1274-2001 SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas siete minutos del día nueve de enero de dos mil uno. Vistos en casación de la sentencia pronunciada por la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro, a las catorce horas y cuarenta y cinco minutos del día seis de julio de mil novecientos noventa y nueve, que decidió la apelación que se interpuso de la sentencia interlocutoria pronunciada por el Juzgado Cuarto de lo Mercantil de esta ciudad, en el Juicio Mercantil Ejecutivo, promovido por el Doctor Carlos Amílcar Amaya, como apoderado de Aseguradora Suiza Salvadoreña, S.A., contra la Sociedad Casa Thomsen, S.A. y el señor Ernest Joachin Springensguth, conocido por Joaquín Springensguth. Han intervenido en primera y segunda instancia, el Doctor Carlos Amílcar Amaya, en el carácter ya dicho; y el Licenciado Tomás Soto Medrano como apoderado de la Casa Thomsen, S.A. y el señor Springensguth. En casación sólo lo ha hecho el Licenciado Soto Medrano. LEIDOS LOS AUTOS; Y, CONSIDERANDO: I. El fallo de Primera Instancia dice:""por lo anteriormente expuesto se concluye en el presente caso estamos en presencia de la figura denominada doctrinariamente como perención; en consecuencia, de conformidad a lo establecido en el Art. 469 Pr. C. y Arts. 995, 996 Cód. de Comercio y 120 de la Ley de Procedimientos Mercantiles DECLARASE ACABADA Y EXTINGUIDA la acción intentada por el Doctor CARLOS AMILCAR AMAYA, como Apoderado de la Sociedad "ASEGURADORA SUIZA SALVADOREÑA, S.A." contra la Sociedad "CASA THOMSEN, S.A." y el señor ERNST JOACHIM SPRINGENSGUTH, conocido por JOAQUIN SPRINGENSGUTH, y al quedar firme la presente resolución, levántese el embargo recaído en bienes propios de la Sociedad "CASA THOMSEN, S.A." y el señor ERNST JOACHIN SPRINGENSGUTH, conocido por JOAQUIN SPRINGENSGUTH."" II. El fallo de Segunda Instancia expresa:""POR TANTO: De acuerdo con lo antes considerado, disposiciones legales relacionadas y Arts. 1089 y 1092 Pr. C., esta Cámara FALLA: Revócase la sentencia interlocutoria venida en apelación, pronunciada a las nueve horas y treinta minutos del día ocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, por no estar arreglada a derecho. Notifíquese y en su oportunidad vuelva el juicio al juzgado de origen, con certificación de esta sentencia, a efecto de que la Juez a quo pronuncie la que en derecho corresponde y continúe la tramitación del mismo. No hay especial condenación en costas."" III. No conforme con dicho fallo, el Licenciado Tomás Soto Medrano en el carácter en que comparece y como recurrente, interpuso recurso de casación, en los términos siguientes:""Que no estando de acuerdo con la sentencia definitiva pronunciada por ese Tribunal, vengo por este medio a interponer recurso de casación, pidiendo se me admita este recurso, y se le dé el trámite legal consiguiente y se remita donde corresponde.----I) Motivo en que se funda el recurso: el presente recurso de casación se interpone por infracción de ley en virtud de interpretación errónea y aplicación indebida de la ley cometida por esa Honorable Cámara. Arts. 2 literal A y Artículo 3 Numeral 1° Ley de Casación.----PRECEPTOS INFRINGIDOS: Arts. 469 Pr. C., 995 y 996 C. Comercio, y Art. 120 Ley de Procedimientos Mercantiles (interpretación errónea) y Arts, 1248, 1299, 1092 y 1098 del Código de Procedimientos Civiles, (aplicación indebida).----II) CONCEPTO DE LAS INFRACIONES:----a) INTERPRETACION ERRONEA: Hay interpretación errónea de la Ley, cuando no se da a la ley aplicación en su verdadero sentido, esto es, no se da a la norma el sentido correcto bajo el supuesto de que sí se reconoce su existencia.----La Honorable Cámara ha reconocido la existencia de los Artículos 469 Pr. C. y 995 y 996 Código de Comercio, PERO INTERPRETA ERRONEAMENTE sus alcances y aplicación en el caso que nos ocupa, al manifestar en su sentencia: "La Juez a quo fundamenta su resolución, en lo dispuesto en el Art. 469 Pr., después de haber transcrito pensamientos de autores relativos a la figura conocida como caducidad o perención de la instancia, dando a entender que la disposición legal citada aplica la figura en referencia, apreciación errónea por cuanto en dicha disposición lo que existe es la prescripción de la acción, lo cual desde luego, es cosa totalmente distinta.----En efecto la caducidad de la instancia es la extinción de la misma, porque las partes abandonan el ejercicio de la acción u oposición por un período corto que las legislaciones que la regula determinan; existe una ineficacia de todo lo actuado, de manera que como dice el maestro Eduardo Pallarés, "insiste los procesalistas en que la caducidad deja a salvo los derechos de las partes para que los ejerciten en juicio diverso. Tiene aquella sólo efectos procesales y no de derecho sustantivo".