Control de la dosificación de coagulante mediante el potencial de flujo Ensayo con aguas residuales de torres de enfriamiento y lavado de escorias Por: Moreira M.T.; Lucas T. y Lema J. M. Dpto. Ingeniería Química. 15706. Universidad de Santiago de Compostela, España. Tel. 981 - 563100 ENDESA. 15320. As Pontes de García Rodríguez, España. 1. Introducción Las suspensiones coloidales en las aguas residuales se caracterizan por presentan una superficie con carga negativa. El potencial en la superficie de la partícula se conoce como el potencial de Nerst, mientras que el potencial electrostático correspondiente al plano de corte se refiere como Potencial Zeta (Figura 1). Dicho potencial es el responsable del comportamiento electrocinética de las partículas. Cuando la repulsión sobrepasa a la atracción interparticular. existe una barrera energética de potencial que impide el contacto entre las partículas y evita su agregación, esto ocurre cuando el Potencial Zeta es superior a la fuerza jónica. Por el contrario, la adición de coagulante hace que la fuerza iónica aumente y el Potencial Zeta decrezca, con lo que la barrera de potencial es menor y el contacto ocurre más fácilmente con lo que se favorece la coagulación (Igarashi y Nishizawa, 1992). Se ha intentado correlacionar el Potencial Zeta con la coagulación. La evidencia experimental indica que la coagulación se produce previamente a que el Potencial Zeta se reduzca a cero, para valores ligeramente negativos. En la práctica, debe establecerse frecuentemente una relación empírica entre el Potencial Zeta y la coagulación y así convertirse en un parámetro de control de la cantidad de coagulante necesario para neutralizar dichas cargas negativas. Fig. 1. Esquema de una partícula coloidal. Se puede medir el Potencial Zeta por medidas indirectas con diferentes métodos electrocinéticas, entre los cuales el Potencial de Flujo, definido como el campo eléctrico generado cuando se fuerza el paso de un fluido por una superficie con carga estacionaria, presenta una correlación directa con el Potencial de Flujo (Elicker et al., 1992). Por lo tanto, los efectos encontrados sobre el Potencial Zeta debido a la dosificación de coagulante se pueden referir de igual forma al Potencial de Flujo. El detector de Potencial de Flujo se ha aplicado previamente a la determinación de las propiedades electrocinéticas de partículas en suspensión y se ha propuesto como parámetro en la dosificación de polielectrolito en la floculación de aguas residuales y lodos (Cole y Singer, 1984; Dentel y Wehnes, 1988; Dentel y Kingery, 1989; Igarashi y Nishizawa, 1993; Dentel y Abu-Orff, 1993). 2. Procedimiento experimental 2.1. Características del agua residual Se analizó la aplicación del Potencial de Flujo como medida de control en la dosificación de coagulante para aguas residuales procedentes de torres de enfriamiento y lavado de escorias de una Central Térmica (ENDESA, As Ponles, A Coruña). Las características de agua residual se corresponden con una concentración inapreciable de metales disueltos (Fe, Al, Mn) con concentraciones inferiores a 2 mg/l. concentración variable de sólidos en suspensión totales de naturaleza inorgánica (100-300 mg/l), valores de conductividad entorno a 400-500 ~ S/cm, carbono orgánico total (COT) de 12 mg/l, turbidez 40-60 NTU, Potencial de Flujo airededor de -2,25 mV y pH neutro. 2.2. Medidas analíticas pH. Las medidas de pH se realizan utilizando un electrodo CRISON, modelo micropH 2002. Previamente, se realiza el calibrado utilizando disoluciones tampón CRISON de pH 4,00 y pH 7,02 a 20 °C. La sensibilidad del medidor es de ±0.0l unidades de pH. Conductividad. Las medidas de conductividad se realizan utilizando un electrodo CRISON, modelo microCM 2201. Sólidos en suspensión totales (SST). Para este análisis se utiliza el método 209 C, descrito en el Standard Methods (1985). Los SST se determinan por filtración de un volumen de muestra conocido sobre filtros de fibra de vidrio WHATMAN, de 4,7 cm GF/C y posteriormente secados a 105-110 °C. La diferencia de peso de los filtros antes y después de la filtración permite calcular el contenido en SST. Análisis de metales por Espectrometría de Absorción Atómica. El análisis de metales se realizó en un espectrofotómetro de absorción atómica Varian Spectraa 300-400, por aspiración directa. Las condiciones de medida para cada elemento son las especificadas en el Standard Methods, método 303. 