INSTITUTO TECNOLÓGICO DE VILLAHERMOSA UTILIDAD TOTAL Y MARGINAL ECONOMÍA EMPRESARIAL PROFESORA: ZINATH JAVIER GERÓNIMO PRESENTA: RUBÉN ARTURO PÉREZ JUÁREZ INGENIERÍA EN GESTIÓN EMPRESARIAL TURNO: MATUTINO UTILIDAD TOTAL Y MARGINAL Utilidad marginal: En la medida en que el individuo posee mayor cantidad de un bien, la utilidad que le atribuye a cada unidad del bien disminuye en relación directa al aumento de unidades del bien de que se trate. A esto se le conoce como ley de la utilidad decreciente. Por el contrario, cuando el individuo posee pocas unidades de un bien, le atribuye mayor importancia a cada una; es decir cada unidad del bien tendrá para el mayor utilidad. De lo anterior se deduce que existen dos tipos de utilidad: La utilidad total es la satisfacción total que obtiene un individuo por la posesión o consumo de un bien, Pero también podemos hablar de la posesión o consumo de un número de unidades del bien por ejemplo, cubos-o cubetas – de agua. En este caso se trata del mismo bien * el agua * con unidades diferentes * cubos. La utilidad marginal es un aumento de la utilidad total provocado por un incremento de una unidad consumida, poseída o producida. Un ejemplo de utilidad total y de utilidad marginal se muestra en el siguiente cuadro * Hipotético *, de cuyo análisis podemos deducir que : La utilidad total aumenta a medida que se incrementa el número de unidades del bien La utilidad total aumenta hasta un limite, después del cual incluso puede empezar a disminuir si se agregan más unidades del bien * en este caso habría des-utilidad*. La utilidad marginal disminuye en la medida en que se incrementa el número de unidades del bien; es decir la utilidad marginal es decreciente, en un periodo determinado * un día, un mes, etc. *. La utilidad marginal empieza en un máximo y va disminuyendo hasta un límite en que si se agrega una unidad más del bien, habría des-utilidad marginal. La utilidad total también puede obtenerse sumando las utilidades marginales. Utilidad marginal En Economía, la utilidad que le reporta al consumidor la última unidad de una serie de unidades similares de un bien de consumo que el consumidor considera que merece la pena adquirir. El concepto de utilidad marginal es parte de la “ley de la utilidad decreciente”. Según esta ley, la posesión de unidades adicionales de un bien aumenta la satisfacción psicológica total o utilidad del propietario, pero con cada unidad adicional la utilidad total crece a una tasa menor a medida que el deseo de disfrutar cada unidad adicional es menos acuciante. Llega un momento a partir del cual no merecerá la pena realizar ningún esfuerzo adicional para adquirir el bien. Este concepto es importante, porque antes de que se aplicara en la teoría económica clásica los economistas pensaban que el coste de producción era el único y principal determinante del valor de mercado de los bienes. Esta creencia fue finalmente considerada como inadecuada por casi todos los economistas, porque no lograba dar un peso suficiente a factores como la inversión o las cargas del capital, a los diferentes valores entre los diferentes tipos de trabajo ni a los factores subjetivos que determinan la demanda individual de un bien. Con el reconocimiento de estos factores subjetivos, entre los que el concepto de utilidad marginal es uno de los más importantes, los economistas se dieron cuenta de que el valor del trabajo y el capital está en parte determinado por la demanda de los individuos de los bienes en los que se aplican, para su producción, esos factores. En otras palabras, aunque los costes de capital y trabajo de un bien pueden asegurar, de momento, que no se venderá ese bien a un precio inferior a ese coste, incluso si no hay compradores dispuestos a pagar el precio de coste, a largo plazo esta falta de demanda forzará una reducción en los costes de trabajo y capital con el fin de reducir el precio hasta el punto en que se pueda encontrar una demanda efectiva. Los costes sólo operan como uno de los factores interrelacionados a la hora de determinar el valor de mercado y están a su vez influidos por estos otros factores. De la misma manera, las actitudes subjetivas de los individuos hacia los bienes en el mercado no pueden por sí mismas determinar el valor de mercado, sino que tienen que tenerse en cuenta relacionándolas con los precios que de hecho se pagan al trabajo y al capital, y en relación con las utilidades marginales de todos los demás individuos que actualmente actúan en el mercado. En otras palabras, cada comprador compra de acuerdo con un ajuste entre sus propias valoraciones de los bienes y las valoraciones que prevalecen en el mercado, y éstas a su vez son el resultado del equilibrio de todas las valoraciones de todos los compradores individuales que hay en el mercado en ese momento. En Economía, la utilidad que le reporta al consumidor la última unidad de una serie de unidades similares de un bien de consumo que el consumidor considera que merece la pena adquirir. El concepto de utilidad marginal es parte de la ‘ley de la utilidad decreciente’. Según esta ley, la posesión de unidades adicionales de un bien aumenta la satisfacción psicológica total o utilidad del propietario, pero con cada unidad adicional la utilidad total crece a una tasa menor a medida que el deseo de disfrutar cada unidad adicional es menos acuciante. Llega un momento a partir del cual no merecerá la pena realizar ningún esfuerzo adicional para adquirir el bien. Este concepto es importante, porque antes de que se aplicara en la teoría económica clásica los economistas pensaban que el coste de producción era el único y principal determinante del valor de mercado de los bienes. Esta creencia fue finalmente considerada como inadecuada por casi todos los economistas, porque no lograba dar un peso suficiente a factores como la inversión o las cargas del capital, a los diferentes valores entre los diferentes tipos de trabajo ni a los factores subjetivos que determinan la demanda individual de un bien. Con el reconocimiento de estos factores subjetivos, entre los que el concepto de utilidad marginal es uno de los más importantes, los economistas se dieron cuenta de que el valor del trabajo y el capital está en parte determinado por la demanda de los individuos de los bienes en los que se aplican, para su producción, esos factores. En otras palabras, aunque los costes de capital y trabajo de un bien pueden asegurar, de momento, que no se venderá ese bien a un precio inferior a ese coste, incluso si no hay compradores dispuestos a pagar el precio de coste, a largo plazo esta falta de demanda forzará una reducción en los costes de trabajo y capital con el fin de reducir el precio hasta el punto en que se pueda encontrar una demanda efectiva. Los costes sólo operan como uno de los factores interrelacionados a la hora de determinar el valor de mercado y están a su vez influidos por estos otros factores. De la misma manera, las actitudes subjetivas de los individuos hacia los bienes en el mercado no pueden por sí mismas determinar el valor de mercado, sino que tienen que tenerse en cuenta relacionándolas con los precios que de hecho se pagan al trabajo y al capital, y en relación con las utilidades marginales de todos los demás individuos que actualmente actúan en el mercado. En otras palabras, cada comprador compra de acuerdo con un ajuste entre sus propias valoraciones de los bienes y las valoraciones que prevalecen en el mercado, y éstas a su vez son el resultado del equilibrio de todas las valoraciones de todos los compradores individuales que hay en el mercado en ese momento. Utilidad total Satisfacción total que el consumo de una cantidad dada de un bien proporciona al consumidor. Satisfacción total que proporciona el consumo de una determinada cantidad de un bien o un conjunto de bienes. La función de la utilidad total tiene un comportamiento ascendente hasta que se llega a un punto de saturación de las necesidades que este bien cubre, de forma que, en ese momento, la utilidad marginal es igual a cero, con lo que la utilidad total decrece a medida que se consumen unidades adicionales.