----En cambio el Art. 469 Pr. C., prescribe que en toda demanda en primera instancia, se tendrá por acabada y extinguida la acción, por no proseguirse en el término señalado por la ley, para la prescripción; es decir, que alude a la prescripción extintiva civil, regulada en los Arts. 2253 y siguiente C.C., la cual como se sabe, produce la extinción de la acción, entendida ésta, no como el derecho subjetivo abstracto de poner en marcha la jurisdicción, para obtener la solución del conflicto de intereses jurídicos, sino como el derecho a la tutela judicial efectiva que se reclama en la demanda. Por ello, si el derecho material que se pretende hacer valer, es de carácter personal, la obligación se convierte en natural, la cual como dice el Art. 1341 C., es aquélla que no confiere derecho para exigir su cumplimiento; y si es real, el accionante lo pierde al ser adquirido por el poseedor, según surge de lo dispuesto en el Art. 2256 C.. De esa manera, si el demandante abandonó el ejercicio de la acción y ésta es declarada acabada y extinguida en el proceso, éste termina en forma anormal; y en este caso si el actor propusiera nuevamente el ejercicio de la acción, el demandado podría enervarla invocando una auténtica excepción procesal de falta de derecho a la tutela, o para decirlo acorde a la terminología tradicional, de falta de acción, con la cual, al tramitarse el nuevo proceso, la sentencia definitiva no podría entrar a conocer del fondo del asunto, sino que se concretaría a declarar inepta la demanda, o como dicen los autores españoles, a absolver de la instancia. Efecto idéntico al que se produce cuando se invoca la excepción de cosa juzgada, ya sea que el proceso hubiere terminado en forma normal o anormal (desistimiento, deserción, sobreseimiento, etc.) Desde luego que el demandado bien podría invocar la anterior situación, como fundamento de una improponibilidad de la demanda y obtener el mismo resultado in limine.----Lo anterior significa que la pérdida (prescipción) "de la acción", se da no solo cuando existe un absoluto silencio de la relación jurídica, es decir, cuando el titular del derecho no lo reclama durante el tiempo de la prescripción, sino también, cuando habiendo demandado en tiempo, abandona el ejercicio de la acción durante el término de la prescripción. En consecuencia, en el caso del citado Art. 469 Pr., el demandante no puede proponer ulteriormente en forma exitosa el ejercicio de su acción, a diferencia de lo que ocurre en la caducidad de la instancia, según el efecto que las legislaciones que la regulan le asignan, entre los cuales, por supuesto no está la nuestra."----y b) APLICACIÓN INDEBIDA: Como consecuencia de lo expuesto en el literal anterior y como base para revocar el fallo de la Primera Instancia, la Cámara, en su fallo, ha aplicado los Arts. 1092 y 1098, 1248 y 1299 Pr. C., artículos que no son aplicables al caso discutido."" IV. Por auto de las nueve horas y quince minutos del día once de septiembre de dos mil, se previno a los impetrantes, para que subsanaran el escrito de interposición del recurso. Luego, por resolución de las diez horas del día seis de octubre de dos mil, se admitió el recurso por la causa genérica: infracción de ley, Art. 2 letra a); por el motivo específico de interpretación errónea Art. 3 numeral 2°, ambas disposiciones de la Ley de Casación; se señaló como precepto infringido el Art. 469 Pr. C. Se declaró inadmisible el recurso por aplicación indebida e igualmente por infracción de los Arts. 995 y 996 del Código de Comercio y 120 de la Ley de Procedimientos Mercantiles. V. El Licenciado Soto Medrano, presentó su alegato mediante escrito, del día siete de noviembre del año próximo pasado, así:""RESOLUCION IMPUGNADA: La sentencia definitiva emitida por la Honorable Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro en el Juicio Mercantil Ejecutivo iniciado por el Juzgado Cuarto de lo Mercantil de este Distrito Judicial, por el Dr. CARLOS AMILCAR AMAYA, en concepto de Apoderado de la Sociedad "ASEGURADORA SUIZA SALVADOREÑA, S.A.", en contra de la Sociedad "CASA THOMSEN, S.A., y del señor ERNST JOACHIM SPRINGENSGUTH, conocido por JOAQUIN SPRINGENSGUTH. Dicha sentencia REVOCA la sentencia interlocutoria pronunciada por la Señora Jueza Cuarto de lo Civil (sic), a las nueve horas treinta minutos del día dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, sentencia interlocutoria que declara "acabada y extinguida la acción intentada por el Dr. Carlos Amílcar Amaya, COMO APODERADO DE LA SOCIEDAD "ASEGURADORA SUIZA SALVADOREÑA, S.A." contra la sociedad "CASA THOMSEN, S.A.", y el señor ERNST JOACHIM SPRINGENSGUTH, conocido por JOAQUIN SPRINGENSGUTH.----No estando de acuerdo con dicha revocatoria, interpusimos este recurso, pues la Honorable Cámara, en una sentencia contradictoria, apoya su fallo en el Artículo 469 Pr. C., pero lo interpreta de una manera errónea; los fundamentos de la interposición de este recurso los expongo a continuación:----I) FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS, DEFINICION DE LA CADUCIDAD O PERENCION DE LA INSTANCIA:----Los diversos tratadistas del Derecho han conceptualizado la institución de la caducidad de la instancia o PERENCION DE LA INSTANCIA, así:----Don MANUEL OSSORIO Y GALLARDO, la define así:----"Es un modo de extinguir la relación procesal por la inactividad de las partes durante cierto período de tiempo. En ese sentido la caducidad llamada también PERENCION, supone UN ABANDONO DE LA INSTANCIA" (Las mayúsculas son nuestras).