Tema No. 2. Trastornos Reumáticos. 2. Subcompetencias 1. Describe los conceptos y conoce el cuadro clínico de: -Artritis Reumática -Osteoartritis. 2. Aplica conocimientos científicos con estrategias de cuidado en: la promoción, protección, diagnóstico temprano, tratamiento oportuno, rehabilitación y cuidados paliativos. 3. Utiliza las Teorías y Modelos de Enfermería en el diagnóstico, planeación, ejecución y evaluación del cuidado. 4. Brinda cuidados de Enfermería durante el Ciclo vital de las personas. Artritis Reumatoidea Desde hace mucho tiempo existe el temor a la artritis reumatoidea (comúnmente denominada AR) como uno de los tipos de artritis que producen mayor incapacidad. La buena noticia es que el panorama ha mejorado enormemente para muchas personas con AR recientemente diagnosticada (detectada). Por supuesto, la artritis reumatoidea continúa siendo una enfermedad grave, que puede variar mucho en cuanto a los síntomas y los resultados. A pesar de ello, avances en el tratamiento han posibilitado la detención, o al menos la desaceleración, del avance y del daño articular. Los reumatólogos disponen ahora de muchos nuevos tratamientos dirigidos a la inflamación que causa la AR. También entienden mejor cuándo y cómo utilizar los tratamientos para conseguir los mejores efectos. Datos breves La AR es una enfermedad autoinmune. Se activa cuando el sistema inmunológico (el sistema de defensa del cuerpo) no funciona correctamente. La AR es la forma más común de artritis autoinmune. Al menos 1,3 millones de adultos en los Estados Unidos padecen AR. Los tratamientos han mejorado enormemente y ayudan a muchas de las personas que padecen esta enfermedad. ¿Qué es la artritis reumatoidea? La AR es una enfermedad autoinmune crónica que causa dolor, rigidez, edema y limitación en la movilidad y función de diversas articulaciones. A pesar de que la AR puede afectar cualquier articulación, las pequeñas articulaciones de las manos y los pies tienden a verse afectadas de manera más frecuente. En ocasiones la inflamación también puede afectar los órganos, por ejemplo los ojos o los pulmones. Por lo general, la rigidez que se observa en la AR activa se agrava con mayor frecuencia durante la mañana. Puede durar de una a dos horas (o incluso todo el día). Entre otras señales y síntomas que puede ocasionar la AR, se encuentran: Pérdida de energía Estados febriles leves Pérdida de apetito Sequedad en los ojos y la boca derivada de un problema de salud relacionado: el síndrome de Sjogren Protuberancias firmes denominadas nódulos reumatoideos, que crecen debajo de la piel en áreas como codos y manos. ¿Qué causa la artritis reumatoidea? La AR es una enfermedad autoinmune. Esto significa que ciertas células del sistema inmunológico no funcionan correctamente y comienzan a atacar los tejidos sanos: las articulaciones en la AR. Se desconoce la causa de la AR. Sin embargo, las nuevas investigaciones nos dan una mejor idea de lo que hace que el sistema A la izquierda, aparece la inmunológico ataque al cuerpo y genere la estructura articular normal. A la derecha, se muestra la articulación inflamación. En la AR, el foco de la inflamación se con artritis reumatoidea. La AR encuentra en la membrana sinovial, el tejido que causa sinovitis, dolor e inflamación recubre la articulación. Las células del sistema de la membrana sinovial (tejido que reviste la articulación). Esto inmunológico liberan sustancias químicas que causan puede erosionar o desgastar el inflamación. Dichas sustancias químicas pueden cartílago (el tejido que sirve de amortiguación entre las dañar el cartílago (el tejido que sirve de amortiguación articulaciones) y el hueso. entre las articulaciones) y los huesos. Existen otros factores que probablemente también intervienen en la AR. Por ejemplo, los genes que afectan el sistema inmunológico pueden hacer que algunas personas sean más propensas a sufrir AR. ¿Quién sufre de artritis reumatoidea? La AR es la forma más común de artritis autoinmune y afecta a más de 1,3 millones de estadounidenses. De este grupo, aproximadamente el 75% son mujeres. De hecho, entre el 1 y el 3% de las mujeres pueden desarrollar artritis reumatoidea durante el transcurso de su vida. Generalmente, la enfermedad comienza entre los cuarenta y los sesenta años. Sin embargo, la AR puede comenzar a cualquier