ANÁLISIS La acción de las organizaciones internacionales

Anuncio
ANÁLISIS
JUAN ÁLVAREZ COBELAS
La acción de las organizaciones
internacionales africanas en los
procesos de paz y seguridad
regionales
l artículo explora la preocupación y la acción de las organizaciones subregionales africanas en el ámbito de la paz y seguridad, sobre todo a partir de un fenómeno muy reciente: la delegación o externalización de funciones de las Naciones Unidas en las operaciones de paz a favor de otras organizaciones con ámbitos geográficos más restringidos.
E
Pero antes de entrar en el examen de los nuevos mecanismos de paz y seguridad
subregionales africanos, destaquemos que la Carta de las Naciones Unidas reconoce en su artículo 51 el inherente derecho individual o colectivo a la legítima defensa de los estados miembros. El artículo 51 regula dos tipos de situaciones: 1) un
Estado o grupo de estados, en caso de ataque armado, puede llevar a cabo un acto
de respuesta armada individual o colectiva (que puede adoptar la forma de una acción de imposición de paz o hacer aparecer la respuesta como tal), que será inmediatamente comunicada al Consejo de Seguridad y que durará hasta que éste adopte las medidas necesarias para mantener la paz; 2) el Consejo de Seguridad, con
arreglo a la Carta de la organización, puede ejercer la acción que estime oportuna
para restablecer la paz y seguridad regionales, entre la que, desde luego, se encuentra la del artículo 42.
Examinaremos ahora la habilitación legal que la Carta hace para permitir la intervención de aquellas. En el marco del capítulo VIII, la Carta no prohíbe, o textualmente, no se opone a la existencia de acuerdos u organismos regionales que tengan
entre sus fines el mantenimiento de la paz y seguridad regionales, 1 prefiriendo el
arreglo pacífico de la controversia local entre los miembros de esa organización regional a cualquier otro medio, 2 con la salvedad de que este artículo no impide la
aplicación de los artículos 34 y 35, que, en el primer caso, faculta al Consejo de
Seguridad a investigar situaciones susceptibles de conducir a fricciones internacionales y, en el segundo supuesto, permite a cualquier Estado miembro de la organiJuan Álvarez Cobelas, Grupo de Estudios Africanos, Universidad Autónoma de Madrid.
17
análisis
zación, le afecte o no, llevar ante el Consejo de Seguridad a la Asamblea General
una situación de tal tipo. Si no es Estado miembro, debe ser parte en la controversia.
Pero el deber más importante que el capítulo VIII supone a las organizaciones regionales es el que impone a éstas el deber de mantener en todo momento al
Consejo de Seguridad informado sobre las acciones emprendidas o proyectadas, pero nada dice respecto de una petición de consentimiento previo. 3
El artículo 53 de este capítulo confiere al Consejo de Seguridad la facultad de delegar en dichas organizaciones o acuerdos regionales, la aplicación de medidas coercitivas bajo su autoridad, aunque no determina si estas medidas deben ser adoptadas sólo por el Consejo de Seguridad, o puede la organización regional primeramente adoptarlas por sí misma y luego solicitar al Consejo permiso para su aplicación, puesto que el artículo 53.1, párrafo 2, sólo alude a aquellas medidas coercitivas llevadas a su realización efectiva (aplicadas, dice el artículo), sin autorización
del Consejo, lo cual, combinado con el artículo 51, podría llevar a la organización
regional a cometer, en el peor de los casos, un ilícito internacional al emprender
una acción armada y, en el mejor, a asumir un riesgo esperando que el Consejo de
Seguridad apruebe a posteriori su uso de la fuerza.
En conclusión, el artículo 53 sitúa a las organizaciones regionales en una posición complementaria y subordinada respecto de las Naciones Unidas, luego confirmada en el preámbulo de la Declaración sobre el mejoramiento de la cooperación
entre las Naciones Unidas y los acuerdos u organismos regionales en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, de 9 de diciembre de 1994. 4 En el
anexo a esta declaración es donde la Asamblea General menciona expresamente
los capítulos VII y VIII de la Carta de las Naciones Unidas –haciendo hincapié en la
primordial responsabilidad del Consejo de Seguridad– y donde se diseña el contenido de la colaboración con las organizaciones o acuerdos regionales, que no puede
ser otro que el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, por medio
de la diplomacia preventiva, la imposición coactiva de la paz y la construcción de
la paz posconflicto. Lo importante es que esta cooperación entre las Naciones
Unidas y las organizaciones regionales puede adoptar dos formas diferentes: una
más específica, como el intercambio de información, consulta y la participación en
el trabajo de los órganos de la organización, y otra, más operativa, como poner a
disposición de ésta personal, material u otro tipo de asistencia.
Esta cooperación de las organizaciones regionales con las Naciones Unidas debería estar dirigida también a los estados miembros para promocionar medidas de
construcción de la confianza a nivel regional, así como para construir mecanismos
de detección temprana de prevención y arreglo pacífico de disputas.
18
El dato más relevante es que la Asamblea General, dentro del mantenimiento de
la paz y seguridad internacionales, insta al Consejo de Seguridad a animar o apoyar
las acciones de las organizaciones regionales en aquel ámbito: «Regional efforts undertaken by regional arrangement or agencies in the area of maintenance of international peace and security (...) should be encouraged and, where appropriate, supported by the Security Council.»
Todo ello sin olvidar el artículo 1.C, que establece que la aplicación del anexo
presente no impedirá la aplicación de los artículos 34 y 35 de la Carta.
Sin perjuicio de su examen posterior, la práctica del Consejo de Seguridad en el
África subsahariana, en relación a una organización subregional, ha sido la siguiente: en Liberia, el Consejo de Seguridad, mediante la resolución 788 (1992), de 19
de noviembre, aprobó a posteriori la intervención de la Comunidad Económica de
Estados del África Occidental (Cedeao), luego asumida directamente por el Consejo
de Seguridad a través de ONUMIL (resolución 866, de 22 de septiembre de 1993).
En cuanto a Sierra Leona, el Consejo de Seguridad, mediante la resolución 1132
(1997), autorizaba a la Cedeao a cooperar con el gobierno democráticamente elegido para llevar a cabo todas las medidas del embargo impuesto al Consejo
Revolucionario, que había dado el golpe de Estado, desalojando del poder al presidente constitucional, Ahmed Kabah.
■ La Cedeao y las operaciones de mantenimiento de la paz
La Cedeao es una organización de dieciséis estados (Benín, Burkina Faso, Cabo
Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Liberia, Malí,
Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo), que fue establecida por el
tratado de 28 de mayo de 1975, con una finalidad originaria puramente económica
(«To promote co-operation and development in all fields of economic activity particularly in the fields of industry...») con diez pasos a seguir para alcanzar ese desarrollo económico (del apartado a al j), pero en los cuales en ningún momento se
mencionaba nada relativo a emprender iniciativas de paz y seguridad comunes.
