VIGOREXIA Rodríguez Alvarez L, Rodríguez de Alba Galofre M, Gómez de Tanago P, Panadero Carlavilla FJ Los trastornos de la conducta alimentaria, así como las alteraciones de la imagen corporal han sido considerados como alteraciones típicamente femeninas, proponiéndose relaciones 1/10 en cuanto a prevalencia. Sin embargo, en los últimos años se ha comprobado un incremento sustancial en la presencia de esta patología en varones, los cuales perciben también una alteración de la imagen corporal , que se concreta en una excesiva preocupación por el desarrollo y vigor muscular, alteración que se sospecha está ligada con otras psicopatologías. El término vigorexia es relativamente reciente y fue acuñado por el psiquiatra Harrison G. Pope, que lo utilizó para designar la patología hallada en una serie de sujetos que se caracterizaban por una obsesión con la musculatura que les impedía verse como eran realmente, sintiéndose débiles, enclenques y carentes de atractivo físico. Se ha denominado también anorexia inversa, complejo de Adonis y dismorfia muscular, pero aún no está incluido dentro de las clasificaciones diagnósticas. Se encuadraría dentro del grupo de los trastornos dismó rficos corporales o dismorfofobias, donde las personas con este tipo de trastornos presentan una gran preocupación por algún defecto en el aspecto físico. El defecto es imaginario, o si existe, la preocupación es claramente excesiva. Se caracteriza por una alteración de la imagen corporal por la cual las personas se creen más débiles y pesadas de lo que son. Se trata de una preocupación excesiva por la propia musculatura, por lo que pasan horas realizando ejercicio (más de 3-4 horas al día) y abandonan sus obligaciones. Se puede considerar una variedad de la alteración dismórfica centrada en la musculatura global. A pesar de tener una complexión física más fuerte que el resto de la población, se entregan compulsivamente al ejercicio con pesas sin perseguir otra meta que no sea aumentar la masa muscular. Además, pueden consumir sustancias como esteroides anabolizantes para favorecer la formación de masa muscular con el consiguiente riesgo para la salud. Criterios diagnósticos ? Preocupación por la masa muscular global ? Deseo de incrementar peso sin ganar grasa ? Patologías biopsicosociales asociadas o Alteraciones cognitivas de la imagen corporal o Alteraciones en el comportamiento alimentario o Pensamientos obsesivos sobre el desarrollo muscular o Abuso de esteroides anabolizantes o Abuso del ejercicio excesivo o Evitación de situaciones sociales y afectación del mundo laboral Epidemiología No se dispone de datos fiables sobre su prevalencia, ya que se considera que está infradiagnosticada e infravalorada. En España se estima que la mayoría de las personas que sufren vigorexia son hombres de entre 18 y 35 años, pudiendo estar afectados entre 20.000 y 23.000 personas. En Estados Unidos se calcula que 5-10 millones de personas realizan algún tipo de entrenamiento culturista específico y se ha propuesto que quizá un millón de éstos podrían sufrir vigorexia. Etiología Al igual que los trastornos de la conducta alimentaria, es de esperar que la explicación de la vigorexia se realice desde modelos multicausales, donde factores predisponentes, desencadenantes y mantenedores interactúen de forma compleja, y dichos factores sean de origen biológico, psicológico y social. ? Factores predisponentes: factores genéticos del individuo, factores del entrono ambiental y social, experiencias previas… que facilitan el desarrollo del trastorno si algún otro factor lo desencadena. ? Factores desencadenantes: factores individuales, sociales y ambientales, que provocan el inicio del trastorno. ? Factores mantenedores: factores que son consecuencia del trastorno o que ocurren paralelamente y que tienen un efecto de reforzamiento sobre el mismo, provocando que se mantenga y agrave. ? Factores biológicos : hacen referencia a déficits serotoninérgicos ? Factores psicológicos : rechazo de su aspecto y su propia imagen, pensamientos obsesivos, sentimientos de inseguridad, baja autoestima, perfeccionismo, pobre integración social y relaciones afectivas superficiales. ? Factores socioculturales: mensajes sobre la estética y la belleza. Los estudios constatan que el cine y los juguetes aumentan la musculatura