LA LIBERTAD Y EL.GOBIERNO • POK H. B O S S E L K T TRADUCIDA POR JUAN G. BELGRANO BUENOS AIRES Imi-renta del "Mercurio," calle Buen Orden 101 1866 Í D? D. MIGUEL VILLEGAS Ca t edrá t ico de Filosofía en la Universidad. C3omo ana amió/ad¿edcca /¿iae/a ate yiaütady ¿ ejta fieSe /ta eá/rrern Ja <á'écfía& p a??ityc cit ano, Buenos Aires, Julio 11 de 1865. :rm r ;i orfp ":rios'í9r{ La lectura de las primeras pajinas de la obra cuya traducción ofrecemos hoy al publico, nos decidió á verterl a al español, pues, tanto por su espontánea apropiación á uuestros actual es des­ tinos pol íticos, cuanto por l a cl aridad y l ógica con que desarrol l a l os principios l iberal es, l a creimos digna do ser l eida. El il ustrado Dr. D. Juan Cárl os Gómez nos ha ofrecido honrarnos con un juicio sobre ella que será insertado al fin de l l ibro, si l o recibimos á tiempo, ó publicado en algún periódico. A continuación va l a carta con que nos ha fa­ vorecido nuestro distinguido amigo el Señor David Lewis. i : * > " U p irsiioqfcíB j:io.rí'- f. i ivoi , J ul QUERIDO BELGRAJíO : í'MíJV')! 03 DP- En primer l ugar permítame que l e agradezca su fineza, pidiéndome mi opinión respecto de ia obrita cuya traducción V d . acaba de hacer. Hé terminado su lectura y l e confieso que tan­ to por l a materia, cuanto por el esmero y cuida­ do cou que ha sido hecha l a versión español a por Vd. l a obra merece,no sol amente de mi, sino — 6 — — 7 — de toda persona que no mira con indiferencia la legítima ambición del estudiante, los mayores elogios. . En cuanto al original creo que V d na sabido bien escoger su primer ensayo "BoMelet de la otra parte tal vez buenos, ha sido la escesiva pre­ ponderancia de la centralización. La Libertad como tal, nuuca ha sido bien comprendida por los franceses; desde que todos los partidos invo­ can la centralización, sobre todo el partido De­ mocrático, cuya admiración de lo que unos se complacen en llamar gobierno f uerte, participa de la adoración, cosa que sin duda esplica el iracaso de todos sus ensayos de libertad. Siempre le ha sucedido al francés tomar la igualdad por la libertad; pero entretanto son estos términos muy distintos entre sí. Tomemos como ejemplo de esto á Inglaterra y á la Francia. En Inglaterra se vé qnela liber­ tad puede existir y existe sin la igualdad; y no se sigue que, porque haya igualdad en Francia, participen también de la libertad sus ciudadanos; pero se entiende que en un 6istema do gobierno verdaderamente democrático y á la vez liberal ambos ocupan, ó deben ocupar su respectivo lu­ gar. El cuadro que nos da el autor de la historia de la libertad si bien breve, es lindo, exacto, saltante. Nacida en los bosques de Alemania, la libertad participa de lo salvaje, es decir, lo libre, le repugnan el f austo, la pompa del go­ bierno restos indignos del imperio romano: per­ dida de vista á veces, pero siempre viva, la Edad Mediano pudo sof ocarla, ora enseñada porLutero, ora ilustrada en los cuadros de la escuela f la­ menca depintura,ya en la célebre obra de Daniel Defoe, nada pudo detener su marcha, salió triun- liberté et du gouvernement" es un libritó que to­ dos los buenos republicanos sabrán apreciar; que tendrá aceptación donde quierajque broten ideas liberales, sobre todo en América, the home, por decirlo así, de la democracia y del republica­ nismo. Seria largo hacer una crítica detallada del libro, tampoco es esté lugar oprtuno; pero como hay pocos escritos que def inan con tanta claridad lo que es Ta libertad y lo que es el gobierno, los deberes de este y los atributos de aquella, no puedo recomendar lo bastante: el mejor consejo es leerlo. Como tantas otras que de algunos años á esta parte han visto la luz pública en Francia, tiende esta obra á despertar el partido liberal y educar­ lo con el fin de que obre con mas energía el dia que la Providencia disponga que se levante otra vez. Desde el año 93 hasta el presente no ha habido en Francia gobierno que haya sabido captarse popularidad, ó satisfacer las exigencias públicas; por el contrario, bon gré mal gré, todos han tenido que ceder—Legitimismas, Napoleo nistas, Orleanistas, Republicanos y en f in políti­ cos de todo matiz.—La caída sucesiva de tantos gobiernos parece un fenómeno; pero, como dice Bosselet, la maldición de uno y de todos, por — g — — 9 — fantede la Edad Media y de todo l o que la igno­ rancia' quiso oponerte. A s i es hue la libertád salida do Alemania es hoy la herenc ia de los grandes pueblos desc en­ dientes de aquellas tribus salvajes, errantes, pero libres, que tanto exitaron Ja admirac ión de la filosofía austera de Tác ito. Otro ha Bido el legado, otro el tributo del im­ perio romano: es él gobierno, es la centralización, es el régimen militar, es el fausto y la pompa que les acompañan; siendo otras tantas herenc ias, se puede dec ir, de Francia, Italia y España. En breve y o veo en este libro el precursor de algunas obras de Laboulaye, tan justamente apreeiado en América, desde que muchas ideas que parec en andar sueltas en aquel han sido mas tarde muy c omentadas por-este. En c uanto á Vd. repito, c omo su objeto no es equívoc o, sino legítimamente ac reditarse, robus­ tec iendo dentro de su esfera, é ilustrando las ins­ tituc iones que aquí rigen, por una esposic ion de las dific ultades que las mismas enc uentran en otras partes y por los esfuerzos que hac en para venc erlas sus defensores en la tribuna y en la prensa, digo, bajo tales c onc eptos, salvo la c ues­ tión de gastos, no debe V d tener ni tenga hesita­ ción en imprimirlo. Para ser escritor no basta esc ribir, prec iso es imprimir; de ahí solamente el hábito de c irc uns­ pec c ión y de c uidado indispensable para todos los que quieran luc ir. Entretanto c onoc iendo sus disposic iones, esperaba que no olvidase su verdadera voc ac ión; pienso c omo Horac io: " Muí tos c astra juvant et lituo tuboe Permistus sonitus bellaque matribus Detestata. Me doc tarum hederoe premia frontium Dis misc ént süperis." Y esto enhorabuena, porque vale mas así que no que tengamos todos los mismos gustos. Su amigo— / , Su c asa ) Junio 6 1865. J David 1 Leíais. 'Ü Réstanos ahora pedir al lec tor que, c onside­ rando que el estudiante que le ofrec e esta inc or­ rec ta traduc c ión, solo c uenta diez y siete años, perdone las faltas en que, á pesar nuestro, ne­ c esariamente habremos inc urrido. A MIS CONCIUDADANOS DEL . DEPARTAMENTO DE EURE ET LOIR SEñORES: Per mitidme que al frente de este libro pon­ ga vuestro nombr e. Es una pr ueba de gr atitud á los diez mil cuatro cientos diez y seis electo­ res que en Junio de 1857 me honr ar on con sus sufragios; es también la espresion de una espe­ ranza, cual es la de enrolar en el par tido liber al á aquellos que se mantienen aun indifer entes, pues hoy vencer es nada, convencer es todo. — 12 — E s t e l i b r o es e l d e s a r r o l l o d e l a c i r c u l a r q u e t u v e entonces el h o n o r d e dirijiros y q u e se ha­ l l a b a c o n c e b i d a e n estos términos: " L o s poderes que promulgaron la constitución " a c t u a l la h a n j u z g a d o susceptible d e m o d i f i c a " c i o n p s y e s t a c o n s t i t u c i ó n se b a s a e n l a s o b e r a "nia de la nación." " E l v o t o q u e vais á emitir tendrá, pues, resul­ t a d o s d e g r a n t r a s c e n d e n c i a : si e n v i á i s a l c u e r p o "legislativo los mismos diputados dais á enten­ d e r q u e el e s t a d o a c t u a l d e c o s a s o s s a t i s f a c e ; " p o r e l c o n t r a r i o , si v o t á i s p o r c a n d i d a t o s i n d e ­ p e n d i e n t e s , d e c l a r á i s l l e g a d a la h o r a e n q u e , " s e g ú n l a p r o m e s a h e c h a á l a n a c i ó n , la libertad "debe coronar el edificio.'''' " M e presento, S eñores, á vuestros sufragios " c o m o u n o d e a q u e l l o s q u e c r e e n l l e g a d a esa " h o r a y q u e la g e s t i ó n d e l o s a s u n t o s p ú b l i c o s " d e b e ser c o n f i a d a á h o m b r e s i n d e p e n d i e n t e s . " 1 5 , 4 2 8 <le v o s o t r o s a c e p t á i s e l a c t u a l d r d e n d e cosas y 1 0 , 4 1 6 l o rechazáis: e n otros t é r m i n o s , la m a y o r í a ha v o t a d o contra la estension d e las l i b e r t a d e s p ú b l i c a s y l a m i n o r í a e n p r ó d e e s a es­ t e n s i o n . A s i es q u e , e n n o m b r e d e l a m i n o r í a v e n g o á dar esplicaciones á la m a y o r í a , sirvién­ d o m e d e el ú n i c o ó r g a n o l i b r e d e l p e n s a m i e n t o — e l libro. • C o n v e r s e m o s , p u e s , j u n t o s d e nuestros asun­ tos. C r e o q u e e s t e p r o n o m b r e c o r t o , s i m p l e y esp r e s i v o es m u c h o m e j o r q u e esta pomposa p e r í f r a s i s ; los asuntos del Estado. N o o s p a ­ r e c e q u e l o s asuntos del Estado equivale á decir — 13 — l o s asuntos d e un amo? Y como Luis X I V decia E L E S T A D O S O Y Y O , infiero q u e n o es noso­ tros^ . P o r e l c o n t r a r i o , e s t a frose-nuestros asuntos-no r e p u g n a ; en p o c a s letras dice q u e los asuntos d e l a F r a n c i a se c o m p o n e n d e l a s u m a d e a s u n t o s i n d i v i d u a l e s , p o r insignificantes q u e sean ellos; q u e el p r e s u p u e s t o d e l a F r a n c i a es f o r m a d o p o r la a g r e g a c i ó n d e las sumas vertidas, p o r Ínfimas q u e sean ellas. C o n v e r s e m o s , pues, d e nuestros asuntos, por­ q u e si n o s o t r o s n o n o s o c u p a m o s , q u i e n s e o c u p a ­ r á d e ellos? N o los confiemos al g o b i e r n o , á m e n o s que querramos q u e nuestros asuntos pasen á s e r s u y o s . R e c o r d a d b i e n q u e el g o b i e r n o t i e n e intereses distintos d e los nuestros; y siendo im­ p o r t a n t e este p u n t o insistiré b r e v e m e n t e . E n t o d a sociedad ó reunión d e h o m b r e s halla­ r e i s l a n a c i ó n y el g o b i e r n o . L a n a c i ó n g o b e r n a n d o a l g o b i e r n o es e l r é g i ­ m e n de libertad. ( 1 ) E l gobierno gobernando á l a n a c i ó n es e l r é g i m e n d e a u t o r i d a d . L o d e m á s es q u i m e r a é ilusión. T o d o s los g o b i e r n o s p o r su naturaleza t i e n d e n á ejercer la m a y o r s u m a d e poder. T o d o s los go(1} InEngland, when the decisión of the cons tituencies has been dis tinctly given, the public action of the government mus t be in accordance with that decisión, or the cons titution is violated. (Timen, Tucs day 8"1 June 1868) Cuas do en Inglaterra la opinión de los cuerpos electorales s e ha ma­ nifes tado claramente, el gobierno debe armonizar s u conducta con es ta opinión, á menos do violar la cons titución. (Times , Martes 8 de Junio de 18S8) — 14 — b i e n i o s han s e g u i d o s i e m p r e este camino. A s i , la asamblea C o n s t i t u y e n t e d e s p o j a del p o d e r á L u i s X V I y d e c r e ta la u n i da d d e a s a m b l e a : e l c o ­ m i t é d e sa lud p u b l i c a l o a rreba ta á la c o m u na , el d i r e c t o r i o l o esca motea á los quinientos. P o r otra pa rte, solo á la na ción c o r r e s p o n d e e j e r c e r la m a y o r s u m a d e l i b e r t a d . P e r o d e s g r a ­ c i a d a m e n t e h a b i t u a d o s p o r n u e s t r a e d u ca c i ó n y l a t e n d e n c i a d e n u e s t r a h i s t o r ia dirijimos ha cia e l g o b i e r n o l a v i s t a p a r a p e d i r l i b e r ta d : l o q u e ' e n o t r o s t é r m i n o s , es t a n ra c i o na l , c o m o si y o f u e ra á p e d i r á m i v e c i n o c a m i n a r a p o r m í . S i g ú e s e d e a h í q u e p o c a s v e c e s ha t e n i d o l a n a c i ó n c o n f i a n z a e n sí m i s m a , esa m a r c h a i n d e ­ p e n d i e n t e , ese sentimiento enérgico d e sus pro­ p i a s f u e r z a s q u e d á u na n o c i ó n e xa c ta d e l a l i ­ berta d. Pa ra cita r, e n t r e o í r o s , un e j e m p l o d e d a t a r e c i e n t e ¿ q u e s u c e d i ó a l a p r o x i ma r s e la s e l e c c i o n e s g e n e r a l e s ? T o d o s se p r e g u n t a b a n si p e r m i t i r aí e l g o b i e r n o las elecciones libres. Un p u e b l o a c o s t u m b r a d o á' g o b e r n a r s e ¿ h u b i e r a h e ­ c h o j a m á s t a n e s t r a ñ a p r e g u n t a ? Ha y m a s : esta c o n t i n ua p r e o c u p a c i ó n r e s p e c t ó d e l g o b i e r n o enj e n d r ó l a o p i n i ó n d e a b s t e n c i ó n , c o m o si u n a na ­ ción debiera a bstenerse a lguna vez de a dministra r sus a suntos: este indiferentismo resulta d e q u e e n t r e n o s o t r o s se c o n s i d e r a l a l i b e r t a d c o m o u n a e s p e c i e d e o b s e q u i o q u e h a c e e l g o b i e r n o á la na c i ó n . P e r o , d i c e l a ma y o r ía , ¿ q u i é n o s h a b l a d e l i ­ berta d? ¿quién quiere h o y liberta d? E s t u d i e m o s los hechos y n o ca lumniemos nuestra época . No — 15 — es s e r v i l n i e n e m i g a d e l a s l u c e s ; n o e s c i e g a , es sensa ta ; sa be á d o n d e l a h a l l e v a d o l a l i b e r t é d y d e n i n g ú n m o d o quiere retroceder. E n 1 8 4 8 tu v o fiebre al F ra n c ia ; e n p o s d e si t r a j o l a fiebre l a l as i t u d ; l a la s i t u d , e l r e p o s o ; y á s u v o z el r e p o s o r e s t a b l e c e l a s a l u d . Y l a s a l u d d e los p u e b l o s es la liberta d. Y si d u d á i s , fija os y v e r é i s c o m o s e ha m o d i ­ fica do la s i t u a c i ó n e n la s e l e c c i o n e s g e n e ra l e s . ¿ Q u é cosa m a s na tura l? D u r a n t e seis a ñ o s r e p o s ó la F r a n c i a d e sus a gita ciones política s; este repo­ so le h a c e r e c u p e r a r sus fuerza s i n s e n s i b l e m e n t e y J u n i o d e 1 8 5 7 es u n a p r u e ba d e s u m e j o raí . P o d r á a l g u i e n n e g a r q u e ha s ta h o y n o h a sa ­ b i d o goza r la F r a n c i a d e la l i b e r t a d sin a busa r? S o l o l o s p u e b l o s q u e n o s a b e n g o b e r na r s e p u e ­ d e n s e r g o b e r n a d o s . L a l i b e r t a d es u n a c i e n c i a y l a m a s i m p o r t a n t e d e t o da s : n o sa b e m o s si la sa bemos. L a d e l e t r ea m o s p r i m e r o pa ra l e e r la ma s t a r d e . C o m o t o d a s l a s c o sa s h u m a n a s , t i e n e ella sus escollos y peligros. E l estio t i e n e su sol y s n s t o r m e n t a s ; e l m a r , s u s o l a s y t e m p e s ta d e s P e r o ella c o n s t i t u y e la d i g n i d a d h u m a n a y es l a ga ra ntia d e su i n d e p e n d e n c i a i n d i v i d ua l . Y e l m e d i o q u e d e b e m o s e m p l ea r pa ra q u e a p r e n d a l a n a c i ó n á g o b e r n a r s e es q u e , a p e sa r d e la s ca ida s y reveses, p r o c u r e h a c e r l o , repitien d o c o n ese v i r i l p u e b l o a m e r i c a n o q u e a l v e r ca er u n h o m b r e , dice: " E s o p r u e b a q u e c a m i n a b a . " Sigúese d e a hí, pues, q u e n o a p r e n d e r e m o s á g o b e r n a r n o s l la ma n d o a l g o b i e r n o e n n u e s t r a a yuda . Si queremos conseguirlo, n o confunda - — 16 — raos nuestros asuntos con los suyos; preocupé­ monos solo de nosotros; pensemos solo en nues­ tros intereses; defendamos solo nuestra causa.— Nunca nos preguntemos: "¿Que hará el gobier­ no?" Pregúntemenos siempre: "¿Qué haremos nosotros." Todo vuestro— H . BOSBELET. • íqtfi col teoad ¡nuop u h ¡sOKio"i-.>bíía-iq ¡; Olí « 0 f *t»l > •'' **** ü ,J o n o h i a a a a o o o aoni.no r p ¡3 raos nuestros asuntos con los suyos; preocupemonos solo de nosotros; pensemos solo en nues­ tros intereses; defenda mos solo nuestra ca usa .— Nunca nos preguntemos: "¿Qué ha rá el gobier­ no?" Pregúntemenos siempre: "¿Qué ha remos nosotros." PRELIMINARES. LIBRO PRIMERO T o d o vuestro--.... f^" w • l L L A REVOLUCIO FRANCESA. H . BOS8ELET. PROLOGO i ''q/i -,ou[> se oinsmodo^ h Bo'tom ¿A c&a&up li áoaio'iobrmqü on a op .a omf J.'In u ri sean" . - •. >mi • , oflisídog ú¡ oí#nc;a f.lí •. viru¡r.iin¡'>.. tbaalao: oa OSíJIV/MHOO a om v,¡ . tS .r.Ln/i Va mos á a verigua r que es la liberta d y que es el gobierno en Fr a nci a ; pero nos pa rece importa nte empeza r por circunscribir el de­ ba te, es decir, definir cla ra mente los términos que emplea remos é indicar los puntos que estu­ dia remos: porque no se ma rcha resuelta mente sin sa ber á donde se vá; no se sa be á donde se vá sin sa ber donde se está; no se sabe donde se está sin sa ber de donde se viene. Hé a hí el objeto de este libro. II ¿ Q U E ES L A •• • • REVOLUCION? E s t u d i e m o s p r i m e r o la revolución francesa en su c o n j u n t o . ¿ N o p u e d e d e ci r s e q u e e s t a r e v o l u ci ó n s e c o m p o n e d e v a ri a s s e ri e s c o n f u s a s d e h e c h o s q u e se m a ni f e s t a r o n t o d a s sí l a v e z en 1 7 8 9 y ' que desdeentonces luchan por despojarse de la o s c u ri d a d q u e l a s c i r c u n d a n ? ¿ N o p u e d e d e ci r s e t a m b i é n q u e e s t o s h e c h o s f o r m a n d o s g r u p o s p ri n ci p a l e s , t e n di e n d o u n o s á l a democracia, á l a libertad otros? Estos dos térmi nos, democraci a y li bertad, son los caracteres típi cos de dos g r u p o s enteramen­ t e d i s t i n t o s q u e a r m o n i z a n c o m o e n S ui z a ó e n l o s E s t a d o s - U n i d o s , ó se r e c h a z a n m u t u a m e n t e c o m o en Inglaterra. L a d e m o c r a c i a es el e s t a d o d e t o d a s o ci e d a d d o n d e n o h a y a r i s t o c r a c i a , es d e c i r , u n a c l a s e á q ui e n el s u e l o y el p o d e r p o l í i t co pertenecen por derecho de naci mi ento. L a l i b e r t a d es e l e s t a d o d e t o d a s o c i e d a d d o n ­ d e n o h a y c e n t r a li z a ci ó n . Si g ú e s e d e a h í q u e , í e c h a z a n d o l a c e n t r ail z a ­ i c ó n , u n a s o c i e d a d a ri s t o c r á ti c a p u e d e ser m u y il b r e , y a c e p t á n d o l a u n a s o ci e d a d d e m o c r á i t ca, n o serlo. S i g ú e s e d e a h i q u e í a li b e r t a d n o es, c o m o c r e e n m u c h o s , i n h e r e n t e á u n a f o r m a d e g o bi e r ­ n o ó e s t a d o d e s o c i e d a d : d o n d e h a y d e c e n t r ail - z a ci o n h a y li b e r t a d ; d o m a n e r a q u e , si o n u n p ai s l a d e m o c r a c i a es á l a v e z n e g a c i ó n d e l e s p í ­ ri t u a ri s t o c r á ti c o y a fi r m a ci ó n d e l e s p í ri t u d e c e n t r a li z a ci ó n , e n t r e e s a d e m o c r a ci a y l a il ­ bertad no habrá p u n t o de contacto. E s esto prei c s a m e n t e l o q u e h a s u c e d id o e n F r a n c i a d e s ­ p u é s d e l a r e v o l u ci ó n . A e s t e r e s p e c t o v a m o s á e n t r a r e n las- e x p li ­ c a ci o n e s si g ui e n t e s . ni s EL ANTIGUO REGIMEN, j L a s o ci e d a d f r a n c e s a d e l a n t i g u o r é g i m e n e s d ei c r d e l o s r e i n a d o s d e L u i s X I I I , L ui s XIV, X V y L u i s X V I , c o m o t o d a s o ci e d a d s o m ei t da al r é g i m e n a b s o l u t o , se d i v i d í a e n castas. L a cas­ t a n o b l e d e s e m p e ñ a b a l a s f u n ci o n e s a d mi ni s t r a ­ it v a s , y l a p l e b e y a las i n d u s t ri a l e s y a g r í c o l a s . E s t a s d o s c a s t a s se s u b d í v i d i a n e n o t r a s v a ri a s . A u n q u e c o m p r e n d i d a s b a j o u n mi s m o n o m b r e , s u s f u n c i o n e s e r a n c o m p l e t a m e n t e di s ti n t a s , di s ­ ti n g ui é n d o s e e n l a p r i m e r a l a d i g n i d a d r e a l , l a I g l e si a y l a n o b l e z a . C o m p l a c í a s e e l r e y d e F r a n ci a l l a m á n d o s e p ri m e r g e n t i l - h o m b r e d e l r e i n o . L ui s X I V nnnc a p a s a b a p o r e l l a d o d e u n a c a r r o z a d e sei s ca­ b a l l o s si n b a j a r l o s v i d r i o s d e s u c a r r u a j e y sa­ l u d a r . N o o b s t a n t e e n t r e el r e y y l a n o b l e z a m e ­ di a b a u n a b i s m o ; la n o b l e z a h a b i a d e j a d o d e ser u n e l e m e n t o n e c e s a r i o p a r a l a vi d a d e l E s t a d a — 20 puesto que el rey había concentrad o en si tod o el pod er político. L a Iglesia resistió con mas energía á estas su­ cesivas usurpaciones. Cansa d a al fin d e luchar, se red ujo á enseñar y gobernar las conciencias. Pero¿ d ond e pod ría refojiarse la nobleza? Hu­ millad a en Versailles por Colbert, en los ejérci­ tos por Louvois, vengábase á su vez humilland o y vejand o á los plebeyos. , Sigúese d é ahí que, prohibiend o el rey d e Francia la intervención de la nobleza y de la Igle­ sia en su ad ministración, creó el pod er absoluto y una especie d e iguald ad política, que algunos historiad ores han tenid o la cand id ez d e ad mirar bajo el nombre d o unid ad , como si esa iguald ad no fuera sinónimo d e nulid ad . A escepcion d el rey y sus ministros, tod os estaban acostumbra­ d os á vivir retirad os d e los asuntos d el Estad o, sin cuid arse en lo mas mínimo d e los intereses públicos. La d emocracia, hija d e la revolución y bajo tantos conceptos hered era d e la política d e los reyes de Francia, ha continuad o rechazand o el espíritu aristocrático y ha llegad o á los límites d e la iguald ad ; pero si bien ha rechazad o tod as las tend encias aristocráticas, nunca ha rechazad o la centralización: hé ahí porque tod avía no es una d emocrácia libre. —<- IV LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD. " Al lad o d e la d emocracia se ve