TÓPICOS CONSTITUCIONALES SOBRE LA VIDA PRIVADA Y LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN ANTE LA INFORMÁTICA EN CHILE. Humberto Nogueira Alcalá(1*) 1. Introducción. La Constitución Política de la República es la fuente suprema de nuestro ordenamiento jurídico, en cuanto ordenadora de los niveles de prelación y aplicación de las normas jurídicas que conforman nuestro derecho nacional, como también determina la aplicación preferente y prelación de las normas referentes a derechos esenciales contenidas en el derecho internacional de los derechos humanos, incorporadas en el derecho interno. Asimismo, como lo hace en el artículo 5º inciso 2º, la Constitución puede determinar que determinados contenidos normativos se sitúen como limitantes de la soberanía, vale decir, como límites del poder constituyente instituido o derivado y de los poderes constituidos, los cuales deben cumplir el mandato constitucional perentorio de “respetar y promover” los derechos esenciales, “garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes”, de no hacerlo se infringiría un mandato constitucional imperativo y se vulneraría la Carta Fundamental. El derecho interno se refuerza con la integración del derecho internacional de los derechos humanos, entre ellos, principalmente, los derechos contenidos en la Convención Americana de Derechos Humanos (C.A.D.H.), promulgada por Decreto Nº873 y publicada en el Diario Oficial el 5 de enero de 1991; y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (P.I.D.C. y P.), promulgado por el Decreto 326 y publicado en el Diario Oficial del 27 de mayo de 1989, los cuales integran el bloque constitucional de derechos esenciales asegurados por nuestro ordenamiento jurídico en virtud del art. 5º inciso 2º de la Carta Fundamental de Chile (2). De acuerdo con las consideraciones anteriores es necesario señalar la existencia de un verdadero bloque constitucional de los derechos fundamentales, derechos que tienen igual fuerza normativa de límites a la potestad estatal o soberanía. (1*) El autor es abogado; doctor en derecho constitucional por la Universidad Católica de Lovaina la Nueva, Bélgica; Profesor titular de derecho constitucional y Director del Centro de Estudios Constitucionales de la Universidad de Talca. Vicepresidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional. Director de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional. 2 Ver Nogueira Alcalá, Humberto. 1997. Dogmática Constitucional. Capítulo I y II. Talca, Chile. Ed. Universidad de Talca. 2 Tal perspectiva, en nada afecta la fuerza normativa de la Constitución Política de la República, ya que es ella la que determina las fuentes del derecho, definiendo su gradación jerárquica y sus niveles de aplicabilidad preferente en su caso, pudiendo el propio constituyente, como lo hizo a través del inciso 2º del artículo 5º, darle un lugar de límite de la soberanía a los derechos esenciales asegurados por la propia Carta fundamental y por los tratados internacionales ratificados por Chile. Por último es necesario conceptualizar lo que entendemos por bloque constitucional de derechos, entendiendo por tal el conjunto de derechos y sus garantías asegurados por las normas constitucionales, los tratados internacionales y los derechos esenciales implícitos, derechos y garantías que tienen fuerza normativa de Constitución material, ya que una parte de ellos se encuentra fuera de la Constitución formal pero reconocidos por ella, constituyendo un conjunto congruente y coherente que se refuerza recíprocamente en su fuente interna e internacional, aplicándose aquella que mejor proteja los derechos (principio “favor homine” o “pro cives”), constituyendo parámetro de constitucionalidad sustantivo o material para el control de constitucionalidad, como asimismo, para interpretar, aplicar o desaplicar normas infraconstitucionales desde la Constitución. Nuestro Tribunal Constitucional ha reconocido explícitamente la existencia de derechos implícitos en sentencia sobre control de constitucionalidad del proyecto de ley sobre libertad de opinión e información, sosteniendo en el considerando 25º, lo siguiente: “25) ….. la doctrina como nuestra Constitución Política reconocen la existencia de derechos, aunque no estén consagrados en el texto constitucional, a menos que esta consagración implique una violación a las normas fundamentales. “Esta última expresión significa que los hombres son titulares de derechos por ser tales, sin que sea menester que se aseguren constitucionalmente 3 para que gocen de la protección constitucional.”( ). El deber de respeto y protección de los derechos humanos contenidos en los Tratados o Pactos Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Chile y vigentes. Los derechos contenidos en los tratados internacionales libremente aceptados e incorporados por el Estado a su derecho interno, constituyen derechos de ejecución inmediata o directa. Así lo disponen las normas de los propios tratados. En el caso del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas, en su preámbulo señala un reconocimiento expreso de los Estados partes de que “estos derechos se derivan de la dignidad inherente a la persona humana”, asimismo el artículo 2º precisa que “1.- cada uno de los 3 Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol Nº226 de 30 de octubre de 1995. 3 Estados partes en el presente Pacto se compromete a respetar y garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”. La Convención Americana sobre Derechos Humanos (C.A.D.H.), precisa en su preámbulo, que los Estados parte de la Convención reafirman “su propósito de consolidar en este continente, dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre” y reconocen “que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una protección internacional, de naturaleza coadyuvante o complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados Americanos”. A su vez, el artículo 1º de la misma Convención determina que “1.Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidas en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por razones de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. 2.Para efectos de esta Convención persona es todo ser humano”. 2. El bloque constitucional del privada. derecho a la protección de la vida El bloque constitucional del derecho a la protección de la vida privada esta contenido en el artículo 19 Nº4 de la Constitución, el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el artículo 11 de la Convención Americana de Derechos Humanos El artículo 19, N°4, asegura a todas las personas al “respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su familia por la ley”. El inciso segundo del artículo 19 Nº4 de la Constitución determina “la infracción de este precepto cometida a través de un medio de comunicación social y que consistiere en la imputación de un hecho o acto falso, o que cause injustificadamente daño o descrédito a una persona o a su familia será constitutiva de delito y tendrá la sanción que determine la ley”. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas, en su artículo 17, se asegura el derecho a la protección de la vida privada, el cual prescribe: 4 “1. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en la vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honor y reputación. 2. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”. La Convención Americana de Derechos Humanos, asegura la protección de la vida privada en su artículo 11, determinando: ”Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia…”, agregando “3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”. Finalmente es necesario precisar que la Constitución Política de la República y los tratados internacionales no garantizan una vida privada determinada, sino el derecho a poseerla, siendo la persona la que configura con su propia decisión lo que sustrae del conocimiento público, disponiendo del poder de control sobre la información que sobre su persona y la de su familia permite que se difunda y circule. Así, las personas no renuncian a la protección de su derecho a la vida privada, sino a la calificación del acto o actividad como perteneciente a su vida privada o íntima, o a la renuncia a la protección legal de dicho acto o actividad (4). 2.1. La delimitación, el desarrollo, las limitaciones y las restricciones del derecho a la protección de la vida privada. 2.1.1. Delimitación de los derechos. Delimitar un derecho es identificar el ámbito de la realidad al que se alude y el tratamiento contenido en las normas jurídicas que reconocen el derecho de acuerdo con las fuentes del orden jurídico determinadas constitucionalmente, lo que fija el contenido y alcance del derecho protegido constitucionalmente y sus límites intrínsecos, vale decir, aquellos que dependen de su propia naturaleza. Por tanto, todo lo que no puede ser subsumido en el supuesto de hecho del derecho, constituye supuestos de no derecho. En palabras sencillas, delimitar un derecho es fijar su contenido y sus fronteras, dentro de las cuales su ejercicio está protegido constitucionalmente La correcta delimitación del derecho precisa el ejercicio legítimo del derecho, la aparente o real tensión con otro derecho, las limitaciones o restricciones que pueden afectar al derecho y el espacio dejado al legislador para su regulación. Así, ningún operador jurídico puede afectar el contenido constitucionalmente delimitado del derecho, constituyendo este un límite 4 Lete del Río, J.M. 1986, Derechos de la persona. Ed. Tecnos, Madrid, España, páginas 186 y 187. 5 estructural básico del sistema de derechos fundamentales que siempre deben tener los operadores jurídicos (legislador, administración o magistratura) en el ejercicio de sus competencias. El contenido del derecho lo componen “las distintas intensidades de protección de actividades prefijadas de manera abstracta y, como 5 consecuencia, las actividades concretas que tal protección cobija”( ). El mismo autor, señala adecuadamente, que el contenido de un derecho es siempre el “normal”, vale decir, el que reconoce la norma, dependiendo de los supuestos en que se encuentra el sujeto la protección será mayor o menor, pero siempre será la “normal”. El ordenamiento jurídico precisa las situaciones en que a las personas se les aseguran derechos. La fuerza jurídica propia de cada derecho o bien jurídico protegido constitucionalmente que se interrelaciona con los demás derechos y bienes jurídicos, está determinada por las diversas hipótesis de ejercicio y limitación, de expansión o compresión en función del derecho o el bien jurídico constitucionalmente determinado con el cual se relaciona. Como señala Bastida, la estructura constitucional de los derechos fundamentales “no está formado por círculos secantes que colisionan y se invaden unos a otros. Ello contradiría el principio de unidad de la Constitución. Esa estructura se compone mas bien de derechos y libertades contenidos en círculos 6 tangentes”( ). 2.1.2. La delimitación del derecho a la protección de la vida privada. La Constitución ni los tratados ratificados y vigentes precisan el sentido y alcance del concepto vida privada, constituyendo conceptos jurídicos indeterminados, el tema queda abierto a su configuración por la doctrina y la legislación, cerrándolo en el caso concreto la jurisprudencia constitucional. 2.1. 2.1. La vida privada en la doctrina constitucional. El concepto de vida privada es un concepto variable en el tiempo. En el ámbito de la doctrina el concepto de “vida privada” en inglés (privacy), tiene sus primeros balbuceos a fines del siglo XIX, en los estados Unidos de Norteamérica, donde un juez americano, en 1873, identificó la privacidad o vida privada con el derecho a ser dejado tranquilo, a ser dejado en paz, el derecho de estar solo: “Right to be alone” (7). 5 Bastida, Francisco. 1990. La libertad de antena. El derecho a crear televisión, Barcelona, Ed. Ariel, Página 297, nota 312 6 Bastida, Francisco.1990. Página 217. 7 Citado por Afonso da Silva, José. 1990, pág.184. 