Pero a finales de la década de los años setenta, la conferencia de jefes de Estado
y de Gobierno de los estados miembros llegó a la conclusión de que tales objetivos
no podrían ser alcanzados sino era dentro de una atmósfera de paz y mutuo entendimiento, 5 de modo que el 22 de abril de 1978 adoptó el llamado Protocolo
Relativo a la Mutua Asistencia sobre Defensa y de No Agresión. Este Protocolo reconocía que la Cedeao «cannot attain its objectives save in an atmosphere of peace
an harmonious understanding among the member states». 6
19
análisis
Para preservar tal atmósfera, los estados partes se comprometían a abstenerse del
uso de la fuerza, o de su amenaza, en relación a la independencia e integridad territorial de los demás estados miembros, y también a tomar las medidas apropiadas
para evitar que residentes en sus países no usaran el territorio en el que estuvieran
para llevar a cabo los actos prohibidos en los artículos 1º y 2º. Pero se seguía sin establecer un mecanismo comunitario interestatal de implementación de tales medidas.
Ante estas carencias, la Cedeao adoptó en 1981 el Protocol on Mutual Assistance
on Defence. Este protocolo supuso una mezcla, o fusión, de medidas de seguridad
colectivas, y a la vez la implementación de un sistema propio de defensa común
que fueron las llamadas Alliance Defence Forces of the Community (AAFC), creadas
en teoría para ser usadas como: 1º) fuerza de interposición entre dos estados miembros enzarzados en un conflicto interestatal; 2º) para actuar dentro de un Estado
miembro que estuviera sufriendo un conflicto interno alimentado desde el exterior,
y 3º) para actuar en defensa de un Estado miembro que estuviera siendo agredido
por un Estado que no fuera de la Cedeao. Es decir, las AAFC no actuarían nunca en
un conflicto puramente interno, o en otras palabras, las AAFC se comportarían como fuerzas de interposición interestatal de paz y no de imposición de la misma.
Orgánicamente, el protocolo creaba en esta materia una Alta Autoridad de la
Cedeao, como organismo supremo de defensa que se reuniría en sesión extraordinaria cuando las circunstancias de paz y seguridad que estuvieran acaeciendo en
algún país de la Cedeao así lo requiriesen. El protocolo también creaba un Defence
Council, compuesto por los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa sólo para
preparar la agenda de la Alta Autoridad y una Defence Commission, encargada de
examinar los aspectos técnicos de la defensa.
Pero la crisis que estaba teniendo lugar en Liberia en la primavera de 1990 demostró la falta de operatividad de tal organigrama y condujo a la Alta Autoridad a
establecer un Community Standing Mediation Committe, compuesto por cuatro
miembros.
En cuanto a la naturaleza jurídica de este nuevo comité, se trata de un órgano informal o ad hoc para la resolución de crisis puntuales, como la que estaba teniendo
lugar en Liberia, y que estaba compuesto por el presidente de la Alta Autoridad
(Gambia), y por Ghana, Malí, Nigeria y Togo, elegidos por un periodo de tres años.
La misión era reunir a las partes en conflicto del país para simplemente alcanzar un
acuerdo de alto el fuego, durante el mes de junio de aquel año. Aunque este conflicto será tratado más adelante, el presidente Samuel Doe y el National Patriotic
Front of Liberia (NPFL) rechazaron tal mediación en carta enviada al comité. 7
20
A raíz de las experiencias tenidas en Liberia, la Cedeao tomó buena nota de
aquellas, e intentó mejorar su mecanismo de prevención y solución de crisis. Esta
voluntad política de cambio, o mejora, se plasmó en el nuevo mecanismo de la
Cedeao firmado en Lomé (Togo), el 10 de diciembre de 1999, en la cumbre de jefes
de Estado y de Gobierno de la organización. Fue un paso importante porque suponía una innovación respecto del anterior sistema de seguridad de la Cedeao, 8 esto
es, el Protocol Relating Mutual Assistance on Defence. 9 A continuación, analizaremos el nuevo protocolo en relación con el de 1981.
El primer dato a destacar es el aspecto omnicomprensivo de su título, sobre todo
si lo ponemos en relación con el anterior instrumento de paz y seguridad ya mencionado. El instrumento se titula Protocol Relating to the Mechanism of Conflict
Prevention, Management, Resolution, Peacekeeping, and Security, en cuyo capítulo
V Application of the mechanism, artículo 25, «conditions of application», pone de
relieve la variedad de escenarios en que ha de desenvolverse la Cedeao, que son: a)
agresión, o amenaza de agresión, a cualquier Estado miembro; b) conflicto entre
dos o más estados miembros; c) conflictos internos que amenacen, o provoquen desastres humanitarios, o que representen una seria amenaza a la paz y seguridad subregionales; d) serias y masivas violaciones de los derechos humanos y del imperio
de la ley; y e) derrocamiento, o intento de derrocamiento, de un Gobierno democráticamente elegido. Estas tres últimos constituyen una novedad respecto de los
anteriores escenarios en que intervenía la Cedeao, concretamente con el artículo 18
del Protocolo de Defensa y Asistencia Mutua.
En segundo lugar, el protocolo prevé un mecanismo de seguridad colectiva para
los miembros de la Cedeao, que lo habilita para el uso de la fuerza, 10 algo que lo
hace diferir del anterior mecanismo, que solo habilitaba a la Ecomog a llevar a cabo
misiones de despliegue de tropas de interposición con el beneplácito de los contendientes, como hemos visto en los casos de Sierra Leona y Liberia. 11
El nuevo protocolo cubre aspectos no tocados por el anterior, como son los del
artículo 3º (d), a saber: el fortalecimiento de la cooperación en áreas de prevención
de conflictos, alerta temprana, operaciones de mantenimiento de paz, control del
delito transfronterizo, terrorismo internacional y control de la proliferación de armas
pequeñas y minas anti-personal; (e) el mantenimiento de la paz, seguridad y estabilidad dentro de la Comunidad; (g) la promoción de la diplomacia preventiva y mantenimiento de la paz entre Estados miembros, e (y) la creación del marco apropiado
para una administración justa de los recursos naturales entre estados vecinos, que
son causa frecuente de conflictos interestatales, como ha sido la explotación ilegal
de diamantes y maderas tropicales, que han alimentado las guerras de Liberia y
Sierra Leona.
21
análisis
En tercer lugar, el nuevo protocolo permitiría a priori a la Cedeao operar sin el
control, ni supervisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En teoría,
y según el artículo 54 de la Carta de las Naciones Unidas, sólo tendría la obligación
de informar sobre una operación de mantenimiento de paz emprendida.
