Revista de Jurisprudencia

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de
Jurisprudencia
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Año VIII - Número 3, abril 2012
www.elderecho.com
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Pág. 1
El control jurisdiccional en
materia deportiva
Por D. Diego Córdoba Castroverde.
Presidente de la Sala de lo
Contencioso-administrativo de la
Audiencia Nacional
RESPUESTA
DE LOS TRIBUNALES Pág. 6
Penal
El requisito de procedibilidad
en los delitos contra la
propiedad intelectual
Dª Gemma Gallego Sánchez.
Magistrada
RESEÑAS DE JURISPRUDENCIA
Pág. 11
Civil
• Abuso de derecho en el
ejercicio de la acción de nulidad y
liquidación de sociedad anónima
Penal
• Vulneración del derecho a la
defensa
Contencioso-administrativo
• Nulidad de la tasa anual girada
a telefónica por autorizaciones
generales
Social
• Justificada extinción de
contrato por causas económicas
con amortización de puesto
BREVES
[EDITORES]
El comentario
Sumario
EL COMENTARIO
ELD ERECHO
El control jurisdiccional
en materia deportiva
Por D. Diego Córdoba Castroverde
Presidente de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional
I. Introducción
Uno de los principales problemas que plantea el
control jurisdiccional de la actividad
administrativa en materia de deporte es la falta
de claridad de la regulación, caracterizada por su
ambigüedad e indefinición, posibilitando
posturas contradictorias y numerosos recursos
en esta materia.
Y sin duda esta ambigüedad en gran medida
tiene su origen en dos cuestiones concretas: 1º)
La doble naturaleza: pública y privada de las
Federaciones deportivas; 2) La delimitación de
las funciones públicas y privadas que ejercen las
Federaciones deportivas.
1. La doble naturaleza: pública y privada de las
Federaciones deportivas
Pág. 16
Ya el Tribunal Constitucional en su Sentencia
67/1985 -EDJ 1985/67- afirmaba que las
Federaciones aparecen configuradas como
asociaciones de carácter privado, a las que se
atribuyen funciones públicas de carácter
administrativo.
Fue posteriormente la Ley 10/1990 del Deporte -
EDL 1990/14774- la que recogió esta doble
naturaleza jurídica afirmando en su Preámbulo:
"Por primera vez se reconoce en la legislación la
naturaleza jurídico-privada de las Federaciones,
al tiempo que se les atribuyen funciones públicas
de carácter administrativo. Es en esta última
dimensión en la que se sustentan las diferentes
reglas de tutela y control que la Administración
del Estado puede ejercer sobre las Federaciones y
que la Ley, cautelarmente, ha establecido con un
absoluto y exquisito respeto de los principios de
autoorganización que resultan compatibles con
la vigilancia y protección de los intereses
públicos en presencia", lo cual se refleja en el art.
30,1 al afirmar que "Las Federaciones deportivas
españolas son Entidades privadas, con
personalidad jurídica propia, cuyo ámbito de
actuación se extiende al conjunto del territorio
del Estado, en el desarrollo de las competencias
que le son propias (...)" y en el apartado segundo
de este mismo precepto se añade "Las
Federaciones deportivas españolas, además de
sus propias atribuciones, ejercen, por delegación,
funciones públicas de carácter administrativo,
actuando en este caso como agentes
colaboradores de la Administración pública".
Continúa en la página 2
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El Comentario
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de Jurisprudencia
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Esta doble naturaleza pública y privada ha sido
reiteradamente corroborada y utilizada por la
jurisprudencia para establecer un diferente
régimen jurídico para sus actos (entre ellas STS
de 22 diciembre 2010 -EDJ 2010/290688-).
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“…la publicación
de los resultados
de las
competiciones
deportivas no
puede sino
considerarse la
fase final del
proceso
competitivo cuya
organización
compete a las
federaciones,
ejerciendo por
delegación
funciones públicas
de carácter
administrativo al
amparo del citado
precepto, y ello
tiene consecuencia
en materia de
protección de
datos:…”
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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2. La delimitación de las funciones públicas y
privadas que ejercen las Federaciones deportivas
La delimitación de cuando las Federaciones
Deportivas ejercen funciones públicas o cuando
son privadas, ha sido uno de los problemas que
han centrado la atención de la jurisprudencia.
No siempre está clara esta delimitación y de su
definición depende la solución de muchos
problemas: la competencia del Consejo Superior
de Deportes para conocer y resolver una materia,
el posterior control por la jurisdicción
contencioso-administrativa; la legitimación de
las Federaciones Deportivas para recurrir, etc. E
incluso cuestiones aparentemente más alejadas
como la posibilidad de sancionarlas en materia
de protección de datos.
Los Tribunales contencioso-administrativos han
procurado delimitar, a través de su
jurisprudencia, los supuestos en los que las
Federaciones ejercen tales funciones públicas por
delegación de la Administración:
a) Entre tales funciones públicas se encuentran
las relativas a la calificación y organización de las
actividades y competiciones deportivas oficiales
de ámbito estatal, (SAN, Sala Contencioso en su
Sentencia de 18-3-2003, rec. apelación 1/2003 EDJ 2003/253222-).
b) La posibilidad de regular los procesos
electorales de la Federaciones Deportivas. En
varias Sentencias de la Sala contencioso de la
Audiencia Nacional (SAN de 26 febrero 2009
(rec. 6/2007) -EDJ 2009/17477- y Sentencia de
23 julio 2009 (rec. 7/2007) -EDJ 2009/173465-)
se ha considerado que son estas funciones
públicas de carácter administrativo por parte de
las federaciones deportivas lo que avala las
diferentes reglas de tutela y control que la
Administración del Estado puede ejercitar sobre
las mismas y que la propia Ley del Deporte -EDL
1990/14774- remite al desarrollo reglamentario,
por lo que la regulación de sus procesos
electorales se fundamenta en el control del
Estado subyacente al ejercicio de funciones
públicas delegadas.
Y en la SAN, Contencioso-administrativo, de 30
septiembre 2009 (rec. 93/2008) -EDJ
2009/230911- que abordaba la legalidad de una
Orden Ministerial que regulaba el proceso
electoral de una Federación Deportiva -EDL
2007/211659- añade una importante
consideración respecto a la posible contradicción
de una norma administrativa nacional con la
normativa privada de FIFA que "Tampoco puede
acogerse la pretendida nulidad de la Orden
impugnada por su supuesta incompatibilidad
con la normativa FIFA y su Código Electoral,
pues la validez o nulidad de una disposición
general de carácter administrativo como la que
nos ocupa no puede enjuiciarse desde la
perspectiva de una normativa privada por la que
se rige una federación privada internacional sino
con arreglo al sistema de fuentes previsto en
nuestro ordenamiento jurídico, integrado por la
Constitución, las Leyes y Reglamentos que lo
conforman, el derecho comunitario y los
Tratados Internacionales suscritos por España,
quedando al margen las normas internas de las
federaciones internacionales deportivas, pues las
Federaciones Deportivas españolas en su faceta
privada quedarán sometidas a la normativa de
aquellas organizaciones internacional en las que
se integren pero sin desconocer que están, en
todo caso, sujetas al ordenamiento jurídico
nacional, que no podrán infringir.
Es por ello que procede rechazar este motivo de
impugnación sin necesidad de entrar a
considerar si existe o no la pretendida
contradicción entre la normativa reglamentaria
impugnada y las previsiones contenidas en la
Federación Internacional de Fútbol".
c) Protección de Datos, respecto de los datos
publicados por Federaciones deportivas.
Otras consecuencias del ejercicio de funciones
públicas por parte de las Federaciones
Deportivas se pueden encontrar en materia de
protección de datos. Así en la SAN, Sala
Contencioso, sec. 1ª, de 1 abril 2011 (rec.
323/2010) -EDJ 2011/31034- en la que se
discutía una sanción impuesta por la Agencia de
Protección de Datos a una Federación Deportiva
por haber publicado los resultado de una
competición oficial en la página web oficial de
dicha federación en la que constaban los datos
de participantes menores de edad con su DNI,
nombre y apellidos, fecha de nacimiento y el
club al que pertenecían, la Sala considera que la
publicación de los resultados de las
competiciones deportivas no puede sino
considerarse la fase final del proceso competitivo
cuya organización compete a las federaciones,
ejerciendo por delegación funciones públicas de
carácter administrativo al amparo del citado
precepto, y ello tiene consecuencia en materia de
protección de datos: en primer lugar porque las
infracciones en materia de protección de datos
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El Comentario
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II. Alcance de la jurisdicción del orden
contencioso-administrativo
Centrándonos en la competencia de la
jurisdicción contencioso-administrativa en esta
materia, el problema, en términos generales, se
podría plantear como sigue: si nos encontramos
ante funciones públicas ejercidas por la
Federación correspondiente por delegación de la
Administración la competencia sería de la
jurisdicción contencioso administrativa mientras
que si, por el contrario consideramos que una
determinada actuación se ejerce en cuanto
entidad privada, en materias propias de
autoorganización federativa, su revisión nunca
procedería en vía contencioso administrativa
sino ante los órganos jurisdiccionales civiles o
sociales (así lo consideró la SAN, Sala
Contencioso, sec. 3ª, de 4 julio 2007 (rec.
47/2007) -EDJ 2007/85545-).
Diversas cuestiones se plantean respecto de
dicho control jurisdiccional:
1. Competencia y recursos
El art. 9,1 de la Ley jurisdicción contenciosoadministrativa -EDL 1998/44323-, tras la
modificación operada por la Disp. Final Segunda
de la LO 7/2006, de 21 noviembre, de protección
de la salud y lucha contra el dopaje en el deporte
-EDL 2006/288175-, atribuye a los Juzgados
Centrales de lo Contencioso-administrativo
conocer de los recursos que se deduzcan frente a
los actos administrativos que tengan por objeto:
“f) En única o primera instancia, de las
resoluciones que, en vía de fiscalización, sean
dictadas por el Comité Español de Disciplina
Deportiva en materia de disciplina deportiva",
que se tramitará por el procedimiento abreviado.
