Capítulo I • El primer capítulo habla de la vida que tiene una persona, un hidalgo (la clase mas baja de noble) llamada Juan López Garrido, pero según esta, don Lope Garrido. Lope vivía en el barrio de Chamberí, cerca de Cuatro Caminos en una casa antigua que pertenecía a una familia noble de alquiler, baratita, con vecindario ruidoso y estrecho patio interior. La edad de don Lope Garrido era de 57 años, era un hombre de etiqueta, vestido de chistera bien plantada, capa, guantes oscuros, bastón y trajes propios de los viejos. Este hombre fue un gran soldado, había asaltado numerosas torres y también rendido varias plazas, don Lope era un hombre de líneas firmes y nobles, con un tieso cuerpo, nariz de caballete y ojos vivísimos, perilla corta, tiesa y provocativa. Don Lope vivía en su casa junto con dos señoras, la criada, llamada Saturna, era alta y seca, de ojos negros, y viuda vestida de luto riguroso. La otra, se llamaba Tristana, era joven, bonitilla, esbelta, de una blancura casi inverosímil de puro alabastrina, mejillas incoloras y ojos negros i notables, el parentesco de Tristana era un poco misterioso, en el barrio se comentaba que era familiar de don Lope Garrido, unos decian que era su sobrina, otros que era su hija, porque habian oido decir al señor papa y incluso habian otros que pensaban que era su mujer, y no era nada de eso, era como una petaca del señor de la casa. Capítulo II • Este capítulo habla sobre el carácter de don Lope Garrido, de sus pensamientos, opiniones, y amistades. Don Lope Garrido era un señor que presumía de practicar la caballerosidad, era un hombre con criterio libre, en las cuestiones relacionadas con el dinero se comportaba como un idealista, como una persona poco interesada en lo material. Despreciaba el estado i repugnaba a los jueces, fiscales y abogados. A don Lope le resultaban muy simpáticos los contrabandistas, detestaba la policía. Con respecto a la iglesia la tomaba como a una broma pesada, y aun asi su fe superaba a la de muchos que hociqueaban ante los altares, a estos no los podia ver ni en pintura. Una de sus frases mas dichas era la de: dar la camisa por un amigo. Uno de sus mejores amigos era Reluz, tenía una amistad íntima desde la infancia, pero, al casarse, se apartó de las ideas de caballerosidad de su amigo. Se metió a trabajar con los negocio, cosa que no le fue mal los primeros años, cosa que Garrido miraba con desprecio. Reluz, mas tarde se arruinó y como decia su frase favorita, Garrido, dio la camisa por él i liquidó el pequeño terreno que tenia en Toledo y vendió la colección de cuadros que tenia, pero poco después, una calentura se lo llevo por delante y murió, dejo a su esposa, ahora viuda, y a una hija de diecinueve años, Tristana. Capítulo III • La viuda de Reluz era una mujer linda, y, después de la muerte de su marido, Garrido tenia vía libre para intentar acceder a ella. Esta mujer tenia dos manías destacadas entre mil: la de la manía y el aseo. Cada semana o mes avisaba los carros de la mudanza, que la seguían por todas las calles de Madrid hasta que encontraba el sitio perfecto, pero claro, no era tarea facil. Y la manía del aseo era la otra, no cogía de la mano a nadie, porque tenía miedo de que se le pegase el herpes o algo parecido, era una mujer muy delicada, hasta una simple mosca la ponía fuera de si, y a la hora de comer huevos, lo hacía limpiando la cáscara y mirando la alimentación que tenía la gallina que puso el huevo. Tenia dos hijos, uno que murió a los 12 años y Tristana. Poco después, la viuda murió de una fiebre reumática y así fue como llegó Tristana a la casa de don Lope Garrido, como por una especie de herencia. Capítulo IV • Cuando fue Tristana a vivir a casa de Don Garrido, este, naturalmente, inició su periodo de seducción 1 hacia ella, y, aunque esta quedó seducida por Garrido, esta época de amor hacia el no podía durar mucho, ya que Garrido, casi triplicaba su edad, y porque esta aviso al viejo que su fascinación habia acabado, pero esto parecia motivar a don Lope. Garrido estaba contento de su adquisición, porque Tristana era guapa, despabiladilla y seductor hablar. Unos meses después de que Tristana perdiera la virginidad, (mas de 8 meses) su mente canvió radicalmente, empezó a evolucionar moralmente y unas veces tenia ansiosos