Revista de Jurisprudencia ------ Año VIII - Número 3, abril 2012 www.elderecho.com --------------------- Pág. 1 El control jurisdiccional en materia deportiva Por D. Diego Córdoba Castroverde. Presidente de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional RESPUESTA DE LOS TRIBUNALES Pág. 6 Penal El requisito de procedibilidad en los delitos contra la propiedad intelectual Dª Gemma Gallego Sánchez. Magistrada RESEÑAS DE JURISPRUDENCIA Pág. 11 Civil • Abuso de derecho en el ejercicio de la acción de nulidad y liquidación de sociedad anónima Penal • Vulneración del derecho a la defensa Contencioso-administrativo • Nulidad de la tasa anual girada a telefónica por autorizaciones generales Social • Justificada extinción de contrato por causas económicas con amortización de puesto BREVES [EDITORES] El comentario Sumario EL COMENTARIO ELD ERECHO El control jurisdiccional en materia deportiva Por D. Diego Córdoba Castroverde Presidente de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional I. Introducción Uno de los principales problemas que plantea el control jurisdiccional de la actividad administrativa en materia de deporte es la falta de claridad de la regulación, caracterizada por su ambigüedad e indefinición, posibilitando posturas contradictorias y numerosos recursos en esta materia. Y sin duda esta ambigüedad en gran medida tiene su origen en dos cuestiones concretas: 1º) La doble naturaleza: pública y privada de las Federaciones deportivas; 2) La delimitación de las funciones públicas y privadas que ejercen las Federaciones deportivas. 1. La doble naturaleza: pública y privada de las Federaciones deportivas Pág. 16 Ya el Tribunal Constitucional en su Sentencia 67/1985 -EDJ 1985/67- afirmaba que las Federaciones aparecen configuradas como asociaciones de carácter privado, a las que se atribuyen funciones públicas de carácter administrativo. Fue posteriormente la Ley 10/1990 del Deporte - EDL 1990/14774- la que recogió esta doble naturaleza jurídica afirmando en su Preámbulo: "Por primera vez se reconoce en la legislación la naturaleza jurídico-privada de las Federaciones, al tiempo que se les atribuyen funciones públicas de carácter administrativo. Es en esta última dimensión en la que se sustentan las diferentes reglas de tutela y control que la Administración del Estado puede ejercer sobre las Federaciones y que la Ley, cautelarmente, ha establecido con un absoluto y exquisito respeto de los principios de autoorganización que resultan compatibles con la vigilancia y protección de los intereses públicos en presencia", lo cual se refleja en el art. 30,1 al afirmar que "Las Federaciones deportivas españolas son Entidades privadas, con personalidad jurídica propia, cuyo ámbito de actuación se extiende al conjunto del territorio del Estado, en el desarrollo de las competencias que le son propias (...)" y en el apartado segundo de este mismo precepto se añade "Las Federaciones deportivas españolas, además de sus propias atribuciones, ejercen, por delegación, funciones públicas de carácter administrativo, actuando en este caso como agentes colaboradores de la Administración pública". Continúa en la página 2 1 ------------- El Comentario Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ----------------------------- Esta doble naturaleza pública y privada ha sido reiteradamente corroborada y utilizada por la jurisprudencia para establecer un diferente régimen jurídico para sus actos (entre ellas STS de 22 diciembre 2010 -EDJ 2010/290688-). ------------ “…la publicación de los resultados de las competiciones deportivas no puede sino considerarse la fase final del proceso competitivo cuya organización compete a las federaciones, ejerciendo por delegación funciones públicas de carácter administrativo al amparo del citado precepto, y ello tiene consecuencia en materia de protección de datos:…” EL D ERECHO [EDITORES] -----------2 2. La delimitación de las funciones públicas y privadas que ejercen las Federaciones deportivas La delimitación de cuando las Federaciones Deportivas ejercen funciones públicas o cuando son privadas, ha sido uno de los problemas que han centrado la atención de la jurisprudencia. No siempre está clara esta delimitación y de su definición depende la solución de muchos problemas: la competencia del Consejo Superior de Deportes para conocer y resolver una materia, el posterior control por la jurisdicción contencioso-administrativa; la legitimación de las Federaciones Deportivas para recurrir, etc. E incluso cuestiones aparentemente más alejadas como la posibilidad de sancionarlas en materia de protección de datos. Los Tribunales contencioso-administrativos han procurado delimitar, a través de su jurisprudencia, los supuestos en los que las Federaciones ejercen tales funciones públicas por delegación de la Administración: a) Entre tales funciones públicas se encuentran las relativas a la calificación y organización de las actividades y competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal, (SAN, Sala Contencioso en su Sentencia de 18-3-2003, rec. apelación 1/2003 EDJ 2003/253222-). b) La posibilidad de regular los procesos electorales de la Federaciones Deportivas. En varias Sentencias de la Sala contencioso de la Audiencia Nacional (SAN de 26 febrero 2009 (rec. 6/2007) -EDJ 2009/17477- y Sentencia de 23 julio 2009 (rec. 7/2007) -EDJ 2009/173465-) se ha considerado que son estas funciones públicas de carácter administrativo por parte de las federaciones deportivas lo que avala las diferentes reglas de tutela y control que la Administración del Estado puede ejercitar sobre las mismas y que la propia Ley del Deporte -EDL 1990/14774- remite al desarrollo reglamentario, por lo que la regulación de sus procesos electorales se fundamenta en el control del Estado subyacente al ejercicio de funciones públicas delegadas. Y en la SAN, Contencioso-administrativo, de 30 septiembre 2009 (rec. 93/2008) -EDJ 2009/230911- que abordaba la legalidad de una Orden Ministerial que regulaba el proceso electoral de una Federación Deportiva -EDL 2007/211659- añade una importante consideración respecto a la posible contradicción de una norma administrativa nacional con la normativa privada de FIFA que "Tampoco puede acogerse la pretendida nulidad de la Orden impugnada por su supuesta incompatibilidad con la normativa FIFA y su Código Electoral, pues la validez o nulidad de una disposición general de carácter administrativo como la que nos ocupa no puede enjuiciarse desde la perspectiva de una normativa privada por la que se rige una federación privada internacional sino con arreglo al sistema de fuentes previsto en nuestro ordenamiento jurídico, integrado por la Constitución, las Leyes y Reglamentos que lo conforman, el derecho comunitario y los Tratados Internacionales suscritos por España, quedando al margen las normas internas de las federaciones internacionales deportivas, pues las Federaciones Deportivas españolas en su faceta privada quedarán sometidas a la normativa de aquellas organizaciones internacional en las que se integren pero sin desconocer que están, en todo caso, sujetas al ordenamiento jurídico nacional, que no podrán infringir. Es por ello que procede rechazar este motivo de impugnación sin necesidad de entrar a considerar si existe o no la pretendida contradicción entre la normativa reglamentaria impugnada y las previsiones contenidas en la Federación Internacional de Fútbol". c) Protección de Datos, respecto de los datos publicados por Federaciones deportivas. Otras consecuencias del ejercicio de funciones públicas por parte de las Federaciones Deportivas se pueden encontrar en materia de protección de datos. Así en la SAN, Sala Contencioso, sec. 1ª, de 1 abril 2011 (rec. 323/2010) -EDJ 2011/31034- en la que se discutía una sanción impuesta por la Agencia de Protección de Datos a una Federación Deportiva por haber publicado los resultado de una competición oficial en la página web oficial de dicha federación en la que constaban los datos de participantes menores de edad con su DNI, nombre y apellidos, fecha de nacimiento y el club al que pertenecían, la Sala considera que la publicación de los resultados de las competiciones deportivas no puede sino considerarse la fase final del proceso competitivo cuya organización compete a las federaciones, ejerciendo por delegación funciones públicas de carácter administrativo al amparo del citado precepto, y ello tiene consecuencia en materia de protección de datos: en primer lugar porque las infracciones en materia de protección de datos ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista El Comentario ----------------------------- II. Alcance de la jurisdicción del orden contencioso-administrativo Centrándonos en la competencia de la jurisdicción contencioso-administrativa en esta materia, el problema, en términos generales, se podría plantear como sigue: si nos encontramos ante funciones públicas ejercidas por la Federación correspondiente por delegación de la Administración la competencia sería de la jurisdicción contencioso administrativa mientras que si, por el contrario consideramos que una determinada actuación se ejerce en cuanto entidad privada, en materias propias de autoorganización federativa, su revisión nunca procedería en vía contencioso administrativa sino ante los órganos jurisdiccionales civiles o sociales (así lo consideró la SAN, Sala Contencioso, sec. 3ª, de 4 julio 2007 (rec. 47/2007) -EDJ 2007/85545-). Diversas cuestiones se plantean respecto de dicho control jurisdiccional: 1. Competencia y recursos El art. 9,1 de la Ley jurisdicción contenciosoadministrativa -EDL 1998/44323-, tras la modificación operada por la Disp. Final Segunda de la LO 7/2006, de 21 noviembre, de protección de la salud y lucha contra el dopaje en el deporte -EDL 2006/288175-, atribuye a los Juzgados Centrales de lo Contencioso-administrativo conocer de los recursos que se deduzcan frente a los actos administrativos que tengan por objeto: “f) En