Reg.: A y S t 220 ps 271-277. Santa Fe, 27 de junio del año 2.007. VISTOS: los autos "MARINCOVICH, José Antonio contra VARGAS, Abraham Luis sobre RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRA MAGISTRADOS JUDICIALES" (Expte. C.S.J. Nro. 402, año 2.001); y, CONSIDERANDO: 1. Sucintamente expresados, los hechos que motivan la presente incidencia son los siguientes: Al contestar la demanda el accionado, tras oponer excepción de falta de legitimación pasiva, acusó la incompetencia de este Tribunal en razón de la materia y de las personas. Dijo que la competencia de la Corte “solo opera cuando el juicio es entablado por la Provincia de Santa Fe contra un Juez por repetición de lo pagado en otro juicio de responsabilidad extracontractual donde fue vencida por un tercero”, tal como surge de los artículos 18, 9 y 93 -inc. 7de la Constitución provincial. Consideró que, por sentido común, el citado artículo 18 establece que la Provincia luego puede obtener el reembolso de lo pagado del juez, no existiendo duda alguna que ello debe acaecer en otro proceso ya que para que pueda accionarse por repetición primero tiene que ser condenada en otro juicio por ante un Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual o Juzgado de Primera Instancia Civil y Comercial y, además, tiene que haber pagado alguna indemnización. Continuó expresando que recién después podrá la Provincia iniciar ante este Cuerpo un proceso de responsabilidad contra el Magistrado judicial. Aclaró que en cualquier estado y grado del proceso la Corte debe declarar su incompetencia. Manifestó que a dicha incompetencia en razón de la materia se suma la fundada en razón de las personas ya que de acuerdo a las normas constitucionales referidas sólo podría ser demandado en un juicio que le entablara la Provincia y, “siempre y cuando ésta fuera previamente vencida y pagare en un Juicio de Responsabilidad Extracontractual”. Corrido traslado a la actora, lo contestó solicitando el rechazo del planteo formulado. Se remitió, como fundamentos de su postura, a lo resuelto por este Cuerpo en A. y S., T. 81, págs. 419/444 y refutó tanto las opiniones doctrinarias citadas por el demandado como los argumentos que esgrimió. 2. Asiste razón a la parte actora. En efecto, a pesar de su enjundiosa argumentación, la parte demandada no se ha hecho cargo de los términos de los artículos 5/ y 7/ de la ley 1.486 que, tal como se destaca en la causa “González Echenique” (A. y S., T. 81, pág. 419) se encuentra vigente; ni tampoco de los términos del citado pronunciamiento en el que esta Corte, con integración diferente, trató de manera pormenorizada la cuestión relativa a la competencia de este Cuerpo para entender en las acciones de responsabilidad civil contra magistrados, haciéndose eco de profusa doctrina y jurisprudencia y advirtiendo las diferencias con el sistema nacional. Por todo lo expuesto y lo dispuesto en el artículo 251 del Código Procesal Civil y Comercial, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Rechazar la excepción de incompetencia interpuesta, con costas. Regístrese y hágase saber. FDO.: FALISTOCCO-GASTALDI-GUTIÉRREZ-NETRI-SPULER-VIGO-Fernández Riestra (Secretaria) FUNDAMENTOS DEL SEÑOR MINISTROS DOCTOR MARIO LUIS NETRI. 1. En resumidas cuentas, el demandado incidentista acusa la incompetencia de este Tribunal para entender en la causa por cuanto la atribuida por el artículo 93, inciso 7) de la Constitución Provincial “sólo opera cuando el juicio es entablado por la Provincia de Santa Fe contra un Juez por repetición de lo pagado en otro juicio de responsabilidad extracontractual donde fue vencida por un tercero”.Ad eventum, afirma que sería inconstitucional violatorio de los artículos 5 y 16 de la constitución nacional que a un juez provincial se le negara una garantía que gozan los jueces federales, cual es: que no pueden ser sometidos a juicios de responsabilidad civil por actos que se les imputen como ejercicio irregular de sus funciones si antes no fueron destituidos por el jury de enjuiciamiento. 2. Ambos planteos deben ser rechazados. El primero ya que solo se sustenta en una particular interpretación que formula el recurrente del artículo 93, inciso 7) de la Constitución Provincial. Pues , sostener que ese precepto opera únicamente en caso de que el Estado pretenda del juez el reembolso de lo pagado en otro proceso en el que resultó condenado por la actuación irregular de aquél en el ejercicio objetivo de su función, no encuentra sustento alguno en la letra de la Ley Suprema e importa desconocer la responsabilidad personal y directa de los funcionarios públicos por los hechos que ejecuten en su carácter de tales prevista en el artículo 1112 del Código Civil (vid. Bustamante Alsina, Jorge, “Teoría General de la Responsabilidad Civil”, Bs. As. 1987, pág. 