La STS, Sala 3ª, sec. 1ª, de 17 junio 2010 (rec.
40/2010) -EDJ 2010/133441- trataba de resolver
una cuestión de competencia entre un Juzgado
Central de la Audiencia Nacional y el TSJ de
Cataluña. El problema se centraba, por tanto, en
determinar si la norma DE competencia
específica contenida en el art. 9,f) de la LJ -EDL
1998/44323- introducida por la Ley del Dopaje EDL 2006/288175- que atribuía el conocimiento
de las resoluciones del Comité Español de
Disciplina Deportiva a los Juzgados Centrales se
refería exclusivamente a los asuntos relativos al
dopaje o abarcaba todas las decisiones,
cualquiera que fuese la materia deportiva,
dictadas por dicho Comité. El problema se
complicaba porque la Disposición Final había
modificado también el apartado primero del art.
78 de la Ley 29/1998, de 13 julio, Reguladora de
la Jurisdicción Contencioso-Administrativa para
disponer que "Los Juzgados de lo ContenciosoAdministrativo y, en su caso, los Juzgados
Centrales de lo Contencioso-Administrativo de
este Orden Jurisdiccional conocen, por el
procedimiento abreviado, de los asuntos de su
competencia que se susciten sobre (...) asuntos
de disciplina deportiva en materia de dopaje
(...)" por lo que podía entenderse que los
Juzgados Centrales tan solo conocían de las
resoluciones de dicho Comité en asuntos de
disciplina deportiva en materia de dopaje, pero
no en las restantes materias deportivas.
La STS -EDJ 2010/133441- consideró que esta
última previsión "simplemente indica que los
asuntos de disciplina deportiva en materia de
dopaje han de tramitarse por el procedimiento
abreviado, a diferencia del resto de los asuntos de
disciplina deportiva cuya competencia
corresponde también a los Juzgados Centrales".
Llegando a la siguiente conclusión "tras la
reforma introducida por la LO 7/2006 -EDL
2006/288175-, los Juzgados Centrales de lo
Contencioso Administrativo conocerán de las
resoluciones del Comité Español de Disciplina
Deportiva, en materia de disciplina deportiva,
según lo dispuesto en el artículo 9.f) LJCA -EDL
1998/44323-, si bien aquellas dictados en asuntos
de dopaje se tramitarán por el procedimiento
abreviado, como preceptúa el artículo 78.1 del
mismo texto legal".
También se ha señalado que no cabe recurso de
apelación contra las resoluciones, incluidas las
dictadas en materia cautelar, por los Juzgados
Centrales de lo Contencioso-administrativo
(SAN, Contencioso, sec. 3ª de 11 mayo 2010 (rec.
71/2009)) -EDJ 2010/81335-.
2. Legitimación de las Federaciones para recurrir
La SAN, Sala Contencioso-administrativo, sec.
3ª, de 28 octubre 2004 (rec. 109/2004) -EDJ
2004/271812- abordó el problema de la
legitimación de las Federaciones Deportivas,
para recurrir la decisión del Consejo Superior de
Deportes supervisando el ejercicio de las
funciones públicas, afirmando que en este caso
las Federaciones Deportivas carecerían de
legitimación para recurrirlo. En el mismo
sentido la SAN, Sala Contenciosoadministrativo, Sección 3ª, de 4 julio 2007 (rec.
47/2007) -EDJ 2007/85545- reiteró este criterio
apreciando la falta de legitimación para recurrir
en virtud de lo dispuesto en el art. 20,b de la Ley
jurisdiccional -EDL 1998/44323- "No pueden
interponer recurso contencioso-administrativo
contra la actividad de una Administración
Pública: b) los particulares cuando obren por
delegación o como mero agentes o mandatarios
de ella", afirmando que "la LRJCA, a estas
asociaciones de carácter privado que son las
Federaciones deportivas, les priva de
legitimación procesal para recurrir en sede
jurisdiccional la resolución final que en sede
administrativa ultima el control de sus propias
decisiones dictadas en ejercicio de esa potestad
publica delegada. Carece de toda lógica que un
particular ejerciendo funciones delegadas pueda
impugnar actos de la Administración tutelante o
delegante en el ejercicio de las funciones
específicas de tutela, control y dirección de la
actividad delegada".
3. Responsabilidad patrimonial de la
Administración del Estado en esta materia
Otro de los aspectos que se ha abordado por la
jurisprudencia al conocer de recursos en materia
deportiva ha sido la posibilidad de trasladar al
Estado la responsabilidad patrimonial por los
daños y perjuicios que las sanciones deportivas
pueden haber generado a los afectados o sus
clubes.
La SAN de 1 febrero 2005 (rec. 645/2003) -EDJ
2005/4845- abordó un problema de
responsabilidad patrimonial referido a una
sanción por infracción deportiva que determinó
su imposibilidad de participar en otras
competiciones, sanción posteriormente anulada
por resolución del Comité Español de Disciplina
Deportiva.
La Sala afirma que "si el legislador ha
contemplado una amplia intervención pública
en el deporte y el desarrollo reglamentario la ha
profundizado, extendiendo la potestad
disciplinaria sobre el deporte en los términos
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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cometidas por las Administraciones Públicas
excluye la imposición de sanciones y tan solo
dan lugar a la que se establezcan las medidas que
es necesario adoptar para que cesen o se corrijan
los efectos de la infracción; y en segundo lugar
porque no es necesario que los afectados presten
su consentimiento para que se publiquen sus
datos cuando los datos se recogen por las
Administraciones Públicas en el ejercicio de sus
funciones propias.
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El Comentario
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expuestos y convirtiendo en función pública
administrativa incluso la actividad de las
federaciones aplicando las normas de sus propios
estatutos, se ha de aceptar, igualmente, que la
responsabilidad a que pueda dar lugar tal
ejercicio es imputable al titular de la potestad,
que es la Administración del Estado, quien actúa
por medio de un agente colaborador y que
revisa, en último término, las decisiones de éste
mediante una resolución que pone fin a la vía
administrativa". Ahora bien, la sentencia
continua afirmando que "aunque las
federaciones deportivas ejercen una función
materialmente administrativa, no están
subjetivamente encuadradas en ninguno de los
supuestos del art. 2 de la Ley 30/1992 -EDL
1992/17271- por lo que, en principio, las
decisiones que adopte en ejercicio de esa
potestad en su calidad de agente colaborador, y
sus consecuencias de todo orden, únicamente a
ellas son imputables y los conflictos que puedan
suscitar habrán de resolverse ante las instancias
privadas acordes con su naturaleza.
Por otra parte, la consideración de que, en todo
caso, al tratarse del ejercicio de funciones
públicas, se puede generar la responsabilidad
patrimonial del Estado por el funcionamiento de
los servicios ... puede producir, sin embargo,
efectos desmesurados; cabe pensar, por ejemplo,
en supuestos que se producen con gran
frecuencia en muchas manifestaciones deportivas
y, desde luego, en las más importantes, como la
expulsión de quien interviene en un juego
concreto por infracción de una de sus normas,
decretada por el árbitro o por el juez de la
competición, sanción que puede ser objeto de
una decisión arbitral, de dos instancias
federativas, de una administrativa y de la posible
revisión jurisdiccional de esta última; cuando la
sanción fuese anulada, la reparación de los
diversos perjuicios derivados de ella, que podrían
ser reclamados ejercitando la acción de
responsabilidad extracontractual contra el
Estado, aparte de dar lugar a numerosísimos
pleitos, lo que es más importante, convertiría al
Estado en responsable último de las
consecuencias del ejercicio y práctica del
deporte, actividad esencialmente privada, que en
su aspecto disciplinario vendría a ser
considerada como prestación de un servicio y la
responsabilidad por su funcionamiento normal o
anormal, sería exigible por la vía indicada,
situación que aún se agrava más si se tiene en
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D ERECHO
[EDITORES]
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cuenta el carácter cuasi objetivo de este tipo de
responsabilidad.
Por ello, cabría entender que sólo cuando el
órgano administrativo (CSD o CEDD), hace
suya la decisión federativa sancionadora y
causante del daño alegado, confirmándola o
modificándola sólo en parte y, desde luego,
cuando actúa directamente la potestad
disciplinaria, se convierte en responsable de la
misma y le son imputables sus consecuencias
cuando, eventualmente, sea anulada por los
órganos de esta jurisdicción contenciosa y se
reclame la reparación del daño, bien como
reconocimiento de una situación jurídica
individualizada, bien mediante el ejercicio de la
acción por responsabilidad patrimonial frente al
Estado; por el contrario, en los supuestos en que
se anule la sanción impuesta en las instancias
federativas, con lo que se vendría a corregir el
uso indebido o incorrecto de la potestad
disciplinaria, las consecuencias de ello habrán de
ser asumidas íntegramente por el agente
colaborador responsable de la misma, cuya
actuación no se menciona ni en los arts. 139 y ss.
de la Ley 30/1992 -EDL 1992/17271-, ni en el
Reglamento que los desarrolla, a diferencia de lo
que sucede con el contratista expresamente
mencionado por el art. 1,3 del Reglamento de
Procedimiento de las Administraciones Públicas
en materia de responsabilidad patrimonial,
aprobado por RD 429/1993, de 26 marzo -EDL
1993/15801-, cuya actuación en la ejecución del
contrato sólo da lugar a la aplicación del
procedimiento previsto en el Reglamento para
determinar la responsabilidad de la
Administración en los casos excepcionales que
expresamente menciona (existencia de una
orden directa e inmediata de la Administración o
vicios del proyecto elaborado por ella misma)".