única o primera instancia, de las resoluciones que, en vía de fiscalización, sean dictadas por el Comité Español de Disciplina Deportiva en materia de disciplina deportiva", que se tramitará por el procedimiento abreviado. La STS, Sala 3ª, sec. 1ª, de 17 junio 2010 (rec. 40/2010) -EDJ 2010/133441- trataba de resolver una cuestión de competencia entre un Juzgado Central de la Audiencia Nacional y el TSJ de Cataluña. El problema se centraba, por tanto, en determinar si la norma DE competencia específica contenida en el art. 9,f) de la LJ -EDL 1998/44323- introducida por la Ley del Dopaje EDL 2006/288175- que atribuía el conocimiento de las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva a los Juzgados Centrales se refería exclusivamente a los asuntos relativos al dopaje o abarcaba todas las decisiones, cualquiera que fuese la materia deportiva, dictadas por dicho Comité. El problema se complicaba porque la Disposición Final había modificado también el apartado primero del art. 78 de la Ley 29/1998, de 13 julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa para disponer que "Los Juzgados de lo ContenciosoAdministrativo y, en su caso, los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo de este Orden Jurisdiccional conocen, por el procedimiento abreviado, de los asuntos de su competencia que se susciten sobre (...) asuntos de disciplina deportiva en materia de dopaje (...)" por lo que podía entenderse que los Juzgados Centrales tan solo conocían de las resoluciones de dicho Comité en asuntos de disciplina deportiva en materia de dopaje, pero no en las restantes materias deportivas. La STS -EDJ 2010/133441- consideró que esta última previsión "simplemente indica que los asuntos de disciplina deportiva en materia de dopaje han de tramitarse por el procedimiento abreviado, a diferencia del resto de los asuntos de disciplina deportiva cuya competencia corresponde también a los Juzgados Centrales". Llegando a la siguiente conclusión "tras la reforma introducida por la LO 7/2006 -EDL 2006/288175-, los Juzgados Centrales de lo Contencioso Administrativo conocerán de las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva, en materia de disciplina deportiva, según lo dispuesto en el artículo 9.f) LJCA -EDL 1998/44323-, si bien aquellas dictados en asuntos de dopaje se tramitarán por el procedimiento abreviado, como preceptúa el artículo 78.1 del mismo texto legal". También se ha señalado que no cabe recurso de apelación contra las resoluciones, incluidas las dictadas en materia cautelar, por los Juzgados Centrales de lo Contencioso-administrativo (SAN, Contencioso, sec. 3ª de 11 mayo 2010 (rec. 71/2009)) -EDJ 2010/81335-. 2. Legitimación de las Federaciones para recurrir La SAN, Sala Contencioso-administrativo, sec. 3ª, de 28 octubre 2004 (rec. 109/2004) -EDJ 2004/271812- abordó el problema de la legitimación de las Federaciones Deportivas, para recurrir la decisión del Consejo Superior de Deportes supervisando el ejercicio de las funciones públicas, afirmando que en este caso las Federaciones Deportivas carecerían de legitimación para recurrirlo. En el mismo sentido la SAN, Sala Contenciosoadministrativo, Sección 3ª, de 4 julio 2007 (rec. 47/2007) -EDJ 2007/85545- reiteró este criterio apreciando la falta de legitimación para recurrir en virtud de lo dispuesto en el art. 20,b de la Ley jurisdiccional -EDL 1998/44323- "No pueden interponer recurso contencioso-administrativo contra la actividad de una Administración Pública: b) los particulares cuando obren por delegación o como mero agentes o mandatarios de ella", afirmando que "la LRJCA, a estas asociaciones de carácter privado que son las Federaciones deportivas, les priva de legitimación procesal para recurrir en sede jurisdiccional la resolución final que en sede administrativa ultima el control de sus propias decisiones dictadas en ejercicio de esa potestad publica delegada. Carece de toda lógica que un particular ejerciendo funciones delegadas pueda impugnar actos de la Administración tutelante o delegante en el ejercicio de las funciones específicas de tutela, control y dirección de la actividad delegada". 3. Responsabilidad patrimonial de la Administración del Estado en esta materia Otro de los aspectos que se ha abordado por la jurisprudencia al conocer de recursos en materia deportiva ha sido la posibilidad de trasladar al Estado la responsabilidad patrimonial por los daños y perjuicios que las sanciones deportivas pueden haber generado a los afectados o sus clubes. La SAN de 1 febrero 2005 (rec. 645/2003) -EDJ 2005/4845- abordó un problema de responsabilidad patrimonial referido a una sanción por infracción deportiva que determinó su imposibilidad de participar en otras competiciones, sanción posteriormente anulada por resolución del Comité Español de Disciplina Deportiva. La Sala afirma que "si el legislador ha contemplado una amplia intervención pública en el deporte y el desarrollo reglamentario la ha profundizado, extendiendo la potestad disciplinaria sobre el deporte en los términos EL D ERECHO [EDITORES] ------------ cometidas por las Administraciones Públicas excluye la imposición de sanciones y tan solo dan lugar a la que se establezcan las medidas que es necesario adoptar para que cesen o se corrijan los efectos de la infracción; y en segundo lugar porque no es necesario que los afectados presten su consentimiento para que se publiquen sus datos cuando los datos se recogen por las Administraciones Públicas en el ejercicio de sus funciones propias. -----------3 ------------- El Comentario Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ---------------------------------------- expuestos y convirtiendo en función pública administrativa incluso la actividad de las federaciones aplicando las normas de sus propios estatutos, se ha de aceptar, igualmente, que la responsabilidad a que pueda dar lugar tal ejercicio es imputable al titular de la potestad, que es la Administración del Estado, quien actúa por medio de un agente colaborador y que revisa, en último término, las decisiones de éste mediante una resolución que pone fin a la vía administrativa". Ahora bien, la sentencia continua afirmando que "aunque las federaciones deportivas ejercen una función materialmente administrativa, no están subjetivamente encuadradas en ninguno de los supuestos del art. 2 de la Ley 30/1992 -EDL 1992/17271- por lo que, en principio, las decisiones que adopte en ejercicio de esa potestad en su calidad de agente colaborador, y sus consecuencias de todo orden, únicamente a ellas son imputables y los conflictos que puedan suscitar habrán de resolverse ante las instancias privadas acordes con su naturaleza. Por otra parte, la consideración de que, en todo caso, al tratarse del ejercicio de funciones públicas, se puede generar la responsabilidad patrimonial del Estado por el funcionamiento de los servicios ... puede producir, sin embargo, efectos desmesurados; cabe pensar, por ejemplo, en supuestos que se producen con gran frecuencia en muchas manifestaciones deportivas y, desde luego, en las más importantes, como la expulsión de quien interviene en un juego concreto por infracción de una de sus normas, decretada por el árbitro o por el juez de la competición, sanción que puede ser objeto de una decisión arbitral, de dos instancias federativas, de una administrativa y de la posible revisión jurisdiccional de esta última; cuando la sanción fuese anulada, la reparación de los diversos perjuicios derivados de ella, que podrían ser reclamados ejercitando la acción de responsabilidad extracontractual contra el Estado, aparte de dar lugar a numerosísimos pleitos, lo que es más importante, convertiría al Estado en responsable último de las consecuencias del ejercicio y práctica del deporte, actividad esencialmente privada, que en su aspecto disciplinario vendría a ser considerada como prestación de un servicio y la responsabilidad por su funcionamiento normal o anormal, sería exigible por la vía indicada, situación que aún se agrava más si se tiene en EL D ERECHO [EDITORES] -----------4 cuenta el carácter cuasi objetivo de este tipo de responsabilidad. Por ello, cabría entender que sólo cuando el órgano administrativo (CSD o CEDD), hace suya la decisión federativa sancionadora y causante del daño alegado, confirmándola o modificándola sólo en parte y, desde luego, cuando actúa directamente la potestad disciplinaria, se convierte en responsable de la misma y le son imputables sus consecuencias cuando, eventualmente, sea anulada por los órganos de esta jurisdicción contenciosa y se reclame la reparación del daño, bien como reconocimiento de una situación jurídica individualizada, bien mediante el ejercicio de la acción por responsabilidad patrimonial frente al Estado; por el contrario, en los supuestos en que se anule la sanción impuesta en las instancias federativas, con lo que se vendría a corregir el uso indebido o incorrecto de la potestad disciplinaria, las consecuencias de ello habrán de ser asumidas íntegramente por el agente colaborador responsable de la misma, cuya actuación no se menciona ni en los arts. 139 y ss. de la Ley 30/1992 -EDL 1992/17271-, ni en el Reglamento que los desarrolla, a diferencia de lo que sucede con el contratista expresamente mencionado por el art. 1,3 del Reglamento de Procedimiento de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial, aprobado por RD 429/1993, de 26 marzo -EDL 1993/15801-, cuya actuación en la ejecución del contrato sólo da lugar a la aplicación del procedimiento previsto en el Reglamento para determinar la responsabilidad de la Administración en los casos excepcionales que expresamente menciona (existencia de una orden directa e inmediata de la Administración o vicios del proyecto elaborado por ella misma)". III. Especial referencia a los problemas que plantean la revisión de las sanciones de doping Las Federaciones Deportivas españolas ejercen, entre otras funciones, la potestad disciplinaria bajo la coordinación