Limpieza y desinfección de reguladores de vacío Autores: Ohio Medical Corporation David Finney, Presidente y Director General Bill Lamb, BS, RRT, CPFT, FAARC, Gerente Clínico Nacional la frase de Benjamín Franklin: “Una onza de prevención Svaleuelemáscitarse que una libra de cura” y esas palabras todavía resuenan en la comunidad médica. En el cuidado de la salud es siempre mejor prevenir una enfermedad que tratarla. Por ejemplo, la simple precaución del lavado de manos ha permitido una reducción drástica de la propagación de bacterias en los hospitales y constituye, desde luego, un medio mucho más rentable de proteger a los pacientes, al personal y a las visitas, que pedir a todos que tomen antibióticos antes de salir del hospital. Los reguladores de succión modernos fueron presentados en la década de 1950 y han constituido una forma segura y eficaz de succionar los fluidos corporales de los pacientes hospitalizados. Cada año se realizan millones de procedimientos de succión en una gran variedad de pacientes y la bibliografía no presenta pruebas documentadas de pacientes infectados por transmisión bacteriana asociada a un regulador de succión. La evaluación de un regulador de succión debidamente instalado y usado mostrará que el sistema de succión extrae los fluidos del paciente y puede utilizar recipientes alineados con filtros biológicos, con una efectividad del 99,99 % para filtrar bacterias.1 Si un al personal realiza involuntariamente un procedimiento de succión sin el recipiente de recolección, la mayor parte de los fabricantes de reguladores de succión proporcionan y recomiendan medidas de seguridad como dispositivo de seguridad contra rebosamiento y filtros hidrofóbicos en línea, como sistemas de seguridad redundantes para proteger el regulador de succión, la salida de vacío de la habitación y el sistema de vacío del edificio. El uso apropiado de los recipientes de recolección con filtros biológicos, dispositivos de seguridad contra rebosamiento y filtros hidrofóbicos en línea son una “onza de protección” simple y económica para evitar la contaminación de los reguladores de succión de un hospital y del sistema médico de vacío.2 Un estudio comparativo de cinco años de antigüedad titulado: “Suction Regulators: A Potential Vector for Hospital-Acquired Pathogens” (Reguladores de succión: vector potencial de los patógenos adquiridos en el hospital), Infection Control and Hospital Epidemiology, julio de 2010, ha despertado dudas en el mercado acerca de la necesidad de esterilizar los reguladores de vacío. Nuestra revisión de esa publicación plantea algunas observaciones y preocupaciones. En primer lugar, los autores recolectaron y tomaron muestras de 470 reguladores de 11 instituciones de cinco diferentes estados y descubrieron que 173 o 37 % tenían algún agente patógeno. Sin embargo, los autores no mencionan si se usaban correctamente los reguladores contaminados con recipientes equipados con filtros alineados, dispositivos de seguridad contra rebosamiento y filtros hidrofóbicos, ni si habían sido limpiados con desinfectantes entre un paciente y otro de acuerdo con las recomendaciones del fabricante, lo que podría haber evitado la contaminación. En otras palabras, ¿se utilizaron correctamente los 297 reguladores (el 63 %) libres de patógenos y mal los 173 contaminados? En segundo lugar, los autores del estudio afirman que las bacterias migraron en contra del flujo de vacío de un regulador de succión intermitente contaminado a lo largo de 6 pies (2 metros) de tubo de succión y que se descubrió que contaminaron un recipiente de recolección en menos de 30 minutos. Lo que se desconoce es si los autores usaron una técnica adecuada y un recipiente de recolección con filtro al instalar el sistema de succión intermitente. Cuando se usa la succión intermitente, es necesario ubicar el recipiente de recolección por arriba de la línea media del paciente para evitar la potencial migración retrógrada cuando el regulador 2 intermitente revierte su ciclo al modo “apagado”. Al revisar la Figura 1 de ese estudio comparativo, se observa el recipiente de recolección al mismo nivel que el estómago simulado. Si se trata de una descripción precisa de la técnica usada en el estudio, entonces no muestra con precisión la técnica adecuada que se emplea en los hospitales. Entender los principios del vacío o los efectos del uso de un sifón puede explicar el fenómeno de migración bacteriana en el bosquejo de estudio presentado por los autores. Los autores muestran correctamente que los reguladores pueden contaminarse pero no abordan la fuente, de manera que los usuarios finales puedan aplicar la “onza de prevención”. Los fabricantes de todos Figura 1 mostrada en “Suction Regulators: los productos utilizados en una instalación de succión A Potential Vector for Hospital-Acquired Pathogens” bench study.5 recomiendan el uso adecuado de sus productos. Con el fin de proporcionar una protección adecuada a los pacientes, a los al personal y a los componentes del sistema de vacío del hospital, los fabricantes de reguladores de succión sugieren la instalación y mantenimiento apropiados del sistema de succión. Entre las medidas que deben tomarse podemos mencionar utilizar un desinfectante para limpiar la unidad entre un paciente y otro, usar un recipiente de recolección con filtro a una altura apropiada relativa al paciente, así como colocar dispositivos de seguridad contra rebosamiento o filtros hidrofóbicos en línea como precaución secundaria para