436 y sgtes.; “Código Civil y leyes complementarias, comentado, anotado y concordado”, Tomo 5, Director Belluscio, Augusto C., Bs. As. 1994, pág. 404; Marienhoff, Miguel S., “Tratado de Derecho Administrativo”, tomo III-B, Bs. As. 1998, págs. 387/401; Mosset Iturraspe, Jorge - Kemelmajer de Carlucci, Aida - Parellada, Carlos, “Responsabilidad de los Jueces y del Estado por la actividad judicial”, Santa Fe 1986, págs. 105/106; SCBA, L.L. 1986-E-416, A.S 1986- I- 592 y J.A. 1987-I-596; CSJSF, “González Echenique”, A. y S., T. 81, pág. 419). Recuérdese en tal sentido que la Ley Orgánica del Poder Judicial ha consagrado expresamente la responsabilidad de los Magistrados Judiciales (art. 10) que abarca -a no dudar- la civil, reconocida desde siempre en nuestro país. Siendo por demás de claro la interpretación literal de los textos legales involucrados en el sentido de que cuando se trata de juzgar la responsabilidad de modo personal del Magistrado que ha ocasionado un perjuicio indemnizable, rige al efecto los artículos 93, inciso 7 de la Constitución Provincial y 18, inciso 2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial siendo, además, improrrogable (art. 2, apart. 2, inc. d L.O.P.J.). El restante planteo colisiona sin más con nuestro régimen federal de gobierno. En virtud de éste las provincias conservan todo el poder no delegado por la Constitución al gobierno federal (arts. 121, 122 y 123) y poseen la plenitud normativa correspondiente a su calidad de estado autónomo, que incluye la atribución de darse sus propias atribuciones y de regirse por ellas. En consecuencia si conservan su soberanía absoluta en la diagramación de todo lo relacionado con su organización tribunalicia y demás complementos naturales de la función, corresponde concluir que ese atributo comprende la facultad de establecer la manera y el modo de hacer operativa la responsabilidad civil de los magistrados judiciales. Ello basta para desestimar el pretendido quiebre a la garantía de igualdad. Por tanto, corresponde rechazar la excepción de incompetencia con costas a la vencida (art. 251, C.P.C. y C.). FDO.: NETRI-Fernández Riestra (Secretaria) DISIDENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DOCTORA MARÍA ANGÉLICA GASTALDI Venidos los presentes a los fines de decidir sobre la cuestión de competencia, se ha planteado como supuesto de atribución a este cuerpo la disposición del art. 93 inc 7 de la Constitución de la Provincia de Santa Fe. Y en punto a ello, cabe considerar que el reclamo de autos refiere a la acción de daños ejercida contra un magistrado alegándose “inconducta” que habría cometido en el ejercicio de sus funciones y no de una responsabilidad atribuida fuera del ámbito de su actuación como órgano del estado.- . Considero por ello, que más allá de las alegaciones del recurrente sobre las posibles hipótesis comprendidas en el alcance del texto constitucional, cabe liminarmente hacer mención que, desde una aislada acepción literal no podría conferirse un alcance que soslaye el contexto constitucional constitutivo del sentido. Pues, las palabras adquieren significación solo por referencia al lenguaje en que se inscriben, que en el caso no es otro que el implicado en la Constitución desde su doble vertiente de trascendencia de la juridicidad instituida. Por una parte como organización de los poderes predispuestos para la consecución de los altos fines y funciones para el que han sido establecidos -tanto los de la Nación como de las Provincias- y por la otra como tutela de derechos fundamentales reconocidos. Entiendo que desde tal perspectiva deben analizarse las cuestiones de responsabilidad involucradas en la consideración de autos. Así de inicio cabe mencionar aquélla añeja e ininterrumpida doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación cuando señala: “que no puede someterse a los jueces a procesos civiles promovidos por quienes se consideran víctimas de daños derivados de actos realizados por aquellos en ejercicio de funciones judiciales”, “se trate de verdaderas sentencias o resoluciones de menor entidad “y que tal inmunidad se mantiene hasta que cesa en sus funciones el magistrado del caso, sea a raíz de su destitución o por otra causa (Fallos 1,302; 113, 116, 409; 300,75).No ha pasado desapercibido, que desde un aspecto podría entenderse que tal criterio constitucional impone una restricción al derecho individual de acudir a los tribunales. Y así se ha dicho: “Que, sin duda, la existencia de la inmunidad jurisdiccional examinada constituye una fuerte restricción al derecho individual de ocurrir ante los tribunales en procura de justicia, pero esta Corte considera que dicha restricción se justifica por la necesidad de asegurar el libre y regular ejercicio de la función judicial, la cual seguramente se frustraría si