y tutela del Consejo Superior de Deportes (art. 33,1,f) de la Ley 10/1990 -EDL 1990/14774-). La potestad disciplinaria en materia de dopaje deportivo se trata de una función pública que le corresponde ejercer en lo que ahora nos afecta al Consejo Superior de Deportes y por delegación de este a las federaciones Deportivas. Pero el hecho de que los controles de dopaje y las posteriores sanciones en esta materia tengan la consideración de funciones públicas, no resuelve todos los problemas, entre ellos los problemas que plantea la pertenencia de las Federaciones Deportivas a Asociaciones privadas internacionales que se rigen por sus propias normas de derecho privado. Pues en este caso lo que se produce la concurrencia y una eventual colisión entre una normativa nacional y otra internacional. En la SAN de 9 mayo 2007 (rec. de apelación 6/2007) -EDJ 2007/34892- se abordó este problema. No se trataba propiamente de revisar la legalidad de una sanción por dopaje sino de determinar "las normas aplicables para tramitar el procedimiento disciplinario y consecuentemente con la competencia para conocer de los eventuales recursos que se pudiesen ejercitar contra las resoluciones que pongan fin al mismo. En definitiva, se trata de determinar si el Comité Español de Disciplina Deportiva tiene competencia para conocer de las resoluciones dictadas en procedimientos disciplinarios contra deportistas españoles con licencia federativa, cuando tales procedimientos tengan su origen en controles antidopaje realizados al margen de competición y ordenados por la UCI, lo cual condiciona que el procedimiento aplicable sea el propio de dicho organismo internacional y que el control posterior sobre las resoluciones que se dicten queden sustraídas del conocimiento de los tribunales contencioso-administrativos para quedar residenciadas ante la Junta Arbitral de dicho organismo internacional, sita en Lausana". La sentencia apelada consideraba que la represión del dopaje es claramente una materia pública en derecho español, (está publificado en España) y que las federaciones deportivas cuando actúan en este ámbito desempeñan funciones públicas por delegación de la Administración y las sanciones que se impongan, incluidas las impuestas por federaciones internacionales, producen efectos en todo el territorio español (art. 7 RD 255/1996 -EDL 1996/14193-), y caso de seguirse el procedimiento establecido en el Reglamento de la UCI la decisión que se adoptase en esta materia sería conocida por el Tribunal Arbitral de Lausana sometido a la legislación civil suiza. Considera que la normativa federativa internacional no forma parte de nuestro ordenamiento jurídico ni tiene el carácter de derecho internacional público y ante la concurrencia de las normas de derecho público nacional y las normas autorreguladoras de derecho privado, procedentes de dicho ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista El Comentario ----------------------------- una organización internacional que las agrupa, como delegados de dicho organismo internacional y cuando así lo hace no están ejerciendo funciones delegadas por una Administración Pública sino las delegadas por dicho organismo internacional, cuya normativa será la aplicable en tales casos y cuyas decisiones quedarán sometidas a los mecanismos de control establecidos en sus propias normas, sin que por ello se vulnere el derecho nacional ni se desconozcan funciones públicas de orden interno que no han entrado en juego, pues no ha existido iniciativa pública alguna ni están ejerciendo por delegación funciones públicas de carácter administrativo. Así se desprende también del art. 1 de la Ley 10/1990, de 15 octubre -EDL 1990/14774-, en el que se dispone que la ordenación nacional del deporte se produce dentro del ámbito de las competencias que corresponden a la Administración del Estado, y en el art. 58 de esta misma norma se añade que estas competencias se ejercen en relación con competiciones oficiales de ámbito estatal, lo cual resulta conforme con lo dispuesto en el art. 84 de esta norma en cuanto atribuye la competencia al Comité Español de Disciplina Deportiva, órgano de ámbito estatal, para decidir en última instancia, en vía administrativa, las cuestiones disciplinarias deportivas de su competencia. Resulta revelador, aunque no sea una norma aplicable al supuesto que nos ocupa, lo dispuesto en la nueva LO 7/2006, de 21 noviembre, de protección de la salud y de lucha contra el dopaje, cuyo capítulo IV -EDL 2006/288175- está dedicado a las "Relaciones con federaciones deportivas internacionales y con las entidades que rigen, en el ámbito internacional la actividad deportiva". En él se regula específicamente la competencia y normativa aplicable a los controles de dopaje realizados en competiciones internacionales que se celebren en España (art. 30), encomendado la responsabilidad de la ordenación y realización de tales controles al Comité Olímpico Internacional o a las federaciones deportivas o instituciones internacionales que, respectivamente, las organicen o a aquellas federaciones en las que éstas deleguen la citada organización, correspondiendo también a dichos organismos internacionales, o por delegación de los mismos, el ejercicio de la potestad disciplinaria, sin perjuicio de la eficacia que estas sanciones puedan tener en el ámbito nacional. También se regulan en dicha norma, los controles de dopaje realizados fuera de competición en España a deportistas con licencia española por parte de organizaciones internacionales, que sería el supuesto que nos ocupa, estableciéndose al respecto en el art. 32 EDL 2006/288175- que: "1. La realización de estos controles exige que, con carácter previo, se notifique a la Agencia Estatal Antidopaje la propuesta de realización de los mismos y las condiciones materiales de su realización. Sólo podrán llevarse a cabo estos controles de dopaje si cumplen los requisitos establecidos en los arts. 8 y concordantes de esta Ley -EDL 2006/288175-. 2. Las organizaciones deportivas internacionales y la Agencia Estatal Antidopaje podrán suscribir acuerdos y convenios de colaboración para que sea esta última quien realice, materialmente, los controles de dopaje que aquéllas tengan que llevar a cabo en España". No se debe desconocer, por tanto, el diferente tratamiento jurídico que tienen los controles antidopaje dependiendo del organismo nacional o internacional que los ordene y el ámbito de la competición en que este se produzcan, por lo que no resulta contrario al derecho español el que un organismo internacional acuerde la realización de un control antidopaje fuera de competición a un deportista con licencia federativa española, cuando este deportista y esta federación están integrados en dicho organismo internacional. Y en tales casos, la Federación Española no ejerce funciones públicas delegadas de la Administración Pública española sino que actúa como un ente privado por delegación de dicho organismo internacional, por lo que el procedimiento aplicable y el régimen de recursos será el establecido en la normativa de dicho organismo internacional, sin perjuicio del control que puedan ejercer el Comité de Disciplina Deportiva en los términos previstos en el art. 22 de la LO 7/2006, de 21 noviembre EDL 2006/288175- referido tan solo a la "compatibilidad de la sanción impuesta con el Ordenamiento Jurídico español, en lo que se refiere a los principios que informan la potestad sancionadora pública". (...) Finalmente, no puede desconocerse que los Tribunales contencioso-administrativos se limita al enjuiciamiento de las pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las Administraciones Públicas sujetas al derecho administrativo (art. 1,1 LRJCA -EDL EL D ERECHO [EDITORES] ------------ organismo internacional, deben prevalecer las primeras. Existe, a juicio del juzgador de instancia, una reserva de jurisdicción que no puede verse anulada por la cláusula compromisoria contenida en las normas de la federación internacional de ciclismo que al vincularlo a su propio mecanismo de revisión, el Tribunal Arbitral sito en Lausana, excluiría la intervención de los órganos jurisdiccionales de los Estados, pues ello vulneraría el derecho fundamental a obtener tutela judicial efectiva de los jueces y tribunales y el ordenamiento jurídico interno deportivo que garantiza el acceso a la jurisdicción frente a las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva (art. 58 del Reglamento de Disciplina Deportiva -EDL 1992/17844-). La sentencia dictada en apelación por la Sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional -EDJ 2007/34892- considera que las Federaciones como "entidades privadas" con personalidad jurídica propia (...) pueden formar parte de un organismo internacional, (...) en cuanto Asociación Internacional no gubernamental que agrupa a las federaciones nacionales de ciclismo, con sede en Suiza, y que se rige por normas de derecho privado (su propio Estatuto y el Reglamento UCI), y por mandato de la disposición preliminar tercera de dicho Reglamento las federaciones nacionales deben incluir implícitamente el mismo en la publicación de sus propios reglamentos y estos últimos deben contener una cláusula expresa en la que se indique que el Reglamento UCI forma parte de sus propia normativa. (...) No debe olvidarse, por otra parte, que el Reglamento antidopaje de la UCI permite que los controles antidopaje se inicien bien a instancia de la propia UCI o bien a instancia de Comisión Nacional antidopaje nacional. En el primer caso al tratarse de un control realizado a instancia de dicho organismo internacional se rige por el Reglamento antidopaje de dicho organismo internacional (art. 3 del Reglamento UCI ) y cuando se inicia a instancia de la organización nacional antidopaje del país se aplicará el reglamento antidopaje de dicha organización nacional (art. 4 del citado Reglamento). Esta distinción no está exenta de lógica, pues si bien las Federaciones deportivas pueden