Los conceptos de Verdad y Subjetividad desde la filosofía existencial. Los conceptos de Verdad y Subjetividad han sido conceptos fundamentales en la filosofía. Desde Descartes con su cogito ergo sum dando lugar a la res pensante que al dudar de la realidad con un método trata llegar a una certeza, la cual tomara para definir su actuar, hasta Jean Paul Sartre exponiendo una consciencia que esta arrojada en el mundo de manera inalienable y encontrar a través de este mismo arrojo la certeza de su relación con el mundo, la cual tomara en cuenta para definir su actuar; pero ¿Cuál es la necesidad de un certeza en el actuar de los hombres? Desde filósofos como Kierkegaard, Nietzsche o Freud hemos sabido que el hombre no se guía necesariamente desde una certeza ¿Cómo plantearse un actuar, un compromiso con la historia y el mundo? ¿Cómo es que esta guía puede sujetarnos y llevarnos a vivir un pensamiento impuesto? Esta ponencia abordará desde la propuesta existencial estos conceptos, ya que es la postura que permite señalar el papel que la verdad y la subjetividad toman en la vida de los hombres, sin dejar de lado esta relación es también una “relación de poder” y no es ajena al mundo, ni a su historia. Porque afirma que hay un quehacer del hombre y un cuidado de sí del hombre y por el hombre; es que se puede sostener una propuesta de vida con el mundo, entre los hombres y señalar las líneas que sujetan nuestra subjetividad. Verdad, Subjetividad, Existencialismo, Poder, Hombre Los conceptos de Verdad y Subjetividad desde la filosofía existencial. Al comenzar el estudio de la filosofía, y casi cualquier sistema de pensamiento, es común hacerlo desde la academia y se comience desde un enfoque “occidental” y de manera cronológica, como una bola de nieve que crece mientras pasa el tiempo avanzando cuesta abajo por una fuerza “natural”, como lo es la gravedad. Principalmente, desde un enfoque metafísico es que se comienza a definir los conceptos, y no solo en la filosofía, sino también en las ciencias, como en las matemáticas, física, lógica, historia, etc. Es desde estas primeras concepciones que interpretamos, aprendemos y nos apropiamos de las situaciones que se nos presentan, son nuestras herramientas para trabajar el mundo, nuestros motivos para relacionarnos y las certezas que guían nuestro actuar. Sin embargo, la “bola de nueve” no avanza mucho por la pendiente, y es difícil llegar a relacionarse con concepciones como matemáticas intuicionistas, fenomenología, lógica modal, lógica dialéctica, etc. Pero aun así, ya sea que avancemos por la pendiente o nos quedemos en la cima, nos encontramos en una época en la cual no hay confianza en nuestras concepciones, por mencionar algunos ejemplos, la democracia, derechos humanos, el estado, la justicia, Dios, la religión, la cosa en sí, y no está de más también mencionar nuestra propia concepción, quienes somos. Esto puede interpretarse principalmente como una problemática a ser resuelta, ¿Cómo llegar a una certeza en nuestras conceptualizaciones?, ¿cómo lograr que estas conceptualizaciones sean las leyes que rijan el mundo? En este punto es que me permito mencionar las 2 conceptualizaciones que son el tema de esta presentación, es decir, la verdad y la subjetividad. Tratando de acercarnos a esta “problemática” por medio de las preguntas ¿cómo es que nos jugamos como sujetos al tratar de dar alguna respuesta? ¿Qué se nos presenta al sostener como verdadera una de estas conceptualizaciones? Soren Kierkegaard en su texto el concepto de la angustia nos habla de cómo es que se juega la subjetividad al estar en relación con algo que nos provoca no solo la duda sobre su ser, sino también la de nuestra propia existencia, la angustia por no tener una relación de saber, y su resolución al construir esta relación ya sea desde la desesperación de no querer vivir esta angustia y formarla de cualquier manera que sea posible pero sin jugarse la subjetividad en ello, o desde un salto de fe que apuesta y se juega en esta relación, que puede llevarlo a la muerte del sujeto, no necesariamente biológica, pero si a la forma en que interpreta el mundo y actúa en el. La verdad es definida desde una concepción metafísica y positivista de manera general como aquello que representa a un ser como es, esta engloba toda su existencia y cualidades que de él provengan, la verdad es una correspondencia de la representación con algo que llamamos objeto. Esta forma de vivirla nos lleva a que la verdad sea nuestro único contacto con el objeto, de no ser así se trata como un