de los héroes mucho más que hace 3-4 décadas. La industria publicitaria relaciona la musculatura, dureza abdominal y poca grasa con poderío sexual. También se le ha dado gran importancia a las experiencias individuales de burlas sobre la propia apariencia. Cuadro clínico Son personas preocupadas por el aspecto físico y el culto al cuerpo, que persiguen un modelo de varón fuerte y atlético como prototipo de salud y éxito social y se sienten frustradas porque consideran que su complexión no se ajusta a este modelo. El ejercicio físico deja de ser un estilo de vida saludable para convertirse, junto con las dietas hiperproteicas y los esteroides anabolizantes, en un medio para conseguir un cuerpo muy musculado que nunca termina de agradar al paciente. Su cuerpo siempre necesita un poco más de musculación. La mayoría de los afectados de vigorexia o predispuestos a padecerla quieren realizar ejercicio físico en los gimnasios por varios motivos. Los nuevos deportistas creen que el ejercicio con pesas les cambiará su apariencia de forma que puedan parecerse más al modelo estético masculino. Además existe la creencia errónea de que el entrenamiento con pesas es el camino más fácil y rápido para alcanzar cierto estado físico saludable. El mantenimiento de la rutina del ejercicio físico viene determinado en muchas ocasiones por la formación de grupos de compañeros de gimnasios, que se apoyan mutuamente en el entrenamiento, reforzando las actitudes de riesgo: ? Realizan los ejercicios conjuntamente, alentándose mutuamente a incrementar más y más el peso de las máquinas ? Se traspasan información sobre rutinas, dietas y suplementos nutricionales útiles para el crecimiento muscular, que consiguen de revistas de culturismo, donde además observan culturistas conocidos que son tomados como referentes ? Se facilita el consumo de sustancias dopantes, e incluso ayudan a conseguir aquellas ilegales ? Se apoyan psicológicamente cuando alguno de ellos se siente en un momento bajo del entrenamiento, o cuando son criticados por el excesivo tiempo que pasan en el gimnasio o los cambios que han realizado en su vida por ser grandes y musculosos ? Sustituyen a la familia y amigos en cuanto a necesidades de relación, e incluso al médico de cara a problemas de salud ? Trivializan los problemas derivados de sus hábitos justificándolos como insignificantes comparados con el desarrollo que pretenden conseguir Suelen ser personas preocupadas por su aspecto físico, con una autoimagen distorsionada (se consideran físicamente débiles y enclenques), introvertidas, con problemas de integración y baja autoestima, que consideran que tienen poco atractivo para el sexo opuesto debido a su aspecto físico. Pueden acompañarse de otras alteraciones psicológicas como ansiedad, depresión y trastornos obsesivo-compulsivos. Para algunos autores, la dismorfia muscular es el reverso de la anorexia. Mientras que ésta suele aparecer entre chicas jóvenes que por más que adelgazan nunca llegan a verse delgadas, la dismorfia muscular afecta principalmente a varones que se desviven por alcanzar un cuerpo cada vez más musculado. Como señales de alarma de la existencia de este trastorno se han señalado: ? Halterofilia y ejercicio compulsivo: la búsqueda de un cuerpo más musculado puede convertirse en una prioridad, sacrificando las relaciones sociales y otros aspectos del desarrollo físico y emocional de la persona. ? Trastorno dismórfico corporal: las personas con problemas con su imagen física pueden fijarse obsesivamente en detalles que otros no consideran de importancia. Sentimientos de insatisfacción, baja autoestima y depresión son frecuentes. ? Trastornos de alimentación: varones con problemas de bulimia o anorexia y otras fo rmas menores que mantienen una preocupación acerca de estar obesos cuando realmente están delgados. ? Abuso de esteroides: intentan conseguir una imagen física idealizada a través del uso de estas sustancias. Esteroides anabolizantes Se desarrollaron en los años treinta para tratar el hipogonadismo, pero al observar que aumenta el rendimiento y la masa muscular pasaron a ser utilizados ampliamente por deportistas que practicaban el culturismo, halterofilia y otros deportes. En la actualidad su uso se está extendiendo más allá del ámbito deportivo, y su consumo se ha apreciado en