actuar ejerciendo funciones delegadas de la Administración pública, en cuyo caso sus actos quedan sometidos al control jurisdiccional de los tribunales contencioso- administrativos, también actúan, en cuanto entes privados integrantes de -----------5 ------------- Respuesta de los Tribunales Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ----------------------------D ERECHO [EDITORES] -----------6 -- ------------ EL mientras se encuentren cumpliendo la sanción respectiva". En la citada SAN de 9 mayo 2007 (rec. de apelación 6/2007) -EDJ 2007/326522- se abordó la interpretación que debía recibir este precepto afirmando que "refuerza la conclusión de que pueden imponerse sanciones por organismos internacionales, distintos de las que se impongan por los órganos antidopaje a nivel nacional. La citada norma pretende homologar a nivel internacional, al menos en lo que a España se refiere, los compromisos internacionales suscritos en la lucha contra el dopaje en el deporte extendiendo también a nuestro territorio la eficacia de sanciones impuestas en esta materia por organismos internacionales, o por delegación de los mismos." El art. 33 LO 7/2006 -EDL 2006/288175- dispone que "Las sanciones impuestas por organizaciones internacionales, a las que estén adscritas las respectivas federaciones deportivas españolas, se aplicarán en España y producirán la suspensión de la licencia federativa y la inhabilitación para participar en competiciones oficiales a que se refieren el art. 22 de esta Ley y el art. 32.4 de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte -EDL 1990/14774-, salvo que el Comité Español de Disciplina Deportiva declare la sanción como contraria al Ordenamiento Jurídico español". A tal efecto, es preciso destacar la previsión contenida en el art. 22 LO 7/2006, de 21 noviembre, de protección de la salud y de lucha contra el dopaje en el deporte -EDL 2006/288175-, relativo a la "Eficacia de las sanciones" dispone que: "1. La imposición de sanciones relacionadas con el dopaje en el deporte constituye un supuesto de imposibilidad para obtener o ejercer los derechos derivados de la licencia deportiva en cualquier ámbito territorial, en los términos previstos en el art. 32.4 de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte -EDL 1990/14774-". El apartado segundo de este precepto -EDL 2006/288175- dispone que "2. Cuando la sanción haya sido impuesta por un órgano diferente de los previstos en la presente Ley, los deportistas podrán instar del Comité Español de Disciplina Deportiva la declaración de compatibilidad de la sanción impuesta con el Ordenamiento Jurídico español, en lo que se refiere a los principios que informan la potestad sancionadora pública. El procedimiento a seguir para efectuar esta reclamación se establecerá reglamentariamente". ------------------------ “La citada norma pretende homologar a nivel internacional, al menos en lo que a España se refiere, los compromisos internacionales suscritos en la lucha contra el dopaje en el deporte extendiendo también a nuestro territorio la eficacia de sanciones impuestas en esta materia por organismos internacionales, o por delegación de los mismos.” 1998/44323-) y no se extiende a la actuación de organismos internacionales privados o por delegación de los mismos. A diferencia de lo afirmado en la sentencia de instancia, ello no vulnera el acceso a la jurisdicción frente a las resoluciones del Comité Español de Disciplina Deportiva (art. 58 -EDL 1992/17844-), pues cuando este órgano de ámbito estatal, adscrito orgánicamente al Consejo Superior de Deportes, adopta una resolución en el ámbito de sus competencias que agote la vía administrativa podrá fiscalizarse en sede contenciosoadministrativa (art. 84 de la Ley 10/1990, de 15 octubre -EDL 1990/14774-), prueba de ello es que su resolución ha sido conocida en este caso por los tribunales contencioso-administrativos. Cuestión distinta es si el Comité tiene o no competencia para resolver una determinada sanción, por haberse adoptado fuera de su ámbito de competencia, ya que el art. 58 de la citada norma solo atribuye, como es lógico, a este Comité el conocimiento de aquellas materias que entran dentro del ámbito de su competencia, que como el propio precepto indica es de ámbito estatal y no internacional. Por todo ello ha de desestimarse la apelación sin entrar a la procedencia o no de la sanción por doping impuesta al ciclista apelante (es algo que se debe discutir ante las instancias internacionales que oportunamente le fueron indicadas al apelante en la resolución del Comité Nacional de Competición y Disciplina Deportiva de la RFEC de 29-8-2005) ni a la procedencia o no de que la sanción hubieses sido suspendida en vía administrativa por el CEDD-CSD". Efectividad en España de las sanciones impuestas por organismos internacionales. Control por el ordenamiento español. El art. 7 RD 255/1996 -EDL 1996/14193- (norma actualmente derogada) disponía "Las sanciones impuestas en aplicación de la normativa de represión del dopaje en cualquier orden federativo, sea internacional, estatal o autonómico, producirán efectos en todo el territorio español". Esta previsión estaba en consonancia con el articulo Y en el art. 32,4 de la Ley 10/1990, de 15 octubre, del Deporte -EDL 1990/14774-, dispone que "Estarán inhabilitados para obtener una licencia deportiva que faculte para participar en las competiciones a las que hace referencia el párrafo anterior los deportistas que hayan sido sancionados por dopaje, tanto en el ámbito estatal como en el internacional, ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista Respuesta de los Tribunales ----------------------------- Respuesta de los Tribunales Penal --------------------------------El requisito de procedibilidad en los delitos contra la propiedad intelectual Dentro del Capítulo XI del Código Penal -EDL 1995/16398- que aborda el tratamiento de los delitos relativos a la propiedad intelectual e industrial, al mercado y a los consumidores, se disponen en su Sección Cuarta, art. 287, una serie de disposiciones comunes relativas a la perseguibilidad de las conductas descritas, que se concretan en las siguientes: 1. Para proceder por los delitos previstos en los artículos anteriores del presente capítulo, será necesaria denuncia de la persona agraviada o de sus representantes legales. Cuando aquélla sea menor de edad, incapaz o una persona desvalida, también podrá denunciar el Ministerio Fiscal. 2. No será precisa la denuncia exigida en el apartado anterior cuando la comisión del delito afecte a los intereses generales o a una pluralidad de personas Pues bien, la aplicación del requisito legal expuesto de procedibilidad de las conductas delictivas, no resulta ser cuestión pacífica en la jurisprudencia; el estudio de un nutrido número de resoluciones dictadas analizando su concurrencia o su falta, ofrece hasta tres enfoques diferentes en las respuestas de los Tribunales, perfectamente sistematizadas en una reciente Sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Las Palmas que, por su interés en la concreción se extracta a continuación, junto a otras que se alinean en las dos opciones mayoritarias. EDJ 2011/141620, SAP Las Palmas, sec. 1ª, de 17 marzo 2011, núm. 80/2011, rec. 163/2010. Pte: Alemán Almeida, Secundino La cuestión de "(...) si concurre o no el requisito de procedibilidad previsto en el apartado 1º, para acto seguido, hacer mención a la posible excepción del apartado 2º relacionado con la pluralidad de perjudicados. (...) dista mucho -en contra de lo sostenido por los recurrentes- de estar resuelta de un modo pacífico en el ámbito de la doctrina emanada de las distintas Audiencias. La tesis favorable a su representatividad en términos tales que se entienda cumplimentado el indicado requisito de procedibilidad es sostenido, entre otras por las SsAP de Madrid 314/2008, de 7 de julio -EDJ 2008/145777-; y de Albacete 102/2004, de 10 de diciembre -EDJ 2004/248125-. La primera de tales sentencias señala que "Como establece el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, regularizando, aclarando y armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia, en el artículo 150 -EDL 1996/14925-. "Legitimación.- Las entidades de gestión, una vez autorizadas, estarán legitimadas en los términos que resulten de sus propios estatutos, para ejercer los derechos confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales. Para acreditar dicha legitimación, la entidad de gestión únicamente deberá aportar al inicio del proceso copia de sus estatutos y certificación acreditativa de su autorización administrativa. El demandado sólo podrá fundar su oposición en la falta de representación de la actora, la autorización del titular del derecho exclusivo o el pago de la remuneración correspondiente". Por lo tanto si legalmente tienen atribuida la legitimación, y han ejercido esta en el procedimiento penal, que precisamente se ha incoado como consecuencia de la denuncia de estas entidades, se ha cumplimentado el requisito de procedibilidad que exige el art. 287.1 del Código Penal -EDL 1995/16398- ( y)." La tesis contraria es mantenida, entre otras, por las SsAP de Madrid 405/2006, de 16 de junio EDJ 2006/335194-; y de Sevilla 626/2004, de 22 de noviembre -EDJ 2004/251808-. Esta última señala que "Ciertamente, en su aludida Coordinadora: Dª Gemma Gallego Sánchez Magistrada ------------ I. Introducción -----------7 ------------- Respuesta de los Tribunales Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ---------------------------------------- “…la entidad de Gestión deberá acreditar cuanto menos que las entidades perjudicadas sean miembros de dicha asociación, sin que sea preciso en cambio la necesidad de acreditar la representación de cada una de ellas,…” EL D ERECHO [EDITORES] -----------8 declaración en juicio la representante de la entidad de gestión se remitió respecto a su legitimación a lo dispuesto en la legislación vigente. En esta frase parece