(Atletismo Español) en PDF

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entrevista
Bruno Hortelano,
el Sprinter total
Si fuera de las pistas, y lo admite sin ambages,
habla un doble lenguaje, dentro del tartán la
miscelánea de disciplinas que es capaz de abarcar se antoja poco menos que interminable: los
100, el doble hectómetro, el 300 indoor, la
vuelta a la pista, el 4x100, el relevo largo…por no hablar de la carrera de
Ingeniería Biológica; ya lo llamemos Río o ‘River’, lo que es evidente es que la cita olímpica
del 2016 puede ser histórica para este talento cosmopolita esculpido a base de esfuerzo.
Por Emeterio Valiente. Fotos: Miguélez
entrevista
runo, asombraste a todos al batir por
cuatro centésimas el récord de España
de 200m en las eliminatorias del Mundial de Moscú; aunque una cosa lleva a la otra,
¿cuál era tu objetivo, mejorar tu marca o claramente entrar en semifinales?
— Mi objetivo en Moscú era muy simple: mi intención era de acabar el campeonato satisfecho
con mis carreras. No se puede ir con la meta de
batir récords, porque es entonces cuando no suelen salir. Lo único que se puede hacer en una carrera de velocidad es ir a ganar o ir a superarse
uno. Yo quise las dos cosas en esa eliminatoria, y
claramente no quise dejar ni a Warren Weir, ni a
Jimmy Vicaut ni a los demás la ventaja de ganar
la batalla psicológica antes de la carrera. Estaba
convencido de que entraría en semifinales, sabiendo que algo así no ocurre por casualidad… hay que
tenerlo mucho. Sobre todo, entré a los tacos sabiendo que para que eso ocurriera iba a tener que
olvidarme de los demás, centrarme en lo mío y
haciendo eso confiaba en que mejoraría marca.
— El hecho de correr a primera hora de la mañana, ¿te preocupaba o confiabas en dar el 100%
a pesar de no ser la mejor hora para competir?
— En mi opinión, es una excusa dejar que el horario te cambie la carrera o te afecte al competir.
Es cierto que tuve que competir a las 10:30 (las
8:30 españolas), pero esto lo sabía varias semanas
antes de volar a Moscú. Me estuve aclimatando
a ese horario, yéndome a dormir pronto y levantándome cada día más temprano, yendo a calentar muy pronto por la mañana y acostumbrando
al cuerpo a esforzarse a esas horas. La mañana de
la competición tenía el despertador puesto a las
6:00 y a las 5:45 ya no podía dormir más, así que
el hecho de correr tan pronto tampoco me afectó tanto y, una vez que empecé a calentar, ni se
me pasó por la cabeza que eso me pudiese afectar.
— En las semifinales realizaste tu segunda mejor marca de siempre, 20.55 corriendo también
por debajo del récord de Venancio José que se
mantuvo en la tabla de récords 16 años, ¿cómo
valoras la semifinal, dónde ‘estuvieron’ esas 8
centésimas de diferencia?
— Mi error estuvo en que intenté hacer más de lo
que debía; para poder realizar un esfuerzo máximo, se requiere disciplina para mantener la relajación y no dar más de lo que se debe, incluso si
físicamente se puede. En mis primeros 100m, sin
querer, quise correr mucho para salir de la curva
antes de los que tenía al lado. Por la mañana tuve fuerzas en el final del 200m porque me las ahorré en los primeros 100m, pero por la tarde no estaba lo suficientemente centrado en mi carrera y
sí demasiado centrado en la de los demás.
B
entrevista
— ¿Crees que si hubieras tenido un día
entero de descanso entre las eliminatorias y la semifinal podrías haber arañado alguna centésima?, ¿notaste en tus
piernas la carrera de la mañana?
— Sí, es posible que con un día más hubiese
estado más descansado de piernas, y quizás
hubiera salido un tiempo mejor o igual que
el de las eliminatorias. Claro, que una vez la
IAAF decide el horario, ya no se cambia y se
hace lo que se puede.
— En la temporada recién concluida has
competido en más de 50 ocasiones, entre pista cubierta y aire libre sumando
los 60, 100, 200, 300, 400, 4x100, 4x400…
¿te divierte mucho competir; en qué especialidad te lo pasas mejor?