6 El derecho a la vida privada comprende, decidía la Corte Suprema Norteamericana, “el derecho de toda persona de tomar sola las decisiones 8 en la esfera de su vida privada” ( ). La Corte Suprema reconoció el carácter constitucional de este derecho en 1965, en el caso Griswold V. Connection, considerando que el Estado sólo puede intervenir en la privacidad de las personas cuando tenga un interés apremiante. (381. US.479 (1965) (9). La intimidad está conformada por el entorno inmediato y los aspectos más reservados de la vida privada y de la propia persona que todo individuo tiene derecho a mantener fuera de toda intromisión. La concepción de datos personales y de vida privada responden a criterios culturales y por tanto su calificación como tales depende de cada país y momento histórico e incluso, en buena medida, de la condición de cada persona. En los Estados Unidos de América, la Corte Suprema, fundada en la Cuarta Enmienda de la Constitución, ha diseñado lo que la doctrina conoce como la “privacy”. La privacy correspondería a nuestro derecho a la vida privada, pero entendiéndola de una manera mucho más amplia que el mero poder de exclusión del conocimiento de los demás de la esfera personal. La privacy traduce una idea íntimamente conexa con la libertad de la persona, es el reconocimiento de que el concepto amplio de libertad exige que cada persona tenga un ámbito de desarrollo y expresión de su manera de ser que le esté reservado; del cual pueda excluir a los extraños y donde tenga derecho a no ser importunado por la indebida curiosidad ajena. La evolución del concepto de “privacy” ha desembocado en la actualidad en la distinción de dos privacy: La “privacy of disclosure”, en que se engloban los atentados provocados por la difusión y revelación de noticias y datos personales cuyo conocimiento está limitado a un círculo restringido, y la “privacy of autonomy” o “informational privacy”, que sería la aplicable en la especie, con la cual se intenta señalar el atentado a la persona perpetrado por la simple recogida y catalogación de información. Lo privado, conceptualmente, es un ámbito no público, el cual se practica un determinado tipo de relaciones interpersonales familiares y de amistad, como asimismo, cierto tipo de relaciones profesionales, como por ejemplo, las que tiene el médico con su paciente o el abogado y su patrocinado, las que están estrechamente vinculadas con la vida privada. La vida privada esta delimitada por la actuación y relaciones de una persona simplemente en tanto individuo de un grupo social al margen de su actividad política o de relevancia pública. La vida privada de una persona para nada 8 Citada por Kayser, Pierre. 1984, pag.49. Cepeda, Manual José. 1992. Los derechos fundamentales en la Constitución de 1991. Ed. Temis, Bogotá, Colombia. Nota 56, pág.133. 9 7 interesa, en principio, al grupo social y el acceso a ella puede ser siempre denegado por la persona. La vida privada está constituida por el conjunto de circunstancias y datos relativos a la vida de una persona que quedan fuera del conocimiento de los demás, careciendo de relevancia pública, salvo que medie un expreso deseo del titular del derecho de comunicar tales datos o de ponerlos de manifiesto, al margen, de las personas que comparten con ellos aspectos 10 más o menos amplios de su vida( ), permitiendo alcanzar relaciones francas, relajadas y cerradas, como señala Westin(11). En la misma perspectiva, Ekmekdjian definía la privacidad como “la facultad que tiene cada persona de disponer de una esfera, ámbito privativo o reducto infranqueable de libertad individual, el cual no puede ser invadido por terceros, ya sean particulares o el propio Estado, mediante cualquier tipo de intromisiones, las cuales pueden asumir diversos signos”(12). La determinación de la vida privada de una persona concreta depende de la zona o ámbito de su vida que reserve para sí y su familia y amigos, sin perjuicio de que la legislación pueda configurar un ámbito de datos sensibles que se entienden de la exclusiva incumbencia de la persona. A su vez, el Tribunal Constitucional alemán entiende que el derecho de la personalidad, incluyendo el derecho a la intimidad, abarcaría la facultad del individuo, derivada de la idea de la autodeterminación, de decidir básicamente por sí mismo cuando y dentro de qué límites procede revelar situaciones referentes a la propia vida. (Sentencia de 15 de diciembre de 1983, sobre la Ley de Censo). Dentro del concepto de vida privada, se ha reconocido así, por la doctrina, en la teoría de las esferas, el ámbito de la intimidad, o de datos sensibles, considerado el ámbito mas profundo de la vida privada, donde se sitúan las creencias religiosas, filosóficas y políticas que la persona no desea que sean conocidas por los demás; aspectos de la vida y relaciones sexuales; relaciones familiares; aspectos de salud o anomalías físicas o psíquicas no evidentes; las comunicaciones privadas; las funciones fisiológicas; los momentos de abatimiento y agonía de las personas (13). 10 Espín Templado, Eduardo. 1991, Fundamento y alcance sdel derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio. Revista del Centro de Estudios Constitucionales N°8, Madrid, pág.45. 11 Ver Westin, Alan F. 1970, Privacy and Fredom, Nueva York, Sexta edición, Ed. Atheneum, pág.31 12 Ekmekdjian, Miguel Angel. 1993. Tratado elemental de derecho constitucional,Buenos Aires. Ed. Depalma, Tomo I, página 567. 13 Novoa Monreal, Eduardo. 1979, Derecho a la vida privada y libertad de información, un conflicto de derechos. México, Ed. Siglo XXI, páginas. 45-46. 8 Sagüés (14), desde la perspectiva argentina, hace un esfuerzo por delimitar el ámbito de vida privada del ámbito público con acierto, para lo cual distingue dos tipos de acciones privadas, ellas son las siguientes: Las acciones privadas internas están constituidas por los comportamientos o conductas íntimas o inmanentes que principian y concluyen en el sujeto que los realiza, no trascendiendo de éste, comprendiendo los hechos o actos realizados en absoluta privacidad o de los que nadie puede percatarse. Las acciones privadas externas son conductas o comportamientos que trascienden al sujeto que las realiza, siendo conocidas por los demás, pero que no afectan ni interesan al orden o la moral pública, ni causan perjuicios a terceros, vale decir, no afectan al bien común. Ambas dimensiones conforman parte del derecho al respeto de la vida privada de las personas y su familia que el Estado debe asegurar, garantizar y promover, lo que las diferencia claramente de las acciones públicas. En efecto, las acciones públicas son acciones externas que trascienden a quién las ejecuta, ya que pueden afectar el orden o la moral pública o causar daños a terceros, por lo que el Estado pueda regularlas y, eventualmente, prohibirlas. Concordamos con Carmona Salgado, quién señala que, en la actualidad, la vida privada y la intimidad, “mas que un derecho a no ser molestado, es un derecho de participación y control de las informaciones que afectan a la persona y sobre todo las que el interesado está legitimado para incidir en la forma y contenido de su divulgación, ámbito éste en el que se suelen 15 producir un gran porcentaje de intromisiones ilegítimas” ( ). Concordamos con Benda, en que en nuestra realidad “El peligro para la privacidad del individuo no radica en que se acumule información sobre él, sino, más bien, en que pierda la capacidad de disposición sobre ella y respecto a quién y con qué objeto se transmite. La privacidad se destruye no por la información en si misma, sino por su transmisión disfuncional sobre la 16 que el afectado pierde toda posiblidad de influir”( ). 2.1.2.2. Las leyes de desarrollo o configuradoras del protección de la vida privada. 14 derecho a la Sagüés, Nestor Pedro.1997. Elementos de Derecho Constitucional.Buenos Aires, Ed. Astrea, tomo 2, pág.314. 15 Carmona Salgado, Concepción. 1991. Libertad de expresión e información y sus límites, Madrid, Ed. Edersa, pág. 210. 16 Benda, Ernst . Manual de Derecho Constitucional. España, Ed. IVAP y Marcial Pons, pág. 131. 9 A su vez, los derechos pueden ser configurados y desarrollados por preceptos legales si ello no está prohibido por la Constitución, ellas son las leyes de desarrollo o reguladoras de derechos, que tienen por objeto poner en práctica el derecho fundamental respectivo, asegurando una capacidad operativa del mismo, las cuales pueden contener normas limitadoras de otros derechos. En el ordenamiento jurídico chileno es la ley la que fija ámbitos de la vida privada de las personas, dicha legislación no distingue entre vida privada e intimidad, no asumiendo así la teoría de las esferas o de los círculos concéntricos, aunque regula en algunas disposiciones específicas contenidos protegidos de la vida privada sin perjuicio de que ellos no tienen un carácter taxativo, dejando un amplio margen a las determinaciones de la jurisprudencia de los tribunales de justicia, aún cuando también precisa los datos llamados sensibles que corresponden al ámbito mas íntimo de la persona. Los datos sensibles son aquellos datos personales que se refieren a las características morales o físicas de las personas que, en principio, no son de interés para los demás y no afectan en general a la sociedad. Entre ellos se incluyen, como hace el artículo 6 del Convenio del Consejo de Europa, los datos relativos al origen racial, las opiniones políticas, las convicciones religiosas u otras convicciones; también los relativos a la salud y a la vida sexual y los referentes a condenas criminales, cuyo conocimiento queda particularmente restringido. Tales datos, por regla general, no pueden ser automatizados, salvo con particulares garantías, e incluso hay prohibición de suministrarlos. 17 En efecto, la Ley Nº19.733, sobre libertad de opinión e información( ), precisa en su artículo 30 inciso final, que se consideran pertenecientes “a la esfera privada de las personas los hechos relativos a la vida sexual, conyugal, familiar o doméstica, salvo que ellos fueren constitutivos de delito”. 18 A su vez, la Ley Nº 19.628 sobre protección de la vida privada ( ), en su artículo 2º, literal g), precisa que son datos sensibles aquellos datos personales que se refieren a las características físicas o morales de las personas o a los hechos o circunstancias de su vida privada o intimidad, tales como los hábitos personales, el origen racial, las ideologías y opiniones políticas, las creencias o convicciones religiosas, los estados de salud físicos o psíquicos y la vida sexual”. En todo caso, dicho derecho a la protección de la vida privada de la persona y su familia, como es obvio, encuentra sus límites en los demás derechos y bienes jurídicos constitucionalmente. 17 18 Publicada en el Diario Oficial, el 4 de junio de 2001. Publicada en el Diario Oficial, el 28 de agosto de 1999. 10 2.2. Las normas limitadoras de los derechos. Los límites a los derechos están referidos a situaciones comprendidas en el supuesto de hecho del derecho, por lo cual para determinar si nos estamos refiriendo a límites del derecho es necesario configurar el supuesto de hecho, vale decir, el “haz de derechos y libertades a los que abarca el derecho”(19). Los límites específicos de cada derecho están consignados en la regulación constitucional del derecho y, además, en la regulación de los derechos humanos asegurados por tratados internacionales ratificados y vigentes, como lo establece imperativamente el artículo 5º inciso 2º de la Constitución, los que integran el bloque constitucional de derechos y constituyen límites a la soberanía (poder constituyente y poderes instituidos constitucionalmente). Los límites de los derechos fundamentales constituyen la línea que separa el ejercicio legítimo del derecho de la actuación al margen del derecho. 19 Peces-Barba, Gregorio. 1995. Curso de Derechos fundamentales. Teoría General, Madrid, universidad Carlos III, Pag.590. Los límites intrínsecos son aquellos que derivan de las propias particularidades de estos derechos y se encuentran generalmente contenidos en las disposiciones constitucionales que los delimitan y configuran. Los límites extrínsecos o externos de los derechos derivan de la coexistencia de los derechos con otros derechos fundamentales que forman parte del mismo sistema de derechos, como son el derecho a la protección de la vida privada y el derecho a la libertad de información. Los límites externos pueden estar conformados por normas que afectan algunos de los elementos configuradores del derecho como consecuencia de la utilización por el legislador de una competencia definida y autorizada constitucionalmente. Los límites de los derechos son explícitos cuando la propia Constitución los señala como tales, de manera tal que sólo bienes o intereses reconocidos y protegidos constitucionalmente pueden limitar derechos constitucionales. Los límites son implícitos cuando ellos derivan de la necesaria protección de otros bienes o derechos constitucionalmente asegurados, en una interpretación sistemática, armónica, unitaria y finalista de acuerdo con las fuentes del derecho constitucional correctamente aplicadas. Los límites son formales cuando establecen potestades a los operadores jurídicos para limitar en ciertas hipótesis definidas y autorizadas constitucionalmente, el ejercicio de los derechos restringiendo su ámbito de acción o determinando su suspensión temporal, como es el caso de los estados de excepción constitucional. Los límites son materiales cuando se refieren a los contenidos normativos que fijan la producción de normas, la interpretación, aplicación y ejercicio de los derechos. 11 En nuestra opinión, no puede hablarse de un abuso del derecho, ya que el abuso del derecho constituye una actividad abstractamente prefijada como parte del campo de un derecho, pero al cual el ordenamiento jurídico no le brinda ninguna protección, lo que en rigor, no forma parte del derecho, y, por tanto, no constituye “abuso de un derecho”, sino una situación de no derecho. Las leyes limitadoras son aquellas que permiten una intervención en el derecho fundamental, con objeto de proteger una posición jurídica, amparada igualmente por la Constitución, que en tra en conflicto con ella, ya sea porque se trata del derecho de otra persona, de otro derecho fundamental diferente o de otro bien jurídico constitucionalmente reconocido(20). Tales leyes limitadoras de derechos deben respetar el contenido esencial del derecho asegurado constitucionalmente, vale decir, las facultades necesarias para que el derecho sea reconocible y sin las cuales se desnaturalizaría. En el ámbito del derecho a la protección de la vida privada, ésta tiene como un límite externo el ejercicio de la libertad de información, así es legítima la información de la vida privada, cuando lo informado tiene relevancia resulte pública. (STC 20/1992, de 14 de febrero).