Una mirada de Mujer en el Municipio Un gran abrazo para todas y también para los pocos privilegiados que hoy nos acompañan. Es una alegría para mí poder estar aquí. Tan bien acompañada, de tantas amigas, dirigentas, vecinas, madres, abuelas, esposas, amantes, hijas, cantantes, actrices, poetisas, bailarinas, cocineras, comerciantes, en fin. Toda la diversidad que representa a las mujeres de esta hermosa comuna de Peñalolén. Esta actividad fue pensada especialmente en ustedes, y por eso hemos preparado este evento, con afecto, para divertirnos, reconocernos, hacernos cariño, cantar, reír, emocionarnos y lo más importante para soñar. Lo primero que quiero hacer, porque lo siento de todo corazón, es agradecer. Le agradezco en primer lugar a Dios por todo lo que me ha dado en la vida. Agradezco a mi familia, a mis padres, porque sin su esfuerzo no estaría enfrentando hoy este desafío y no sería quien soy, y especialmente quiero homenajear a mi madre, por enseñarme a mirar más allá de mis narices, a valorar la democracia, a descubrir el servicio público, a respetar a los demás y a vivir mi vocación intensamente. A mis hijas, que tantas alegrías me han dado hoy, a mi nene (nana), que ha entregado su propia vida para cuidar a otra familia, de la cual ya forma parte. A mis herman@s y especialmente a mi marido, que sin su apoyo y soporte no podría emprender este gran desafío. Quiero agradecer también a la senadora Soledad Alvear, porque me conoció con un jumper azul, llena de ganas y energías, supo animarme para seguir la carrera de la política, y porque su testimonio de vida es un ejemplo para quienes abrazamos esta vocación. Quiero agradecer también al alcalde Claudio Orrego, primero por haberme invitado a ser parte de este proyecto y de este equipo, por ayudarme a descubrir muchos de mis talentos y también a lidiar con mis debilidades, por enseñarme que para hacer política es necesario no perder jamás la capacidad de padecer con el dolor del otro y también para tener la capacidad de soñar con nuevos imposibles. Agradecer al equipo municipal, a mis pares, porque han sido generosos, por su entrega y capacidad de trabajo y porque tengo la tranquilidad que con ellos pudimos hacer grandes cosas y podremos seguir haciendo muchas más. Tengo muy claro que Peñalolén ha ganado en orgullo e identidad, ha ganado en dignidad. Cuando me piden que siga en la misma senda de esta gestión se refieren a que sea una alcaldesa de terreno, que sueñe con nuevas obras, que siga promoviendo la participación y que no me olvide de ellos cuando esté dirigiendo los destinos de esta comuna. Y ese es mi compromiso, por ustedes, con ustedes y porque no es posible sin ustedes. Y estamos aquí porque pensar un Peñalolén del 2016 y por qué no del 2020 no puede hacerse sin pensar en sus mujeres y sus niñas. Cuando pienso en lo que viene, viene a mi mente la señora Gloria que espera la micro en los Presidentes por casi una hora para ir a trabajar a los condominios del sector alto de la comuna, o en la señora Irene que sale a las 7 de la mañana a lo Barnechea para ir a cuidar a unos niños y después llega en la noche a hacerse cargo de su casa y de los propios hijos, en la Nancy que espera impaciente el colectivo en san luis, sin saber si algún día va a llegar a tiempo a hacer los trámites que necesita, pienso en Andrea que trabaja de noche y además atiende a su padre enfermo, en Berta que ha entregado su vida a los demás y que hoy padece una enfermedad incurable y sólo quiere vivir sus días con dignidad y sin dolor, en Angélica que tiene un hijo enfermo y pide a gritos auxilio porque sola no puede ayudarlo, pienso en esa señora que vivió años en un carro en el fondo de un patio y que hoy tiene por fin su casa propia, pienso en la señora Marisol que vive en un condominio hermoso, al lado de la cordillera y que no sabe que pasa todos los días frente a la casa de la señora Inés y no sabe que ella le hace el pan que come todos los días y en fin, podría seguir enumerando cientos y miles de casos. Porque para muchos las obras son lo único necesario para tener éxito y si bien las grandes obras cuando se tienen recursos escasos requieren de buenas alianzas, gestión y mucha perseverancia, son sólo el piso, pues para quienes creemos en la buena gestión nos interesa ver quién las usa y cómo las usan. Hemos ido reconstruyendo el tejido social de la comuna pero así y todo tenemos que seguir trabajando para que nuestras mujeres tengan buen trato, para eliminar la violencia contra ellas, para enfrentar el abandono y el abuso. Tenemos que trabajar para que las mujeres que trabajan tengan atención de salud en horarios de tarde, después de la pega, para que nuestros adultos mayores tengan un trato preferente en nuestros consultorios, para que se sientan acogidos y escuchados. Tenemos que trabajar para que la señora que me dijo en la feria que no cree en la política, vuelva a creer participando en su barrio, conociendo a sus vecinas, no sólo preocupándose sino ocupándose. Tenemos que trabajar para que todos los barrios de Peñalolén sean lindos, limpios y entretenidos, para que la vida sana no sea privilegio, sea un derecho de todas las mujeres de Peñalolén. Y estos sueños no son individuales, son colectivos, por eso para cumplirlos es necesario contar con un equipo, que sea comprometido, capaz, que trabaje con pasión y que siempre busque lo mejor para Peñalolén y por eso hoy me acompañan los concejales y candidatos al concejo municipal, porque junto con ellos me tocará liderar a esta gran manada de leonas, leones y leoncitos peñalolinos, desde los más fuertes y luchadores hasta los más débiles y dependientes. Quiero invitarlas a trabajar para que este rugido de triunfo llegue a todos los rincones de Peñalolén. ¡A ganar y viva Chile mierda!