haber una alusión implícita a la interpretación que la Sala Primera del Tribunal Supremo ha efectuado del artículo 150 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual -EDL 1996/14925-, en dos sentencias de 29 de octubre de 1999 -EDJ 1999/38811- ( y), y posteriormente en la 1208/2001, de 18 de diciembre -EDJ 2001/49217-, en el sentido de que la expresión legal "derechos confiados a su gestión" se refiere a aquellos derechos cuya gestión in genere constituye, de acuerdo con los estatutos, el objeto de actuación de la entidad de gestión, no a los concretos derechos individuales que, mediante contratos con los titulares de los mismos o acuerdos con otras organizaciones de idéntica finalidad, les hayan sido encomendados para su gestión de suerte que no es necesaria la acreditación documental de la relación contractual establecida entre la entidad de gestión con cada uno de los titulares del derecho de autor afectados. Pero es evidente, de acuerdo una vez más con la sentencia de la Sección Séptima de esta Audiencia de 4 de septiembre de 2002, que esta doctrina jurisprudencial, establecida para el proceso civil no puede ser extrapolada al proceso penal, por la diferente trascendencia de los intereses en juego en uno y en otro y por la patente diferencia entre los ilícitos civiles y los penales. Una postura ecléctica que nos parece más acertada desde la perspectiva de los intereses en juego, es la sostenida, entre otras, por las SsAP de Lleida 467/2004, de 8 de octubre -EDJ 2004/182151-; de Palencia 45/2003, de 5 de noviembre -EDJ 2003/213090-; de Granada 575/2006, de 25 de septiembre -EDJ 2006/431679-; y de Huelva 238/2004, de 28 de septiembre -EDJ 2004/197985-, de tal forma que la entidad de Gestión deberá acreditar cuanto menos que las entidades perjudicadas sean miembros de dicha asociación, sin que sea preciso en cambio la necesidad de acreditar la representación de cada una de ellas, señalándose sobre el particular que "La sentencia de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 29-10-99 -EDJ 1999/38811- parece dispensar a las entidades gestoras de los derechos de la propiedad intelectual -allí la Sociedad General de Autores y Editores- de la necesidad de acreditar la representación de cada uno de sus miembros y asociados, para merecer el reconocimiento de una suficiente legitimación, pero ello no excluye la posibilidad de que se haga constar en el proceso la identidad de los titulares de aquellos derechos cuya gestión tiene confiada a la entidad de que se trate." II. Supuestos que aprecian la concurrencia del requisito de procedibilidad EDJ 2008/305804, SAP Cádiz, sec. 8ª, de 2 septiembre 2008, núm. 270/2008, rec. 91/2008. Pte: Rodríguez Bermúdez de Castro, Ignacio "(...) no debemos olvidar que a lo que se refiere la Ley civil es a gestión de los derechos de autor, pero en el presente asunto estamos en el ámbito penal, en el que el CP -EDL 1995/16398establece una serie de presupuestos para que se de el tipo penal. Estamos en presencia de un delito, el del art. 270 -EDL 1995/16398- que debemos poner en relación con lo establecido en el art. 287 del CP, en el que se dice que se necesita la denuncia de la persona agraviada o de su representante legal. En el presente caso no ha existido denuncia de la persona agraviada, sino que ha sido la actuación de la Guardia Civil, la que ha denunciado los hechos, si bien a instancia de AFYVE, quien se ha ratificado la denuncia y ha aportado los documentos correspondientes. Pero es que, además, aunque no se hubiera producido tal denuncia por AFYVE, en el número segundo del mentado art. 287 -EDL 1995/16398-, se señala una excepción, para determinados supuestos, en los que el delito adopta la condición de persecución pública (afectar a intereses generales o a una pluralidad de personas). Lo que significa una eliminación de la condición de procedibilidad. El problema que se plantea es el de la determinación de tales expresiones (...). (...) Mención especial merece el criterio de la Audiencia Provincial de Soria expuesto en el auto de fecha 12/11/01 -EDJ 2001/63705-, que señala que"...aunque nuestro Tribunal Supremo ha venido exigiendo un número alto de víctimas en referencia a los preceptos en los que se incluye la expresión "múltiples perjudicados" dicha interpretación no es trasladable sin más al art. 287.2° C. Penal vigente -EDL 1995/16398- porque no hay razones para sustentar una interpretación restrictiva al tratarse de la eliminación de una condición de perseguibilidad. A ello cabe añadir que el vocablo "pluralidad" empleado por el legislador penal debe ser interpretado tal y como lo define el Diccionario de la Real "1.- En cuanto al requisito de procedibilidad. A la fecha de la comisión de los hechos, septiembre del 2003, el artículo 287 del CP -EDL 1995/16398- exigía para su persecución penal la denuncia de persona agraviada o de sus representantes legales. Tal requisito, por el contrario a lo que aduce la apelante, sí concurre en el presente caso pues existe denuncia previa de empresas titulares de los derechos de propiedad intelectual vulnerados por medio de su representante legal en España BSA (folios 9, 14, y ss) bastando una denuncia, ante la existencia de una pluralidad de perjudicados, para la iniciación y prosecución del procedimiento. La acreditación de la representación del denunciante es bastante a tenor de los documentos obrantes a los folios 28 a 55. Consta asimismo denuncia de la asociación ADESE, sin que afecte a tal requisito de procedibilidad ya cumplido, un eventual defecto de acreditación de representación en ésta última, subsanable y subsanado sin que, hasta ahora, la recurrente la hubiere alegado." EDJ 2010/347963, SAP Valencia de 22 noviembre 2010, núm. 708/2010, rec. 193/2010. Pte: Goded Herrero, Beatriz "Esta Sala entiende, como ya lo hiciera esta misma Audiencia, en Sentencia de 14 Feb. 2006, de su Sección 1 ª -EDJ 2006/260601-, que el artículo 150 del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril -EDL 1996/14925-, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, legitima a CEDRO, en su condición de entidad gestora, para ejercitar las acciones civiles y penales que se deriven de los derechos confiados a su gestión, bastando para acreditar dicha legitimación con la aportación al proceso de copia de sus estatutos y certificación acreditativa de su autorización administrativa, sin necesidad de acreditar la representación de cada uno de sus miembros y asociados. La legitimación de las entidades de gestión ha sido refrendada por la sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supremo de 8 de junio de 2007 -EDJ 2007/80207-, que confirma la jurisprudencia anterior sobre la materia. (...) Se da la circunstancia, además, de que en el presente caso la denuncia del Ministerio Fiscal cumpliría el requisito de procedibilidad, conforme a lo dispuesto en el número 2 del precepto citado, pues a tenor de la relación de perjudicados contenida en la denuncia presentada en Fiscalía por la entidad de gestión, el delito afectaría a una pluralidad de personas, entendido en el sentido de que una pluralidad de personas han resultado perjudicadas." EDJ 2010/295502, SAP Madrid, sec. 16ª, de 23 noviembre 2010, núm. 712/2010, rec. 335/2010. Pte: Hidalgo Abia, Miguel "La juzgadora de instancia afirma que no se ha acreditado que el acusado no había obtenido la autorización de los titulares de los derechos de propiedad intelectual. Lejos de ello, y partiendo de la conclusión a la que hemos llegado en cuanto al contenido del material incautado, debemos significar que el informe pericial concluye que todos los perjudicados están plenamente representados y protegidos mediante las entidades de gestión de propiedad intelectual (AGEDI) y la sociedad general de autores y editores (SGAE), reconocidas por el Ministerio de Cultura conforme a lo dispuesto en la Ley de Propiedad Intelectual -EDL 1996/14925-. Y aun cuando estas entidades no se encuentran personadas en las actuaciones, no es requisito de procedibilidad la denuncia de los perjudicados conforme a lo dispuesto en el artículo 287 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal -EDL 1882/1en la redacción dada al mismo por la LO 15/03 EDL 2003/127520-, habiendo ejercitado el Ministerio Fiscal la acción civil en su nombre. Por tanto, y teniendo en cuenta la cantidad de obras intervenidas, la existencia de una relación completa con indicación de los autores y los títulos, junto con el informe pericial acreditativo de que son copias inauténticas, todo ello es suficiente para afirmar que se trata de obras susceptibles de protección conforme a lo dispuesto en la Ley de Propiedad Intelectual EDL 1996/14925-, sin que en el proceso exista ningún principio de prueba que acredite o permita dudar siquiera de la existencia de autorización para que el acusado pudiera explotar tales obras, máxime cuando la realidad nos enseña que los discos y las películas originales son los únicos productos que se autorizan para su comercialización por los titulares de los derechos de propiedad intelectual. Es más, es un hecho notorio no sólo tal falta de autorización de los titulares de los derechos de propiedad intelectual, sino también el grave daño y perjuicio que les ocasiona la confección o grabación de copias piratas y su venta al público." III. Supuestos que no aprecian la concurrencia del requisito de proecedibilidad EDJ 2008/250611, SAP Sevilla, sec. 4ª, de 15 julio 2008, núm. 333/2008, rec. 8496/2007. Pte: Paúl Velasco, José Manuel de No puede por menos de reconocerse la razón que asiste a la defensa en su crítica, especialmente por lo que se refiere a la denuncias (...) (...) La denuncia de AFYVE cuyo párrafo fundamental hemos transcrito está formulada en términos de tal vaguedad que no ofrece la menor precisión sobre el objeto del delito, más allá de tratarse indiscriminadamente de "fonogramas y videogramas", ni sobre los autores afectados por la defraudación y abarca en su ámbito espacial la totalidad de