apuntar la li­ bertad en 1789. Viene d e lejos. En esa época se presenta miserable, tembland o, al lad o d e su rival^ poderosa y aud az: mientras vacila y no to­ ma med id as decisivas, la d emocrácia d el primer salto llega al fin, apod erase del suelo y lo d ivid e entre sus partidarios. Por eso es que ha atra­ vesad o tod as nuestras revoluciones irretrograd a en su marcha, invencible, en sus luchas. Dueña entonces d e la Francia ¿ tiende acaso la mano á la libertad? ¿líechaza la centralización ad ­ ministrativa d el antiguo íégimen? No; como él antiguo régimen, el gobierno la absorbe. Go­ bernar tod o, gobernar siempre, hé ahí su id ea fija. Desd e 17S9 cad a uno d e los sesenta d istri­ tos d e Paris quería gobernar la capital; el club d e los Jacobinos gobernaba los duba d e Fran­ cia; la comuna d e París gobernaba las comunas d e los departamentos. Es que en la d emocrácia, como en el antiguo régimen, existe el mismo es­ píritu d e d ominación. Esta tend encia se mani­ fiesta en ted o, en 1789, en 1793, en 1799. Para ver las cosas d e este mod o no bastan las apariencias: preciso es penetrar mas ad entro. En med io d e las mil metamorfosis porque pasa la democrácia inmutable se d estaca la id ea cenlizad ora mai'chando v a de frente, ya, como el to­ po, trabajand o por bajo d e tierra. Eu 1789, por — e j e m p l o se e s c u d a l a c e n t r a l i z a c i ó n c o n a p a r i e n ­ c i a s d e l i b e r t a d ; y si s o l o se e s t u d i a n á l a l i je r a l o s a c o n t e c i m i e n t o s se corre r ie s g o d e c o n f u n d i r l a c o n la libe rtad. E n t o n ce s u n a n a c i ó n p r o c l a ­ m a á un r e y re staurador d e la l i be r t a d . Solo son palabras. L a a s a m b l e a c o n s t i t u ye n te con­ ce n t r a n d o e n si t o d o s l o s p o d e r e s p r e p a r a e l ca­ m i n o para la conve nciou y e l impe rio. : R e c i e n e n 1 8 1 5 e m p i e z a l a l i be r t a d á g a n a r f ue r z a s : e s f á c i l v e r l a d i f e r e n c i a q üe e x i s t e e n ­ t re e l l a y u n g o b i e r n o c e n t r a l i z a d o p o r e s t e he ­ c h o : su p r i m e r p a s o f u é d a r u u a c a r t a c o n s t i t u ­ cional, ó e n otros términos, limitar e l pode r. Due ­ ñ a á su v e z d o la F r a n c i a ¿tie nde acaso la m a n o á l a d e m o c r a c i a ? N o . L e t ie ne m i e d o . L a s i t u a c i ó n c r e a d a p o r l a re v o l u c i ó n á l a F r a n c i a t i e n e e r>to d e p a r t i c u l a r : l a de m o c r a c i a s o l a n o p u d o de se n v o l ve r l a y o r g a n i z a d a a l e fe c t o f u é á r e s o l v e r s e e n e l p o d e r a b s o l u t o , y l a l i b e r t a d s o l a t a m p o c o p u d o c o n se g u i r l o p ue s l le g ó á e s c l u i r l a d e m o c r a c i a . P e r o , si l a l i b e r t a d h u b i e r a a d m i t i d o q u e u n a a l i a n z a e n t r e e l l a y u n a a r i s t o c r a c i a c u a l q u ie r a e s i m p o s i b l e e n F r a n c i a ¿ q u é h a b r i a re s u l t a d o ? L a libe rtad, q u e e n e l antiguo r é g i m e n constitu­ c i o n a l e r a n e g a c i ó n , h u b i e r a s i d o a f i r m a c i ó n de l a de m o c r a c i a . S i p o r s u p a r t e h u b i e r a a d m i t i d o l a de m o c r a ­ cia q u e t o d a alianza e n t r e ella y la ce ntralización importaría una ne gación de la libe rtad q u é ha­ bria r e s u l t a d o ? — L a de mocracia se ria afirmación 23 — d e l a libe rtad, d e e nya alianza re sultaría una bertad democrática. li­ E n e f e c t o , l a l i b e r t a d d e b e t e n e r p o r o b je t o f o m a r e n c a d a c i u d a d a d o u n a pe r s o n a l i d a d ca­ p a z d e g o r b e r n a r s e , á m e n o s d e se r g o b e r n a d a ; y la l i b e r t a d d e m o c r á t i c a n o e s m a s q u e la m u l t i ­ p l i c a c i ó n d e e s t a s p e r s o n a l i d a d e s : l o q u e c e r o si la unidad. V i v i m o s e n un tie mpo favorable para e mpre n­ d e r la o b r a d e unión y conciliación. ¿ P o r p u o los j ó v e n e s e scritore s de l a n t i g u o p a r t i d o constitu­ c i o n a l n o p u b l i c a n l a o b r a s fe c u n d a s d e l a de ­ m o c r a c i a france sa, la i g u a l d a d civil, e l acce so in­ se nsible de t o d o s á la propie dad? En cuanto á n o s o t r o s q u e p e r t e n e c e m o s al p a r t i d o de m o c r á ­ tico h a r e m o s lo posible p o r publicar la obras d e la libe rtad, pue s cre e mos que e l e spíritu d e ce n­ tralización, de organización ó d e gobie rno ( p o c o i m p o r t a e l n o m b r e ) e s u n a d é l a s e n fe r me d a de s de n u e s t r o p a r t i d o y q u i z á de n ue s t r a n a c i ó n . C re e m o s q u e e l m e d i o do" s u b s t i t u i r e l g o b ie r n o de p a r t i d o s p o r l a l i b e r t a d d e p a r t i d o s e s h a ce r ­ se c o n c e s i o n e s m u t u a s q u e s o n s i e m p r e p r ue b a s de e s t i m a c i ó n r e c í p r o c a . N o s p a r e c e c o n v e n i e n t e y o p o r t u n o de te r m i ­ nar ahora e l se ntido de la palabra g o b i e r n o . E n I n g l a te r r a , e n S u i z a , e n l o s E s t a d o s U n i d o s se e m p el a l a m i s m a p a l a b r a , d á n d o s e l e s i n e m b a r g o u n se ntido comple tame nte distinto que e ntre no­ sotros. E n e sas n a c i o n e s libre s significa la ad­ ministración supe rior. En Francia la palabra T — 24 — gobierno implica ideas de omnipotencia que des­ cubren el poder real. Entre nosotros el g o b i e r n o es un amo. E l go­ bierno debe ver por nosotros, caminar por noso­ tros, trabajar por nosotros. Sabe todo, q u i e r e todo, p u e d e todo, hace todo,, es t o d o en fin en nuestro pais. Bossuet en su Historia dé las variaciones dice " L a idea fija de L u t e r o fué contrariar en t o d o á l a Igl esia." L a idea fija de l a l ibertad d e b e ser rechazar en todo un g o b i e r n o tal . ; Empezaremos por averiguar el origen d é l a antigua l ibertad ftancesa, parque l a l ibertad n o data de 1789: c o m o l a democracia, tiene sus rai­ ces en nuestro propio suel o; y como tal es ente­ ramente nacional . l L a m a m o s l a atención de l l ector sobre e l punto d e q u e vamos á ocupar­ nos. E n l os l ibros siguientes pasaremos á con­ sideraciones de otro órden. — W — 'foba i oqíí i o lo Y Edbnoo M.iwtsb r.ífs nos ÍBrtSr (i'ÓiÓh i i i i T n j/ f • . •>•>:;>"' y i i *; f: hi. '. l : • • . t '.,|V. : '¡ t ' i | .\fíh ,'•Y';.,.- LIBRO SEGUNDO ORIGEN DE LA LIBERTAD. I ROL DE LA IGLESIA. Busquemos el origen de l a l ibertad en E u r o p a primero, en seguidn l a Francia. L o s bárbaros recibieron de l a Igl esia una do­ b l e herencia: l a abol ición de l a escl avitud y l a ciencia del g o b i e r n o — l a primera herencia de l a J u d e a , d e R o m a l a segunda. B a j o el primer concepto potencia cristiana, potencia catól ica b a j o el segundo, e l l a sol a l l enó l a E d a d Media: derecho, pol ítica, l engua, l iteratura, todo lo que está en el d o m i n i o d e l as ideas, l l evaba el sel l o d e l a tradición romana que, como fuego sagrado, al imentaba en l os repl iegues de su cerebro. F u é el l a quien enseñó á l a E u r o p a l a gerarquia — — 26 — i m p e r i a l c o n s u s d u q u e s , c o n d e s y el e m p e r a d o r e n l a c i m a ; g e r a r q u i a q u e e n j e n d r ó l a g e r a r q ui a f e u d a l , la c e n t r a li z a ci ó n d e l a a d mi ni ni s t r a ci o n r o m a n a q u e f u e el m o d e l o q u e c o p i a r o n l a s a d m i n i s t r a c i o n e s y l a d o c t r i n a d e l a o m ni p o t e n ci a gubernamental. . , ! , , < L a E u r o p a c r e c i ó á l a s o m b r a d e esta tutela ( q u e e n u n p r i n c i p i o f u e l a s a l v a c i ó n d e l a ci vi ­ li z a ci ó n ) y r e v i v i ó a l s o p l o d e estas t r a d i c i o n e s . Cesar fué si nóni mo d e g r a n d e hombre; R o m a , l a c i u d a d e t e r n a ; el d e r e c h o r o m a n ó , l a ci e n ci a . p o r e x c e l e n ci a ; l a l e n g u a r o m a n a , l a m a d r e d e l a s l e n g u a s ; y c o m o l a I g l e s i a se h a b í a i n s ti t ui d o en h e r e d e r a d e l o s e m p e r a d o r e s , l a E u r o p a l a r e c o n o ci ó p o r t a l t ri b u t á n d o l e e l mi s m o r e s ­ peto. L a I g l e s i a q u e e n c o n t r a r a di o s h o m b r e s d e las clases superi ores d e l i m p e r i o r o m a n o e n e r v a ­ d o s p o r los goces m a t e r i a l e s y d e g r a d a d o s á los d e l a s clases i n f e r i o r e s p o r l a e s c l a v i t u d ó l a m i ­ s e ri a t r a t ó d e r e a n i m a r l o s h a c i é n d o l e s v i s l u m b r a r u n n u e v o p o r v e n i r ; enseñóles á despreci ar la'ti err a p a r a s o l o p e n s a r e n e l ci e l o ; y c a l c u l ó bi e n , p u e s c u a n d o habla esta e n m u d e c e n aquellas. L a p i e d r a d e t o q u e d e la E d a d M e di a e s l a p a si ó n . L a c a t e d r a l c o n s u s s o m b r í a s o ij v a s , s u s a r c o s l a n z a d o s c o m o flechas e n l o s a i r e s , s u s t o r r e s q u e p a r e c e n q u e r e r s a l t a r el c i e l o , s u s o p a c o s v i ­ d ri o s q u e s o l o d e j a n p e n e t r a r l o s r e s p l a d o r e s d e l a l u z y sus e c o s m i s t e r i o s o s q u e h a c e n o i r la v o z . m o n ó t o n a c o m o l o s d i a s e n l a e t e r n i d a d , si m b o ­ li z a l a p a s i ó n h u m a n a ; l a l e n g u a e n q u e h a b l a e l s a c e r d o t e n o s o n m a s q u e s o ni d o s p a r a l o s c r e y e n t e s ; las C e r e m o n i a s c a u ti v a n l a v i sta y la i maji naci on; t i ó r g a n o y las campanas a d o r ­ m e c e n ai c r e y e n t e m e l o d i o s a m e n t e i l é ahí p o r q u e esta e x a l t a c i ó n d e l a s p a si o n e s a r m o n i za­ b a p e r f e c t a m e n t e c o n e l si s t e m a g u b e r n a m e n ­ tal d e la e d a d m e i d a: los pueblos q u e se de­ jan dom i n a r p o r l a p ai s ón n o raci oci nan y na­ t u r a l m e n t e se s o m e t e n , l t oi n a h a bi a c o n q ui s ­ tado, pues, p o r s e g u n d a vez á la E u r o p a c u a n d o la i n v e n ci ó n , i n si g ni fi c a n t e d p i r mera vi s t a , d é l o s c a r a c t e r e s d e m a d e r a d e sit n a d o s á r e p r o d u c i r l o s a n t i g u o s m a n u s c ri t o s c a mi b ó la faz del m u n d o . N o s ei r a d e l t o d o e x a c t o d e ci r q u e e s t a i n­ v e n ci ó n f u é l a c a u s a ú ni c a d e este c a m bi o p u e s d e s d e m u c h o t i e m p o atrás m o vi mi e n t o s nuevos so o p e r a b a n e n E u r o p a ; y a voces» i l u s t r e s se h a bi a n h e c h o oi r , a u n en l a m i s m a I t a li a , a n u n i c a n d o el e s p í r i t u n u e v o . i S nemb a r g o l a I g l e si a piadosamente las a h o g ó e u l a s l l a m a s : l o s A r n a u l d d e B r e s ci a , los G i o r d a n o B r u n o , los S a v o n a r o l a , solo h a b l a b a n al m u n d o p o r las ceni zas d e sus h o g u e r a s . Fué e n el N o r t e , e n A l e m a ni a , entre las razas g e r m á ni c a s m e n o s e m p a p a d a s e n el dogma r o m a n o q u e las r a z a s d e l m e d i o d í a , y p o r con­ i s gi u ente menos ai d c t a s á l a I g l e si a , q u e e l e s p í ri t u d e l i b e r t a d h a b l ó á l a Europa, n o ya d e s d e l o a l t o d e u n a h o g u e r a , si n o desde el f o n d o de una i mprenta. — 28 — II EL DOCTOR MARTIN LUTERO. Desde el principio toma la lucha el carác ter indeleble que ha c onservado hasta nuestros dias. E l p a p a está en B o m a en el c entro del gobier­ no; el doc tor Martin L u t e r o en una imprenta. E l papa l o esc oTiulga; el doc tor responde i n u n d a n ­ d o la AleniKiiia d e folletos impresos c ontra la autoridad del papa; y el timbre mas glorioso q u e r e c o m i e n d a el n o m b r e de. L u t e r o á la vene­ rac ión d é l a posteridad es haber sido el que pri­ mero c o m p r e n d i ó todo el alc anc e de.la prensa. Este h o m b r e , c u y o pensamiento d e b e estu diarse pues fué el h o m b r e que t u v o mas poder c on la palabra, d i ó un alma á los c arac teres de madera inventados por G u t e m b e r g ; reveló^ á la E u r o p a otro m u n d o tan vasto c o m o la A m é r ic a , desc ubierta entonc es por Colon, pues era ese el t i e m p o d e las grandes c osas; y desde esa époc a aparec e el espíritu de libertad. Si la c una de Jesu c risto fué un establo, la c una de la libertad, no lo olvidemos, fué una imprenta. L u t e r o mismo se maravilló del éxito, y alen­ tado dijo, que la Iglesia había usurpado la so­ beranía de las c onc ienc ias; que ni los testimo­ nios de los Padres, ni Esc rituras, ni tradic iones, ni c onc ilios, ni papas, que nada p o d i a darle esa autoridad, que las c onc ienc ias solo pueden absol­ verse á si mismas; que toda gerarquia ec lesc siústic a es una ofensa á la d i g n i d a d del hombre; to­ dos los sac ramentos una o b r a i m p í a é inefic az, sin inspirac ión verdadera, t o d o esto en un sin número d e sermones y folletos esc ritos c on ese fuego, c o n esa impetuosidad, c on esa c ienc ia q u e a d m i r a m o s en la lengua alemana. D e un so-, lo golpe derribó todo él edific io de la E d a d Me­ dia. L a prensa y el libre e x a m e n reemplazaron á la tradic ión y la autoridad; y c o m o el viento de la tormenta soplara réc io sobre la A l e m a n i a , dió al espíritu de libertad su palabra d e orden y dijo: T O D O H O M B R E E S S A C E R D O T E . S i e n d o todo h o m b r e sac erdote, n o represen­ ta y a César al grande hombre; sil n o m b r e solo rec uérda la violenc ia. R o m a no es y a la c iudad eterna; R o m a es la c iudad do los muertos, sus doc trinas y a no tienen sentido. S i e n d o t o d o h o m b r e libre y a n o tienen razón de existir la onnipotenc ia gubernamental; la c entralizac ión es un fantasma, el papa y el emperador no son mas que palabras; y si t o d o heunbre siendo libre es sac erdote, la libertad es una religión que tiene sus prec eptos, sus deberes no menos sagrados que sus derec hos; y asi es c o m o la Inglaterra y los Estados-Unidos c o m p r e n d e n la palabra li­ bertad. E n F r a n c i a solo se c onoc e á L u t e r o por pan­ fletos c o m o la Historia de las Variaciones de Bossuet. ( 1 ) Sentimos que el plan general d e este (4) Es ta obra encomiada por el es pirita de partido, re­ pos a en es te argumento: " La verdadera simplicidad de la doctrina cris tiana, dice Bossuet, cons is te en decidirse siem­ pre, en materia de fé por es te hecho cierto: Ayer s e creia as í; luegohoy s e debe creer lo mismo.'1 l \ b r o DO n o s p e r m i t a b o s q u e j a r ti g r a n d e s ras­ gos la fisonomía moral d e este ilustre varón; r e t r a t a r l o en su cosa d e W i t t e m b e r g , e n el i n t e r i ­ o r d e l h o g a r c o n s n a m a d a C a t a l i n a , su p e q u e ñ o H a n s y s u h i j a M a g d a l e n a e n l a s r od i l l a s , ó e n l a t a b e r n a d e l A g u i l a N e g r a , el v a s o en l a m a n o d iscutiend o con Melanchton, Joñas, A m s d o r f y sus d i s c í p u l o s querid os, ó en la d i e t a d e W o r m s solo en presencia d e C a r l o s V . ó en t e m p l o d e " W í t t e m b e r g c o n su t r a j e n e g r o d e d o c t o r p r e ­ d i c a nd o e n a l e m á n á s u s c a r o s c o m p a t r i o t a s c o n t r a l a m i s a ó el c e l i b a t o . É n e f e c t o , a l b o r a b a y a el e s p í r i t u d e l i b e r t ad p u e s l a E u r o p a h a b i a p a s a d o d e l a i n f a n c i a íí l a v i r i l i d a d y a n t e l a p o t e n t e v o z d e la r a z ó n c ed i a la p a s i ó n . L a c a p a c i d a d a n t e s p a t r i m o n i o e x c l u ­ s i v o d e l clero pertenecía á los legos, y la Iglesia e n t r a b a e n t u t e l a d e s p u é s d e h a b e r m a n t e n id o p o r t a n t o t i e m p o b a j o su d i r e c c i ó n á l a E u r o p a . L a t r a d i c i ó n r o m a n a f u e n t e d e su p o d e r y d e s u s d o c t r i n a s , p a l i d e c í a a n t e I03 e s p l e n d o r o s o s rayos d el espíritu nuevo. L a Iglesia siguió pro­ fesand o los mismos principios; y entonces, espec­ t á c u l o d i g n o d e ad m i r a c i ó n ! las n a c i o n e s q u e c o n t i n ú a n s i é n d o l e f i e l e s é i m b u i d a s en sus d o g ­ mas, en otros tiempos gloriosas y d ueñas d e la E u r o p a , se a p a g a n e n t r e c ad e n a s . Las que la rechazan y abrazan las nuevas d o c t r i n a s — s a l e n d e l s i l e n c i o , se a n i m a n y d o m i n a n e l m u n d o q u e habitamos. L a c a t ó l i c a E s p a ñ a , q u e p o s e y ó la A m é r i c a y t u v o u n C a r l o s V , se a p a g a e n b r a z o s d e los jesuítas é inquisid ores; la H o l a n d a , antes n n a d e s u s p r o v i n c i a s , s e d e s p i e r t a al s o p l o v i v i f i ­ cante d e l espíritu m o d e r n o , sus n a v i o s c u b r e n los m a r e s , e s t i e n d e su c o m e r c i o h a s t a l a s I n d i a s y le­ g a á la I n g l a t e r r a un G u i l l e r m o I I I . L a Italia d e­ saparece, sus c a m p i ñ a n sin c u l t i v o , R o m a , d esier­ ta y la I n g l a t e r r a , d e d o s s i g l o s á esta p a r t e en­ g r a n d e c e d e d i a en d ía. I I I ANTEPASADOS DE LA LIBERTAD FRANCESA S i q u e r e m o s e n c o n t r a r los a n t e p a s a d o s d e la a n t i g u a libertad francesa d e b e m o s r e m o n t a r n o s h a s t a el a ñ o 1 5 3 0 . V i e n e n á n u e s t r o p a í s d e s d e A l e m a n i a c o n el d o b l e s e l l o m o r a l y personal q u e los d i s t i n g u e en t o d o p u e b l o y t o d o t i e m p o . E s t o s h o m b r e en A l e m a n i a e r a n c o n o c di o s b a j o el n o m b r o d e Eid<jenossen\ \o conservaron e n F r a n c i a l l a m á nd o s e h u g u e n o t e s . E r a esta u n a r a z a e n c u y o c e r e b r o s e a n i d a b a n t od a s l a s id e a s m o d e r n a s ; t e n í a n d e l a l i b e r t ad las m a s e x a c t a s n o c i o n e s y la p r a c t i c a d e la v i d a e n u n g r a d o e m i n e n t e ; e s p í r i t u s m e t ód i c o s , a u s t e r o s , s i l e n c i o s o s v e í a n b i e n y p e n s a b a n c o n r e c t i t ud ; su sistema d e g o b i e r n o estaba c o m p r e n d i d o e n esta í r a s e : La libertad es el respeto y cultura de si mismo. Raza d e hombres ahogad a en nuestro p a i s y c o n e l l o s la libertad . B i e n s a b e m o s q u e e s t o s r e c u e rd o s s o n m u y p o c o populares en Francia; síuembargo, á med i­ d a q u e a d e l a n t e m o s e n la s e n d a d e l a l i b e r t ad tendremos que volver también á sacudir el pol­ vo que cubre tan bell.os tradiciones. Algún dia tendremos que ver la luz y conf esar que los ciuda­ danos de Suiza, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos son hombres de la misma carne y san­ gre que nosotros, que todos ellos para ser li­ bres han seguido el mismo camino, camino que, tarde ó temprano, hemos de seguir para llegar á ser libres algún dia. Reconoceremos entonces qne Enrique I V , Su­ lly, Duplessis Morna)', d'Aubignd se gobernaron por principios de conducta completamente opues­ tos á los principios de los Richelieu, de los Luis XIV*, de los Colbert, de los Louvois, de los Na­ poleón y de los representantes do la Conven­ ción; en los escritos y aspiraciones de Sully, la alianza inglesa, el proyecto d e Concordato euro­ peo, el cuidado incesante por la agricultura é industria en todo, en f in, se revelan las tenden­ cias modernas; y si el espíritu de libertad que animaba á esos verdaderos varones ilustres hu­ biera triunf ado, la Francia tendría otra historia y destinos civiles muy superiores á sus destinos militares; como la Inglaterra, habria recorrido una se'rie sucesiva de ref ormas, que poco á poco habria perf eccionado su educación y f ormas de gobierno. En esa época dominaba la Francia á la Ingla­ terra; todas las nuevas ideas germinaban en su seno. El poder de los parlamentos aumenta­ ba; la tierra mejor cultivada se cubría de f abri­ cas. Los ref ormados, protejidos por el edicto de Nantes, eran la gloria de la Francia y prepara­ ban este) pais para el ejercicio de la libertad. Ellos mismos se ejercitaban también ya interpre­ tando el simbólico sentido de las Escrituras, y a aprendiendo á hacer uso d e la palabra, ya, en f in, tratando en asambleas sus asuntos generales. Do quier haya regido este sistema de educación —-allí han habido hombres libres, prensa libre, parlamento libre. Con asombro se nota en las instituciones y personajes de aquel tiempo los caracteres princi­ pales de las instituciones y personajes de Ingla­ terra y Estados Unidos: cuan cierto es que la li­ bertad habla la misma lengua y tiene la mis­ ma f isonomía moral en todo lugar y en todaépoca. El carácter f rancés era grave, tran­ quilo, f río; y los ingleses de aquel tiempo te­ nían el carácter voluble de los Franceses de hoy; Sully en la corte del rey Jaime, teníala f le­ ma y aspereza que ahora estrañamos tanto en los Ingleses. L a lengua que se hablaba en­ tonces en el Louvre era mucho mas varonil y cnérjica que la actual. En aquel tiempo tenían los Ingleses nuestros gustos y nosotros los suyos. Adoraban el teatro y Shakspeare vivia. La corte de Elisabeth se re­ ducía á juegos, diversiones y placeres. Los se­ ñores abandonaban sus tierras y la Inglaterra