----GUILLERMO CABANELLAS, en su Diccionario de Derecho Usual, nos dice: "Que caducidad de la instancia es la presunción legal de abandono de la acción entablada o del recurso interpuesto cuando los litigantes se abstienen de gestionar la tramitación de los autos."---HERNANDO DEVIS ECHANDIA, dice: "Que la caducidad de la instancia tiene lugar cuando el demandante abandona el proceso en la Secretaría, durante la primera instancia, sin promover actuación por escrito durante seis meses contados desde la notificación del último auto o desde la práctica de la última diligencia".----El Dr. GUILLERMO TRIGUEROS h., al referirse a la caducidad, "cuando se aplica a los trámites o actos procesales se llama perención", y-----JAIME GUASP, en su Derecho Procesal Civil, y es el tratadista que a nuestro juicio define mejor esta institución, nos dice: "Un proceso puede terminar anormalmente, esto es, extinguirse no por actos, sino por omisiones de las partes, si debiendo actuar, no lo hacen durante un determinado período de tiempo, el proceso se concluye sin llegar a su decisión final, y concluye: CADUCIDAD DE LA INSTANCIA, ES PUES LA EXTINCION DEL PROCESO QUE SE PRODUCE POR LA PARALIZACION DURANTE CIERTO TIEMPO EN QUE NO SE REALIZAN LOS ACTOS PROCESALES DE PARTE".----De los anteriores conceptos y los de tantos otros tratadistas que han abordado el tema, se infiere que como lo manifiesta el Lic. GUILLERMO ALEXANDER PARADA GOMEZ, que "la caducidad de la instancia es un instituto procesal que implica la terminación anormal del proceso por haber transcurrido el plazo que la Ley señala sin que las partes hayan llevado a cabo, en una forma voluntaria, y sin que opere algún impedimento, acto procesal alguno".----Determinando así el concepto de caducidad de la instancia o perención de la instancia, se pueden establecer sus características esenciales así:----a) Es una institución estrictamente PROCESAL; b) es una figura de orden público irrenunciable; c) opera de pleno derecho, según algunos expositores, d) es una forma anormal de terminar un proceso o procedimiento; e) es extintiva, f) importa la inactividad de la parte actora en un juicio en un plazo determinado, y que dicha inactividad haya sido de forma voluntaria, es decir, que no se haya debido a un impedimento alguno, es decir: "es una especie de renuncia tácita"; g) corre contra toda persona, salvo, contadas excepciones; h) puede ser declarada de oficio o instancia de parte; e i) Agregamos, extingue únicamente el procedimiento, y no el derecho de acción.----II) RAZONES DE LA INSTITUCION DE LA CADUCIDAD O PERENCION DE LA INSTANCIA. Asimismo los tratadistas o expositores del derecho, coinciden en las siguientes razones: a) El evitar los procesos o procedimientos indefinidos, evitando así los daños sociales que podrían producirse en un estado de inseguridad e incertidumbre, es decir, es una institución de orden público que se ha establecido en beneficio de la sociedad y el Estado; b) Por principio de economía procesal, y c) ADEMAS: Como un castigo al litigante negligente que desatiende su obligación de impulsar el procedimiento durante un período determinado.----III) LA PERENCION O CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN NUESTRA LEGISLACION:----La institución que nos ocupa está regulada en nuestra legislación vigente, en un solo artículo, el Artículo 469 del Código de Procedimientos Civiles, el cual reza: "En toda demanda en primera instancia se tendrá por acaba y extinguida la acción, por no proseguirse en el término señalado por la ley para la presccripción".----Dicho Artículo plasma la legalidad de la institución de la perención o caducidad de la instancia en nuestra legislación, y haciendo un pequeño y somero análisis del mismo colegimos:----a) Es una institución ESTRICTAMENTE PROCESAL, pues importa únicamente el hecho de que las partes, voluntariamente abandonen el procedimiento iniciado durante un período de tiempo; en otra legislaciones (España, México, Argentina, para el caso), dicho período ya está determinado. En nuestra legislación dicho período es el mismo período que el de la prescripción extinta de la acción que se ha esgrimido; b) Puede alegarse únicamente en primera instancia, a diferencia de otras legislaciones, en donde puede alegarse en cualquier instancia y recurso; c) Acaba y extingue la acción. Sobre esto último, es necesaria una pequeña explicación. El Artículo en mención, confunde ACCION con INSTANCIA o procedimiento, pero, armonizando la teoría de los expositores de derecho, la legislación comparada y el espíritu del mencionado artículo, podemos colegir con toda propiedad y seguridad, que lo que el Artículo 469 extingue, es el procedimiento, no la acción, entendida ésta, como el derecho abstracto que tiene cualquier persona a promover la jurisdicción del estado, a fin de tratar de hacer valer sus pretensiones legales. La escasa jurisprudencia que existe en el país, abona también este razonamiento; d) En armonía con el criterio unánime de la doctrina de los expositores del derecho, agregaríamos nosotros, que por ser una institución de orden público, es IRRENUNCIABLE, opera de pleno derecho, y