temores que la turbaban, y otras veces, risueñas confianzas, es decir, que canvió por completo su manera de ser, y a medida que iba cambiando se iba dando cuenta de la repugnante vida que llevava, bajo el poder de don Lope Garrido. Capítulo V • Este capítulo es un dialogo entre Tristana y Saturna (la criada) en que hablan sobre la libertad de las mujeres, el derecho que tienen estas sobre el poder, y como se vive dependiendo de la profesión, dicen que solo los de alto empleo, los políticos, son los que mejores viven, y, los demás oficios, casi todos se vive igual que viven ellas. En este capítulo se ve a Tristana más animada y menos tímida que lo que aparenta otros capítulos. Capítulo VI • El capítulo sexto se habla de cómo pasaba los malos momentos la casa de Lope Garrido, ya que esta poco a poco iba arruinandose cada vez mas, Lope iba perdiendo poco a poco su aspecto joven y guapo i iba pasando cada vez mas al de un viejo, que era lo que era. Don Lope, en esos momentos hacia cosas extrañas, ya que dormía con la cabeza envuelta en un feo pañuelo, y su habitación apestaba. Pues don Lope parece que a partir de ese momento recobraba su egoísmo xenófobo, ya que sometia a Tristana a interrogaciones tontas y amenazó a Tristana en que si daba un mal paso la mataría. Capítulo VII • Tristana, después de la amenaza de don Lope, esta tenia miedo, aunque tenia la conciencia tranquila porque no hacía nada fuera de lo común. Tristana tenía la orden de no salir de paseo con Saturna, pero esta se escabullia casi todas las tardes de paseo con ella, hacia cuatro caminos y los domingos, acompañaba a Saturna a encontrar a su hijo, según la costumbre del Hospicio. Tenia un hijo bueno, estaba un poco rechonchete, con los mofletes inflados. Una tarde que Tristana y Saturna iban de paseo, yendo a recoger a su hijo, Tristana vió a un señor, no tan señor, que estaba hablando con el profesor de sordomudos, esta al ver su cara, le sonó de algo, pero la cuestión esque quedó completamente enamorada de él. Un día enque por una acción fortuita toparon, no se sabe lo que dijeron, pero Saturna vió que Tristana decia a todo que si, después cuando estas se reunieron Tristana le pidió un favor, que era que al día siguiente debía de recoger unas cartas que escribió este chico a Tristana. Capítulo VIII • Después de leer las cartas Tristana, Horacio Díaz (llamado así el amante de Tristana) le contó a Tristana sus orígenes, su vida, etc. Este era un chico bien vestido, con ropa elegante, con un livianillo (que es un sombrero pequeño y ligero) y cogido con una mano derecha un gabán, de aspecto era moreno, con ojos como centellas morenos, y, aunque a Tristana le pareció que tenia alrededor de treinta años, este solo tenía como mucho veinticinco. Horacio era hijo de español y austríaco, y durante su infacia, estuvo en Savannah (Estados Unidos), en Shangai (China) y hasta los doce (edad en que murió su madre) en los mares. Mas tarde, después de la muerte de su madre, a los trece años murió su padre. A partir de ahí vivió con su abuelo, que era una pesadilla tanto para el, como para sus hijos, que estos acabaron de una forma que no querian acabar pero con tal de salirse de ahí eran capaces de todo, este no dejaba salir a Horacio i tampoco le dejaba pintar, que era su afición. Quería 2 que Horacio fuero droguista, y si eso se convirtiera en realidad, el mismo se encargaría de hacerle un hombre. Capítulo IX • En este capítulo, sigue contando lo que Horacio y Tristana comentaba cuando iban de paseo, mayormente lo que le contaba Horacio a Tristana, ya que esta apenas habla. Horacio, contaba a Tristana que a los veintiocho años, por la terrible disciplina de su abuelo, Horacio conservava virtudes seniles y una inocencia del mundo inapropiados para su edad, cuando el abuelo de Horacio murió este heredó una casita en Vilajoyosa, dos finquitas rústicas y la participación en la droguería. Cuando murió, Horacio tenia unas ganas locas de ver mundo, ya que viviendo con su abuelo, apenas habia salido de su casa. Se fue a Italia y allí quedó pasmado, ya que el creía que no existía tanta cultura junta. Se dedicó a pintar, y procuraba pintar de forma real el paisaje, aunque con el dibujo iba un poco mal, porque apenas habia practicado la pintura de joven ya que su abuelo no le dejaba. Al