Biografía del autor: Nació en Las Palmas (Islas Canarias) en 1843, el décimo hijo de un coronel del Ejército. Fue un niño reservado, interesado por la pintura, la música y los libros. La llegada a Las Palmas de una prima le trastornó emocionalmente y sus padres decidieron que fuera a Madrid a estudiar Derecho, en 1862. En esta ciudad entra en contacto con el krausismo por medio de Francisco Giner de los Ríos, el cual le anima a escribir y le presenta en la redacción de algunas revistas. Se transforma en un madrileño que frecuenta tertulias literarias en los cafés, que asiste puntualmente al Ateneo madrileño, que recorre incesantemente la ciudad y se interesa por los problemas políticos y sociales del momento: se define a sí mismo como progresista y anticlerical. En 1868 viaja a París y descubre a los grandes novelistas franceses. A su regreso traduce a Dickens, escribe teatro y, por fin, en 1870 se decide a publicar su primera novela, La Fontana de oro. Desde 1873 a 1912, Pérez Galdós se propuso el ambicioso proyecto de contar la historia novelada de la España del siglo XIX, es decir, desde 1807 hasta la Restauración, con la intención de analizar el protagonismo de las fuerzas conservadoras y de progreso en España. En 1892 se entregó a la reforma del teatro nacional. El estreno de Electra (1901) supuso un acontecimiento nacional: al acabar la representación los jóvenes modernistas acompañaron al autor hasta su casa en olor de multitud. En 1907 volvió al Congreso, como republicano, y en 1909 con Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano−socialista". Su izquierdismo fue el causante de que no se le otorgara el Premio Nobel. En 1920 murió ciego y pobre en Madrid, su ciudad de adopción. Descripción histórica de la época: Benito Pérez vivió en una época llena de cambios sociales i políticos, en que los pronunciamientos militares eran comunes, los movimientos sociales y reivindicativos también y en el que se convivía en un ambiente de indecisión política y cambios, en las puertas de una crisi económica. Nacido a finales del siglo XIX fue testimonio de pronunciamientos y vivió des de España la situación política europea, en la que también reinaba el ambiente prebélico anterior a la Primera Guerra Mundial. A pesar de todo el nivel cultural se mantenía en algunos núcleos de intelectuales, y exposiciones culturales y artísticas son preparadas bastante a menudo, dentro de lo que cabe, una de las más importantes a destacar es la Exposición Universal de París, la cual pudo visitar el autor. De todas formas, la inestabilidad y las ansias de muchos por conseguir cambios políticos no cambiaban mucho la situación social ni la estructura familiar, tampoco el sistema de trabajo había cambiado hasta que empezaron a surgir sindicatos. A lo largo de su vida pudo ver la emergencia de los movimientos marxistas y se tubo la oportunidad de leer sus libros. Unos años más tarde se instaura en España la Primera República, a consecuencia de las anteriores inestabilidades políticas y sociales. Es solamente una conyuntura, puesto que un año después de instaurarse España vuelve a ser una monarquía absoluta, ahora con un nuevo rey, Alfonso XII. A finales del siglo XIX empiezan a aparecer partidos políticos como el PSOE, sindicatos (UGT) e incluso se recuperan movimientos nacionalistas como el catalanismo, muy destacado gracias a sus escritores e instituciones. Posteriormente vive des del reducto español la Primera Guerra Mundial, superando en esos años el país una grave crisis económica que repercutirá notablemente en las vidas del pueblo, a pesar de no haber participado 1 en la gran guerra. Al final de la guerra se da la guerra civil rusa, con ya tensiones debido a la revoluciones comunistas del 1917, las cuales afectan también a España en el temor de rebeliones marxistas, socialistas o comunistas. Resumen de la obra: Don Lope, un antiguo noble rico conocido por sus aventuras amorosas, se involucra en un asunto costoso y que acarrea grandes trabajos: Sacar a su amigo Antonio Reluz de la cárcel, y después de la muerte de éste, cuidar de su hija y su viuda. Antes