informe alterno a la representante especial del secretario general

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Situación de Derechos Humanos y Derecho Humanitario
de la niñez 2005-2006
Informe Alterno a la Representante Especial del Secretari
General de las Naciones Unidas para la cuestión de los
niños y los conflictos armados - Situación de Derecho
Informe Alterno a la Representante Especial
del Secretario General de Naciones Unidas
para la cuestión de los niños
y los conflictos armados
INFORME ELABORADO POR:
Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia:
Benposta Nación de Muchach@s
Colectivo por la Objeción de Conciencia
Comité Andino de Servicios
Fundación Creciendo Unidos
Fundación Dos Mundos
Fundación para la Educación y el Desarrollo – FEDES
JUSTAPAZ
Servicio Jesuita a Refugiados
Taller de Vida
terre des hommes – Alemania
Comisión Colombiana de Juristas
LA ELABORACIÓN Y PUBLICACIÓN DE ESTE INFORME SE REALIZÓ GRACIAS AL APOYO DE:
Watchlist on Children and Armed Conflict
COORDINACIÓN GENERAL
Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia
Tetefax (57+1) 544 7522 Bogotá D. C. Colombia.
www.coalico.org
coalico@etb.net.co
DISEÑO GRÁFICO
Rocío Paola Neme Neiva / rocioneme@yahoo.com
Impreso en enero de 2007 - Bogotá D.C., Colombia.
ESTE INFORME ESTÁ DISPONIBLE, EN INGLÉS Y ESPAÑOL EN www.coalico.org
Introducción
Introducción
En agosto de 2005, la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia
(Coalición Colombia) tomó la iniciativa
de impulsar la implementación en Colombia de la Resolución 1612 de 2005,
del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, sobre niñez y conflicto armado. Así, con el objeto de difundir su
contenido y sentar las bases para la
conformación de un equipo especial
de país, la Coalición Colombia realizó
varias reuniones con las agencias de
Naciones Unidas que tienen presencia
en Colombia y con organizaciones de
Derechos Humanos que trabajan en la
defensa de los Derechos Humanos de
la niñez.
Desde noviembre de 2005, se han venido realizando reuniones periódicas
convocadas y coordinadas por UNICEF,
que han resultado en la constitución del
equipo especial integrado por organizaciones de la sociedad civil que cuentan
con un reconocimiento en el trabajo por
los Derechos Humanos de la niñez Coalición Colombia; Benposta Nación
de Muchachos; la Comisión Colombiana
de Juristas; la Fundación Dos Mundos;
el Comité Andino de Servicios; el Servicio Jesuita para Refugiados; Fundación
para la Educación y el Desarrollo, FEDES y Save the Children Canadá, el Ministerio Público -Procuraduría General
de la Nación y Defensoría del pueblo-,
y agencias de Naciones Unidas -la Oficina en Colombia del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, OACNUDH; Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia,
5
UNICEF; Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados, ACNUR; Oficina
en Colombia de las Naciones Unidas
para la Coordinación de los Asuntos
Humanitarios, OCHA; Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo,
PNUD; y Fondo de las Naciones Unidas
para la Mujer, UNIFEM-.
El Equipo Especial ha venido trabajando conjuntamente en el acopio y análisis de la información para el informe
del Secretario General al Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas.
Sin embargo, teniendo en cuenta que
dicho informe es preparado únicamente por el sistema de Naciones Unidas,
la Coalición Colombia, conjuntamente
6
con la Comisión Colombiana de Juristas y Benposta Nación de Muchachos,
ha elaborado el presente informe, con
el fin de asegurarnos de que la Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los Niños y los
Conflictos Armados tenga una información lo más completa posible. La información y análisis que se presenta en él
han sido compartidas con las agencias
del sistema de Naciones Unidas participantes del Equipo Especial e incluyen
información consolidada a su interior,
así como información obtenida en el
curso de las misiones que la Coalición
ha realizado, con acompañamiento de
agencias como UNICEF y ACNUR durante el 2006, en los departamentos de
Chocó y Putumayo.
Este es un documento elaborado por la
COALICO
Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes
al conflicto armado en Colombia
de la cual hacen parte:
Benposta Nación de Muchach@s
Colectivo por la Objeción de Conciencia
Comité Andino de Servicios
Fundación Creciendo Unidos
Fundación Dos Mundos
Fundación para la Educación y el Desarrollo – FEDES
JUSTAPAZ
Servicio Jesuita a Refugiados
Taller de Vida
terre des hommes – Germany
BENPOSTA
NACIÓN DE MUCHACH@S
COLOMBIA
COLECTIVO
POR LA OBJECIÓN
DE CONCIENCIA
COMITÉ ANDINO
DE SERVICIOS
FUNDACIÓN
DOS MUNDOS
FUNDACIÓN
CRECIENDO UNIDOS
SERVICIO JESUITA
A REFUGIADOS
terre des hommes
ALEMANIA
y
Comisión Colombiana de Juristas
7
8
Contexto
En su informe sobre la situación en
Colombia durante 2005, la OACNUDH
señaló que:
“La situación de derechos humanos se caracterizó, en parte, por una serie de violaciones
graves1(...) Entre las graves
violaciones están las que vulneran los derechos a la vida, a
la integridad y seguridad personales y a la libertad. En comparación con los años anteriores,
la Oficina en Colombia registró
un mayor número de denuncias
de estas violaciones. A diferencia de años recientes, denuncias confiables durante 2005,
con mayor frecuencia, señalan
como directamente implicados
a miembros de la Fuerza Pública. En varios casos, las conductas de paramilitares comprometieron la responsabilidad
estatal por la acción u omisión
de funcionarios” 2.
La grave situación de derechos humanos se ve profundizada por la persistencia del conflicto armado interno, caracterizado por “La persistencia de graves
infracciones por parte de miembros de
grupos armados ilegales, en particular
por las [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo],
FARC-EP, y las [Autodefensas Unidas
de Colombia], AUC 3; [y] también [por]
infracciones atribuidas a miembros de
la Fuerza Pública, en particular por el
irrespeto de los principios humanitarios
de distinción, limitación y proporcionalidad” 4. Varias instancias de protección
han manifestado, además, su preocupación por el hecho de que continúe
la violencia sexual contra niñas y mujeres.
La Oficina en Colombia observó la
persistencia de graves infracciones
por parte de miembros de los grupos
armados ilegales, en particular por las
FARC-EP y las AUC. Todos esos grupos continuaron cometiendo ataques
9
y amenazas, ataques indiscriminados,
homicidios, masacres, tomas de rehenes y actos de terrorismo. También continuaron propiciando desplazamientos
forzados, violencia sexual contra mujeres y niñas, e irrespetando la misión
médica. También señaló que “los civiles, y en particular los grupos étnicos,
se vieron afectados por la restricción
del transporte de alimentos, medicinas y personas” y que, otras acciones
provocaron el aislamiento de comunidades. Las guerrillas persistieron en la
utilización de minas antipersonal” 5
Otra de las grandes preocupaciones
con respecto a la situación de niñas y
niños en relación con el conflicto armado, es el reclutamiento y utilización de
los mismos por parte de los grupos armados que participan directamente en
las hostilidades. Al respecto, el Comité
de los Derechos del Niño manifestó su
preocupación por: “el reclutamiento en
gran escala de niños por los grupos armados ilegales para combatir y también
como esclavos sexuales; la utilización
de niños por las fuerzas armadas para
obtener información de inteligencia” 6.
En el mismo sentido señaló que:
10
“el uso recurrente de escuelas
por las fuerzas armadas del Estado y el establecimiento de bases militares en las cercanías
de escuelas hacen de éstas objetivos militares para los grupos
armados ilegales, lo que hace
imposible que los niños reciban
educación; la participación de
niños en actividades de capacitación militar y las visitas escolares de estudio a bases militares, en el contexto del actual
conflicto armado interno, comprometen el principio del derecho humanitario de distinción
de la población civil y exponen
a la infancia al peligro de sufrir
represalias de miembros de los
grupos armados ilegales” 7.
El marco jurídico bajo el cual serán tratados las niñas y niños desvinculados
del conflicto armado ha sido un motivo
permanente de intranquilidad. El Comité
se manifestó preocupado por el nivel insuficiente de reintegración social, rehabilitación y reparación de que disponen
los niños soldados desmovilizados; y la
falta general de transparencia suficiente
al examinar los aspectos relativos a la
infancia en las negociaciones con los
grupos armados ilegales, que prolonga
la impunidad de los responsables de reclutar a niños como soldados. En este
aspecto el Comité recomendó que “en
las negociaciones de paz con los grupos
armados ilegales, tenga debidamente en
cuenta la victimización de ex niños soldados, así como la responsabilidad de
los grupos por esos crímenes de guerra.
Se debería recabar asesoramiento jurídico del ACNUDH sobre cómo integrar
en el marco jurídico de las negociaciones de paz normas mínimas de derechos humanos y una perspectiva de los
derechos del niño, prestando especial
atención a los principios básicos de la
verdad, la justicia y la reparación para
las víctimas” 8.
Por otra parte, el Gobierno continuó
con el proceso de negociaciones con
los grupos paramilitares. Muchas son,
sin embargo, las preocupaciones que
existen con respecto a la forma como
se ha conducido este proceso y la garantía de los derechos humanos.
En primer término, en el proceso de
negociación con los paramilitares no
se ha exigido el respeto por el cese de
hostilidades planteado como condición
para su desarrollo9. Adicionalmente, es
preocupante en la implementación del
marco jurídico aplicable en la materia,
la ausencia de desmantelamiento del
paramilitarismo y el fortalecimiento de
su influencia en diversos sectores del
país. La oficina de la Alta Comisionada ha señalado que durante 2005 “se
hizo más patente el control y la influencia ilegítima que estos grupos ejercen
sobre la administración y sobre la vida
política, social y económica en varias
regiones del país” 10.
Aunque la Corte Constitucional, mediante la revisión de constitucionalidad
de la Ley 975 de 2005 -que dentro de
sus propósitos tiene la entrega de amplios beneficios jurídicos a los miembros
de grupos armados que hayan cometido graves violaciones a los derechos
humanos y el derecho humanitarioadecuó, en algunos aspectos, su contenido a los estándares internacionales
en materia de derechos de las víctimas,
recientemente el Gobierno nacional afirmó que expedirá un decreto para revivir
aquellos apartes declarados incompatibles con la Constitución Política de
Colombia y con diferentes instrumentos
internacionales de protección11.
Adicionalmente, la situación de impunidad es tan grave que el Comité sobre
los Derechos del Niño instó:
“al Estado Parte a que acabe
con la legalidad de la impunidad, realice con urgencia investigaciones penales de violaciones de derechos humanos
en casos en los que niños han
perdido la vida y vele por que
los autores comparezcan ante
la justicia con carácter de máxima prioridad. Además, el Comité solicita que el Estado Parte
respete sus obligaciones jurídicas internacionales en relación
con las garantías de un juicio
justo y se asegure de que todas
las investigaciones se llevan a
cabo de forma independiente e
imparcial” 12.
El Comité también observó que “la pobreza, la desigual distribución de los
recursos y el conflicto armado interno
de larga duración que aqueja a Colombia han afectado negativamente a la
aplicación de los derechos amparados
en la Convención” 13.
Al antes citado Comité le preocupó
también:
“profundamente que exista
una discriminación generalizada en relación con ciertos
grupos vulnerables, como los
11
niños desplazados, los niños
afrocolombianos e indígenas y
los niños que viven en zonas
rurales y remotas. La capacidad
de éstos para acceder a instalaciones de educación y de salud
se ve gravemente reducida por
la desigual asignación de recursos. Al Comité le preocupa que
dichos grupos vulnerables se
encuentren en mayor riesgo de
ser reclutados por las fuerzas
armadas, así como de ser explotados comercial y sexualmente,
12
de verse abocados al desplazamiento interno y de convertirse
en víctimas de trata” 14.
En conclusión, el Estado continúa
frente al reto de sanear sus instituciones, de desmantelar y desarticular el
paramilitarismo, y de responder ante
la población sobre los aspectos relacionados con los grupos armados y las
consecuencias de sus acciones sobre
las víctimas y sus familias. Todo ello,
orientado a garantizar la no repetición
de las violaciones.
Violaciones contra el derecho a la vida
y a la integridad personal
VIOLACIONES E INFRACCIONES
CONTRA EL DERECHO A LA VIDA:
HOMICIDIOS Y DESAPARICIONES
FORZADAS
A continuación se ilustran algunas de
las tendencias observadas durante el
período en estudio: junio de 2005 a julio de 2006.
La crítica situación de derechos humanos y derecho humanitario que vive el
país está lejos de superarse, y entre
las víctimas más vulnerables de esa
situación se encuentran las niñas y los
niños. Esto implica que las medidas
adoptadas por el Gobierno nacional no
han sido efectivas para garantizar su
derecho a la vida y que los grupos que
participan directamente en las hostilidades incumplen de manera reiterada
el derecho humanitario.
a) Ejecuciones extrajudiciales
cometidas por miembros
de la Fuerza Publica
Durante el periodo del presente informe, las ejecuciones extrajudiciales
cometidas por miembros de la fuerza
pública, en algunos casos, señalando
a niños y niñas como miembros de los
grupos guerrilleros, continuaron su tendencia al aumento.
La OACNUDH, ha señalado que en
muchos casos son los propios agentes
estatales quienes propician o protagonizan las violaciones de los derechos humanos de las niñas y los niños15.
1. El 9 de febrero de 2005, en
zona rural de Atánquez, departamento del Cesar, fue ejecutada extrajudicialmente una menor
indígena wiwa embarazada. Los
hechos se atribuyen presuntamente a miembros de la X Brigada del
Ejército. El pueblo kankuamo cuenta con medidas provisionales otorgadas por la Corte Interamericana
13
de Derechos Humanos, y el pueblo
Wiwa con medidas cautelares de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos16.
2. El 10 de noviembre de 2005,
en el municipio de Caloto, departamento de Cauca, el niño de la comunidad indígena Paez, Belisario Camayo Guetoto, de 16 años de edad,
fue ejecutado extrajudicialmente
por miembros del Escuadrón Móvil
Antidisturbios de la Policía Nacional
(ESMAD). Belisario era un activo defensor del derecho a la tierra de su
comunidad. Desde el 12 de octubre
de 2005, los indígenas habían entrado a la hacienda “El Japio”, con el fin
de presionar al Gobierno Nacional
para que respondiera a la exigencia
del pueblo indígena de restitución y
titulación colectiva de tierras.
La Policía Nacional respondió a la
protesta pacífica de la comunidad indígena usando gases lacrimógenos
y garrotes, e impidiendo el ingreso
de alimentos a la hacienda. El 10 de
noviembre, el ESMAD entró a la hacienda disparando armas de fuego
indiscriminadamente, dejando como
saldo varias personas heridas y la
muerte del niño Belisario Camayo.
Otros indígenas fueron detenidos,
golpeados, ultrajados y señalados
de ser guerrilleros17.
14
3. El 12 de marzo de 2006, en
el municipio de Bagadó, departamento del Chocó, el niño Willington Arce Vitucay, de 10 años de
edad, fue víctima de una ejecución
extrajudicial cometida presuntamente por miembros de tropas adscritas al Batallón Alfonso Manosalva
Flores, perteneciente a la Brigada 4
del Ejército Nacional. De igual forma, la niña Beatriz Murry, de 3 años
de edad, Galeano Vitucay Arce, de
igual edad, así como cuatro adultos
miembros de la comunidad indígena de Conondo, resultaron heridos
durante los hechos que tuvieron lugar cuando siete presuntos guerrilleros de las FARC-EP arribaron a la
comunidad indígena y fueron atacados por tropas adscritas al Batallón
Alfonso Manosalva Flores. Según la
fuente, los presuntos guerrilleros se
encontraban tomando unas bebidas
y no hubo fuego cruzado18.
4. El 15 de abril de 2006, en el
municipio de San Juan de Arama,
departamento del Meta, la niña Yorladys Osorio González, de 12 años
de edad, los niños Gerardo Ríos y
Weimar Prieto, de aproximadamente
15 años, Alexander Medina, también
menor de edad, y los adultos Floriber
Prieto, Audom Prieto y Jesús Prieto,
fueron víctimas de una ejecución
extrajudicial cometida presuntamente por miembros de la Brigada Móvil No. 12 del Ejército Nacional. De
igual forma resultaron gravemente
heridas las niñas Luz Enith Aguirre,
de 13 años, y Jessica Osorio, de 7
años de edad, al igual que su madre, la señora Luz Mary González.
Los hechos tuvieron lugar durante un operativo militar de registro y
control desplegado por el Ejército en
el área, que obligó a las víctimas a
refugiarse en una vivienda que fue
atacada indiscriminadamente. En
efecto, en el momento en que las
víctimas se encontraban refugiadas
en la construcción, ésta fue objeto
de una explosión seguida de ráfagas
de fusiles19.
b) Ejecuciones extrajudiciales
contra niños presentados como
muertos en combate
por la Fuerza Pública
El Comité de Derechos del Niño expresó que “le preocupan numerosos
casos de violencia cometida por fuerzas militares regulares en los que niños
han resultado muertos, y en particular
casos en los que el ejército informó en
falso de que niños habían sido muertos en combate. Por último, el Comité
observa con preocupación el invariable
patrón de impunidad existente y la reiterada tendencia a remitir casos graves
de violaciones de derechos humanos al
sistema de justicia militar” 20.
1. En el municipio de Urrao, departamento de Antioquia, se registró la ejecución extrajudicial de una
mujer y su hijo de 14 años de edad
cometida presuntamente por miembros del batallón Cacique Nutibara.
Los militares presentaron los hechos como “guerrilleros muertos en
combate” 21.
2. El 8 de enero de 2006 en
Inzá, Cauca, la niña Hortensia Ne-
yid Tunja Cuchumbe, de 17 años
de edad, quien trabajaba como empleada del servicio doméstico en
la ciudad de Bogotá, fue ejecutada
extrajudicialmente presuntamente
por miembros del Ejército Nacional
adscritos a la Brigada IX. El hecho
ocurrió durante las festividades de
fin de año organizadas por la comunidad de Belén.
Ese día, Hortensia salió de su
casa ubicada en el municipio de San
Antonio, aproximadamente a las 9
p.m., en compañía de los jóvenes
William Cunacue Medina y Manuel
Antonio Tao Pillimué, campesinos
de la región. Los tres se dirigían a
una fiesta organizada por la comunidad de Belén, con ocasión de las
festividades de fin de año. Hacia las
cuatro de la madrugada la madre de
Hortensia fue alertada de lo ocurrido a su hija por vecinos del sector,
quienes le dijeron que la niña se encontraba tirada en la carretera. La
madre se dirigió al lugar señalado
por los vecinos, en donde encontró
a su hija muerta en medio de la carretera con varios impactos de fusil
en todo el cuerpo. La madre intentó
acercarse al cuerpo de su hija pero
al pretender hacerlo fue abordada
por soldados que la acusaron de
ser guerrillera y la amenazaron con
armas de fuego. La madre preguntó por lo ocurrido a su hija, ante lo
cual los militares le respondieron
que Hortensia era una guerrillera.
Acto seguido obligaron a la madre
de la menor a retirarse del lugar ar-
15
gumentando que debían esperar la
llegada de la Fiscalía para realizar
el levantamiento del cuerpo. Entre
tanto, pobladores del sector que se
acercaron al lugar de los hechos
fueron golpeados y obligados por la
fuerza a retirarse del lugar.
A las 6 a.m., la madre de Hortensia decidió insistir y volver al lugar
de los hechos, pero el cuerpo de su
hija ya no estaba. Los militares que
permanecían en el lugar le informaron que el cuerpo de la niña y el del
otro joven que resultó muerto -Manuel Antonio Tao Pillimué- habían
sido trasladados al municipio de La
Plata, en el departamento de Huila,
ya que allí se realizaría el levantamiento de los cadáveres por parte
de la Fiscalía.
16
El Ejército pretendió presentar
a los jóvenes como miembros de
grupos guerrilleros. Para ello, alteró la escena del crimen, ya que los
cuerpos de la niña y del joven que
la acompañaba, fueron no solo trasladados del lugar en donde originalmente ocurrieron los hechos, sino
que además fueron vestidos de camuflado y estaban encapuchados.
En una rueda de prensa rendida en
la base militar de La Plata, el Ejército señaló que los cuerpos correspondían a dos guerrilleros dados de
baja, pertenecientes al frente 13 de
las FARC-EP. Además, señalaron
que en su poder habían sido encontradas armas y equipos de comunicación. Estas afirmaciones fueron
negadas enfáticamente tanto por la
madre de Hortensia como por los
pobladores de la región.
En cuanto a William Cunacue,
se sabe que resultó herido y que
aproximadamente a las 5 p.m. del
día de los hechos fue llevado por
sus familiares al hospital de La Plata, en donde fue detenido por miembros del Ejército. Actualmente se sigue un proceso en su contra por el
delito de rebelión.
La Asociación Campesina de
Inzá decidió denunciar lo ocurrido22.
La Justicia Penal Militar avocó el conocimiento de los hechos siendo designado el Juzgado 65 de Instrucción
Penal Militar para que se determine
si las dos personas que resultaron
muertas el 8 de enero, entre ellos la
niña Hortensia Neyid Tunja, eran o
no guerrilleros, y si los militares que
participaron en los hechos se extralimitaron en sus funciones23.
c) Atentados contra la vida
de niños y niñas en virtud
de su parentesco con personas
señaladas por el perpetrador
de ser partícipes en el conflicto
armado, o casos en los cuales
los niños y niñas son utilizados
para amedrentar a sus familiares
debido a las actividades en las
cuales se desempeñan
1. El 27 de noviembre de 2005,
en Riosucio, departamento del Chocó, un grupo de paramilitares entró
por la fuerza a la vivienda del señor
Wilber Gaspar, quien hace parte del
Consejo Comunitario de ese municipio, acusándolo de ser guerrillero.
Luego intentaron violar sexualmente
a su esposa en su presencia y después golpearon a su bebé hasta que
murió.
De acuerdo con testimonios de
la comunidad, los paramilitares que
participaron en los hechos habían
estado días antes organizando reuniones para conformar cooperativas de seguridad y cooperativas
agroindustriales que sustituirían las
estructuras paramilitares que se
“desmovilizaron” en el marco del
proceso adelantado entre esos grupos y el Gobierno Nacional24.