puede ser declarada, ya de oficio, o ya a instancia de parte, pues dicho artículo no hace distinción de ninguna naturaleza, y como es sabido en donde no distingue el legislador, no debe distinguir el intérprete; y e) Con relación al período de tiempo que debe de correr para alegar, el Artículo dicho se remite a los términos de la prescripción extintiva, en cada caso alegado; esto ha dado lugar a una confusión, como lo es el caso de la sentencia objeto de este recurso, entre lo que es la perención o caducidad de la instancia, institución estrictamente procesal o adjetiva, con la institución de la prescripción extintiva civil, institución de derecho sustantivo completamente diferente de lo anterior, pues la perención de la Instancia como institución de derecho público, únicamente presupone un período de tiempo en que las partes (vale decir la parte actora) deje de impulsar el proceso, o que el juzgador no provea ninguna resolución para que opere, mientras que la prescripción no puede ser acogida de oficio; el legislador no puede decretarla, y por lo tanto debe de ser alegada como una excepción.---IV) NUESTRO PLANTEAMIENTO: En el Juicio Mercantil Ejecutivo iniciado por "ASEGURADORA SUIZA SALVADOREÑA, S.A.", en contra de mis poderdantes, la última actuación que aparece en el juicio antes de nuestra petición, tiene fecha treinta de agosto de mil novecientos noventa y tres.----La petición de declaratoria de perención o caducidad, la presenté en dicho tribunal, con fecha doce de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, es decir, CINCO AÑOS, DOS MESES y DOCE DÍAS después de la última actuación que aparece en el juicio.----De acuerdo a la Ley de Procedimientos Mercantiles, la perención o caducidad se debe de alegar conforme al Artículo 469 Pr. C., pues aquél artículo se remite a esto último.----La prescripción en materia mercantil, está regulada, entre otros, en los Artículos 995 y 996 del Código de Comercio, siendo el plazo máximo de prescripción en materia mercantil, de cinco años (Art. 995 Romano IV: "Prescribirán en cinco años los otros derechos mercantiles").----Por lo tanto, lo que se le planteó a la Señora Jueza, fue de que, en vista de haber transcurrido con más, el plazo máximo para que operara cualquier prescripción mercantil, se aplicara el 469 Pr. C. y se declarara la perención de la instancia, en el juicio en mención.----La Señora Jueza en su resolución de fecha dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, después de hacer un análisis doctrinario de la situación a ella planteada, y con base en los ya citados Artículos 469 Pr. C., 120 Ley de Procedimientos Mercantiles, y 995 y 996 del Código de Comercio, declaró acabada y extinguida la acción intentada por "ASEGURADORA SUIZA SALVADOREÑA, S.A.", en contra de mis poderdantes, resolución de la cual apeló el Dr. Amaya.-----V) SENTENCIA DE LA CAMARA E INTERPRETACION ERRONEA DE LAS DISPOSICONES EN QUE SE BASA DICHA SENTENCIA:----"Hay interpretación errónea de la ley, cuando no se da aplicación a la ley en su verdadero sentido, esto es, no se da a la norma el sentido jurídico correcto bajo el supuesto de que se reconoce su existencia".----La Cámara, al pronunciar su sentencia hace una interpretación errónea del Artículo 469 Pr. C., pero interpreta erróneamente su alcance en la situación que nos ocupa; veamos:----Después de tomar en consideración los argumentos de las partes y de hacer un buen recorrido doctrinario de la institución de la caducidad o perención del Artículo 469 Pr. C., concluye erróneamente que: "el Artículo en comento no se refiere a la extinción del proceso o procedimiento, sino a la extinción del derecho abstracto y subjetivo que tiene cada persona de promover la jurisdicción del estado, es decir, a la prescripción de la acción, es decir, manifiesta la Cámara, que dicho artículo alude a la prescripción extintiva regulada en los Artículos 2253 y Siguientes C.C., para terminar concluyendo que el Artículo 469 Pr. C., no es aplicable al caso.----Interpretación errónea (y contradictoria, agrego, las razones las diré al final), pues dicho artículo emplea la palabra acción como sinónimo de Instancia o procedimiento, y por lo tanto como ya lo hemos manifestado, se refiere a la caducidad del procedimiento por el simple transcurso de un período determinado, sin que se haya proseguido con el juicio o procedimiento, y lo que la Cámara debió haber hecho, era constatar si el período de tiempo durante el cual el juicio ha estado paralizado, es igual al plazo de la prescripción extintiva de la acción que se ha esgrimido, en este caso, el período de prescripción de la acción ejecutiva mercantil, y concluir, con base a la constatación de dicho período, si procedía o no, declarar acabada y extinguida la instancia, para emplear la palabra del artículo acabada y extinguida la acción; y no hacer una interpretación retorcida de dicho artículo diciendo que no se refiere a la caducidad de la instancia, sino a la caducidad de la acción, que por lo tanto, no es aplicable al caso.----La interpretación errónea del Artículo 469 Pr. C. hace que la Cámara base su fallo en los Artículos 1092 y 1098 Pr. C., que no tiene nada que ver con el asunto discutido.