UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO IURA NOVIT CURIA Y LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA: IDENTIDAD DEL DERECHO APLICABLE COMO REQUISITO DE PROCEDENCIA EN EL PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL CIVIL ANDRÉS JAVIER OLAVE ECHENIQUE MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIADO EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES PROFESOR PATROCINANTE: DR. IVÁN HUNTER AMPUERO VALDIVIA – CHILE 2013 AGRADECIMIENTOS No es sencillo egresar de la carrera de Derecho en la Universidad Austral de Chile. Años de estudios quedaron finalizados y empastados en este trabajo de investigación que, sin el apoyo de ciertas personas, no hubiera concluido con la calificación obtenida. De esta manera, me gustaría agradecer en primer lugar a mis padres Edurne y Augusto, que sin su constante ayuda hubiera sido mucho más complejo el poder terminar mi carrera. En segundo lugar a mis hermanas Andrea y Carolina; y a mi cuñado Javier, quienes siempre confiaron en mí. En tercer lugar a mi tía Aracely y a mis abuelitas Gaby y Herta, quienes constantemente estuvieron preocupadas de mi rendimiento académico. En cuarto lugar, a mis primos Iván, Felipe y Cristóbal, quienes han estado siempre ahí “sacándose” algún asado para quemar el estrés. En quinto lugar a mis amigos: Diego, Gustavo, Rafa, Gabriel, Johnny, Mauro, Don Ale, Javier, Marito, Raúl y Checho, quienes me mostraron durante cinco años el lado entretenido de la Universidad, que no consistía precisamente en estudiar y que, de todas maneras, siempre creyeron en mis capacidades. En sexto lugar, a mi polola Astrid, que ha estado a mi lado en esta última parte de la carrera y que siempre estuvo ahí, dándome un empujoncito para llegar a la meta. Por último, al profesor Iván Hunter Ampuero, que sin su guía este trabajo no hubiera acabado como un aporte para el mundo del derecho, tal como sí lo es en la actualidad. Muchas Gracias.- Andrés Javier Olave Echenique ÍNDICE INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 3 CAPÍTULO I .................................................................................................................................... 5 COSA JUZGADA: UNA ANTIGUA Y COMPLEJA INSTITUCIÓN .......................................... 5 1) La excepción de cosa juzgada .......................................................................................... 5 1.1) Una mirada al concepto de cosa juzgada ....................................................................... 5 1.2) Breve historia de la cosa juzgada ................................................................................... 6 2) Doctrinas de la cosa juzgada ............................................................................................. 7 2.1) Doctrinas materiales de la cosa juzgada ........................................................................... 7 2.2) Doctrinas procesales de la cosa juzgada ........................................................................... 7 3) Clasificaciones de la cosa juzgada .................................................................................... 8 3.1) La cosa juzgada formal ..................................................................................................... 8 3.2) La cosa juzgada material ................................................................................................... 9 4) Efectos de la cosa juzgada ................................................................................................. 9 4.1) Efecto negativo de la cosa juzgada ................................................................................... 9 4.2) Efecto positivo de la cosa juzgada .................................................................................... 9 5) Límites temporales de la cosa juzgada ............................................................................ 10 6) Resoluciones judiciales que producen cosa juzgada ....................................................... 10 6.1) Sentencias definitivas...................................................................................................... 10 6.2) Sentencias interlocutorias ............................................................................................... 11 7) Requisitos de procedencia. Problemas. ........................................................................... 11 7.1 Identidad subjetiva en la cosa juzgada ............................................................................. 12 7.2) Identidad objetiva en la cosa juzgada. ............................................................................ 12 7.3) Jurisprudencia chilena respecto de la triple identidad .................................................... 15 CAPÍTULO II ................................................................................................................................ 17 ANÁLISIS DE LA COSA JUZGADA EN EL PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL CIVIL 17 1) La Reforma Procesal Civil como proceso de modernización de la justicia en nuestro país 17 2) La cosa juzgada en el Proyecto de Código Procesal Civil .............................................. 18 2.1) Resoluciones que producen el efecto de cosa juzgada en el PCPC ................................ 19 2.2) Efectos de la cosa juzgada .............................................................................................. 19 2.3 Extensión o límites de la cosa juzgada ............................................................................. 20 CAPÍTULO III ............................................................................................................................... 21 LOS PODERES DEL JUEZ CIVIL Y LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA EN EL PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL CIVIL ........................................................................... 21 1) Requisitos de procedencia de la cosa juzgada en el Proyecto de Código Procesal Civil 21 2) Los alcances del principio dispositivo: sobre el fundamento y la fundamentación jurídica de la demanda ............................................................................................................................ 22 3) Algunas teorías tradicionales sobre los poderes del juez para aplicar el derecho ........... 23 3.1.1) Teoría de la individualización ...................................................................................... 23 3.1.2) Teoría de la sustanciación ............................................................................................ 23 3.2) Teoría de la causa de pedir.............................................................................................. 24 1 4) Importancia de los poderes del juez civil en la aplicación judicial del derecho ............. 26 5) El derecho de defensa como límite al juez en la aplicación judicial del derecho ........... 27 CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 31 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ 33 2 INTRODUCCIÓN El derecho es una construcción social que viene a regular el comportamiento humano. Uno de sus pilares es la llamada seguridad jurídica, es decir, aquella situación dada en que se tiene certeza sobre cuál es el derecho. Una de sus expresiones es la institución de la cosa juzgada, motivo de esta investigación. La cosa juzgada es una institución que prohíbe la reiteración de juicios. De esta forma, como se detallará en el transcurso de este trabajo, definir qué es la cosa juzgada y qué la integra, además de definir cuál es el rol del juez en el proceso civil es de vital importancia en el sentido de que el Proyecto de Código Procesal Civil no se hace cargo de la cuestión, por lo que relacionar el tema con los poderes del juez civil a la hora de aplicar el derecho resultará –como se verá- de vital importancia. Así las cosas, este trabajo de investigación se desarrollará en tres capítulos, a saber: En el primer capítulo pretendo abordar la cosa juzgada como institución presente en el derecho desde sus inicios, recorriendo tanto su historia como su concepto, además de las distintas doctrinas sobre ésta, sus clasificaciones, efectos y sus requisitos universales. Considero esto de vital importancia ya que dando al lector una mirada clara –aunque limitada- sobre la cosa juzgada, se tendrán ciertas nociones básicas que le permitirán continuar la investigación de buena manera. Por otra parte, en el segundo capítulo explicaré la Reforma Procesal Civil como un hito del derecho nacional que viene a modificar lo tradicionalmente entendido como requisitos de procedencia de la cosa juzgada. Así, en el Mensaje del Presidente de la República se dan nociones importantísimas de los cambios que se vienen en esta antigua institución, además de precisar en este trabajo el cómo quedará configurada en este nuevo escenario jurídico que significa el Código Procesal Civil. En el tercer capítulo, recorreré específicamente el problema jurídico al que se pretende desarrollar en esta investigación, esto es, que el Proyecto de Código Procesal Civil elimina la tradicional triple identidad como requisito de procedencia de la excepción de cosa juzgada, de forma que la determinación de qué juicios son idénticos entre sí es, por mandato legal, entregada al juez de la causa. De esta manera, lo que corresponde hacer al juez, y que será el tema central de este trabajo es determinar si la identidad en los materiales jurídicos es o no un requisito de procedencia de la excepción de cosa juzgada en el Proyecto de Código Procesal Civil. Si la postura elegida fuera que corresponde a un requisito de procedencia, a dos juicios que tengan los mismos hechos y materiales jurídicos aplicables (además de la identidad legal de personas) debe 3 declararse la cosa juzgada; pero si la postura fuera la contraria, es decir, que la identidad en los materiales jurídicos no corresponde a un requisito, un juicio que verse sobre los mismos hechos pero difiera en el derecho es susceptible de aplicársele la cosa juzgada. Para esto dar respuesta a esto, pretendo abordar el problema desde la perspectiva de los poderes del juez civil, dado que el