Situación de Derechos Humanos y Derecho Humanitario de la niñez 2005-2006 Informe Alterno a la Representante Especial del Secretari General de las Naciones Unidas para la cuestión de los niños y los conflictos armados - Situación de Derecho Informe Alterno a la Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la cuestión de los niños y los conflictos armados INFORME ELABORADO POR: Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia: Benposta Nación de Muchach@s Colectivo por la Objeción de Conciencia Comité Andino de Servicios Fundación Creciendo Unidos Fundación Dos Mundos Fundación para la Educación y el Desarrollo – FEDES JUSTAPAZ Servicio Jesuita a Refugiados Taller de Vida terre des hommes – Alemania Comisión Colombiana de Juristas LA ELABORACIÓN Y PUBLICACIÓN DE ESTE INFORME SE REALIZÓ GRACIAS AL APOYO DE: Watchlist on Children and Armed Conflict COORDINACIÓN GENERAL Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia Tetefax (57+1) 544 7522 Bogotá D. C. Colombia. www.coalico.org coalico@etb.net.co DISEÑO GRÁFICO Rocío Paola Neme Neiva / rocioneme@yahoo.com Impreso en enero de 2007 - Bogotá D.C., Colombia. ESTE INFORME ESTÁ DISPONIBLE, EN INGLÉS Y ESPAÑOL EN www.coalico.org Introducción Introducción En agosto de 2005, la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalición Colombia) tomó la iniciativa de impulsar la implementación en Colombia de la Resolución 1612 de 2005, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sobre niñez y conflicto armado. Así, con el objeto de difundir su contenido y sentar las bases para la conformación de un equipo especial de país, la Coalición Colombia realizó varias reuniones con las agencias de Naciones Unidas que tienen presencia en Colombia y con organizaciones de Derechos Humanos que trabajan en la defensa de los Derechos Humanos de la niñez. Desde noviembre de 2005, se han venido realizando reuniones periódicas convocadas y coordinadas por UNICEF, que han resultado en la constitución del equipo especial integrado por organizaciones de la sociedad civil que cuentan con un reconocimiento en el trabajo por los Derechos Humanos de la niñez Coalición Colombia; Benposta Nación de Muchachos; la Comisión Colombiana de Juristas; la Fundación Dos Mundos; el Comité Andino de Servicios; el Servicio Jesuita para Refugiados; Fundación para la Educación y el Desarrollo, FEDES y Save the Children Canadá, el Ministerio Público -Procuraduría General de la Nación y Defensoría del pueblo-, y agencias de Naciones Unidas -la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, OACNUDH; Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 5 UNICEF; Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR; Oficina en Colombia de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios, OCHA; Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD; y Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM-. El Equipo Especial ha venido trabajando conjuntamente en el acopio y análisis de la información para el informe del Secretario General al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, teniendo en cuenta que dicho informe es preparado únicamente por el sistema de Naciones Unidas, la Coalición Colombia, conjuntamente 6 con la Comisión Colombiana de Juristas y Benposta Nación de Muchachos, ha elaborado el presente informe, con el fin de asegurarnos de que la Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los Niños y los Conflictos Armados tenga una información lo más completa posible. La información y análisis que se presenta en él han sido compartidas con las agencias del sistema de Naciones Unidas participantes del Equipo Especial e incluyen información consolidada a su interior, así como información obtenida en el curso de las misiones que la Coalición ha realizado, con acompañamiento de agencias como UNICEF y ACNUR durante el 2006, en los departamentos de Chocó y Putumayo. Este es un documento elaborado por la COALICO Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia de la cual hacen parte: Benposta Nación de Muchach@s Colectivo por la Objeción de Conciencia Comité Andino de Servicios Fundación Creciendo Unidos Fundación Dos Mundos Fundación para la Educación y el Desarrollo – FEDES JUSTAPAZ Servicio Jesuita a Refugiados Taller de Vida terre des hommes – Germany BENPOSTA NACIÓN DE MUCHACH@S COLOMBIA COLECTIVO POR LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA COMITÉ ANDINO DE SERVICIOS FUNDACIÓN DOS MUNDOS FUNDACIÓN CRECIENDO UNIDOS SERVICIO JESUITA A REFUGIADOS terre des hommes ALEMANIA y Comisión Colombiana de Juristas 7 8 Contexto En su informe sobre la situación en Colombia durante 2005, la OACNUDH señaló que: “La situación de derechos humanos se caracterizó, en parte, por una serie de violaciones graves1(...) Entre las graves violaciones están las que vulneran los derechos a la vida, a la integridad y seguridad personales y a la libertad. En comparación con los años anteriores, la Oficina en Colombia registró un mayor número de denuncias de estas violaciones. A diferencia de años recientes, denuncias confiables durante 2005, con mayor frecuencia, señalan como directamente implicados a miembros de la Fuerza Pública. En varios casos, las conductas de paramilitares comprometieron la responsabilidad estatal por la acción u omisión de funcionarios” 2. La grave situación de derechos humanos se ve profundizada por la persistencia del conflicto armado interno, caracterizado por “La persistencia de graves infracciones por parte de miembros de grupos armados ilegales, en particular por las [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo], FARC-EP, y las [Autodefensas Unidas de Colombia], AUC 3; [y] también [por] infracciones atribuidas a miembros de la Fuerza Pública, en particular por el irrespeto de los principios humanitarios de distinción, limitación y proporcionalidad” 4. Varias instancias de protección han manifestado, además, su preocupación por el hecho de que continúe la violencia sexual contra niñas y mujeres. La Oficina en Colombia observó la persistencia de graves infracciones por parte de miembros de los grupos armados ilegales, en particular por las FARC-EP y las AUC. Todos esos grupos continuaron cometiendo ataques 9 y amenazas, ataques indiscriminados, homicidios, masacres, tomas de rehenes y actos de terrorismo. También continuaron propiciando desplazamientos forzados, violencia sexual contra mujeres y niñas, e irrespetando la misión médica. También señaló que “los civiles, y en particular los grupos étnicos, se vieron afectados por la restricción del transporte de alimentos, medicinas y personas” y que, otras acciones provocaron el aislamiento de comunidades. Las guerrillas persistieron en la utilización de minas antipersonal” 5 Otra de las grandes preocupaciones con respecto a la situación de niñas y niños en relación con el conflicto armado, es el reclutamiento y utilización de los mismos por parte de los grupos armados que participan directamente en las hostilidades. Al respecto, el Comité de los Derechos del Niño manifestó su preocupación por: “el reclutamiento en gran escala de niños por los grupos armados ilegales para combatir y también como esclavos sexuales; la utilización de niños por las fuerzas armadas para obtener información de inteligencia” 6. En el mismo sentido señaló que: 10 “el uso recurrente de escuelas por las fuerzas armadas del Estado y el establecimiento de bases militares en las cercanías de escuelas hacen de éstas objetivos militares para los grupos armados ilegales, lo que hace imposible que los niños reciban educación; la participación de niños en actividades de capacitación militar y las visitas escolares de estudio a bases militares, en el contexto del actual conflicto armado interno, comprometen el principio del derecho humanitario de distinción de la población civil y exponen a la infancia al peligro de sufrir represalias de miembros de los grupos armados ilegales” 7. El marco jurídico bajo el cual serán tratados las niñas y niños desvinculados del conflicto armado ha sido un motivo permanente de intranquilidad. El Comité se manifestó preocupado por el nivel insuficiente de reintegración social, rehabilitación y reparación de que disponen los niños soldados desmovilizados; y la falta general de transparencia suficiente al examinar los aspectos relativos a la infancia en las negociaciones con los grupos armados ilegales, que prolonga la impunidad de los responsables de reclutar a niños como soldados. En este aspecto el Comité recomendó que “en las negociaciones de paz con los grupos armados ilegales, tenga debidamente en cuenta la victimización de ex niños soldados, así como la responsabilidad de los grupos por esos crímenes de guerra. Se debería recabar asesoramiento jurídico del ACNUDH sobre cómo integrar en el marco jurídico de las negociaciones de paz normas mínimas de derechos humanos y una perspectiva de los derechos del niño, prestando especial atención a los principios básicos de la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas” 8. Por otra parte, el Gobierno continuó con el proceso de negociaciones con los grupos paramilitares. Muchas son, sin embargo, las preocupaciones que existen con respecto a la forma como se ha conducido este proceso y la garantía de los derechos humanos. En primer término, en el proceso de negociación con los paramilitares no se ha exigido el respeto por el cese de hostilidades planteado como condición para su desarrollo9. Adicionalmente, es preocupante en la implementación del marco jurídico aplicable en la materia, la ausencia de desmantelamiento del paramilitarismo y el fortalecimiento de su influencia en diversos sectores del país. La oficina de la Alta Comisionada ha señalado que durante 2005 “se hizo más patente el control y la influencia ilegítima que estos grupos ejercen sobre la administración y sobre la vida política, social y económica en varias regiones del país” 10. Aunque la Corte Constitucional, mediante la revisión de constitucionalidad de la Ley 975 de 2005 -que dentro de sus propósitos tiene la entrega de amplios beneficios jurídicos a los miembros de grupos armados que hayan cometido graves violaciones a los derechos humanos y el derecho humanitarioadecuó, en algunos aspectos, su contenido a los estándares internacionales en materia de derechos de las víctimas, recientemente el Gobierno nacional afirmó que expedirá un decreto para revivir aquellos apartes declarados incompatibles con la Constitución Política de Colombia y con diferentes instrumentos internacionales de protección11. Adicionalmente, la situación de impunidad es tan grave que el Comité sobre los Derechos del Niño instó: “al Estado Parte a que acabe con la legalidad de la impunidad, realice con urgencia investigaciones penales de violaciones de derechos humanos en casos en los que niños han perdido la vida y vele por que los autores comparezcan ante la justicia con carácter de máxima prioridad. Además, el Comité solicita que el Estado Parte respete sus obligaciones jurídicas internacionales en relación con las garantías de un juicio justo y se asegure de que todas las investigaciones se llevan a cabo de forma independiente e imparcial” 12. El Comité también observó que “la pobreza, la desigual distribución de los recursos y el conflicto armado interno de larga duración que aqueja a Colombia han afectado negativamente a la aplicación de los derechos amparados en la Convención” 13. Al antes citado Comité le preocupó también: “profundamente que exista una discriminación generalizada en relación con ciertos grupos vulnerables, como los 11 niños desplazados, los niños afrocolombianos e indígenas y los niños que viven en zonas rurales y remotas. La capacidad de éstos para acceder a instalaciones de educación y de salud se ve gravemente reducida por la desigual asignación de recursos. Al Comité le preocupa que dichos grupos vulnerables se encuentren en mayor riesgo de ser reclutados por las fuerzas armadas, así como de ser explotados comercial y sexualmente, 12 de verse abocados al desplazamiento interno y de convertirse en víctimas de trata” 14. En conclusión, el Estado continúa frente al reto de sanear sus instituciones, de desmantelar y desarticular el paramilitarismo, y de responder ante la población sobre los aspectos relacionados con los grupos armados y las consecuencias de sus acciones sobre las víctimas y sus familias. Todo ello, orientado a garantizar la no repetición de las violaciones. Violaciones contra el derecho a la vida y a la integridad personal VIOLACIONES E INFRACCIONES CONTRA EL DERECHO A LA VIDA: HOMICIDIOS Y DESAPARICIONES FORZADAS A continuación se ilustran algunas de las tendencias observadas durante el período en estudio: junio de 2005 a julio de 2006. La crítica situación de derechos humanos y derecho humanitario que vive el país está lejos de superarse, y entre las víctimas más vulnerables de esa situación se encuentran las niñas y los niños. Esto implica que las medidas adoptadas por el Gobierno nacional no han sido efectivas para garantizar su derecho a la vida y que los grupos que participan directamente en las hostilidades incumplen de manera reiterada el derecho humanitario. a) Ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de la Fuerza Publica Durante el periodo del presente informe, las ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de la fuerza pública, en algunos casos, señalando a niños y niñas como miembros de los grupos guerrilleros, continuaron su tendencia al aumento. La OACNUDH, ha señalado que en muchos casos son los propios agentes estatales quienes propician o protagonizan las violaciones de los derechos humanos de las niñas y los niños15. 1. El 9 de febrero de 2005, en zona rural de Atánquez, departamento del Cesar, fue ejecutada extrajudicialmente una menor indígena wiwa embarazada. Los hechos se atribuyen presuntamente a miembros de la X Brigada del Ejército. El pueblo kankuamo cuenta con medidas provisionales otorgadas por la Corte Interamericana 13 de Derechos Humanos, y el pueblo Wiwa con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos16. 2. El 10 de noviembre de 2005, en el municipio de Caloto, departamento de Cauca, el niño de la comunidad indígena Paez, Belisario Camayo Guetoto, de 16 años de edad, fue ejecutado extrajudicialmente por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional (ESMAD). Belisario era un activo defensor del derecho a la tierra de su comunidad. Desde el 12 de octubre de 2005, los indígenas habían entrado a la hacienda “El Japio”, con el fin de presionar al Gobierno Nacional para que respondiera a la exigencia del pueblo indígena de restitución y titulación colectiva de tierras. La Policía Nacional respondió a la protesta pacífica de la comunidad indígena usando gases lacrimógenos y garrotes, e impidiendo el ingreso de alimentos a la hacienda. El 10 de noviembre, el ESMAD entró a la hacienda disparando armas de fuego indiscriminadamente, dejando como saldo varias personas heridas y la muerte del niño Belisario Camayo. Otros indígenas fueron detenidos, golpeados, ultrajados y señalados de ser guerrilleros17. 14 3. El 12 de marzo de 2006, en el municipio de Bagadó, departamento del Chocó, el niño Willington Arce Vitucay, de 10 años de edad, fue víctima de una ejecución extrajudicial cometida presuntamente por miembros de tropas adscritas al Batallón Alfonso Manosalva Flores, perteneciente a la Brigada 4 del Ejército Nacional. De igual forma, la niña Beatriz Murry, de 3 años de edad, Galeano Vitucay Arce, de igual edad, así como cuatro adultos miembros de la comunidad indígena de Conondo, resultaron heridos durante los hechos que tuvieron lugar cuando siete presuntos guerrilleros de las FARC-EP arribaron a la comunidad indígena y fueron atacados por tropas adscritas al Batallón Alfonso Manosalva Flores. Según la fuente, los presuntos guerrilleros se encontraban tomando unas bebidas y no hubo fuego cruzado18. 4. El 15 de abril de 2006, en el municipio de San Juan de Arama, departamento del Meta, la niña Yorladys Osorio González, de 12 años de edad, los niños Gerardo Ríos y Weimar Prieto, de aproximadamente 15 años, Alexander Medina, también menor de edad, y los adultos Floriber Prieto, Audom Prieto y Jesús Prieto, fueron víctimas de una ejecución extrajudicial cometida presuntamente por miembros de la Brigada Móvil No. 12 del Ejército Nacional. De igual forma resultaron gravemente heridas las niñas Luz Enith Aguirre, de 13 años, y Jessica Osorio, de 7 años de edad, al igual que su madre, la señora Luz Mary González. Los hechos tuvieron lugar durante un operativo militar de registro y control desplegado por el Ejército en el área, que obligó a las víctimas a refugiarse en una vivienda que fue atacada indiscriminadamente. En efecto, en el momento en que las víctimas se encontraban refugiadas en la construcción, ésta fue objeto de una explosión seguida de ráfagas de fusiles19. b) Ejecuciones extrajudiciales contra niños presentados como muertos en combate por la Fuerza Pública El Comité de Derechos del Niño expresó que “le preocupan numerosos casos de violencia cometida por fuerzas militares regulares en los que niños han resultado muertos, y en particular casos en los que el ejército informó en falso de que niños habían sido muertos en combate. Por último, el Comité observa con preocupación el invariable patrón de impunidad existente y la reiterada tendencia a remitir casos graves de violaciones de derechos humanos al sistema de justicia militar” 20. 1. En el municipio de Urrao, departamento de Antioquia, se registró la ejecución extrajudicial de una mujer y su hijo de 14 años de edad cometida presuntamente por miembros del batallón Cacique Nutibara. Los militares presentaron los hechos como “guerrilleros muertos en combate” 21. 2. El 8 de enero de 2006 en Inzá, Cauca, la niña Hortensia Ne- yid Tunja Cuchumbe, de 17 años de edad, quien trabajaba como empleada del servicio doméstico en la ciudad de Bogotá, fue ejecutada extrajudicialmente presuntamente por miembros del Ejército Nacional adscritos a la Brigada IX. El hecho ocurrió durante las festividades de fin de año organizadas por la comunidad de Belén. Ese día, Hortensia salió de su casa ubicada en el municipio de San Antonio, aproximadamente a las 9 p.m., en compañía de los jóvenes William Cunacue Medina y Manuel Antonio Tao Pillimué, campesinos de la región. Los tres se dirigían a una fiesta organizada por la comunidad de Belén, con ocasión de las festividades de fin de año. Hacia las cuatro de la madrugada la madre de Hortensia fue alertada de lo ocurrido a su hija por vecinos del sector, quienes le dijeron que la niña se encontraba tirada en la carretera. La madre se dirigió al lugar señalado por los vecinos, en donde encontró a su hija muerta en medio de la carretera con varios impactos de fusil en todo el cuerpo. La madre intentó acercarse al cuerpo de su hija pero al pretender hacerlo fue abordada por soldados que la acusaron de ser guerrillera y la amenazaron con armas de fuego. La madre preguntó por lo ocurrido a su hija, ante lo cual los militares le respondieron que Hortensia era una guerrillera. Acto seguido obligaron a la madre de la menor a retirarse del lugar ar- 15 gumentando que debían esperar la llegada de la Fiscalía para realizar el levantamiento del cuerpo. Entre tanto, pobladores del sector que se acercaron al lugar de los hechos fueron golpeados y obligados por la fuerza a retirarse del lugar. A las 6 a.m., la madre de Hortensia decidió insistir y volver al lugar de los hechos, pero el cuerpo de su hija ya no estaba. Los militares que permanecían en el lugar le informaron que el cuerpo de la niña y el del otro joven que resultó muerto -Manuel Antonio Tao Pillimué- habían sido trasladados al municipio de La Plata, en el departamento de Huila, ya que allí se realizaría el levantamiento de los cadáveres por parte de la Fiscalía. 16 El Ejército pretendió presentar a los jóvenes como miembros de grupos guerrilleros. Para ello, alteró la escena del crimen, ya que los cuerpos de la niña y del joven que la acompañaba, fueron no solo trasladados del lugar en donde originalmente ocurrieron los hechos, sino que además fueron vestidos de camuflado y estaban encapuchados. En una rueda de prensa rendida en la base militar de La Plata, el Ejército señaló que los cuerpos correspondían a dos guerrilleros dados de baja, pertenecientes al frente 13 de las FARC-EP. Además, señalaron que en su poder habían sido encontradas armas y equipos de comunicación. Estas afirmaciones fueron negadas enfáticamente tanto por la madre de Hortensia como por los pobladores de la región. En cuanto a William Cunacue, se sabe que resultó herido y que aproximadamente a las 5 p.m. del día de los hechos fue llevado por sus familiares al hospital de La Plata, en donde fue detenido por miembros del Ejército. Actualmente se sigue un proceso en su contra por el delito de rebelión. La Asociación Campesina de Inzá decidió denunciar lo ocurrido22. La Justicia Penal Militar avocó el conocimiento de los hechos siendo designado el Juzgado 65 de Instrucción Penal Militar para que se determine si las dos personas que resultaron muertas el 8 de enero, entre ellos la niña Hortensia Neyid Tunja, eran o no guerrilleros, y si los militares que participaron en los hechos se extralimitaron en sus funciones23. c) Atentados contra la vida de niños y niñas en virtud de su parentesco con personas señaladas por el perpetrador de ser partícipes en el conflicto armado, o casos en los cuales los niños y niñas son utilizados para amedrentar a sus familiares debido a las actividades en las cuales se desempeñan 1. El 27 de noviembre de 2005, en Riosucio, departamento del Chocó, un grupo de paramilitares entró por la fuerza a la vivienda del señor Wilber Gaspar, quien hace parte del Consejo Comunitario de ese municipio, acusándolo de ser guerrillero. Luego intentaron violar sexualmente a su esposa en su presencia y después golpearon a su bebé hasta que murió. De acuerdo con testimonios de la comunidad, los paramilitares que participaron en los hechos habían estado días antes organizando reuniones para conformar cooperativas de seguridad y cooperativas agroindustriales que sustituirían las estructuras paramilitares que se “desmovilizaron” en el marco del proceso adelantado entre esos grupos y el Gobierno Nacional24. 