una ciudad en la que existen centenares de puestos callejeros y mercadillos, de modo que puede utilizarse indiscriminadamente para legitimar cualquier intervención policial que se produzca con posterioridad, incluso EL D ERECHO [EDITORES] ------------ EDJ 2009/78941, SAP Pontevedra, sec. 2ª, de 31 marzo 2009, núm. 66/2009, rec. 54/2009. Pte: Cimadevila Cea, Rosario Respuesta de los Tribunales ----------------------------- Academia de la Lengua Española, es decir, como "calidad de ser más de uno"; de modo que debe optarse aquí por una interpretación similar a la que la propia jurisprudencia atribuye a otros preceptos en los que se exige una "pluralidad de sujetos", aunque se trate de normas de diferente naturaleza a la que centra el debate del presente recurso de apelación (por ejemplo, las que se refieren a las asociaciones ilícitas. Por tanto, bastaría con que estuvieran afectados tres o más sujetos titulares de derechos de propiedad intelectual para que fuese posible prescindir de la denuncia del agraviado a los efectos de la persecución del delito...". (...) Los hechos a los que se circunscribe la presente causa se refieren a los Cds relacionados en los folios 1199 y 120, y, por lo tanto existiendo una pluralidad de perjudicados, a pesar de que no hubiera existido denuncia o ejercicio de acciones por parte de los mismos, es el Ministerio Público el que ha ejercitado la acción penal que les pudiese corresponder, es evidente que se cumple la condición objetiva de procedibilidad prevista en el art. 287.2 del Código Penal -EDL 1995/16398-." ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista -----------9 ------------- Respuesta de los Tribunales Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ---------------------------------------- “Como quiera que la Sociedad General de Autores y Editores no es más que una de las varias entidades de gestión de derechos de autor (…), su legitimación para "ejercer los derechos de propiedad intelectual" (…), está limitada, como ambos preceptos precisan, a los "derechos confiados a su gestión".” EL D ERECHO [EDITORES] -----------10 semanas o meses después, como ocurrió en este caso. Algo similar puede decirse también de la denuncia de la SGAE, aunque en este caso la referencia genérica al objeto del delito se hace no por su contenido sino por el tipo de soporte y, al menos, se concreta el lugar de comisión a una zona bien determinada, precisamente aquella en la que la Policía Local abordó al acusado. De esta suerte, las así llamadas denuncias, al menos la de AFYVE, no puede considerarse que cumplan el requisito de procedibilidad exigido a la sazón por la ley, pues debe entenderse que la denuncia ha de referirse a hechos concretos, determinados y ya sucedidos en el momento de su interposición, cosa que ni siquiera es posible asegurar en el caso de autos. (...) Cuestión distinta, sin embargo, es la referente a la legitimación como perjudicadas de las entidades denunciantes, a lo que también se refiere el recurso. Como quiera que la Sociedad General de Autores y Editores no es más que una de las varias entidades de gestión de derechos de autor constituidas al amparo del título IV del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril -EDL 1996/14925-), sin que ostente un régimen de monopolio o una atribución "ex lege" de funciones en este ámbito, su legitimación para "ejercer los derechos de propiedad intelectual" y para "hacerlos valer en toda clase de procedimientos administrativos o judiciales", en términos de los artículos 147 y 150 del citado Texto Refundido, está limitada, como ambos preceptos precisan, a los "derechos confiados a su gestión". En consecuencia, para que su intervención pudiera cumplir el requisito de procedibilidad establecido en el artículo 287.1 del Código Penal -EDL 1995/16398-, sería preciso que hubiera acreditado tener confiada la gestión de sus derechos patrimoniales por los autores de las obras reproducidas, acreditación que brilla por su ausencia en la causa. (...). Y más claro es el caso de AFYVE -que actualmente ha cambiado su denominación por la de "Promusicae"- que, hasta donde sabe el Tribunal, no es una entidad de gestión de derechos de autor, sino una simple asociación empresarial de productores musicales, que por mucho que tenga entre sus fines estatutarios "el reconocimiento, defensa y promoción de los derechos de productores de fonogramas y videogramas" (texto de la denuncia, folio 8) no puede subrogarse, salvo por apoderamiento expreso que no consta conferido, en decisiones como la de interponer denuncias penales que corresponden en exclusiva a los representantes legales de sus empresas asociadas, que son por sí mismas, y no la asociación que integran, las "personas agraviadas" a que se refiere el artículo 287.1 del Código Penal. La sentencia impugnada da por resuelta la cuestión que nos ocupa señalando apodícticamente que en los discos compactos intervenidos por la Policía "se habían reproducido obras de los diversos artistas, sin la debida autorización de las entidades que gestionan sus derechos, Sociedad General de Autores y Editores, así como de las productoras fonográficas (AFYVE)". Pero no es posible saber de dónde extrae la resolución recurrida las bases para la triple afirmación que en la frase transcrita se da por supuesta, es decir: ni que la SGAE gestione los derechos de los autores cuyas obras reproducían los discos intervenidos, ni que la AFYVE gestione derecho alguno, ni que las compañías productoras de los discos pirateados estén afiliadas a esta segunda asociación. (...) Como consecuencia de cuanto se lleva expuesto, como quiera que ninguna de las dos entidades que han actuado como denunciantes en esta causa ostenta la representación legal de las personas presuntamente agraviadas por los hechos, y como tampoco consta que esas personas le hubieran confiado la gestión de sus derechos de propiedad intelectual, no cabe otra conclusión que la de no haberse cumplido la condición objetiva de perseguibilidad establecida en el artículo 287.1 del Código Penal -EDL 1995/16398-, en su redacción aplicable ratione temporis, y consistente en la previa denuncia del agraviado o su representante legal." EDJ 2009/323139, SAP Barcelona, sec. 8ª, de 19 noviembre 2009, núm. 709/2009, rec. 113/2009. Pte: Armas Galve, Mª Mercedes "Téngase en cuenta que el redactado del artículo 287 CP -EDL 1995/16398- limita la perseguibilidad de los delitos contra la propiedad intelectual a la figura del agraviado o su representante legal, ampliando la legitimación activa en los casos de afectación de los intereses generales o de una pluralidad de personas. Se adivina una filosofía de fondo en la determinación de la perseguibilidad de las infracciones de propiedad intelectual: se trata de evitar la criminalización de conductas ya de por sí ampliamente identificables con las infracciones civiles, limitando la utilización de la vía penal a supuestos en que existe un claro ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista Respuesta de los Tribunales ----------------------------- interés directamente identificable, cuando las conductas no alcanzan especial relevancia en función de los intereses generales o la pluralidad de afectados y, en todo caso, compensando la limitación con la exigencia de mera denuncia y no de querella. Dicha interpretación queda confirmada, además, con la utilización del término agraviado, es decir quien, según interpreta la doctrina más autorizada, sufre directamente las consecuencias de la acción típica, esto es, en el caso que nos ocupa, el titular de lo derechos sobre los juegos electrónicos por expresa delegación a la Entidad de Gestión correspondiente pero, en tal caso, y a entender de esta Sala, debe acreditarse por parte de la Entidad la adhesión del titular de los derechos, sin que pueda admitirse la presunción de legitimidad activa, contraria a reo, o, en otros términos, la admisión en el proceso penal de prueba diabólica por el acusado, tratando de demostrar la ausencia de legitimación del denunciante. Así las cosas -y extendiendo lo razonado a la otra asociación denunciante, en cuyos poderes ni siquiera se menciona el apoderamiento de entidad alguna- al ser acogido el primero de los motivos del recurso de apelación (...). (...) corresponde el dictado de un fallo absolutorio, con la consecuente revocación de la sentencia dictada en 1ª Instancia." mencionado Titulo, suprimiendo las Secciones 1ª y 2ª, donde se regulan los delitos contra la propiedad intelectual. Sin embargo, la desaparición del mencionado requisito en nada afecta a la necesidad de que se acrediten los elementos o requisitos del tipo, pues antes y ahora, se exige que la acción típica, en este caso, reproducción de obras cinematográficas, se lleve a cabo sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios, requisito del tipo cuya probanza recae sobre la acusación. Al respecto, también es cierto que las máximas de la experiencia demuestran que las copias de películas y de Cds que se venden en la modalidad denominada de "top manta" no se caracterizan precisamente por estar autorizadas por los titulares de los correspondientes derechos. Pero en el ámbito de un procedimiento penal un elemento del tipo no puede presumirse. Por tanto debe traerse al acto del juicio a las entidades titulares de los derechos o a las asociaciones correspondientes, de la misma manera que se exige la comparecencia del propietario de una cartera, (cuando nos enfrentamos al enjuiciamiento de un delito de hurto) a fin de preguntarle si la cartera estaba en manos de un tercero en contra de su voluntad o no. Pues bien, en el presente caso, y sobre tal particular existe un vacío probatorio. La entidad EGEDA no fue oída en fase de instrucción, solo consta que a través de la Policía Municipal se le hizo el ofrecimiento de acciones. Y aunque sí fue objeto de citación para el acto del juicio a instancia del Ministerio Fiscal, resulta que no compareció, con lo que se aquietó el Mº Fiscal