Proyecto no da una solución y, de todas formas, hay una escasa doctrina que ha tomado el problema, menos aún desde la perspectiva que debe dársele. La línea de trabajo, como se expresó en los párrafos anteriores, pretende dar una visión simple pero a la vez completa de lo que es la cosa juzgada, para luego contextualizar la investigación en la Reforma Procesal Civil y así explicar cómo queda regulada esta institución en este nuevo marco normativo, para finalizar vinculando la deficiencia que el Proyecto posee en cuanto a los requisitos de procedencia con los poderes del juez civil para aplicar el derecho, lo que para la doctrina chilena será de profunda importancia dada la escasa y nula discusión sobre este interesante tema en nuestro país. 4 CAPÍTULO I COSA JUZGADA: UNA ANTIGUA Y COMPLEJA INSTITUCIÓN En este primer apartado pretendo dar al lector las nociones generales de la cosa juzgada como una institución histórica ligada a la proscripción de juzgar lo mismo una y otra vez. De esta forma, el lector puede interiorizarse con ésta, sus clasificaciones, doctrinas y efectos, sirviendo así como un marco general de una institución que por su historia y consecuencias resulta de vital importancia al mundo del derecho. De esta forma, en este capítulo se abordará de manera acotada las distintas vertientes de esta excepción, de manera que resulte una introducción necesaria a lo que se desarrollará en este trabajo. Así, se dará (1) una mirada tanto al concepto como la historia de la cosa juzgada, una (2) explicación de las principales doctrinas, sus (3) clasificaciones, sus (4) efectos, sus (5) límites temporales, como así también una (6) enumeración de las resoluciones judiciales que producen cosa juzgada y, por último, los (7) requisitos de procedencia en el actual Código de Procedimiento Civil (en adelante CPC). 1) La excepción de cosa juzgada 1.1) Una mirada al concepto de cosa juzgada La cosa juzgada es una institución jurídica que, tradicionalmente, está arraigada a la idea de evitar un pronunciamiento sobre un asunto ya resuelto1, relacionado íntimamente con lo que en latín se denomina non bis in idem. Dicha institución es uno de los pilares de la llamada seguridad jurídica, la que a su vez contribuye de forma sustancial a uno de los fines del derecho, cual es la paz social2. Entre algunas definiciones, la cosa juzgada es concebida, en general, como un estado jurídico en que algunos asuntos judiciales se encuentran por haber sido objeto de una decisión jurisdiccional definitiva en un proceso3. En la misma línea, el derecho anglosajón la reconoce como res iudicata, el derecho francés como chose jugèe y, por último, el derecho germánico como rechtskraft.4 En otra línea, y a diferencia de la concepción anterior de la cosa juzgada que se refiere básicamente a una idea de resultado final de la decisión jurisdiccional a la que fue sometida una 1 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada en el proceso civil chileno, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2002, p. 11. 2 Cfr. Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada: El fin de un mito. Santiago de Chile, AbeledoPerrot, 2010, p. 7. 3 Cfr. De la Oliva, Andrés, Sobre la cosa juzgada, Madrid, Ramón Areces, 1991, p. 17. 4 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada..., op. cit. p. 11. 5 situación jurídica, la expresión cosa juzgada hace mención de ciertos efectos que determinadas resoluciones judiciales producen, en especial la sentencia definitiva sobre el fondo; esto en orden a la inmutabilidad que en algún momento alcanzan las decisiones judiciales5. Esto va a depender del tipo de jurisdicción que tenga cada ordenamiento, ya que la sentencia es definitiva cuando no proceden recursos o medios de impugnación para modificarla o, si procedieren, han transcurridos los plazos correspondientes para ejercerlos. Cuando esto ocurre, la sentencia adquiere el carácter de cosa juzgada y produce básicamente dos efectos, los cuales corresponden a la obligatoriedad de lo resuelto y su ejecutabilidad.6 1.2) Breve historia de la cosa juzgada Es un concepto de gran trascendencia en el mundo jurídico que ha sido reconocido desde la antigüedad. De esta forma, las leyes de Hammurabi establecen la primera norma que el mundo conoció sobre cosa juzgada7 en el 5 § de la siguiente forma: “Si un juez instruye un caso, dicta sentencia y extiende veredicto sellado, pero luego modifica su sentencia, al juez le probarán que ha cambiado la sentencia y la suma de la sentencia la tendrá que pagar 12 veces. Además, en pública asamblea, le echarán de su sede judicial de modo irrevocable y nunca más podrá volver a sentarse con jueces en un proceso.”8 Esta prescripción deja en claro que si un juez modifica su sentencia se sujetará a tres sanciones, por lo cual la norma establece un deber de no actuar al juez una vez que ya lo hizo, haciendo de ésta una norma prohibitiva sin excepciones. Posteriormente, este concepto fue nuevamente puesto en una norma, esta vez en el Digesto, nominándolo como res iudicata y definiéndolo de una forma en que de todas maneras tuvieron presente las leyes de Hammurabi9. La forma de prescribir la cosa juzgada en el Digesto fue la siguiente: “El juez, una vez que pronunció la sentencia, deja de ser juez después; y observamos este derecho, que el juez que una vez condenó en más o en menos, no puede ya corregir su sentencia; porque ya una vez desempeñó bien o mal su oficio.”10 De esta forma, y sin entrar en detalles sobre el cómo las legislaciones actuales regulan la cosa juzgada en cuanto a su concepto o definición, puede colegirse que todas tienen como común denominador lo que Romero Seguel nos mencionó, es decir, el raigambre a la idea de la prohibición de la reiteración de juicios. 5 Ibídem. Ibídem. 7 Crf. Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada…, op.cit, p. 8. 8 Traducción de LARA PEINADO, Federico, Código de Hammurabi, Madrid, 1997, p. 7. 9 Ibíd. 10 Libro XLII, título I, 55, Ulpiano. “Iudex, posteaquam semel sentential dixit, postea iudex ese desinit; et hoc iure utimur, ut iudex, qui semel vel pluris, vel minoris condemnavit, amplius corrigere sententiam suam non possit; semel enim male seu bene officio functus est”. Traducción de García del Corral. 6 6 2) Doctrinas de la cosa juzgada Ahora, y en la misma línea de lo anterior, es procedente buscar una justificación de la inmutabilidad de la resuelto en la decisión judicial que adquiere la calidad de cosa juzgada. Para ello existen dos tesis, las doctrinas materiales y las doctrinas procesales. 2.1) Doctrinas materiales de la cosa juzgada Las doctrinas materiales son un conjunto de opiniones que entienden que lo decidido por una sentencia judicial alcanza el grado de ficción de verdad o de presunción de ésta.11 Esto significa que lo que se tiene por resuelto, en cuanto a la sustancia de lo decidido, es lo que se presume cierto. Es decir, puede que la decisión adolezca de errores, pero en todo caso debe tenérsela por cierta. Así lo expone la Corte Suprema, recogiendo la doctrina material en fallo de 6 de octubre de 1921, declarando que “el principal efecto de una sentencia ejecutoriada es que los litigantes y sus herederos quedan obligados a su cumplimiento y a estar y pasar por ella. Cualesquiera sean los errores de que adolezca, debe tenérsela por expresión de la verdad sobre la materia que se traduce en la acción y excepción de cosa juzgada”.12 2.2) Doctrinas procesales de la cosa juzgada Por otra parte, las doctrinas procesales sobre la cosa juzgada le otorgan a esta institución un efecto netamente procesal, que se traduce en la fuerza vinculante que produce la declaración contenida en la sentencia.13 Es decir, estas tesis ponen su acento en la inmutabilidad y definitividad de la resolución, prescindiendo de los efectos que la cosa juzgada produce sobre la relación de derecho sustancial en la que recayó la decisión jurisdiccional. 14 Esto se relaciona de manera obligada con la función jurisdiccional como poder-deber de los tribunales de justicia consagrada en el artículo 76 de la Constitución Política de la República, ya que los actos emanados de estos entes son de carácter público y obligan tanto a las partes (en sentido amplio) como al órgano jurisdiccional.15 Con esta última tesis se intenta superar los problemas que provocan algunas sentencias, tales como las erróneas o injustas, a las que las doctrinas materiales de la cosa juzgada no daba solución clara, ya que no puede atribuírseles la verdad que estas teorías pregonaban.16 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit, p. 12. Corte Suprema, 6 de octubre de 1921, Gaceta, 1921, 2° semestre, N°64, p. 262. 13 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada…,op.cit., p. 12. 14 Ibídem. 15 Ibíd. p. 17. 16 Corte Suprema, sentencia de 14 de mayo de 1955, en el voto de minoría. 11 12 7 Sin embargo, para Romero Seguel las tesis procesales tampoco aclaran los problemas de una sentencia errónea o injusta, pero avanza en el sentido de que estas teorías destacan la inmutabilidad de lo decidido, pero no se hacen cargo de que lo resuelto sea efectivamente verdad.17 Es decir, lo que se obtiene con una sentencia es una especie de verdad procesal, que es aquella que se logra cuando el juez supera el estándar de prueba impuesto para la decisión judicial, la que en este momento corresponde a la preponderancia, y no así una verdad material, que sería la que se condice totalmente con la realidad y, por razones de orden práctico, imposible de lograr. La verdad procesal nos ayuda a conseguir el fin que la cosa juzgada predica, cual es la seguridad jurídica, para así lograr la tan anhelada paz social.18 3) Clasificaciones de la cosa juzgada Esta distinción distingue entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material y dice relación con la inmutabilidad definitiva de una decisión jurisdiccional. Respecto a este tema, se abre la pregunta sobre si las resoluciones jurisdiccionales que gozan de cosa juzgada pueden modificarse posteriormente. Esto, a su vez, tiene relación con los límites temporales de dicha institución. 