á pasos agigantados marchaba rectamente hacia el poder absoluto. Entre nosotros los principales personajes vivían en sus tierras. Olivier de Serres dedicaba á Enrique IV. su Teatro de agriad- — 34 — — 35 — tura desde sU castillo de Prodel. L a corte del Louvre era austera; Duplessis-Mornay se pare­ cía ya á Washington y nuestro pais feliz so enca­ minaba por la senda de la libertad á no haber ha­ bido el puñal de un Ravaillac. La revocación del edicto do Nantes fué el golpe fatal dado á la libertad. Los reformados á quienes el supersticioso é ignorante Luis X I V arrojó como á leprosos, pasaron á Holanda, y de aquí con. Guillermo I I I á Inglaterra, y désde 1685, época de su destierro hasta 1688 épo­ ca en que-empiézala marcha ascendente de la Inglaterra y la marcha descendente de la Fran­ cia, solo han pasado tres años! Los doscientos mil franceses expatriados por ese á quien llaman gran rey eran los fabricantes mas ricos y mejo­ res obreros de nuestras manufacturas, pues es na­ tural que el espíritu de esos hombres cuyos prin­ cipios permitían examinar todas^las tradiciones, fuera elevado, instruido, ilustrado, apto para in­ troducir mejoras industriales y agrícolas. Cuan­ do abandonaron su ingrata patria, la industria y el comercio volvieron á caer en ese entorpeci­ miento en que los encontramos siempre en los pueblos católicos, pues es natural que el espíritu de hombres cuyos dogmas prohiben todo exa­ men sea contrario átoda clase de innovación. Salud, pues, á los espatriados de 1685, Saurín, Claude, Du Bosc, Superville, Barbeyrac, etc, y á vosotros tres sobre todo, á ti Jurieu, que defen­ días contra Bossuet la soberanía de la nación; á ti Luzac, que en Leyde fundabas la primera hoja política; y a* ti, Dionisio Papirt; que descubrías las leyes del vapor, desterrado en Leipzig! Salud á vosotros precursores de la libertad parlamen­ taria, de la libertad de la prensa y del vapor! Que la aureola que circunde vuestros nombres sea la de et infortunio y la verdad desconocida! I ... \:.' I^V . ^l^^^fif^Z. EL CARDENAL DE RICHELIEU Y LUIS XIV. Hemos visto, pues, que el dia que quiéra la Francia leer su propia historia encontrará en ella todos los gérmenes de la libertad; sin embar­ go, antes de concluir este libro es necesario averiguar porque estos gérmenes, fecundos en Inglaterra, han sido esterilizados en nuestro suelo. Resolviendo esta cuestión, terminaremos esta breve esposicíon. Cual el gigante de las Lusiadasen el cabo de las tempestades se levanta y obstruye el paso al navio de Vasco de Gama, asi, á la muerte de En­ rique I V , ante el espíritu de libertad se levanta el espíritu de gobierno. El sacerdote del Nuevo Mundo decia: "Id; caminad, juzgad, ved con "vuestros ojos, caminad con vuestros piés, juz"gad con vuestro juicio. El sacerdote del viejo "mundo repetía: Hincaos! orad, creed; y o veo "por vosotros, camino por vosotros, juzgo por "vosotros, vosotros nada sois, y o soy sagrado." El primero decia: "Reunios, discutid, dirijid vuestros asuntos; gobernaos." El segundo repe- ^ a6 • — tia: " N o os mováis; d e nada os ocupéis; los asun­ tos del Estado son los asuntos del r e y . " E l Cardenal d e Richelieu, h o m b r e esencial­ mente d e gobierno, h a sido según su p r o p i a espresion el asesino d e nuestras libertades p ú b l i ­ cas. A n t e s d e él, la acción del poder real estaba limitada p o r loa parlamentos y los estados ge­ nerales : y estas dos instituciones encerraban los gérmenes preciosos d e los cuerpos representati­ vos. Sacerdote católico, i m b u i d o en el d o g m a d e la infalibilidad del Papa, v a c i ó la m o n a r q u í a en el mismo m o l d e d o l a Iglesia, persiguió y desterró el espíritu d e investigación y e x a m e n y destruyó los resortes que movian»los c u e r p o s intermediarios, á p u n t o que c u a n d o murió, y el p a r l a m e n t o y la aristocracia quisieron l e v a n t a r ­ se para v o l v e r á las tradiciones del reinado d e E n r i q u e I V , la Fronda c o n c l u y ó en una estrept^ tosa carcajada. Este cruel sacerdote desarticuló los m i e m b r o s de la Francia; y tan denso era y a el v e l o de la ignorancia que los espectadores y aun mismo los actores de la Fronda, conf undie­ ron este acto de un gran drama parlamentario con una chistosa comedia. E n la misma época, la historia tiene i r o n í a d e f echas, la Inglaterra pensaba de distinto m o d o ; al lado d e L u i s X I V entrando al parlamento con el látigo en la mano, hollando las leyes, aparece Carlos I , d o b l a n d o su cuello, b a j o la cuchilla d e W h i t e - H a l l , por haber desobedecido ; es i n d u ­ dable que desde el siglo décimo séptimo e l g u - b c m a m e n talisrao emponzoña la virilidad de la Francia! N o p o d e m o s mas que recorrer super f icialmen­ te la historia. L u i s X I V , prosiguió sin descanso y sin piedad la obra gubernamental empezada por Richelieu: tan f iel c o m o el Cardenal á las m á x i m a s de la Iglesia, tan cruel c o m o él y mas superticioso, encerraba á los huguenotes en las Cevennas, co­ m o á bestias f eroces, desterraba á los jansenistas, arrojaba al aire las ruinas d e P o r t R o y a l , retira­ ba sus gracias y f avores á aquel que osara mur­ murar, Fénelon, Racine ó V a u b a n , y complacien­ te el d e v o t o rey, autorizaba á su conf esor, el j e suita Lettelier, para que diera la órden de revoca­ ción del edicto d e Nantes: que horror inspiraba la sola sombra de la libertad á ese h o m b r e y esa turba clerical! ¿No será tiempo de abrir los ojos y apreciar en su j u s t o mérito ese siglo que pretenden lla­ mar grande? N o será t i e m p o de reconocer que esa época f ecunda sin duda, en artistas y obras de arte, en marinos y célebres guerreros, en ilustraciones de todo género, solo f ué una época brillante? Deslumhraba el l u j o en Versailles y la tierras d e Francia carecían de cultivo. L e e d á V a u b a n . Monseñor, h i j o m a y o r del rey, moria en Meudon d e indigestión y los paisanos comian yerbas. H o j e a d á Saint Simón. Existia una no­ bleza con blasones, empenachada, cubierta de. bordados y encajes, con carrozas tiradas por seis caballos, palacio en Versailles, palacio en Paris, — 38 — castillo soñorial en sus ti erras, saludaba con gra­ ci a, bai laba el mi nuete, representaba comedi as y sobre sus abovedadas espaldas sostenía una ca­ beza de i di ota. Tenían á Cornei llé, Raci ne, Mo­ li ere, la Fonlai ne, Poussi n, Puget, y en pos de esta pleyada d e grandes arti stas una naci ón i g­ norante, que no conocía sus derechos ni sus de­ beres. Abri d á Moli ere, y veréi s que en las en­ trañas de esa sociedad, cuyas apari enci as os han deslumhrado, se agi ta ya el gusano de las re­ voluciones. Las i nteli genci as li bres, Descartes, Bayle, morían entonces en el desti erro, ó repe­ tían con Pascal: "Procuro embrutecerme." L a Franci a reci bía la ci enci a de los Bossuet, de los Massi llon, de las Fléchi er, la fraseoloji a usurpa el lugar de la i nvesti gaci ón de la verdad; la fi c­ ci ón ilustrada el del geni o! El espíri tu d e gobi erno ha esteri li zado, pues, los gérmenes d e nuestras li bertades públi cas; y apesar de los i njentes esfuerzos de Voltai re, de Montesqui eu, d e los enci clopedi stas, heredó la revoluci ón esta funesta tendenci a. Robespi erre llevará el manto eucarnado de Richelieu, y encon­ trará Napoleón el láti go de Lui s X I V para azo­ tar otro parlamento. PRIMERJ PJRTfi !' LIBRO TERCERO LA LIBERTAD EN EL INDIVIDUO. I. PLAN DE LA OBRA. Pasando ahora del pórti co á las galerías pre­ sentaremos al lector vari as consi deraci ones sobre la libertad. Las espondremos en el órden si ­ gui ente : Estudi aremos en pri mer lugar, el juego de ór­ ganos de la personali dad, En el i ndi vi duo, En la fami li a, En el parlamento. :: — 41 L e haremos ver en segundo lugar que el ejerci­ cio de la personalidad no era familiar á la nación en 1789, de donde se sigue que la revolución no fué la libertad, y averiguaremos porque fué á resolverse rápidamente en el gobierno impe­ rial. •-Estudiaremos en tercer lugar los tres principa­ les instrumentos de la personalidad que son por decirlo así, la ejida del Sel/- Government: Los periódicos, L a industria, L a conciencia individual. Pongámonos pues en camino para recorrer es­ tos divtirsos escalones, empezando por el prime r O — L a libertad individual—que vamos á estu­ diar en este libro. II LA PERSONALIDAD. Como la mancha en la mano de L a d y Mac­ heta, tiene la libertad un sello particular : es la personalidad. Por el contrario, la impersonalidad caracteri­ za al gobierno. D e ahí se sigue que la libertad engrandece al hombre y el gobierno lo disminuye, le reba­ j a : pues cuanto mas centralizado está el gobier­ no de una nación, tanto menor es la acción del individuo en ella. Igualmente se sigue de ahí que la libertad, cuyo santuario es el corazón humano, dejando — en la voluntad de cada uno, todas las fuerzas vivas de la sociedad ofrece á l a vista mil matices diveros; mientras que el gobierno que centrali­ za todo, reviste siempre una forma perfecta­ mente regular, y estamos tan poco familiariza­ dos con la libertad que con frecuencia la confun­ dimos con la anarquía y todo aquello que no es simétrico no lo creemos digno de el nombre de órden. . ;,^r " H e ahi á este respecto, una admirable res­ puesta de Lutero, en el bello drama de Werner : " B i e n , muy bien, padre mió! Y mire vd. siem" pre me digo y o lo mismo. Quiero que cada " uno obre libremente. Todo parecerá, es cier" to abigarrado de mil colores, de mil matices; " pero ¿que importa? El Señor nuestro Dios no " ha creado acaso con mil matices también y las " flores de los campos y las nubes de los cielos? " U nas se marchitan, otras pasan con libertad, sin " amos, sin conductores. Es asi como cada uno " debe ver con sus propios ojos, obrar con sus " propias manos y trabajar por sí mismo. " L o que nos falta es comprender lo que signi­ fica la personalidad. Nos gusta vivir como pá­ jaro en la jaula á la sombra del gobierno, mientras que el pájaro libre en los aires vuela aquí y allí, ya en las nubes, y a en Jas yerbas, al sol ó al agua, busca alimento y no siempre lo encuentra, pero siempre libre ! Por temperamento, por tradición, por educa­ ción, parece que conspiramos nosotros mismos con el gobierno contra nuestras libertades. En — 42 — efecto, la naturaleza nos ha dado el tempera­ mento menos propio para comprender las doc­ trinas de libertad : el temperamento militar. La nobleza que era la tradición viva en Francia, siempre ha dado á la nación ejemplos de servi­ lismo ; en la escuela de las galerías de Versailles y antecámaras del gran rey la enseñó á bajar la frente ante el capricho del gobierno ó á pedirle ayuda en toda circunstancia. La educación, llamada justamente segunda naturaleza, aunque no puede cambiar del todo • el temperamento, lo modif ica sinembargo enér­ gicamente: y solo una nueva educación podrá aclimatar algún dia la libertad en nuestro país. De la industria esperamos mucho para iniciar la práctica de la libertad. Y ¿no es acaso la indus­ tria quien ayuda al hombre moderno á recon­ quistar su personalidad ? Bien pues, cuando esta personalidad se robustezca ; cuando la órbita de sus atribuciones no se limite solo á los asuntos industriales, sino que también abrace los asuntos públicos ; cuando cada uno comprenda que la libertad política no es mas que un conjunto de garantías de la libertad individual, todos dirigi­ rán sus intereses, todos se gobernarán á sí mis­ mo, y habrá' entonces una Francia libre! LA LIBERTAD INDIVIDUAL. •"• Uno de los mayores errores de la nación f rancesa, dice Benjamin Constant, en au excelente tratado de la usurpación ha sido el no haber dado jamas la suf iciente importancia á la libertad individual:" Esto es müy exacto y prueba qüe estamos en el principio de nuestra educación publica; vi­ vimos en el seno de la centralización, en una atmósf era de tradiciones romanas y católicas. Al pisar el dintel de la vida se nos enséñala lengua romana, cada palabra parece una orden militar, y para representar la personalidad hu­ mana solo tiene un signo mudo : el derecho ro­ mano, la adoración de la omnipotencia del go­ bierno es el derecho que se nos enseña. En In­ glaterra donde desde la inf ancia se aprende á ser libre, no se enseña ni el derecho romano, ni los dogmas de la Iglesia Católica. Queréis viajar—Vuestro pasaporte? Queréis pasear por los aire dedores de Paris—Vuestras manos? Queréis imprimir vuestro pensamiento — Vuestra licencia? Queréis ser panadero, etc.— Vuestro número de policia? Este estado de cosas que en nuestro lenguaje político se llama órden, á nadie inquieta. No te­ nemos ni las primeras garantías de la libertad in­ di vidual y nadie se inquieta! Recordemos á este respecto el ejemplo que " " " " nos da la libre Inglaterra!. Allí no se conocen ni pa sa portes, ni octrois, (1) ni números de policía. Todo ingles es libre por derecho de na cimiento (bybirthrigth); todo domicilio es sagrado; Bla ckstone nos dice, que el injusto encarcelamiento de un simple pa rticula r originó, ba jo el reinado de Ca rlos II, la famosa acta de habeos Corpus. Re­ corred una y mil veces la historia de Ingla terra : un cuidado minucioso, una a tención incesa nte ha cia la libertad individua l es lo que ha lla reis; un instinto ma terna l; una a ureola protejo la per­ sonalidad, cual los círculos de oro, en los viejos cuadros de los maestros ita lia nos, circunda n la ca beza de Cristo. Ba jo los reinados de Cárlos I y Ca rlos II, lu­ chas continua s entre el parlamento y el rey á ca usa de la cámara estrella da y va rios vrrits de habeas corpus; continua inquietud con el poder milita r; la gua rdia de Cárlos II, que solo consta ­ ba de cuatro mil hombres, es declarada inconsti­ tuciona l y el a rtículo sexto del bilí de los dere­ chos estatuye que un ejército perma nente, sin consentimiento del pa rla mento viola la ley; crea ­ ción de la verdadera ga ra ntia de la libertad individua l-el gran juri de acusación; en fin la ratifica­ ción de la última acta del ha bea s corpus, ''a cta pa ra gai-antir mas la libertad del individuo y evi­ ta r el destierro ma s alia de las mares;" que fija el —————— (1) Impuestos municipa les que se perciben sobre producos dé consumo, á la entra da de las ciudades. plazo para comparecer en justicia y responsa bili­ za á los agentes. Cuando comparamos los actos del pa rla mento de Ingla terra con los de nuestros a ntiguos parla­ mento se comprende cuanta razón tenia Volta ire al decir: "mientra s hace mas de cien años que la "Inglaterra ve con sus dos ojos la Francia empie"za á entreabrir uno solo." Y lo hemos tenido acaso abierto dura nte nues­ tras varias épocas revoluciona ria s? Sufrimos la Bastilla y hemos sufrido las prisio­ nes revolucionarias. ; Sufrimos á un rey; hemos sufrido á los partidos. Sufrimos á un Laubardemont; hemos sufrido á un Fouquier—Tinville. Ca mbio de nombres—siempre; de cosa s— nunca ! IV. •«* mx{M\ t LIBERTAD DE PROFESIONES. Ga ra ntida la libertad individual nada contribu­ ye ta uto al desa rrollo de la personalidad como la libertad de profesiones. Ta n notable es la influen­ cia qne ejerce sobre nosotros el espíritu de go­ bierno que nos compla cemos en regla menta r el ejercicio de las profesiones. Asi como los pasa­ portes son la ga ra ntia contra los la drones, —asi también las tesis, los exámenes, son la ga ra ntia de la sociedad. Entre nosotros, por ejemplo, es prohibido ejer­ cer la profesión de a boga do sin ha ber rendido — *& — e x á m e n e s y sostenid o u n a tesis ante u n a c o m i ­ sión d e profesores; p e r o sin e x á m e n e s ni tesis éa p e r m i t i d o ser period ista. ¿Porque? ¿no es acaso tan p e l i g r o s o el period ista q u e v e n d e sus a r t í c u ­ los, c o m o el' a b o g a d o q u e v e n d e sus d efensas? E n t r e nosotros c u a l q u i e r a - p u e d e ser músico, actor, cantor, pero es p r o h i b i d o abrir u n teatro sin p e r m i s o d e la autorid ad : l o q u e d á la izquiei*d a l o q u i t a l a d erecha! E n t r e nosotros es p e r m i ­ tid o ser banquero, p e r o es p r o h i b i d o ser n o t a r i o sin el c o n s e n t i m i e n t o d e lá autorid ad . E n t r e nosotros n o se consid era un arrend ata­ rio c o m o comerciante; una concesión d e minas ó d e tierras n o es asunto mercantil. ¿ C u a n d o rechazaremos tod as esas r e g l a m e n t a ­ ciones y contrad icciones chocantes? ¿cuand o nos será p e r m i t i d o respirar la l i b e r t a d á p e c h o abier­ to? Si la profesión d e notario fuera libre, c o m o la d e b a n q u e r o , m a ñ a n a sin d u d a n o t a r i o s inteli­ gentes cambiarían sus estud ios p o r oficinas d e b a n c o a g r i c o l o p r o p a g a nd o en la c a m p a ñ a las nociones d e c o n t a b i l i d a d mercantil y d e c r é d i t o sobre t i e r r a s — P e r o ¿con que objeto? ¿acaso el g o ­ b i e r n o q u e se encarga d e nuestros asuntos no ha f u n d a d o u n b a u c o d e créd ito sobre tierras? Si la profesión d e m é d i c o fuera libre sufriría la salud p ú b l i c a , ó la rutina méd ica? Si la profesión d e a b o g a d o f u e r a l i b r e sufrirían los clientes ó la r u ­ tina j u di c i a l ? Si t o d a s las profesiones fueran li­ bres, n o habrían profesiones sin cargas c o m o la d e arrend atario, y profesiones hid rópicas c o m o la d e las letras, empleos, y ejército; recobrarían — m — v i d a las c o m u n a s y ciud ad es d e p r o v i n c i a ; y P a ­ rís cabeza d emasiad o g r a n d e p a r a u n c n e r p o t a n d ébil, n o se vería c o n t i n u a m e n t e a m e n a z a d a d o una m u e r t e repentina. E i i I n g l a t e r r a ía liberta d d e profesiones es casi c o m p l e t a , en los Estad os U n id o s es abso­ luta y se firma abogado y general. M i r ad alli, en aquellos d esiertos q u e n ad i e h a p e n e t r a d o ese h o m b r e que avanza c o n su B i b l i a , sus periód icos y su hacha para abrirse paso p o r entre los zarzales y t u p id o f o l l a j e d e los b o s q u e s . — A d o n d e v a solo, p e r d i d o en la in­ mensid ad ? Y a a d o n d e iban antes esos fieros p u ­ ritanos, sus abuelos, q u e atravesaron el O c é a n o h u y e n d o d e la tiranía d e Cárlos I , l l e v a n d o sus h i j o s en los brazos y sus creencias en el alma; m a r c h a ad elante, hacia lo d e s c o n o c i d o c o m o los h o m b r e s libres en c u y a frente brilla el sello d e la d i v i n i d a d . V. EL ROBINSON CRüSOE. H a y en el m u n d o una obrita s u m a m e n t e orij i n a l q u e n u n c a h u b i e r a p o d i d o ser c o n c e b id a en nuestro pais: el Robinson Crusoe. F u é escri­ ta p o r u n célebre publicista, en t i e m p o s en q u e la I n g l a t e r r a orgullosa d e su conquista d e 1688, d e s p l e g a b a ante la v i e j a E u r o p a su rico c a ud a l d e libertad es públicas. ¡ Q u e c u a d r o tan simple y a d m i r a b l e á la v e z ! U n a isla p e r d i d a en la inmensid ad d el O c é a n o , el mar en t o r n o suyo, el cielo arriba, bosques con — p á j a r o s , c a b r a s y t o r t u g a s á l o l a r g o d e l a so li­ taria r i b e r a : — h é ahí la i m á j e n d e la vida h u m a ­ na.' Y e n e s t a i s l a u n h o m b r e s o l o a r ro j a do á e l l a p o r u n n a u f r a j i o ; ese e s e l p r i m e r c u a d ro : imájen del nacimiento . E s t e h o m b r e es p a r a si e l m u n d o , s u o b j e t o y s u fin. No t i e n e m a s q u e s u c a b e z a , s u s m a no s y s u s p i e r n a s ; se l e v a n t a , m i r a e n t o r n o s u yo — so lo o y e el r u g i do co n t i n uo d e las o l a s del O c é a no . T i e n e frió y n o tiene c o n q u e abrigarse; tiene h a m b r e y n o tiene q u e co mer; tiene sed y n o tie­ ne que beber. No t i e n e a r m a s p a r a c a z a r ó d e ­ fenderse d e las bestias fero ces; n o tiene m a s q u e un cuchillo , una p i p a y un po co d e tabaco en u n a c a j a . — D e s n u d o v i e n e el h o m b r e al m u n d o . E m p i e z a e n t o n c e s ese s u b l i m e m o n ó l o g o que to do s c o n o c e n , esa l u c h a d e u n ho m b r e co n l a v i d a e n el s i l e n c i o y l a s o l e d a d . N a d i e lo vé, p e ro él se v é . N a d i e l o a y u d a , p e r o él se b a s t a . P o n e e n e j e r c i c i o t o d a s las f a c u l t a d e s c o n q u e l e do t ó Dio s, vo luntad, trabajo , perseverancia, pre­ visión. N a d a le desanima, n á d a l e detiene. Siem­ p r e a d e l a n t e ; h é a h i e l go a head d e l o s a m e r i ­ c a no s . Si a l g o o b s t r u y e s u c a m i no , n o piensa l l a m a r á n a d i e e n s u a u x i l i o : n o es d e r a z a l a t i ­ n a , es d e r a z a s a j o n a ; n o es c a t ó l i co , e s p ro t e s ­ tante. P eo r t a m b i é n se g o b i e r n a él, e l m i s mo se a c o n s e j a , s e n t a d o e n l a r i b e r a , d e l i b e r a y s u c e ­ s i v a m e n t e c o n v o c a a n t e si e l v a l o r , l a c o n s t a n c i a , la prudencia. N a d a sabe y aprende to do . E s t a b a d e s n u do f 49 — y s e c u b r e c o n las p i e l e s d e sus c a b r a s . Nada t e n i a q u e c o m e r y t i e n e p r o v i s i o n e s , un r e b a ñ o d e cabras, u n c a m p o s e m b r a d o d e trigo ,' una ca­ sa d e c a m p o d o n d e e n c i e r r a sus u v a s , l i m o n e s y frutas d e t o d a especie. No t e n i