Las pirámides de Gizeh son la única de las siete maravillas que ha

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Miércoles 11 de julio de 2007
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EDICTOS
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CAPRICHO | LOS JARDINES COLGANTES FUERON CONSTRUIDOS PARA ANIMAR A LA ESPOSA
Las 7 maravillas...
del mundo antiguo
Las pirámides de Gizeh
son la única de las
siete maravillas que
ha perdurado hasta
la actualidad
El historiador Herodoto (aprox
484-425 AC) y el estudiante Callimachus de Cyrene (aprox 305240 AC) en el Museo de Alejandría hicieron las listas previas de
las “siete maravillas”, pero sus
escritos no sobrevivieron, excepto como referencias.
La lista que conocemos hoy
fue compilada en la Edad Media,
momento para el cual muchos de
los sitios ya no existían. Provino
principalmente de escritos griegos antiguos, por eso sólo fueron
incluidos lugares que pudieron
haber conocido y visitado los
griegos. La lista incluía:
PIRÁMIDES DE GIZEH
La más antigua de las maravillas,
y, curiosamente, la única que ha
llegado hasta nosotros, es el monumental conjunto de las pirámides de Gizeh, en Egipto. Las majestuosas pirámides fueron construidas como recinto funerario a
Jufu, más conocido por su nombre griego Keops, faraón de la
cuarta dinastía del antiguo Egipto. Según Herodoto, escritor
griego, en la pirámide trabajaron
sin descanso cien mil hombres en
turnos de tres meses durante
veinte años. Las dimensiones de
esta majestuosa edificación son
asombrosas; fue la construcción
más elevada hasta la aparición de
la Torre Eifel en 1889.
La fecha estimada de terminación de la Gran Pirámide es
en 2570 a.C. y fue la primera y
mayor de las tres grandes pirámides de la Necrópolis de Giza.
Poseía una altura original de
146.61 m, siendo en la actualidad de 136.86 m, al haber perdido con el paso de los tiempos
una capa que lo recubría. Sus
cuatro lados son de 230 m con
una diferencia entre éstos de
tan sólo el 0.01 por ciento. En
su construcción se emplearon
en torno a dos millones y medio
de bloques de piedra, de pesos
comprendidos entre las 2.5 y
las 60 toneladas, que según Napoleón Bonaparte bastarían
para cercar Francia con un muro de tres metros de altura y
unos 40 centímetros de grosor.
Dicha pirámide está rodeada
de un gran misterio ya que sin
brújula, aún no existía al inventarse en el s. IX, orientaron sus
cuatro paredes a los cuatro puntos cardinales con una precisión
pasmosa; sin hierro practicaron
agujeros que parecen hechos con
un taladro en los que al examinar
las muescas se ve que cada vuelta de torno profundizaban en el
granito hasta doscientas veces
más que lo que lograríamos nosotros hoy con un taladro de
punta de diamante; y sin instrumentos ópticos orientaron algunos canales internos hacia la posición que ocupaban estrellas como Sirio, Zeta Orión o Alfa del
Dragón, muy importantes dentro del contexto religioso.
JARDINES COLGANTES
DE BABILONIA
El rey Nabucodonosor II, famoso por ser un gran guerrero y
conquistador, es también conocido por sus buenas dotes como
constructor, al llevar a cabo numerosas construcciones monumentales en la ciudad de Babilonia, llamada Babel en la Biblia.
Esta ciudad era llana, lo que entristecía a su esposa Amytis, al
provenir de las montañas. Por
ello, ordena la construcción de
unos jardines en forma de colina, exuberantes de árboles, flores, arbustos. Ocupaban una superficie de 19.600 m2 y alcanzaban una altura estimada de 90
m, según referencias de historiadores clásicos como Estrabón, y fueron construidos entre
605 a.C. y 562 a.C.
Los majestuosos jardines
colgantes fueron construidos
para animar a la esposa del rey
nabucodonosor, que echaba de
menos su origen montañés...
Los jardines de terrazas escalonadas se realizan con grandes piedras, pues los ladrillos
utilizados en las construcciones
normales no resisten bien la
humedad. Para elevar el agua y
poder regar los jardines, mediante un complicado sistema
de irrigación, se construye una
máquina semejante a una noria
que transportará el agua desde
un pozo. De esta forma Nabucodonosor consigue crear un
aparente monte cubierto de
exuberante vegetación.
Los jardines se realizan
junto a la orilla para que así los
viajeros que tienen prohibida
la entrada a la ciudad puedan
contemplar la magnífica construcción, al poder visualizarse
las copas de los árboles desde
cualquier punto de la ciudad,
incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad.
TEMPLO DE ARTEMISA
El gran Templo fue dedicado a la
diosa Artemisa (o Diana para los
Romanos) en la ciudad de Éfeso
(Turquía) hacia el 550 a.C., empleándose 120 años en su construcción, y fue destruido por un
incendio en el año 356 a.C. por un
mendigo demente, Eróstrato,
con el único fin de lograr fama.
Artemisa, hermana de Apolo,
era la diosa griega de la Luna, la
naturaleza y la fertilidad.