2. El 25 de Enero de 2006 en
Pasto, departamento de Nariño, la
niña de 13 años de edad, Carol Julieta Benjumea Cortés, hija del señor
Mario Zaruma Concha, Fiscal Cuarto Seccional de Pasto, fue asesinada luego de salir de su colegio. El
cuerpo con varios impactos de bala
fue encontrado por campesinos de
la región en una vía a las afueras de
la ciudad25. El fiscal Zaruma tuvo a
su cargo la primera fase de la investigación por el caso de la masacre
de Guaitarilla, Nariño, en donde
fueron asesinados varios miembros
de la Policía Nacional por miembros
del Ejército, al parecer, por asuntos
relacionados con el tráfico y venta
de estupefacientes26.
d) Homicidios de niñas y niños
causados por la utilización de
armas prohibidas por el Derecho
Internacional Humanitario o
por la realización de ataques
indiscriminados
por parte de grupos que
participan directamente
en las hostilidades
1. En el municipio de Puerto Toledo, departamento del Meta, murió
un niño luego de estallar una bomba
instalada presuntamente por guerrilleros de las FARC-EP. La bomba
fue instalada y activada en un hotel
del municipio27.
2. El 17 de Julio de 2005, en la
ciudad de Rioacha, departamento
de la Guajira, los niños Alberto Bonett Guerra, de 13 años de edad, Alfred Castrillón Gómez de 15, y Yarley
Fuentes Toro de 17, murieron como
consecuencia de la explosión de 14
cargas de dinamita presuntamente
instaladas por miembros del Frente 59 de las FARC-EP. Los niños
se desplazaban en una camioneta
junto con seis personas más, por la
vía que conduce del corregimiento
del Silencio hacia Cascajalito. En el
mismo hecho murieron cinco personas adultas28.
3. El 4 de marzo de 2006, en el
municipio de Montebonito, departamento de Caldas, un bebé de seis
meses de edad resultó muerto junto
con otra persona sin identificar, un
presunto guerrillero y un policía. Los
17
hechos fueron cometidos presuntamente por guerrilleros del frente
47 de las FARC-EP, en momentos
en que el grupo guerrillero intentó tomarse el municipio mediante
bombardeos indiscriminados, en
los cuales uno de los tantos cilindros bomba arrojados por la guerrilla contra la población civil, cayó
en la vivienda en la que habitaba el
bebé29.
e) Homicidios de niños y niñas
socialmente marginados
El Comité de Derechos del Niño recomendó al Estado colombiano que
“adopte medidas eficaces para prevenir las operaciones de limpieza social
y otros actos de violencia contra los niños de la calle” 30.
Durante el año 2006 en la ciudad de
Bucaramanga, Santander, han muerto
por lo menos cuatro niñas y niños, entre los que se encuentra Félix de Jesús
Castillo García, quien murió tras recibir
varios impactos de bala. El asesinato
de los niños obedece presuntamente a acciones contra personas socialmente marginadas por parte de grupos
paramilitares, dirigidos contra los niños
y niñas que viven en las calles31.
f) Muerte de niñas y niños en medio
del fuego cruzado
18
1. El 8 de septiembre de 2005 en
el municipio La Hormiga, Putumayo,
resultaron muertos 29 civiles. Entre
ellos estaban Deisy Alejandra Po-
tosí, de 11 años, y Elizabeth Álvarez, de 8 años de edad. Los hechos
ocurrieron debido a combates entre
presuntos guerrilleros de las FARCEP y presuntos paramilitares del
Bloque Central Bolívar. Los niños
murieron en medio de las ráfagas,
granadas y explosiones que ocasionaron los grupos en combate32.
2. El 16 de abril de 2006, en
el municipio El Carmen de Bolívar,
departamento de Bolívar, murió un
adolescente de 15 años y un niño
de 7 años resultó herido tras enfrentamientos entre el frente 47 de las
FARC-EP y tropas de la I Brigada de
Infantería de Marina33.
g) Muerte de niños y niñas
debido a la violación del cese
de hostilidades por grupos
paramilitares
1. El 19 de abril de 2005, en el
municipio de Buenaventura, Valle, 12
adolescentes fueron torturados por
paramilitares, quienes derramaron
ácidos en sus rostros, causando graves quemaduras y su desfiguración;
posteriormente, fueron ejecutados.
Un testimonio indica que:
“fueron invitados a jugar un
partido de fútbol y fueron asesinados en la comuna 12, barrio
El Triunfo, vereda Las Vegas.
Este sector permanece vigilado por la Infantería de Marina,
por cuanto esta vía conduce al
aeropuerto. El barrio está con-
trolado por los paramilitares;
todas las personas que entran
y salen son requisadas, aunque la policía hace la supuesta
ronda normal, pero no encuentra a nadie… Esto mantiene en
zozobra a las comunidades y
organizaciones que han decidido hacer un acompañamiento
social y humanitario” 34.
Sumado a lo anterior, un día después de la masacre, en un atentado
que se le atribuye a disputas entre los
grupos guerrilleros y paramilitares en
el puerto, un niño de cinco años resultó muerto y otro de cuatro gravemente herido35.
2. El 5 de enero de 2006, en
zona rural del caserío Matebambú,
Valle, los hermanos Rafael, de 28
años de edad, Amir de 19, Yurley
Rodríguez de 17, y Esteban de 13,
fueron desaparecidos forzadamente
por un grupo de aproximadamente
100 paramilitares que se identificaron como Autodefensas del Llano36.
VIOLACIONES E INFRACCIONES
CONTRA EL DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL
Durante el periodo estudiado, el derecho a la integridad personal de niños y
niñas también ha sido violado en reiteradas ocasiones, tanto por los grupos
guerrilleros, como por agentes estatales y grupos paramilitares.
a) Niñas y niños heridos y
mutilados debido a la utilización
de armas prohibidas por
el Derecho Internacional
Humanitario
1. En Tierraalta, Córdoba una
adolescente de 15 años y su bebé
de 5 meses resultaron heridos tras
pisar una mina antipersonal. La joven perdió su pierna derecha y el
bebé recibió esquirlas en varias
partes del cuerpo. El hecho sería
atribuido presuntamente al Frente
58 de las FARC-EP37.
2. El 9 de abril de 2006, en el
departamento de Bolívar, un niño
campesino que colaboraba a sus
padres en las labores agrícolas,
resultó gravemente hedido al pisar una mina antipersonal, también presuntamente sembrada por
el grupo guerrillero FARC-EP. Los
padres del niño lo trasladaron, de
manera inmediata, al hospital del
municipio del Carmen de Bolívar,
en donde recibió atención médica
oportuna. Sin embargo la gravedad
de las heridas le ocasionó la pérdida del pie derecho38.
3. El 22 de septiembre de
2005, en la comunidad de Beguidó,
en Tierralta, departamento de Córdoba, el niño indígena Luis Javier
Domicó, de 15 años de edad, pisó
accidentalmente una mina antipersonal; como consecuencia, sufrió
serias quemaduras en su extremidad inferior derecha39.
19
b) Niñas y niños heridos en medio
del fuego cruzado
1. El 5 de Marzo de 2006, en el
municipio de Quibdó, Chocó, la niña
Shirley Ochoa Moña y el adulto Diofanor Oqui Valencia, de 23 años de
edad, ambos pertenecientes a la comunidad de Unión Nemotá, del resguardo de Negua, resultaron heridos
durante presuntos enfrentamientos
entre miembros del Ejército Nacional y miembros del grupo guerrillero FARC-EP. Los enfrentamientos
tuvieron lugar luego que, aparentemente, algunos miembros de este
último grupo ocuparan forzosamente
la vivienda de una familia indígena.
Los heridos fueron llevados al Hospital San Francisco de Asís de Quibdó,
donde fueron atendidos40.
20
c) Torturas y tratos y penas crueles
inhumanos y degradantes
El Comité de Derechos del Niño manifestó su preocupación porque las niñas
y los niños continúan siendo víctimas
de tortura y tratos crueles, inhumanos
o degradantes.
1. El 17 de mayo de 2005 en
Cartagena del Chairá (Caquetá)
dos niñas fueron víctimas de tortura
sicológica cuando presuntos miembros del Ejército Nacional allanaron
ilegalmente su vivienda y en frente
suyo torturaron a su padre y lo acusaron de ser guerrillero. Los militares trataron mal a las niñas y a su
madre mientras revolcaban y requisaban toda la casa41.
Atentados
contra la libertad personal
Dentro del periodo de estudio, también
se han identificado graves casos de
atentados contra la libertad personal
de niños y niñas en Colombia, entre
las que se encuentran la toma de rehenes, las detenciones arbitrarias y la
coacción ilegal en el marco del conflicto armado.
Aunque, según la versión oficial, los
grupos paramilitares se han desmovilizado en el marco de negociaciones
con el Gobierno nacional, se siguen
presentando casos donde éstos son
autores de graves atentados contra la
libertad personal de niños y niñas.
a) Toma de rehenes
1. El 27 de Enero de 2006 en el
municipio de Vista Hermosa, Meta,
un niño de tres años de edad, de
quien tan solo se sabe que su nombre es Camilo, fue víctima de una
toma de rehenes, cuando se en-
contraba con su madre, la señora
Yeimi Abigail Rueda Colorado. Los
hechos de los que fueron víctimas
Camilo y su madre son atribuibles
a grupos paramilitares que operan
en la zona, con la complicidad de
la Fuerza Pública. El viernes 27
de enero la señora Rueda Colorado y su hijo de 3 años de edad
fueron retenidos y amarrados por
paramilitares bajo el mando de
“Alias El Tino” en el centro del corregimiento Alto de las Delicias, en
Vistahermosa, Meta42.
Según la denuncia pública, el Ejército estaba muy cerca del retén paramilitar en el que retuvieron a las
víctimas y no hizo nada para impedir esta violación. Las informaciones
obtenidas por el Comité Permanente de Derechos Humanos (CPDH),
quien hizo la denuncia, indican que
la mujer y su hijo fueron trasladados
a la vereda La Rochela, donde fue-
21
ron atados y amenazados con armas blancas.
Según la misma denuncia, por la fecha en la que sucedieron los hechos,
venían realizándose varios retenes
por parte de grupos paramilitares
a menos de 100 metros de donde
se encontraban instaladas tropas
del Ejército. Esto ha dado lugar a
múltiples desapariciones de campesinos, entre ellos varios menores
de edad, sin que la Fuerza Pública
oponga resistencia.
b) Detenciones arbitrarias
1. El 30 de julio de 2005 en
Corinto, Cauca, tropas del Ejército
Nacional, Unidades Elite del Grupo
de Acción Unificada por la Libertad
Personal (GAULA)43, el Departamento Administrativo de Seguridad
(DAS) y el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI),
detuvieron arbitrariamente a 20 personas, entre ellas un niño.
22
Durante el operativo, los miembros
de la Fuerza Pública y de la Fiscalía estuvieron acompañados por
un informante quien escondía su
rostro, el cual señalaba a quienes
debían ser privados de la libertad.
El Ejército nacional allanó las casas de las 20 personas detenidas,
lanzando disparos al aire y explosivos. Todos los detenidos, incluido
el niño, fueron trasladados a las
instalaciones de la III Brigada del
Ejército Nacional, con sede en Cali,
Valle. El niño y los demás capturados fueron señalados por la Fuerza
Pública de ser auxiliadores de grupos guerrilleros44.
2. El 15 de mayo de 2005, en
el municipio de Calamar, Guaviare, dos niños de 9 y 10 años, y una
niña de 12, que iban a estudiar a la
escuela fueron retenidos por miembros la Brigada Móvil 7 del Ejército,
quienes no los dejaron llegar a su
destino, señalándolos de guerrilleros y ordenándoles que debían suministrar información acerca de las
actividades de sus familiares que,
según los miembros de la fuerza
pública, hacían parte de grupos
guerrilleros45.
c) Coacción ilegal46
En el sector de Altos de Cazucá, al
suroccidente de la ciudad de Bogotá,
cuando los jóvenes deciden reunirse
para adelantar iniciativas comunitarias,
las miradas de los actores armados no
demoran en caer sobre ellos:
“Acá hay muchas amenazas
a los jóvenes, muchos se han
tenido que ir y se tienen que ir
muy seguido… acá un pelado
que no tenga ocupación se convierte en objetivo militar, porque
dicen que es un vago… es que
la cosa es que cuando hay un
grupo de jóvenes que empiezan
a reunirse muy seguido eso de
una vez tiene todas las miradas
encima, de una vez les caen,
para bueno o para malo que se
estén reuniendo… Cuando son
grupos juveniles que se reúnen
a hacer cosas, están investigándolos permanentemente;
llegan donde estén reunidos,
les preguntan a ellos, a los padres a los profesores, a los vecinos… al que sea”.
La incursión y persecución paramilitar
en la zona no se limita al terreno de las
amenazas sino también a involucrar
a la comunidad con el objeto de crear
un imaginario de “normalización” de su
presencia y del tipo de reglas de juego
que se imponen:
“Los presidentes de las Juntas
de Acción Comunal, persiguen
a los jóvenes que no están en
“orden”, pues sobre ellos (presidentes JAC) recae toda la
presión de que las cosas del
barrio marchen bien, de las
quejas de la gente y todo eso
con el interés político… entonces, la única opción que les
queda es aliarse con los paras
que vienen y les hacen el favor
de sacar al que les estorba y
ellos se lavan las manos”47.
La presencia de paramilitares en Altos
de Cazucá no sólo genera muertes
violentas, intimidaciones y amenazas
para los jóvenes, también los va vinculando de manera directa y diversa
al conflicto armado, limitando así las
expectativas y posibilidades de vida:
“Con los pelados la cosa es difícil,
ellos están manejando armas y ahora
si que las consiguen fácilmente”. De
esta manera, la paramilitarización de
la zona no sólo va consiguiendo una
normalización de la guerra, sino que
además se va convirtiendo en algo deseable, especialmente cuando ofrece
oportunidades económicas y sociales,
si no mejores, por lo menos distintas.
“Es que la cosa con los niños es tremenda, porque ellos ya pueden matar
fácilmente… ya no se les da nada ver
un muerto y otro y otro, matar es una
cosa normal, que les gusta…” 48.
Lo que se observa desde el punto de
vista psicosocial en esta zona como
consecuencia del control paramilitar es
que sectores importantes de la comunidad, particularmente los adolescentes,
vienen cada vez más siendo controlados a través de las normas explícitas
de “convivencia” que impone el grupo
armado, creando una profunda fractura
de los límites que establecen el ámbito
de lo público y lo privado. “Lo público”,
en este caso entendido desde la acción del actor armado, entra a mediar
las formas más básicas de relación en
espacios de “lo privado” como la familia. Es el grupo armado quien define las
pautas de castigo y normas para los niños y niñas, las maneras de dirimir los
desacuerdos conyugales, las formas
apropiadas de vestir y comportarse,
que abarcan hasta la censura al uso de
minifalda para las niñas.
23
24
Vinculación de niños y niñas a fuerzas
de seguridad del Estado y a grupos armados
que participan en hostilidades
a) Vinculación directa a grupos
armados que participan en las
hostilidades
Colombia es parte de la Convención
sobre los derechos del niño y de su
Protocolo Facultativo relativo a la participación de niños en los Conflictos
Armados, y le son aplicables las disposiciones del derecho internacional
humanitario DIH para proteger a la población civil, en especial a la niñez. Estos tratados proscriben la vinculación
de niños y niñas a los grupos armados
que participan en las hostilidades incluyendo a las fuerzas de seguridad del
Estado. No obstante la ratificación de
estos convenios, la situación de los niños y niñas víctimas de vinculación a
los grupos armados que toman parte
en las hostilidades no ha mejorado y
por el contrario tiende a agravarse.
Durante el periodo de estudio pudo
constatarse que continúa la vincula-
ción de niños, niñas y adolescentes a
grupos armados que toman parte en
hostilidades, tanto por parte de grupos
paramilitares como de la guerrilla, en
incumplimiento de las normas humanitarias y de derechos humanos y de los
acuerdos realizados por ellos mismos:
en el caso del Ejército de Liberación
Nacional (ELN), los firmados en Mainz,
Alemania, denominados “Acuerdos
de Puerta del Cielo”, en los cuales se
comprometió a no reclutar menores de
16 años.
En el caso de las FARC-EP, el ofrecimiento dado por esta organización al
Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para
niños en el conflicto armado, en junio
de 1999, donde señaló que no reclutaría más niños y niñas menores de 15
años49.
Respecto de los grupos paramilitares,
en la Declaración de Paramillo, el 26
25
de julio de 1998, las AUC establecieron que a partir de la fecha no reclutarían a menores de 18 años en sus
filas, ni los utilizarían en actividades
de inteligencia o vigilancia. Además,
en “la declaración por la paz de Colombia”, de noviembre de 2002, este
grupo ofreció entregar a UNICEF a
niños y niñas “combatientes menores
de edad que, habiendo sido liberados
de su pertenencia a las fuerzas guerrilleras por las Autodefensas, todavía
permanecen en nuestras filas” 50. Sin
embargo, hay evidencias de que ninguno de estos acuerdos se ha cumplido.
26
el caso ocurrió en el Medio Baudó, Pie
de Pató, en dicho departamento.
El 13 de julio de 2006, el GAULA (Grupo de Acción Unificada por la Libertad
Personal), detuvo a una niña de 17
años de edad, quien, presuntamente,
se encargaba de custodiar a personas
secuestradas por las FARC-EP; las autoridades también afirmaron que la niña
desempeñaba labores de inteligencia
para esa organización52.
La OACNUDH, recibió una denuncia
según la cual el 9 de junio de 2005, en
el municipio de Ricaurte, Nariño, en el
resguardo indígena de Pialapi, el grupo guerrillero FARC-EP reclutó un niño
indígena del pueblo Awa, de tan sólo 9
años de edad51.
Respecto de los grupos paramilitares,
el UNICEF ha recibido la denuncia de
que grupos paramilitares estaban intentando reclutar niños y niñas para
que se desempeñaran en labores de
“limpieza social”, ofreciéndoles un salario de algo más de 400.000 pesos
-US 150- fijos más un plus por cada
víctima que dejaran en el municipio de
Soacha, en los límites sur occidentales de la ciudad de Bogotá D.C53.
Esa Oficina también ha recibido denuncias de reclutamiento forzado de varios
niños indígenas en el departamento del
Putumayo, cometidos presuntamente
por la guerrilla de las FARC-EP. Esta
situación obligó a varias familias a desplazarse forzadamente de la zona, por
el temor que sus miembros sufrieran la
misma situación.
En el departamento de Antioquia, la
OACNUDH fue informada de que, a
pesar de la supuesta desmovilización
de los grupos paramilitares que se encontraban en la zona, entre los meses
de junio y agosto de 2005, éstos continuaron con el reclutamiento de jóvenes
a sus filas en las Comunas 8 y 13 de la
ciudad de Medellín54.
UNICEF también ha recibido denuncias similares. En agosto de 2005, un
niño y una niña, ambos de 15 años de
edad, pertenecientes a las comunidades afrocolombianas que habitan Chocó, fueron reclutados por las FARC-EP;
A esas denuncias, los miembros de la
Corporación Democracia, organización
que formaron los miembros supuestamente desmovilizados del bloque paramilitar, Cacique Nutibara- han afirmado
que dichos reclutamientos no son su
responsabilidad, contrariando las múltiples afirmaciones de miembros de las
comunidades afectadas, quienes señalan lo inverso55.
En el departamento de Arauca, la
OACNUDH también recibió denuncias
en las cuales se señalaba que, en abril
de 2005, cuatro niños fueron reclutados
por grupos paramilitares56.
En Colombia no existen cifras consolidadas sobre la cantidad de niños y
niñas que hacen parte de los grupos
armados que toman parte en las hostilidades, sin embargo, los datos más
conservadores afirman que pueden
estar entre 8.000 y 13.00057. Se cree
que al menos uno de cada cuatro combatientes de los grupos armados irregulares es menor de 18 años58 y, en
ocasiones, esta población puede llegar
a ser más de 30% de ciertas unidades
armadas59. Sus edades de vinculación
oscilan entre los 7 y los 17 años, con
un promedio de edad de ingreso de los
13,8 años60.
b) Vinculación indirecta:
actividades de inteligencia,
campañas cívico-militares,
de integración y otras
de carácter militar
Durante el periodo analizado, continua
el uso de niños, niñas y adolescentes
en actividades de inteligencia, tanto
por la guerrilla, como por las fuerzas
de seguridad del Estado y los grupos
paramilitares.
El Comité de Derechos del Niño, en
su más reciente informe sobre la situación de la niñez en Colombia, señaló
su preocupación por el uso de niños
y niñas en actividades de inteligencia,
pues los pone en un grave riesgo ante
los grupos combatientes, además de
ser un acto contrario al derecho humanitario, en particular, el principio de
distinción61. Lo mismo fue señalado por
la OACNUDH, quien aseguró que “el
irrespeto de esos principios es también
atribuida a miembros del Ejército por
la utilización de niños como informantes” 62.
Esa Oficina “tuvo conocimiento de que
un niño de 10 años y su padre fueron
ejecutados por presuntos miembros
del Frente 48 de las FARC-EP. Los hechos ocurrieron en octubre de 2005 en
el resguardo de Teteyé, municipio de
Puerto Asís el 9 de octubre de 2005.
Se presume que el niño era inducido a
dar información al Ejército, violando de
esta manera el principio de distinción
que prohíbe involucrar a los menores
de edad en actividades militares” 63.
Otra forma de vinculación indirecta de
niños y niñas al conflicto armado es
mediante la realización de campañas
cívico-militares. Uno de los primeros
casos denunciados por la Coalición
Colombia, se ha venido presentando
desde el año 2003, cuando el Ejército
Nacional comenzó un programa denominado “Soldado por un día”, que busca “la integración de los niños con el
Ejército, a través de actividades lúdicas
y la visita de los menores a las instala-
27
ciones militares del país”, y en la cual
montan en tanques de guerra, conocen
los helicópteros y ensayan maquillaje
de camuflado.
Esas jornadas incluyeron la visita de
2.000 niños y niñas a los tres batallones del Ejército en Bucaramanga,
Santander; la visita de estudiantes de
la Escuela “Bohíos de María” en Medellín, Antioquia, al Cuarto Batallón de
Artillería; de estudiantes de jardines
infantiles al Batallón de Infantería Boyacá, en Pasto, Nariño; y actividades
en Cúcuta, Norte de Santander, con
una delegación de niños del Táchira,
Venezuela, que estaba visitando la
ciudad64.