3.1) La cosa juzgada formal La cosa juzgada formal se refiere a decisiones judiciales que son susceptibles de una revisión posterior.19 Según la Corte Suprema, en sentencia de 23 de junio de 1980, “se entiende por cosa juzgada formal el efecto que produce una sentencia definitiva o interlocutoria firme, en cuanto no puede ser objeto de recurso alguno, pero admite la posibilidad de modificarse lo resuelto en un procedimiento posterior.” De esto se desprende que las resoluciones judiciales que gozan de cosa juzgada formal generan ciertas situaciones de excepción20 a la inmutabilidad total que, como se dirá más adelante, posee la cosa juzgada material. Las causas de esto son básicamente dos. En primer lugar, en virtud de la cláusula rebus sic stantibus, la que consiste en que por un cambio de las circunstancias en la base fáctica y/o jurídica tenida a la vista al momento de resolver una cuestión, la ley permite una nueva decisión sobre el fondo. Ejemplos naturales de esto son, en derecho de familia, las resoluciones relacionadas a los juicios de alimentos21, el de reconocimiento de patria potestad y el reconocimiento de la tuición de un menor.22 En segundo Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada…, op.cit p. 17. Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada…, op.cit p. 7. 19 Vid. Pereira Anabalón, Hugo, La cosa juzgada en el proceso civil, Santiago de Chile, Conosur Ltda., 1997. 20 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit p. 30. 21 Corte Suprema, sentencia de 15 de octubre de 1952. 22 Corte Suprema, sentencia de 23 de mayo de 1946. 17 18 8 lugar, por la singularidad del procedimiento utilizado. Esto se ha dado históricamente en juicios sumarísimos, ya que en este tipo de proceso no existe un “contradictorio” adecuado que permita a las partes realizar alegaciones, defensas, rendir prueba, etc., lo que aumenta las posibilidades de error al momento de decidir, así que sólo se le puede dar eficacia de cosa juzgada formal. 3.2) La cosa juzgada material Por otra parte, la cosa juzgada material se refiere a una sentencia que alcanza inmutabilidad. Es la certeza más absoluta que se puede obtener, ya sea acogiendo o rechazando la pretensión deducida en juicio. Son pronunciamientos judiciales sobre el fondo, que no pueden revisarse en procesos posteriores.23 Así, la Corte Suprema en sentencia de 23 de junio de 1980, afirma que “(…) la cosa juzgada material o substancial, es el efecto que produce una sentencia firme, definitiva o interlocutoria, en cuanto no puede ser objeto de recurso alguno, ni de modificación en el mismo juicio ni en un procedimiento diverso.”24 4) Efectos de la cosa juzgada 4.1) Efecto negativo de la cosa juzgada El efecto negativo es la consecuencia jurídica que “de forma natural se le atribuye a esta institución. Se manifiesta cuando se promueve un proceso cuyo objeto es del todo idéntico a uno que ya fue resuelto por sentencia firme en un proceso anterior.”25 De esta forma, “cuando concurren los requisitos de la función negativa, el órgano jurisdiccional debe evitar una nueva sentencia sobre el fondo, por estar resuelto jurisdiccionalmente el tema sobre el que se intenta volver a debatir.”26 4.2) Efecto positivo de la cosa juzgada El efecto positivo de la cosa juzgada corresponde a, como lo describe el artículo 222.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil española, que “lo resuelto con fuerza de cosa juzgada en la sentencia firme que haya puesto fin a un proceso, vinculará al Órgano Jurisdiccional de un proceso posterior cuando en éste aparezca como antecedente lógico de su objeto, siempre que los litigantes de ambos procesos sean los mismos, o la cosa juzgada se extienda a ellos por Romero Seguel, Alejandro., La cosa juzgada… op.cit, p. 29. Corte Suprema, sentencia de 23 de junio de 1980. 25 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit, p. 49. 26 Ibídem. 23 24 9 disposición legal.” De esta forma, implica el deber de ajustarse a lo juzgado cuando haya de decidirse sobre una relación de la que la sentencia anterior es condicionante o prejudicial. 5) Límites temporales de la cosa juzgada En relación al efecto general de la cosa juzgada –la inmutabilidad de la resolución judicial-, y sin consideración a las excepciones que presenta la cosa juzgada formal, cabe preguntarse si la cosa juzgada posee límites temporales. Dicho de otra forma, si la cosa juzgada es eterna o no. Al respecto, Nieva27 plantea que la cosa juzgada, en la actualidad, no posee límites temporales. Sin embargo, presenta dudas en el sentido de que algunas resoluciones son dictadas con influencia de parámetros sociológicos, políticos y económicos que en la actualidad no tendrían cabida. Ejemplo de esto sería una resolución de 1234 que le dé la razón a un noble sobre un vulgo por la simple razón de la diferencia social, situación que el día de hoy sería inconcebible porque vulneraría claramente el derecho a la igualdad. Pero aunque esta situación resulte dañina para la sociedad, volver a revisar procedimientos ya juzgados en que se alegue un cambio de las circunstancias antes dichas podría generar un caos ya que situaciones litigiosas que ya se debieron haber resuelto jamás alcanzarán una solución definitiva y, así, generaciones posteriores heredarían problemas de generaciones anteriores. 6) Resoluciones judiciales que producen cosa juzgada En relación a este tema, cabe destacar que no todo tipo de decisiones jurisdiccionales producen el efecto de cosa juzgada, sino que sólo la producen las sentencias firmes definitivas o interlocutorias que resuelven el fondo del objeto del proceso.28 6.1) Sentencias definitivas Respecto a las primeras, según el artículo 158 inciso 1° de nuestro CPC, la sentencia definitiva es la que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio. Las sentencias de este tipo resuelven la cuestión o asunto sólo cuando acoge o deniega la acción o acciones deducidas en el proceso.29 Así, la Corte Suprema, en sentencia de 6 de diciembre de 1990, declara que “producen excepción de cosa juzgada tanto las sentencias absolutorias como condenatorias, puesto que lo que se pretende por el legislador es la solución definitiva del conflicto, única forma de provocar la certeza jurídica”. 30 Cabe recordar que, como 27 Cfr. Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada… op.cit, pp. 62 y ss. Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada…, op.cit. p. 21. 29 Ibídem. 30 Corte Suprema, sentencia de día 6 de diciembre de 1990. 28 10 ya se dijo anteriormente, la sentencia definitiva para que tenga eficacia de cosa juzgada debe estar firme de acuerdo al artículo 174 del actual CPC. 6.2) Sentencias interlocutorias Por otra parte, las sentencias interlocutorias firmes producen el efecto de cosa juzgada, pero para que se produzca se exige un “pronunciamiento sobre el fondo del asunto o sobre alguna situación jurídica equiparable al pronunciamiento sobre el fondo.”31 Es decir, y en palabras de la Corte Suprema, debe “declarar un derecho a favor de quien lo invoca.”32 De acuerdo a lo anterior, se desprende que para que una sentencia interlocutoria produzca cosa juzgada es necesario que ésta haya declarado, en un juicio anterior, un derecho de carácter sustancial y no meramente formal de forma permanente a favor del recurrente. Ejemplos de este tipo de resoluciones son las que dicen relación con las interlocutorias que ponen término a la instancia, impidiendo una posterior renovación del debate,33 tales como las siguientes que el CPC regula: la sentencia que acepta el desistimiento de la demanda (artículo 150); la que acoge una excepción de prescripción, transacción y pago efectivo de la deuda, salvo que se reserve su resolución para la sentencia definitiva (artículos 304 y 310).34 7) Requisitos de procedencia. Problemas. Como ya se enunció, los requisitos de procedencia de la excepción de cosa juzgada son, de acuerdo al artículo 177 de nuestro actual CPC, los siguientes: 1ª. Identidad legal de personas; 2ª. Identidad de la cosa pedida; y 3ª. Identidad de la causa de pedir. De esta forma, nuestro código recoge la doctrina francesa de las tres identidades para determinar cuándo una resolución tiene el mérito de impedir renovar el debate sobre un tema en el que ya existe cosa juzgada.35 Determinar si concurre la triple identidad nos interesa para verificar si la nueva acción deducida en juicio es idéntica a la fallada en un proceso anterior, y esto se dará sólo en la situación en que coincidan todos sus componentes36, cuales son los enunciados en el artículo 177 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada…, op.cit. p. 23. Corte Suprema, en sentencia de día 30 de junio de 1993. 33 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada…, op.cit. p. 24. 34 Oliver Calderon, Guillermo, Sentencia interlocutoria y derechos permanentes, Santiago de Chile, Editorial Jurídica Conosur, 1997, pp. 31-96. 35 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit. p. 54. 36 Ibidem. 31 32 11 del CPC. Además, al hablar de la coincidencia de “todos” sus componentes, se entiende que éstos deben concurrir de forma copulativa. Así también lo entiende la Corte Suprema, en sentencia de 17 de noviembre de 1997, refiriéndose a que basta la ausencia de sólo uno de éstos para que la excepción de cosa juzgada carezca de fuerza legal.37 Uno tendería a pensar que la identificación de esos requisitos copulativos puede ser una tarea sencilla, pero en la realidad, es muy difícil que suceda que dos casos sean completamente idénticos. La Corte de Apelaciones de Valparaíso, en sentencia de 11 de mayo de 1926 también lo entiende de esta manera, arguyendo que “cuando la ley hablar de identidad, dicho término no puede tomarse en una igualdad tan completa entre ambas demandas como si fuere copiada o calcada de otra.”38 7.1 Identidad subjetiva en la cosa juzgada Esta dice relación con los límites subjetivos de la cosa juzgada, es decir, sobre que sujetos quedan vinculados por los efectos negativos de una sentencia judicial que produce cosa juzgada.39 Para que opere la excepción debe existir identidad legal de personas, es decir, que sean los mismos los que figuren en el litigio ya resuelto con anterioridad y en el nuevo. Esto se cumple cuando se constata la misma calidad jurídica40, aunque cambien de rol. Así, si primero A es demandante y posteriormente es demandado no excluye la excepción de cosa juzgada.41 Se trata de una identidad jurídica, no física, ya que se puede trabar un nuevo litigio entre las mismas personas pero con una identidad legal distinta, exigencia de la excepción.42 En resumen, “la eficacia de la cosa juzgada se extiende sólo frente a las partes y a aquellos sujetos que, atendiendo a la situación jurídica resuelta, pueden equipararse a las partes”.43 7.2) Identidad objetiva en la cosa juzgada 37 Corte Suprema, sentencia de 17 de noviembre de 1997. Corte de Apelaciones de Valparaíso, sentencia de 11 de mayo 1926. 