2. El 25 de Enero de 2006 en Pasto, departamento de Nariño, la niña de 13 años de edad, Carol Julieta Benjumea Cortés, hija del señor Mario Zaruma Concha, Fiscal Cuarto Seccional de Pasto, fue asesinada luego de salir de su colegio. El cuerpo con varios impactos de bala fue encontrado por campesinos de la región en una vía a las afueras de la ciudad25. El fiscal Zaruma tuvo a su cargo la primera fase de la investigación por el caso de la masacre de Guaitarilla, Nariño, en donde fueron asesinados varios miembros de la Policía Nacional por miembros del Ejército, al parecer, por asuntos relacionados con el tráfico y venta de estupefacientes26. d) Homicidios de niñas y niños causados por la utilización de armas prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario o por la realización de ataques indiscriminados por parte de grupos que participan directamente en las hostilidades 1. En el municipio de Puerto Toledo, departamento del Meta, murió un niño luego de estallar una bomba instalada presuntamente por guerrilleros de las FARC-EP. La bomba fue instalada y activada en un hotel del municipio27. 2. El 17 de Julio de 2005, en la ciudad de Rioacha, departamento de la Guajira, los niños Alberto Bonett Guerra, de 13 años de edad, Alfred Castrillón Gómez de 15, y Yarley Fuentes Toro de 17, murieron como consecuencia de la explosión de 14 cargas de dinamita presuntamente instaladas por miembros del Frente 59 de las FARC-EP. Los niños se desplazaban en una camioneta junto con seis personas más, por la vía que conduce del corregimiento del Silencio hacia Cascajalito. En el mismo hecho murieron cinco personas adultas28. 3. El 4 de marzo de 2006, en el municipio de Montebonito, departamento de Caldas, un bebé de seis meses de edad resultó muerto junto con otra persona sin identificar, un presunto guerrillero y un policía. Los 17 hechos fueron cometidos presuntamente por guerrilleros del frente 47 de las FARC-EP, en momentos en que el grupo guerrillero intentó tomarse el municipio mediante bombardeos indiscriminados, en los cuales uno de los tantos cilindros bomba arrojados por la guerrilla contra la población civil, cayó en la vivienda en la que habitaba el bebé29. e) Homicidios de niños y niñas socialmente marginados El Comité de Derechos del Niño recomendó al Estado colombiano que “adopte medidas eficaces para prevenir las operaciones de limpieza social y otros actos de violencia contra los niños de la calle” 30. Durante el año 2006 en la ciudad de Bucaramanga, Santander, han muerto por lo menos cuatro niñas y niños, entre los que se encuentra Félix de Jesús Castillo García, quien murió tras recibir varios impactos de bala. El asesinato de los niños obedece presuntamente a acciones contra personas socialmente marginadas por parte de grupos paramilitares, dirigidos contra los niños y niñas que viven en las calles31. f) Muerte de niñas y niños en medio del fuego cruzado 18 1. El 8 de septiembre de 2005 en el municipio La Hormiga, Putumayo, resultaron muertos 29 civiles. Entre ellos estaban Deisy Alejandra Po- tosí, de 11 años, y Elizabeth Álvarez, de 8 años de edad. Los hechos ocurrieron debido a combates entre presuntos guerrilleros de las FARCEP y presuntos paramilitares del Bloque Central Bolívar. Los niños murieron en medio de las ráfagas, granadas y explosiones que ocasionaron los grupos en combate32. 2. El 16 de abril de 2006, en el municipio El Carmen de Bolívar, departamento de Bolívar, murió un adolescente de 15 años y un niño de 7 años resultó herido tras enfrentamientos entre el frente 47 de las FARC-EP y tropas de la I Brigada de Infantería de Marina33. g) Muerte de niños y niñas debido a la violación del cese de hostilidades por grupos paramilitares 1. El 19 de abril de 2005, en el municipio de Buenaventura, Valle, 12 adolescentes fueron torturados por paramilitares, quienes derramaron ácidos en sus rostros, causando graves quemaduras y su desfiguración; posteriormente, fueron ejecutados. Un testimonio indica que: “fueron invitados a jugar un partido de fútbol y fueron asesinados en la comuna 12, barrio El Triunfo, vereda Las Vegas. Este sector permanece vigilado por la Infantería de Marina, por cuanto esta vía conduce al aeropuerto. El barrio está con- trolado por los paramilitares; todas las personas que entran y salen son requisadas, aunque la policía hace la supuesta ronda normal, pero no encuentra a nadie… Esto mantiene en zozobra a las comunidades y organizaciones que han decidido hacer un acompañamiento social y humanitario” 34. Sumado a lo anterior, un día después de la masacre, en un atentado que se le atribuye a disputas entre los grupos guerrilleros y paramilitares en el puerto, un niño de cinco años resultó muerto y otro de cuatro gravemente herido35. 2. El 5 de enero de 2006, en zona rural del caserío Matebambú, Valle, los hermanos Rafael, de 28 años de edad, Amir de 19, Yurley Rodríguez de 17, y Esteban de 13, fueron desaparecidos forzadamente por un grupo de aproximadamente 100 paramilitares que se identificaron como Autodefensas del Llano36. VIOLACIONES E INFRACCIONES CONTRA EL DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL Durante el periodo estudiado, el derecho a la integridad personal de niños y niñas también ha sido violado en reiteradas ocasiones, tanto por los grupos guerrilleros, como por agentes estatales y grupos paramilitares. a) Niñas y niños heridos y mutilados debido a la utilización de armas prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario 1. En Tierraalta, Córdoba una adolescente de 15 años y su bebé de 5 meses resultaron heridos tras pisar una mina antipersonal. La joven perdió su pierna derecha y el bebé recibió esquirlas en varias partes del cuerpo. El hecho sería atribuido presuntamente al Frente 58 de las FARC-EP37. 2. El 9 de abril de 2006, en el departamento de Bolívar, un niño campesino que colaboraba a sus padres en las labores agrícolas, resultó gravemente hedido al pisar una mina antipersonal, también presuntamente sembrada por el grupo guerrillero FARC-EP. Los padres del niño lo trasladaron, de manera inmediata, al hospital del municipio del Carmen de Bolívar, en donde recibió atención médica oportuna. Sin embargo la gravedad de las heridas le ocasionó la pérdida del pie derecho38. 3. El 22 de septiembre de 2005, en la comunidad de Beguidó, en Tierralta, departamento de Córdoba, el niño indígena Luis Javier Domicó, de 15 años de edad, pisó accidentalmente una mina antipersonal; como consecuencia, sufrió serias quemaduras en su extremidad inferior derecha39. 19 b) Niñas y niños heridos en medio del fuego cruzado 1. El 5 de Marzo de 2006, en el municipio de Quibdó, Chocó, la niña Shirley Ochoa Moña y el adulto Diofanor Oqui Valencia, de 23 años de edad, ambos pertenecientes a la comunidad de Unión Nemotá, del resguardo de Negua, resultaron heridos durante presuntos enfrentamientos entre miembros del Ejército Nacional y miembros del grupo guerrillero FARC-EP. Los enfrentamientos tuvieron lugar luego que, aparentemente, algunos miembros de este último grupo ocuparan forzosamente la vivienda de una familia indígena. Los heridos fueron llevados al Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, donde fueron atendidos40. 20 c) Torturas y tratos y penas crueles inhumanos y degradantes El Comité de Derechos del Niño manifestó su preocupación porque las niñas y los niños continúan siendo víctimas de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes. 1. El 17 de mayo de 2005 en Cartagena del Chairá (Caquetá) dos niñas fueron víctimas de tortura sicológica cuando presuntos miembros del Ejército Nacional allanaron ilegalmente su vivienda y en frente suyo torturaron a su padre y lo acusaron de ser guerrillero. Los militares trataron mal a las niñas y a su madre mientras revolcaban y requisaban toda la casa41. Atentados contra la libertad personal Dentro del periodo de estudio, también se han identificado graves casos de atentados contra la libertad personal de niños y niñas en Colombia, entre las que se encuentran la toma de rehenes, las detenciones arbitrarias y la coacción ilegal en el marco del conflicto armado. Aunque, según la versión oficial, los grupos paramilitares se han desmovilizado en el marco de negociaciones con el Gobierno nacional, se siguen presentando casos donde éstos son autores de graves atentados contra la libertad personal de niños y niñas. a) Toma de rehenes 1. El 27 de Enero de 2006 en el municipio de Vista Hermosa, Meta, un niño de tres años de edad, de quien tan solo se sabe que su nombre es Camilo, fue víctima de una toma de rehenes, cuando se en- contraba con su madre, la señora Yeimi Abigail Rueda Colorado. Los hechos de los que fueron víctimas Camilo y su madre son atribuibles a grupos paramilitares que operan en la zona, con la complicidad de la Fuerza Pública. El viernes 27 de enero la señora Rueda Colorado y su hijo de 3 años de edad fueron retenidos y amarrados por paramilitares bajo el mando de “Alias El Tino” en el centro del corregimiento Alto de las Delicias, en Vistahermosa, Meta42. Según la denuncia pública, el Ejército estaba muy cerca del retén paramilitar en el que retuvieron a las víctimas y no hizo nada para impedir esta violación. Las informaciones obtenidas por el Comité Permanente de Derechos Humanos (CPDH), quien hizo la denuncia, indican que la mujer y su hijo fueron trasladados a la vereda La Rochela, donde fue- 21 ron atados y amenazados con armas blancas. Según la misma denuncia, por la fecha en la que sucedieron los hechos, venían realizándose varios retenes por parte de grupos paramilitares a menos de 100 metros de donde se encontraban instaladas tropas del Ejército. Esto ha dado lugar a múltiples desapariciones de campesinos, entre ellos varios menores de edad, sin que la Fuerza Pública oponga resistencia. b) Detenciones arbitrarias 1. El 30 de julio de 2005 en Corinto, Cauca, tropas del Ejército Nacional, Unidades Elite del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA)43, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI), detuvieron arbitrariamente a 20 personas, entre ellas un niño. 22 Durante el operativo, los miembros de la Fuerza Pública y de la Fiscalía estuvieron acompañados por un informante quien escondía su rostro, el cual señalaba a quienes debían ser privados de la libertad. El Ejército nacional allanó las casas de las 20 personas detenidas, lanzando disparos al aire y explosivos. Todos los detenidos, incluido el niño, fueron trasladados a las instalaciones de la III Brigada del Ejército Nacional, con sede en Cali, Valle. El niño y los demás capturados fueron señalados por la Fuerza Pública de ser auxiliadores de grupos guerrilleros44. 2. El 15 de mayo de 2005, en el municipio de Calamar, Guaviare, dos niños de 9 y 10 años, y una niña de 12, que iban a estudiar a la escuela fueron retenidos por miembros la Brigada Móvil 7 del Ejército, quienes no los dejaron llegar a su destino, señalándolos de guerrilleros y ordenándoles que debían suministrar información acerca de las actividades de sus familiares que, según los miembros de la fuerza pública, hacían parte de grupos guerrilleros45. c) Coacción ilegal46 En el sector de Altos de Cazucá, al suroccidente de la ciudad de Bogotá, cuando los jóvenes deciden reunirse para adelantar iniciativas comunitarias, las miradas de los actores armados no demoran en caer sobre ellos: “Acá hay muchas amenazas a los jóvenes, muchos se han tenido que ir y se tienen que ir muy seguido… acá un pelado que no tenga ocupación se convierte en objetivo militar, porque dicen que es un vago… es que la cosa es que cuando hay un grupo de jóvenes que empiezan a reunirse muy seguido eso de una vez tiene todas las miradas encima, de una vez les caen, para bueno o para malo que se estén reuniendo… Cuando son grupos juveniles que se reúnen a hacer cosas, están investigándolos permanentemente; llegan donde estén reunidos, les preguntan a ellos, a los padres a los profesores, a los vecinos… al que sea”. La incursión y persecución paramilitar en la zona no se limita al terreno de las amenazas sino también a involucrar a la comunidad con el objeto de crear un imaginario de “normalización” de su presencia y del tipo de reglas de juego que se imponen: “Los presidentes de las Juntas de Acción Comunal, persiguen a los jóvenes que no están en “orden”, pues sobre ellos (presidentes JAC) recae toda la presión de que las cosas del barrio marchen bien, de las quejas de la gente y todo eso con el interés político… entonces, la única opción que les queda es aliarse con los paras que vienen y les hacen el favor de sacar al que les estorba y ellos se lavan las manos”47. La presencia de paramilitares en Altos de Cazucá no sólo genera muertes violentas, intimidaciones y amenazas para los jóvenes, también los va vinculando de manera directa y diversa al conflicto armado, limitando así las expectativas y posibilidades de vida: “Con los pelados la cosa es difícil, ellos están manejando armas y ahora si que las consiguen fácilmente”. De esta manera, la paramilitarización de la zona no sólo va consiguiendo una normalización de la guerra, sino que además se va convirtiendo en algo deseable, especialmente cuando ofrece oportunidades económicas y sociales, si no mejores, por lo menos distintas. “Es que la cosa con los niños es tremenda, porque ellos ya pueden matar fácilmente… ya no se les da nada ver un muerto y otro y otro, matar es una cosa normal, que les gusta…” 48. Lo que se observa desde el punto de vista psicosocial en esta zona como consecuencia del control paramilitar es que sectores importantes de la comunidad, particularmente los adolescentes, vienen cada vez más siendo controlados a través de las normas explícitas de “convivencia” que impone el grupo armado, creando una profunda fractura de los límites que establecen el ámbito de lo público y lo privado. “Lo público”, en este caso entendido desde la acción del actor armado, entra a mediar las formas más básicas de relación en espacios de “lo privado” como la familia. Es el grupo armado quien define las pautas de castigo y normas para los niños y niñas, las maneras de dirimir los desacuerdos conyugales, las formas apropiadas de vestir y comportarse, que abarcan hasta la censura al uso de minifalda para las niñas. 23 24 Vinculación de niños y niñas a fuerzas de seguridad del Estado y a grupos armados que participan en hostilidades a) Vinculación directa a grupos armados que participan en las hostilidades Colombia es parte de la Convención sobre los derechos del niño y de su Protocolo Facultativo relativo a la participación de niños en los Conflictos Armados, y le son aplicables las disposiciones del derecho internacional humanitario DIH para proteger a la población civil, en especial a la niñez. Estos tratados proscriben la vinculación de niños y niñas a los grupos armados que participan en las hostilidades incluyendo a las fuerzas de seguridad del Estado. No obstante la ratificación de estos convenios, la situación de los niños y niñas víctimas de vinculación a los grupos armados que toman parte en las hostilidades no ha mejorado y por el contrario tiende a agravarse. Durante el periodo de estudio pudo constatarse que continúa la vincula- ción de niños, niñas y adolescentes a grupos armados que toman parte en hostilidades, tanto por parte de grupos paramilitares como de la guerrilla, en incumplimiento de las normas humanitarias y de derechos humanos y de los acuerdos realizados por ellos mismos: en el caso del Ejército de Liberación Nacional (ELN), los firmados en Mainz, Alemania, denominados “Acuerdos de Puerta del Cielo”, en los cuales se comprometió a no reclutar menores de 16 años. En el caso de las FARC-EP, el ofrecimiento dado por esta organización al Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para niños en el conflicto armado, en junio de 1999, donde señaló que no reclutaría más niños y niñas menores de 15 años49. Respecto de los grupos paramilitares, en la Declaración de Paramillo, el 26 25 de julio de 1998, las AUC establecieron que a partir de la fecha no reclutarían a menores de 18 años en sus filas, ni los utilizarían en actividades de inteligencia o vigilancia. Además, en “la declaración por la paz de Colombia”, de noviembre de 2002, este grupo ofreció entregar a UNICEF a niños y niñas “combatientes menores de edad que, habiendo sido liberados de su pertenencia a las fuerzas guerrilleras por las Autodefensas, todavía permanecen en nuestras filas” 50. Sin embargo, hay evidencias de que ninguno de estos acuerdos se ha cumplido. 26 el caso ocurrió en el Medio Baudó, Pie de Pató, en dicho departamento. El 13 de julio de 2006, el GAULA (Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal), detuvo a una niña de 17 años de edad, quien, presuntamente, se encargaba de custodiar a personas secuestradas por las FARC-EP; las autoridades también afirmaron que la niña desempeñaba labores de inteligencia para esa organización52. La OACNUDH, recibió una denuncia según la cual el 9 de junio de 2005, en el municipio de Ricaurte, Nariño, en el resguardo indígena de Pialapi, el grupo guerrillero FARC-EP reclutó un niño indígena del pueblo Awa, de tan sólo 9 años de edad51. Respecto de los grupos paramilitares, el UNICEF ha recibido la denuncia de que grupos paramilitares estaban intentando reclutar niños y niñas para que se desempeñaran en labores de “limpieza social”, ofreciéndoles un salario de algo más de 400.000 pesos -US 150- fijos más un plus por cada víctima que dejaran en el municipio de Soacha, en los límites sur occidentales de la ciudad de Bogotá D.C53. Esa Oficina también ha recibido denuncias de reclutamiento forzado de varios niños indígenas en el departamento del Putumayo, cometidos presuntamente por la guerrilla de las FARC-EP. Esta situación obligó a varias familias a desplazarse forzadamente de la zona, por el temor que sus miembros sufrieran la misma situación. En el departamento de Antioquia, la OACNUDH fue informada de que, a pesar de la supuesta desmovilización de los grupos paramilitares que se encontraban en la zona, entre los meses de junio y agosto de 2005, éstos continuaron con el reclutamiento de jóvenes a sus filas en las Comunas 8 y 13 de la ciudad de Medellín54. UNICEF también ha recibido denuncias similares. En agosto de 2005, un niño y una niña, ambos de 15 años de edad, pertenecientes a las comunidades afrocolombianas que habitan Chocó, fueron reclutados por las FARC-EP; A esas denuncias, los miembros de la Corporación Democracia, organización que formaron los miembros supuestamente desmovilizados del bloque paramilitar, Cacique Nutibara- han afirmado que dichos reclutamientos no son su responsabilidad, contrariando las múltiples afirmaciones de miembros de las comunidades afectadas, quienes señalan lo inverso55. En el departamento de Arauca, la OACNUDH también recibió denuncias en las cuales se señalaba que, en abril de 2005, cuatro niños fueron reclutados por grupos paramilitares56. En Colombia no existen cifras consolidadas sobre la cantidad de niños y niñas que hacen parte de los grupos armados que toman parte en las hostilidades, sin embargo, los datos más conservadores afirman que pueden estar entre 8.000 y 13.00057. Se cree que al menos uno de cada cuatro combatientes de los grupos armados irregulares es menor de 18 años58 y, en ocasiones, esta población puede llegar a ser más de 30% de ciertas unidades armadas59. Sus edades de vinculación oscilan entre los 7 y los 17 años, con un promedio de edad de ingreso de los 13,8 años60. b) Vinculación indirecta: actividades de inteligencia, campañas cívico-militares, de integración y otras de carácter militar Durante el periodo analizado, continua el uso de niños, niñas y adolescentes en actividades de inteligencia, tanto por la guerrilla, como por las fuerzas de seguridad del Estado y los grupos paramilitares. El Comité de Derechos del Niño, en su más reciente informe sobre la situación de la niñez en Colombia, señaló su preocupación por el uso de niños y niñas en actividades de inteligencia, pues los pone en un grave riesgo ante los grupos combatientes, además de ser un acto contrario al derecho humanitario, en particular, el principio de distinción61. Lo mismo fue señalado por la OACNUDH, quien aseguró que “el irrespeto de esos principios es también atribuida a miembros del Ejército por la utilización de niños como informantes” 62. Esa Oficina “tuvo conocimiento de que un niño de 10 años y su padre fueron ejecutados por presuntos miembros del Frente 48 de las FARC-EP. Los hechos ocurrieron en octubre de 2005 en el resguardo de Teteyé, municipio de Puerto Asís el 9 de octubre de 2005. Se presume que el niño era inducido a dar información al Ejército, violando de esta manera el principio de distinción que prohíbe involucrar a los menores de edad en actividades militares” 63. Otra forma de vinculación indirecta de niños y niñas al conflicto armado es mediante la realización de campañas cívico-militares. Uno de los primeros casos denunciados por la Coalición Colombia, se ha venido presentando desde el año 2003, cuando el Ejército Nacional comenzó un programa denominado “Soldado por un día”, que busca “la integración de los niños con el Ejército, a través de actividades lúdicas y la visita de los menores a las instala- 27 ciones militares del país”, y en la cual montan en tanques de guerra, conocen los helicópteros y ensayan maquillaje de camuflado. Esas jornadas incluyeron la visita de 2.000 niños y niñas a los tres batallones del Ejército en Bucaramanga, Santander; la visita de estudiantes de la Escuela “Bohíos de María” en Medellín, Antioquia, al Cuarto Batallón de Artillería; de estudiantes de jardines infantiles al Batallón de Infantería Boyacá, en Pasto, Nariño; y actividades en Cúcuta, Norte de Santander, con una delegación de niños del Táchira, Venezuela, que estaba visitando la ciudad64. En el 2003 la Procuraduría General de la Nación solicitó la suspensión del programa en Arauca, argumentando que (i) el ánimo de hacer que se cuestionen respecto de situaciones sociales y políticas va en contravía con el grado de desarrollo y vulnerabilidad de los niños; (ii) es notorio el riesgo que corren al estar en un sitio que podría ser claramente determinado por los actores armados al margen de la ley, como objetivo militar, y (iii) la principal misión del ejército no es educar a los niños, lo cual no quiere decir que no sea indispensable la presencia de otras instituciones estatales especializadas en la construcción de valores desde la niñez65. 