caer la tarde, Horacio y Tristana contemplaban el paisaje, y paseaban hasta caer la noche, cuando esta llegaba, estos iban de vuelta para casa, y en la separación de caminos, le esperaba Saturna para irse juntas a casa, les costaba desapegarse, y a veces le daba una gran pena, pero tenían que hacerlo, Tristana, con el enamoramiento que sufría, no temía a nada, ni a las serpientes, ni a los toros corpulentos ni al león de Atlas. Capítulo X • Tristana, después de su enamoramiento, no temía a nada, pero a lo que sí temía era a don Lope, un hombre que intentaba seducir cada día a Tristana, si este se enterara de ello, que ya sospechaba de ello y le hacía preguntas de su estancia cuando estaba fuera, intentaría que todo eso acabara. Como ya he dicho antes, don Lope le preguntaba a Tristana si habia salido a la calle, y al final Tristana le decía que si, preguntandole a el si no tenía el derecho de salir. Don Lope, estaba furioso de ello, pero, como la amaba (porque decía que donde estaba el hombre rival mio), al final, la perdonó, y quedaron como amigos, pero Tristana, como todos los díasestaba bajo la seducción de don Lope empezaba a estar disagusto, y pensaba que si no fuera así al final podria cogerle cariño. Durantes los días siguientes, a don Lope le fue mejor económicamente y empezaba a cuidarse de su aspecto, y Tristana, salía con Horacio con su coche, para romper la rutina del paseo, y se alejaban hasta las afueras de Madrid, hasta una distancia que casi ni se le veía. Luego, dejaban el coche y continuaban un pequeño tramo a pié, disfrutando del paisaje, haciendose promesas para una mejor pasión amorosa y preguntas tontas sobre su amor y con una serie de dulces engaños alimentaban su pasión. Capítulo XI • Con el tiempo que llevavan como noviosTristana i Horacio, el unico que habia hablado sobre su vida, ahora queria conocer la vida de Tristana, esta, no queria hacerlo, pero no tenia mas remedio y le contó que vivía con don Lope Garrido y le contó que este la intentaba seducir, y, Tristana, con el sentimiento en culpa hacia Horacio por no haberselo contado antes, se echó a llorar y le preguntó si le queria mas o menos, este para tranquilizarla le dijo que la quería mas pero el queria saber si sentía algun tipo de sentimiento hacia don Lope, esta le negó todo lo referente hacia si estaba enamorada de don Lope pero le contó que aunque le contaba que era malo, no era malo del todo, es decir, que era una mezcla de lo bueno y de lo malo. Esa misma noche, a la hora de la cena, este gastaba algunas bromitas a Saturna sobre sus amores, y sacando el tema, le dijo a Tristana que le notaba que estaba con algún chico, aunque esta se negase don Lope le afirmaba continuamente. Capítulo XII • En este capítulo Tristana se encuentra en casa, y por lo que se ve, don Lope Garrido intenta descubrir 3 su relación amorosa que tiene con Horacio, que el no tenia idea de el, pero lo sospechaba (que tenia un amante). Después de negarse rotundamente Tristana para evitar líos, este advierte a Tristana de que no le mintiese, porque podría ser peor, pero esta prefiere no arriesgarse. Este, después de saber la repugnancia por no decirlo de otra forma que tiene Tristana hacia don Lope, este prefiere canviar de actitud, y por sus habladurías parecia tomarselo muy enserio, aunque Tristana no acababa de perdonarlo del todo, que eran las intenciones de don Lope, hacer las paces, después, para asegurarse don Lope si tenia Tristana algun amante, este le hace una amenaza, y por la respuesta que le da Tristana, este se asegura de que esta enamorada, solo le hacia falta el dato de la persona con la que mantenia una relación de amor. Capítulo XIII • En este capítulo, Tristana, al ver pintar a Horacio, esta sentía curiosidad por probar como se le daba a ella la pintura, y por lo que parecia, no se le daba mal del todo, y asi, le pide animos a Horacio para que intente pintar, porque ella queria ser independiente, no depender de nadie, y mientras tanto, don Lope no se quedaba con las manos en el bolsillo, queria saber quien era el novio de Tristana, durante dos o tres noches, don Lope veia que Tristana pintaba, y este se dio cuenta de otro dato, que el novio de Tristana era pintor, una mañana que pasó por un calle bastante pobre, vió a su amigo Pepe, que era cobrador, don