos relativos al color de piel en el grupo de alumnos estudiados.
La elección de las políticas de acción afirmativa (de discriminación en favor de la población negra, parda o los indígenas está lejos de ser consensual o
8
9
264
Tessler, L.R. “Ação afirmativa sem cotas: O Programa de Ação Afirmativa e IncluSao Social da Unicamp”; “Simpósio Universidade e IncluSao Social – Experiência e Imaginação”,
(2006). Accesible a http://www.comvest.unicamp.br/informes/artigos.html.
Pedrosa, R.H.L.; Dachs, J.N.W., Maia, R; Andrade, C.Y. y Carvalho, B.S. Educational and socioeconomic background of undergraduates and academic performance: consequences for affirmative action programs at a Brazilian research university, IMHE/OECD General Conference,
Paris, September 2006. Accesible a http://www.comvest.unicamp.br/informes/artigos.html
tranquila dentro de las universidades o de los gobiernos10. El Consejo Universitario, órgano máximo de la Unicamp, decidió implementar también una
acción afirmativa para esos grupos étnicos que están históricamente desfavorecidos, por creer que la diversidad cultural, étnica y de trayectorias escolares
es benéfica e importante, por creer en una mejor universidad y contribuir para
la inclusión social de los grupos menos favorecidos.
Considerando lo que se presentó en los párrafos anteriores, el Consejo
Universitario observó que, puesto que los postulantes de las escuelas públicas
tenían un rendimiento relativo más alto que los que provenían de las escuelas
privadas, entonces en el proceso de selección se podía actuar al revés, otorgando alguna ventaja a ese grupo, para compensar esa diferencia en el rendimiento.
Bajo este supuesto se asignaron 30 puntos extra en la nota final. Para determinar
esta cifra se tomaron en cuenta dos aspectos: la varianza de la puntuación final
normalizado del vestibular, estimada en 15 puntos, y el desempeño positivo
del grupo de graduados de escuela secundaria pública. Los 10 puntos para los
negros, los “pardos” y los indígenas fueron añadidos a partir de la opción de
ampliar la diversidad étnica y cultural entre los estudiantes universitarios.
El Gráfico 1 corresponde al esquema general de adición de puntos extras a
la puntuación final de los candidatos de escuela pública en el examen de ingreso.
Gráfico 1
Modelo de la adición de puntos a los candidatos de la Escuela Pública
Candidatos
Sin PAAIS
Escuela
Pública
PAAIS
Escuela
Privada
Porcentaje final
10
Martins, Roberto B. (2003). “Desigualdades raciais e políticas de inclusão social: Um sumário da experiência brasileira recente”. Report to the United Nations Economic Commission
for Latin America and the Caribbean (CEPAL/UN). [Racial inequities and social inclusion
policies: A summary of the recent Brazilian experience.]
265
III RESULTADOS EN EL ACCESO
3.1. La participación de los graduados en escuela pública
Al presentar los resultados del programa de acción afirmativa e inclusión
social de la Unicamp, se muestran igualmente algunos datos educacionales
de Brasil y São Paulo, para analizar la participación y el rendimiento de los
diferentes grupos. Los resultados globales para el año 2007 y los resultados de
vestibular Unicamp en 2008, teóricamente deberían corresponder a la misma
población. Esto es, personas que dan el examen al término de la escuela secundaria.
La tabla 4 representa la participación de la escuela secundaria pública y
privada en la enseñanza brasileña. El número de postulantes corresponde a los
jóvenes que han obtenido su grado en la escuela secundaria y que no han perdido ninguno de los exámenes que conforman el vestibular. Hay un número
importante de jóvenes inscriptos en el examen antes de graduarse, con fines
de entrenar. La convocatoria para el registro se ha calculado con y sin la puntuación extra, por lo que es posible analizar el efecto de PAAIS en diferentes
grupos sociales, étnicos o respecto a la enseñanza.
tabla 4
Graduados de la escuela pública o privada, Candidatos y
convocados para UNICAMP
Graduados de la Escuela
Secundaria
Brasil (2007)
São Paulo (2007)
Vestibular 2008
Candidatos
Convocados sin PAAIS
Convocados con PAAIS
Público
Total
1.749.731
1.505.121
%
Privado
%
321.256
86
83
244.610
67.452
17
39.552
11.648
29
27.904
71
2.830
890
31
1.940
388.708
2.830
624
22
2.206
14
78
69
Fuentes: MEC/Inep/Deed/Comvest-Unicamp
Los porcentajes de la tabla 4 muestran el efecto del PAAIS en la convocatoria para el registro de los jóvenes venidos de escuelas públicas. Se observa
que los porcentajes de los estudiantes y de los inscritos alcanzan casi el mismo valor lo cual significa que el programa patrocina el acceso equitativo a la
universidad pública. El PAAIS promueve el desempate en caso de puntuacio266
nes similares (iguales en términos estadísticos), en favor de los candidatos de
las escuelas públicas.
La tabla 5 presenta la situación por sexo. El programa de inclusión social
no discrimina en cuanto a género, pero es muy curioso observar que hay menor participación de las mujeres en el vestibular. Dicho resultado no es totalmente inesperado: hay estudios que indican que las mujeres tienen menores
habilidades académicas en concursos integrados, breves y muy competitivos
(como el SAT en EE.UU., la PSU en Chile, el Enem o los vestibulares en
Brasil)11. Las mujeres en cambio presentan un desempeño mejor en las evaluaciones hechas durante las clases, en general.
tabla 5
Hombres y mujeres graduados de la enseñanza media, candidatos
y convocados a UNICAMP
Graduados de la Escuela
Secundaria
Brasil (2007)
São Paulo (2007)
Vestibular 2008
Postulantes
Convocados sin PAAIS
Convocados con PAAIS
Total
Mujeres
%
Hombres
%
1.749.731
1.034.521
59
715.210
41
39.552
19.392
49
20.160
51
2.830
1.217
43
1.613
57
388.708
2.830
214.672
1.225
55
43
174.036
1.605
45
57
Fuentes: MEC/Inep/Deed/Comvest-Unicamp
Uno de los objetivos del PAAIS es fomentar la entrada de estudiantes de
escuelas públicas en Unicamp, y de esta manera fomentar la diversidad étnica
y cultural. Hay una gran exclusión racial en las universidades públicas brasileñas, la mayor parte de los profesores (y de los estudiantes también) es blanca.
Es necesario ampliar la diversidad étnica y cultural en la universidad, ya que
esta representa una ganancia considerable de experiencias personales distintas
y de visiones de mundo multiculturales.
11
Leonard, D. K. y Jiang, J. (1999). “Gender Bias and the College Predictions of the SATs: A
Cry of Despair” Research in Higher Education, Vol. 40, No. 4, 375-407.
267
La tabla 6 presenta la distribución de estudiantes en la enseñanza media
brasileña y su perfil étnico. Cabe señalar que se observa una cantidad significativa de omisiones en la declaración de color de piel/etnia lo cual es un
aspecto muy delicado y complejo de la estructura política y social brasileña, y
quizás, de la estructura latinoamericana.
tabla 6
Etnia de los matriculados de la Enseñanza Media, Candidatos
y Convocados a UNICAMP
Enseñanza Media
Matriculados
2007
Etnia/color de piel
Total
No
declarada
Declaradas
Branca e amarilla
Brasil (2007)
8.264.816
5.583.355
2.681.461
1.385.815
52%
1.295.646
48%
São Paulo (2007)
1.722.620
812.353
910.267
605.820
67%
304.447
33%
Inscritos
39.552
1.348
38.204
31.507
82%
6.697
18%
Convocados sin
PAAIS
2.830
104
2.726
2.366
87%
360
13%
Convocados con
PAAIS
2.830
104
2.726
2.319
85%
407
15%
Preta, parda y
indígena
Vestibular 2008
Fuentes: MEC/Inep/Deed/Comvest-Unicamp
3.2. Probabilidad de la convocatoria para el registro
El concepto general de equidad en el acceso a la universidad es un concepto preciso, claro y bien definido, como se puede observar en otros artículos
en este libro. Pero no es simple ni tampoco inmediato transformar este concepto en una variable medible. Una de las formas establecidas de medir la
oportunidad de un grupo con respecto a otro es la razón de oportunidad (odds
ratio). El problema es la equidad en acceso. La variable que indica el éxito es
la convocatoria para el registro. Para variables dicotómicas, como la escuela
pública versus escuela privada; o los subgrupos (blancos y amarillos de la
escuela privada) versus (negros, pardos e indígenas de la escuela pública) es
posible calcular de manera muy simples el odds ratio (OR). El Gráfico 2 presenta esquemáticamente el cálculo.
268
Gráfico 2
Esquema del cálculo de la Odds Ratio
Convocados
Non Convocados
Grupo en análisis
A
B
Grupo de
referencia
C
D
A partir de los datos de la tabla 4 se puede, por ejemplo, calcular el odds
ratio (OR) relativo a la oportunidad de los candidatos de la escuela pública
con respecto a la escuela privada antes y después de la implementación del
PAAIS:
•
•
OR escuela pública con PAAIS = 890 x 25.964/10.758 x 1.940 = 1,11
OR escuela pública sin PAAIS = 624 x 25.698/11.024 x 2.206 = 0,66
Es notable el efecto del programa en promocionar la equidad en el acceso
entre los jóvenes de las escuelas públicas y privadas.