a a r m a s y tiene f u s i l e s , pisto las, s a b l e s , u n a h a c h a y u n a sierra; y u n d i a d e t o r m e n t a á l a l u z d e un r e l á m p a go d e s c u b r e u n o s b a r r i l e s c o n p a q u e t e s d e p ó l vo r a y l o s o c u l t a e n las h e n d i d u r a s d e su r o c a . Siempre u n a p r e v i s i ó n co n t i n u a , u n a l u c h a i n c e s a n t e c o n las d i f i c u l t a d e s , u n co m b a t e p a l ­ mo á p a l m o c o n el p e l i g r o q u e p o r d o q u i e r l e a m e n a z a y q u e p o r d o q u i e r r e c h a z a él. ' H é a h i el h o m b r e d e pié, en t o d a sü v i r i l i d a d , en to d a la energía de'su vitalidad. H é a h i el h o m b r e li­ b r e si a c a s o h a e x i s t i d o en esta m i s e r a b l e t i e r r a a l g u no d i g n o d e e ste n o m b r e . Y , c o m o la libertad tiene s i e m p r e un carácter r e l i g i o s o , s e n t a d o en las r oc a s d e su d e s i e r t a isla, f r e n t e á f r o n t e d e l i n m e n s o O c é a n o , y el c i e lo azul, y el p á j a r o d e las t o r m e n t a s q u e h a c e o ir su p e n e t r a n t e y a g u d o g r i t o , y l a m o n ó t o n a to r ­ t u g a q u e r e c o r r e l a o r i l l a p o r e n t r e las e s p u m a s d e las o las, p i e n s a este h o m b r e e n el E t e r n o . E n m e d i o d e su m i s e r i a r e c o n o c e la b o n d a d d i v i n a ; a g r a d e c e al E t e r n o p o r las m a r c a d a s p r u e b a s d e s u b o n d a d y e s c l a m a : " C u a n d o s e v e n s i t u a c io ­ n e s m u c h o m a s tristes q n e la n u e s t r a , p o r p r o f u n d a q u e sea l a m i s e r i a e n q u e no s e n co n t r e mo s , no h a y o b j e t o q u e n o n o s d é l u g a r á a l a b a r á D io s " . S e p u e d e d e c i r , p u e s , q u e e s t e l i b r o es el li- — 50 — bro de la personalidad humana, asi como cf Principe de Maquiavelo es el libro de la imper­ sonalidad del gobier no. L a leyenda dice que el Centaur o Neso, alimentaba á Aquiles, niño, con médula de león ; esta admir able obr a nutr ir ía el espír itu de los niños que la leen, si la compr en­ dier an, con esencia de liber tad. LIBRO CUARTO LA LIBERTAD EN LA FAMILIA. I LA CASA EN LONDRES Y EN PARIS. Resulta del libr o pr ecedente que el espír itu de per sonalidad es el pr incipio activo de la li­ ber tad, asi como el de imper sonalidad es el del gobier no. Jín efecto, la liber tad n o r ecibe im­ pulso estr año : ella misma se lo da'. En los paí­ ses libres el hombre se gobierna, la familia se go­ bier na, la nación se gobier na, mientr as que en otr as par tes el gobier no gobier na al hombr e, á la familia y á la nación. Siguiendo nuestr o pr o — 52 — g r a m a , p a s a m o s á e s t u d i a r a h o r a e l j u e go d e ó r g a ­ n o s d e l a p e r s o n a l i d a d e n la f a m i l i a : v o l v e r e ­ m o s á encontrar la m i s m a lucha entre la liberb a d y el g o b i e r n o . C u a n d o m e paseo en L ó n d r e s p o r Picadilly, Á "W*est--End y e n P a r i s , p o r los b o u l e v a r d s ó b a r r i o s a c o m o d a d o s el a s p e c t o d e las casas d e u n a y otra ciudad m e llama la atención. E n Lóndres, c i u d a d aristocrática p e r o libre la casa es la familia. E l padre, la m a d r e , los h i j o s ú n i c a m e n t e v i v e n allí. E s ese el b a l u a r t e d e la p e r s o n a l i d a d , el santuario d e la v i d a doméstica, e l a s i l o i n v i o l a b l e d o n d e n i ng ú n ag e n t e d e l a administración p u e d e penetrar sino en v i r t u d d e u n a ley especial del p a r l a m e n t o ó en caso d e flag rante delito. C o s t u m b r e s g r a v e s halláis en esa c a s a ; l a a c o j i d a os hace c o m p r e n d e r q u e el p a d r e d e esa f a m i l i a es u n c i u d a d a n o ; q u e esa m a d r e v e l a p o r l a s a l m a s d e s u s h i j o s ; se c o m p r e n d e m e j o r l a historia d e I n g l a t e r r a y el m a g n í f i c o d e s e n v o l ­ v i m i e n t o d e s u s l i b e r t a d e s p ú b l i c a s ; se vé* q u e c a d a casa es u n a p a r t e d e l p a r l a m e n t o . E n Paris, c i u d a d democrática q u e aspira á l a l i b e r t a d , la clase a c o m o d a d a n o h a b i t a en su casa s e a c o m o d a en u n a c a s a ; tiene su piso. L a casa e s u n a especie d e p o s a d a cuyas paredes de cris t a l p e r m i t e n q u e c a d a u n o se v e a c o n u n e s p í a e n la p u e r t a q u e c u e n t a vuestros pasos, c o n o c e vuestras visitas y vuestros asuntos. D e s d e lue­ g o se apercibe u n o q u e v i v e en otro m u n d o , d o n d e l a v i d a , c o m o l a h a b i t a c i ó n es u n a e s p e - — 53 — c i é d e c a r a v a n e r a y el h a b i t a n t e u n v i a j e r o e n c a m i n o ; é i n v o l u n t a r i a m e n t e r e c o r d a m o s estas melancólicas palabras d e B e n j a m í n Constant: " S o m o s una g eneración transitoria: combati­ m o s para q u e triunfen otros: " •i i / • 11. $¿$fu:M$$:: DOS CAUSAS DE LA RELAJACION DEL ESPÍRITU DE FAMILIA. D o s s o n las c a u s a s p r i n c i p a l e s d e l a r e l a j a c i ó n d e l espíritu de familia en Francia. L a primera es q u e u n ejército c o n s i d e r a b l e v i v e en m e d i o d e n u e s t r a s c i u d a d e s ; y el r d j i m e n m i l i t a r s o l o a d ­ m i t e la familia c o m o un estado excepcional, u n a e s p e c i e d e h o t e l d o l o s i n v á l i d o s . E l h o m b r e sa­ g r a d o , e l s o l d a d o , es u n c é l i b e . L a s e g u n d a es q u e l a i g l e s i a g l o r i f i c a e l c e l i ­ bato. L a unión del h o m b r e y la mujer la consi­ d e r a e l l a u n e s t a d o m u y h u m i l d e : el h o m b r e sa­ g r a d o , e l s a c e r d o t e , es c é l i b e t a m b i é n . N o q u e ­ r e m o s h e r i r c r e e n c i a s ; p e r o n o es m u y estraño q u e u n c é l i b e , q u e n o debe conocer e l m a t r i m o ­ nio, sea q u i e n l o santifique; sea q u i e n d i r i j a á l a m u j e r , c u y o s e x o debe ignorar? El admirable Moliere ha pintado con mano maestra la sociedad del a n t i g u o réjimen. R e c o r ­ r e d esa s o b e r b i i g alería, m i r a d esos c u a d r o s d e bellísimo diseño y delicado color, e x a m i n a d u n o á u n o esos interiores d e familia. V e d ahi á B e l l i n e a c a r i c i a n d o á su v i e j o esposo; espia hasta sus — 54 — — 55 — suspiros; solo piensa on ol testamento y acecha la muerte al pasa Ved ahi tí Harpagon y su hi­ jo: el padre usurero del hijo y esc arnio de sus hijos. Ved ahi otro interior: el gefe de la c asa es un pobre hombre sim ple y crédulo ¿ quien es­ c onden bajo la mesa y su mujer le hace asistir al acto de sii deshonra. Busc ad una familia en ese museo, es decir, un dueño de c asa respetable y respetado, un marido respetado y estimado por su mujer, un padre venerado por sus hijos, una esposa digna, una madre adorada—no la enc on­ trareis allí. Busquemosla en un pueblo libre. otros. Una alfombra de césped entrecortada por arroyuelos y arriba blanquec inas nubes. Muchas c anales y en estas canales botes muy anchos por los c ostados, com o los pintó Bac khuysten y en estos botes mujeres, niños, m arineros con sus ca­ sacas c oloradas c ou grandes botones blanc os, lentamente van y vienen. En el horizonte—los diques c on sus espolones contra los cuales c hoc anselas olas; al rededor el Oceáno, antiguo or­ gullo de este pais, ruje siempre y siempre y sus c óleras impotentes estrellanse contra los diques, c omo en tiempo de los Ruyter y Van Trop, mientras que Ruy ter duerme en su lecho de mar mol en Santa Catalina de Amsterdam y la grandc7& de su pais c on el. Las c iudades son tristes. Amsterdam, la Venec ia de la libertad, parec e rec ordar los tiempoá en que sus banqueros desc ontaban á Guillermo el trono de Jaime II, y sus marinos subiendo as aguas del Tamesis, ' incendiaban la esc uadra in­ glesa en Chatam; Leyde, los tiempos en que los Luzac hac ian c irc ular en Europa la primera hoja polític a, que generalmente solo la leia Luis X I V en Franc ia y se veia en el frente de sus impren­ tas esta insc ripc ión: E S T E ES E L A S I L O D E L PENSAMIENTO. Pero c uando penetráis en uno de los maravi­ llosos museos de ese pais se reanima todo, rena­ c e todo, revive todo; y entonc es saludáis en el arte la eternidad de la vida. Contemplando los admirables lienzos de Rembrandt, de Van der Helst, de Van Ostade, de Teniers, de Gerardo LOS PINTORES HOLANDESES. Comparemos c on otros c uadros los c uadros do Molióre y de su teatro pasemos á la galeria únic a de los poetas de la vida de familia—los pintores holandeses. L a Holanda ¡ay! ya no es mas que un rec uer­ do, pero rec uerdo sublime. Ningún pais me ha impresionado tanto c omo este. ¡Que tranquili­ dad, que silencio, que inmovilidad tan sorpren­ dentes! La leyenda de.la edad media diria que una hada pasando por allí toc ó á esos hombres c on su varita májic a y al partir para Inglaterra su eMatuder Guillermo se durmieron; y para des­ pertar solo esperan su regreso. L a c ampaña es triste. Molinos, poc os árboles, animales ramonean las yerbas unos y duermen — 56 - Dow, de Ruysdaél, d e Paul Potter, d e Wouwermans, se despierta en vosotros esc pasad o tan glorioso de la libertad d e las Provincias Unid as con sus aldeas, sus mercados, sus fumaderos, sus iuteriores, sus templos, -sus buques, sus burgo­ maestres, sus estatudersy sus estados generales, é involuntariamente arrastrad os por la magia del pincel os asomáis á la ventana para ver si paga el capitán W ittscon los oficiales de la guardia cí­ vica de Amsterd am para asistir el banquete dado en conmemoración d e la paz d e Munster, ó si Coppenol atraviesa la calle d and o el brazo Ií Rembraud t. Lo que mas l'ama la atención es el carácter de libertad estampad o en todos esos lienzos; siem­ pre es el mismo carácter, apesar d e las modifica­ ciones de la lengua, d iversid ad d e costumbres y alejamiento d e los tiempos y lugares. Vínad ese cuad ro: es el amor d e la vida intima y d e familia: es Adriano Van Ostad e con su mu­ jer rod ead o d e sus hijos y nietos. Que bien se reconoce en ese gran pintor al gefe de esa familia! Tod os sus hijos están d e pié y con la cabeza d escubierta y solo él tiene el som­ brero puesto, su mano en la mano d e su mujer, sentad a á su lado. ¡Que diferencia entro este in­ terior y el de Orgon! Elmira d esprecia á su ma­ rid o; la esposa d e Van Ostad e le respeta. Damis enseña á su padre; los hijos del pintor parecen esperar sus órdenes. Orgon es sirviente; Van Os­ tade es el amo. Los cuadros de este último tienen esa belleza que encanta el alma. Los cuad ros d e — H - Moliere son mas bonito..; pero se d istingue un gusano, tartufo. Mirad ese pequeño cuad ro d e Gerard o Dow; tiene ese carácter religioso, libre é ilustrado cual conviene al deber y respeto de sí mismo, y noservil y supersticioso como todas las pinturas ita­ lianas, con su cortejo de adoraciones y prosternaciones. No encontráis en él ni altar ni sacerdote: veis una anciana leyend o la Biblia y un anciano escucha; en el rincón está el torno para hilar; el amigo d e la casa, un pájaro, canta en su jaula; arriba de ese mueble viejo veis un Cristo en la cruz. Esas buenas gentes han vivido muchos años . juntas y las ramas de ese viña que trepan la ven tana hacen su felicidad. Mañana, quizá, vendrá la muerte á llamar á su puerta; pero cuand o se vé esa choza, se comprende que para ellos solo será la tard e d e una larga y honorable vid a. ¿Quien no recuerda tod os esos interiores de fa­ milia de Metzu, de Miéris, d e Netscher, de Rem­ braud t, d e Ténirs, cuadros tan simples á la vez que verdaderos? Ah! no veis en ellos la pompa, la magnificencia d e los pintores italianos; ni ese raud al d e colores; no veis la deificación de las su­ persticiones; no veis esa procesión eterna d e már­ tires y muertos: allí veis la vid a d e cad a d ia, la casa que habito, la mujer que amo, el niño que conozco. El d espotismo es de elevad a talla porque veis á un hombre d e pié sobre las espaldas de una na­ ción; la superstición es de elevada talla también porque los fieles la mid en de rodillas. La libertad — 59 — es de talla pequeaa: es yo, es tu, es la casa, es la familia. No la juzgueiz por 1.* talla: nada es mas pequeño que la chispa!.. ; . . Si T,.'¿: iv. L A LIBERTAD • :\\:rCIVIL. En los capítulos preceden tes hemos estudiada oi espíritu de familia, estudiemos ahora otro as­ pecto de la cuestión que también se relacion a con la libertad. En n uestro pais la familia, como el in dividuo, n o se gobiern a, es gobern ada. Si quiere for marse un a creen cia religiosa n o se la recon oceel derecho de examin ar las tradicion es: la Iglesia le envia un sacerdote. Si quiere educar á sus hijos el estado tien e un a Un iversidad. En todo se revela un a mano que le prescribe el camin o que debe seguir, en todo las rien das del gobier­ n o: es decir de un poder n o delegado por ella. Sabemos que estos hábitos se modifican , y costumbres n uevas len tamen te se elaboran : pero se debe con ven ir con n osotros que n o están pre­ paradas aun, y que reina en las ideas un a estrajia con fusión . Se asombran que n o haya in struc­ ción publica en In glaterra, ó que ten gau los Es­ tados-Un idos cien cultos diversos, cien ban cos diversos; pero n o saben que la libertad n o admi­ te la un iformidad; ella es la variedad; tien e tan ­ tos modos de ser cuantos rostros y cerebros hay: la libertad gobern án dose no tolera que se le go­ bierne. Se asombran que en In glaterra y en los Esta­ dos-Un idos, n o exista un min isterio público, n i Juez de in strucción : pero n o saben que estas n a­ cion es libres gozan de libertad civil; y gobern an dose la libertad civil, busca en sí, y n o fuera de ella su prin cipio de acción que < és el Jury. Nos­ otros ten emos Juez de in strucción ; esas n acion es tien en el gran J u r y de acusación . Nosotros te? n emos tribunal civil; ellas J u r y Civil; y solo les hemos tomado el Jury Crimin al. Sin embargo de buen a fé creemos gozar de li­ bertad civil: digamos igualdad civil, y n o confun­ damos cosas tan diferen tes. Efectivamen te he­ mos conquistado esta, y es sin duda un in estimable resul tado de la revolución francesa; pero ten emos que conquistar un a parte de aquella; y está de tal modo vin culada á la libertad política, que n os atrevemos a sen tar estas dos proposicion es; la primera: que la libertad política es in compati­ ble con n uestro código de in strucción crimin al; segun da: que la creación de los tres Juris es una de las mas sólidas garan tías para la educación parlamen taria. ¿ Como podría gobern arse la familia en Fran ­ cia ? por todas partes se habla de igualdad ¿ pe­ ro don de están las doctrin as de libertad? Que derecho se en seña á los jóven es ? El derecho Roman o, la apoteosis de la igualdad civil y del gobiern o absoluto, el pan egírico de la tutelado las familias y ciudades con el Emperador en la cima: sus tribunales á la d e r e c h a su admin istra­ ción á la izquierda, m o d e l o p e r f e c t o d e cen trali­ zación . N a p o l e ó n , sabien do q u e la i g u a l d a d ci­ v i l fué el p u n t o d e p a r t i d a d e l o s e m p e r a d o r e s R o m a n o s p a r a l l e g a r al p o d e r a b s o l u t o , m a n d ó fuera c o p i a d a e n n u e s t r o s c ó d i g o s . L a I n g l a t e r r a j a m á s h a q u e ri d o a c e p t a r el de­ r e c h o R o m a n o ; y si e m p r e ha o d i a d o i g u a l m e n t e a l p a p i s m o y á l a s l e y e s r o m a n a s . Y a d e s d e el r e i n a d o d o Ri c a r d o I I , d e c l a r a b a l a n o b l e z a " q u e n a d i e s e r i a r e g i d o ni j u z g a d o p o r l a l e y " c i v i l . " L o s g r a n d e s j u r i s c o n s u l t o s i n g l e s e s co­ m o F o r t e s c u e e n s u De laudibus legum Anylice, H a l e e n su Tratado de la ley común, a ti r buyen i c erta p a r t e d e las li bertades d e I n g l a t e r r a á esta d e c l a r a c i ó n , y n o s o t r o s c r e e m o s q u e n o se e q ui ­ vocan. • ni :•• P o r q u e se h a d e e n s e ñ a r si e m p r e e s a s t r a d i ­ c i o n e s r o m a n a s d o n d e s o l o se a s p i r a n mi a s m a s c e n t r ail z a d o r a s ? P o r q u e n o se l l a m a l a a t e n ­ i c ó n h a c i a l o s p a i s e s , q u e c o m o l o s E s t a d o s - U ni d c s , g o z a n á l a v e z d e i g u a l d a d y l i b e r t a d ci vi l e s , e s d e c i r , d e las g a r a n t í a s d e l o s J u r i s , y c a r e n ci a d e t o d o p ri vi l e ji o ? LIBRO QUINTO LA LIBERTAD PARLAMENTARIA. I. • EL HEGIMEN' PAIÍLAMENTAIíIO. D e l o s d o s l i b r o s p r e c e d e n t e s se d e d u c e p u e s q u e a l l í d o n d e e l h o m b r e y l a f a mi li a se g o b i e r ­ n a n se g o b i e r n a t a m bi é n l a n a ci ó n . E s t a t e r c e r a c o n s i d e r a c i ó n v a m o s á e s t u di a r l a e n este li b r o . U n a n a c i ó n q u e s o l o es u n c o n j u n t o d e i n di ­ v i d u o s y f a m i l i a s n o p u e d e s e r il b r e , es d e ci r m o v e r s e p o r sí, s i n o d c o n di ci ó n d e q u e e s t o s i n di vi d u o s y estas f a m i l i a s s e m u e v a n p o r si . H é — 0 ahí p o r q u e el régimen parlamentario q u e es el rej i m e n natural d e las naciones libres,solo tiene rai­ ces, tolo existe allí d o n d e t o d o tiene en sí su p r i n ­ cipio d e acción, no existiend o c o n s i g u i e n t e m e n t e allí do n de tod o lo recibe d e afuera. N o es pues, ni p u e d e ser mas q u e un e m b r i ó n , sin raices en el suelo, y en constante contrad icción con t o d o l o q u e le red en, v e g e t a m i s e r a b l e m e n t a cual a r ­ busto p e r di do á lo largo d e la ribera, se d ebilita se enerva, ó muere; mientras q u e en otras partes absorbiend o en rica tierra sus j u g o s n u t r i v o s p r o t e j o el suelo con la sombra d e sus t u p i d a s ra­ mas. E n efecto, el régimen parlamentario n o es mas que una consecuencia d e l régimen general. Un d i p u t ad o e3 un simple mand atario público, en­ cargad o d e votar las leyes y el presupuesto y examinar los act03 d e la ad ministración, es d e ­ cir en una palabra, velar por las libertad es d e la nación; ahora bien, ¿ que relación p o d r á exis­ tir entre esta nación y sus d i p u t a d o s , c u a nd o ella misma no está acostumbrad a á e x a m i n a r la gestión d e los asuntos públicos ni á d e f e n d e r su libertad ind ivid ual? E l régimen parlamentario d e los países libres está p r o f u n d a m e n t e arraigad o e n esas familias que por la tard e se reúnen para leer el d iario d el mismo m o d o que leen la Biblia, c o m e n t a n d o cad a artículo; en tod as esas v o l u n t a d e s q u e re­ conocen el d erecho d e examen y lo consid eran c o m o un d erecho inherente á la naturaleza hu­ mana; en tod as esas casas en fin q u e son el san — turnio d o la liberta d i n d i v i d u a l . A h í el parlam e n t ó es un t e m p l o : el t e m p l o d e la ley. E n esos países libres, en Inglaterra en Suiza, en los Estad os-Unid os, el p a r l a m e n t o gobierna, el g o b i e r n o ad ministra: q u e cierto es q u e la li­ bertad y el g o b i e r n o c o m o los c o m p r e n d e m o s nosotros son d os cosas inconciliables; solo es li­ bre a q u e l l o que se m u e v e p o r s i ! C o m o en Francia el g o b i e r n o ha g o b e r n a d o siempre puesto q u é nunca h a sid o o b l i g a d o á no ultrapasar la órbita d e s ú s atribuciones, t o d o s los ensayos d e r é g i m e n p a r l a m e n t a r i o han fracasad ad o, la F r o n d a , .la R e v o l u c i ó n , 1830 y Í848 T con resultad os mas ó m e n o s felices. ¿Cual será la causa? ! V a m o s á averiguarla. KL PARLAMENTO DE PARIS EN LOS DISTURBIOS DE LA FRONDA. Observand o el ord en cronológico v a m o s á es­ tud iar la Fronda, época que si bien r e m o t a reú­ ne sin e m b a r g o un gran n ú m e r o d e caracteres q u e d istinguen á la nuestra: b a j o la eterna d i­ versid ad d e d ecoraciones, trajes, caretas y esce­ nas oculta la historia la eterna id entid ad d e d e­ seos y pasiones humanos. N o b l e e j e m p l o d aba la Francia intentand o le­ vantarse en 1648 d el estad o d o postración erí q u e la d e j ó Richelieu. Derrocad as las antiguas leyes, abandonadas las provincias á la rapacidad d e los intendentes, enmordazados los parlamentos, de­ capitados ó espatriados los grandes, v e n d i d o s los jueces, pero glorioso en las fronteras el pabellón francés —tal ha sido la jadministracion d e l car­ denal. Después de su muerte lentamente v o l v i ó en sí París; la Francia d i é señales de vida. L a primera n u b e q u e empezó á oscurecer el horizonte fué la n e g a t i v a del parlamento á sancionar el edicto d e tai'ifa que estipulaba una cuota sobre todos los géneros. Como en 1789 la revolución empezaba p o r una cuestión d e hacienda: un edicto d e octrot. ; " T o d o el m u n d o despertó entonces, d i c e el "cardenal d e Retz, en sus admirables memorias. " G o m o á tientas se buscan las leyes: n o se en"Cuentran. Cunde el espanto; pídeulas á gritos; H y en esta agitación las cuestiones q u e surjian d e "sus esplicaciones, de oscuras que eran, y vene­ r a b l e s por su oscuridad, llegaron á ser p r o b l e "máticas, y de ahi odiosasá la mitad del m u n d o . " E l pueblo penetró en el