Producto interno bruto crecerá más de lo esperado en

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Producto interno bruto crecerá más de lo
esperado en segundo semestre de 2015*
Noviembre de 2015
El año 2015 ha sorprendido por los resultados económicos del país. En medio de una difícil
coyuntura mundial y regional, Colombia se perfiló desde principios de año como una de las
economías de mejor desempeño en América Latina junto con Chile y Perú, a pesar de que la
desaceleración con respecto a 2014 se mostró como algo inevitable. Datos recientes
muestran que la situación de Colombia no es tan adversa como se esperaba en términos de
su producción y parece que la economía toma un segundo aire en la segunda mitad del año.
¿Cuáles son las causas de este comportamiento? ¿Cuáles son las perspectivas sectoriales
para fin de año? ¿Qué se espera del PIB en lo que resta de 2015?
2015 ha sido un año muy particular para la economía mundial. La fuerte caída en los
precios del petróleo, la baja demanda por parte de China, el descenso generalizado en el
precio internacional de los commodities y la aparición de uno de los fenómenos de El Niño
más fuertes en los últimos 50 años han representado un enorme reto para la política
económica de los países emergentes y, en particular, de las economías latinoamericanas.
Commodities, precios internacionales
(Noviembre 2013 = 100)
Fuente: Bloomberg
La dependencia que las economías de la región mantienen sobre la exportación de
materias primas, con precios históricamente bajos durante el último año, han inducido un
debilitamiento generalizado de las monedas de estos países frente al dólar, lo cual
sumado a la difícil situación climática que a partir de junio pasado se presenta en el
Océano Pacífico ha generado presiones inflacionarias –salvo en las economías
1
centroamericanas–, contracciones en la demanda agregada y, por consiguiente, un
desempeño económico regional que se ubica como el peor del año en el mundo.
Sin embargo, desde principios de este año, Colombia se perfiló como una de las
economías latinoamericanas que tendría mejor desempeño en 2015 dado su crecimiento
sostenido desde el inicio de la década de 2010 y la solidez de su política monetaria, si
bien se estableció que sería el peor año en el último quinquenio para el país. Estas
perspectivas se han cumplido hasta ahora pero los resultados parciales del tercer
trimestre han sido sorpresivos: la dicotomía entre las señales de precios y el desempeño
de la economía colombiana y la contradicción entre las expectativas de consumidores y
empresarios han creado una mezcla que genera cada vez más incertidumbre. No sólo los
precios en Colombia se han ajustado rápidamente ante los choques mundiales y locales
llevando a la inflación anual a niveles cercanos al 6% –casi el doble de la meta puntual
establecida por el Banco de la República– sino que en lo corrido del año las variables
reales parecen no estar respondiendo al fuerte embate de los cambios nominales.
Los datos de la tasa de cambio dan cuenta de la importante devaluación del peso durante
todo el año pero específicamente el debilitamiento de la moneda nacional en los meses
de julio y agosto ha sido uno de los factores de presión para el aumento de precios en el
mercado doméstico y comprobó que las estimaciones iniciales sobre el pass-through
fueron conservadoras, sin negar por supuesto la presión sobre la inflación de alimentos
por cuenta de la llegada del fenómeno de El Niño.
Aún con un dólar caro y una inflación fuera de curso, las ventas del comercio minorista
reportaron crecimientos de 4.5% en julio y de 5.4% en agosto, meses en los que se
esperaba que las cifras de consumo comenzaran a retroceder como parte de un ajuste en
la dinámica de la economía nacional. Adicionalmente, en septiembre el comercio
nuevamente registró un crecimiento positivo aunque más moderado (2.8%), cerrando así
el tercer trimestre con un crecimiento consolidado de 4.3%, cifra que superó las
expectativas dado el choque nominal presente durante el trimestre. Es muy probable que
este desajuste tenga que ver principalmente con la tasa repo real negativa que domina el
panorama a partir de agosto pasado, situación que induce una ilusión de deflación en los
agentes económicos y estimula su demanda1. Los datos de comercio en julio y agosto
precisamente activaron varias alarmas:
i.