39 Cfr. Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit, p. 56. 40 Ibídem. 41 Corte Suprema, sentencia de 1 de junio de 1937. 42 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit. p. 57. 43 Trocker, Nicolo, “La cosa juzgada civil y sus límites objetivos: apuntes de derecho comparado”, tr. Marco Villagómez, en Estudios de derecho procesal en honor de Víctor Fairén Guillén, Valencia, Tirant lo Blanch, 1990, p.568. 38 12 Ésta dice relación con los límites objetivos, por lo que corresponde precisar “qué debe ser comprendido dentro de lo decidido en la sentencia judicial que produce el efecto de cosa juzgada”.44 El límite objetivo de la cosa juzgada opera cuando el segundo proceso tiene un objeto idéntico al anterior, y para ello se debe atener a dos elementos objetivos que componen cada acción: la causa de pedir y el petitum.45 7.2.1) La petición, petitum u objeto de la pretensión46 En este apartado, corresponde distinguir de este concepto dos variables, a saber: la petición u objeto inmediato de la pretensión y aquello a lo que la petición se refiere u objeto mediato de la pretensión procesal. La petición u objeto inmediato contenido en la pretensión procesal se corresponde a la solicitud de cierta actuación jurisdiccional, y esta puede consistir en una de las diversas clases de tutela jurisdiccional existentes: a) Condena; b) Mera declaración; y c) Constitución. Por otra parte, la tutela jurisdiccional no se pide en el vacío, sino que se pide respecto de determinado bien jurídico. Esto corresponde al objeto mediato de la pretensión. Al respecto, corresponde distinguir entre el objeto mediato de las pretensiones de condena y el objeto mediato de las pretensiones declarativas y constitutivas. Las primeras corresponden a una pretensión en el sentido del derecho privado, es decir, en las modalidades de hacer, no hacer o dar una cosa y, la última, ya sea una cosa específica o cosas genéricas. Por otra parte, las segundas consisten en la situación o relación jurídica, estado jurídico o algún elemento de los anteriores, o en el negocio o acto jurídico (o alguno de sus componentes), sobre los cuales se pide, respectivamente, la declaración de existencia, inexistencia o esencia, o la creación, modificación o extinción. 7.2.2) La causa petendi o causa de pedir47 Puede decirse que la causa de pedir es el “conjunto de hechos jurídicamente relevante en el que se funda la petición.”48 Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada… op.cit. p. 65. Ibidem. 46 Ortells Ramos, Manuel. Derecho Procesal Civil. Séptima Edición. Navarra. Editorial Thomson Aranzadi. 2007. pp. 249-253. 47 Ibíd. pp. 253-254. 48 Ibíd. p. 253. 44 45 13 Es un elemento identificador del objeto del proceso, ya que un mismo petitum podría estar fundado en distintas causas de pedir, por lo que considerar la petición de forma individual no nos permitiría identificar de plena forma el objeto del proceso, ni se podría distinguir de otras pretensiones fundadas en causa distinta, pero contengan una misma petición. La causa de pedir es un conjunto de hechos que, de forma jurídicamente relevante, fundamentan la petición. Dentro de estos hechos, existen los llamados jurídicamente relevantes y, a su vez, dentro de éstos, los hechos constitutivos de la pretensión procesal y los hechos que identifican la causa de pedir. Respecto a lo primero, debe tratarse de hechos concretos jurídicamente calificables que funden la petición formulada en la pretensión procesal, cualquiera sea el punto de vista jurídico desde el que puedan ser calificados. En cuanto a lo segundo, los hechos constitutivos de la pretensión procesal son el conjunto de hechos necesarios y suficientes que, si son alegados y posteriormente probados, son conducentes a la estimación de la pretensión y; los hechos que identifican la causa de pedir incluyen los anteriores, pero además, con carácter previo a fundamentar la pretensión, desarrollan una función delimitadora, individualizadora de la pretensión procesal en cuanto a su elemento de causa de pedir. Sólo estos últimos son los que integran la causa de pedir. La causa de pedir en las diversas clases de pretensiones procesales 49 a) En las pretensiones de condena, se distingue entre pretensiones justificadas en derechos de obligaciones y pretensiones justificadas en un derecho real. En las primeras, la causa de pedir está integrada por los hechos concretos que dan lugar al nacimiento y adquisición de aquel derecho. En las segundas, la causa de pedir se integra por la alegación de la titularidad actual del derecho real y la alegación del contenido de ese derecho (propiedad, usufructo, etc.). b) En las pretensiones de mera declaración, la causa de pedir se identifica determinando los hechos que originaron aquel derecho que se reclama como propio. c) En las pretensiones constitutivas debe distinguirse entre las pretensiones constitutivas y modificativas, y pretensiones constitutivas extintivas. En las primeras, la causa de pedir está integrada por el conjunto de hechos al que legalmente se vincula el efecto constitutivo. En las segundas, se entiende que cada conjunto de hechos concretos que 49 Ibíd. pp. 255-258. 14 sustenten cada una de las diferentes causas legales que determinan la anulabilidad, resolución, etc., de un mismo negocio, relación o estado jurídico, pueden considerarse como integrantes de una diferente causa de pedir. 7.3) Jurisprudencia chilena respecto de la triple identidad50 Corte Suprema, sentencia de 10 de noviembre de 2010, Rol: 5435-2010. “De acuerdo al artículo 177 del Código de Procedimiento Civil, para que opere la cosa juzgada es necesario que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta concurran la identidad legal de personas, la identidad de cosa pedida y la identidad de causa de pedir. La identidad legal de partes se refiere a que la identidad de partes corresponda a las mismas que litigan en similares calidades entre una y otra causa. La identidad de la cosa pedida consiste en el beneficio jurídico que se reclama en el juicio y al cual se pretende tener derecho cumpliéndose la causa, ya que en ambas la naturaleza del beneficio reclamado es el mismo, el que se traduce en definitiva en una idéntica pretensión jurídica. Y la identidad de la causa de pedir es el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio, caracterizada por los hechos jurídicos y materiales en que se basan las respectivas demandas cuya confrontación corresponde efectuar para determinar su procedencia, cumpliéndose tal requisito en ambos pleitos.” Corte Suprema, sentencia de 26 de junio de 2007, Rol: 1078-2006 “El artículo 177 del Código de Procedimiento Civil exige, para que opere la excepción de cosa juzgada, que entre lo juzgado en el pleito pretérito y la nueva demanda exista identidad de personas, de cosa pedida y de causa de pedir.” Corte de Apelaciones de Rancagua, sentencia de 21 de agosto de 2001, Rol: 16485-2000 “Se desprende que puede alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes según la ley aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta haya: 1) Identidad legal de personas. 2) Identidad de la cosa pedida y 3) Identidad de la causa de pedir. 50 Vid. Fallos en el mismo sentido: Corte Suprema, 25/10/2010, Rol: 6287-2008; Corte Suprema, 12/08/2010, Rol: 5001-2010; Corte Suprema, 03/08/2010, Rol: 4939-2010; Corte Suprema, 27/04/2010, Rol: 5765-2008. 15 Se cumple con el primer requisito de la excepción de cosa juzgada, ya que las partes de la causa, demandante y demandado, son los mismos que litigan en similares calidades en la presente causa. El requisito de la identidad de la cosa pedida, consiste según la doctrina y la jurisprudencia en el „beneficio jurídico que se reclama en el juicio y al cual se pretende tener derecho‟, cumpliéndose en la causa, ya que en ambas la naturaleza del beneficio reclamado es el mismo, el que se traduce en definitiva en el pago de una indemnización, como consecuencia y proveniente de un idéntico contrato o convenio. La identidad de causa de pedir, definida como „el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio‟, se caracteriza por los hechos jurídicos y materiales en que se basan las respectivas demandas cuya confrontación corresponde efectuar para determinar su procedencia, cumpliéndose en ambos pleitos.” De las anteriores sentencias se puede desprender que la jurisprudencia ha seguido la triple identidad como el requisito de procedencia por antonomasia de la excepción de cosa juzgada. La triple identidad funciona de forma perfecta siempre y cuando consideremos que los juicios pueden ser idénticos, pero jamás van a ser iguales unos a otros. De esta manera, esta sencilla formulación que se mantiene en legislaciones actualmente vigentes, es una sencilla formulación que no produce mayores inconvenientes.51 Sin embargo, el problema que ocurre por lo general radica en que la mayoría de las veces solo se parecen los objetos de uno u otro juicio; la triple identidad se transforma así en un postulado puramente teórico ya que poquísimas veces se da en la práctica el caso de que un juicio se plantee exactamente de la misma manera dos veces.52 Cfr. Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada…, op.cit. pp. 44 y ss. Ibídem. 