El Gráfico 3 presenta una serie temporal de siete años de seguimiento de
la oportunidad de acceso (OR) de los jóvenes de la enseñanza pública a la
Unicamp. Como grupo de referencia se utilizan el subgrupo compuesto por
estudiantes autodeclarados blancos y amarillos, que estudiaron en escuelas
privadas. Este es, en principio, el grupo con las mejores condiciones académicas, de capital cultural y de estatus social. Hay dos grupos de análisis, ambos
de jóvenes venidos de la escuela pública, los blancos y amarillos (BA) (han
recibido el bonos de treinta puntos) y los negros, pardos e indígenas (PPI)
(con el bonos aumentado en cuarenta puntos).
Una de las maneras posibles de definir equidad en el acceso a la educación superior para distintos grupos es decir si hay equidad cuando el odds
ratio es cercano a la unidad (la línea punteada en el gráfico), cuando se haya
calculado entre los diferentes grupos sociales, económicos o étnicos. Un rápido vistazo al gráfico 3 permite observar que el programa cumple los requisitos
de promoción de equidad a través de la acción afirmativa.
Otra cuestión no menos importante es el desarrollo académico en el interior de la Universidad. No resulta adecuado un programa de acción afirmativa
donde los estudiantes no completan sus carreras, o tienen un logro académico
muy inferior a los demás estudiantes que no han entrado por la acción afirma269
tiva. Es casi imposible mantener un programa sin las condiciones mencionadas anteriormente en una Universidad de elite, con vocación para la investigación y el posgrado.
Grafico 3
Odds Ratio para los grupos beneficiados por el paais
Vs el grupo de referencia
1,4
PPI Esc. Pública
BA Esc. Pública
1,2
Odds Ratio
1,0
0,8
0,6
0,4
PAAIS
Sin PAAIS
0,2
0,0
2002
2004
2006
2008
2004
2006
2008
2010
3.3. Nota normalizada y distancia estadística
Una cuestión importante relativa al acceso y a la equidad es el mantenimiento de los estudiantes en la Universidad y el rendimiento académico en los
cursos. Las evaluaciones en cada carrera dependen en gran medida de la tradición local y los aspectos disciplinarios de cada área de conocimiento. A fin de
comparar los resultados de rendimiento no basta solo mirar la puntuación en
bruto, sino que es necesario relativizar la puntuación en cada uno de los cursos. Para evaluar el rendimiento, también se requiere comparar los resultados
de diferentes exámenes, el vestibular y el rendimiento en la vida académica,
dentro de la Unicamp. Una forma de hacerlo es normalizando la puntuación
de los exámenes o de los semestres.
270
La normalización de las notas de los exámenes supone que la distribución
de notas para un determinado curso es una curva de Gauss. La transformación
en la nota normalizada puede ser expresada por
donde Z es la nota normalizada para cada estudiante, m y σ son la puntuación
media y la desviación estándar de la distribución, respectivamente, y N es la
nota bruta de cada estudiante.
En las comparaciones de rendimiento entre los diferentes grupos humanos
es común utilizar una medida de distancia estadística, que se define como la
diferencia en las puntuaciones medias normalizadas a través de los dos grupos. Esta distancia estadística se mide en unidades de desviación estándar. En
este caso se estableció que la distancia estadística con un valor de hasta 0,11
era trivial (que no es estadísticamente significativo), entre 0,11 y 0,35 era pequeña; 0,35 a 0,65 era moderada y por encima de 0,65 en grande12.
El gráfico 4 muestra la nota normalizada para los estudiantes en las escuelas públicas y privadas, el vestibular y una puntuación asociada con el
rendimiento acumulado en cada semestre en la universidad. Se puede observar
que, sin la bonificación (“sin PAAIS” en el Gráfico 4) el valor de la diferencia
entre los dos grupos (distancia estadística) es moderado; con la puntuación
con “PAAIS” la distancia estadística es pequeña. Para el acompañamiento
en el interior de la universidad la distancia estadística entre los dos grupos
desaparece. Los jóvenes graduados en la escuela pública tienen un desarrollo
ligeramente superior a sus compañeros de clase (desde el punto de vista estadístico, dos grupos con el mismo rendimiento).
En una revisión reciente de un estudio sobre el género, los valores observados de las diferencias de rendimiento entre hombres y mujeres en los exámenes relacionados con las matemáticas son similares a las estadísticas de la
distancia observada para el examen de ingreso sin bonificación13.
En las evaluaciones de largo plazo (durante todo el semestre), las mujeres
obtienen mejores resultados que los hombres, con una distancia estadística
moderada. Este resultado empírico lleva a pensar sobre el significado de un
examen puntual y qué implicaciones pueden tener estos exámenes intensivos
en los procesos cognitivos, sociales y educativos de los diferentes grupos.
12
13
Cohen, J. Statistical power analysis for the behavioral sciences, 2ª. ed. Hillsdale, N.J.: L.
Erlbaum Associates, 1988
Hyde, J. S. y Linn, M. C., Gender Similarities in Mathematics and Science, Science, vol.
314, 599-600, 2006
271
Gráfico 4
Nota normalizada Escuela Pública Vs. Privada
0,3
0,2
Esc. Pública
Esc. Privada
PAAIS
0,0
sin PAAIS
Z (Nota normalizada)
0,1
S1 S2
S3
-0,1
S4 S4
S5
S6 S7
S8
Semestre
-0,2
-0,3
-0,4
-0,5
Gráfico 5
Nota normalizada Mujeres Vs. Hombres
0,15
-0,05
-0,15
Hombres
PAAIS
0,00
-0,10
272
Mujeres
0,05
sin PAAIS
Z (Nota normalizada)
0,10
S1 S2
S3
S4 S4
S5
Semestre
S6 S7
S8
IV. CONCLUSIONES
PAAIS es un programa de acción afirmativa e inclusión social apoyado
en investigaciones académicas previas a su implementación. El programa fue
aprobado por el Consejo Universitario, después de muchos y largos debates,
es fruto de la autonomía universitaria, de la decisión de la comunidad universitaria. El programa amplió la participación de los graduados en las escuelas
públicas, promoviendo una situación próxima de la equidad en el acceso.
Esta experiencia ha permitido ampliar la diversidad étnica y cultural entre
los estudiantes de la universidad. Además, como un resultado no previsto en
las investigaciones iniciales, pero muy interesante, el rendimiento académico
medio de los estudiantes incluidos en el programa ha sido igual o mejor que el
rendimiento de los demás estudiantes.
Sobre la base de la experiencia en la Unicamp se plantea que existen distintas políticas de equidad en el acceso a la universidad. Una mejor equidad
no significa necesariamente retraso en el desarrollo académico de los estudiantes; y que es necesario y aún fundamental que cada institución de educación superior observe e investigue sobre su propia realidad, para intervenir en
favor de la equidad con el éxito y con el equilibrio necesario en las actividades académicas.
273
UNIVERSIDAD Y CULTURAS: EN BUSCA DE
LA EQUIDAD Y LA INCLUSIÓN SOCIAL EN LA
UNIVERSIDAD DEL VALLE
María Cristina Tenorio*
Psicóloga Cultural
I. EL CONTEXTO
El aumento de la cobertura educativa es una acción necesaria de la sociedad contemporánea para posibilitar bienestar y oportunidades reales de inclusión a poblaciones cuya trayectoria de vida está limitada por su origen social.
En Colombia se ha logrado ampliar el ingreso a la educación superior, pero no
la permanencia, haciendo así visible la lentitud de respuesta y transformación
de un sistema educativo que, tradicionalmente ha trabajado en función de los
más preparados y más dotados, pero que actualmente no logra responder al
reto de atender a aquellos que por su origen socioeconómico y cultural, tienen
una experiencia diferente a la que se desarrolla en los ambientes más afines
con el modelo universitario tradicional.
Los documentos políticos sobre ampliación de acceso a la educación superior generalmente plantean que esta posibilita el ascenso social y económico. Sin embargo, no explican cuáles son los mecanismos que lo hacen posible.
Según los expertos,
La expectativa social de que la escuela revierta los procesos de desigualdad social es empíricamente falsa…; en ningún caso se observa una disminución espectacular de la herencia social en las trayectorias sociales y
laborales de las nuevas generaciones respecto de las de sus padres (González, 2001, p. 8)1.
*
Ph. D en Psicología, Profesora titular Instituto de Psicología, Universidad del Valle. Directora del Grupo de investigación Cultura y Desarrollo Humano. Coordinadora del Proyecto
Universidad y Culturas.
Adriana González Martínez (2001), Seguimiento de Trayectorias Escolares, México, Publicación ANUIES, Serie Investigaciones, libros en Línea. Premio ANUIES
1999 a la Mejor Tesis de Maestría. http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/index2.
php?clave=publicaciones/
1
275
De allí que no se esté logrando “… incorporar a sectores sociales antes
excluidos a procesos culturales y a significados simbólicos propios de los modos de vida contemporáneos”2.
