Número de registro: 24709 Décima Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISIÓN 193/2011.
Número de registro: 24709
Décima Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Libro XXVI, Noviembre de 2013
Página: 1575
TRIBUNAL UNITARIO AGRARIO. SI DURANTE EL TRÁMITE DE UN JUICIO CIVIL
SE ADVIERTE QUE LAS OBLIGACIONES DEMANDADAS RECAEN SOBRE BIENES
DE NATURALEZA AGRARIA, EL JUEZ DEBE DECLARARSE INCOMPETENTE Y
REMITIRLE LOS AUTOS PARA QUE CONOZCA DEL ASUNTO.
AMPARO EN REVISIÓN 193/2011. EJIDO DE SAN MATEO NOPALA. 15 DE MARZO
DE 2012. MAYORÍA DE VOTOS. DISIDENTE Y PONENTE: EMMANUEL G.
ROSALES GUERRERO. SECRETARIA: CLAUDIA RODRÍGUEZ VILLAVERDE.
CONSIDERANDO:
SEXTO.-Previo al análisis de los agravios, y con el objeto de conocer la cuestión
efectivamente planteada, en términos del artículo 79 de la Ley de Amparo, es necesario hacer
un relato de los antecedentes del asunto con base en las constancias de autos, lo que se hace
en los siguientes términos:
1. Mediante escrito de veinte de febrero de dos mil nueve, los integrantes del Comisariado
Ejidal de San Mateo Nopala, demandaron, en la vía civil a Hilarión Ramírez Reyes, de quien
reclamaron la rescisión del contrato de arrendamiento celebrado el quince de septiembre de
dos mil uno, por el citado ejido como arrendador y el nombrado en segundo término como
arrendatario, respecto de un inmueble ubicado en los límites de la propiedad del Ejido de San
Mateo Nopala, en Naucalpan, Estado de México (páginas 3 a 6 del legajo de pruebas del
cuaderno de amparo).
2. El cinco de marzo de dos mil nueve, el Juez Noveno de lo Civil del Distrito Judicial de
Tlalnepantla, México, con residencia en Naucalpan, admitió en la vía y forma propuestas la
demanda y ordenó emplazar a Hilarión Ramírez Reyes (páginas 7 y 8 del legajo de pruebas).
3. Mediante escrito presentado el veinticinco de marzo de dos mil nueve, Hilarión Ramírez
Reyes contestó la demanda e hizo valer la excepción de "incompetencia" aduciendo que la
vía procedente para dirimir el conflicto no era la civil, sino la agraria (páginas 14 a 20 del
legajo de pruebas).
4. Seguidos diversos trámites, el veinticinco de enero de dos mil diez tuvo verificativo la
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diligencia denominada "audiencia de conciliación y depuración procesal", en la que el Juez
Noveno de lo Civil del Distrito Judicial de Tlalnepantla, con residencia en Naucalpan de
Juárez, México, determinó su "incompetencia" para conocer de la demanda interpuesta por el
Ejido de San Mateo Nopala; asimismo, ordenó la remisión de los autos al Tribunal Unitario
Agrario en el Estado de México, a quien dicho juzgador estimó competente para conocer de
la demanda (páginas 94 a 98 del legajo de pruebas).
5. En contra de esta determinación, el poblado interpuso recurso de apelación, del que
conoció la Segunda Sala Unitaria Civil de Tlalnepantla del Tribunal Superior de Justicia del
Estado de México, en donde mediante sentencia de diez de marzo de dos mil diez se
confirmó la interlocutoria recurrida (páginas 109 a 114 del legajo de pruebas).
6. Finalmente, remitidas la demanda y demás constancias al órgano jurisdiccional que el Juez
civil estimó competente, mediante auto de veintiocho de septiembre de dos mil diez, el
Magistrado del Tribunal Unitario Agrario del Distrito Diez "aceptó la competencia
declinada", y requirió al poblado para que adecuara su demanda civil en términos de la Ley
Agraria y exhibiera diversas copias (páginas 404 a 406 del legajo de pruebas).