Lope le preguntó a Pepe si por allí vivia algun pintor y este le indicó el lugar donde vivia Horacio y como era, y se asustó un poco, al saber que Horacio también pintaba a mujeres desnudas o casi desnudas. Capítulo XIV • Horacio tenía un pensamiento bastante distinto al de Tristana en las cosas futuras, él, no le veía nada malo a casarse, ni tampoco a la independencia pero no le daba mucha importancia, a el le gustaban mujeres que hicieran cosas de mujeres tradicionalmente, es decir, cuidar de los niños (si en ese caso tenian) y de los trabajos de la casa, un dia, este le metió a Tristana esa idea en la mente y le contesto de una manera que le asustaba porque ella, según ella misma, no se le da nada bien hacer las tareas de la casa. También le dio la idea de tener un niño, pero aunque esta se negó donde quieria llegar es para saber quien de los dos se quedaba con el niño, y Tristana dijo que era para ella de una manera bastante recelosa, diciendo que lo tendria ella porque le pertenecía mas que a el. I después de la pequeña discusión dijo que fue una tonteria haber discutido por eso ya que probablemente nunca pasaria eso, esto entristeció bastante a Horacio. Capítulo XV • El presente de Horacio estaba siendo verdaderamente bonito, ya que el estaba loquito por Tristana, amaba sus tonterias y gracias que hacía y consideraba que no podía vivir sin ella. Lo primero que fue esa mañana fue tomar el almuerzo y pintar alguna cosa, después de que este almorzara, al ver que Tristana no aparecía se puso a leer Leopaldi. Cuando entró, lo primero que fue es darle un abrazo y preguntarle que idioma hablarian hoy, y se decantaron por una mezcla de todo, entre italiano, frances i de mas, estuvieron un rato hablando hasta que salió el tema de don Lope y le contó a Horacio que el ya sabía que su novio era pintor, ya que un dia se lo dijo, pero ella últimamente ya no le hacia caso, y continuaron hablando mezclando idiomas del extranjero mas el castellano. Capítulo XVI • En este capítulo, Horacio le da la idea a su tía de irse a su casita en Vilajoyosa a pasar unos meses, pero esta, se niega, y entonces, Horacio, como tambien tenia un poco de ganas de cambiar de aires, comenta el tema de irse a su casita con Tristana y ella le dijo que no le importaba demasiado y este se fue con su tia. Horacio i Tristana prometieron escribirse cartas 2 veces por semana, pero acabaron 4 escribiendose una carta por dia, indicando su tristeza y sentimientos respecto a la lejanía de los dos. Capítulo XVII • Las impresiones de Tristana eran tan variables que a dias le hablaba de pegarse un tiro y morir, y otros que no quería morir, ni que el muriera, que fueran felices los 2 sin estar casados sinestar casados, que quería tener una vida independente, ya que no queria depender de nadie, ni siquiera de Horacio, también decian otras cartas que cuando Horacio llegase, le daria multitud de besos. Mientras tanto, a la otra parte de Espanya, donde Horacio estaba, este tuvoque estar 1 mes para poder adaptarse adecuadamente al clima y ambiente de allí, y por una carta, le dice que ha dicho el secreto de su romance a su tía y este invita a Tristana a que valla con el a la casita, asegurando que se lo iba a pasar en fenomenal, y que le iría muy bien ese descanso. Capítulo XVIII • En este capítulo, Tristana y Horacio siguen mandandose cartitas uno al otro, debido a la distancia que los separa, Tristana le da la noticia de que don Lope esta malo, y no parece que este muy triste En canvio Horacio sigue insistiendo en que quiere que Tristana vaya con el a pasar los dias que les queda allí, eso si, en un idioma medio castellano y ingles, francés o italiano, una mezcla, pero Tristana, tambien en un idoma mezclado, le dice que no, tambien le dice que ahora don Lope a llamado a una profesora para que le de clases de inglés a Tristana i esta muy ilusionada dice que en pocos meses sabrá mucho ingles, ya que tiene mucha capacidad, y, para acabar, dice que don Lope le a comprado muchos libros y trata a Tristana como a una hija, esta admite que se esta portando bien con ella, y parece que poco a poco va cogiendole cariño. Capítulo XIX • En este capítulo continua el enviamiento de cartitas de parte de Tristana a Horacio, y esta le dice a Horacio que le duele la pierna, que cojeaba, justo