III. Especial referencia a los problemas que
plantean la revisión de las sanciones de doping
Las Federaciones Deportivas españolas ejercen,
entre otras funciones, la potestad disciplinaria
bajo la coordinación y tutela del Consejo
Superior de Deportes (art. 33,1,f) de la Ley
10/1990 -EDL 1990/14774-). La potestad
disciplinaria en materia de dopaje deportivo se
trata de una función pública que le corresponde
ejercer en lo que ahora nos afecta al Consejo
Superior de Deportes y por delegación de este a
las federaciones Deportivas.
Pero el hecho de que los controles de dopaje y las
posteriores sanciones en esta materia tengan la
consideración de funciones públicas, no resuelve
todos los problemas, entre ellos los problemas
que plantea la pertenencia de las Federaciones
Deportivas a Asociaciones privadas
internacionales que se rigen por sus propias
normas de derecho privado. Pues en este caso lo
que se produce la concurrencia y una eventual
colisión entre una normativa nacional y otra
internacional.
En la SAN de 9 mayo 2007 (rec. de apelación
6/2007) -EDJ 2007/34892- se abordó este
problema. No se trataba propiamente de revisar
la legalidad de una sanción por dopaje sino de
determinar "las normas aplicables para tramitar
el procedimiento disciplinario y
consecuentemente con la competencia para
conocer de los eventuales recursos que se
pudiesen ejercitar contra las resoluciones que
pongan fin al mismo. En definitiva, se trata de
determinar si el Comité Español de Disciplina
Deportiva tiene competencia para conocer de las
resoluciones dictadas en procedimientos
disciplinarios contra deportistas españoles con
licencia federativa, cuando tales procedimientos
tengan su origen en controles antidopaje
realizados al margen de competición y
ordenados por la UCI, lo cual condiciona que el
procedimiento aplicable sea el propio de dicho
organismo internacional y que el control
posterior sobre las resoluciones que se dicten
queden sustraídas del conocimiento de los
tribunales contencioso-administrativos para
quedar residenciadas ante la Junta Arbitral de
dicho organismo internacional, sita en Lausana".
La sentencia apelada consideraba que la
represión del dopaje es claramente una materia
pública en derecho español, (está publificado en
España) y que las federaciones deportivas
cuando actúan en este ámbito desempeñan
funciones públicas por delegación de la
Administración y las sanciones que se impongan,
incluidas las impuestas por federaciones
internacionales, producen efectos en todo el
territorio español (art. 7 RD 255/1996 -EDL
1996/14193-), y caso de seguirse el
procedimiento establecido en el Reglamento de
la UCI la decisión que se adoptase en esta
materia sería conocida por el Tribunal Arbitral
de Lausana sometido a la legislación civil suiza.
Considera que la normativa federativa
internacional no forma parte de nuestro
ordenamiento jurídico ni tiene el carácter de
derecho internacional público y ante la
concurrencia de las normas de derecho público
nacional y las normas autorreguladoras de
derecho privado, procedentes de dicho
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El Comentario
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una organización internacional que las agrupa,
como delegados de dicho organismo
internacional y cuando así lo hace no están
ejerciendo funciones delegadas por una
Administración Pública sino las delegadas por
dicho organismo internacional, cuya normativa
será la aplicable en tales casos y cuyas decisiones
quedarán sometidas a los mecanismos de control
establecidos en sus propias normas, sin que por
ello se vulnere el derecho nacional ni se
desconozcan funciones públicas de orden
interno que no han entrado en juego, pues no ha
existido iniciativa pública alguna ni están
ejerciendo por delegación funciones públicas de
carácter administrativo. Así se desprende
también del art. 1 de la Ley 10/1990, de 15
octubre -EDL 1990/14774-, en el que se dispone
que la ordenación nacional del deporte se
produce dentro del ámbito de las competencias
que corresponden a la Administración del
Estado, y en el art. 58 de esta misma norma se
añade que estas competencias se ejercen en
relación con competiciones oficiales de ámbito
estatal, lo cual resulta conforme con lo dispuesto
en el art. 84 de esta norma en cuanto atribuye la
competencia al Comité Español de Disciplina
Deportiva, órgano de ámbito estatal, para decidir
en última instancia, en vía administrativa, las
cuestiones disciplinarias deportivas de su
competencia.
Resulta revelador, aunque no sea una norma
aplicable al supuesto que nos ocupa, lo dispuesto
en la nueva LO 7/2006, de 21 noviembre, de
protección de la salud y de lucha contra el
dopaje, cuyo capítulo IV -EDL 2006/288175- está
dedicado a las "Relaciones con federaciones
deportivas internacionales y con las entidades
que rigen, en el ámbito internacional la actividad
deportiva". En él se regula específicamente la
competencia y normativa aplicable a los
controles de dopaje realizados en competiciones
internacionales que se celebren en España (art.
30), encomendado la responsabilidad de la
ordenación y realización de tales controles al
Comité Olímpico Internacional o a las
federaciones deportivas o instituciones
internacionales que, respectivamente, las
organicen o a aquellas federaciones en las que
éstas deleguen la citada organización,
correspondiendo también a dichos organismos
internacionales, o por delegación de los mismos,
el ejercicio de la potestad disciplinaria, sin
perjuicio de la eficacia que estas sanciones
puedan tener en el ámbito nacional.
También se regulan en dicha norma, los
controles de dopaje realizados fuera de
competición en España a deportistas con licencia
española por parte de organizaciones
internacionales, que sería el supuesto que nos
ocupa, estableciéndose al respecto en el art. 32 EDL 2006/288175- que:
"1. La realización de estos controles exige que,
con carácter previo, se notifique a la Agencia
Estatal Antidopaje la propuesta de realización de
los mismos y las condiciones materiales de su
realización.
Sólo podrán llevarse a cabo estos controles de
dopaje si cumplen los requisitos establecidos en
los arts. 8 y concordantes de esta Ley -EDL
2006/288175-.
2. Las organizaciones deportivas internacionales
y la Agencia Estatal Antidopaje podrán suscribir
acuerdos y convenios de colaboración para que
sea esta última quien realice, materialmente, los
controles de dopaje que aquéllas tengan que
llevar a cabo en España".
No se debe desconocer, por tanto, el diferente
tratamiento jurídico que tienen los controles
antidopaje dependiendo del organismo nacional
o internacional que los ordene y el ámbito de la
competición en que este se produzcan, por lo
que no resulta contrario al derecho español el
que un organismo internacional acuerde la
realización de un control antidopaje fuera de
competición a un deportista con licencia
federativa española, cuando este deportista y esta
federación están integrados en dicho organismo
internacional. Y en tales casos, la Federación
Española no ejerce funciones públicas delegadas
de la Administración Pública española sino que
actúa como un ente privado por delegación de
dicho organismo internacional, por lo que el
procedimiento aplicable y el régimen de recursos
será el establecido en la normativa de dicho
organismo internacional, sin perjuicio del
control que puedan ejercer el Comité de
Disciplina Deportiva en los términos previstos
en el art. 22 de la LO 7/2006, de 21 noviembre EDL 2006/288175- referido tan solo a la
"compatibilidad de la sanción impuesta con el
Ordenamiento Jurídico español, en lo que se
refiere a los principios que informan la potestad
sancionadora pública".
(...) Finalmente, no puede desconocerse que los
Tribunales contencioso-administrativos se limita
al enjuiciamiento de las pretensiones que se
deduzcan en relación con la actuación de las
Administraciones Públicas sujetas al derecho
administrativo (art. 1,1 LRJCA -EDL
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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organismo internacional, deben prevalecer las
primeras. Existe, a juicio del juzgador de
instancia, una reserva de jurisdicción que no
puede verse anulada por la cláusula
compromisoria contenida en las normas de la
federación internacional de ciclismo que al
vincularlo a su propio mecanismo de revisión, el
Tribunal Arbitral sito en Lausana, excluiría la
intervención de los órganos jurisdiccionales de
los Estados, pues ello vulneraría el derecho
fundamental a obtener tutela judicial efectiva de
los jueces y tribunales y el ordenamiento jurídico
interno deportivo que garantiza el acceso a la
jurisdicción frente a las resoluciones del Comité
Español de Disciplina Deportiva (art. 58 del
Reglamento de Disciplina Deportiva -EDL
1992/17844-).
La sentencia dictada en apelación por la Sala de
lo contencioso-administrativo de la Audiencia
Nacional -EDJ 2007/34892- considera que las
Federaciones como "entidades privadas" con
personalidad jurídica propia (...) pueden formar
parte de un organismo internacional, (...) en
cuanto Asociación Internacional no
gubernamental que agrupa a las federaciones
nacionales de ciclismo, con sede en Suiza, y que
se rige por normas de derecho privado (su
propio Estatuto y el Reglamento UCI), y por
mandato de la disposición preliminar tercera de
dicho Reglamento las federaciones nacionales
deben incluir implícitamente el mismo en la
publicación de sus propios reglamentos y estos
últimos deben contener una cláusula expresa en
la que se indique que el Reglamento UCI forma
parte de sus propia normativa. (...)
No debe olvidarse, por otra parte, que el
Reglamento antidopaje de la UCI permite que
los controles antidopaje se inicien bien a
instancia de la propia UCI o bien a instancia de
Comisión Nacional antidopaje nacional. En el
primer caso al tratarse de un control realizado a
instancia de dicho organismo internacional se
rige por el Reglamento antidopaje de dicho
organismo internacional (art. 3 del Reglamento
UCI ) y cuando se inicia a instancia de la
organización nacional antidopaje del país se
aplicará el reglamento antidopaje de dicha
organización nacional (art. 4 del citado
Reglamento).