santuario, descorrió el " v e l o y la sala del palacio profanó los misterios." R e c i e n entonces aparecia la libertad parlamen­ taria en Londres, en A m s t e r d a m , e n París. T o d o el N o r t e de la E u r o p a rechazaba los gobiernos absolutos; exigían garantías. E n l a antigua sala des Pas Perdus y en las gradas d e la S anta Capi­ lla se decia con generalidad que la monarquía era sumamente despótica; que el m o m e n t o d e correc­ ción había llegado; se hablaba d e Carlos I d e O l i v e r i o Cromwell, d e Hampden, d e l parlamento; e n el hotel de ville, e n l o s almacenes, asi c o m o en el palacio solo se trataba de los asuntos públicos. Diariamente muchísimos bourgeoia, gentes del pueblo, nobles, t o d o s confundidos, llenaban ios patios y avenidas d é l a g r a n cámara donde fun­ cionaba el parlamento. Tenia lugar en esa sala un espectáculo n u e v o q u e desgraciadamente la nobleza de aquella época consideró c o m o m e r o o b j e t o d e curiosi­ dad; era si nembargo un principio d e libertad parlamentaria. L o s príncipes de la sangre, I03 duques y pares, juntamente con los consejeros de las compañías so­ beranas ocupaban un asiento en las bancas d e l a g r a n cámara: el irresoluto d u q u e d e Orleans, ej d u q u e de Beaufort, el r e y de los mercados, el d u q u e de Bouillon, el Ulises del partido; el p e n sativo Mr. de T u r e n n e , en una palabra todos l o s altos dignatarios de l a nobleza; y en m e d i o d e eUos ( c o m o superior), y a con el parlamento y a con la corte, el príncipe de Condé, gran capitán, p e r o nada mas, quien solo veia en esta asamblea u n a batahola de tocos, s e g n n él m i s m o decia; ju­ r a n d o siempre, siempre c o n la vista encendida y la imprecación en los labios. O c u p a b a el asiento de p r i m e r presidente ol austero é intrépido M a t e o Moló, m a s grande do corazón q u e d e espíritu, con su larga ba?ba blan­ ca que generalmente acariciaba entre ses manos, en t o r n o euyo estaban todos!os consejeros repre­ sentan tes d e ¡aI bourgeoüíe; sus trajes, sencillo? contrastaban con el oro y encajes do los gran­ des; so espíritu serio y ic c to antipatizaba c on el espíritu ligero,y aventurero d e la nobleza; el alma de la Fronda enc arnada en un hombre pe­ queño, d e g o r r o c uadrado, Pablo de Gondi, en» ton ees c oadjutor del arzobispo d e Páris y mas tarde Cardenal :de Ketz; espíritu asombroso y do notable penetrac ión; en aquella époc a analizaba ti mec anismo del régimen parlamentario tan bien c omo podria hac erlo un publi c ista c ontem­ poráneo; fueVelu^ico.h^^ en aquel tiem­ p o se mostró á l a altura do las c irc unstanc ias., ííotabase fuera de la sala una c onmoc ión ge­ nera]: ibafn y venían los hombres: un gran nu­ meró' de. personas c irc ulaba por los hoteles y al­ mac enes. Á q u í en los c uarteles de Paris los bóurgeois, allí gentes andrajosas c on armas del tiempo d é l a liga y lanzas que se usaban c uando la guelra de lós ingleses, gritando: "Libertad y Bro'ussel! " Se veia y a á la bella y melanc ólic a duquesa de Lougueville, que c ruzaba la plaza de Grévo, para entregarse en rehenes iC los regido­ res; y a }a madre de Condé, de rodillas en la sala del palacio, que c onfiaba su petic ión tí los c on­ sejeros; y a Mateo Moíé, que desafiaba á sus aseei-. nos; pieza en c ien c uadros y c ien ac tores; mezc la de amores y c ombates, harengas y perorac iones, juec es, c ardenales, ofic iales y duques que por ki mañana reñían y por la tarde baila­ ba»; p o r un lado sentenciaba el parlamento en el palac io de justicia y por otro distribuía sus d i v i ­ sas h duquesa d e Longueville .*£ los ofic iales del ejérc ito parlamentario: el verdadero título de la pieza: mucha bulla y nada. ¿ Porque pues? ¿ Porque el despotismo de Luis X I V después d é la Fronda, épo c a en que empezaba á liber­ tarse la Inglaterra ? E s porqué lá Inglaterra, firme en sus propósitos y c on notable perspic a­ c ia c omprendió que la libertad parlamentaria es la negación d e la omnipotenc ia gubernamental, es dec ir, del ejérc ito, del presupuesto y d é l o s empleos, instrumentos princ ipales de esa omni­ potenc ia y apesar de las mil peripec ias porque pa­ só bajo los reinados de Carlos I, Carlos I I , J a i m e I I , marc hó siempre direc tamente hac ia su obje­ to aboliendo una parte d J las func iones adminis­ trativas, prohibiendo los ejérc itos permanentes y c onfiando el presupuesto á la Ca'mara de los Comunes. El parlamento quizo suc esivamente llevar á c abo todo3 estos ensayos, pero no se mantuvo firme; c edió á la menor insinuac ión de la c orte y para vindic arse de c ia que la nobleza lo había abandonado; la de Inglaterra, al frente de la nac ión, marc haba c ontra la c orono. ¿ Porque, inc auta nobleza, abdic aste tu i n d e pendenc ia en favor de la c orte en vez de c onsti­ tuirte gefe de la nac ión, imitando el noble ejem­ plo que te daba la d e Inglaterra? ¿ Porque has c edido á las c ontinuas y suc esivas usurpac iones del poder real ? ¿ Porque has dejado arrebatar la libertad á nuestra patria? Valiente en los c ampos de batalla, nuk* en-el terreno de la polí­ tic a, has pasado tu vida, desde Luis X I V ade- lante, g a l a n t e a n d o en las g a l e r í a s - d e Versailles, e n l a s c o r r i d a s d e c a b a l l o s y en los b a i l e s d e S. M . , r e p u t a n d o p o r cosas serias las f r i v o l i d a d e s d é l a v i d a y el c a m b i o d e u n a q u e r i d a real p o r el a c o n t e c i m i e n t o m a s trascendental d e l m u n d o ¡pe­ r o ¿has tenido alguna vez la idea d e f o r m a r una personalidad, estipular garantías en u n a carta, fiscalizar la gestión d e los asuntos públicos? L e v a n t a t u f r e n t e y m i r a á esa n o b l e z a q u e s i e m p r e h a p r o t e j i d o las libertades p ú b l i c a s d e la Inglaterra y la nación agradecida h a luchado e n defensa d e sus prerrogativas; recompensaba, el m é r i t o y estimulaba al t r a b a j o y a sea acój i e n d o e n su seno á todos los h o m b r e s ilustres, y a t o m a n d o por gefes á W i l l i a m Pitt, h i j o de L o r d C h a t a m , ó á Sir R o b e r t o Peel, h i j o d e u n fabri­ cante d e algodón, y a elevando en m e d i o de las t u m b a s y estatuas reales en W e s t m i n s t e r , u n a t u m b a a J a m e s W a t t , y u n a estatua al aotor K e m b l e : h é ahí la l í n e a d e c o n d u c t a q u e debías haberte trazado. N o has sabido d e f e n d e r ni los d e r e c h o s d e l a n a c i ó n ni los t u y o s ; a r b i t r o d e l o s intereses d e todos has c o m p r o m e t i d o todos los intereses; tu m i s m a te h a b i a s h e c h o i n d i g n a , pues, d e p e r m a n e c e r e n 1 7 8 9 , al f r e n t e d e la so­ c i e d a d francesa. rqorjj oídVü I ' o .ir .,..«>..>;.•. J:! í»Í> ' • yw • • i o b j j ohiul • f ;.;{i:íi -:>1 ü U p OUJ • 9 ¿tt\ »: i- 1 ».": rr I • oh'lh'si 'jr.o'itéhoú ín] ••• i • b a l loar! léh III LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE! EN 1789. N u e v o ensayo de régimen parlamentario en 1 7 8 9 . L a bourgeoisie está al f r e n t e d e l a r e v o ­ lución. E l o b j e t o d e e s t e c a p i t u l o es h a c e r v e r q u e l a A s a m b l e a c o n s t i t u y e n t e e x c l u y ó d e su c e n t r o el e l e m e n t o a r i s t o c r á t i c o y n o el c e n t í i l i Z a d o r ; h é ahí p o r q u e c r e e m o s es u n e r r o r s u p o n e r q u e ú ella d e b e m o s las t r a d i c i o n e s d e l i b e r t a d parla­ mentaria. E n efecto, en sesión d e 1 * de Setiembre r e c h a z ó el sistema d e d o s c á m a r a s : esplicase este rechazo p o r el o d i o q u e profesara á la aristo­ c r a c i a , p u e s e s c l a r o q u e la, no. a c e p t a c i ó n d e u n a a l t a ; c á m a r a i m p o r t a b a u n g o l p e á la n o b l e z a . Si b i e n en este c o n c e p t o era e x c e l e n t e la m e d i ­ da adoptada, era sinembargo contraria á la liber­ tad parlamentaria, puesto que nos demuestra l a h i s t o r i v .cpppio u n h e c h o p e r m a n e n t e q u e t o d a C á m a r a c u y o p o d e r n o es e q u i l i b r a d o y l i m i t a d o p o r otransurpa, fácilmente una .autoridad abso­ luta, lo que efectivamente sucedió. S e cómprenjderá ahora que g o b e r n a n d o y ad­ ministrando conjuntamente la A s a m b l e a consti t u y e n t e arrebató la corona á L u i s X V I , para ce i i i r l a s o b r e s u fr.eutej. . .„ . E s p u e s e v i d e n t e q u e c u a n d o u n a n a c i ó n se m u e v e p o r sí, s u p a r l a m e n t o g o b i e r n a , ; e s . d e c i r , d i c t a l a s l e y e s y s a n c i o n a el p r e s u p u e s t o y e n c a s o d e conflicto decide él; p e r o solo el g o b i e r n o d e b e administrar, es decir, n a c e r prácticos los decre­ tos d e l parlamento, d i v i d i e n d o el presupuesto e n t r e Iba ministros y h a c e r ejecutar las leyes. l i é ahí el rol del g o b i e r n o en los países li­ bres. E l p a r l a m e n t o v e r i f i c a la l e g i t i m i d a d d e esta gestión; p o r t a n t o el d í a q u e administrara.seria j u e z en su p r o p i a causa: es esc el p o d e r a b ­ soluto. • E s t o es precisamente l o que ha h e c h o la A s a m ­ blea Constituyente. N o n e g a m o s q u e h a y a ¿ i d o necesaria, esta a u t o r i d a d ; queremos, darle s u v e r ­ d a d e r o n o m b r e para n o c o n f u n d i r el p o d e r d e l p a r l a m e n t o con la l i b e r t a d del parlamento. iv 1815 y 1830. S i g ú e s e de l o q u e p r e c e d e q u e es i n c o m p a t i ­ b l e la libertad p a r l a m e n t a r i a y la centralización. E n efecto, c u a n d o en 1815, fué derrocada l a centralización imperial a p a r e c e p o r p r i m e r a v e z en nuestra historia esa libertad. E n t r e l a r e v olucion d e 1789, y l á d e 1 8 1 5 , h a y esta diferenciarla p r i m e r a rechazó la aristo­ cracia v i g o r o s a m e n t e y la s e g u n d a la> centrali­ zación p e r o con m u c h a m e n o s energía, estando c o n s i g u i e n t e m e n t e m a s arraigada en nuestro p a í s l a i g u a l d a d civil q u e la libertad p a r l a m e n ­ taria. E n efecto, si se e s t u d i a n los hechos d e cerca y sin paceialídad se v e n í q u e si • bien : l i m i t a d o el poder d e l g o b i e r n o en 1815, y 1830; n o f u é é'ine m b a r g ó o b l i g a d o á circunscribirse al rol de administración superior, y tí haberlo sido, Garlos X n o hubiera desafiado á la m n y o r i a del<a Cá­ mara d e diputados, ni L u i s F e l i p e la o p i n i ó n pública. / p " N o se trata d e hr.cer leer, d i c e Motites" quieu, sino d e hacer pensar. " ¡ \ W • . •: v . . ' i ¡ *n¡ í/; ' * "J yyb$h':-¡s¿&!Htq -ig3L: oi&lifi «9 tai día* ¿&&sa&> T e r m i n a r e m o s este l i b r o con las reflexiones siguientes sobre la ley. L a l e y en los pauses parlamentarios es el l í ­ m i t e de la libertad, pues nada p u e d e ser ilimita­ d o aqui d o n d e t o d o es finito; en los paises d o g o ­ bierno, c o m o la Francia, este limite n o es la ley; es la a u t o r i d a d ¡ Cuantas y cuan tristes reflexio­ nes sujiere este h e c h o ! E n efecto, u n a nación nunca tiene mas g o b i e r ­ n o que el q u e ella merece tener: si respeta sus leye¡?, el g o b i e r n o administra y el parlamento gobierna; pero si n o las respeta, autoriza á q u e presida la fuerza sus destinos. D e d ú c e s e de ahí, q u e en los paises én q u e el g o b i e r n o es t o d o u n a cámara de d i p u t a d o s es considerada c o m o un teatro d o n d e se r e p r e s e n t a una pieza: en los paises libres es el recinto d e la ley. — 73 — f'j En un parlamento libre quien domína la escona es la l e y , n o el o r a d o r : na da es mAa - f e é p H a d o que la manifestación d e l a opinión ; individua l, mes la m e j o r garantía de la mejor confección d e a s leyea o s el exámen de los diversos procederes. Aluoha s v e c e s hemos oído en la cáma ra délos Comunes, la rgos y fa stidiosos discursos, p e r o sin e m b ar g o na die ha os a do interrumpirlos. Siguen la ley desde su orijen, por decirlo a sí, qué es el informe, no hecho, c o m o entre noso­ tros, en los ga binetes ministeria les sino en la cáma ra , a nte una comisión. E s puesta á discu­ sión en la s cáma ra s, y después d e tre3lectura s sucesiva s, si es aceptada y merece la a proba ción d e la otra c á m a r a no la deja n a l ca pricho d e un ministro, v e r d a d e r o niño p e r d i d o d e nuestra s ciuda des y ca mpa ña , v e r da d e r o mártir d e un prefecto, a lca lde ó gua rda bosque. A q u í es q u e brilla con todo su esplendor el espíritu práctico d e los ingleses y a merica nos. Siguen la l e y en toda s la s tra nsa cciones y a pli­ ca ciones de la vida , la defienden, n o la pierden d e vista : no a dministra n, porque sa ben q u e la misión del pa rla mento no es a dministr a r, p e r o vijila n la a dministra ción porque sa ben que es ese su deber; la cáma ra de los Comunes empieza sus sesiones inspecciona ndo la gestión d e los a suntos públicos y p a r a a cla ra r a lgún p u n t o interpela á los ministros. , C u an d o es l a ley quien domina la escena pa r­ la menta ria t o d o es simple y sencillo. La sa la forma un cua drilátero; ca da uno ha bla desde su { a siento, sin reticencias, sin va cieda des; el pa rtido d e la oposición está senta do frente á frente del ministeria l. N a d a es ficticio, na da fingido, na da tea tra l. ••: Ta les son la s ca usa s q u e ha n i m p e d i d o la con­ solida ción del régimen pa rla menta rio entre nos­ otros*' ' Otras ca usa s secunda ría s ha n imposibilita do el esta blecimiento de la liberta d pa rla menta ria . E l e j i m o s la oposición pa ra estudia rla en el si guíente libro. * i no ..•'iíruuolo ura ooa «oír uo *bi tr&o* *»• » '{ h¡> OUíW ' la no B S í B O O y, j ooioan ao o r m i d o g lo parioi > -->in> oíuatioq39í> »¿i # f/noi na t c q u i g a 'iobo'í oí'Mfil J¡II oí fiioiici 1 ob nofawift A ? » b tíflViv BBsnoul Pfil ¿>-.bot O V i l n o o ob j uno ia > í.M .;OU; tOt|tt »Ítetf8 1«J ; ob&yoli s,A ndidfaoqo ¡mduJteq ni »aoioasiíinJ .o)a 9a tsíT^q , | -: .w i • [ >»t).-'>,;:i no -i.'.-.»•Siir^f--. — 15. — — í •!JTfí.— fo 8$knf>9ÍCMtV • ib 1' ©ííl'fil O ):! •*íl O DJ iifítrry/iijíiJBif LIBRO SEXTO LA O PO SICIO N. I ¿ Q U E ES LA O PO SICIO N? Averigüemos primero que es la oposición y en seguida cuales son sus elementos en la nación, y cuales en el seno del parlamento. El despotismo que ejerce el gobierno en Francia le ha hecho poder agrupar en torno suyo todas las fuerzas vivas de la nación, de tal suerte que, merced á este sistema de cen­ tralización, la palabra oposición ha llegado á significar en nuestro pais, revolución, es decir derrocacion del gobierno. (JT En los países libres, es el parlamento quien ejerce esta atracción concentrando en torno suyo todas las fuerzas de la nacicn, de manera que la palabra oposición solo quiere decir que una minoria tiende á vencer á' una mayoría. Hay igualdad de derechos entre esa minoría y la mayoría: luego, desde el momento que esta tuviera el poder de quitarlos á aquella desapare­ ce esa igualdal; y las instituciones liberales pre­ viendo la posibilidad del abuso, el; din que qui­ siera salir el parlamento de las vías legales-^-no tiene mas apoyo que una administración, mientras que entre nosotros, aun bajo la restauración y el gobierno de Julio, se apoyaba en una fuerte cen­ tralización. Sigúese de ahi que en los mas belk s días de nuestras libertades la mayoría ha tenido subyu­ gada ála minoría; por manera que cuando esta ha apelado legalmente á la nación para sacudir el yugo ha sucedido que esta, acostumbrada á considerar al gobierno como causa única del bien y del mal, le derrocó. Solo hay un remedio contra esle mal: la educacion política. II -II U til» •: ' l'« V : t • »l • : Tí : . 'ti i . l OJ.I.U OÍHJM ELEMENTO S DE UNA O PO SICIO N. En los países centralizados Ta oposición ha si­ do pues considerada,' con razón ó sin ella,-como una revolución futura* en los países libres repre­ senta a. aquellos servidores de que habla Swíft, que armados de una vejiga daban con ella en la — 77 — boca o en las pregas de los interlocutores, para.teíierlos en guár^ia^ fI, . > , ¡r -vioyí a l 2 Hé ahí1 porque íá revolución representa en los primeros paiáes elementos revolucionarios, ele­ mentos de reforma érí tos segundos. Si algún dia consiguiésemos (¡Dios lo quiera!) descentralizar completamente nuestras instituciones, es decir, dar a cada uuo la libre iniciativa de su voluntad» , veríamos intervertirse el rol del gobierno y eí del parlamento formándose naturalmente una oposición en torno de este último que se^ia el es­ tímulo de la mayoría. En efecto, existe entre nosotros un gran nú­ mero de ciudadanos pobres, pero instruidos, mé­ dicos, abogados, profesores, artistas, ingenieros, literatos, con intereses y opiniones distintos de los de los comerciantes, industriales, cultivadores, rentistas, propietarios: en esta verdadera demo­ cracia de capacidades su puesto no es inferior si­ no igual al de las clases conservadoras: hé allí la verdadera oposición, que forma la base de la co­ lumna de las clases populares bajo un gobierno parlamentario. Los censos electorales han excluido esta opo­ sición bajóla Restauración y el gobierno de Ju­ lio de los asuntos públicos. Rechazada en la mu­ chedumbre, enseñóle á despreciar las institucio­ nes parlamentarias; si por el contrario hubiera formado parte del cuerpo electoral habriale en­ señado á respetarlas, y entonces no seria, como lo es, un aborto el sufrajio universal. Se vé |)ues que ha sido absurdo imitar á la In- ;laterra en este punto. Se comprende^ que en nglaterra, pais de aristocracia y de cómércib, ftodos los derechos políticos estén sujetos á censos pues no eliminan los elementos conservadores y progresistas, necesarios ambos á la marcha de un gobierno libre, mientras que en Francia ¿ais de democracia de letras y bellas artes, á la yez que de comercio é industria, eliminan los elemen tosprogresistas.. .'.::'jty^ LA OPOSICION PARLAMENTARIA. ¿ Que ha resultado de ahí ? que no habien­ do ocupado nunca la oposición su puesto le­ gal en la nación, la oposición parlamentaria jámas ha representado la oposición nacional. t ? . y ¿ que puede ser una oposición parlamen­ taria que no representa la oposición nacional ? Nada. Si ella es nada ¿ que puede ser el par­ lamento ? muy humilde servidor del gobierno, resultando de ahí que toda vez que la política del gobierno no esté en armonía con la opinión, la revolución se hace necesaria. Dedúcese de ahí que la oposición parlamenta­ ria, bajo la Restauración y el gobierno de Julio no ha ejercido la menor influencia sobre las clases populares qne son el núcleo de la nación en un estado democrático. La educación de los paisanos ha sido aban­ donada á manos de pobres curas ó alcaldes que no donoeén ni las primeras nociones del réjimen toárlatnen t a r j o : y. lá, tle l o s o b r e r o s a l a s s o c i e ­ d a d e s secretas. S i n e m b a r g o s o l o u n a o p o s i c i ó n l e g a l p o d r í a d e s t r u i r la a e c i o a d e la r u t i n a y s o c i e d a d e s secretas, . . i l u s t r a n d o ¡í l a nación, cóipbfttrendo, Hablando, t r a b a j a n d o á la luz del d / a ; y aun c u a n d o tuviera en vista a l g u u o b j e t o o c u l t o b a j o las c u e s t i o n e s q u e v e n t i l a , este, o b ­ j e t ó n o es p u n i b l e : es v e n c e r a l a m a y o r í a y o l M i n i s t e r i o q u e se o p o n e n á la m a n i f e s t a c i ó n d e l o que ella cree verdad. A l g u n o s dirán talvez q u e ha faltado t i e m p o y h a b i l i d a d " p a r a l l e v a r :í c a b o e s t a o b r a . E n t r e i n ­ ta y , t r e s a ñ o s , n o p u e d e t e n e r s e u n r é j i m e n p a r l a m e n t a r i o p e r f e c t o . Él. e d i f i c i o a c a b a r a al­ g ú n , d í a ; e n el p ó r t i c o se e l e v a n y a e s t a t u a s á l o s g r a n d e s h o m b r e s y periodistas celebres: Lafayette, , ^ a r n a v e , S i é y c s , B e n j a m í n C o n s t a u t , R o y e r Coílard, Mine, d e Stael, C a s i m i r o P e r i e r y arriba d e ellos, d o m i n a n d o e l f r e n t e e l J ú p i t e r O l í m p i c o de nuestros parlamentos: Mirabeau.No p o d r í a m o s c o n c l u i r m e j o r estos d o s l i b r o s q u e d e d i c a n d o el capítulo, siguiente á este ilustre c i u d a d a n o , p u e s c r e e m o s q u e la n a c i ó n q u e t i e n e a n t e p a s a ­ d o s tales, d e b e esperar t o d o d e l p o r v e n i r , o i í l í í. db (Mi-foido,: 19 •{__.