renunciando a dicha prueba. Lo anteriormente expuesto justifica por sí solo el mantenimiento de la absolución, sin necesidad de entrar a discutir otras razones que se han barajado en la sentencia de instancia y que también se rebaten en el recurso." EDJ 2010/297100, SAP Madrid, sec. 30ª, de 9 septiembre 2010, núm. 266/2010, rec. 207/2010. Pte: Oliván Lacasta, Pilar -- "Como ya se ha pronunciado en varias ocasiones esta misma Sección, siguiendo también las pautas establecidas en sentencias dictadas en esta misma Audiencia Provincial, Sección XV, aunque el actual art. 287 del CP -EDL 1995/16398-, tras la reforma legal operada, solo se refiere a la denuncia del perjudicado como requisito de procedibilidad respecto a la Sección 3ª del “…la desaparición del mencionado requisito en nada afecta a la necesidad de que se acrediten los elementos o requisitos del tipo, pues antes y ahora, se exige que la acción típica,…” D ERECHO [EDITORES] ------------ -----------------------EL -----------11 ------------- Reseñas Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ----------------------------- Reseñas de Jurisprudencia ------------ “...resulta particularmente relevante si se tiene en cuenta que la acción se ejercita por el socio que gestionó el otorgamiento de la escritura, ha sido administrador único y ha dejado constancia documental del desembolso de las acciones.” EL D ERECHO [EDITORES] -----------12 Civil STS 1ª, 17 enero 2012, Rec. 1444/2007, EDJ 2012/24605 Ponente: Gimeno-Bayon Cobos, D. Rafael En contra del orden público, seguridad y garantía de las transacciones comerciales Abuso de derecho en el ejercicio de la acción de nulidad y liquidación de sociedad anónima Acuerda el TS desestimar el recurso de casación interpuesto con motivo de la declaración de nulidad y liquidación instada de la sociedad anónima ahora recurrente, con base en la existencia de una simulación absoluta y en la infracción de la obligación de desembolso de la cuarta parte del valor nominal de cada una de las acciones impuesto por la LSA 1951 aplicable al caso de autos, y contra la sentencia de apelación que confirmó la desestimación en la instancia. Frente a las apreciaciones del recurrente que afirma la nulidad radical en tanto existió simulación absoluta del contrato, dos de los socios fundadores demandados no efectuaron desembolso alguno y resultando además que la Ley exige una efectiva correspondencia entre el capital y el patrimonio de la sociedad anónima, señala la Sala que hay que confirmar el pronunciamiento de la sentencia recurrida, partiendo de una interpretación restrictiva de las causas de nulidad de las sociedades inscritas, y centrándose en supuestos, como el presente, en el que la acción se ejercita de forma claramente desviada respecto de su finalidad -el orden público económico y la seguridad y garantía de las transacciones comerciales en un mercado estable-, así como dando por sentado que se trata del ejercicio abusivo del derecho y contrario a la buena fe, como lo demuestra la recurrente al cuestionar que la sociedad esté capitalizada una vez desplegada su actividad durante trece años, así como que el valor de su patrimonio no supere la cifra marcada por la ley respecto al capital social. "...Lo hasta ahora expuesto cobra especial relevancia en supuestos como el presente en el que la acción se ejercita de forma claramente desviada respecto de su finalidad -el orden público económico y la seguridad y garantía de las transacciones comerciales en un mercado estable-, o como sostiene la sentencia recurrida "evidenciando que la acción esgrimida está violentando la previsión del artículo 7 del Código Civil, al suponer un ejercicio abusivo del derecho y contrario a la buena fe", ya que, no se cuestiona que la sociedad está capitalizada después de desplegar su actividad durante trece años y tampoco que el valor de su patrimonio supera la cifra del capital social. 44. Además resulta particularmente relevante si se tiene en cuenta que la acción se ejercita por el socio que gestionó el otorgamiento de la escritura, ha sido administrador único y ha dejado constancia documental del desembolso de las acciones." ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista Reseñas ----------------------------- Penal STS 2ª, 23 febrero 2012, Rec. 652/2011, EDJ 2012/24628 Ponente: Ramos Gancedo, D. Diego Antonio Por negativa a desvelar la identidad del testigo protegido Vulneración del derecho a la defensa Interponen recurso de casación los condenados por un delito contra la salud pública. Entre otros motivos, alegan que la defensa solicitó del Tribunal en su escrito de conclusiones provisionales "la identificación del testigo protegido con el fin de conocer la existencia de posibles móviles que condicionaran su testimonio" y no obtuvo respuesta hasta el día de inicio del juicio oral que desestimó la pretensión. El TS estima el recurso y dicta segunda sentencia por la que absuelve a los recurrentes del expresado delito, por cuanto el pronunciamiento condenatorio se ha sustentado esencialmente en una prueba que ha quebrantado el derecho de defensa del acusado y, por tanto, ilícita, inconstitucional y sin eficacia probatoria, ya que con la negativa de la Sala a desvelar la identidad del testigo protegido, se imposibilitó, al menos, se dificultó muy gravemente, el derecho de defensa. para su integridad derivado de su testimonio incriminatorio, en un mundo tan peligroso como el del tráfico de drogas....", única razón que aduce el Auto de la Audiencia Provincial para no desvelar la identidad del testigo de cargo protegido y anónimo. (…) EL D ERECHO [EDITORES] ------------ "PRIMERO.- Los acusados, Martina, Florencio y Eduardo, fueron condenados por la Audiencia Provincial de Murcia como responsables en concepto de autores de un delito contra la salud pública del art. 368 C.P., inciso primero referido a tráfico de drogas que causan grave daño a la salud. (…) TERCERO.- El recurso debe ser estimado. Y ello es así porque una de las protestas casacionales consiste en que la defensa solicitó del Tribunal en su escrito de conclusiones provisionales "la identificación del testigo protegido con el fin de conocer la existencia de posibles móviles que condicionaran su testimonio". (…) Esta solicitud se hizo en 22 de enero de 2010, no recibiendo respuesta alguna por parte del Tribunal en el Auto de admisión y denegación de pruebas de 25 de febrero, ante lo cual se interpuso recurso de súplica de 23 de abril, reiterando que se facilitara la identidad del testigo protegido como elemento esencial para ejercitar la defensa. Tampoco el Tribunal resolvió al respecto hasta el Auto de 25 de octubre, que desestimó la pretensión, notificado el mismo día de inicio del Juicio Oral, formulándose la correspondiente protesta por la defensa en el trámite de cuestiones previas. La doctrina de este Tribunal Supremo sobre los testigos protegidos establece que el derecho a la tutela judicial efectiva reconocido en el art. 24.1 CE comporta que en todo proceso debe respetarse el derecho a la defensa contradictoria, que se erige así en la piedra angular de todo el elenco de garantías diseñado en el párrafo segundo de aquel precepto, configuradas como otros tantos derechos fundamentales. La interdicción de la indefensión reclama un cuidadoso esfuerzo de los Tribunales para preservar el derecho de defensa de todas las partes ( STC 112/89). Pero la indefensión constitucional tiene un significado material que no coincide enteramente con el concepto jurídico procesal ( STC 70/84). (…) CUARTO.- En el caso que tenemos ahora que resolver estamos ante un testigo anónimo para la defensa del acusado cuya identidad nunca le fue desvelada a pesar de haberlo solicitado fundadamente al elaborar su escrito de calificación provisional, sin haber obtenido respuesta desde ese momento hasta que nueve meses más tarde se le notifica el Auto desestimatorio de aquella pretensión coincidiendo con la celebración del juicio. Es claro, según la doctrina antes consignada, que con ello se imposibilitó, al menos, se dificultó muy gravemente el derecho de defensa. Pero, además, y al estar en juego unos valores tan relevantes como contrapuestos, -la integridad física del testigo protegido y el derecho a la defensa del acusado- la resolución judicial que sacrificaba este último, debería haber estado especialmente motivada y fundamentada en buenas razones objetivas que revelaran un riesgo cierto y real para el testigo proveniente de los acusados en caso de ser conocido por éstos. La motivación de una resolución tan trascendente no puede consistir en una vaga e indefinida referencia a que su identificación ".... puede generarle un peligro “...el derecho a la tutela judicial efectiva reconocido en el art. 24.1 CE comporta que en todo proceso debe respetarse el derecho a la defensa contradictoria,...” -----------13 ------------- Reseñas Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ----------------------------- Y, de este modo sale al paso del riesgo de convertir la excepción que contempla la Ley Orgánica 19/1994, en regla general que, lamentablemente, está proliferando en los últimos tiempos. En esta tesitura debe prevalecer el derecho a la defensa para no retrotraernos a tenebrosos tiempos inquisitoriales de todos conocidos y a más modernas situaciones de regímenes totalitarios en los que al amparo de una denuncia o imputación anónima se conseguían intereses y beneficios bastardos por el desconocido denunciante, sin posibilidad para el acusado de desacreditar a aquél poniendo de manifiesto los motivos espurios que hubieran podido impulsar al denunciante o acusador. En consecuencia, debemos declarar que el pronunciamiento condenatorio se ha sustentado esencialmente en una prueba que ha quebrantado el derecho de defensa del acusado y, por tanto, ilícita, inconstitucional y sin eficacia probatoria, por lo que la reclamación casacional debe ser estimada, debiéndose casar y anular la sentencia de instancia sin necesidad