En cuanto a las novedades del mantenimiento de la paz, el nuevo protocolo contiene dos originalidades, respecto del protocolo de 1981, y que a su vez lo asemejan mucho a las nuevas corrientes expuestas por el secretario general en sus documentos sobre mecanismos de previsión y de sistemas de alerta temprana. 12 Nos estamos refiriendo al mecanismo de alerta temprana y prevención de conflictos,
previsto en el capítulo IV, que es el llamado Sub-regional Peace and Security
Observations System (early warning), que se subdivide en «a/ Observation and
Monitoring Centre» incluido en la Secretaría y «b/ Observation and Monitoring
Zones».
El primero es un centro de recogida de datos, análisis y preparación de documentación para la secretaría ejecutiva. El segundo divide el territorio de la Cedeao en
cuatro subzonas de observación, destinadas a recoger datos del día a día, sobre posibles escenarios de conflicto en alguna de las subzonas, la elaboración de expedientes y el envío de los mismos al Observation and Monitoring Centre. Estas zonas
son: primera, con capital en Banjul, comprende Cabo Verde, Guinea Bissau,
Gambia, Mauritania y Senegal; segunda, con capital en Ougadougou, que incluye a
Burkina Faso, Costa de Marfil, Níger, Malí; 13 tercera, con capital en Monrovia, con
Guinea, Sierra Leona, Liberia y Ghana; y, por último, zona cuarta, con sede en
Cotonou, con Benin, Nigeria y Togo.
Como su propio título enuncia, el sistema funciona como un mecanismo de alerta temprana de crisis de paz y humanitarias, localizando o detectando causas potenciales de conflicto. A tal fin, prevé que el Council of Elders, del que más abajo
hablaremos, se ocupe de una situación de conflicto, una vez detectada la necesidad. 14
La otra originalidad se encuentra en el capítulo IX Peace-building, del protocolo,
artículo 42.1: «To stem social and political upheavals, ECOWAS shall be involved
in the preparation, organisation and supervision of elections in Member States.
ECOWAS shall also monitor and actively support the development of democratic
institutions of Member States.» Es decir, la Cedeao se otorga a sí misma la misión de
construcción de la paz, expresada en la organización y supervisión de elecciones
democráticas y en el fortalecimiento de las instituciones democráticas en la ayuda a
la capacidad de reconstrucción social y económica, y en el apoyo de las instituciones financieras de la Cedeao a programas de reconstrucción de estados miembros
que salen de conflictos armados.
22
Esta labor de la comunidad se prestará bien durante las hostilidades en zonas de
relativa paz, bien al finalizar las mismas como consolidación de una paz negociada, y la labor que puede incluir la implementación del desarme, políticas de desarme, desmovilización, rehabilitación de combatientes, políticas de reintegración de
los refugiados internos y desplazados, y acciones de asistencia a las personas o grupos de riesgo más vulnerables.
En el capítulo X se crean medidas imperativas complementarias, como son cooperación transfronteriza de detención de criminales, y restitución de propiedades
robadas y localizadas en otro Estado miembro, la coordinación de policías, medidas
anticorrupción y contra el lavado de dinero y de control de la proliferación de armas de pequeño calibre y contra su tráfico.
Por ultimo, en el capítulo XI, titulado Cooperation with the Organisation of
African Unity, United Nations and other international organisations, se instituye la
obligación para la Cedeao de cooperar con las Naciones Unidas, 15 la Unión
Africana u otras organizaciones regionales en la prevención y resolución de conflictos y el mantenimiento de la paz y seguridad regionales.
En cuanto al entramado orgánico de la Cedeao, el nuevo protocolo sigue al anterior y en parte lo innova. En efecto, su capítulo II conserva la Alta Autoridad como
reunión de jefes de Estado y de Gobierno, que se reunirá tantas veces como sea necesario, y que podrá delegar en el Consejo de Seguridad y Mediación la facultad
adoptar medidas necesarias para la implementación del protocolo, en nombre de la
autoridad, lo cual contrasta con el protocolo de 1981.
El protocolo, así mismo, crea una secretaría ejecutiva con facultades de prevención y mantenimiento de paz, facultades amplísimas que son explicadas como:
«fact-finding, mediation, facilitation, negotiation, and reconciliation of parties in
conflict». Sin embargo, tal amplitud de medidas a adoptar por la secretaría aparece
mucho más acotada en el apartado 2º del mismo artículo, letra (e), según el cual sólo concede facultades operativas de despliegue de misiones de búsqueda de hechos
y de mediación en base a su propia valoración a la secretaría ejecutiva.
El capítulo III crea tres órganos: el primero, la comisión de defensa y seguridad; el
segundo, el consejo de ancianos, y, el tercero, el Ecomog.
La Defence and Security Commission, que tiene más poderes que su antecedente,
la Defence Commission del protocolo de 1981, puede formular mandatos para fuerzas de mantenimiento de paz, determina la composición de los contingentes, y
nombra al jefe militar de la misión. En resumen, lo que hace la comisión es examinar y valorar los aspectos técnicos y la toma de decisiones operacionales para la
23
análisis
misión de paz. Es decir, la Comisión de Mediación y Seguridad, según el protocolo,
puede actuar motu propio, esto es, sin necesidad de autorización de la autoridad, o
de que ésta pueda imponer su veto a una decisión de la Comisión de Mediación y
Seguridad de intervenir mediante el uso de la fuerza armada, de modo que su única
obligación es informar a la Alta Autoridad. Esta autonomía de la comisión respecto
de un órgano totalmente político como es la autoridad, para actuar sin su permiso,
debería convertir a este órgano de la Cedeao en un eficacísimo instrumento de paz
y seguridad en la región, libre de ataduras políticas.
Del Consejo de Ancianos ya hablamos más arriba. Sólo resaltar que no tendrá carácter permanente, y se nombrará por la secretaria para cada misión de buenos oficios que realice la Cedeao. Como órgano colegiado, estará compuesto por enviados
personales de la secretaría de la Cedeao en la mediación de conflictos o, mucho
mejor, llevando a cabo acciones de diplomacia preventiva. Este Consejo de
Ancianos sería algo parecido a los enviados del secretario general de las Naciones
Unidas, o las visitas hechas por representantes especiales de la Comunidad de
Desarrollo del África del Sur (SADC) a la República Democrática del Congo, 16 pero
actuando el Consejo de Ancianos como un órgano colegiado. En este sentido, su
trabajo tendrá que hacerse en coordinación con los Monitoring Centres y las
Monitoring Zones.
Por fin, el Ecomog es establecido conceptualmente como órgano permanente de
la Cedeao, con el contenido de mecanismo de paz y seguridad regionales, al contrario de la situación anterior, en la cual se constituía un Ecomog para cada operación. Según el capítulo VI, artículo 21: «The ECOWAS Cease-fire Monitoring Group
-ECOMOG is a structure composed of several Stand-by multi-purpose modular (civilian and military) in their countries of origin and ready for immediate deployment.» Según este capítulo VI, los estados miembros se comprometen a poner a disposición del Ecomog suficientes fuerzas militares y paramilitares para el cumplimiento total de la misión.