----He manifestado, Honorable Sala, que la sentencia pronunciada por la Cámara es contradictoria, porque, precisamente, el Magistrado Atilio Rigoberto Quintanilla, al fungir como Juez Segundo de lo Civil de este Distrito Judicial, pronunció en el juicio civil ejecutivo seguido en dicho tribunal por el señor Gerardo Ramos Alvarez en contra de la señora Cecilia Morales de Delgado, (Ejecutivo 86/90), al solicitársele la declaratoria de extinción de la instancia pronunció la siguiente resolución: "JUZGADO SEGUNDO DE LO CIVIL : San salvador, a las nueve horas y cuarenta minutos del día veintiséis de noviembre de mil novecientos noventa y tres.----Agréguese el anterior escrito. En el caso de autos la última intervención de la parte actora, fue de fecha veinticuatro de noviembre de mil novecientos ochenta y dos, pidiendo en la misma que se señalara día y hora para la venta en Pública Subasta de los Bienes embargados; tal petición fue realmente resuelta, ya que aunque a fs. 52, aparece una resolución ordenando la venta en Pública Subasta de los inmuebles embargados, no se señaló día y hora para la práctica de tal diligencia, dicha resolución es de fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos ochenta y dos. A partir de entonces, el proceso ha permanecido inactivo, aún a pesar de que con fecha veinticinco de enero de mil novecientos noventa, aparece una resolución de este Tribunal dando por recibidos los autos provenientes del Juzgado Quinto de lo Civil, ya para entonces convertido en el Juzgado Tercero de lo Mercantil; esta última resolución no implica propiamente un desarrollo del proceso en función de alguna petición de la parte actora, sino que solamente una actuación del Tribunal, de carácter administrativo. La inactividad del proceso por más de diez años, se origina en una doble causa; 1°.- La negligencia del Tribunal en resolver la petición formulada por la parte actora a fs. 50; y 2°.- La ausencia de nuevas peticiones de la referida parte actora, que hicieren poner en movimiento el Proceso, lo cual se traduce en el abandono de la acción de parte del actor; tal abandono debe contarse a partir de la fecha en que se ordenó la venta en Pública Subasta de los bienes embargados, a que ya se ha hecho referencia, pues el litigante debió haber advertido la deficiencia de dicha resolución, y en consecuencia pedir que efectivamente se hiciere el señalamiento "para la venta en Pública Subasta que había solicitado. Por otra parte debe señalarse que no hay disposición legal que establezca de alguna manera el momento a partir del cual debe entenderse abandonada la acción, para contar a partir de allí los diez años de la prescripción en que se fundamenta la caducidad de la instancia; pero en ausencia de un texto legal al respecto, y con base a lo preceptuado en el Art. 421 Pr. C., debe de acudirse a consideraciones de buen sentido y razón natural para resolver dicho punto, ya que tampoco existe al respecto doctrina de los expositores del Derecho; y el sentido común y la razón natural, indican que el tiempo de abandono de la acción debe contarse, en el caso de autos, a partir de la fecha de la resolución que ordenó la Venta en Pública Subasta, y que no señaló día y hora para práctica de la misma, todo en razón de lo ya expresado con relación a las causas que ha motivado la paralización del desarrollo del Proceso. Por lo antes dicho, y habiéndose abandonado la acción por parte de la parte actora por más de diez años, declárase acabada y extinguida la acción intentada en la presente ejecución, y en consecuencia extinguida la obligación civil reclamada, por medio de la prescripción extintiva. Levántese el embargo decretado en bienes de la demanda, Señora CELIA MORALES DE DELGADO, y cancélase la Hipoteca inscrita al Número TREINTA Y UNO del Libro DOS MIL TRESCIENTOS DIECIOCHO de Hipotecas, así como la anotación preventiva del embargo inscrito al Número CUARENTA Y OCHO, Libro CIENTO VEINTICINCO de Anotaciones Preventivas. Líbrese oficio al Registrador de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Primera Sección del Centro, con inserciones de este proveído para los efectos legales pertinentes."----Con esto demuestro Honorable Sala, que aunque escasa, sí hay jurisprudencia en el país acerca del caso que nos ocupa, y que la sentencia anterior, que avala nuestra petición, coincidencialmente fue emitida por el entonces Juez Atilio Rigoberto Quintanilla, el mismo que como Magistrado ha suscrito la sentencia impugnada por este recurso.---JURISPRUDENCIA: Cítase para ilustrar y reforzar el caso, dos sentencias de la Sala de lo Constitucional de esa Honorable Corte:----1) Sentencia pronunciada a las ocho horas cuarenta minutos del día veintidós de febrero de mil novecientos noventa y nueve, en el Juicio de Amparo seguido por la Sociedad "MODERNA INTERNACIONAL, S.A. DE C.V.", contra providencias del Director General del Centro de Desarrollo Pesquero del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Exp.: 582/98), y----II) Sentencia pronunciada por Sala de lo Constitucional de esa Honorable Corte, a las ocho horas quince minutos del día ocho de junio de mil novecientos noventa y ocho, en el Juicio de amparo interpuesto por el Lic. Benjamín Baltasar Blanco, como apoderado del Señor MIGUEL CHARLAIX h. Contra providencias del Registrador de la Propiedad Intelectual del Registro de Comercio. (Exp.: N° 37-C-96.).