Por esta razón hay que leer las altas tasas de deserción en la educación
superior en todos los países de América que han ampliado masivamente la cobertura –aumentando el ingreso, pero sin transformar el modelo pedagógico–,
como el fracaso del sistema educativo en crear las condiciones académicas
que harían posible la permanencia y graduación de los jóvenes.
Un sistema educativo que no transforma las experiencias de jóvenes procedentes de familias antes excluidas de la educación media y superior, que no
logra desarrollarles nuevas habilidades necesarias en el mundo académico, ni
les ayuda a dominar las prácticas que la universidad exige para apropiarse del
conocimiento formal, es un sistema que fracasa en su función social.
En el nivel universitario colombiano la deserción es actualmente del 49%
(según una reciente investigación del Centro de Desarrollo Económico de la
Universidad de los Andes (CEDE) y del Ministerio de Educación Nacional)3.
Sin embargo, si se la midiera por estratos socioeconómicos, se encontraría que
el mayor porcentaje de fracaso se presenta en los estratos populares, rurales y
de poblaciones minoritarias. Es evidente que en Colombia los pobres no han
tenido el tipo de experiencias que permite desarrollar la mente que la universidad exige.
No obstante, como los prejuicios son insidiosos, permanece una idea fija
en la representación social sobre la educación: los fallos de los escolares y
estudiantes son su responsabilidad o al menos su culpa; bien sea porque no
estudian, bien sea porque “no tienen las dotes” necesarias. “Lo que natura no
da, ¡Salamanca no lo presta!” Solo que los especialistas en el tema nos lanzan
preguntas perturbadoras.
Dice Alejandra Romo, presidenta de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior de México (ANUIES): Es necesario descubrir ¡de qué lado está el culpable!; si se trata de los estudiantes o
del sistema educativo4. Mientras no se reconozca que la equidad no consiste
en ofrecer a todos las mismas oportunidades, que las instituciones educativas
tienen responsabilidad de crear estrategias que restituyan la justicia social, habrá discursos sobre equidad e inclusión social pero no políticas.
II. ¿CÓMO FORTALECER LA POLÍTICA Y LAS PRÁCTICAS DE EQUIDAD E INCLUSIÓN SOCIAL?
Los diversos componentes de la política curricular de la Universidad del
Valle han estado enfocados desde los años 60 a promover una excelente for-
2
3
4
276
Ibid.
Junio 3 del 2009 http://www.elespectador.com/articulo143915-desercion-universitaria
Ponencia en el Foro Internacional de la Permanencia Estudiantil en la Educación Superior,
Bogotá, sept. 17 y 18 de 2009. http://www.colombiaaprende.edu.co/html/directivos/1598/
article-201065.html#h2_1
mación profesional en sus estudiantes. Como primera gran universidad de la
región formó como profesionales a jóvenes de las diversas clases sociales hasta mediados de los años 90. No obstante, la súbita apertura de gran cantidad
de universidades privadas, al tiempo que arreciaban las protestas estudiantiles
en la universidad pública llevaron a que las clases media y alta desertaran de
ella. Entre 2003 y 2004 muchos planes de estudio doblaron su cupo de ingreso
para responder a la exigencia gubernamental de ampliación de cobertura. Tan
solo ingeniería pasó de recibir 800 primíparos anualmente a recibir 1.600, y
esto sin construir nuevos salones de clase, baños o cafeterías. Actualmente
un 53% pertenece a los estratos más bajos (1 y 2), y un 40% al estrato mediobajo (3). Al mismo tiempo, y debido a las exigencias que hace el gobierno a
las universidades públicas de crear medidas de inclusión, se han ido creando
cuotas especiales para los indígenas (4% de cada grupo que inicia) desde principios de los años 90; los afrodescendientes, otro 4%, desde el año 2004; los
reinsertados de los diversos grupos armados; los desplazados…
La mayoría de profesores aún no se dan cuenta de que esos jóvenes que
atienden hoy en día sus clases vienen de colegios que les dieron una formación mediocre e insuficiente. Tampoco saben dónde viven, ni cuál es el capital
escolar de sus familias. Las directivas no han comprendido plenamente las implicaciones de este cambio radical de la población que ingresa a los pregrados.
De allí que las tasas de la llamada deserción –que más bien es la incapacidad
institucional de retener, como dice A. Romo–, sean extremadamente altas en
los primeros semestres. Para ciencias e ingeniería es superior al 52% en las
cohortes 2001 y 20025.
¿Cómo lograr la inclusión social y académica de estos jóvenes? Sus familias han estado excluidas de la educación superior e incluso de la media;
en su mundo no cuentan con referentes que les indiquen qué es el trabajo intelectual, ni qué hábitos y habilidades requiere; su consumo cultural tampoco
los prepara para el manejo de los sofisticados códigos y lenguajes de las disciplinas científicas. Además, en los barrios de donde provienen el estudio no
siempre es un valor.
III. EL DIAGNÓSTICO
En el año 2005, ante la preocupación por la invisibilidad o ¿desaparición?
de los indígenas (no había datos de cuántos habían ingresado ni de cuántos
permanecían; tampoco de si había graduados), la Vicerrectoría Académica
decidió crear una acción de acompañamiento para los estudiantes que ingresaban por condición de excepción. Varios profesores fueron convocados a conformar un comité. Luego de algunos meses la autora quedó a cargo, junto con
algunos jóvenes que estaban terminando su formación en Psicología Cultural,
del que ya se había denominado Proyecto Universidad y Culturas.
El trabajo de estos años puede distribuirse en cinco fases:
5
Ibid.
277
3.1. Fase I: agosto 2005 a agosto 2006
•
•
•
•
•
•
Exploración del problema;
sensibilizar a la diversidad cultural;
formación de tutores;
inducciones;
intentos poco exitosos de acompañamiento;
oferta de curso para valorar la diversidad: territorios indígenas
Enseñanzas:
•
•
•
•
Los jóvenes indígenas que llegaban a la universidad no querían ser considerados como tales; su interés era conseguir un diploma profesional.
No tenían conciencia del desfase inmenso entre lo que la universidad les
exigiría y su precaria formación. Rechazaban el acompañamiento que se
les ofrecía, por parte de tutores pares, pero luego de perder los exámenes
querían que mágicamente les explicaran cómo ganar.
Con los afrodescendientes el problema era más complejo pues no siempre
venían de comunidades excluidas; con frecuencia eran de estrato III e incluso IV, que optaban por un ingreso que les exigía menor puntaje.
Los estudiantes que se formaron como tutores pares demostraron gran
interés en las otras culturas, y compromiso para ayudar a los que sí aceptaban.
Desencuentros con grupos políticos de estudiantes afros e indígenas que
querían obtener ventajas clientelistas y no aceptaban que la universidad
creara una función de acompañamiento académico de la que no estaban
encargados.
3.2. Fase II: agosto 2006 a agosto 2007. Plan nivelatorio piloto
Una característica del trabajo realizado ha sido la permanente combinación de la investigación y la intervención; todas las actividades que se emprenden tienen estos dos componentes: antes de iniciar una acción, durante la
misma y luego como seguimiento.
La investigación etnográfica y personalizada en entrevistas, en lugar de
solo contabilizar, exige intervenir tan pronto se detectan falencias, y luego
volver a evaluar cambios.
278
3.2.1. Qué se logró y qué se aprendió con el plan nivelatorio piloto6
Logros en el curso piloto de español nivel I6
Dificultades iniciales
Lectura
• Todos los jóvenes tenían un nivel literal de lectura.
• Llegaron con habilidades muy básicas
y un léxico muy reducido, lo que les
impedía la producción de sentido.
• En general, no tenían hábitos de lectura. Más de la mitad nunca había leído un libro por iniciativa propia; otros
ni siquiera como exigencia escolar.
• Leían los textos de corrido, omitiendo
la puntuación, la cual no les indicaba
cómo leer.
• Al leer cambiaban las palabras desconocidas; producían palabras aproximadas, en un intento de dotar de
sentido al texto leído.
• Manejaban un vocabulario limitado y
pobre.
Logros
• Viven la lectura como una actividad
agradable e interesante, al tiempo que
exigente. Comprenden que la lectura
comprensiva demanda mucha atención y conocer los referentes, lo que
es tarea a cargo del lector.
• Una transformación significativa ocurrió en los jóvenes en el momento en
que aprendieron a observar y analizar
sus errores y dificultades al leer.
• Se volvieron conscientes de la función de la puntuación: como organizadora de las ideas y no simples pausas
para respirar.
• Al ser fieles a lo escrito –marcando adecuadamente los signos de puntuación,
y buscando en el diccionario el sentido
de las palabras que ignoraban– lograron
dotar los textos de mayor sentido
• Ampliaron su vocabulario.
Lectura en voz alta
• Al leer tomaban posturas corporales
que les impedían la proyección de la
voz; su posición indicaba que leían
“para sí mismos”, sin buscar la comunicación con sus oyentes. Esto contrastaba con la expresividad y buen
nivel de comunicación de muchos de
ellos al conversar entre sí.