(21). Los derechos y sus limitaciones son igualmente fundamentos del orden político y jurídico. Existe una concurrencia normativa entre normas de aseguramiento y desarrollo de derechos y normas limitadoras que interactúan recíprocamente y que son igualmente vinculantes. En esta interacción, la fuerza expansiva de los derechos fundamentales restringe el alcance de las normas limitadoras que actúan sobre tales derechos. Así, las normas limitadoras de los derechos fundamentales deben interpretarse con criterio restrictivo y en el sentido más favorable a la esencia y eficacia de los derechos(22). 20 Hoffmann-Rein, Wolfgang. 1996, Libertad de comunicación y de medios. En Benda y otros, Manual de Derecho Constitucional, España. Ed. IVP y Marcial Pons, pág.166 – 167. 21 La Constitución Española garantiza en el art. 18 el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Su inciso final dispone que la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos. 22 Cremades, Javier. 1995, págs. 138 – 139. 12 La interpretación de las limitaciones y restricciones a los derechos en general y del derecho a la libertad de información y el derecho a la protección de la vida privada en particular, por su naturaleza y función dentro de la sociedad libre y democrática, debe ser siempre restrictiva, ya que de otra forma se vulneraría la finalidad y objetivo básico que es el más completo ejercicio posible de los derechos asegurados y sus garantías (artículo 29 de la C.A.D.H.). En todo caso, la restricción o limitación de un derecho fundamental por una regla legal exige que ésta última se encuentre fundamentada en principios constitucionales que la sustenten, en tal caso, se produce una eventual colisión entre principios constitucionales que debe ser resuelto mediante una adecuada ponderación de ellos, lo que implica utilizar los principios de adecuación (finalidad legítima), necesidad (necesidad de la intervención) y proporcionalidad propiamente tal (ponderación de los principios en conflicto). 2.3. El marco del bloque constitucional de los derechos fundamentales o humanos como límite a la regulación legislativa de los derechos. En la protección y regulación del derecho a la vida privada de las personas frente a la informatización debe armonizarse los diferentes derechos asegurados por la Constitución y los derechos humanos contenidos en los tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes, que conforman el bloque constitucional de derechos y el parámetro de constitucionalidad de la legislación de desarrollo o limitadora, la cual no puede afectar el contenido esencial de tales derechos, todo ello de acuerdo al artículo 19 Nº26 de la Constitución. Es del todo necesario tener presente que la violación de un derecho humano contenido en un tratado ratificado por nuestro Estado, cualquiera sea el órgano que lo ejecute: ejecutivo, órganos colegisladores u órganos jurisdiccionales, compromete la responsabilidad del Estado. Como dice Pedro Nikken, “las instancias internacionales carecen de competencia para revisar la aplicación del derecho interno por los tribunales nacionales; pero si son competentes, en cambio, para conocer casos en los que, en ejercicio de la jurisdicción interna, se haya violado el derecho internacional de los derechos humanos”(23). En esta perspectiva, La Corte Interamericana de Derechos Humanos en su fallo respecto del caso “La última tentación de Cristo”, respecto de la sentencia de la Corte Suprema de Chile que prohibió su exhibición cinematográfica, determinó: “Esta Corte entiende que la responsabilidad internacional del Estado puede generarse por actos u omisiones de cualquier poder u órgano de éste, 23 Nikken, Pedro. (2001). El Tribunal Supremo de justicia ¿Juez o parte?. En La libertad de expresión amenazada. Caracas, Ed. IIDH/Editorial Jurídica Venezolana, Pág. 143. 13 independientemente de su jerarquía, que violen la Convención Americana. Es decir, todo acto u omisión, imputable al Estado, en violación de las normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, compromete la 24 responsabilidad internacional del Estado”( ). 2.3.1. La libertad de información como límite de la vida privada de las personas. Es necesario tener presente dentro de los derechos que forman parte del bloque constitucional y que actúan como limites externos al derecho a la protección de la vida privada, el derecho a la libertad de opinión e información(25), contenido en el artículo 19 Nº 12 de la Constitución y los artículos 13 de la CADH y 19 del PIDCy P. El artículo 19 Nº12 asegura las libertades de opinión y de información: Artículo 19. La Constitución asegura a todas las personas: “12. La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa en cualquier forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometen en el ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deberá ser de quórum calificado. La Ley en ningún caso podrá establecer monopolio estatal sobre los medios de comunicación social. Toda persona natural o jurídica ofendida o injustamente aludida por algún medio de comunicación social, tiene derecho a que su declaración o rectificación sea gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en que esa información hubiese sido emitida. Toda persona natural o jurídica tiene el derecho de fundar, editar y mantener diarios, revistas y periódicos, en las condiciones que señale la ley. El Estado, aquellas universidades y demás personas o entidades que la ley determine, podrán establecer, operar y mantener estaciones de televisión. Habrá un Consejo Nacional de Televisión, autónomo y con personalidad jurídica, encargado de velar por el correcto funcionamiento de este medio de comunicación. Una ley de quórum calificado señalará la organización y demás funciones y atribuciones del referido Consejo. La ley establecerá un sistema de censura para la exhibición y publicidad de la producción cinematográfica”. El artículo 13 de la CADH, señala: “1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de 24 Sentencia del tribunal Constitucional de 1995. 14 fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. 2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a ) el respeto a los derechos o la reputación de los demás, o b ) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas. 3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones. 4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2. 5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional." A su vez, el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, asegura la libertad de opinión y de expresión (información), determinando: “1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones. “2. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro medio de su elección. “3. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este artículo entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente puede estar sujeto a ciertas restricciones que deberían, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para: asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás; la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”. 15 Es necesario explicitar, como lo ha hecho la Corte Interamericana de Derechos humanos, que estos derechos contenidos en la Convención Americana, tiene el carácter de derechos de ejecución inmediata (self executing), en virtud de su artículo 1º, son exigencias impuestas a los Estados Partes y no facultades otorgadas a ellos para asegurar el respeto y garantía de tales derechos, como son, entre otros, los derechos a la protección de la vida privada de la persona y a la libertad de opìnión e información. Es necesario tener presente, asimismo, las normas de interpretación de los derechos se encuentran en los artículos 5º del P.I.D.C, y P. y el artículo 29º de la C.A.D.H., las cuales son parte de nuestro derecho, con aplicación preferente sobre las normas de interpretación contenidas en el Código Civil, incluso utilizando la concepción mas clásica, ya que tales normas son posteriores y son normas especiales. El derecho a ser informado o a recibir informaciones de relevancia pública, es parte del derecho a la libertad de información. El derecho a recibir una información veraz constituye un instrumento fundamental para conocer los asuntos de relevancia pública y que, condiciona la participación de todos con igualdad de oportunidades en la vida nacional que establece nuestra Constitución en su artículo 1º inciso final. Nuestro Tribunal Constitucional ha determinado en sentencia Rol Nº226 sobre el proyecto de ley de libertad de opinión e información y ejercicio del periodismo de 1995, que el derecho a la libertad de información incluye el derecho a ser informado, precisado en los siguientes considerandos: “19) ... si bien en la letra de la Ley Fundamental no aparece consagrado expresamente el derecho a recibir las informaciones, éste forma parte natural y se encuentra implícito en la libertad de opinión y de informar, porque de nada sirven estas libertades si ellas no tienen destinatarios reales”. “25) ….. la doctrina como nuestra Constitución Política reconocen la existencia de derechos, aunque no estén consagrados en el texto constitucional, a menos que esta consagración implique una violación a las normas fundamentales. 16 “Esta última expresión significa que los hombres son titulares de derechos por ser tales, sin que sea menester que se aseguren constitucionalmente 26 para que gocen de la protección constitucional.”( ). Además, debe tenerse presente el derecho al desarrollo de cualquier actividad económica lícita (art. 19 Nº21) y el derecho de propiedad (art. 19 Nº24). 2.3.1.1. El derecho de acceso a la información de carácter público. En esta materia es conveniente establecer algunas distinciones. El derecho de informarse o de buscar información disponible o que se encuentre en el mercado de la información, constituye un derecho igualmente fundamental que el derecho a informar y el derecho a ser informado. En el caso de los profesionales de la información ( periodistas, reporteros), el derecho de informarse no consiste únicamente en no tener impedimentos para obtener información, sino que constituye un derecho positivo consistente en tener acceso a las fuentes de información para luego informar al público. El derecho a buscar y acceder a información de organismos del Estado sobre hechos de interés general constituye en nuestro ordenamiento jurídico un derecho de configuración legal. El derecho de acceso a la información de relevancia pública obliga a los Estados y sus órganos y organismos a no realizar actos y conductas u omisiones destinadas a evitar o limitar la libre recepción de la información de carácter público, de relevancia pública o destinada al público, como asimismo, el deber de promover las condiciones que posibiliten su pleno ejercicio, eliminando los obstáculos o trabas factuales, jurídicas o conductuales que afecten o entorpezcan a través de limitaciones, controles o formalidades desproporcionadas o irrazonables a la recepción de la información (27). El derecho de acceso a la información pública esta asegurado por la Ley Nº18.575 Orgánica Constitucional de Bases de la Administración del Estado, en su artículo 11 bis y por la Ley Nº19.733 sobre libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo, en su artículo 1º inciso tercero. 26 Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol Nº226 de 30 de octubre de 1995. Ver Caso Austria contra Suiza. Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sentencia de mayo de 1990. 27 17 En efecto, la ley 19.733, sobre libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo, asegura en su artículo 2º inciso 3º, el derecho de las personas a “ser informadas sobre hechos de interés general”. A su vez, el artículo 11 bis de la ley Nº18.575, precisó en su inciso tercero “son públicos los actos administrativos de los órganos de la Administración del Estado y los documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial”; el inciso cuarto de la misma norma legal, determina que “La publicidad a que se refiere el inciso anterior se extiende a los informes y antecedentes que las empresas privadas que presten servicio de utilidad pública y las empresas a las que se refiere los incisos tercero y quinto del artículo 37 de la Ley Nº18.046, sobre Sociedades Anónimas, proporcionen a las entidades estatales encargadas de su fiscalización, en la medida que sean de interés público, que su difusión no afecte el debido funcionamiento de la empresa y que el titular de dicha información no haga uso de su derecho a denegar el acceso a la misma, conforme a lo establecido en los inciso siguientes”. La Corte de Apelaciones de Santiago, confirmando el fallo del 29º Juzgado Civil de Santiago, determinó que la omisión cometida por Conaf, al negar la información requerida “vulnera el legítimo ejercicio del control social sobre los agentes del Estado y la esfera pública, tratándose de asuntos que tienen como fundamento el interés de la comunidad”, como asimismo, que Conaf “no ha logrado acreditar que la divulgación de la información requerida 28 afecte sensiblemente los derechos e intereses de terceros”( ), siendo éste el primer fallo ejecutoriado y firme en la materia basado en la Ley de Probidad Administrativa de 1999. 