----COMENTARIO FINAL:----Los considerandos contradictorios de la sentencia impugnada, al admitir que ha habido abandono en el juicio por parte del actor, y al haber una interpretación errónea del Art. 469 Pr. C., para fallar por último, revocando la interlocutoria apelada, es grave y atentatoria; ya que por dicho fallo, está contradiciendo toda la doctrina y jurisprudencia existente a la fecha, negando con ello, la existencia en nuestra legislación de la institución de la caducidad o perención de la instancia, al interpretar erróneamente el Art. 469 Pr. C. y no darle a éste su verdadero sentido, y es atentatoria, porque, de quedar firme dicha sentencia, se está sentando las bases para que hayan procesos indefinidos, con la consiguiente inseguridad jurídica total que ello conlleva; por lo tanto, Honorable Sala, y por lo anteriormente expuesto, respetuosamente OS PIDO: Que revoquéis la sentencia objeto de este recurso, y pronuncies la que en derecho corresponda."" VI. Pasamos a continuación a examinar los fundamentos de la sentencia de la Cámara adquem; y los del recurrente. A. Los recurrentes aducen como base de su alegato que la Cámara de Segunda Instancia, ha interpretado erróneamente el Art. 469 Pr. C., porque contradice la doctrina y la jurisprudencia existentes, y niega la existencia en nuestra legislación de la institución conocida como caducidad o perención de la instancia, por lo que se sientan así las bases para que hayan procesos indefinidos, con la consiguiente inseguridad jurídica que acarrea. La Cámara Sentenciadora argumenta de esta manera:""La jueza a quo fundamenta su resolución, en lo dispuesto en el Art. 469 Pr., después de haber transcrito pensamientos de autores relativos a la figura conocida como caducidad o perención de la instancia, dando a entender que la disposición legal citada aplica la figura en referencia, apreciación errónea, por cuanto en dicha disposición lo que existe es la prescripción de la acción, lo cual desde luego, es cosa totalmente distinta.----En efecto, la caducidad de la instancia es la extinción de la misma, porque las partes abandonan el ejercicio de la acción u oposición por un período corto que las legislaciones que la regula determinan; existe una ineficacia de todo lo actuado, de manera que como dice el maestro Eduardo Pallarés, "insisten los procesalistas en que la caducidad deja a salvo los derechos de las partes para que los ejerciten en juicio diverso. Tiene aquélla sólo efectos procesales y no de derecho sustantivo."----En cambio el Art. 469 Pr. C., prescribe que en toda demanda en primera instancia, se tendrá por acabada y extinguida la acción, por no proseguirse en el término señalado por la ley, para la prescripción; es decir, que alude a la prescripción extintiva civil, regulada en los Arts. 2253 y siguientes C.C., la cual como se sabe, produce la extinción de la acción, entendida ésta, no como el derecho subjetivo abstracto de poner en marcha la jurisdicción, para obtener la solución del conflicto de intereses jurídicos, sino como el derecho a la tutela judicial efectiva que se reclama en la demanda. Por ello, si el derecho material que se pretende hacer valer, es de carácter personal, la obligación se convierte en natural, la cual como dice el Art. 1341 C., es aquélla que no confiere derecho para exigir su cumplimiento; y si es real, el accionante lo pierde al ser adquirido por el poseedor, según surge de lo dispuesto en el Art. 2256 C.. De esa manera, si el demandante abandonó el ejercicio de la acción y ésta es declarada acabada y extinguida en el proceso, éste termina en forma anormal; y en este caso si el actor propusiera nuevamente el ejercicio de la acción, el demandado podría enervarla invocando una auténtica excepción procesal de falta de derecho a la tutela, o para decirlo acorde a la terminología tradicional, de falta de acción, con lo cual, al tramitarse el nuevo proceso, la sentencia definitiva no podría entrar a conocer del fondo del asunto, sino que se concretaría a declarar inepta la demanda, o como dicen los autores españoles, a absolver de la instancia. Efecto idéntico al que se produce cuando se invoca la excepción de cosa juzgada, ya sea que el proceso hubiere terminado en forma normal o anormal (desistimiento, deserción, sobreseimiento, etc.) Desde luego que el demandado bien podría invocar la anterior situación, como fundamento de una improponibilidad de la demanda y obtener el mismo resultado in limine.----LO anterior significa que la pérdida (prescripción) "de la acción", se da no solo cuando existe un absoluto silencio de la relación jurídica, es decir, cuando el titular del derecho no lo reclama durante el tiempo de la prescripción, sino también, cuando habiendo demandado en tiempo, abandona el ejercicio de la acción durante el término de la prescripción. En consecuencia, en el caso del citado Art. 469 Pr., el demandante no puede proponer ulteriormente en forma exitosa el ejercicio de su acción, a diferencia de lo que ocurre en la caducidad de la instancia, según el efecto que las legislaciones que la regulan le asignan, entre los cuales, por supuesto no está la nuestra.