Para que veamos la evolución de la Cedeao, el protocolo de 1981 no mencionaba para nada la palabra Ecomog, y mucho menos tal mecanismo, que sólo surgiría
con la primera intervención de la Cedeao en Liberia. Únicamente en el capítulo V
del mismo protocolo, titulado Modalidades de Intervención y Asistencia, su artículo
13.1. y 2., preceptuaba lo siguiente: «All Member States agree to place at the disposal of the Community, earmarked units from the existing National Armed Forces in
case of any armed intervention. (...) These Units shall be referred to as the Allied
Forces of the Community (AAFC)».
La intervención se puede originar en respuesta a tres supuestos diferentes: primero, intervención en respuesta a la amenaza, o una agresión ya materializada, de un
24
tercer Estado a un Estado miembro de la Cedeao. En segundo lugar, la interposición
entre dos estados miembros de la Cedeao que estuvieran en conflicto; y, en tercer
lugar, la intervención en auxilio de un Estado miembro que estuviera sufriendo un
conflicto interno alimentado desde el exterior, aunque el protocolo no distingue si
ese apoyo externo tenía que venir de un Estado no perteneciente a la Cedeao, o
también se admitía la intromisión de estados de la misma.
Es decir, el Ecomog se convierte en un órgano permanente de la Cedeao que lleva a cabo actividades operacionales, con el contenido del capítulo V del nuevo
protocolo, de un modo igual al que las Naciones Unidas realiza mediante sus
OMP, que son órganos subsidiarios de la organización.
Para cumplir este amplio abanico de actuaciones en tantos escenarios distintos,
el protocolo, establece una tasa de comunidad del 0,5% para el sostenimiento del
mecanismo. Sin embargo, los recursos podrán resultar insuficientes puesto que el
protocolo asigna al Ecomog siete tipos de misiones diferentes: 1º) monitorización y
observación de paz; 2º) mantenimiento y restauración de la paz; 3º) intervención
humanitaria en caso de desastres humanitarios; 4º) aplicación de medidas coercitivas, incluidas el embargo; 5º) despliegue preventivo; 5º) construcción de paz, desarme y desmovilización; 6º) actividades de policía, incluyendo lucha contra el crimen organizado; y 7º) otras operaciones distintas de las anteriores que pueden ser
ordenadas por la Comisión de Seguridad y Mediación, lo cual hace del Ecomog un
remediador casi universal, de cualquier amenaza a la paz y estabilidad, por lo menos en sus objetivos, aunque no en su ámbito territorial.
Como resumen final, la puesta en marcha del nuevo protocolo supone un paso
adelante muy grande en el área de la paz y seguridad en la región. La Cedeao amplía el concepto de seguridad colectiva, a una gran variedad de supuestos, que encarga a la Comisión de Mediación y Seguridad. Aunque el departamento de
Defensa y Seguridad de la Cedeao prevé la puesta en marcha de una fuerza de alta
disponibilidad (que a su vez formaría parte de la Standby Force de la UA), la mayor
dificultad para su difícil puesta en práctica estribaría no en la falta de voluntad política, sino en la carencia de medios materiales –la Cedeao ya ha actuado con la
ONUCI en Costa de Marfil y con la ONUMIL en Liberia– . Sólo el futuro nos dirá en
que terminan tan buenas intenciones
■ La Comunidad de Desarrollo del África del Sur
La segunda de las organizaciones regionales que operan en el África subsahariana en el área de la seguridad preventiva y el mantenimiento de paz es la
Comunidad de Desarrollo del África del Sur (SADC, Southern African Development
25
análisis
Community). Los orígenes de esta organización pueden encontrarse en las consultas
informales que los países de la Línea del Frente mantuvieron a partir de 1976, y que
acabaron institucionalizando en el llamado Interstate Defence and Security
Committee (ISDSC). 17 El siguiente paso fue la constitución de la Southern African
Development Co-ordination Conference (SADCC), nacida en Arusha, Tanzania, en
julio de 1979 –es decir, en plena lucha contra el régimen racista de Sudáfrica–, para
armonizar planes de desarrollo regional y disminuir la dependencia económica respecto de Sudáfrica por medio del establecimiento de un mercado común. En esta
conferencia también se creó un tribunal de arbitraje para resolver las disputas entre
estados miembros, pero en la misma conferencia no hubo previsión alguna de crear
ningún mecanismo para operaciones de apoyo a procesos de mantenimiento de
paz, ni a transiciones democráticas, ni nada parecido. 18
El 17 de agosto de 1992, los estados de la SADCC firmaron un nuevo tratado, estableciendo la Southern African Development Community (SADC), 19 que sustituyó
a la anterior.
Aunque la SADC se instituía como una organización de integración regional económica, 20 el capítulo III del tratado constitutivo, titulado Principles, Objetives and
General Undertakings, preceptuaba como objetivos básicos de la misma «to promote and defend peace and security» y como principios directorios de las relaciones
de los miembros de la comunidad entre sí, la solidaridad, la paz y la seguridad.
El organigrama de la nueva comunidad fue el siguiente. En primer lugar, las cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno, supremo órgano de toma de decisiones y de
dirección de la organización. En segundo, el Council of Ministers, o consejos sectoriales de los gobiernos de los estados miembros que se reúnen al menos una vez al
año, y que están presididos por los ministros de Economía y Finanzas. En tercer, el
Standing Committee of Officials o Comité Permanente de Funcionarios, órgano intergubernamental de asesoramiento a la secretaría. En cuarto, la secretaría, como
principal órgano ejecutivo, compuesto por cinco direcciones, que cubren las cuatro
áreas prioritarias de integración: la primera, comercio, finanzas e inversiones; la segunda, infraestructuras y servicios; la tercera, agricultura, alimentación y recursos
naturales; la cuarta, desarrollo social y humano y programas especiales; y, la quinta,
las comisiones constituidas para la integración de los programas nacionales en las
anteriores áreas prioritarias.
Este tratado sufrió una reforma con las adhesiones de la República Democrática
del Congo, Mauricio, la República Sudafricana y Seychelles. En primer lugar, y según el tratado reformado, la SADC continúa siendo una organización de integración económica aunque con algunas miras en el campo de la paz y la seguridad colectivas, como aparece en el artículo 5.1.c., «Consolidate, defend and maintain de-
26
mocracy, peace, security and stability», tomando como principios, en su artículo 4º,
los siguientes: b) la solidaridad, paz y seguridad, los derechos humanos, democracia e imperio de la ley, y e) arreglo pacífico de controversias.
Para alcanzar tales objetivos, la SADC «[shall] create apropriate institutions and
mechanisms for the mobilisation of requisite resources for the implementation of
programmes and operations of SADC and its institutions.»
