Discurso de Apertura de Marisela Padrón, Directora de la División de América Latina y el Caribe del UNFPA en la Reunión de la Mesa Directiva Ampliada del Comité Especial de Población y Desarrollo del Período de Sesiones de la CEPAL Señor José Luis Machinea, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Señor Juan Carlos Alfonso, Presidente de la Mesa Ejecutiva del Comité Especial sobre la Población y el Desarrollo, Distinguidos delegados y delegadas, amigos y colegas, Es un gran honor dirigirme a ustedes a casi diez años de la histórica Conferencia sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo en 1994. El Programa de Acción de esa conferencia dio un giro fundamental a las políticas de población. Con anterioridad a 1994, esas políticas habían estado dominadas por estrategias que buscaban controlar la fecundidad de las mujeres y reducir el crecimiento demográfico. El Programa de Acción de El Cairo reconoció los derechos y la salud sexual y reproductiva, el empoderamiento de las mujeres y la igualdad entre los géneros como factores decisivos en los esfuerzos orientados a facilitar el desarrollo, la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de las instituciones de la democracia. En El Cairo, 179 gobiernos acordaron un Programa de Acción para los próximos veinte anos, apuntando a establecer un balance entre la población del mundo y la distribución de sus recursos. El derecho a decidir 1 libremente el tamaño de sus familias fue reconocido entonces como un derecho humano fundamental de los individuos y de las parejas. Cinco años mas tarde, en 1999, la mayoría de los países del mundo, incluyendo los Latinoamericanos y del Caribe, reafirmaron su compromiso con las metas del Programa de Acción de El Cairo, en un proceso que conocemos como Cairo+5. Se identificaron en esa oportunidad un conjunto de Medidas Claves que incluyeron nuevos acuerdos para profundizar la ejecución del programa. Hoy, diez años después de El Cairo, estamos en Santiago para hacer una revisión de los resultados de ese proceso, para determinar los avances logrados y examinar al mismo tiempo las restricciones que los países han enfrentado en la consecución de los objetivos y metas propuestas en 1994 y 1999. De acuerdo al informe técnico preparado por el Secretariado del Comité que nos convoca a esta reunión, la región ha dado pasos importantes en la aplicación de las recomendaciones de la Conferencia. Este informe da cuenta de sostenidos avances en varios temas decisivos. Entre ellos debe destacar la contribución de las políticas publicas de población a la reducción de la pobreza y a la promoción del desarrollo, el reconocimiento de los derechos reproductivos, la atención de las necesidades de salud sexual y reproductiva, incluyendo las de los adolescentes, la elaboración de políticas especificas para enfrentar la epidemia de VIH/SIDA y la violencia contra la mujer. 2 El documento técnico que se presenta en esta reunión, esta basado en los informes elaborados por los países, en respuesta a una encuesta promovida por el UNFPA para determinar los logros obtenidos en los diez años transcurridos desde el inicio de la ejecución del Programa de Acción. Al responder esta encuesta, cada gobierno, en consulta casi siempre con la sociedad civil, presentó un informe sobre avances, desafíos y temas emergentes. No hay duda que estos informes dan cuenta de notables progresos en las diferentes áreas del programa, pero también es cierto que son muchas las tareas aún pendientes. Han sido numerosos los obstáculos enfrentados por los países de la región durante los diez años transcurridos desde la CIPD. Muchos de esos obstáculos se relacionan con severas restricciones fiscales que han derivado de las cargas asociadas a la deuda externa. En ese contexto restrictivo, el gasto social, aún en aquellos casos en que ha experimentado un cierto crecimiento, ha sido insuficiente para satisfacer adecuadamente las necesidades básicas de grandes contingentes de población. El incremento del volumen de personas en situación de pobreza en la región, a pesar de la estabilización de las cifras relativas en los últimos años, es uno de los principales desafíos que