28 El Ejército de Colombia, con leves modificaciones formales, continúa desarrollando el programa, que busca “en- señar los símbolos patrios, la identidad de los soldados e inculcar el sentimiento patrio” en varias zonas del país66. En la página principal del Ejército se encuentra un vínculo para ingresar a un espacio que el ejército ha creado con el objeto de invitar a los niños y las niñas a participar en actividades “lúdicas y educativas” denominado Club Lancita. Allí se hace referencia a una actividad denominada “sé lancita por un día”, la cual parece ser una reproducción del programa de “soldado por un día”; dicha información aun no ha sido colgada en la página. En la página se puede leer: “Desde diferentes partes de nuestro bello país informaremos las visitas efectuadas con mis amigos de Acción Integral Ejército Nacional, las labores que desarrollamos con la comunidad, en especial con los niños y niñas colombianos”67. Además, el Ejército continúa realizando “acciones lúdicas” con niños y niñas a través de sus “jornadas humanitarias”. Recientemente el Batallón de Apoyo y Servicio para el Combate No. 16 ‘Teniente William Ramírez Silva’ adscrito a la Decimosexta Brigada, realizó una jornada con la comunidad con la participación de niños y niñas. En la página web del Ejército señalan: “de igual manera con la población civil se adelantan actividades tocando los puntos más preocupantes en la región como lo son; juventud y niñez, violencia intrafamiliar y desplazamiento por acción de las organizaciones terroristas, haciendo de esta manera una radiografía de las situación actual de Derechos Humanos en el departamento. La finalidad de estas actividades según expreso el Teniente Coronel Ernesto Camacho Díaz Comandante del Batallón de Apoyo y Servicio para el Combate No. 16 ‘Teniente William Ramírez Silva’, es involucrar a toda la población para restablecer el tejido social en las comunidades que han sido golpeadas por las demenciales actuaciones terroristas de los agrupaciones subversivas” 68. Así mismo, la OACNUDH recibió información de un niño que se desempeñaba en el oficio de transportador, quien resultó muerto después de que miembros del Ejército Nacional lo obligaran a transportarlos y se les activara un artefacto explosivo. Los hechos ocurrieron en el municipio de San Pablo, en el departamento de Bolívar69. c) Desvinculación de niños y niñas del conflicto armado Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), estos son los datos de los niños y niñas atendidas por el Programa de reintegración, rehabilitación y reparación de los niños desvinculados: NNA ATENDIDOS POR EL PROGRAMA ICBF 1999 (a partir de noviembre) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 (hasta 30 junio) TOTAL 10 100 196 394 775 684 526 231 2916 De ser confiables las cifras, sólo 15% de niños y niñas que se encuentran en los grupos armados que toman parte de las hostilidades han sido atendidos, significando que la gran mayoría sigue vinculada o que habiéndose desvinculado no ha sido atendida. Cabe recordar que el Comité de Derechos de Niño advirtió que los programas existentes para la reintegración rehabilitación y reparación de esta población son inadecuados70. Respecto al marco legal, aunque existen diferentes instrumentos nacionales e internacionales que otorgan diferentes garantías a los niños y las niñas vinculados al conflicto armado, existen varios hechos que violan dichas normas de protección. d) Marco legal • Legislación interna: Como una manera de proteger a niños y niñas, varios instrumentos y órganos internacionales de Derechos Huma- 29 nos recomendaron la tipificación del delito de reclutamiento en la legislación penal71. En 1997 se creó el delito de reclutamiento de menores -artículo 162 del Código Penal- que castiga a miembros de grupos guerrilleros y paramilitares con una sanción de entre tres y cinco años. Sin embargo, la figura no contempla como autores a los miembros de las fuerzas armadas estatales y ha tenido una incidencia bastante débil72. Entre los miembros de los grupos combatientes contra los cuales se han abierto procesos por tal delito se encuentran un exmiembro de las fuerzas militares que reclutaba en Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, a niños y niñas para el Bloque Centauros de los paramilitares del Meta 73, y Ricardo Palmera, jefe de finanzas de las FARC74. • Legislación internacional: 30 El 5 de agosto del 2002, el Gobierno saliente del Presidente Andrés Pastrana, con el beneplácito del Gobierno que comenzaba, ratificó el Estatuto de Roma, reservando durante 7 años la vigencia de la CPI para crímenes de guerra75. Lo anterior, tiene como uno de los más graves efectos que la CPI no podrá conocer durante tal periodo el delito de reclutamiento de menores de 15 años como crimen de guerra. Esta decisión ha cercenado uno de los más importantes mecanismos de protección de la niñez frente al conflicto armado interno. • Contradicciones: La ley 782 de 2002 establece que el niño o niña desvinculado solo puede ser reconocido como perteneciente a un grupo armado ilegal por el portavoz de dicho grupo, o bien si él mismo prueba dicha pertenencia. Lo anterior presenta serias dificultades, pues cuando algunos niños o niñas huyen no pueden hacerlo con su armamento, cuya entrega, en la mayor parte de las veces, es la única prueba. Además, los portavoces de los grupos han sido reticentes a proporcionar evidencias, pues puede conllevar su procesamiento por crimen de guerra si el combatiente es menor de 15 años de edad. Otra norma que regula la situación de las niñas y los niños desvinculados es la Ley 975 de 2005 –conocida comúnmente como Ley de Justicia y Paz-76. En su artículo 6477 incluye una disposición según la cual la entrega de los niños y niñas que combaten en sus filas no genera la pérdida de los beneficios judiciales para las personas que los han reclutado. La anterior disposición, utilizada por sus defensores bajo la idea según la cual se permitiría más fácilmente la desvinculación de los niños y niñas que hacen parte de los grupos paramilitares, desconoce la normatividad internacional al respecto, según la cual: (i) “la expresión “las peores formas de trabajo infantil” abarca el trabajo forzoso u obli- gatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados” -Convenio 182 de la OIT, relativo a las peores formas de trabajo infantil-; (ii) es un crimen de guerra “reclutar o alistar ninños menores de 15 años en las fuerzas armadas o grupos o utilizarlos para participar activamente en hostilidades” -Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional-; y (iii) “Los grupos armados distintos de las fuerzas armadas de un Estado no deben en ninguna circunstancia reclutar o utilizar en hostilidades a menores de 18 años” -Protocolo facultativo de la Convención sobre los derechos del niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados-. Por último, la Corte Constitucional, mediante sentencia C-203 del 8 de marzo de 2005, se pronunció sobre una demanda en contra del artículo 19 de la ley 975 de 2005, en el cual se estipulaba un tratamiento judicial al niño o niña desvinculado, el cual, según el demandante, atentaba contra su calidad de víctima. El alto tribunal, entre otras cosas, señaló que los niños y niñas desvinculados tienen la condición de víctimas, pero que, a la vez, teniendo en cuenta que pueden ser autores de violaciones contra los derechos humanos o el derecho humanitario, también deben ser juzgados. No obstante, “Su proceso de juzgamiento no es idéntico al de los infractores, comparte la totalidad de las garantías propias de estas actuaciones, pero además debe estar rodeado de especiales garantías apropiadas a su calidad de víctimas del conflicto especialmente protegidas por el Derecho Internacional. … La existencia de responsabilidad de cada niño tiene que ser evaluado en forma individual, con la debida atención a su corta edad, su nivel de desarrollo psicológico, su condición de víctima del delito de reclutamiento forzado; las circunstancias personales y sociales del niño o niña, entre ellas si ha sido, a su turno, víctima de un crimen de guerra; el grado de responsabilidad que cabe atribuir a los culpables del reclutamiento del niño que impartieron las órdenes y la responsabilidad de quienes, además de los reclutadores, han obrado como determinadores de su conducta –entre otras, bajo la amenaza de ejecución o de castigos físicos extremos. … Las medidas a adoptar deben ser especialmente protectivas en razón de su status como sujetos de protección jurídica reforzada. La Corte cita el Estatuto del Tribunal Especial para Sierra Leona que contempla una serie de medidas protectoras. El Estatuto no contempla medidas privativas de la libertad. 31 … Para el caso colombiano, la Corte señala que estos niños y niñas deben entrar en todo caso a un programa especial de desmovilización y reinserción de niños y niñas combatientes, cuyas finalidades deben ser de carácter tutelar, educativo y 32 protectivo. La Corte llama a que exista y cito “una cercana cooperación entre las autoridades judiciales y las autoridades del ICBF encargadas de desarrollar el proceso de protección resocializadora, al cual debe ingresar sin excepción todo menor combatiente desmovilizado” 78. Ocupación y ataques a bienes civiles a) Las escuelas son utilizadas como campo de batalla La OACNUDH señaló que “los grupos armados al margen de la ley continuaron cometiendo ataques contra la población civil que afectaron a la población infantil, incluyendo ataques indiscriminados, vulnerando así la inmunidad de las personas y bienes civiles” 79. El Comité de Derechos del Niño señaló que: “la utilización de escuelas y viviendas, o de lugares cercanos a éstas u otros espacios de concurrencia de población civil como base de operaciones por parte de los actores armados, ha provocado no solamente un grave riesgo para la integridad de los niños y las niñas sino también ha tenido un impacto el derecho a la educación de la población infantil. Esta misma situación fue resaltada por el Comité de Derechos del Niño en su más reciente informe sobre Colombia” 80. En general, los actores del conflicto imponen su ley en las zonas y su estrategia de ocupación o ataque de bienes relevantes socialmente para la comunidad les permite asumir papel como jueces, constructores de la ética pública y determinantes de las dinámicas de relación. El poder que les dan las armas los hace moralizadores y constituye el símbolo, el valor más importante a alcanzar, con una posibilidad muy grande de influencia sobre niños y jóvenes81. Los maestros de las escuelas, en algunas zonas en las que hay permanente presencia de actores armados, denuncian como “cada vez hay más niños, y de menor edad, que abandonan su pro- 33 ceso de formación escolar para participar más activamente en la guerra” 82. El más reciente informe de la OACNUDH describió los siguientes casos: El 14 de abril de 2005, las FARC-EP- EP atacaron la cabecera municipal de Toribío, Cauca. Durante el ataque, se lanzaron cilindros de gas y se utilizó la escuela como base para atacar a la Policía. El ataque provocó la muerte de dos menores de edad, cinco heridos de gravedad y la destrucción total y parcial de varias casas. En una visita realizada por la Oficina a la zona se pudo constatar que la Defensoría del Pueblo advirtió con anterioridad sobre la inminencia del ataque, sin lograr respuesta efectiva por parte del Comité Interinstitucional de Alerta Temprana (CIAT). 34 Los ataques ocurridos en 2005 en el Cauca, en los municipios de Caldono y de Toribío, así como en El Tarra, Norte de Santander, y en Puerto Guzmán, Putumayo, son representativos de ataques contra la población civil y ataques indiscriminados atribuidos a las FARC-EP-EP, con serias consecuencias sobre personas y bienes civiles. Particularmente graves fueron los casos que afectaron a niños y niñas por la utilización de escuelas como base de operaciones o por su cercanía al objeto de ataque. Asimismo, la Oficina hizo notar que en Toribío no debieron haberse construido instalaciones de la fuerza pública como las existentes en medio de una concentración de civiles. La Oficina también registró un ataque con cilindros de gas a la población civil en Cumbitara (Nariño) donde resultaron heridos tres civiles uno de ellos menor de edad. Los hechos ocurrieron en febrero de 2005 y fueron atribuidos a miembros del ELN. La oficina en Colombia pudo observar un mayor esfuerzo por parte de la Fuerza Aérea en la consideración de los riesgos para la población civil en la planeación de sus operaciones. Sin embargo, la Oficina tuvo información sobre ataques indiscriminados desde helicópteros del ejército, como sucedió el 22 de febrero de 2005, en el área rural del corregimiento de San José de Apartadó (Antioquia), en inmediaciones de las Veredas Bellavista, Alto Bonito y Buenos Aires. Estos ametrallamientos pusieron en riesgo a más de 200 campesinos que habitan dichas veredas, incluyendo población infantil” 83. Asimismo, en las misiones de verificación realizadas por la Coalición Colombia a los departamentos de Chocó y Putumayo, se pudo evidenciar, como una constante, la ocupación por parte de miembros del Ejército Nacional de las escuelas, particularmente, aquellas que quedan ubicadas en las zonas rurales. En la escuela de Piedra Honda, Chocó, los docentes denunciaron que el Ejército se ubica en las instalaciones y sólo las desocupan cuando van a dar las clases. No obstante, el retiro de las tropas no es una constante, pues en el departamento del Putumayo –así como en otras zonas de Chocó- varios docentes denunciaron que la presencia de los militares en la escuela cuando ésta está funcionando, causa que los niños y niñas no presten atención a los conocimientos impartidos, además de aumentar el riesgo de ser atacados por los grupos enemigos –en este caso, guerrilleros84. La escuela del corregimiento de Tutunendo, municipio de Quibdó, Chocó, fue ocupada dos veces por la Brigada Móvil del Batallón Manosalva Flórez en abril y mayo de 2006, por aproximadamente 30 uniformados, que permanecieron una semana la primera vez y tres días en la segunda ocasión. Al respecto los niños manifestaron: “estamos de acuerdo con que ellos estén en el pueblo porque es su deber, pero deben estar más retirados es que si llega otro grupo, uno enemigo nos matan a todos juntos, ellos se pueden cuidar pero no- sotros no”;”es que los soldados tiene con que defenderse, nosotros no”. b) El ataque y la utilización de otros bienes civiles pone en riesgo a los niños y niñas El UNICEF recibió una denuncia según la cual, durante el ataque de la fuerza pública en “La María”, en el municipio de Piendamó, Cauca, en mayo 2005, un puesto de salud fue destruido por los policías y el ejército; medicamentos y equipos médicos destruidos; el puesto de salud fue objeto de lanzamiento de proyectiles con gases desde el día anterior 85. Durante la misión a Chocó realizada por la Coalición Colombia al Alto Atrato, en mayo de 2006, se verificó la toma del centro de salud por parte de la Policía en la cabecera municipal. Durante el recorrido se pudo observar a varios niños con los soldados dentro de las garitas. Al respecto un miembro del consejo comunitario manifestó: “El consejo les pidió que desalojaran porque la comunidad necesita el centro de salud y les respondieron con una carta diciendo que no se van hasta que no construyan la estación de policía. El problema es que esa plata se la robaron. A la gente no le parece bien la presencia de la policía. Se opusieron a que el comando estuviera allí porque está en medio 35 de las casas de la comunidad. La gente no está de acuerdo con la policía. Inclusive, “ayer un soldado hizo una ráfaga que le causó miedo a la gente. Esa 36 presencia genera miedo y hace que la gente se baje de ahí a la parte baja. Mucha gente permanece allí de día y se baja de noche” 86. Violaciones e infracciones del derecho a la libertad sexual A partir de la información consignada en este capítulo se identificaron las siguientes tendencias en materia de violencia sexual en contra de las jóvenes y las niñas en el marco del conflicto armado: • La violencia de género en contra de las jóvenes y niñas se ha hecho habitual en el marco del conflicto armado; • El conflicto ha incrementado el riesgo para las niñas y adolescentes de ser víctimas de diferentes formas de violencia de género; • Las guerrillas, los paramilitares y la fuerza pública continúan cometiendo actos de violencia sexual en contra de las jóvenes y niñas; • Hay un aumento de denuncias de actos de violencia sexual cometidos por funcionarios estatales, en especial por la fuerza pública • Las jóvenes que se relacionan sentimentalmente con algún actor armado son señaladas y atacadas por los grupos contrarios • Las modalidades de violencia son utilizadas como instrumento para intimidar e impartir terror a las comunidades provocando desplazamientos forzados; • Hay muy pocas denuncias de violencia sexual por temor o desconfianza en la efectividad del aparato judicial o en las represalias que puedan tomar los agresores; • La presencia de grupos armados en las comunidades genera un incremento del abuso sexual, embarazos a temprana edad, contagio de enfermedades de transmisión sexual y abandono de las jóvenes y niñas en estado de embarazo; 37 • Las niñas vinculadas a los grupos armados son víctimas permanentes de diversas formas de violencia sexual como esclavitud sexual, anticoncepción forzada y abortos forzados. a) La violencia de género en contra de las jóvenes y niñas se ha hecho habitual en el marco del conflicto armado Las mujeres y niñas continúan siendo víctimas principales de violencia sexual en Colombia. Durante el primer semestre de 2005, la oficina regional noroccidente de Medicina Legal en Medellín practicó 413 exámenes por alguna forma de agresión sexual. Estas cifras muestran que por lo menos dos mujeres fueron víctimas de violencia sexual al día. “Del total de mujeres examinadas, 149 tenían evidencias de penetración del órgano sexual masculino y 56 habían sido violadas por otros medios. Un asunto importante de resaltar es que 342 mujeres eran menores de 18 años y de ellas 293 eran menores de 15 años, lo que significa que el 82% de las mujeres agredidas sexualmente eran menores de edad y el 70% niñas con menos de 15 años” 87. 38 La violencia contra las niñas y las jóvenes en el contexto del conflicto armado continúa siendo un factor de preocupación. En su visita a Colombia en 2002, la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, Sra. Radhika Coomaraswamy, pudo constatar el grave impacto del conflicto armado en las mu- jeres y las niñas y recibió testimonios impactantes acerca de las diversas formas de violencia de género y violencia sexual de las cuales son víctimas. En su Informe la relatora especial señaló cómo “la violencia contra la mujer (...) en particular la violencia sexual perpetrada por grupos armados, se ha vuelto habitual en medio de un conflicto que degenera paulatinamente y de la falta de observancia del derecho internacional humanitario. Algunas veces se cometen esos actos violentos al mismo tiempo que se perpetran matanzas o como manera de aterrorizar a las mujeres y a las comunidades” 88. Hoy, cuatro años después de su visita, la situación no ha variado y por el contrario se ha recrudecido. La Relatora sobre los Derechos de la Mujer de la CIDH, Sra. Susana Villarán, en si visita a Colombia en 2005 concluyó que “el conflicto armado ha profundizado la discriminación y violencia que históricamente han sufrido las mujeres. Las necesidades específicas de éstas todavía no reciben una atención integral de parte del estado colombiano y sus voces no son efectivamente incorporadas en el diseño de políticas públicas para remediar el impacto especial del conflicto armado en ellas” 89. La violencia sexual contra las jóvenes y las niñas es una práctica recurrente por parte de todos los grupos combatientes en el país. Guerrillas, grupos paramilitares y fuerza pública continúan realizando acciones que atentan contra la integridad personal de las mujeres afectando gravemente sus derechos sexuales y reproductivos y haciendo cada vez menos factible que las jóvenes y niñas puedan gozar del derecho a tener una vida libre de violencia. Al respecto Amnistía Internacional, a partir de su Informe Cuerpos marcados crímenes silenciados, concluyó que “en el curso de los 40 años del conflicto colombiano, todos los grupos armados –fuerzas de seguridad, paramilitares y guerrilla– han abusado o explotado sexualmente a las mujeres, tanto a las civiles como a sus propias combatientes (...) Las mujeres y niñas son las víctimas ocultas de esa guerra” 90. La Mesa de trabajo Mujer y conflicto armado en Colombia, la cual ha realizado un importante trabajo de seguimiento a las recomendaciones formuladas al Estado en 2002 por la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, ha registrado casos de violencia contra niñas y mujeres jóvenes por parte de los grupos armados que toman parte directamente en las hostilidades. En su informe 2005 reseñaron varios casos que dan cuenta de la gravedad de la situación: Se encuentra el caso de una niña de 15 años:“[l]os papás trabajaban todo el día y la dejaban encargada de la casa, luego uno de los miembros de un grupo armado se hizo novio de ella, después la obligaron a que fuera novia de otro, la maltrataban, llegaba golpeada a la casa, los papás también la maltrataban al ver que no respondía con el oficio de la casa y luego ella se suicidó. Se tiene conocimiento de que los actores armados han inducido a la prostitución a varias jóvenes. Una mujer de Cazucá explica que las contratan para vender tintos en las calles como una forma de camuflar esta actividad. Igualmente manifiesta que las niñas son utilizadas como “cebos sexuales” para facilitar los homicidios selectivos” 91. En general, la violencia contra las mujeres, niñas y jóvenes por parte de los grupos armados tienen tres causas a saber:“1) por relacionarse con los que consideran el adversario, bien sea porque les prestan servicios de cocineras, lavanderas, compañeras sexuales o simplemente por hablar con el oponente, o ser parientes de ellos; 2) por desafiar prohibiciones impuestas por los grupos armados, como no usar determinado tipo de ropas, asistir a fiestas o reuniones sociales, socorrer a heridos durante combates o ir a preguntar por sus detenidos, sus muertos o sus desaparecidos; y 3) por ser consideradas un blanco útil a través del cual pueden humillar al enemigo” 92. A pesar de que las organizaciones de la sociedad civil y las agencias de Naciones Unidas con presencia en Colombia cuentan con testimonios y casos graves de violencia contra las mujeres y las niñas, el Estado no cuenta con un registro estadístico confiable 39 sobre estos hechos. En muchos casos la información no aparece desagregada por sexo y edad y en otros la información ni siquiera llega a manos de los funcionarios públicos por temor a la denuncia o desconfianza en la eficacia de la administración de justicia. Se han registrado casos en los cuales las autoridades al momento de realizar las necropsias de los cuerpos de mujeres víctimas de masacres o ejecuciones extrajudiciales, a pesar de encontrar en los cuerpos marcas que evidencian violencia sexual, se han limitado a registrar solo la muerte invisibilizando los vejámenes a que fueron sometidas estas mujeres y niñas antes de ser ejecutadas93. b) El conflicto ha incrementado el riesgo para las niñas y adolescentes de ser víctimas de diferentes formas de violencia de género Los niños y las niñas han sido afectados por el recrudecimiento del conflicto armado: sea por la presión constante de los diferentes actores armados, o por la ausencia de políticas claras por parte del gobierno para la solución de sus problemas. Una de las afectaciones más relevantes dentro de esta realidad es la violencia contra las mujeres, en particular contra las niñas. 