En el 2003 la Procuraduría General
de la Nación solicitó la suspensión del
programa en Arauca, argumentando
que (i) el ánimo de hacer que se cuestionen respecto de situaciones sociales y políticas va en contravía con el
grado de desarrollo y vulnerabilidad
de los niños; (ii) es notorio el riesgo
que corren al estar en un sitio que podría ser claramente determinado por
los actores armados al margen de la
ley, como objetivo militar, y (iii) la principal misión del ejército no es educar
a los niños, lo cual no quiere decir que
no sea indispensable la presencia de
otras instituciones estatales especializadas en la construcción de valores
desde la niñez65.
28
El Ejército de Colombia, con leves modificaciones formales, continúa desarrollando el programa, que busca “en-
señar los símbolos patrios, la identidad
de los soldados e inculcar el sentimiento patrio” en varias zonas del país66. En
la página principal del Ejército se encuentra un vínculo para ingresar a un
espacio que el ejército ha creado con el
objeto de invitar a los niños y las niñas
a participar en actividades “lúdicas y
educativas” denominado Club Lancita.
Allí se hace referencia a una actividad
denominada “sé lancita por un día”, la
cual parece ser una reproducción del
programa de “soldado por un día”; dicha información aun no ha sido colgada en la página. En la página se puede
leer: “Desde diferentes partes de nuestro bello país informaremos las visitas
efectuadas con mis amigos de Acción
Integral Ejército Nacional, las labores
que desarrollamos con la comunidad,
en especial con los niños y niñas colombianos”67.
Además, el Ejército continúa realizando “acciones lúdicas” con niños y niñas a través de sus “jornadas humanitarias”. Recientemente el Batallón
de Apoyo y Servicio para el Combate
No. 16 ‘Teniente William Ramírez Silva’ adscrito a la Decimosexta Brigada, realizó una jornada con la comunidad con la participación de niños y
niñas. En la página web del Ejército
señalan:
“de igual manera con la población civil se adelantan actividades tocando los puntos
más preocupantes en la región como lo son; juventud y
niñez, violencia intrafamiliar
y desplazamiento por acción
de las organizaciones terroristas, haciendo de esta manera una radiografía de las
situación actual de Derechos
Humanos en el departamento. La finalidad de estas actividades según expreso el
Teniente Coronel Ernesto Camacho Díaz Comandante del
Batallón de Apoyo y Servicio
para el Combate No. 16 ‘Teniente William Ramírez Silva’,
es involucrar a toda la población para restablecer el tejido social en las comunidades
que han sido golpeadas por
las demenciales actuaciones
terroristas de los agrupaciones subversivas” 68.
Así mismo, la OACNUDH recibió información de un niño que se desempeñaba en el oficio de transportador,
quien resultó muerto después de
que miembros del Ejército Nacional
lo obligaran a transportarlos y se les
activara un artefacto explosivo. Los
hechos ocurrieron en el municipio de
San Pablo, en el departamento de
Bolívar69.
c) Desvinculación de niños
y niñas del conflicto armado
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), estos son los
datos de los niños y niñas atendidas
por el Programa de reintegración, rehabilitación y reparación de los niños
desvinculados:
NNA ATENDIDOS
POR EL PROGRAMA ICBF
1999 (a partir de noviembre)
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006 (hasta 30 junio)
TOTAL
10
100
196
394
775
684
526
231
2916
De ser confiables las cifras, sólo 15%
de niños y niñas que se encuentran en
los grupos armados que toman parte de
las hostilidades han sido atendidos, significando que la gran mayoría sigue vinculada o que habiéndose desvinculado
no ha sido atendida. Cabe recordar que
el Comité de Derechos de Niño advirtió
que los programas existentes para la
reintegración rehabilitación y reparación
de esta población son inadecuados70.
Respecto al marco legal, aunque existen diferentes instrumentos nacionales
e internacionales que otorgan diferentes garantías a los niños y las niñas
vinculados al conflicto armado, existen
varios hechos que violan dichas normas de protección.
d) Marco legal
• Legislación interna:
Como una manera de proteger a niños
y niñas, varios instrumentos y órganos
internacionales de Derechos Huma-
29
nos recomendaron la tipificación del
delito de reclutamiento en la legislación penal71. En 1997 se creó el delito
de reclutamiento de menores -artículo 162 del Código Penal- que castiga
a miembros de grupos guerrilleros y
paramilitares con una sanción de entre tres y cinco años. Sin embargo, la
figura no contempla como autores a
los miembros de las fuerzas armadas
estatales y ha tenido una incidencia
bastante débil72.
Entre los miembros de los grupos combatientes contra los cuales se han abierto procesos por tal delito se encuentran
un exmiembro de las fuerzas militares
que reclutaba en Ciudad Bolívar, al sur
de Bogotá, a niños y niñas para el Bloque Centauros de los paramilitares del
Meta 73, y Ricardo Palmera, jefe de finanzas de las FARC74.
• Legislación internacional:
30
El 5 de agosto del 2002, el Gobierno
saliente del Presidente Andrés Pastrana, con el beneplácito del Gobierno
que comenzaba, ratificó el Estatuto de
Roma, reservando durante 7 años la
vigencia de la CPI para crímenes de
guerra75. Lo anterior, tiene como uno
de los más graves efectos que la CPI
no podrá conocer durante tal periodo el
delito de reclutamiento de menores de
15 años como crimen de guerra. Esta
decisión ha cercenado uno de los más
importantes mecanismos de protección
de la niñez frente al conflicto armado
interno.
• Contradicciones:
La ley 782 de 2002 establece que el
niño o niña desvinculado solo puede
ser reconocido como perteneciente a
un grupo armado ilegal por el portavoz de dicho grupo, o bien si él mismo
prueba dicha pertenencia.
Lo anterior presenta serias dificultades, pues cuando algunos niños o niñas huyen no pueden hacerlo con su
armamento, cuya entrega, en la mayor
parte de las veces, es la única prueba.
Además, los portavoces de los grupos
han sido reticentes a proporcionar evidencias, pues puede conllevar su procesamiento por crimen de guerra si el
combatiente es menor de 15 años de
edad.
Otra norma que regula la situación de
las niñas y los niños desvinculados es
la Ley 975 de 2005 –conocida comúnmente como Ley de Justicia y Paz-76.
En su artículo 6477 incluye una disposición según la cual la entrega de los niños y niñas que combaten en sus filas
no genera la pérdida de los beneficios
judiciales para las personas que los
han reclutado.
La anterior disposición, utilizada por sus
defensores bajo la idea según la cual
se permitiría más fácilmente la desvinculación de los niños y niñas que hacen parte de los grupos paramilitares,
desconoce la normatividad internacional al respecto, según la cual: (i) “la expresión “las peores formas de trabajo
infantil” abarca el trabajo forzoso u obli-
gatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos
en conflictos armados” -Convenio 182
de la OIT, relativo a las peores formas
de trabajo infantil-; (ii) es un crimen de
guerra “reclutar o alistar ninños menores de 15 años en las fuerzas armadas
o grupos o utilizarlos para participar activamente en hostilidades” -Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional-;
y (iii) “Los grupos armados distintos de
las fuerzas armadas de un Estado no
deben en ninguna circunstancia reclutar o utilizar en hostilidades a menores
de 18 años” -Protocolo facultativo de
la Convención sobre los derechos del
niño relativo a la participación de niños
en los conflictos armados-.
Por último, la Corte Constitucional, mediante sentencia C-203 del 8 de marzo de 2005, se pronunció sobre una
demanda en contra del artículo 19 de
la ley 975 de 2005, en el cual se estipulaba un tratamiento judicial al niño o
niña desvinculado, el cual, según el demandante, atentaba contra su calidad
de víctima.
El alto tribunal, entre otras cosas, señaló que los niños y niñas desvinculados
tienen la condición de víctimas, pero
que, a la vez, teniendo en cuenta que
pueden ser autores de violaciones contra los derechos humanos o el derecho
humanitario, también deben ser juzgados. No obstante,
“Su proceso de juzgamiento no
es idéntico al de los infractores,
comparte la totalidad de las
garantías propias de estas actuaciones, pero además debe
estar rodeado de especiales
garantías apropiadas a su calidad de víctimas del conflicto
especialmente protegidas por
el Derecho Internacional.
…
La existencia de responsabilidad de cada niño tiene que ser
evaluado en forma individual,
con la debida atención a su
corta edad, su nivel de desarrollo psicológico, su condición
de víctima del delito de reclutamiento forzado; las circunstancias personales y sociales del
niño o niña, entre ellas si ha
sido, a su turno, víctima de un
crimen de guerra; el grado de
responsabilidad que cabe atribuir a los culpables del reclutamiento del niño que impartieron
las órdenes y la responsabilidad de quienes, además de los
reclutadores, han obrado como
determinadores de su conducta
–entre otras, bajo la amenaza
de ejecución o de castigos físicos extremos.
…
Las medidas a adoptar deben
ser especialmente protectivas
en razón de su status como
sujetos de protección jurídica
reforzada. La Corte cita el Estatuto del Tribunal Especial para
Sierra Leona que contempla una
serie de medidas protectoras. El
Estatuto no contempla medidas
privativas de la libertad.
31
…
Para el caso colombiano, la
Corte señala que estos niños
y niñas deben entrar en todo
caso a un programa especial de
desmovilización y reinserción
de niños y niñas combatientes,
cuyas finalidades deben ser
de carácter tutelar, educativo y
32
protectivo. La Corte llama a que
exista y cito “una cercana cooperación entre las autoridades
judiciales y las autoridades del
ICBF encargadas de desarrollar
el proceso de protección resocializadora, al cual debe ingresar sin excepción todo menor
combatiente desmovilizado” 78.
Ocupación y ataques a bienes civiles
a) Las escuelas son utilizadas
como campo de batalla
La OACNUDH señaló que “los grupos
armados al margen de la ley continuaron cometiendo ataques contra
la población civil que afectaron a la
población infantil, incluyendo ataques
indiscriminados, vulnerando así la
inmunidad de las personas y bienes
civiles” 79.
El Comité de Derechos del Niño señaló
que:
“la utilización de escuelas y
viviendas, o de lugares cercanos a éstas u otros espacios de
concurrencia de población civil
como base de operaciones por
parte de los actores armados,
ha provocado no solamente un
grave riesgo para la integridad
de los niños y las niñas sino
también ha tenido un impacto
el derecho a la educación de la
población infantil. Esta misma
situación fue resaltada por el
Comité de Derechos del Niño
en su más reciente informe sobre Colombia” 80.
En general, los actores del conflicto imponen su ley en las zonas y su estrategia de ocupación o ataque de bienes
relevantes socialmente para la comunidad les permite asumir papel como jueces, constructores de la ética pública y
determinantes de las dinámicas de relación. El poder que les dan las armas
los hace moralizadores y constituye el
símbolo, el valor más importante a alcanzar, con una posibilidad muy grande
de influencia sobre niños y jóvenes81.
Los maestros de las escuelas, en algunas zonas en las que hay permanente
presencia de actores armados, denuncian como “cada vez hay más niños, y
de menor edad, que abandonan su pro-
33
ceso de formación escolar para participar más activamente en la guerra” 82.
El más reciente informe de la OACNUDH
describió los siguientes casos:
El 14 de abril de 2005, las
FARC-EP- EP atacaron la cabecera municipal de Toribío,
Cauca. Durante el ataque, se
lanzaron cilindros de gas y se
utilizó la escuela como base
para atacar a la Policía. El ataque provocó la muerte de dos
menores de edad, cinco heridos
de gravedad y la destrucción total y parcial de varias casas. En
una visita realizada por la Oficina a la zona se pudo constatar
que la Defensoría del Pueblo
advirtió con anterioridad sobre
la inminencia del ataque, sin lograr respuesta efectiva por parte del Comité Interinstitucional
de Alerta Temprana (CIAT).
34
Los ataques ocurridos en 2005
en el Cauca, en los municipios de Caldono y de Toribío,
así como en El Tarra, Norte de
Santander, y en Puerto Guzmán, Putumayo, son representativos de ataques contra
la población civil y ataques
indiscriminados atribuidos a
las FARC-EP-EP, con serias
consecuencias sobre personas
y bienes civiles. Particularmente graves fueron los casos que
afectaron a niños y niñas por
la utilización de escuelas como
base de operaciones o por su
cercanía al objeto de ataque.
Asimismo, la Oficina hizo notar
que en Toribío no debieron haberse construido instalaciones
de la fuerza pública como las
existentes en medio de una
concentración de civiles.
La Oficina también registró un
ataque con cilindros de gas a
la población civil en Cumbitara
(Nariño) donde resultaron heridos tres civiles uno de ellos
menor de edad. Los hechos
ocurrieron en febrero de 2005
y fueron atribuidos a miembros
del ELN.
La oficina en Colombia pudo
observar un mayor esfuerzo
por parte de la Fuerza Aérea
en la consideración de los
riesgos para la población civil
en la planeación de sus operaciones. Sin embargo, la Oficina tuvo información sobre
ataques indiscriminados desde helicópteros del ejército,
como sucedió el 22 de febrero
de 2005, en el área rural del
corregimiento de San José de
Apartadó (Antioquia), en inmediaciones de las Veredas Bellavista, Alto Bonito y Buenos
Aires. Estos ametrallamientos
pusieron en riesgo a más de
200 campesinos que habitan
dichas veredas, incluyendo
población infantil” 83.
Asimismo, en las misiones de verificación realizadas por la Coalición Colombia a los departamentos de Chocó
y Putumayo, se pudo evidenciar, como
una constante, la ocupación por parte
de miembros del Ejército Nacional de
las escuelas, particularmente, aquellas que quedan ubicadas en las zonas
rurales.
En la escuela de Piedra Honda, Chocó, los docentes denunciaron que el
Ejército se ubica en las instalaciones y
sólo las desocupan cuando van a dar
las clases. No obstante, el retiro de
las tropas no es una constante, pues
en el departamento del Putumayo –así
como en otras zonas de Chocó- varios
docentes denunciaron que la presencia
de los militares en la escuela cuando
ésta está funcionando, causa que los
niños y niñas no presten atención a los
conocimientos impartidos, además de
aumentar el riesgo de ser atacados por
los grupos enemigos –en este caso,
guerrilleros84.
La escuela del corregimiento de Tutunendo, municipio de Quibdó, Chocó,
fue ocupada dos veces por la Brigada
Móvil del Batallón Manosalva Flórez en
abril y mayo de 2006, por aproximadamente 30 uniformados, que permanecieron una semana la primera vez y
tres días en la segunda ocasión. Al respecto los niños manifestaron: “estamos
de acuerdo con que ellos estén en el
pueblo porque es su deber, pero deben
estar más retirados es que si llega otro
grupo, uno enemigo nos matan a todos
juntos, ellos se pueden cuidar pero no-
sotros no”;”es que los soldados tiene
con que defenderse, nosotros no”.
b) El ataque y la utilización de otros
bienes civiles pone en riesgo a
los niños y niñas
El UNICEF recibió una denuncia según
la cual, durante el ataque de la fuerza
pública en “La María”, en el municipio
de Piendamó, Cauca, en mayo 2005,
un puesto de salud fue destruido por
los policías y el ejército; medicamentos
y equipos médicos destruidos; el puesto de salud fue objeto de lanzamiento
de proyectiles con gases desde el día
anterior 85.
Durante la misión a Chocó realizada
por la Coalición Colombia al Alto Atrato, en mayo de 2006, se verificó la toma
del centro de salud por parte de la Policía en la cabecera municipal. Durante
el recorrido se pudo observar a varios
niños con los soldados dentro de las
garitas. Al respecto un miembro del
consejo comunitario manifestó:
“El consejo les pidió que desalojaran porque la comunidad
necesita el centro de salud y
les respondieron con una carta
diciendo que no se van hasta
que no construyan la estación
de policía. El problema es que
esa plata se la robaron.
A la gente no le parece bien la
presencia de la policía. Se opusieron a que el comando estuviera allí porque está en medio
35
de las casas de la comunidad.
La gente no está de acuerdo
con la policía. Inclusive, “ayer
un soldado hizo una ráfaga que
le causó miedo a la gente. Esa
36
presencia genera miedo y hace
que la gente se baje de ahí a
la parte baja. Mucha gente permanece allí de día y se baja de
noche” 86.
Violaciones e infracciones
del derecho a la libertad sexual
A partir de la información consignada en
este capítulo se identificaron las siguientes tendencias en materia de violencia
sexual en contra de las jóvenes y las niñas en el marco del conflicto armado:
• La violencia de género en contra
de las jóvenes y niñas se ha hecho
habitual en el marco del conflicto armado;
• El conflicto ha incrementado el
riesgo para las niñas y adolescentes
de ser víctimas de diferentes formas
de violencia de género;
• Las guerrillas, los paramilitares
y la fuerza pública continúan cometiendo actos de violencia sexual en
contra de las jóvenes y niñas;
• Hay un aumento de denuncias
de actos de violencia sexual cometidos por funcionarios estatales, en
especial por la fuerza pública
• Las jóvenes que se relacionan
sentimentalmente con algún actor
armado son señaladas y atacadas
por los grupos contrarios
• Las modalidades de violencia
son utilizadas como instrumento
para intimidar e impartir terror a las
comunidades provocando desplazamientos forzados;
• Hay muy pocas denuncias de
violencia sexual por temor o desconfianza en la efectividad del aparato judicial o en las represalias que
puedan tomar los agresores;
• La presencia de grupos armados en las comunidades genera
un incremento del abuso sexual,
embarazos a temprana edad, contagio de enfermedades de transmisión sexual y abandono de las
jóvenes y niñas en estado de embarazo;
37
• Las niñas vinculadas a los grupos armados son víctimas permanentes de diversas formas de
violencia sexual como esclavitud
sexual, anticoncepción forzada y
abortos forzados.
a) La violencia de género en contra
de las jóvenes y niñas se ha
hecho habitual en el marco del
conflicto armado
Las mujeres y niñas continúan siendo
víctimas principales de violencia sexual
en Colombia. Durante el primer semestre de 2005, la oficina regional noroccidente de Medicina Legal en Medellín
practicó 413 exámenes por alguna
forma de agresión sexual. Estas cifras
muestran que por lo menos dos mujeres fueron víctimas de violencia sexual
al día. “Del total de mujeres examinadas, 149 tenían evidencias de penetración del órgano sexual masculino y 56
habían sido violadas por otros medios.
Un asunto importante de resaltar es
que 342 mujeres eran menores de 18
años y de ellas 293 eran menores de
15 años, lo que significa que el 82%
de las mujeres agredidas sexualmente
eran menores de edad y el 70% niñas
con menos de 15 años” 87.
38
La violencia contra las niñas y las jóvenes en el contexto del conflicto armado
continúa siendo un factor de preocupación. En su visita a Colombia en 2002,
la Relatora Especial sobre la violencia
contra la mujer, Sra. Radhika Coomaraswamy, pudo constatar el grave impacto del conflicto armado en las mu-
jeres y las niñas y recibió testimonios
impactantes acerca de las diversas formas de violencia de género y violencia
sexual de las cuales son víctimas. En
su Informe la relatora especial señaló
cómo “la violencia contra la mujer (...)
en particular la violencia sexual perpetrada por grupos armados, se ha vuelto
habitual en medio de un conflicto que
degenera paulatinamente y de la falta
de observancia del derecho internacional humanitario. Algunas veces se
cometen esos actos violentos al mismo
tiempo que se perpetran matanzas o
como manera de aterrorizar a las mujeres y a las comunidades” 88.
Hoy, cuatro años después de su visita,
la situación no ha variado y por el contrario se ha recrudecido. La Relatora
sobre los Derechos de la Mujer de la
CIDH, Sra. Susana Villarán, en si visita
a Colombia en 2005 concluyó que “el
conflicto armado ha profundizado la
discriminación y violencia que históricamente han sufrido las mujeres. Las
necesidades específicas de éstas todavía no reciben una atención integral
de parte del estado colombiano y sus
voces no son efectivamente incorporadas en el diseño de políticas públicas
para remediar el impacto especial del
conflicto armado en ellas” 89.
La violencia sexual contra las jóvenes
y las niñas es una práctica recurrente
por parte de todos los grupos combatientes en el país. Guerrillas, grupos
paramilitares y fuerza pública continúan realizando acciones que atentan
contra la integridad personal de las
mujeres afectando gravemente sus derechos sexuales y reproductivos y haciendo cada vez menos factible que las
jóvenes y niñas puedan gozar del derecho a tener una vida libre de violencia.
Al respecto Amnistía Internacional, a
partir de su Informe Cuerpos marcados
crímenes silenciados, concluyó que
“en el curso de los 40 años del conflicto
colombiano, todos los grupos armados
–fuerzas de seguridad, paramilitares
y guerrilla– han abusado o explotado
sexualmente a las mujeres, tanto a las
civiles como a sus propias combatientes (...) Las mujeres y niñas son las víctimas ocultas de esa guerra” 90.
La Mesa de trabajo Mujer y conflicto armado en Colombia, la cual ha realizado
un importante trabajo de seguimiento
a las recomendaciones formuladas al
Estado en 2002 por la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer,
ha registrado casos de violencia contra
niñas y mujeres jóvenes por parte de
los grupos armados que toman parte
directamente en las hostilidades. En su
informe 2005 reseñaron varios casos
que dan cuenta de la gravedad de la
situación:
Se encuentra el caso de una
niña de 15 años:“[l]os papás
trabajaban todo el día y la dejaban encargada de la casa,
luego uno de los miembros de
un grupo armado se hizo novio
de ella, después la obligaron a
que fuera novia de otro, la maltrataban, llegaba golpeada a
la casa, los papás también la
maltrataban al ver que no respondía con el oficio de la casa
y luego ella se suicidó. Se tiene
conocimiento de que los actores armados han inducido a la
prostitución a varias jóvenes.
Una mujer de Cazucá explica
que las contratan para vender
tintos en las calles como una
forma de camuflar esta actividad. Igualmente manifiesta que
las niñas son utilizadas como
“cebos sexuales” para facilitar
los homicidios selectivos” 91.
En general, la violencia contra las mujeres, niñas y jóvenes por parte de los
grupos armados tienen tres causas a
saber:“1) por relacionarse con los que
consideran el adversario, bien sea porque les prestan servicios de cocineras,
lavanderas, compañeras sexuales o
simplemente por hablar con el oponente, o ser parientes de ellos; 2) por desafiar prohibiciones impuestas por los
grupos armados, como no usar determinado tipo de ropas, asistir a fiestas o
reuniones sociales, socorrer a heridos
durante combates o ir a preguntar por
sus detenidos, sus muertos o sus desaparecidos; y 3) por ser consideradas
un blanco útil a través del cual pueden
humillar al enemigo” 92.