Las expectativas de los agentes económicos comenzaron a generar una presión
importante en términos inflacionarios y contribuyeron a que los precios se
mantengan fuera de curso y a que la incertidumbre predomine. Si bien la sequía
elevó el precio de los alimentos, actualmente la reducción en el nivel de los
embalses, el aumento en la demanda de energía y su consecuente impacto alcista
en los precios amenazan el pronto retorno de la inflación al rango meta pues el
riesgo de un desanclamiento en las expectativas aumentó.
1
En marzo y abril de este año se presentó transitoriamente este fenómeno pues la inflación anual fue 4.56% y
4.64% respectivamente mientras que la tasa de referencia del Banco de la República fue 4.5% entre
septiembre de 2014 y el mismo mes de 2015. Entre mayo y agosto regresó a terreno positivo. En septiembre y
octubre de este año la tasa de interés real fue negativa nuevamente pues la inflación registró 5.35% (tasa de
interés nominal: 4.75%) y 5.89% (tasa de interés nominal: 5.25%) respectivamente.
2
Ventas de comercio al por menor
(Variación % real anual)
Fuente: DANE-EMCM; cálculos Davivienda - Dirección Ejecutiva de Estudios Económicos
ii.
Es evidente que las expectativas de los consumidores y las de los empresarios
están lejos de estar alineadas. Mientras los datos de Fedesarrollo revelan a 2015
como el peor año desde 2009 para adquirir vivienda, vehículo y, en general,
bienes durables y la confianza de los consumidores se ha mantenido en lo corrido
del año por debajo de su promedio histórico, los productores opinan distinto.
Confianza de consumidores y percepción de comerciantes
(Balance de respuestas, Enero 2013=100)
Fuente: ICC - Fedesarrollo; Fenalco; cálculos Davivienda - Dirección Ejecutiva de Estudios Económicos
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Los empresarios perciben una recuperación en la actividad industrial, las
expectativas de los comerciantes se encuentran en niveles razonables según
Fenalco y la encuesta mensual del Banco de la República muestra que existen
expectativas favorables en el empresariado para 2016 en términos de
comportamiento de las ventas y de adquisición de maquinaria y equipo.
iii.
Por el lado de la oferta la información de actividad real recopilada en el ISE
desestacionalizado (Indicador de Seguimiento a la Economía) del Dane muestra
un punto de inflexión puesto que en febrero de este año tuvo un crecimiento anual
de 2% y a agosto esta misma cifra fue 4%. En particular los meses de marzo, julio
y agosto presentaron aceleraciones importantes para explicar esta tendencia.
Teniendo en cuenta la estrecha relación de este indicador con la actividad
económica, lo anterior es señal de que el crecimiento económico en el tercer
trimestre será mayor al proyectado inicialmente.
iv.
El crecimiento en la demanda se ha mantenido y los riesgos de una
desaceleración profunda se redujeron por lo cual, ante las presiones inflacionarias,
la autoridad monetaria del país elevó la tasa de interés de referencia en 25 puntos
básicos en septiembre y en 50 puntos básicos en octubre, llevándola a un nivel de
5.25%, sin descartar nuevos aumentos en los últimos dos meses del año.
Dicho esto, se puede afirmar entonces que el balance de riesgos se invirtió. A inicios de
2015 existían bastantes preocupaciones con respecto al crecimiento económico y pocas
frente al curso de la inflación. Ahora el panorama indica que la fuente principal de riesgo
es la presión inflacionaria y no el desempeño de la economía. En 2016 se espera una
desaceleración de la cartera, que depende en buena medida de la trayectoria que se
continúe observando en las cifras de comercio, logrando así el ajuste en el mediano
plazo. Así mismo, si el comercio no cede en su carrera ascendente y la cartera de
consumo continúa creciendo, el incremento de tasas de interés empezará a afectar la
calidad de la cartera.