•(-'' iagbíuí,:! ob l til < >>• \ , - • Jioa otsp' w'¡ ' •. . I qoq «» MIRABBAU. f. í" •' rr t-r ?r»í [ í'OIOí'J'jbü C i l %l S á b a d o 2 d e A b r i l d o 1 7 9 1 , á l a s o e h o y r m e d i a r l e la mañana, espiraba Mirabeau,. c o n t a n ­ d o solo cuarenta y dos años de edad. Rodea- I j a n sti l e c h o C a b a n i s , s u m é d i c o , y s u s n m i g b * í n t i m o s , el C o n d e d e l a M n r c k , , F r o c h o t , T a l l e y rand. A l r e d e d o r d e la casa u n a m u c h e d u m b r e inmensa obstruía las calles adyacentes, silenciosa, m u d a , c o m o si c o n t a r a l o s ú l t i m o s m o m e n t o ? d e la v i d a d e este h o m b r e . S u s facciones contraida?, el rostro i n m u t a d o por el d o l o r , l a s l á g r i m a s e n l o s o j o s , a p r e t h b á c o n v u l s i v a m e n t e la m a u o d e C a b a n i s , y l e d e c i a e n m p o é t i c o l e n g u a j e si e r a p o s i b l e d e j a r m o * rir á un a m i g o con tantos s u f r i m i e n t o s ; y c o m o c a l m a r a n los d o l o r e s : " S o s t e n esta eabeza, " d e c í a á su s i r v i e n t e , " q u e e s la m a s f u e r t e d e la F r a n c i a . " C u a n d o v o l v í a e n sí p r e g u n t a b a p o r l a A s a m b l e a , l a C o i to, l o s p r o y e c t o s d e Pitt, d e Barnave, de Lameth. Lleno d o tristez» d e c í a : " H a c a í d o la m o n a r q u í a ; l o s f a c c i o s o » s e r e p a r t i ­ rán los d e s p o j o s . " S u ú l t i m a p a l a b r a e s c r i t a f u é dormir, última p a l a b r a d e l l i b r o d e l a t*ida y e s p i r ó . l i a r a Vez, h a m u e r t o u n h o m b r e c o n t a n t a o p o r t u n i d a d , e n t o d o e l e s p l e n d o r d e la g l o r i a ; también p o c a s v e c e s h a n a p a r e c i d o hombrea t a n e s t r a o r d i n a r i o s c o m o él : d o t a d o d e u n a s u ­ perabundancia d e vida d e talento, de facultades l a s o s t e n t a b a en o l a s d e e l o c u e n c i a ; s u d o m i n i o e r a t a l q u e nos a t r e v e r í a m o s á d e c i r q u e t o d o s e r e a s u m í a e n é l ; s u a l m a e r a s u p e r i o r á l o s s u­ ces os d e la vida»; a c o m p a ñ a b a á es to un d e s e o i n m o d e r a d o che l o s g o c e s q u e d á la fortuna, m u ­ j e r e s , n ú m e r o s 1 se r v i d u m b r e , p a l a c i o s untuos araente alfoagado - pero- s u a m o r á la celebridad» i — 81 - — 80 — á la popularidad, á que se ocuparán de él le ha­ cia ocultar estas pasiones en los repliegues de su orgullo inmenso. Su persona, como todos saben, era f ea: una espesa cabellera, mejillas caidas. ( señaladas por la viruela), cuello de toro constitución artética; pero á esta f ealdad embellecía una f rente llena de intelijencia, párpado elevado, mirada de f ue­ go, ademan altanero, un no sé qué que cautiva y llama la atención, inf unde respeto á la multi­ tud y parece decir: el es l El hombre en su vida privada era una mezcla de contrastes: orgulloso por demás, y pedia cincuenta luises al Conde de la Marck, á quien apenas conocía cuando se abrieron los estados generales; mas aun, algunos meses después le aceptaba cien luises mensuales ; ponía en la mis­ ma línea los asuntos públicos y los placeres cu­ y a satisf acción su ardiente naturaleza hiciera ne­ cesaria ; tribuno popular, y engreído con su nacimiento repetía que CoJigny era su primo; su pobreza, su fámulo único y su reducida alcoba le avergonzaban; saltaba de gozo delante del Conde de la Marck, cuando supo que Luis X V I pagaba sus 208,000 francos de deudas, y le asigna­ ba una pensión de 6,000 f rancos mensuales. Mirabeau, unia á su brillante elocuencia un excelente buen sentido práctico auxiliado por uu conocimiento prof undo de, lqs hombres y las co­ sas. Barnave, def ine perf ectamente su talento oratorio ; " Mirabeau;", dice en , una,upártele sus interesantes m e j n o r j a e ^ ! fuéoel Stóijfcsp«we d e la e l o c u e n c i a " E n e f e c t o su estilo t e n i a al^ d é br usco, salvaje, s u m a m e n t e espr esivo. R e p o tía, s u s p e n d í a sus fr ases d á n d o l e s g ir o s i n e s p e r ados, salidas impr evistas , M m e - S t a é l , q u e l e o y ó h a b l a r , d i c e en sus con sideraciones sobre la revolución "Nada ina; , i m p r e s i v o q u e su v o z . " L a e m i s i ó n d e las p a l a b r a s s u m a m e n t e a c e n t u a d a , m u y llena, m u y in­ tensa, e n f á t i c a á n o h a b e r e s t a d o e n él el g e n i o ; su p r i n c i p i o e r a l e n t o , m a j e s t u o s o , p e r o m u y r á­ pido, m u y animado, sobr e todo m u y desigual, " l l e n o d e c o n t r a s t e s d e s d o el m o m e n t o en q u e l e d o m i n a b a l a p a s i ó n ; su g e s t o a tr e v i d o , f r e ­ c u e n t e : o r q u e s t a n d o la p a l a b r a . T r a z a b a el p l a n d e sus d i s c ur s o s , c o m o l o s or a d or e s antiguos fiando á la i m p r o v i s a c i ó n d a r ­ les c o l o r i d o . S u s r éplicas er an br e v e s s i e m p r e a d a p t a d a s al c a r á c t e r v i v o d e u n a u d i t or i o f r a n ­ cés. E s t e m i s m o h o m b r e , q u e se e s p r e s a b a c o n tan g r a n e l o c u e n c i a e s cr i b í a c o n s u m a d i f i c u l ­ tad ; nada d i g n o d e mención ha dejado, des­ p u é s d e c i t a d o s s u s i n m o r t a l e s discur sos. M ir a b e a u , r e p r e s e n t ó l o q u e f a l t ó á l a r e v o l u ­ c i ó n , la l i b e r t a d ! h e a h í su glor ia» SEGUNDA PARTE LIBRO SEPTIMO INEXPERIENCIA DE LA LIBERTAD EN 1789. PROLOGO. Cuando un viajero ha atravesado una llanura, llegado á la cima de la montaña se detiene para abrazai de una mirada los accidentes del paisa­ je. Detengámonos un momento aqui y dirijamos nuestra vista hacia el camino recorrido ya.. . Acabamos de demostrar que siendo la libertad la espresion de la personalidad, el hombre, la familia y la nación deberán gobernarse á si mis­ mos; hemos visto que en nuestro democrático, pais el gobierno, por el contrario, gobierna a \ — 84 — — h o m b r e , á l a f a m i l i a y á l a n a c i ó n , l o q u é prue­ b a q u e n o h e m o s s a b i d o s e r persona. E n efecto, e l g o b i e r n o s o l o g o b i e r n a á a q u e l l o s q u e n o sa­ ben gobernarse. E s t a p r o p o s i c i ó n v a m o s á e s t u d i a r l a en esta, parte. -f: 't:-:ki¥-™:-% *MS0M PS'SS|I#' CAUSAS DE ESTA INEXPERIENCIA. . L a c a u s a q u e n o s h a h e c h o tan p o c o p r á c t i c o s p a r a el e j e r c i c i o d e l a l i b e r t a d e s q u e en t o d o caso q u e r e m o s ser g o b e r n a d o s . E n F r a n c i a casi t o d o s los p a r t i d o s p o l í t i c o s , s o b r e t o d o el d e m o c r á t i c o , i n v o c a n l a c e n t r a l i ­ z a c i ó n . C o m o l a R e v o l u c i ó n , h a a d o r a d o al g o ­ b i e r n o ; e s t a f r a s e c o n s a g r a d a , organización de la democracia i c v c l a q u e el g o b i e r n o está e n t o d o s sus p e n s a m i e n t o s y a c t o s , e s t e r i l i z a n d o p o r t a n t o , sin s a b e r l o q u i z á , t o d o s l o s e n s a y o s d e l i b e r t a d . E n e f e c t o , si q u e r é i s o r g a n i z a r l a d e ­ m o c r a c i a necesitáis e m p l e a r el me'todo g u b e r n a ­ m e n t a l , l u e g o o r g a n i z á i s u n a d e m o c r a c i a , s i n li­ bertad. Si q u e r é i s u n a d e m o c r a c i a libre, d e j a d al d e m o c r á t a d u e ñ o d e s í ; d e j a d l o g o b e r n a r s e , no lo gobernéis. L a r e v o l u c i ó n f r a n c e s a r e p i ' e s e n t a el t r i u n í d e l a d e m o c r a c i a al m i s m o t i e m p o q u e el d e l a centralización. Mientras que respecto á aquella l a s t e n d e n c i a s d e l 8 9 s o n claras, p r e c i s a s d e f i n i ­ d a s , s o n v a g a s , o s c u r a s , i n d e f i n i d a s , al t r a t a r s e d e l a l i b e r t a d ; e n t o n c e s es u n a m e z c l a d e i m p r e 85 — siones y n o d e opiniones, d e aspiraciones y n o d e hechos, d e ideal y n o d e ideas. A r t u r o Y o u n g , c o m o B u vice, buscó" e n la r e v o ­ l u c i ó n l o q u e n o h a b i a ; p o r e s o e s c r i b í a en 1 7 8 9 c o n m u c h a r a z ó n : " E n las n í a s i n t e r e s a n t e s d i s " cusiónos noto una ignorancia general acerca " de los principios de gobierno; por una parte i n v o c a n los q u i m é r i c o s derechos d e la natura " l e z a y por otra muestran una irresolución eoin, " pleta para t o m a r las m e d i d a s necesarias para " a s e g u r a r al p u e b l o u n p o r v e n i r m e n o s s o m '•• b r í o . L o s nobles con que converso mani' • fiestan u n a t e r q u e d a d d e s a g r a d a b l e p o r c o n " s e r v a r s u s a n t i g u o s d e r e c h o s ; se n i e g a n á o i r t o d o a q u e l l o q u e p u e d i i m p o r t a r u n a c o n c e s i ó n al espíritu d e libertad; la única q u e están dispues" t o s á h a c e r es p a g a r i g u a l m e n t e el i m p u e s t o . " E«' o t r a p a r t e a g r e g a : S o n t a n p o c a s l a s p e r s o " ñ a s q u e t e n g a n i d e a s e x a c t a s r e s p e c t o á la l i b e r " t a d q u e n o sé q u e c l a s e d e l i b e r t a d p o d r a resul" tar d e la c o n v o c a c i ó n d e I03 e s t a d o s g e n e r a l e s . " L l r e s u l t a d o i n m e d i a t o d e la c o n v o c a c i ó n d e l o s e s t a d o s g e n e r a l e s d e b i a s e r la d e m o c r a c i a ; n o la l i b e r t a d . S i se t r a t a d e d e r r o c a r las i n s ­ t i t u c i o n e s a r i s t o c r á t i c a s , r e c o r r e d t o d o , el P a lais R o y a] , l o s d i s t r i t o s , l o s f o l l e t o s d e a q u e ­ l l a é p o c a , las b a n c a s d e la A s a m b l e a , las ideas son determinadas, los golpes seguros; si se t r a t a d e l e j e r c i c i o d e l a p e r s o n a l i d a d ó l a l i b e r t a d , la i d e a es v a g a t i e m b l a l a m a n o ; e l ú l t i m o d e e&tos d o s p u n t o s h a s i d o m u y p o c o estudiado. Procuremos ilustrada. — 87 — III EL PALAIS-R0Y1L. Estamos en A b r i l d e 1789. L a órden del R e y c o n v o c a n d o á los electores d e P a r í s p a r a el 2 1 , h i z o c a m b i a r el a s p e c t o d o esta gra n ciuda d; desperta ba d e u n la ta r g o d e d o s siglos y s u f r í a l a i n q u i e t u d q u e c s p e r i m e n t a n los pueblos recien na cidos á la v i d a pública . S e pa ra ba n e n l a s c a l l e s , f o r ma ba n g r u p o s , d i s c u ­ tía n, pedía n noticia s, a ncla ba n sa ber t o d o y a ve­ rigua r todo. É l c e n t r o d e e s ta a g i ta c i ó n e r a entonces el ; j a r d í n y l o s ca f é e s d e l P a l a i s - R o y a l , y e n p a r t i ­ cula r el ca fé F o y , q u e a un existe en la ga l e r ía M o n t p e n s i e r . P o r la t a r d e se r e u n ía n a l K u n g ra n n ú m e r o d e p e r s o n a s , a b o g a d o s , n o ta r i o s , h o m b r e s d e letra s, a r t i s t a s , n e g o c i a n t e s U n o s s e p a s e a b a n p o r l a s g a l e r í a s ó la s a l a m e d a s ; o t r o s e n t r a b a n á l o s c a f é e s ya m u y f r e c u e n ta d o s e n a q u e l l a é p o c a . E n c u a n t o se s a b i a a l g u n a n o t i ­ c i a i m p o r t a n t e r o d e a b a n á a l g ú n o ra d o r pa ra o i r l e . E l c a r á c t e r g e n e r a l d e la s d i s c u s i o n e s e r a m u y a n i m a d o : este d i s c u t i a e n a l ta v o z l a s b a ­ s e s d e la c o n s t i t u c i ó n f u t u ra q u e i ba n á o c u p a r l a a t e n c i ó n d e l o s e s t a d o s g e n e ra l e s ; a q u e l se d e c l a r a b a c o n t r a l o s m i n i s t r o s , la n o b l e z a y el c l e r o ; u n t e r c e r o p r e s e n t a b a p la n e s d e a d m i n i s ­ tra ción pública . L a c u e s t i ó n á la ó r d e n d e l d í a e n eso3 g r u p o s e r a la d e l i b e r a c a í n - p o r c a b e z a y d o b l a r el e s t a d o l l a n o , es d e c i r i g u a l a r e l n ú m e r o d e l o s d i p u ta ­ dos del p u e b l o a l d e los d i p u t ad o s reunidos d e l clero y la nobleza . S e o c u p a b a n d e los c a n d i d a ­ tos p a r a la s elecciones del 21 y d e un folleto a n ó n i m o a p a r e c i d o e M O d e E n e r o del cua l se ha ­ bía n v e n d i d o t r e i n t a mil e j e m p l a r e s en m u y p o c o t i e m p o , s u t í t u l o e ra " ¿ Que es el estado llano?" L o a tribuía n a un a ba te Sieyés n o conocido en­ t o n c e s . S e h a l l a b a e n v e n t a e n l a s l i b r e r ía s d e l Pa la is-Roya l; era m u y busca do, m u y leido, y m u y c o m e n t a d o - y - t a n t o p o r la p r o f u n d i da d d e s u s m i r a s d e m o c r á t i c a s , c u a n t o p o r la v i v e za d e la fra se, e r a d i g n o d e esta a t e n c i ó n . S i t o d a s esta s i n d i v i d u a l i d a d e s h u b i e r a n s a b i ­ d o goberna rse segura mente n o ha bría n ma lga s­ t a d o su t i e m p o c o m o a q u e l l o s A t e n i e n s e s . " Y ? É H a m u e r t o F i l i p o ? " ¿ Q u é n o v e da d e s ha y ? ¿ C o n o c é i s l a c o n s t i t u c i ó n i n g l e s a ? ¿ H a b é i s leí­ d o el f o l l e t o d e M r . S i é y e s ? ¿ C u a n d o se a b r e n los e s ta d o s g e n e r a l e s el 5 ó el 6 ? N o ; h a b r í a n i m p r e s o u n a dirección á los sucesos en v e z d e e s p e r a r l o s t r a n q u i l a m e n t e ; n o h a b r í a n a b a n d o n a d o á su p r o p i o i n p u l s o u n a a g i ta c i ó n ( p i e d e j a d a á sí m i s m a n o t ra e r ía ma s q u e e l e ­ m e n t o s n e g a t i v o s . E f e c t i va m e n t e s u c e d i ó e s t e ; va m o s á c i t a r s o l o d o s h e c h o s q u e p o d r a n da r u na i d e a d o l a i m p o t e n c ia d e la p e r s o n a l i d a d , l i é a q u í u n a e s c e n a en el P a l a i s - R o y a l . D i s c u t í a s e e n V e r s a i l l e s el v e t o . P r o f u n da e m o c i ó n se n o t a e n Pa rís. P e n e t r a n p r e c i p i t a d a ­ m e n t e e n el P a l a i : - R o y a l ; l l e u i m s e los ca fées; e n g r o s a n l o s g r u p o s ; l o s á n i m o s se e n t u s i a s m a n y — 88 — gritan: / b a j o el veto! ? Se irá á Versailles? ¿ S « tomarán h u armas ? ¿ Qué se hará ? Entonces un ciudadano ¿levando su v o z pronunció estas pa­ labras: < ; T o i o s los arbitrios propuestos, S eñores, " me parécaa irrazonables ó violentos. Quieren " ir á V e r s a i l l e s — ¿ c o n que o b j e t o ? Para ame" drentar ó perturbar las deliberaciones d é l a " A s a m b l e a nacional? ¿ P e r o no comprendáis " que si las opiniones uo fueran libros lo de" cretado no seria ley ? N o és en el Palais R o " val d o n d e legalmente podréis emitir vuestra' " opinión respecto al v e t o y averiguar si vuestros " diputados han sido fieles á sus mandatos: es en " los distritos." /..._. . En efecto si el sélf govcniment les hubiera si­ d o familiar no habrían a c u d i d o al Palais-Rpyal sino á los distritos, única salida legal de esta agitación, pues asi c o m o la discusión ilustra lo* liechos, la m u c h e d u m b r e y las reuniones im­ posibilitan toda discusión. IV LOS DIS TRITOS D E P A R I 3 l i ó aquí otra prueba que nos dan los distri­ tos de Paris. L a - r e a l orden de 28 de Marzo de 1789, como l o d o s saben, dividia á Paris en sesenta sec­ ciones para proceder el 21 de A b r i l á la elección de trescientos electores y estos á su vez á la de veinte diputados por el estado llano para los es­ tados generales. — Esta clasificación por disfritos era, p o r mía feliz casualidad, la clasificación de lo mas selecto de la nación, eceptuada la nobleza y el clero, tanto en capacidad c o m o en fortuna. ; ; L a s condiciones requeridas para formar parte de los distritos lo hucian así; era necesario pre­ sentar un título de oficio, grados en alguna fa­ cultad ó abonar un finiquito d e capitación pol­ lo menos de seis libras. El mérito tenia, pues, un lugar al lado de la fortuna; en eí arrabal d e S an A n t o n i o , el p o b r e a b o g a d o codeaba al rico negociante, el artesano que pagara sus seis li­ bras de capitación codeaba al rico fabricante. S e sigue d e a h i que i a d a uno d e los sesenta distri­ tos contó de cuatrocientos á cuatrocientos y •cincuenta miembros, ó sea cerca d e veinte y cinco mil electores en Paris. ¿ Qúien no se detendrá un m o m e n t o ante el sublime espectáculo de sesenta legiones cívicas cuyos destinos se preparaban á ser tan gloriosos ? Pero esta unión solo era aparente. L a verdade­ ra unión es la de los espíritus lentamente elabo­ rada por el ejercicio de la libertad. Esta educa­ ción práctica nula en u:: pais en que la persona­ lidad nunca ha sido emancipada, era tan desco­ nocida para los miembros de los distritos que no tardó c i entronizarse la anarquía mas com­ pleta entre ellos. S e lee en el número 5 del diario Las Revolu­ ciónesele Paris fecha J u e v e s 13 de A g o s t o : '"La " desinteligeucia que reina en los distritos, la " contradicción de sus principos, d e sus decretos ^.?r | ::^;¿. — 90 — • y medirlas, su desunión con el cuerpo munici­ pal ofrece el cuadro de la mas espantosa anar-* quia. Imagínese un hombre que cada uno de '' sus pies, de sus miembros, cada mano tuviera ; "'una iutelisrencia y una voluntad, de manera que " cuando una pierna quisiera caminar la otra qui" siera descansar, la garganta se cerrara cuando " el cstúmaL'O pidiera alimento; cuando la boca can tara lo.a ojos se cerraran de sueño—y so ha" brá formaüo una idea del estado de la capí-, " tai,'": ; : ¿Que inferir de ahí"? Que la libertad exijo una educación previa,; no podamos practicarla sin haberla estudiado, y: la nación se disponía n desempeñar un rol que no sabia puesto que no lo había ii^^KiM^'^^?' (I V L A PUA.N'CI\ Y L O S E S T A D O S - U N I D O S EN 1780. En la misma época, al otro lado del Océano, terminaba la guerra de la independencia ame­ ricana, y la libertad democrática, cual otra Mi­ nerva, salía armada de pies ¡t cabeza. Es (pie en los Estados -Unidos, desde largos años atrás, la reforma liabia preparado los es­ píritus para la práctica del velf ¡¡overncment; ha­ bía enseñad»» á la nación que debía caminar con MIS piernas, ver con sus ojos y arrojar lejos de si las muletas de los pueblos esclavizados—el gobierno. Estas simples nociones han elevado este pueblo á un grado notable de libertad. El 30 de Abril de 1789, Washington, nuevo tipo del grande hombre en los países libres, inauguraba la piimera presidencia de los Esta­ dos U nidos. , ; Cuarenta y tres años mas tarde. 1824, i b i Lafayette á dar el último adiós a este noble país, cuyas libertades nacientes defendiera él en s1-; juventud. Jefferson, Madison, Adaras, ilus­ tres senadores del primor congreso, vivían aun; y Lafrayette, al ver ese pais tan feliz tan pros­ pero, tan libre, les decia; " lié ahí lo que bus­ camos para Francia en 1789." , , , ; ¿Porque pues no ha tenido nuestra patria los '-misinos, dcstiíict-?.. ., 'm'£:t t-;,- -Z'Z .,.y¿ .-'u-.... - - '.'„.Z ^pi^qim la libertad, repitámoslo siempre es asun­ to rio educación personal y no de revoluciones; la Francia; no teniendo esta educación, no sa • bia gobernarse y fué irobernada LIBRO OCTAVO EL GOBIERNO IMPERIAL I T,AS INSTITUCIONES IMPERIALES. \ C o m p a r e m o s estos cuadros d e nuestra inexpe­ riencia para el ejercicio del self-government, con las grandezas dol g o b i e r n o imperial. h s aquí q u e d e b e m o s admirar, c o m o dice Montesquieu, la pequenez de nuestra personali­ d a d ante esa persoualidad excesivamente absor­ b e n t e — N a p o l e ó n — q u e d o m i n a b a todo, y consi­ d e r a b a á los demás solo c o m o instrumentos de su g l o r i a ; es aquí que debemos admirar nuestra i m p o t e n c i a comparándola con la omnipotencia do d e ese h o m b r e pálido, d e mirada fija y ademan — 94 — — i m p a s i b l e , d p c a b e z a c u a d r a d a f u e r t e m e n t e li­ ga da á sus e s p a l d a s , c a b e z a d e r o m a n o o l v i d a d a por la muerte. ' ú a N p o l e ó n , h é a h í el t i p o d e l h o m b r e d e go­ bierno, es d e c i r , d e l o r g a n i z a d o r . O r g a n i z ó l a nue­ va s o c i e d a d d e la r e v o l u c i ó n , c o o r d i n ó la s pieza s d i v e r s a s , a j u s t ó l o s r e s o r t e s d e n u e s t ra s m á q u i ­ n a s m i n i s t e r ia l e s , e n v o l v i ó la F ra n c ia en un va s t o t e j i d o d e c e n t r a l i z a c i ó n a d m i n i s t r a t i v a , d e m a n e r a q u e e n t o d a la e s c a l a s o c ia l l a i n i c i a t i v a del g o b i e r n o d e s t r u y ó la inicia tiva persona l. R e s u l t ó d e a h í , p u e s , q u e el F s ta d o t u v o sn c l e r o , su e d u c a c i ó n , s u s p e r i ó d i c o s y el E s t a d o , r e g l a m e n t ó t o d o , c o o r d i n ó t o d o , o r g a n i z ó todpV a u u l o s c a m b i o s , a u n el d e r e c h o d e l ir y v e n i r , a o * el i n e n a j e n a b l e d e r e c h o d e s u p e r s o n a ! A V * ; L a s o c i e d a d a s i m i l a d a á u n e j é r c i t o , la v i d a c i v i l á la m i l i t a r , el c i u d a d a n o a l s o l da d o ; e n t o d a s p a r t e s el n ú m e r o y e l s o l d a d o , h o m b r e n ú ­ m e r o , y e n n e n g u n a p a r t e e l a l m a h u ma na ; c u a ­ l e s q u i e r a a c t o d e l a v o l u n t a d es r e p u t a d o c o m o u na fa l ta d e d i s c i p l i n a ! Se vé pues que nunca ha ha b i d o u na s o c i e ­ d a d m a s r e g l a m e n t a d a , ma s d i s c i p l i na da , m a s cordin a d a , ma s orga niza da , ó en otros términos, m e n o s l i b r e ; y si e l l a h u b i e ra s a b i d o r e g l a m e n ­ ta rse, d i s c i p l i na r s e , c o o r d i na r s e , o r ga n i za r s e , ha b raí s i d o l i b r e . 