La novedad en el organigrama actual respecto del anterior tratado radica en que
éste crea un nuevo Organ on Politics, Defence and Security Co-operation, cuyas
funciones, estructura y procedimiento serán fijadas en un posterior protocolo.
La mayor debilidad del sistema consiste en que todas las decisiones de los órganos, tanto políticos como estrictamente técnicos, deben ser tomadas mediante consenso. Este modo de adopción de decisiones está recogido expresamente en el artículo 10.9. para las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno, que continúa siendo
el principal órgano de dirección política y de adopción de decisiones, y también
para el segundo órgano de importancia de la SADC, el Organ on Politics, Defence
and Security Co-operation, todavía no desarrollado.
Los demás órganos que contenía el anterior tratado SADC son: el primero, el consejo, con las responsabilidades del artículo 11. 2. b), «oversee the implementation
of the politics of SADC and the proper execution of this programs», y del artículo
11.2. j., «develop and implement the SADC Common Agenda and strategic priorities». El segundo, el Standing Committee of Officials, que, según el artículo 13.2.,
será el comité técnico de asesoramiento de las cumbres, y de la secretaría con las
misiones de movilizar recursos, coordinar y armonizar programas y proyectos en
sintonía con los socios cooperantes.
Por último, el tratado reformado crea un Tribunal de la Comunidad con la facultad de rendir dictámenes consultivos a petición de las cumbres de Jefes de Estado y
del Consejo Sectorial en cuestión. Tal dictamen será vinculante. También, y según
el Protocolo sobre Política, Defensa, Seguridad y Cooperación, este tribunal tendrá
competencia para resolver cualquier disputa que surja entre dos o más partes firmantes del protocolo, en cuanto a su interpretación o aplicación, y que no haya podido ser resuelta de forma amistosa.
Una vez más, la debilidad de este mecanismo de seguridad estriba, como ya dijimos, en que para alcanzar un acuerdo todas las decisiones de los órganos de dirección de la comunidad deben ser adoptadas por consenso, y así son estos el Organ
on Politics, Defence and Security Co-operation, el consejo, el Standing Committee
of Officials y el Integrated Committe of Ministers. Este mecanismo de la SADC ha si-
27
análisis
do desarrollado por el Protocol on Politics Defence and Security Co-operation, de
14 de agosto de 2001. Examinaremos a continuación el mecanismo mismo.
En primer lugar, el Organ on Politics, Defence and Security Co-operation (a partir
de aquí el órgano), creado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de
Gaborone de 28 de junio de 1996, 21 se configura como una institución de la SADC,
según el artículo 9.1.b. del tratado SADC enmendado, estando a la cabeza un presidente, nombrado por la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la SADC, y un
comité ministerial, compuesto por los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa y
Seguridad Pública, que se reunirá al menos una vez al año. Según el artículo 8º, titulado Committee Procedures, las decisiones deberán ser tomadas por consenso.
Se crean también otros dos órganos auxiliares a éste y ad hoc, que son: el InterState Politics and Diplomacy Committee (ISPDC) y el Inter-State Defence and
Security Committee (ISDSC).
El doble carácter de éste órgano se infiere del título de ambos comités. Por un lado, llevará a cabo una labor política y de diplomacia a cargo del órgano auxiliar
ISPDC, relativa a posibles conflictos inter e intraestatales, y, por otro, también realizará una labor de imposición de medidas coercitivas a cargo del ISDSC, que aparece mucho más explicada en el artículo 11.3. d): «The Summit shall ressort to enforcement action only as a matter of last resort and in accordance with Article 53 of
the United Nations Charter, only with the authorization of the United Nations
Security Council.» Y en segundo lugar, una acción más débil recogida en el artículo
11.1º. d): «The Organ shall seek to ensure that the State Parties adhere to and enforce all sanctions and arms embargoes imposed on any party by the United Nations
Security Council.»
En el artículo 11.2., párrafo a, se enuncia la jurisdicción del órgano, que nada
menos que será el encargado de la resolución de conflictos interestatales, incluso
aunque uno de los contendientes no sea estado parte en el presente protocolo,
siempre que estemos en presencia de un «significant inter-state conflict», lo cual incluye: «(i) a conflict over territorial boundaries or natural resources; (ii) a conflict in
which an act of aggression or other form of military force has occurred been threatened; and (iii) a conflict which threatens peace and security in the Region or in the
territory of a State Party which is not a party to the conflict.»
El párrafo b está referido a la jurisdicción en los conflictos intraestatales, que los
define de los apartados i al iv: «(i) large-scale violence between sections of the population or between the state and sections of the population, including genocide,
ethnic cleansing and gross violation of human rights; (ii) a military coup or the threat to legitimate authority of a State; (iii) a condition of civil war or insurgency; and
28
(iv) a conflict which threatens peace and security in the Region or in the territory of
an State Party.»
La primera característica de este mecanismo de prevención, administración y resolución de conflictos que pone en marcha el protocolo es su caracterización, o
preferencia por la adopción de métodos que no impliquen un uso de la fuerza, y
así, según el artículo 12.3. a., los métodos a usar por el órgano deben incluir la diplomacia preventiva, la negociación, la conciliación, los buenos oficios, el arbitraje
y la adjudicación por un tribunal internacional. Para ello, en ambos supuestos (conflictos inter e intraestatales), se intentará obtener el consentimiento de las partes antes de emprender los esfuerzos de paz antes expresados.
El segundo carácter definitorio, es su extrema lentitud a la hora de emprender tales acciones. En efecto, una vez se demuestren inútiles los esfuerzos de paz llevados a cabo por el presidente del órgano –no se fija plazo alguno para ello–, éste advertirá al comité ministerial de tal fracaso, que puede recomendar a la cumbre la
necesidad de emprender una acción coercitiva contra una o varias de las partes en
disputa, y, por último, esta acción sólo podrá ser llevada a cabo si la cumbre obtiene la autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El sistema se paliará con el establecimiento de un nuevo mecanismo de alerta
temprana, que a diciembre de 2006 todavía no existe. 22 La organización ha propuesto un proyecto de plan llamado Strategic, Indicative Plan for the Organ on
Politics, Defence and Security Cooperation (SIPO), que incluye un proyecto de pacto de defensa mutua entre los miembros de la SADC pero que no establece para nada la creación de un observatorio de alerta temprana. 23
Con tan pocos medios, los objetivos del órgano, según aparecen en el artículo segundo, se muestran excesivos para una organización como la SADC, cuyo objeto
principal es el desarrollo y la cooperación económica.
En el terreno de las realizaciones, en abril de 1997, la SADC anunció la creación
de un foro parlamentario (que no parlamento permanente) para promover la democracia, los derechos humanos y el buen gobierno en la región. Con sede en
Windhoek, como su nombre indica, es un foro de encuentro, más que un parlamento de la SADC, y está compuesto por representantes de los parlamentos de los estados miembros que servirán por un periodo de cinco años.