51 52 16 CAPÍTULO II ANÁLISIS DE LA COSA JUZGADA EN EL PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL CIVIL El presente capítulo pretende abordar la regulación que hace el Proyecto de Código Procesal Civil (en adelante PCPC) sobre la cosa juzgada de forma general, es decir, sobre el cómo queda configurada ésta en el nuevo marco normativo que regirá el ordenamiento civil a partir de la promulgación de este cuerpo legal. De esta forma el PCPC, como se verá a continuación, viene a plasmar en norma legal clasificaciones doctrinarias de la cosa juzgada que en el CPC de 1903 no existían. Así las cosas, este capítulo se dividirá en dos partes. En primer lugar, se abordará de forma general la (1) reforma procesal civil como proceso de modernización de la justicia, introduciendo de esta forma los cambios que el propio Mensaje explica; y en segundo lugar, el cómo quedará (2) regulada la cosa juzgada en nuestro proceso civil en cuanto a la regulación que el PCPC le da respecto de las sentencias que producen esta excepción, sus efectos y sus límites, dejando los requisitos de procedencia para el capítulo posterior. 1) La Reforma Procesal Civil como proceso de modernización de la justicia en nuestro país La Reforma Procesal Civil empezó a debatirse el año 2005. Ese año, el Ministerio de Justicia hizo un llamado a un “Foro Procesal Civil”, que estaba constituido por una comisión ciudadana que integraba y representaba a los distintos actores del sistema de justicia, es decir, jueces, académicos y abogados. Este foro se desarrolló en dos etapas. La primera (mayo a diciembre de 2005) sentó las bases generales y principios del nuevo sistema. Para ello, se basaron en los aportes de los miembros y, principalmente, en documentos elaborados para ello por la Universidad de Chile (Propuesta de Bases para redactar un Nuevo Código Procesal Civil para la República de Chile) y por la Pontificia Universidad Católica de Chile (Bases Generales para una Reforma Procesal Civil). La segunda (2006 a 2009), implicó la discusión y generación del Proyecto de Código Procesal Civil. Las labores de la primera etapa culminaron en diciembre y se le entregó un informe al respecto al Presidente de la República, don Ricardo Lagos, a través del Ministerio de Justicia, en el que se manifestó el consenso de los miembros del Foro en cuanto a la necesidad de una reforma total al sistema procesal civil que data desde el año 1903 y, además, sobre no realizar nuevas modificaciones al actual CPC, bajo la premisa de que ese método ya está agotado. En este 17 sentido, el Foro estaba convencido de que debía elaborarse una nueva normativa que vertebrara un nuevo e integral sistema de impartición de justicia, que permita enfrentar de forma eficaz los conflictos que se suscitan el día de hoy en los tribunales, con arreglo a principios que la moderna doctrina procesal reconoce, considerando naturalmente la experiencia comparada y nuestro propio bagaje dogmático y jurisprudencial.53 A partir de este informe, se encomendó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile la elaboración de un anteproyecto de Código Procesal Civil, que incluya los principios mandatados por el Foro. El actual Proyecto que está siendo votado en el Congreso Nacional es fruto del último trabajo de revisión realizado por la denominada Comisión Interministerial para la Reforma Procesal Civil (2010), la que estaba integrada por los profesores Cristián Maturana, José Pedro Silva y Raúl Tavolari, quienes junto al Ministro de Justicia revisaron, perfeccionaron y dieron coherencia al articulado presentado a tramitación el año 2009. En este camino de revisión antes mencionado, se convocó a un Consejo Asesor, que estaba conformado por 14 académicos que representaban a las principales universidades del país, para que realicen comentarios y observaciones a los cambios que la Comisión Interministerial estaba produciendo, siendo de vital importancia ya que muchos de los cambios y observaciones realizadas por este Consejo fueron acogidos por la Comisión Interministerial e incorporados al texto actual, dando así una multiplicidad de visiones que enriquecen de gran manera el Código que está a tramitación. Con esto, se presenta un nuevo proyecto de ley y no indicaciones al anterior. Así, el 13 de marzo de 2012 se presentó el Proyecto de Ley que Establece un Nuevo Código Procesal Civil. Para agilizar su tramitación, se acordó que la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados sesionaría todos los lunes con la participación directa de los académicos de la Comisión Intraministerial anterior.54 Todo lo anterior es resultado de las críticas que posee el actual sistema de enjuiciamiento civil y comercial, por ende se requería de forma urgente una modernización y reforma de éste. 55 53 Mensaje de proyecto de ley que establece un nuevo Código Procesal Civil. Ibídem. 55 Según informe elaborado para la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados en el marco de la discusión del Proyecto de Ley que crea el Código Procesal Civil, Boletín Nº8197-07, en Primer Trámite. 54 18 2) La cosa juzgada en el Proyecto de Código Procesal Civil Para comenzar, en el Mensaje del PCPC se hace un resumen y una introducción al tema específico de esta investigación, relatándonos la forma en que se plasma la cosa juzgada en el Proyecto. Así, recogiendo las tendencias modernas en esta materia, se regula su efecto positivo o prejudicial, e innovando en lo que ha sido tradicional, se elimina la triple identidad como factor determinante para la configuración de la fase negativa de este instituto. Se mantiene, como es indispensable, la identidad subjetiva, pero se entregan los demás elementos al análisis identitario que efectúe razonadamente el tribunal, con el fin de impedir la dictación de sentencias contradictorias y el inicio de procesos que versen sobre asuntos ya decididos por sentencias ejecutoriadas. 2.1) Resoluciones que producen el efecto de cosa juzgada en el PCPC Aquí se debe hacer una relación entre los artículos 214 y 215 del Proyecto. El artículo 215 nos dice cuáles son las sentencias que generan la cosa juzgada y son las sentencias definitivas e interlocutorias firmes producen cosa juzgada. Así, el artículo 215 dice: “Sentencias que generan la cosa juzgada. Las sentencias definitivas e interlocutorias firmes producen cosa juzgada.” Como bien dice la norma, un requisito esencial es que las sentencias estén firmes, o sea, que no proceda recurso alguno, o si existiera, desde que se notifique el decreto que la mande cumplir o que transcurran los plazos para interponer los recursos correspondientes. 2.2) Efectos de la cosa juzgada El Proyecto regula este apartado desde dos perspectivas que vienen a recoger las doctrinas mayoritarias sobre los efectos de la cosa juzgada, distinguiendo y plasmando en normas separadas el efecto negativo o excluyente de la cosa juzgada, y el efecto positivo o prejudicial de ésta. Respecto al efecto negativo o excluyente, el artículo 216 del Proyecto nos dice que “en general, la cosa juzgada de la sentencia firme o ejecutoriada excluirá conforme a la ley un ulterior proceso entre las mismas partes, por el que se pretenda un nuevo juzgamiento de lo ya resuelto.” Sobre esta materia, cabe tener presente que el Proyecto no distingue explícitamente, como lo hace actualmente el artículo 177 del CPC, la triple identidad necesaria para alegar la excepción de cosa juzgada, esto es, que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta haya identidad legal de personas, identidad de la cosa pedida e identidad de la causa de pedir. Por otra parte, el artículo 217 del PCPC establece el efecto positivo o prejudicial de la cosa juzgada de la siguiente forma: “Lo resuelto con fuerza de cosa juzgada en la sentencia, por 19 lo general, obligará al tribunal de un proceso posterior cuando aparezca como presupuesto necesario de la nueva decisión, siempre que las partes de ambos procesos sean las mismas o la cosa juzgada se extienda a ellas por disposición legal.” O sea, se entiende que por regla general la sentencia firme o ejecutoriada obliga al tribunal que conozca de un proceso posterior, cuando la sentencia que genera el efecto positivo de cosa juzgada aparezca como presupuesto necesario de la nueva decisión, siempre que las partes de ambos procesos sean las mismas o los efectos de la cosa juzgada se extienda a éstas por disposición legal. 2.3 Extensión o límites de la cosa juzgada Esta materia está regulada en el artículo 218 del PCPC, el que plasma la extensión o límites de la cosa juzgada de la siguiente forma: “La cosa juzgada se extiende al fallo que se pronuncie sobre las pretensiones y excepciones comprendidas en el proceso. Salvo disposición expresa en sentido contrario, la cosa juzgada alcanza y puede alegarse por las partes del proceso en el que la sentencia que se invoca se dictó, por sus causahabientes y por todos aquellos a quienes, según la ley, se extienda el fallo, aunque no hayan litigado en el juicio. Asimismo, el tribunal, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 216, podrá, hasta la audiencia preliminar y previa audiencia de las partes, declarar de oficio la existencia de litispendencia o de cosa juzgada.” De esta forma, el PCPC aborda el problema de los límites desde una perspectiva interna al proceso, ligada a sobre qué es lo que integra la cosa juzgada, es decir, a la decisión sobre las pretensiones y excepciones deducidas en el proceso. En cuanto a una perspectiva sobre quién puede alegar la cosa juzgada, al decir el artículo “salvo disposición expresa”, se entiende que lo que el artículo viene a regular se debe tener como regla general. Así, la cosa juzgada alcanza y puede ser alegada por las partes del proceso en que se hubiere dictado la sentencia que pretende invocarse; por los causahabientes de las partes del proceso cuya sentencia definitiva o interlocutoria se pretende hacer valer y; por todos aquellos que, según la ley, se extienda el fallo, aunque no hubieran litigado en el juicio. Finalmente, se entrega la facultad al tribunal de declarar de oficio la litispendencia o la cosa juzgada. Temporalmente, el límite se encuentra en que dicho pronunciamiento oficioso debe hacerse hasta la audiencia preliminar y debe haberse oído a las partes. 