donde tenia el lunar, tenía un dolor insoportable y don Lope le había buscado un doctor, y dice que le dio mucha vergüenza ensillarle la pierna, y se pone pesadita haciendole la pregunta a Horacio de que si coja le querría igual. También ocurre la noticia de que siente que ideas innovadoras invaden su mente y le dicen que ella a nacido para ser actriz, y esta le cuenta esto a Horacio, y dice que no quiere que este la vea cojeando y no queria que regresase hasta que no este recuperada del todo. Capítulo XX • En uno de los últimos días de Enero, don Lope Garrido, entró en la habitación donde estaba Tristana, triste y desconsolada, tapada de piernas hacia abajo con una manta. Este le intentaba dar ánimos diciendole que el médico le habia dicho que en un mes se habría recuperado, pero esta creía que duraría toda la vida. En realidad, don Lope estaba comportandose muy bien con Tristana, ya que le hacía compañía y se portaba de una manera muy comprensiva. Don Lope, para animarla mas aún de lo que quería animarla, le dijo que Tristana poseia un don especial, un don para ser actriz, y para ello, le dijo que no debía casarse ni comprometerse con nadie, ya que esto la perjudicaria. Capítulo XXI • En este capítulo, Tristana seguía pensando que no podría ser actriz, ya que nunca recuperaria la pierna, pero don Lope, mediante unas palabras animadoras, hacen que Tristana se sienta capaz de serlo, diciendose para ella misma que con pierna o sin pierna, podría llegar a ser actriz, y así se lo contó a Horacio mediante sus cartas, ella parece que le hecha de menos, ya que dice que apenas le recuerda, pero se lo imagina de una manera que dice que es así, aunque se parecen poco a como se lo 5 imagina, no quiere decir esto, que se le halla olvidado por completo su rostro. Días mas tarde, Tristana se siente animada, y dice que si no puede llegar a ser actriz, que lo ve difícil, se dedicaría a la pintura, ya que para esta no hacen falta las piernas, y que con cuatro lecciones de Horacio esta podria seguir sus pasos. Capítulo XXII • En este capítulo a Tristana le ocurre lo peor que le pudiese pasar, Tristana siente un gran dolor en la pierna, lo que le hace a don Lope echar a su médico, pero debido a que no se recuperaba lo tubo que volver a llamar al médico, y este, dijo que solo podían hacer una cosa, emputarle la pierna mediante una operación, don Lope, al oír esto, el mundo se le cae encima y no quiere que esto ocurra, aunque no tenía otro remedio, la temperatura de Tristana era muy alta y debían operarla el primer dia, ya que en cuestión de poco tiempo podría morir, don Lope, en primer lugar se lo quiere contar a Tristana, pero el médico le dice que mejor sería que la tuviesen engañada hasta que le emputasen la pierna. Capítulo XXIII • Antes de la operación de Tristana, esta se siente mas o menos feliz, ya que según ella por lo menos su pierna no volvería a hacerle daño nunca más, esta, antes de que se lo dijeran, ya sabía que su pierna iba a ser emputada, y, antes de operarla, escribió una carta a Horacio, que decía que ella suponia que Horacio la seguiría queriendo igual y después de que don Lope la leiese, se dijo para su adentro, pero refiriendose a Horacio, que el habia ganado la batalla, que el se quedaría con Tristana, ya que como padre que se sentía, quería que solo permaneciera junto a el. Poco después, entraron los médicos dispuestos a operar a Tristana, y con un poco de éter que le hicieron oler, la durmieron, después de sufrir un pequeño ataque similar al de los epilecticos Capítulo XXIV • Cuando Tristana despertó, todavía sentía un poco de dolor, y los aprensivos mientrastanto miravan como andava de actividad corporal. Durante los primeros días, Tristana parecía que no era la misma, ya que no dijo nada sobre escribir, cuando pasaron diez días, el médico la informó de que su cicatrización iba bien, y que pronto le darían el alta, y después, escribió una carta para entrega, pero que Saturna no lo hizo ya que Horacio ya se encontraba en España y cuando se lo comunicaron a Tristana, esta se negó a recibirle ya que cuando se miró al espejo dijo que estaba fea. Mas tarde, don Lope le trajo a Tristana varios regalos, un kit de pintura y un organo. Capítulo XXV • En este capítulo, Saturna le dice a don Lope que Horacio estaba interesado en ver