Esta distinción no está exenta de lógica, pues si
bien las Federaciones deportivas pueden actuar
ejerciendo funciones delegadas de la
Administración pública, en cuyo caso sus actos
quedan sometidos al control jurisdiccional de los
tribunales contencioso- administrativos, también
actúan, en cuanto entes privados integrantes de
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Respuesta de los Tribunales
Número 3, abril de 2012
de Jurisprudencia
Revista
----------------------------D ERECHO
[EDITORES]
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EL
mientras se encuentren cumpliendo la sanción
respectiva".
En la citada SAN de 9 mayo 2007 (rec. de
apelación 6/2007) -EDJ 2007/326522- se abordó
la interpretación que debía recibir este precepto
afirmando que "refuerza la conclusión de que
pueden imponerse sanciones por organismos
internacionales, distintos de las que se impongan
por los órganos antidopaje a nivel nacional. La
citada norma pretende homologar a nivel
internacional, al menos en lo que a España se
refiere, los compromisos internacionales
suscritos en la lucha contra el dopaje en el
deporte extendiendo también a nuestro
territorio la eficacia de sanciones impuestas en
esta materia por organismos internacionales, o
por delegación de los mismos."
El art. 33 LO 7/2006 -EDL 2006/288175- dispone
que "Las sanciones impuestas por organizaciones
internacionales, a las que estén adscritas las
respectivas federaciones deportivas españolas, se
aplicarán en España y producirán la suspensión
de la licencia federativa y la inhabilitación para
participar en competiciones oficiales a que se
refieren el art. 22 de esta Ley y el art. 32.4 de la
Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte -EDL
1990/14774-, salvo que el Comité Español de
Disciplina Deportiva declare la sanción como
contraria al Ordenamiento Jurídico español".
A tal efecto, es preciso destacar la previsión
contenida en el art. 22 LO 7/2006, de 21
noviembre, de protección de la salud y de lucha
contra el dopaje en el deporte -EDL
2006/288175-, relativo a la "Eficacia de las
sanciones" dispone que: "1. La imposición de
sanciones relacionadas con el dopaje en el
deporte constituye un supuesto de imposibilidad
para obtener o ejercer los derechos derivados de
la licencia deportiva en cualquier ámbito
territorial, en los términos previstos en el art.
32.4 de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del
Deporte -EDL 1990/14774-".
El apartado segundo de este precepto -EDL
2006/288175- dispone que "2. Cuando la sanción
haya sido impuesta por un órgano diferente de
los previstos en la presente Ley, los deportistas
podrán instar del Comité Español de Disciplina
Deportiva la declaración de compatibilidad de la
sanción impuesta con el Ordenamiento Jurídico
español, en lo que se refiere a los principios que
informan la potestad sancionadora pública. El
procedimiento a seguir para efectuar esta
reclamación se establecerá reglamentariamente".
------------------------
“La citada norma
pretende
homologar a nivel
internacional, al
menos en lo que a
España se refiere,
los compromisos
internacionales
suscritos en la
lucha contra el
dopaje en el
deporte
extendiendo
también a nuestro
territorio la
eficacia de
sanciones
impuestas en esta
materia por
organismos
internacionales, o
por delegación de
los mismos.”
1998/44323-) y no se extiende a la actuación de
organismos internacionales privados o por
delegación de los mismos. A diferencia de lo
afirmado en la sentencia de instancia, ello no
vulnera el acceso a la jurisdicción frente a las
resoluciones del Comité Español de Disciplina
Deportiva (art. 58 -EDL 1992/17844-), pues
cuando este órgano de ámbito estatal, adscrito
orgánicamente al Consejo Superior de Deportes,
adopta una resolución en el ámbito de sus
competencias que agote la vía administrativa
podrá fiscalizarse en sede contenciosoadministrativa (art. 84 de la Ley 10/1990, de 15
octubre -EDL 1990/14774-), prueba de ello es
que su resolución ha sido conocida en este caso
por los tribunales contencioso-administrativos.
Cuestión distinta es si el Comité tiene o no
competencia para resolver una determinada
sanción, por haberse adoptado fuera de su
ámbito de competencia, ya que el art. 58 de la
citada norma solo atribuye, como es lógico, a
este Comité el conocimiento de aquellas
materias que entran dentro del ámbito de su
competencia, que como el propio precepto
indica es de ámbito estatal y no internacional.
Por todo ello ha de desestimarse la apelación sin
entrar a la procedencia o no de la sanción por
doping impuesta al ciclista apelante (es algo que
se debe discutir ante las instancias
internacionales que oportunamente le fueron
indicadas al apelante en la resolución del Comité
Nacional de Competición y Disciplina Deportiva
de la RFEC de 29-8-2005) ni a la procedencia o
no de que la sanción hubieses sido suspendida
en vía administrativa por el CEDD-CSD".
Efectividad en España de las sanciones impuestas
por organismos internacionales. Control por el
ordenamiento español.
El art. 7 RD 255/1996 -EDL 1996/14193- (norma
actualmente derogada) disponía "Las sanciones
impuestas en aplicación de la normativa de
represión del dopaje en cualquier orden
federativo, sea internacional, estatal o
autonómico, producirán efectos en todo el
territorio español". Esta previsión estaba en
consonancia con el articulo Y en el art. 32,4 de la
Ley 10/1990, de 15 octubre, del Deporte -EDL
1990/14774-, dispone que "Estarán inhabilitados
para obtener una licencia deportiva que faculte
para participar en las competiciones a las que
hace referencia el párrafo anterior los deportistas
que hayan sido sancionados por dopaje, tanto en
el ámbito estatal como en el internacional,
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Número 3, abril de 2012
de Jurisprudencia
Revista
Respuesta de los Tribunales
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Respuesta de los Tribunales
Penal
--------------------------------El requisito de procedibilidad en los delitos
contra la propiedad intelectual
Dentro del Capítulo XI del Código Penal -EDL
1995/16398- que aborda el tratamiento de los
delitos relativos a la propiedad intelectual e
industrial, al mercado y a los consumidores, se
disponen en su Sección Cuarta, art. 287, una
serie de disposiciones comunes relativas a la
perseguibilidad de las conductas descritas, que se
concretan en las siguientes:
1. Para proceder por los delitos previstos en los
artículos anteriores del presente capítulo, será
necesaria denuncia de la persona agraviada o de
sus representantes legales. Cuando aquélla sea
menor de edad, incapaz o una persona
desvalida, también podrá denunciar el
Ministerio Fiscal.
2. No será precisa la denuncia exigida en el
apartado anterior cuando la comisión del delito
afecte a los intereses generales o a una pluralidad
de personas
Pues bien, la aplicación del requisito legal
expuesto de procedibilidad de las conductas
delictivas, no resulta ser cuestión pacífica en la
jurisprudencia; el estudio de un nutrido número
de resoluciones dictadas analizando su
concurrencia o su falta, ofrece hasta tres
enfoques diferentes en las respuestas de los
Tribunales, perfectamente sistematizadas en una
reciente Sentencia dictada por la Audiencia
Provincial de Las Palmas que, por su interés en la
concreción se extracta a continuación, junto a
otras que se alinean en las dos opciones
mayoritarias.
EDJ 2011/141620, SAP Las Palmas, sec. 1ª, de 17
marzo 2011, núm. 80/2011, rec. 163/2010. Pte:
Alemán Almeida, Secundino
La cuestión de "(...) si concurre o no el requisito
de procedibilidad previsto en el apartado 1º,
para acto seguido, hacer mención a la posible
excepción del apartado 2º relacionado con la
pluralidad de perjudicados.
(...) dista mucho -en contra de lo sostenido por
los recurrentes- de estar resuelta de un modo
pacífico en el ámbito de la doctrina emanada de
las distintas Audiencias.
La tesis favorable a su representatividad en
términos tales que se entienda cumplimentado el
indicado requisito de procedibilidad es
sostenido, entre otras por las SsAP de Madrid
314/2008, de 7 de julio -EDJ 2008/145777-; y de
Albacete 102/2004, de 10 de diciembre -EDJ
2004/248125-.
La primera de tales sentencias señala que "Como
establece el Real Decreto Legislativo 1/1996, de
12 de abril, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual,
regularizando, aclarando y armonizando las
disposiciones legales vigentes sobre la materia,
en el artículo 150 -EDL 1996/14925-.
"Legitimación.- Las entidades de gestión, una vez
autorizadas, estarán legitimadas en los términos
que resulten de sus propios estatutos, para
ejercer los derechos confiados a su gestión y
hacerlos valer en toda clase de procedimientos
administrativos o judiciales. Para acreditar dicha
legitimación, la entidad de gestión únicamente
deberá aportar al inicio del proceso copia de sus
estatutos y certificación acreditativa de su
autorización administrativa. El demandado sólo
podrá fundar su oposición en la falta de
representación de la actora, la autorización del
titular del derecho exclusivo o el pago de la
remuneración correspondiente".
Por lo tanto si legalmente tienen atribuida la
legitimación, y han ejercido esta en el
procedimiento penal, que precisamente se ha
incoado como consecuencia de la denuncia de
estas entidades, se ha cumplimentado el
requisito de procedibilidad que exige el art. 287.1
del Código Penal -EDL 1995/16398- ( y)."