2.3. Medida del Potencial de Flujo. Detector de Potencial de Flujo (DPF) El detector de Potencial de Flujo (DPF) consiste en un sensor, que está formado por un pistón de desplazamiento oscilante en un cilindro de extremo ciego y componentes eléctricos para el procesado de la señal (Figura 2). Los coloides presentes en el agua se adhieren momentáneamente al pistón y la superficie del cilindro por fuerzas de Van der Waals, de tal forma que las características aparentes de estas superficies son aquéllas de los materiales coloidales. El pistón fuerza el movimiento del fluido en el espacio anular entre el pistón y el cilindro, por lo que los iones de la capa difusa se desplazan respecto a los coloides unidos al pistón. El potencial de corriente resultante, referido como Potencial de Flujo, se detecta por los electrodos en los puntos opuestos del anillo y se amplifica a una salida digital. Más detalles de diseño del DPF se encuentran en trabajos previos (Dentel y Kingery, 1988). El DPF utilizado fue un modelo SNF Floerger. Este tiene un rango de medida entre 9,99 y 9,99 mV, con ajuste a cero en este rango. El tiempo de estabilización para la medida fue de aproximadamente 5 min. Fig. 2. Esquema del detector de potencial de flujo (DPF) (Dentel yAbu-Orff, 1993). La medida del Potencial de Flujo se realiza sobre agua continuamente agitada, ya que, de otra forma, obtendríamos valores que decrecerían hasta llegar a un valor aproximadamente constante debido a la decantación de los sólidos en suspensión en el fondo del vaso. Hay que tener en cuenta que dicho aparato ha sido diseñado para una operación en continuo de modo que la agitación se hace imprescindible. En el experimento de adición de coagulante, después de añadir diferentes cantidades de coagulante, se neutralizó el agua con NaOH a pH 7, lo que correspondía a una zona óptima de precipitación de ambos coagulantes. Posteriormente, se añadió un polielectrolito aniónico para llevar a cabo la floculación. El valor de turbidez mínima en el sobrenadante tras 1 h se eligió como punto de consigna, al cual se le asignó un valor determinado de Potencial de Flujo. Dicho valor se consideró como referencia para el control de la dosificación de coagulante. 3. Resultados y discusión En un primer análisis, se ha caracterizado el valor del Potencial de Flujo para los diferentes tipos de agua de entrada a la planta de tratamiento. 3.1. Potencial de Flujo de los diferentes tipos de agua En la Tabla 1 se presentan los datos del Potencial de Flujo y concentración de metales para los diferentes tipos de agua de entrada a la planta de tratamiento: agua procedente del vertido de la Central, agua de Mina y Escombrera y agua de Entrada de características intermedias. El primer tipo de vertido, procedente de la Mina y de escorrentías de la Escombrera, se produce a partir del fenómeno característico de drenaje ácido de mina por oxidación de la pirita y por efecto de lavado sobre los terrenos recuperados de la Escombrera. Dicho vertido aparece como consecuencia de la pluviometría abundante de la zona, lo que, en ocasiones, conlleva un caudal elevado. Dicha agua presenta un pH ácido, contenido en sólidos variable, dependiendo del arrastre de sólidos en la Mina, un contenido importante de metales en disolución, fundamentalmente, Fe y Al. El segundo tipo de vertido, o agua de Central, procede fundamentalmente de las torres de enfriamiento y del lavado de escorias y del parque de carbones y mantiene un caudal casi constante, por lo que sólo aparecerá como mayoritario en épocas de estío, situación típica del verano. Se caracteriza por un pH cercano a 7, bajo contenido en sólidos, principalmente escorias y polvo de carbón, fuerte color negruzco y bajo contenido en metales. En períodos variables y durante todo el año existe predominio de agua de características intermedias, con incidencia parcial de ambos vertidos y de características similares a la considerada en el presente estudio. Como se muestra en la Tabla 1, el Potencial de Flujo está claramente influenciado por la concentración de metales, lo cual confirma, en principio, la hipótesis de su validez como sistema que permita controlar la dosis de coagulante. De esta forma, el agua con mayor contenido en metales presenta un valor de Potencial de Flujo de -0,73 mV frente a -2,40 mV en agua de la Central, lo que indica que la presencia de metales desplaza el Potencial de Flujo hacia valores más positivos. (Tabla 1). Tabla 1 Potencial de Flujo y contenido en metales de aguas de Central, Mina y Entrada. AGUA P.FIujo (mV) Fe (mg/l) Al (mg/l) Mn (mg/l) Zn (mg/l) Central -2,40 0,0 0,2 <0,1 <0,1 Mina -0,73 22,2 0,6 5,9 0,3 Entrada -1,51 11,8 0,2 3,4 0,2 Posteriormente a la medida del Potencial de Flujo, se ajustó el pH a 7,0 añadiendo 0,75 mg/l de polielectrolito PROSEDIM AS-24 en ensayo tipo Jar Test. El valor del Potencial de Flujo en el sobrenadante tras 1 h presenta una variación hacia valores más negativos, por la eliminación total de los metales, como se evidencia en la Tabla 2. Observamos una menor turbidez en el agua decantada del agua de entrada y de Mina ya que al tener conjuntamente metales disueltos y sólidos en suspensión se forma un flóculo bastante estable, mientras que en el caso de agua de Central, con práctica ausencia de metales que actuarían como coagulante, presenta una alta turbidez. La presencia de metales en el sobrenadante tras la floculación es prácticamente nula en todos los casos. (Tabla 2). Tabla 2 Potencial de Flujo y contenido en metales de aguas de Central, Mina y Entrada. AGUA P.Flujo (mV) Fe (mg/l) Al (mg/l) Mn (mg/l) Zn (mg/l) Central -2,60 0,0 0,0 <0,1 0,0 Mina -1,67 0,0 0,0 0,3 <0,1 Entrada -1,90 0,0 0,0 2,4 <0,1 El interés de la aplicación del detector de Potencial de Flujo, como posible control de la dosificación óptima de coagulante, se centra en aquellas aguas con contenido en sólidos en suspensión bajo o medio y concentración de metales disueltos inapreciable. A fin de optimizar la coagulación, se debe tener en cuenta todas las variables interrelacionadas, como el pH, la turbidez, contenido en metales disueltos y coagulante utilizado, con el objeto de predecir la concentración óptima de coagulante. 3.2. Efecto del pH y de la turbidez El pH es la variable más importante a tener en cuenta en el proceso de la coagulación. Para cada tipo de agua, existe una zona de pH para la cual la coagulación tiene lugar rápidamente, la cual es función del coagulante utilizado, de su concentración y de la composición del agua tratar. Para las sales de aluminio y hierro, la zona de pH óptimo se extiende de 5,5 a 7,8. Para ciertos tipos de agua, puede ser necesario corregir el pH con la ayuda de diferentes reactivos (ácidos, cal o sosa) o bien aumentar la cantidad de coagulante. Cuando el pH de operación es óptimo, los productos solubles de aluminio o de hierro son prácticamente inexistentes. En el presente ensayo de análisis de la Influencia del pH, se parte de agua de Central a la que se mide el valor del Potencial de Flujo a distintos pH. El ajuste del pH se realiza con ácido sulfúrico o bien con cal. El pH posee una clara influencia en el Potencial de Flujo, observándose una disminución en el mismo a medida que aumenta el valor de pH (Figura 3). Fig. 3. Variación del Potencial de Flujo con el PH (•) y la turbidez (o) para agua de Central. Para analizar la Influencia de la turbidez sobre el Potencial de Flujo, se parte de agua de Central de diferente turbidez y contenido en sólidos en suspensión, obtenido mediante adición de diferentes porcentajes de agua bruta previamente filtrada, a fin de no introducir variaciones en características tales como pH y Conductividad. Como particularidades generales se conoce que cuando aumenta la turbidez, es necesario aumentar la cantidad de coagulante. Este aumento no varía siempre de forma lineal en función del aumento de la turbidez. Cuando la turbidez es muy elevada, la cantidad de coagulante necesario es relativamente pequeña, ya que la probabilidad de colisión de las partículas es muy elevada. Por el contrario, cuando la turbidez es pequeña, la coagulación es muy difícil. Como muestra la Figura 3, el valor de Potencial de Flujo del agua de Central no presentó cambios apreciables al variar la turbidez en el rango considerado. 3.3 Efecto del contenido en cationes Se parte de agua de Central a la cual añadimos diferentes cantidades de coagulante en forma de FeCl3 o Al2(SO4)3 ajustando después a un valor de pH 3, para así observar la influencia de dichos metales en forma disuelta. La influencia de metales disueltos sobre el Potencial de Flujo se presentan en la Figura 4. A la vista de los resultados, obtenemos una respuesta clara, tras la adición de ambos coagulantes, con tendencia a un valor asintótico al aumentar la concentración. Fig. 4. Variación del Potencial de FIujo con el contenido en metales disueltos en agua de Central. Símbolos: (O) FeCl3, (o) Al2(SO4)3 3.4. Efecto de la adición de coagulante La elección de coagulante es un parámetro fundamental en las características de la coagulación. No existe una predicción teórica sobre el coagulante óptimo y la dosis adecuada a cada