2.3.1.2. La búsqueda de informaciones referentes a hechos, actos o comportamientos relacionados con personas o instituciones privadas que evitan mostrarlos al público. En tal caso estamos ante el ámbito de una investigación de facto que no tiene protección como derecho constitucional, en el mejor de los casos estaremos ante una actividad lícita. Sin embargo esta licitud desaparece y la investigación se convierte en antijurídica e ilegítima si lo buscado es información respecto del ámbito reservado a la vida privada o a la intimidad de la persona, lo que se encuentra protegido constitucionalmente por el artículo 19 Nº 4 de la Constitución, como asimismo, por la Ley Nº19.628 de 1999 sobre 28 ( ) Diario El Mercurio de 24 de Diciembre de 2001, cuerpo C, página 7. 18 protección de la vida privada y la utilización de datos sensibles o integrantes de la intimidad de las personas(29). Es necesario tener presente que son parte de nuestro ordenamiento jurídico las normas de interpretación del art. 5 del PIDC y P y el artículo 29 de la CADH y su aplicación obligatoria para todos los operadores jurídicos, las cuales impiden menoscabar los derechos o limitarlos mas allá de lo que los tratados permiten, ni desconocer la existencia de otros derechos(30). De esta manera, de acuerdo a los parámetros de interpretación de los derechos humanos, siempre debe optarse por aquella norma del derecho internacional convencional o consuetudinario que mejor proteja y garantice el derecho (principio favor libertatis, pro cives o favor homine), el cual debe aplicarse también respecto de normas internas del Estado y normas de derechos humanos en que el Estado sea parte, aplicándose la norma de derecho interno o la norma de derecho internacional, según cual sea la que mejor asegura y garantiza el derecho. (29) Ver número monográfico de la Revista Ius et Praxis, año 3 Nº 1, 1997 de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, en la cual se analizan las experiencias iberoamericanas y el proyecto chileno. 30 ( ) El artículo 5º del P.I.D.C. y P. prescribe que: “1.- ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida que la prevista en él. 2.- No podrá permitirse restricción o menoscabo de ninguna de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en virtud de leyes, convenciones, reglamento o costumbres, so pretexto de que el Presente Pacto no lo reconoce o los reconoce en menos grado”. El artículo 29 de la CADH establece las siguientes normas para la interpretación de ella: "Artículo 29. Normas de Interpretación. Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a ) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella; b ) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados; c ) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y d ) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza." 19 A su vez, es conveniente recordar un principio básico recogido en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, uniformemente reconocido por la jurisprudencia como derecho internacional consuetudinario codificado, contenido en el artículo 27.1. de dicha Convención, el cual expresa que un Estado “no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación para el incumplimiento de un tratado”, sobre la materia se ha pronunciado la Corte Interamericana en su Opinión Consultiva 14 – 94, párrafo 35. No está demás agregar que la regla de la buena fe del artículo 26 en armonía con el artículo 27 antes señalado y el artículo 31 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, buscan que el tratado y las reglas de derecho que contiene se cumplan sin obstáculos opuestos por el derecho interno del propio Estado parte, que tiene el poder de generarlos o removerlos. Tal es el objeto y fin de reconocer la prevalencia del derecho internacional, limitando su propio poder y jurisdicción, debiendo adecuarse el derecho y las actuaciones internas al derecho internacional espontánea y libremente consentido. Ello exige buscar un orden objetivo de valores para poder conciliar todos los derechos, poniendo especial atención a su adecuada delimitación, sus límites externos y a las posibles colisiones que se puedan producirse entre distintos derechos y bienes jurídicos, particularmente en la actualidad, en que algunos usos de las nuevas tecnologías pueden afectar negativamente en el ejercicio de algunos derechos fundamentales, como lo es el de la esfera mas profunda de la vida privada que es la intimidad. 3. La ponderación de derechos en caso de conflicto real. La ponderación de los derechos requiere determinar el contenido de cada uno de ellos y sus fronteras o límites internos, como asimismo los límites externos que se derivan de su interacción recíproca. Tal ponderación exige de las resoluciones judiciales una valoración adecuada y razonable del contenido y alcance de los derechos, debiendo delimitarlos, teniendo en consideración el bloque constitucional de ellos y la correcta consideración de las fuentes del derecho constitucional, evitando afectar el núcleo esencial de los derechos asegurados y concretar una afectación desproporcionada de cualquier de ellos(31). (31) En la ponderación de derechos debe necesariamente aplicarse el principio de proporcionalidad, cuyos componentes básicos son los siguientes: a) b) Existencia de una finalidad legítima y permitida expresamente por la Constitución y los tratados internacionales que forman parte del bloque de constitucionalidad de los derechos. Existencia de idoneidad o utilidad de la restricción para la finalidad legitima exigida, la que debe ser de carácter legal. 20 4. La protección de la vida privada frente a la informática. La sociedad de la información en que vivimos proporciona tanto a los poderes políticos como a los entes privados unos medios de verificación o control y de manipulación de la persona humana muy importantes. De ahí que se imponga a los Estados un deber de regular la obtención y utilización de datos personales, tanto para su propio uso como en relación con la actividad de los entes privados El Tribunal Constitucional alemán estructura en la sentencia de 15 de diciembre de 1983, el “derecho a la autodeterminación informativa” concebido como una proyección de la libertad de decisión del individuo, necesaria para el fomento de su bienestar privado y para el funcionamiento de una comunidad democrática. El Tribunal extrajo del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad, la competencia de cada individuo de disponer sobre la revelación y el uso de sus datos personales. En esa sentencia, en la que declaró inconstitucional una ley de 25 de marzo de 1982, sobre el censo demográfico, en razón del número de informaciones que solicitaba de sus ciudadanos, en Tribunal Constitucional señaló que “el Estado viola la dignidad humana cuando trata a la persona como mero objeto. Es, de esta forma, inconsistente con el principio de la dignidad humana exigir a una persona el registrar y archivar todos los aspectos de su personalidad, aunque tal esfuerzo sea llevado a cabo anónimamente en la forma de una encuesta estadística. El Estado no puede tratar a una persona como un objeto sujeto a un inventario de este tipo. El Estado no tiene el derecho a penetrar la esfera protegida de la privacidad por medio de un completo registro de los asuntos personales de sus ciudadanos. Debe dejar al individuo un espacio interior destinado al desarrollo libre y responsable de su personalidad. Dentro de este espacio, el individuo es su propio dueño.”. Así, la libertad de información no puede afectar bienes y derechos constitucionales como lo es, a nuestros efectos, la vida privada, salvo que dicha información sea de relevancia pública. c) d) Existencia de una estricta necesidad de restringir el ejercicio del derecho afectado, vale decir, que no existe otro medio idóneo para alcanzar el fin que sea menos restrictivo respecto del derecho Determinación de que el daño que se provoca con la norma jurídica sea menor que el beneficio producido para el bien común. La ausencia de ponderación, la desproporcionalidad de ella o su carácter claramente irrazonada genera una sentencia o resolución judicial irrita o arbitraria, lo que en muchos países de América Latina y Europa permite recurrir de amparo extraordinario ante el Tribunal Constitucional si se ha afectado un derecho por su ponderación manifiestamente desproporcionado o irrazonable o por afectación del ejercicio legítimo del derecho . 21 4.1. La autodeterminación informativa forma parte del derecho al respeto de la vida privada. El registro de antecedentes y datos y su utilización adecuada han servido para la vigencia de diversos derechos fundamentales y para el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, el desarrollo de la telemática, que constituye la conjunción de las telecomunicaciones con la informática y que constituye el conjunto de servicios de naturaleza informática que pueden ser prestados a través de una red de comunicaciones(32), presenta, junto con el progreso y sus aportes al desarrollo de las sociedades, riesgos importantes para el respeto de la vida privada de las personas, por su capacidad de reunir datos, interrelacionarlos, ordenarlos, posibilitando el acceso a ellos y a transmitirlos, de manera de constituir importantes bases de datos con información de las personas tanto en manos del Estado como de particulares, con desconocimiento de los afectados. El registro, procesamiento, entrecruzamiento, organización y transmisión de datos constituye una información valiosa para todo tipo de toma de decisiones económicas, políticas, sociales, empresariales, constituyendo las bases o registros de datos personales la posibilidad develar aspectos de la vida privada de las personas, haciendo ilusorio su derecho a la privacidad, lo que exige su regulación por el ordenamiento jurídico. Como señala Losano, en el plano informático, el computador u ordenador, a través del “software aplicativo”, se ha convertido para sus usuarios en el delator perfecto de informaciones sin que el titular de ellas llegue a enterarse, ya que el usuario se encuentra registrado, observado y puesto en un acuario de cristal, lo que se ha denominado “síndrome del pez rojo”(33). Así, los problemas desarrollados por la revolución informática y telemática encuentran su paralelismo con los provocados por la difusión de informaciones por los medios de comunicación tradicionales, que pueden afectar el derecho a la vida privada. Sin embargo, la primera adquiere características particulares, ya que no sólo se trata de controlar, reducir o anular la difusión de informaciones que afecten la privacidad de las personas, sino también de determinar quién se encuentra estructurando bases de datos personales accesibles a terceros, para que fines han sido creadas, que tipos de datos se registran, todo ello con objeto de controlarlos. 32 Estadella Yuste, Olga. 1995. La protección de la intimidad frente a la transmisión internacional de datos personales. Madrid, Ed. Técnos, página 13. 33 Losano, Mario. 1986. El diritto pubblico dell’ informatica, Giulio Einaudi Editore, pág. 13.Citado por Sentencia de Corte Constitucional Colombiana, T414/92. 22 De esta forma, los Estados se han preocupado de determinar los límites legítimos dentro de los cuales puede concretarse la actividad de obtención, tratamiento y difusión o comunicación de datos personales y el derecho de acceso a la información pública que forma parte del derecho a la libertad de buscar y difundir información. Se trata, por tanto, de conjugar armónicamente, los derechos a la libertad de buscar y difundir información y el derecho del respeto a la vida privada en el contexto de la informática y la telemática. El esfuerzo a realizar es el de compatibilizar y armonizar el derecho a la información y a la privacidad, autodeterminación informativa y buena reputación en la senda del desarrollo y bienestar de las personas(34). En este contexto, debe considerarse, por una parte, la libertad de información que incluye la búsqueda y difusión de informaciones sin límites arbitrarios y sin censura, como asimismo, la libertad informática, constituida por el derecho de recolectar y almacenar toda la información cuyo conocimiento y registro no esté prohibido por el ordenamiento jurídico por motivos razonables, fundados en la protección de los derechos de las 35 personas o en bienes jurídicos constitucionales( ). En el concepto de respeto de la vida privada se incluyen datos que a primera vista pueden ser irrelevantes desde la perspectiva de protección de la privacidad de la persona, pero que, en conexión con otros datos, considerados en su conjunto, pueden hacer totalmente transparente la personalidad de un individuo, es lo que la doctrina ha denominado la teoría del mosaico, ya que “al igual que ocurre con las pequeñas piedras que formen los mosaicos, que en si no dicen nada, pero que unidas pueden formar conjuntos plenos de significado” (36). El derecho al respeto de la vida privada de las personas tienen además de su naturaleza de derecho de defensa, el de garantía institucional del pluralismo y del sistema democrático. La democracia se desarrolla y justifica en el respeto de la privacidad de las personas que forman parte de ella, ya que sólo desde el ámbito de reconocimiento de la vida privada y autonomía de cada ciudadano puede construirse una sociedad democrática y libre. 