La tesis contraria es mantenida, entre otras, por
las SsAP de Madrid 405/2006, de 16 de junio EDJ 2006/335194-; y de Sevilla 626/2004, de 22
de noviembre -EDJ 2004/251808-. Esta última
señala que "Ciertamente, en su aludida
Coordinadora:
Dª Gemma Gallego Sánchez
Magistrada
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I. Introducción
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Respuesta de los Tribunales
Número 3, abril de 2012
de Jurisprudencia
Revista
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“…la entidad de
Gestión deberá
acreditar cuanto
menos que las
entidades
perjudicadas sean
miembros de dicha
asociación, sin que
sea preciso en
cambio la
necesidad de
acreditar la
representación de
cada una de
ellas,…”
EL
D ERECHO
[EDITORES]
-----------8
declaración en juicio la representante de la
entidad de gestión se remitió respecto a su
legitimación a lo dispuesto en la legislación
vigente. En esta frase parece haber una alusión
implícita a la interpretación que la Sala Primera
del Tribunal Supremo ha efectuado del artículo
150 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad
Intelectual -EDL 1996/14925-, en dos sentencias
de 29 de octubre de 1999 -EDJ 1999/38811- ( y),
y posteriormente en la 1208/2001, de 18 de
diciembre -EDJ 2001/49217-, en el sentido de
que la expresión legal "derechos confiados a su
gestión" se refiere a aquellos derechos cuya
gestión in genere constituye, de acuerdo con los
estatutos, el objeto de actuación de la entidad de
gestión, no a los concretos derechos individuales
que, mediante contratos con los titulares de los
mismos o acuerdos con otras organizaciones de
idéntica finalidad, les hayan sido encomendados
para su gestión de suerte que no es necesaria la
acreditación documental de la relación
contractual establecida entre la entidad de
gestión con cada uno de los titulares del derecho
de autor afectados. Pero es evidente, de acuerdo
una vez más con la sentencia de la Sección
Séptima de esta Audiencia de 4 de septiembre de
2002, que esta doctrina jurisprudencial,
establecida para el proceso civil no puede ser
extrapolada al proceso penal, por la diferente
trascendencia de los intereses en juego en uno y
en otro y por la patente diferencia entre los
ilícitos civiles y los penales.
Una postura ecléctica que nos parece más
acertada desde la perspectiva de los intereses en
juego, es la sostenida, entre otras, por las SsAP de
Lleida 467/2004, de 8 de octubre -EDJ
2004/182151-; de Palencia 45/2003, de 5 de
noviembre -EDJ 2003/213090-; de Granada
575/2006, de 25 de septiembre -EDJ
2006/431679-; y de Huelva 238/2004, de 28 de
septiembre -EDJ 2004/197985-, de tal forma que
la entidad de Gestión deberá acreditar cuanto
menos que las entidades perjudicadas sean
miembros de dicha asociación, sin que sea
preciso en cambio la necesidad de acreditar la
representación de cada una de ellas, señalándose
sobre el particular que "La sentencia de la Sala
Primera del Tribunal Supremo de 29-10-99 -EDJ
1999/38811- parece dispensar a las entidades
gestoras de los derechos de la propiedad
intelectual -allí la Sociedad General de Autores y
Editores- de la necesidad de acreditar la
representación de cada uno de sus miembros y
asociados, para merecer el reconocimiento de
una suficiente legitimación, pero ello no excluye
la posibilidad de que se haga constar en el
proceso la identidad de los titulares de aquellos
derechos cuya gestión tiene confiada a la entidad
de que se trate."
II. Supuestos que aprecian la concurrencia del
requisito de procedibilidad
EDJ 2008/305804, SAP Cádiz, sec. 8ª, de 2
septiembre 2008, núm. 270/2008, rec. 91/2008.
Pte: Rodríguez Bermúdez de Castro, Ignacio
"(...) no debemos olvidar que a lo que se refiere
la Ley civil es a gestión de los derechos de autor,
pero en el presente asunto estamos en el ámbito
penal, en el que el CP -EDL 1995/16398establece una serie de presupuestos para que se
de el tipo penal.
Estamos en presencia de un delito, el del art. 270
-EDL 1995/16398- que debemos poner en
relación con lo establecido en el art. 287 del CP,
en el que se dice que se necesita la denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal.
En el presente caso no ha existido denuncia de la
persona agraviada, sino que ha sido la actuación
de la Guardia Civil, la que ha denunciado los
hechos, si bien a instancia de AFYVE, quien se
ha ratificado la denuncia y ha aportado los
documentos correspondientes.
Pero es que, además, aunque no se hubiera
producido tal denuncia por AFYVE, en el
número segundo del mentado art. 287 -EDL
1995/16398-, se señala una excepción, para
determinados supuestos, en los que el delito
adopta la condición de persecución pública
(afectar a intereses generales o a una pluralidad
de personas). Lo que significa una eliminación
de la condición de procedibilidad. El problema
que se plantea es el de la determinación de tales
expresiones (...).
(...) Mención especial merece el criterio de la
Audiencia Provincial de Soria expuesto en el
auto de fecha 12/11/01 -EDJ 2001/63705-, que
señala que"...aunque nuestro Tribunal Supremo
ha venido exigiendo un número alto de
víctimas en referencia a los preceptos en los
que se incluye la expresión "múltiples
perjudicados" dicha interpretación no es
trasladable sin más al art. 287.2° C. Penal
vigente -EDL 1995/16398- porque no hay
razones para sustentar una interpretación
restrictiva al tratarse de la eliminación de una
condición de perseguibilidad. A ello cabe
añadir que el vocablo "pluralidad" empleado
por el legislador penal debe ser interpretado tal
y como lo define el Diccionario de la Real
"1.- En cuanto al requisito de procedibilidad.
A la fecha de la comisión de los hechos,
septiembre del 2003, el artículo 287 del CP -EDL
1995/16398- exigía para su persecución penal la
denuncia de persona agraviada o de sus
representantes legales.
Tal requisito, por el contrario a lo que aduce la
apelante, sí concurre en el presente caso pues
existe denuncia previa de empresas titulares de
los derechos de propiedad intelectual
vulnerados por medio de su representante legal
en España BSA (folios 9, 14, y ss) bastando una
denuncia, ante la existencia de una pluralidad
de perjudicados, para la iniciación y
prosecución del procedimiento. La acreditación
de la representación del denunciante es
bastante a tenor de los documentos obrantes a
los folios 28 a 55. Consta asimismo denuncia
de la asociación ADESE, sin que afecte a tal
requisito de procedibilidad ya cumplido, un
eventual defecto de acreditación de
representación en ésta última, subsanable y
subsanado sin que, hasta ahora, la recurrente la
hubiere alegado."
EDJ 2010/347963, SAP Valencia de 22 noviembre
2010, núm. 708/2010, rec. 193/2010. Pte: Goded
Herrero, Beatriz
"Esta Sala entiende, como ya lo hiciera esta
misma Audiencia, en Sentencia de 14 Feb. 2006,
de su Sección 1 ª -EDJ 2006/260601-, que el
artículo 150 del Real Decreto Legislativo 1/1996,
de 12 de abril -EDL 1996/14925-, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley de
Propiedad Intelectual, legitima a CEDRO, en su
condición de entidad gestora, para ejercitar las
acciones civiles y penales que se deriven de los
derechos confiados a su gestión, bastando para
acreditar dicha legitimación con la aportación al
proceso de copia de sus estatutos y certificación
acreditativa de su autorización administrativa,
sin necesidad de acreditar la representación de
cada uno de sus miembros y asociados. La
legitimación de las entidades de gestión ha sido
refrendada por la sentencia de la Sala 1ª del
Tribunal Supremo de 8 de junio de 2007 -EDJ
2007/80207-, que confirma la jurisprudencia
anterior sobre la materia.
(...)
Se da la circunstancia, además, de que en el
presente caso la denuncia del Ministerio Fiscal
cumpliría el requisito de procedibilidad,
conforme a lo dispuesto en el número 2 del
precepto citado, pues a tenor de la relación de
perjudicados contenida en la denuncia
presentada en Fiscalía por la entidad de gestión,
el delito afectaría a una pluralidad de personas,
entendido en el sentido de que una pluralidad de
personas han resultado perjudicadas."
EDJ 2010/295502, SAP Madrid, sec. 16ª, de 23
noviembre 2010, núm. 712/2010, rec. 335/2010.
Pte: Hidalgo Abia, Miguel
"La juzgadora de instancia afirma que no se ha
acreditado que el acusado no había obtenido la
autorización de los titulares de los derechos de
propiedad intelectual. Lejos de ello, y partiendo
de la conclusión a la que hemos llegado en
cuanto al contenido del material incautado,
debemos significar que el informe pericial
concluye que todos los perjudicados están
plenamente representados y protegidos mediante
las entidades de gestión de propiedad intelectual
(AGEDI) y la sociedad general de autores y
editores (SGAE), reconocidas por el Ministerio
de Cultura conforme a lo dispuesto en la Ley de
Propiedad Intelectual -EDL 1996/14925-. Y aun
cuando estas entidades no se encuentran
personadas en las actuaciones, no es requisito de
procedibilidad la denuncia de los perjudicados
conforme a lo dispuesto en el artículo 287 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal -EDL 1882/1en la redacción dada al mismo por la LO 15/03 EDL 2003/127520-, habiendo ejercitado el
Ministerio Fiscal la acción civil en su nombre.
Por tanto, y teniendo en cuenta la cantidad de
obras intervenidas, la existencia de una relación
completa con indicación de los autores y los
títulos, junto con el informe pericial acreditativo
de que son copias inauténticas, todo ello es
suficiente para afirmar que se trata de obras
susceptibles de protección conforme a lo
dispuesto en la Ley de Propiedad Intelectual EDL 1996/14925-, sin que en el proceso exista
ningún principio de prueba que acredite o
permita dudar siquiera de la existencia de
autorización para que el acusado pudiera
explotar tales obras, máxime cuando la realidad
nos enseña que los discos y las películas
originales son los únicos productos que se
autorizan para su comercialización por los
titulares de los derechos de propiedad
intelectual. Es más, es un hecho notorio no sólo
tal falta de autorización de los titulares de los
derechos de propiedad intelectual, sino también
el grave daño y perjuicio que les ocasiona la
confección o grabación de copias piratas y su
venta al público."