A pesar de que las organizaciones
de la sociedad civil y las agencias de
Naciones Unidas con presencia en
Colombia cuentan con testimonios y
casos graves de violencia contra las
mujeres y las niñas, el Estado no cuenta con un registro estadístico confiable
39
sobre estos hechos. En muchos casos
la información no aparece desagregada por sexo y edad y en otros la información ni siquiera llega a manos de
los funcionarios públicos por temor a
la denuncia o desconfianza en la eficacia de la administración de justicia. Se
han registrado casos en los cuales las
autoridades al momento de realizar las
necropsias de los cuerpos de mujeres
víctimas de masacres o ejecuciones
extrajudiciales, a pesar de encontrar
en los cuerpos marcas que evidencian
violencia sexual, se han limitado a registrar solo la muerte invisibilizando
los vejámenes a que fueron sometidas
estas mujeres y niñas antes de ser ejecutadas93.
b) El conflicto ha incrementado
el riesgo para las niñas y
adolescentes de ser víctimas
de diferentes formas de violencia
de género
Los niños y las niñas han sido afectados por el recrudecimiento del conflicto
armado: sea por la presión constante
de los diferentes actores armados, o
por la ausencia de políticas claras por
parte del gobierno para la solución de
sus problemas. Una de las afectaciones más relevantes dentro de esta realidad es la violencia contra las mujeres,
en particular contra las niñas.
40
La violencia y discriminación contra las
niñas y adolescentes tiene un impacto
dramático en su mundo emocional, individual, relacional y social, por lo cual
es necesario un esfuerzo decidido para
comprender las especificidades que en
el conflicto aumentan la vulnerabilidad de
las niñas, para evitar un empeoramiento
de condiciones históricas de desventaja
relativas al género, avanzar en el ejercicio de realizar los derechos de las niñas
y prevenir el daño psicosocial que entraña la violación de los mismos94.
Aunque el Gobierno Nacional señala
que, gracias a la política de “seguridad
democrática”, las condiciones de seguridad en el país han mejorado, se observa que las violencias, incluyendo la
violencia sexual contra niñas, son más
frecuentes donde la presencia militar
es más fuerte95. Si bien esta violencia
ha estado presente en el conflicto armado interno mucho antes del actual
gobierno96, la militarización de la vida
civil que, como consecuencia de la política de seguridad, han sufrido un sinnúmero de poblaciones, ha llevado a
que las violencias se incrementen97.
En las zonas donde la Coalición tiene
presencia, como Arauca, Altos de Cazucá, Putumayo y Chocó, las comunidades en reiteradas oportunidades
han manifestado su preocupación por
la creciente militarización de las zonas, ya que esto ha traído como consecuencia presiones de los miembros de
las Fuerzas Militares sobre las adolescentes para establecer relaciones sentimentales con ellos. Esto ha forzado
el desplazamiento de muchas familias
para no ser objeto de retaliaciones98.
Ejemplo de ello son algunos de los hechos registrados por la Coalición Co-
lombia durante la misión de verificación
de la situación de los niños y niñas en
el marco del conflicto armado a la zona
del Alto Atrato, Chocó, en mayo de
2006, la cual contó con la participación
de UNICEF y ACNUR. En ella se recogieron testimonios acerca del impacto
en la comunidad, en especial en las niñas y mujeres jóvenes, de la presencia
de los grupos armados. En la cabecera
municipal las niñas se la pasan dentro
de las garitas, que son una especie de
refugio en donde permanecen los soldados, y por $ 2.500 y $5.000 tienen
relaciones sexuales con los policías o
los militares. Las formas de conquista
van desde el ofrecimiento de dinero
hasta la compra de bienes como ropa,
accesorios y celulares, entre otros99.
Otra de las prácticas recurrentes de
los grupos armados es la imposición de códigos de conducta, particularmente por parte de los grupos
paramilitares, que obligan a las niñas
a vestir y a comportarse de una manera específica afectando su derecho al
libre desarrollo de la personalidad. Las
jóvenes o niñas que se rehúsan a seguir
dichos códigos pueden ser señaladas
como objetivo militar o ser víctimas de
otros actos de violencia:“Cuando los
paramilitares entraron sacaron listas
de personas en los postes. Las acusaban de vicio. Dicen que por lesbianas
y homosexuales, o por que son mujeres infieles [...] Han prohibido que las
muchachas lleven ombligueras y descaderados” 101.
Un testimonio de uno de los líderes de
la comunidad ilustra de manera palpable la situación antes descrita:
La imposición de códigos de conducta
por grupos paramilitares ha crecido por
la convivencia que, en muchos lugares
del territorio, tienen con la Fuerza Pública102. En zonas donde la presencia
militar se ha incrementado -como Altos
de Cazucá en Cundinamarca, y otras
zonas en Arauca, Bolívar y Antioquiatambién han aumentado las denuncias
de la población por restricciones a sus
libertades sexuales103.
“Las muchachas tienen relaciones cercanas con los combatientes (legales e ilegales), les gusta
la protección y el uniforme, “a las
muchachas les gustan los regalos y la gaseosa que les dan los
soldados”. La problemática de
embarazos tempranos tiene un
fuerte componente cultural, es
normal; lo que se nota recientemente es que se establecen relaciones afectivas con soldados
que se mueven y no asumen su
paternidad (…) Lo que pasa es
que tienen hijos y los trasladan y
por eso no se hacen cargo (los
Militares)” 100.
c) Las guerrillas, los paramilitares
y la fuerza pública continúan
cometiendo actos de violencia
de género en contra de las
jóvenes y niñas
Las mujeres jóvenes y las niñas continúan siendo víctimas de violencia y discriminación de género y sus derechos
41
siguen siendo afectados por causa del
conflicto armado.
“De las formas de violencia
registradas por la Oficina en
el transcurso de 2005, la violencia sexual y los homicidios
contra mujeres fueron los más
recurrentes. Las más afectadas
por estas formas de violencia
fueron mujeres y niñas campesinas, indígenas, afrocolombianas, desplazadas, que han
retornado a su lugar de origen
o que viven en comunidades
bloqueadas” 104.
“Los atentados contra la dignidad personal y otros atentados
contra el pudor contra mujeres
y niñas por parte de los grupos
armados al margen de la ley
continuaron registrándose en
distintas zonas del país, generalmente acompañados de
toma de rehenes, torturas, desplazamientos, desnudez forzada y otras formas de agresión
física, sexual y psicológica” 105.
42
En este aspecto, ha habido un aumento de denuncias de actos de violencia
sexual contra mujeres y niñas por parte de servidores públicos, en particular
miembros de la Fuerza Pública. Se
registraron casos de violencia sexual,
incluyendo violaciones, y de torturas
contra mujeres atribuidas a miembros
de la Policía y del Ejército, en ocasiones de manera grupal. Varios de estos
actos afectaron a mujeres indígenas, y
muchos ni se investigan. Esta situación
fue resaltada por el Comité de Derechos del Niño en su último informe sobre Colombia106.
La OACNUDH recibió información acerca
de un caso de violencia sexual en agosto
de 2005, contra una joven indígena, por
acceso carnal violento, atribuido presuntamente a un miembro del Batallón N.º 3
de Artilleros, en Puracé (Cauca)107.
En cuanto a los grupos paramilitares,
la OACNUDH señaló en su informe
que “[l]as mujeres y las niñas han continuado siendo víctimas de los grupos
paramilitares, en particular por actos
de violencia sexual. Entre éstos pueden señalarse el secuestro y violación
de una defensora de derechos humanos en Nariño, y de dos niñas hermanas en Tierralta (Córdoba), atribuidas a
desmovilizados del Bloque Catatumbo
de las AUC ” 108.
La OACNUDH registró en su Informe
de 2005 varias denuncias de distintas
formas de violencia sexual atribuidas a
miembros de los grupos armados ilegales y a personas supuestamente desmovilizadas de grupos paramilitares.
En junio de 2005, tres hombres vestidos con prendas militares y con armas largas, presuntamente miembros
de un grupo paramilitar, abusaron
sexualmente de dos niñas, delante de
sus familiares incluyendo a los niños,
en Tierralta, Córdoba109.
“Algunas de las referencias a
los casos de violencia sexual,
en los que se cree los agresores fueron desmovilizados,
son las siguientes: Las violaciones ocurren sobre todo en
los bailes. Esos casos no se
investigan. Se sabe como de 5
mujeres y niñas violadas y asesinadas. Antes se presentaban
esos casos y ahora otra vez se
están presentando. Es gente de
la misma zona, pero la gente no
dice nada porque tiene miedo.
Dicen que la señora conocía al
hombre y tiene miedo, por los
hijos, que ellos vayan a estar
reclamando. La gente pasa lo
que pasa y queda calladita” 110.
La situación del departamento de Córdoba es un claro ejemplo de cómo personas supuestamente desmovilizadas
de los grupos paramilitares continúan
ejerciendo actos de violencia sexual en
contra de las niñas y las jóvenes:
“Los casos de violación acá, en
el mes de agosto hubo 3 casos
de violación de menores. La mayor de esas tres niñas tenía 14
años, las otras tenían una 12 y
la otra 11… Eso nos sorprendió enormemente por que acá
eso no se había dado… antes
no ocurría. Bueno, los casos de
acceso carnal siempre se han
dado pero no así como tan rápido y bajo las mismas circunstancias, porque ellas fueron sometidas, forzadas, casi delante
de sus padres fueron violadas,
entonces es algo como bastan-
te, bastante impactante… Los
casos son similares. Llegan un
poquito avanzada la noche, se
llevan a las menores, las violan
y las regresan y a los padres los
intimidan con armas… las personas estaban encapuchadas”111.
En cuanto al grupo guerrillero FARCEP, miembros de este grupo armado
han agredido sexualmente a mujeres y
niñas que habitan zonas en donde dicho grupo tiene presencia. No acatar la
prohibición de entablar relaciones con
miembros de las fuerzas de seguridad
o de grupos paramilitares se ha castigado en algunas ocasiones con violación e incluso muerte112.
Además, las adolescentes que se
involucran sentimentalmente con algún
miembro de un grupo combatiente son
señaladas y amenazadas por los grupos contrarios: “Uno mira niñas desde
12 años en adelante, embarazadas.
Los actores armados, unos y otros, se
aprovechan de eso para convidarse
a las niñas y llevárselas. Tristemente,
después de que ya están embarazadas, si las niñas están con el Ejército
o la Policía, la guerrilla las mata, y si
están con el contrario, también” 113.
d) Las amenazas de violencia
de género son utilizadas
como instrumento para intimidar
e impartir terror
a las comunidades
Además de perpetrar estos actos en
contra de las mujeres jóvenes y niñas,
43
los grupos armados utilizan como estrategia para someter a las comunidades y en especial a las mujeres, las
amenazas de violencia sexual. “Un
caso particular son las amenazas e
intimidaciones de advertencias específicas: ‘si las jóvenes están después
de las diez de la noche en la calle,
serán violadas y tomadas por los
paramilitares que viven en el barrio
Humberto Valencia y sus alrededores’,
según comentario de una mujer de la
localidad de Bosa” 114.
pación por esta situación y señaló: “el
Comité toma nota con preocupación de
que los niños pertenecientes a grupos
vulnerables, como los desplazados internos o los que viven en la pobreza,
están más expuestos a la explotación
sexual y a la trata”.
Según información de la OACNUDH,
en marzo de 2005 se atribuyó a un grupo paramilitar la ocupación del pueblo
Corazón de Jesús y posteriormente de
Caimanero (Chocó), donde instalaron
dos retenes para controlar la movilización por el río Bojayá, amenazando a
los pobladores de la región con violarlos o asesinarlos si no daban información acerca de la guerrilla115.
“Que no sólo llegaban trabajadoras sexuales a la Zona de
Ubicación transportadas en
taxis contratados para el efecto, también se sabe de buses
con jovencitas escolares provenientes de Montería y Tierralta.
La proliferación de celulares y
su posesión por parte de las
adolescentes suscita la idea de
que es a partir de estos aparatos que ellas son contactadas
por los desmovilizados para encuentros sexuales a cambio de
algunas dádivas: el propio celular, ropa, comida. En Tierralta
se dice que los negocios que
más han proliferado son los bares. «Ellos hasta promocionan
cuando hay nuevas chicas por
la calle. Aquí hay un sito que
se llama Pasión de Gavilanes,
‘que no, que chicas nuevas’,
uno escucha perifoneando por
las calles, con volantes, con
perifoneo por las calles de que
hay chicas nuevas”116.
e) La situación de conflicto armado
ha propiciado la trata y la
explotación sexual de niñas y
mujeres jóvenes
La situación de conflicto armado exacerba las diferentes formas de violencia en contra de los niños y las niñas,
en especial la explotación sexual y la
trata de personas por parte de los grupos armados y de bandas asociadas a
estos grupos.
44
En sus observaciones finales sobre
Colombia de 2006 el Comité de los Derechos del niño manifestó su preocu-
En la zona de ubicación de Tierra Alta, Córdoba, donde los grupos
paramilitares tienen su sede principal
de negociación con el Gobierno nacional, se evidenció lo siguiente:
En dicha zona la concentración de
aproximadamente 400 hombres atrajo a muchas mujeres en condiciones
de vulnerabilidad, especialmente por
su situación socio económica. Incluso
se registraron casos de personas que
recibieron órdenes de ir buscarlas a
Montería o a Tierralta a cambio de una
contraprestación económica.
“Recogen mujeres jóvenes de
12, 13, 14 años y las llevan a
la Zona de Concentración un
fin de semana y hay gente que
vive de eso, jóvenes que viven
de eso. Hubo tolerancia ante
el ingreso frecuente de mujeres solicitadas por los excombatientes. (…) Parece que,
en efecto, buena parte del
comercio sexual fue desarrollado por trabajadoras sexuales. No obstante, se obtuvo
información sobre adolescentes de colegios de barrios de
estrato 1 y 2 que se dirigieron
a la zona a «rebuscarse unos
pesos” 117.
El 3 de enero de 2005, el programa de
televisión Primer Impacto presentó un
reportaje titulado “Porno Mariners”, el
cual narra que en octubre del 2004
miembros de la Marina y contratistas
de EEUU que prestan asesoramiento
militar en la base militar de Tolemaida, Tolima, sometieron a tres niñas a
una sesión de vejaciones sexuales,
que fueron grabadas en video y comercializadas en el municipio de Melgar, Tolima.
Preocupa que las autoridades afirmen
no tener conocimiento de los hechos118,
a pesar de haber sido difundidos por
medios de comunicación masivos, por
lo cual son de dominio público. Además, estos militares extranjeros no
pueden ser juzgados en Colombia,
pues existe un convenio desde 1962
con el gobierno de EEUU en el cual se
prohíbe que éstos sean llevados a juicio por crímenes cometidos dentro del
territorio nacional119; éste convenio se
fortaleció por un acuerdo realizado respecto a la inoperancia de la CPI cuando se presenten casos similares.
La respuesta estatal frente a la explotación sexual es muy limitada. El Plan
Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Joven
Trabajador 2003-2006, sólo aborda el
tema de la explotación sexual infantil al mencionar las peores formas de
trabajo infantil, pero no presenta estrategias claras para combatirla; tampoco
existe un programa que dé cuenta de
la falta de atención hospitalaria a esta
población, siendo que en muchos casos sufre enfermedades de transmisión
sexual120.
Según el Departamento Administrativo
de Seguridad (DAS), aunque la ley penal es clara en sancionar a los responsables de dicha explotación, los niveles
de impunidad en este delito son bastante altos121. La Defensoría del Pueblo ha
señalado que mientras “falta un trabajo
más eficaz de las autoridades de seguridad del Estado…en el seguimiento de
las redes de prostitución infantil y en
45
la captura y sanción de los culpables
de la explotación”, hay niños y niñas
víctimas de la explotación sexual que
son institucionalizados en centros para
infractores de la ley penal, en ciudades
como Pereira y Barrancabermeja122.
f) Las niñas vinculadas
a las filas de las guerrillas
o los grupos paramilitares
son víctimas de violencia
de género
Las niñas vinculadas a las guerrillas y
los grupos paramilitares son víctimas
frecuentes de actos de violencia sexual
que ponen en riesgo su integridad física y emocional así como también su
vida. Las prácticas al interior de los
grupos armados demuestran el grave
riesgo en que se encuentran las niñas
combatientes de ser víctimas de violencia sexual.
46
“La esclavitud sexual continuó
siendo una práctica que afectó los derechos de las mujeres
y las niñas, estas últimas casi
siempre reclutadas desde los
12 años para dicho fin. Esta
práctica está generalmente
acompañada de anticoncepción y aborto forzados. Esas situaciones plantean igualmente
un alto riesgo de contagio de
enfermedades de transmisión
sexual o VIH. Se atribuye particularmente a las FARC-EP la
responsabilidad de reclutamiento de niñas, forzando el uso de
anticonceptivos y la práctica
compulsiva de pruebas masivas de VIH, y esclavitud sexual
de mujeres y niñas” 123.
Las jóvenes guerrilleras tienen muy pocas posibilidades de decidir tener hijos.
Se exige el uso de anticonceptivos a las
guerrilleras de hasta 12 años de edad,
con frecuencia mediante la inserción
de dispositivos intrauterinos (DIU) por
parte de las enfermeras. Es más, las jóvenes de las FARC-EP que se quedan
embarazadas tienen que abortar casi
invariablemente. Aunque la UC-ELN
parece más dispuesta a tolerar los embarazos, está claro que, como mínimo,
se desaconseja enérgicamente dicha
posibilidad124.
En general, la vida sexual es un tema
crítico que empieza desde muy temprano, hay promiscuidad y abuso de comandantes que buscan a las más jóvenes como sus compañeras sexuales.
Las niñas terminan siendo propiedad
de los guerreros, como lo sugieren en
un documento reciente sobre violencia
y género los investigadores e investigadoras de la Universidad de los Andes.
El siguiente relato ejemplifica en algún
sentido lo que sucede en los grupos armados:
“La vida de Adriana también
ejemplifica, tristemente, esta
situación de violencia permanente. Ingresó a las Farc a los
14 años. A los tres meses ya
se había conseguido un “marido’ 30 años mayor que ella,
que murió apenas tres meses
después en un combate. Luego tuvo un devaneo con un muchacho que a la postre resultó
infectado con una enfermedad
venérea. Adriana fue acusada
de haberle transmitido el mal,
e inclusive fue señalada por
uno de sus compañeros como
una “infiltrada” del enemigo.
Se salvó de ser juzgada, pero
la sancionaron con cinco viajes
de leña diarios por tres meses.
Al cabo de este tiempo, cuando sus superiores consideraron que ya estaba reformada,
le hicieron la hoja de vida en
el computador, lo que significaba que formalmente hacía
parte de la nómina de las Farc.
Hacía poco había iniciado una
relación con ‘Richard’, un hombre que rondaba los 50 años y
era mando de una compañía
de unos 54 guerrilleros. En
adelante, ella se convirtió en
su ‘mujer’, tuvo derecho a una
mejor arma -un fusil M16- y
una vida con menos sacrificios
que las de sus compañeras.
Aunque iba a los combates,
nunca estaba en la primera línea, y no tenía que cargar morral, pues a ‘Richard’ siempre
lo acompañaba una mula. Eso
sí, debía inyectarse cada mes,
obligatoriamente, un anticonceptivo. Hasta que las operaciones militares impidieron que
llegara la droga, y vinieron el
embarazo y el aborto” 125.
g) La salvaguarda de siete años del
Estatuto de Roma y la legislación
interna aplicable al tema, generan
condiciones para que crímenes
de violencia de género queden en
la impunidad
Si bien el Estado Colombiano ha avanzado en la adecuación de la normativa
interna a los postulados del derecho internacional de los derechos humanos
en materia de protección a las mujeres
y las niñas, existen graves obstáculos
que limitarán la vigencia real de estas
normas generando impunidad de la
violencia sexual cometida contra las niñas y las jóvenes en el marco del conflicto armado.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional caracteriza las diversas
formas de violencia sexual como crímenes de lesa humanidad y crímenes
de guerra. La violencia sexual pude
adoptar forma de violación, esclavitud
sexual, prostitución, embarazo forzado,
esterilización y anticoncepción forzada
y otros abusos sexuales de gravedad
similar. No obstante, aunque Colombia
ratificó el Estatuto de Roma lo hizo bajo
una salvaguarda que postergó su aplicación, en el caso de crímenes de guerra, por un lapso de siete años126.
Por otro lado, en la Ley de Justicia y
Paz no se incorporaron los estándares
señalados por el Estatuto de Roma127.
Si bien el tema de la conservación y
publicidad de los archivos fue incorporado de manera adecuada en la
ley, acogiendo las disposiciones del
47
Estatuto de Roma, estableciendo que
“en todo caso se deberán adoptar las
medidas necesarias para resguardar el
derecho a la intimidad de las víctimas
de violencia sexual y de las niñas, los
niños y adolescentes víctimas de los
grupos armados al margen de la ley,
y para no provocar más daños innecesarios a la víctima, los testigos u otras
personas, ni crear un peligro para su
seguridad”, dados los escasos niveles
de credibilidad en la administración de
justicia en el país, cabe la duda de sus
posibilidades de aplicación128.
“[B]ajo estas condiciones, y
teniendo en cuenta el escaso
volumen de investigaciones
que se van a realizar, y que
un número significativo de
desmovilizados buscará acogerse al procedimiento del
Decreto 128, son pocas las
posibilidades de que sean investigadas las violencias cometidas contra los derechos
de las mujeres y las niñas en
el contexto del conflicto armado. En particular las relacionadas con la violencia sexual, si
se toma en consideración la
experiencia que se tiene de la
actuación de la administración
48
de justicia en estos casos y de
la actitud de los combatientes
–y en no pocas ocasiones de
operadores/as de justicia, que
consideran estas conductas
como naturales y que cuentan
con aceptación social” 129.
Al respecto, el Comité de los derechos
del Niño en sus observaciones finales
sobre Colombia recomendó al Estado:
“f) (…)Se debería recabar asesoramiento jurídico del ACNUDH
sobre cómo integrar en el marco
jurídico de las negociaciones de
paz normas mínimas de derechos humanos y una perspectiva de los derechos del niño,
prestando especial atención a
los principios básicos de la verdad, la justicia y la reparación
para las víctimas.
g) Estudie la retirada de su
reserva durante un período
de siete años al Estatuto de la
Corte Penal Internacional sobre
la jurisdicción de los crímenes
de guerra, que en la actualidad
bloquea la exigencia de responsabilidades a los responsables
(…)”130.