95 , .'Wi ( EL SISTEMA EN — ;.7 \u< • . . ..... EUROPA. S i g a m o s p o r u n m o m e n t o á N a p o l e ó n en E u ­ ropa . E n E u r o p a , c o m o en Fra ncia , quiso esta blecer la u n i d a d p o l í t i ca , m i l i ta r , a d m i n i s t ra t i va , c» decir, someter toda s la s na ciones a * la ma s a bso­ l u t a d e p e n d e n c i a d e su g o b i e r n o . H é a h í l o q u e él l l a m a b a l a r e g e n e r a c i ó n u n i ­ versa l ! •"Quiso q u e la E u r o p a s o l o t u v i e r a un ejército, u n a a r m a d a , u n a l e n g u a , un c ó d i g o , u n a ca p i ta l p o r q u e s o l o q u e r í a u n a v o l u n ta d . N o m a s A l e ­ ma n ia : l a p a t r i a d e S c h i l l e r y d e G o e t h e , d e hcihn i t z y d e K a n t b o r r a d a d e l m a p a . N o ma s H o ­ l a n d a : l a p a t r i a d e G u i l l e r m o y d e Ba r n c va l d , b o r ra da . N o ma s I ta l ia , n o m a s E s pa ña . S o l o Europa , ca pita l—Pa rís. L o s p u e b l o s l i b r e s c o n s i d e r a n esta u n i d a d c o ­ m o u n a s e ñ a l i n e q u í v o c a d e d e c a d e n c i a , p u e s si esta u t o p i a d e d o m i n a c i ó n ca si u n i v e r s a l se h u ­ b i e r a r e a l i z a d o , e l r e s u l ta d o fina l d e esta s c o n ­ quista s h a b r í a s i d o la e s c l a v i t u d d e toda s la s v o ­ lunta des. E u e f e c t o , Na p o l e ó n e s ta ba i m b u i d o en la s i d e a s r o m a n a s ; u n c r á n e o r o ma n o s o s t e n i a n s u s e s p a l d a s ; R o m a s i e m p r e e n sus l a b i o s ; la s l e j i o n e s r o m a n a s era n el m o d e l o q u e d a b a á la s s u y a s ; e n p o l í t i c a s u i d e a l f u é el i m p e r i o d é l o s césa res, o b r a m a e s t r a d e la o m n i p o t e n c i a gu- bcrna'^cntal. So ve pues que este batallador este nuevo César, quiso también sacar una nue­ va copia de la monarquía universal. Pero ni Roma ni César pertenecen f elizmente :í este mundo. Un diario va hoy mas lejos que una bala. Las verdaderas conquistas son las del co­ mercio é instrucción que desarrollando en noso­ tros (1 sentimiento de nuestra personalidad, nos enseñan que las naciones dueñas de sí mismas jamás han tenido amos. WASHINGTON' Y NAPOLEON. Que inf erir de ahi ? Que cuanto menos cen­ tralizado sea el gobierno de una nación, mayor sení la acción individual; que todos esos cons­ tructores propios á quienes llaman héroes no se levantan sino pisando sobre la personalidad del ciudadano. Comparemos los grandes hombres de la li­ bertad con ios grandes hombres de gobierno; f ormemos un paralelo entre Washington y Na­ poleón. Napoleón subo á la escena ante la Euro­ pa, su rol lo desempeña con las armas en la mano ; f ué un personaje estraordinario, y al f in de su carrera se contempla en su pasado y parece que repite las últimas palabras de A u ­ gusto : "¿ Hé jugado bien mi rol ? Ea pues aplaudid ! " Washington, no sube á la escena; no juega ón roV cumple un deber; y concluida la obra no se contempla, la contempla, no dice: ' ¿ H e desempeñado bien mi rol?" pregunta: ¿He cum­ plido mi deber? Que sublime espectáculo seria si una noche en Santa Elena, la f rente inclinada y sosteni­ da la cabeza entre las manos, conversando Na­ poleón con su conciencia se presentara ante él la sombra de Washington analizando sus bri­ llos pasados, le pidiera cuenta de su poder en nombre de la dignidad humana y con la intui­ ción del porvenir le hiciera ver que mientras las generaciones f uturas conquistan las glorias de la libertad, la gloria militar desaparece cual las nieblas que envuelven la mañana se disipan al aparecer el sol! q asi >p| iaoBiv MI 99 — TERCERA PARTE LIBRO NOVENO LA LIBERTAD DE IMPRENTA I PROLOGO Hemos estudiado el juego de órganos de la p ersonalidad, estudiemos ahora las palancas mo­ trices de esta p ersonalidad : los p eriódicos la industria y la conciencia individual. L a tercera p arte de esta obra la dedicamos al estudio de estas cuestiones. Es necesario tener p resente que los p eriódi­ cos, llamados con razón los ojos de la libertad, p ublicando los avances cometidos contra el indi­ viduo y haciendo oonocer la gestión de los asun- tos p úblicos, libran la p ersonalidad de cualquier abuso de autoridad que contra ella p udiera co­ meter el gobierno. La industria á su vez, redime la p ersonalidad de la servidumbre de la vida material enseñán­ dole los medios de adquirir un honorable bie­ nestar, lo que crea la verdadera indep endencia, p ues aquel que nada tiene dep ende de todos, y como dice Montesquieu, " a l hombre que nada tiene muy p oco le imp orta vivir bajo cualquier gobierno. " Estos dos órganos son los que mueven la p er­ sonalidad, y la conciencia la dirijo conteniéndo­ la en los límites del resp eto á los derechos de los demás, es decir del deber. Con el concurso de estas dos fuerzas se forma p ues en cada individuo una p ersonalidad que delibera consigo misma, determina y ejecuta sus determinaciones; en una p alabra se gobierna. Vamos :í estudiar sucesivamente estos tres ór­ ganos. II EL DIARIO. Averigüemos p rimero lo que es un diario, en seguida buscaremos la diferencia que hay entre el diario que crece á la sombr i dé la libertad y el que crece fí la sombra de! gobierno. Un diario, couio todos Babeen, es ma simp le hoja de p ap el que merced a > I rada diaria adquiere ráp idamente una influencia notable so- - 100 — u r e l o s e s p í r i t u s . N a d a m a s a s o m b r o s o q u e cT poder d e u n a hoja d e papel, g u i a 6 dco d e la o p i n i ó n , c o n s e j e r a cíe l a a d m i n i s t r a c i ó n , v u l g a r i ­ zado™, d e los asuntos generales v o z dol p a r l a ­ m e n t o , en u n a palabra, la m e j o r custodia d e l a s l i b e r t a d e s ; p e r o a n a v e z e s c l a v i z a d a la p r e n s a , t o d o l o d e m á s lo será t a m b i é n , p u e s ella p e n e t r a t o d o , se a n i d a e n t o d o s l o s c e r e b r o s ; g o t a d e a g u a q u e c a e s i e m p r e en el m i s m o l u g a r . E s t a h o j a d e p a p e l es p u e s , u n a d e i o s roas p o d e r o s o s a u x i l i a r e s , p o r n o d e c i r el m a y o r , d e los q u e p u e d e v a l e r s e la p e r s o n a l i d a d p a r a sa­ c u d i r l a s c a d e n a s d e l g o b i e r n o ; el u s o d e esta f u e r z a se l l a m a l i b e r t a d d e i m p r e n t a ­ s e d e d u c e de ahí, q u e leyes reglam entaciones, d e c r e t o s , s e l l o s , fianzas, n o t i e n e n e n e s t e c a s o influencia alguna, pues la libertad d e im prenta, c o m o el v a p o r , es n e c e s a r i o s a b e r l a d i r i j i r : a g e n ­ te d e d e s t r u c c i ó n en m a n o s i n e x p e r t a s , a g e n t e d e c r e a c i ó n en m a n e s e x p e r i m e n t a d a s . l i é ahí la prensa libre. ni LA PRENSA EN FRANCIA Y Sinetnbargo, s o n cosas m u y distintas: pues si l a p r e n s a q u i e r e g o b e r n a r ó e s t o d o ó e s n a ­ d a : o cae el g o b i e r n o e n sus m a n o s o s u c u m b e e l l a ; p e r o si l a p r e n s a e s l i b r e e s s i e m p r e l o q u e d e b e ser, el secretario d e l p ú b l i c o . l í - l i i I n g l a t e r r a p o r e j e m p l o , es e l p ú b l i c o q u i e n h a c e el p e r i ó d i c o . C om o d u e ñ o o c u p a s u l u ­ g a r e n l a s p r i m e r a s p a j i n a s , e s t e l u g a r se l l a m a anuncios. Q u i e r e q u e se le t e n g a al c o r r i e n t e d e sus a s u n t o s y e x i j e la a n o t a c i ó n e x a c t a d e los d e b a t e s d e l p a r í a m e ato, d e las c o r t e s d e j u s t i ­ c i a , d e l o s raeetings y a s a m b l e a s d o t o d a c l a s e . Q u i e r e m a s a u n ; e x i j e q u e se i n s e r t e n fiel m ente t o d a s las cartas d e particulares r e v e l a n d o abu­ s o s d e la a u t o r i d a d , r e c l am o s , d e s c u b r i m i e n t o s , ^ p e r f e c c i o n a m i e n t o s , s i m p l e s r e s p u e s t a s ; y si se a d u l t e r a n l o s h e c h o s ¿ n o están a b i e r t a s las co­ l u m n a s al d e b a t e c o n t r a d i c t o r i o ? H e c h o esto, g a r a n t i d a la p e r s o n a l i d a d del c i u d a d a n o , p u e d e e l p e r i o d i s t a em itir su o p i n i ó n . EN INGLATERRA* P a s e m o s á la s e g u n d a c u e s t i ó n . U n a nación q u e s e p j g o b e r n a r este p o d e r o s a agente la creem os innatacable en t o d a s sus li­ b e r t a d e s ; y sí l a s h e m o s p e r d i d o n o s o t r o s h a si­ d o por h a b e r c o n f u n d i d o el g o b i e r n o d e la pren­ sa con la l i b e r t a d d e la m ism a. lié* a q u í a h o r a e l g o b i e r n o d e l a p r e n s a . C u a n ­ d o l a p r e n s a g o b e r n a b a e n F r a n c i a el p e r i o d i s t a e n d u e ñ o ; o c u p a b a las p r i m e r a s p a j i n a s espo­ n i e n d o sus ideas y sistem as ; d a b a t o n o á la opi­ n i ó n , e n v e z d e la a n o t a c i ó n e x a c t a d e t o d o s l o s debates confeccionaba una traducción libre de a l g u n o s d e e l l o s y l a t r a n s c r i p c i ó n fielcedia a n t e la crítica apasionada. C o m o artista c om p o n í a , d e s c om p o n í a , adulterba los s u c e s o s ; y en lugar d o p r o p e n d e r al p r o g r e s o p o r m e d i o d e la dis- = 1Ó2 — eusi on i lustrada, malgastaba su ti empo enza­ rzándose contra personas. La cai da de los perió­ dicos solo ha importado pues para el público la caida de los periodistas. LIBRO DECIMO LA LIBERTAD EN LA HISTORIA I H A Y DOS MODOS DE ESCRIBIR LA HISTORIA; De la prensa á la hi stori a no hay mas que Un paso ; y como aquella no es mas que el detalle di ari o de esta, este li bro se relaci ona a una y otra. Hay dos modos muy di sti ntos de escri bi r la historia : uno hijo do la omni potenci a guberna­ mental pues tiende á substi tui r la fatalidad cie­ ga al ejerci ci o de la voluntad, artísti co, i deali xa lo;¿ hechos y los actores, adultera la realidad ornándola con los mas bellos colores de su pale­ ta ; el otro, por el contrario, hi jo de la libertad, pues tiende siempre á poner en juego los re — 104 — portes de la actividad p e r s o n a l ; su estilo es sim* p i e ; reproduce fielmente personajes y sucesos ; en u n a palabra, es una verdadera escuela de télf-govemment, 1x / Desgraciadamente nuestra educación tiene por base el primer sistema y la mayor parte d e nuestras historias pertenecen á esa escuela. En la antigüed ad la poesía d e la historia no ofrecía los mismos peligros que pre¡-enta hoy, pues sien­ d o tod as las obras manuscritas no pasaban sino á manos d e m u y pocas personas, y eran consi­ d erad as, c o m o Jas estatuas y pinturas, obras d e arte- N o siend o c o n o c i d o entonces el arte sublime d e la imprenta, la elocuencia d irijia la opinión ; su palabra era apasionad a. Su lengua armoniosa sin letras mud as el hermoso paisaje que se d esplegaba ante la vista d e sus orad ores, el bello azul d e su cielo, los árboles, la c a m p i ñ a influía mucho; y en el foro el pueblo entusias­ mad o, atronand o el aire con sus gritos, iba y ve­ nia, y cual la ola, se estrellaba contra el ped estal d e la tribuna. L a mayor parte d e los historiad ores, al narrar la revolución han seguid o el sistema fatalista, contra el cual la libertad j a m a s protestará d e­ masiad o. Si hemos d e oírlos, el terror es fatal; el 18 d e brumario fatal. N a p o l e ó n es el hombre d el d e s t i n o ; la revolución una especie d e esfinje y el pueblo, el E d i p o d el d rama. L a historia que enseña tales errores v e n d a los o j o s d e las generaciones para justificar el éxito en v e z d e glorificar el bien, A b d i c a ante la f u e r z a ; ad ormece las voluntad es. L a historia por el contrario, que enseña la libertad á las naciones les d ice que tod o hecho ha tenid o su razón d e ser, p e r o no por eso era ine­ vitable ; q u e ana voluntad pue d e evitar siempre lo que h a hecho otra voluntad . Es asi c o m o se d ebió hablar á nuestra nación d espués d el 18 brumario y no decir, c o m o Mr, Thiers, que el 18 brumario er* necesario. A d m i r e m o s á los publicistas" ó historiad ores d e Inglaterra y Estnd os-Ünid os; cuan penetra­ d os están d el sentimiento d el libre albed rio. Fi­ jaos b a j o que principios juaga MaCaulay á Cabr­ ios I I , y J a i m e I I ; c o m o analiza Burke, nuestra r e v o l u c i ó n ; c o m o W a s h i n g t o n y Jefferson, en sus ad mirables cartas al General Lafayel te sobre la revolución francesa buscan las corrientes sal­ v a n d o los escollos! , Las consideraciones» sobre la revolución d o Mme. d e Staél, los tratad os sobre la Ursurpa­ ción y el espíritu de conquista d e Benjamín Constant, son mod elos d e esta clase ; pero preferimos las maravillosas leyend as d e la revolución y el imperio l II i UNA EQLMCIOX Un especta'culo sorprend ente llnmcS la aten­ ción d e nuestros contemporáneos. El 24 d e Febrero d e 1848, reaparece una se­ g u n d a r e p ú b l i c a ; el club se abre d e nuevo; la hoja se vende por las calles á un sueldo; la Moti* taña sube las gradas por segunda vez. LaS j ornadas del 15 de Marzo y 16 de Abril re­ cuerdan las del 31 de Mayo y 9 Termidor; el 15 de Mayo, 1 Prarial y el Terror reviven en la sangrienta hecatombe de Junio. Entretanto llega el 10 de Diciembre, el ob­ servador fácilmente reconoce el periódo del Directorio. Los años de 1796, 1797, 1798 y 1799 se reproducen en los «años 1849, 1850 y 1851, El directorio está en los campos Elíseos, los consejos en el Palaia-Bourbon ; las mismas pasiones los animan y los mismos partidos los cie­ gan ; el club de Clichy tiene sus sesiones en las calle de Poitiers ; el General Changarnier es el segundo Pichegru. El 13 de Junio es el 18 Fruetidor délos Montañeses; y después que de una y otra parte jugaron á cual mas vivo la comedia concluye con la cuida de realis­ tas y republicanos, triunfando un Bonaparte : — 18 Brumario y 2 de Diciembre. U n año mas tarde, 1804 da á luz al 2 de Di­ ciembre de 1852 ; la reforma del imperio es el segundo término de esta asombrosa equacion. Pocas veces so ha presentado ¿ñas bella opor­ tunidad para aclamar el destino y poner la volun­ tad á las plantas de esa misteriosa é irresistible fatalidad que tan orgullasameute parece domi­ nar todo y dirijir con mano soberana el hilo de los sucesos; pocas veces oportunidad mas bella para construir con estos antecedentes todo un sistema científico llamado filosofía de lu historia, con un prefacio concebido en estos términos .* *'• Qué! el'hombre que ha pedido á los astros •* el itinerario de sus marchas; que ha calculado " las órbitas respectivas de los planetas ; que ha " osado interrogar á Dios, con la mirada fija en ¡j* el cielo en el silencio de la noche, no ha arran" cado á la historia BUS leyes ! No ha averigua.*' do las causas dé los sucesos ! No ha conquista" d o la ciencia de sus propios destihos! H a " c r e í d o que los mundos, que recorren los cielos •' siguiendo lineas trazadas y leyes fatales, no eran " mas que mensajeros del Eterno; ha creído " que las revoluciones, la aparición ó ruina de " los imperios, la decadencia ó progreso de las " sociedades eran resultados del a c a s o ! . . . . En efecto, en este sistema histórico la libertad se llama acaso y el sistema urden; cada personaje hube á la escena dependiendo de una cansa ge­ neral como el títere que atado a* un hilo sube á la escena y desempeñado su rol lo esconden en­ tre bastidores para que salgan otros. La revolución devora á los girondinos, he bertistas, dantonistas, rebespieristas en virtud de un mensaje del destino, y cuando estalla la tor­ menta Bonaparte sano y salvo cruza por entre las velas inglesas y llega á Frejus : parece que to­ dos estos personajes fueran autómatas. Luis X V I no es ya ese rey timido y pusiláni­ me, fiado eu los consejos de todos, sin circulo decidido, sin p k n fijo, siu penetración, sin carác­ ter, vagando al acaso, por impulso •Heno*, de Trianon á las Tullerías, de las Tulleriu» al Tein- \\e, d e l T e m p l e a l c a d a l z o ; es a n a v í ci t ma p r o - d e sit n a d a . "v E l vi a j e a* V á r e n n o s " e s resultado d e la ' ' f a t a l i d a d q u e p e r s i g u e á l o s d é bi l e s en l a s c r i ­ s i s r e v o l u c i o n a r i a s , '* e n v e z d e s e r u n a c o n s e ­ c u e n ci a n a t u r a l d e l a f a l t a d e p r e c a u c : o n e s ; l a m u e r t e d e l rey., esa g r a n l e c c i ó n d e h i s t o r i a p a ­ r a l o s c o r o n a d o s i n d e c i s o s , n o es m a s q u e e l c u m ­ p l i m i e n t o d e su d e s t i n o . N o ; la r e p r o d u c c i ó n d e l o s a c o n t e c i m i e n t o s d e l a r e v o l u c i ó n , v e r d a d e r a e q u a ci o n hi s t ó ri c a n o e s f a t a l ; es el l e gi ti m o r e s u l t a d o d e l a i g n o ­ r a n ci a d e l a l i b e r t a d . A p e l a d ¡í l a p e r s o n a l i d a d , h a c e d c o n o c e r sus a j e n t e s y á la l u z d e esta c i e n ­ c i a se d e s v a n e c e r á n l a s t i n i e b l a s d e l a f a t a l i d a d hi s t ó ri c a . III j a LIUUE ALBEDRIO EN LOS SUCESOS . T o d o está o r g a ni z a d o e n este m u n d o , d e s d e l o s t e j i d o s d e u n a y e r b a h a s t a l o s astro?, d e s d e l a h o r mi g a q u e t r a b a j a h a s t a el h o m b r o q u e pi e n s a . L a s l e y e s q u e r i g e n e s a o r g a n i z a c i ó n c o n s ti t u ­ y e n la naturaleza d o cada s e r ; dedúcese d e ahí q u e t o d o lo q u e exi sta ha s i d o creado en a r m o n í a con l a s l e y e s d e s u o r g a n i z a c i ó n . E n e f e c t o , si el h o m b r e n o d e p e n di e r a d e l a s l e y e s d e su o r g a n i z a c i ó n n o ser i a c r i a t u r a ; si su­ pi e r a hasta q u e p u n t o d e p e n d e d e ellas n o seri a c r i a t u r a l i b r e , es d e ci r , a ni m a d a y a c ti v a . E l f e n ó m e n o d e l.i m u e r t e es u n a p r u e b a parp i t a n t e d e e s t a v e r d a d : el h o m b r e si b i e n s u j e ­ t o á l a m u e r t e es li b r e ; es d e ci r , i g n o r a e l m o í n e n t e y la c a u s a o b r a n d o p u e s c o m o s i n o d e b i e ra m o r i r . L o mi smo sucede respecto a los sucesos. N o h a y u n o , a u n el m a s i n si g ni fi c a n t e m o v i m i entodel hombre, que no tenga una causa; parte del t o d o c o n c u r r e n t e - a ' l m i s i n o if n; p e r o c o m o á n a ­ d i e le es d a d o p e n e t r a r el p l a n d e l C r e a d o r , t o ­ d o s d e b e n o b r a r c o n p l e n o g o c e d e su v o l u n ­ tad. \ E l e s p í r i t u d e - g o bi e r n o q u e t i e n d e ¡í t r a n s f o r ­ m a r e l a m o e n h o m b r e d e l d e s ti n o es l ó gi c o a d mi ti e n d o ta n e c e s i d a d (W sus a c t o s ; él e s p í r i t u d e li b e r t a d ni e g a esa n e c e s i d a d . C o n fi e s a q u e t o d o s u c e s o ti e n e en si su r a z ó n d e s e r ; ' p e r o t a m bi é n (.fi rma q u e j a m á s h a b r í a h a b i d o u n ] 8 b r u m a r i c si l a n a c i ó n h u bi e r a r e c i b i d o m e j o r e s l e c ci o n e s d e l a r e v o l u c i ó n . T o d o s esas r e v o l u c i o n e s a c l a m a d a s y r e c h a z a ­ das sucesi vamente, p e r o sufri das si empre p o r t o dos, apelan en v a n o á la f a t a l i d a d ; un ci rculo d e f u e g o nos r o d e a , la e q u a c i o n es p e r f e c t a , la r e p r o ­ d u c c i ó n d e l o s e r r o r e s y e a s t i g o s es c o m p l e t a . P e ­ r o e s t o n o es u n j u i c i o es u n a a d v e r t e n ci a . En estos naufragi os sucesi vos busquemos l o s escollos y b a n c o s d e a r e n a ; si l o s h a l l a m o s s a l v é m o s l o s en lo f u t u r o ; n o nos estrellemos si empre contra ellos.N a d a p u e d e m o v e r s e e n este m u n d o s i n o e n l a e s f e r a d e su o r g a n i z a c i ó n , y c a d a ser ti e n e s o s l í ' — 110 — mitcs; pero quien conoce esa esfera y estos lí­ mites? ' Ün pr o fund o pensado r, Lavater dice: " E l ho mbre es libre co mo el pájaro en la jaula. " ¿Pero quien co no ce esa jaula ? En él plan general lo s suceso s se pro ducen po r el mecanismo mas el iro y seucillo , po r el en­ cadenamiento do causas y efecto s, es decir, que to do efecto de una causa es á su vez causa de un efecto , por manera que to do lo que sucede no es mas que la Co ntinuación no interrumpida de una misma serie; .resulta de ahí, pues¿ que lo s sucesos presentes serán mas tarde causa de lo s futuro s y si el ho mbre co no ciera bien aquello s fácil le se­ ria preveer esto s . Esta facultad no la po see y de esta falta resulta la libertad humana. Se sigue de ahi, pues , que el ho mbre debe siempre, en to da circunstancia, marchar co n su frente erguida; y el histo riado r mo strarle el desti­ no á las plantas de la v o luntad co mo el ángel del mal á las plantas del ángel del bien. íl* H BU y.i LIBRO UNDECIMO EL ROMANTICISMO I. LA LIBERTAD LITERARIA. Co mo las letras juegan un ro l grande en lo s asunto s públicos,sobre to do en Francia, no s apar­ taremos un mo mento do nuestro camino para o cuparno s del ro manticismo . El romanticismo se relacio na co n este libro en este punto, que tiene por o bjeto reemplazar la regla y perso nalidad del auto r po r la libertad en las letras, libre del yugo de la tradición. Una misma lucha se enciende en lo s banco s de la barra y en las bancas de la Cámara de di­ putado s ; en lo s talleres de lo s artistas y en las viejas catedrales; y. los que marchan hácia el 1J.3 — — 112 — porvenir, con la frente vuelta hácia el pasad o, como las sombras d el Infierno d el Dante, exclaman: ¿ Donde está la poesía hoy ? " Donde el ar-, té? d ond e está Dios? " Es que poesía, arte, política, religión, tod o se transforma, todo se personaliza j y d e esa crisáli­ d a—la personalid ad —cual d e un centro lumino­ so, brota la libertad . Ea efecto las obras de los grand es artistas