• Su lectura no era expresiva, sino más
bien maquinal y acelerada, intentando
completar el párrafo con afán. Buscaban terminar rápido algo que no
dominaban y los ponía nerviosos.
• Tenían dificultades para dar volumen
a su voz. No pronunciaban de manera
audible el inicio ni el final de algunas
frases.
6
• Los ejercicios lúdicos promovieron
posturas corporales adecuadas para
proyectar la voz, comunicarse mejor y
estar más seguros ante el auditorio.
• Aprendieron a mostrar los afectos que
el texto les suscitaba y a modelar el
tono de su voz según las intenciones
del texto.
• Todos los estudiantes mejoraron la
dicción, fluidez, volumen y proyección de su voz al leer.
• Aprendieron a hacer una lectura pausada, manteniendo un ritmo constante
de lectura.
No se incluyen los resultados de Español II, el cual se centró en escritura de textos académicos. Quisimos hacer más visible el cambio en los problemas básicos del dominio de la
lengua hablada y escrita.
279
* No articulaban bien las palabras
leídas y en la dicción presentaban
problemas por la omisión de algunas
letras (por ejemplo, la “d” y la “s”, o
la “f” y la “r”).
* No eran conscientes de los rasgos
dialectales, aunque sufrían las consecuencias porque en otros cursos sus
compañeros se burlaban de su manera
de hablar y de exponer.
• Los diversos ejercicios de respiración
y de lectura llevaron a que los estudiantes percibieran sus omisiones de
letras como rasgos dialectales de la
expresión oral de sus comunidades.
Fueron conscientes de su expresión
dialectal, para controlarla en las
ocasiones en que necesitaran usar un
español estándar.
En relación con los aspectos formales
de la lengua escrita:
• Usaban de manera errática las preposiciones y los conectores, así como
las frases de enlace lógico entre párrafos.
• Segmentación inadecuada de los párrafos.
• Utilizan los conectores pertinentes
dando cohesión y coherencia al texto.
• Subsisten problemas de redacción.
Algunos aún pasan por alto la utilización de los signos de puntuación y
confunden la función de estos.
• En las clases, la escritura se convirtió en una práctica regular. Escriben
textos narrativos bien estructurados y
coherentes.
• Se apropiaron de un método, es decir, de la escritura como un proceso
riguroso. Adquirieron como hábito
de escritura la lectura y re-relectura
de su propia producción antes de ser
presentada como producto final.
• En algunos textos, el registro oral
de la lengua se sigue imponiendo; al
parecer, por el hecho de que cuentan
asuntos de su vida personal (texto autobiográfico).
• Realizaron muy buenos avances en la
planificación y en la composición del
texto narrativo pues lo construyen siguiendo un plan elaborado previamente.
Algunos estudiantes, al inicio exponen
las partes de que va a constar el trabajo.
• La adquisición de disciplina en la
escritura en español ha trascendido a
otras materias.
• Vencieron la resistencia a escribir,
haciéndolo ahora de manera fluida.
• Mejoran su léxico y el proceso de selección de palabras. Hay mayor variedad
en las palabras escogidas, estas son entendibles para el lector y adecuadas para
el tipo de texto narrativo. Esta nueva
riqueza lingüística les producía alegría y
era para ellos motivo de orgullo.
Escritura (algunos aspectos)
En relación con la redacción:
• Muchos manejaban inadecuadamente
el espacio de la hoja en blanco: escribían sin dejar márgenes; no había espacio para correcciones, y su manera
de corregir era tachar.
• No planeaban lo que iban a escribir;
se lanzaban a escribir haciendo asociación de ideas, sin tener ningún
plan acerca de la estructura del texto
a producir.
• Algunos de ellos eran muy buenos narradores orales, pero lo que lograban
en este registro no lo lograban con
el texto escrito. Los textos eran muy
cercanos al registro oral de la lengua
(escribían como hablaban).
• Desconocían las normas que organizan el discurso escrito: no se preocupaban de la estructura de las frases ni
de los párrafos, tampoco por el orden
secuencial y organización de las partes del texto.
• Aunque no planeaban los textos,
algunos presentaban una introducción,
un desarrollo y un cierre. Los inicios
eran adecuados, algunos desarrollos
resultaban confusos y los cierres
se daban en muchos casos sin una
conclusión.
280
• Al escribir, no jerarquizaban ni
organizaban la exposición de sus
ideas.
• Como no usaban los conectores, se
limitaban a adicionar ideas con la
misma conjunción repetitiva.
• Usaban de manera inadecuada
el léxico: introducían palabras
inexistentes, o palabras cuyo
verdadero significado ellos ignoraban,
pero que les parecían “elegantes”.
En el uso de la escritura para fines
académicos:
• No reconocían la distancia entre el
uso del español en la vida cotidiana
y el uso del español en el medio
académico por lo que incluían
comentarios o apreciaciones del
registro coloquial.
• Desconocían las exigencias del texto
escrito académico, y las modalidad
de escritura exigida en la universidad.
No lograban precisar y desarrollar un
tema por escrito.
• No tenían en cuenta que los textos
se dirigen a un lector o público
particular y que esto determina el
estilo y carácter del texto.
• No tenían conciencia de sus propias
dificultades. Se disculpaban o
justificaban por escribir mal.
• El diccionario se convirtió en un instrumento de consulta.
• Construcción de un texto más sólido,
donde las ideas organizadas permiten
constituir un hilo argumental y una
presencia más clara de personajes y
situaciones.
• Esfuerzo por manejar adecuadamente
los tiempos verbales: uso del tiempo
pasado durante todo el relato, permitiendo la coherencia temporal.
• Planean un texto escrito desde sus
referentes culturales y personales
(usando elementos de sus experiencias, conocimientos y prácticas de su
comunidad). Al retomar sus orígenes
fortalecieron el reconocimiento de su
propia identidad.
• Los estudiantes realizaron un gran
esfuerzo en la apropiación del castellano estándar.
• Por medio de un castellano enriquecido y cuidado pudieron expresar sus
puntos de vista, vivencias, recuerdos
e ideas.
• Reconocieron diferencias entre el
registro oral y el registro escrito; se
notó una disminución de las marcas
orales en el texto escrito.
• Producen textos claros, pensando en
el público al que se dirige.
• Reconocer sus propias condiciones
y el nivel real de sus habilidades les
permitió ponerse metas, en cuanto a la
escritura; aprendieron que la dificultad no es carencia de potencial, sino
falta de entrenamiento guiado.
• Muestran una intencionalidad explícita: querer contar aspectos de su vida.
Se asumen como sujetos escritores
que están en capacidad de controlar
su propio proceso de escritura. En algunos textos es evidente la intención
de narrar detalles de diferentes acontecimientos de acuerdo con un orden
cronológico de desarrollo.
• Reconocieron sus dificultades
en la escritura y, a partir de este
reconocimiento, se esfuerzan
activamente por escribir bien.
281
3.2.2. Cursos piloto de Cálculo I y Cálculo II
Características del “quehacer” matemático de estos jóvenes en Cálculo I
Un propósito central del nivel I era lograr que los estudiantes tomaran
conciencia de sus errores y de sus dificultades, como condición necesaria para
poderlos superar. El curso estaba basado en las prácticas de aprendizaje o, dicho en otros términos, en la interactividad que se despliega en la clase entre el
profesor, los asistentes de docencia y los estudiantes en torno a un saber matemático contextualizado en situaciones propuestas y en un medio en el que se
construyen significados matemáticos socialmente compartidos.
3.2.3. Resultados en aumento de permanencia
En el curso de cálculo I se matricularon 61 estudiantes y lo aprobaron 29
(47,5%). De los 31 que lo reprobaron, 29 matricularon luego el curso regular
de Cálculo l y lo aprobaron, aunque no habían estudiado los temas previamente; lo que indica que aunque perdieron el piloto, sí aprendieron a razonar
matemáticamente. Al cálculo II piloto ingresaron 28 estudiantes –no se incluye un estudiante, quien cursó y aprobó el curso piloto de cálculo I y realizó
cálculo II en la modalidad normal, obteniendo una nota de 4,4. De los matriculados en cálculo II piloto aprobaron 21 (75%). De estos, al siguiente semestre, ocho estudiantes matricularon cálculo III y el 100% lo aprobaron con una
nota final promedio de 4,0. Dos estudiantes han ganado estímulos académicos:
uno de ellos, ha obtenido en tres ocasiones estímulos en Ingeniería Civil, y
otro, en Ingeniería de Alimentos. Todos los estudiantes que aprobaron cálculo
II, transcurridos cinco semestres, terminaron con éxito la componente matemática de sus planes de estudio.
Debe destacarse, además, que quienes tomaron los cursos piloto de cálculo I y II han logrado una permanencia del 65% en el ciclo básico de ingeniería7. El informe compara estas cifras con los estudiantes de excepción étnica
que matricularon cálculo I regular en el período febrero a junio de 2005, quienes tuvieron una deserción del 62,5%.