III. Supuestos que no aprecian la concurrencia
del requisito de proecedibilidad
EDJ 2008/250611, SAP Sevilla, sec. 4ª, de 15 julio
2008, núm. 333/2008, rec. 8496/2007. Pte: Paúl
Velasco, José Manuel de
No puede por menos de reconocerse la razón
que asiste a la defensa en su crítica,
especialmente por lo que se refiere a la denuncias
(...)
(...) La denuncia de AFYVE cuyo párrafo
fundamental hemos transcrito está formulada en
términos de tal vaguedad que no ofrece la menor
precisión sobre el objeto del delito, más allá de
tratarse indiscriminadamente de "fonogramas y
videogramas", ni sobre los autores afectados por
la defraudación y abarca en su ámbito espacial la
totalidad de una ciudad en la que existen
centenares de puestos callejeros y mercadillos, de
modo que puede utilizarse indiscriminadamente
para legitimar cualquier intervención policial
que se produzca con posterioridad, incluso
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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EDJ 2009/78941, SAP Pontevedra, sec. 2ª, de 31
marzo 2009, núm. 66/2009, rec. 54/2009. Pte:
Cimadevila Cea, Rosario
Respuesta de los Tribunales
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Academia de la Lengua Española, es decir,
como "calidad de ser más de uno"; de modo
que debe optarse aquí por una interpretación
similar a la que la propia jurisprudencia
atribuye a otros preceptos en los que se exige
una "pluralidad de sujetos", aunque se trate de
normas de diferente naturaleza a la que centra
el debate del presente recurso de apelación
(por ejemplo, las que se refieren a las
asociaciones ilícitas. Por tanto, bastaría con que
estuvieran afectados tres o más sujetos titulares
de derechos de propiedad intelectual para que
fuese posible prescindir de la denuncia del
agraviado a los efectos de la persecución del
delito...".
(...)
Los hechos a los que se circunscribe la presente
causa se refieren a los Cds relacionados en los
folios 1199 y 120, y, por lo tanto existiendo una
pluralidad de perjudicados, a pesar de que no
hubiera existido denuncia o ejercicio de acciones
por parte de los mismos, es el Ministerio Público
el que ha ejercitado la acción penal que les
pudiese corresponder, es evidente que se cumple
la condición objetiva de procedibilidad prevista
en el art. 287.2 del Código Penal -EDL
1995/16398-."
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Respuesta de los Tribunales
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“Como quiera que
la Sociedad
General de
Autores y Editores
no es más que una
de las varias
entidades de
gestión de
derechos de autor
(…), su
legitimación para
"ejercer los
derechos de
propiedad
intelectual" (…),
está limitada,
como ambos
preceptos
precisan, a los
"derechos
confiados a su
gestión".”
EL
D ERECHO
[EDITORES]
-----------10
semanas o meses después, como ocurrió en este
caso. Algo similar puede decirse también de la
denuncia de la SGAE, aunque en este caso la
referencia genérica al objeto del delito se hace no
por su contenido sino por el tipo de soporte y, al
menos, se concreta el lugar de comisión a una
zona bien determinada, precisamente aquella en
la que la Policía Local abordó al acusado. De esta
suerte, las así llamadas denuncias, al menos la de
AFYVE, no puede considerarse que cumplan el
requisito de procedibilidad exigido a la sazón
por la ley, pues debe entenderse que la denuncia
ha de referirse a hechos concretos, determinados
y ya sucedidos en el momento de su
interposición, cosa que ni siquiera es posible
asegurar en el caso de autos.
(...)
Cuestión distinta, sin embargo, es la referente a
la legitimación como perjudicadas de las
entidades denunciantes, a lo que también se
refiere el recurso. Como quiera que la Sociedad
General de Autores y Editores no es más que una
de las varias entidades de gestión de derechos de
autor constituidas al amparo del título IV del
Texto Refundido de la Ley de Propiedad
Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996, de
12 de abril -EDL 1996/14925-), sin que ostente
un régimen de monopolio o una atribución "ex
lege" de funciones en este ámbito, su
legitimación para "ejercer los derechos de
propiedad intelectual" y para "hacerlos valer en
toda clase de procedimientos administrativos o
judiciales", en términos de los artículos 147 y
150 del citado Texto Refundido, está limitada,
como ambos preceptos precisan, a los "derechos
confiados a su gestión". En consecuencia, para
que su intervención pudiera cumplir el requisito
de procedibilidad establecido en el artículo 287.1
del Código Penal -EDL 1995/16398-, sería
preciso que hubiera acreditado tener confiada la
gestión de sus derechos patrimoniales por los
autores de las obras reproducidas, acreditación
que brilla por su ausencia en la causa. (...). Y más
claro es el caso de AFYVE -que actualmente ha
cambiado su denominación por la de
"Promusicae"- que, hasta donde sabe el Tribunal,
no es una entidad de gestión de derechos de
autor, sino una simple asociación empresarial de
productores musicales, que por mucho que
tenga entre sus fines estatutarios "el
reconocimiento, defensa y promoción de los
derechos de productores de fonogramas y
videogramas" (texto de la denuncia, folio 8) no
puede subrogarse, salvo por apoderamiento
expreso que no consta conferido, en decisiones
como la de interponer denuncias penales que
corresponden en exclusiva a los representantes
legales de sus empresas asociadas, que son por sí
mismas, y no la asociación que integran, las
"personas agraviadas" a que se refiere el artículo
287.1 del Código Penal.
La sentencia impugnada da por resuelta la
cuestión que nos ocupa señalando
apodícticamente que en los discos compactos
intervenidos por la Policía "se habían
reproducido obras de los diversos artistas, sin la
debida autorización de las entidades que
gestionan sus derechos, Sociedad General de
Autores y Editores, así como de las productoras
fonográficas (AFYVE)". Pero no es posible saber
de dónde extrae la resolución recurrida las bases
para la triple afirmación que en la frase
transcrita se da por supuesta, es decir: ni que la
SGAE gestione los derechos de los autores cuyas
obras reproducían los discos intervenidos, ni que
la AFYVE gestione derecho alguno, ni que las
compañías productoras de los discos pirateados
estén afiliadas a esta segunda asociación.
(...)
Como consecuencia de cuanto se lleva expuesto,
como quiera que ninguna de las dos entidades
que han actuado como denunciantes en esta
causa ostenta la representación legal de las
personas presuntamente agraviadas por los
hechos, y como tampoco consta que esas
personas le hubieran confiado la gestión de sus
derechos de propiedad intelectual, no cabe otra
conclusión que la de no haberse cumplido la
condición objetiva de perseguibilidad establecida
en el artículo 287.1 del Código Penal -EDL
1995/16398-, en su redacción aplicable ratione
temporis, y consistente en la previa denuncia del
agraviado o su representante legal."
EDJ 2009/323139, SAP Barcelona, sec. 8ª, de 19
noviembre 2009, núm. 709/2009, rec. 113/2009.
Pte: Armas Galve, Mª Mercedes
"Téngase en cuenta que el redactado del artículo
287 CP -EDL 1995/16398- limita la
perseguibilidad de los delitos contra la
propiedad intelectual a la figura del agraviado o
su representante legal, ampliando la legitimación
activa en los casos de afectación de los intereses
generales o de una pluralidad de personas. Se
adivina una filosofía de fondo en la
determinación de la perseguibilidad de las
infracciones de propiedad intelectual: se trata de
evitar la criminalización de conductas ya de por
sí ampliamente identificables con las
infracciones civiles, limitando la utilización de la
vía penal a supuestos en que existe un claro
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de Jurisprudencia
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Respuesta de los Tribunales
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interés directamente identificable, cuando las
conductas no alcanzan especial relevancia en
función de los intereses generales o la pluralidad
de afectados y, en todo caso, compensando la
limitación con la exigencia de mera denuncia y
no de querella. Dicha interpretación queda
confirmada, además, con la utilización del
término agraviado, es decir quien, según
interpreta la doctrina más autorizada, sufre
directamente las consecuencias de la acción
típica, esto es, en el caso que nos ocupa, el titular
de lo derechos sobre los juegos electrónicos por
expresa delegación a la Entidad de Gestión
correspondiente pero, en tal caso, y a entender
de esta Sala, debe acreditarse por parte de la
Entidad la adhesión del titular de los derechos,
sin que pueda admitirse la presunción de
legitimidad activa, contraria a reo, o, en otros
términos, la admisión en el proceso penal de
prueba diabólica por el acusado, tratando de
demostrar la ausencia de legitimación del
denunciante.
Así las cosas -y extendiendo lo razonado a la otra
asociación denunciante, en cuyos poderes ni
siquiera se menciona el apoderamiento de
entidad alguna- al ser acogido el primero de los
motivos del recurso de apelación (...).
(...) corresponde el dictado de un fallo
absolutorio, con la consecuente revocación de la
sentencia dictada en 1ª Instancia."
mencionado Titulo, suprimiendo las Secciones
1ª y 2ª, donde se regulan los delitos contra la
propiedad intelectual. Sin embargo, la
desaparición del mencionado requisito en nada
afecta a la necesidad de que se acrediten los
elementos o requisitos del tipo, pues antes y
ahora, se exige que la acción típica, en este caso,
reproducción de obras cinematográficas, se lleve
a cabo sin la autorización de los titulares de los
correspondientes derechos de propiedad
intelectual o de sus cesionarios, requisito del tipo
cuya probanza recae sobre la acusación.
Al respecto, también es cierto que las máximas
de la experiencia demuestran que las copias de
películas y de Cds que se venden en la
modalidad denominada de "top manta" no se
caracterizan precisamente por estar autorizadas
por los titulares de los correspondientes
derechos. Pero en el ámbito de un procedimiento
penal un elemento del tipo no puede presumirse.