— Me divierto en todas la pruebas que hago. Tengo pasión por la velocidad y no creo
que tenga una distancia que me guste más
que las demás. Los 60m y 100m me encantan por la potencia pura, el 400m por el reto de sufrir junto a los rivales y el 200m por
la velocidad punta que se llega a tener en la
recta. Suelo hacer lo que me gusta y no pienso dedicarme solo por una simplemente porque se me dé mejor.
— Eres un habitual de los relevos, tanto
en Estados Unidos como en España, ¿dónde dirías que hay más ‘team spirit’, allí o
en España?
— ‘Team spirit’ hay en Estados Unidos; en
España hay espíritu de equipo, son bastante
similares (risas). Hay pocas cosas en este mundo que se puedan comparar con la ilusión
que hubo entre nuestro equipo en el 4x100m
de Moscú.
— Realmente, hay pocos atletas que
ofrezcan plenas garantías en ambos relevos, ¿cómo te planteas el relevo largo,
prefieres salir rápido aprovechando tu
velocidad y luego aguantar o salir controlando para no pinchar en la última
recta y acabar con fuerza?
— En el relevo largo la estrategia depende
un poco de cómo vaya el equipo en carrera,
pero en general cojo el testigo y salgo a tope, aunque también con cabeza. Me conozco bastante bien y sé el ritmo que debo llevar para no fundirme. También es cierto que
si algún equipo está por delante, pues ya no
hay estrategia, es simplemente ‘ganar o morir.’ Solo llevo un año corriendo el 400m y
aún no tengo totalmente claro mi límite.
— En el Campeonato de Europa por equipos celebrado en Gateshead llamaba la
atención la forma en la que llevabas el
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testigo, al más puro estilo americano (hacia arriba), ¿siempre has llevado así el palo?, ¿sabes si esa forma de llevar el testigo es más eficiente y aerodinámica o
crees que da igual la forma en la que se
lleve?
— Si, ya recuerdo que hubo gente que comentaba mi manera de sujetar el testigo. Hasta el año pasado lo llevaba normal, pero me
di cuenta de que es mucho más cómodo llevarlo así: como el testigo está más cerca del
cuerpo, lleva menos inercia angular y te da
la sensación de correr sin palo. Además, estando más cerca del cuerpo hay menos posibilidad de que algún rival te dé un golpe y
se caiga. Lo que sí es cierto es que algunos
entrenadores de la selección, al no estar acostumbrados a verlo, se asustaron un tanto.
— De cara al Europeo de Zúrich ya habrás echado cuentas de que sólo cinco
europeos corrieron más rápido que tú
en Moscú, y sólo los tres finalistas (Gemili, Martina y Saidy Ndure) demostraron un nivel claramente superior al tuyo, ¿qué esperas de Zúrich?
— Pues la verdad es que no me había dado cuenta de esos datos, aunque ahora que
lo sé, no cambia nada: voy a seguir entrenando cada día más duro que el anterior.
Si sigo mi plan de entrenamiento, tengo
confianza en que llegaré a Zúrich en buena forma, dispuesto a seguir mejorando
mis marcas.
— ¿Confías en bajar de la cota de los
20.40 el próximo año?
— Me he fijado objetivos altos para el año
que viene, en ningún momento voy a descartar la posibilidad de hacer historia. Si veo la
oportunidad, estaré ahí, listo para aprovecharla.
— ¿Te molesta que en el Mundial de pista cubierta de marzo en Polonia no se
disputen los 200m?
— La temporada de pista cubierta la considero como una transición entre la pre-
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temporada y el aire libre, y no es para lo
que me preparo. Sí es cierto que están el
60m y el 400m y si hay posibilidad de seguir mi plan de entreno y a la vez hacer las
mínimas, pues sería divertido representar
a España en Polonia.
— En lo que suponía tu despedida de la
categoría, fuiste 5º en el Europeo promesa de Tampere; tras mejorar tu marca del año anterior (20.64) en semifinales corriendo en 20.58, ¿soñaste con colgarte una medalla en la final o sabías que
era muy complicado?
— La noche antes de la final soñé con el oro.
Me inspiró mucho ver ganar a Gabriel Navarro el 10.000m un par de días antes y me
mentalicé para ganar, incluso con Gemili presente… pero no siempre salen las cosas como uno quiere y cometí el mismo error que
luego cometí en la semifinal del mundial: solo quise ganar a los demás y me olvidé de superarme a mí mismo.