los jueces estuviesen expuestos a las demandas de litigantes insatisfechos con sus decisiones”. Debe señalarse sin embargo, que esta inmunidad no está concebida como indemnidad del juez en particular, sino como garantía institucional. Y como tal, esta inmunidad, con su consecuente restricción , tiende a preservar y asegurar el libre e independiente ejercicio de la función judicial, lo cual constituye una garantía esencial del estado de derecho. En el estado actual la garantía jurisdiccional hace a la esencia de la fuerza normativa de la constitución como garantía de los derechos que se reconocen. (Confr. Luis Prieto Sanchiz, “La garantía jurisdiccional y los derechos fundamentales”). Por ello es que, sin garantía jurisdiccional tampoco habría tutela efectiva de los derechos ciudadanos y la inmunidad misma se exhibe como presupuesto inescindible del independiente ejercicio de la función judicial. La generalidad de los países que preservan la independencia judicial, asumen la inmunidad del poder judicial en su configuración como tal. ( Confr. El documentado trabajo de Elena Highton de Nolasco en Revista de Derecho de Daños - Daños Profesionales- N/ 8, “La Responsabilidad de los Jueces en el Sistema Constitucional Argentino”, Rubinzal - Culzoni, pág. 77 ). Así desde antiguo y en pacífica y reiterada jurisprudencia la Suprema Corte de Estados Unidos de Norteamérica ha dicho por ejemplo: “ Que no puede discutirse por vía de acción de daños y perjuicios, el grado de acierto o error de los procesos judiciales o conducta de un juez en un litigio, lo contrario importaría revisar las decisiones judiciales y revisar lisa y llanamente la autoridad de la cosa juzgada” ( Sen 27 -12-47). La intensidad de la inmunidad establecida , no ampara sin embargo, el mal desempeño, pues los magistrados se encuentran sometidos a todas las instancias disciplinarias y correctivos funcionales incluso, que establecen las disposiciones constitucionales y legales, y pudiendo conforme a ello, ser sometidos al enjuiciamiento respectivo. “In re” “Irurzún, Ricardo” (Ver J.A. 1994-IV-pag 193), la SCJN declaró: “Que el objetivo de la doctrina reseñada no ha sido el de impedir a los tribunales el conocimiento de la causas en las que se encuentran involucrados magistrados judiciales, pues, tal como lo señaló el Procurador General al dictaminar en Fallos: 113:317, no existe impedimento alguno, una vez cumplidas las formalidades del juicio político, en someter ante la justicia a los funcionarios comprendidos en el artículo 45 de la Ley Fundamental y tampoco la citada exención tiende a establecer un privilegio contrario al artículo 16 CN a favor de los magistrados judiciales, toda vez que aquélla se funda en razones de orden público, relacionadas con la marcha regular del gobierno, creado por la Ley Fundamental (Fallos 113:317)”. De todo lo antes explicitado, cabe colegir a mi juicio que el texto del art. 93 inc 7 de la Constitución Provincial cuando dispone : “Compete a la Corte Suprema el conocimiento de (...) los juicios de responsabilidad civil promovidos contra los magistrados judiciales”, en su primario alcance, y aún cuando pudiere tratarse de responsabilidad como derivaciones de una actuación funcional, no admite que bajo la afirmación de una literalidad o de falta de distinción en el texto, -y sin que se supere el obstáculo constitucional- habilite para que directamente se demande a un juez alegando inconductas en el desempeño funcional. Interpreto que este alcance viene decidido necesariamente por la circunstancia de que si se obra en dicho marco funcional del poder que integra y constituye, no pueden ellos ser entendidos mas que como propios del mismo órgano. Lo que resulta de un elemental entendimiento de la naturaleza institucional que reviste la organización del poder. Por tanto, en el supuesto aquí tratado no resulta aplicable tal disposición para habilitar a que esta Corte ingrese al conocimiento del caso sub-examen ( por colisionar además con la doctrina judicial sentada por la SCJN) por cuanto la acción se articula sustentado cuestionamiento y responsabilidad del magistrado por su actuar en el ejercicio de sus funciones. Obsta a ello la aludida inmunidad judicial, que se impone sea por la circunstancia de que su actuación, aunque individual (órgano -individuo) no puede escindirse de la del mismo órgano que integra. Y como se ha dicho, sustentada además en garantizar que los jueces en la tarea de juzgar decidan con libertad y serenidad, de acuerdo a sus propias convicciones, en el marco de la función que les compete, y sin que sobre ellos pesen prevenciones de ser accionados por litigantes insatisfechos con sus decisiones. Esta esencial independencia en el decidir de un magistrado resultaría asimismo seriamente afectada si sus propios pares -unos contra