40 La violencia y discriminación contra las niñas y adolescentes tiene un impacto dramático en su mundo emocional, individual, relacional y social, por lo cual es necesario un esfuerzo decidido para comprender las especificidades que en el conflicto aumentan la vulnerabilidad de las niñas, para evitar un empeoramiento de condiciones históricas de desventaja relativas al género, avanzar en el ejercicio de realizar los derechos de las niñas y prevenir el daño psicosocial que entraña la violación de los mismos94. Aunque el Gobierno Nacional señala que, gracias a la política de “seguridad democrática”, las condiciones de seguridad en el país han mejorado, se observa que las violencias, incluyendo la violencia sexual contra niñas, son más frecuentes donde la presencia militar es más fuerte95. Si bien esta violencia ha estado presente en el conflicto armado interno mucho antes del actual gobierno96, la militarización de la vida civil que, como consecuencia de la política de seguridad, han sufrido un sinnúmero de poblaciones, ha llevado a que las violencias se incrementen97. En las zonas donde la Coalición tiene presencia, como Arauca, Altos de Cazucá, Putumayo y Chocó, las comunidades en reiteradas oportunidades han manifestado su preocupación por la creciente militarización de las zonas, ya que esto ha traído como consecuencia presiones de los miembros de las Fuerzas Militares sobre las adolescentes para establecer relaciones sentimentales con ellos. Esto ha forzado el desplazamiento de muchas familias para no ser objeto de retaliaciones98. Ejemplo de ello son algunos de los hechos registrados por la Coalición Co- lombia durante la misión de verificación de la situación de los niños y niñas en el marco del conflicto armado a la zona del Alto Atrato, Chocó, en mayo de 2006, la cual contó con la participación de UNICEF y ACNUR. En ella se recogieron testimonios acerca del impacto en la comunidad, en especial en las niñas y mujeres jóvenes, de la presencia de los grupos armados. En la cabecera municipal las niñas se la pasan dentro de las garitas, que son una especie de refugio en donde permanecen los soldados, y por $ 2.500 y $5.000 tienen relaciones sexuales con los policías o los militares. Las formas de conquista van desde el ofrecimiento de dinero hasta la compra de bienes como ropa, accesorios y celulares, entre otros99. Otra de las prácticas recurrentes de los grupos armados es la imposición de códigos de conducta, particularmente por parte de los grupos paramilitares, que obligan a las niñas a vestir y a comportarse de una manera específica afectando su derecho al libre desarrollo de la personalidad. Las jóvenes o niñas que se rehúsan a seguir dichos códigos pueden ser señaladas como objetivo militar o ser víctimas de otros actos de violencia:“Cuando los paramilitares entraron sacaron listas de personas en los postes. Las acusaban de vicio. Dicen que por lesbianas y homosexuales, o por que son mujeres infieles [...] Han prohibido que las muchachas lleven ombligueras y descaderados” 101. Un testimonio de uno de los líderes de la comunidad ilustra de manera palpable la situación antes descrita: La imposición de códigos de conducta por grupos paramilitares ha crecido por la convivencia que, en muchos lugares del territorio, tienen con la Fuerza Pública102. En zonas donde la presencia militar se ha incrementado -como Altos de Cazucá en Cundinamarca, y otras zonas en Arauca, Bolívar y Antioquiatambién han aumentado las denuncias de la población por restricciones a sus libertades sexuales103. “Las muchachas tienen relaciones cercanas con los combatientes (legales e ilegales), les gusta la protección y el uniforme, “a las muchachas les gustan los regalos y la gaseosa que les dan los soldados”. La problemática de embarazos tempranos tiene un fuerte componente cultural, es normal; lo que se nota recientemente es que se establecen relaciones afectivas con soldados que se mueven y no asumen su paternidad (…) Lo que pasa es que tienen hijos y los trasladan y por eso no se hacen cargo (los Militares)” 100. c) Las guerrillas, los paramilitares y la fuerza pública continúan cometiendo actos de violencia de género en contra de las jóvenes y niñas Las mujeres jóvenes y las niñas continúan siendo víctimas de violencia y discriminación de género y sus derechos 41 siguen siendo afectados por causa del conflicto armado. “De las formas de violencia registradas por la Oficina en el transcurso de 2005, la violencia sexual y los homicidios contra mujeres fueron los más recurrentes. Las más afectadas por estas formas de violencia fueron mujeres y niñas campesinas, indígenas, afrocolombianas, desplazadas, que han retornado a su lugar de origen o que viven en comunidades bloqueadas” 104. “Los atentados contra la dignidad personal y otros atentados contra el pudor contra mujeres y niñas por parte de los grupos armados al margen de la ley continuaron registrándose en distintas zonas del país, generalmente acompañados de toma de rehenes, torturas, desplazamientos, desnudez forzada y otras formas de agresión física, sexual y psicológica” 105. 42 En este aspecto, ha habido un aumento de denuncias de actos de violencia sexual contra mujeres y niñas por parte de servidores públicos, en particular miembros de la Fuerza Pública. Se registraron casos de violencia sexual, incluyendo violaciones, y de torturas contra mujeres atribuidas a miembros de la Policía y del Ejército, en ocasiones de manera grupal. Varios de estos actos afectaron a mujeres indígenas, y muchos ni se investigan. Esta situación fue resaltada por el Comité de Derechos del Niño en su último informe sobre Colombia106. La OACNUDH recibió información acerca de un caso de violencia sexual en agosto de 2005, contra una joven indígena, por acceso carnal violento, atribuido presuntamente a un miembro del Batallón N.º 3 de Artilleros, en Puracé (Cauca)107. En cuanto a los grupos paramilitares, la OACNUDH señaló en su informe que “[l]as mujeres y las niñas han continuado siendo víctimas de los grupos paramilitares, en particular por actos de violencia sexual. Entre éstos pueden señalarse el secuestro y violación de una defensora de derechos humanos en Nariño, y de dos niñas hermanas en Tierralta (Córdoba), atribuidas a desmovilizados del Bloque Catatumbo de las AUC ” 108. La OACNUDH registró en su Informe de 2005 varias denuncias de distintas formas de violencia sexual atribuidas a miembros de los grupos armados ilegales y a personas supuestamente desmovilizadas de grupos paramilitares. En junio de 2005, tres hombres vestidos con prendas militares y con armas largas, presuntamente miembros de un grupo paramilitar, abusaron sexualmente de dos niñas, delante de sus familiares incluyendo a los niños, en Tierralta, Córdoba109. “Algunas de las referencias a los casos de violencia sexual, en los que se cree los agresores fueron desmovilizados, son las siguientes: Las violaciones ocurren sobre todo en los bailes. Esos casos no se investigan. Se sabe como de 5 mujeres y niñas violadas y asesinadas. Antes se presentaban esos casos y ahora otra vez se están presentando. Es gente de la misma zona, pero la gente no dice nada porque tiene miedo. Dicen que la señora conocía al hombre y tiene miedo, por los hijos, que ellos vayan a estar reclamando. La gente pasa lo que pasa y queda calladita” 110. La situación del departamento de Córdoba es un claro ejemplo de cómo personas supuestamente desmovilizadas de los grupos paramilitares continúan ejerciendo actos de violencia sexual en contra de las niñas y las jóvenes: “Los casos de violación acá, en el mes de agosto hubo 3 casos de violación de menores. La mayor de esas tres niñas tenía 14 años, las otras tenían una 12 y la otra 11… Eso nos sorprendió enormemente por que acá eso no se había dado… antes no ocurría. Bueno, los casos de acceso carnal siempre se han dado pero no así como tan rápido y bajo las mismas circunstancias, porque ellas fueron sometidas, forzadas, casi delante de sus padres fueron violadas, entonces es algo como bastan- te, bastante impactante… Los casos son similares. Llegan un poquito avanzada la noche, se llevan a las menores, las violan y las regresan y a los padres los intimidan con armas… las personas estaban encapuchadas”111. En cuanto al grupo guerrillero FARCEP, miembros de este grupo armado han agredido sexualmente a mujeres y niñas que habitan zonas en donde dicho grupo tiene presencia. No acatar la prohibición de entablar relaciones con miembros de las fuerzas de seguridad o de grupos paramilitares se ha castigado en algunas ocasiones con violación e incluso muerte112. Además, las adolescentes que se involucran sentimentalmente con algún miembro de un grupo combatiente son señaladas y amenazadas por los grupos contrarios: “Uno mira niñas desde 12 años en adelante, embarazadas. Los actores armados, unos y otros, se aprovechan de eso para convidarse a las niñas y llevárselas. Tristemente, después de que ya están embarazadas, si las niñas están con el Ejército o la Policía, la guerrilla las mata, y si están con el contrario, también” 113. d) Las amenazas de violencia de género son utilizadas como instrumento para intimidar e impartir terror a las comunidades Además de perpetrar estos actos en contra de las mujeres jóvenes y niñas, 43 los grupos armados utilizan como estrategia para someter a las comunidades y en especial a las mujeres, las amenazas de violencia sexual. “Un caso particular son las amenazas e intimidaciones de advertencias específicas: ‘si las jóvenes están después de las diez de la noche en la calle, serán violadas y tomadas por los paramilitares que viven en el barrio Humberto Valencia y sus alrededores’, según comentario de una mujer de la localidad de Bosa” 114. pación por esta situación y señaló: “el Comité toma nota con preocupación de que los niños pertenecientes a grupos vulnerables, como los desplazados internos o los que viven en la pobreza, están más expuestos a la explotación sexual y a la trata”. Según información de la OACNUDH, en marzo de 2005 se atribuyó a un grupo paramilitar la ocupación del pueblo Corazón de Jesús y posteriormente de Caimanero (Chocó), donde instalaron dos retenes para controlar la movilización por el río Bojayá, amenazando a los pobladores de la región con violarlos o asesinarlos si no daban información acerca de la guerrilla115. “Que no sólo llegaban trabajadoras sexuales a la Zona de Ubicación transportadas en taxis contratados para el efecto, también se sabe de buses con jovencitas escolares provenientes de Montería y Tierralta. La proliferación de celulares y su posesión por parte de las adolescentes suscita la idea de que es a partir de estos aparatos que ellas son contactadas por los desmovilizados para encuentros sexuales a cambio de algunas dádivas: el propio celular, ropa, comida. En Tierralta se dice que los negocios que más han proliferado son los bares. «Ellos hasta promocionan cuando hay nuevas chicas por la calle. Aquí hay un sito que se llama Pasión de Gavilanes, ‘que no, que chicas nuevas’, uno escucha perifoneando por las calles, con volantes, con perifoneo por las calles de que hay chicas nuevas”116. e) La situación de conflicto armado ha propiciado la trata y la explotación sexual de niñas y mujeres jóvenes La situación de conflicto armado exacerba las diferentes formas de violencia en contra de los niños y las niñas, en especial la explotación sexual y la trata de personas por parte de los grupos armados y de bandas asociadas a estos grupos. 44 En sus observaciones finales sobre Colombia de 2006 el Comité de los Derechos del niño manifestó su preocu- En la zona de ubicación de Tierra Alta, Córdoba, donde los grupos paramilitares tienen su sede principal de negociación con el Gobierno nacional, se evidenció lo siguiente: En dicha zona la concentración de aproximadamente 400 hombres atrajo a muchas mujeres en condiciones de vulnerabilidad, especialmente por su situación socio económica. Incluso se registraron casos de personas que recibieron órdenes de ir buscarlas a Montería o a Tierralta a cambio de una contraprestación económica. “Recogen mujeres jóvenes de 12, 13, 14 años y las llevan a la Zona de Concentración un fin de semana y hay gente que vive de eso, jóvenes que viven de eso. Hubo tolerancia ante el ingreso frecuente de mujeres solicitadas por los excombatientes. (…) Parece que, en efecto, buena parte del comercio sexual fue desarrollado por trabajadoras sexuales. No obstante, se obtuvo información sobre adolescentes de colegios de barrios de estrato 1 y 2 que se dirigieron a la zona a «rebuscarse unos pesos” 117. El 3 de enero de 2005, el programa de televisión Primer Impacto presentó un reportaje titulado “Porno Mariners”, el cual narra que en octubre del 2004 miembros de la Marina y contratistas de EEUU que prestan asesoramiento militar en la base militar de Tolemaida, Tolima, sometieron a tres niñas a una sesión de vejaciones sexuales, que fueron grabadas en video y comercializadas en el municipio de Melgar, Tolima. Preocupa que las autoridades afirmen no tener conocimiento de los hechos118, a pesar de haber sido difundidos por medios de comunicación masivos, por lo cual son de dominio público. Además, estos militares extranjeros no pueden ser juzgados en Colombia, pues existe un convenio desde 1962 con el gobierno de EEUU en el cual se prohíbe que éstos sean llevados a juicio por crímenes cometidos dentro del territorio nacional119; éste convenio se fortaleció por un acuerdo realizado respecto a la inoperancia de la CPI cuando se presenten casos similares. La respuesta estatal frente a la explotación sexual es muy limitada. El Plan Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Joven Trabajador 2003-2006, sólo aborda el tema de la explotación sexual infantil al mencionar las peores formas de trabajo infantil, pero no presenta estrategias claras para combatirla; tampoco existe un programa que dé cuenta de la falta de atención hospitalaria a esta población, siendo que en muchos casos sufre enfermedades de transmisión sexual120. Según el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), aunque la ley penal es clara en sancionar a los responsables de dicha explotación, los niveles de impunidad en este delito son bastante altos121. La Defensoría del Pueblo ha señalado que mientras “falta un trabajo más eficaz de las autoridades de seguridad del Estado…en el seguimiento de las redes de prostitución infantil y en 45 la captura y sanción de los culpables de la explotación”, hay niños y niñas víctimas de la explotación sexual que son institucionalizados en centros para infractores de la ley penal, en ciudades como Pereira y Barrancabermeja122. f) Las niñas vinculadas a las filas de las guerrillas o los grupos paramilitares son víctimas de violencia de género Las niñas vinculadas a las guerrillas y los grupos paramilitares son víctimas frecuentes de actos de violencia sexual que ponen en riesgo su integridad física y emocional así como también su vida. Las prácticas al interior de los grupos armados demuestran el grave riesgo en que se encuentran las niñas combatientes de ser víctimas de violencia sexual. 46 “La esclavitud sexual continuó siendo una práctica que afectó los derechos de las mujeres y las niñas, estas últimas casi siempre reclutadas desde los 12 años para dicho fin. Esta práctica está generalmente acompañada de anticoncepción y aborto forzados. Esas situaciones plantean igualmente un alto riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual o VIH. Se atribuye particularmente a las FARC-EP la responsabilidad de reclutamiento de niñas, forzando el uso de anticonceptivos y la práctica compulsiva de pruebas masivas de VIH, y esclavitud sexual de mujeres y niñas” 123. Las jóvenes guerrilleras tienen muy pocas posibilidades de decidir tener hijos. Se exige el uso de anticonceptivos a las guerrilleras de hasta 12 años de edad, con frecuencia mediante la inserción de dispositivos intrauterinos (DIU) por parte de las enfermeras. Es más, las jóvenes de las FARC-EP que se quedan embarazadas tienen que abortar casi invariablemente. Aunque la UC-ELN parece más dispuesta a tolerar los embarazos, está claro que, como mínimo, se desaconseja enérgicamente dicha posibilidad124. En general, la vida sexual es un tema crítico que empieza desde muy temprano, hay promiscuidad y abuso de comandantes que buscan a las más jóvenes como sus compañeras sexuales. Las niñas terminan siendo propiedad de los guerreros, como lo sugieren en un documento reciente sobre violencia y género los investigadores e investigadoras de la Universidad de los Andes. El siguiente relato ejemplifica en algún sentido lo que sucede en los grupos armados: “La vida de Adriana también ejemplifica, tristemente, esta situación de violencia permanente. Ingresó a las Farc a los 14 años. A los tres meses ya se había conseguido un “marido’ 30 años mayor que ella, que murió apenas tres meses después en un combate. Luego tuvo un devaneo con un muchacho que a la postre resultó infectado con una enfermedad venérea. Adriana fue acusada de haberle transmitido el mal, e inclusive fue señalada por uno de sus compañeros como una “infiltrada” del enemigo. Se salvó de ser juzgada, pero la sancionaron con cinco viajes de leña diarios por tres meses. Al cabo de este tiempo, cuando sus superiores consideraron que ya estaba reformada, le hicieron la hoja de vida en el computador, lo que significaba que formalmente hacía parte de la nómina de las Farc. Hacía poco había iniciado una relación con ‘Richard’, un hombre que rondaba los 50 años y era mando de una compañía de unos 54 guerrilleros. En adelante, ella se convirtió en su ‘mujer’, tuvo derecho a una mejor arma -un fusil M16- y una vida con menos sacrificios que las de sus compañeras. Aunque iba a los combates, nunca estaba en la primera línea, y no tenía que cargar morral, pues a ‘Richard’ siempre lo acompañaba una mula. Eso sí, debía inyectarse cada mes, obligatoriamente, un anticonceptivo. Hasta que las operaciones militares impidieron que llegara la droga, y vinieron el embarazo y el aborto” 125. g) La salvaguarda de siete años del Estatuto de Roma y la legislación interna aplicable al tema, generan condiciones para que crímenes de violencia de género queden en la impunidad Si bien el Estado Colombiano ha avanzado en la adecuación de la normativa interna a los postulados del derecho internacional de los derechos humanos en materia de protección a las mujeres y las niñas, existen graves obstáculos que limitarán la vigencia real de estas normas generando impunidad de la violencia sexual cometida contra las niñas y las jóvenes en el marco del conflicto armado. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional caracteriza las diversas formas de violencia sexual como crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. La violencia sexual pude adoptar forma de violación, esclavitud sexual, prostitución, embarazo forzado, esterilización y anticoncepción forzada y otros abusos sexuales de gravedad similar. No obstante, aunque Colombia ratificó el Estatuto de Roma lo hizo bajo una salvaguarda que postergó su aplicación, en el caso de crímenes de guerra, por un lapso de siete años126. Por otro lado, en la Ley de Justicia y Paz no se incorporaron los estándares señalados por el Estatuto de Roma127. Si bien el tema de la conservación y publicidad de los archivos fue incorporado de manera adecuada en la ley, acogiendo las disposiciones del 47 Estatuto de Roma, estableciendo que “en todo caso se deberán adoptar las medidas necesarias para resguardar el derecho a la intimidad de las víctimas de violencia sexual y de las niñas, los niños y adolescentes víctimas de los grupos armados al margen de la ley, y para no provocar más daños innecesarios a la víctima, los testigos u otras personas, ni crear un peligro para su seguridad”, dados los escasos niveles de credibilidad en la administración de justicia en el país, cabe la duda de sus posibilidades de aplicación128. “[B]ajo estas condiciones, y teniendo en cuenta el escaso volumen de investigaciones que se van a realizar, y que un número significativo de desmovilizados buscará acogerse al procedimiento del Decreto 128, son pocas las posibilidades de que sean investigadas las violencias cometidas contra los derechos de las mujeres y las niñas en el contexto del conflicto armado. En particular las relacionadas con la violencia sexual, si se toma en consideración la experiencia que se tiene de la actuación de la administración 48 de justicia en estos casos y de la actitud de los combatientes –y en no pocas ocasiones de operadores/as de justicia, que consideran estas conductas como naturales y que cuentan con aceptación social” 129. Al respecto, el Comité de los derechos del Niño en sus observaciones finales sobre Colombia recomendó al Estado: “f) (…)Se debería recabar asesoramiento jurídico del ACNUDH sobre cómo integrar en el marco jurídico de las negociaciones de paz normas mínimas de derechos humanos y una perspectiva de los derechos del niño, prestando especial atención a los principios básicos de la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas. g) Estudie la retirada de su reserva durante un período de siete años al Estatuto de la Corte Penal Internacional sobre la jurisdicción de los crímenes de guerra, que en la actualidad bloquea la exigencia de responsabilidades a los responsables (…)”130. Bloqueo de suministros y servicios básicos En este capítulo, las tendencias identificadas son las siguientes: • Los bloqueos de víveres, combustible y otros bienes de consumo han sido una estrategia utilizada por todos los grupos armados que toman parte en las hostilidades para presionar y amedrentar a las comunidades • Los bloqueos han afectado gravemente la salud de las comunidades y en especial los niveles de nutrición de los niños y niñas. En los casos más dramáticos, estos han generado la muerte de niños y niñas por inanición o porque no pudieron acceder a la atención médica necesaria a causa del bloqueo. • El aumento del pie de fuerza y la presencia constante de los grupos armados en los territorios de las comunidades ha restringido su acceso a los cultivos y plantaciones, y han limitado el ejercicio de diversas actividades económicas como la pesca y la minería, las cuales son determinantes para la subsistencia de estas comunidades. • Las misiones humanitarias han sido amenazadas por los grupos armados y han encontrado obstáculos para acceder a ciertas zonas, lo cual ha traído como consecuencia que las comunidades no tengan acceso a estas ayudas de emergencia agravando aun más su situación de vulnerabilidad. • Las fumigaciones de cultivos destinados para uso ilícito son una estrategia de guerra ejecutada por el Estado que afectan la salud y la vida digna de las comunidades objeto de dichas fumigaciones. Sus cultivos de productos alimenticios y animales domésticos son intoxica- 49 dos o destruidos lo cual obstaculiza su acceso a una alimentación adecuada y afecta su salud. • Las fumigaciones son causa de desplazamiento de las comunidades afectadas por las mismas. a) Los bloqueos a las comunidades han sido una práctica recurrente por parte de los grupos armados que toman parte en las hostilidades • Fuerza pública Desde el 2002, ha aumentado el número de comunidades afectadas por el bloqueo al suministro de bienes básicos para la población civil como alimentos, medicamentos y combustible, en la mayoría de los casos por la Fuerza Pública y los grupos paramilitares, con el argumento de que las comunidades abastecen a los grupos guerrilleros, aunque también se registran casos similares cometidos por las guerrillas. Al menos 70 poblaciones, principalmente en los departamentos del Putumayo, Antioquia, Sucre, Magdalena, Casanare, La Guajira, Caquetá, Chocó y Meta, han sido afectadas131. 50 Durante 2005 se continuaron registrando amenazas e imposición de restricción a la circulación de personas y al transporte de mercancías por parte de los grupos armados contra la población civil. Muchas de estas situaciones afectaron gravemente a la población civil, incluyendo el acceso a productos de primera necesidad. En algunos casos, esas acciones provocaron el bloqueo de las comunidades132. Se calcula que el conflicto armado ha afectado de otras maneras la vida de los niños y niñas de esas comunidades. En los últimos 3 años se calcula que 120 de ellos han muerto por enfermedades prevenibles, la mayor parte de las veces debido a bloqueos del ejército y grupos paramilitares, que impiden la entrada de medicinas y vacunas. Estos actores afirman que los pueblos indígenas no necesitan las medicinas, sino que las transportan para dárselas a los grupos insurgentes, que también les presionan para que se alíen a ellos. Los bloqueos provocan mayor desnutrición y enfermedades, afectando de manera especial a niñas y niños. “Tanto las fuerzas armadas regulares como los grupos armados no adscritos a éstas ponen trabas al aprovisionamiento de alimentos y medicamentos de primera necesidad, lo cual es causa de elevados niveles de malnutrición e incidencia de enfermedades”133. La percepción de comunidades que habitan ciertas zonas como “enemigas” igualmente, ha puesto a la población civil en riesgo de quedar atrapados en medio de confrontaciones o de operaciones militares que se desarrollan sin importar que sea en medio de áreas densamente pobladas. En algunas operaciones que se han emprendido en zonas estigmatizadas, no se han tomado las medidas que impone el derecho humanitario para la protección de la población civil; en otros, las operaciones parecen estar diseñadas para atacarla134. Según lo constató la OACNUDH durante 2005 “se registraron también infracciones atribuidas a miembros de la Fuerza Pública, en particular por el irrespeto de los principios humanitarios de distinción, limitación y proporcionalidad. (…También se tradujo en bloqueos de comunidades, de alimentos y de medicinas (…)” 135. La OACNUDH informó que en agosto de 2005 la Fuerza Pública aplicó varias restricciones a las comunidades en Chocó, “como el caso ocurrido en la comunidad El Dieciocho del municipio de El Carmen de Atrato (Chocó), donde miembros del Batallón “Alfonso Manosalva Flórez” cortaron el cable que hace las veces de puente para pasar a la ribera izquierda del río Atrato, lugar donde están ubicados los cultivos de plátano y maíz de los indígenas. Este hecho produjo una crisis alimentaria y el riesgo de desplazamiento de esta comunidad” 136. Según otra denuncia registrada por la OACNUDH también del mes de agosto de 2005, miembros de la nueva Brigada Móvil Nº 13 del Ejército, realizaron operativos en el área rural de Puerto Guzmán (Putumayo), prohibiendo a los pobladores abandonar sus veredas, con amenazas a su integridad personal si no denunciaban la presencia de gue- rrilleros de las FARC-EP en la zona. En marzo, se tuvo conocimiento de que los campesinos del El Castillo, (Meta), habrían sido objeto de restricciones para movilizar alimentos por parte de efectivos del Batallón 21 Vargas, con el objeto de evitar el abastecimiento de la guerrilla. Esta situación ha provocado restricciones en el acceso a bienes de primera necesidad para los pobladores de la zona137. También se han presentado bloqueos “por parte de la Fuerza Pública a través del Plan Patriota en el Caquetá y el Putumayo, donde a raíz de los operativos no hay seguridad para las misiones humanitarias “138. • Grupos paramilitares Por su parte los grupos paramilitares fueron denunciados por bloqueos de alimentos, medicinas y combustibles, así como por restricciones al traslado de personas que afectaron seriamente a la población civil, provocando desplazamientos forzados y saqueos. Esto se dio particularmente a lo largo del río Bojayá (Chocó) y aparentemente con la tolerancia de las autoridades. También se denunciaron saqueos y pillajes en Arauca, Chocó, Córdoba y Norte de Santander139. Recientemente, la Iglesia Católica denunció que grupos paramilitares –que, supuestamente están desmovilizadoshan bloqueado la entrada de alimentos a la Sierra Nevada de Santa Martha: 51 “los paramilitares no permiten el ingreso de drogas ni alimentos, provocando la muerte de 17 niños, pues les imposibilitan tener acceso a los recursos básicos de nutrición y salud” 140. • Guerrillas De acuerdo con la OACNUDH, “[o]tros casos fueron atribuidos al ELN en Arauca. La población de varias zonas se vio afectada por bloqueos y acciones de la guerrilla. El bloqueo de comunidades sobre el río Caquetá (Putumayo) fue atribuido a las FARCEP. En el Sur del Chocó, la acción de las FARC-EP y de las AUC provocó desabastecimiento a unos 900 campesinos” 141. b) Las misiones humanitarias han sido amenazadas y atacadas por los grupos armados que toman parte en las hostilidades Igualmente, se han dado casos de amenazas a las misiones humanitarias que han tratado de llegar a las zonas para proveer a las comunidades más afectadas de alimentos, medicinas y otros bienes básicos para su subsistencia. Las zonas más afectadas por esta situación han sido el Catatumbo, Antioquia y algunas zonas del sur del país. De acuerdo con la OACNUDH, las FARC-EP restringieron las misiones humanitarias e impidieron el libre tránsito de los bienes destinados a la población civil de Toribío (Cauca)142. 52 Un estudio realizado recientemente por Caracol Radio, puso en evidencia la grave situación de zozobra y temor que enfrentan las misiones humanitarias, bien sea médicas, de alimentos o de acompañamiento, en las zonas de conflicto. Las ONG, la Iglesia y los organismos de Naciones Unidas en Colombia, tienen que pasar todo tipo de obstáculos para poder llegar a su destino143. Se han registrado además, al menos, dos ataques contra misiones humanitarias del sistema de Naciones Unidas y ONG internacionales. El pasado 20 de enero de 2006, un camión que transportaba un cargamento de ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas – PMA, fue interceptado por actores armados ilegales en el Oriente de Antioquia, quienes tomaron por la fuerza varias raciones de alimento que estaban destinadas para el apoyo a familias desplazadas. “Debido a esta situación, el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas decidió suspender temporalmente todas las entregas de ayuda alimentaria en algunas zonas del departamento de Antioquia hasta que se puedan garantizar las mínimas condiciones de trabajo y seguridad tanto para el personal del PMA como para los alimentos transportados”144. De acuerdo con el PMA, este incidente se suma a otras interferencias de los grupos armados ilegales en los departamentos de Chocó y Meta. Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR informó en este mismo sentido, que en el transcurso del año ha venido confrontando serias restricciones para el desarrollo de sus operaciones, en especial en los departamentos de Putumayo y Norte de Santander145. c) La militarización de los territorios de las comunidades ha afectado el aprovisionamiento para la subsistencia de las mismas Las comunidades que están sitiadas por los actores armados que toman parte en las hostilidades han visto afectada sus actividades tradicionales de cultivo, caza y pesca. La fuerte presencia militar en ciertas zonas del país como Chocó, ha traído como consecuencia que las comunidades se vean obligadas a cambiar sus actividades económicas e incluso alterar su dieta básica debido al temor para acceder a los lugares donde desarrollaban dichas actividades. En la zona del Alto Atrato, Chocó, las comunidades que viven principalmente de la pesca han visto limitado el acceso al río Atrato y han tenido que acordar estrategias para poder pescar o dedicarse a la minería sin que ello constituya un riesgo para ellos o sus familias. Durante la misión a Chocó realizada en mayo por la Coalición Colombia, los representantes de las comunidades manifestaron su temor frente a la presencia de militares escondidos en las montañas y la maleza146. “Los militares se ocultan en el monte y no se sabe bien cuan- do llegan o cuando se van. Ya no pueden ir tranquilos al monte a cortar leña o a las minas porque es peligroso. Los que van en grupos y regresan temprano (…) Tengo miedo de ir al monte a cortar leña, Por quebrada Honda un día iba caminando con mi pelaito porque lo llevaba al médico y nos empezaron a tirar piedras para asustarnos… lo que más me preocupa es eso”147. Para ellos la presencia de la fuerza pública en ciertos lugares de sus territorios colectivos significa un riesgo más que una protección, ya que hay otros combatientes que transitan por la zona, pudiendo ser víctimas de fuego cruzado o errores militares entre otras situaciones de peligro. Esto constituye un riesgo para sus vidas y las de sus niños y niñas ya que en cualquier momento pueden ser confundidos con personas del bando contrario. “Nosotros no sabemos dónde están los soldados. Hoy me fui en la tarde y ahí estaban pero en la mañana ya no estaban. (…) Mi compañero hace 3 años lo mataron, le metieron 5 tiros. (…) yo ya no voy a esas parcelas. En la toma, la guerrilla vino con la vestidura de los soldados, no podemos distinguirlos, ellos no nos pueden decir a donde van porque dicen que la comunidad va a avisar. (…) Lo que se pide es que 53 la fuerza pública avise cuando van a estar en la comunidad, que van a estar en la zona, no necesariamente el lugar exacto porque sabemos que no lo pueden decir” 148. 54 d) Las fumigaciones aéreas por parte del Estado de los cultivos destinados para usos ilícitos ha tenido un grave impacto en las comunidades151 Además, las riveras de los ríos se han convertido en lugares peligrosos para los pobladores los cuales se dedican al bareque (búsqueda de oro) o la pesca. La Diócesis de Bagadó denunció públicamente cómo durante la comisión humanitaria que realizaron en mayo de 2006, al Alto Atrato, miembros del Ejército dispararon contra la embarcación en que se desplazaba la misión debido a que ésta había perdido durante su trayecto por el río la bandera del ACNUR149. Las fumigaciones aéreas de los cultivos destinados para uso ilícito por parte del Estado como una estrategia contra insurgente han tenido un grave impacto en las comunidades que habitan en dichos territorios. Durante los últimos años se ha denunciado los efectos perjudiciales de las fumigaciones en los cultivos aledaños de los campesinos, generando una grave afectación en su salud pues quedan desprovistos de los alimentos básicos para su subsistencia. Es importante tener bajo consideración que dichas comunidades acostumbran llevar consigo a las niñas y los niños con el objeto de no exponerlos dejándolos solos en los asentamientos a la merced de los grupos armados que transitan por la zona. Así, no solo los adultos se ven expuestos a los ataques de los grupos armados apostados en el monte sino también los niños y niñas. “[U]na mamá se lleva el niño a la mina si esta muy pequeño, tu vez que le corta palos y ramazones y lo acuesta ahí porque quiere estar pendiente de su hijo, de pronto a veces no tiene con quien dejarlo en la casa, también se da el caso que hay mamás que tienen que llevar a los niños porque no están estudiando en la escuela, también para que no estén en problemas con el vecino o con el otro, las mamás se los llevan a la playa(…)” 150 “La mayoría de las comunidades campesinas e indígenas, que viven en la frontera con Colombia se dedican básicamente al cultivo de productos agrícolas para su subsistencia y son poblaciones, en su mayoría, extremadamente pobres. Las fumigaciones han destruído sus cultivos de maíz, yuca, arroz, cacao y plátano y han contaminado los ríos y pozos de agua, que las poblaciones utilizan para consumo humano. Además, las poblaciones presentan alteraciones del sistema nervioso, afectaciones del sistema digestivo y enfermedades de la piel. Entre los más afectados se encuentran los niños de las comunidades, quienes pre- sentan granos en la piel, comezón, dolor de cabeza, vómitos, fiebre, dolor de estómago” 152. Se han dado casos de enfermedades siendo los más afectados los niños y niñas, las cuales son asociadas por las comunidades con las fumigaciones. Ejemplo de ello son las graves afecciones que padecen las comunidades en Nariño por causa de las fumigaciones con glifosato. Desde 2002, se vienen presentando situaciones graves de afecciones en niños y niñas en la región. Un médico que tuvo que atender una epidemia luego de las fumigaciones manifestó a los medios de comunicación: “[E]sto es una epidemia. Desde la fumigación de los campos del Resguardo Indígena de Aponte, el 80 por ciento de los niños de la comunidad han caído enfermos. Él señala a los pacientes en su registro: “Esto es un drama médico: erupción, fiebre, diarrea e infecciones oculares - comenzó después de fumigar, porque antes de esa época sólo cerca del 10 por ciento de los niños estaban enfermos con las enfermedades normales como la gripa o de las paperas”153. Por su parte las fumigaciones con glifosato del mes de marzo de 2005, en Bocas de Satinga, al norte del departamento de Nariño, dejaron un saldo de tres niños indígenas muertos, 16 enfermos, destrucción de cultivos de pan coger y una grave crisis humanitaria. De acuerdo con el censo de Aciesna, la Asociación de Cabildos Indígenas Eperara Siapidaara de Nariño, por causa de las fumigaciones se perdieron 108.337 plantas de Plátano, banano, papa china, yuca, caña, chilma, limón, coco, zapote, naranja, chontaduro, chocolate y maderables. No se sabe cuánto tiempo tarde en recuperarse el suelo154. Se tiene información acerca de que las fumigaciones indiscriminadas contra cultivos de uso ilícito -coca y amapola, afectaron seriamente cultivos de alimentos y aumentaron por consiguiente los niveles de desnutrición infantil en zonas como el departamento del Putumayo, produciendo asimismo desplazamiento forzado de población. De acuerdo con el Informe de la OACNUDH, en abril de 2005 se desplazaron aproximadamente 4.600 personas del municipio de Samaná (Caldas) y se denunciaron como causas del desplazamiento las presiones de las FARCEP y las fumigaciones en la región155. Dentro de los acuerdos entre el gobierno y las comunidades en general se estipula que los métodos para la erradicación de cultivos ilícitos deben ser concertados con las comunidades. Sin embargo, esta medida no está siendo aplicada en la mayoría de los casos por las autoridades Estatales156. Si bien en noviembre el Gobierno accedió a suspender temporalmente las 55 aspersiones aéreas contra cultivos destinados para uso ilícito en la zona fronteriza con Ecuador, este continúa fumigando, incluso en lugares protegidos como reservas ambientales o resguardos indígenas. En diversos espacios el gobierno ha afirmado que dichas fumigaciones no tienen ningún 56 efecto en la salud del ser humano. El pasado 5 de agosto, el gobierno reactivó las fumigaciones de una de las reservas naturales más importantes del país, la Sierra de la Macarena, a pesar de las alertas de organizaciones ambientalistas y el llamado de las comunidades indígenas. Desplazamiento forzado 157 Del análisis de la información aportada en este informe pueden identificarse las siguientes tendencias en materia de desplazamiento de personas, particularmente en el caso de niños, niñas y jóvenes: GENERALES • Alto número de niñas y niños han sido desplazados como consecuencia de los ataques de los grupos guerrilleros y paramilitares contra la población civil y de las operaciones de la fuerza pública que en muchas oportunidades violan los derechos humanos de la población e infringen el derecho humanitario. Adicionalmente, los enfrentamientos entre la fuerza pública y grupos guerrilleros, es causa de desplazamientos forzados. • Las dificultades que enfrentan las víctimas del desplazamientos para acceder a la asistencia guber- namental afecta especialmente a los niños: estas dificultades comprenden la rendición de la declaración como desplazados, la inscripción en el registro SUR, la recepción de la asistencia humanitaria de emergencia luego de la inscripción y el acceso a otros programas públicos de atención. Existe un alto índice de subregistro de la población desplazada, que también perjudica a los niños desplazados. • La inexistencia de programas especiales para atender las necesidades específicas de las niñas y los niños desplazados - asistencia humanitaria de emergencia, salud, educación, unificación familiar, ha sido advertida por la Corte Constitucional -sentencia T-025 de 2004- y el ACNUR. • La insuficiente atención a la protección física de los niños desplaza- 57 dos y a su necesidad de asistencia psicosocial para superar el trauma del desplazamiento. • Los retornos promovidos por las autoridades, que carecen de condiciones de voluntariedad, seguridad y dignidad. Estos retornos carecen de programas especiales para niñas y niños en el lugar de origen, no asegurar la unidad familiar y no cuentan con acciones específicas dirigidas a prevenir el reclutamiento forzado y el involucramiento de niñas y niños en las hostilidades. • Restricciones de movilidad y transporte de víveres y personas por parte de la Fuerza Pública, grupos paramilitares y guerrillas. • La distribución de la atención humanitaria de emergencia por parte de la Fuerza Pública aumenta el riesgo para las comunidades beneficiarias de esta ayuda. Esta situación fue registrada por el Comité de los derechos del niño como un aspecto de preocupación en su informe sobre Colombia de 2006, el cual recomendó al Estado distribuir asistencia humanitaria a través de las autoridades civiles para mantener el principio de distinción y no aumentar la vulnerabilidad de los desplazados y las personas en peligro de desplazamiento exponiéndolos a posteriores represalias por parte de miembros de los grupos armados contrarios158. 