edad. ¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoidea? La AR puede ser difícil de detectar, ya que puede comenzar con síntomas leves, como dolor en las articulaciones o algo de rigidez en la mañana. Además, muchas enfermedades se comportan como la AR en su etapa temprana. Por este motivo, si usted o su médico de atención primaria piensan que usted padece artritis reumatoidea, deberá consultar a un reumatólogo. El diagnóstico de la AR depende de los síntomas y los resultados de un examen físico, tales como calor, hinchazón y dolor en las articulaciones. Algunos exámenes de sangre también pueden ayudar a confirmar la AR. Las señales reveladoras incluyen: Anemia (escasa cantidad de glóbulos rojos) Factor reumatoideo (anticuerpo o proteína de la sangre que se encuentra en aproximadamente el 80% de los pacientes con AR en algún momento, pero tan sólo en el 30% al inicio de la artritis) Anticuerpos contra péptidos cíclicos citrulinados (trozos de proteínas) o antiPCC, según su sigla (que se encuentran en el 60 o 70% de los pacientes con AR) Índice elevado de sedimentación de eritrocitos (examen de sangre que, en la mayoría de los pacientes con AR, confirma el nivel de inflamación en las articulaciones) Los rayos X pueden ayudar en la detección de la AR, pero podrían no mostrar nada anormal en la artritis temprana. Aun así, estas primeras radiografías pueden ser útiles más adelante para indicar si la enfermedad está avanzando. La resonancia magnética y la ecografía a menudo se hacen para ayudar a determinar la gravedad de la AR. No hay una sola prueba que confirme el diagnóstico de AR para la mayoría de los pacientes con esta enfermedad. (Esto es cierto sobre todo para los pacientes que han tenido síntomas durante menos de seis meses). En cambio, el médico observa los síntomas y los resultados del examen físico, los análisis de laboratorio y los rayos X para emitir el diagnóstico. ¿Cómo se trata la artritis reumatoidea? La terapia para la AR ha mejorado mucho en los últimos 30 años. Los tratamientos actuales ofrecen un grado de alivio de los síntomas de bueno a excelente para la mayoría de los pacientes, quienes, luego de someterse a dichos tratamientos, alcanzan niveles de actividad normal o casi normal. Con los medicamentos adecuados, muchos pacientes pueden lograr una "remisión", es decir La artritis reumatoidea afecta la muñeca y las articulaciones pequeñas de las manos, lo que que no presentan signos de enfermedad activa. incluye los nudillos y las articulaciones medias No hay cura para la AR. de los dedos. El objetivo del tratamiento es disminuir los síntomas y la función deficiente. Para lograr esto, los médicos inician el tratamiento médico adecuado lo más pronto posible, antes de que las articulaciones sufran un daño permanente. Ningún tratamiento funciona para todos los pacientes. Muchas personas con AR deben cambiar su tratamiento por lo menos una vez a lo largo de su vida. Un buen control de la AR requiere de un diagnóstico temprano y, en algunos casos, un tratamiento agresivo. Por lo tanto, los pacientes con diagnóstico de AR deben comenzar su tratamiento con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, conocidos como DMARD. Estos medicamentos no sólo alivian los síntomas, sino que también retardan el avance de la enfermedad. A menudo los médicos recetan los DMARD junto con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y/o corticosteroides en dosis bajas para reducir la hinchazón, el dolor y la fiebre. Los DMARD (Disease-modifying antirheumatic drugs ) han mejorado mucho los síntomas, la función y la calidad de vida de casi todos los pacientes con AR. Los DMARD más comunes incluyen metotrexato , leflunomida(Arava),hidroxicloroquina (Plaquenil) y sulfasalazina (Azulfidine). Entre los DMARD más antiguos, se encuentran el oro, que se administra como píldora auranofina (Ridaura)- o más a menudo en forma de inyección vía intramuscular (por ejemplo, Myochrysine). El antibiótico minociclina (por ejemplo, Minocin, Dynacin y Vectrin) también es un DMARD, así como los inmunosupresores azatioprina (Imuran) y ciclosporina (Sandimmune y Neoral). En la actualidad, estos tres medicamentos y el oro rara vez se prescriben para la AR, debido a que otros medicamentos funcionan mejor o producen menos efectos secundarios. Es posible que los pacientes más gravemente