ENTRE MAGNITUDES El deudor tendrá un plazo de 20 días para pagar la deuda, ante el notario o ante el propio acreedor, o para oponerse a ello. Reclamación de deudas ante notario. Agilidad y seguridad jurídica l pasado 23 de julio entró en vigor la Ley 15/2015 de Jurisdicción Voluntaria, una norma insistentemente reclamada por los operadores jurídicos, llamada –entre otras cosas– a establecer un nuevo modelo de solución de los inevitables conflictos que surgen de las CARLOS CAPA relaciones económicas o mercantiles entre empresas y/o particulares. ENERO / FEBRERO 2016 E En este nuevo escenario, cuyos saludables efectos en el sistema legal aún hoy apenas han empezado a desplegarse, la función notarial cobra ampliado y singular protagonismo, asumiendo capacidades que, si bien en muchos casos no son estrictamente novedosas y están conexas con funciones ya ejercidas por ellos, multiplican su utilidad como intervinientes en las relaciones jurídicas privadas. Paso a seguir. La nueva redacción de los artículos 70 y 71 de la Ley del Notariado establece que el acreedor que pretenda el pago de una deuda 52 Escritura PÚBLICA El acreedor deberá acudir a un notario del domicilio consignado o habitual del deudor con la documentación que acredite su derecho dineraria de naturaleza civil o mercantil, cualquiera que sea su cuantía y origen, “líquida, determinada, vencida y exigible”, podrá solicitar de un notario con residencia en el domicilio, residencia habitual del deudor o lugar donde pudiera ser hallado, que requiera a este de pago, siempre y cuando la deuda se acredite en la forma documental y que a juicio del notario, sea indubitada. Aunque esta nueva fórmula tiene similitudes con la del procedimiento monitorio tramitado en sede judicial, la propia exposición de motivos de la Ley de Jurisdicción Voluntaria aclara que para esta esde luego la rapidez, casi inmediatez, de la actuación del notario es una de las principales ventajas para el acreedor, que puede ver su reclamación satisfecha en 20 días. Además, la intervención notarial interrumpe la prescripción y ofrece un título demostrativo (un acta notarial) de la voluntad de querer cobrar la deuda reclamada, constituyendo un inequívoco aviso al deudor de las intenciones del acreedor de alcanzar la vía judicial si es necesario. Si el deudor rehúsa recibir el acta notarial, bastará con la palabra del notario para que el plazo empiece a correr. A las empresas, además, les permite deducirse el IVA no cobrado. Por último, dota al acreedor, en el caso de que el deudor no pague, de un título ejecutivo con el que podrá acudir directamente a los tribunales para el embargo y ejecución de sus bienes. En España existen 950 juzgados de Primera Instancia e Instrucción y 774 juzgados de Instrucción, competentes para el proceso monitorio. Por contra hay más de 2.800 oficinas notariales donde se puede iniciar un procedimiento de reclamación de deudas dinerarias entre empresas o entre particulares. D opción de reclamación de deudas “se sigue la técnica del Reglamento (CE) 805/2004 por el que se establece un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados”. El acreedor deberá acudir a un notario del domicilio consignado o habitual del deudor con la documentación que acredite su derecho. Verificada esta, el notario se la trasladará al deudor (se considerará válido el requerimiento aunque el deudor rehúse recibir la documentación, así como el efectuado a un empleado, familiar o persona mayor de edad que conviva con el deudor). En el caso de las personas jurídicas es suficiente la notificación a cualquier miembro del órgano de administración con facultades de representación suficientes o a la persona encomendada para la recepción de notificaciones) concediéndole un plazo de 20 días para que salde la deuda, pudiendo recibir el pago el notario o el propio acreedor, o para que se oponga a la misma. Si el deudor paga se termina el procedimiento. En caso de oposición del deudor, el notario lo hará constar en acta comunicándolo al acreedor y finalizando su actuación, quedando abierta la vía judicial para la reclamación de la deuda. Si el deudor no paga ni presenta oposición, el notario cierra el acta, que se convierte en título ejecutivo. Eludir la saturación judicial. La saturación de los juzgados y tribunales, agravada por la difícil realidad presupuestaria, producto de la crisis económica sufrida en los últimos años y por una escasa implantación de tecnologías electrónicas en la Justicia, es un hecho incontrovertido. La regulación de la jurisdicción voluntaria operada por la Ley 15/ 2015, persigue descongestionar los tribunales y lograr una Justicia más ágil y moderna, en beneficio de los ciudadanos y del fortalecimiento y desarrollo de las relaciones comerciales. Para darse una idea de la magnitud del problema baste recordar que el propio exministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, cifro en 2012 en 20.000 millones de euros las cantidades retenidas en litigios pendientes de resolución judicial entre particulares o entre particulares y la Administración. Las reformas legislativas realizadas en el último período, a