34 Uicich, Rodolfo Daniel. Los bancos de datos y el derecho a la intimidad, Buenos Aires, Ed. Ad-Hoc, pág. 26. 35 Ver Puccinelli, Oscar. 1999. El habeas data en Indoiberoamérica. Santafe de Bogotá, Ed. Temis, págs. 25-26. 36 Madrid, Fulgencio. 1984, pág. 45. 23 El respeto de la vida privada o de la intimidad se proyecta en el ámbito de los registros de informaciones manuales e informáticos, que permiten socializar esa información develando ámbitos de la privacidad de las personas. En tal perspectiva, el respeto a la vida privada e intimidad de las personas adopta un contenido positivo en forma de derecho de control sobre los datos relativos a la propia persona, un derecho a la autodeterminación informativa, lo que requiere que las personas puedan conocer la existencia de los ficheros u archivos de registro de información de las personas públicos o privados, conociendo sus finalidades y los responsables de ellos, de manera que las personas concernidas puedan conocer los datos contenidos en dichos archivos o ficheros sobre su propia persona, teniendo el derecho de autorizar su recolección, conservación, uso y circulación, como asimismo, el derecho a actualizarla, rectificarla o cancelarla. La persona es la única que puede autorizar el uso de información respecto de su vida privada, el derecho de autodeterminación informática faculta a las personas a decidir básicamente por sí misma cuando y dentro de qué límites procede revelar situaciones o aspectos de su vida privada. Ello exige que el Estado intervenga positivamente en la materia resguardando este derecho de autodeterminación informativa y estableciendo garantías jurisdiccionales que lo protejan, como ocurre, por ejemplo, con la acción de Habeas Data en el derecho comparado (37). 5. El derecho a la protección de datos de la vida privada de las personas o autodeterminación informativa. El derecho a la protección de datos puede ser definido como el conjunto de normas jurídicas destinadas a asegurar a las personas el respeto de sus derechos, especialmente del derecho a la vida privada e intimidad ante el tratamiento automatizado de los datos personales. 5.1. Los principios internacionales elaborados por naciones Unidas para proteger la vida privada y la intimidad de las personas de injerencias arbitrarias de carácter tecnológico. El documento del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas E/CN 4/1990/72, de 20 de febrero, recoge la versión revisada de los principios 37 Ver Nogueira Alcalá, Humberto. “Reflexiones constitucionales sobre el establecimiento constitucional del Hábeas Data”,en Revista Ius et Praxis, año 3 Nº1, Facultad Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, Chile, 1997, pág.265. 24 rectores para la reglamentación de los ficheros informatizados que contienen datos de carácter personal, elaborada por la Comisión de Derechos Humanos y preparada por Louis Joinet, Relator Especial. El documento lleva el título “Derechos humanos y desarrollos científico y técnico”. El campo de aplicación de estos principios abarca los ficheros públicos y privados, con la posibilidad de extensión a los ficheros manuales. Los principios que se proponen en ese proyecto son: Principio de licitud y de lealtad. La utilización de los ficheros o bases de datos no puede ser contraria a los propósitos y principios de las Naciones Unidas (deportaciones, matanzas, genocidios). Los datos no pueden ser obtenidos o tratados por procedimientos ilícitos o desleales. Principio de exactitud. Veracidad de los datos y que sean completos y puestos al día periódicamente. Principio de finalidad. Datos pertinentes a la finalidad perseguida. Que no sean utilizados ni difundidos, salvo acuerdo, con fines incompatibles con el objeto del fichero. Que no se conserven los datos personales más allá del tiempo necesario para cumplir su finalidad. Principio de acceso. El interesado tiene el derecho de saber si los datos que se refieren a él son conformes con el objeto del fichero. Debe tener acceso de forma inteligible, sin demora ni gastos excesivos. Tiene derecho a obtener las rectificaciones o destrucciones de los datos indebidos (ilícitos, injustificados, inexactos). Cuando se transmitan datos, tiene derecho a conocer los destinatarios. Régimen de recursos.. Debe preverse un régimen de recursos ante la autoridad de control En caso de rectificación, los gastos serán de cargo del responsable del fichero. Principio de no discriminación. Significa la prohibición de informaciones sensibles cuya utilización pueda engendrar una discriminación ilegítima o arbitraria. Estos principios, salvo el de no discriminación, pueden ser derogados tan sólo cuando así sea necesario para proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moralidad públicas y especialmente los derechos y libertades de los demás. Pero tales derogaciones han de estar expresamente previstas por ley o por reglamentación equivalente. Las derogaciones al principio de no discriminación deben hacerse con las mismas garantías y no podrán ser autorizadas más que dentro de los límites previstos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y demás instrumentos relativos a la protección de los derechos humanos y la lucha contra la discriminación. Principio de seguridad. Se refiere a la protección de los ficheros contra riesgos naturales y humanos (acceso no autorizado, utilización indebida de datos o contaminación por virus). 25 Control y sanciones. Debe existir una autoridad que, conforme con el sistema jurídico interno, controle el respeto a los principios señalados. Esta autoridad deberá ser imparcial e independiente respecto a las personas u organismos responsables del tratamiento de los datos y de su utilización y tener la adecuada competencia técnica. Deben, también, preverse las sanciones penales o de otro tipo y los recursos individuales pertinentes. Junto a los principios rectores, se encuentra la llamada “cláusula humanitaria,” que posibilita excluir la prohibición de registrar datos sensibles, con el objeto de permitir a las organizaciones no gubernamentales (ONG) especializadas en proteger a las personas perseguidas como consecuencia de un trato discriminatorio, basado en el origen racial, la religión, opiniones políticas, entre otras. A su vez, la ONU estableció la resolución 45/95 de 14 de diciembre de 1990, “Principios rectores para la reglamentación de los ficheros computarizados en datos personales”. 5.2. La legislación nacional en Estados Unidos de Norteamérica y en Europa. La mayor parte de los Estados democráticos, conscientes de este problema, han desarrollado leyes de protección de la información personal contenida en bases de datos o en ficheros informáticos de cualquier tipo. En el ámbito norteamericano aparece el primer modelo sobre la materia, configurándose un conjunto sistemático de normas que regulan el manejo de bancos o registros de datos informatizados. Tales disposiciones son recogidas en dos leyes, el Freedom of Information Act de 1966 y en la Privacy Act de 1974. En tales cuerpos normativos se regula la revelación y transmisión e informaciones y los derechos de acceso, rectificación o modificación de informaciones ya existentes a través de la jurisdicción ordinaria. En Europa la primera legislación esta dada por la Data Lag de 1973 de Suecia; ; la ley N°78-17, de 6 de enero de 1978, modificada por la ley 79587 de 1979 sobre informática, ficheros y libertades, y la ley 79-18 de 1979 sobre archivos, donde se regula entre otras materias el acceso a los archivos públicos de Francia; La Federal Data Protection Act de 8/6/78 de Dinamarca; la Ley 9/6/78 de Noruega; La Data and Computer Processing Act de 1979 de Luxemburgo; de España; la ley de 12 de julio de 1984, sobre protección de datos, de Gran Bretaña; la Ley 10/91 de protección de datos personales frente a la informática y promulgada el 9 de abril de 1991 de Portugal; la legge di tutela delle persone a di altri sogetti rispeto al 26 trattamento dei dati personali de 1996 de Italia, la Ley Orgánica N° 1, de 5 de mayo de 1982, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, como asimismo, la Ley sobre protección de datos de carácter personal 15/1999 de España; entre otros. En líneas generales, toda la legislación sobre la materia responde a unos mismos principios, recogidos a su vez de la Convención del Consejo de Europa para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal, de 1981. Estos principios son susceptibles de ordenarse en tres grupos: a) Derechos de los individuos: derecho a conocer la existencia de un fichero que contenga información sobre uno mismo; derecho de acceso al fichero; derecho a exigir la corrección de los datos erróneos. b) Responsabilidades de los titulares del fichero o base de datos: recolección imparcial y legal de los datos; garantía de que la recopilación y el almacenamiento de los datos se realiza con una finalidad legítima y concreta, y que la información no se empleará con fines ajenos a los indicados; adecuación entre los objetivos a alcanzar con la configuración del fichero y el número y la calidad de los datos recopilados; exactitud de los datos y, cuando sea necesario, puesta al día de los mismos. c) Deberes de los usuarios: fácil identificación del responsable del fichero, gratuidad en el acceso a los ficheros por parte del particular afectado; notificación inmediata de cualquier modificación que se realice; instauración de un régimen de recursos y sanciones. Junto a estos elementos comunes, las legislaciones nacionales presentan, sin embargo, ciertas diferencias, siendo así, por ejemplo, que algunas de ellas atienden no sólo a las bases de datos automatizados sino también a los ficheros manuales. Otro factor de diferenciación importante está relacionado con el tema del registro. En atención a este aspecto, puede distinguirse entre el modelo sueco y el modelo alemán. Las leyes inspiradas en la normativa sueca de 1973, establecían un registro central de todos los bancos de datos del país y creaban una Autoridad de Protección de Datos con amplísimas potestades de control sobre los responsables de cada fichero, como ocurre también en el caso español y en la mayoría de las legislaciones europeas. La legislación alemana parte del principio de la auto regulación, de forma que basta que la ley permita la creación del fichero y que los particulares hayan dado su consentimiento para que el banco de datos quede constituido. Las compañías que los creen tienen la obligación de designar un Contralor de Datos de la propia compañía, y ésta será la única autoridad competente para supervisar las actuaciones del fichero en cuestión. 27 En la actualidad, puede señalarse que es un dato la proliferación de los micro ordenadores que se ha desarrollado desde el último tercio del siglo XX, que ha hecho posible que prácticamente todas las empresas e incluso, personas, puedan configurar su propio banco de datos. Por otra parte, debe constatarse el creciente movimiento internacional de datos, que dificulta un control centralizado de la exportación de datos 38 personales. 5.3. La normativa sudamericana. En el ámbito sudamericano, la regla general ha sido seguir un camino distinto del norteamericano y europeo, estableciéndose para la defensa del derecho a la autodeterminación informativa y la protección de datos privados algunos medios procesales específicos, ya sea a través de la generación constitucional de la acción de habeas data o la utilización de la acción constitucional de amparo o tutela como medio procesal idóneo para tal objetivo. La excepción la constituye en esta materia el caso chileno, el que ha optado por establecer una ley de protección de datos y establecimiento de un procedimiento judicial específico. En el constitucionalismo sudamericano, diversas cartas fundamentales de las últimas dos décadas del siglo XX, incorporan en sus ordenamientos el derecho a la autodeterminación informativa o libertad informática y la institución del Habeas Data, tal es el caso de Brasil, Colombia, Paraguay, Perú, Argentina, Ecuador, Venezuela. En tales constituciones el Habeas Data es regulado junto con las acciones de Habeas Corpus y de Amparo o tutela, como garantías jurisdiccionales protectoras de la vida privada, intimidad, imagen y honra o buen nombre de las personas. En Brasil, el artículo 5°, numeral LXXII de la Constitución de 1988, determina: “LXXII. Se concede habeas data: a) para asegurar el conocimiento de informaciones relativas a la persona del solicitante contenida en registros o bancos de datos, de entidades gubernamentales o de carácter público; b)para la rectificación de datos, cuando no se prefiera hacerlo por procedimiento secreto o de carácter judicial o administrativo”. 