7. Dicha determinación constituyó el acto reclamado en el juicio de amparo indirecto del
conocimiento del Juez Octavo de Distrito en el Estado de México, con residencia en
Naucalpan de Juárez, en donde se celebró la audiencia constitucional y finalmente dictó
sentencia el Juez Segundo de Distrito del Centro Auxiliar de la Segunda Región, autorizada
el veintitrés de febrero de dos mil once, que sobreseyó en el juicio en un aspecto y negó el
amparo en otro (páginas 78 a 87 del cuaderno de amparo).
Esta última determinación es la materia de revisión en el presente recurso.
Una vez expuestos los antecedentes del asunto, se procede al análisis de los agravios
expuestos por el recurrente.
SÉPTIMO.-Primero debe destacarse que, como la parte recurrente es sujeto colectivo de
derecho agrario, en términos de los artículos 76 Bis, fracción III y 227 de la Ley de Amparo,
se actualiza el supuesto de suplencia de la queja, por lo que los agravios serán examinados
bajo esa modalidad.
El ejido recurrente aduce, principalmente, que el Juez Federal omitió el estudio de diversos
planteamientos hechos en la demanda de amparo, específicamente en el sentido de que
inobservó que el Magistrado del Tribunal Unitario Agrario debió actuar de conformidad con
el artículo 168 de la Ley Agraria y remitir el asunto al tribunal competente, siendo, a su
juicio, el Juez civil, por diversas circunstancias que consisten en:
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• Que el documento base de la acción no se adecua al contenido del artículo 45 de la Ley
Agraria; que tampoco hay un uso de suelo común o parcelario para cumplir con el
arrendamiento en términos de un proyecto productivo, ya que sólo se basa en el contenido de
la cláusula sexta, en donde se establece que el inmueble servirá para usarse como un "lienzo
charro", pero que dicho contrato se celebró en términos de la legislación civil, pues no
contiene acuerdos de asociación o aprovechamiento en favor del ejido, razones por las cuales
no puede aplicarse la tesis invocada por el Juez Federal, y que respecto a la expresión
"pudiera quedar comprendida" a que se refiere el criterio, es claro que la acción recae en un
predio dentro de los límites del ejido, pero el contrato materia de rescisión no es sobre el
aprovechamiento de un recurso productivo del ejido, sino que constituye una relación
meramente civil pactada por un comisariado mandatario del ejido con un tercero.
• Que el uso de bienes ejidales sólo puede constituir materia agraria cuando cumple las
condiciones establecidas por los artículos 45 y 163 de la Ley Agraria y, en el caso, no se
dirimen derechos sobre tierras o conflictos agrarios sino cuestiones de índole civil.
• Que no hay representación del comisariado ejidal ejecutando acuerdos de asamblea de sus
representados en términos del artículo 45 de la Ley Agraria.
• Que el documento se refiere a los derechos de un particular que lo usa, no como un recurso
productivo a favor del ejido, sino en aprovechamiento propio, lo que quedó demostrado en
autos.
Razones por las cuales estima que la sentencia recurrida es incorrecta y, por tanto, el auto
combatido mediante el juicio de amparo por el cual el Tribunal Unitario Agrario responsable
admite su competencia, es incorrecto, pues a su juicio debe conocer de la demanda un Juez
civil.
El Juez de Distrito, en la sentencia recurrida, estimó que aun cuando se demandó la rescisión
de un contrato de arrendamiento contemplado en la legislación civil, lo cierto es que el
inmueble cuya desocupación y entrega se demanda es un terreno que, según se advierte de la
propia demanda inicial, se encuentra dentro de los límites del ejido; por tanto, lo resuelto por
la responsable es correcto, siendo competente para conocer del asunto el Tribunal Unitario
Agrario.