La reconstrucción del primer templo comenzó por orden
de Creso, rey de Lidia, conocido por ser protector de sabios y
artistas, e inventor de las monedas. Abrió una suscripción
pública, a la que todos los ciudadanos podían aportar para
su ejecución.
Sus dimensiones le conferían una gran majestuosidad,
haciéndolo mayor al Partenón.
Contaba con 127 impresionantes columnas de 20 metros de
altura, algo descomunal para
su época y contaba en su interior con incalculables riquezas,
como esculturas de mármol de
Escopas, escultor griego.
Su ejecución se debió a Fidias, el más famoso de entre todos los escultores de la antigua
Grecia, en el año 433 a.C., y fue
situado en el templo de su nombre en la ciudad de Olimpia, lugar donde se originaron los juegos olímpicos. Empleó la técnica crisoelefantina, consistente
en cincelar sobre marfil y añadir por encima oro, representando la carne y las vestiduras
del personaje. Fidias empleó
más de un año en llevar a cabo
la estatua, lo cual nos da idea
de su gran tamaño y de su detalle y calidad.
ESTATUA DE ZEUS EN OLIMPIA
De acuerdo con una fuente contemporánea medía aproximadamente doce metros de alto. Zeus
fue sentado sobre un majestuoso
trono hecho de madera de cedro
embutida con marfil, oro, ébano y
piedras preciosas. Sobre la mano
derecha de Zeus se encontraba
una pequeña estatua de Niké, la
diosa griega de la victoria, y sobre su mano izquierda se encontraba un cetro brillante con un
águila en la punta.
En el año 394, fue transportada a Constantinopla (actual
Estambul), donde se dice que
fue destruida por un incendio
provocado por fanáticos cristianos de tiempos del emperador
bizantino Teodosio II.
EL SEPULCRO DE MAUSOLO
EN HALICARNASO
Situado en la ciudad de Halicarnaso, actual Bodrum (Turquía),
era una tumba monumental de
mármol blanco construida en honor de Mausolo, rey de Caria. El
proyecto fue concebido por Artemisa, su esposa y hermana. La
construcción pudo haber comenzado durante el reinado de Mausolo y pudo haber sido terminado
alrededor del 350 A.C., tres años
después de la muerte de Mausolo y un año después del fallecimiento de Artemisa.
La construcción de esta monumental tumba fue encargada
a los arquitectos Sátiros y Piteos, quienes construyeron una
estructura rectangular de 30
por 40 m, sobre ella 117 columnas jónicas en dos hileras sosteniendo el techo en forma de
pirámide escalonada, y sobre
este último la estatua de una
cuadriga con las esfinges del
rey y la reina, alcanzando en
conjunto unos 50 m de altura.
Para completar esta maravilla,
los mejores escultores griegos
de la época tallaron figuras y
relieves en su estructura.
Soportó las invasiones y destrucción de la ciudad por parte
de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404. Durante el siglo XIV los Caballeros de San
Juan lo terminaron de demoler y
utilizaron los restos para la construcción del Castillo San Pedro
de Halicarnaso. Durante esta
época, se encontraron una serie
de túneles, debajo de la construcción, que llevaban a los sarcófagos de los difuntos reyes. La
tumba fue saqueada por ladrones y por eso hoy ya no quedan
resto de ella.
FARO DE ALEJANDRÍA
En el año 290 a. de C., el rey
Ptolomeo decide construir una
gran torre que sea vista desde
la lejanía y sirva para guiar a los
numerosos barcos que acuden
constantemente a Alejandría
(Egipto). Para ello elige la pequeña isla de Faros, según la leyenda variación de la “Isla de
los Faraones”.
Los cálculos detallados para
la estructura y sus accesorios se
efectuaron en la famosa Biblioteca de Alejandría. Cuando se finaliza, la torre mide más de 117
metros. En su cima está equipada con espejos metálicos para
señalar su posición reflejando la
luz del sol; y por las noches, a falta de luz, se enciende una hoguera. Esta maravilla va a durar
bastante, unos mil seiscientos
años, hasta que en el siglo XIV
los terremotos la derriben. De
nuevo el nombre de esta maravilla, que en realidad es “la Torre de Faros”, designará a todas
las construcciones posteriores
realizadas con el fin de mostrar
el camino a los barcos.
COLOSO DE RODAS
La última de las maravillas, situada en la isla de Rodas, se erige la colosal estatua para celebrar el triunfo ante el temible
guerrero Demetrio I Poliarcetes, que pretendía apoderarse
de este importante emplazamiento por su situación geográfica, privilegiada para comerciar con Grecia, el Asia Menor e
incluso Egipto. Con un armazón
de hierro y forrada con placas
de bronce, la estatua, cuando se
termina, mide nada menos que
32 metros de altura y 70 toneladas de peso (70 mil kg). Su fama
atraerá a viajeros de todo el
mundo antiguo para verlo.
Cincuenta y seis años después de su construcción, en el
223 a. de C., un terremoto derribó al Coloso. Los habitantes
de Rodas, siguiendo el consejo
de un oráculo, decidieron dejar
yacer sus restos donde cayeron. Y así fue, durante cerca de
novecientos años, hasta que en
el 654 d. de C. los musulmanes
se apoderaron del bronce como
botín en una incursión.
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