a Tristana, primero, Horacio quiere negarse ha que esta visita se haga, pero después, con las palabras de Saturna, este canvió de opinión y decidió después de hablar un rato, que podían verse, pero que antes, don Lope quería hablar con el. Cuando estos dos se reunieron don Lope explicó lo que sentía por Tristana y tambien le dijo lo que pensaba de su romance, le dijo, que el no quería ser el padrastro que se negaba a su amor, ya que esto perjudicaría a los dons, uno por estar vigilando todo el dia la puerta, y otro por intentar colarse en la casa de don Lope cuando el no está o sin que se entere, y así hacen un trato en que consiste en que Horacio solo podrá visitar a Tristana con el permiso de don Lope, si no fuera así, se negaría a aceptar su amor, Horacio piensa que es una idea razonable y así cierran el trato (no tomado seriamente) Capítulo XXVI • Por fin, Horacio, después de su largo viaje en Vilajoyosa, iba a casa de don Lope a visitar a su amada 6 Tristana y don Lope aprovecharía esta visita para enterarse de una vez las intenciones de Horacio. Cuando Tristana vió entrar a Horacio, esta casi pierde el conocimiento, primero casi ni lo conocía, pero al verlo de cerca, se acordó completamente de el, este mostró un carácter que no gustó a Tristana, ya que pensaba que ese carácter era de pena, y no quería que sintiera pena por ella. Cuando acabaron de hablar y se disponía a marcharse, don Lope le dijo que fuera a su cuarto para hablar y tras descubrir que Horacio no tenía opinión de casarse con ella y que sus caracteres eran bastante diferentes, este se alegró bastante diciendo que su amor no duraría mucho mas, pero Horacio, no mostraba señas de que iba a dejarla, porque este se ofreció a regalarle un órgano pequeño bastante profesional. Capítulo XXVII • Cada día, Horacio aparecía por casa de don Lope para darle lecciones de pintura a Tristana, pero esta, parecía que no le daba interés, y al final, estas supuestas clases de pintura se convirtieron en tardes de charlar, solo de hablar, pero de nada referido con su amor, sino con la vida cuotidiana, pero con el tiempo, estos cada vez iban viendose menos, asta que Horacio apenas aparecía por allí. Durante este periodo de tiempo, Tristana se dedicó a dar las clases de órgano, y muy bien que lo tocaba la chica, después de unas semanas, Horacio ya volvía aparecer por allí pero pronto se volvió a ir ya que su tía (doña Trini) estaba enferma. Pocos días después de la llegada de Horacio a Vilajoyosa, su tía murió y se quedó el alli, que poco después también calló enfermo, pero con poca gravedad, y así, se escribía cartas con Tristana y también con don Lope, después de un tiempo, don Lope, sorprendido, le dio la notícia a Tristana que Horacio se casaba. Capítulo XXVIII • Tristana, al oír esta noticia quedó desconcertada y a don Lope le confundió, ya que no sabía si se sentía triste o alegre. Aunque esta no llegó a enterarse, recibió cartas de parte de Horacio, pero don Lope, sin decirle nada, fue el encargado de leerlas y contestarlas. Días después, don Lope se mudó a otra casa y Tristana, acompañada de sus muletas (porque prefería eso que su silla de ruedas y porque además le habían implantado una pierna de madera) iba a la iglesia a rezar, y, mas tarde, se hizo amiga de los que ejercían su trabajo allí y tambien, a veces tocaba en alguna ceremonia el órgano, además, Tristana, como ya no pertenecía a nadie, dejo de cuidar su aspecto, y pasó de aparentar los veinticinco años que tenía a cuareinta. Capítulo XXIX • En el último capítulo, ocurre lo inesperado, después de las ayudas que recibió don Lope para salir de su ruina de sus sobrinos y primas, este primo, eclesiastico, le propuso que don Lope debería casarse con Tristana, y don Lope, como para negarse no estaba, aceptó el trato y Tristana, que parecía que iba a oponerse a dicho matrimonio, apenas se quejó, ya que apenas se dio cuenta de que se casó, después del matrimonio, estos se fueron a vivir a una casa que compró don Lope gracias a su desarrollo económico donde ambos desarrollaban su vida normal, Tristana se interesó por el arte culinario y con un maestro, este deseo se cumplió en realidad y por otro lado, don Lope, se dedicó a cuidar de sus gallinas y algunos arboles que plantó, pero, ¿eran felices uno y otro?... Tal vez. 7