7
282
La tasa de deserción para ingenierías en el año 2000 en el ciclo básico –los dos primeros
años– del 58.02%, con tendencia al alza en la medida en que la universidad aumente su cobertura si no varía su actual estrategia de recepción. En promedio, el peso de la deserción en
el ciclo básico representa el 64.7% de la deserción total.
Dificultades iniciales – Cálculo I
• Ni el profesor ni los asistentes anticiparon los niveles tan bajos de conocimiento matemático de sus alumnos.
A pesar de experiencias previas de
formación, creían que podrían dedicar
unas pocas semanas a fortalecer matemáticas fundamentales y luego sí pasar a los temas de Cálculo I. Cuando
el semestre terminó, solo habían visto
uno de los ocho temas de este curso.
• Para los estudiantes no resultó fácil
cambiar sus hábitos en la forma de
aprender los conceptos. Estaban acostumbrados a que el profesor les diera
la teoría –por ejemplo una definición–
y luego les pusiera ejercicios de aplicación.
• Creían que estudiar cálculo era memorizar los procedimientos y fórmulas, haciendo ejercicios que exigen
aplicar eso que ya fue grabado en la
memoria. Por tanto, para ellos ganar
los exámenes significaba que sí habían entendido y aprendido.
• Pedían teoría, pero que “se las explicaran fácil”. Esperaban que el
profesor diera la clase para ellos,
anotar lo que él escribió y demostró,
convirtiendo así lo enseñado en una
verdad que no requiere ser pensada
sino solamente aceptada.
• Crisis. A las pocas clases los alumnos
comenzaron a desmotivarse, ya que
en estas no se avanzaba mucho y les
resultaban monótonas, pues siempre
se retomaban los mismos temas debido a que aún no comprendían los
conceptos.
• Querían avanzar en los temas, no en
las formas de razonar, ni en reconocer
los errores en que se fundaban sus
saberes matemáticos previos. Pedían
que el profesor fuera más rápido y
se angustiaban porque en los otros
cursos de cálculo ya hubieran visto
muchos temas.
• Para el equipo de asistentes en docencia igualmente resultaba difícil
aceptar el ritmo lento de avance, y las
crisis del grupo.
Logros – Final de Cálculo II
• Aceptaron que para aprender cálculo
deben comprender y apropiarse de
las matemáticas como un lenguaje, y
aprender a utilizarlo rigurosamente
para razonar con él.
• Entendieron que los errores deben
ser la base de un nuevo aprendizaje.
Aceptaron que el ritmo de avance dependía de su posibilidad de reconocer
el error en su conceptualización y razonamientos para así lograr superarlo.
• Aceptaron que el profesor les propone
problemas y son ellos quienes deben
pensar para buscar, razonando matemáticamente, la solución. Al final
de Cálculo II, impedían que el nuevo
asistente les ayudara a resolver los
problemas.
• Comprendían que si razonan matemáticamente pueden solucionar problemas en las ciencias; que física y
álgebra se volvían manejables gracias
a su nueva manera de razonar, y a los
conceptos comprendidos.
• Querían aprender y ser agentivos en
su proceso: conocer previamente los
temas para prepararlos, dedicar el
tiempo que fuera necesario (sus vacaciones de verano) para dominar los
temas que les faltaban.
• Se transformaron sus prácticas de estudio. Tomaron conciencia respecto a
los medios intelectuales de los que se
sirve la acción exitosa.
• Comprendieron que se aprende haciendo. Es en situaciones de aplicación claras y bien definidas donde el
saber cobra interés, y aparece como
necesario para dar significado y sentido a la situación.
• Tanto el profesor como los estudiantes de Cálculo II aceptaron sacrificar
sus vacaciones de verano y hacer clases diarias de cuatro horas para completar los temas de Cálculo II. Con lo
cual, en un semestre vieron Cálculo I
y Cálculo II.
283
3.2.4. Logros en la transformación de la enseñanza y el aprendizaje en los
cursos piloto Cálculo I y II
Respecto al objetivo principal
Proporcionar una oportunidad real a los estudiantes que ingresan por
condición de excepción étnica a los planes de ingenierías, para acceder a
los conocimientos científicos y tecnológicos de que se ocupa la Universidad del Valle.
El objetivo se logró. Sin embargo, es posible obtener mejores resultados
si la estrategia didáctica de los cursos piloto se adopta como una práctica institucional que no solo comprometa a un grupo de manera aislada, sino que sea
aplicable a los cursos básicos de matemáticas y, en lo posible, extenderla a los
cursos de ciencias del ciclo básico.
Se demostró, con el caso de los estudiantes que aprobaron cálculo II y se
matricularon al siguiente en cálculo III –con una aprobación de 100% y una
nota promedio de 4.0–, que si se enfrentan las dificultades en los dos primeros
semestres se evita que en los semestres avanzados se presenten pérdidas de
materias y se mejoren los rendimientos en los cursos avanzados, con la ganancia que ello significa para el aprendizaje de los contenidos de la componente
profesional de los diferentes planes de estudios.
Es una estrategia equivocada tratar de eliminar cursos o incluso agregar
cursos sin estar seguro que con ello se afecta positivamente la fundamentación básica para el desarrollo de la componente profesional.
Respecto a la estrategia didáctica
Obliga a un cambio de las actividades tradicionales del profesor y del
estudiante: el primero no es más el poseedor del saber que centra su actividad de enseñar en la administración de “buenas explicaciones”, sino que, en
el marco socioconstructivista, es más un diseñador y gestor de situaciones
adidácticas relacionadas con el conocimiento objeto de la enseñanza, que
media los procesos aprendizaje; y el segundo, pasa de ser un receptor del
conocimiento acabado, transformado y modelado por la explicación del
profesor, a ser un sujeto que desarrolla una actividad de estudio en la que
construye activamente su propio conocimiento con el objetivo de aprender
matemáticas.
Si bien esta estrategia es costosa por el tiempo que demanda y por la resistencia que presentan los alumnos a modificar los viejos hábitos de estudio,
también es cierto que las ganancias que se obtienen en el mediano y largo
plazo: a) retribuyen a la universidad pues los alumnos llegan mejor dotados
matemáticamente a la componente profesional, se evitan costos por pérdidas
en las materias de los semestres superiores y seguramente se mejora la calidad
de los egresados; y b) benefician a los alumnos, quienes aprovechan mejor
los cursos y desarrollan modos críticos para actuar en el medio, poniendo en
práctica, además del saber matemático, un conjunto de valores como el reco284
nocimiento de los propios errores, para aprender de ellos, pero sobre todo para
aprender de los errores de otros y superar los propios y ayudar a superar los
ajenos. Esto es algo que se aprende cuando el modelo didáctico obliga a valorar el error y aprender de él.
En resumen, esta estrategia didáctica socioconstructivista mostró que es
posible crear ambientes de aprendizaje colaborativos en los que se desarrolla
pensamiento matemático y al mismo tiempo se logra que el estudiante aprenda a aprender, y a valorar las ayudas del otro.
Respecto a la evaluación
Esta experiencia demostró la importancia que tiene desarrollar un sistema
de evaluación que sea, al mismo tiempo, formativo y sumativo para poder realizar el seguimiento semanal de la calidad de las realizaciones de los alumnos.
Dado que los estudiantes vienen de un sistema escolar que los acostumbró
a que la evaluación no tiene rigor ni aporta consecuencias, puesto que al final
todos pasan la materia y el año, resulta fundamental implementar una estrategia que los vuelva responsables de su aprendizaje semanal, en que la revisión
y corrección de la tarea les demuestra que sí importa lo que escribe o deja de
escribir en sus trabajos semanales.
En resumen, la metodología utilizada en los cursos pilotos de cálculo I y
II implementa una innovadora herramienta para prevenir y hacerle seguimiento a la deserción en la educación superior.
Respecto a la transferencia de la experiencia
El fracaso en cálculo I y II en todas las universidades es cada vez mayor. Los egresados de la educación media no logran seguir el nivel ni el ritmo expositivo de los docentes, y esto es particularmente cierto con jóvenes
procedentes de colegios públicos y de privados de sectores populares. No se
trata de que les falten contenidos sino fundamentalmente de que no han rebasado el nivel práctico de las matemáticas como representación activa; por
eso exigen que todo se les enseñe magistralmente, para ellos repetirlo, hacer
ejercicios y tranquilizarse suponiendo que “ya dominan el tema”. Esto implica
que dada la masificación de la educación superior, deben cambiarse las estrategias de enseñanza y de aprendizaje para que los postulantes a la educación
superior accedan a niveles de representación simbólica que les posibilitan un
conocimiento matemático formalizado, en lugar de información que repiten
sin poder pensar desde ella.
Esta experiencia proporciona elementos importantes para la reflexión
sobre el problema del empalme enseñanza media-universidad y la posibilidad
de adoptar políticas e instrumentos que complementen los ya existentes, con
el fin de que en los departamentos de servicio, como lo es el de matemáticas
en la Universidad del Valle, se estimule la formación de grupos que reflexionen permanentemente sobre los problemas que se presentan en la comunicación del saber y sus relaciones con las demandas de las componentes profesionales.