Perspectivas a diciembre de 2015
Con respecto al comercio minorista, el crecimiento del sector de construcción fue
determinante para el dato de PIB en el segundo trimestre y muy probablemente lo sea
para el tercer trimestre dado el importante crecimiento del sector de ferreterías, vidrios e
insumos para la construcción, el cual incrementó sus ventas en 22.9% en agosto y en
17.2% en septiembre. Se espera que esta tendencia continúe para el sector de
ferreterías, apoyada también por el crecimiento del sector bebidas, productos de aseo y
autopartes y lubricantes, bienes en su mayoría no durables que vienen mostrando
mejores cifras que los bienes durables, contrario a lo que pasaba en 2014 y en el primer
semestre de este año. Los bienes durables, por su parte, como los automóviles y los
electrodomésticos continuarán presionando las ventas del comercio a la baja a causa del
efecto de la devaluación del peso, situación que augura una moderación en el crecimiento
total del sector en el cuarto trimestre. Davivienda proyecta que en dicho período las
ventas del comercio al por menor crecerán apenas 1%.
Por su parte, la industria manufacturera será protagonista en lo que resta del año y será
una de las responsables del segundo aire que está tomando la economía colombiana en
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la segunda mitad del año. La industria es el sector más transable de la economía y suele
obtener más beneficios que otros sectores a partir del aumento en la tasa de cambio, lo
cual deriva en su reciente recuperación (ha registrado crecimientos positivos sostenidos
entre junio y septiembre). Precisamente dentro del sector manufacturero, el subsector de
combustibles es probablemente el que más influirá en la recuperación del sector en los
próximos meses con la entrada en funcionamiento de la Refinería de Cartagena –Reficar–
pues asumiendo una capacidad de refinación de 80.000 barriles/día2 durante medio
noviembre y todo diciembre, se esperan hasta 27 puntos porcentuales de crecimiento
adicional para el subsector de refinación de petróleo, lo que representa 3.2 puntos
adicionales para la industria manufacturera y 0.4 puntos adicionales de crecimiento en el
PIB del cuarto trimestre.
En síntesis, la dicotomía presente en las expectativas de los agentes económicos y en los
efectos de lo nominal sobre lo real influyó en los resultados de la demanda agregada en el
tercer trimestre, razón por la cual Davivienda revisó al alza su proyección de crecimiento
real del PIB en este período a un rango entre 3.5% y 4.0%. Adicionalmente, dada la
eventual persistencia que tendrá la tasa de interés real negativa hasta diciembre, el
aumento de la producción industrial y la fortaleza que sectores no transables como la
construcción y los servicios han venido mostrando, Davivienda también revisó su
proyección de PIB real para el cuarto trimestre, el cual crecerá en un rango entre 3.9% y
4.6%.
En todo caso, vale la pena mencionar que la proyección para el cuarto trimestre sería la
máxima posible dentro de nuestras estimaciones pues es probable que el sector
agropecuario, afectado por el fenómeno del Niño tanto en rotación de cultivos como en
renovación de pastizales para la ganadería, arroje resultados negativos que contrarresten
significativamente el efecto de las manufacturas y los sectores no transables.
En conclusión, con esto Colombia cerraría 2015 con un crecimiento real consolidado en
un rango entre 3.3% y 3.6%, superando las expectativas recientes sobre el desempeño
económico del país.
2
Según la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), Reficar comenzó a operar el 10 de noviembre
pasado pero no logrará alcanzar el uso pleno de su capacidad instalada en lo que resta de 2015 sino que a lo
sumo alcanzará el nivel máximo de refinación que tenía antes de su ampliación, es decir, 80.000 barriles por
día.
5
*Informe elaborado por la Dirección Ejecutiva de Estudios Económicos del Grupo Bolívar.
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Andrés Langebaek.
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