de examinar el resto de los motivos formulados por el recurrente, y dictar nueva sentencia en la que se declare la absolución de los acusados." ------------ “...el objeto de la tasa que se expresa dista mucho de lo establecido en la Directiva 97/13/CE y en la 2002/20 CE ya que está sirviendo para financiar gastos o inversiones que ninguna relación guardan con la gestión, control y ejecución del régimen establecido en la Ley General de Telecomunicaciones,...” EL D ERECHO [EDITORES] -----------14 Contencioso-administrativo STS 3ª, S. de 9 febrero 2012, EDJ 2012/21122, Recurso 5288/2008 Ponente: D. Juan Gonzalo Martínez Micó Al no acreditar la CMT los costes de administración Nulidad de la tasa anual girada a telefónica por autorizaciones generales El TS estima parcialmente el recurso de casación interpuesto por Telefónica España contra la sentencia dictada por la Audiencia Nacional que declaró conforme a derecho la resolución del TEAC por la que se confirmaba la liquidación de la tasa por autorizaciones generales y licencias individuales, correspondiente al ejercicio de 2004, sentencia que se revoca en el sentido de anular la liquidación objeto del presente recurso. La Sala considera que la Directiva 97/13/CE no se opone a que los Estados miembros determinen el importe de una tasa sobre la base de los ingresos brutos de explotación de los sujetos pasivos ni se opone a que se imponga, de manera periódica, a los titulares de autorizaciones generales una tasa destinada a sufragar los gastos administrativos relacionados con los procedimientos de autorización general, como la tasa anual controvertida en este recurso. Dicho esto, la Sala anula la liquidación girada por la CMT ante la falta de datos y anta las oscuridades propiciadas por la propia Administración para comprobar si la tasa excedió del total de los costes correspondientes a la expedición, la gestión, el control y la ejecución del régimen de autorización general. "...En lo que atañe a la cuestión de si los Estados miembros pueden determinar, como es el caso de la normativa controvertida en el presente recurso, el importe de esta tasa sobre la base de los ingresos brutos de explotación de los sujetos pasivos, debe considerarse que se trata de un criterio objetivo, transparente y no discriminatorio. Por otro lado, este criterio de determinación no deja de estar relacionado con los costes en que incurre la autoridad nacional competente. Por consiguiente, la Directiva 97/13 no se opone a que los Estados miembros determinen el importe de una tasa con arreglo al artículo 6 de esta misma Directiva sobre la base de los ingresos brutos de explotación de los sujetos pasivos. 3. Teniendo en cuenta el carácter de la sentencia dictada, es decir, su vinculación para el órgano jurisdiccional nacional remitente de la cuestión prejudicial y su retroactividad, así como el contenido del pronunciamiento de la misma, procede casar la sentencia recurrida y, constituida en Sala de instancia, llevar a efecto la comprobación contenida en el fallo de la sentencia en orden a determinar si la tasa general de operadores cumple el requisito establecido en la Directiva Comunitaria 97/13 CE, es decir, que su destino sea el de sufragar los gastos administrativos relacionados con los procedimientos de ------------- Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista Reseñas ----------------------------- expedición, gestión, control y ejecución de las autorizaciones generales y si sus ingresos no exceden del total de gastos administrativos mencionados. Como puede apreciarse, el objeto de la tasa que se expresa dista mucho de lo establecido en la Directiva 97/13/CE y en la 2002/20 CE ya que está sirviendo para financiar gastos o inversiones que ninguna relación guardan con la gestión, control y ejecución del régimen establecido en la Ley General de Telecomunicaciones, a lo que se refiere la sentencia del Tribunal de Justicia. La única conclusión válida es que CMT consigue con la exacción de la tasa unos ingresos sustancialmente superiores a los gastos, como se acredita en las periciales judiciales." Social Ponente: de Castro Fernandez, D. Luis Fernando No exonera del pago de indemnización por cese y falta de preaviso Justificada extinción de contrato por causas económicas con amortización de puesto Estima el TS el recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por la trabajadora despedida contra sentencia que le denegó la indemnización legal reclamada y los salarios de preaviso. Entiende la Sala que, si bien en el caso de autos está justificada la amortización del puesto de trabajo acordada por causas económicas y, por tanto, la extinción contractual es procedente, debería haberse acogido la pretensión subsidiaria de la recurrente sobre condena al abono de la cantidad solicitada, pues la extinción contractual por causas objetivas exige, entre otros, el requisito de la puesta a disposición de la indemnización y la concesión del preaviso, sin que los problemas económicos alegados para justificar la extinción sirvan también para excluir el pago de los conceptos reclamados. "...El precedente argumento ni como tal ofrece apreciable solidez ni como afirmación tiene adecuado soporte normativo, pues el sistema legalmente establecido para la extinción contractual por causas objetivas - art. 53.1 ET- impone tres requisitos para la validez formal de tales ceses (comunicación escrita; puesta a disposición de la indemnización; y concesión del plazo de preaviso de un mes o alternativo abono de los salarios correspondientes a dicho periodo), y la posible elusión legal de la simultánea puesta a disposición -con la comunicación extintiva- de la indemnización y del importe correspondiente al preaviso no observado tiene la exclusiva finalidad de evitar el pronunciamiento de nulidad que en principio comportaría el incumplimiento de aquellos requisitos ( art. 53.1.4 ET), hasta el punto de que la propia norma se cuida de disponer (inciso final del apartado segundo del art. 53.1.b) ET) que tal exención de simultánea puesta a disposición se entiende "sin perjuicio del derecho del trabajador de exigir de aquél (el empresario) su abono cuando tenga efectividad la decisión extintiva"; mandato que ha de complementarse con el efectuado por el art. 53.5.a) ET, respecto de que cuando la autoridad judicial califique como procedente la extinción, "el trabajador tendrá derecho a la indemnización prevista..., consolidándola de haberla recibido", con lo que resulta razonable colegir que de no haberla percibido, la declaración de "consolidación" habrá de ser sustituida por la de condena a su abono. Y aunque en teoría pudieran suscitarse dudas -que en principio no compartimos, a la vista de la redacción del precepto- respecto de si en todo caso procedería efectuar de oficio un pronunciamiento judicial sobre tal débito, lo que se presenta inequívocamente claro es que solicitado el mismo por el trabajador (es el supuesto de las decisiones contrastadas), la sentencia que declare la procedencia de la extinción por la concurrencia de causa legal, en todo caso ha de acoger la pretensión subsidiaria sobre condena al abono de los conceptos (indemnizatorio por el cese; y resarcitorio por el preaviso incumplido) todavía no satisfechos, puesto que legalmente procede, conforme se ha indicado, y con ella no se incurre en indebida acumulación de acciones, al tratarse de una consecuencia legalmente prevista para la procedencia del despido por causas objetivas." “...la sentencia que declare la procedencia de la extinción por la concurrencia de causa legal, en todo caso ha de acoger la pretensión subsidiaria sobre condena al abono de los conceptos (indemnizatorio por el cese; y resarcitorio por el preaviso incumplido) todavía no satisfechos,...” EL D ERECHO [EDITORES] ------------ STS 4ª, 7 febrero 2012, Rec. 649/2011, EDJ 2012/26409 -----------15 ------------- Breves Número 3, abril de 2012 de Jurisprudencia Revista ----------------------------- Breves Obligación de embarque de pasajeros por pasarela En sentencia del juzgado de lo mercantil nº3 de Alicante se rechaza la reclamación de Ryanair en relación a la posibilidad de realizar el embarco y desembarco de pasajeros a pie -EDJ 2012/40275-. Se considera justificado el uso de las pasarelas telescópicas en aras a garantizar la seguridad en las instalaciones, así como niega que su empleo pueda perjudicar al modelo del negocio ni genere desventaja competitiva en ningún caso a la cita compañía. Inaplicación de la atenuante de arrebato y confesión en delito de asesinato Revista de Jurisprudencia ----------------- - - - -Publicación - - - - semanal. -------Depósito legal: BI-606-05 ISSN 1888-4881 Franqueo concertado 01/3025 Reservados todos los derechos. Esta publicación y sus contenidos no pueden ser reproducidos total o parcialmente, ni editados, transmitidos ni registrados por ningún medio técnico o procedimiento reprográfico o fónico, electrónico o mecánico, sin la expresa autorización por escrito del editor. 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El Jurado dedujo lo sorpresivo del ataque porque, según el informe forense, hubo ausencia de cualquier signo de defensa de la víctima. La defensa, por su parte, sostenía que era aplicable la atenuante de arrebato u obcecación. Sin embargo, el TSJ Cataluña afirma que nuestra sociedad no puede admitir en modo alguno la reacción de dar muerte a una mujer porque haya separación conyugal, por su desafecto o incluso porque aquélla inicie otras relaciones. Se considera inaceptable la reacción de violencia suma del acusado y se imponen sanciones penales rigurosas. Pretender que a la vez pueda ser una reacción merecedora de alguna atenuación es una contradicción, En cuanto a la atenuante de confesión - ya que el autor tras cometer el crimen se dirigió a la comisaría de policía- tampoco el TSJ considera que fuera de aplicación ya que el hecho lo cometió en plena calle y por tanto con evidencia de su autoría. ------------------------------