285
3.3. Fase III: septiembre 2007 a septiembre 2008
Sistematización y análisis de los resultados de los cursos piloto del nivelatorio como investigación, seguimiento personal y mediante hoja académica de
quienes los tomaron.
Producción de informes analíticos, producción de un video que retoma
secuencias de los cursos de cálculo y las analiza.
3.4. Fase IV: 2008 / 09
3.4.1. El proyecto Universidad y Culturas ha investigado el porqué del fracaso académico cada vez mayor de los bachilleres admitidos
•
•
Nuestras investigaciones entre el 2004 y el 2009, como grupo Cultura y
Desarrollo Humano - sobre la escolaridad y vida cotidiana en: dos instituciones públicas educativas de secundaria, de estratos 3 y 2 de Cali; un
colegio privado de estrato 5 y 6; dos colegios de resguardos indígenas del
Cauca; y de la enseñanza de las ciencias sociales en muy diversas instituciones de Cali.
Y nuestra experiencia de cuatro años en Uniculturas diseñando, implementando y evaluando en permanencia, muy diversas estrategias de
acompañamiento académico, de orientación y nivelación; además de una
investigación sobre “capital académico” con dos grupos de estudiantes de
ingeniería agrícola y una exploración sobre “apreciación de habilidades
académicas” con primíparos de otros programas de ingeniería, humanidades y psicología, demuestran que:
– El fracaso en el aprendizaje de los estudiantes en la universidad es consecuencia del tipo de educación recibida previamente, que el Estado
organiza, reglamenta y para el cual define lineamientos y estándares.
– El fracaso en el aprendizaje también es consecuencia de sostener en
la universidad un mismo tipo de enseñanza, que no tiene en cuenta las
condiciones académicas, psicoculturales, ni socioeconómicas de su
población estudiantil.
Ningún documento de la Universidad, ni del Consejo Académico ha
reconocido el cambio inmenso en la población que la Universidad del
Valle recibe desde hace algunos años; de ser una universidad mayoritariamente de clase media hasta los años 90, ahora es mayoritariamente de estratos populares y clase media baja. Por supuesto tampoco se
ha planteado que esto exige un cambio en la docencia: los estudiantes
de los colegios públicos no reciben la misma enseñanza que los de los
privados (incluso estando ambos sometidos a las mismas normas).
3.4.2. Investigación sobre capital académico y puntajes de ingreso en el
examen de Estado de estudiantes de Ingeniería
¿A qué se llama capital académico? Básicamente a todo aquello que
durante su largo proceso de escolarización (12 años) un niño o niña se debe
286
apropiar –volviendo parte de sí– como habilidades académicas, hábitos de
trabajo intelectual, información general sobre los conocimientos de la cultura
y ciencias occidentales y sus formas de razonamiento, y también –ojalá– interés, gusto y disfrute por la actividad cognitiva relacionada con estas acciones,
dando ello lugar a una actividad intelectual animada por el disfrute del conocimiento. En los casos más exitosos, el capital académico incluirá: pasión por
conocer; disfrute al aprender sobre las teorías, los descubrimientos y el pensamiento de los autores que están en la base del conocimiento, la filosofía, la literatura y el arte en occidente; método y hábitos para facilitar esta apropiación
y volverla productiva.
No se requieren demostraciones ni pruebas para afirmar que más de la
mitad de los colegios colombianos no crea en sus alumnos el capital académico necesario para convertirlos en estudiantes. Obtienen el diploma de
bachilleres, pero no logran la condición intelectual y afectiva de estudiosos,
de estudiantes. Sin embargo, este fracaso no es responsabilidad exclusiva de
las instituciones educativas –por lo demás sobrecargadas de alumnos, y sin
medios pedagógicos en buena parte del país–. El capital académico también es
aportado por la familia: madres y padres que leen con sus hijos y disfrutan haciéndolo, que conversan con ellos y les responden sus preguntas curiosas, que
les acompañan y orientan mientras hacen sus tareas, que les indican los hábitos de estudio y trabajo intelectual y con quienes los niños y jóvenes pueden
aprender cómo ser un estudiante interesado y responsable. Ahora bien, cuando
los padres no han tenido una escolarización buena y prolongada, cuando no
desempeñan tareas que implican hábitos de trabajo intelectual, no tienen cómo
ser modelos y guías para sus hijos. Se constituye así un círculo vicioso; como
los padres no recibieron una buena escolarización, no pueden aportar a sus
hijos la “dote” necesaria para convertirse en buenos estudiantes, por lo cual
estos se desinteresan del conocimiento, y aunque van al colegio y se gradúan
no han forjado los hábitos (en el sentido propuesto por Bourdieu) que se requieren para ser universitario y convertirse en buen profesional.
Esta investigación, ya terminada, se propuso conocer las condiciones académicas con las cuales ingresan los primíparos a ingeniería agrícola, una de
las ingenierías con mayor movilidad (estudiantes de tecnologías que ingresan
a agrícola por traslado, o cambio de esta hacia otras ingenierías más prestigiosas), y relacionarlas con sus puntajes en el examen de Estado8 que les posibilitaron el ingreso a la carrera, en cuanto predictores de desempeño académico.
Se caracterizaron dos grupos de primíparos mediante encuesta en profundidad
sobre trayectoria escolar personal y familiar previa, prácticas escolares y prácticas de estudio en la universidad luego de dos meses de clase. A fin de probar si los hallazgos eran o no generalizables, se hizo un estudio exploratorio
aplicando la misma encuesta a dos grupos de primíparos de ingeniería civil y
eléctrica; todas las encuestas (cuatro grupos de ingeniería) fueron analizadas
usando el programa Statisticas Package for Social Sciences (SPSS). Esta ex8
Examen terminal de la Educación Media, conocido en Colombia con el nombre de “ICFES”
por estar a cargo del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior.
287
ploración hace parte de un estudio comparativo sobre los estudiantes en diversas carreras de la universidad. Se utilizaron sus resultados para fundamentar
los hallazgos cualitativos de esta investigación.
A lo largo de dos semestres se estudiaron etnográficamente 10 casos, diferenciados según puntajes considerados altos, medios y bajos en el examen Instituto Colombiano de Fomento a la Educación Superior (ICFES) con relación
al grupo de compañeros. Para conocer las condiciones académicas a través de
las prácticas efectivas de estudio (antes de la universidad y en ella), se usaron
estrategias etnográficas: seguimientos en el medio universitario, entrevistas
en profundidad a estudiantes y docentes, observaciones de clase y grupos de
discusión luego de clases. Estas permitieron recoger información enriquecida
sobre las experiencias en el ingreso a la universidad; los relatos interpretados
conceptualmente y analizados ofrecen a la comunidad académica una visión
de las luchas de jóvenes que quieren ser profesionales.
La población universitaria de Univalle ha cambiado inmensamente: de
buenos egresados de colegios privados de clase media y públicos destacados, hemos pasado a egresados de públicos y privados de muy bajo nivel
académico que ya no los convierten en estudiantes. Esto es concomitante del
cambio socioeconómico de la población de pregrado de la universidad y de la
incapacidad actual de las masivas instituciones escolares para dar formación.
La transformación se camufla con la clasificación que hace el ICFES de los
resultados de los exámenes: el examen, introducido en el 2002, transformó
los rangos anteriores. Hasta 1999 los puntajes por cada prueba consideraban
“bajo” entre 32 y 42 puntos; ahora bajo va de 1 a 30 puntos. De esta manera,
la mayoría de jóvenes que ingresan a Univalle no han obtenido puntajes medios en sus pruebas de Estado (como afirma el ICFES), sino puntajes bajos.
Este estudio encontró que estos bajos puntajes están correlacionados con el
insuficiente rendimiento académico desde el primer semestre.
Los testimonios y observaciones del trabajo etnográfico revelan la desazón y desconcierto de los jóvenes porque: carecen de vocabulario y referentes
básicos para seguir las exposiciones en clase y los textos; no tienen lectura
comprensiva, ni saben relacionarse con los libros; no saben escribir correctamente (sin usar signos de chat), y menos expresar lo que piensan en lenguaje
preciso; no logran atender en clase con continuidad, ni saben tomar notas; no
saben qué es estudiar ni tienen modelos cercanos de los cuales aprender; no
tienen rutinas básicas de manejo del tiempo. Aunque quieren aprender (alentados por sus ganas de acceder a mejores oportunidades económicas), enfrentarse a exposiciones conceptuales complejas, al lenguaje formal matemático,
químico y físico, sin los estilos de pensamiento ni los hábitos que permiten la
apropiación de los conocimientos, los desborda.
La mayoría de los jóvenes ha heredado de sus padres, no el interés por el
conocimiento, sino un fuerte deseo de movilidad y ascenso en la escala social.
Los padres apoyan a sus hijos y los alientan a que estudien, pero no saben
acompañarlos ni guiarlos en las rutinas y prácticas diarias que requiere el trabajo académico desde el colegio. Los presionan por buenas notas y depositan
en ellos las esperanzas familiares de ascenso social; los jóvenes establecen
con sus estudios una relación en gran medida utilitaria; su preocupación es
288
“subsistir en la universidad”, sin comprender lo que implica prepararse para el
ejercicio de una profesión.