20 CAPÍTULO III LOS PODERES DEL JUEZ CIVIL Y LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA EN EL PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL CIVIL En este tercer y último apartado se pretende explicar las consecuencias de la aplicación de los poderes del juez civil a la excepción de cosa juzgada. Esta vinculación resulta necesaria porque la regulación en el PCPC es sumamente clara en sus distintos artículos respecto de las cualidades que la excepción de cosa juzgada puede adoptar. Sin embargo, esto no ocurre en cuanto al análisis de los requisitos de procedencia ya que al analizar la regulación de esta institución en el PCPC, resulta novedosa la eliminación de la triple identidad como requisito de procedencia de la excepción de cosa juzgada al mantener de forma única la necesaria identidad subjetiva, de forma que los demás elementos identitarios quedan entregados al análisis del juez, por ende resulta necesario vincular esta regulación a los poderes del juez civil en la aplicación judicial del derecho. Así, en este capítulo se tratarán los (1) requisitos de procedencia de la cosa juzgada en el PCPC, los (2) alcances que pueda tener el principio dispositivo en esta materia, algunas (3) teorías tradicionales sobre los poderes del juez para aplicar el derecho, (4) la importancia de definir los poderes del juez civil, para concluir con el (5) derecho de defensa como límite al juez en la aplicación judicial del derecho. 1) Requisitos de procedencia de la cosa juzgada en el Proyecto de Código Procesal Civil El artículo 217 del PCPC define los requisitos de procedencia de la cosa juzgada de la siguiente forma: “Lo resuelto con fuerza de cosa juzgada en la sentencia, por lo general, obligará al tribunal de un proceso posterior cuando aparezca como presupuesto necesario de la nueva decisión, siempre que las partes de ambos procesos sean las mismas o la cosa juzgada se extienda a ellas por disposición legal.” Como ya se dijo anteriormente, el PCPC deja atrás la triple identidad como requisito universal para la procedencia de la excepción de cosa juzgada, ya que como dice el mensaje del Proyecto, éste recoge doctrinas más modernas que mantienen la clásica identidad subjetiva, pero dejando los demás elementos identitarios para el análisis razonado de parte del tribunal, con el fin de impedir la dictación de sentencias contradictorias e iniciar procesos que versen sobre asuntos ya decididos por sentencias ejecutoriadas. En otras palabras, es el juez el que debe evaluar si la diversidad de los materiales jurídicos que sustentan u otra demanda permiten justificar la existencia de dos pleitos diferentes.56 Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil: ¿Para qué sirve definir los poderes del juez en la aplicación del derecho?” En Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, XL, Valparaíso, 2013, 1er semestre, p. 624. 56 21 2) Los alcances del principio dispositivo: sobre el fundamento y la fundamentación jurídica de la demanda Corresponde hacer una precisión que, por su vinculación con el principio dispositivo, resulta relevante, y corresponde a establecer la distinción entre fundamento y fundamentación de la demanda. Por fundamento jurídico se debe “entender la adscripción que un litigante formula de unos hechos a unas determinadas normas jurídicas que le permite obtener el efecto jurídico pretendido en la demanda.”57 Los abogados como representantes de los justiciables deben tener, en principio, las herramientas para realizar esta adscripción de buena forma, haciendo previsible una determinada decisión judicial. Sin embargo, en la práctica esto no ocurre de tal forma en el sentido que pueden existir situaciones en que se planteen una multiplicidad de hechos que permiten lograr, de todas maneras, el efecto pretendido, pero bajo estatutos jurídicos diversos e incompatibles entre sí, situación en la cual el fundamento jurídico quedará delimitado por aquellos datos fácticos que según el actor permiten conceder el efecto jurídico pretendido. 58 En la práctica, esto se traduce en que de acuerdo al principio dispositivo son las partes las que introducen los hechos o el material fáctico (jurídicamente relevante) en la demanda, y de esta manera determinan de forma inmediata cual será el estatuto jurídico aplicable a la controversia. En esta parte, el juez nada puede hacer sin vulnerar el principio dispositivo.59 Por otro lado, por fundamentación jurídica debe entenderse como la “invocación de las razones jurídicas que permiten justificar o sustentar esa adscripción de hechos a las normas jurídicas concretas.”60 Esto corresponde a un proceso de argumentación, de otorgar razones para apoyar una decisión favorable del juez61 y no de la simple cita de un artículo o norma legal.62 En este apartado, el demandante se preocupará de seleccionar correctamente las normas que invocará y de presentar su caso de manera en que los hechos calcen perfectamente en esas normas invocadas; pero no es necesario que el actor acierte de forma perfecta en la fundamentación jurídica que, al ser una actividad relacionada con la aplicación de normas al caso concreto, puede ser corregida o suplida por el órgano jurisdiccional63, lo que significa que puede acoger una determinada pretensión basándose en un razonamiento jurídico diverso al expuesto al momento de fundamentar la demanda.64 57 Ibíd. p. 603. Ibídem. 59 Ibíd. p. 604. 60 Ibídem. Autor cita: COMANDUCCI, Paolo, “Alcuni problema concettuali relativi alla applicazione del diritto”, en Diritto e questioni pubbliche 1, 2011, pp. 121 y 122. 61 Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil...”, op. cit. p. 605. 62 Nieva Fenoll, Jordi, La cosa juzgada, Barcelona, Atelier, 2006, p. 182. 63 Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho en el Proyecto de Código Procesal Civil”, en Revista de Derecho Vol. XXV – Nº 1, julio 2012, p 206. 64 Hunter Ampuero, Iván, “Iura Novit Curia en la jurisprudencia civil chilena”, en Revista de Derecho Vol. XIII – Nº 2, diciembre de 2010, p. 204. 58 22 3) Algunas teorías tradicionales sobre los poderes del juez para aplicar el derecho En este respecto, hay que precisar que al hablar de los poderes del juez civil para aplicar el derecho, debe necesariamente relacionarse con la vinculación que el juez pueda tener respecto del derecho alegado por las partes. Esto tiene base en un argumento más que afianzado que corresponde a entender que el juez goza de una amplia libertad en la selección de los materiales jurídicos ya que tiene una cercanía aparente con el derecho, mientras que los litigantes la tienen con los hechos y la prueba y, que en conclusión, consiste en el argumento más aceptado al momento de distribuir los roles entre las partes y el juez.65 En doctrina, una forma de enfrentar este problema es recurriendo, en primer lugar, a las teorías del objeto del proceso, dentro de las cuales encontramos las teorías de la individualización y de la sustanciación; y en segundo lugar, en relación a los elementos que componen la causa de pedir.66 Por su poca importancia para este tema en particular, me remitiré a lo expresado en el primer capítulo respecto al otro elemento identificador del objeto del proceso (además de la causa de pedir), cual es el petitum. 3.1.1) Teoría de la individualización Esta teoría, al igual que la de sustanciación, nace en Alemania a principios del siglo XX como una forma de definir el objeto del proceso, poniendo el acento en la relación jurídica, señalando que el objeto del proceso es la concreta relación jurídica que se hace valer en juicio.67 De acuerdo a esta teoría, el actor además de proponer los hechos e introducirlos al proceso, debe relacionarlos con normas jurídicas concretas que vienen a no sólo limitar, sino proscribir los poderes del juez a la hora de determinar los materiales normativos aplicables para resolver la controversia. En consecuencia, para que exista la relación jurídica que propone esta teoría es menester que el actor califique hechos a la luz de normas sustantivas, por ende cualquier modificación del derecho aplicable cambia el objeto del proceso.68 Consecuencia natural de esto es que no sería procedente la excepción de cosa juzgada si es que un juicio versa sobre hechos idénticos pero la calificación jurídica es distinta. 3.1.2) Teoría de la sustanciación Esta teoría no es antagónica de la anterior, sino que pone énfasis en algo distinto, ya que lo que propone es centrar el objeto del proceso ya no sobre los hechos y el derecho aplicable, sino solamente a los primeros, es decir, en el conjunto de hechos afirmados por el actor como 65 Ibíd. p 201. Ibíd. p. 203. 67 Cfr. De la Oliva, Andrés, Objeto del proceso y cosa juzgada en el proceso civil, Editorial Thomson Civitas, Madrid, 2005, p. 52. 68 Cfr. Hunter Ampuero Iván, “La aplicación judicial del derecho…” op. cit. p. 204. 66 23 fundamento de la pretensión y, por ende, es el juez el llamado a aplicar el derecho adecuado de la forma que más estime conveniente; las partes están obligadas a introducir los hechos al proceso de acuerdo al principio dispositivo, sin embargo en cuanto a la calificación jurídica de éstos las partes no están obligadas en virtud del principio iura novit curia, pero es el juez quien debe subsumir estos hechos en normas para lograr el efecto jurídico pretendido por el demandante.69 De esto se desprende que los poderes del juez en la aplicación judicial del derecho, de acuerdo a esta teoría son amplísimos y, consecuencia directa de esto es que un cambio en la calificación jurídica de la pretensión no implica un cambio de objeto del proceso y por lo mismo, existiría cosa juzgada en una pretensión que verse sobre mismos hechos pero distinta calificación jurídica. El problema de las dos teorías anteriores dice relación con que no tienen aplicabilidad en nuestro sistema; es más, son escasamente conocidas por la doctrina y la jurisprudencia por lo que resulta improcedente utilizar alguna de éstas para resolver el problema que produce la formulación de los requisitos de procedencia de la excepción de cosa juzgada en el PCPC.70 3.2) Teoría de la causa de pedir En este sentido y, a diferencia de lo anteriormente dicho en la primera parte respecto de este tema, en este apartado ahondaré de mayor manera respecto a la causa de pedir dado que esta teoría nos sirve para explicar el poder del juez en la utilización de los materiales normativos. Esta tesis se parece a la anterior, pero en nuestra legislación encuentra más soporte dado que el artículo 177 del CPC reconoce explícitamente la causa de pedir como “el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio”. Por otro lado, Isabel Tapia define la causa de pedir como “aquella situación de hecho jurídicamente relevante y susceptible, por tanto, de recibir la tutela jurídica solicitada.”71 El problema que supone lo anterior es determinar qué se entiende por situación de hecho jurídicamente relevante.72 Al respecto hay dos teorías que se hacen cargo de la delimitación de la causa de pedir; una consistente en que la causa de pedir está conformada tanto por los hechos como por los fundamentos jurídicos que califican estos hechos; mientras que la segunda consistente en que solamente los hechos integran la causa de pedir. Respecto a los primeros, según Raquel Castillejo, “el juez podrá modificar los fundamentos de derecho en su sentencia si la parte, según los hechos introducidos en el proceso, los quiso hacer valer, pero cometió error en la calificación, siempre y cuando el tribunal no 69 Ibíd. p. 205 Ibíd. p. 206. 