Por tanto debe traerse al acto del juicio a las
entidades titulares de los derechos o a las
asociaciones correspondientes, de la misma
manera que se exige la comparecencia del
propietario de una cartera, (cuando nos
enfrentamos al enjuiciamiento de un delito de
hurto) a fin de preguntarle si la cartera estaba en
manos de un tercero en contra de su voluntad o
no.
Pues bien, en el presente caso, y sobre tal
particular existe un vacío probatorio. La entidad
EGEDA no fue oída en fase de instrucción, solo
consta que a través de la Policía Municipal se le
hizo el ofrecimiento de acciones. Y aunque sí fue
objeto de citación para el acto del juicio a
instancia del Ministerio Fiscal, resulta que no
compareció, con lo que se aquietó el Mº Fiscal
renunciando a dicha prueba.
Lo anteriormente expuesto justifica por sí solo el
mantenimiento de la absolución, sin necesidad
de entrar a discutir otras razones que se han
barajado en la sentencia de instancia y que
también se rebaten en el recurso."
EDJ 2010/297100, SAP Madrid, sec. 30ª, de 9
septiembre 2010, núm. 266/2010, rec. 207/2010.
Pte: Oliván Lacasta, Pilar
--
"Como ya se ha pronunciado en varias ocasiones
esta misma Sección, siguiendo también las
pautas establecidas en sentencias dictadas en esta
misma Audiencia Provincial, Sección XV, aunque
el actual art. 287 del CP -EDL 1995/16398-, tras
la reforma legal operada, solo se refiere a la
denuncia del perjudicado como requisito de
procedibilidad respecto a la Sección 3ª del
“…la desaparición
del mencionado
requisito en nada
afecta a la
necesidad de que
se acrediten los
elementos o
requisitos del tipo,
pues antes y
ahora, se exige
que la acción
típica,…”
D ERECHO
[EDITORES]
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Reseñas
Número 3, abril de 2012
de Jurisprudencia
Revista
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Reseñas de Jurisprudencia
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“...resulta
particularmente
relevante si se
tiene en cuenta
que la acción se
ejercita por el
socio que gestionó
el otorgamiento
de la escritura, ha
sido administrador
único y ha dejado
constancia
documental del
desembolso de las
acciones.”
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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Civil
STS 1ª, 17 enero 2012, Rec. 1444/2007, EDJ 2012/24605
Ponente:
Gimeno-Bayon Cobos, D. Rafael
En contra del orden público, seguridad y garantía de las transacciones
comerciales
Abuso de derecho en el ejercicio de la acción de nulidad y
liquidación de sociedad anónima
Acuerda el TS desestimar el recurso de casación interpuesto con motivo de la declaración de nulidad y
liquidación instada de la sociedad anónima ahora recurrente, con base en la existencia de una simulación
absoluta y en la infracción de la obligación de desembolso de la cuarta parte del valor nominal de cada
una de las acciones impuesto por la LSA 1951 aplicable al caso de autos, y contra la sentencia de apelación
que confirmó la desestimación en la instancia.
Frente a las apreciaciones del recurrente que afirma la nulidad radical en tanto existió simulación
absoluta del contrato, dos de los socios fundadores demandados no efectuaron desembolso
alguno y resultando además que la Ley exige una efectiva correspondencia entre el capital y el
patrimonio de la sociedad anónima, señala la Sala que hay que confirmar el pronunciamiento de
la sentencia recurrida, partiendo de una interpretación restrictiva de las causas de nulidad de las
sociedades inscritas, y centrándose en supuestos, como el presente, en el que la acción se ejercita
de forma claramente desviada respecto de su finalidad -el orden público económico y la seguridad
y garantía de las transacciones comerciales en un mercado estable-, así como dando por sentado
que se trata del ejercicio abusivo del derecho y contrario a la buena fe, como lo demuestra la
recurrente al cuestionar que la sociedad esté capitalizada una vez desplegada su actividad durante
trece años, así como que el valor de su patrimonio no supere la cifra marcada por la ley respecto
al capital social.
"...Lo hasta ahora expuesto cobra especial relevancia en supuestos como el presente en el que la acción se
ejercita de forma claramente desviada respecto de su finalidad -el orden público económico y la seguridad
y garantía de las transacciones comerciales en un mercado estable-, o como sostiene la sentencia recurrida
"evidenciando que la acción esgrimida está violentando la previsión del artículo 7 del Código Civil, al
suponer un ejercicio abusivo del derecho y contrario a la buena fe", ya que, no se cuestiona que la sociedad
está capitalizada después de desplegar su actividad durante trece años y tampoco que el valor de su
patrimonio supera la cifra del capital social.
44. Además resulta particularmente relevante si se tiene en cuenta que la acción se ejercita por el socio que
gestionó el otorgamiento de la escritura, ha sido administrador único y ha dejado constancia documental
del desembolso de las acciones."
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Revista
Reseñas
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Penal
STS 2ª, 23 febrero 2012, Rec. 652/2011, EDJ 2012/24628
Ponente:
Ramos Gancedo, D. Diego Antonio
Por negativa a desvelar la identidad del testigo protegido
Vulneración del derecho a la defensa
Interponen recurso de casación los condenados por un delito contra la salud pública. Entre otros motivos,
alegan que la defensa solicitó del Tribunal en su escrito de conclusiones provisionales "la identificación
del testigo protegido con el fin de conocer la existencia de posibles móviles que condicionaran su
testimonio" y no obtuvo respuesta hasta el día de inicio del juicio oral que desestimó la pretensión. El TS
estima el recurso y dicta segunda sentencia por la que absuelve a los recurrentes del expresado delito, por
cuanto el pronunciamiento condenatorio se ha sustentado esencialmente en una prueba que ha
quebrantado el derecho de defensa del acusado y, por tanto, ilícita, inconstitucional y sin eficacia
probatoria, ya que con la negativa de la Sala a desvelar la identidad del testigo protegido, se imposibilitó,
al menos, se dificultó muy gravemente, el derecho de defensa.
para su integridad derivado de su testimonio incriminatorio, en un mundo tan peligroso como el del
tráfico de drogas....", única razón que aduce el Auto de la Audiencia Provincial para no desvelar la
identidad del testigo de cargo protegido y anónimo. (…)
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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"PRIMERO.- Los acusados, Martina, Florencio y Eduardo, fueron condenados por la Audiencia Provincial
de Murcia como responsables en concepto de autores de un delito contra la salud pública del art. 368 C.P.,
inciso primero referido a tráfico de drogas que causan grave daño a la salud. (…)
TERCERO.- El recurso debe ser estimado. Y ello es así porque una de las protestas casacionales consiste
en que la defensa solicitó del Tribunal en su escrito de conclusiones provisionales "la identificación del
testigo protegido con el fin de conocer la existencia de posibles móviles que condicionaran su testimonio".
(…)
Esta solicitud se hizo en 22 de enero de 2010, no recibiendo respuesta alguna por parte del Tribunal en el
Auto de admisión y denegación de pruebas de 25 de febrero, ante lo cual se interpuso recurso de súplica
de 23 de abril, reiterando que se facilitara la identidad del testigo protegido como elemento esencial para
ejercitar la defensa. Tampoco el Tribunal resolvió al respecto hasta el Auto de 25 de octubre, que desestimó
la pretensión, notificado el mismo día de inicio del Juicio Oral, formulándose la correspondiente protesta
por la defensa en el trámite de cuestiones previas.
La doctrina de este Tribunal Supremo sobre los testigos protegidos establece que el derecho a la tutela
judicial efectiva reconocido en el art. 24.1 CE comporta que en todo proceso debe respetarse el derecho a
la defensa contradictoria, que se erige así en la piedra angular de todo el elenco de garantías diseñado en
el párrafo segundo de aquel precepto, configuradas como otros tantos derechos fundamentales. La
interdicción de la indefensión reclama un cuidadoso esfuerzo de los Tribunales para preservar el derecho
de defensa de todas las partes ( STC 112/89). Pero la indefensión constitucional tiene un significado
material que no coincide enteramente con el concepto jurídico procesal ( STC 70/84).
(…)
CUARTO.- En el caso que tenemos ahora que resolver estamos ante un testigo anónimo para la defensa
del acusado cuya identidad nunca le fue desvelada a pesar de haberlo solicitado fundadamente al elaborar
su escrito de calificación provisional, sin haber obtenido respuesta desde ese momento hasta que nueve
meses más tarde se le notifica el Auto desestimatorio de aquella pretensión coincidiendo con la
celebración del juicio.
Es claro, según la doctrina antes consignada, que con ello se imposibilitó, al menos, se dificultó muy
gravemente el derecho de defensa. Pero, además, y al estar en juego unos valores tan relevantes como
contrapuestos, -la integridad física del testigo protegido y el derecho a la defensa del acusado- la
resolución judicial que sacrificaba este último, debería haber estado especialmente motivada y
fundamentada en buenas razones objetivas que revelaran un riesgo cierto y real para el testigo proveniente
de los acusados en caso de ser conocido por éstos. La motivación de una resolución tan trascendente no
puede consistir en una vaga e indefinida referencia a que su identificación ".... puede generarle un peligro
“...el derecho a la
tutela judicial
efectiva
reconocido en el
art. 24.1 CE
comporta que en
todo proceso debe
respetarse el
derecho a la
defensa
contradictoria,...”
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Reseñas
Número 3, abril de 2012
de Jurisprudencia
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Y, de este modo sale al paso del riesgo de convertir la excepción que contempla la Ley Orgánica 19/1994,
en regla general que, lamentablemente, está proliferando en los últimos tiempos.
En esta tesitura debe prevalecer el derecho a la defensa para no retrotraernos a tenebrosos tiempos
inquisitoriales de todos conocidos y a más modernas situaciones de regímenes totalitarios en los que al
amparo de una denuncia o imputación anónima se conseguían intereses y beneficios bastardos por el
desconocido denunciante, sin posibilidad para el acusado de desacreditar a aquél poniendo de manifiesto
los motivos espurios que hubieran podido impulsar al denunciante o acusador.