afectados necesiten medicamentos denominados modificadores de respuesta biológica o "agentes biológicos". Tales medicamentos pueden destinarse a las partes del sistema inmunológico y a las señales que conducen a la inflamación y los daños en las articulaciones y los tejidos. Estos medicamentos también son DMARD. Los medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) incluyen abatacept (Orencia), adalimumab (Humira), anakinra (Kineret), certolizumab (Cimzia), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi), infliximab (Remicade), rituximab(Rituxan) y tocilizumab (Actemra). Por lo general, los pacientes ingieren estos medicamentos con metotrexato, ya que la combinación de medicamentos es más útil. El mejor tratamiento de la AR requiere más que tan sólo los medicamentos. La educación del paciente, por ejemplo con respecto a cómo hacer frente a la AR, también es importante. El cuidado apropiado requiere la experiencia de un equipo de prestadores, incluidos reumatólogos, médicos de atención primaria y terapeutas físicos y ocupacionales. ¿Cuál es el mayor impacto en la salud que produce la artritis reumatoidea? La investigación muestra que quienes padecen de AR, en particular las personas cuya enfermedad no está bien controlada, pueden tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Vivir con artritis reumatoidea Es importante mantenerse físicamente activo la mayor parte del tiempo, pero a veces debe volver a reducirse el nivel de actividad cuando la enfermedad empeora. En general, el descanso es útil cuando una articulación está inflamada o cuando se siente cansado. En tales ocasiones, realice ejercicios de movimientos suaves, como estiramientos. Esto mantendrá la flexibilidad de la articulación. Cuando se sienta mejor, haga ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como caminatas, y ejercicios para aumentar la fuerza muscular. Esto mejorará su salud general y reducirá la presión sobre las articulaciones. Un terapeuta físico u ocupacional puede ayudarlo a encontrar qué tipo de actividades son mejores para usted y el nivel o ritmo en que debería realizarlas. Descubrir que se padece una enfermedad crónica es una circunstancia que cambia la vida. Puede causar preocupación y, a veces, sentimientos de aislamiento o depresión. Gracias a que los tratamientos han mejorado notablemente, tales sentimientos tienden a menguar con el paso del tiempo, mientras aumenta la energía y disminuyen el dolor y la rigidez. Hable acerca de estos sentimientos, que son normales, con sus prestadores de atención de salud. Estos le pueden proporcionar información y recursos útiles. El diagnóstico de una enfermedad crónica es un hecho que cambia la vida y que puede provocar ansiedad y, en algunos casos, sentimientos de aislamiento o depresión. Gracias a que los tratamientos han mejorado drásticamente, tales sentimientos tienden a menguar con el paso del tiempo, mientras aumenta la energía y disminuyen el dolor y limitación. Es importante hablar de estas reacciones normales ante la enfermedad con los prestadores de atención de salud, quienes le pueden proporcionar la información y los recursos necesarios durante el tratamiento. Puntos para recordar Los tratamientos más nuevos son eficaces. Los medicamentos para la AR han mejorado mucho los resultados de los pacientes. Para la mayoría de las personas que padecen AR, el tratamiento temprano puede controlar el dolor y la inflamación, y disminuir el daño articular. Buscar un experto en artritis: el reumatólogo. La experiencia es vital para hacer un diagnóstico temprano de la AR y descartar enfermedades que se le parecen, y así evitar exámenes y tratamientos innecesarios. Un médico experto en AR también puede diseñar un plan de tratamiento personalizado que se adapta a usted de la mejor manera. Por lo tanto, el reumatólogo, en colaboración con el médico de atención primaria y otros prestadores de atención de salud, debe supervisar el tratamiento del paciente con AR. Iniciar un tratamiento temprano. Los estudios demuestran que las personas que reciben un tratamiento temprano de la AR sienten una mejoría más rápido y más a menudo, y tienen más probabilidades de llevar una vida activa. También son menos propensos a tener el tipo de daño articular que lleva a la sustitución de la articulación. Osteoartritis