América Latina y el Caribe enfrenta. Baste señalar que el 33% de los habitantes de la región vive con menos de US$ 2 diarios. Para ellos la vida cotidiana es un ejercicio de sobrevivencia muy dificultoso. Pero creemos oportuno insistir en el hecho de que junto al desafío de la pobreza, en si mismo un desafío de grandes proporciones, la región sigue registrando enormes disparidades económicas y sociales internas, situaciones de profunda desigualdad que, configuran un real 3 impedimento para el éxito de las políticas de reducción de la pobreza que durante la década pasada se continuaron ejecutando. Es bien sabido que en América Latina y el Caribe, la distribución del ingreso es la menos equitativa del planeta. Hay países en la región en los cuales el 10 % de la población recibe el 50 % del ingreso nacional, mientras que el 50% de la población percibe algo más del 10%. Conviene recordar aquí que una gran parte de la población de América Latina y el Caribe –considerada como una región de desarrollo medio- no tiene acceso al agua potable y a servicios básicos de educación y salud, incluida la salud reproductiva. Además de ser esta una grave injusticia social, la persistencia de desigualdades es también, como sabemos, un serio obstáculo para el crecimiento económico. Las desigualdades tienden a excluir del proceso productivo a amplios grupos de población, en especial a las mujeres y a los más jóvenes. Como sabemos, los Objetivos de Desarrollo del Milenio han identificado a la pobreza y a la desigualdad como dos de los más críticos desafíos que la humanidad enfrenta. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio convocan a la reducción de la pobreza extrema en un 50% para el año 2015. Plantean asimismo la necesidad de asegurar que las decenas de millones de niños y niñas no escolarizados puedan asistir a la escuela. Las metas establecen la necesidad de garantizar al mismo tiempo la reducción de la desigualdad de género en el acceso a la educación y urgen a los países a trabajar efectivamente en una significativa reducción de la mortalidad infantil y materna. Los países deben al mismo tiempo enfrentar la epidemia del VIH/SIDA como una cuestión de la más alta urgencia para detener y revertir su expansión. Menciono apenas 4 algunas de las áreas a las cuales se refieren las metas del milenio, sólo para señalar que las metas del Programa de Acción de Cairo y este conjunto de objetivos son complementarios. El Programa de Acción de Cairo prioriza el acceso universal a la salud reproductiva así como intervenciones en áreas sociales y del comportamiento humano (incluyendo el empoderamiento de las mujeres y los adolescentes, la educación sexual, la prevención del embarazo adolescente, de la violencia y del abuso sexual). Esta agenda constituye un programa eficaz y funcional para el logro de las metas de Desarrollo del Milenio. Estoy convencida que el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, así como el acceso a la educación y el ejercicio de los derechos reproductivos, pueden contribuir eficazmente a evitar el círculo vicioso de la pobreza en el que se encuentran millones de mujeres y adolescentes de esta región. La decisión de tener o no hijos y cuando tenerlos, la igualdad de género, una vida libre de violencia y de coerción sexual no solo son derechos humanos fundamentales sino también factores claves en las políticas de reducción de la pobreza. Me limito a señalar apenas estas cuestiones, pues mi colega Rogelio Fernández Castilla se referirá con mas propiedad a la relación entre el Programa de Acción de Cairo y las metas del milenio, más adelante, durante la mañana de hoy. Hay un segundo tema que me interesa enfatizar en esta intervención. Junto con la pobreza, es un segundo desafío de importancia crítica que los países de la región enfrentan, a diez años de Cairo. Se trata de la epidemia de VIH/SIDA, frecuentemente minimizada en algunos de nuestros países 5 porque la prevalencia del fenómeno luce en muchos casos como poco significativa. Sin embargo, hay áreas en la región (es el caso de Centroamérica) en las cuales se está actualmente registrando un alto ritmo de expansión. El Caribe, por otra parte, es