En consecuencia, debemos declarar que el pronunciamiento condenatorio se ha sustentado esencialmente
en una prueba que ha quebrantado el derecho de defensa del acusado y, por tanto, ilícita, inconstitucional
y sin eficacia probatoria, por lo que la reclamación casacional debe ser estimada, debiéndose casar y anular
la sentencia de instancia sin necesidad de examinar el resto de los motivos formulados por el recurrente,
y dictar nueva sentencia en la que se declare la absolución de los acusados."
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“...el objeto de la
tasa que se
expresa dista
mucho de lo
establecido en la
Directiva 97/13/CE
y en la 2002/20 CE
ya que está
sirviendo para
financiar gastos o
inversiones que
ninguna relación
guardan con la
gestión, control y
ejecución del
régimen
establecido en la
Ley General de
Telecomunicaciones,...”
EL
D ERECHO
[EDITORES]
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Contencioso-administrativo
STS 3ª, S. de 9 febrero 2012, EDJ 2012/21122, Recurso 5288/2008
Ponente:
D. Juan Gonzalo Martínez Micó
Al no acreditar la CMT los costes de administración
Nulidad de la tasa anual girada a telefónica por autorizaciones
generales
El TS estima parcialmente el recurso de casación interpuesto por Telefónica España contra la sentencia
dictada por la Audiencia Nacional que declaró conforme a derecho la resolución del TEAC por la que se
confirmaba la liquidación de la tasa por autorizaciones generales y licencias individuales, correspondiente
al ejercicio de 2004, sentencia que se revoca en el sentido de anular la liquidación objeto del presente
recurso.
La Sala considera que la Directiva 97/13/CE no se opone a que los Estados miembros determinen el
importe de una tasa sobre la base de los ingresos brutos de explotación de los sujetos pasivos ni se opone
a que se imponga, de manera periódica, a los titulares de autorizaciones generales una tasa destinada a
sufragar los gastos administrativos relacionados con los procedimientos de autorización general, como la
tasa anual controvertida en este recurso. Dicho esto, la Sala anula la liquidación girada por la CMT ante
la falta de datos y anta las oscuridades propiciadas por la propia Administración para comprobar si la tasa
excedió del total de los costes correspondientes a la expedición, la gestión, el control y la ejecución del
régimen de autorización general.
"...En lo que atañe a la cuestión de si los Estados miembros pueden determinar, como es el caso de la
normativa controvertida en el presente recurso, el importe de esta tasa sobre la base de los ingresos brutos
de explotación de los sujetos pasivos, debe considerarse que se trata de un criterio objetivo, transparente
y no discriminatorio. Por otro lado, este criterio de determinación no deja de estar relacionado con los
costes en que incurre la autoridad nacional competente.
Por consiguiente, la Directiva 97/13 no se opone a que los Estados miembros determinen el importe de
una tasa con arreglo al artículo 6 de esta misma Directiva sobre la base de los ingresos brutos de
explotación de los sujetos pasivos.
3. Teniendo en cuenta el carácter de la sentencia dictada, es decir, su vinculación para el órgano
jurisdiccional nacional remitente de la cuestión prejudicial y su retroactividad, así como el contenido del
pronunciamiento de la misma, procede casar la sentencia recurrida y, constituida en Sala de instancia,
llevar a efecto la comprobación contenida en el fallo de la sentencia en orden a determinar si la tasa
general de operadores cumple el requisito establecido en la Directiva Comunitaria 97/13 CE, es decir, que
su destino sea el de sufragar los gastos administrativos relacionados con los procedimientos de
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Revista
Reseñas
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expedición, gestión, control y ejecución de las autorizaciones generales y si sus ingresos no exceden del
total de gastos administrativos mencionados.
Como puede apreciarse, el objeto de la tasa que se expresa dista mucho de lo establecido en la Directiva
97/13/CE y en la 2002/20 CE ya que está sirviendo para financiar gastos o inversiones que ninguna
relación guardan con la gestión, control y ejecución del régimen establecido en la Ley General de
Telecomunicaciones, a lo que se refiere la sentencia del Tribunal de Justicia.
La única conclusión válida es que CMT consigue con la exacción de la tasa unos ingresos sustancialmente
superiores a los gastos, como se acredita en las periciales judiciales."
Social
Ponente:
de Castro Fernandez, D. Luis Fernando
No exonera del pago de indemnización por cese y falta de preaviso
Justificada extinción de contrato por causas económicas con
amortización de puesto
Estima el TS el recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por la trabajadora
despedida contra sentencia que le denegó la indemnización legal reclamada y los salarios de preaviso.
Entiende la Sala que, si bien en el caso de autos está justificada la amortización del puesto de trabajo
acordada por causas económicas y, por tanto, la extinción contractual es procedente, debería haberse
acogido la pretensión subsidiaria de la recurrente sobre condena al abono de la cantidad solicitada, pues
la extinción contractual por causas objetivas exige, entre otros, el requisito de la puesta a disposición de
la indemnización y la concesión del preaviso, sin que los problemas económicos alegados para justificar
la extinción sirvan también para excluir el pago de los conceptos reclamados.
"...El precedente argumento ni como tal ofrece apreciable solidez ni como afirmación tiene adecuado
soporte normativo, pues el sistema legalmente establecido para la extinción contractual por causas
objetivas - art. 53.1 ET- impone tres requisitos para la validez formal de tales ceses (comunicación escrita;
puesta a disposición de la indemnización; y concesión del plazo de preaviso de un mes o alternativo abono
de los salarios correspondientes a dicho periodo), y la posible elusión legal de la simultánea puesta a
disposición -con la comunicación extintiva- de la indemnización y del importe correspondiente al preaviso
no observado tiene la exclusiva finalidad de evitar el pronunciamiento de nulidad que en principio
comportaría el incumplimiento de aquellos requisitos ( art. 53.1.4 ET), hasta el punto de que la propia
norma se cuida de disponer (inciso final del apartado segundo del art. 53.1.b) ET) que tal exención de
simultánea puesta a disposición se entiende "sin perjuicio del derecho del trabajador de exigir de aquél (el
empresario) su abono cuando tenga efectividad la decisión extintiva"; mandato que ha de complementarse
con el efectuado por el art. 53.5.a) ET, respecto de que cuando la autoridad judicial califique como
procedente la extinción, "el trabajador tendrá derecho a la indemnización prevista..., consolidándola de
haberla recibido", con lo que resulta razonable colegir que de no haberla percibido, la declaración de
"consolidación" habrá de ser sustituida por la de condena a su abono. Y aunque en teoría pudieran
suscitarse dudas -que en principio no compartimos, a la vista de la redacción del precepto- respecto de si
en todo caso procedería efectuar de oficio un pronunciamiento judicial sobre tal débito, lo que se presenta
inequívocamente claro es que solicitado el mismo por el trabajador (es el supuesto de las decisiones
contrastadas), la sentencia que declare la procedencia de la extinción por la concurrencia de causa legal, en
todo caso ha de acoger la pretensión subsidiaria sobre condena al abono de los conceptos (indemnizatorio
por el cese; y resarcitorio por el preaviso incumplido) todavía no satisfechos, puesto que legalmente
procede, conforme se ha indicado, y con ella no se incurre en indebida acumulación de acciones, al tratarse
de una consecuencia legalmente prevista para la procedencia del despido por causas objetivas."
“...la sentencia
que declare la
procedencia de la
extinción por la
concurrencia de
causa legal, en
todo caso ha de
acoger la
pretensión
subsidiaria sobre
condena al abono
de los conceptos
(indemnizatorio
por el cese; y
resarcitorio por el
preaviso
incumplido)
todavía no
satisfechos,...”
EL
D ERECHO
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STS 4ª, 7 febrero 2012, Rec. 649/2011, EDJ 2012/26409
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Breves
Número 3, abril de 2012
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Breves
Obligación de embarque de pasajeros por pasarela
En sentencia del juzgado de lo mercantil nº3 de Alicante se rechaza la reclamación de Ryanair en
relación a la posibilidad de realizar el embarco y desembarco de pasajeros a pie -EDJ 2012/40275-. Se
considera justificado el uso de las pasarelas telescópicas en aras a garantizar la seguridad en las
instalaciones, así como niega que su empleo pueda perjudicar al modelo del negocio ni genere
desventaja competitiva en ningún caso a la cita compañía.
Inaplicación de la atenuante de arrebato y confesión en delito de asesinato
Revista de
Jurisprudencia
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EL
D ERECHO
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El TSJ de Cataluña en sentencia de 23 de enero de 2012 -EDJ 2012/17870- desestima el recurso de
apelación interpuesto contra sentencia que condenó por asesinato al marido que se acercó a su esposa
en una calle y le asestó tres puñaladas en el corazón con un cuchillo que llevaba escondido en una bolsa,
sin que ella pudiera defenderse. El Jurado dedujo lo sorpresivo del ataque porque, según el informe
forense, hubo ausencia de cualquier signo de defensa de la víctima. La defensa, por su parte, sostenía
que era aplicable la atenuante de arrebato u obcecación. Sin embargo, el TSJ Cataluña afirma que
nuestra sociedad no puede admitir en modo alguno la reacción de dar muerte a una mujer porque haya
separación conyugal, por su desafecto o incluso porque aquélla inicie otras relaciones. Se considera
inaceptable la reacción de violencia suma del acusado y se imponen sanciones penales rigurosas.
Pretender que a la vez pueda ser una reacción merecedora de alguna atenuación es una contradicción,
En cuanto a la atenuante de confesión - ya que el autor tras cometer el crimen se dirigió a la comisaría
de policía- tampoco el TSJ considera que fuera de aplicación ya que el hecho lo cometió en plena calle
y por tanto con evidencia de su autoría.
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