problema. Las teorías que explican los diferentes mecanismos de desestabilización de las partículas coloidales no están lo suficientemente desarrolladas para que se pueda resolver un problema tan complejo, siendo si bien útiles a la hora de la planificación de los ensayos de laboratorio y de la interpretación de los resultados obtenidos. Se realizará la adición de los dos tipos de coagulante añadidos, anteriormente, pero neutralizando posteriormente a un valor de pH de 7,0, valor que corresponde a una zona óptima de la curva de precipitación. Por otra parte. se realizará la neutralización con NaOH, para minimizar el posible efecto coagulante de la cal. debido a su mayor relación carga/radio. Tras la neutralización, se procede a la floculación con dosis de 0,75 mg/l de polielectrolito PROSEDIM AS-24, de modo que a partir de los valores finales de turbidez del agua decantada, asignaremos al valor mínimo de turbidez, un valor de Potencial de Flujo de modo que este puede ser considerado como valor de referencia para determinar la dosis óptima de coagulante. Tras la adición de FeCl3 como Coagulante se observa una variación hacia valores más positivos del Potencial de Flujo y una disminución de la turbidez en el agua clarificada, si bien el valor alcanzado de Potencial de Flujo, se repite para dosis de coagulante inferiores (Figura 5). Esto implica que la medida de Potencial de Flujo cuando se utiliza FeCl3 como control en la dosis de coagulante es poco fiable para aguas procedentes de un Central Térmica. Fig. 5. Variación del Potencial deFlujo (O) y de la turbidez final (o) con el coagulante FeCl3 (PH 7,1, Turb. = 37 NTU, SP = -1,64 mV). Se realiza la prueba de adición de Al2(SO4)3 como coagulante. Los resultados se presentan en la Figura 6. La tendencia observada es la de una variación hacia valores más positivos con la adición de coagulante, de modo que el óptimo se sitúa sobre -0,3 mV. Un exceso de coagulante desplazó el Potencial de Flujo hacia valores más positivos, alcanzándose finalmente un valor asintótico cercano a cero y ligeramente negativo. La adición de Al2(SO4)3 supone una disminución de la turbidez más marcada, lo que significa que dicho compuesto es el coagulante más adecuado para este tipo de aguas y el que presenta una variación más definida con el Potencial de Flujo. Fig. 6 Variación del Potencial de Flujo (O) y de la turbidez final (o) con el coagulante Al2(SO4)3 (pH = 7,3, Turb. 100 NTU, SP=-2,38 mV). 4. Conclusiones A la vista de los resultados se deduce que el Potencial de Flujo está fuertemente influenciado por el pH y el contenido de metales en disolución, presentando ambos parámetros tendencias opuestas. Así el aumento del pH desplaza el Potencial de Flujo hacia valores más negativos, mientras que aguas con importante contenido en metales presentan valores más positivos. La posible utilización del Potencial de Flujo como controlador de coagulante, implica la necesidad de conseguir situaciones en régimen de agua de entrada de pH constante y bajo contenido de metales disueltos. La uniformidad en el valor del pH de entrada ha de asegurarse a fin de lograr un funcionamiento óptimo del DPF, ya que un cambio importante en el pH de entrada supone una variación importante del Potencial de Flujo. La elección del tipo de coagulante también es un parámetro importante a considerar en cada tipo de agua, encontrándose que en este caso particular el Al2(SO4)3 presenta una mejor respuesta de control. En condiciones estables de caudal y pH, el Potencial de Flujo proporcionará un buen control de coagulante. En presencia de exceso de coagulante y en condiciones de pH que aseguren su precipitación, el Potencial de Flujo presenta un valor prácticamente constante. Agradecimientos Este trabajo fue financiado por Feuga y Endesa proyecto 222/93. 5. Referencias (1) Cole, A.I., y Singer, P.C.; 1984. J. Env. Eng. ASE, III.501. (2) Dentel, S.K., y Abu-Orf, M.M.; 1993.Water Sci.Tec., 28, 169. (3) Dentel, S.K. y Wehnes, K.M.; 1988. Proceedings Canadian Society of Civil Engineers Ameritan Society of Civil Engineers Joint National Conference on Environment Engineering, 254. (4) Dentel, S.K. y Kingery, K.M.; 1989. J. AWWA, 81,85. (5) Eliker, M.L., Resta, J.J., Hunt, J.W., y Dentel, S.K.; 1992. Proceedings 5th International Gothenburg Symposium on Chemical Treatment, Nice, France, 29th Sept. (6) Igarashi, C., y Nishizawa, K.; 1993. Water Environmental Research, 64, 44. (7) Standard Methods for the examination of water and wastewater; 1985. l6th ed. APHAAWWA-WPCF. Washington.