Pero es su dimensión de seguridad regional y de arreglo pacífico de conflictos
tanto inter como intraestatales 24 lo que a nosotros nos interesa, y así han sido los
ejemplos. En noviembre de 1994, los representantes de defensa de los estados
miembros reunidos en Arusha acordaron el establecimiento de una fuerza de paz
29
análisis
de despliegue rápido, 25 y en abril de 1997 un programa de entrenamiento tuvo lugar en Zimbabue, financiado por el Reino Unido. Luego repetido en Sudáfrica, en
1999, entrenando supuestos de mantenimiento de la paz onusiana. 26
También en 1999 se puso en marcha un SADC Mine Action Committee para el
seguimiento y coordinación de los programas nacionales de desminado, 27 seguido
de un Mine Action Programme, que recibió la asistencia de la Comisión Europea.
Este programa de desminado también está conectado con el UN Humanitarian
Mine Action Services (UNHMAS), en cumplimiento del tratado de Ottawa de prohibición de minas. También este programa de desminado ha creado una base de datos, donde constan los campos de minas de Angola, Malaui, Mozambique, Namibia, República Sudafricana y Zimbabue. 28
Otra labor a resaltar de la SADC es en su papel mediador y facilitador en el diálogo intercongoleño, celebrado en Sun City del 25 de febrero al 19 de abril de 2002.
Otros éxitos fueron la firma de un memorando de entendimiento entre el Gobierno
de la RDC y Ruanda, para la retirada del ex ejército ruandés del territorio de la RDC
y de las milicias interahamwe, 29 y otro acuerdo firmado con el Gobierno de
Uganda para retirar sus tropas de la RDC. 30
Además, habría que añadir la mediación en Lesotho entre el Gobierno y la oposición, con el envío de tropas de Sudáfrica y Botsuana en septiembre de 1998, para
poner fin al golpe de Estado, más el envío de grupo ministerial de la SADC compuesto por funcionarios de la República Sudafricana, Botsuana, Mozambique y
Zimbabue, para negociar un acuerdo entre el Gobierno y la oposición a fin de celebrar elecciones democráticas. 31
Sin embargo, la mayor dificultad en la implementación de este órgano sobre política, defensa, seguridad y cooperación y del protocolo, no ha provenido de factores
externos a la SADC, sino de la rivalidad regional entre Sudáfrica y Zimbabue, y de
la desconfianza de los demás miembros de la SADC al papel hegemónico de
Sudáfrica en el África austral. 32
■ La Autoridad Intergubernamental de Desarrollo
El origen de la actual Autoridad Intergubernamental de Desarrollo (IGAD) está en
la Intergovernametal Authority on Drought and Development (IGADD), creada en
1986 para luchar contra la sequía en el Cuerno de África –el 80% del territorio es
árido o semiárido–. Compuesta por Etiopía, Yibuti, Kenia, Somalia, Sudán y
Uganda, en 1996 cambió su nombre por el de IGAD, 33 prestando más atención a
las cuestiones de paz y seguridad en la región. En 1997, un llamado Forum de
30
Amigos de la IGAD aportó fondos para crear en Yibuti una secretaría permanente al
frente de la cual se situó un secretario ejecutivo, que incluía una división de
Asuntos Políticos y Humanitarios y dentro de ésta una sección de Prevención,
Administración y Solución de Conflictos. Esta acción de la IGAD se desarrollaba en
cinco dimensiones: 1ª) desarrollo de la capacidad de prevención de conflictos; 2ª)
comprobación de medidas de paz posconflicto –que no implementación–; 3ª) elaboración de una cultura de paz; 4ª) desarrollo de mecanismos de alerta temprana; y
5ª) creación de un fondo de emergencia.
Sin embargo, la escasa dotación presupuestaria que afecta a cada una de estas
áreas –un millón de dólares– ha obligado a la organización a orientarse más a la
mediación y resolución de conflictos por la vía diplomática que a la implementación de caras acciones de paz sobre el terreno, de modo que no es extraño que la
IGAD haya estrenado su actuación internacional en la mediación en los conflictos
de Sudán y Somalia.
En Sudán, la mediación comienza en 1994 en el conflicto del Gobierno de
Jartum con la guerrilla del Sudanese People Liberation Army (SPLA), cuando la organización comenzó a tomar su perfil de mediador al autorizar al entonces presidente de la organización y de Kenia, Daniel Arap Moi, crear un secretariado permanente para el proceso de paz del Sudán, y nombrar al general Lazarus Sumbeiywo
como enviado especial. En julio de 2002, las conversaciones celebradas en
Machakos, Kenia, condujeron a un alto el fuego con dos puntos fundamentales de
discusión en el proceso de paz: el derecho de los pueblos del sur de disponer libremente de los recursos naturales de la región, y la aplicación efectiva de la fórmula
«dos sistemas religiosos, un Estado», es decir, la no aplicación de la sharia en la
parte sur del país hasta que se celebrara el referéndum de autodeterminación. El
acuerdo de paz, firmado en mayo de 2004 en Addis Abeba, establecía una comisión del alto el fuego y un despliegue de observadores militares.
Aunque no es objeto de este artículo, el despliegue del grupo de observadores
militares (MILOBS), primero, en la región anteriormente citada, y de la AMIS por
parte de la Unión Africana, después, y de la operación de paz de Naciones Unidas,
la UNMIS, nos pone de manifiesto que habiendo fracasado éstas, mucho menos
éxito podía tener una simple mediación diplomática a cargo de una organización
regional tan débil para resolver la grave crisis política, humanitaria y de guerra en
que se encuentra Sudán. 34
Con respecto a Somalia, la IGAD, en colaboración con la OUA, ha apoyado el
proceso de paz desde 1998 entre las facciones en lucha en el país, cuando Etiopía
acogió una conferencia de estados miembros de la IGAD, que dio lugar a la constitución de un comité formado por quince miembros, conocido como Somalia
31
análisis
Frontline State Technical Committee. En octubre de 2002, consiguió convocar y
reunir en Eldoret, Kenia, una conferencia nacional de reconciliación, para formar
un Gobierno federal al amparo de la constitución de 1998 –aprobada por el 96 %
de la población–, que creó un Southern States Coordinating Council completado
por el 14th Constitucional Decree Implementation of Peace Agreement, que reconocía, al menos sobre el papel, el derecho a la autodeterminación de los estados
del sur, en forma de referéndum.