Esta determinación del Juez Federal es correcta por las siguientes consideraciones:
El artículo 27, fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,(9)
reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidal y comunal y protege su
propiedad sobre la tierra, tanto para el asentamiento humano como para actividades
colectivas; asimismo, establece que la ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y
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comuneros para adoptar las condiciones que más les convengan en el aprovechamiento de sus
recursos productivos, regulará el ejercicio de los derechos de los comuneros sobre la tierra y
de cada ejidatario sobre su parcela.
Por su parte, en el artículo 45(10) de la Ley Agraria, se consagra la facultad de los ejidatarios
y comuneros para celebrar cualquier contrato, aun con particulares, que tenga por objeto el
uso de tierras ejidales, facultando al núcleo ejidal, si se trata de tierras de uso común y a los
ejidatarios titulares, si se trata de tierras parceladas, siempre que convenga para el
aprovechamiento de sus recursos productivos.
Finalmente, en el numeral 18, fracción XI, de la Ley Orgánica de los Tribunales
Agrarios,(11) se fija la competencia de los tribunales agrarios para dirimir juicios de esta
naturaleza.
De los citados preceptos se desprende que, atendiendo a la naturaleza de los bienes respecto
de los cuales se celebra un contrato de arrendamiento, podrá definirse la competencia del
Tribunal Unitario Agrario para dirimir controversias que se susciten respecto de dichas
acciones, pues su conocimiento obedece a que el conflicto de que se trate se resuelva por
quien tiene la más amplia experiencia en la materia agraria, para respetar los derechos de los
núcleos de población ejidal.
Respecto al tema de si es competencia del Tribunal Unitario Agrario conocer de demandas de
acciones derivadas de contrato de arrendamiento en el que se involucren tierras ejidales, el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió la tesis P. CLV/97, Novena Época,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VI, noviembre de
1997, página 75, cuyos rubro y texto establecen:
"COMPETENCIA EN MATERIA AGRARIA. CUANDO SE DEMANDA ALGUNA
ACCIÓN DERIVADA DE CONTRATO DE ARRENDAMIENTO SOBRE TIERRAS
EJIDALES, CORRESPONDE CONOCER AL TRIBUNAL UNITARIO AGRARIO.-Del
análisis sistemático de los artículos 27, fracción VII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 45 y 163 de la Ley Agraria y 18, fracción XI, de la Ley Orgánica
de los Tribunales Agrarios, se advierte que el régimen jurídico de propiedad ejidal o comunal
tiende a proteger ese tipo de propiedad, en cuanto a su integridad, aprovechamiento y
acciones de fomento, no de manera exclusiva por el carácter de las partes en el juicio, sino
por la naturaleza del derecho controvertido y, esencialmente, por su incidencia sobre los
derechos de propiedad, posesión y disfrute de los bienes agrarios. Asimismo, se consagra la
facultad de ejidatarios y comuneros para la celebración de cualquier contrato, aun con
particulares, que tenga por objeto el uso de tierras ejidales, si esto conviene para el
aprovechamiento de sus recursos productivos. Finalmente, se fija la competencia de los
tribunales agrarios para dirimir juicios de este tipo. En esa virtud, no obstante que el contrato
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de arrendamiento es una institución de carácter civil, resulta determinante considerar el
objeto del mismo para decidir la naturaleza del asunto, porque si versó sobre tierras afectas al
régimen de propiedad ejidal o comunal y atento que es característica esencial del contrato
transmitir la posesión material de la cosa arrendada, se actualiza la hipótesis contemplada
constitucional y legalmente, en que el ejido ha pactado con particulares el aprovechamiento
de sus tierras y, por ello, cuando la acción intentada incide sobre el cumplimiento o rescisión
del contrato de arrendamiento, por controvertirse cuestiones ligadas a la posesión de tierras
sujetas al régimen de derecho agrario, deben decidir los Tribunales Unitarios de esa materia,
para lo cual cuentan con facultades expresas."