problema de conocimiento, hay que formar una episteme, las relaciones con el objeto son de no verdad y se reducen a desvalorizaciones por la subjetividad ya que la verdad “habla” del objeto no del sujeto. Entonces lo verdadero del objeto tiene una necesidad, la necesidad de ser, suceder, de acontecernos; antes de caer de un precipicio y morir, primero vivimos esta consecuencia, Esta concepción de verdad nos lleva a sostener la causalidad, si A es verdadero entonces A es aquello que se afirma como verdadero. Y esta causalidad es lo que nos lleva a vivir una necesidad, y es que la representación nos acontezca como objeto, la verdad pide ser vivida por el sujeto, que se le acontezca, la verdad que hay en el interior del agujero negro tiene la necesidad de ser vivida y afirmada por un sujeto, aquel que la descubre, fuera de ahí, no puede ser llamada verdadera, ¿o acaso alguien sostuvo como verdadera la ley de la gravitación antes de newton? ¿Alguien afirmo lo inconsciente como verdadero antes de Freud? ¿Hay una verdad de nosotros antes de nuestro nacimiento? ¿Quién afirmo la democracia antes de los griegos? Es aquí que puedo hablar de la existencia de un alguien, hablo de un sujeto, la parte subjetiva de la verdad, la parte de la que he estado tratando de apuntar, eso que me juego al presentar este escrito, esto que se juegan al escucharme o al ignorarme. Por ejemplo, la verdad de la gravedad es que sea una fuerza de atracción de 2 objetos con masa, tomando como verdaderas las concepciones de fuerza, atracción, objeto, masa, cosa que puede dudarse por ejemplo desde la física cuántica. No es que trate de desechar el concepto de verdad desde una concepción relativista, y afirmar que sea solo una ilusión, o una burda afirmación, más bien lo que quisiera afirmar es que cada que uno afirma un verdad, afirma también una subjetividad, una manera de intencionar e interpretar el mundo y en esta verdad me juego todo esto, es decir, al afirmar que la gravedad es una fuerza de relación entre 2 objetos con masa, afirmo todo el sistema de la microfísica, que también sostienen concepciones como fricción, impenetrabilidad, geometría euclidiana, entre más cosas y si trato de sostener algo diferente, me sentiré no solo con la necesidad de dar un motivo de una nueva causalidad, sino hasta un desamparo en el caso de no hacerlo, ¿o acaso podría saltar un precipicio solo porque he dudado de la gravedad? Pero la propuesta Existencial no es quedarnos solo en la tarea de buscar la respuesta a las preguntas por la certeza y la verdad, sino que a pesar de la respuesta, ¿cómo podremos vivir con esas respuestas que de antemano sabemos que somos nosotros quienes daremos la respuesta? ¿Cómo vivir con las respuestas a las preguntas por los conceptos ya mencionados como derechos humanos, democracia, nuestro ser, la historia, sabiendo que solo nosotros seremos quienes afirmaremos “esta es la respuesta”? Ante una apuesta a tratar de sortear esta angustiante pregunta y el vivir con ella, aparece un tema que no quiero dejar de lado, que son las relaciones de poder. No me atrevo a afirmar una situación a-histórica, fuera del discurso, aun en una apuesta subjetiva al afirmar una verdad, hay una intencionalidad, y por lo tanto, una relación de posibilidad y un deseo de que un ser acontezca, esta ponencia busca algo en la audiencia, no espera ser solo un conjunto más de letras, no he escrito esto solo porque sí, hay una intención de dialogo, de transmitir una forma de ver el mundo, y de esta misma manera, en nuestro actuar cotidiano se podrían afirmar situaciones muy similares, donde una situación no es solo una situación, sino es una situación-para, sosteniendo un telos, pero este telos es en ocasiones desconocido, no hay necesariamente una relación de conocimiento con él, más bien hay una relación de posibilidad, de deseo, por venir. La filosofía Existencial busca una pregunta por el ser, en un ser para la muerte, es decir, busca replantearse una voluntad de verdad en un cara a cara con nuestra ideología, desde nuestra historia, vivida desde nuestras angustias y ansiedades, busca como afirma Bergson, que la azúcar se disuelva en el agua, que los objetos del mundo se disuelvan en nuestras subjetividades dejando de lado la alienación, incluida la subjetividad misma, este es la situación que nos permite relacionarnos con el mundo y nosotros mismos, tratar de no vivir como problemático la no causalidad de concepciones que no tenemos motivos de sostener fuera del motivo del discurso mismo, nos invita a vivir nuestra existencia.