Bloqueo de suministros
y servicios básicos
En este capítulo, las tendencias identificadas son las siguientes:
• Los bloqueos de víveres, combustible y otros bienes de consumo
han sido una estrategia utilizada por
todos los grupos armados que toman parte en las hostilidades para
presionar y amedrentar a las comunidades
• Los bloqueos han afectado gravemente la salud de las comunidades y en especial los niveles de nutrición de los niños y niñas. En los
casos más dramáticos, estos han
generado la muerte de niños y niñas
por inanición o porque no pudieron
acceder a la atención médica necesaria a causa del bloqueo.
• El aumento del pie de fuerza y la
presencia constante de los grupos
armados en los territorios de las comunidades ha restringido su acceso
a los cultivos y plantaciones, y han
limitado el ejercicio de diversas actividades económicas como la pesca
y la minería, las cuales son determinantes para la subsistencia de estas comunidades.
• Las misiones humanitarias han
sido amenazadas por los grupos
armados y han encontrado obstáculos para acceder a ciertas zonas, lo
cual ha traído como consecuencia
que las comunidades no tengan acceso a estas ayudas de emergencia
agravando aun más su situación de
vulnerabilidad.
• Las fumigaciones de cultivos
destinados para uso ilícito son una
estrategia de guerra ejecutada por
el Estado que afectan la salud y la
vida digna de las comunidades objeto de dichas fumigaciones. Sus
cultivos de productos alimenticios y
animales domésticos son intoxica-
49
dos o destruidos lo cual obstaculiza
su acceso a una alimentación adecuada y afecta su salud.
• Las fumigaciones son causa de
desplazamiento de las comunidades afectadas por las mismas.
a) Los bloqueos a las comunidades
han sido una práctica recurrente
por parte de los grupos
armados que toman parte en las
hostilidades
• Fuerza pública
Desde el 2002, ha aumentado el número de comunidades afectadas por el
bloqueo al suministro de bienes básicos para la población civil como alimentos, medicamentos y combustible, en
la mayoría de los casos por la Fuerza
Pública y los grupos paramilitares, con
el argumento de que las comunidades
abastecen a los grupos guerrilleros,
aunque también se registran casos similares cometidos por las guerrillas. Al
menos 70 poblaciones, principalmente
en los departamentos del Putumayo,
Antioquia, Sucre, Magdalena, Casanare, La Guajira, Caquetá, Chocó y Meta,
han sido afectadas131.
50
Durante 2005 se continuaron registrando amenazas e imposición de restricción a la circulación de personas y al
transporte de mercancías por parte de
los grupos armados contra la población
civil. Muchas de estas situaciones afectaron gravemente a la población civil,
incluyendo el acceso a productos de
primera necesidad. En algunos casos,
esas acciones provocaron el bloqueo
de las comunidades132.
Se calcula que el conflicto armado ha
afectado de otras maneras la vida de
los niños y niñas de esas comunidades.
En los últimos 3 años se calcula que
120 de ellos han muerto por enfermedades prevenibles, la mayor parte de
las veces debido a bloqueos del ejército
y grupos paramilitares, que impiden la
entrada de medicinas y vacunas. Estos
actores afirman que los pueblos indígenas no necesitan las medicinas, sino
que las transportan para dárselas a los
grupos insurgentes, que también les
presionan para que se alíen a ellos.
Los bloqueos provocan mayor desnutrición y enfermedades, afectando
de manera especial a niñas y niños.
“Tanto las fuerzas armadas regulares
como los grupos armados no adscritos
a éstas ponen trabas al aprovisionamiento de alimentos y medicamentos
de primera necesidad, lo cual es causa
de elevados niveles de malnutrición e
incidencia de enfermedades”133.
La percepción de comunidades que
habitan ciertas zonas como “enemigas”
igualmente, ha puesto a la población
civil en riesgo de quedar atrapados en
medio de confrontaciones o de operaciones militares que se desarrollan sin
importar que sea en medio de áreas
densamente pobladas. En algunas
operaciones que se han emprendido
en zonas estigmatizadas, no se han
tomado las medidas que impone el derecho humanitario para la protección
de la población civil; en otros, las operaciones parecen estar diseñadas para
atacarla134.
Según lo constató la OACNUDH durante 2005 “se registraron también infracciones atribuidas a miembros de
la Fuerza Pública, en particular por el
irrespeto de los principios humanitarios
de distinción, limitación y proporcionalidad. (…También se tradujo en bloqueos de comunidades, de alimentos y
de medicinas (…)” 135.
La OACNUDH informó que en agosto
de 2005 la Fuerza Pública aplicó varias restricciones a las comunidades
en Chocó, “como el caso ocurrido en la
comunidad El Dieciocho del municipio
de El Carmen de Atrato (Chocó), donde miembros del Batallón “Alfonso Manosalva Flórez” cortaron el cable que
hace las veces de puente para pasar a
la ribera izquierda del río Atrato, lugar
donde están ubicados los cultivos de
plátano y maíz de los indígenas. Este
hecho produjo una crisis alimentaria y
el riesgo de desplazamiento de esta
comunidad” 136.
Según otra denuncia registrada por la
OACNUDH también del mes de agosto
de 2005, miembros de la nueva Brigada Móvil Nº 13 del Ejército, realizaron
operativos en el área rural de Puerto
Guzmán (Putumayo), prohibiendo a los
pobladores abandonar sus veredas,
con amenazas a su integridad personal
si no denunciaban la presencia de gue-
rrilleros de las FARC-EP en la zona. En
marzo, se tuvo conocimiento de que
los campesinos del El Castillo, (Meta),
habrían sido objeto de restricciones
para movilizar alimentos por parte de
efectivos del Batallón 21 Vargas, con el
objeto de evitar el abastecimiento de la
guerrilla. Esta situación ha provocado
restricciones en el acceso a bienes de
primera necesidad para los pobladores
de la zona137.
También se han presentado bloqueos
“por parte de la Fuerza Pública a través del Plan Patriota en el Caquetá y el
Putumayo, donde a raíz de los operativos no hay seguridad para las misiones
humanitarias “138.
• Grupos paramilitares
Por su parte los grupos paramilitares
fueron denunciados por bloqueos de
alimentos, medicinas y combustibles,
así como por restricciones al traslado
de personas que afectaron seriamente
a la población civil, provocando desplazamientos forzados y saqueos. Esto
se dio particularmente a lo largo del río
Bojayá (Chocó) y aparentemente con
la tolerancia de las autoridades. También se denunciaron saqueos y pillajes
en Arauca, Chocó, Córdoba y Norte de
Santander139.
Recientemente, la Iglesia Católica denunció que grupos paramilitares –que,
supuestamente están desmovilizadoshan bloqueado la entrada de alimentos
a la Sierra Nevada de Santa Martha:
51
“los paramilitares no permiten el ingreso de drogas ni alimentos, provocando
la muerte de 17 niños, pues les imposibilitan tener acceso a los recursos básicos de nutrición y salud” 140.
• Guerrillas
De acuerdo con la OACNUDH, “[o]tros
casos fueron atribuidos al ELN en
Arauca. La población de varias zonas se vio afectada por bloqueos y
acciones de la guerrilla. El bloqueo
de comunidades sobre el río Caquetá
(Putumayo) fue atribuido a las FARCEP. En el Sur del Chocó, la acción de
las FARC-EP y de las AUC provocó
desabastecimiento a unos 900 campesinos” 141.
b) Las misiones humanitarias han
sido amenazadas y atacadas por
los grupos armados que toman
parte en las hostilidades
Igualmente, se han dado casos de
amenazas a las misiones humanitarias
que han tratado de llegar a las zonas
para proveer a las comunidades más
afectadas de alimentos, medicinas y
otros bienes básicos para su subsistencia. Las zonas más afectadas por
esta situación han sido el Catatumbo,
Antioquia y algunas zonas del sur del
país. De acuerdo con la OACNUDH,
las FARC-EP restringieron las misiones humanitarias e impidieron el libre
tránsito de los bienes destinados a la
población civil de Toribío (Cauca)142.
52
Un estudio realizado recientemente por
Caracol Radio, puso en evidencia la
grave situación de zozobra y temor que
enfrentan las misiones humanitarias,
bien sea médicas, de alimentos o de
acompañamiento, en las zonas de conflicto. Las ONG, la Iglesia y los organismos de Naciones Unidas en Colombia,
tienen que pasar todo tipo de obstáculos para poder llegar a su destino143.
Se han registrado además, al menos,
dos ataques contra misiones humanitarias del sistema de Naciones Unidas y ONG internacionales. El pasado
20 de enero de 2006, un camión que
transportaba un cargamento de ayuda humanitaria del Programa Mundial
de Alimentos de las Naciones Unidas
– PMA, fue interceptado por actores armados ilegales en el Oriente de Antioquia, quienes tomaron por la fuerza varias raciones de alimento que estaban
destinadas para el apoyo a familias
desplazadas. “Debido a esta situación,
el Programa Mundial de Alimentos de
Naciones Unidas decidió suspender
temporalmente todas las entregas de
ayuda alimentaria en algunas zonas
del departamento de Antioquia hasta
que se puedan garantizar las mínimas
condiciones de trabajo y seguridad tanto para el personal del PMA como para
los alimentos transportados”144.
De acuerdo con el PMA, este incidente
se suma a otras interferencias de los
grupos armados ilegales en los departamentos de Chocó y Meta. Por su parte,
la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados
– ACNUR informó en este mismo sentido, que en el transcurso del año ha venido confrontando serias restricciones
para el desarrollo de sus operaciones,
en especial en los departamentos de
Putumayo y Norte de Santander145.
c) La militarización de los
territorios de las comunidades
ha afectado el aprovisionamiento
para la subsistencia de las
mismas
Las comunidades que están sitiadas por
los actores armados que toman parte
en las hostilidades han visto afectada
sus actividades tradicionales de cultivo,
caza y pesca. La fuerte presencia militar en ciertas zonas del país como Chocó, ha traído como consecuencia que
las comunidades se vean obligadas a
cambiar sus actividades económicas e
incluso alterar su dieta básica debido al
temor para acceder a los lugares donde desarrollaban dichas actividades.
En la zona del Alto Atrato, Chocó, las
comunidades que viven principalmente
de la pesca han visto limitado el acceso
al río Atrato y han tenido que acordar
estrategias para poder pescar o dedicarse a la minería sin que ello constituya un riesgo para ellos o sus familias.
Durante la misión a Chocó realizada
en mayo por la Coalición Colombia,
los representantes de las comunidades
manifestaron su temor frente a la presencia de militares escondidos en las
montañas y la maleza146.
“Los militares se ocultan en el
monte y no se sabe bien cuan-
do llegan o cuando se van.
Ya no pueden ir tranquilos al
monte a cortar leña o a las minas porque es peligroso. Los
que van en grupos y regresan
temprano (…) Tengo miedo de
ir al monte a cortar leña, Por
quebrada Honda un día iba
caminando con mi pelaito porque lo llevaba al médico y nos
empezaron a tirar piedras para
asustarnos… lo que más me
preocupa es eso”147.
Para ellos la presencia de la fuerza pública en ciertos lugares de sus territorios colectivos significa un riesgo más
que una protección, ya que hay otros
combatientes que transitan por la zona,
pudiendo ser víctimas de fuego cruzado o errores militares entre otras situaciones de peligro. Esto constituye un
riesgo para sus vidas y las de sus niños
y niñas ya que en cualquier momento
pueden ser confundidos con personas
del bando contrario.
“Nosotros no sabemos dónde
están los soldados. Hoy me
fui en la tarde y ahí estaban
pero en la mañana ya no estaban. (…) Mi compañero hace 3
años lo mataron, le metieron 5
tiros. (…) yo ya no voy a esas
parcelas. En la toma, la guerrilla vino con la vestidura de los
soldados, no podemos distinguirlos, ellos no nos pueden
decir a donde van porque dicen que la comunidad va a avisar. (…) Lo que se pide es que
53
la fuerza pública avise cuando
van a estar en la comunidad,
que van a estar en la zona, no
necesariamente el lugar exacto porque sabemos que no lo
pueden decir” 148.
54
d) Las fumigaciones aéreas por
parte del Estado de los cultivos
destinados para usos ilícitos ha
tenido un grave impacto en las
comunidades151
Además, las riveras de los ríos se han
convertido en lugares peligrosos para los
pobladores los cuales se dedican al bareque (búsqueda de oro) o la pesca. La
Diócesis de Bagadó denunció públicamente cómo durante la comisión humanitaria que realizaron en mayo de 2006,
al Alto Atrato, miembros del Ejército dispararon contra la embarcación en que se
desplazaba la misión debido a que ésta
había perdido durante su trayecto por el
río la bandera del ACNUR149.
Las fumigaciones aéreas de los cultivos destinados para uso ilícito por
parte del Estado como una estrategia
contra insurgente han tenido un grave impacto en las comunidades que
habitan en dichos territorios. Durante
los últimos años se ha denunciado
los efectos perjudiciales de las fumigaciones en los cultivos aledaños de
los campesinos, generando una grave
afectación en su salud pues quedan
desprovistos de los alimentos básicos
para su subsistencia.
Es importante tener bajo consideración
que dichas comunidades acostumbran
llevar consigo a las niñas y los niños con
el objeto de no exponerlos dejándolos
solos en los asentamientos a la merced
de los grupos armados que transitan por
la zona. Así, no solo los adultos se ven
expuestos a los ataques de los grupos
armados apostados en el monte sino
también los niños y niñas. “[U]na mamá
se lleva el niño a la mina si esta muy
pequeño, tu vez que le corta palos y ramazones y lo acuesta ahí porque quiere
estar pendiente de su hijo, de pronto a
veces no tiene con quien dejarlo en la
casa, también se da el caso que hay
mamás que tienen que llevar a los niños porque no están estudiando en la
escuela, también para que no estén en
problemas con el vecino o con el otro, las
mamás se los llevan a la playa(…)” 150
“La mayoría de las comunidades campesinas e indígenas,
que viven en la frontera con
Colombia se dedican básicamente al cultivo de productos
agrícolas para su subsistencia
y son poblaciones, en su mayoría, extremadamente pobres.
Las fumigaciones han destruído sus cultivos de maíz, yuca,
arroz, cacao y plátano y han
contaminado los ríos y pozos
de agua, que las poblaciones
utilizan para consumo humano.
Además, las poblaciones presentan alteraciones del sistema
nervioso, afectaciones del sistema digestivo y enfermedades
de la piel. Entre los más afectados se encuentran los niños de
las comunidades, quienes pre-
sentan granos en la piel, comezón, dolor de cabeza, vómitos,
fiebre, dolor de estómago” 152.
Se han dado casos de enfermedades
siendo los más afectados los niños y
niñas, las cuales son asociadas por
las comunidades con las fumigaciones.
Ejemplo de ello son las graves afecciones que padecen las comunidades en
Nariño por causa de las fumigaciones
con glifosato. Desde 2002, se vienen
presentando situaciones graves de afecciones en niños y niñas en la región. Un
médico que tuvo que atender una epidemia luego de las fumigaciones manifestó a los medios de comunicación:
“[E]sto es una epidemia. Desde la fumigación de los campos del Resguardo Indígena
de Aponte, el 80 por ciento de
los niños de la comunidad han
caído enfermos. Él señala a los
pacientes en su registro: “Esto
es un drama médico: erupción,
fiebre, diarrea e infecciones
oculares - comenzó después
de fumigar, porque antes de
esa época sólo cerca del 10 por
ciento de los niños estaban enfermos con las enfermedades
normales como la gripa o de las
paperas”153.
Por su parte las fumigaciones con glifosato del mes de marzo de 2005, en
Bocas de Satinga, al norte del departamento de Nariño, dejaron un saldo
de tres niños indígenas muertos, 16
enfermos, destrucción de cultivos de
pan coger y una grave crisis humanitaria. De acuerdo con el censo de
Aciesna, la Asociación de Cabildos
Indígenas Eperara Siapidaara de Nariño, por causa de las fumigaciones se
perdieron 108.337 plantas de Plátano, banano, papa china, yuca, caña,
chilma, limón, coco, zapote, naranja,
chontaduro, chocolate y maderables.
No se sabe cuánto tiempo tarde en recuperarse el suelo154.
Se tiene información acerca de que las
fumigaciones indiscriminadas contra
cultivos de uso ilícito -coca y amapola, afectaron seriamente cultivos de alimentos y aumentaron por consiguiente los niveles de desnutrición infantil
en zonas como el departamento del
Putumayo, produciendo asimismo desplazamiento forzado de población.
De acuerdo con el Informe de la
OACNUDH, en abril de 2005 se desplazaron aproximadamente 4.600 personas del municipio de Samaná (Caldas)
y se denunciaron como causas del desplazamiento las presiones de las FARCEP y las fumigaciones en la región155.
Dentro de los acuerdos entre el gobierno y las comunidades en general se
estipula que los métodos para la erradicación de cultivos ilícitos deben ser
concertados con las comunidades. Sin
embargo, esta medida no está siendo
aplicada en la mayoría de los casos por
las autoridades Estatales156.
Si bien en noviembre el Gobierno accedió a suspender temporalmente las
55
aspersiones aéreas contra cultivos
destinados para uso ilícito en la zona
fronteriza con Ecuador, este continúa
fumigando, incluso en lugares protegidos como reservas ambientales o
resguardos indígenas. En diversos
espacios el gobierno ha afirmado que
dichas fumigaciones no tienen ningún
56
efecto en la salud del ser humano. El
pasado 5 de agosto, el gobierno reactivó las fumigaciones de una de las reservas naturales más importantes del
país, la Sierra de la Macarena, a pesar
de las alertas de organizaciones ambientalistas y el llamado de las comunidades indígenas.
Desplazamiento forzado
157
Del análisis de la información aportada
en este informe pueden identificarse
las siguientes tendencias en materia
de desplazamiento de personas, particularmente en el caso de niños, niñas
y jóvenes:
GENERALES
• Alto número de niñas y niños han
sido desplazados como consecuencia
de los ataques de los grupos guerrilleros y paramilitares contra la población
civil y de las operaciones de la fuerza
pública que en muchas oportunidades violan los derechos humanos de
la población e infringen el derecho
humanitario. Adicionalmente, los enfrentamientos entre la fuerza pública y
grupos guerrilleros, es causa de desplazamientos forzados.
• Las dificultades que enfrentan
las víctimas del desplazamientos
para acceder a la asistencia guber-
namental afecta especialmente a los
niños: estas dificultades comprenden la rendición de la declaración
como desplazados, la inscripción
en el registro SUR, la recepción de
la asistencia humanitaria de emergencia luego de la inscripción y el
acceso a otros programas públicos
de atención. Existe un alto índice de
subregistro de la población desplazada, que también perjudica a los
niños desplazados.
• La inexistencia de programas
especiales para atender las necesidades específicas de las niñas y
los niños desplazados - asistencia
humanitaria de emergencia, salud,
educación, unificación familiar, ha
sido advertida por la Corte Constitucional -sentencia T-025 de 2004- y
el ACNUR.
• La insuficiente atención a la protección física de los niños desplaza-
57
dos y a su necesidad de asistencia
psicosocial para superar el trauma
del desplazamiento.
• Los retornos promovidos por las
autoridades, que carecen de condiciones de voluntariedad, seguridad
y dignidad. Estos retornos carecen
de programas especiales para niñas y niños en el lugar de origen,
no asegurar la unidad familiar y no
cuentan con acciones específicas
dirigidas a prevenir el reclutamiento
forzado y el involucramiento de niñas y niños en las hostilidades.
• Restricciones de movilidad y
transporte de víveres y personas
por parte de la Fuerza Pública, grupos paramilitares y guerrillas.
• La distribución de la atención
humanitaria de emergencia por parte de la Fuerza Pública aumenta el
riesgo para las comunidades beneficiarias de esta ayuda. Esta situación fue registrada por el Comité
de los derechos del niño como un
aspecto de preocupación en su informe sobre Colombia de 2006, el
cual recomendó al Estado distribuir
asistencia humanitaria a través de
las autoridades civiles para mantener el principio de distinción y no aumentar la vulnerabilidad de los desplazados y las personas en peligro
de desplazamiento exponiéndolos a
posteriores represalias por parte de
miembros de los grupos armados
contrarios158.
58
• Demora excesiva para el acceso a la atención humanitaria de
emergencia en desplazamientos
familiares: los hogares desplazados
deben esperar más de un mes entre
el momento de rendir declaración y
ser inscritos en el SUR, y dos meses entre la inscripción en el SUR
y la recepción de la primera ayuda
estatal. En total, los hogares esperan más de tres meses desde el momento de registro en el SUR hasta
la recepción de la primera ayuda,
espera que se hace en unas condiciones sumamente precarias.
ESPECÍFICAS
• Inseguridad alimentaria: malnutrición crónica de niños desplazados
• Inexistencia de asistencia psicosocial para superar el trauma del
desplazamiento, situación que fue
registrada por el Comité de los derechos del niño como un aspecto de
preocupación en su informe sobre
Colombia de 2006.
• Inexistencia de programas de
salud reproductiva para niñas desplazadas y de medidas de protección contra el abuso sexual.
• No existen programas educativos especiales para niñas y niños
desplazados, quienes deben buscar
un cupo en los programas regulares:
limitado acceso al sistema escolar y
baja tasa de escolaridad.
e) Ausencia de condiciones para
la permanencia en el sistema educativo: entre 12 y 17 años en muchos casos deben abandonar sus
estudios para generar ingresos del
hogar. Las menores tasas de asistencia son producto, entonces, de
las altas tasas de deserción y de la
vinculación de las niñas y los niños
al mercado laboral.
• Permanencia:
ausencia
de
maestros en escuelas rurales de zonas de conflicto como por ejemplo
Chocó, situación que perjudica a las
niñas y niños desplazados.
a) Colombia tiene la mayor
cantidad de desplazados
internos del mundo y de ellos la
mitad son niños y niñas
El desplazamiento forzado, que coincide con acciones para controlar territorios militar o económicamente estratégicos, continúa siendo una de las más
dramáticas violaciones de derechos
humanos e infracciones al DIH159. De
acuerdo con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados (ACNUR), Colombia
tiene la mayor población de desplazados internos del mundo, estimada en el
año 2005 en 1,7 millones de personas
según las cifras oficiales y en más de
3 millones de personas según fuentes
oficiosas160.