ya con su fortuna notablemente reducida se obliga a mantenerlas a pesar de los costes, y a la muerte de la esposa de su amigo se apropia de su hija, Tristana, una joven bella e inocente, de la que se aprovecha y a la que tiene como una posesión suya más. De pronto, la joven se da cuenta de qué es lo que está pasando, y va adentrándose en el mundo, descubriendo lo que antes no se había molestado en ver, conociendo así a un joven artista con un pasado también duro, Horacio Díaz. El amor nace entre ellos, y a la vez que la muchacha empieza a culturizarse él le contagia su amor por el arte y la pintura, la instruye, descubriendo así las grandes dotes de la chica para el aprendizaje y para diversas artes. Poco a poco su relación se intensifica y a pesar de que él piensa en el matrimonio el carácter impetuoso de ella le frena, y sus ideas apasionadas le abruman, instigándole junto con su tía a irse al campo a aclarar sus deseos. Así empieza el fin del romance, en el que a pesar de las cartas que constantemente se envían la relación va perdiendo fuego. A eso se le suma la grave enfermedad que Tristana sufre, que le cambia el carácter y la deteriora físicamente. Cuando Horacio regresa, después de la muerte de su tía, está decidido a volver a la vida campesina en su casa de Villaroya, y al encontrarse su antigua amante la última llama de amor se le extingue, casándose con otro al cabo de un tiempo. Durante toda la enfermedad Don Lope ha estado cuidando de la muchacha y se ha gastado los restos de su fortuna en los médicos y caprichos para animarla, así que se ve obligado a pedir ayudas económicas a familiares y parientes, los cuales, en un tiempo, le exigen que se case con la chica para redimir sus pecados pasados, y así le daran otra pequeña fortuna con la que acabar sus días y dejarla de herencia para su esposa. Don Lope acepta, harto ya de humiliarse por dinero y Tristana, en permanente estado de autismo acepta la decisión sin replicar ni rebelarse. La novela termina con una descripción de la vida de ambos, Don Lope descubriendo nuevas actividades calmadas y Tristana en un permanente estado de calma, de actividad en actividad, y de sueño en sueño. Personajes: En la novela de Tristana podemos encontrar un tipo de personajes muy caracterizados por el autor, con facetas muy personales y con grandes diferencias entre ellos: Don Garrido (Don Lope) Su rasgo más destacado podría ser su galantería en pasadas épocas y sus aventuras con todo tipo de mujeres, a la vez que, por su innovadora y liberal ideología, odia el matrimonio. A diferencia de otros nobles de su época es culto e interesado en asuntos políticos, con unas inclinaciones un tanto avantguardistas, a pesar de mantener algunas ideas conservadoras. Es un hombre con unas facetas muy contradictorias. El autor destaca en él su gran generosidad para con los amigos y todos los sacrificios que hace 2 por ellos en momentos críticos de sus vidas, sacrificando grandes cantidades de dinero para ayudarles; a la vez que nos recuerda, tanto él como Tristana el tirano doméstico que es. Su carácter caballeroso le atribuie cualidades de hombre orgulloso y digno, y a la vez hábil para conducir los pensamientos de los demás y convencerlos. Aún así, es celoso y mujeriego, facetas que en todo el libro no dejan de repetirse. Es pintado frecuentemente al lagro de toda la obra como un galán caduco, término que utilizan tanto la señorita como la criada para referirse a él. Tristana Su carácter es uno al principio, en el que el autor la describe como una chiquilla inocente y sumisa a pesar de sus veinte pasados, y otro el resto de la obra, que vuelve a cambiar al final. Entoces su carácter se aviva, desborda rebeldía y se transforma en una mujer con ánsias de independencia y libertad, inconformista con el destino que se les asigna a las mujeres y deseosa de ser una de diferente, intentando convertirse en ello aprendiendo las artes que su amante le enseña y descubriendo cada día más. Incluso en sus peores momentos, después de la pérdida de su pierna, el arte, en concreto la música, la ayudan a su recuperación. El autor