— Finalmente fuiste 5º allí con 20.70
en la final, ¿cómo te viste?, ¿te sorprendió que Adam Gemili se quedar fuera
del pódium?
— En general me sentí fuerte, pero desconcentrado. Mi fallo fue mental. Es curioso, porque si me hubiese salido esa marca una semana antes hubiese estado muy contento,
pero al haber hecho 20.58 el día anterior ya
no me supo tan bien. En cuanto al caso de
Gemili, no me sorprendió demasiado: es un
chico rápido… rapidísimo, pero sigue siendo
joven en este deporte y esa carrera fue su
quinta del campeonato. Me imagino que estaría fatigado de piernas y además los tres
medallistas hicieron la mínima A para el mundial en la final. Quizás se imaginó el oro colgando del cuello antes de tiempo, igual que
me pasó a mí.
— Sueles comentar que corres siempre
a tope, incluso en semifinales; de hecho,
tanto en Moscú como en Tampere corriste más rápido en tu penúltima prueba, ¿te has planteado, siempre que no
pongas en peligro el pase a la siguiente
ronda, ‘levantar el pie’ un poco en los últimos metros para reservar energía de
cara a la final?
— Cuando tengo una eliminatoria o semifinal relativamente fácil hago justo eso, cuando digo que siempre corro a tope, me refiero o a finales o a semifinales donde no hay
nada decidido. En Tampere iba con el cuarto mejor tiempo y pasaban dos. En Moscú
iba con el sexto mejor tiempo y pasaban tres,
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pero en todas las finales aprovecho para intentar mejorarme.
— En 2012 corriste en 10.27 el 100; la última temporada, a pesar de haber mejorado claramente como atleta no pudiste mejorar esa prestación, ¿por qué,
qué te ha faltado para mejorar o estar
más cerca de tu mejor marca?
— El año pasado me entrené como un atleta de 200m y 400m. Sin duda, me faltó
trabajo específico para llegar a la velocidad máxima cuanto antes, que es tan vital en los 100m. No entrené ni potencia, ni
tampoco aceleración y además hice muy
pocas carreras de 100m, por lo que en ningún momento tuve la ocasión de maximizar mi potencial.
— A la vuelta de los JJOO de Londres, el
plusmarquista español de 100, Ángel Rodríguez, comentaba que probablemente le quitarías el récord de 100m (10.14)
y que lo que era seguro es que batirías el
de 200; su segundo pronóstico ya se ha
cumplido, ¿cómo ves el primero?
— Ángel me conoce bastante bien y yo a él
también; creo que es posible, incluso probable, que él vuelva a mejorar marca en el 100m.
No tengo ninguna duda de que tengo en mis
piernas el récord nacional de 100m, eso sí, si
no lo hace antes Ángel (risas)- Me alegro de
que haya una bonita rivalidad en la velocidad española.
— Como velocista, ¿en qué aspectos crees que tienes más margen de mejora?
— Tengo espacio para mejorar en todos estos aspectos y en más. Donde quizás tengo
más margen es en fuerza, potencia, y velocidad máxima. Esta temporada la voy a enfocar para mejorar mis debilidades y seguir mejorando mis fortalezas. Enfocaré la temporada hacia los 100m y 200m, es decir, hacia
las carreras cortas.
— La próxima primavera finalizarás tus
estudios de Ingeniería Biológica en la
Universidad de Cornell, ¿volverás en mayo a España para preparar el Europeo de
Zúrich en Madrid?
— ¡Por supuesto! En cuanto acabe la temporada americana de la NCAA—después de los
campeonatos nacionales universitarios—me
vendré a España y espero preparar el europeo en la Blume al máximo nivel.
— ¿Están ‘coordinados’ los entrenamientos que realizas en EEUU con lo que llevas a cabo en Madrid, o en cada lugar haces el plan que te marca el entrenador
que tengas en ese momento?