La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones que por lo general afecta a personas de mediana edad o de la tercera edad. Con frecuencia se hace referencia a ella como OA o “desgaste” de las articulaciones, pero ahora sabemos que es una enfermedad de toda la articulación, que involucra el cartílago, el revestimiento de la articulación, los ligamentos y el hueso. A pesar de ser típica de personas de edad más avanzada, no es del todo preciso decir que las articulaciones sólo están En la osteoartritis, el cartílago que está “desgastándose”. entre los huesos de la articulación se Unos 27 millones de estadounidenses viven deteriora (imagen de la izquierda). con OA, la forma más común de enfermedad Lentamente, los huesos afectados se de las articulaciones. agrandan, como en la mano de la derecha. El riesgo de desarrollar OA en la rodilla a lo largo de la vida es de alrededor del 46% y el riesgo de desarrollar OA en la cadera a lo largo de la vida es del 25%. La OA es la principal causa de discapacidad de las personas de mayor edad. El objetivo del tratamiento de la OA es reducir el dolor y mejorar el funcionamiento. La enfermedad no tiene cura, pero algunos tratamientos intentan hacer que avance con mayor lentitud. Datos breves La OA es la forma más común de enfermedad de las articulaciones y la principal causa de discapacidad de las personas de la tercera edad. Esta artritis tiende a atacar las articulaciones de la mano, columna, caderas, rodillas y dedos gordos del pie. Se caracteriza por el deterioro del cartílago (el tejido que acolchona los extremos de los huesos entre las articulaciones), los cambios óseos de las articulaciones, el deterioro de tendones y ligamentos y diferentes grados de inflamación de la membrana sinovial (el revestimiento de la articulación). Aunque algunos de los cambios de la articulación son irreversibles, la mayoría de los pacientes no necesitan someterse a una artroplastia (cirugía de reemplazo de la articulación). Los síntomas de OA pueden variar mucho de un paciente a otro. ¿Qué es la osteoartritis? La OA se presenta como una pérdida gradual del cartílago articular acompañada de engrosamiento subcondral y formación de hueso nuevo en el margen articular (osteofitos), es una enfermedad de las articulaciones que con frecuencia avanza con lentitud y generalmente se ve en personas de mediana y de tercera edad. La enfermedad se produce cuando el cartílago de la articulación se deteriora, con frecuencia debido a tensión mecánica o alteraciones biomecánicas, lo cual hace que el hueso que se encuentra debajo del cartílago falle. La OA puede producirse junto con otros tipos de artritis, tales como la gota o la artritis reumatoide. La OA tiende a afectar a articulaciones que se utilizan con frecuencia, como las manos y la columna y a articulaciones que cargan peso, como las caderas y las rodillas. Los síntomas incluyen: dolor y rigidez de la articulación; hinchazón prominente en la articulación; crujidos o rechinado al mover la articulación; menor funcionamiento de la articulación ¿Quién contrae artritis? La OA afecta a personas de todas las razas y de ambos sexos. Con frecuencia, se produce en pacientes a partir de los 40 años de edad. No obstante, puede producirse antes si tiene otros factores de riesgo. Los factores de riesgo incluyen: • edad avanzada; Los círculos indican las • tener familiares con OA; articulaciones que con • obesidad; mayor frecuencia se • lesiones en la articulación o uso repetitivo (excesivo) de las ven afectadas por la articulaciones; osteoartritis. • deformidad de la articulación como longitud desigual de la pierna, rodilla vara o ser patizambo. ¿Cómo se diagnostica la osteoartritis? Con frecuencia los médicos detectan la OA por los síntomas típicos y por los resultados del examen físico. En algunos casos, las radiografías u otros exámenes de imágenes pueden resultar útiles para ver en qué medida está desarrollada la enfermedad o contribuir a descartar otros problemas de articulación. ¿Cómo se trata la osteoartritis? Todavía no hay ningún tratamiento comprobado que pueda revertir el daño que produce la OA a la articulación. El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y mejorar el funcionamiento de las articulaciones afectadas. Con frecuencia, eso es posible mediante una mezcla de medidas físicas y farmacoterapia y, a veces, cirugía. 