58 • Demora excesiva para el acceso a la atención humanitaria de emergencia en desplazamientos familiares: los hogares desplazados deben esperar más de un mes entre el momento de rendir declaración y ser inscritos en el SUR, y dos meses entre la inscripción en el SUR y la recepción de la primera ayuda estatal. En total, los hogares esperan más de tres meses desde el momento de registro en el SUR hasta la recepción de la primera ayuda, espera que se hace en unas condiciones sumamente precarias. ESPECÍFICAS • Inseguridad alimentaria: malnutrición crónica de niños desplazados • Inexistencia de asistencia psicosocial para superar el trauma del desplazamiento, situación que fue registrada por el Comité de los derechos del niño como un aspecto de preocupación en su informe sobre Colombia de 2006. • Inexistencia de programas de salud reproductiva para niñas desplazadas y de medidas de protección contra el abuso sexual. • No existen programas educativos especiales para niñas y niños desplazados, quienes deben buscar un cupo en los programas regulares: limitado acceso al sistema escolar y baja tasa de escolaridad. e) Ausencia de condiciones para la permanencia en el sistema educativo: entre 12 y 17 años en muchos casos deben abandonar sus estudios para generar ingresos del hogar. Las menores tasas de asistencia son producto, entonces, de las altas tasas de deserción y de la vinculación de las niñas y los niños al mercado laboral. • Permanencia: ausencia de maestros en escuelas rurales de zonas de conflicto como por ejemplo Chocó, situación que perjudica a las niñas y niños desplazados. a) Colombia tiene la mayor cantidad de desplazados internos del mundo y de ellos la mitad son niños y niñas El desplazamiento forzado, que coincide con acciones para controlar territorios militar o económicamente estratégicos, continúa siendo una de las más dramáticas violaciones de derechos humanos e infracciones al DIH159. De acuerdo con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Colombia tiene la mayor población de desplazados internos del mundo, estimada en el año 2005 en 1,7 millones de personas según las cifras oficiales y en más de 3 millones de personas según fuentes oficiosas160. Según CODHES161, 2.420.041 personas fueron forzadamente desplazadas desde 1997, de ellas, 287.581 en el 2004; se estima que entre 48 y el 55% son niños y niñas162. Las amenazas de reclutamiento forzado o el riesgo que las y los hijos se vinculen a los grupos combatientes es otra de sus causas, que cada vez cobra mayor incidencia163. En Bogotá, la población desplazada en su mayoría se concentra en los grupos etáreos menores de 10 años y jóvenes hasta de 20 años. De acuerdo con UNICEF en los últimos 15 años más de un millón de niños han sido forzados a desplazarse164. Las políticas públicas no se han concretado en acciones eficaces de prevención o para proteger a la población que ya fue desplazada o se encuentra en riesgo de serlo. La respuesta no trasciende la fase de emergencia y no propicia medidas dirigidas al restablecimiento socioeconómico y cultural de las víctimas. Según la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, sólo el 30,41% de los hogares desplazados individualmente entre 1997 y 2004, y el 8% de las familias desplazadas de manera masiva recibieron atención humanitaria de emergencia165. b) La gravedad de la situación de desplazamiento llevó a la Corte Constitucional a declararla “estado de cosas inconstitucional” En febrero de 2004, en la sentencia T-025, la Corte Constitucional calificó el desplazamiento forzado como un 59 “estado de cosas inconstitucional” 166 y advirtió que el Estado no ha asumido su deber de protección de miles de personas que por causa de esta situación sufren violaciones múltiples y continuas de sus derechos humanos. A pesar de las órdenes de la Corte al Gobierno, no se han adoptado medidas efectivas para prevenir el desplazamiento forzado, proteger y reparar integralmente a las víctimas, y garantizar el disfrute de los DESC. La atención se sigue enfocando en medidas asistencialistas que no cubren toda la población, así como en el retorno, que se ha desarrollado sin que exista seguridad, voluntariedad y dignidad para las personas167. Según una evaluación del ACNUR, de 28 procesos de retorno, en una proporción muy alta, los miembros de las comunidades tuvieron que volver a desplazarse o están en riesgo de nuevamente hacerlo168. Sobre el particular el Comité de los derechos del Niño manifestó: “El Comité comparte la preocupación expresada por la Corte Constitucional (T-025 de 2004) sobre la falta de atención y asistencia específicas a los niños desplazados, en especial teniendo en cuenta que constituyen más de la mitad de la población de desplazados. Además, preocupa al Comité que se preste una atención insuficiente a la protección física de los niños desplazados internamente y a su necesidad de asistencia psicosocial para superar el trauma del desplazamiento”169. 60 Así, el Comité recomendó al Estado colombiano aumentar “sustancialmente los recursos destinados a los desplazados internos y lleve a cabo programas específicos para niños con el fin de proporcionarles un acceso adecuado a alimentos, vivienda, educación y servicios médicos”170. c) Los grupos armados que toman parte en las hostilidades continúan generando desplazamientos de las comunidades • Actos cometidos por la fuerza pública Las amenazas de la fuerza pública a comunidades que son señaladas como auxiliadoras de la guerrilla o aquellas que han manifestado su voluntad de no ser involucradas, han continuado generando desplazamientos forzados. En abril de 2005 la comunidad de Paz de San José de Apartado tuvo que desplazarse debido a las amenazas de la fuerza pública y el anuncio de actividades de integración con la comunidad y en especial con los niños y niñas, por parte de la policía. “la policía viene entrando al caserío de San José con psicólogos, sociólogos, con personas filmándonos y entregando volantes donde se plantea un trabajo conjunto de la policía con la comunidad y que ha sido con- certado con nosotros. El 30 de marzo entraron hacia las 2 p.m. y repartieron volantes manifestando que la policía realizaría labores educativas con los niños, resolución de conflictos, labores sociales; luego de filmarnos, salieron hacia las 2:40 p.m. El 31 de marzo hacia las 11 a.m. llegó hasta la entrada del caserío de San José una moto con dos personas de civil con armas cortas, luego se presentó el sacerdote de la policía, anunciando con un megáfono la llegada de la policía. Media hora después entró una chiva repleta de unas 100 personas entre ellas varios policías con dulces y tambores invitando a la comunidad a trabajar con la policía y filmando el caserío y a sus pobladores. Varios niños se negaron a recibir los regalos y dulces que estaban repartiendo y así mismo hizo la comunidad”171. En la zona de Jiguamiandó, Chocó, el 9 de diciembre de 2005, desconociendo totalmente el carácter de las medidas provisionales, resueltas por tercera ocasión el pasado 15 de marzo, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Gobierno Nacional en cabeza del coordinador del programa nacional de Comunidades en Riesgo del Ministerio del Interior y al parecer la delegada del Ministerio de Relaciones Exteriores, ingresaron a la Zona Humanitaria de Pueblo Nuevo en un helicóptero militar poniendo en riesgo a la comunidad172. • Actos cometidos por paramilitares De acuerdo con el Sisdhes de CODHES, en junio de 2005, 35 familias, unas 175 personas, fueron desplazadas desde el municipio de Barbacoas, Nariño, hacia Pasto. El hecho se registró ante la posibilidad de una arremetida de los grupos armados ilegales operantes en la zona, luego de la reciente “desmovilización” del bloque paramilitar “Libertadores del Sur”. Así mismo, el Sisdhes conoció que los alcaldes de Magüí Payán, Roberto Payán y Barbacoas se desplazaron hacia Pasto al ser señalados como “colaboradores” de grupos armados ilegales173. Otro caso se registró en Bello, Antioquia, en marzo de 2006, cuando 35 personas, entre ellas 15 menores de edad, llegaron a la Personería de Medellín. El desplazamiento se dio por causa de las amenazas proferidas por presuntos grupos de paramilitares que aún operan en la región174. • Actos cometidos por las guerrillas De acuerdo con la OACNUDH, debido a las amenazas de las FARC-EP se atribuyó el desplazamiento de 320 personas de Cocorná (Antioquia) y de unas 500 personas en Córdoba. A las presiones del ELN se atribuyó el desplazamiento de unos 110 personas, incluyendo niños, niñas y líderes de la comunidad indígena wiwa de Dibulla (Guajira). En varios casos, las acciones fueron acompañadas de saqueos y pi- 61 llajes. El ataque de las FARC-EP a Toribío (Cauca) provocó el desplazamiento de más de 5.000 personas175. Por otro lado, en San José del Guaviare 77 indígenas, entre ellos 27 niños y una mujer gestante, pertenecientes a 13 familias de la etnia Nukak Makú, llegaron a este municipio a finales del mes de marzo. Los indígenas desplazados provienen del corregimiento de Tomachipán, ubicado a unos 160 Km. del casco urbano de San José del Guaviare y afirmaron haberse visto obligados a desplazarse, luego de haber sido amenazados por un actor armado, presumiblemente las FARC, según informó CODHES176. La Consejería Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional informó que el nuevo grupo de personas desplazadas de la etnia Nukak Makú, se suman a las 10 familias de esta misma comunidad que se desplazaron hacia San José del Guaviare en el 2003, y que han sido ubicadas en la vereda Barrancón. Igualmente se dio a conocer que el 25 de noviembre de 2005 otras 7 familias Nukak llegaron a la misma ciudad. Esta situación de desplazamiento generó la aparición de focos de infecciones respiratorias, paludismo y cuadros diarreicos, especialmente en la población infantil177. Particularmente el departamento del Chocó continúa siendo uno de los más afectados por la violencia de los grupos armados. 62 Como todas las regiones fronterizas de Colombia, Arquía Limón, departamento de Chocó, enfrenta una grave situación de seguridad a causa del transito de grupos armados y los enfrentamientos por el control económico. Las comunidades que viven a lo largo de los ríos del área sufren frecuentes bloqueos, amenazas, reclutamientos forzados y asesinatos -algunas veces selectivos, otras indiscriminados. En total, cerca de 500 personas han llegado a Unguía desde finales de julio de 2006, provenientes de Arquía Limón y las comunidades aledañas178. Más al sur del río Atrato, el pequeño pueblo de Río Sucio hospeda también a un creciente número de familias que llegaron entre julio y agosto de 2006, después de huir de la violencia. Aún en Río Sucio, el miedo es palpable y las personas también a menudo tienen temor de hablar. Algunos de los desplazados en Río Sucio son de origen afrocolombiano y se está acrecentando la preocupación por la suerte de las comunidades indígenas bloqueadas a lo largo del río. Otro caso de gravedad se registra en el municipio de Istmina, Chocó. Al menos 678 personas pertenecientes en su mayoría a la etnia Wanaan y provenientes de las comunidades Unión Wounaan y Noanamá en Medio San Juan y Unión Chocó, Macedonia, Olave Indio y San Cristóbal, se desplazaron durante las dos primeras semanas de abril de 2006, hacia el casco urbano de Istmina, según lo informó la Oficina para la coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas - OCHA. De acuerdo con la Organización Regional Emberá Wounaan, los desplazamientos en la zona se han generado a partir del asesinato a dos maestros los días 30 y 31 de marzo, así como a la existencia de una supuesta “lista negra” de personas amenazadas por parte de presuntos miembros de las FARC, que contiene más de 20 nombres dentro de los cuales se encontraría al menos 5 docentes de la región179. d) Los enfrentamientos de los grupos armados que toman parte en las hostilidades continúan generando desplazamientos De acuerdo con el informe de la OACNUDH, la presencia de grupos armados ilegales y los combates entre miembros de las AUC e integrantes de las FARC-EP provocaron desplazamientos gota a gota de familias en San José del Palmar (Chocó). También dieron lugar a desplazamientos masivos de 60 familias afrocolombianas en Barbacoas (Nariño), y de 42 familias en el San Pablo (Bolívar). En febrero provocaron uno de los mayores desplazamientos masivos de aproximadamente 2.000 personas de seis comunidades afro-colombianas en Bojayá (Chocó)180. Según información de la Defensoría del Pueblo y de la Acción Social, 25 familias llegaron a la ciudad de Popayán provenientes del corregimiento de Huisitó, mientras que otras 25 familias del mismo corregimiento, se dirigieron al casco urbano del municipio de El Tambo. Las familias desplazadas y las personas que permanecieron en Huisitó manifestaron que se desplazaron a causa de los constantes enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla del ELN. Como resultado de estos enfrentamientos, dos civiles murieron y otros tres resultaron heridos, entre ellos, dos menores de edad, uno de los cuales pisó una mina antipersonal181. La Unidad Territorial de la Consejería Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional informó que durante el mes de diciembre se desplazaron desde la comunidad del Empalme, en la Inspección de Jardines de Sucumbíos, 235 personas (57 familias) de las cuales 115 son menores de 18 años y 14 son adultos mayores de 65 años; 106 están entre los 18 y 64 años. De acuerdo con la Unidad Territorial, se observa una tendencia al incremento del desplazamiento desde el mismo sector, así como desde algunas veredas aledañas como el Amarradero, Ranchería; San José, La Argentina y El Empalme. La Población se encuentra ubicada en la Capilla del corregimiento de Liberia182. El Comité Internacional de la Cruz Roja informó que 1.600 indígenas se desplazaron a causa de los combates, dada la intensificación de los enfrentamientos armados durante este periodo. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones – OIM, la guardia indígena del Norte del Cauca 63 ha diseñado un plan de emergencia para facilitar la protección y atención de las personas afectadas. En este sentido se activó un sitio de Asamblea Permanente en el resguardo de Minas en el Colegio Agropecuario Gaitana Fiux, del municipio de Páez, sin embargo en este, al igual que en los otros dos sitios a donde se han desplazado, el hacinamiento ha provocado problemas de salud. A lo anterior se suma la imposibilidad de las familias de conseguir alimentos básicos183. En Putumayo, durante octubre de 2005 hubo fuertes combates entre la guerrilla de las FARC y las Autodefensas Unidas de Colombia, dejando un saldo de al menos tres civiles muertos, entre ellos dos menores de edad que se encontraban de regreso a sus casas y fueron alcanzadas por fuego cruzado, y un adulto. Además, 27 civiles fueron heridos y unas 350 familias desplazadas. Las brigadas de ayuda fueron atacadas y se registró el robo de 84 toneladas de alimentos que llevaban hacia el corregimiento de El Empalme en el municipio de Orito, una misión conjunta del Programa Mundial de alimentos de las Naciones Unidas y la Red de Solidaridad Social. Los alimentos fueron devueltos en su totalidad horas más tarde184. 64 Casi 1.370 personas —entre ellas 780 niños— provenientes de los resguardos indígenas de Cuchilla del Palmar, La Bocana, Magui, Cuascuabi Paldubi, Pialapi, Pueblo Viejo, La Esperanza, Nulpe Alto y Nulpe Medio, tuvieron que desplazarse ante el temor de perder la vida o de sufrir daños en su integridad personal por efecto de las operaciones bélicas impulsadas por el Ejército en el marco de la “Operación Gladiador” en contra del frente 29 de las FARC-EP. Además, un gran número de indígenas Awá se ha resistido a dejar sus territorios, mientras que aproximadamente 70 personas de la misma etnia se han visto obligadas a retornar a sus resguardos por falta de asistencia humanitaria en los lugares a los cuales se desplazaron. La circulación y el retorno de estas personas se realizan en condiciones de alto riesgo, pues según las mismas fuentes oficiales se libran aún combates185. El 11 de julio de 2006, por segunda vez en un año, la mayoría de los resguardos Awá ubicados en el municipio de Ricaurte, en el departamento de Nariño, quedaron casi vacíos. Los combates entre el Ejército y las FARC-EP provocaron el desplazamiento de 1.700 personas que poco a poco se concentraron en las poblaciones de Ricaurte y Altaquer186. e) La amenaza de vinculación de niños y niñas a los grupos armados continúa generando desplazamientos En los departamentos de Guaviare, Santander, Norte de Santander, Putumayo y Vaupés, el reclutamiento forzado de menores de edad se ha constituido en una de las principales causas de desplazamiento, dado que un elevado número de familias prefiere abandonar sus comunidades ante la posibilidad de que sus hijos e hijas sean reclutados por grupos armados187. Una de las prácticas que conlleva mayor riesgo para la población es el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Sobre esta situación, la Defensoría del Pueblo tiene conocimiento de nueve casos de niños reclutados por los grupos armados188. El pasado 11 de agosto, en el departamento de Arauca, se registró desplazamiento de la población de Tame, debido al reclutamiento masivo de niños y niñas anunciado por la guerrilla de las FARC. Según relato de una de las madres que abandonó la zona: “El sábado tuve que traerme a mis dos hijos, de 14 y 17 años, porque un vecino nos avisó que la guerrilla venía reclutando a los niños. Que la orden de las Farc era llevarse a los mayores de 10 años”189. La Personería de Tame estima que cerca de 400 niños han abandonado el campo en la última semana ante el anuncio de la guerrilla de reclutarlos. Sin embargo, no hay una cifra oficial. “De mi vereda, que yo sepa, no se llevaron a nadie. Si supe que de otras veredas cercanas se llevaron niños”190. Esta situación hace parte de los enfrentamientos entre las Farc y el Eln desde diciembre pasado. Aunque el personero, Manuel Pérez, afirmó que no hay una cifra oficial –por el temor a la denuncia- admitió que en la última semana 60 familias han sido desplazadas ante el anuncio de la guerrilla de llevarse a los niños191. Situación similar podría registrarse en el departamento de Putumayo, donde la guerrilla ha amenazado a las comunidades con reclutamiento de niños y niñas. Esta situación pudo ser verificada por la Coalición Colombia en la misión realizada a la zona del bajo y medio putumayo durante el mes de julio de 2006. f) Los niños y niñas desplazados no están recibiendo la atención prioritaria y especial ordenada por la Corte Constitucional y por los instrumentos internacionales de derechos humanos En materia de política pública, la Corte Constitucional profirió tres nuevos autos respecto del cumplimiento de la Sentencia T-025. El alto tribunal declara que a pesar de los avances alcanzados aún no se ha superado el estado de cosas inconstitucional, y que es necesario progresar en la corrección de la brecha que existe entre la afectación de los derechos y los recursos efectivamente destinados para satisfacerlos. En síntesis los pronunciamientos instan al gobierno nacional a que: (i) Identifique de manera plena el estado de atención de la población desplazada en el orden territorial; (ii) Defina un esfuerzo presupuestal que incorpore proyecciones para el total de personas que de manera progresiva vienen re- 65 gistrándose en el SUR; (iii) Identifique y defina de manera clara los porcentajes en estos recursos que correspondan a la participación de las entidades territoriales; (iv) Entregue a más tardar el 1º de diciembre de 2005, un cronograma de ejecución en el que se definan los mecanismos y herramientas reales a través de los cuales van a ser recaudados los recursos; los ritmos y las destinaciones específicas -esto debe presentarse de forma diferenciada entre población vulnerable y población desplazada-; (v) Culmine el proceso de caracterización de la población desplazada en el plazo máximo de 1 año; (vi) Construya indicadores diferenciados de realización de derechos; (vii) Fortalezca y amplíe los espacios de participación de la población y garantice su derecho a la vida. 66 En cuanto a la atención que brinda el estado a la población desplazada, un porcentaje elevado de hogares desplazados (85.13%) están familiarizados con el SUR y cerca del 78% de los hogares decide rendir declaración ante una entidad del Ministerio Público para su posterior registro en el SUR. Así mismo, cerca de 71% de los hogares desplazados son finalmente inscritos en el SUR. El análisis demuestra, además, que sólo el 56 % de los inscritos por el SUR recibe ayuda; lo que evidencia una falla en esta etapa del proceso ya que casi la mitad de las familias desplazadas, después de pasar por todos los pasos necesarios y aceptar los costos que estos implican, no obtienen la ayuda necesaria192. En promedio, los hogares deben esperar más de un mes entre el momento de rendir declaración y ser inscritos en el SUR, y dos meses entre la inscripción en el SUR y la recepción de la primera ayuda estatal. En total, los hogares esperan más de tres meses desde el momento de registro en el SUR hasta la recepción de la primera ayuda, espera que se hace en unas condiciones sumamente precarias193. El acceso al tipo de ayuda parece ser bastante heterogéneo. Los hogares parecen recibir, en la mayoría de los casos, sólo un tipo de ayuda. Además, los resultados sugieren que la ayuda estatal está consolidada en los servicios sociales típicamente prestados por las entidades estatales, es decir educación y salud. Sin embargo, la asistencia diseñada especialmente para la población desplazada es escasa y menor frente a las entidades no estatales194. g) El Estado no está garantizando el derecho a la educación de los niños y niñas desplazados De acuerdo con UNICEF, 7 de cada 10 niños y niñas desplazados no regresan a la escuela195 por razones de índole económico (a pesar de la obligación legal de garantizar educación gratuita a esta población196), por discriminación o maltrato, por las condiciones de malnutrición o la necesidad de trabajar para ayudar a su familia. Durante el 2004, se entrevistaron 77 niños y niñas en situación de despla- zamiento, entre los 11 y los 17 años, ubicados en altos de Cazucá (Soacha, Cundinamarca), en Cartagena (Bolívar), Usme y Ciudad Bolívar (Bogotá, D.C.), y Barrancabermeja (Santander)197. El 58%, señaló que debe pagar parcialmente la matrícula o comprar los uniformes y libros; adicionalmente, un 53% señaló que si no paga no los dejan entrar a la escuela. Por estas razones, puede entenderse que el 23% de los y las encuestadas no estudia por razones económicas. La política pública en esa materia se ha enfocado en la creación de cupos educativos, que no son suficientes para cubrir el déficit198. Muchas veces los docentes sólo enseñan a los niños y niñas a leer y a escribir; no se brinda la orientación y la formación necesarias para afrontar los trastornos y traumas surgidos por el desplazamiento, ni se capacita para recrear nuevas formas de vida199. Los niños y niñas desplazados son víctimas de los prejuicios de la comunidad y de los maestros, que muchas veces los discriminan; esto genera cambios en la manera como se perciben a sí mismos, los significados respecto de su identidad y con la respuesta que se dan a la pregunta de quiénes son200. En sus Observaciones finales el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas recomendó al Estado “que adopte medidas activas, como el suministro de apoyo adicional para compensar los gastos ocultos, con el fin de luchar contra la discriminación y la exclusión social generalizadas que afectan a grupos vulnerables, como los niños de las zonas rurales, desplazados internamente, afrocolombianos e indígenas” 201. Por otro lado los niños y niñas están viendo afectado su derecho a la educación debido al ataque y amenaza a los maestros. La ACNUR ha manifestado preocupación por los problemas de desescolarización en Chocó, dado que los maestros y maestras de la zona se han desplazado hacia Istmina y Quibdó. Según un comunicado del Espacio Humanitario del San Juan, emitido el 1 de abril de 2006, la comunidad en riesgo de desplazamiento alcanzaría las 1.748 personas202. h) Los niños y niñas víctimas de desplazamiento no están recibiendo atención adecuada en salud por parte del Estado El Gobierno no ha garantizado el mínimo de protección del derecho a la salud de las personas desplazadas, tanto en cobertura y calidad como en el suministro de medicamentos. Autoridades nacionales, organismos de control, autoridades regionales y organizaciones que trabajan con esta población han señalado su preocupación por el desmonte del modelo de atención en salud para la población desplazada203, que incluye limitaciones al cubrimiento en salud a sólo urgencias derivadas del desplazamiento y la desatención en materia psicosocial204. 