Ahora bien, los miembros del comisariado ejidal actúan en representación del núcleo de
población ejidal, y son los encargados de ejecutar los actos de la asamblea general de
ejidatarios, de conformidad con los artículos 32 y 33 de la Ley Agraria.(12)
Destacado lo anterior, ahora se precisa que de las constancias de autos se desprende que el
contrato materia de la rescisión que se demanda, fue celebrado por el entonces comisariado
ejidal del poblado de San Mateo Nopala, integrado por Abel Navarro Villafuerte (presidente),
Carlos Ramírez Robles (secretario) y Eulogio Villafuerte Ramírez (tesorero), de lo que se
sigue que es incorrecta la pretensión de los ahora recurrentes, pues aun cuando no haya
certeza sobre la existencia de un proyecto de aprovechamiento ni tampoco se haya estipulado
en el contrato dicha circunstancia, ello no significa que el predio materia del contrato de
arrendamiento sea sobre tierras parceladas y, por tanto, sea un beneficio particular; por el
contrario, al haber celebrado el contrato de quince de septiembre de dos mil uno el órgano
encargado de la representación del ejido, es lógico que se trata de tierras de uso común, pues
de otra forma no tendría por qué celebrarlo dicho órgano de representación, sino el titular del
bien parcelado, según se desprende del citado artículo 45 de la Ley Agraria.
En ese orden de ideas, resultan infundados los planteamientos de los recurrentes en el sentido
de que es incorrecta la determinación del Tribunal Unitario al aceptar la competencia y
admitir a trámite la demanda, por tratarse de actos de naturaleza civil, pues ninguno de los
razonamientos expuestos permite concluir que el contrato se refiera a bienes que no
involucran tierras ejidales de uso común.
Es por ello que este Tribunal Colegiado estima correcta la determinación del Juez Federal, sin
que se advierta alguna violación a la ley o motivos que ameriten la suplencia de la queja.
Por último, debe hacerse oficiosamente una precisión respecto a una incongruencia que se
advierte en la sentencia recurrida, pues en el resolutivo primero se establece que se sobresee
en el juicio respecto del acto reclamado, consistente en el acuerdo de trece de octubre de dos
mil diez, en términos del considerando quinto de la sentencia; sin embargo, en dicho
considerando no se determina el sobreseimiento del juicio.
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Dicho acto reclamado consistente en el auto de trece de octubre de dos mil diez dictado por el
Juez Noveno Civil de Primera Instancia del Distrito Judicial de Tlalnepantla, con residencia
en Naucalpan de Juárez, Estado de México, y se refiere, como los mismos quejosos lo
manifestaron en su demanda, a la aceptación que realizó dicha autoridad con la admisión a
trámite de la demanda por parte del Tribunal Unitario Agrario, lo que permite concluir que
más bien se trata de un acto derivado del atribuido a la autoridad últimamente mencionada;
además, no se hace valer por vicios propios, por lo que la negativa del amparo, como lo
determinó el Juez Federal en la última parte del considerando sexto de la sentencia recurrida,
debe hacerse extensiva a dicho acto.
Hecha la precisión anterior, procede confirmar la sentencia recurrida que niega el amparo
solicitado.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege al Ejido de San Mateo Nopala,
representado por el presidente, secretario y tesorero del Comisariado Ejidal, contra el acto y
la autoridad precisados en el resultando primero de esta sentencia.
Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria; vuelvan los autos del juicio de amparo al
Juzgado de origen y, en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.
Así lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito,
por mayoría de votos de los Magistrados presidente Salvador González Baltierra y Víctor
Manuel Méndez Cortés, en contra del voto particular del Magistrado Emmanuel G. Rosales
Guerrero; fue ponente el último de los nombrados.