Según CODHES161, 2.420.041 personas fueron forzadamente desplazadas
desde 1997, de ellas, 287.581 en el
2004; se estima que entre 48 y el 55%
son niños y niñas162. Las amenazas de
reclutamiento forzado o el riesgo que
las y los hijos se vinculen a los grupos
combatientes es otra de sus causas,
que cada vez cobra mayor incidencia163.
En Bogotá, la población desplazada en
su mayoría se concentra en los grupos
etáreos menores de 10 años y jóvenes hasta de 20 años. De acuerdo con
UNICEF en los últimos 15 años más de
un millón de niños han sido forzados a
desplazarse164.
Las políticas públicas no se han concretado en acciones eficaces de prevención o para proteger a la población
que ya fue desplazada o se encuentra
en riesgo de serlo. La respuesta no
trasciende la fase de emergencia y no
propicia medidas dirigidas al restablecimiento socioeconómico y cultural de
las víctimas.
Según la Procuraduría General de la
Nación y la Defensoría del Pueblo, sólo
el 30,41% de los hogares desplazados
individualmente entre 1997 y 2004, y
el 8% de las familias desplazadas de
manera masiva recibieron atención
humanitaria de emergencia165.
b) La gravedad de la situación
de desplazamiento llevó a
la Corte Constitucional a
declararla “estado de cosas
inconstitucional”
En febrero de 2004, en la sentencia
T-025, la Corte Constitucional calificó
el desplazamiento forzado como un
59
“estado de cosas inconstitucional” 166 y
advirtió que el Estado no ha asumido
su deber de protección de miles de personas que por causa de esta situación
sufren violaciones múltiples y continuas
de sus derechos humanos.
A pesar de las órdenes de la Corte al
Gobierno, no se han adoptado medidas efectivas para prevenir el desplazamiento forzado, proteger y reparar
integralmente a las víctimas, y garantizar el disfrute de los DESC. La atención se sigue enfocando en medidas
asistencialistas que no cubren toda la
población, así como en el retorno, que
se ha desarrollado sin que exista seguridad, voluntariedad y dignidad para las
personas167. Según una evaluación del
ACNUR, de 28 procesos de retorno, en
una proporción muy alta, los miembros
de las comunidades tuvieron que volver a desplazarse o están en riesgo de
nuevamente hacerlo168.
Sobre el particular el Comité de los derechos del Niño manifestó: “El Comité
comparte la preocupación expresada
por la Corte Constitucional (T-025 de
2004) sobre la falta de atención y asistencia específicas a los niños desplazados, en especial teniendo en cuenta
que constituyen más de la mitad de la
población de desplazados. Además,
preocupa al Comité que se preste una
atención insuficiente a la protección física de los niños desplazados internamente y a su necesidad de asistencia
psicosocial para superar el trauma del
desplazamiento”169.
60
Así, el Comité recomendó al Estado colombiano aumentar “sustancialmente
los recursos destinados a los desplazados internos y lleve a cabo programas
específicos para niños con el fin de
proporcionarles un acceso adecuado a
alimentos, vivienda, educación y servicios médicos”170.
c) Los grupos armados que
toman parte en las hostilidades
continúan generando
desplazamientos de las
comunidades
• Actos cometidos
por la fuerza pública
Las amenazas de la fuerza pública a
comunidades que son señaladas como
auxiliadoras de la guerrilla o aquellas
que han manifestado su voluntad de
no ser involucradas, han continuado
generando desplazamientos forzados.
En abril de 2005 la comunidad de Paz
de San José de Apartado tuvo que desplazarse debido a las amenazas de la
fuerza pública y el anuncio de actividades de integración con la comunidad y
en especial con los niños y niñas, por
parte de la policía.
“la policía viene entrando al caserío de San José con psicólogos, sociólogos, con personas
filmándonos y entregando volantes donde se plantea un trabajo conjunto de la policía con
la comunidad y que ha sido con-
certado con nosotros. El 30 de
marzo entraron hacia las 2 p.m.
y repartieron volantes manifestando que la policía realizaría labores educativas con los niños,
resolución de conflictos, labores
sociales; luego de filmarnos, salieron hacia las 2:40 p.m. El 31
de marzo hacia las 11 a.m. llegó
hasta la entrada del caserío de
San José una moto con dos personas de civil con armas cortas,
luego se presentó el sacerdote
de la policía, anunciando con un
megáfono la llegada de la policía. Media hora después entró
una chiva repleta de unas 100
personas entre ellas varios policías con dulces y tambores invitando a la comunidad a trabajar
con la policía y filmando el caserío y a sus pobladores. Varios
niños se negaron a recibir los
regalos y dulces que estaban
repartiendo y así mismo hizo la
comunidad”171.
En la zona de Jiguamiandó, Chocó, el
9 de diciembre de 2005, desconociendo totalmente el carácter de las medidas provisionales, resueltas por tercera
ocasión el pasado 15 de marzo, por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Gobierno Nacional en cabeza
del coordinador del programa nacional
de Comunidades en Riesgo del Ministerio del Interior y al parecer la delegada
del Ministerio de Relaciones Exteriores,
ingresaron a la Zona Humanitaria de
Pueblo Nuevo en un helicóptero militar
poniendo en riesgo a la comunidad172.
• Actos cometidos por paramilitares
De acuerdo con el Sisdhes de CODHES, en junio de 2005, 35 familias,
unas 175 personas, fueron desplazadas desde el municipio de Barbacoas,
Nariño, hacia Pasto. El hecho se registró ante la posibilidad de una arremetida de los grupos armados ilegales operantes en la zona, luego de la reciente
“desmovilización” del bloque paramilitar “Libertadores del Sur”. Así mismo,
el Sisdhes conoció que los alcaldes de
Magüí Payán, Roberto Payán y Barbacoas se desplazaron hacia Pasto al ser
señalados como “colaboradores” de
grupos armados ilegales173.
Otro caso se registró en Bello, Antioquia, en marzo de 2006, cuando 35
personas, entre ellas 15 menores de
edad, llegaron a la Personería de Medellín. El desplazamiento se dio por
causa de las amenazas proferidas por
presuntos grupos de paramilitares que
aún operan en la región174.
• Actos cometidos por las guerrillas
De acuerdo con la OACNUDH, debido a las amenazas de las FARC-EP
se atribuyó el desplazamiento de 320
personas de Cocorná (Antioquia) y de
unas 500 personas en Córdoba. A las
presiones del ELN se atribuyó el desplazamiento de unos 110 personas,
incluyendo niños, niñas y líderes de la
comunidad indígena wiwa de Dibulla
(Guajira). En varios casos, las acciones
fueron acompañadas de saqueos y pi-
61
llajes. El ataque de las FARC-EP a Toribío (Cauca) provocó el desplazamiento
de más de 5.000 personas175.
Por otro lado, en San José del Guaviare 77 indígenas, entre ellos 27 niños
y una mujer gestante, pertenecientes
a 13 familias de la etnia Nukak Makú,
llegaron a este municipio a finales del
mes de marzo. Los indígenas desplazados provienen del corregimiento de
Tomachipán, ubicado a unos 160 Km.
del casco urbano de San José del Guaviare y afirmaron haberse visto obligados a desplazarse, luego de haber
sido amenazados por un actor armado,
presumiblemente las FARC, según informó CODHES176.
La Consejería Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional informó que el nuevo grupo de personas desplazadas de la etnia Nukak
Makú, se suman a las 10 familias de
esta misma comunidad que se desplazaron hacia San José del Guaviare en
el 2003, y que han sido ubicadas en la
vereda Barrancón. Igualmente se dio
a conocer que el 25 de noviembre de
2005 otras 7 familias Nukak llegaron
a la misma ciudad. Esta situación de
desplazamiento generó la aparición de
focos de infecciones respiratorias, paludismo y cuadros diarreicos, especialmente en la población infantil177.
Particularmente el departamento del
Chocó continúa siendo uno de los más
afectados por la violencia de los grupos
armados.
62
Como todas las regiones fronterizas de
Colombia, Arquía Limón, departamento de Chocó, enfrenta una grave situación de seguridad a causa del transito
de grupos armados y los enfrentamientos por el control económico. Las
comunidades que viven a lo largo de
los ríos del área sufren frecuentes
bloqueos, amenazas, reclutamientos
forzados y asesinatos -algunas veces
selectivos, otras indiscriminados. En
total, cerca de 500 personas han llegado a Unguía desde finales de julio de
2006, provenientes de Arquía Limón y
las comunidades aledañas178.
Más al sur del río Atrato, el pequeño
pueblo de Río Sucio hospeda también
a un creciente número de familias que
llegaron entre julio y agosto de 2006,
después de huir de la violencia. Aún
en Río Sucio, el miedo es palpable y
las personas también a menudo tienen
temor de hablar. Algunos de los desplazados en Río Sucio son de origen
afrocolombiano y se está acrecentando
la preocupación por la suerte de las comunidades indígenas bloqueadas a lo
largo del río.
Otro caso de gravedad se registra en el
municipio de Istmina, Chocó. Al menos
678 personas pertenecientes en su mayoría a la etnia Wanaan y provenientes
de las comunidades Unión Wounaan y
Noanamá en Medio San Juan y Unión
Chocó, Macedonia, Olave Indio y San
Cristóbal, se desplazaron durante las
dos primeras semanas de abril de
2006, hacia el casco urbano de Istmina, según lo informó la Oficina para la
coordinación de Asuntos Humanitarios
de las Naciones Unidas - OCHA. De
acuerdo con la Organización Regional
Emberá Wounaan, los desplazamientos en la zona se han generado a partir
del asesinato a dos maestros los días
30 y 31 de marzo, así como a la existencia de una supuesta “lista negra”
de personas amenazadas por parte de
presuntos miembros de las FARC, que
contiene más de 20 nombres dentro de
los cuales se encontraría al menos 5
docentes de la región179.
d) Los enfrentamientos de los
grupos armados que toman parte
en las hostilidades continúan
generando desplazamientos
De acuerdo con el informe de la
OACNUDH, la presencia de grupos
armados ilegales y los combates entre
miembros de las AUC e integrantes de
las FARC-EP provocaron desplazamientos gota a gota de familias en San
José del Palmar (Chocó). También
dieron lugar a desplazamientos masivos de 60 familias afrocolombianas en
Barbacoas (Nariño), y de 42 familias
en el San Pablo (Bolívar). En febrero
provocaron uno de los mayores desplazamientos masivos de aproximadamente 2.000 personas de seis comunidades afro-colombianas en Bojayá
(Chocó)180.
Según información de la Defensoría
del Pueblo y de la Acción Social, 25
familias llegaron a la ciudad de Popayán provenientes del corregimiento de
Huisitó, mientras que otras 25 familias
del mismo corregimiento, se dirigieron
al casco urbano del municipio de El
Tambo. Las familias desplazadas y las
personas que permanecieron en Huisitó manifestaron que se desplazaron a
causa de los constantes enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla del
ELN. Como resultado de estos enfrentamientos, dos civiles murieron y otros
tres resultaron heridos, entre ellos, dos
menores de edad, uno de los cuales
pisó una mina antipersonal181.
La Unidad Territorial de la Consejería
Presidencial para la Acción Social y la
Cooperación Internacional informó que
durante el mes de diciembre se desplazaron desde la comunidad del Empalme, en la Inspección de Jardines de
Sucumbíos, 235 personas (57 familias)
de las cuales 115 son menores de 18
años y 14 son adultos mayores de 65
años; 106 están entre los 18 y 64 años.
De acuerdo con la Unidad Territorial,
se observa una tendencia al incremento del desplazamiento desde el mismo
sector, así como desde algunas veredas aledañas como el Amarradero,
Ranchería; San José, La Argentina y El
Empalme. La Población se encuentra
ubicada en la Capilla del corregimiento
de Liberia182.
El Comité Internacional de la Cruz
Roja informó que 1.600 indígenas se
desplazaron a causa de los combates,
dada la intensificación de los enfrentamientos armados durante este periodo.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones – OIM, la
guardia indígena del Norte del Cauca
63
ha diseñado un plan de emergencia
para facilitar la protección y atención
de las personas afectadas. En este
sentido se activó un sitio de Asamblea
Permanente en el resguardo de Minas
en el Colegio Agropecuario Gaitana
Fiux, del municipio de Páez, sin embargo en este, al igual que en los otros dos
sitios a donde se han desplazado, el
hacinamiento ha provocado problemas
de salud. A lo anterior se suma la imposibilidad de las familias de conseguir
alimentos básicos183.
En Putumayo, durante octubre de 2005
hubo fuertes combates entre la guerrilla de las FARC y las Autodefensas
Unidas de Colombia, dejando un saldo
de al menos tres civiles muertos, entre ellos dos menores de edad que se
encontraban de regreso a sus casas y
fueron alcanzadas por fuego cruzado,
y un adulto. Además, 27 civiles fueron
heridos y unas 350 familias desplazadas. Las brigadas de ayuda fueron atacadas y se registró el robo de 84 toneladas de alimentos que llevaban hacia
el corregimiento de El Empalme en el
municipio de Orito, una misión conjunta
del Programa Mundial de alimentos de
las Naciones Unidas y la Red de Solidaridad Social. Los alimentos fueron
devueltos en su totalidad horas más
tarde184.
64
Casi 1.370 personas —entre ellas 780
niños— provenientes de los resguardos indígenas de Cuchilla del Palmar,
La Bocana, Magui, Cuascuabi Paldubi,
Pialapi, Pueblo Viejo, La Esperanza,
Nulpe Alto y Nulpe Medio, tuvieron que
desplazarse ante el temor de perder la
vida o de sufrir daños en su integridad
personal por efecto de las operaciones
bélicas impulsadas por el Ejército en el
marco de la “Operación Gladiador” en
contra del frente 29 de las FARC-EP.
Además, un gran número de indígenas
Awá se ha resistido a dejar sus territorios, mientras que aproximadamente
70 personas de la misma etnia se han
visto obligadas a retornar a sus resguardos por falta de asistencia humanitaria en los lugares a los cuales se
desplazaron. La circulación y el retorno
de estas personas se realizan en condiciones de alto riesgo, pues según las
mismas fuentes oficiales se libran aún
combates185.
El 11 de julio de 2006, por segunda vez
en un año, la mayoría de los resguardos Awá ubicados en el municipio de
Ricaurte, en el departamento de Nariño, quedaron casi vacíos. Los combates entre el Ejército y las FARC-EP provocaron el desplazamiento de 1.700
personas que poco a poco se concentraron en las poblaciones de Ricaurte y
Altaquer186.
e) La amenaza de vinculación
de niños y niñas a los grupos
armados continúa generando
desplazamientos
En los departamentos de Guaviare, Santander, Norte de Santander,
Putumayo y Vaupés, el reclutamiento forzado de menores de edad se ha
constituido en una de las principales
causas de desplazamiento, dado que
un elevado número de familias prefiere abandonar sus comunidades ante la
posibilidad de que sus hijos e hijas sean
reclutados por grupos armados187.
Una de las prácticas que conlleva mayor
riesgo para la población es el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes.
Sobre esta situación, la Defensoría del
Pueblo tiene conocimiento de nueve casos de niños reclutados por los grupos
armados188.
El pasado 11 de agosto, en el departamento de Arauca, se registró desplazamiento de la población de Tame, debido al reclutamiento masivo de niños y
niñas anunciado por la guerrilla de las
FARC. Según relato de una de las madres que abandonó la zona: “El sábado
tuve que traerme a mis dos hijos, de 14
y 17 años, porque un vecino nos avisó
que la guerrilla venía reclutando a los
niños. Que la orden de las Farc era llevarse a los mayores de 10 años”189.
La Personería de Tame estima que
cerca de 400 niños han abandonado
el campo en la última semana ante el
anuncio de la guerrilla de reclutarlos.
Sin embargo, no hay una cifra oficial.
“De mi vereda, que yo sepa, no se llevaron a nadie. Si supe que de otras veredas cercanas se llevaron niños”190.
Esta situación hace parte de los enfrentamientos entre las Farc y el Eln
desde diciembre pasado. Aunque el
personero, Manuel Pérez, afirmó que
no hay una cifra oficial –por el temor a
la denuncia- admitió que en la última
semana 60 familias han sido desplazadas ante el anuncio de la guerrilla de
llevarse a los niños191.
Situación similar podría registrarse en el
departamento de Putumayo, donde la
guerrilla ha amenazado a las comunidades con reclutamiento de niños y niñas.
Esta situación pudo ser verificada por la
Coalición Colombia en la misión realizada a la zona del bajo y medio putumayo
durante el mes de julio de 2006.
f) Los niños y niñas desplazados
no están recibiendo la atención
prioritaria y especial ordenada
por la Corte Constitucional
y por los instrumentos
internacionales de derechos
humanos
En materia de política pública, la Corte Constitucional profirió tres nuevos
autos respecto del cumplimiento de la
Sentencia T-025. El alto tribunal declara que a pesar de los avances alcanzados aún no se ha superado el estado
de cosas inconstitucional, y que es necesario progresar en la corrección de
la brecha que existe entre la afectación
de los derechos y los recursos efectivamente destinados para satisfacerlos.
En síntesis los pronunciamientos instan al gobierno nacional a que: (i)
Identifique de manera plena el estado
de atención de la población desplazada en el orden territorial; (ii) Defina un
esfuerzo presupuestal que incorpore
proyecciones para el total de personas
que de manera progresiva vienen re-
65
gistrándose en el SUR; (iii) Identifique y
defina de manera clara los porcentajes
en estos recursos que correspondan a
la participación de las entidades territoriales; (iv) Entregue a más tardar el 1º
de diciembre de 2005, un cronograma
de ejecución en el que se definan los
mecanismos y herramientas reales a
través de los cuales van a ser recaudados los recursos; los ritmos y las
destinaciones específicas -esto debe
presentarse de forma diferenciada entre población vulnerable y población
desplazada-; (v) Culmine el proceso de
caracterización de la población desplazada en el plazo máximo de 1 año; (vi)
Construya indicadores diferenciados
de realización de derechos; (vii) Fortalezca y amplíe los espacios de participación de la población y garantice su
derecho a la vida.
66
En cuanto a la atención que brinda el
estado a la población desplazada, un
porcentaje elevado de hogares desplazados (85.13%) están familiarizados
con el SUR y cerca del 78% de los hogares decide rendir declaración ante
una entidad del Ministerio Público para
su posterior registro en el SUR. Así mismo, cerca de 71% de los hogares desplazados son finalmente inscritos en el
SUR. El análisis demuestra, además,
que sólo el 56 % de los inscritos por
el SUR recibe ayuda; lo que evidencia
una falla en esta etapa del proceso ya
que casi la mitad de las familias desplazadas, después de pasar por todos
los pasos necesarios y aceptar los costos que estos implican, no obtienen la
ayuda necesaria192.
En promedio, los hogares deben esperar más de un mes entre el momento de
rendir declaración y ser inscritos en el
SUR, y dos meses entre la inscripción
en el SUR y la recepción de la primera ayuda estatal. En total, los hogares
esperan más de tres meses desde el
momento de registro en el SUR hasta
la recepción de la primera ayuda, espera que se hace en unas condiciones
sumamente precarias193.
El acceso al tipo de ayuda parece ser
bastante heterogéneo. Los hogares
parecen recibir, en la mayoría de los
casos, sólo un tipo de ayuda. Además,
los resultados sugieren que la ayuda
estatal está consolidada en los servicios sociales típicamente prestados por
las entidades estatales, es decir educación y salud. Sin embargo, la asistencia
diseñada especialmente para la población desplazada es escasa y menor
frente a las entidades no estatales194.
g) El Estado no está garantizando
el derecho a la educación de los
niños y niñas desplazados
De acuerdo con UNICEF, 7 de cada 10
niños y niñas desplazados no regresan
a la escuela195 por razones de índole
económico (a pesar de la obligación legal de garantizar educación gratuita a
esta población196), por discriminación o
maltrato, por las condiciones de malnutrición o la necesidad de trabajar para
ayudar a su familia.
Durante el 2004, se entrevistaron 77
niños y niñas en situación de despla-
zamiento, entre los 11 y los 17 años,
ubicados en altos de Cazucá (Soacha,
Cundinamarca), en Cartagena (Bolívar), Usme y Ciudad Bolívar (Bogotá,
D.C.), y Barrancabermeja (Santander)197. El 58%, señaló que debe pagar
parcialmente la matrícula o comprar
los uniformes y libros; adicionalmente,
un 53% señaló que si no paga no los
dejan entrar a la escuela. Por estas razones, puede entenderse que el 23%
de los y las encuestadas no estudia por
razones económicas.
La política pública en esa materia se ha
enfocado en la creación de cupos educativos, que no son suficientes para
cubrir el déficit198. Muchas veces los
docentes sólo enseñan a los niños y
niñas a leer y a escribir; no se brinda la
orientación y la formación necesarias
para afrontar los trastornos y traumas
surgidos por el desplazamiento, ni se
capacita para recrear nuevas formas
de vida199.
Los niños y niñas desplazados son víctimas de los prejuicios de la comunidad
y de los maestros, que muchas veces
los discriminan; esto genera cambios
en la manera como se perciben a sí
mismos, los significados respecto de
su identidad y con la respuesta que se
dan a la pregunta de quiénes son200.
En sus Observaciones finales el Comité de los Derechos del Niño de las
Naciones Unidas recomendó al Estado
“que adopte medidas activas, como
el suministro de apoyo adicional para
compensar los gastos ocultos, con el
fin de luchar contra la discriminación y
la exclusión social generalizadas que
afectan a grupos vulnerables, como los
niños de las zonas rurales, desplazados internamente, afrocolombianos e
indígenas” 201.
Por otro lado los niños y niñas están
viendo afectado su derecho a la educación debido al ataque y amenaza a
los maestros. La ACNUR ha manifestado preocupación por los problemas de
desescolarización en Chocó, dado que
los maestros y maestras de la zona se
han desplazado hacia Istmina y Quibdó. Según un comunicado del Espacio
Humanitario del San Juan, emitido el 1
de abril de 2006, la comunidad en riesgo de desplazamiento alcanzaría las
1.748 personas202.
h) Los niños y niñas víctimas
de desplazamiento no están
recibiendo atención adecuada en
salud por parte del Estado
El Gobierno no ha garantizado el mínimo de protección del derecho a la
salud de las personas desplazadas,
tanto en cobertura y calidad como en el
suministro de medicamentos. Autoridades nacionales, organismos de control,
autoridades regionales y organizaciones que trabajan con esta población
han señalado su preocupación por el
desmonte del modelo de atención en
salud para la población desplazada203,
que incluye limitaciones al cubrimiento
en salud a sólo urgencias derivadas del
desplazamiento y la desatención en
materia psicosocial204.