La última aportación de la IGAD a la seguridad colectiva en el cuerno de África
es una unidad de alerta temprana, como mecanismo de prevención de conflictos
llamado Conflict Early Warning and Response Mechanism (Cewarn) y, como complemento de ella, una fuerza de acción rápida llamada Eastern African Standby
Brigade (Easbrig) dentro del esquema de la Fuerza Africana de Alta Disponibilidad
de la Unión Africana, como una de las cinco regiones en las cuales la Unión
Africana dividió el continente para llevar a cabo misiones de paz y seguridad. En
septiembre de 2004, un consejo de ministros de Asuntos Exteriores –entendemos
que cumpliendo un acuerdo tomado por la asamblea de jefes de Estado y de
Gobierno de la organización–, aprobó que la brigada contara con unos efectivos de
5.500 miembros, entre civiles y militares, tropas extraídas de los ejércitos de los estados miembros de la IGAD y que debería estar preparada para diciembre de 2006.
Un estreno de esta brigada podría darse con motivo del despliegue de una misión
de mantenimiento de paz en Somalia, llamada IGASOM, y autorizada por el
Consejo de Seguridad, según resolución 1725 (2006) de 6 de diciembre, para extender la autoridad de las instituciones federales de transición a todo el país.
Nuevamente aquí los recursos presupuestarios condicionarán la operatividad de tal
brigada, salvo que se recurra a una financiación externa a la IGAD, además de que
la intervención aérea de Etiopía en contra de las tropas de la Unión de Tribunales
Islámicos –diciembre de 2006– ha desbaratado la labor mediadora de la IGAD.
Como resumen final que hay decir de esta organización es que su nombre no engaña: es intergubernamental, es decir, en ella sólo está representada la voluntad de
los jefes de Estado y de Gobierno de los países que la componen –la voluntad de sus
habitantes no cuenta para nada–, y se llevarán a cabo las acciones que aquellos juzguen oportunas, y no existe ningún Parlamento en el cual los habitantes del Cuerno
de África puedan ejercer su presión. En segundo lugar, la extrema debilidad económica de sus estados miembros otorga a la IGAD una operatividad muy precaria.
■ Conclusiones
Aquí examinamos las ventajas e inconvenientes que para la solución de los conflictos tiene la intervención de estas organizaciones regionales africanas.
32
En cuanto a las ventajas, la primera es la proximidad geográfica al conflicto, lo
que facilitará su conocimiento y respuesta. La segunda, que hay más posibilidad de
reacción rápida ante una crisis. La tercera, que existe un mejor acceso a los actores
regionales. La cuarta, que se da una mayor posibilidad de entender política y culturalmente el conflicto. Y la quinta, que casi siempre existirá un mayor interés en resolverlo, por tener más elementos en juego durante la resolución del mismo.
En cuanto a las desventajas: en primer lugar, las organizaciones regionales han sido utilizadas por los miembros más poderosos de las mismas para ocultar o disfrazar sus intereses en la zona de la atención de la comunidad internacional. En segundo lugar, estas organizaciones proporcionan legitimidad al principal miembro
de la organización regional que venía ejerciendo su hegemonía, como, por ejemplo, en el caso de Nigeria, con la Cedeao, o de Sudáfrica, con la SADC. En tercer
lugar, las organizaciones regionales tienden a no actuar sin el consentimiento de las
partes y sus órganos internos propios, tales como los secretarios generales, que
cuentan con poca libertad de acción para incidir en la resolución de las crisis. 35
Como resumen, y aunque es evidente que las organizaciones regionales tienen
como uno de sus objetivos el mantenimiento de la paz, seguridad regionales y el
arreglo pacífico de controversias, en el caso de las africanas han sido tres los factores que las han llevado a ser más precavidas a la hora de emprender una de estas
acciones coercitivas de paz y seguridad.
En primer lugar, existe un deber de pedir autorización previa al Consejo de
Seguridad, puesto que existe una previsión legal en la Carta de las Naciones Unidas
acerca de la iniciativa de la organización regional para emprender tales acciones legales, de modo que éstas deben ser autorizadas por el consejo, según el artículo
53.1 de la Carta. En segundo lugar, está la escasa capacidad económica de las organizaciones regionales africanas, por lo que normalmente dependen de las aportaciones voluntarias de terceros estados, que estarán más interesados en que ciertas
situaciones sí se solucionen y otras no.
En tercer lugar, las organizaciones regionales son muy reluctantes a la hora de
emprender una operación de paz en un Estado miembro que padece un conflicto
armado interno, por el hecho de que esta acción puede sentar un precedente para
posteriores intervenciones en otros estados miembros. 36
Para finalizar, diremos que estamos asistiendo a una inflación de mecanismos e
instrumentos de solución de conflictos en cada una de las organizaciones subregionales, como son sistemas de alerta temprana, fuerzas de paz de alta movilidad,
complejas y ambiciosas previsiones legales sobre supuestos en los cuales las organizaciones regionales africanas se han dado a sí mismas competencias para interve-
33
análisis
nir, que a nuestro entender corresponden más a una intención de mostrar ante la
comunidad internacional –en otras palabras a los donantes– una voluntad de actuar
para resolver crisis que en la práctica está siendo muy difícil de demostrar, como es
el caso de la Unión Africana en Darfur o de la IGAD en Somalia (enero de 2007).
Además, frecuentemente afloran más los intereses nacionales estrictos que los comunitarios regionales o continentales africanos –nuevamente, el ejemplo de Sudán
para Darfur o de Kenia para Somalia– a la hora de intentar resolver tales crisis crónicas.
1. Art. 52.1. Carta de las Naciones Unidas.
2. Art. 52.2. Carta de las Naciones Unidas.
3. Art. 54. Carta de las Naciones Unidas.
4. A/RES/49/57. Aunque el primer texto fue la declaración de Manila sobre Arreglo Pacífico de
Disputas Internacionales, A. G. RES/37/10, de 1982, Anexo, párrafo 6.
5. MURPHY, S. «Humanitarian intervention: The United Nations in an evolving world» Filadelfia,
(1996), p. 149.
6. Art. 2 del Protocolo.
7. MURPHY, S. Ob. cit. p. 149.
8. Aunque el protocolo haya sido firmado por todos los estados miembros de la Cedeao y, no sido ratificado por todos, ya ha sido provisionalmente adoptado. (Art. 57.1.).
9. Freetown, 29 de mayo de 1981.
10. Capítulo I.
11. La intervención del Ecomog en Sierra Leona y Liberia se llevó a cabo bajo el amparo del artículo
18.1 del Protocolo sobre Defensa: «In the case where an internal conflict in a Member State of the
Community is actively maintained and sustained from outside, the provisions of Articles 6,9 and 16 of
this Protocol shall apply.»
12. Concretamente en la Agenda para la Paz, o en el Informe Brahimi.
13. Sin embargo, no hay indicios que este sistema de alerta temprana funcionara para la crisis de Costa
de Marfil, puesto que la primera intervención de la Cedeao se produjo en septiembre de 2002, con la
reunión en Accra del primer grupo de contacto, aunque la inestabilidad política se venía gestando desde
octubre del 2000, cuando se celebraron las elecciones fraudulentas presidenciales.