nos la describe como una joven impetuosa y de sutil belleza, alegre y salada, cariñosa con su amante, áspera con su dueño. Es después de su enfermedad que su carácter vuelve a cambiar, siendo entonces espiritual y calmada, reflexiva y discreta. Horacio Es un personaje de gran importancia en la obra, el que hace descubrir a la protagonista las bellezas del mundo y le despierta el amor al arte, instruiéndola. Su amante durante un tiempo de felicidad y descubrimiento. Como muchos de los personajes de la obra, ha tenido un pasado duro, viendo poco a sus padres, y después de su pérdida, una juventud dura con su abuelo, con sus dotes artísticas reprimidas bajo los deseos de éste. A la vez que es un artista y un hombre que, por su juventud, es culto; sus aspiraciones no son muy distintas a las típicas de la época. Desea casarse y tener una vida estable, y le causa un cierto miedo y respeto la impetuosidad de Tristana, bastante anormal en una mujer de ese tiempo. Al irse de la ciudad se vuelve amante de la vida en el campo, donde encuentra una serenidad y una belleza que le enamoran. Saturna La criada de la casa. Antes de empezar a trabajar se quedó viuda y consiguió colocar a su hijo en un hospicio. A lo largo de los años es compañera y amiga de Tristana, con la que comparten bromas sobre Don Lope y confidencias varias. Mensajera entre la señorita y su amante, sigue de cerca la evolución de la relación, siendo un buen cómplice. Es una mujer experta en los trabajos de la casa, discreta y fiel, que sabe ser paciente y diplomática cuando la situación lo requiere y divertida y desvergonzada cuando la intimidad lo permite. Antonio Reluz Es el padre biológico de Tristana, antiguo amigo de Don Lope y durante un tiempo compañero de ideologías con él, aunque las abandonó al casarse y hacerse un negocio con su mujer. Su empresa quebró y fue encarcelado, siendo entonces ayudado por Don Lope a salir de la cárcel. Murió al poco tiempo, dejando a su esposa e hija solas. Josefina Solís Viuda de Antonio Reluz. En sus mejores épocas fue una mujer bella e inteligente, con cultura bastante ámplia y intereses, aunque después de la muerte de su marido su carácter antes interesante desapareció y se convirtió en una mujer nerviosa y neurótica, con un afán por la limpieza excesivo y en la que surgían contínuamente deseos de cambiar de casa. Lenguage y modos de expresión: En la novela de Benito Pérez Galdós podemos apreciar un lenguage estándar, con motes propios del castellano típico de esa época, un poco antiguo. 3 En cuanto al léxico en general es muy variado. El autor juega mucho con el intercambio de motes cariñosos entre Tristana y Horacio, mezclando ahí expresiones de otros idiomas, palabras inventadas por la chica, nombres extrangeros y referencias a obras italianas y francesas. En esta mezcla de vocablos, idiomas y lenguages encontramos también palabras muy cultas como otras de extremamente vulgares, según el concepto. Don Lope tiene un gran nivel cultural, Tristana y Horacio también, mientras que Saturna es una mujer sin un linaje noble y pobre, simple criada que nunca ha tenido acceso a la educación y en la que nunca se ha interesado durante su madurez. Además, podemos apreciar a la vez que hay algunos motes en castellano antiguo y palabras comunes de ese tiempo. Encontramos también denominaciones de conceptos ya pasados o inexistentes en el siglo XIX. Todo el libro está escrito en estilo narrativo, narrado con delicadeza y con muestras de que el autor puso grande esmero en la belleza del redactado, escribiendo la historia con una prosa lírica claramente apreciable. Así pues podemos ver que el autor ha utilizado en su obra varios recursos literários más típicos en la poesia, como reduplicaciones, comparaciones etc. Galdós recurre también en muchas ocasiones a la extensa descripción de los personajes, de la situación y de los paisajes; se entretiene en prosopografías de los protagonistas y en extensas etopeyas de los mismos, así como en detalladas explicaciones de sus sentimientos, aprofundiendo al máximo y mostrándonos o recordándonos facetas de sus criaturas. 4