— Cuando estuve viviendo seis meses en Madrid en 2012, Dunia me pasaba los entrenos
y los hacía junto a Ángel. Con tanto tiempo
para acostumbrarme a los entrenos nuevos,
me fue bien el cambio de entrenamiento. Pero este año pasado mi entrenador de la universidad, Adrian Durant, me formó un plan
de entrenamiento muy completo, y lo pude
seguir una vez en Madrid durante la temporada Española. Obviamente me fue muy bien
este plan y espero seguir de la misma manera este próximo año. Es bastante importante seguir un solo plan anual, si no se pierde
un poco la inercia en el cambio.
— ¿Cómo resumirías las diferencias entre ambos métodos de entrenamiento?,
¿cuál se adapta más a tus cualidades?
— Los entrenos de Dunia son muy buenos;
tiene un método que, como vemos con Ángel funcionan. En EEUU enfocan la mayoría
del entrenamiento de pretemporada en fuer-
za bestial, e incluso una vez empieza la temporada nos dan poco descanso general. La
verdad es que este tipo de entreno me va increíblemente bien durante la pretemporada, me da la base con la cual puedo venir a
España a competir. Aquí en España me puedo centrar en el descanso y en la recupera-
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ción, lo que me permite competir al mayor
nivel, por eso siempre he corrido mis mejores tiempos en España y no en EEUU. En resumen, los americanos creen en la cantidad
de entrenamiento, mientras en España me
preocupo de la calidad de entrenamiento.
— ¿Quién supervisa tus entrenamientos en EEUU?, ¿entrenas en un grupo pequeño o numeroso?
— El ‘head coach’ de Cornell es Nathan Taylor, el hombre que descubrió mi potencial
antes de que yo hiciera casi nada en este deporte. Él ha llevado mis entrenamientos durante los últimos cuatro años y el año pasado contrató a Adrian Durant como entrenador de velocidad. Adrian estuvo en Atenas
representando a las Islas Vírgenes en Atenas
2004, así que aporta sabiduría muy valiosa
al equipo. En Cornell tenemos un equipo de
75 chicos de todas pruebas, pero yo entreno
específicamente en un grupo de cuatro velocistas.
— ¿Has compartido o compartes sesiones de entreno con algún velocista conocido a nivel mundial?
— Históricamente, Cornell no ha sido una
universidad con muchos velocistas de nivel
mundial. En mi equipo esta Montez Blair, que
hace salto de altura con el equipo de EEUU.
También tenemos a Stephen Mozia que ha
competido en peso y disco en el mundial junior y algunos otros atletas más jóvenes también han competido por sus países al nivel
juvenil. El año pasado en Londres compitió
en triple salto con las Islas Vírgenes un viejo
compañero mío, Muhammad Halim. También estudió en Cornell la finalista olímpica
en 1.500m, Morgan Uceny; la semana pasada conocí a Charlie Moore, un atleta que hacia los 400m vallas en los años ’50 y fue campeón olímpico, con récord olímpico y mundial. Aunque no estemos especialmente rodeado de atletas internacionales, sí tenemos
gente buena con mucho interés y motivación
de competir.
— En cuanto a Dunia Martín, ¿qué nos
puedes decir de ella?
— Dunia Martín es sabia y sabe mucho de
este deporte. Sus habilidades como entrenadora se pueden ver claramente con el éxito
que ha tenido Ángel durante su carrera deportiva. Me siento afortunado de haber podido aprender de ella.
— En el campeonato de España de Alcobendas batiste a Sergio Ruiz, que se presentaba como flamante plusmarquista
español gracias a los 20.51 que consiguió
entrevista
en Salamanca, ¿confiabas a pesar de eso en batirle?
— Le tengo mucho respeto a Sergio y es un atleta de altísimo nivel, con clase tanto en la pista como fuera de la
pista. Dicho eso, cuando se compite en un campeonato
creo que la única manera de ganar es si te lo crees. En ningún momento dudé de mi capacidad y sin nervios ni preocupaciones afronté la carrera con confianza. Estoy convencido de que uno puede ser el más rápido un día, pero
en la siguiente carrera puede ser diferente. Cierto es que
si alguien ha corrido más que yo, lo normal será que ese
atleta me gane, pero eso hay que demostrarlo el día de la
carrera.
— ¿Conocías a Sergio, cómo le ves como atleta?
— Llevo compitiendo contra Sergio desde que empecé
como promesa en el 2011. Él era de último año, así que
coincidimos una temporada en el campeonato de España
promesa. Desde entonces, he competido con él bastante
a menudo y le respeto mucho con atleta.