proporcionar una adecuada protección al paciente y al sistema de vacío. La Asociación Nacional de Fuego y Protección (NFPA por sus siglas en inglés) rige las normas de sistemas de vacío médico específicas: “No se deben introducir para su desecho líquidos o partículas en los sistemas de vacío medico-quirúrgicos (WAGD por sus siglas en inglés)” (NFPA99).3 Por lo tanto, para acatar esa guía, una práctica clínica común consiste en usar en cada regulador de succión un recipiente de recolección con filtro, un dispositivo de seguridad contra rebosamiento y un filtro alineado. Esa técnica adecuada puede ser observada en la mayoría de los hospitales de los Estados Unidos y ha demostrado ser un parámetro de cuidado económico durante muchos años. Cuando se contrasta la práctica actual de usar filtros alineados y dispositivos de seguridad contra rebosamiento (“onza de prevención”), contra el costo de esterilizar cada regulador de succión entre pacientes (“libra de cura”), el costo para el sistema de salud de los EE. UU. sería sustancial. Hasta los autores del estudio comparativo aceptan en sus conclusiones (al referirse a las guías del CDC4) que esterilizar los reguladores “es costoso y no es la práctica recomendada en la actualidad”. En el ámbito actual de cuidado de la salud, que tiene muy en cuenta los costos, el personal debe tomar decisiones apropiadas basadas en la relación entre costo y beneficio para proporcionar el mejor resultado a sus pacientes. Si se produjera un cambio significativo en la práctica clínica por el cual se requiriera que todo regulador de succión fuera esterilizado entre pacientes, tendría que evaluarse el costo resultante para el sistema de salud y compararse con los beneficios que aporta la esterilización. Como no hay pruebas de que en los procedimientos de succión algún paciente haya sido infectado por un regulador de succión contaminado, ponemos en duda el beneficio de cambiar la práctica clínica actual. 3 Para realizar una evaluación simple, compare el costo de un dispositivo de seguridad contra rebosamiento y un filtro hidrofóbico, que es la práctica aceptada y cuesta unos pocos dólares por paciente con el costo de someter todos los reguladores de succión a un “proceso de esterilización”. Ese proceso requeriría tener un número significativo de reguladores de succión adicionales, disponibles para hacer circular entre uso en pacientes y proceso de esterilización. El “proceso de esterilización” puede incluir recoger el regulador de succión después de usarlo en pacientes y transportarlo a un servicio central o de ingeniería biomédica para desarmarlo. Los siguientes pasos incluirían: transportar las partes a un esterilizador, manteniendo las partes de cada unidad individual juntas para su posterior ensamblado. Por último, los componentes son esterilizados, transportados nuevamente a ingeniería biomédica para su ensamblado y calibración y finalmente enviados a la habitación del paciente. Una institución puede realizar su propio análisis financiero del costo de este proceso, que nuestra experiencia previa estima superior a 100 dólares por regulador por esterilización. Multiplique este costo adicional para todos los pacientes sometidos a succión en hospitales cada año y el costo para un hospital individual podría ser significativo. Al final, el regulador de vacío esterilizado es devuelto a la habitación no estéril del paciente para conectarlo a una toma de vacío no estéril, lo que da por tierra por completo el costo y propósito de esterilizar un regulador de vacío. En resumen, si se la respeta, la práctica clínica actual para procedimientos de succión cuenta con una trayectoria de más de 60 años de proporcionar al personal médico un medio seguro y económico de evacuación de líquidos. No hay en la bibliografía pruebas documentadas de un caso en el cual un regulador de succión contaminado contribuyera a la migración de patógenos de la unidad de succión al paciente. Seguir las recomendaciones del fabricante para evitar la contaminación de la unidad es una mejor forma de brindar atención médica rentable. Si desea profundizar la lectura, consulte los siguientes artículos y fuentes de pruebas disponibles en el sitio web de Ohio Medical, www.ohiomedical.com. Referencias: Bemis/Medi-Vac/Hi Flow Suction Canisters (Cardinal) – An Aerostat® filter has a 99.99% filtration efficiency of aerosolized micro-organisms and particulate matter. 1 Patricia Carroll RN,BC, CEN, RRT, MS. Clinical Concepts in Medical Suction: Infection Control for Vacuum Regulators. Educational Medical Consultants, Meriden, CT (2010). 2 3 National Fire Protection Association (NFPA 99-2012; 5.1.14.1.3, page 55). Centers for Disease Control and Prevention. National Center for Preparedness, Detection, and Control of Infectious Diseases (NCPDCID), Division of Healthcare Quality Promotion (DHQP). (HICPAC): Guideline for Disinfection and Sterilization in Healthcare Facilities (2008). Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee http://www.cdc.gov/hicpac/Disinfection_Sterilization/acknowledg.html 4 Kaye, K., Marchaim, D., Smialowicz, C., & Bentley, L. (n.d.). Suction Regulators: A Potential Vector for Hospital-Acquired Pathogens. Infect Control Hosp Epidemiol Infection Control and Hospital Epidemiology, 772-774. 5 1111 Lakeside Drive Gurnee, IL 60031 847-855-0500 www.ohiomedical.com Ohio Medical Corporation y el logotipo de Ohio Medical Corporation son marcas registradas de Ohio Medical Corporation. Formulario N. º 255524-ES (Rev. 1, 10/2015)