71 Tapia Fernández, Isabel. El objeto del proceso. Alegaciones. Sentencias. Cosa Juzgada. Madrid. Editorial La Ley. 2000. p.21 72 Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…”, op. cit. p. 205. 70 24 modifique con ello la causa petendi.”73 Agrega que esta regla no faculta al tribunal resolver el asunto sometido a su conocimiento cambiando lo debatido por algo distinto de la causa a pedir, ya que eso podría significar la vulneración del derecho de defensa consagrado en el artículo 24 de la Constitución Española cuando se desvían los términos en que se viene planteando la disputa.74 En la misma línea, Gian Antonia Michelli se refiere a la casa de pedir como “el titulo a base del cual se pide una providencia que realice una forma de de tutela jurisdiccional. Dicho título constituye, por eso, el elemento causal del poder de la acción y se presenta, por consiguiente, como compuesto en cuanto concurren a formarlo factores diversos, exigiendo en la demanda inicial la exposición de los hechos y de los elementos de derecho que constituyen las razones de la demanda, con las respectivas conclusiones.” 75 En sentido contrario, Manuel Ortells Ramos define la causa de pedir como “el conjunto de hechos jurídicamente relevante en el que se funda la petición. Es elemento identificador del objeto del proceso porque una misma petición puede estar fundada en diferentes causas de pedir.”76 El autor señala que la causa de pedir no consiste en normas o principios jurídicos, son hechos históricos, acontecimientos concretos de la vida social.77 En consecuencia, quedan excluidos para que formen parte de la causa de pedir “los argumentos (que no son hechos, sino construcciones intelectuales) y los medios de prueba (que son instrumentos para demostrar los hechos.”78 Alejandro Romero Seguel, respecto a las consideraciones de derecho formuladas por las partes, sostiene que “en nuestra jurisprudencia predomina la idea que la fundamentación jurídica propuesta por las partes, en sus pretensiones, excepciones o defensas no son vinculantes para el juez, conforme a una aplicación extensiva al principio iura novit curia (el juez sabe el derecho), con lo cual las distintas calificaciones jurídicas frente a una misma causa de pedir no darían origen a una acción diversa.” 79 Consecuencia de la primera teoría en que hechos y derecho son parte esencial de la causa de pedir, es que un cambio en los elementos normativos de la pretensión implica necesariamente una modificación de la causa de pedir, por ende el Juez no puede utilizar fundamentos jurídicos 73 Castillejo Manzanares, Raquel. Hechos nuevos o de nueva noticia en el proceso civil de la LEC. Valencia. Editorial Tirant lo Blanch. 2006. p. 278. 74 Ibíd. p. 282. 75 Micheli, Gian Antonio. Curso de derecho procesal civil. Vol. I; Parte general. Buenos Aires. Ediciones Jurídicas Europa-América. 1970. Pp. 39. 76 Ortells Ramos Manuel. Derecho Procesal Civil. Séptima Edición. Navarra. Editorial Thomson Aranzadi. 2007. pp. 252. 77 Ibíd. p. 253. 78 Ibídem. 79 Romero Seguel, Alejandro. La cosa Juzgada en el Proceso Civil Chileno. Doctrina y Jurisprudencia. Santiago. Editorial Jurídica de Chile. 2002. p. 73. 25 distintos a los expresados por el actor; entonces no habría cosa juzgada cuando el nuevo juicio versa sobre idénticos datos fácticos pero difiere en los elementos jurídicos80; en cambio, si se entiende la causa de pedir como los hechos expuestos en la demanda, nada impide que el juez modifique los materiales jurídicos expuestos por el demandante y, por consecuencia existiría cosa juzgada en una pretensión que verse sobre mismos hechos pero exista una calificación jurídica diversa. El problema de la teoría de la causa de pedir se basa en que el PCPC ha abandonado, como se ha dicho a lo largo de este trabajo, la triple identidad en su vertiente de causa de pedir y petitum, por lo que la causa de pedir ya no corresponde a un elemento identificador de la cosa juzgada, sino que entrega el análisis identitario al tribunal, sin sujetarse éste a nada más que la necesaria identidad subjetiva. 4) Importancia de los poderes del juez civil en la aplicación judicial del derecho81 De esta forma, y ya habiendo distinguido lo anterior, cabe relacionar este tema con el poder el juez a la hora de aplicar el derecho Así, se debe evaluar por qué es importante en esta institución en particular y en el resto del proceso en general determinar cuáles son los poderes del juez a la hora de aplicar el derecho en nuestra legislación procesal civil. Para Iván Hunter, un juez que tenga un amplio poder para utilizar los materiales jurídicos cumple de una mejor manera la tutela de los derechos de los ciudadanos que a veces pueden verse afectados por fundamentaciones realizadas de mala manera por sus abogados, ya que pueden presentarse situaciones en que la pretensión de un ciudadano tenga acogida en el ordenamiento pero bajo argumentaciones o materiales jurídicos diferentes a los que están consignados en la demanda, de forma que el juez tiene dos caminos, apartarse de la calificación jurídica y acogerla en base a una diversa y autónoma o rechazar la demanda justificando que los materiales jurídicos han sido erróneamente invocados. Las dificultades son múltiples, ya que por ejemplo si el juez resuelve con prescindencia de los argumentos jurídicos planteados por las partes se vulnera el derecho de defensa dado que no existe contradicción, ya que son argumentos normativos ignorados por las partes. Otra dificultad dice relación con si cambiar la calificación jurídica implica una violación al principio dispositivo. Esto se aprecia de mejor forma respecto del criterio de relevancia, ya que el demandante aporta determinados hechos que se suponen relevantes en relación a la calificación 80 81 Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…”, op. cit. p. 205. Ibíd. p. 196. 26 jurídica que se le da, ya que éstos se supone que son el presupuesto de hecho de una norma aplicable que sirve para que le concedan el beneficio que solicita. Según la doctrina, esto le corresponde a las partes de acuerdo al principio dispositivo. Dicho de otra manera, si el juez incorpora hechos distintos vulnera el principio dispositivo. Por otra parte, si se rechaza una pretensión porque los materiales jurídicos han sido incorrectamente invocados no garantiza la tutela judicial efectiva, además que dependen en gran medida de los abogados que verían perjudicados a sus clientes debido a su impericia a la hora de seleccionar el marco normativo adecuado en determinadas pretensiones. Y tampoco parece prudente negar la protección a un derecho o interés legítimo por no haberse invocado una institución de forma correcta si aún el juez consta su existencia y lesión. 5) El derecho de defensa como límite al juez en la aplicación judicial del derecho En resumen, ¿puede un juez acoger una demanda bajo una calificación jurídica diversa a la propuesta por el actor? Y si es así, ¿cuál es la oportunidad procesal en que el juez puede recalificar las posiciones jurídicas sustentadas por el demandante? Dos hipótesis, una consistente en que debe dársele al juez amplios poderes con dos límites que son el respeto a la petición concreta y a la contradicción y la otra hipótesis es que el momento adecuado para discutir e incluso recalificar los extremos jurídicos de la controversia es la audiencia preliminar, dado que en ese momento se determina la carga de probar los hechos que constituyen el presupuesto fáctico de las normas invocadas.82 Esto dice relación con el tema central esta investigación, es decir, si la identidad de los hechos pero no de los materiales jurídicos entre dos contiendas hace procedente la excepción de cosa juzgada. Antes de responder las interrogantes, creo que es relevante lo que dice relación con la cosa juzgada virtual. En virtud de esta el pronunciamiento judicial no sólo cubre lo efectivamente deducido y así resuelto por el tribunal, sino también lo deducible83 y que pudo hacerse valer en el pleito y no se haya hecho.84 Pero el problema surge cuando se quiera extender los efectos de la 82 Ibíd. p. 197. Véase Padura Ballesteros Teresa, Fundamentación de la sentencia, preclusión y cosa juzgada. Valencia, Tirant Lo Blanch, 2002. 84 Tapia Fernández, Isabel, El objeto del proceso…op. cit. p. 71. 