— No contento con tu gran actuación en los 200 del
Mundial, batiste junto a Eduard Viles, Sergio Ruiz y
‘el Pájaro’ la vieja plusmarca de 4x100 con 38.46 dando un buen pellizco al cuarteto que corrió en 38.60
en el Mundial de Atenas; entrevistado nada más acabar la prueba decías “unreal, unreal”, ¿veías difícil
conseguir el récord?
— No, el récord tenía que caer si todo iba bien, e incluso
con los errores que hubo lo pudimos lograr. Junto a esos
compañeros me sentía invencible. Cuando dije “unreal”
no me refería al récord batido, ni al tiempo que marcamos, sino que me refería a la experiencia de haber estado
corriendo al lado de los mejores atletas del mundo y el
haber terminado cerca de todos las grandes selecciones.
Fue mi primer mundial y el ambiente del estadio durante
el relevo fue algo exagerado. Lo que más recuerdo fue el
ruido, los gritos, la energía que transmitió el público…
— Hablas de errores a pesar de la plusmarca, ¿cómo
fueron los cambios entre vosotros?, ¿te sentiste poderoso corriendo tu posta?
— Todos los cambios fueron buenos menos el mío con Ángel. La razón exacta nunca se sabrá, pero por lo que recuerdo no llegué con la velocidad que necesitaba para pasarle el testigo con eficacia. No perdimos demasiado tiempo, pero también es cierto que nos quedamos fuera de la
final por muy pocas centésimas. Sí me sentí bien corriendo mi posta, pero claro, los cambios deciden el 4x100m.
— Apenas ocho míseras centésimas os separaron de
la final, ¿os quedasteis con muchas ganas de volver
a correr?, ¿podríais haber arañado unas centésimas
más al récord?
— Mejorando los cambios hubiéramos entrado en la final y no tengo ninguna duda de que nos merecíamos esa
oportunidad de entrar entre los mejores ocho equipos del
mundo. Después de correr estaba bastante convencido de
que entraríamos en la final, aunque todavía faltaban dos
series después de la nuestra. El suspense fue imposible de
aguantar y al saber que éramos los primeros fuera de la
final no me lo podía creer. La verdad es que fue muy du-
ro aceptar lo que había pasado, quizás con
haber hecho cambios minúsculos en la técnica o en los cambios hubiéramos estado en
la final. Espero que tengamos más oportunidades similares en el futuro. ¡La próxima vez
no se nos escapa!
— Tu versatilidad en las pruebas de velocidad es tremenda, desde los 6.75 en
60 hasta los 46.60 en 400, ¿es capacidad
innata o entrenamiento?
— Cuando era pequeño, mi entrenador siempre me decía que tenía que hacer el 400m,
aunque lo que me apasionaba era el 100m;
después empecé a centrarme más en el 200m
y el año pasado por fin hice algún 400m. Puede ser que mi cuerpo sea de cuatrocentista,
pero tampoco se me da mal la velocidad punta, algo que he entrenado mucho pero que
también me salía bien de pequeño. Llevo 13
años en este deporte y aunque inicialmente
me iba bien por talento innato, para llegar a
nivel mundial necesitas trabajar no duro, durísimo. Este año he observado que la mayor
diferencia entre un atleta bueno y un atleta
de alto nivel es la mentalidad de ganador.
Un atleta excelente no se inmuta cuando no
le salen bien las cosas y jamás deja de perseguir la victoria. Cada vez más, intento mantener la fuerza mental que es necesaria para estar entre los mejores. El talento puro te
puede llevar sólo hasta un cierto nivel, el resto es ambición y trabajo duro.
— Imaginemos un escenario idílico: agosto de 2014, estudios terminados y medalla en los 200m de Zúrich; con unos
JJOO a dos años vista, ¿te dedicarías al
100% al atletismo al menos hasta Río de
Janeiro?
— Ahora mismo ya tengo fijados unos objetivos muy claros para los próximos tres años
y tengo el sueño de estar en Río en mi mejor
forma, así que con medalla en Zúrich o sin
ella, estoy en una proyección que termina en
el verano del 2016, pase lo que pase. No hay
nada que pueda moverme de mi camino. No
estoy en condiciones de afirmar que me dedicaré al atletismo al 100%, pero sí haré todo lo posible para conseguir mis objetivos a
tiempo. Tengo la motivación de superarme
y buscar la excelencia en todos los ámbitos
de mi vida, aunque siempre es posible que
mi mentalidad cambie por algo en estos próximos años.