la segunda región del mundo con altos índices de incidencia de VIH/SIDA. El grupo de la población más afectado es el de los jóvenes, y en términos crecientes, el de las mujeres jóvenes. Como lo ha señalado nuestra Directora Ejecutiva, Thoraya Obaid en ocasión del Día Internacional de la Mujer, las mujeres sólo parecen equipararse con los hombres en la infección del VIH/SIDA. Es urgente entonces que la región intensifique sus esfuerzos en materia de prevención, diagnóstico y tratamiento a nivel de la atención primaria de la salud y en el marco de los programas de salud sexual y reproductiva y de equidad de género. Quisiera insistir sobre la importancia estratégica que representa invertir en programas de prevención de VIH/SIDA centrados en adolescentes y jóvenes. Para tomar decisiones sobre sus propias vidas, los adolescentes y jóvenes no solo necesitan información adecuada y oportuna sobre la salud sexual y reproductiva. También necesitan desarrollar capacidades y la imprescindible confianza en sí mismos, en especial las mujeres adolescentes, para poder protegerse eficazmente. Es sabido que para que esto ocurra los adolescentes deben acceder a la información necesaria que les permitirá protegerse más eficazmente. 6 El acceso a la necesaria información no puede ser incompleto y sesgado sino que debe llegar a tiempo y dar cuenta de las opciones que rodean la vida cotidiana de cualquier adolescente latinoamericano y caribeño a comienzos del siglo XXI. Ignorar esta dimensión del problema no sólo es erróneo sino también irresponsable. Y como ocurre en otros planos de la vida individual y la experiencia colectiva de las naciones, la promoción de una sola opción pareciera no facilitar la difusión de valores democráticos. Por eso, a medida que los jóvenes se inician en la vida sexual y reproductiva, deben poder protegerse de las enfermedades, del abuso y de la explotación. Los adolescentes tienen derecho a la información y a los servicios, tal como aparece claramente acordado en el Programa de Acción y en el documento de las medidas Claves de Cairo+5. Valga señalar que se dispone de amplia evidencia acerca de la correlación entre el acceso a información comportamiento sexual y reproductivo responsable por parte y un de los adolescentes y jóvenes. Existen diferentes puntos de vista sobre el modo más efectivo de asegurar que los adolescentes y jóvenes tengan acceso a la información y a los servicios que los ayuden a protegerse. UNFPA reconoce que uno de los modos más efectivos y estratégicos es a través de un enfoque integral, sensible a las cuestiones de género. Los adolescentes deben ser considerados, por lo demás, como sujetos de derecho que deben participar plenamente no sólo en la toma de las decisiones que afectan sus vidas, sino también en el diseño e implementación de los programas que los atañen. La generación de adolescentes y jóvenes más numerosa de la región entrará en plena edad reproductiva y productiva en las próximas décadas. 7 Debe dárseles la oportunidad para que se conviertan en agentes de desarrollo de sus propias comunidades y sus energías y capacidades puedan ser plenamente aprovechadas para beneficio de esas comunidades. Los adolescentes necesitan y quieren el apoyo de los adultos en todos los aspectos de su crecimiento, bien sea en el acceso a la educación o al trabajo, y también en sus relaciones afectivas, para no mencionar más que algunas dimensiones importantes de sus vidas. Invertir en ellos es estratégico. En modo alguno debe ser pensado como un esfuerzo oneroso. No invertir en ellos significa ignorar la necesidad de desarrollar a las futuras generaciones de nuestros países. Esto me lleva a abordar los problemas del grupo etario que está situado al otro lado del ciclo de vida. Me refiero a los grupos de adultos mayores. Al incrementarse el número de la población con más de sesenta anos, el respeto de sus derechos y la atención a sus necesidades en un marco de igualdad de género se hacen más que apremiantes. Los adultos mayores no deben ser sometidos al ostracismo, a la exclusión y a la discriminación. Por el contrario, estos adultos mayores deben ser vistos desde una perspectiva de