38 Santiago Ripol, coordinador del Fórum d’Actualitat Jurídica. Obra citada, nota 1, pág. 17. 28 A su vez, es necesario tener presente en el mismo artículo 5°, el numera LXVII, que establece la gratuidad de las acciones de habeas corpus y habeas data. Luego, cronológicamente será la Constitución Colombiana de 1991, la que en su artículo 15, junto con asegurar el derecho a la intimidad personal y familiar y al buen nombre, se afirmará el derecho de habeas data en los siguientes términos: “De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en banco de datos y en archivos de entidades públicas y privadas. En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías consagradas en la Constitución”. Para la protección de este derecho fundamental se utiliza la acción de tutela, según dispone el artículo 42 del Decreto 2591 de 1991, que constituye la acción constitucional protectora de los derechos fundamentales en el constitucionalismo colombiano, donde a su vez, la Corte Constitucional ha contribuido a delinear y desarrollar el habeas data . La Corte constitucional ha definido el Habeas Data como “el derecho que asiste a todas las personas para ‘conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas’, de modo que el individuo disfruta de la posibilidad jurídicamente garantizada de tener acceso a la información acopiada en los referidos bancos y archivos, y asimismo de la prerrogativa de solicitar y obtener la rectificación y actualización de informaciones inexactas, erróneas o ya no coincidentes con la realidad, mediante la introducción de las correcciones, aclaraciones o eliminaciones 39 pertinentes”( ). En Paraguay, la Constitución de 1992, en el artículo 135 precisa: “Toda persona puede acceder a la información y a los datos que sobre sí misma, o sobre sus bienes, obren en registros oficiales o privados de carácter público, así como conocer el uso que se haga de los mismos y de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competente la actualización, rectificación o la destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectaran ilegítimamente sus derechos”. La Constitución Peruana de 1993, en su artículo 2 referente a los derechos fundamentales de las personas, estipula en su numeral 5°, el derecho “a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afecten la intimidad personal y 39 Sentencia de la Corte Constitucional colombiana T-354/1993. 29 las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional”; a ello se agrega el numeral 6° que dispone el derecho de las personas “A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal o familiar”. A su vez, el artículo 200, referente a garantías constitucionales, junto con regular en los numerales 1° la Acción de Hábeas Corpus y en el 2°, la Acción de Amparo, regula en el numeral 3° la Acción de Habeas Data en los siguientes términos: “La Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere el artículo 2°, incisos 5 y 6° de la Constitución”. El Código Procesal Constitucional recientemente aprobado en 2004, en su título IV, regula el proceso de habeas data, señalando que el procedimiento de habeas data será el mismo que el revisto en el Código para el proceso de amparo, salvo la exigencia de patrocinio de abogado que es facultativa en este proceso. Además se faculta al Juez para adaptar el procedimiento a las circunstancias del caso. La reforma Constitucional argentina de 1994, en el artículo 43, párrafo 3°, regula el Habeas Data en conjunto con el Habeas Corpus y la Acción de Amparo, como una subespecie de esta última, en los siguientes términos: “Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquellos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística.” Para hacer operativo el habeas data en Argentina se utiliza en términos generales y en principio el procedimiento de la acción de amparo previstas en la ley 16.986, en la medida que esta institución se considera una variable de dicha acción constitucional, sin perjuicio de las adaptaciones necesarias producto de las peculiaridades propias del habeas data. En Ecuador, la institución se introduce a través de la reforma constitucional de 1996, de acuerdo al texto actual reformado en 1998, que es el texto actualmente vigente, el cual en su capítulo 6° de la garantía de los derechos, regula el Hábeas Data en su artículo 94, el que señala lo siguiente: “Art. 94. Toda persona tendrá derecho a acceder a los documentos, bancos e datos e informes que sobre sí misma, o sobre sus bienes, consten en entidades públicas o privadas, así como a conocer el uso que se haga de ellos y su propósito. Podrá solicitar ante el funcionario respectivo, la actualización de los datos o su rectificación, eliminación o anulación, si fueren erróneos o afectaren ilegítimamente sus derechos. Si la falta de atención causare perjuicio, el afectado podrá demandar indemnización. 30 La ley establecerá un procedimiento especial para acceder a los datos personales que consten en los archivos relacionados con la defensa nacional.” A su vez, la Ley de Control Constitucional, , en su capítulo segundo titulado Del Habeas Data, regula la institución en sus artículos 34 a 45. La Constitución de Venezuela de 1999, se refiere al derecho y acción de habeas data en su artículo 28, en los siguientes términos: “Toda persona tiene derecho de acceder a la información y a los datos sobre sí misma o sobre sus bienes consten en registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga de los mismos y su finalidad, y a solicitar ante el tribunal competente la actualización, la rectificación o la destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos. Igualmente, podrá acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan información cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas. Queda a salvo el secreto de las fuentes de información periodística y de otras profesiones que determine la ley.” Finalmente, la Constitución de Bolivia de 1994, a través de la reforma de febrero de 2004, introduce en el artículo 23, el derecho a la autodeterminación informativa o libertad informática y el recurso de habeas data, precisando: “I. Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de los datos registrados por cualquier medio físico, electrónico, magnético, informático en archivos o bancos de datos públicos o privados que afecten su derecho fundamental a la intimidad y privacidad personal, a su imagen, a su honra y reputación reconocidos en esta Constitución, podrá interponer el recurso de Habeas Data ante la Corte Superior del Distrito o ante cualquier Juez de Partido a elección suya. “II. Si el tribunal o Juez competente declara procedente el recurso, ordenará la revelación, eliminación o rectificación de los datos personales cuyo registro fue impugnado. “III. La decisión que se pronuncie se elevará en revisión, de oficio ante el Tribunal constitucional, en el plazo de veinticuatro horas, sin que por ello se suspenda la ejecución del fallo. “IV. El recurso de Habeas Data no procederá para levantar el secreto en materia de prensa. “V. El recurso de Habeas Data se tramitará conforme al procedimiento establecido para el recurso de Amparo Constitucional previsto en el artículo 19° de esta Constitución.” 6. El Habeas Data. Concepto, naturaleza , sujetos activos y pasivos, tipos de habeas data. 31 6.1. El origen del concepto de Habeas Data. La expresión habeas data literalmente significa “tenga el dato” asegurando el acceso a la información que tengan de la persona afectada registros o bancos de datos públicos o privados, con el objeto de proteger la vida privada, intimidad, imagen, buena reputación u honra de las personas. La expresión habeas data constituye una combinación de expresiones latina e inglesa. Ya que la expresión data proviene del inglés datum (dato), cuyo plural es data (datos)(40. Es así que surge la Data Protectión Act inglesa, la Federal Data Protectión Act austriaca la Data Lag sueca, a las que nos hemos referidos en el punto 8.2. 6.2. Naturaleza del Habeas Data. El habeas data constituye una acción jurisdiccional protectora de la libertad informática o derecho de autodeterminación informativa (conocimiento y control de datos referidos a la persona) y protección de la vida privada, imagen, honra o reputación de la persona, frente a la recolección, transmisión y publicidad de información que forma parte de la vida privada o intimidad de la persona desarrollada por registros o bancos de datos públicos o privados. En tal sentido, Pérez Luño, señala que “El habeas data constituye, en suma, un cauce procesa para salvaguardar la libertad de la persona en la esfera informática, que cumple una función paralela, en el seno de los derechos humanos de la tercera generación, la que en la primera generación correspondió al habeas corpus respecto de la libertad física o de movimiento de las personas”(41). En diversos países de América del Sur, esta acción jurisdiccional constituye parte de las acciones constitucionales protectoras de derechos fundamentales como es el caso de Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú y Venezuela, como hemos reseñado en el punto 8.3. En algunos casos tal acción opera con un procedimiento autónomo y en otras oportunidades opera a través de la acción de amparo o tutela de derechos fundamentales. Es necesario precisar que algunos textos constitucionales latinoamericanos junto con considerar el habeas data como una acción o proceso 40 Ekmekdjian, Miguel y Pizzolo, Calogero. 1996. “Habeas Data”. El derecho a la intimidad frente a la revolución informática. Buenos Aires, Ed. Depalma, página 1. 41 Pérez Luño, Antonio.1991. Del “habeas corpus” al “habeas data”. Madrid, Aranzadi, página 174. 32 constitucional ( Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú), también la consideran como un derecho fundamental (Colombia y Venezuela). 6.3. Sujetos activo y pasivo de Habeas Data El sujeto activo del Habeas data en el ámbito sudamericano es toda persona, nacional o extranjera, el que puede actuar personalmente o a través de su representante legal según determinan las respectivas legislaciones. Los sujetos pasivos son los bancos de datos y archivos de entidades tanto públicas como privadas, computarizados o no. En algunos casos, como los de Brasil y Paraguay, se limita el Habeas Data en forma poco aconsejable solamente a entidades gubernamentales o de carácter público, dejando a las personas sin protección frente a las archivos y bancos de datos privados. Debe señalarse que se encuentran excluidos como sujetos pasivos de Habeas data los registros privados de carácter personal que no estén destinados a proveer informes a terceros, ya que se encuentran protegidos por el derecho a la inviolabilidad de los documentos privados protegido constitucionalmente. Asimismo, parece importante explicitar en los respectivos ordenamientos jurídicos la exclusión del habeas data en materia de archivos y fuentes de información periodísticas, como lo hacen las constituciones de Venezuela y Bolivia con redacciones diferentes. 6.4 Los tipos de Habeas Data. Puccinelli, utilizando la clasificación previa de Sagüés(42), distingue diversos tipos de habeas data(43), atendiendo a las facultades que la normativa reconoce a los sujetos activos legitimados para interponer la acción o recurso de habeas data, de: a) El Habeas Data informativo. Este es aquel que busca lograr el acceso al registro o base de datos respectivo, con la finalidad de obtener la información contenía o tratada en el mismo. Este puede adoptar tres subtipos: i)exhibitorio, el que se agota en el conocimiento de los datos contenidos en dicha base de datos; ii) finalista, que busca, además de conocer los datos contenidos en el registro o base de datos, determinar para qué y con que fin se realizó el registro de datos; iii) autoral, cuyo objetivo es determinar quién obtuvo los datos que se encuentran en el registro o banco de datos. 42 Sagüés, Néstor Pedro. 1995. Subtipos de Habeas Data. En Jurisprudencia Argentina, 20/12/1995, página 31 y siguientes. (43) Puccinelli, , Oscar. 1999.El Habeas data en Indoiberoamérica. Santafe de Bogotá, Ed. Temis. S.A., páginas 221-225. 