contemporáneos ya esculpidas, en mármol ó pin­ tadas ó en armonioso ritmo ostentan tod as en un grad o eminente' el sello d e su ind ivi­ d ualid ad ; es decir, orijinal; arranques d e amor, gritos d e esperanza ó d esesperación. Hoy, hacia cualesquiera parte que miremos, el artista, el esi critor, consultan su Y o no la trad ición. La inspi­ ración no existe en la trad ición, sino en el alma d el poeta. I 1 ÚXÁ ENFERMEDAD INTELECTUAL Estud iemos ahora otro aspecto de la cuestión en el cual por el contrario se trata d e una en­ fermed ad intelectual que se desarrolló extraord i­ nariamente bajo el reinado d e Luis Felipe y por nna sensible confusión d e términos es conocid obajo la d enominación d e romanticismo. Esta enfermed ad , caracterizad a por la exhube rancia de las facultad es d e la imaginación, ha llevad o las mejores cabezas á la locura. Fué in­ vadida la prensa por el folletín—AoVelaj úlcera» que roela base d e nuestros periód icos. La histo­ ria y la economía política se prostituyeron á punto d e d isfrazarse d e novelas, y cual d os ra­ meras, cubrieron d e afeites su rostro severo.. Tomaron la vid a por una leyend a, la calle por teatro y el público por platea, y para no ser silbad os por ella debían entretener. Uno soñaba con la organización completa d e una sociedad, este con un papa, aquel con un Omniarca eu Constantinopla, aquel otro transportaba su pa­ raíso u Icaria, este otro con una gerarquía de frai­ les, ind ustriales y artistas; uno con series y una mecánica d e las pasiones, d and o tod os por gefe d o sus sombras á una especie d e Estad o, amo y regulad or, llave d el sistema, d istribuid or d e sa­ larios y riquezas, ¿ cifro lad o se..ruborizaría Cé­ sar con todo su d espotismo imperial. Si estas diversas utopias se hubieran realiza­ d o, su consecuencia inmed iata hubiera sid o la mas monstruosa tiranía en Francia; cuand o se hojean sin pasión esos romances; cuand o uno d o esos locos exclama: " L a naturaleza me ha " entregad o to d os sus tesoros. Poseed or d el •' libro d el d estino vengo á d isipar las tiníe" blas," y que otro quiere pasar por un segund o Mesías^ no pued e uno menos que creer estar le­ yend o libros d e alquimia ó hallarse en el centro d e la compañía d e los buscad ores d e tesoros. Cuand o uno oye á esos visionarios, no pued e menos que creer estar leyendo el episod io d o los sastres en el Gulliver d e Swift. Esos señores no tomaban las med id as á sus clientes sino que Pfir — 114 — .g cortaban los trajes basándose en cálculos mate­ máticos sobre la anchura y altura del hombre. Otro tanto hacen los que transportan la imagina­ ción de las obras de arte á las obras de razón. Ademas, es una enfermedad crónica en nues­ tra raza la exhuberancia de facultades imajinati vas. Jamás se ha oido hablar con mas horror del despotismo que en el 93 ni se ha visto gobier no mas parecido al délos déspotas, ni cuando el patíbulo cortaba diariamente multitud de cabezas se ha oido decantar mas el amor á la humani­ dad ; y en nombre de la virtud se proclamó el Terror! ' • En 1830, en nombre de la libertad todos se dedicaron á estudiar las corporaciones de la Edad Media. En todas nuestras revoluciones se ha hablado y^se ha escrito sobre Leyes orgánicas, Constitu­ ciones orgánicas. Es un panorama de ilusiones. III PARIS. El carácter idealista de nuestra raza lo ostenta Paris en pleno d i a ; ciudad valerosa y entusias­ ta en los primeros dias de una revolución; bus­ ca las novedades, á los pocos meses de poseer una cosa la abandona. Como los centauros de la antigüedad, semi-hombres y semi-caballos, sobre viriles hombros sostiene una cabeza femenina. A m a con locura los placeres ; y seria una re­ presentación inexacta de las escenas de nuestras revoluciones si pintáramos caras tristes, preocu­ pados los espíritus e interrumpidos los placeres. Su interés por la cosa publica es muy poco ; de todo rie,*aun mismo de su libertad perdida y cuando se la quitan con astucia d i c e : Bien! y aplaude. Entre todos sus placeres distingue al teatro con predilección. Llora en una platea y vé pa­ sar el Terror sin pestañear. Todo para ella es espectáculo, bien sea una revolución ó una pieza nueva. Todos son actores, un Diputado Ó un Potier. Todo se'presta á bravos, tanto la caída de un rey de teatro como la de un rey de las Tullerías. Impacientado Mirabeau, por una de estas es­ cenas decía un día: "¿Q ué queréis hacer con un pueblo que no sabe masque gritar, viva el Rey?' Del teatro transportó á la política las Accione los asientos y las tablas; y el largo programa d personajes y revoluciones que forman el reper­ torio de este siglo parecen indicar que allí tam­ bién se representan comedias. Cada comedia tiene un prólogo que puede in titularse: El juramento. Después de este prólogo viene el acto de ado ración. En el 89 Paris adoraba al General Laffa yette. Cuando la fiesta de la Federación algu­ nos Guardias Nacionales abrazaron sus botas j estribos. En 1804 Paris aclamaba al hombre dt las batallas. En 1848, durante algunas semanas, llevó en triunfo al Sor. de Lamartine. Parece que este Bentimientimiento está inveterado en su c o r a z ó n d e s d e m u c h o t i e m p o atrás, p u e s las crónicas nos dicen q u e esta s a n t a c i u d a d estaba e n am o r a d a ( p o r n o d e c i r l o c a ) d e M o n s e ñ o r el d u q u e d e Guisa, r e y d e Paris. T r a s la a d o r a c i ó n v i e n e e l o l v i d o . L a f f a y e t e , e n las prisiones d e O l m u t z , N a p o l e ó n en Santa Elena, han p o d i d o a v a l o r a r l o q u e cuesta la popularidad en nuestra capital. T o d o e s m o d a a l l í : h é a h f s u r e t r a t o . S e d el b i e n ó el m a l , l a l i b e r t a d ó l a e s c l a v i t u d , c o n tal q u e seáis n o v e d a d s e r é i s i g u a l m e n t e a c l a m a d o s pero........ h u i d m a ñ a n a ! l|l LIBRO DUODECIMO LIBERTAD EN LA INDUSTRIA PRIMEK PUNTO DE.VISTA. V o l v a m o s á n u e s t r o c am i n o p a r a estudiar el s e g u n d o agente d e la personalidad, fa i n d u s t r i a , b a j o d o s p u n t o s d e v i s t a , el u n o e s p e c i a l q u e se p r e s t a d l a s o b s e r v a c i o n e s s i g u i e n t e s . L a transform ación industrial q u e sufre h o y t o d a n u e s t r a s o c i e d a d es u n h e c h o c u y a s v e r d a ­ d e r a s c a u s a s i m p o r t a a v e r i g u a r . U n m i s m o ana­ t e m a l a n z a r o n c o n t r a l a i n d u s t r i a el f r a i l e , el s o l d a d o y el r e v o l u c i o n a r i o ; d e s d e el f o n d o d e l c o n v e n t o , d e s d e el f o n d o d e l g a b i n e t e d e N a ­ p o l e ó n , d e s d e el f o n d o d e l a c o n v e n c i ó n , s a l i ó u n g r i t o u n í s o n o d e : "Abajo la materia.'Aba­ jo los tenderos ! que el fraile, el soldado y el revoluciona­ rio son. seres impersonales que obedecen á un gobierno anónimo, llamado iglesia, ejército ó re­ volución, mientras que el .industrial, el arrenda­ tario, el comerciante, non seres esencialmente personales, es decir libres. Bien, teniendo p o r objeto la industria liber­ tar al hombre d e la esclavitud de la v i d a mate­ rial, estimula á empresas; 7 como en las empre­ sas solo puede uno contar consigo mismo, ponen ¡n j u e g o todos los resortes del interés y racio­ cinio individuales; resulta de ahí que siendo •lia Una; preparación para el self-govemment, es ambien un encaminamiento para el goce de la ibertad política. E n ef ecto, nada prepara mejor al ejercicio de ita que la administración de una quinta, de una i b r i c a ó una casa de comercio pues requieren un conocimiento de una contabilidad exacta y una vijilancia continua. Averiguar la inversión 1 e los dineros públicos constituye una parte de JíI libertad política. Todas esas individualidades colectivas llamadas ociedades industriales, que se reúnen para disntir sus propios intereses, votar f ondos y dar JIpulso á las empresas; todas esas compaías de bancos, de caminos de hierro, de seguos, de crédito, son otros tantos gérmenes preosos de la libertad política. S e aprende así á hacer uso de la palabra y á ionocer y dirijir los resortes del gobierno roDresentativo: el consejo de vijilancia desem- 119 — peña las funciones del poder lejislativo, la ge­ rencia el poder ejecutivo y los accionistas el cuerpo electoral. II W^W-i CONTINUACIOy. • Enseña también la industria ú los obreros de las ciudades y campaña que el hombre libre de­ be ante todo procurarse los medios de asegurar su existencia material. Ella les d i c e : " El amigo del pueblo no son '* las revoluciones; es el arado que le dá el pan ; 44 es la granja y el taller que le da salarios , •* son las máquinas de vapor que traen la baja 44 deprecies. El trabajo es quien conquista la 44 libertad del pueblo, mientras que en las revo44 luciónos el pueblo solo sirve para satisf acer 14 ambiciones departido. 44 Si sois hábiles, prácticos en el ejercicio de 44 vuestra prof esión, capaces de af rontar los ries44 gos de una empresa mercantil, imitad las aso44 daciones de los capitalistas, f ormad compa44 ñias, emprended trabajos por vuestra cuenta; 44 pero no esperéis éxito f eliz si la personalidad 44 de cada uno de vosotros no se desplega en 44 estas nuevas combinaciones. 44 Veréis entonces que la libertad de empresas 4* tiene peligros, que no tiene el salariado, pues 44 ellos son inherentes á t o d a libertad, la libertad 41 de imprenta, la libertad electoral, la libertad 41 parlamentaria, la libertad mercantil; pouen d — \m — * p r u e b a el v a l o r y l a c a p a c i d a d , y e l h o m b r e i l a u n c u a n d o c a r g a e n é s t a l u c h a si e s verdade " r a m e n t e libre, so l e v a n t a c o n mas virilidad. -.-'.'•'" C e r r a d p u e s v u e s t r o s o i d o s á t o d a p r é d i c a " d e r e v o l u c i ó n q u e , s o p r o t e s t o d e o r g a n i z a r el " t r a b a j o y m e j o r a r v u e s t r a s u e r t e , as-piro f o r -; m a r u n a e s p e c i o d e s o c i e d a d e n l a c u a l el -'-' h o m b r e s e r á a l i m e n t a d o a l o j a d o y v e s t i d o p o r " el g o b i e r n o , n j n ' c o s e r v i v i e n t e e n m e d i o d e " ese c e m e n t e r i o d e seres h u m a n o s . " L a F r a n c i a d e s d e 17&9 v i e n e b u s c a n d o en m e d i o d e las r e v o l u c i o n e s l o q u e n o h a y , l a li­ b e r t a d , m i e n t r a s q u e l a i n d u s t r i a t r a b a j a inc'e s a n t e r a e n t e sin h a c e r r u i d o y t e j o h i l o á h i l o esa l i b e r t a d , q u e a l g ú n t e n d r e m o s q u e a g r a d e c e r ! '. B e a u m a r c h a i s d i c e : " E l acaso, h i j a mia, n a " h e c h o m a s q u e t o d o s n o s o t r o s . A s i es el m u i r " d o : p o r u n a p a r t e se t r a b a j a , s e proy.ee*.?». se 1 prepara; l a f o r t u n a p o r o t r a d e c i d o . " i» , - ¡ \JV){ ...;...:¡i «Jiiitiio • h • winti U9 f fcO'>ÍJ0Í,-iq l/Jn/¡'j'i'Jiii ,f.:¡'ú <i)-.á ÚOe. IC i\i'.>n]itvj r.nn oh " BOg " S E G U N D O P U N T Ó ' DE VISTA. í:¡í¿OíIV i o q f < [ W J J J U h o b n o i q u i o ,r. • S e p u e d e c o n s i d e r a r la i n d u s t r i a b a j o un p u n ­ to d e vista general, q u e n o s demostrará q u e pa­ ra q u e e n u n a s o c i e d a d d e m o c r á t i c a - p u e d a s e r int o l i j i b l e el p e n s a m i e n t o d e b e r e v e s t i r u n a J o r n i a p a l p a b l e , c o r p ó r e a , si s e n o s p e r m i te e s p r e s a r n o ; •asi, e n u n a p a l a b r a , i n d u s t r i a l . L o s q u e n o c o m ­ p r e n d e n esta m e t a m o r f o s i s d i c e n q u e v i v i m o s cu un siglo material. \ . W#>y?or e j e m p l o , a g r a d a , el p e n s a m i e n t o e n j a eKck>r»'a'¿ncarnado en u n a c t o r ; a g r a d a e n las pájmH-i d e Un p e r i t í d i c o i n c o r p o r a d o á ; l o s nhkéWS <lel d i n , cii l o s rails d o u n e a m i n o ' d e h i e r r o 6 en i o s h i l o s d e u n t e l é g r a f o e l é c t r i c o E:i o t r o s t i e m p o s p a r a d e c i r a l - r i c o q u e d e b í a ñ#k íirr.<>sna:al p o b r e t e n i a q u e i n t e r v e n i r la p a ­ labra.-d?él f r a i l e . H o y é l .rico' p l a n t e a ' ú : nn f á b r i ea ; V?l o s d u e ñ o y el p o b r e e s o b r e r o . A n t e s l e d e c í a al h o m b r o : "T u e s t a s c'oaden a d o - a l t r a b a j o d e t u s bra'/íos. " H o y las m a ­ q u i n a s h a c e n esé! t r a b a j o y el h o m b r e - g a n a el pftrf, n o c o n el s u d o r - d o las manos,- 1 s i n o ' c o n <•! ^Vlor d e s n - f r e n t e . Y a n o l o d i c e : " i í e z a j C r i s t o t e h a r e d i m i d o ? ' L e d i c e : " P ; e n s a ! la razón te ha libertado. " R u t o n c o s , c u a l el m i n e r o q u o c o n su l á m ­ p a r a en ia m a n o so on t i e r r a v h ' o o n l a s e n t r a ñ a s d e la t i e r r a , el h o m b r e g u i a d o p o r l a l u z d e s u r a z ó n p e n e t r a en l a s m a g n i f i c a s r e g i o n e s d e l p e n s a m i e n t o y s i g u e las t r a n s f o r m a c i o n e s s u c e s i ­ v a s q u e sufren las ideas d e s i g l o en siglo. R e c o n o ­ ce; q u o h o y 'las v e r d a d e r a s c o n q u i s t a s s o n l a s á é l c o m e r c i o y la i n d u s t r i a v q u e las c o n q u i s t a s m i l i ­ tares s o n las e m p r e s a s d o h é r o e s q u e s o l o aspiran á g o b e r n a r a la'humanidad, que consideran c o m o l a b e s t i a q u e les d e s t i n a la P r o v i d e n c i a p a r a su <rrvicio; c o m p r e n d e q u e e x a l t a n d o la i m a j i n a •non c o a - l a g l o r i a militar ó religiosa se p u e d o g o b e r n a r á un p u e b l o ; p e r o q u e so g o b e r n a r á el p u e b l o q u e s o p a d i r i g i r s u s a s u n t e s . A d m i r a l o s c a m i n o s d e h i e r r o , la e l e c t r i c i d r . d » que acortando el espacio y prolongando el tiem­ po mod ifican las condiciones de la vida privad a, d e la prensa y de la política. La publicid ad ilustra hoy tod os los actos del gobierno y ya han pasado los tiempos en que un Nanon, un d 'Antin, ó un ayud a de cámara eran personajes notables. Hoy la industria aconseja la política; Mme. d e Miintenon, hizo su época. Ella le d ice que el uso gasta los resortes, que d eben ser cuid a­ dos continuamente, siend o necesario reempla­ zarlos, es d ecir reformar nuestras instituciones; repite las palabras d e Fulton: M La libertad escomo el vapor, exije una atención incesante. " Le d ice que es necesario estar al corriente d e los nuevos proced eres para d isminuir los gastos generales á menos que d esaparezcan rápidamente sus beneficios, es decir, extinguir las deudas públi­ cas y estend er su comercio y le dice co^Canning: 'La mejor constitución es la máquina d e vapor." Un d ia Napoleón d esd e lo alto d e su roca vió pasar á lo lejos en el Océano un navio d e forma nueva que arrojaba por un tubo una columna d e humo y por sus flancos dos ruedas batian la ola; pregunto lo que era. ¡ Le d ijeron que era un na­ vio movid o por el vapor. Bajó su frente y d io" la espalda, record and o sin d ud a sus batallas é imperio por concluir. No soñamos nosotros siempre, nosotros tam­ bién, con un pasad o d e, fantásticas leyend as, mientras que la libertad pasa á lo lejos, irra­ d iand o otras frentes con la clarid ad d e su ge­ nio ? LIBRO DECIMOTERCERO LA CONCIENCIA INDIVIDUAL I ¿ QUE ES LA CONCIENCIA ? Estud iemos el tercer agente d e la personali­ dad, la conciencia, que es su ley. En efecto, solo es libre lo que por sí se mueve; y el límite d e la autorid ad d el go­ bierno es el principio d e la" autoridad d e la conciencia, pues tod o hombre verd ad eramente libre no tiene que d ar cuenta d o sus actos y pensamientos mas á que á sí mismo; no tiene mas juez que su conciencia. Voluntariamente hace abstracción d e una parte de su libertad en aras d el interés público; voluntariamente delega á Diputad os la gerencia d e los asuntos generales; voluntariamente fia á — 124 — — l o s m a g i s t r a d o s el m a n t e n i m i e n t o d e l o r d e n ; v o ­ l u n t a r i a m e n t e r e c o n o c e el i m p e r i o d e l a l e y . j. P o r q u e ? P o r q u e l a co n ci e n ci a l e p r e s c r i b e e s t o s deberes. " R e v é puesy q u e nada, f a v o r e c e m a s Cl self-gonernment q u e e l e j e r c i c i o d e la c o n c i e n c i a ó e x a ­ m e n c o n t i n u o d e sí m i s m o , l i é a h í p o r q u e t o ­ d a s las d o c t r i n a s q u e h a n p r o t e s t a d o c o n t r a e l g o b i e r n o d e la c o n c i e n c i a s o n e s e nc i a l m e n t e fa­ v o r a b l e s al d e s e n v o l v i m i e n t o d e t o d a l i b e r t a d . U n a o j e a d a s o b r e estas d o c t r i n a s y s u s c o n t r a r i a s v.t :í d e m o s t r a r l o . ••••• •»<< \ ? í ;.¿A'MiVl. ; / í i / | M&tfWíffj i \ EL GOniERNO DE L A • i. CONCIENCIA E s t u d i e m o s p r i m e r o las d o c t r i n a s c atólic a-^ e t i j s e g u i d a e s t u d i a r e m o s las o t r a s . E l c a t o l i c i s m o es el m o d e l o p e r f ec t o d e l d o ­ m i n i o m a s a b s o l u t o s o b r e ; las i n t e l i j e n c i a s y las c o n c i e n c i a s . E l f r a i l e t o m a al h o m b r e e n l a c u ­ na, c o n el c a l o r a u n d e las e n t r a ñ a s m a t e r n a s , p a ­ r a s e ñ a l a r l o en l a f r e n t e . B a l b u c e a n d o las p r i m e ras l e t r a s d e la r a z ó n l e e n s e ñ a sus d o g m a 3 y c r e e nc i a s . H o m b r e , l e u n e á la c o m p a ñ e r a d o su e l e c c i ó n y l e a b r e las p u e r t a s d e l a s oc i e d a d . M o r i b u n d o le r o b a h a s t a el ú l t i m o s u s p i r o . C a ­ d á v e r l o d e s p o s a c o n l a m u e r t e , su ú l t i m a p r o m e t i d a , y c i e r r a las p u e r t a s d e su t u m b a , y m u e r t o ; g o z a n d o d e l s u e ñ o e t e r n o e n su a t ü u d d e m a d e r a , l o s i g u e a u n b a j o l a tierra, e v oc a su s o m ­ b r a a n t e su t r i b u n a l , l o j u z g a , s i e n d o á l a v e * 125 — j u e z y p a r t e . H a c e l a p o l ic í a úQ l a m u e r t e ; se a d j u d i c a h a s t a su n o m b r e e n l a m e m o r i a d e l a s generac iones venideras! J a m á s se h a v i s t o d o m i n a c i ó n m a s p e r f ec t a , p r o s t i t uc i ó n m a s c o m p l e t a d e l a p e r s o n a l i d a d humana! . ÍIJI • LA LIBERTAD DE CONCIENCIA D o quier h a y a n prevalec ido las doc trinas q u e p r o t e s t a r o n c o n t r a la I g l e s i a Católic a, la p e r s o ­ n a l i d a d se h a l e v a n t a d o l l e n a d e v i g o r d e l l o d a ­ zal e n q u e l a s u m e r g i e r a R o m a . R e c o r r e d l a s m o n ­ tañas d e la Suiza: en los c antones protestantes el p a i s a n o e s a c t i v o i l u s t r a d o y c o n u n h o n o r a ­ b l e b i e n e s t a r ; en I03 ca n t o n e s c a t ó l ic o s e s hol­ gazán, ignorante, p o b r e . Si pasáis d e las c ostas d e I n g l a t e r r a á las c ostas d e B r e t a ñ a ; d e los E s t a d o s - U n i d o s al Brasil, 6 d e l C a n a d á p r o t e s ­ t a n t e al C a n a d á c a t ó l i c o el m i s m o c u a d r o llama­ r á v u e s t r a a t e nc i ó n . L a razón es c l a r a : el h o m b r e a b a n d o n a d o á s u s p r o p i a s f u e r z a s t i e n e c o nc i e nc i a d e si m i s ­ m o , d e s a r r o l l a sus f a c u l t a d e s y c o n t r a e el h á b i t o de examinarse, mientras que el estúpido c a­ t ó lci o e n v e j e c e e n u n a i n f a n c i a e t e r n a . E n e l p r i m e r o e l e j e rc ic i o d e l a c o nc i e nc i a i n d i v i d u a l e n j e n d r a e l r e s p e t o d e si m i s m o y d e l o s d e m á s , l a d i g n i d a d d e l a v i d a p r i v a d a , el a m o r del h o g a r doméstic o,el p r i n c i p i o d e la v o l u n ­ tad libre, u n espíritu religioso c o m p a t i b l e c o n v — 126 — la razón, en una palabra, ana personalidad ca­ paz de resistirá los avances de la autoridad i hé ahí la coraza contra la cual es impotente el go­ bierno; mientras que la costumbre de pedir auxi­ lios al gobierno enerva el temperamento del segundo. Son estos los rasgos distintivos de los hombres li­ bres de los Estados-Unidos, Suiza, Inglaterra, Escocia ; los mismas distinguían á los antepasa­ dos de la antigua libertad francesa. Perecieron ¡ ay! bajo el hierro; y la libertad solo reapareció con aquel venerable anciano que hacia el fin de su carrera se instituyó en defensor de los débiles y oprimidos, bañó con sus lágri­ mas las manos de T urgot, y bendiciendo al hijo de Francklin, repitió|á este niño la palabra de órden de los Coligny y de los Washington : " D I O S Y LIBERT AD! " Hé* ahi los tres órganos principales con cuyo concurso se forma una personalidad libre: la prensa, la industria y los periódicos, y solo esta personalidad puede gobernarse. Hemos resuelto las cuestiones que nos propu­ simos contestar al principio de esta obra; nues­ tra tarea está concluida pues. Ojalá hayamos demostrado que la libertad no se da ni se toma: la libertad se aprende! FÉ DE ERRATAS NOTABLES Linea 19 25 26 49 64 SS L E E . . . LEASE 13 XV . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis X V En Francia 2 La "Francia. . . . 4 Copiáronlas administra Copiaron las administra­ ciones ciones modernas Exaltó sus pasiones abo­ 23 Y calculó bien gando su razón y calcaló bien Asaltar 28 Saltar La espuma 23 Las espumas Como en 1789, Como en 1789 12