otros y entre otros de diferente ubicación orgánica-, para juzgar un supuesto daño, vinieran a constituirse en jueces de otros jueces por su desempeño funcional. Pero además, y tanto más aún aparecería vulnerada la independencia si los integrantes de la Suprema Corte pudieran entrar a valorar el desempeño de absolutamente todos los jueces en función. En este aspecto bien vale hacer mención que es un principio general de toda adecuada administración de la justicia que no se destruya su interna independencia, sin la cual ningún poder judicial puede ser “respetable o útil” (“Bradley v. Fischer” -1872). Para alcanzar estos fines es que debe defenderse la independencia judicial tanto en sus aspectos individuales como institucionales. Conforme todo lo anterior, a mi juicio , en el sub-iudice estamos más que ante una estricta cuestión de competencia, en realidad, frente a una pretensión – la ejercida contra el magistrado – que adolece de la temporaria imposibilidad de ser juzgada. Cuestión esta que considero expresamente contemplada por la ley de enjuiciamiento civil de nuestra provincia a través del art. 2do, 2do párrafo del CPCC al disponer: “.....Cuando la decisión de la demanda no corresponda en absoluto al poder judicial, el tribunal deberá declararlo así, en cualquier etapa o grado, de oficio o a pedido de parte...” En la terminología procesal, se conoce este supuesto como “improponibilidad objetiva” de la acción. Ello así por la circunstancia de concurrir en el tribunal interviniente “un defecto absoluto en la facultad de juzgar”., (Ver Peyrano, Jorge W ., “El proceso atípico”, Buenos Aires, 1993, Editorial Universidad, pág. 63, y “Ley Orgánica del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe, Doctrina y Jurisprudencia”, T. I., Rosario, Santa Fe 2002, Nova Tesis, pág. 165).Se podrá argüir que en el sub-examen la demanda se ha admitido formalmente y se procedió a sustanciarla (art. 130 y 131 del CPCC), pero ello ha sido a través de un análisis liminar, provisorio y no definitivo de la cuestión. Y tratándose como en el caso de las inmunidades y prerrogativas funcionales del Poder Judicial, que esta Corte debe necesariamente preservar; no puede aquella admisión provisoria ser impedimento a que este Tribunal apreciando la cuestión involucrada rectifique y declare la “improponibilidad objetiva”. Adelanto que así deberá declararse . Encontrándose esta Corte habilitada para ello, aún cuando la causa haya avanzado en su trámite (por inadvertencia) y haya pasado la oportunidad de repeler ab initio. Criterio normativamente sustentado además en la disposición expresa del art. 2do. del C.P.C.C. de Santa Fe, por el cual este Cuerpo puede y debe decidir su “falta de jurisdicción” en la especie (ob. cit pág. 69). Reitero entonces que no se trata, pues, propiamente de una forma de la incompetencia. Se trata de la negación del poder de juzgar, porque, como dice Mortara, el juicio sobre el defecto de la potestad jurisdiccional se define en una decisión que absorbe el contenido de la controversia (Cabal, Justo y Atienza, Antonio “Anotaciones al Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe. Ley 2924", Rosario, 1940, Ed. Ciencia, pag 5). En sentido coincidente con esto conf. Enrico Redenti (“Derecho procesal civil”, traducción de Santiago Sentis Melendo y M. Ayerra Redín, Bs. As., 1977, Ejea, t. 1, pag 126) y Fairen Guillén (“La demanda en el proceso civil español”, en “Estudio de derecho procesal”, Madrid, 1955, Ed. Revista de Derecho Privado, , pag 461, en nota). La doctrina de esos autores postula en suma la improponibilidad objetiva de la pretensión “cuando el órgano jurisdiccional se encuentra absolutamente imposibilitado para juzgarla”. Tal es el encuadre de autos, cuando, al confrontar las alegaciones del accionante, se advierte como fundamento imputativo de los perjuicios, situaciones derivadas y originados en la actividad judicial del Dr.Vargas. Lo cual impone la consideración de la cuestión venida a conocimiento y la apreciación del alcance de los textos en el marco de la instituciones constitucionalmente establecidas y las garantías de igual raigambre que tienden al aseguramiento de la independencia de los jueces y que son constitutivas a la esencia de su rol, como integrantes de un poder de la constitución y la ley. A mi juicio la doctrina constitucional citada en precedencia y emanada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las garantías institucionales que surgen de la Constitución Provincial, y disposiciones legales citadas predican que se declare y disponga la improponibilidad objetiva de la pretensión.- Todo sin mengua del derecho del reclamante para encauzar su reclamo por las vías procesales, u otros correctivos funcionales que estimare le asistan . Así voto. FDO.: GASTALDI-Fernández Riestra (Secretaria)