83 27 cosa juzgada al nuevo pleito en que se invoca una fundamentación distinta a la con que se resolvió en el pleito anterior.85 Según Isabel Tapia, la fundamentación de una pretensión que no se hizo valer en un pleito no puede alegarse de forma posterior en uno nuevo.86 De esta forma se cumple lo anteriormente indicado en referencia a que la cosa juzgada cubre lo que pudo hacerse valer en juicio y no se hizo, incluyendo en este apartado los argumentos jurídicos desplegados por las partes. Esto significa que como la fundamentación jurídica es algo que debe ser realizado de forma mínima por las partes ya que en su totalidad no resulta vinculante para el juez 87, los nuevos argumentos quedarían absorbidos por la sentencia primitiva.88 Por otra parte, si una demanda se presenta similar en los hechos a una anterior pero difiere en el contenido jurídico, no deberían operar los efectos preclusivos de la cosa juzgada si en el nuevo pleito se propone la aplicación de un fundamento jurídico diferente al que se juzgó en la sentencia primitiva respecto a la misma relación jurídica.89 En opinión del profesor Hunter “es insostenible justificar la procedencia de la cosa juzgada en aspectos que no han sido objeto de un debate en el proceso.”90 De esta forma, el derecho de defensa actúa como un límite al poder del juez en la aplicación del derecho91, esto porque el punto de vista jurídico con que se presenta la condena resulta sorpresivo ya que “nada pudo alegar u objetar durante el proceso.”92 La actividad de los jueces se encuentra limitada por la contradicción, en el sentido que ésta impide al juez pronunciarse favorablemente sobre una pretensión cuando los argumentos o posiciones jurídicas no han sido objeto de debate.93 Así las cosas, no se trata de que el juez resuelva de acuerdo a alguna de las posiciones sostenidas -de hecho puede desligarse del debate en los aspectos jurídicos- sino que el tribunal no puede resolver sin que se haya dado la posibilidad a las partes de alegar sus posiciones jurídicas de forma dialéctica y en posición de igualdad.94 Por otra parte, el derecho de defensa actúa como garantía, en el sentido de que la contradicción es concebida como Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil...” op. cit. p. 625. Tapia Fernández, Isabel, El objeto del proceso… op. cit. p.71. 87 Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…”, op. cit. p. 209. 88 Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil...”, op. cit. p. 625. 89 Ibíd. p.626. 90 Ibídem. 91 Cfr. Ormazábal, Guillermo, Iura novit curia. La vinculación del juez a la calificación jurídica de la demanda, Marcial Pons, Madrid, 2007, p.105. 92 Ibid. P. 106. 93 Cfr. Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…”, op. cit. p. 214. 94 Ibídem. 85 86 28 el derecho del justiciable de influenciar y participar en el ejercicio del poder del Estado, siendo necesariamente previo a cualquier decisión de carácter jurisdiccional.95 Llevada a la idea de los poderes del juez en la aplicación del Derecho, si la nueva demanda se sustenta en un fundamento diferente de la anterior, adscribiendo similares, idénticos o parcialmente algunos hechos a otras normas jurídicas, no debería existir cosa juzgada ya que esta alcanza sólo lo que ha sido objeto del debate y pronunciamiento judicial. Sólo hay cosa juzgada en los extremos en que las partes han situado la controversia96, ya que esta corresponde a una carga procesal de las partes, en el sentido que es obligación de éstas determinar de forma mínimamente correcta los límites del debate jurídico.97 Sintetizando lo anterior, al actuar la contradicción como límite y garantía de los justiciables frente a los poderes del juez, no existe cosa juzgada donde la calificación jurídica de la pretensión, además de ser diferente a lo resuelto, no resultó ser materia de discusión ni resolución por el juez.98 Sin embargo, si las partes discuten la calificación jurídica de los hechos expuestos en el juicio anterior, puede afirmarse que operan los efectos de la excepción de cosa juzgada respecto de todas las calificaciones jurídicas no alegadas ni resueltas por la sentencia dado que existió contradicción.99 Para Hunter esta solución goza de plena lógica, en el sentido de que el problema jurídico relevante fue planteado ante un juez y las partes fueron llamadas en la oportunidad procesal correspondiente para discutir sobre el estatuto jurídico aplicable a la controversia. Si el juez se adscribe a una tesis defendida, habrá desechado implícitamente todas las demás aunque no hayan sido discutidas ni argumentadas, siempre que estén incluidas en la esfera lógica-jurídica de la decisión o que se pueda estimar incompatible con la misma. 100 Pero para que ello se logre, es menester que el juez haya tenido en el primer juicio la oportunidad de someter al examen de las partes todos los problemas jurídicos que puedan resultar de la disputa, extendiendo los límites de lo debatido para dar posibilidad al juez de pronunciarse en base a una nueva calificación jurídica, como también hayan tenido la oportunidad de modificar la adscripción de hechos a una determinada norma o estatuto jurídico, modificando así el criterio de relevancia con que éstos ingresan al proceso.”101 Cabral, A., “El principio del contraddittorio como diritto d‟influenza e dovere di dibattito” en Rivista di Diritto Processuale, Vol. LX, Número 2, 2005, p. 450 y ss. 96 Cfr. Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil...” op. cit. p.626. 97 Cfr Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…” op. cit. p. 210. 98 Cfr. Hunter Ampuero, Iván, “Iura novit curia y el Proyecto de Código Procesal Civil...” op. cit. p.626. 99 Ibídem. 100 Ibíd. p.625. 101 Ibíd. p.627. 95 29 En resumen, el límite, respecto de los fundamentos jurídicos se encuentra en la contradicción, sólo opera en aquellos que han sido objeto de debate. Por otro lado, respecto a la fundamentación la solución es distinta, ya que es de toda lógica que los efectos de la cosa juzgada impidan un nuevo proceso que tenga idéntico fundamento jurídico pero se distinga por su fundamentación o argumentación jurídica. Así, se extingue la posibilidad de incoar un nuevo proceso basada en un mismo fundamento pero distinta fundamentación. Ligado a lo anterior, en relación a la idea de que el juez tenga la posibilidad de expresar y someter a debate a las partes los problemas jurídicos que pueden derivar de calificaciones jurídicas incorrectas o deficientes, es importante saber qué momento procesal es el adecuado para aquella tarea. El Proyecto no toma en consideración el problema por lo que para resolverlo hay que recurrir a la escasa doctrina que ha dado cuenta de ello. En este sentido, el profesor Hunter propone otorgarle al juez un poder general en la audiencia preliminar para así advertir a las partes la posibilidad de que la demanda encuentre sustento en otra calificación jurídica, no suponiendo un cambio a instancias del demandante, sino la posibilidad de discutir y controvertir la calificación jurídica que el juez pretende introducir para resolver favorablemente la controversia.102 Si el juez no hiciera esto, incurriría en una sentencia con el vicio de extra petita, siendo ésta casable en la forma. La sentencia con el vicio de extra petita, como se sabe, se da en la situación en que el juez otorga algo diferente a lo solicitado por la parte. Esta situación se daría por ejemplo, cuando el demandante entabla demanda buscando una indemnización por responsabilidad contractual, sin mencionar una eventual responsabilidad extracontractual, y el juez las partes de una manera en que éstas no pudieron prever, al iniciarse el juicio. De esta forma, si en la audiencia preliminar el juez tiene un poder general para someter esta situación a discusión, la judicatura se ahorraría un problema ya que, por aplicar de buena forma el derecho y hacer valer el proceso como un medio de consecución de justicia, le otorgaría a la parte vencida un argumento de derecho para anular el juicio anterior. 102 Cfr. Hunter Ampuero, Iván, “La aplicación judicial del derecho…” op. cit. p. 219. 30 CONCLUSIONES Como conclusiones se pueden nombrar las siguientes: a) El Proyecto de Código Procesal Civil recoge tendencias modernas regulando el efecto positivo o prejudicial de la cosa juzgada e innova eliminando la triple identidad como requisito de procedencia de la fase negativa de este instituto. b) Al dejar el análisis de los elementos identitarios entre uno y otro proceso al juez, es necesario relacionar este tema con los poderes del juez civil en la aplicación judicial del derecho. c) Por su vinculación al principio dispositivo debe establecerse la distinción entre fundamento y fundamentación de la demanda. La primera corresponde a la adscripción de hechos a unas determinadas normas que le permite al actor obtener un efecto jurídico; la segunda en cambio corresponde la invocación de razones jurídicas que justifican la adscripción de esos hechos a determinadas normas. d) Distintas teorías han intentado explicar el tema de los poderes del juez civil para aplicar el derecho, entre ellas las teorías de la individualización y de la sustanciación, y las teorías de la causa de pedir o causa petendi. e) La importancia de los poderes del juez civil para aplicar el derecho se basa en que si un juez tiene un amplio poder cumple de mejor manera con la tutela de derechos fundamentales. f) El derecho de defensa constituye límite y garantía en la aplicación judicial del derecho. Es un límite porque el juez no puede pronunciarse favorablemente respecto de una pretensión si no ha habido debate de los argumentos o posiciones jurídicas; y es una garantía porque la contradicción se concibe como un derecho del justiciable para influir en la decisión judicial. g) Sin embargo, la cosa juzgada virtual propone que la cosa juzgada cobre lo deducido y lo deducible y que pudo hacerse valer en el pleito y no se haya hecho. h) En razón de lo anterior, si una nueva demanda se sustenta en un fundamento diferente de la anterior, adscribiendo similares, idénticos o parcialmente algunos hechos a otras 31 normas jurídicas, no debería existir cosa juzgada ya que esta sólo alcanza lo que ha sido objeto de debate y pronunciamiento judicial. i) Al contrario, en cuanto a la fundamentación jurídica es distinta, dado que es de toda lógica que los efectos de la cosa juzgada impidan un nuevo proceso que tenga idéntico fundamento pero se distinga en su argumentación jurídica. j) Por último, el Proyecto no se hace cargo sobre cuál es el momento procesal adecuado para someter a debate la calificación jurídica propuesta por el actor, por ende la solución que esta investigación entrega es otorgarle un poder general al juez en la audiencia preliminar para advertir a las partes la posibilidad de que encuentren sustento en otra calificación jurídica que vendría a ser propuesta por el juez, para ser discutida por las partes. 32 BIBLIOGRAFÍA A) Libros y revistas Cabral, A., “El principio del contraddittorio como diritto d‟influenza e dovere di dibattito” en Rivista di Diritto Processuale, Vol. LX, Número 2, 2005. 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