14. Art. 20.2.
15. Bajo el amparo del capítulo VIII de la Carta de las Naciones Unidas.
16. La cumbre de la SADC celebrada en Maputo, en enero de 2000 decidió enviar una misión de mediación a la República Democrática del Congo. Keesing s, enero, (2000), p. 43.348.
17. CAMBELL, H. «SADC. Head at loggerheads?» en Southern Africa Political and Economic Monthly
sept (1999), p. 6.
18. La ISDSC fue creada como una organización no institucionalizada. No tenía secretaria, ni sede institucional permanente. Se reunía una vez al año a nivel ministerial. Tres subcomités –defensa, seguridad
pública y seguridad del Estado– fueron implementados para facilitar el trabajo, pero nunca fueron es-
34
tructuras formales. BERMNA, D. y SANS, K. «Peacekeeping in Africa: Capabilities and culpabilities» en
UNIDIR, Ginebra, (2000), p. 161.
19. En la décimosegunda cumbre anual de la SADCC, celebrada en Windhoek, Namibia, el día 17 de
agosto de 1992, los líderes de diez estados miembros decidieron transformar la SADCC. Estos países
fueron Angola, Botsuana, Lesotho, Malaui, Mozambique, Namibia, Suazilandia, Tanzania, Zambia y
Zimbabue.
20. Artículo 5. 1. «The objectives of SADC shall be to: a. Promote sustainable and equitable economic
growth and socio-economic development that will ensure poverty alleviation with the ultimate objective
of its eradication enhance the standard and quality of life of the people of Southern Africa and support
the socially disadvantaged through regional integration.» Las medidas que la SADC tomaría para alcanzar estos objetivos están dispuestas en el art. 5.2. a): armonizar las políticas socio-económicas de los
Estados miembros; c) creación de mecanismos e instituciones adecuadas para la implementación de los
programas de la SADC; y, d) progresiva eliminación de los obstáculos a la libertad de movimientos, de
trabajadores, capitales, bienes y servicios.
21. El órgano operaría independientemente de la estructura de la SADC. Su presidencia rotaría anualmente en una troika de presidentes y el ISDSC se convertiría en una institución del órgano. En esta
cumbre se escogió a Robert Mugabe como su primer presidente. Rápidamente, se vieron los diferentes
puntos de vista que los estados miembros tenían sobre esta nueva institución del África meridional.
Sudáfrica apoyaba la idea de su integración en el organigrama de la SADC, mientras que Zimbabue quería que el órgano continuara teniendo una existencia separada y paralela de la SADC. El nuevo protocolo de 14 de agosto de 2001 clarificó definitivamente la situación.
22. «Art. 11.3.b) The Organ shall establish an early warning system in order to facilitate timeous action
to prevent the outbreak and escalation of conflict.»
23. Un instrumento que podría funcionar como mecanismo de alerta temprana de situaciones de riesgo
y que sí existe en el seno de la SADC, es el llamado Human Development Index que reúne tres indicadores: 1º) longevidad entendida como esperanza de vida; 2º) logros educacionales o índice de la población en edad escolar que atiende a las enseñanzas primaria, secundaria y terciaria y 3º) estandar de vida o
renta per cápita en dólares estadounidenses.
24. MOYO, B. «Can SADC handle African conflicts?» en Southern African Political and Economic
Monthly, marzo, (1997), pp. 9-10.
25. Sin embargo, esta fuerza de despliegue rápido no sería un ejército permanente, sino que se movilizaría puntualmente para hacer frente a crisis regionales. En concreto, cada Estado aportaría un batallón y
un estado mayor. Keesing s, noviembre, (1994), p. 40.268.
26. Por medio del British Military Advissory and Training Team (BMATT).
27. MORRIONS, K. «The SADC» en Africa South of the Sahara, Londres, (2002), pp. 1.232-1.233.
28. «SADC Annual Report 2001-2002,» Mauricio, (2003), p. 21.
29. Pretoria, 30 de junio de 2002.
30. Luanda, 15 de agosto de 2002. «SADC Annual Report 2001-2002» Ob. cit. p. 20.
31. En septiembre de 1998, tropas de la SADC, llamadas Combined Task Force, entraron en Lesotho
para sofocar un intento de golpe de Estado del Ejército. Las tropas se retiraron en mayo de 1999.
Keesing s, mayo, (1999), p. 42.929.
32. OLOSIKANI, F y LEVITT, J. «Regional security in the challenges of democratisation in Africa: the ca-
35
análisis
se of ECOWAS and SADC» en Cambridge Review of International Affairs, (1999), vol. XIII/1, p 73.
33. Orgánicamente, se estructura del modo siguiente: 1º) una Asamblea de jefes de Estado y de
Gobierno de reunión anual; 2º) un Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores; 3º) un comité de
Embajadores Plenipotenciarios; 4º) un secretariado presidido por un secretario ejecutivo. Sus políticas
estructurales tienen tres vertientes: protección del medio ambiente y seguridad alimentaría, cooperación
económica; y resolución de crisis regionales.
34. En 35 años de guerra civil, el país ha sufrido dos millones de muertes –pocas por la guerra directamente y muchas por la hambruna– y cuatro millones, de los veintinueve que tiene, en desplazados de
guerra. MARTIN R. «Sudan s perfect war» en Foreing Affairs vol. 81/2 (2002).
35. MARTIN, P. Ob. cit. pp. 884-887.
36. BARNETT, M: «Partners in peace? The UN and the regional organizations, and peace-keeping» en
Review of International Studies, nº 21/4 (1999), pp. 424-425.
BIBLIOGRAFÍA
BARNETT, M.: «Partners in peace? The U.N. and the regional organizations and peacekeeping» en
Review of International Studies, 21/4 (1999).
BERMNA D. y SANS K.: «Peacekeeping in Africa: Capabilities and culpabilities» en Unidir, Ginebra
(2000).
CAMBELL, H.: «SADC. Head at loggerheads? en Southern African Political and Economic Monthly
(1999).
MARTIN, P.: «Sudan s perfect war» en Foreign Affairs, vol. 81/2 (2002).
MORRIONS, K.: «The SADC» en Africa South of the Sahara, Londres, (2002).
MOYO, B.: «Can SADC handle African conflicts?» en Southern African Political and Economic Monthly
(1997).
MURPHY, S.: «Humanitarian intervention. The U.N. in an evolving world» Filadelfia (1996).
OLISIKANI, F. y LEVITT, J.: «Regional security in the challenges of democratisation in Africa: the case of
ECOWAS and SADC» en Cambridge Review of International Affairs vol. XIII/1 (1999).
www.africa-union.org
www.ecowas.int
www.igad.org
www.sadc.int
www.un.org
36
Descargar