----Luego entonces, la resolución impugnada no está arreglada a derecho y es procedente decretar su revocatoria y dictar la que corresponde, tomando como fundamento las siguiente consideraciones:----Como es sabido, por regla general cuando se admite una demanda, la etapa subsiguiente es la del emplazamiento del demandado, el cual se ordena en el mismo autos de admisión de aquélla.----En el caso del juicio ejecutivo, la etapa del emplazamiento tiene su tramitación especial como excepción a la regla antes citada. En efecto y con ocasión de admitirse la demanda y vista la fuerza ejecutiva del documento base de la acción, se decreta embargo en bienes del demandado, comisionando el juez o tribunal a un ejecutor de embargos, quien deberá diligenciar y devolver el mandamiento respectivo en el plazo de diez días o en el término prudencial que se le conceda, conforme a lo prescrito en el Art. 614 3er. Inciso, ordinal 3° Pr. C.. Por la finalidad del embargo como medida cautelar, es obvio que éste debe decretarse sin hacer del conocimiento del demandado la resolución que lo ordena, situación que encuentra base legal en lo dispuesto en los Arts. 148 y 594 pr. C.. Así pues, en la práctica judicial, los tribunales ordenan el emplazamiento del demandado una vez esté diligenciado el embargo respectivo y exista petición al respecto por parte del demandante. No obstante, siendo el emplazamiento una consecuencia de la admisión de la demanda y un acto de comunicación, el juez a quo debe ordenarlo con sólo la vista del mandamiento de embargo diligenciado, sin necesidad de petición alguna del actor lo cual así se desprende de lo dispuesto en los Arts. 1299 y 1248 Pr. C..-----En el caso de autos y como ya se dijo, por auto de fecha veinticinco de agosto de mil novecientos noventa y tres, que corre a fs. 12, el juez a quo comisionó al ejecutor de embargos José Luis Guadrón Villanueva, para que diligenciara el embargo decretar en bienes de los demandados Casa Thomsen, Sociedad Anónima y Ernesto Joachim Springensguth, conocido por Joaquín Springensguth, auto que le fue notificado a la actora el día treinta del mismo mes y año, según acta que corre al vuelto del folio antes mencionado, siendo esta diligencia la última actuación por parte del tribunal, sin que se haya devuelto a la fecha el mandamiento de embargo debidamente diligenciado ni presentado petición por parte del actor para ordenar el emplazamiento en cuestión.----Conforme a lo antes dicho y siendo que el juez quien practica el embargo a través del ejecutor comisionado, corresponde a él mismo la observancia de su cumplimiento, ya sea dentro del término de ley o del que considere prudencial, Art. 614, Inc. 3° ordinal 3° Pr. C.. De manera entonces que, transcurrido dichos términos, el juez debe prevenir al ejecutor de embargos, devuelva el mandamiento respectivo o manifieste las razones por las cuales no lo ha devuelto o diligenciado; teniendo amplias facultades para imponer las sanciones o tomar las medidas que sean necesarias al respecto, sin necesidad de que todo lo anterior sea motivado a solicitud del actor, pues así se desprende de lo dispuesto en el citado Art. 1299 Pr. C..----Así pues, vistos los autos se aprecia que si bien es cierto que ha habido un abandono del juicio por parte del demandante, quien es el interesado en la litis, conforme a lo antes considerado, la inactividad del presente juicio no le es imputable a él por falta de petición alguna sino al Juez a quo, quien hasta la fecha no ha hecho prevención alguna al ejecutor de embargos comisionado para que devuelva el mandamiento en referencia, lo cual se traduce en una falta de diligencia y cuidado de su parte, en la tramitación del proceso confiado bajo su jurisdicción.----De lo antes expuesto, esta Cámara llega a la conclusión de que la resolución del Juez a quo en que declara terminada y extinguida la acción ejecutiva, ejercida por la Aseguradora Suiza Salvadoreña, S.A., por medio de su apoderado doctor Carlos Amilcar Amaya, en contra de los demandados antes mencionados, no está arreglada a derecho, por lo que es procedente revocarla, a efecto de que la Juez en mención provea la que en derecho corresponde y continúe el trámite de ley respectivo sin más dilación y requerimientos innecesarios."" VII. Al respecto se hacen las consideraciones siguientes: La Sala comparte el criterio sustentado por la Cámara ad-quem, pero además, estima que debe tomarse en cuenta lo que sigue: i) La doctrina y la jurisprudencia conceptúan la caducidad o perención de la instancia en los términos siguientes: CONCEPTO DE CADUCIDAD ""Caducidad de la instancia. Presunción legal de abandono de la acción entablada o del recurso, interpuesto, cuando los litigantes se abstienen de gestionar la tramitación de los autos…"" DIFERENCIAS ENTRE CADUCIDAD Y PRESCRIPCION ""Diferenciación.