circunstancias no relacionadas con el ejercicio, sino como droga de abuso, a menudo con fines estéticos, para mejorar la imagen corporal o para superar pruebas físicas selectivas. También se han observado patrones de policonsumo, como el de nandrolona junto a cocaína para aumentar el efecto euforizante. Los andrógenos tienen dos funciones diferentes: 1. Androgénica: desarrollan y mantienen los caracteres sexuales secundarios masculinos (genitales, distribución del vello, distribución de la grasa corporal), así como el comportamiento sexual y la espermatogénesis. Desde el punto de vista farmacológico se utiliza como tratamiento hormonal sustitutivo en los casos de hipogonadismo, donde la persona no posee suficiente hormona natural (testosterona). 2. Anabolizante: regula el metabolismo de las grasas potenciándolo, y provoca el desarrollo muscular. Se utiliza en casos de desnutrición grave, en el tratamiento de ciertos tipos de cánceres, anemias, etc. Una de las principales razones del abuso de anabolizantes es mejorar el rendimiento físico en los deportes, para incrementar el tamaño muscular y reducir la grasa corporal. Estas personas presentan con frecuencia rasgos de personalidad caracterizados por inseguridad, baja autoestima e insatisfacción en lo referente a la propia imagen corporal. Otras personas que abusan de esteroides refieren haber sufrido abusos sexuales o físicos y toman estas hormonas para sentirse más grandes y fuertes, para afrontar la posibilidad de un nuevo ataque. Fina lmente, algunos adolescentes abusan de esteroides como parte de un patrón de conductas de alto rie sgo, como el abuso de otras drogas ilícitas. El prototipo de esteroide anabolizante es la hormona masculina testosterona. Existen otros análogos sintéticos, como la mesterolona, la metenolona, la nandrolona y el estanozolol. En otros países se dispone de otros como la boldenona, la oxandrolona, etc. El desarrollo de nuevos esteroides anabolizantes ha ido dirigido a conseguir fármacos que se puedan administrar por vía oral e intentar separar las acciones anabolizantes y las androgénicas. Los esteroides de abuso más comunes son: ? De administración oral: o winstrol (estanozolol) o proviron (mesterolona) o anadrol (oximetalona) o oxandrin (oxandrolona) o diabonol (metandrostenolona). ? De administración parenteral: o decadurabolin (decanoato de nandrolona) o durabolin (propionato de nandrolona) o depotestosterona (cypionato de testosterona) o primobolan (enentato de metenolona) o testoviron (enantato de testosterona) El consumo de anabolizantes es bastante común en algunos países. Se estima que en Estados Unidos, entre el 4 y el 11% de los hombres no culturistas, y entre el 0,5 y el 2,5% de mujeres consumen este tipo de sustancias, datos que llegan a alcanzar el 75% de los culturistas. En España se dispone de menos datos, si bien se baraja una cifra mucho mayor, según la cual 700.000 personas consumen en España sustancias dopantes. El principal problema de los andrógenos es que las variaciones moleculares realizadas para separar el efecto androgénico del anabolizante han tenido un éxito parcial, por lo que todas las sustancias anabolizantes existentes también tienen efecto androgénico, efecto no deseado por los deportistas que los consumen para ganar masa muscular. La toma de esteroides suele realizarse por ciclos, combinando periodos de consumo con periodos de abstinencia, y en los periodos de consumo con una pauta piramidal, empezando con dosis bajas que se van incrementando hasta la dosis máxima a mitad del periodo, reduciendo la dosis hasta la abstinencia; o bien progresiva, de forma que empiezan con dosis bajas, alcanzan la máxima, y la mantienen hasta el final del ciclo. Se estima que estas dosis de consumo suelen ser del orden de 10 y 100 veces que las utilizadas en el ámbito médico. Además, dada su mayor facilidad de consecución, está extendido el uso de esteroides de uso veterinario. El abuso de esteroides se ha asociado con un amplio rango de efectos adversos (tabla 1), desde algunos físicamente desagradables, como el acné o la ginecomastia, a otros que son una amenaza para la vida, como la miocardiopatía, infarto de miocardio, hipercoagulación y muerte súbita. La mayoría de los efectos secundarios son reversibles si se suspende el uso de esteroides, pero algunos