derechos. Las personas de edad son ciudadanos y ciudadanas que con frecuencia tienen responsabilidades crecientes en el entorno familiar. Pueden y deben contribuir activamente a la vida de sus comunidades en un marco que les garantice condiciones de seguridad económica y el acceso a los servicios de salud. Las intervenciones en el área de la prevención en todo cuanto toca a su salud sexual y reproductiva en fases anteriores de su ciclo de vida, deben ser vistas con la debida prioridad para asegurar que puedan disfrutar de una salud plena y que la dimensión de su sexualidad tenga la 8 debida atención en los servicios de salud. En ese sentido, valga señalar el esfuerzo que los países latinoamericanos y caribeños han hecho para diseñar un Plan de Acción Regional que permita abordar con propiedad las necesidades y los derechos de los adultos mayores. A medida que los países de la región completen su transición demográfica, la población de los adultos mayores se convertirá en un área crecientemente prioritaria en el ámbito de las políticas publicas. Es ciertamente un fenómeno de índole demográfico que tiene profundas implicaciones para la vida de las familias, y las comunidades y que debe tener respuestas adecuadas por parte del Estado, sobre todo considerando la magnitud de la población adulta mayor que estará en situación de pobreza, si partimos de las estimaciones que cabe hacer sobre la base de los escenarios actuales. El envejecimiento es un fenómeno emergente en una parte de la región y es al mismo tiempo un fenómeno que hizo su aparición hace ya algunas décadas en varios de los países de la región, que tienen mucho que enseñar al resto de los países, en materia de políticas y respuestas colectivas. Quiero referirme a La migración como otro tema que gravita en las agendas de los países de la región. Aunque no hay que desestimar la creciente migración entre países de la propia región, las tres cuartas partes de los migrantes latinoamericanos y caribeños se dirigen hacia el norte, los Estados Unidos y Canadá. Como consecuencia, se hace indispensable promover la cooperación entre los países de origen, tránsito y destino de los migrantes internacionales. Con montos anuales de remesas cercanos a los 30,000 millones de dólares que entran a los países de origen como resultado de los procesos migratorios, una adecuada canalización de estos recursos hacia objetivos de desarrollo pudiera tener un impacto positivo. Es 9 además, urgente promover el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes, incluyendo a los desplazados por conflictos armados. Por otro lado, es necesario llamar la atención de los países para que redoblen esfuerzos en el control de la trata de personas, fenómeno que parece cobrar relevancia en la región y cuya verdadera magnitud se desconoce. Señor Presidente, En Noviembre de 2003, los países del Caribe reunidos en Trinidad y Tobago reafirmaron de forma unánime su compromiso con los acuerdos de El Cairo y aunaron esfuerzos en la Declaración de Puerto España. Allí han quedado bien reflejados los avances y los desafíos que la región enfrentará en los próximos años. Es un documento oportuno y necesario que ha revigorizado a los países de la región al momento de afrontar problemas tales como la pobreza, las migraciones o la epidemia de VIH/SIDA. Nos encontramos transitando la mitad del camino estipulado para cumplir las metas acordadas en El Cairo. UNFPA espera que la reunión que ahora se inicia de cuenta del progreso y los desafíos de toda la región, esta vez juntos los países del Caribe y los Latinoamericanos. Quiero terminar felicitando a los gobiernos y a las organizaciones de la sociedad civil por la colaboración y el compromiso con la agenda de El Cairo y recojo el deseo latente en esta reunión de continuar aunando esfuerzos para que podamos ver con nuestros propios ojos la realidad de una vida digna para los millones de mujeres y hombres que habitan esta región, como lo soñamos hace 10 años. 10 UNFPA continuará prestando su total y franco apoyo a los países a los fines de seguir transitando juntos el camino trazado en El Cairo. Les deseo éxito en las deliberaciones de la reunión. Muchas Gracias 11