- También en lo procesal se renueva con algunos argumentos genuinos, la distinción sutil entre caducidad y prescripción extintiva. Scarano traza estas diferencias: 1ª ) La prescripción se refiere a la substancia del derecho y, como excepción perentoria, se puede proponer en cualquier estado de la causa; la caducidad se refiere al procedimiento, es perentoria y cabe proponerla in limine litis. 2ª ) La prescripción es adquisitiva y extintiva; la caducidad sólo extintiva; 3ª ) La prescripción posee lapsos variables; la caducidad se unifica en su duración por el legislador; 4ª ) La prescripción no corre contra ciertas personas exceptuadas por la ley civil; la caducidad obra en principio ERGA OMNES; 5ª ) La prescripción puede ser interrumpida o suspendida; la caducidad sólo se puede interrumpir por actos procedimentales -( Guillermo Cabanellas, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Editorial Heliasta Tomo II). ELEMENTO IMPORTANTE DE LA NATURALEZA JURIDICA DE LA CADUCIDAD ""…Debe mediar inactividad procesal, es decir, que el proceso debe quedar paralizado. Pero la inactividad debe ser de la parte y no del juez, porque si éste pudiera producir la perención, se habría puesto en sus manos la terminación arbitraria de los procesos. La actividad del Juez basta para mantener con vida el juicio, pero su inactividad no basta para matarlo. Chiovenda (Citado por Hugo Alsina en su Tratado Teórico Practico de Derecho Procesal Civil y Comercial Tomo IV; pág. 430, Buenos Aires). Así se podría seguir abundando en datos, pero a efecto de lo que al presente caso atañe, basta con los aportados. VIII. Veamos a continuación si puede decirse que el Art. 469 del Código de Procedimientos Civiles, contiene en su hipótesis normativa, lo que se denomina caducidad o perención de la instancia. En primer lugar esa disposición reza: "En toda demanda en primera instancia se tendrá por acabada y extinguida la acción…" Del concepto de caducidad de instancia que se dio en el número VII anterior, y de los argumentos de la Cámara ad-quem puede constatarse claramente que el instituto doctrinario de la caducidad, no produce la extinción de la acción, en el tipo legal que figura en el Art. 469 Pr. C. si se acaba y termina la acción, es pues seguro concluir que la hipótesis normativa que aparece en el Art. 469 Pr. C., no contiene la descripción que da origen a la caducidad de la instancia. Por otra parte el plazo que se señala para la extinción de la acción, es el que se ordena para la prescripción de las mismas, es decir el que manda el Art. 2254 C., pero dicha regla es contraria a la naturaleza jurídica de la caducidad de la instancia, pues semejante espacio de tiempo vuelve nugatorio el objeto de la llamada también, perención de la instancia, pues esta tiene lugar en términos más cortos, no como los que señala el Art. 469 Pr. C. Se alega además por el recurrente, que la inactividad de una de las partes, la actora, ha dado lugar a que tenga aplicación la caducidad de la instancia, más en el caso sub-júdice la inactividad procesal provino del juzgador, pues el impulso procesal en el caso de los actos de comunicación, corresponde al Tribunal y no a las partes, por lo que de ser cierto que el Art. 469 Pr. C., reglamenta la caducidad de la instancia, tampoco cabría hacerla valer como se alega por el impetrante, y es que el Art. 205 Pr. C., es claro al decir que el emplazamiento es el llamamiento que hace el Juez al demandado para que comparezca a manifestar su defensa, y que en el caso del juicio Ejecutivo, según el Art. 595 Pr. C., "La notificación del decreto de embargo hecha al ejecutado, equivale al emplazamiento…", obvio es que esta actividad procesal corresponde al Juez y no a las partes. Con todo lo dicho no habría lugar a casar la sentencia de mérito, y luego de hacer un estudio minucioso del caso subjúdice, se concluye que la resolución de la que se recurre, es de las que según lo dispone el Art. 1° N° 1 de la Ley de Casación, no admiten su impugnación por esa vía, ya que no es de la que ponen término al juicio haciendo imposible su continuación, por lo que debe declararse improcedente el recurso interpuesto con las consecuencias legales. Por todas las razones expuestas, no ha lugar a casar la sentencia recurrida, pues no se ha dado la infracción denunciada y se ha demostrado que el Instituto Jurídico de la caducidad o perención de la instancia, no está reglamentado en el Art. 469 Pr. C. y así debe declararse con las consecuencias legales. POR TANTO: de acuerdo a las razones expuestas y Arts. 423 y 432 del Código de Procedimientos Civiles y 23 de la Ley de Casación, a nombre de la República, la Sala FALLA: a) Declárase improcente el recurso de que se ha hecho mérito; b) Condénase a los recurrentes Casa Thomsen S.A. y Ernest Joachin Springensguth conocido por Joaquín Sprinhgenguth, en los daños y perjuicios a que hubiere lugar; c) Condénase al Licenciado Tomás Soto Medrano, en las costas de interposición del recurso, y d) Devuélvanse los autos al tribunal de origen, con la certificación correspondiente, para los fines de ley. Notifíquese.A. DE BUITRAGO – V. DE AVILES – M. E. VELASCO – PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN: V. BARBA NUÑEZ. RUBRICADAS.