________________
9. "Artículo 27. ... VII. Se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población
ejidales y comunales y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto para el asentamiento
humano como para actividades productivas.-La ley protegerá la integridad de las tierras de
los grupos indígenas.-La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la vida comunitaria
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de los ejidos y comunidades, protegerá la tierra para el asentamiento humano y regulará el
aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso común y la provisión de acciones de
fomento necesarias para elevar el nivel de vida de sus pobladores.-La ley, con respeto a la
voluntad de los ejidatarios y comuneros para adoptar las condiciones que más les convengan
en el aprovechamiento de sus recursos productivos, regulará el ejercicio de los derechos de
los comuneros sobre la tierra y de cada ejidatario sobre su parcela. Asimismo establecerá los
procedimientos por los cuales ejidatarios y comuneros podrán asociarse entre sí, con el
Estado o con terceros y otorgar el uso de sus tierras; y, tratándose de ejidatarios, transmitir
sus derechos parcelarios entre los miembros del núcleo de población; igualmente fijará los
requisitos y procedimientos conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el
dominio sobre su parcela. En caso de enajenación de parcelas se respetará el derecho de
preferencia que prevea la ley.-Dentro de un mismo núcleo de población, ningún ejidatario
podrá ser titular de más tierra que la equivalente al 5% del total de las tierras ejidales. En todo
caso, la titularidad de tierras en favor de un solo ejidatario deberá ajustarse a los límites
señalados en la fracción XV.-La asamblea general es el órgano supremo del núcleo de
población ejidal o comunal, con la organización y funciones que la ley señale. El comisariado
ejidal o de bienes comunales, electo democráticamente en los términos de la ley, es el órgano
de representación del núcleo y el responsable de ejecutar las resoluciones de la asamblea.-La
restitución de tierras, bosques y aguas a los núcleos de población se hará en los términos de la
ley reglamentaria."
10. "Artículo 45. Las tierras ejidales podrán ser objeto de cualquier contrato de asociación o
aprovechamiento celebrado por el núcleo de población ejidal, o por los ejidatarios titulares,
según se trate de tierras de uso común o parceladas, respectivamente. Los contratos que
impliquen el uso de tierras ejidales por terceros tendrán una duración acorde al proyecto
productivo correspondiente, no mayor a treinta años, prorrogables."
11. "Artículo 18. Los Tribunales Unitarios conocerán, por razón del territorio, de las
controversias que se les planteen con relación a tierras ubicadas dentro de su jurisdicción,
conforme a la competencia que les confiere este artículo. ... XI. De las controversias relativas
a los contratos de asociación o aprovechamiento de tierras ejidales, a que se refiere el artículo
45 de la Ley Agraria; ..."
12. "Artículo 32. El comisariado ejidal es el órgano encargado de la ejecución de los
acuerdos de la asamblea, así como de la representación y gestión administrativa del ejido.
Estará constituido por un presidente, un secretario y un tesorero, propietarios y sus
respectivos suplentes. Asimismo, contará en su caso con las comisiones y los secretarios
auxiliares que señale el reglamento interno. Este habrá de contener la forma y extensión de
las funciones de cada miembro del comisariado; si nada dispone, se entenderá que sus
integrantes funcionarán conjuntamente."
"Artículo 33. Son facultades y obligaciones del comisariado: I. Representar al núcleo de
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población ejidal y administrar los bienes comunes del ejido, en los términos que fije la
asamblea, con las facultades de un apoderado general para actos de administración y pleitos y
cobranzas; II. Procurar que se respeten estrictamente los derechos de los ejidatarios; III.
Convocar a la asamblea en los términos de la ley, así como cumplir los acuerdos que dicten
las mismas; IV. Dar cuenta a la asamblea de las labores efectuadas y del movimiento de
fondos, así como informar a ésta sobre los trabajos de aprovechamiento de las tierras de uso
común y el estado en que éstas se encuentren; V. Las demás que señalen la ley y el
reglamento interno del ejido."
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