67 Por su parte, el componente alimentario de la atención que el Gobierno debe brindar a dicha población205 no garantiza su derecho a una alimentación adecuada. Según el Programa Mundial de Alimentos, el “23% de las niñas y los niños desplazados está en riesgo de desnutrición, siendo más afectados aquellos entre uno y dos años de edad”206. Adicionalmente, mientras que el embarazo de adolescentes a nivel nacional es del 19%, en las adolescentes en situación de desplazamiento la cifra asciende a 33%207. La situación de Altos de Cazucá resulta ilustrativa de la grave situación de salud de los niños y niñas desplazados. Sólo el 23% se encuentra incluido en el régimen subsidiado y ninguno en régimen contributivo, así, el restante 77% tiene problemas de aseguramiento; adicionalmente, al tener carta de salud pero no estar carnetizados, les es imposible garantizar la adquisición de medicamentos208. Según Médicos sin Fronteras, el 29% de los niños y niñas presenta malnutrición crónica y el 3% malnutrición aguda; esta organización reportó 900 niños y niñas entre 6 y 59 meses en estado de desnutrición crónica, y señaló como más frecuentes las enfermedades del sistema respiratorio, y las infecciosas y parasitarias209. i) Las personas desplazadas no cuentan con las garantías necesarias para el retorno 68 De acuerdo con la OACNUDH, en 2005 se registraron presiones de autorida- des sobre algunas comunidades para retornar a sus lugares de origen sin el respeto de las condiciones de seguridad, dignidad y voluntariedad. Varias situaciones han puesto en evidencia no sólo la actuación de servidores públicos con grupos paramilitares sino también la persistencia de esos vínculos y la tolerancia de las autoridades210. Muchos de estos retornos se dan en condiciones muy graves de seguridad para las comunidades. Por ejemplo, en el caso de las comunidades indígenas Awa, un gran número de indígenas Awá se ha resistido a dejar sus territorios, mientras que aproximadamente 70 personas de la misma etnia se han visto obligadas a retornar a sus resguardos por falta de asistencia humanitaria en los lugares a los cuales se desplazaron. La circulación y el retorno de estas personas se realiza en condiciones de alto riesgo, pues según las mismas fuentes oficiales se libran aún combates211. Otros casos que demuestran las difíciles condiciones para el retorno de las familias desplazadas se transcriben a continuación: Entre 1.916212 y 2.596213 personas provenientes de 13 veredas del corregimiento Encimadas, en Samaná, departamento de Caldas, tuvieron que desplazarse hacia el casco urbano ante las amenazas proferidas por presuntos miembros del frente 47 de las FARC, convirtiendo a Samaná en escenario de uno de los mayores éxodos registrados en el 2005. Las comunidades denun- ciaron que algunas de las vías interveredales del municipio fueron minadas, generando graves obstáculos para el retorno de las comunidades desplazadas y la recolección la cosecha de café214. El 18 de noviembre, frente a los primeros intentos de retorno, una comisión interinstitucional determinó que no había condiciones para dicha acción, dada la gran cantidad de minas antipersona sembradas en la zona y que estaban siendo desactivadas por el Ejército Nacional. Entre el 1 y el 2 de diciembre de 2005 se realizó el retorno215. La Unidad Territorial de la Consejería Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, informó que el 14 de marzo de 2006 se originó un desplazamiento masivo de aproximadamente 170 familias provenientes de siete veredas del municipio de San Juan Nepomuceno, generado por el asesinato de uno de los habitantes del sector. En comité municipal estudió la posibilidad de un retorno dadas las condiciones de seguridad en la zona y decidió llevar a cabo dos comisiones de verificación previas al retorno, las cuales no se pudieron realizar. A la fecha las familias no desean retornar y ha recibido atención humanitaria de emergencia del CICR y Acción Social216. Otro caso se dio en Nariño. La ACNUR junto con otras agencias del Sistema de Naciones Unidas, la Defensoría del Pueblo y el Consejo Noruego para Refugiados, acompañó el retorno a la región de Policarpa de más de 2.220 personas desplazadas, habiendo manifestado con antelación su preocupación por la seguridad de las comunidades en el retorno. Estas personas hacían parte del grupo que llegó a Pasto, Nariño, a mediados de mayo al final de una marcha de protesta durante la cual fueron objeto de violencia física. Después fueron amenazados por un grupo armado ilegal el cual les informó que si retornaban serían asesinados217. 69 70 Recomendaciones GENERALES • Al Estado colombiano, dar estricto cumplimiento a las recomendaciones emitidas por el Comité de Derechos del Niño en junio de 2006, y contenidas en el documento CRC/C/COL/CO/3, 2006. • Al Estado colombiano, dar cabal cumplimiento a las recomendaciones emitidas por la OACNUDH en febrero de 2006, contenidas en el documento E/CN.4/2006/9. • Al Estado colombiano y los grupos irregulares, acatar las normas del DIH, en razón de la situación de conflicto armado interno que enfrenta en Colombia, y realizar las acciones necesarias para la suscripción de acuerdos humanitarios de inmediata aplicación. • A la Representante Especial del Secretario General sobre la cuestión de los niños y los conflictos armados, que en el marco de su mandato realice una visita a Colombia con el objeto de verificar la grave situación de los niños, niñas y jóvenes afectados por el conflicto armado interno. RESPECTO DE LAS VIOLACIONES CONTRA EL DERECHO A LA VIDA Y LA INTEGRIDAD PERSONAL • Al Estado colombiano, investigar y sancionar en la jurisdicción penal ordinaria las ejecuciones extrajudiciales y torturas cometidas por miembros de la Fuerza Pública. En todo caso, impedir que el conocimiento de estos casos sea asumido por la jurisdicción penal militar, en consonancia con lo dicho en reiteradas ocasiones por la Corte Constitucional respecto de la imposibilidad que tiene ésta para asumir violaciones a los DDHH y el DIH. • Al Estado colombiano, investigar y sancionar disciplinariamente a funcionarios públicos y miembros de la Fuerza Pública que se vean involucrados en ejecuciones extrajudiciales y torturas de niños y niñas. En todo caso, el conocimiento de estos casos debe ser asumido por la Procuraduría General de la Nación, en uso de sus funciones constitucionales y legales, en particular, aquellas contenidas en la Resolución 346 de 2002. • Al Estado colombiano, crear comisiones interinstitucionales que investi- 71 guen a profundidad los homicidios de niños y niñas socialmente marginados, y aplicar las debidas sanciones penales y disciplinarias –según sea el caso- a los funcionarios públicos o trabajadores oficiales que se encuentren involucrados en estos homicidios. • A las guerrillas de las FARC-EP y el ELN, cesar los ataques indiscriminados contra la población civil y la utilización de armas y métodos de combate prohibidos en sus acciones militares. • Al Estado colombiano y los grupos irregulares, implementar las medidas necesarias para que la población civil no sea víctima del fuego cruzado en el marco de combates y operaciones militares. En todo caso, cuando sea imposible proteger dicha población, cesar cualquier acción militar hasta tanto la vida e integridad personal de quienes no hacen parte en las hostilidades no esté integralmente garantizada. • Al Estado colombiano y los grupos paramilitares, dar estricto cumplimiento al cese de hostilidades al cual estos últimos se comprometieron cuando iniciaron el proceso de negociación con el Gobierno nacional. En caso de incumplimiento, negar los beneficios jurídicos contemplados en la Ley 975 de 2005 y sancionar conforme la jurisdicción y las penas ordinarias a los miembros de dichos grupos que hayan violado el acuerdo de cese, modificando las normas relativas a los niños incorporados en las filas paramilitares. 72 RESPECTO DE LOS ATENTADOS CONTRA LA LIBERTAD PERSONAL • Al Estado colombiano, investigar y sancionar a los miembros de la Fuerza Pública que, por acción u omisión, han permitido que grupos paramilitares realicen la retención y toma de rehenes donde, en especial, niños y niñas ven vulnerado su derecho a la libertad personal. • Al Estado colombiano, investigar y sancionar conforme a la ley penal y disciplinaria vigentes, y los tratados internacionales de derechos humanos, a los miembros de la fuerza pública y funcionarios judiciales que han detenido arbitrariamente a personas, entre ellas niños y niñas, acusados de diferentes delitos mediante procedimientos procesales ilegales. • Al Estado colombiano, cesar con toda coacción ilegal en contra de niños y niñas en zonas de su influencia, en particular, la imposición de códigos de conducta y hábitos de comportamiento. RESPECTO DE LA VINCULACIÓN DE NIÑOS Y NIÑAS A FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO Y A GRUPOS ARMADOS QUE PARTICIPAN EN HOSTILIDADES • A la guerrilla de las FARC-EP, cesar toda vinculación de niños y niñas a sus filas, y que cumpla lo ofrecido al Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para niños en el conflicto armado de no reclutar niños y niñas menores de 15 años; al igual que busquen un acuerdo humanitario para dejar en libertad todos los niños y niñas que hacen parte de este grupo armado. • A la guerrilla del ELN, cesar toda vinculación de niños y niñas a sus filas, y que cumpla con “los acuerdos de Puerta del Cielo”, en los cuales se comprometió a no reclutar menores de 16 años; al igual que busquen un acuerdo humanitario para dejar en libertad todos los niños y niñas que hacen parte de este grupo armado. • A los grupos paramilitares, cesar toda vinculación de niños y niñas a sus filas, y Planeación para 2007 entregar a aquellos que siguen en su poder, cumpliendo, de esta forma, el requisito de elegibilidad contenido en el artículo 10 de la Ley 975 de 2005. • Al Estado colombiano, exigir a los grupos paramilitares que entreguen todos los niños y las niñas que pertenecen a los mismos, como condición necesaria para la continuación del proceso de negociación con estos grupos. En caso de que esta obligación sea incumplida, abstenerse de otorgarle a dichos grupos los beneficios jurídicos contenidos en a Ley 975 de 2005. • Al Estado colombiano, cesar la vinculación indirecta de niños y niñas al conflicto armado, mediante la realización de campañas cívico – militares, particularmente, los programas de “Soldados por un día, soldados payasos y Lancita por un día”, entre otras, al igual que mediante el pago o constreñimiento ilegal para que niños y niñas sirvan como informantes a la fuerza pública. Lo anterior, teniendo en cuenta que órganos de control como la Procuraduría General de la Nación han señalado que este tipo de programas son violatorios de los derechos fundamentales de los niños. • Al Estado colombiano, tener en cuenta las observaciones hechas por la Procuraduría General de la Nación, así como diferentes organizaciones no gubernamentales, acerca de las falencias que presenta el programa de desmovilización de niños y niñas ofrecido por el ICBF. • Al Estado colombiano, sin perjuicio de iniciar una reforma que permita que los niños y niñas desvinculados del conflicto armado sean restituidos plenamente en sus derechos, cumplir con mandatos estipulados en la legislación vigente, en particular, la orden que tienen todos los miembros de las fuerzas armadas de entregar al ICBF, en un plazo no máximo de 36 horas, a niños y niñas que se hayan desvinculados del conflicto armado, ya sea porque fueron capturados o se entregaron voluntariamente. • Al Estado colombiano, tomar medidas administrativas y políticas que permitan que órganos como la Fiscalía General de la Nación asuma, de una manera seria, la sanción al delito de reclutamiento forzado que se encuentra consagrado en la ley penal, teniendo 73 en cuenta que existe total impunidad en el mismo. • Al Estado colombiano, levantar la salvedad hecha al Estatuto de Roma, donde señala que los crímenes de guerra consagrados en el mismo, dentro del cual de encuentra el reclutamiento de niños y niñas, no podrán ser conocidos por la Corte Penal internacional hasta siete años después de la entrada en vigor de este tratado en Colombia. RESPECTO DE LA OCUPACIÓN Y ATAQUES A BIENES CIVILES • Al Estado colombiano, cesar la práctica llevada a cabo por sus Fuerzas Armadas de invadir escuelas y usarlas como trincheras de guerra o sitio de alojamiento de tropas militares, y sancionar conforme la ley penal y disciplinaria vigente aquellos miembros de dichas fuerzas que, por este hecho, se encuentran violando el DIH. • Al Estado colombiano y los grupos irregulares, cesar toda utilización de bienes protegidos por el DIH, e investigar y sancionar, conforme a la ley penal vigente, a los grupos e individuos que incurran en este tipo de infracciones. 74 ñas y jóvenes ubicadas en zonas de conflicto armado, de la violencia sexual ejercida por todos los grupos armados que toman parte en las hostilidades. • Al Estado colombiano, investigar y sancionar penal y disciplinariamente a los miembros de la fuerza pública que ejerzan cualquier forma de violencia de género en contra de las niñas y jóvenes. • Al Estado colombiano, establecer controles adecuados para prevenir la violencia sexual por parte de funcionarios públicos, especialmente en aquellas zonas más golpeadas por el conflicto armado interno. • Al Estado colombiano, crear un programa especial de atención psicosocial para atender a las niñas y jóvenes víctimas de violencia sexual, embarazo precoz y abandono en el marco del conflicto armado interno. RESPECTO A LOS BLOQUEOS DE SUMINISTROS Y SERVICIOS BÁSICOS RESPECTO A LAS VIOLACIONES E INFRACCIONES DEL DERECHO A LA LIBERTAD SEXUAL • Al Estado colombiano, cesar las fumigaciones aéreas de cultivos destinados para uso ilícito en todo el territorio nacional, con el objeto de proteger a las comunidades que ven afectados sus derechos a la salud, alimentación y medio ambiente a causa de las mismas, y que en muchas ocasiones deben desplazarse forzadamente. • Al Estado colombiano, adoptar medidas urgentes para proteger a las ni- • Al Estado colombiano, prohibir, investigar y sancionar cualquier bloqueo realizado por la fuerza pública que pueda poner en riesgo a las comunidades o afecte sus derechos a la educación, salud, alimentación, y la libre circulación entre otros derechos. • Al Estado colombiano, recibir en todo momento las denuncias de bloqueos realizados por las fuerzas oficiales y grupos irregulares que toman parte en las hostilidades, y adoptar todas las medidas adecuadas para levantarlos y atender a las comunidades afectadas por los mismos. • A los grupos armados irregulares, abstenerse de realizar bloqueos de alimentos y restricciones a la movilidad de las comunidades que pongan en riesgo su integridad personal. RESPECTO AL DESPLAZAMIENTO FORZADO • Al Estado colombiano, cumplir con los mandatos promulgado por la Corte Constitucional que le exigen garantizar los derechos humanos de la población desplazada, en general, y los niños, las mujeres, los indígenas y los afro descendientes, en particular, en aspectos como la educación y salud gratuitas, el ofrecimiento de proyectos productivos rentables para la población desplazada, y la reforma del aparato administrativo para que todos los procedimientos relacionados con esta población se realicen de manera pronta y oportuna. • Al Estado colombiano, abstenerse de otorgarle los beneficios jurídicos de la Ley 975 de 2005 a los grupos paramilitares que se encuentran en proceso de negociación hasta que no se garantice la restitución de los derechos de la población desplazada, toda vez que el desplazamiento forzado es un delito de ejecución permanente sobre el cual no pueden darse prerrogativas hasta tanto no cese su consumación. • A los grupos armados irregulares, cesar la práctica del desplazamiento forzado, y al Estado colombiano investigar conforme la ley penal a los autores de este delito. Bogotá, agosto 11 de 2006 75 76 Notas Notas 1 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, párr. 18. 2 Ibídem, párr. 21. 3 Ibídem párr. 50. 4 Ibídem, párr. 52. 5 Ibídem. 6 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por el Estado, Colombia. Documento CRC/C/COL/ CO/3, 2 de junio de 2006, párr 80 literales “a” y “c”. 7 Ibídem, párr. 76. literales “h” e “i”. 8 Ibídem, párr. 81, literal “f”. 9 Ibídem, anexo IV, párrs. 23, 29, 30, 78, y 79. 10 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, anexo IV, párr.8. 11 “Polémico borrador del decreto que reglamenta Ley de Justicia y Paz se está modificando”. Diario El Tiempo, 2 de agosto de 2004, www.eltiempo.com. 12 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/ COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 45. 13 Ibídem, párr. 5. 14 Ibídem, párr. 35. 15 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, párr. 21, 25 y 27. 16 Ibídem, Capítulo I “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la integridad personal”. 77 17 Denuncia realizada por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz el 10 de Noviembre de 2005. 29 “Cilindros – bomba de las Farc caían cada hora sobre Montebonito”, Diario El Tiempo, 6 de Marzo de 2006. 18 Asociación de Cabildos Indígenas del Chocó OREWA, Denuncia del 13 de Marzo de 2006. 30 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/COL/ CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 85 literal “a”. 19 Fundación para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos Reiniciar, 30 de Abril de 2006. 20 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/ COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 44. 21 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, Capítulo ANEXO III “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la integridad personal”. 22 Denuncia pública realizada por la Asociación Campesina de INZA- Tierradentro ACIT (Cauca) el 13 de Enero de 2006. 23 “Justicia Penal Militar investiga operativo de Inzá”, Diario del Huila, 23 de Enero de 2006, consultado en www.diariodelhuila.com. 24 Denuncia realizada por La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz el 28 de Diciembre de 2005. 25 “Niña de 13 años asesinada al salir del colegio”, Diario El Tiempo, 26 de Enero de 2006, Pág. 1-4. 26 “Carol fue asesinada por retaliaciones”, Diario del Sur, 27 de Enero de 2006, tomado de www.diariodelsur.com.co. 27 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, Capítulo ANEXO III “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la integridad personal”. 28 “Ataque explosivo en vía La Guajira”, Diario El Tiempo, 18 de Julio de 2005, Pág. 2-11. 78 31 “Están asesinando a los niños de la calle en Bucaramanga”, Diario Vanguardia Liberal, 17 de Febrero de 2006. 32 “Dos niñas campesinas mueren por choque entre FARC y paras”, Diario El Tiempo, 8 de Septiembre de 2005, Pág. 1-4. 33 Diario El heraldo, 16 de Abril de 2006. 34 Informe de la Misión de Verificación de las violaciones de Derechos Humanos en el municipio de Buenaventura. Asociación “Minga”, Proceso de Comunidades Negras en Colombia y Consejos Comunitarios de Buenaventura. Septiembre 2005. 35 “Un niño de 5 años muerto y 13 personas heridas porexplosión de granada en Buenaventura”, Diario El Tiempo, Bogotá, Colombia, 22 de abril de 2005, en www.eltiempo.com.co. 36 Información recogida directamente por la Comisión Colombiana de Juristas. 37 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, Capítulo I “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la integridad personal”. 38 “Un niño se despidió de su pie derecho”, Diario El Universal (Cartagena), 17 de Abril de 2006, consultado en www.eluniversal. com.co. 39 Informe de la Comisión Mixta de protección para el pueblo Embera Katio del Alto Sinú, Vista reaizada entre los días 18, 19 y 20 de Noviembre de 2005. 40 Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), Denuncia del 9 de Marzo de 2006. 41 Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política de Cinep (BDC), Noche y niebla–Panorama de derechos humanos y violencia política en Colombia, Bogotá, BDC, n. 31, 2005, Pág. 207. 42 Denuncia realizada por el Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos CPDH el 30 de Enero de 2006. 43 Los Gaula “son unidades elite creadas por la Ley 282 de 1996, exclusivamente dedicadas a evitar y actuar en contra del secuestro y la extorsión”. En: Ejército Nacional República de Colombia sitio web, http://www.ejercito.mil. co/index.php?idcategoria=71, fecha de consulta: agosto 11 de 2006. 44 Denuncia realizada por la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos Seccional Valle del Cauca el 3 de Agosto de 2005. 45 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, Humanidad Vigente, y Comisión Colombiana de Juristas, “Informe alterno al Comité de los Derechos del Niño”, 2005. 46 Información suministrada por la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Algunas respuestas a las preguntas formuladas por los y las expertas del Comité de Derechos del Niño durante la presesión de enero de 2006, marzo 31 de 2006. 47 Testimonio de un Joven que participa de un grupo juvenil. 48 Testimonio de una madre de familia en Altos de Cazucá- Febrero de 2006. 