son permanentes. Además, se han relacionado con trastornos del estado de ánimo, trastornos depresivos y sobre todo episodios maníacos e hipomaníacos, incluso episodios psicóticos. Otros efectos son sensación de euforia, aumento de la energía, incremento del deseo sexual, cambios de humor, distracción, olvidos y confusión. También se han descrito episodios depresivos al dejar de tomar los esteroides, lo que puede contribuir a la dependencia de estas sustancias. Tabla 1. Efectos secundarios de los esteroides anabolizantes Sistema hormonal ? Hombres o Disminución esperma, atrofia testicular, inferti- lidad o Ginecomastia o Hipertrofia de próstata o Alopecia ? Mujeres o Masculinización o Crecimiento vello facial o Cambios ciclo menstrual o Aumento tamaño del clítoris o Cambios voz Sistema cardiovascular ? Retención hídrica ? Hipertensión arterial ? Hipercolesterolemia ? Cardiopatía isquémica ? Accidentes cerebrovasculares Hígado ? Tumores ? Colestasis Piel ? Acné ? Quistes ? Pelo graso Infecciones (por inyección no estéril o contaminada) Otros ? Temblor, palpitaciones ? Agresividad ? Gastritis ? Aumento de apetito ? Aumento de infecciones y retraso cicatrización ? Cataratas, glaucoma ? Debilidad muscular, osteoporosis A pesar de los efectos secundarios, los afectados de vigorexia suelen aceptarlos como un mal menor, que deben asumir con tal de conseguir su objetivo: tener cuanta más masa muscular mejor. En el caso de los hombres, y para tratar de evitar la ginecomastia, que en muchos casos es abundante y dolorosa, se administran fármacos anticancerígenos para el cáncer de mama, que retrasan o evitan el crecimiento del tejido mamario (como el anastrozol). La obtención de estos medicamentos es una dificultad añadida para los afectados, y más teniendo en cuenta su coste. En ocasiones la ginecomastia se produce en tal grado que llega a ser muy evidente y causa un dolor tal que obliga al afectado a pasar por el quirófano. No obstante, a pesar de la gravedad de este hecho, en ocasiones la única preocupación de pasar por el quirófano es el postoperatorio, por la pérdida de entrenamiento consecuente y las posibles secuelas estéticas. Tratamiento El tratamiento de la vigorexia no se encuentra realmente definido, ya que esta enfe rmedad no está reconocida por la comunidad científica. El tratamiento podría encaminarse de forma similar al de aquellas personas diagnosticadas de anorexia o bulimia, es decir, a modificar la conducta y la imagen sobre el propio cuerpo mediante la intervención de psicólogos, nutricionistas y médicos. La familia y amigos cumplen una función muy importante en la recuperación y superación del trastorno, al brindarle apoyo cuando el afectado intenta disminuir sus rutinas de ejercicios a unos niveles aceptables. El tratamiento debe ser multidisciplinar: 1. Psicofarmacológico: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (aspectos impulsivos, obsesivos y componente afectivo) 2. Dietas equilibradas y variadas, supresión de anabolizantes 3. Psicoterapéutico: cognitivo-conductual (distorsiones preceptúales, estrategias de afrontamiento, cambio en los hábitos de alimentación, reducción de la ansiedad y práctica del deporte). El objetivo es modificar la conducta del sujeto y recuperar su autoestima. CONCLUSIONES.1.- En cuanto al problema de vigorexia, en la actualidad no existen criterios diagnósticos claros ni universalmente aceptados 2.- De igual manera sucede en lo referente al proceso etiológico, etiopatogénico. Se puede considerar como un trastorno de la percepción del propio cuerpo, equiparable a la existencia de una “anorexia inversa” 3.- No existe en la actualidad un tratamiento definido ni aceptado globalmente. Éste debe estar basado en varios pilares como son la farmacología, la dietética y, por supuesto la psicoterapia. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. Leone J, Sedory E, Gray K. Recognition and treatment of muscle dysmorphia and related body image disorders. Journal of Athletic Training 2005; 40(4): 352-9. Hernández M, Guillem JL, Hernández JV. Dismorfia muscular, vigorexia o complejo de Adonis: a propósito de un caso. Psiq Biol 2005; 12(3): 133-5. Hernández M, Guillem JL. Abuso de anabolizantes. Psiq Biol 2005; 12(1): 18-21. Lorán ME, Sánchez L. FMC. Vigorexia. Form Med Contin Aten Prim. 2005; 12: 522-6.