— En España decididamente es imposible, pero en EEUU, ¿sería posible compatibilizar un trabajo como ingeniero con
la preparación de unos JJOO?
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— Nada es imposible, aunque complicado
quizás sí; es cierto que mis estudios en bioingeniería se compaginarían mejor en EEUU.
Tengo pensado hacer un master de ingeniería para poder seguir entrenando y a la vez
avanzar en mi carrera profesional y quiero
tener la flexibilidad de hacer lo que quiero
con mi tiempo.
— ¿Cómo definirías la percepción que
tienen los estadounidenses sobre España, qué crees que les sorprende o les gusta más de nosotros?
— En América tienen una perspectiva muy
positiva de la cultura española: les gusta la
comida, el idioma, la siesta, la fiesta, la mentalidad en general más relajada… claro que,
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alguien que sepa algo de la economía en Europa sabe cómo esta España, en plena crisis
y que el sistema político no está en disposición de llevar al país a la mejora; pero la gente española cae muy bien a los americanos
y también les encanta ver La Liga de fútbol.
De hecho, de vez en cuando se pueden ver
partidos que dan por la tele en las cafeterías de la universidad.
— ¿Qué echas de menos de España cuando estás en EEUU y viceversa?
— Cuando estoy en EEUU, echo de menos a mi familia (tíos, primos, abuelos) y
a mis amigos, aunque también cuando estoy en España echo de menos a mis padres y mis amigos que están aquí… siem-
pre estoy lejos de alguien.
— ¿Es cierto que hace años jugabas al fútbol, en qué posición y qué tal se te daba?
— De pequeño jugaba de medio-centro porque corría bastante y ayudaba a distribuir el
balón. Lo dejé porque en Canadá se jugaba la
liga en la nieve (no sé por qué) y un día di un
balonazo sin calentar y me reventé el cuádriceps. Todavía a día de hoy tengo un bollo en el
muslo que me causa algún desequilibrio cuando corro a velocidad punta.
— Por último, ¿te ves algún día como especialista nato del 400 o crees que nunca
vas a dejar el 100 y el 200?
— Siempre he sido un apasionado por el 100m
y últimamente por el 200m. No creo que solo
por tener más éxito en el 400m decida dejar todo por ello. Al final, hago este deporte porque
es mi pasión y la razón principal por la cual corro es porque disfruto de ello. Simplemente, me
lo paso demasiado bien haciendo lo que hago.
— Para un futuro, el récord de España,
44.96, ¿cómo lo ves?, ¿crees que te será
posible ser el primer atleta en décadas
que ostente los récords de 100, 200 y 400
al mismo tiempo?
— De momento el 400m será una prueba que
haré casi exclusivamente en relevo. Eso dicho,
no descarto la posibilidad de buscar buenos tiempos en esa distancia y aunque bajar de 45 es increíblemente difícil, no lo veo imposible en un
futuro. Poco a poco iré avanzando sobre mis
objetivos, pero por ahora el récord del 400m
no coincide con el plan.
— Los atletas con una gran preparación académica, como es tu caso, son
muy apetecibles en el mercado laboral y no suelen hacerse viejos en
el deporte, ya que empiezan a trabajar en algo relacionado con lo que
han estudiado, ¿crees que será tu caso o piensas que puedes llegar, por
ejemplo, a los 30 años compitiendo?
— El atletismo siempre ha sido mi pasión,
una oportunidad de realizar sueños y simplemente una manera de divertirme. Me en-
canta la sensación de velocidad, de estar
yendo al límite de mis capacidades, de competir junto a rivales. Al mismo tiempo, aunque tengo unos objetivos muy claros para
los próximos años, también tengo otros objetivos además del atletismo. Mis estudios
siempre han sido importantes y tengo ambición en mi carrera profesional. No sé exactamente hasta cuándo estaré en el atletismo, pero cuando termine mi viaje a Rio en
los próximos años, me volveré a pensar qué
es lo que quiero y a qué voy a dedicar mi
tiempo. Lo que sí es cierto es que jamás en
la vida perderé mi amor por este deporte
tan bonito.n
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