67
Por su parte, el componente alimentario
de la atención que el Gobierno debe brindar a dicha población205 no garantiza su
derecho a una alimentación adecuada.
Según el Programa Mundial de Alimentos, el “23% de las niñas y los niños desplazados está en riesgo de desnutrición,
siendo más afectados aquellos entre uno
y dos años de edad”206. Adicionalmente,
mientras que el embarazo de adolescentes a nivel nacional es del 19%, en las
adolescentes en situación de desplazamiento la cifra asciende a 33%207.
La situación de Altos de Cazucá resulta
ilustrativa de la grave situación de salud
de los niños y niñas desplazados. Sólo el
23% se encuentra incluido en el régimen
subsidiado y ninguno en régimen contributivo, así, el restante 77% tiene problemas de aseguramiento; adicionalmente,
al tener carta de salud pero no estar carnetizados, les es imposible garantizar la
adquisición de medicamentos208.
Según Médicos sin Fronteras, el 29%
de los niños y niñas presenta malnutrición crónica y el 3% malnutrición aguda; esta organización reportó 900 niños
y niñas entre 6 y 59 meses en estado
de desnutrición crónica, y señaló como
más frecuentes las enfermedades del
sistema respiratorio, y las infecciosas y
parasitarias209.
i) Las personas desplazadas
no cuentan con las garantías
necesarias para el retorno
68
De acuerdo con la OACNUDH, en 2005
se registraron presiones de autorida-
des sobre algunas comunidades para
retornar a sus lugares de origen sin el
respeto de las condiciones de seguridad, dignidad y voluntariedad. Varias
situaciones han puesto en evidencia no
sólo la actuación de servidores públicos con grupos paramilitares sino también la persistencia de esos vínculos y
la tolerancia de las autoridades210.
Muchos de estos retornos se dan en
condiciones muy graves de seguridad
para las comunidades. Por ejemplo, en
el caso de las comunidades indígenas
Awa, un gran número de indígenas Awá
se ha resistido a dejar sus territorios,
mientras que aproximadamente 70 personas de la misma etnia se han visto
obligadas a retornar a sus resguardos
por falta de asistencia humanitaria en
los lugares a los cuales se desplazaron.
La circulación y el retorno de estas personas se realiza en condiciones de alto
riesgo, pues según las mismas fuentes
oficiales se libran aún combates211.
Otros casos que demuestran las difíciles condiciones para el retorno de las
familias desplazadas se transcriben a
continuación:
Entre 1.916212 y 2.596213 personas provenientes de 13 veredas del corregimiento Encimadas, en Samaná, departamento de Caldas, tuvieron que desplazarse hacia el casco urbano ante
las amenazas proferidas por presuntos
miembros del frente 47 de las FARC,
convirtiendo a Samaná en escenario de
uno de los mayores éxodos registrados
en el 2005. Las comunidades denun-
ciaron que algunas de las vías interveredales del municipio fueron minadas,
generando graves obstáculos para el
retorno de las comunidades desplazadas y la recolección la cosecha de
café214. El 18 de noviembre, frente a los
primeros intentos de retorno, una comisión interinstitucional determinó que no
había condiciones para dicha acción,
dada la gran cantidad de minas antipersona sembradas en la zona y que estaban siendo desactivadas por el Ejército
Nacional. Entre el 1 y el 2 de diciembre
de 2005 se realizó el retorno215.
La Unidad Territorial de la Consejería
Presidencial para la Acción Social y
la Cooperación Internacional, informó
que el 14 de marzo de 2006 se originó
un desplazamiento masivo de aproximadamente 170 familias provenientes de siete veredas del municipio de
San Juan Nepomuceno, generado por
el asesinato de uno de los habitantes
del sector. En comité municipal estudió
la posibilidad de un retorno dadas las
condiciones de seguridad en la zona y
decidió llevar a cabo dos comisiones
de verificación previas al retorno, las
cuales no se pudieron realizar. A la fecha las familias no desean retornar y ha
recibido atención humanitaria de emergencia del CICR y Acción Social216.
Otro caso se dio en Nariño. La
ACNUR junto con otras agencias del
Sistema de Naciones Unidas, la Defensoría del Pueblo y el Consejo Noruego para Refugiados, acompañó el
retorno a la región de Policarpa de
más de 2.220 personas desplazadas,
habiendo manifestado con antelación
su preocupación por la seguridad de
las comunidades en el retorno. Estas
personas hacían parte del grupo que
llegó a Pasto, Nariño, a mediados de
mayo al final de una marcha de protesta durante la cual fueron objeto de
violencia física. Después fueron amenazados por un grupo armado ilegal
el cual les informó que si retornaban
serían asesinados217.
69
70
Recomendaciones
GENERALES
• Al Estado colombiano, dar estricto
cumplimiento a las recomendaciones
emitidas por el Comité de Derechos
del Niño en junio de 2006, y contenidas
en el documento CRC/C/COL/CO/3,
2006.
• Al Estado colombiano, dar cabal
cumplimiento a las recomendaciones
emitidas por la OACNUDH en febrero
de 2006, contenidas en el documento
E/CN.4/2006/9.
• Al Estado colombiano y los grupos
irregulares, acatar las normas del DIH,
en razón de la situación de conflicto armado interno que enfrenta en Colombia, y realizar las acciones necesarias
para la suscripción de acuerdos humanitarios de inmediata aplicación.
• A la Representante Especial del Secretario General sobre la cuestión de
los niños y los conflictos armados, que
en el marco de su mandato realice una
visita a Colombia con el objeto de verificar la grave situación de los niños, niñas y jóvenes afectados por el conflicto
armado interno.
RESPECTO DE LAS VIOLACIONES
CONTRA EL DERECHO A LA VIDA
Y LA INTEGRIDAD PERSONAL
• Al Estado colombiano, investigar y
sancionar en la jurisdicción penal ordinaria las ejecuciones extrajudiciales y
torturas cometidas por miembros de la
Fuerza Pública. En todo caso, impedir que el conocimiento de estos casos
sea asumido por la jurisdicción penal
militar, en consonancia con lo dicho
en reiteradas ocasiones por la Corte
Constitucional respecto de la imposibilidad que tiene ésta para asumir violaciones a los DDHH y el DIH.
• Al Estado colombiano, investigar y
sancionar disciplinariamente a funcionarios públicos y miembros de la Fuerza Pública que se vean involucrados
en ejecuciones extrajudiciales y torturas de niños y niñas. En todo caso, el
conocimiento de estos casos debe ser
asumido por la Procuraduría General
de la Nación, en uso de sus funciones
constitucionales y legales, en particular, aquellas contenidas en la Resolución 346 de 2002.
• Al Estado colombiano, crear comisiones interinstitucionales que investi-
71
guen a profundidad los homicidios de
niños y niñas socialmente marginados, y aplicar las debidas sanciones
penales y disciplinarias –según sea el
caso- a los funcionarios públicos o trabajadores oficiales que se encuentren
involucrados en estos homicidios.
• A las guerrillas de las FARC-EP y el
ELN, cesar los ataques indiscriminados
contra la población civil y la utilización
de armas y métodos de combate prohibidos en sus acciones militares.
• Al Estado colombiano y los grupos
irregulares, implementar las medidas
necesarias para que la población civil
no sea víctima del fuego cruzado en el
marco de combates y operaciones militares. En todo caso, cuando sea imposible proteger dicha población, cesar
cualquier acción militar hasta tanto la
vida e integridad personal de quienes
no hacen parte en las hostilidades no
esté integralmente garantizada.
• Al Estado colombiano y los grupos
paramilitares, dar estricto cumplimiento al cese de hostilidades al cual estos
últimos se comprometieron cuando iniciaron el proceso de negociación con el
Gobierno nacional. En caso de incumplimiento, negar los beneficios jurídicos
contemplados en la Ley 975 de 2005
y sancionar conforme la jurisdicción y
las penas ordinarias a los miembros
de dichos grupos que hayan violado el
acuerdo de cese, modificando las normas relativas a los niños incorporados
en las filas paramilitares.
72
RESPECTO DE LOS ATENTADOS
CONTRA LA LIBERTAD PERSONAL
• Al Estado colombiano, investigar y
sancionar a los miembros de la Fuerza
Pública que, por acción u omisión, han
permitido que grupos paramilitares realicen la retención y toma de rehenes donde, en especial, niños y niñas ven vulnerado su derecho a la libertad personal.
• Al Estado colombiano, investigar
y sancionar conforme a la ley penal y
disciplinaria vigentes, y los tratados internacionales de derechos humanos,
a los miembros de la fuerza pública y
funcionarios judiciales que han detenido arbitrariamente a personas, entre
ellas niños y niñas, acusados de diferentes delitos mediante procedimientos
procesales ilegales.
• Al Estado colombiano, cesar con
toda coacción ilegal en contra de niños
y niñas en zonas de su influencia, en
particular, la imposición de códigos de
conducta y hábitos de comportamiento.
RESPECTO DE LA VINCULACIÓN
DE NIÑOS Y NIÑAS A FUERZAS
DE SEGURIDAD DEL ESTADO
Y A GRUPOS ARMADOS QUE
PARTICIPAN EN HOSTILIDADES
• A la guerrilla de las FARC-EP, cesar
toda vinculación de niños y niñas a sus
filas, y que cumpla lo ofrecido al Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para niños en
el conflicto armado de no reclutar niños
y niñas menores de 15 años; al igual
que busquen un acuerdo humanitario
para dejar en libertad todos los niños
y niñas que hacen parte de este grupo
armado.
• A la guerrilla del ELN, cesar toda vinculación de niños y niñas a sus filas, y
que cumpla con “los acuerdos de Puerta del Cielo”, en los cuales se comprometió a no reclutar menores de 16
años; al igual que busquen un acuerdo
humanitario para dejar en libertad todos los niños y niñas que hacen parte
de este grupo armado.
• A los grupos paramilitares, cesar
toda vinculación de niños y niñas a sus
filas, y Planeación para 2007 entregar
a aquellos que siguen en su poder,
cumpliendo, de esta forma, el requisito
de elegibilidad contenido en el artículo
10 de la Ley 975 de 2005.
• Al Estado colombiano, exigir a los
grupos paramilitares que entreguen
todos los niños y las niñas que pertenecen a los mismos, como condición
necesaria para la continuación del proceso de negociación con estos grupos.
En caso de que esta obligación sea
incumplida, abstenerse de otorgarle a
dichos grupos los beneficios jurídicos
contenidos en a Ley 975 de 2005.
• Al Estado colombiano, cesar la vinculación indirecta de niños y niñas al
conflicto armado, mediante la realización de campañas cívico – militares,
particularmente, los programas de “Soldados por un día, soldados payasos y
Lancita por un día”, entre otras, al igual
que mediante el pago o constreñimiento ilegal para que niños y niñas sirvan
como informantes a la fuerza pública.
Lo anterior, teniendo en cuenta que órganos de control como la Procuraduría
General de la Nación han señalado que
este tipo de programas son violatorios
de los derechos fundamentales de los
niños.
• Al Estado colombiano, tener en
cuenta las observaciones hechas por la
Procuraduría General de la Nación, así
como diferentes organizaciones no gubernamentales, acerca de las falencias
que presenta el programa de desmovilización de niños y niñas ofrecido por el
ICBF.
• Al Estado colombiano, sin perjuicio de
iniciar una reforma que permita que los
niños y niñas desvinculados del conflicto armado sean restituidos plenamente
en sus derechos, cumplir con mandatos
estipulados en la legislación vigente, en
particular, la orden que tienen todos los
miembros de las fuerzas armadas de
entregar al ICBF, en un plazo no máximo de 36 horas, a niños y niñas que se
hayan desvinculados del conflicto armado, ya sea porque fueron capturados o
se entregaron voluntariamente.
• Al Estado colombiano, tomar medidas administrativas y políticas que
permitan que órganos como la Fiscalía
General de la Nación asuma, de una
manera seria, la sanción al delito de reclutamiento forzado que se encuentra
consagrado en la ley penal, teniendo
73
en cuenta que existe total impunidad
en el mismo.
• Al Estado colombiano, levantar la
salvedad hecha al Estatuto de Roma,
donde señala que los crímenes de guerra consagrados en el mismo, dentro
del cual de encuentra el reclutamiento
de niños y niñas, no podrán ser conocidos por la Corte Penal internacional
hasta siete años después de la entrada
en vigor de este tratado en Colombia.
RESPECTO DE LA OCUPACIÓN Y
ATAQUES A BIENES CIVILES
• Al Estado colombiano, cesar la práctica llevada a cabo por sus Fuerzas
Armadas de invadir escuelas y usarlas como trincheras de guerra o sitio
de alojamiento de tropas militares, y
sancionar conforme la ley penal y disciplinaria vigente aquellos miembros de
dichas fuerzas que, por este hecho, se
encuentran violando el DIH.
• Al Estado colombiano y los grupos
irregulares, cesar toda utilización de
bienes protegidos por el DIH, e investigar y sancionar, conforme a la ley penal
vigente, a los grupos e individuos que
incurran en este tipo de infracciones.
74
ñas y jóvenes ubicadas en zonas de
conflicto armado, de la violencia sexual
ejercida por todos los grupos armados
que toman parte en las hostilidades.
• Al Estado colombiano, investigar y
sancionar penal y disciplinariamente a
los miembros de la fuerza pública que
ejerzan cualquier forma de violencia de
género en contra de las niñas y jóvenes.
• Al Estado colombiano, establecer
controles adecuados para prevenir la
violencia sexual por parte de funcionarios públicos, especialmente en aquellas zonas más golpeadas por el conflicto armado interno.
• Al Estado colombiano, crear un programa especial de atención psicosocial
para atender a las niñas y jóvenes víctimas de violencia sexual, embarazo
precoz y abandono en el marco del
conflicto armado interno.
RESPECTO A LOS BLOQUEOS
DE SUMINISTROS Y SERVICIOS
BÁSICOS
RESPECTO A LAS VIOLACIONES
E INFRACCIONES DEL DERECHO
A LA LIBERTAD SEXUAL
• Al Estado colombiano, cesar las fumigaciones aéreas de cultivos destinados para uso ilícito en todo el territorio
nacional, con el objeto de proteger a
las comunidades que ven afectados
sus derechos a la salud, alimentación
y medio ambiente a causa de las mismas, y que en muchas ocasiones deben desplazarse forzadamente.
• Al Estado colombiano, adoptar medidas urgentes para proteger a las ni-
• Al Estado colombiano, prohibir, investigar y sancionar cualquier bloqueo
realizado por la fuerza pública que pueda poner en riesgo a las comunidades
o afecte sus derechos a la educación,
salud, alimentación, y la libre circulación
entre otros derechos.
• Al Estado colombiano, recibir en todo
momento las denuncias de bloqueos
realizados por las fuerzas oficiales y
grupos irregulares que toman parte en
las hostilidades, y adoptar todas las
medidas adecuadas para levantarlos y
atender a las comunidades afectadas
por los mismos.
• A los grupos armados irregulares,
abstenerse de realizar bloqueos de alimentos y restricciones a la movilidad
de las comunidades que pongan en
riesgo su integridad personal.
RESPECTO AL DESPLAZAMIENTO
FORZADO
• Al Estado colombiano, cumplir con
los mandatos promulgado por la Corte
Constitucional que le exigen garantizar
los derechos humanos de la población
desplazada, en general, y los niños, las
mujeres, los indígenas y los afro descendientes, en particular, en aspectos
como la educación y salud gratuitas, el
ofrecimiento de proyectos productivos
rentables para la población desplazada, y la reforma del aparato administrativo para que todos los procedimientos
relacionados con esta población se
realicen de manera pronta y oportuna.
• Al Estado colombiano, abstenerse
de otorgarle los beneficios jurídicos
de la Ley 975 de 2005 a los grupos
paramilitares que se encuentran en proceso de negociación hasta que no se
garantice la restitución de los derechos
de la población desplazada, toda vez
que el desplazamiento forzado es un
delito de ejecución permanente sobre
el cual no pueden darse prerrogativas
hasta tanto no cese su consumación.
• A los grupos armados irregulares,
cesar la práctica del desplazamiento
forzado, y al Estado colombiano investigar conforme la ley penal a los autores de este delito.
Bogotá, agosto 11 de 2006
75
76
Notas
Notas
1 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, párr. 18.
2 Ibídem, párr. 21.
3 Ibídem párr. 50.
4 Ibídem, párr. 52.
5 Ibídem.
6 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por el
Estado, Colombia. Documento CRC/C/COL/
CO/3, 2 de junio de 2006, párr 80 literales
“a” y “c”.
7 Ibídem, párr. 76. literales “h” e “i”.
8 Ibídem, párr. 81, literal “f”.
9 Ibídem, anexo IV, párrs. 23, 29, 30, 78, y 79.
10 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, anexo IV, párr.8.
11 “Polémico borrador del decreto que reglamenta Ley de Justicia y Paz se está modificando”. Diario El Tiempo, 2 de agosto de
2004, www.eltiempo.com.
12 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por
los Estados, Colombia. Documento CRC/C/
COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 45.
13 Ibídem, párr. 5.
14 Ibídem, párr. 35.
15 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, párr. 21, 25 y 27.
16 Ibídem, Capítulo I “Vulneraciones contra
el derecho a la vida y a la integridad personal”.
77
17 Denuncia realizada por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz el 10 de Noviembre de 2005.
29 “Cilindros – bomba de las Farc caían
cada hora sobre Montebonito”, Diario El
Tiempo, 6 de Marzo de 2006.
18 Asociación de Cabildos Indígenas del
Chocó OREWA, Denuncia del 13 de Marzo
de 2006.
30 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los
Estados, Colombia. Documento CRC/C/COL/
CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 85 literal “a”.
19 Fundación para la Defensa y Promoción
de los Derechos Humanos Reiniciar, 30 de
Abril de 2006.
20 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por
los Estados, Colombia. Documento CRC/C/
COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 44.
21 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, Capítulo ANEXO III “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la
integridad personal”.
22 Denuncia pública realizada por la Asociación Campesina de INZA- Tierradentro
ACIT (Cauca) el 13 de Enero de 2006.
23 “Justicia Penal Militar investiga operativo
de Inzá”, Diario del Huila, 23 de Enero de
2006, consultado en www.diariodelhuila.com.
24 Denuncia realizada por La Comisión
Intereclesial de Justicia y Paz el 28 de Diciembre de 2005.
25 “Niña de 13 años asesinada al salir del
colegio”, Diario El Tiempo, 26 de Enero de
2006, Pág. 1-4.
26 “Carol fue asesinada por retaliaciones”,
Diario del Sur, 27 de Enero de 2006, tomado de www.diariodelsur.com.co.
27 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, Capítulo ANEXO III “Vulneraciones contra el derecho a la vida y a la
integridad personal”.
28 “Ataque explosivo en vía La Guajira”, Diario
El Tiempo, 18 de Julio de 2005, Pág. 2-11.
78
31 “Están asesinando a los niños de la calle
en Bucaramanga”, Diario Vanguardia Liberal, 17 de Febrero de 2006.
32 “Dos niñas campesinas mueren por choque entre FARC y paras”, Diario El Tiempo,
8 de Septiembre de 2005, Pág. 1-4.
33 Diario El heraldo, 16 de Abril de 2006.
34 Informe de la Misión de Verificación de
las violaciones de Derechos Humanos en
el municipio de Buenaventura. Asociación
“Minga”, Proceso de Comunidades Negras
en Colombia y Consejos Comunitarios de
Buenaventura. Septiembre 2005.
35 “Un niño de 5 años muerto y 13 personas heridas porexplosión de granada en
Buenaventura”, Diario El Tiempo, Bogotá,
Colombia, 22 de abril de 2005, en www.eltiempo.com.co.
36 Información recogida directamente por
la Comisión Colombiana de Juristas.
37 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, Capítulo I “Vulneraciones
contra el derecho a la vida y a la integridad
personal”.
38 “Un niño se despidió de su pie derecho”,
Diario El Universal (Cartagena), 17 de Abril
de 2006, consultado en www.eluniversal.
com.co.
39 Informe de la Comisión Mixta de protección para el pueblo Embera Katio del Alto
Sinú, Vista reaizada entre los días 18, 19 y
20 de Noviembre de 2005.
40 Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), Denuncia del 9 de Marzo de 2006.
41 Banco de Datos de Derechos Humanos
y Violencia Política de Cinep (BDC), Noche
y niebla–Panorama de derechos humanos
y violencia política en Colombia, Bogotá,
BDC, n. 31, 2005, Pág. 207.
42 Denuncia realizada por el Comité Permanente por la defensa de los Derechos
Humanos CPDH el 30 de Enero de 2006.
43 Los Gaula “son unidades elite creadas por
la Ley 282 de 1996, exclusivamente dedicadas a evitar y actuar en contra del secuestro y
la extorsión”. En: Ejército Nacional República
de Colombia sitio web, http://www.ejercito.mil.
co/index.php?idcategoria=71, fecha de consulta: agosto 11 de 2006.
44 Denuncia realizada por la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos
Seccional Valle del Cauca el 3 de Agosto
de 2005.
45 Coalición contra la vinculación de niños,
niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Colectivo de Abogados “José Alvear
Restrepo”, Humanidad Vigente, y Comisión
Colombiana de Juristas, “Informe alterno al
Comité de los Derechos del Niño”, 2005.
46 Información suministrada por la Coalición contra la vinculación de niños, niñas
y jóvenes al conflicto armado en Colombia,
Algunas respuestas a las preguntas formuladas por los y las expertas del Comité de
Derechos del Niño durante la presesión de
enero de 2006, marzo 31 de 2006.
47 Testimonio de un Joven que participa de
un grupo juvenil.
48 Testimonio de una madre de familia en
Altos de Cazucá- Febrero de 2006.
52 “El Gaula de la Policía capturó en las
últimas horas a una menor de 17 años que
presuntamente era la encargada de custodiar a las personas secuestradas por el
frente 41 de las FARC”, Diario El Heraldo,
Valledupar, 13 de julio de 2006, en www.
elheraldo.com.co/hoy060713/judiciales/
noti6.htm.