1. Medidas físicas. La pérdida de peso y el ejercicio son útiles para combatir la OA. El sobrepeso ejerce presión sobre las articulaciones de la rodilla y las caderas y la parte inferior de la espalda. Por cada 10 libras de peso que pierda a lo largo de 10 años, puede reducir el riesgo de desarrollar OA en la rodilla hasta en un 50%. El ejercicio puede mejorar su fuerza muscular, disminuir el dolor y la rigidez de la articulación y reducir las posibilidades de sufrir discapacidad por OA. También son útiles los dispositivos de apoyo (“asistenciales”), como las órtesis o los bastones, que le ayudan a realizar actividades diarias. La terapia con calor o con frío puede contribuir a aliviar los síntomas de OA un tiempo. Ciertos tratamientos alternativos, como spas (tinas calientes), masajes, acupuntura y manipulación quiropráctica pueden contribuir a aliviar el dolor un tiempo. Sin embargo, pueden ser costosos y necesitar de tratamientos reiterados. Asimismo, los beneficios a largo plazo de estos tratamientos medicinales alternativos no están comprobados, pero se los está estudiando. 2. Farmacoterapia. Entre las formas de farmacoterapia está la tópica, la oral y las inyecciones). Los medicamentos tópicos se aplican directamente en la piel sobre las articulaciones afectadas. Dichos medicamentos incluyen la capsaicina en crema, la lidocaína y el diclofenaco en gel. Los calmantes de vía oral como el acetaminofeno son primeros tratamientos comunes. También lo son los medicamentos antiinflamatorios no esteroides que disminuyen la hinchazón y el dolor. En 2010, aprobó el uso de duloxetina (Cymbalta) para el dolor músculoesquelético crónico, incluido el producido por la OA. Es posible que los pacientes con dolores más agudos necesiten medicamentos más fuertes, por ejemplo, narcóticos recetados. Las inyecciones en articulaciones con corticoesteroides o con una forma de lubricante llamado ácido hialurónico pueden brindar meses de alivio de la OA. Dicho lubricante se aplica a la rodilla y las inyecciones pueden contribuir a retrasar unos años la necesidad de remplazar la rodilla en algunos pacientes. 3. Cirugía. El tratamiento quirúrgico pasa a ser una opción en los casos serios. Dichos casos incluyen aquellos en los cuales la articulación ha sufrido un daño serio o cuando el tratamiento médico no alivia el dolor y usted ha sufrido una pérdida grande de funcionamiento. La cirugía puede incluir la artroscopia, la reparación de la articulación realizada mediante pequeñas incisiones (cortes). Si no es posible reparar el daño de la articulación, es probable que necesite una artroplastia (reemplazo de articulación). 4. Complementos. Se han utilizado muchos complementos nutricionales de venta libre para el tratamiento de la OA. La mayoría carece de datos de investigación confiables que apoyen su efectividad y su seguridad. Entre los más usados están la glucosamina/sulfato de condroitina, el calcio y la vitamina D y los ácidos grasos omega-3. Para su seguridad y para evitar las interacciones entre medicamentos, consulte con su médico o farmacéutico antes de consumir cualquiera de estos complementos, sobre todo cuando los combine con medicamentos recetados. La vida con osteoartritis No hay cura para la OA, pero puede controlar cómo afecta su estilo de vida. Algunos consejos: Posicione y apoye bien su cuello y su espalda mientras esté sentado o durmiendo. Ajuste los muebles: por ejemplo, eleve una silla o el asiento del inodoro. Evite los movimientos repetidos de la articulación, en especial doblarlos con frecuencia. Pierda peso si tiene sobrepeso o es obeso. Eso puede reducir el dolor y contribuir al avance lento de la OA. Haga ejercicio todos los días. Utilice dispositivos de apoyo para artritis que le ayuden a realizar actividades diarias. Puntos para recordar La OA es la forma más común de artritis y puede producirse junto con otros tipos de artritis. El objetivo del tratamiento de la OA es reducir el dolor y mejorar el funcionamiento. El ejercicio es una parte importante del tratamiento contra la OA dado que disminuye el dolor de la articulación y mejora el funcionamiento. En este momento, no hay tratamiento que pueda revertir el daño que la OA produce a las articulaciones. Los investigadores están tratando de encontrar formas de demorar o revertir el daño de las articulaciones.