3.4.3. ¿Qué respuestas ha dado la Universidad del Valle?
Frente a los nuevos retos que plantea el ingreso amplio de una población
de primera generación en estudios superiores, algunas acciones se han dirigido a diagnosticar y atender las falencias y desfases entre lo que la Universidad
se ha propuesto (al ampliar cobertura y al promover el ingreso por condición
de excepción étnica) y lo que logra. Dos proyectos han sido implementados en
la Universidad del Valle para dar cuenta de dos asuntos relacionados: la temprana interrupción del proceso formativo en pregrado por parte de un porcentaje muy alto de estudiantes; el desmejoramiento importante en las condiciones académicas de ingreso a la universidad por parte de un altísimo porcentaje
de primíparos.
El primer asunto dio lugar al diagnóstico interno sobre la deserción en
Univalle en los pregrados en los últimos años: medición de la deserción y evaluación de los factores determinantes. El Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas CIDSE produjo en octubre de 2006
el primer gran estudio que se hace en la Universidad del Valle sobre factores
asociados a la deserción y permanencia estudiantil (Escobar, Largo, Pérez.
2007)9. Otros estudios por programas o por tipos de población han continuado
investigando el tema, orientados por el profesor Escobar, y constituyen un
trabajo muy serio de análisis del fenómeno de la deserción en la comunidad
académica.
El segundo asunto está siendo objeto de acompañamientos y estudios que
permiten caracterizar a los estudiantes que están ingresando actualmente a
Univalle:
•
•
•
9
El diagnóstico producido por Universidad y Culturas a partir de 2005
sobre:
– las condiciones académicas de ingreso de estudiantes indígenas y
afrodescendientes, y
– la efectividad de las medidas remediales y de las medidas preventivas: plan nivelatorio piloto
La investigación sobre capital académico de Universidad y Culturas con
estudiantes de diversas carreras y ya no limitado a indígenas y afrodescendientes.;
Indagaciones de la Oficina de Planeación y Desarrollo Institucional
(OPDI) sobre las características socioeconómicas de las nuevas cohortes.
Jaime Humberto Escobar, Edwin Largo, Carlos Andrés Pérez (2007). Factores asociados a
la deserción y permanencia estudiantil en la Universidad del Valle. 1994-2006. Centro de
Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle. Calí. Colombia.
289
•
Información aportada sobre cómo se elige hoy en día la carrera, en grupos
de orientación profesional con estudiantes que ya ingresaron. Uniculturas,
ha hecho acompañamientos primero con indígenas y afros, luego con estudiantes en general.
Un tercer avance es la próxima creación del Observatorio de la Permanencia, deserción y rezago en los programas de pregrado; observatorio que
dependerá de la Dirección de Autoevaluación y Calidad, y funcionará en red
con el proyecto Universidad y Culturas.
3.4.4. Cursos Vida Universitaria I y II
Estos cursos centran a los estudiantes en analizar grupalmente sus experiencias escolares y universitarias, reflexionando sobre por qué están en la
universidad, para qué y cómo aprenden, qué van a lograr con su activismo
cotidiano irreflexivo: yendo a clases que no logran seguir, copiando lo que no
entienden, y sin comprender qué es estudiar.
El curso es una invitación a reconocer cómo están llevando su vida en la
universidad, y a reconocer sus dificultades para asumir su posición de universitarios. Hablan entre sí de lo que hacen, piensan, opinan, creen, convirtiendo
el espacio de la clase en un momento de intercambio muy valioso, donde los
protagonistas son ellos mismos y su saber, no el discurso del profesor. No
solamente comparten sus experiencias como estudiantes, sino que estas se
convierten en un momento de la clase, en el objeto de reflexión y análisis. Los
estudiantes empiezan a ver sus experiencias (sus prácticas, su discurso, sus
miedos, prejuicios, intereses, etc.) como un elemento determinante en la manera como asumen la universidad.
A través de actividades valoran su nivel de apropiación y desarrollo de
las habilidades y hábitos académicos en la vida universitaria. Se hacen ejercicios para que los vayan logrando, al tiempo que toman conciencia de que
sin ellos no pueden avanzar en su carrera. Ellos van conociendo qué exige
profesionalizarse en la carrera elegida, entrevistan a profesores, conocen a
estudiantes avanzados, los estudiantes empiezan a reconocer que para permanecer en la universidad, no basta el anhelo del diploma, sino que deben
transformar su visión del mundo académico, abandonar las prácticas ineficientes que traen del colegio, y empezar a responsabilizarse de su propio
aprendizaje.
Los escritos individuales y colectivos, y los registros de las clases son
utilizadas por el equipo de jóvenes docentes como material que contribuye a
mejorar el diagnóstico sobre cómo sobreviven los estudiantes a la universidad, y sobre cuáles estrategias son más adecuadas para ayudarlos a transformarse.
Los cursos, en grupos de 30 que mezclan estudiantes de diversas carreras,
están a cargo de jóvenes psicólogos culturales, quienes generacionalmente
están más cercanos a los gustos, aficiones y estilos de comunicación de estos
estudiantes.
290
3.5. Fase V: 2010 políticas para garantizar la equidad y hacer posible la
inclusión
Las experiencias de apoyo académico y psicocultural diseñadas, puestas
a prueba, analizadas y evaluadas por Universidad y Culturas, así como lo
que se ha aprendido en las investigaciones mencionadas, son base fundamental para que la Universidad del Valle:
•
•
defina políticas y acciones para prevenir la deserción;
diseñe e implemente estrategias de amplio alcance dirigidas a enfrentar
las principales causas de la deserción, no solo de indígenas y afrodescendientes, sino de estudiantes de estratos 1, 2 y 3 que constituyen el 93% de
la actual población.
La mayoría de estos egresados de colegios públicos, no recibió en su
escolaridad el capital académico necesario para sobrevivir en la universidad;
fundamentalmente los habilitaron para pasar el examen de Estado. Y para los
de estratos más populares y rurales, su cultura popular de origen tampoco les
ayuda a insertarse en un mundo académico donde se habla, se piensa, se lee y
se produce de una manera muy diferente a la única que conocen.
Se trata de crear, de manera formal en la Universidad del Valle, una red
de apoyo académico y de acompañamiento que parta del reconocimiento de
las causas académicas, psicoculturales e institucionales tanto del fracaso académico como de la no inserción social de cerca del 50% de quienes ingresan
a diversas facultades. Enfrentar esta compleja situación, en la que participan
muchos actores y a la que contribuyen, sin lograr reconocerlo, muchos sectores, exige el diseño de políticas y acciones que permitan construir una red
que sostenga a los estudiantes admitidos de manera efectiva: ha de ocupar
los intersticios del sistema universitario, para permear todos los espacios o
huecos en los que los estudiantes del ciclo básico naufragan. No debe concebirse por aparte, o superpuesta a las estructuras existentes y a su modo de
funcionamiento; por el contrario, debe permear la normatividad y los procedimientos de las oficinas académico-administrativas, los comités, direcciones
de programa, consejos diversos. Dicho sistema o RED, será continuación
y ampliación del trabajo realizado por el proyecto Universidad y Culturas
durante cuatro años. Incluirá diversos tipos de apoyos académicos y de orientación.
3.5.1. RED de apoyo, acompañamiento y seguimiento estudiantil para la
permanencia
Las altas tasas de deserción solo podrán disminuir significativamente si
se comprenden y aceptan los cambios sociales, culturales y académicos de los
bachilleres que llegan, y se crean las estrategias necesarias para transformarlos. Esto exige que todos –profesores, directivos y funcionarios–, trabajen en
conjunto para el logro de un objetivo común: la supervivencia académica y el
buen desempeño de los estudiantes que ingresan.
291
Plan de Trabajo 2010 -2011
Consolidar y ampliar Diagnóstico
Consolidar resultados de investigaciones existentes que ofrecen diagnóstico cualitativo y cuantitativo.
• Caracterizar estudiantes según programas en varias facultades.
• Caracterizar la docencia y las mayores necesidades de formación,
según facultades.
• Analizar dificultades y contradicciones entre el currículo del
programa y las características
socioeconómicas (que obligan al
trabajo) y las académicas.
Analizar las diversas maneras cómo
las actuales normas y procedimientos
académico-administrativos acostumbrados inciden en el fracaso académico y promueven la deserción
Implementar Acciones
Crear una red para la permanencia estudiantil que brinde apoyo académico, orientación frente a la carrera, acompañamiento
y seguimiento en la educación superior.
Semestre 1 de 2010: campaña de divulgación por todos los medios sobre las cifras
de deserción, las causas de la misma, y las
acciones que la Universidad se propone
adelantar.
Las facultades y programas interesados
en este plan nivelatorio, caracterizan a sus
estudiantes y su docencia, con asesoría de
la RED ASES. Ante todo en las características de quienes ingresan al programa,
pero luego cubriendo el conjunto de los
estudiantes del plan.