fin de sanear los activos bancarios, y la vigencia de la actual normativa reguladora de las tasas, que elimina la obligación de satisfacerla cuando el procedimiento no exceda en cuantía de 2.000 euros, unida a la posibilidad de fraccionar las reclamaciones, ha provocado que el incremento en la presentación de los procedimientos monitorios haya Si el deudor no paga ni presenta oposición, el notario cierra el acta, que se convierte en título ejecutivo sido del 16,67 por ciento en 2014, según datos del Poder Judicial. Así, la Memoria del Consejo General del Poder Judicial recoge que durante el año 2014 ingresaron en los juzgados españoles 655.702 procedimientos monitorios. Según el mismo estudio oficial, el porcentaje de monitorios que terminan en pago suponen el 7,3 por ciento del total. Acabaron en ejecución 252.574, transformándose en juicios verbales 44.196 y en ordinarios 12.371. Por los supuestos de inadmisión de la petición y los de falta de competencia del juzgado ante el que se solicitó, terminaron un 46,9 por ciento. La duración media en 2014 de un procedimiento monitorio es de casi seis meses, que se convierten en seis y medio para los juicios verbales y catorce para los ordinarios. Permitir que, en ausencia de controversia entre las partes, se resuelvan conflictos por instrumentos distintos de los tribunales como son los notarios, evita agravar su carga de trabajo jurisdiccional, con una materia que no es estrictamente propia de su función y acerca nuestra Justicia a los estándares de los países más desarrollados y a las recomendaciones de los organismos internacionales como el Consejo de Europa. Seguridad jurídica y rapidez. La Ley de Jurisdicción Voluntaria se apoya en cualificados funcionarios públicos, como son los notarios, ENERO / FEBRERO 2016 ¿Qué ventajas tiene recurrir a un notario? Escritura PÚBLICA 53 ENTRE MAGNITUDES Todas las notarías están telemáticamente concertadas entre sí y con las Administraciones públicas, permitiendo tramitaciones electrónicas. ¿Se pueden reclamar todas las deudas? l legislador ha excluido del procedimiento de reclamación de deudas ante notario las reclamaciones en las que intervenga un consumidor final o usuario de servicios, como pueden ser los impagos de suministros de aguas, gas teléfono, etc. y las derivadas de la Ley de Propiedad Horizontal como los impagos a las comunidades de vecinos. Tampoco se pueden reclamar por este mecanismo las deudas de alimentos o en las que esté implicada la Administración Pública. Salvo estas excepciones cualquier otra deuda puede ahora ser reclamada con la intervención de un notario. E ENERO / FEBRERO 2016 Los notarios actúan por delegación del Estado y con su intervención garantizan la legalidad del acto para aliviar la congestión de juzgados y tribunales, pero ofreciendo las mismas garantías de seguridad jurídica que ofrecen las actuaciones judiciales. Los notarios españoles, con una esmerada preparación, actúan por delegación del Estado y con su intervención garantizan la legalidad del acto que autorizan, amén de asesorar jurídicamente a las partes con un rigor y solvencia internacionalmente reconocidos. Además, la doble condición de funcionarios públicos y profesionales del Derecho de los casi 3.000 notarios ejercientes en España, les sitúan en una posición idónea para asumir funciones de la jurisdicción voluntaria, como la recla- 54 Escritura PÚBLICA mación de deudas prevista por la Ley 15/2015. Sin olvidar que su distribución por todo el territorio garantiza una plena proximidad y cercanía a los ciudadanos y a sus problemas. Una red de más de 2.600 oficinas, repartidas por toda la geografía española, según criterios de interés social y no económicos, suponen una ventaja inigualable. El Notariado lleva desarrollando desde hace años su función en un entorno digital y electrónico puntero en las profesiones jurídicas. Todas las notarias están telemáticamente concertadas entre sí y con las Administraciones Públicas, permitiendo tramitaciones electrónicas que simplifican y agilizan la parte procedi- mental de los asuntos de jurisdicción voluntaria que realizan. La combinación de la más sólida seguridad jurídica con una rapidez inalcanzable en un procedimiento judicial tiene un valor notable en el tráfico comercial y en la economía de ciudadanos y empresas que acuden al Notariado para resolver sus conflictos a un coste muy razonable. La especialización y cualificación jurídica de estos funcionarios y profesionales del Derecho, y el elevado grado de confianza que el ciudadano deposita en ellos, les convierten en una herramienta indispensable tanto para la Administración de Justicia como para las relaciones privadas y mercantiles. JUAN ANTONIO ANDÚJAR HURTADO, NOTARIO a Ley 15/2015, de 2 de julio de Jurisdicción Voluntaria, habilita a los notarios para iniciar un expediente denominado Reclamación de deudas dinerarias no contradichas. Este expediente, introducido en los artículos 70 y 71 de la Ley del Notariado responde al objetivo de “avisar” o “amonestar” a quien debe una obligación dineraria, de que la pague, o se “atenga a las consecuencias”, que no son otras que