52 “El Gaula de la Policía capturó en las últimas horas a una menor de 17 años que presuntamente era la encargada de custodiar a las personas secuestradas por el frente 41 de las FARC”, Diario El Heraldo, Valledupar, 13 de julio de 2006, en www. elheraldo.com.co/hoy060713/judiciales/ noti6.htm. 53 Información dada por el UNICEF en el marco del Equipo Especial en Colombia. 54 Información dada por la OACNUDH en el marco del Equipo Especial en Colombia. 55 Diario El Colombiano, 18 de agosto de 2005, en www.elcolombiano.com.co. 56 Información dada por la OACNUDH en el marco del Equipo Especial en Colombia. 57 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, Humanidad Vigente, y Comisión Colombiana de Juristas, “Informe alterno al Comité de los Derechos del Niño”, 2005. 58 Human Rigths Watch, “You´ll learn to cry, child combatants in Colombia”, septiembre de 2003. 59 Defensoría del Pueblo, “Informe sobre los derechos humanos de la niñez en Colombia durante el año 2001”, Bogotá, marzo de 2002. 60 Ibídem, p. 22-25. 61 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/ COL/CO/3, 2 de junio de 2006. 49 Representante Especial del SG para el tema de la Niñez y el conflicto armado tras su misión humanitaria a Colombia, Declaración de Prensa HR/4418, 9/06/99. 62 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9, párr. 68. 50 Declaración por la Paz de Colombia. Autodefensas Unidas de Colombia, 29 de noviembre de 2002. 63 Información dada por la OACNUDH en el marco del Equipo Especial en Colombia. 51 Información dada por la OACNUDH en el marco del Equipo Especial en Colombia 64 http://www.ejercito.mil.co, obtenida en septiembre de 2003. 79 65 Procuraduría General de la Nación. La Zona de Rehabilitación y Consolidación de Arauca: Informe Especial, 2003. 66 Respuesta a Derecho de Petición de la Coalición, firmada el 28 de enero de 2004 por el Mayor General del Ejército Nacional, Eduardo Morales. En respuesta posterior (oficio No. 03928 del 3 de febrero de 2005), el Grupo de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa señaló que “se trata de un programa…dirigido exclusivamente a personas adultas…ocasionalmente, directivas de colegios y escuelas solicitan al Ejército Nacional que sus alumnos tengan la oportunidad de visitar las unidades militares, con el único objetivo de fomentar en los niños la cultura de respeto por los símbolos y valores patrios”. 67 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación Derechos Humanos de niños y niñas en el marco del conflicto armado”, junio de 2006. 68 Ibídem. 69 Información dada por la OACNUDH en el marco del Equipo Especial en Colombia. 70 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/ COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 80. 71 Como el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados; el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de 1991 y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la Erradicación del Reclutamiento y la Participación de Niños en Conflictos Armados del 13 de abril de 2000. 72 De acuerdo con información suministrada por la Fiscalía General de la Nación en abril de 2004, existían a ese momento 6 investigaciones abiertas en Armenia, Cartagena y Santa Rosa de Viterbo. (DNF/OFICIO No.03209). 80 73 Diario el Espectador, “Detenido exmilitar que reclutaba niños para grupos paramilitares” 16 de febrero de 2004, Bogotá, Colombia. 74 Diario el Espectador, “Asegurado “Simón Trinidad” por reclutamiento de menores”, 29 de abril de 2004, Bogotá, Colombia. 75 Coalición Colombia, “Análisis jurídico de legislación internacional y colombiana”, enero de 2003, página 85. 76 Ésta tiene como objetivo principal reglamentar la entrega de beneficios judiciales a miembros de grupos armados ilegales que se encuentren en negociaciones con el Gobierno Nacional –en este momento, las AUC-, que no se hayan podido reincorporar a la vida civil mediante la Ley 782 de 2002 o el Decreto 128 de 2003, por encontrarse vinculados a procesos penales por violaciones a los derechos humanos y/o infracciones al derecho internacional humanitario. 77 “Artículo 64. Entrega de menores. La entrega de menores por parte de miembros de Grupos armados al margen de la ley no serán causal de la pérdida de los beneficios a que se refieren la presente ley y la Ley 782 de 2002”. 78 Corte Constitucional, sentencia de constitucionalidad C-203 de 8 de marzo de 2005, Magistrado ponente: Manuel José Cepeda, en www.ramajudicial.gov.co 79 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, doc. E/CN.4/2006/9. 80 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/ COL/CO/3, 2 de junio de 2006. 81 Fundación Dos Mundos. Impactos psicosociales de la participación de niñ@s y jóvenes en el conflicto armado. Niñez y Conflicto Armado, Universidad Nacional , Agosto de 2001. 82 Fundación Dos Mundos. Protección y formación desde una perspectiva psicosocial y de Derechos a Comunidades Escolares Afectadas Por Violación De Sus Derechos Humanos E Infracciones Al DIH. Testimonio de Maestro de Tutunendo, Abril 2006. 83 Ibídem. 84 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación derechos humanos de niños y niñas en el marco del conflicto armado”, junio de 2006. 85 Información dada por el UNICEF en el marco del Equipo Especial en Colombia. 86 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación derechos humanos de niños y niñas en el marco del conflicto armado”, junio de 2006. 87 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, regional Noroccidente, Medellín. 88 OACNUDH, Informe sobre los Derechos de la Mujer, Bogotá, diciembre de 2002, pp. 123 y ss. 89 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Comunicado de prensa. 90 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, MR 23/040/2004, octubre de 2004, p. 1. 91 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 57. 92 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, MR 23/040/2004, octubre de 2004, p. 1. 93 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el mar- co del conflicto armado”, MR 23/040/2004, octubre de 2004. 94 FUNDACIÓN DOS MUNDOS. Editorial de la revista “Razones y Emociones” No. 13, Julio – Agosto de 2004. 95 “Informe sobre violencia sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia: Enero 2003 - junio 2004”, Bogotá, Colombia, octubre de 2004, p. 6. 96 Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, 2001: párrf. 36. 97 Coalición Colombia, “Informe Comisión de verificación sobre la situación de niñas y niños en Arauca”. Bogotá, septiembre de 2004, p. 34. 98 Ibídem. 99 Taller con niños y niñas de sexto grado en la cabecera municipal del Alto Atrato. 100 Coalición contra la vinculación de niños niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al alto Atrato Chocó, entrevista con un representante de la Diócesis, mayo de 2006. 101 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, MR 23/040/2004, octubre de 2004. p. 44. 102 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia. E/ CN.4/10.2005.28, febrero de 2005, párr. 22. 103 Coalición Colombia, Informe de Derechos Humanos de niños y niñas 2004. Bogotá, febrero de 2005, p. 29. 104 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 81 105 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 106 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/COL/CO/3, 2 de junio de 2006. 107 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 108 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 65. 109 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento CRC/C/COL/CO/3, 2 de junio de 2006. 110 Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las Mujeres en Montería y Tierralta, Córdoba. Corporación Humanas y UNIFEM, 2005. Pág. 8. 111 Ibídem. 112 Amnistía Internacional: “Cuerpos marcados, crímenes silenciados. Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, Madrid 2004, p.42. 82 113 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, Humanidad Vigente, y Comisión Colombiana de Juristas, Informe alterno al Comité de los Derechos del Niño, 2005. 114 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005. Página 56. 115 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 80. 116 Corporación Humanas y UNIFEM, “Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las Mujeres en Montería y Tierralta, Córdoba”, 2005. Pág. 52. 117 Corporación Humanas y UNIFEM, “Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las Mujeres en Montería y Tierralta, Córdoba”, 2005. Pág. 54-55. 118 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Subdirección de Intervenciones Directas, “Respuesta a derecho Fundamental de Petición, Oficio 14360-12289-751-05”, 11 de marzo de 2005, R egional Departamento del Tolima, “Oficio CZE365”, 28 de febrero de 2005, Juzgado Promiscuo de Familia de Melgar, “Oficio No. 089”, 16 de febrero de 2005, Procuraduría General de la Nación, “Oficio No. 048-05”, 16 de febrero de 2005, todos en archivo de la Coalición contra la Vinculación de Niños y Niñas al Conflicto Armado en Colombia. 119 “Tratado Internacional de Asistencia Recíproca –TIAR”, suscrito en noviembre de 1949. 120 Ver, Research for sex work, “Salud, VIH, trabajo Sexual: Influencia, Migración, Movilidad”. 121 Noticiero de televisión Noticias Uno, “Reportaje sobre explotación sexual en Cartagena y Bogotá”, noviembre de 2004, Bogotá, Colombia, en quetalesto@noticiasuno.com 133 Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 94. 122 DEFENSORIA DEL PUEBLO, “Informe de niñez 2001”, Op. Cit. 134 Comisión Colombiana de Juristas. Colombia: en contravía. Op. Cit. Octubre de 2004. 123 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 124 Ibídem, p. 45. 125 Revista Semana, “Infamia”, julio de 2006 en www.semana.com. 126 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005. 127 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 112. 128 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 43, p. 43. 129 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005. Página 43, p. 43. 130 Observaciones finales del Comité de los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 81.f)g). 131 “70 pueblos sitiados por el hambre”, El Tiempo, 19 de septiembre de 2004, www. eltiempo.com 132 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 97. 135 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9 del 20 de enero de 2006, párr. 52. 136 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9 del 20 de enero de 2006, párr. 101. 137 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9 del 20 de enero de 2006, párr. 102. 138 Caracol radio, Las misiones humanitarias lanzan alerta en las zonas de confrontación armada, 10 de mayo de 2006, en: http://www.caracol.com.co/noticias/285114. asp, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 139 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 64. 140 Diario El Tiempo, “Iglesia denuncia la muerte de 17 niños indígenas por cerco de las autodefensas en la Sierra Nevada”, Bogotá, Colombia, 3 de agosto de 2006, en www.eltiempo,com, consultado el 3 de agosto de 2006. 141 Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Informe anual 2005 sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, documento de 83 Naciones Unidas E/CN.4/2006/9 del 20 de enero de 2006, párr. 52. 142 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 98. 143 Caracol radio, Las misiones humanitarias lanzan alerta en las zonas de confrontación armada, 10 de mayo de 2006, en: http://www.caracol.com.co/noticias/285114. asp, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 144 Carta abierta de protesta a todos los grupos armados ilegales en Colombia, Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, Bogotá, Colombia, 23 de enero de 2006. 145 Sala de Situación Humanitaria, Contexto, enero - febrero de 2006. 146 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó, mayo de 2006. 147 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó, mayo de 2006, entrevista con madres comunitarias. 148 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó, mayo de 2006, reunión con miembros de la Comunidad. 149 Ibídem. 150 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó, mayo de 2006, entrevista con líder comunitaria de la zona. 84 151 Consideramos importante incluir dentro de esta categoría las fumigaciones de cultivos destinados para usos ilícitos ya que se trata de una estrategia contrainsurgente orientada a debilitar las fuentes de ingre- sos de las guerrillas y porque estas están teniendo un grave impacto en la salud y la nutrición de los niños y niñas que habitan en las zonas en donde se están llevando a cabo dichas fumigaciones. 152 Ecuador: Comunidades afectadas por las fumigaciones dentro del Plan Colombia presentan un Amparo Consitucional, en:.http://www.fian.org/fian-es/indexphp? option=com_urgentactions&Itemid=81&uaI D=1, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 153 Niños enloquecidos a causa de fumigaciones, jueves 28 de diciembre de 2000, en: http://www.nadir.org/nadir/initiativ/agp/free/ colombia/txt/2000/0112ninos_enloquecidos. html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 154 Niños indígenas, víctimas de fumigación con glifosato, 23 de junio de 2005, en: http://www.voltairenet.org/article126227. html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 155 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 78. 156 Niños indígenas, víctimas de fumigación con glifosato, 23 de junio de 2005, en: http://www.voltairenet.org/article126227. html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006. 157 Hemos incluido la categoría desplazamiento forzado, con el objeto de hacer un análisis más detallado de la problemática en Colombia y de la situación particular de los niños y niñas afectados por esta situación. Consideramos importante no restringir esta categoría a las violaciones de libre circulación por considerar que el desplazamiento es un fenómenos complejo que compromete una amplia gama de vulneración de derechos. 158 Observaciones finales del Comité de los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 79,c) 159 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas Especiales de Protección. 160 Observaciones finales del Comité de los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 78. 161 Organización no gubernamental, Consultoría para Derechos Humanos y el Desplazamiento forzado. 162 Watchlist on children and armed conflict, Colombia´s war on children, febrero de 2004, Nueva York. 163 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, “Informe para el Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los niños en los conflictos armados”, junio de 2004. 164 UNICEF, Panorama Colombia, en http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/colombia.html. 165 Cuarto informe conjunto de la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo sobre el cumplimiento de las órdenes de la sentencia T-025 de 2004, Bogotá, 4 de febrero de 2005. 166 Corte Constitucional, sentencia T-025, M.P.: Manuel José Cepeda, 22 de enero de 2004. 167 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas Especiales de Protección. 168 “Acnur pide replantear política de desplazados”, El Tiempo, 16 de diciembre de 2004, www.eltiempo.com. 169 Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 78. 170 Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 79.a). 171 Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Hemos comenzado a desplazamos ante la presencia de la policía; 1 de abril de 2005, en http://www.cdpsanjose. org/article.php3?id_article=135, fecha de consulta: 6 de agosto de 2006. 172 Informe 65, Consejo Comunitario del Jiguamiandó y familias del Curbaradó, Desconocimiento de la medidas Provisionales de la Corte Interamericana, Ocupacion militar de zona humanitaria, Posible Desplazamiento de los Afrodescendientes, Bogotá, D.C diciembre 9 de 2005, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz). 173 Sala de Situación Humanitaria, desplazamiento, junio de 2005. 174 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, febrero - marzo de 2006. 175 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 176 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, marzo a abril de 2006. 177 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, marzo a abril de 2006. 178 ACNUR, Más familias huyen del peligro cerca de la frontera norte de Colombia con Panamá, en: http://www.acnur.org/paginas/ index.php?id_pag=5429&id_sec=15, fecha de consulta: agosto 7 de 2006. 179 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento marzo – abril de 2006. 180 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006, párr. 64. 181 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, septiembre- octubre de 2005. 182 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, diciembre - enero de 2006. 183 Sala de Situación Humanitaria, desplazamiento, diciembre a enero de 2006. 85 184 Sala de Situación Humanitaria, contexto, septiembre – octubre de 2005. 185 Comunicado público OACNUDH, Grave situación de indígenas Awá en Nariño, agosto de 2005. 186 Diario El Tiempo, 17 de junio de 2006, pp. 1-4 187 OCHA, Sala de Situación Humanitaria, Contexto, septiembre a octubre de 2005. 188 OCHA, Sala de Situación Humanitaria, Comunidades en riesgo, junio de 2005. 189 Diario El Tiempo, Los niños de Tame (Arauca) huyen de una orden de reclutamiento de las Farc, agosto 10 de 2006, en: www.eltiempo.com, fecha de consulta: agosto 11 de 2006. 190 Ibíd., Los niños de Tame (Arauca) huyen de una orden de reclutamiento de las Farc. 191 Ibíd., Los niños de Tame (Arauca) huyen de una orden de reclutamiento de las Farc. 192 Secretariado Nacional de Pastoral Social y Universidad de los Andes, Hacia una política proactiva para la población desplazada, marzo de 2006. 193 Ibídem. 194 Ibídem. 195 PNUD, “El Conflicto: callejón con salida”, Op. Cit. 196 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas especiales de protección. 197 Entrevistas realizadas y analizadas por la Secretaría Técnica de la Coalición, Fundación Dos Mundos, Colectivo por la Objeción de Conciencia, CAS y Taller de Vida, entre julio y noviembre de 2004. 86 198 Durante el primer semestre de 2004 fueron entregados 113.108 cupos y el déficit de cupos según la Red de Solidaridad Social es de 308.437 cupos para la población entre 5 y 15 años; en Consejo Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada, informe a la Corte Constitucional, 17 de enero de 2005, AZ - 1, pág. 93; y Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, “Balance de la política pública de prevención, protección y atención al desplazamiento forzado en Colombia. Agosto 2002 - agosto 2004”, Bogotá, diciembre de 2004, Conclusiones y recomendaciones generales, párr. 37. citado en Medidas de protección por Comisión Colombiana de Juristas. 199 Resolución defensoríal regional No. 003. agosto 14 de 2002. 200 Fundación Dos Mundos. Textos de la exposición fotográfica “Construyendo Imaginarios para la Paz” Magdalena Medio. Colombia. Noviembre de 2004. 201 Observaciones finales del Comité de los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/ CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 77.e). 202 OCHA, Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento marzo – abril de 2006. 203 El sistema anterior permitía, en la teoría, que las personas desplazadas tuvieran un acceso gratuito a la salud con la sola inscripción al SUR, esquema financiado desde el Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga). Las reformas se formalizaron en los siguientes documentos: Circular 0042 de 2002 del Ministerio de trabajo y seguridad social relativa a las fuentes de financiamiento, decreto 2131 del 30 de julio de 2003 por el cual se reglamenta el numeral 4 del artículo 19 de la ley 387 de 1997, el último inciso del artículo 54 de la ley 812 de 2003 frente a la atención en salud de la población desplazada por la violencia y se dictan otras disposiciones y resoluciones 0474 y 1038 de 2004 del Ministerio de Protección social citado en Medidas Especiales de Protección por Comisión Colombiana de Juristas. 204 “La Situación de los Derechos Humanos de las mujeres en Colombia: Entre el conflicto armado y la política de seguridad democrática, Informe de Derechos Humanos de mujeres, 2004”, presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Red Nacional de Mujeres, Organización Femenina Popular, ANMUCIC, Confluencia Nacional de Redes de Mujeres, Iniciativa de mujeres colombianas por la paz, Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado”, Grupo Mujer y Sociedad, Ruta Pacífica, Colectivo María María, Corporación Casa de la Mujer, Corporación Sisma Mujer, Mesa Mujer y Economía, Comisión Colombiana de Juristas, Planeta Paz. 205 Ley 387 de 1997, artículo 15; decreto 2569 de 200, artículos 16 y 17; y Principio Rector 18. 206 Programa Mundial de Alimentos, Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de la población desplazada por la violencia en Colombia, Bogotá, 2003. Citado en medidas especiales de protección por la Comisión Colombiana de Juristas. 207 Defensoría del Pueblo, “Informe de niñez 2001”, Op. Cit. 208 Diagnóstico general sobre derechos económicos, sociales y culturales en la comuna 4 del municipio de Soacha –Cundinamarca, documento elaborado por las Organizaciones Sociales y No Gubernamentales que trabajan en la zona de la Comuna 4 del Municipio de Soacha, Cundinamarca para la Audiencia Pública sobre la situación de Derechos Humanos de Cazucá llevada a cabo en el Congreso de la República el 19 de Agosto de 2004. 209 Resolución Defensorial regional No. 003 Bogotá, agosto 14 de 2002. 210 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia 2005. Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero de 2006. 211 OACNUDH, Grave situación de indígenas Awá en Nariño, Comunicado público ACNUDH, 8 de julio de 2005. 212 Información aportada por la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, diciembre de 2005. 213 Para el mismo evento, el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, en su Informe de Riesgo 048-04 reporta 2592 personas desplazadas 214 La guerrilla no dejó recoger la cosecha cafetera en Samaná (Caldas), El Tiempo, Bogotá, Colombia, 21 de noviembre de 2005. 215 Información aportada por la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, diciembre de 2005. 216 OCHA, Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, marzo-abril de 2006. 217 ADITAL, 31 de mayo de 2006, http://www.adital.com.br/site/conteudo. asp?lang=ES&ref=vi sita. 87 visite nuestra pagina web www.coalico.org coalico@etb.net.co