53 Información dada por el UNICEF en el
marco del Equipo Especial en Colombia.
54 Información dada por la OACNUDH en
el marco del Equipo Especial en Colombia.
55 Diario El Colombiano, 18 de agosto de
2005, en www.elcolombiano.com.co.
56 Información dada por la OACNUDH en
el marco del Equipo Especial en Colombia.
57 Coalición contra la vinculación de niños,
niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Colectivo de Abogados “José Alvear
Restrepo”, Humanidad Vigente, y Comisión
Colombiana de Juristas, “Informe alterno al
Comité de los Derechos del Niño”, 2005.
58 Human Rigths Watch, “You´ll learn to cry,
child combatants in Colombia”, septiembre
de 2003.
59 Defensoría del Pueblo, “Informe sobre
los derechos humanos de la niñez en Colombia durante el año 2001”, Bogotá, marzo
de 2002.
60 Ibídem, p. 22-25.
61 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por
los Estados, Colombia. Documento CRC/C/
COL/CO/3, 2 de junio de 2006.
49 Representante Especial del SG para el
tema de la Niñez y el conflicto armado tras
su misión humanitaria a Colombia, Declaración de Prensa HR/4418, 9/06/99.
62 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9, párr. 68.
50 Declaración por la Paz de Colombia.
Autodefensas Unidas de Colombia, 29 de
noviembre de 2002.
63 Información dada por la OACNUDH en
el marco del Equipo Especial en Colombia.
51 Información dada por la OACNUDH en
el marco del Equipo Especial en Colombia
64 http://www.ejercito.mil.co, obtenida en
septiembre de 2003.
79
65 Procuraduría General de la Nación. La
Zona de Rehabilitación y Consolidación de
Arauca: Informe Especial, 2003.
66 Respuesta a Derecho de Petición de la
Coalición, firmada el 28 de enero de 2004
por el Mayor General del Ejército Nacional,
Eduardo Morales. En respuesta posterior
(oficio No. 03928 del 3 de febrero de 2005),
el Grupo de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa señaló que “se trata de un
programa…dirigido exclusivamente a personas adultas…ocasionalmente, directivas
de colegios y escuelas solicitan al Ejército
Nacional que sus alumnos tengan la oportunidad de visitar las unidades militares,
con el único objetivo de fomentar en los niños la cultura de respeto por los símbolos y
valores patrios”.
67 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación
Derechos Humanos de niños y niñas en el
marco del conflicto armado”, junio de 2006.
68 Ibídem.
69 Información dada por la OACNUDH en
el marco del Equipo Especial en Colombia.
70 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por
los Estados, Colombia. Documento CRC/C/
COL/CO/3, 2 de junio de 2006, párr. 80.
71 Como el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados; el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
de 1991 y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos sobre la Erradicación
del Reclutamiento y la Participación de Niños en Conflictos Armados del 13 de abril
de 2000.
72 De acuerdo con información suministrada por la Fiscalía General de la Nación
en abril de 2004, existían a ese momento 6
investigaciones abiertas en Armenia, Cartagena y Santa Rosa de Viterbo. (DNF/OFICIO No.03209).
80
73 Diario el Espectador, “Detenido exmilitar que reclutaba niños para grupos
paramilitares” 16 de febrero de 2004, Bogotá, Colombia.
74 Diario el Espectador, “Asegurado “Simón
Trinidad” por reclutamiento de menores”, 29
de abril de 2004, Bogotá, Colombia.
75 Coalición Colombia, “Análisis jurídico
de legislación internacional y colombiana”,
enero de 2003, página 85.
76 Ésta tiene como objetivo principal reglamentar la entrega de beneficios judiciales
a miembros de grupos armados ilegales
que se encuentren en negociaciones con el
Gobierno Nacional –en este momento, las
AUC-, que no se hayan podido reincorporar
a la vida civil mediante la Ley 782 de 2002
o el Decreto 128 de 2003, por encontrarse
vinculados a procesos penales por violaciones a los derechos humanos y/o infracciones al derecho internacional humanitario.
77 “Artículo 64. Entrega de menores. La
entrega de menores por parte de miembros
de Grupos armados al margen de la ley no
serán causal de la pérdida de los beneficios
a que se refieren la presente ley y la Ley
782 de 2002”.
78 Corte Constitucional, sentencia de
constitucionalidad C-203 de 8 de marzo de
2005, Magistrado ponente: Manuel José
Cepeda, en www.ramajudicial.gov.co
79 Naciones Unidas, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia, doc.
E/CN.4/2006/9.
80 Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por
los Estados, Colombia. Documento CRC/C/
COL/CO/3, 2 de junio de 2006.
81 Fundación Dos Mundos. Impactos
psicosociales de la participación de niñ@s
y jóvenes en el conflicto armado. Niñez y
Conflicto Armado, Universidad Nacional ,
Agosto de 2001.
82 Fundación Dos Mundos. Protección y formación desde una perspectiva psicosocial
y de Derechos a Comunidades Escolares
Afectadas Por Violación De Sus Derechos
Humanos E Infracciones Al DIH. Testimonio
de Maestro de Tutunendo, Abril 2006.
83 Ibídem.
84 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación
derechos humanos de niños y niñas en el
marco del conflicto armado”, junio de 2006.
85 Información dada por el UNICEF en el
marco del Equipo Especial en Colombia.
86 Coalición Colombia, “Borrador del informe de la misión de verificación al departamento de Chocó, relativa a la situación
derechos humanos de niños y niñas en el
marco del conflicto armado”, junio de 2006.
87 Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, regional Noroccidente,
Medellín.
88 OACNUDH, Informe sobre los Derechos
de la Mujer, Bogotá, diciembre de 2002, pp.
123 y ss.
89 Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Comunicado de prensa.
90 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, MR 23/040/2004,
octubre de 2004, p. 1.
91 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres,
Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 57.
92 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado”, MR 23/040/2004,
octubre de 2004, p. 1.
93 Amnistía Internacional, “Colombia: Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres en el mar-
co del conflicto armado”, MR 23/040/2004,
octubre de 2004.
94 FUNDACIÓN DOS MUNDOS. Editorial
de la revista “Razones y Emociones” No.
13, Julio – Agosto de 2004.
95 “Informe sobre violencia sociopolítica
contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia: Enero 2003 - junio 2004”, Bogotá, Colombia, octubre de 2004, p. 6.
96 Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias,
2001: párrf. 36.
97 Coalición Colombia, “Informe Comisión
de verificación sobre la situación de niñas
y niños en Arauca”. Bogotá, septiembre de
2004, p. 34.
98 Ibídem.
99 Taller con niños y niñas de sexto grado
en la cabecera municipal del Alto Atrato.
100 Coalición contra la vinculación de niños
niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, Misión al alto Atrato Chocó, entrevista con un representante de la Diócesis,
mayo de 2006.
101 Amnistía Internacional, “Colombia:
Cuerpos marcados, crímenes silenciados: Violencia sexual contra las mujeres
en el marco del conflicto armado”, MR
23/040/2004, octubre de 2004. p. 44.
102 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia. E/
CN.4/10.2005.28, febrero de 2005, párr.
22.
103 Coalición Colombia, Informe de Derechos Humanos de niños y niñas 2004. Bogotá, febrero de 2005, p. 29.
104 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
derechos humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
81
105 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
derechos humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
106 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
derechos humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006. Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento
CRC/C/COL/CO/3, 2 de junio de 2006.
107 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
108 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 65.
109 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006. Comité de Derechos del Niño, Observaciones generales al informe presentado por los Estados, Colombia. Documento
CRC/C/COL/CO/3, 2 de junio de 2006.
110 Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las
Mujeres en Montería y Tierralta, Córdoba.
Corporación Humanas y UNIFEM, 2005.
Pág. 8.
111 Ibídem.
112 Amnistía Internacional: “Cuerpos marcados, crímenes silenciados. Violencia
sexual contra las mujeres en el marco del
conflicto armado”, Madrid 2004, p.42.
82
113 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, Colectivo de Abogados “José
Alvear Restrepo”, Humanidad Vigente, y
Comisión Colombiana de Juristas, Informe
alterno al Comité de los Derechos del Niño,
2005.
114 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres,
Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005. Página 56.
115 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 80.
116 Corporación Humanas y UNIFEM, “Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las Mujeres en
Montería y Tierralta, Córdoba”, 2005. Pág.
52.
117 Corporación Humanas y UNIFEM, “Impacto de la Desmovilización Paramilitar sobre la Vida y la Seguridad de las Mujeres en
Montería y Tierralta, Córdoba”, 2005. Pág.
54-55.
118 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Subdirección de Intervenciones Directas, “Respuesta a derecho Fundamental
de Petición, Oficio 14360-12289-751-05”,
11 de marzo de 2005, R egional Departamento del Tolima, “Oficio CZE365”, 28 de
febrero de 2005, Juzgado Promiscuo de
Familia de Melgar, “Oficio No. 089”, 16 de
febrero de 2005, Procuraduría General de
la Nación, “Oficio No. 048-05”, 16 de febrero de 2005, todos en archivo de la Coalición
contra la Vinculación de Niños y Niñas al
Conflicto Armado en Colombia.
119 “Tratado Internacional de Asistencia
Recíproca –TIAR”, suscrito en noviembre
de 1949.
120 Ver, Research for sex work, “Salud,
VIH, trabajo Sexual: Influencia, Migración,
Movilidad”.
121 Noticiero de televisión Noticias Uno, “Reportaje sobre explotación sexual en Cartagena y Bogotá”, noviembre de 2004, Bogotá,
Colombia, en quetalesto@noticiasuno.com
133 Observaciones finales del Comité de
los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 94.
122 DEFENSORIA DEL PUEBLO, “Informe
de niñez 2001”, Op. Cit.
134 Comisión Colombiana de Juristas. Colombia: en contravía. Op. Cit. Octubre de
2004.
123 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
124 Ibídem, p. 45.
125 Revista Semana, “Infamia”, julio de
2006 en www.semana.com.
126 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres,
Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005.
127 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres,
Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 112.
128 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre Violencia Sociopolítica contra Mujeres,
Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe, Junio 2004- Junio 2005, p. 43, p. 43.
129 Mujer y Conflicto Armado. Informe sobre
Violencia Sociopolítica contra Mujeres, Jóvenes y Niñas en Colombia. Quinto Informe,
Junio 2004- Junio 2005. Página 43, p. 43.
130 Observaciones finales del Comité de
los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 81.f)g).
131 “70 pueblos sitiados por el hambre”, El
Tiempo, 19 de septiembre de 2004, www.
eltiempo.com
132 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 97.
135 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9
del 20 de enero de 2006, párr. 52.
136 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9
del 20 de enero de 2006, párr. 101.
137 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia, documento de Naciones Unidas E/CN.4/2006/9
del 20 de enero de 2006, párr. 102.
138 Caracol radio, Las misiones humanitarias lanzan alerta en las zonas de confrontación armada, 10 de mayo de 2006, en:
http://www.caracol.com.co/noticias/285114.
asp, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
139 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 64.
140 Diario El Tiempo, “Iglesia denuncia la
muerte de 17 niños indígenas por cerco
de las autodefensas en la Sierra Nevada”,
Bogotá, Colombia, 3 de agosto de 2006,
en www.eltiempo,com, consultado el 3 de
agosto de 2006.
141 Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Informe
anual 2005 sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia, documento de
83
Naciones Unidas E/CN.4/2006/9 del 20 de
enero de 2006, párr. 52.
142 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 98.
143 Caracol radio, Las misiones humanitarias lanzan alerta en las zonas de confrontación armada, 10 de mayo de 2006, en:
http://www.caracol.com.co/noticias/285114.
asp, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
144 Carta abierta de protesta a todos los
grupos armados ilegales en Colombia, Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, Bogotá, Colombia, 23 de enero
de 2006.
145 Sala de Situación Humanitaria, Contexto, enero - febrero de 2006.
146 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó,
mayo de 2006.
147 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó,
mayo de 2006, entrevista con madres comunitarias.
148 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó,
mayo de 2006, reunión con miembros de la
Comunidad.
149 Ibídem.
150 Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, Misión al Alto Atrato Chocó,
mayo de 2006, entrevista con líder comunitaria de la zona.
84
151 Consideramos importante incluir dentro de esta categoría las fumigaciones de
cultivos destinados para usos ilícitos ya que
se trata de una estrategia contrainsurgente
orientada a debilitar las fuentes de ingre-
sos de las guerrillas y porque estas están
teniendo un grave impacto en la salud y la
nutrición de los niños y niñas que habitan
en las zonas en donde se están llevando a
cabo dichas fumigaciones.
152 Ecuador: Comunidades afectadas por
las fumigaciones dentro del Plan Colombia presentan un Amparo Consitucional,
en:.http://www.fian.org/fian-es/indexphp?
option=com_urgentactions&Itemid=81&uaI
D=1, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
153 Niños enloquecidos a causa de fumigaciones, jueves 28 de diciembre de 2000, en:
http://www.nadir.org/nadir/initiativ/agp/free/
colombia/txt/2000/0112ninos_enloquecidos.
html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
154 Niños indígenas, víctimas de fumigación con glifosato, 23 de junio de 2005, en:
http://www.voltairenet.org/article126227.
html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
155 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
derechos humanos sobre la situación de
los derechos humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 78.
156 Niños indígenas, víctimas de fumigación con glifosato, 23 de junio de 2005, en:
http://www.voltairenet.org/article126227.
html, fecha de consulta: agosto 6 de 2006.
157 Hemos incluido la categoría desplazamiento forzado, con el objeto de hacer un
análisis más detallado de la problemática en
Colombia y de la situación particular de los
niños y niñas afectados por esta situación.
Consideramos importante no restringir esta
categoría a las violaciones de libre circulación
por considerar que el desplazamiento es un
fenómenos complejo que compromete una
amplia gama de vulneración de derechos.
158 Observaciones finales del Comité de
los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 79,c)
159 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas Especiales de Protección.
160 Observaciones finales del Comité de
los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 78.
161 Organización no gubernamental,
Consultoría para Derechos Humanos y el
Desplazamiento forzado.
162 Watchlist on children and armed conflict, Colombia´s war on children, febrero de
2004, Nueva York.
163 Coalición contra la vinculación de
niños, niñas y jóvenes al conflicto armado
en Colombia, “Informe para el Representante Especial del Secretario General para
la cuestión de los niños en los conflictos
armados”, junio de 2004.
164 UNICEF, Panorama Colombia, en
http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/colombia.html.
165 Cuarto informe conjunto de la
Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo sobre el cumplimiento
de las órdenes de la sentencia T-025 de
2004, Bogotá, 4 de febrero de 2005.
166 Corte Constitucional, sentencia T-025,
M.P.: Manuel José Cepeda, 22 de enero de
2004.
167 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas Especiales de Protección.
168 “Acnur pide replantear política de desplazados”, El Tiempo, 16 de diciembre de
2004, www.eltiempo.com.
169 Observaciones finales del Comité de
los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 78.
170 Observaciones finales del Comité de
los Derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 79.a).
171 Comunidad de Paz de San José de
Apartadó, Hemos comenzado a desplazamos ante la presencia de la policía; 1 de
abril de 2005, en http://www.cdpsanjose.
org/article.php3?id_article=135, fecha de
consulta: 6 de agosto de 2006.
172 Informe 65, Consejo Comunitario del
Jiguamiandó y familias del Curbaradó, Desconocimiento de la medidas Provisionales
de la Corte Interamericana, Ocupacion militar de zona humanitaria, Posible Desplazamiento de los Afrodescendientes, Bogotá,
D.C diciembre 9 de 2005, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz).
173 Sala de Situación Humanitaria, desplazamiento, junio de 2005.
174 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, febrero - marzo de 2006.
175 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
176 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, marzo a abril de 2006.
177 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, marzo a abril de 2006.
178 ACNUR, Más familias huyen del peligro
cerca de la frontera norte de Colombia con
Panamá, en: http://www.acnur.org/paginas/
index.php?id_pag=5429&id_sec=15, fecha
de consulta: agosto 7 de 2006.
179 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento marzo – abril de 2006.
180 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006, párr. 64.
181 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, septiembre- octubre de 2005.
182 Sala de Situación Humanitaria, Desplazamiento, diciembre - enero de 2006.
183 Sala de Situación Humanitaria, desplazamiento, diciembre a enero de 2006.
85
184 Sala de Situación Humanitaria, contexto, septiembre – octubre de 2005.
185 Comunicado público OACNUDH, Grave situación de indígenas Awá en Nariño,
agosto de 2005.
186 Diario El Tiempo, 17 de junio de 2006,
pp. 1-4
187 OCHA, Sala de Situación Humanitaria,
Contexto, septiembre a octubre de 2005.
188 OCHA, Sala de Situación Humanitaria,
Comunidades en riesgo, junio de 2005.
189 Diario El Tiempo, Los niños de Tame
(Arauca) huyen de una orden de reclutamiento de las Farc, agosto 10 de 2006,
en: www.eltiempo.com, fecha de consulta:
agosto 11 de 2006.
190 Ibíd., Los niños de Tame (Arauca) huyen de una orden de reclutamiento de las
Farc.
191 Ibíd., Los niños de Tame (Arauca) huyen
de una orden de reclutamiento de las Farc.
192 Secretariado Nacional de Pastoral Social y Universidad de los Andes, Hacia una
política proactiva para la población desplazada, marzo de 2006.
193 Ibídem.
194 Ibídem.
195 PNUD, “El Conflicto: callejón con salida”, Op. Cit.
196 Comisión Colombiana de Juristas. Medidas especiales de protección.
197 Entrevistas realizadas y analizadas por
la Secretaría Técnica de la Coalición, Fundación Dos Mundos, Colectivo por la Objeción de Conciencia, CAS y Taller de Vida,
entre julio y noviembre de 2004.
86
198 Durante el primer semestre de 2004
fueron entregados 113.108 cupos y el déficit de cupos según la Red de Solidaridad
Social es de 308.437 cupos para la población entre 5 y 15 años; en Consejo Nacional
de Atención Integral a la Población Desplazada, informe a la Corte Constitucional, 17
de enero de 2005, AZ - 1, pág. 93; y Alto
Comisionado de la Naciones Unidas para
los Refugiados ACNUR, “Balance de la
política pública de prevención, protección
y atención al desplazamiento forzado en
Colombia. Agosto 2002 - agosto 2004”, Bogotá, diciembre de 2004, Conclusiones y
recomendaciones generales, párr. 37. citado en Medidas de protección por Comisión
Colombiana de Juristas.
199 Resolución defensoríal regional No.
003. agosto 14 de 2002.
200 Fundación Dos Mundos. Textos de la
exposición fotográfica “Construyendo Imaginarios para la Paz” Magdalena Medio.
Colombia. Noviembre de 2004.
201 Observaciones finales del Comité de
los derechos del Niño sobre Colombia, documento de Naciones Unidas CRC/C/COL/
CO/3 del 8 de junio de 2006, párr. 77.e).
202 OCHA, Sala de Situación Humanitaria,
Desplazamiento marzo – abril de 2006.
203 El sistema anterior permitía, en la teoría, que las personas desplazadas tuvieran
un acceso gratuito a la salud con la sola
inscripción al SUR, esquema financiado
desde el Fondo de Solidaridad y Garantía
(Fosyga). Las reformas se formalizaron en
los siguientes documentos: Circular 0042
de 2002 del Ministerio de trabajo y seguridad social relativa a las fuentes de financiamiento, decreto 2131 del 30 de julio de
2003 por el cual se reglamenta el numeral
4 del artículo 19 de la ley 387 de 1997, el
último inciso del artículo 54 de la ley 812
de 2003 frente a la atención en salud de la
población desplazada por la violencia y se
dictan otras disposiciones y resoluciones
0474 y 1038 de 2004 del Ministerio de Protección social citado en Medidas Especiales de Protección por Comisión Colombiana
de Juristas.
204 “La Situación de los Derechos Humanos de las mujeres en Colombia: Entre el
conflicto armado y la política de seguridad
democrática, Informe de Derechos Humanos de mujeres, 2004”, presentado a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Red Nacional de Mujeres, Organización Femenina Popular, ANMUCIC, Confluencia Nacional de Redes de Mujeres, Iniciativa de mujeres colombianas por la paz,
Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado”,
Grupo Mujer y Sociedad, Ruta Pacífica, Colectivo María María, Corporación Casa de
la Mujer, Corporación Sisma Mujer, Mesa
Mujer y Economía, Comisión Colombiana
de Juristas, Planeta Paz.
205 Ley 387 de 1997, artículo 15; decreto
2569 de 200, artículos 16 y 17; y Principio
Rector 18.
206 Programa Mundial de Alimentos, Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de
la población desplazada por la violencia en
Colombia, Bogotá, 2003. Citado en medidas especiales de protección por la Comisión Colombiana de Juristas.
207 Defensoría del Pueblo, “Informe de niñez 2001”, Op. Cit.
208 Diagnóstico general sobre derechos
económicos, sociales y culturales en la comuna 4 del municipio de Soacha –Cundinamarca, documento elaborado por las Organizaciones Sociales y No Gubernamentales
que trabajan en la zona de la Comuna 4 del
Municipio de Soacha, Cundinamarca para
la Audiencia Pública sobre la situación de
Derechos Humanos de Cazucá llevada a
cabo en el Congreso de la República el 19
de Agosto de 2004.
209 Resolución Defensorial regional No.
003 Bogotá, agosto 14 de 2002.
210 OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de
los Derechos Humanos en Colombia 2005.
Documento, E/CN.4/2006/9, 20 de enero
de 2006.
211 OACNUDH, Grave situación de indígenas Awá en Nariño, Comunicado público
ACNUDH, 8 de julio de 2005.
212 Información aportada por la Agencia
Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, diciembre de 2005.
213 Para el mismo evento, el Sistema de
Alertas Tempranas de la Defensoría del
Pueblo, en su Informe de Riesgo 048-04
reporta 2592 personas desplazadas
214 La guerrilla no dejó recoger la cosecha
cafetera en Samaná (Caldas), El Tiempo,
Bogotá, Colombia, 21 de noviembre de
2005.
215 Información aportada por la Agencia Presidencial para la Acción Social y la
Cooperación Internacional, diciembre de
2005.
216 OCHA, Sala de Situación Humanitaria,
Desplazamiento, marzo-abril de 2006.
217 ADITAL, 31 de mayo de 2006,
http://www.adital.com.br/site/conteudo.
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87
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