iniciar la vía de la ejecución, siempre judicial. Conviene recordar que el proceso monitorio de la Ley de Enjuiciamiento Civil se ha revelado con el tiempo como uno de los grandes logros de dicha ley, pues según la última memoria publicada por el CGPJ, alrededor del 65 por ciento de los procesos contenciosos iniciados en los juzgados civiles y mercantiles corresponden a procesos de reclamación de deudas dinerarias. De todos esos procesos, alrededor del 50 por ciento consiguen el objetivo de dicho procedimiento que es, o bien lograr que el deudor pague (8%), o bien disponer de un título judicial que sirve para iniciar la ejecución del deudor (el resto). De lo que se deduce que el otro 50 por ciento de los procesos monitorios provocan la oposición del deudor, y acaban en un proceso declarativo, verbal u ordinario, en función de si su cuantía es inferior o superior a 6.000 euros. Con esos antecedentes, hay que entenNuestro documento der el nuevo expediennotarial de te ante el afán del reclamación, Gobierno por descargar si la deuda no se paga a la función judicial de tareas para las que no voluntariamente, se requiere estrictamente la audiencia y permite iniciar la vía contradicción de las ejecutiva partes, pero con una seguridad jurídica suficiente y semejante a la de las actuaciones judiciales. Así, la reclamación notarial de deudas dinerarias no contradichas tiene la misma finalidad que el proceso monitorio judicial. Esto es: u obtener su pago voluntario, o, en caso de no comparecencia ni respuesta del deudor, obtener un título que permite la ejecución, o abrir un proceso contradictorio, que inevitablemente tendrá que ser judicial. El escaso tiempo transcurrido desde la vigencia del expediente de reclamación de deudas notarial introducido por la Ley de Jurisdicción Voluntaria no permite aún tener una referencia muy clara de su futuro éxito o fracaso. Podríamos especular sobre si nuestro procedimiento o expediente notarial puede suponer alguna ventaja respecto al monitorio judicial en tres ámbitos: coste, competencia y plazo, con resultados desiguales. En cuanto al coste, la comparativa es interesante para reclamaciones superiores a 2.000 euros, que pagan 100 L euros de tasa fija judicial más un variable en función de la cuantía reclamada, siendo solo necesario abogado y procurador si hay oposición del deudor. En los procesos notariales, donde no es necesario contar con abogado ni procurador, los ciudadanos deberán pagar nuestro arancel, que ronda los 200-250 euros. En cuanto al ámbito de aplicación del procedimiento, somos perdedores, pero no por “goleada”. Nuestro ámbito de reclamación de deudas es muy amplio e interesante (piénsese en cualquier reclamación de deudas entre empresas; reclamaciones de rentas impagadas de alquiler, y reclamaciones de deudas entre particulares o familiares a raíz de conflictos de cualquier índole), aunque es cierto que son numerosos los supuestos de reclamación de deudas excluidos conforme al artículo 70 de la Ley del Notariado. Se nos han excluido de las reclamaciones entre profesionales y empresarios frente a consumidores y usuarios, lo que incluye todo tipo de deudas derivadas del consumo financiado, y por supuesto las deudas bancarias; las deudas derivadas del impago de cuotas de comunidad, las deudas de alimentos con menores o incapacitados, y las deudas de la Administración pública. Y finalmente tenemos un campo en el que salimos ganadores, que es el plazo de los procedimientos. La memoria del CGPJ del año 2011 señalaba que el plazo medio de un proceso judicial monitorio estaba en 8,6 meses. No cabe duda que aquí podemos competir, pues nuestra reclamación de pago al deudor puede ser mucho más ágil, pudiendo concluirse en un plazo medio de un mes y medio desde el requerimiento, contando los veinte días hábiles de contestación de que dispone el deudor. En definitiva, es pronto para dar una valoración de la efectividad y del grado de éxito que pueda tener nuestro procedimiento de reclamación de deudas. Los cambios en la mentalidad y en la cultura jurídica de una sociedad no se producen a la velocidad que los legisladores muchas veces quieren. Y téngase en cuenta que la Ley de Jurisdicción Voluntaria lo único que ha hecho es abrir otro cauce más, el notarial, para ciertas declaraciones antes solo reservadas al ámbito judicial, por lo que será necesario que el público conozca la existencia y utilidad de nuestro procedimiento. En este sentido, los ciudadanos deben saber que los notarios también prestamos asesoramiento jurídico, en nuestro caso gratuito e imparcial. De hecho, la opción de reclamar una deuda por vía notarial siempre ha existido, aunque normalmente solo se ha realizado cuando algún letrado o asesor que ha intervenido en el asunto así lo ha considerado oportuno. La novedad consiste en que ahora, nuestro documento notarial de reclamación, si la deuda no se paga voluntariamente, permite iniciar la vía ejecutiva, de manera más rápida que por la vía judicial. Pero es necesario que los ciudadanos y sus asesores lo sepan. ENERO / FEBRERO 2016 El expediente de reclamación de deudas notarial Escritura PÚBLICA 55