La decisión del cambio y de las acciones
necesarias se dejan en manos de la facultad, para que no aparezca como imposición
para una necesidad que no han detectado.
Las direcciones de programas de pregrado,
acompañados por la dirección académico
curricular de la Universidad elaboran propuestas sobre la matrícula señalando problemas y soluciones.
3.5.2. Crear un plan preparatorio
Se trata de establecer un plan que transforme las prácticas relativas al
aprendizaje que traen los jóvenes de la escolaridad previa, y su actitud frente
al aprendizaje de tipo académico. Dicha transformación no se logra dando técnicas y métodos de estudio, ni consejos sobre disciplina académica. Se trata
de diseñar y poner en práctica cursos que exijan a los bachilleres admitidos
dejar de lado sus viejos estilos escolares, y forzarse cotidianamente para construir hábitos y disciplina de trabajo intelectual. Estas nuevas prácticas permitirán el cuestionamiento de los “malos hábitos de estudio”, y su transformación
paulatina (no sin resistencias). Solo así podrán luego iniciar los cursos obligatorios de primer semestre de carrera y asumir su formación como estudiantes
autónomos. Esta propuesta inicial está centrada en mejorar la preparación,
habilidades y capacidad de dirigir su vida por parte de los estudiantes. Las estrategias para transformar las prácticas de aprendizaje que hemos diseñado en
estos años, deben servir de base.
292
Estrategias curriculares
Crear un plan
escalonado por etapas.
Cualificar los criterios
de admisión
Cualificar la formación
en áreas básicas
(plan de nivelación)
Exige:
Acompañamiento a
primíparos a cargo de
profesores mentores y
tutores pares
Brinda orientación para
la vida universita-ria y
vocacional
Acciones indispensables para crear el Plan Preparatorio
No imponer un plan para toda la Universidad (no se dispone de los recursos humanos); iniciar con una facultad
permite empezar muy pronto, y contribuye a convencer a
los escépticos de la necesidad de los cambios para lograr
permanencia y excelencia, en vez de rezago y fracaso.
– Dar a conocer a los comités de programa los hallazgos
sobre los verdaderos rangos a los que pertenecen los
primíparos que están ingresando a Univalle, y su comparación con los rangos del ICFES de los 90.
– Analizar la relación entre puntajes ICFES y rendimiento
académico.
– Solicitar al ICFES análisis de resultados en áreas cruciales.
– Revisar pruebas específicas (su sentido, predictibilidad y
peso).
Matemáticas:
• Usar pruebas clasificatorias (para las carreras que exigen
formación matemática) y crear cursos preparatorios de
carácter obligatorio. Estos cursos estarán orientados a
transformar las prácticas de estudio de los jóvenes y no a
“darles las bases que les faltan”.
Castellano
• Definir niveles de dominio de la lengua y cursos preparatorios para quienes los necesiten:
– Castellano estándar (oral, leído y escrito); énfasis en
ampliación de vocabulario, sintaxis
– Comprensión, producción y presentación de textos académicos:
- cómo se lee, se escribe y se habla en el mundo académico.
Componente histórico cultural
• Crear cursos que amplíen el horizonte histórico y cultural, y despierten interés por conocer y comprender el
mundo actual.
• Formar docentes para que desarrollen otras estrategias
metodológicas de enseñanza y evaluación, en los cursos
preparatorios y primeros semestres.
• Definir desde comité de currículo qué deben lograr los
estudiantes en cada nivel y solicitar propuestas específicas
por nivel a las áreas donde haya grupos de profesores con
la formación especial para diseñarlos e implementarlos.
Formar docentes para ser tutores o mentores, con especial
dedicación a lo largo del primer año.
Formar estudiantes para ser tutores-pares
Cursos de vida universitaria y otros semejantes
Orientación grupal para quienes ingresan a la carrera que no
quieren.
293
3.5.3. Formar a los profesores para que transformen su enseñanza
A partir de las características de aprendizaje y socioculturales de sus estudiantes se propone:
•
•
Sensibilizar a los profesores en general sobre los cambios básicos necesarios para enseñar a una población estudiantil que tiene características muy
diferentes frente al aprendizaje académico, con respecto a generaciones
anteriores.
Formar a los auxiliares que se encargarán de los diversos talleres de
castellano estándar, vida universitaria, práctica formativa; y a los profesores que asumirán los cursos preparatorios enfocados en razonamiento
matemático. Se prevé formar a los auxiliares de castellano en un diplomado que será diseñado desde la REDLEES y el proyecto Universidad y
Culturas. Para el caso de los profesores de matemáticas a partir de enero
2010 se inicia el diseño y montaje de un curso virtual para transformar las
prácticas de enseñanza de los profesores universitarios de matemáticas.
3.5.4. Transformar la rigidez actual de la administración del currículo
Se propone establecer una flexibilidad sensata, sin confundir la libertad de
elección con el desorden. A este respecto, y con base en estudios realizados,
recomienda el Ministerio de Educación Nacional: “Generar políticas de guía
en el proceso de matrícula cada semestre para evitar que los estudiantes vaguen sin rumbo en el plan de estudios”10.
Los estudiantes del ciclo básico no han desarrollado la autonomía ni el
conocimiento necesarios sobre su carrera para decidir solos cómo administrar
la matrícula; deben participar profesores consejeros y el director de programa,
y no dejarlo como una elección solitaria por internet.
3.5.5. Consolidar y afinar el diagnóstico para diseñar las estrategias
La universidad debe seguir efectuando estudios cualitativos y cuantitativos sobre la población estudiantil que amplíen y precisen el diagnóstico
sobre cuáles y cuántos estudiantes de sectores excluidos están ingresando a
la universidad en cuestión, qué desempeño académico tienen, qué apoyos han
recibido, qué inclusión real se logra, y qué requerirían para poder permanecer
y lograr una formación de alta calidad.
Los acompañamientos, cursos pilotos evaluados y estudios realizados
revelan la urgencia de diseñar nuevas acciones curriculares que hagan extensivos a todos las metas de la política curricular existente. Para ello es indispensable fortalecer la política de inclusión sociocultural y étnica y crear nuevas
acciones y estrategias que transformen el actual perfil de ingreso. Fortalecer
las acciones que dan cumplimiento a esta política requiere la acción combi10
294
Ibid documento MEN, 2008, Tabla 21, columna “Acciones de política”, pág. 118.
nada de Vicerrectoría Académica, Admisiones, Planeación, CIDSE, Proyecto
Universidad y Culturas, y el apoyo de Vicerrectoría de Investigaciones.
3.5.6. Otros apoyos académicos y de integración social al mundo universitario
Alistamiento a la vida universitaria
Entre otros apoyos académicos están los cursos de Vida Universitaria I y
II, donde se brinda apoyo social y psicológico desde una perspectiva cultural,
se crean condiciones a través de talleres en los que se funciona como comunidad de aprendizaje, y se promueve el intercambio escrito constante (presencial
o por internet), para que los estudiantes tomen conciencia de los desfases entre lo que se espera de ellos y lo que realmente saben hacer, transformen sus
prácticas, y desarrollen las habilidades y disciplinas necesarias para funcionar
eficazmente como estudiantes.
Tutorías a cargo de tutores pares o padrinos
Los tutores pares se formarán en los talleres de la electiva complementaria: Práctica Formativa. A diferencia de la práctica formativa que se ofreció
entre 02/05 y 01/07, esta vez los talleres abordarán las diferencias culturales
en Colombia según inscripción social, cultural y económica: sector citadino o
rural, clases sociales, y comunidades étnicas.
Talleres de exploración y orientación
Para el reconocimiento de las propias habilidades, gustos en áreas del
conocimiento, y desempeño académico previo, en las disciplinas que son eje
fundamental de formación en las carreras que interesan a los aspirantes; así
mismo, indagación sobre exigencias académicas, campos y niveles de formación de diversas carreras, y del ejercicio profesional. Posibilitar una toma de
decisiones reflexiva frente a los estudios universitarios. Estos talleres estarán
a cargo de psicólogos culturales que han diseñado e implementado con éxito,
en Uniculturas11, este enfoque de la exploración dirigida e informada con el
fin de que puedan decidir y actuar sensatamente respecto a su futuro académico. Se pueden ofrecer como un taller inicial, de carácter obligatorio para
quienes tienen bajos puntajes ICFES y buscan la carrera que les posibilite el
ingreso. Esto es:
Seguimiento individualizado durante el ciclo básico desde las hojas de vida.
Evaluación permanente de los avances y de las dificultades.
11
Se hicieron jornadas en un colegio de un Resguardo Indígena en junio del 2008; durante 4
años Uniculturas ha ofrecido el servicio de exploración y decisión, inicialmente a estudiantes en general, desde el Servicio Psicológico de Bienestar Universitario; posteriormente a
estudiantes indígenas y afrodescendientes de Univalle; en 2008 se ofreció a estudiantes de
Ingeniería Agrícola; en el 2009 a bachilleres afrodescendientes aspirantes a ingresar a Univalle con el apoyo de Cadhube.
295
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