33 b) El Habeas Data aditivo. Este tipo procura agregar mas datos a los existentes en el registro o banco de datos respectivo, pudiendo adoptar dos subtipos. i) actualizador, que es aquel que procura actualizar o renovar los datos vetustos o superados que existen en el registro o base de datos; ii) inclusorio, que tiene por objeto agregar o incluir en la base o registro datos que habían sido omitidos; iii) aclaratorio, teniendo por objeto precisar las circunstancias o calidad en que la persona se encuentra afectada por el dato, por ejemplo clarificar, frente a un registro de deudores morosos, que no es la o persona el deudor principal sino sólo un garante de la obligación contraída. c) El Habeas ata rectificador o correctivo. El objeto o finalidad de este habeas data es el de enmendar informaciones o datos falsos, erróneos , inexactos o ambiguos, obteniendo su corrección. d) El Habeas Data reservador. Esta modalidad de habeas data tiene por objeto evitar que un dato legítima y correctamente registrado sólo pueda ser utilizado por quienes se encuentran autorizados para ello y con los fines especificados legalmente, impidiendo que dicha información o datos sea transmitida a terceros no autorizados para su conocimiento. e) El Habeas Data cancelatorio. La finalidad de este tipo de habeas data es el de eliminar la información almacenada en el registro o banco de datos por tratarse de información sensible o corresponder a la intimidad de la persona o por no encontrarse autorizado su registro. f) El Habeas Data disociador. Este busca separa la legitimidad del uso estadístico del dato, pero eliminando la información sobre la persona a la cual corresponde el dato. g) El Habeas Data asegurador, que el aquel que busca dotar de seguridad los datos contenidos en el registro o base de datos, exigiendo el desarrollo de procedimientos técnicos que eviten la fuga de datos o el acceso a la base de personas no autorizadas para ello. h) El Habeas Data reparador. Es aquel tipo de habeas data en el que comprobados los daños sufridos por la persona por registro de información sensible o de su vida íntima, o comprobada la transmisión de datos reservados o la transmisión de datos falsos o erróneos que han producido un daño en los derechos de la persona afectada, a través del habeas data el tribunal ordena una indemnización por el daño causado a la persona por el responsable del banco o registro de datos. 7. La Ley de Protección de Datos Personales de Chile. 34 En Chile, a diferencia de muchos países sudamericanos no existe el derecho constitucional explícitamente contemplado referente a la autodeterminación informativa, como tampoco se ha articulado constitucionalmente una acción de Habeas Data. El tema se incorporó a la agenda legislativa sólo en la segunda mitad de la última década del siglo XX, de donde surge la Ley N°19.628 que otorga una protección a los datos que pudieren afectar el derecho al respeto de la vida privada de las personas y su honra. En la elaboración de la ley se tuvo presente un proyecto elaborado por una Comisión designada por el Ministerio de Justicia durante el gobierno del Presidente Aylwin (1990-1994), que contenía disposiciones tendentes a regular la recolección y procesamiento de datos personales; los principios que debieran regular una efectiva protección de la intimidad y respecto de la 44 acción de habeas data( ), información complementaria de la Comisión, obtenidas durante la tramitación del proyecto de ley que diera origen a la ley N°19.223, que tipifica figuras penales relativas a la informática, y del proyecto de ley sobre libertades de opinión y de información. Además, se puso a disposición la legislación comparada existente sobre la materia. La ley busca armonizar tres ámbitos de intereses. El primer ámbito corresponde al empresarial privado, que es el formado por los consumidores de informática y por los productores de informática, que son los que elaboran distribuyen y comercializan productos informáticos. El segundo ámbito corresponde al público, en el que los datos pueden proporcionarse a los particulares interesados o al público en general, debiendo protegerse el procesamiento de datos y la información de seguridad. El tercer ámbito corresponde al de los derechos del afectado por la utilización de datos personales. 44 El “habeas data” o protección de datos personales, establece las garantías mínimas de calidad y confiabilidad de los datos nominativos o personales que se recojan; el derecho de las personas a exigir que sus datos personales les sean exhibidos; el derecho a que sean rectificados, y el derecho a excluir los datos privados mantenidos sin autorización. Se le grafica de la forma siguiente: Dime que sabes de mí; dime por qué lo sabes; dime para qué los tienes; si no sabes para qué los tienes, bórralos; si sabes para qué los tienes, dímelo y deja que yo te autorice; si esa información es errónea, déjame rectificarla. Muéstrame los datos que tienes de mí por lo menos una vez al año y mándame a mi domicilio toda la información que tienes recopilada sobre mí; si esa información es errónea déjame corregirla; si esa información ha sido alterada por el tiempo, porque mi situación cambió, pues de girador doloso de cheques me he convertido en un recto personaje de la sociedad, entonces déjame ahora mejorar mi estado; si tú no sabes para qué tienes la información sobre mí, bórrala, y si no la borras, por lo menos no podrás usarla en mi contra porque yo no te lo autorizo. Obra citada, págs. 103 y 104. 35 7.1. Principios generales que informan la materia. El texto legal armoniza y complementa el derecho que tiene toda persona de efectuar el tratamiento de datos, con el respeto al pleno ejercicio de los derechos de las personas sobre ellos. La ley en su artículo segundo, literal o), señala que el tratamiento de datos comprende toda operación o procedimiento técnico que permita recolectar, almacenar, gravar, organizar, elaborar, seleccionar, confrontar, interconectar, disociar procesar, comunicar, ceder, transferir, transmitir, cancelar o utilizar de cualquier forma datos personales. A su vez, el artículo 2° en su literal f) precisa que los datos personales son aquellos “relativos a cualquier información concerniente a personas naturales, identificadas o identificables”. No le pareció adecuado al legislador distinguir entre datos de carácter íntimo, de carácter privado y de carácter público. Se tuvo en cuenta, al efecto, que la Constitución Política diferencia solamente entre la vida privada y la vida pública de las personas, y que la distinción entre lo íntimo y lo privado responde solamente a una determinada teoría o modelo analítico, ella es la llamada “teoría de las esferas”, en esta materia, diferencia entre lo íntimo, que correspondería a un círculo concéntrico más interno, y lo privado, que equivaldría a un círculo más amplio. Esta teoría ha sido reemplazada por la “teoría de los mosaicos”, cuyo presupuesto es que lo privado y lo público son relativos en función de quién sea el otro sujeto en la relación informativa, sin que haya informaciones o datos en sí privados o públicos. El literal g) del artículo segundo de la ley se refieren a los datos sensibles, al respecto, tuvo en consideración la legislación española, donde se consideran los datos sensibles, como datos especialmente protegidos en el artículo 7° de la ley española. El legislador chileno asume tal conceptualización al incluir los datos sensibles como una especie dentro de la definición de los datos de carácter personal. Tales datos sensibles son aquellos datos personales que se refieren a las características físicas o morales de las personas o a hechos o circunstancias de su vida privada tales como los hábitos personales, el origen racial, las ideologías y opiniones políticas, las creencias y convicciones religiosas, los estados de salud físicos y psíquicos y la vida sexual. Los antecedentes o hechos de la vida privada, que corresponden a la denominada “información sensible”, son reservados, por lo que su publicidad requiere del consentimiento del afectado o estar autorizada expresamente por una ley excepcional. 36 El tratamientos de datos que regula la ley son, como señala el artículo 2°, literal m), aquellos que se hace en registros o bancos de datos, conceptualizados como conjuntos organizados de datos personales, manuales o automatizados, que permiten relacionar los datos entre sí y realizar todo tipo de tratamiento de ellos. Tales bases de datos pueden ser desarrolladas por entes públicos o privados, no estableciéndose diferencias entre ellos, quedando todos sujetos a las mismas regulaciones de la ley en análisis. La ley dispone que la recolección, procesamiento y utilización de los datos personales se sujetarán a las disposiciones de esta ley para proteger a las personas por el uso que terceros pueden hacer de sus datos personales. La ley establece que la información organizada es reservada y quien autoriza el registro de la información es el legislador o quien sea facultado por los interesados. La ley excluye de su regulación el tratamiento de datos personales que se concreta en ejercicio del derecho de libertad de opinión e información, lo que es regulado por la ley N°19.733 sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo. El objetivo de la ley el de asegurar el derecho de autodeterminación informativa de las personas respecto de los datos personales tratados en bancos de datos o registrados en otros soportes, se realice por particulares o por órganos del Estado, con el fin de garantizar el pleno respeto y ejercicio de los derechos fundamentales. La ley reconoce la conveniencia social de las bases de datos, reconociendo la utilidad de bancos de datos que den sustento al sistema crediticio (artículo 4°), al sistema previsional y de salud (artículo 10), impositivo del Estado (artículos 15 y 20), y con información procesal y penal 8artículo 21) y muchas otras actividades, entre las cuales se encuentra el Registro Civil, el registro electoral. El tratamiento de los datos por parte del banco o registro de datos debe realizarse respetando los derechos fundamentales de las personas titulares de los datos y las facultades concedidas a estos últimos por la misma ley. La ley posibilita el tratamiento de datos personales cuando la persona afectada lo autoriza o cuando tal autorización esta determinada por los preceptos legales (artículo 4° de la Ley). La autorización que da la persona afectada debe ser por escrito e informada de la finalidad de la base de datos y de si ella es o no accesible al público. La autorización otorgada por el afectado puede ser revocada sin efecto retroactivo. 37 Puede sostenerse así la existencia de una disponibilidad privada del afectado o titular del dato, el que debe dar su consentimiento para la recogida y el tratamiento de los datos, como asimismo tiene el derecho a obtener información sobre sus datos incluidos en un archivo o fichero, así como la posibilidad de rectificar, completar o cancelar dichos datos en su caso, salvo disposición legal en contrario. La ley puede autorizar el tratamiento de datos personales cuando ellos provienen de fuente públicas; cuando se trate de datos personales que procesen personas jurídicas privadas para uso de ella misma o de sus asociados o afiliados y se traten sólo con fines estadísticos de tarificación o de beneficio general de los mismos; tratamiento de datos personales que realicen personas u organismos públicos respecto de materias de su competencia, o cuando el tratamiento de datos personales se realice para el otorgamiento de servicios de salud que correspondan a sus titulares. La ley busca proteger respecto de las bases de datos la vida privada , honra e imagen de la persona, respecto del tratamiento de sus datos personales, además de la veracidad de ellos. 7.2. La protección de los derechos de los titulares de los datos. La ley reconoce a la persona un conjunto de facultades para cautelar tales derechos fundamentales y bienes constitucionales. Los datos personales sólo pueden recolectarse, procesarse, transmitirse y difundirse para la finalidad para la que, lícitamente, se hubieren recogido. El responsable del registro debe adoptar las medidas técnicas que garanticen la seguridad de los datos contenidos en su base de datos. Asimismo, el responsable del archivo automatizado y quienes intervengan en las distintas fases del tratamiento de los datos deben guardar el secreto profesional o confidencialidad sobre ellos, según dispone la ley en su artículo 7°.A su vez, la ley obliga al responsable de la base de datos a actuar con la debida diligencia y determina su responsabilidad por los daños ocasionados al titular de los datos, no pudiendo ser comunicados los datos a personas no autorizadas, según dispone el artículo 11° de la ley. Los datos registrados una vez que se cumpla con el propósito para el cual fueron recolectados, deben ser cancelados. La ley puede, excepcionalmente, autorizar la desviación del fin para el cual se recolectó el dato, sólo con el fin de evitar una amenaza inminente al orden público o una violación grave de derechos de terceros. 38 Así, la legislación busca evitar que los datos de carácter personal existentes en bases informáticas, que reúnen antecedentes confidenciales sobre las personas recolectados con una finalidad determinada, sean utilizados con otros propósitos sin el permiso del sujeto de la información, como precisa el artículo 9° de la ley. La persona tiene el derecho de conocer la información que hay sobre él en estas bases de datos personales y el derecho de oponerse a que ella sea utilizada con otros fines diferentes de aquellos autorizados, como el derecho de exigir que se corrija si tiene datos erróneos o inexactos. La ley establece los límites hasta donde una persona puede aceptar que sus datos personales sean públicos y que una determinada parte de ellos, los datos sensibles, no puedan ser objeto ni de transacción ni de transferencia, bajo cualquier título, a otra persona. Así, el que procese legítimamente datos relativos a la vida privada de las personas sólo puede revelarlos o utilizarlos para aquellas finalidades que hayan sido autorizadas por la ley o consentidas por los afectados. Los artículos 12 a 15 de la ley regulan las facultades de las personas en resguardo de sus datos personales. Se establece el derecho de toda persona a que se le suministre por el usuario de datos procesados, una copia de los antecedentes que tenga en su poder, con indicación de su fuente de origen, dentro de un plazo determinado por la ley, contado desde la solicitud. Se permite que el juez pueda apremiar al usuario de datos procesados a través de la informática, si se niega a entregar copia a la persona afectada. El mismo derecho anterior tienen las personas respecto de los datos personales si éstos fueren inexactos, incompletos, equívocos o atrasados; en tal caso, la persona afectada tiene derecho a exigir que se rectifiquen, completen, aclaren o actualicen, debiendo proporcionársele copia del registro modificado. La persona también tiene el derecho a exigir que se supriman tales antecedentes, si estuvieren caducos o hubieren sido obtenidos fuera de los casos autorizados por la ley. Lo mismo puede hacer si habiendo proporcionado sus datos personales voluntariamente, no deseare continuar figurando en el registro respectivo. La ley establece el derecho de la persona afectada por el uso de datos personales incorrectos, a ser indemnizada por quien los haya proporcionado. El artículo 15 de la ley establece algunas excepciones al bloqueo, eliminación o modificación de datos, cuando tales facultades impiden o dificultan el debido cumplimiento de funciones fiscalizadoras del organismo 39 público pertinente, afecta la reserva o secreto previsto en leyes o reglamentos, o afecta la seguridad o el interés nacional, o cuando dichas facultades no hayan sido concedidas al titular en el precepto legal que determina el almacenamiento de los datos. 7.3. Algunas deficiencias de la ley en el resguardo de los derechos de los titulares de los datos y en la supervigilancia de las bases de datos. El legislador no reguló el establecimiento de un órgano de control independiente en el cual debieran registrar las bases de datos su existencia, órgano que cumple también en el derecho comparado europeo una función fiscalizadora y sancionadora, hecho que posibilita a las personas que son titulares de los datos conocer quienes los están utilizando, con que fines los están tratando y si ellos son o no comunicados a terceros. Al no establecerse la obligación de registro de los bancos de datos privados y al no generarse un órgano de supervisión y control encargado de velar por el cumplimiento de la ley, el sistema de protección estructurado es muy débil. El control de legalidad establecido por la ley chilena es a posteriori por parte del titular de los datos, ejerciendo los derechos que concede la ley ante el responsable de la base o banco de datos públicos o privados, ante los Tribunales de Justicia de una acción legal prevista en el artículo 16 de la Ley de Protección a la Vida Privada, a diferencia de una gran parte de los países de América del Sur, entre ellos, Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Paraguay, donde existe la consagración constitucional de una Acción de Habeas Data. En todo caso, consideramos procedente en Chile el uso de la Acción Constitucional de Protección establecida en el artículo 20 de la Carta Fundamental, en protección del Derecho a la vida privada (artículo19 Nº4) y el derecho de propiedad (artículo 19 Nº24) sobre los datos personales. 7.4. Las modalidades que reviste la acción jurisdiccional en resguardo de los derechos de los titulares de los datos personales. La ley asegura el derecho de las personas de solicitar judicial o extrajudicialmente, la exhibición de bases o bancos de datos, sean públicos o privados, en los cuales estén registrados sus datos personales, con el objeto de verificar su exactitud y si veracidad, o en su caso, solicitar su rectificación, eliminación, complementación o reserva. La acción puede tener un carácter preventivo o correctivo. En su dimensión preventiva esta tiene por objeto conocer la existencia de registros o bancos de datos que contengan informaciones de las que sea titular y acceder a ellas. La acción en su dimensión correctiva consiste en exigir que determinados datos personales del titular sean corregidos, rectificados, 40 cancelados o bloqueados, por el hecho de que su tratamientos es ilegal y conculca derechos fundamentales. 7.4.1. Los bienes jurídicos protegidos La acción resguarda como bien jurídico básico el derecho a la autodeterminación informativa, como asimismo, el derecho a la protección de la vida privada o privacidad y la honra de la persona, la igualdad ante la ley, la protección de la dignidad humana y la libertad, como asimismo la veracidad y fidelidad de la información. 7.4.2. Tribunal competente El tribunal competente para conocer de esta acción es el Juez Civil de turno correspondiente al domicilio del responsable del banco del registro o base de datos correspondiente, vale decir, el domicilio del demandado, que es la regla general en materia de competencia relativa en el ordenamiento jurídico chileno, de acuerdo con el artículo 134 del Código Orgánico de Tribunales. 7.4.3. Legitimación activa El legitimado activamente para interponer la acción es el titular de los datos que ha visto vulnerado sus derechos reconocidos por la ley, y que solicita protección y amparo al Tribunal competente. 7.4.4. Legitimación pasiva. El legitimado pasivo es el responsable del banco de datos, sea particular o público. Asimismo, la ley establece, en su artículo 14, una regla especial, la que determina que en el evento en que los datos personales se encuentren en una base de datos a la cual tienen acceso diversos organismos, el titular de los datos puede demandar la información a cualquiera de ellos, en cuyo caso, los sujetos pasivos pueden ser dos o más organismos privados o públicos. 7.4.5. El procedimiento judicial. El procedimiento judicial se desdobla en dos procedimientos diferentes, de acuerdo al artículo 16 de la ley, dependiendo de la causal que da origen a la acción. 7.4.5.1. El procedimiento regular u ordinario. El primero se sitúa en la hipótesis de la falta de pronunciamiento del responsable del banco o registro de datos, dentro de los dos días hábiles siguientes a la solicitud presentada por el titular de los datos, o cuando el primero le niegue al segundo la información por una causal diferente de la 41 de seguridad de la nación o de interés nacional. La segunda hipótesis ocurre cuando se vulneran los artículos 17 y 18 de la Ley 19.628, en cuyo caso la acción presentada ante el Juez debe contener, a lo menos, una identificación clara de la infracción cometida por el responsable de la base de datos y los hechos que le dan forma, acompañándose los medios de prueba que los acrediten. En ambas hipótesis se desarrolla el procedimiento que podemos denominar regular u ordinario. La acción se notifica por cédula en el domicilio del banco de datos respectivo, el que debe contestar el traslado dentro de quinto día hábil, estableciendo sus descargos y adjuntando los medios de prueba en que se fundan. Si no tiene medios de prueba deberá explicitarlo. Si el demandado ofrece prueba, el tribunal debe fijar una audiencia, para el quinto día hábil 45 con la finalidad de recibir la prueba ofrecida y que no ha acompañado( ). El tribunal puede adoptar todas las medidas cautelares que considere adecuadas para hacer efectiva la protección de los derechos que la ley asegura, de acuerdo con lo establecido en el artículo 23 de la ley. La prueba rendida por las partes se aprecia en conciencia por el tribunal competente. La sentencia definitiva se dicta dentro de tercero día de vencido el plazo para presentar los descargos, se hayan estos presentado o no. Si el Tribunal decretó una audiencia de prueba, el plazo se contará una vez vencido el plazo fijado para rendir la prueba. La sentencia definitiva se notifica por cédula y es apelable en ambos efectos. El recurso de apelación debe interponerse en el término fatal de cinco días, contado desde la notificación de la parte que lo entabla, debiendo contener el escrito de apelación los fundamentos de hecho y derecho en que se apoya y las peticiones concretas que se formulan. Deducida la apelación, el tribunal debe elevar los autos a la Corte de Apelaciones respectiva, en la cual recibidos éstos en la Secretaria de la Corte, el Presidente ordenará dar cuenta preferente del recurso sin esperar la comparecencia de las partes, según determina el artículo 16, literal g) de la ley. Si la Corte lo estimase conveniente o se solicitase con fundamento plausible, podrá ordenar que los autos se traigan en relación y se oiga alegatos de los abogados de las partes, en cuyo caso, la causa se agregará extraordinariamente a la tabla respectiva de la Sala. 45 Esta facultad otorgada al responsable de la base de datos y demandado, de determinar la existencia o no de una audiencia de prueba, que no tiene el ocurrente, rompe el principio de igualdad de armas procesales y de bilateralidad de la audiencia, lo que afecta centralmente el derecho constitucional a una racional y justa investigación y procedimiento determinado por el artículo 19 Nº3 de la Constitución. 42 Dicho fallo no es susceptible de casación, sin embargo procede el recurso de queja, todo ello de acuerdo con el artículo 545 delñ Código Orgánico de Tribunales. 7.4.5.2. El procedimiento especial en caso de considerarse afectada la seguridad o el interés nacional. Cuando el responsable de la base de datos se ha negado a entregar la información argumentando razones de seguridad o interés nacional , la reclamación es conocida directamente por la Corte Suprema de Justicia, la que pedirá informe al responsable de la base de datos de la manera mas expedita posible, fijándole un plazo para la entrega de los antecedentes. Una vez vencido el plazo otorgado resolverá en cuenta. En el caso de recibirse la causa a prueba, ella se consignará en un cuaderno separado y reservado. La sala de la Corte Suprema que conoce de la acción puede, si lo estima pertinente o se le solicita con fundamento plausible, ordenar traer los autos en relación, en cuyo caso, la causa se agrega extraordinariamente a la tabla, en cuyo caso, la audiencia no es pública. 7.4.5.3. Procedimiento residual. La ley prevé en el caso de infracciones no contempladas en los artículos 12 y 19, la aplicación de un procedimiento sumario determinado en el artículo 23 del cuerpo legal analizado, como ocurre entre otros casos cuando el responsable del registro o base de datos no cumple con avisar a terceros que los datos han sido cancelaos o corregidos, o si un organismo público desarrolla una base e datos en ámbitos ajenos a su competencia. 7.4.6. Sanciones establecidas por la sentencia En la sentencia que acoge la reclamación el tribunal fija un plazo prudencial para que el banco o registro de datos de cumplimiento a lo ordenado., pudiendo, adicionalmente, sancionar con una multa de una a diez unidades tributarias mensuales al infractor, como asimismo, determinar los perjuicios si le han sido solicitados, todo ello de acuerdo con los artículo 16, numeral 5° y artículo 23 de la ley. En el caso de infracción a los artículos 17 y 18 de la Ley, referentes a datos personales de carácter económico, financiero, comercial o bancario, la multa asciende de 10 a 50 unidades tributarias mensuales, de acuerdo con lo dispuesto en la ley19.812. Si el responsable de la base de datos no cumple dentro del plazo otorgado por el tribunal, este último puede aplicar una multa de dos a cincuenta unidades tributarias mensuales. A su vez, si se trata el requerido de un organismo público, el tribunal puede sancionar al jefe del servicio con suspensión de su cargo de cinco a quince días. 43 Las sanciones como puede observarse son muy débiles y exiguas. 7.4.7. La indemnización de perjuicios El monto de la indemnización de perjuicios será establecida prudencialmente por el tribunal atendiendo a la gravedad de los hechos y las circunstancias de cada caso. La acción de indemnización de perjuicios que se contempla puede concretarse a través de tres vías diferentes. La primera es a través del procedimiento previsto en el artículo 23 del cuerpo legal que posibilita interponer la acción indemnizatoria conjuntamente con la reclamación destinada a solucionar la infracción reclamada. El segundo procedimiento es mediante el juicio sumario referentes a las infracciones no contempladas en los artículos 16 y 19, incluida la indemnización de perjuicios. El tercer procedimiento es mediante una acción de indemnización de perjuicios en un procedimiento ordinario, de acuerdo con las reglas generales. Bibliografía. Bastida, Francisco. 1990. La libertad de antena. El derecho a crear televisión. Barcelona. Ed. Ariel. Bastida, Francisco y Villaverde, Ignacio. 1998. Libertad de expresión e información y medios de comunicación. Pamplona. Ed. Aranzadi. Benda, Ernst y otros. 1996. Manual de Derecho Constitucional, Madrid, Ed. Marcial Pons. Bertelsen R.,Raúl y otros.2001. Tratamiento de datos personales y protección de la vida privada. Cuadernos de extensión jurídica. 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